The Laundromat

“First you must ask yourself:
Are you wealthy?”

“Los Papeles de Panamá” es la expresión dada por los medios de comunicación a una filtración informativa de documentos confidenciales de la desaparecida firma de abogados panameña, Mossack Fonseca, a través de una entrega de 2,6 terabytes de información, por parte de una fuente no identificada, al periódico alemán, Süddeutsche Zeitung, que posteriormente compartió con El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), revelando el ocultamiento de propiedades de empresas, activos, ganancias y evasión tributaria de Jefes de Estado y de gobierno, líderes de la política mundial, personas políticamente expuestas y personalidades de las finanzas, de los negocios, el deportes y el arte.
En total, son 11.5 millones de documentos filtrados, que detallan información financiera y de abogado-cliente para más de 214.488 entidades “offshore”; donde los implicados contrataban con el bufete de abogados consultores de empresas, Mossack Fonseca, servicios consistentes en fundar y establecer compañías inscritas en un “paraíso fiscal” de modo tal que cumpliesen con el objetivo primario de “ocultar la identidad de los propietarios”
En primer lugar señalar que un Centro Financiero Offshore (OFC), se define como un país o jurisdicción que brinda servicios financieros a los no residentes en una escala que no se ajusta al tamaño y al financiamiento de su economía nacional; donde existe eliminación de los controles de moneda y capital; por lo que el motor inicial para la creación y uso de muchos OFC en los años 1960 y 1970, vio que los regímenes fiscales y/o regulatorios, se convirtieron en las principales razones para usarlos a partir de la década de 1980; no obstante, los académicos ahora consideran que las actividades de las OFC, son sinónimo de “paraísos fiscales”
Un “paraíso fiscal”, también llamado “refugio fiscal” o “guarida fiscal” es un territorio o Estado que se caracteriza por aplicar un régimen tributario especialmente favorable a los ciudadanos y empresas no residentes, que se domicilien a efectos legales en el mismo.
Típicamente, estas ventajas consisten en una exención total o una reducción muy significativa en el pago de los principales impuestos, así como el secreto bancario.
Los “paraísos fiscales” son entonces uno de los instrumentos más utilizados por las personas y empresas que practican la elusión y la evasión fiscal; esto hace referencia a evitar la responsabilidad del pago de impuestos fiscales que las leyes de un Estado imponen, para mantener el equilibrio entre la armonía y las obligaciones existentes en el mismo; como el gasto público, pago de las deudas e inversiones, tanto sociales como de infraestructura; por lo que es un tema considerado como “controversial”, debido a que en la mayoría de los casos se considera un acto de inmoralidad pública, el querer ocultar las verdaderas cantidades de dinero que se posee, e inmediatamente se asocia ese hecho como una actividad ilícita.
Otro rasgo identificable de un “paraíso fiscal”, suele ser la existencia de estrictas leyes de secreto bancario y de protección de datos personales; y es habitual que los datos de accionistas y directores de empresas, no figuren en registros públicos, sino que se encuentren bajo la custodia de su representante legal, el llamado “agente residente”
Estas características, han provocado que muchos países, a menudo muy pequeños en extensión y población, hayan conseguido acumular en 2009, ¼ de la riqueza privada de todo el mundo, según El Fondo Monetario Internacional (FMI); e históricamente se los ha acusado de servir de cobijo a evasores de impuestos, terroristas y narcotraficantes, que esconden sus identidades tras sociedades “offshore”, cuentas numeradas, directores fiduciarios, fundaciones, “trusts” o acciones al portador; pero aún con sus connotaciones de secretismo financiero y la evasión de impuestos, “el paraíso fiscal” no es siempre un término adecuado para los centros financieros “offshore”, muchos de los cuales no tienen instituido el secreto bancario legal, y la mayoría han adoptado los protocolos de intercambio de información, para permitir a los países extranjeros, investigar a sospechosos de evasión fiscal.
La base de la mayoría de los centros financieros extraterritoriales, es la formación de estructuras, por lo general:
Una empresa, una sociedad, un “trust”, todas “offshore”; o fundaciones privadas.
Y es que las estructuras “offshore” se forman por una variedad de razones que incluyen:
Los Activos Separados; donde muchos conglomerados corporativos emplean una gran cantidad de compañías tenedoras, y con frecuencia, los activos de alto riesgo se estacionan en compañías separadas para prevenir el riesgo legal acumulado para el grupo principal.
Del mismo modo, es bastante común que las flotas de buques sean propiedad por separado de empresas extraterritoriales independientes, para tratar de eludir las leyes relacionadas con la responsabilidad del grupo en virtud de una determinada legislación ambiental.
La Protección de Activos; que son las personas adineradas que viven en países políticamente inestables, que utilizan compañías extraterritoriales para mantener su riqueza familiar, a fin de evitar posibles expropiaciones o restricciones de control de cambios en el país en el que viven.
Estas estructuras funcionan mejor cuando la riqueza se gana en el extranjero, o se ha expatriado durante un período de tiempo significativo.
Evitar las disposiciones de herederos forzosos:
En muchos países, desde Francia hasta Arabia Saudita, y el estado de Luisiana de EEUU, continúan empleando disposiciones de herencia forzada en su ley de sucesión, lo que limita la libertad del testador para distribuir activos tras la muerte.
Así, al colocar activos en una compañía “offshore”, y luego tener un testamento para las acciones en el “offshore” determinado por las leyes de la jurisdicción “offshore”, generalmente de acuerdo con un testamento específico para tal fin; el testador a veces puede evitar tales restricciones.
Otro son los vehículos de inversión colectiva:
Los fondos mutuos, los fondos de cobertura, los fondos de inversión, y las SICAV, se forman en el extranjero para facilitar la distribución internacional.
