Jojo Rabbit

“You're a ten-year-old kid who likes dressing up in a funny uniform and wants to be part of a club”

Empiezo denunciando la libre expresión en redes sociales, pues hoy tuve el desagrado de encontrarme con una notificación de Facebook, diciéndome que una foto de Adolf Hitler junto a Eva Braun, infringía una ley de la red social…
La foto en cuestión, era una simple alusión al filme “Der Untergang” (2004) en cuyo pie de página se identificaban a los personajes.
No lo hice como una apología y siempre he demostrado que estoy en contra del Nazismo.
Total, borré la maldita foto para que Facebook no bloquee Lecturas Cinematográficas.
Con esto, quiero empezar mi crítica, al sentimiento tan horroroso que es no afrontar el pasado, uno devastador que segó la vida de millones de personas.
Y con el hecho citado, aun hoy existen personas que no quieren saber de ello…
¡Lamentable!
El Movimiento Juvenil Alemán, llamado originalmente “Die Deutsche Jugendbewegung”, es un término colectivo para un movimiento cultural y educativo, que comenzó en 1896; y consiste en numerosas asociaciones de jóvenes, que se centran en actividades al aire libre.
El movimiento incluyó El Movimiento Scout alemán, y el “Wandervogel”; y para 1938, 8 millones de niños se habían unido a asociaciones que se identificaron con el movimiento.
Tanto las comunidades de “kibutz” como de Bruderhof, pueden rastrear sus orígenes en El Movimiento Juvenil Alemán.; de hecho, la influencia de Friedrich Nietzsche en el movimiento, fue sustancial, con el filósofo descrito como “El Profeta del Movimiento Juvenil Alemán”
También, en El Movimiento Juvenil Alemán, se pueden encontrar todas las diferentes reacciones de la sociedad alemana en su conjunto, ante el surgimiento de los nazis; pues muchos lo acogieron como “un movimiento de libertad para liberarse de la injusticia percibida del Tratado de Versalles” y hacer a Alemania fuerte de nuevo…
Eso suena a ustedes ya saben:
“Make America Great Again”, ahora usado por Donald Trump…
Siguiendo con el tema, la noción de “Volksgemeinschaft”, o una comunidad popular, también se usó para ello; y por otro lado, también hubo muchos en El Movimiento Juvenil Alemán que vieron sus asociaciones como una élite superior a los nazis más primitivos; aunque algunos grupos eran genuinamente democráticos, o incluso de izquierda; muchos más, incluso algunos de los que tendían a la derecha, todavía querían continuar con su trabajo independiente, y su existencia como organizaciones.
Esto condujo inevitablemente a una confrontación con El Estado Nazi, ya que este no permitió que ningún grupo juvenil se separara de La Juventud Hitleriana, que a su vez, adoptó muchas de las formas externas de la Juventud Bündische después de 1933; y los grupos que quedaron fuera de La Juventud Hitleriana, fueron ilegalizados y perseguidos; mientras que algunos de ellos, por ejemplo, “Los Piratas Edelweiss” trataron de continuar… y una cosa que podría haber sido diferente de otras secciones de la sociedad alemana, es la siguiente:
El Movimiento Juvenil, era muy idealista, romántico y moral; por tanto, sus miembros tienden a correr mayores riesgos al seguir y actuar de acuerdo con sus creencias y persuasiones.
Esta podría ser la razón por la cual uno puede encontrar miembros importantes del Movimiento Juvenil en ambos lados, entre los nazis, y entre los Widerstand o “de resistencia”
Así las cosas, La Juventud de Hitler, en alemán, “Hitlerjugend”, fue la organización juvenil del Partido Nazi en Alemania; y sus orígenes se remontan a 1922, por lo que recibió el nombre de “Hitler-Jugend, Bund Deutscher Arbeiterjugend” o “Juventud de Hitler, Liga de La juventud Obrera Alemana” en julio de 1926.
Y desde 1933 hasta 1945, fue la única organización juvenil oficial de niños en Alemania, y era parcialmente, una organización paramilitar; que estaba compuesta por La Juventud de Hitler, que adecuada para jóvenes varones de 14 a 18 años, mientras que Los Jóvenes Alemanes en La Juventud de Hitler, los llamados “Deutsches Jungvolk in der Hitler Jugend”, eran exclusivos para niños más jóvenes, de 10 a 14 años.
Los principios de esta, eran similares a los de otras organizaciones juveniles de la época, siendo El Nacionalismo, la actividad física, la camaradería, la vida al aire libre, y el formar líderes y hombres de bien en el futuro, los pilares en los que se sustentan.
