King Solomon's Mines

“Well, you never know what you can do 'til you try”

“King Solomon's Mines” (1885) es una novela popular del escritor y fabulista victoriano inglés, Sir Henry Rider Haggard, KBE; especializado en la novela de aventuras ambientada en lugares exóticos, predominantemente África, siendo un pionero del género literario del “mundo perdido”; pero también estuvo involucrado en la reforma agrícola en todo El Imperio Británico; no obstante, sus historias situadas en el extremo más ligero de la literatura victoriana, siguen siendo populares e influyentes; tanto que retratan muchos de los estereotipos asociados con el colonialismo, pero son inusuales por el grado de simpatía con el que se retrata a las poblaciones nativas; donde los africanos, a menudo desempeñan papeles heroicos, aunque los protagonistas son típicamente europeos, aunque no siempre; ejemplos notables son el heroico guerrero zulú, Umslopogaas e Ignosi, el legítimo Rey de Kukuanaland, en la novela “King Solomon’s Mines”
Y es que en esta obra aparece por primera vez su personaje más conocido:
Allan Quatermain, que reunía algunas características del propio autor, como las creencias y puntos de vista del Quatermain ficticio, son las del propio Haggard, y creencias que eran comunes entre los colonos europeos del siglo XIX.
Estas incluyen ideas victorianas convencionales sobre la superioridad de la raza blanca; la admiración por las razas guerreras, como los zulúes; un desdén por los nativos corrompidos por las influencias blancas; y un desprecio general por los “afrikáners” o bóeres.
Pero en otros aspectos, las opiniones de Haggard fueron avanzadas para su época.
Por ejemplo, el primer capítulo de “King Solomon’s Mines” contiene una denuncia expresa del uso del término peyorativo “nigger”; o que Quatermain se encuentra con frecuencia con nativos que son más valientes y sabios que los europeos, y mujeres, sean blancas o negras, son más inteligentes y emocionalmente más fuertes que los hombres.
Es a través de las novelas de Quatermain y sus otras obras, que Haggard también expresa su propio misticismo e interés en los conceptos no cristianos, particularmente el karma y la reencarnación, aunque expresa estos conceptos de tal manera que sean compatibles con la fe cristiana.
También, “King Solomon's Mines” es la primera novela de aventuras en inglés, ambientada en África, que tiene como protagonista a un gran cazador profesional de origen inglés, y comerciante ocasional en el sur de África, que apoya los esfuerzos coloniales para “difundir la civilización en el continente oscuro”; aunque también favorece que los africanos nativos tengan voz en sus asuntos.
Quatermain es un amante de la naturaleza, que considera insoportables las ciudades inglesas y el clima, y prefiere pasar la mayor parte de su vida en África, donde creció bajo el cuidado de su padre viudo, un misionero cristiano.
Así, él es la quintaesencia del hombre habituado al aire libre, siendo conocido por los nativos como “Macumazahn” o “el que vigila en la noche”, una referencia a sus hábitos nocturnos e instintos agudos; mientras que en novelas posteriores se le conoce como “Macumazana” que significa “uno que se destaca”
Quatermain viaja con frecuencia, sobre todo en sus aventuras finales, con sus compañeros ingleses, Sir Henry Curtis y El Capitán John Good de La Marina Real, su amigo africano Umslopogaas; y su criado hotentote Hans, un sabio y cuidadoso retenedor familiar desde su juventud.
Sus comentarios sarcásticos ofrecen una crítica aguda de las convenciones europeas.
De Quatermain como persona, se sabe que estudió en su juventud en El Colegio Eton; vivió en Yorkshire luego de su aventura en busca de “Las Minas del Rey Solomon” durante 3 años, hasta que se enteró de la muerte de su hijo, y partió nuevamente a África.
La serie de libros sobre el personaje abarca 50 años de la vida de Quatermain, de 18 años a los 68; y al comienzo de la novela “King Solomon’s Mines”, él acaba de cumplir 55 años, lo que le da una fecha de nacimiento de 1830.
Físicamente es pequeño, nervioso y poco atractivo, con una barba y cabello corto que sobresale; su única habilidad es su puntería, donde no tiene igual.
Quatermain es consciente de que, como cazador profesional, ha ayudado a destruir sus amados lugares salvajes y libres de África; y en la vejez caza sin placer, pues no tiene otro medio de ganarse la vida.
Su amigo, Sir Henry, lo presenta como el cazador más viejo de África, y el que ha matado más elefantes y leones:
“Es extraño, pequeño y cojo, y por más que su tamaño era insignificante, valía la pena quedarse mirándolo.