Al estar domiciliados en una jurisdicción de baja tributación, los inversores solo tienen que considerar las implicaciones fiscales de su propio domicilio o residencia.
También están los derivados y negociación de valores:
Las personas adineradas, suelen formar vehículos en el extranjero para realizar inversiones arriesgadas, como los derivados y el comercio internacional de valores, que pueden ser extremadamente difíciles de contratar directamente en su país, debido a la engorrosa regulación de los mercados financieros.
Los vehículos de comercio de control de cambios:
En los países donde existe control cambiario, o se percibe un mayor riesgo político con la repatriación de fondos, los principales exportadores, a menudo forman vehículos comerciales en compañías extraterritoriales, para que las ventas de las exportaciones puedan ser “estacionadas” en el vehículo “offshore”, hasta que se necesiten.
Los vehículos comerciales de esta naturaleza, han sido criticados en una serie de demandas de accionistas, que alegan que al manipular la propiedad del vehículo comercial, los accionistas mayoritarios pueden evitar ilegalmente pagar a los accionistas minoritarios, su parte justa de los beneficios comerciales.
Luego vemos los vehículos de riesgo compartido:
Las jurisdicciones extraterritoriales, se utilizan con frecuencia para establecer empresas conjuntas, ya sea como jurisdicción neutral de compromiso, y/o porque la jurisdicción donde la empresa conjunta tiene su centro comercial, tiene leyes corporativas y comerciales insuficientemente sofisticadas.
La evitación de acreedor; son las personas altamente endeudadas, que pueden tratar de escapar del efecto de la bancarrota, transfiriendo efectivo y activos a una compañía “offshore” anónima; o bien, la manipulación de mercado, donde los escándalos de Enron y Parmalat, demostraron cómo las empresas podían formar vehículos “offshore” para manipular los resultados financieros.
Por último, la evasión de impuestos:
Aunque los números son difíciles de determinar, se cree que las personas de las naciones ricas, evaden ilegalmente los impuestos al no declarar ganancias de los vehículos que poseen.
Las multinacionales, incluidas GlaxoSmithKline y Sony, han sido acusadas de transferir beneficios de las jurisdicciones con impuestos más altos en los que se realizan a centros extraterritoriales libres de impuestos.
De esa manera, los colaboradores necesarios o facilitadores de la utilización de “los paraísos fiscales” son los bancos, consultorías, bufetes de abogados y asesores fiscales y financieros, que diseñan y conocen las estructuras jurídicas para la elusión fiscal y el fraude fiscal.
Estos facilitadores, crean las empresas interpuestas, conocen “los paraísos fiscales”, su normativa y sus lagunas; la existencia de bancos “offshore” y firmas especializadas con delegaciones en todo el mundo, que garantizan el anonimato.
Entre “los paraísos fiscales” enumerados en la lista publicada por La Organización para La Cooperación y El Desarrollo Económicos (OCDE), el 2 de noviembre de 2011, están:
Nauru y Niue; y otros territorios considerados “paraísos fiscales”; como centros financieros considerados “paraísos fiscales” según El FMI, están:
Italia, Costa Rica, Irlanda, Estados Unidos, Filipinas, Guam, Hong Kong, Islas Marianas del Norte, Israel, Malasia, Líbano, Reino Unido, Luxemburgo, Macao, Portugal, Estados Federados de Micronesia, Países Bajos, Puerto Rico, Singapur, Suiza, Tahití, Francia, Tailandia, Marruecos y Yibuti.
Estados Unidos, en especial, cuenta con legislaciones en algunos estados, como Delaware, Wyoming o Nevada, que “de facto” permiten una exención de impuestos para sociedades limitadas (LLC) en manos de extranjeros no residentes, siempre y cuando no mantengan un establecimiento físico en el país.
Desde el acuerdo alcanzado en 2014 por La OCDE para mejorar el control y la transparencia para las cuentas bancarias depositadas en el exterior, se constata un gran flujo de dinero hacia Estados Unidos proveniente de Suiza, y otros antiguos “paraísos fiscales”; por lo que Estados Unidos es 1 de los 4 países miembros de La OCDE, que se ha negado a participar en este acuerdo; los otros son:
Bahréin, Nauru y Vanuatu.
La ONU, por su parte, calcula que cada año entran en Estados Unidos al menos $1,6 billones provenientes de actividades ilícitas.
Con todo lo anterior, decir que los documentos llamados “Papeles de Panamá”, algunos datan de la década de 1970, y fueron creados y tomados del bufete de abogados panameño, y proveedor de servicios corporativos, Mossack Fonseca, y fueron filtrados en 2015 por una fuente anónima.
Mossack Fonseca & Co., fue un bufete de abogados, que en su momento era el 4° mayor proveedor mundial de servicios financieros “offshore”
La firma fue fundada por el abogado alemán, Jürgen Rolf Dieter Mossack, en 1977; y se unió al novelista y abogado panameño, Ramón Fonseca Mora en 1986.
Más tarde agregó un tercer director, el abogado suizo, Christoph Zollinger.
Ramón Fonseca Mora había sido Ministro Consejero de Juan Carlos Varela, y Presidente del Partido Panameñista, hasta que fue destituido en marzo de 2016, debido a la operación de lavado de autos en Brasil.
Fonseca era especialista en derecho comercial, servicios de fideicomiso, asesoría de inversores y estructuras comerciales internacionales; y también ofrecía protección de la propiedad intelectual y servicios de derecho marítimo.
Un memorándum interno, revelado en la filtración de documentos de Panamá en 2016, señaló que el 95% del trabajo de la compañía, consistía en “vender vehículos para evitar impuestos”
En 2013, la firma fue descrita como “una de las 7 que representaban colectivamente a más de la mitad de las compañías “offshore” constituidas en Panamá”; y también albergaba varias compañías incorporadas en Panamá dentro de sus oficinas; por lo que era una de las firmas más grandes en la industria de servicios corporativos.
