The Philadelphia Experiment

“This now, this time, it's not ours”

La invisibilidad, ha sido tratada en numerosas ocasiones por escritores y cineastas de ficción, ya sea de manera “científica” o mágica, pero casi siempre planteando el peligro que supone que este “don” caiga en malas manos…
La invisibilidad, es la cualidad de un cuerpo físico visible, de no ser visto en condiciones de luz normales para un supuesto observador.
Hasta principios del siglo XXI, esta cualidad solo era posible en la naturaleza, y se daba en gases y seres u objetos que, por su tamaño, el ojo humano no era capaz de captar sin ayuda de lentes, u otra tecnología diseñada para tal menester; pero los científicos creen haber descubierto la forma de alterar el efecto de la luz sobre un cuerpo físico, para conseguir el efecto de invisibilidad de forma artificial, gracias a telas compuestas por estructuras electrónicas nanométricas.
La consecución de este logro, tiene importantes aplicaciones en la industria del espionaje y la guerra, lamentablemente.
Sin embargo, también podría ser utilizado para la seguridad del ciudadano y una mejor observación de especies animales en su medio natural, y mejorar la estética, también la iluminación de algunos lugares en las que las edificaciones han creado un paisaje poco acogedor para el ser humano.
Se conoce como “El Experimento Filadelfia”, nombre que le dio el ufólogo estadounidense, Morris K. Jessup, a un supuesto experimento secreto, llevado a cabo por La Armada de los Estados Unidos en los astilleros navales de Filadelfia, durante el 28 de octubre de 1943, en el cual, el destructor escolta de La Armada, USS Eldridge, habría sido “invisibilizado” electrónicamente contra los dispositivos enemigos, e involuntariamente habría sido teletransportado 600km hasta el puerto de Norfolk, Estado de Virginia, ida y vuelta.
El USS Eldridge, DE-173, fue un destructor de escolta de la clase Cannon de La Armada de los Estados Unidos, que recibía su nombre en honor al Teniente Comandante, John Eldridge, Jr., héroe de La Invasión de Las Islas Solomon, conocido principalmente por su supuesta participación en El Experimento Filadelfia; donde se puso a prueba una tecnología diseñada por el mismísimo Albert Einstein, y logró volverse invisible y teletransportarse.
Eso es, al menos, lo que dicen algunos teóricos de la conspiración…
El Experimento, también se conoce como “Proyecto Arco Iris”; y la leyenda urbana dice que los militares estaban probando un generador de campos electromagnéticos, con el que trataban de buscar aplicaciones prácticas a la teoría de campo unificado propuesta por Albert Einstein.
Dicho en una frase:
Pretendían lograr la invisibilidad.
Técnicos privados que no sabían lo que estaban instalando, dotaron de 2 potentes generadores, decenas de metros de cable eléctrico alrededor del casco, y otros complejos dispositivos electrónicos al USS Eldridge, un acorazado de 93 metros de longitud; y el 22 de julio de 1943, tuvo lugar el primer supuesto experimento.
Se cuenta que los generadores activaron un campo electromagnético que hizo desaparecer el acorazado de la vista durante unos minutos, rodeado de una niebla verdosa… y algunos marineros se quejaron de fuertes nauseas provocadas por la prueba.
El equipamiento se reajustó, y el 28 de octubre tuvo lugar la segunda prueba; esta vez, todo el barco desapareció completamente, y apareció en la base de La Marina en Norfolk, a 600 kilómetros de distancia, y 15 minutos en el pasado.
Allí, fue avistado durante ese tiempo.
Después de eso, desapareció de nuevo en medio de un relámpago azul, para regresar a Filadelfia.
Según la leyenda urbana, las consecuencias de este segundo experimento fueron tan devastadoras para la tripulación, que La Marina decidió cancelar el proyecto.
La mayor parte de los marineros, desarrolló esquizofrenia, y algunos perdieron completamente el juicio.
Muchos fueron heridos de gravedad al materializarse, y otros, menos afortunados, se fusionaron horriblemente con el casco del barco.