De esa manera, La Juventud Hitleriana se organizó en cuerpos bajo líderes adultos, y la membresía general; y para diciembre de 1936, la membresía de Hitler Jugend había alcanzado más de 5 millones.
Ese mismo mes, la membresía se convirtió en obligatoria para “los arios”, bajo la “Gesetz über die Hitlerjugend” o “Ley de La Juventud de Hitler”
Esta obligación legal, se reafirmó en marzo de 1939 con el “Jugenddienstpflicht” o “deber de servicio juvenil”, que reclutaba a todos los jóvenes alemanes en la Juventud de Hitler, incluso si los padres se oponían; por lo que los padres que se negaron a permitir que sus hijos se unieran, fueron objeto de una investigación por parte de las autoridades.
Desde entonces, la gran mayoría de los adolescentes de Alemania, pertenecían a la Juventud Hitleriana; y para 1940, tenía 8 millones de miembros.
Incluso antes de que la membresía fuera obligatoria en 1939, la juventud alemana enfrentó una fuerte presión para unirse.
A los estudiantes que resistieron, se les asignaron ensayos con títulos como:
“¿Por qué no estoy en La Juventud de Hitler?”
También fueron objeto de frecuentes burlas por parte de profesores y compañeros, e incluso se les pudo negar su diploma, lo que hacía imposible ser admitido en la universidad.
Se supo que varios empleadores se negaron a ofrecer aprendizajes a cualquiera que no fuera miembro de La Juventud Hitleriana; y en 1936, esta “Juventud de Hitler” tenía el monopolio de todas las instalaciones deportivas juveniles en Alemania, bloqueando efectivamente a los “no miembros”
Con el paso del tiempo, varios niños se irritaron bajo la naturaleza regimentada de la organización; algunos incluso lo abandonaron, y solo se reincorporaron cuando supieron que no podían conseguir un trabajo o ingresar a la universidad sin ser miembros.
Efectivamente, La Juventud de Hitler constituyó el más exitoso de todos los movimientos de masas en El Tercer Reich.
Como dato, entre ellos, algunas personalidades políticas de renombre, tanto de La República Democrática Alemana como de Alemania Occidental, incluyendo al Papa Emérito Benedicto XVI, cuya membresía pasó a ser obligatoria por ley para todos los jóvenes de más de 14 años, desde marzo de 1939, edad que Joseph Ratzinger alcanzó en 1941, año en el cual fue, por ende, obligado a adherirse.
Y una de las razones por las cuales La Juventud de Hitler nació tan fácilmente, se debe al hecho de que existieron numerosos movimientos juveniles en toda Alemania, antes y especialmente después de La Primera Guerra Mundial; estas organizaciones juveniles, fueron creadas para diferentes propósitos; algunos eran de disposición religiosa, y otros ideológicos, pero los más importantes, entre ellos, fueron los formados por razones políticas, como “Los Jóvenes Conservadores” o “Los Jóvenes Protestantes”
Una vez que Hitler llegó a la escena revolucionaria, la transición de movimientos juveniles, aparentemente inocuos a entidades políticas centradas en Hitler, fue rápida; y se consideró que los miembros de La Juventud de Hitler aseguraban el futuro de La Alemania Nazi, tanto que fueron adoctrinados en la ideología nazi, incluyendo el racismo.
De esa manera, La Juventud Hitleriana se apropió de muchas de las actividades del movimiento “Boy Scout”, que fue prohibido en 1935, incluyendo acampar y caminar; sin embargo, con el tiempo cambió en contenido e intención.
Por ejemplo, muchas actividades se parecían mucho al entrenamiento militar, con entrenamiento en armas, circuitos de asalto y tácticas básicas.
El objetivo era inculcar la motivación que permitiría a sus miembros luchar fielmente por La Alemania Nazi como soldados... recordar que eran casi niños y adolescentes; y hubo un mayor énfasis en la aptitud física, la dureza y el entrenamiento militar que en el estudio académico.
El sacrificio por la causa, fue inculcado en su entrenamiento; y se llegó a decir, por ejemplo, que la noción de que “Alemania debe vivir”, incluso si ellos, los miembros de La Juventud tuvieran que morir, fue “impactante” en ellos.
No es casual que una de las formas de adoctrinamiento de Las Juventudes Hitlerianas, fueron utilizadas para dividir grupos juveniles de la iglesia, y en el adoctrinamiento anti-iglesia, utilizadas para espiar clases religiosas y estudios bíblicos, e interferir con la asistencia a la iglesia.