Sin embargo, el fundador, Mossack, afirma que su volumen representa solo alrededor del 5% de la industria legal global de servicios financieros; pero según The Economist, la empresa tiene del 5 al 10% del mercado global de compañías fantasmas, y se ha descrito como “de labios cerrados”
Así las cosas, el bufete de abogados apoyó a más de 14.000 clientes en la fundación de 214.000 firmas en 21 “paraísos fiscales”
Eso fue gracias a que la firma tiene 9 oficinas en China, varias en América Latina, otras en Estados Unidos y Europa, con 2 en Suiza.
Además, los abogados de la firma habían sido enviados a países extranjeros para promover negocios en Panamá, y productos financieros panameños.
De hecho, Mossack estableció operaciones en Las Islas Vírgenes Británicas en 1987, donde incorporó más de 100,000 compañías.
La firma, fue consultada por el país de Niue, cuando trató de convertirse en un centro financiero “offshore”, y administró ese negocio exclusivamente para el país, a través de su sede en Panamá; sin embargo, los bancos estadounidenses impusieron embargos a las transferencias bancarias a Niue en 2001, lo que provocó el cierre del negocio en 2005; trayendo como consecuencia que las cuentas de los clientes de la empresa, se trasladaron de Niue a Samoa Americana.
Desde su fundación en 1977 hasta la publicación de Los Papeles de Panamá en abril de 2016, la firma permaneció en su mayor parte oscura, a pesar de que se sentó en el corazón de la industria “offshore” global, y actuó para aproximadamente 300,000 compañías; donde más de la mitad, están registrados en “paraísos fiscales” británicos, así como en El Reino Unido.
Al tiempo que la firma recibió atención de los medios de comunicación en todo el mundo en abril de 2016, cuando El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, publicó información sobre los negocios financieros de sus clientes en una serie de artículos bajo el nombre “Los Papeles de Panamá”
Fue luego de la publicación de un enorme caché de sus documentos entre 1970 y 2015, que se filtró a los medios de comunicación.
Los documentos contienen información financiera personal sobre individuos ricos y funcionarios públicos que anteriormente se habían mantenido privados.
Si bien, las entidades comerciales extraterritoriales son legales, los reporteros descubrieron que algunas de “las corporaciones fantasmas” de Mossack Fonseca se utilizaron con fines ilegales, como fraude, evasión fiscal y evasión de sanciones internacionales.
¿Quién los filtró?
El llamado “John Doe”, es el denunciante que filtró los documentos al periodista alemán Bastian Obermayer, del periódico Süddeutsche Zeitung (SZ), y permanece anónimo, incluso para los periodistas que trabajaron en la investigación.
“Mi vida está en peligro”, les dijo.
Y en una declaración del 6 de mayo de 2016, “John Doe” citó la desigualdad de ingresos, como la razón de su acción, y dijo que filtró los documentos “simplemente porque entendí lo suficiente sobre su contenido para darme cuenta de la magnitud de las injusticias que describieron”; y agregó que nunca había trabajado para ningún gobierno o agencia de inteligencia; y expresó su disposición a ayudar a los fiscales, si se les otorga inmunidad de enjuiciamiento.
Después de que SZ verificó que la declaración en realidad provenía de la fuente de “Los Papeles de Panamá”, El ICIJ publicó el documento completo en su sitio web.
“John Doe” aseguró que filtró los documentos por decisión propia, y “no por propósitos políticos”; empero, El Manifiesto pide a las legislaturas de La Unión Europea y EEUU, y de “todas las naciones”, que modifiquen sus leyes “no solo para proteger a los denunciantes, sino también para detener el abuso global de los registros corporativos”, señalando también que, en La Unión Europea, “estos registros deben ser de acceso libre en cada estado miembro, con suficiente información detallada disponible sobre los dueños beneficiarios finales”
“John Doe” señala además, que habrá más filtraciones… y finalizó su Manifiesto destacando la importancia del acceso ciudadano al conocimiento y a la información, anunciando con optimismo, que ha comenzado una Nueva Era, y que “la próxima revolución será digitalizada”
Por su parte, SZ solicitó ayuda al ICIJ, debido a la cantidad de datos involucrados.
Los periodistas de 107 organizaciones de medios en 80 países, analizaron los documentos que detallan las operaciones de la firma de abogados; y después de más de 1 año de análisis, las primeras noticias se publicaron el 3 de abril de 2016, junto con 150 de los propios documentos.
Como dato, el proyecto representó un hito importante en el uso de herramientas de software de periodismo de datos y colaboración móvil.
Y como era de esperar, los documentos se denominaron “Papeles de Panamá”, debido al país del que se filtró; sin embargo, el gobierno panameño expresó fuertes objeciones al nombre, por las preocupaciones de que empañaría la imagen del gobierno y del país en todo el mundo, al igual que otras entidades en Panamá y otros lugares.
Esto llevó a una campaña publicitaria, algunas semanas después de la filtración, titulada “Panamá, más que papeles”; mientras que algunos medios de comunicación que cubrieron la historia, usaron el nombre de “Documentos de Mossack Fonseca”
Así las cosas, la firma supuestamente había ayudado a ciudadanos extranjeros a eludir sus leyes fiscales locales, y a veces incluso sanciones internacionales.
Por su parte, el fundador de la firma ha argumentado que “simplemente ayudamos a los clientes a lograr la privacidad, y que ahora cumple con las regulaciones de “conoce a tu cliente”
Y es que estos documentos revelan, cómo los clientes escondieron miles de millones de dólares en “paraísos fiscales”; pero la firma sigue sosteniendo que “esta cobertura ha tergiversado el trabajo”
En su declaración completa, la firma alegó que llevaba a cabo la debida diligencia sobre clientes potenciales, “niega servicios rutinariamente” a aquellos que están “comprometidos” y “renuncia rutinariamente a los compromisos de los clientes” cuando la diligencia debida continúa y/o las actualizaciones de las listas de sanciones revelan problemas.