Algunos se desvanecieron días después del experimento, y nunca volvieron a aparecer…
Según la historiografía, los supervivientes fueron sometidos a lavados de cerebro para eliminar cualquier recuerdo o constancia de la existencia del experimento.
La historia, supuestamente real, habría quedado sepultada en el anonimato, de no ser por el testimonio de un supuesto sobreviviente del experimento, quien se contactó con un novelista de investigación en 1955, y comenzó a darle detalles de la prueba.
Acá es cuando las cosas se ponen bien paranoicas.
Primero, porque el autor en cuestión, era Morris Jessup, uno de los primeros investigadores de OVNI de la historia.
El tipo estaba de gira, presentando sus libros, y de pronto se topó con la carta de un admirador identificado como Carlos Miguel Allende, el cual le explicaba que había más de un método para viajar en el tiempo y el espacio, que era el tema que discutía Jessup respecto del posible origen interplanetario de los platos voladores; dicho lo cual, comenzó a describir con lujo de detalles, las características de la prueba montada en el USS Eldridge.
A Jessup, todo esto le pareció un disparate mayúsculo, y terminó archivando el asunto en vista que su interlocutor se negaba a darle pruebas sobre sus dichos.
El segundo acto llegaría en 1957, cuando La Armada recibió por correo una copia de uno de los libros de Jessup, plagada de observaciones manuscritas en los márgenes, y que mencionaban con frecuencia al Experimento Filadelfia.
El autor, fue llamado a identificar la letra de las inscripciones, las cuales pertenecían de manera inconfundible a Allende, amén de analizar el contenido de las mismas.
Al parecer, se trataba de la discusión entre 3 personas, quienes debatían las teorías de Jessup sobre la posibilidad de viajar en el tiempo y el espacio, y lo calificaban como si fuera un novato en el tema.
Pero un análisis más profundo, reveló que las 3 personas no eran más que Allende, escribiendo con 3 colores diferentes, e identificándose a sí mismo con distintos nombres.
La investigación no pasó mucho más de eso, ya que la dirección provista por el remitente de correo era falsa, y La Armada no tenía ganas de gastar un peso, pesquisando lo que parecía ser la obra de un esquizofrénico.
El tercer acto, ocurre en 1959:
La carrera como novelista de Jessup ha sido un fracaso y, lo que es peor, su editor se ha negado a publicar su trabajo sobre el incidente ocurrido con Allende, “El Experimento Filadelfia”, y el libro plagado de anotaciones.
En medio de una gran depresión, Jessup aparece muerto, encerrado en su garaje, y asfixiado por los gases emitidos por su auto.
Este hecho dispararía la imaginación de los paranoicos, los cuales salieron a afirmar que a Jessup lo mataron, porque tenía pruebas para demostrar que “El Experimento Filadelfia” había ocurrido en la realidad.
Semejantes afirmaciones, transformaron a las habladurías de Allende, revelado finalmente como Carl Meredith Allen, en una Leyenda Urbana, algo de lo cual todos hablaban, pero nunca nadie había tenido siquiera una prueba mínima que confirmase su veracidad.
Por supuesto, el tiempo dio lugar a contrapruebas, las cuales nadie quiso escuchar.
Los registros de La Armada mostraban que el USS Eldridge, estaba en realidad en Las Bahamas al momento que ocurría el supuesto experimento en los astilleros navales de Filadelfia, en octubre de 1943.
En cambio, lo que sí ocurrió fue un experimento con campos magnéticos en el USS Engstrom, el cual era un buque gemelo del Eldridge, y estuvieron estacionados juntos en puerto en 1943; cuyo único propósito era desactivar las espoletas de minas y torpedos que estuvieran a corta distancia del buque.
Por su parte, investigaciones posteriores, dieron con Carl Allen, ya como un paciente esquizofrénico, que estuvo internado en un psiquiátrico de Pennsylvania, el cual murió en un manicomio a la edad de 68 años, en 1994.