Por lo que los programas de educación y capacitación para La Juventud Hitleriana, fueron diseñados para socavar los valores de las estructuras elitistas tradicionales de la sociedad alemana, junto con sus privilegios; y su entrenamiento también apuntó a la eliminación de las distinciones sociales e intelectuales entre las clases, para ser reemplazadas y dominadas por los objetivos políticos de la dictadura totalitaria de Hitler.
Además de promover una doctrina de la falta de clases, se proporcionó capacitación adicional, que vinculaba a los enemigos identificados por El Estado, como los judíos, con la derrota previa de Alemania en La Primera Guerra Mundial, y la decadencia social; de hecho, se dijo que “las canciones que cantaban, eran canciones nazis; y los libros que leían, eran libros nazis”
Por otro lado, el uniforme de verano de los miembros, consistía en pantalones cortos negros, y una camisa marrón con bolsillos, que se usaba con un pañuelo negro enrollado, asegurado con un “woggle”, y generalmente debajo del cuello.
El casco, originalmente consistía en una boina, pero esto fue descartado por La Juventud en 1934.
Una bandera, símbolo utilizado por ellos, era una runa “Sowilo” blanca sobre un fondo negro, que simbolizaba “Victoria”
Otra bandera utilizada, fue una bandera a rayas rojas, blancas y rojas, con una esvástica negra en el centro, dentro de un diamante blanco.
Los miembros de pleno derecho, también recibirían un cuchillo al inscribirse, con el lema “Sangre y Honor” grabado en él.
Así las cosas, Las Juventudes Hitlerianas, al ser constituidas abrumadoramente por adolescentes sin entrenamiento militar previo, y con un armamento de mala calidad, lucharon de manera muy desigual en los últimos meses de la guerra, y sufrieron elevadísimas bajas, si bien algunos reducidos grupos combatieron en Berlín, donde por ejemplo, un grupo consiguió evitar el avance de una división de tanques soviéticos de liberación durante 3 días, gracias sobre todo a los Panzerfaust; tras la guerra, Las Juventudes Hitlerianas fueron disueltas y abolidas permanentemente.
“Your mother took me in.
She's kind.
She treats me like a person”
Jojo Rabbit es una comedia del año 2019, dirigida por Taika Waititi.
Protagonizada por Taika Waititi, Scarlett Johansson, Sam Rockwell, Rebel Wilson, Roman Griffin Davis, Thomasin McKenzie, Alfie Allen, Stephen Merchant, entre otros.
El guión es de Taika Waititi, basado en la primera mitad del libro “Caging Skies” (2008) de la novelista feminista neozelandesa-belga, Christine Leunens; que es una novela hermosa, poderosa, diferente y ambiciosa acerca del amor tan total, que encierra, aísla y coloniza a la pareja, hasta que la destrucción aniquila el mundo exterior.
El director, Taika Waititi, llevaba queriendo hacer Jojo Rabbit realidad desde el año 2012, en el que el guión ocupó el puesto #12 del “Black List”; sin embargo, no fue hasta 2019 cuando pudo convertir este deseo en realidad; y hablando del contexto del papel, Waititi dijo:
“Es mi versión de... la mejor versión de su héroe para un niño solitario, que es realmente su padre”, haciendo referencia al hecho de que en la película, el protagonista, un niño de 10 años... está desesperado por unirse a las filas de Hitler durante La Segunda Guerra Mundial.
Waititi descubrió en su investigación, que en La Segunda Guerra Mundial, Alemania era muy vibrante y de moda, y estaba interesado en evitar las películas de guerra tradicionales, que lo mostraban triste y oscuro, presentando a la ciudad como un lugar aparentemente festivo, y vistiendo a los personajes con el mayor estilo posible.
Le gustó la idea de que todo parece feliz, pero justo debajo de la superficie, “El Tercer Reich se está desmoronando y, ya sabes, el sueño había terminado”, también describió la película como “una carta de amor a su madre y a los padres solteros en todas partes”:
“No fue hasta que crecí y tuve hijos propios que me di cuenta de, 'oh, estas personas, hacen mucho de sacrificios:
¡Es realmente difícil criar a un niño!”
Pero en el fondo, tras tanto humor negro, también hay un corazón real en Jojo Rabbit; pues esta es una sátira oscura que encuentra la manera de hacer un caso para la comprensión; y a medida que las circunstancias se van reduciendo lentamente, el odio de Jojo, y su visión del mundo cambian, por lo que la comedia negra encuentra espacio para algunos momentos realmente conmovedores.
