Behind The Mask: The Rise of Leslie Vernon

Terminando de ver “Behind the Mask: The Rise of Leslie Vernon” (2006) de Scott Glosserman con Nathan Baesel, Angela Goethals, Scott Wilson, Zelda Rubenstein, Robert Englund, entre otros.  

Falso documental de terror y comedia negra, es un homenaje al género “slasher” 

La acción sigue a una periodista y su equipo que están documentando a un aspirante a asesino en serie que se modela a sí mismo de acuerdo con las convenciones del cine “slasher” 

Este es el debut de Scott Glosserman, que maneja sin lugar a dudas un planteamiento arriesgado, friki a base de bien, y dudo bastante que pueda ser disfrutado, o al menos no totalmente por aquellos que no estén familiarizados con las reglas y los tics habituales del “slasher”; pero igualmente dudo también que todo aquel que se haya tragado todas las sagas de terror n goce con esta auténtica declaración de amor y devoción a este tipo de películas. 

Y es que aquí está todo: 

La superviviente o chica final, la némesis del asesino, las potenciales víctimas a saber como el guapo, el drogo, la zorra... y como no, la virgen; sin olvidar las persecuciones en la que el asesino inexplicablemente alcanza a las víctimas a pesar de ir a paso de tortuga, las luces que se apagan, las armas que fallan, la historia negra que alimenta la leyenda del “psychokiller”, etc., pero todo tratado, esta vez, desde el punto de vista del asesino; uno encantador y simpático que nos explicará con toda la naturalidad del mundo los pasos que va a seguir para hacer su debut en el mundo de los asesinos en serie carismáticos; y es que, genial detalle, resulta que en el mundo que nos propone la película; Freddy Krueger, Michael Myers, Leatherface, Jason Voorhes... existen de verdad. 

Así, explicará a un equipo de reporteros, y a la vez a nosotros, eso que tantas veces hemos querido saber:  

¿Cómo se lo montan los” psychokillers” para desempeñar con tanta eficacia su oficio? 

De esa manera, la cantidad de detalles, guiños, referencias y homenajes es interminable en la primera hora de la película, con diferencia la mejor parte del asunto, pues la última media hora, prescinde del estilo tipo “cámara en mano” para convertirse en un “slasher” más; lo cual por otra parte tampoco debería suponer un inconveniente cuando el espectador ya ha entrado por completo en el juego, y sabe perfectamente que esto no hay que tomárselo muy en serio. 

Las actuaciones cumplen, aunque no pasen de la mediocridad en su mayoría, ya que nos encontramos con una grata sorpresa con la actuación de Nathan Baesel que consigue ser gracioso y aterrador a la vez, sin olvidar que esta fue la última película de la gran Zelda Rubinstein. 

Lo malo, desgraciadamente viene de su bajo presupuesto, donde los aspectos técnicos resultan igualmente desastrosos: 

La fotografía carece de cualquier interés y dota a la película de una simpleza excesiva; de igual manera podríamos hablar de los intérpretes de la película, totalmente amateurs y con un mínimo de carisma en sus actuaciones.  

El final quizás es lo más entretenido, ya que es en plan documental, pero nunca viene mal ver algo como esto. 

Con todo, esta es una propuesta de lo más entrañable para todos aquellos que alguna vez hemos visitado Elm Sreet, Crystal Lake, Haddonfield... y con esa satisfactoria sensación que da el placer culpable, hemos repetido... varias veces.  

“Todos necesitamos a alguien a quien admirar” 

RECOMENDADA 




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