A Hidden Life

Terminando de ver “A Hidden Life” (2019) de Terrence Malick con August Diehl, Matthias Schoenaerts, Valerie Pachner, Michael Nyqvist, Jürgen Prochnow, Bruno Ganz, Martin Wuttke, Karl Markovics, Franz Rogowski, Tobias Moretti, Florian Schwienbacher entre otros.  


Drama basado en la vida del objetor de conciencia austríaco, Franz Jägerstätter, un granjero y católico devoto, declarado en 2007 como beato y mártir por El Papa Benedicto XVI y, desde entonces venerado por La Iglesia Católica.  


El filme está inspirado en el libro titulado “Franz Jägerstätter: Letters and Writings from Prison” de Erna Putz, con Malick adquiriendo sus derechos de adaptación para la producción; a la vez, este es el último largometraje bajo Fox Searchlight Pictures, antes Walt Disney Studios, que cambió a Searchlight Pictures. 


El filme se emplaza en 1938, tras la entrada de las tropas de Hitler en Austria, Franz Jägerstätter se halla solo en su pueblo para luchar contra el “Anschluss" la anexión de Austria a la Alemania nazi, siendo él fue el único de su pueblo en votar en contra de la medida de anexión; por lo que el joven se va a negar a combatir para la Alemania nazi, pero las consecuencias para este objetor de conciencia serán inmediatas:  


Va a ser encarcelado en Linz y después en Berlín; al tiempo que su solicitud de servir como paramédico fue ignorada, finalmente fue sentenciado a muerte, siendo guillotinado en la prisión de Brandenburgo-Gorden a los 36 años.  


Como dato, y como buen devoto, El Jueves Santo de 1936, Franz se casó con Franziska Schwaninger, una mujer profundamente religiosa; y después de la liturgia de la boda, los novios se dirigieron en peregrinación a Roma, donde recibieron la bendición papal de Pío XI. 


Así, inspirado por su esposa, Jägerstätter comenzó a estudiar La Biblia.y la vida de los santos; y ante sus experiencias en el servicio militar, la supresión de la iglesia, así como los informes sobre el programa de “eutanasia” nazi T4, comenzó a examinar la moralidad de la guerra.  


Como resutado del matrimonio, produjo 3 hijas:  


Maria, Louisi y Rosi. 


Las últimas palabras registradas de Jägerstätter antes de su muerte fueron:  


“Estoy completamente atado en unión interior con El Señor” 


Después de la guerra, en 1946, sus cenizas fueron enterradas en el cementerio Sankt Radegund, pero el destino de Franz Jägerstätter no fue bien conocido hasta 1964, cuando el sociólogo estadounidense Gordon Zahn publicó su biografía, “In Solitary Witness” 


Como película, “A Hidden Life” se estrenó en competencia en El 72° Festival Internacional de Cine de Cannes de 2019; y se proyectó en La Filmoteca del Vaticano con Malick haciendo una rara aparición pública para presentarla. 


El título traducido como “una vida ocuta”, fue tomado del libro “Middlemarch" (1874} de George Eliot, subtitulada como “Un estudio de la vida en provincias”, la novela se desarrolla en la ficticia ciudad de Middlemarch, en la región inglesa de las Midlands durante los años 1830 y 1832, donde la historia tiene varias líneas argumentales y un amplio número de personajes, y además de su claridad al entrelazar los relatos, incluye otros temas subyacentes como la situación de la mujer, la naturaleza del matrimonio, el idealismo y el interés personal, la religión y la hipocresía, las reformas políticas y la educación.  


Como el filme de Malick, la novela también tiene un ritmo pausado, el tono es ligeramente didáctico, con la voz “en off” irrumpiendo ocasionalmente a través de la narrativa, y muestra un cuadro muy amplio de la vida en provincias; al tiempo que nos nos da información sobre aquellos años y también topamos con la actitud profundamente reaccionaria de una comunidad establecida enfrentando la posibilidad de lo que para muchos de ellos eran cambios no deseados. 


A las reflexiones morales relacionadas con el horror de la guerra, los efectos que tiene en la naturaleza y cómo justificar una causa injusta, todo lo cual ya fue tratado por Malick en “The Thin Red Line" (1998), se suman los pensamientos y argumentos en torno a la grave decisión que toma el protagonista, padre de familia, cuando llega a la conclusión de que no debe luchar.  


No obstante, Malick abusa de este recurso, y llena toda la película de intensas líneas de diálogo o “en off” de personajes lanzando cuestiones o citas y agota... 


Como dato, con 2 horas y 53 minutos, “A Hidden Life” es la película más larga de Terrence Malick, el cual pasó casi 3 años editandola para darle enfasis a la última frase de “Middlemarch” de George Eliott que dice:  


“... porque el creciente bien del mundo depende en parte de actos ahistóricos; y que las cosas no están tan mal para ti y para mí como podrían haber estado la mitad debido al número que vivió fielmente una vida oculta, y descansan en tumbas no visitadas” 


Por ello y como en otros trabajos, Terrence Malick plasma la vida en el campo como un paraíso terrenal, como si fuera un Adán y Eva que peligran en El Paraíso debido a la acción del Mal, que nos acerca a la paz y la realización personal, y dedica bastante metraje a retratar a la idealizada familia feliz del protagonista en Radegund.  


Del mismo modo, no se cansa de incluir escenas de los vecinos mostrando su rechazo a la decisión del protagonista; pero eso tiene el objetivo de dar una parábola de la vida real de perseverancia y libre albedrío, haciendo del metraje un viaje espiritual centrado no solo en nuestra humanidad, sino en lo que significa caminar verdaderamente los pasos de Cristo; y sobre lo que significa elegir lo que creemos que es correcto y justo, cuando se nos dan todas las razones para no hacerlo. 

Y es que Malick no glorifica los ideales o hechos del personaje central; más bien nos enfocamos en los humildes hilos del amor y la tormenta que capean, y la química romántica es perfecta.  


August Diehl y Valerie Pachner son excepcionales y están increíblemente enamorados.  


Pachner ofrece una actuación particularmente conmovedora: 


Cada toque, mirada o abrazo es personal, poderoso y creíble.  


La sinceridad de la quimica llena la pantalla a medida que sus pensamientos, preocupaciones, deseos y vínculos personales resurgen en el contexto de Dios. 


Del resto del elenco, decir que incluye solo actores europeos, en su mayoría de los países de habla alemana: 


Austria, Suiza y Alemania.  


Además, destacan Matthias Schoenaerts con Michael Nyqvist y Bruno Ganz en sus actuaciones finales. 


Y como es de esperar, la cinematografía es excelente, Jörg Widmer ha trabajado en todas las películas de Malick desde “The New World" (2005) como operador de cámara. 


Otro punto a favor es la banda sonora original compuesta por James Newton Howard y presenta al violinista James Ehnes; una partitura que suena espiritual, mezclada con obras clásicas seleccionadas de Bach, Handel, Dvorak, Gorecki, Pärt y muchos otros.   


Total, la película es a la vez una reflexión sobre la devoción cristiana y un estudio sobre cómo las instituciones religiosas, entre otras, pueden acabar haciendo el mal. 


Una película imperfecta, inteligente y, sobre todo, heroica. 


Y como el guión de la película comienza con una cita de Soren Kierkegaard:  


“El tirano muere y su gobierno ha terminado; el mártir muere y su gobierno comienza” 


La película termina con aquella última frase de “Middlemarch” de George Eliott; por lo que nos queda: 


“Es mejor sufrir injusticia que hacerla” 


RECOMENDADA. 






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