“Cuando dices que la película es en La Segunda Guerra Mundial, sobre un pequeño niño en La Alemania Nazi, que quiere ser el mejor nazi posible, inmediatamente la reacción es de rechazo.
Es muy difícil descubrir, cómo describirla hasta que dices:
Hitler imaginario”, explica el director, por fin, el objetivo de la película; y crea la ilusión de peligro mientras juega a lo seguro, y escribió que “le falta el valor de su propia convencionalismo.
Es una película para sentirse bien, de acuerdo, pero que utiliza el falso peligro de comedia negra desafinada, para dejar sintiéndonos bien por el hecho de que estamos por encima de una película para sentirse bien”
Como dato, esta comedia fue ganadora del premio como Mejor Película en El Festival de Cine de Toronto; y está considerada como “una sátira contra el odio”
La acción sigue a Jojo “Rabbit” Betzler (Roman Griffin Davis), un joven y solitario niño alemán perteneciente a Las Juventudes Hitlerianas, que ve su mundo puesto patas arriba, cuando descubre que su joven madre, Rosie (Scarlett Johansson) esconde en su ático a un niña judía (Thomasin McKenzie)
Con la única ayuda de su mejor amigo imaginario, el mismo Hitler (Taika Waititi), Jojo deberá enfrentarse a su ciego nacionalismo absurdo.
Así, Jojo Rabbit es un breve y encantador manual de sátira:
El guión y la puesta en escena, no hacen nada más que burlarse y disipar descaradamente cada concepto subyacente a la doctrina nazi.
Dicha sátira se apoya en El Holocausto como telón de fondo.
Por lo que no todos los días escuchas sobre una película así...
El riesgo de terminar como un fracaso, también es relativamente alto, porque es un tema muy delicado; y por supuesto, es un concepto un poco tonto, y bien podría haber sido algo que Mel Brooks habría hecho hace 30 años.
Pero los actores envueltos en el filme, son divertidos de una manera muy diferente, y el joven Roman Griffin Davis, que interpreta a Jojo, también es encantador, por lo que la fusión entre la guerra de fondo y una visión sesgada de la realidad de un niño de 10 años, se mezcla con elegancia; tanto que es narrada con encanto.
Y es que el filme es una delicia anacrónica y estereotipada, que no pretende dar lecciones de historia, sino que es una comedia negra negrísima, que toca la línea sensible del Holocausto, de manera inteligente, sin querer ofender a los judíos, como se podría pensar… más bien se burla de los seguidores de los totalitarismos, una masa borrega que ha puesto Presidentes en Venezuela, Cuba, Rusia y EEUU.
Tal poderosa y actual en su fondo, como en tiempos de La Segunda Guerra Mundial, donde la política es enseñada para odiar, crear diferencias y seguidores, como defensores de manera ciega e irracional; y nada mejor que el uso de un niño para dar con lo que el filme pretende denunciar.
Notoriamente, el uso del estereotipo nazi, entre tanto “Heil Hitler” y el ideario que se tenía de los judíos… que no está lejos de lo que se pensaba en la realidad de ellos, pero no me juzguen de antisemita:
“Heil SHitler”
Sea cual sea el gusto de las audiencias sobre el humor de Waititi, Jojo Rabbit es todo un triunfo, por haber conseguido, en primer lugar, financiación del Hollywood más comercial para hacer una comedia sobre Hitler.
“You know what I am.
Say it.
Say it!”
Si alguien se ha preguntado alguna vez, si una comedia situada en La Segunda Guerra Mundial, sobre un niño hitleriano, cuyo amigo imaginario es Adolf Hitler puede pasar desapercibida, Jojo Rabbit probó que no es posible.
La película producida por Fox Searchlight, logró que algunos ejecutivos de La Casa del Ratón, permitieran apartarse mucho del contenido familiar que quiere dar la compañía; y claro Disney parece confiar en el director neozelandés, Taika Waititi:
“Es bastante triste que en 2019, incluso necesitemos una película como esta, para que explique a la gente que era malo ser un nazi”, dijo el director.
Y en esencia, Jojo Rabbit es una historia de la mayoría de edad, pero que limita por poco la línea entre poco convencional y ofensivo.