La historia del Experimento, ahora se considera extensamente como broma; y La Marina de los Estados Unidos sostiene que no ocurrió tal experimento, y los detalles de la historia, contradicen hechos bien establecidos sobre Eldridge; por lo que este bulo fue informado repetidamente como una farsa.
Para 1956, el bulo involucraba al buque Eldridge, a La Armada de Estados Unidos, y la teoría del campo unificado, al que posiblemente debido a una confusión con la palabra “campo”, se consideraba erróneamente como una burbuja oblonga de energía físicamente visible; y con el paso de las décadas, la leyenda se desarrolló en varios libros de literatura fantástica, y desde los años 90, en foros de internet, involucrando cada vez más elementos con visos de verosimilitud.
En 1984, la película “The Philadelphia Experiment” fue estrenada, presentando una versión ficticia del incidente.
“You know the old saying:
Girl in every port”
The Philadelphia Experiment es una película de ciencia ficción, acción y aventura, del año 1984, dirigido por Stewart Raffill.
Protagonizada por Michael Paré, Nancy Allen, Eric Christmas, Bobby Di Cicco, Stephen Tobolowsky, Louise Latham, Kene Holliday, Joe Dorsey, Michael Currie, Gary Brockette, Debra Troyer, Miles McNamara, Ralph Manza, James Edgcomb, entre otros.
El guión es de Wallace C. Bennett y William Gray; basados en la leyenda urbana del “Philadelphia Experiment”; y toda esta historia, estaba a su vez basada en textos de Charles Berlitz, nieto del fundador de los famosos “Centros de Idiomas Berlitz”, que desde los años 70 era muy conocido por sus investigaciones y subsiguientes libros sobre temas como La Atlántida, El Triángulo de Las Bermudas y el propio experimento, tema de la película.
Su libro, “The Philadelphia Experiment: Project Invisibility” da base al guión.
Naturalmente, La Marina de los Estados Unidos no apoyó la realización de la película, ya que no deseaba estar asociada con los hechos supuestamente verdaderos que rodearon los eventos del “Philadelphia Experiment”; y se cree que esta película se basa en un experimento de la vida real, malogrado con campos de invisibilidad y fuerza en la década de 1940; sin embargo, tal experimento “nunca ocurrió”, y la historia fue obra de un solitario excéntrico, Carl Allen, quien envió notas del experimento al gobierno en la década de 1950, y cuya historia fue posteriormente filtrada, a pesar de la falta de pruebas fácticas, la historia se ha convertido en una leyenda urbana, y favorito de los teóricos de la conspiración, que señalan la falta de pruebas como prueba, que está siendo cubierto por el gobierno.
En el momento de su estreno, The Philadelphia Experiment tuvo la más rápida entrada a video en la historia del cine, pues se estrenó en agosto, y en video se estrenó a finales de octubre del mismo año; no obstante tuvo un notable éxito como film de ciencia-ficción, sin más pretensiones, donde explotaba una vez más el recurso de los viajes en el tiempo, tan del gusto de la industria hollywoodiense, pero dándole un nuevo y original aspecto, concibiéndose como una producción del género, en plan aventuras, tanto que tuvo una secuela llamada “Philadelphia Experiment II”, con un reparto y equipo diferente, en 1993; y una reconcepción hecha para la televisión, en 2012, donde el protagonista, Michael Paré, aparece pero en un papel diferente.
La acción de The Philadelphia Experiment tiene lugar en 1943 y 1984.
En 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, La Armada de los Estados Unidos investiga sobre cómo camuflar y hacer invisibles sus navíos de los radares enemigos.
En uno de los experimentos protagonizado por un barco de guerra y su tripulación, algo sale mal, y 2 de sus marineros, David Herdeg (Michael Paré) y Jim Parker (Bobby Di Cicco), son enviados a otra época y a otro lugar, al año 1984, al desierto de Nevada.
Ambos están desconcertados, viven en otro tiempo que no les pertenece, lo que les afecta físicamente, y por ello intentan encontrar al responsable de la prueba, el científico Dr. James Longstreet (Eric Christmas), que sigue con sus pruebas 40 años después.