Además, sin embargo, la firma dijo que la responsabilidad por posibles violaciones legales, puede recaer en fallas, o fallas de otras instituciones dado que:
“Aproximadamente el 90% de nuestra clientela, está compuesta por clientes profesionales, como instituciones financieras internacionales, así como compañías fiduciarias y firmas de abogados y contables prominentes, que actúan como intermediarios, y están regulados en la jurisdicción de sus negocios.
Estos clientes están obligados a realizar la debida diligencia sobre sus clientes de acuerdo con las regulaciones KYC y AML:
“Conozca a su cliente y contra el lavado de dinero, respectivamente”; a las que están sujetos”
Total, el 3 de abril de 2016, la firma informó a los clientes, que los archivos se habían obtenido a través de un “hackeo” del servidor de correo electrónico de la compañía.
Por otra parte, Forbes ha sugerido que la seguridad de la información de la empresa era pobre, ejecutando versiones antiguas de herramientas clave, y desde entonces se han descubierto otras vulnerabilidades.
Poco después de la filtración, la policía panameña, peruana y salvadoreña, allanó las oficinas locales de Mossack Fonseca.
El bufete rechazó las acusaciones, según las cuales habría colaborado en lavado de dinero y evasión tributaria; y Mossack calificó la transmisión de documentos internos como “hackeo y delito”
El 14 de marzo de 2018, la firma anunció que cerraría como resultado del daño económico, y de reputación infligida como resultado de la filtración de “Los Papeles de Panamá”, junto con lo que describió como “acciones inusuales de ciertas autoridades panameñas”
Uno de los periodistas involucrados en la investigación, fue Jake Bernstein, junto a un buen puñado de compañeros que destaparon los secretos que provocaron un “tsunami mediático” en el que brotaron como una enfermedad fúngica, los nombres de hasta 140 dirigentes políticos, más personalidades públicas, de 50 países diferentes, como:
Mauricio Macri, Presidente de Argentina; Petró Poroshenko, Presidente de Ucrania; Malcolm Turnbull, Primer Ministro de Austria; el expresidente Ronald Reagan, Silvio Berlusconi; Michel Platini, Bertín Osborne... en una lista que parece es interminable.
En lo personal, Jake Bernstein es un periodista de investigación y autor ganador del Premio Pulitzer; que trabajó con El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación; y durante una carrera de 25 años, ha cubierto La Guerra Civil en América Central, la contaminación industrial en Texas, la corrupción política en Miami, la avaricia que destruye el sistema en Wall Street y el mundo secreto del dinero extraterritorial; por lo que ha escrito artículos de viaje, revisado películas y libros, y llevado su periodismo a la radio y la televisión.
Su libro de 2017, “Secrecy World: Inside The Panama Papers Investigation of Illicit Money Networks and The Global Elite”, analiza en profundidad la evolución del mundo “offshore” visto a través de “Los Papeles de Panamá”, y de los periodistas e investigadores que trataron de romper su secreto.
Además de compartir una línea sobre la historia principal, Bernstein también escribió el artículo del consorcio sobre los hallazgos rusos en “All Putin's Men: Secret Records Reveal Money Network”, vinculado al líder ruso, y la historia sobre “El arte del secreto en el mundo offshore”
El proyecto ganó El Premio Pulitzer por Informes Explicativos, y fue finalista de Pulitzer por Informes Internacionales.
Su trabajo fue la base para la reciente película del oscarizado Steven Soderbergh.
“The story is somebody died, and somebody’s making money from it”
The Laundromat es una comedia del año 2019, dirigida por Steven Soderbergh.
Protagonizada por Meryl Streep, Gary Oldman, Antonio Banderas, David Schwimmer, Alex Pettyfer, Will Forte, James Cromwell, Matthias Schoenaerts, Nonso Anozie, Melissa Rauch, Robert Patrick, Jeffrey Wright, Amy Pemberton, Chris Parnell, entre otros.
El guión es de Scott Z. Burns, basado en el libro “Secrecy World: Inside The Panama Papers Investigation of Illicit Money Networks and The Global Elite” (2017) de Jake Bernstein, que expone el mundo revelado por “Los Papeles de Panamá”, un panorama de dinero ilícito, corrupción política y fraude en una escala global.
Por su parte, en julio de 2016, se anunció que Steven Soderbergh estaba preparado para producir un proyecto de “Los Papeles de Panamá” que no tenía título; y más tarde, en abril de 2018, se anunció que él también dirigiría la película, ahora titulada “The Laundromat”
El habitual del director, Scott Z. Burns, escribió el guión; y sería una producción de NETFLIX, como una película cerebral, irónica, a ratos divertida, que denuncia los chanchullos de los poderosos en el manejo del dinero, por lo que llama a la indignación de los ciudadanos.
Decía Soderbergh, que su objetivo era conseguir entretener al público, a la par que cumplir con el alegato político que da vida a la película:
“Pensamos que divertir era el mejor modo de permanecer en la mente del espectador”
La historia es afilada, satírica y divertida, poniendo en el centro de la diana, la codicia, el egoísmo y la explotación de una clase obrera a la que ni la arbitrariedad del destino sonríe; aun con varias historias entrelazadas, consigue mantener cierto equilibrio entre información y entretenimiento que nos permite el interés por la película.
Como dato, y como es su costumbre, además de dirigir la película, Steven Soderbergh filmó la película acreditado como Peter Andrews; y la editó como Mary Ann Bernard.