Tenía cabello corto y canoso, erizado como el de un cepillo, dulces ojos marrones, que parecían notar todo, y un rostro marchito, bronceado con el color de la caoba por la exposición al clima.
Habló, también, con un extraño pequeño acento, que hizo notable su habla”
Sobre la familia de Quatermain, poco se escribe:
Vivió en Durban, Natal, Sudáfrica; se casó 2 veces, pero enviudó rápidamente las 2 veces.
Confía la impresión de las memorias de la serie a su hijo Harry, cuya muerte lamenta por la apertura de la novela “Allan Quatermain”
Su hijo, Harry Quatermain, es un estudiante de medicina que muere de viruela mientras trabajaba en un hospital.
Como dato, Haggard no escribió las novelas de Quatermain en orden cronológico, y cometió errores con algunos detalles; por ejemplo:
El nacimiento de Quatermain, la edad en el momento de su matrimonio, y la edad en el momento de su muerte no pueden conciliarse con la fecha aparente del nacimiento de Harry y la edad de su muerte.
Por otra parte, Haggard fue fuertemente influenciado por los aventureros más grandes que conoció en el África colonial, especialmente Frederick Selous, el cazador blanco británico y explorador de África colonial; siendo las experiencias de la vida real de Selous, las que proporcionaron a Haggard los antecedentes y la inspiración para esta y muchas historias posteriores; y Frederick Russell Burnham, durante una época en que se descubría una gran riqueza mineral en África, así como las ruinas de antiguas civilizaciones perdidas del continente, como Gran Zimbabwe.
Las similitudes son sorprendentes entre el amigo cercano de Haggard, Burnham, y su personaje de Quatermain:
Ambos eran pequeños y nerviosos aventureros victorianos en el África colonial; ambos buscaron y descubrieron antiguos tesoros y civilizaciones; ambos lucharon contra grandes animales salvajes y pueblos nativos; ambos eran famosos por su habilidad para rastrear, incluso de noche; y ambos hombres tenían apodos similares:
Quatermain, “Vigía de la noche” y Burnham, “El que ve en la oscuridad”
Haggard también tenía una deuda considerable con Joseph Thomson, el explorador escocés cuyo libro “Through Masai Land” fue publicado en 1885.
Thomson afirmó que había aterrorizado a los guerreros en Kenia sacando sus dientes postizos, y afirmando ser un mago, al igual que El Capitán lo hace en “King Solomon’s Mines”
Como anécdota, Haggard escribió la novela como resultado de una apuesta de 5 chelines contra su hermano, quien dijo que “no podía escribir una novela mitad de buena que “Treasure Island” de Robert Louis Stevenson… y Haggard la escribió en poco tiempo, entre 6 y 16 semanas, entre enero y abril de 1885.
Sin embargo, el libro fue una novedad completa, por lo que fue rechazado por un editor tras otro; y después de 6 meses de vagar, se publicó “King Solomon’s Mines” que se convirtió en el “best seller” del año, en medio de una fanfarria considerable, con carteles publicitarios y carteles alrededor de Londres que anunciaban:
“El libro más asombroso jamás escrito”
De hecho, a fines del siglo XIX, los exploradores descubrieron civilizaciones antiguas en todo el mundo, como El Valle de Los Reyes de Egipto y El Imperio de Asirio; pero África interior permaneció en gran parte inexplorada; por lo que “King Solomon’s Mines” fue la primera novela de aventuras africanas publicada en inglés, que capturó la imaginación del público.
Por otra parte, “El Rey Salomón” del título corresponde al Rey bíblico homónimo, famoso tanto por su sabiduría como por su riqueza; y se han sugerido varios sitios como la ubicación de sus minas, incluidos los trabajos en El Valle de Timna, cerca de Eilat.
Una investigación publicada en septiembre de 2013, demostró que este sitio estaba habitado durante el siglo X a.C., como una mina de cobre, posiblemente por los edomitas, quienes, según La Biblia, eran rivales, y frecuentemente estaban en guerra con El Rey Salomón.
La Biblia se refiere al Rey Salomón que envió, en sociedad con sus aliados fenicios, expediciones comerciales a lo largo del Mar Rojo, que trajeron mercancías exóticas y animales desde África a Jerusalén.
Pero no hay evidencia de que Salomón haya mantenido minas para metales preciosos y diamantes en las profundidades de África, como proporcionar el título del libro, y el centro de su trama.