Pero Jim Parker, sorprendentemente desaparece, y David, que conoce a Allison Hayes (Nancy Allen), una chica de los años 80, necesita desesperadamente una explicación sobre lo que le ha pasado, y encontrar la manera de regresar a su tiempo.
Y es que el experimento va horriblemente mal, por lo que los 2 marineros se enteran de que el programa ha sido revivido en 1984, interactuando inesperadamente con el experimento en 1943, y poniendo al mundo entero en peligro.
The Philadelphia Experiment es una obra interesante de viajes en el tiempo, con trama militar, que tiene como atractivo, la aparición de la mezcla de épocas, la atmósfera de películas ochenteras que trataban el tema, con buen ritmo en todo el metraje, y buenas escenas de acción y persecución, aunque algunas partes del experimento son algo confusas, cuando se explican en la época del presente y se quieren conectar las épocas…
En todo caso entretiene, es una muy buena película de los 80, que tiene todo lo fundamental de aquella época, un estilo visual único, y una historia que llegaba al espectador sin demasiadas complejidades.
“The experiment that should never have happened 41 years ago...
Is still going on”
En 1980, AVCO Embassy Pictures, solicitó a John Carpenter, que fue productor ejecutivo de esta película, escribir y dirigirla, después de los éxitos de “Halloween” (1978) y “The Fog” (1980), sin embargo, Carpenter les mostró “Escape from New York” (1981), que escribió años antes, y lo hicieron en su lugar...
Aunque John Carpenter aparece como Productor Ejecutivo en esta película, él y el director, Stewart Raffill, nunca se reunieron en persona.
En el fondo, The Philadelphia Experiment se basa en un libro de investigación, escrito por Charles Berlitz, y William L. Moore, quienes se encargaban de aportar pruebas y testimonios sobre un supuesto experimento en invisibilidad, desarrollado en Filadelfia, en octubre de 1943; pero Stewart Raffill reescribió el guión, de modo que una historia de amor se desarrolló entre los personajes, ya que el guión original tenía más incidentes que demostraron la novedad de llegar en el nuevo período de tiempo… por lo que Raffill atenuó estos elementos, para concentrarse más en los 2 personajes centrales, y también eliminó un montón de diálogo científico sobre las explicaciones de por qué, y cómo del elemento de viaje en el tiempo de la historia.
Así estamos en octubre de 1943.
La guerra recrudece en Europa y El Pacífico, y los Estados Unidos están necesitados de un arma experimental que pueda cambiar el curso del conflicto en el corto plazo.
Para ello, han instalado equipamientos de última tecnología en el crucero USS Eldridge, anclado en los astilleros navales de Filadelfia, con el cual planean probar un campo electromagnético que convierta al buque en “indetectable” frente a los radares.
Pero el experimento se sale de control, y el Eldridge se vuelve totalmente invisible… 2 marineros a bordo, David Herdeg y Jim Parker, ven el caos que ocurre en el buque, y deciden saltar por la borda... pero aterrizan en un desierto en Nevada, a centenares de kilómetros de distancia.
Desorientados por el cambio de paisaje, las cosas se ponen peor cuando divisan vehículos que no parecen de su era, sino del futuro…
Allí es cuando caen en la cuenta, de que ambos han desembarcado en el año 1984, gracias al portal que abriera el experimento del USS Eldridge, convirtiéndolos en viajeros del tiempo.
El problema es que el portal que los trajo, ha creado una brecha espacio/temporal, la cual se está expandiendo, y está destruyendo todo a su paso, por lo que Herdeg y Parker son los únicos que pueden repararla, ingresando a la misma, y apagando el campo electromagnético que han creado las maquinarias del USS Eldridge.
Pero los marineros están extraviados en una época que no conocen y, para colmo, han comenzado a ser cazados por los hombres del gobierno, quienes desean atraparlos para someterlos a intensos interrogatorios sobre lo que saben acerca de los experimentos secretos que conducen los militares.
Así las cosas, el film nos muestra que ese campo creó una especie de agujero de gusano, que no lo hizo invisible, sino que lo hizo viajar por el tiempo.