La historia sigue a una viuda, Ellen Martin (Meryl Streep), que investiga un fraude al seguro; y todas las pistas conducen a 2 abogados de Ciudad de Panamá:
Jürgen Mossack (Gary Oldman) y Ramón Fonseca (Antonio Banderas), que se benefician de las lagunas del sistema financiero mundial...
El filme nos muestra que la situación de Ellen, como todo aquel ciudadano de a pie afectado, solo insinúa la evasión de impuestos, el soborno y otros absurdos ilícitos en los que los súper ricos se entregan para apoyar el sistema financiero corrupto del mundo.
Si bien el tema es pesado y algo aburrido, el enfoque en la sátira y el absurdo, llegando hasta el disparate; y la narración es lo que hace que la propuesta no sea tan complicada; inclusive se hace entretenida en la manera en que está desarrollada, desde el primer hasta el último minuto.
Y es que la película brilla cuando se proyecta a las alturas de la comedia cínica; sin olvidar por ello es aspecto técnico:
La iluminación, tremendamente colorida y hermosa; la cinematografía y los decorados son realmente bellos; el vestuario es exquisito, y la hasta los efectos especiales y algunas técnicas de cámara, que no son novedosas, están muy bien empleadas a favor de la historia, sin entorpecerla, sino en agrandarla y agradar sobre un tema que debe de ser de conocimiento y entendimiento público; y sin ser un documental, por ello hasta se intuyen a “los actores reales del fraude fiscal”, como Dolce & Gabbana o Pedro Almodóvar en la figura de Antonio Banderas.
Más allá de eso, The Laundromat es una película que toda persona que no esté familiarizada con la banca “offshore” debería ver; pues como cité, describe en términos precisos, aunque humorísticos, cómo funciona “el dinero” en las manos de algunas personas, y cómo funciona en las manos de un “Don Nadie”
Y por ello, el elenco es clave, formado por actores increíbles, que ofrecen actuaciones increíbles, aunque como la mayoría de nosotros sabemos, ese no siempre es el ingrediente para una gran película.
No obstante, se fue un paso más allá y nos regaló hechos, aunque no todos, pero sí logró dar los ejemplos perfectos para entenderlo.
Así, básicamente, la historia lleva al espectador a través de capítulos/secretos, por las maquinaciones internas de un negocio dirigido por personas que conocen la ley, y la empujan hasta donde la ley lo permita para servir a sus propios fines.
Las personas que se ocupan de evaluar el valor de comprar y vender oficios y productos básicos, tan fácil como medir el valor de... y comerciar con... otras personas.
Por último, no puedo evitar pensar en las prácticas comerciales reales, el manejo del dinero mismo, y cómo todo ello afecta al ciudadano promedio, y cómo otros parecían tomar hechos simples, como una afrenta personal o un ataque a un partido político.
“Bribery.
Corruption.
Money laundering.
Millions and millions and millions of dollars.
And they’re trying to hide the whole thing.
Somebody has to sound the alarm”
The Laundromat, el reciente trabajo de Steven Soderbergh, demuestra que NETFLIX está dando cancha a importantes cineastas, ya que además al catálogo de cine de la plataforma de “streaming” se unen los trabajos de otros cineastas como Alfonso Cuarón, los hermanos Coen, Martin Scorsese o Paul Greengrass.
Aquí, el presente filme podría verse como la perfecta conjunción de los numerosos registros explorados por el inquieto cineasta estadounidense a lo largo de su carrera:
De partida, hallamos el perenne interés del director por sacar a la luz pública el efecto lacerante de diversas lacras sociales, donde se aborda la desfachatez con la que las grandes fortunas esquivan sus responsabilidades fiscales echando mano de la ingeniería financiera, del mismo modo que “Traffic” estudiaba el tráfico de drogas, o “Erin Brockovich” las malas praxis de las corporaciones; y la reciente “High Flying Bird”, también disponible en NETFLIX, el precario rol de “La América Negra” en la industria del espectáculo deportivo.
En el caso de The Laundromat, la denuncia se articula a través de la sátira más descarada, un tono que Soderbergh ya exploró, y que sobrevuela sus comedias más frívolas.
Por último, lo nuevo del cineasta se presenta como un fragmentario “collage” que se ramifica en la esfera internacional, una estrategia que ya resplandecía en “Contagion”, que a su vez comparte con este filme su carácter “procesual”
Y resulta impactante la seguridad con la que Soderbergh, todo un veterano de la industria a sus 56 años, emplea las herramientas cinematográficas a su disposición, para embestir contra la avaricia del sistema capitalista, un mensaje que ya se infiltraba en el díptico que forman “Magic Mike”
Fue entonces, en el año 2016, que se dieron a conocer “Los Papeles de Panamá”, uno de los escándalos más grandes de la presente década, que puso en el panorama mundial, un tema del cual se conoce pero que nunca se ha podido estigmatizar o señalizar completamente, debido a los vacíos legales existentes, que son precisamente aprovechados como un medio para llevar a cabo la evasión fiscal.
La historia de The Laundromat, se muestra a modo de falso documental en 5 capítulos, donde Jürgen Mossack y Ramón Fonseca son los narradores y protagonistas del filme, los abogados panameños que por medio de su firma Mossack Fonseca & Co., realizaban el juego legal con compañías ficticias y evasión de impuestos.
Pero es cuando sus vacaciones idílicas toman un giro impensable, Ellen Martin comienza a investigar una póliza de seguro falsa, solo para encontrarse en una trampa de negocios cuestionables, que pueden vincularse con un bufete de abogados de La Ciudad de Panamá, y su interés personal en ayudar a los ciudadanos más ricos del mundo a acumular grandes fortunas.