Y es que Haggard conocía bien África, y después de haber viajado por todo el continente a los 19 años durante La Guerra Anglo-Zulú y La Primera Guerra Bóer, donde quedó impresionado por la vasta riqueza mineral de Sudáfrica y por las ruinas de antiguas ciudades perdidas.
Los personajes principales de la novela son:
Allan Quatermain, Sir Henry Curtis, Capitán John Good, y Umbopa o más tarde Ignosi.
Inicia cuando Allan Quatermain, un aventurero y cazador blanco con sede en Durban, en lo que ahora es Sudáfrica, es abordado por el aristócrata Sir Henry Curtis y su amigo El Capitán Good, buscando su ayuda para encontrar al hermano de Sir Henry, a quien se vio por última vez viajando hacia el norte, por el interior inexplorado en una búsqueda de las legendarias Minas del Rey Solomon.
Quatermain tiene un mapa misterioso que pretende conducir a las minas, pero nunca lo había tomado en serio; sin embargo, acepta liderar una expedición a cambio de una parte del tesoro, o un estipendio para su hijo si es asesinado en el camino; y es que tiene pocas esperanzas de que regresen con vida, pero las razones por las que ya ha sobrevivido a la mayoría de las personas en su profesión, por lo que morir de esta manera, al menos asegura que su hijo será atendido.
También llevan a un misterioso nativo, Umbopa, que parece más regio, guapo y bien hablado que la mayoría de los porteros de su clase, pero que está muy ansioso por unirse al viaje.
Así, en carreta de bueyes, llegan al borde de un desierto, pero no antes de una caza en la que un elefante herido se cobra la vida de un sirviente.
Continúan caminando a través del desierto, casi muriendo de sed antes de encontrar el oasis que se muestra a mitad de camino en el mapa.
Al llegar a una cadena montañosa llamada Suliman Berg, suben a un pico, uno de “Los Pechos de Sheba”; y entran en una cueva donde encuentran el cadáver congelado de José Silvestre, también deletreado “Silvestra”, que era el explorador portugués del siglo XVI que dibujó el mapa en su propia sangre.
Esa noche, un 2º criado muere por el frío, por lo que dejan su cuerpo junto al de Silvestra, para “darle un compañero”; y cruzan las montañas hacia un valle elevado, exuberante y verde, conocido como Kukuanaland.
IsiZulu, es el destino de un magnífico camino desde la antigüedad; y la ciudad está dominada por un “kraal” real central.
Pronto se encuentran con un grupo de guerreros Kukuana, que están a punto de matarlos cuando El Capitán Good se mueve nerviosamente con sus dientes postizos, haciendo que los Kukuanas retrocedan con miedo.
A partir de entonces, para protegerse, se autodenominan “hombres blancos de las estrellas”, que son dioses-hechiceros, y se les exige que demuestren regularmente su divinidad, lo que lesiona considerablemente los nervios y el ingenio.
Así, son llevados ante El Rey Twala, quien gobierna sobre su pueblo con violencia despiadada; de hecho, se dice que llegó al poder años antes cuando asesinó a su hermano, El Rey anterior, y llevó a la esposa y al hijo de su hermano, Ignosi, al desierto a morir.
La regla de Twala es indiscutible:
Una malvada e imposiblemente antigua bruja llamada Gagool, es su principal asesor, y ella elimina cualquier posible oposición ordenando cacerías regulares de brujas, y asesinando sin juicio a todos los identificados como traidores.
Cuando ella escoge a Umbopa para este destino, se necesita toda la habilidad de Quatermain para salvar su vida...
Gagool, al parecer, ya ha sentido lo que Umbopa revela poco después:
Él es Ignosi, el legítimo Rey de los Kukuanas; y estalla una rebelión, pero los ingleses obtienen apoyo para Ignosi, aprovechando su conocimiento previo de un eclipse lunar para afirmar que oscurecerán La Luna como prueba del reclamo de Ignosi.
En las primeras ediciones, este fue un eclipse solar; y Haggard lo cambió después de darse cuenta de que su descripción de un eclipse solar no era realista.
Los ingleses se unen al ejército de Ignosi en una furiosa batalla, y aunque superados en número, los rebeldes derrocan a Twala, y Sir Henry se corta la cabeza en un duelo.
Los ingleses también capturan a Gagool, quien los lleva de mala gana a Las Minas del Rey Salomón; y ella les muestra una sala del tesoro dentro de una montaña, tallada en lo profundo de la roca viva, llena de oro, diamantes y marfil.
Luego se escapa traidoramente, mientras admiran el tesoro, y activa un mecanismo secreto que cierra la gran puerta de piedra de la mina.