La premisa es atractiva, y trae al espectador, un nuevo relato de viajes en el tiempo, y sus consecuencias que se resuelve con relativa sencillez.
Los responsables de la película, dejan espacio para un hilo argumental amoroso, que sirve de relleno para dar cierta emotividad al relato; y cuenta con unos discretos y desfasados efectos visuales para trasmitir al espectador la sensación de viaje en el tiempo.
Por tanto, para disfrutar de la misma, hay que situarse en el año de su producción, y valorar el encanto especial de su estilo visual, que no resaltaba tecnológicamente, porque, simplemente, en esos años, todavía no habían salido los FX digitales, y los mostrados eran muy rudimentarios.
Pero la idea fundamental es bastante interesante, y hasta cierto punto, original, en lo que se refiere a los viajes en el tiempo, el experimento, los agujeros de gusano, etc., todo ello la hace entretenida, con toque de romance, y aunque no consigue enganchar del todo, científicamente hablando, tampoco propicia que el espectador bostece; la idea principal, al margen, como ya he dicho, de la historia de amor entre los protagonistas, no defrauda y ofrece una atractiva historia de ciencia ficción; y a diferencia de otras películas sobre el viaje en el tiempo, The Philadelphia Experiment está alejada de la comedia juvenil o del ejercicio sesudo sobre estos viajes, y lo mejor, sin escenas de cama... aunque la hay… ni tanto.
Y muy en el fondo, se centra más en la perdida que todo individuo sufre al desarraigarlo de su lugar, de su familia, de su vida, estableciendo una metáfora entre ésta perdida, y el propio desvanecimiento del ser, de la memoria, de la materia.
El personaje de David Herdeg, interpretado por un siempre hermoso Michael Paré, ve que su vida se le escapa, contemplando el reflejo de esta tragedia en la propia muerte de su compañero de viajes temporales, Jim Parker.
Esa lucha por la supervivencia, se intensifica por elementos comunes en cualquier relato de este tipo, la extrañeza de un viajero que no asimila las costumbres de los nuevos tiempos, y el juego que da la interacción con un personaje del presente, Allison Hayes, que intenta salvar a este individuo de su locura, aunque esta sea tan real, que ella misma duda de su propia sanidad mental.
Teniendo en cuenta que The Philadelphia Experiment salió el mismo año que “The Terminator”, sus efectos especiales no son ningún prodigio precisamente.
Esos efectos especiales ochenteros, y lo digo en serio, resultan entrañables, ahora que vivimos inmersos en La Era Digital, ver todos esos colores, destellos y geometrías fulgurantes, acompañadas de sonidos hipnóticos, imágenes que hoy no pueden, sino antojársenos bisoñas e incluso naifs, son un placer de ver a modo de nostalgia y esfuerzo de hacer algo llamativo y atrayente.
Del reparto, el guapérrimo Michael Paré, parecía que iba a convertirse en una estrella, pero The Philadelphia Experiment fracasó en taquilla, y su carrera se diluyó rápidamente.
Mientras que Nancy Allen, después de protagonizar varias películas dirigidas por su ex-marido, Brian De Palma, todavía tuvo tiempo de aparecer en la trilogía “Robocop”, y la tercera entrega de “Poltergeist”… por lo demás, su carrera hace tiempo que está completamente estancada; al igual de Bobby Di Cicco.
Como dato de producción, la película está ambientada en Filadelfia, sin embargo, los barcos utilizados estuvieron anclados en Patriots Point, Charleston, Carolina del Sur.
El portaaviones, el destructor y el submarino, están en las mismas posiciones que la película.
El portaaviones, es el USS Yorktown (CV-10); el submarino es el USS Clamagore (SS-343); y el destructor USS Eldridge, es en realidad el USS Laffey (DD - 724); los 3 buques están expuestos como barcos del museo, en el museo naval y marítimo, Patriots Point, de Charleston, Carolina del Sur; y según “The Making Of The Philadelphia Experiment”, la base aérea de Wendover, en Utah, usada en la secuencia de incendios culminantes de la película, fue donde el Enola Gay se equipó para su histórico vuelo en 1945.