Los socios fundadores, Jürgen Mossack y Ramón Fonseca, son expertos en las seductoras formas en que “las compañías fantasmas” y las cuentas en el extranjero, ayudan a los ricos y poderosos a prosperar; pero están a punto de mostrarnos que la situación de Ellen, solo insinúa la evasión de impuestos, el soborno y otros absurdos ilícitos en los que los súper ricos se entregan para apoyar el sistema financiero corrupto del mundo; atravesando un caleidoscopio de desvíos en China, México, África, a través de Los Ángeles; y El Caribe, en camino a 2016, año en que se destapa todo.
De esa manera, en diferentes escenas episódicas, la película explica quién administra negocios, cómo y dónde, y cómo funcionan esas compañías “offshore” y “fantasmas”
Por ejemplo, en Panamá, cuando un simple empleado de Mossack & Fonseca resulta herido de muerte en el camino a casa, quedan 25,000 compañías “falsas” sin director financiero de una sola vez.
Porque el simple empleado no hacía nada más que poner su firma en los documentos, día tras día, por varios años.
A fin de cuentas, lo que se termina descubriendo es una parte ínfima de lo que es la enorme red que comprenden “los paraísos fiscales” a nivel mundial, en una sociedad donde, entre más se tiene, más se quiere.
Como ya hace unos años, el director Adam McKay utilizara a “The Big Short” para explicarnos el derrumbe comercial de final de la década del 2000, The Laundromat populariza su tema de una manera atractiva para su audiencia, utilizando al dúo Banderas/Oldman como “Maestros de Ceremonias”, los cuales se expresan frente a la cámara, rompiendo “la cuarta pared”, y explicando con simples ejemplos, los diferentes procesos y técnicas tributarias; por lo que al terminar el visionado, no recordamos todo, pero si tenemos algunos elementos más claros.
Y si funciona tan bien, es gracias a la escritura de los personajes, donde el público debe poder apegarse a ellos o, al menos, comprender sus motivos; mientras quienes trabajan en finanzas coquetean con la ilegalidad, sin pasar la línea blanca.
Sin embargo, no porque algo sea legal, no significa que sea éticamente incorrecto…
La primera mitad de la película se conduce de forma aleatoria, aunque con ideas ocurrentes y algo de imaginería visual para esforzarse en tener estilo propio; donde el ritmo logra fluir e interesar; mientras que en la segunda mitad, se introduce una mecánica de historias individuales cortas, entrelazadas por una trama común.
Aquí la película funciona mucho mejor, y logra ser más interesante, donde el reparto principal mejora una barbaridad, logrando estar estupendos hasta llegar a una conclusión sólida, bien planteada con un cierre estupendo.
Así, su hora y media se pasa volando entre explicaciones que, parecen rebuscadas, pero que si uno atiende como es debido, descubrirá con claridad la facilidad con la que se llevaban a cabo las sociedades “offshore” que tanto bombo tuvieron con “Los Papeles de Panamá”; y vemos en lo técnico, que Steven Soderbergh todavía se divierte haciendo películas:
Su puesta en escena es tan aguda y precisa como siempre; tiene un dominio incomparable del ritmo, que le permite representar grandes paréntesis en su historia; por tanto, encontramos de 2 a 3 escenas largas que se refieren a la historia principal, ofreciendo una especie de soplo de aire fresco en este universo muy denso; y culmina con la presentación de “Los Papeles de Panamá” y el impacto que han tenido en el escenario mundial, pero no termina ahí…
Por el contrario, con un derrocamiento ingenioso, agradable y muy exitoso, plantea las preguntas que esa revelación ha creado en los Estados Unidos, y en la forma en que funciona, de la misma manera en interés de los poderosos, haciendo un comentario profundo y completamente político sobre el estado de un país entero, y la profunda injusticia que lo caracteriza.
Y es que The Laundromat está muy bien escrita, e interpretada por un elenco de leyendas que colocan la película en un estandarte bien alto; sin olvidar la forma en cómo se opta presentar la historia, que es uno de sus puntos más relevantes, alejándose de la seriedad formal dramática, posicionándose más como una comedia oscura, con un aspecto visual muy llamativo.
Así, Soderbergh consigue una narración ágil y fluida, como ha venido haciendo ininterrumpidamente desde 2011, siendo también el encargado de la dirección de fotografía y la edición del filme, como conocedor completo de estos oficios, el autor georgiano consigue con creces ambos aspectos, y lo que es mejor, da la sensación de que se divierte realizándolas; y se nota también que han intentado simplificar la trama al máximo, para que el espectador no se pierda detalles y sepa lo justo y necesario; porque en The Laundromat se intenta exponer las cartas del argumento lo más claras posibles, para que el espectador no tenga que jugar al descifrador mientras observa la película.
Todo ello a través del humor recurrente, que vacila a sus personajes, pero vacila también al espectador, y se vacila el mismo; porque el tono irónico es lo que envuelve a esta película, es su pilar, y Soderbergh lo consigue.
Reír para no llorar.
Del reparto, el dueto Banderas/Oldman se encuentra a nivel interpretativo formidable, entienden la idea de Soderbergh, y la plasman a la perfección, rompiendo “la cuarta pared” en repetidos momentos, narrando con agilidad y dando luces sobre la labor que hacían, además presentando personajes o situaciones que giran alrededor de toda la trama.
Oldman nos sorprende con un genial acento alemán, y nos regala una interpretación diferente a lo que ha ofrecido en los últimos tiempos.
En cuanto a Banderas, vuelve a demostrar lo carismático y gran actor que es, no teniendo nada que envidiar a un actor de prestigio como Oldman; y aquí no se deja apantallar ni siquiera por la gran Meryl.
Como Ellen Martin, Meryl Streep es una mujer de avanzada edad, que intenta cobrar una indemnización por la muerte de su esposo en un accidente turístico, con la mala suerte de dar con una de estas compañías fantasmas.