Sin embargo, una breve pelea con una hermosa mujer Kukuana llamada Foulata, que se había apegado a Good después de cuidarlo a través de las heridas sufridas en la batalla, hace que sea aplastada debajo de la puerta de piedra, aunque no antes de apuñalar a Foulata.
Su escasa reserva de comida y agua disminuye rápidamente, y los hombres atrapados se preparan para morir también.
Después de unos días, desesperados y sellados en la cámara oscura, encuentran una ruta de escape, trayendo consigo algunos bolsillos de diamantes del inmenso tesoro, lo suficiente como para enriquecerlos.
Los ingleses se despiden de un triste Ignosi, y regresan al desierto, asegurándole que valoran su amistad, pero que deben regresar para estar con su propia gente.
Ignosi a cambio les promete que serán venerados y honrados entre su gente para siempre.
Tomando una ruta diferente, el grupo encuentra al hermano de Sir Henry varado en un oasis por una pierna rota, incapaz de avanzar o retroceder.
Así, todos juntos al final, el tesoro del Rey Salomón es dividido en 3 partes:
Allan, Good y Henry, que acaba cediendo la suya a George; regresan a Durban y finalmente a Inglaterra, lo suficientemente ricos como para vivir una vida cómoda.
Desde el punto de vista moderno, la novela está llena de estereotipos:
El blanco civilizado y el negro salvaje; la superioridad técnica y moral del hombre blanco sobre el negro incivilizado; los animales cuyo destino es, por naturaleza, ser cazados…
El destino evidente que tienen los países europeos de colonizar el África, pero todo eso debe entenderse dentro del contexto en que el libro fue escrito.
Haggard no podía dejar de ser todo lo británico que era, por tanto tampoco sus personajes; de todos modos se encuentra en el libro más de un planteamiento acerca de cuan superior es, por lo menos moralmente el hombre blanco, visto como materialista y deshumanizado; y como se puede ver, el héroe de la novela presenta aspectos bastante cuestionables desde el punto de vista de la moral de hoy, aunque en su tiempo no lo fuera, después de todo, el marfil aún no había sido reemplazado por el plástico, pero también se deben considerar los riesgos y la peligrosidad de su profesión; por ejemplo, en las escenas iniciales de la película de 1937, dirigida por Robert Stevenson, un elefante muere de un disparo, nada extraordinario en una película que se desarrolla en la selva africana, pero resulta que al elefante se le dispara de verdad, y muere también de verdad, sin trucos.
¿A qué voy?
A que en la época actual eso sería imposible de realizar, sería un escándalo, pero en ese momento no causó ni la menor reacción, y menos algún cargo de conciencia… por lo que el éxito de esta novela permitió a Haggard crear una saga de novelas que continuó en “Allan Quatermain”, e incluso la unió con otra de sus grandes creaciones:
“She and Allan” (1921)
Estas eran novelas de aventuras ambiciosas, muy populares e imaginativas; y ésta en particular, ha vendido ya 83 millones de copias, siendo uno de los libros más vendidos de todos los tiempos; además, el personaje de Allan Quatermain ha sido ampliado en gran medida por los escritores modernos.
Este uso posiblemente se deba a que las obras de Haggard pasaron al dominio público, al igual que Sherlock Holmes; siendo Allan Quatermain uno personajes usados en “La Familia Wold Newton” que es un concepto literario derivado de una forma de ficción cruzada, desarrollada por el escritor de ciencia ficción, Philip Joseph Farmer.
Por su parte, el escritor Alan Moore y el artista Kevin O'Neill, usaron una premisa similar en su serie “The League of Extraordinary Gentlemen”
En el cine, la novela se ha adaptado innumerables veces, con diferente éxito, y con las acostumbradas libertades para con el texto original; por ejemplo, en el libro solo aparece un personaje femenino, quien además de ser de raza negra, es una figura trágica; por lo que para satisfacer las necesidades de Hollywood, se hizo necesario que las películas contaran con un personaje femenino destinado a ser la figura romántica, y en cada versión, el personaje cambia.
Como Allan Quatermain, el personaje ha sido interpretado por grandes actores como:
Richard Chamberlain, Sean Connery, Cedric Hardwicke, Patrick Swayze y Stewart Granger, entre otros.
La primera versión cinematográfica de la novela, fue británica, y se estrenó en 1937, siendo dirigida por Robert Stevenson.
Luego en 1950, una producción de Hollywood, que es la versión más conocida, tanto que ganó 2 Premios Oscar.