Si hay un reclamo en The Philadelphia Experiment, es lo concerniente a La Segunda Guerra Mundial, que dicen, “fue ganada por los EEUU”, pero cometiendo el mayor delito de la historia de la humanidad, lanzar la bomba atómica sobre civiles japoneses... y en 2 ocasiones.
Si el mundo fuera justo, EEUU sería considerado país non-grato.
Por último, destaco la banda sonora de Kenneth Wannberg, pues ayuda a integrar esa atmósfera a lo pretendido por la historia.
“So, what did you think of 1984?”
La Marina de EEUU, siempre ha negado la existencia del “Experimento Philadelphia”, y en un comunicado hecho público en noviembre del año 2000, La Oficina de Investigación Naval de La Marina (ONR), negaba completamente la existencia de ningún programa de invisibilidad o teletransportación, así como la implicación de Einstein…
¿Acaso esperaban que lo comunicaran en plena Guerra Fría?
Y en un resumen de la nota publicada por Naval History & Heritage, se dice:
“La ONR, ya ha explicado que el uso de campos de fuerza para hacer que un barco y su tripulación sean invisibles, no se ajusta a las leyes conocidas de la física.
La ONR, también asegura que la teoría de campo unificado del Dr. Albert Einstein, nunca ha podido completarse”
Entre 1943 y 1944, Einstein trabajó como asesor a tiempo parcial para La Marina, en investigación teórica de explosivos y explosiones.
Y no existe evidencia de que Einstein haya trabajado en nada relacionado con invisibilidad o teletransportación.
Efectivamente, la teoría de campo unificado, fue un concepto acuñado por Einstein, cuando intentó explicar el campo gravitatorio y el campo electromagnético mediante una sola teoría unificada.
Nunca lo logró, pero a muchos no les importa que las leyes de la física echen por tierra una buena historia.
Lo que si es cierto, es que en los años 40, La Marina estadounidense experimentaba con invisibilidad.
Por supuesto, no era invisibilidad a simple vista...
El USS Eldridge, y su gemelo, el USS Engstrom, se dotaron de un nuevo sistema que rodeaba todo el casco con cables eléctricos.
La técnica se llamaba “Degaussing”, y su objetivo era reducir el campo magnético del buque, para evitar que este fuera un blanco fácil de las minas y torpedos magnéticos usados en los submarinos nazis.
Como explica Edward Dudgeon, uno de los marineros a bordo del USS Eldridge, el sistema de “degaussing”, lo instalaban contratistas externos.
El no saber exactamente, qué era lo que estaban instalando, unido a que los marineros hablaban que se estaba instalando un sistema para “hacer invisible al barco”, fueron suficientes para disparar las habladurías, las conjeturas y las conspiraciones.
A ello se sumaba el hecho de que el navío sí que llevaba equipamiento experimental secreto…
Se trataba, concretamente, de un nuevo tipo de sonar, y de un sistema para sembrar cargas de profundidad, llamado “Hedgehog”
Por lo pronto, se sabe que se han llevado a cabo ensayos desde el año 2006, cuyos investigadores de la Universidad de Duke, dirigidos por el profesor David Smith, crearon un metamaterial hecho de ondas electromagnéticas que volvían los objetos solo visibles, por medio de detectores específicos.
En la Universidad de Berkeley, en California, un equipo de científicos liderados por el profesor, Xiang Zhang, del Nanoscale Science and Engineerig Center, crearon conjuntamente, un material 3D, que por primera vez, es capaz de desviar la dirección natural de luz visible a través de luz infrarroja.
En definitiva, los nombres del Dr. Morris K. Jessup, que investigó el caso del “Experimento Filadelfia”, y Carl M. Allen, quedaron unidos a esta historia.
No obstante, se considera una leyenda sin consistencia, y sin fundamentos científicos; mientras otros creen ver una gigantesca conspiración, encaminada a ocultar unos hechos, y unos hallazgos increíbles.

“I got it all figured out.
The Navy owes me 40 years back pay”



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