Pero atención, que la Meryl tiene 2 evidentes papeles dentro de la película; uno de los cuales es una parodia, y el otro es ella misma, hablando a la cámara.
Además de estos, se cuenta con un buen número de personajes que sirven como conexiones para ir entendiendo los eventos suscitados, los vacíos existentes, y la gravedad de todo el embrollo.
Y si le podemos achacar algo, se la podría comparar en este sentido a “The Big Short”, por intentar explicar un tema complejo por medio de toques cómicos y gamberros; pero aquí se pretende explicar “diluidamente” el escándalo, por lo que no funciona como denuncia, ni tampoco como sátira, y llega muy tarde, cuando el escándalo ya paso el agache.
Además, es una película sesuda, de estructura al estilo Soderbergh, con luces en sus interpretaciones, en la motivación por la denuncia, y en el intento por la sátira, pero con sombras en la construcción, la comedia y unos minutos finales pueden provocar cierto rechazo por el aroma propagandístico; al tiempo que pierde el foco narrativo en ciertos tramos a merced del entretenimiento, lo que supondrá un alivio para quienes busquen pasar el rato, y una decepción para los más interesados por su crítica política.
Como “error”, se nos presenta algunas escenas que son muy lamentables, como el multimillonario que regala unos audífonos de oro a su amante que usa un celular de gama baja… tal vez eso es intencional…
Como dato, tras el estreno del filme, los abogados de la firma Mossack Fonseca, presentaron una demanda contra NETFLIX, por la forma en la que son mostrados sus clientes en la película, ya que argumentan que “complicará su situación judicial”
Jürgen Mossack y Ramón Fonseca, indicaron que son retratados como “abogados descuidados y despiadados, involucrados en el lavado de dinero, evasión fiscal, sobornos y otras conductas criminales”, y por ello solicitaron a la justicia estadounidense que detenga su difusión, sin éxito alguno.
Por su parte, Soderbergh ha manifestado que a través de NETFLIX pretende llegar a un público más amplio, para tomar conciencia sobre el daño que produce la corrupción y “los paraísos fiscales”
Mientras que tras divulgarse los documentos de la empresa, La República de Panamá aceleró una serie de reformas para blindar su sistema financiero; y el gobierno actual trata de lavar la imagen exterior del país, que aparece periódicamente en listas sobre “paraísos fiscales y lavado de dinero”, para atraer nuevas inversiones; y al conocerse en Panamá, el tráiler del filme, algunos abogados, economistas y empresarios, criticaron en redes sociales la obra cinematográfica, y mostraron su temor a que afecte negativamente la imagen exterior del país:
“La película no hace la diferencia, porque en el imaginario exterior, Panamá es visto como un paraíso fiscal”, dijo Enoch Adames, ex coordinador académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)
Con todo, el mensaje de The Laundromat es tajante, y nos invita a exigir y luchar por reformas que cierren las rendijas que, hasta el día de hoy, han permitido que los más poderosos se salgan con la suya, sin ningún tipo de consecuencia o castigo; siendo la producción, un vital y al mismo tiempo doloroso recordatorio sobre la desigualdad social que impera a nivel mundial; donde un sistema que protege y solapa solamente a quienes se encuentran en lo alto de la escala social, olvidando y abusando de aquellos que están abajo.
“Where the fuck is my money?”
La presión de diversos organismos internacionales, especialmente La OCDE y El FATF, ha conseguido que, en los últimos años, muchos “paraísos fiscales” hayan accedido a hacer ciertas concesiones en materia de intercambio de información, especialmente en lo relativo a la colaboración en el esclarecimiento de delitos graves.
También, el sector bancario aplica ahora estrictas políticas de identificación de sus clientes, conocidas como “due diligence”
No obstante, en muchos casos, la opacidad de estos territorios, todavía es importante, así como lo son sus ventajas fiscales.
Esto es aprovechado por sectores muy diferentes de la economía, desde ahorradores privados, pasando por inversores, empresas de importación y exportación, hasta grandes multinacionales, bancos y aseguradoras.
Por otro lado, muchos países, particularmente los miembros del OCDE, han promulgado leyes que pretenden dificultar a sus ciudadanos eludir el pago de impuestos mediante sociedades en “paraísos fiscales”
En estos casos, estas sociedades se consideran como una corporación extranjera controlada o CEC, aplicándose a su dueño, un régimen de transparencia fiscal, es decir, considerando los ingresos de dicha compañía, como generados directamente por su propietario.
En cuanto a sus relaciones internacionales, pocos países cuentan con acuerdos bilaterales en materia de doble imposición internacional o, si existen, se excluyen de ellos expresamente a las sociedades no residentes.
Para La Organización de Naciones Unidas (ONU) “los paraísos fiscales” atentan contra los derechos humanos, según estudio y análisis de sus expertos.
De Jürgen Rolf Dieter Mossack, hoy de 71 años, ha sido vinculado a una investigación de corrupción en Brasil sobre sobornos pagados a políticos por compañías que hacen negocios con la compañía petrolera estatal, Petrobras.
Mossack dijo que los bancos intermediarios con los que trabajó su empresa, y que representan a los destinatarios finales de “las empresas fantasmas”, deberían haber hecho mejores revisiones de sus clientes:
“Nuestra marca necesita protección.
Creemos que la mejor manera de proteger la marca, es haciendo las cosas nosotros mismos, y no confiando en los demás”
En 2016, el bufete de abogados que poseía Ramón Fonseca Mora, ahora de 67 años, fue allanado por la policía bajo sospecha de lavado de dinero, soborno y corrupción.
Mossack y Fonseca fueron arrestados y puestos en la cárcel posteriormente.
Numerosas demandas judiciales, incluyendo serias acusaciones de colusión con regímenes despóticos, mafia y criminales globales están en curso.