Le sigue “King Solomon's Treasure” (1979), una producción británica-canadiense de bajo presupuesto, que combina tanto “King Solomon’s Mines” como “Allan Quatermain” en una sola historia.
Luego un filme homónimo de 1985, filmado en Zimbabwe, es la parodia más irónica de la historia; y un telefilme de 1986, pero es animada hecha para la televisión australiana, a cargo de Burbank Studios.
Finalmente una producción para TV en EEUU de 2004.
Y también hubo filmes relacionados a la historia:
“Allan Quatermain” (1919), “Watusi” (1959) que es una secuela del filme de 1950; “Allan Quatermain and The Lost City of Gold” (1987) con Richard Chamberlain, que es una secuela del filme de 1985; “The Search For King Solomon's Mines” (2002) un documental comisionado por The National Geographic Television y Channel 4 del Reino Unido.
Famosa fue “The League of Extraordinary Gentlemen” (2003) protagonizada por Sean Connery.
“The Librarian: Return to King Solomon's Mines” (2006) un filme de TNT, que fue lanzado como la segunda parte de una trilogía que sigue las fantásticas aventuras del hombre.
“Allan Quatermain and The Temple of Skulls” (2008) que es una adaptación directa a video, que curiosamente se parecía más a Indiana Jones que a la novela.
Pero es la versión cinematográfica de 1937 la que es considerada más fiel al libro.
“I'm in charge here!
I told you that before!”
King Solomon's Mines es una película de aventuras, del año 1937, dirigida por Robert Stevenson.
Protagonizada por Paul Robeson, Cedric Hardwicke, John Loder, Roland Young, Anna Lee, Sydeny Fairbrother, Arthur Sinclair, Robert Adams, entre otros.
El guión es de Michael Hogan y Roland Pertwee; basados en la novela homónima de Sir H. Rider Haggard.
Como dato, Charles Bennett es acreditado como uno de los escritores, pero dice que “realmente” no contribuyó al guión; y dijo que se opuso a la idea de que una mujer lo acompañara en el viaje, “fue una idea muy tonta” según dijo, y se retiró del proyecto; y como curiosidad particular, en esta película se cambia el nombre de Allan Quatermain por  Allan Quartermain.
La productora Gaumont British anunció y produjo la película en 1935, en Lime Grove Estudios de Shepherd's Bush; donde los sets fueron diseñados por el director de arte, Alfred Junge.
Por mucho tiempo, King Solomon’s Mines se pensó perdida; y se creía que el negativo había sido cedido a MGM cuando el estudio adquirió los derechos de nueva versión en 1950.
Y cuando MGM lo negó, se cree que fue asignado a Pinewood Lake en la propiedad del estudio, y encontrado en una tumba acuosa que contenía latas y carretes de películas de nitrato inestables; estaba en las bóvedas de madera de pino de Rank.
El rodaje comenzó en el estudio Shepherd's Bush en Londres, en 1936; y luego la unidad viajó a África durante 8 semanas, siendo todos dirigidos por Geoffrey Barkas, donde algunos exteriores fueron en KwaZulu-Natal, Sudáfrica; utilizando suplentes para los actores principales.
Es decir, ningún miembro del elenco viajó a Sudáfrica desde Inglaterra para trabajar en la película.
Por su parte, el actor principal, Paul Robeson, todo un logro al ser un actor de color, tener la primera factura, pero claro, es Inglaterra; se enojó al descubrir que las tribus africanas fueron representadas como personas estereotipadas, después de que se volvieron a filmar ciertas escenas de la película.
La acción sigue al cazador de fortuna, Patrick “Patsy” O'Brien (Arthur Sinclair) cuando dejó a su hija Kathy (Anna Lee) y guio a Umbopa (Paul Robeson) a recorrer el desierto con la esperanza de encontrar las legendarias Minas de diamantes del Rey Salomón.
Preocupada por su padre, Kathy convence al cazador Allan Quartermain (Sir Cedric Hardwicke) para que dirija una expedición para rescatarlo.
Después de sobrevivir en el desierto, los nativos los encuentran, y se los llevan a su jefe, Twala (Robert Adams)
Mientras que Umbopa se revela como el verdadero heredero del trono tribal, habiendo sido exiliado años antes por Twala y la bruja tribal, Gagool (Sydney Fairbrother, sin acreditar)
Con la única esperanza de Quartermain para obtener acceso a las minas y el posible rescate de O'Brien, es tratar de ayudar a Umbopa a recuperar el lugar que le corresponde como jefe; y junto a  los nuevos clientes de Quartermain:
Sir Henry Curtis (John Loder) y El Comandante retirado de La Armada, Good (Roland Young), todos vivirán inquietantes aventuras y, en más de una ocasión, llegarán incluso a temer por sus vidas; en un viaje arriesgado pero al que quieren asistir pase lo que pase.