Como dato, durante la posterior investigación penal internacional en curso sobre los asuntos de Mossack Fonseca, la periodista maltesa, Daphne Caruana Galizia, fue asesinada por un coche bomba.
Posteriormente, tanto Fonseca como su compañero Jürgen Mossack, han sido rechazados bajo fianza como riesgo de fuga.
El 9 de febrero de 2017, ambos fueron conducidos voluntariamente ante El Ministerio Público de Panamá, donde Fonseca declaró a su llegada, la presunta implicación del mandatario Juan Carlos Varela en escándalos de corrupción con el consorcio Odebrecht.
Ambos abogados, están siendo investigados por las autoridades judiciales panameñas, por blanqueo de capitales; sin embargo, el 21 de abril de 2017, se les concedió una fianza de excarcelación por medio millón de balboas, y cambio de medida a impedimento de salida del país, sin autorización judicial, hasta concluir las investigaciones.
En diciembre de 2017, La Unión Europea adoptó una lista negra de “paraísos fiscales”, en un esfuerzo para desincentivar las prácticas más agresivas de elusión fiscal.
También se estableció una lista gris, que incluye a aquellos que se han comprometido a cambiar sus normas sobre transparencia y cooperación fiscal.
Los 17 territorios en la lista negra son:
Samoa Americana, Bahréin, Barbados, Granada, Guam, Corea del Sur, Macao, Islas Marshall, Mongolia, Namibia, Palaos, Panamá, Santa Lucía, Samoa, Trinidad y Tobago; Túnez y Emiratos Árabes Unidos.
Algunos activistas, denunciaron que la elaboración del listado es un lavado de cara, y reclamaron la inclusión en la lista de algunos Estados miembros de La UE acusados de facilitar la elusión fiscal, como:
Luxemburgo, Malta, Irlanda y Países Bajos.
Aunque incompletas, y con las limitaciones discutidas, las estadísticas disponibles indican, no obstante, que el sector bancario extraterritorial, “offshore”, es una actividad más que considerable.
Los cálculos del FMI basados en datos del BPI, sugieren que los activos extraterritoriales incluidos en los Estados financieros de las instituciones bancarias, alcanzaban los 4,6 billones de dólares a fines de junio de 1999, lo que suponía aproximadamente, la mitad del total de activos extraterritoriales.
De ellos, 0,9 billones estaban en territorios del Caribe, 1 billón en Asia, y la mayoría de los restantes 2,7 billones en centros financieros internacionales como:
Londres, Estados Unidos y Japón.
En el caso de los Estados Unidos, estaban amparados en las franquicias bancarias internacionales (IBF), y en el de Japón, en El Mercado “Offshore” Japonés (JOM)
Así mismo, según un estudio realizado por la Tax Justice Network, grupo dirigido por el antiguo economista principal de la consultora McKinsey, y experto en paraísos fiscales, James Henry; es posible que existan entre 17 y 26 billones de euros escondidos en “paraísos fiscales”, que habrían aportado un aproximado de 230.000 millones de euros en concepto de recaudación por impuestos.
Por lo que se estima que estas cantidades se encuentran concentradas en “jurisdicciones enormemente proteccionistas”, como Suiza o Las Islas Caimán, con la ayuda de bancos privados que tienen el objetivo de atraer a los llamados “individuos de alto valor neto”
La riqueza de estas élites económicas, según Henry, está protegida por un grupo de profesionales, muy bien pagado y disciplinado, que se aprovechan de una economía global cada vez más transfronteriza, y con menos fricciones.
Los estados ricos en petróleo, cuya élite suele caracterizarse por su gran movilidad, son especialmente propensos a depositar su riqueza en estas cuentas, en lugar de invertir en su propio país.
El estudio también pone como ejemplo a Arabia Saudí, de donde escaparon 179.000 millones de euros; o Nigeria, con 250.000 millones de euros a la fuga.
Los casos que han ido saliendo a la luz pública, a razón de “Los Papeles de Panamá”, son diferentes en cuanto al tipo de involucramiento, al carácter preciso de la relación con la firma panameña, y a la envergadura de las transacciones; y ocupando un lugar central entre los involucrados, se encuentran muchos políticos del círculo más estrecho del presidente ruso Vladímir Putin, así como algunos amigos personales directos.
En la fuga, se nombraron 12 líderes mundiales actuales o anteriores; 128 otros funcionarios públicos y políticos; y cientos de celebridades, hombres de negocios y otras personas ricas de más de 200 países; y más de 30 clientes de Mossack Fonseca, fueron incluidos en una “lista negra” por El Departamento del Tesoro de EEUU; incluidas las empresas vinculadas a figuras de alto rango en Rusia, Siria y Corea del Norte.
En abril de 2019, El ICIJ y los periódicos europeos, informaron que el recuento global de dichos pagos superó los mil millones de dólares, y ahora es de 1.2 mil millones.
En comparación, Gran Bretaña recuperó la posición más grande, con 253 millones; seguida de Dinamarca con 237 millones; Alemania con 183 millones; España con 164 millones; Francia con 136 millones; y Australia con 93 millones.
Colombia con 89 millones, recuperó la mayor cantidad para los países de América del Sur y Central, que estuvieron muy involucrados en el escándalo financiero.
Mientras se realizan investigaciones en Austria, Canadá y Suiza, se esperan más pagos, y muchos países están llevando a cabo inspecciones continuas de empresas y particulares revelados en El Informe.

“In tax havens, boundaries between what’s legal and illegal become very blurred.
The recent leak on The Panama Papers revealed how international leaders, celebrities and businessmen from all over the world were using offshore companies to avoid making their assets public and, in some cases, potentially to dodge tax or hide illegal activities.
Panama is where criminal capitalism and legal capitalism become one”



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