Esta es la primera versión de la novela de 1884, de H. Rider Haggard, por lo que  tiene a su favor un elenco maravilloso; excelentes valores de producción que incluyen un pozo de volcán burbujeante y buenos efectos especiales, como cuando la lava comienza a erosionarse en las paredes del cráter.
Incluso con la fotografía en blanco y negro, es muy comparable a la versión Tecnicolor de 1950, y es absolutamente mejor que la versión de 1985.
Sin embargo puede que moleste la intrusión en la narrativa de 3 canciones… no obstante, la película está llena de suspenso y acción, como cuando las tribus luchan entre sí; y alguna comedia provista principalmente por Roland Young.
En definitiva, es un film lleno de aventura, humor y personajes curiosos; siendo una de las más antiguas película adaptadas, y la más seria que he visto de la historia; sin olvidar que es una producción de los años 30, por lo que podemos observar una imagen muy bien conservada, y una historia que se ha mantenido en otras versiones, con algo más de fantasía.
“That was in your country.
You are now in mine!”
El cine británico siempre se interesó desde el principio en historias de aventuras que transcurriesen en África, ya que tenían una rica fuente literaria con autores como Edgar Rice Burroughs y Rider Haggard entre otros; y no cabe duda que el personaje de Allan Quatermain ofrece muchas posibilidades cinematográficas para quién sepa sacar partido de dicho personaje.
Robert Stevenson fue un director de estudio, famoso por abordar el género de aventuras y cine familiar, un director interesante que debería revisarse su filmografía, porque aunque está muy lejos de los grandes, sí que podemos rescatar algunos momentos de buen cine, sobre todo en su primera etapa como director.
Y con King Solomon’s Mines, superó con creces su fama.
La acción tiene lugar en 1882, cuando el cazador de sueños irlandés, Patrick “Patsy” O'Brien y su hija Kathy no lograron hacerse ricos en las minas de diamantes de Kimberley, Sudáfrica; y persuaden a un reacio Allan Quartermain para que los lleve a la costa en su carreta.
En el camino, se encuentran con otro carro que lleva a 2 hombres en mal estado.
Umbopa se recupera, pero Silvestra (Arthur Goullet) muere después de jactarse ante Quartermain, de haber encontrado el camino a las legendarias Minas de Salomón.
Patsy encuentra el mapa del muerto; y se escabulle durante la noche, poco dispuesto a arriesgar la vida de su hija Kathy, ya que no puede persuadir a Quatermain para que lo guíe; y en su lugar, se encuentran con los nuevos clientes de Quartermain:
Sir Henry Curtis y El Comandante retirado de La Armada, Good, en busca de caza…
Pero Kathy roba el carro de Quartermain para ir tras su padre; y cuando éstos la alcanzan, ella se niega a volver con ellos, por lo que ellos y Umbopa la acompañan a través del desierto y las montañas, como se muestra en el mapa; siendo durante la ardua caminata, que Curtis y Kathy se enamoran.
Al otro lado de las montañas, son rodeados de nativos hostiles y llevados al kraal de su jefe, Twala, para ser interrogados.
Twala los lleva a ver la entrada de las minas, custodiados por la temida médico brujo, Gagool.
Esa noche, Umbopa revela que él es el hijo del anterior Rey, quien fue traicionado siendo asesinado por el usurpador Twala; por lo que se encuentra con disidentes, liderados por Infadoos (Ecce Homo Toto), que están hartos del cruel reinado de Twala.
Juntos, planean un levantamiento para el día siguiente, durante la ceremonia del “olor a los malvados”; sin embargo, Umbopa necesita de Quartermain para encontrar algo que contrarreste, en la mente de los nativos, la magia de Gagool.
Y durante el rito, Gagool elige a varios nativos, que son asesinados en el acto.
Recordando haber hecho una apuesta en El Día del Derby del año pasado, Good se da cuenta en su diario, de que habrá un eclipse solar total ese día exactamente a las 11:15am
El rápido Quartermain lo predice cuando Gagool se acerca a Umbopa; que revela su verdadera identidad a la gente durante el apogeo del eclipse, y estalla la rebelión.
Ambas partes reúnen sus fuerzas; y durante la batalla que siguió, Curtis mata a Twala, poniendo fin a La Guerra Civil; pero en la lucha, Kathy se escapa a la mina para buscar a su padre, y lo encuentra adentro, inmovilizado por una pierna rota, pero agarrando una bolsa llena de diamantes.
Se reveló que la mina estaba conectada a un volcán; por lo que Quartermain, Curtis y Good la siguen, pero Gagool lanza una roca para sellarlos.
Umbopa persigue a Gagool de regreso a la mina, donde el brujo es aplastado por la caída de rocas.
Así, el nuevo jefe logra liberar a sus amigos, y les da una escolta para ayudarlos a cruzar el desierto.
Esta primera versión de King Solomon’s Mines no es la mejor sin duda, ya que la que se realizó en 1950 con Stewart Granger de protagonista es mucho más espectacular y llamativa, pero desde luego, esta película es mejor que todas las que se han realizado después.
Rodada en estudio por Stevenson, sin embargo, King Solomon’s Mines tiene también bastantes escenas filmadas en África por una segunda unidad que le dan más verosimilitud a la cinta; pero lo mejor del film es la última parte, la que transcurre en el interior de África, donde vemos unas estupendas danzas tribales y algunas escenas terroríficas, como la de la hechicera eligiendo las víctimas, que es sin duda el mejor personaje villano de la película.
Curiosamente veo a los actores blancos bastante mal, a excepción del actor que hace de Sir Henry Curtis, que con un sentido del humor muy sarcástico, ayuda bastante a digerir la película; y como buena producción de los años 30, King Solomon’s Mines está llena de primeros planos a la rubia, arquetipos y secuencias delante de fondos pintados.
Sin embargo, el interesante argumento de la novela en la que se basa, da lugar a una película con momentos adorables, como las canciones de Paul Robeson, como Umbopa; que tiene el acento irlandés; o los chistes de la familia O’Brien.
A destacar también los planos, lamentablemente oscuros de los exteriores de África, son muy bellos, y los planos, igual de oscuros de las minas están muy logrados, al estilo egipcio y la erupción del volcán es un prodigio de los efectos especiales.
Como puede observarse en este clásico algunos efectos fueron muy simples, como las escenas del desierto con repetición de imágenes; o las escaladas en las montañas, ni hablar del manejo de extras en la pelea entre las tribus que tienen una calidad especial dado que se trata de una producción de 1937.
Con todo, la historia sigue fielmente el libro, y tiene momentos épicos y muy bien conseguidos sobre todo en el ataque al poblado por parte de los enemigos de Umbopa.
También es una de las primeras películas donde un actor negro como Paul Robeson es protagonista, y que como era cantante, tenemos algunos números muy surrealistas, viendo como un príncipe de una tribu del sur de África canta blues…
Y es que Robeson era todo un personaje para la época.
Graduado de abogado en Princeton, por una mecanógrafa blanca que rechazó escribir al dictado de un abogado negro, lo hizo desistir de ejercer la profesión y se dedicó a otras labores:
Se convirtió en actor de teatro y de cine, siendo muy amigo del gran cineasta soviético, Sergéi Eisenstein; y del dirigente keniano, Jomo Kenyatta, así como de otros líderes mundiales de la época, como Nehru y Emma Goldman.
Y como artista y figura pública, fue aclamado por escritores y pensadores como Pablo Neruda, James Joyce y Ernest Hemingway.
De personalidad rebelde y asertiva, Robeson dirigió las primeras campañas de Estados Unidos para reivindicar los derechos de la población afroamericana.
De hecho, poco después de que se estrenara esta película, Paul Robeson organizó un concierto en Teruel, para animar a las tropas republicanas durante ese triste episodio que fue La Guerra Civil.
Por su parte, Sir Cedric Hardwicke como Quartermain, es un personaje algo de lado, que no tiene mucho peso en la historia como protagonista.
Como dato, Hardwicke se formó en la Royal Academy of Dramatic Arts, y disfrutó de la amistad de Bernard Shaw, quien lo consideraba “uno de los mejores actores del mundo”
“Four over four weeks we have toiled northwards...”
Durante el siglo XIX, H. Rider Haggard fue una de las muchas personas que contribuyó a la literatura infantil; y sus historias todavía se leen ampliamente.
Y en el proceso, “King Solomon’s Mines” creó un nuevo género conocido como “Mundo Perdido”, que inspiraría a Edgar Rice Burroughs para escribir “The Land That Time Forgot”; a Arthur Conan Doyle para “The Lost World”; a Rudyard Kipling para “The Man Who Would Be King”; y a H.P. Lovecraft para “At The Mountains of Madness”
Por ejemplo, en “The Return of Tarzan” (1913), Edgar Rice Burroughs presentó su propia ciudad perdida de Opar, en la que la influencia de “King Solomon’s Mines” es evidente, ya que el Opar de Burroughs es supuestamente, el mismo Ophir bíblico con el que El Rey Salomón comerciaba.
El Opar reapareció en otras novelas de Tarzán, y más tarde fue retomado en las novelas de “Khokarsa” de Philip Joseph Farmer y Christopher Paul Carey; y varias obras derivadas en otros medios.
Burroughs, también introdujo otras “Ciudades Perdidas” en varios rincones escondidos de África, para que Tarzán las visitara, como un valle habitado por cruzados que aún mantienen una forma de vida medieval...
Robert E. Howard en “Conan, The Barbarian” también visitó varias ciudades perdidas, y Lee Falk para “The Phantom”, se escribió inicialmente en este género.
Una novela mucho más tardía de “Mundo Perdido” es “Congo” de Michael Crichton, que se desarrolla en la década de 1970, y presenta personajes que buscan un tesoro de diamantes en la ciudad perdida de Zinj, para usar en componentes electrónicos en lugar de joyas.
Como en “Treasure Island”, el narrador de “King Solomon’s Mines” cuenta su historia en primera persona, en un estilo de conversación fácil; y casi completamente perdido, excepto en el discurso de los Kukuanas, está el lenguaje adornado generalmente asociado con las novelas de esta época.
El uso de Haggard, de la perspectiva subjetiva en primera persona, también contrasta con el punto de vista omnisciente en tercera persona que estaba en boga entre escritores influyentes como Anthony Trollope, Thomas Hardy y George Eliot.
En sí, el libro tiene un valor académico por las actitudes colonialistas que expresa Haggard, y por la forma en que retrata las relaciones entre los personajes blancos y africanos; de hecho retrata a algunos personajes africanos como bárbaros, como Twala y Gagool; pero su barbarie tiene más que ver con su papel de antagonistas en la historia, que con su herencia africana.
También presenta el otro lado de la moneda, mostrando a algunos africanos negros como héroes y heroínas, como Ignosi; y mostrando respeto por su cultura.
El libro expresa mucho menos prejuicio que algunos de los libros posteriores de este género; de hecho, Quatermain afirma que se niega a usar la palabra “negro” y que muchos africanos son más dignos del título de “Caballero” que los europeos que se establecen o se aventuran en el país.
Haggard incluso pone un romance interracial entre una mujer Kukuana, Foulata, y el inglés blanco, Capitán Good.
El narrador, trata de desalentar la relación, temiendo el alboroto que tal matrimonio causaría en Inglaterra; sin embargo, no tiene objeciones con la dama, a quien considera muy hermosa y noble.
El escritor, final y lamentablemente mata a Foulata, quien muere en los brazos de Good…
Como dato, se dice que Kukuanaland se encuentra a 40 leguas al norte del río Lukanga, en la moderna Zambia, lo que lo ubicaría en el extremo sureste de la actual República Democrática del Congo;  de hecho, la cultura de los Kukuanas, comparte muchos atributos con otras tribus sudafricanas, como el zulú que se habla, y el sistema kraal que se usa.
Finalmente acotar que Allan Quatermain, el héroe de aventuras de “King Solomon’s Mines” y su secuela “Allan Quatermain” se usaron como modelos para el personaje estadounidense de Indiana Jones, que fue presentado en las películas:
“Raiders of The Lost Ark”, “Indiana Jones and The Temple of Doome” y “Indiana Jones and The Last Crusade”; sin olvidar que Quatermain ha ganado popularidad recientemente, gracias a ser un personaje principal en la película “The League of Extraordinary Gentlemen” (2003)
De esa manera, a los que gustamos de las novelas de aventuras, esas de antes, no nos queda mucho margen de maniobra, las seguimos disfrutando como hacíamos antes, sin fijarnos en los conflictos políticos o morales, o las condenamos al olvido por su carga criminal, racista, sexista y todo lo demás.
Por mi parte no pienso condenarlas, y seguiré releyéndolas hasta que se me caigan a pedazos; porque no dejaré de disfrutar de la aventura, la primitiva lucha entre la vida y la muerte, el salvaje encanto de la sabana y el misterio y los peligros de la selva.
Después de todo, como dice Allan Quatermain:
“La civilización es solo salvajismo con una capa de plata para despistar”

“Everything has an end, if only you live long enough to see it”



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