Waititi, ciertamente no es el primer cineasta en satirizar a los nazis y Hitler; empezando por el mismo Charlie Chaplin…  mientras que se llegó a describir a Hitler, “despertando en el siglo XXI” a modo de:
“Look Who's Back”
Sin embargo, una comedia sobre los nazis, no es diferente a los EEUU del horripilante Donald Trump… y es que envalentonados por las palabras y acciones de Trump, ha habido un aumento en los ataques de neonazis.
Desde los ataques de Christchurch, en la tierra natal de Waititi, Nueva Zelanda; hasta el tiroteo en una mezquita de Quebec, el extremismo blanco es una amenaza global, y una en la que Waititi pretende denunciar con Jojo Rabbit.
“Debes tener cuidado, porque no quieres simpatizar demasiado o tratar de canjear a todos estos personajes.
¿Cuál es la cita?
“Muy buena gente en ambos lados”, no quieres ser arrastrado en ese territorio”, dice Waititi.
“Eso no es realmente de lo que se trataba”
El filme sigue a Johannes “Jojo” Betzler, un niño de 10 años que vive en La Alemania Nazi durante las últimas etapas de La Segunda Guerra Mundial.
Él vive con su madre Rosie; y supuestamente, su padre ausente, está sirviendo en el frente italiano, pero ha perdido todo contacto; y su hermana mayor, Inge, murió recientemente de gripe.
El jingoísta, Jojo, a menudo habla con su amigo imaginario, una versión muy infantil de Adolf Hitler…
Así, Jojo y su mejor amigo, Yorki (Archie Yates), asisten a un campo de entrenamiento de La Juventud Hitleriana, dirigido por El Capitán de La Wehrmacht de un solo ojo, Klenzendorf (Sam Rockwell)
Todo cambia cuando Jojo es ordenado a matar a un conejo por miembros mayores de La Juventud Hitleriana, que él trata de liberarlo; y sale corriendo, llorando, después de que los otros niños se burlaran de él, dándole el apodo de “Jojo Rabbit”
Después de una charla animada de Adolf, Jojo regresa y lanza una granada sin permiso.
Salta de un árbol, y explota a sus pies, dejándolo con cicatrices faciales, y una leve cojera.
Después de que Jojo se recupera, Rosie le pide a Klenzendorf, degradado después del incidente, que haga que su hijo se sienta incluido a pesar de sus heridas.
Así, a Jojo se le asignan pequeñas tareas, como difundir folletos de propaganda por toda la ciudad, y recoger metal para el esfuerzo de guerra; pero un día, solo en casa, Jojo descubre que Elsa Korr (Thomasin McKenzie), una adolescente judía y ex compañera de clase de su difunta hermana, se esconde en el piso de arriba.
Jojo amenaza con entregarla a La Gestapo, pero Elsa advierte que su madre sería asesinada por esconderla; y él acepta mantenerla a salvo, con la condición de que ella revele “sus secretos judíos” para que pueda escribir un libro para Klenzendorf, lo que lo divierte.
Elsa sigue inventando historias sobre “los poderes judíos”, como leer la mente... y enojado con su madre por esconder a una judía, pero incapaz de revelar su conocimiento de Elsa, Jojo acusa a Rosie de no ser patriótica, y lamenta que su padre esté lejos.
Por lo que Rosie descarta sus acusaciones, y defiende su creencia de que la positividad y el optimismo, son las mejores formas de liberarse de la opresión.
Jojo continúa interrogando a Elsa, sabiendo que tiene un novio llamado Nathan, con quien quiere reunirse cuando termine la guerra; por lo que Jojo falsifica una carta de “Nathan”, diciéndole que ha encontrado a alguien más, y quiere romper con Elsa.
Al escucharla llorar, Jojo escribe otra carta retractando la primera…
Por otro lado, Jojo y Adolf discuten, y Adolf insiste en que Elsa es un monstruo.
Más tarde, en uno de sus viajes de recolección de metales, Jojo ve a su madre dejando un mensaje de “Alemania Libre” en la ciudad; y un día en casa, La Gestapo, dirigida por El Capitán Deertz (Stephen Merchant) lo visita.
Klenzendorf también llega a la casa, mientras está siendo registrada; y Elsa se revela, fingiendo ser Inge, saca los papeles de Inge, y confirma su cumpleaños de memoria para calmar las sospechas de La Gestapo.
Jojo se siente aliviado, pero Elsa más tarde se da cuenta de que recitó la fecha equivocada, y Klenzendorf la cubrió, pero está segura de que La Gestapo finalmente se dará cuenta del engaño.
Más tarde ese día, Jojo descubre que su madre fue ahorcada en la plaza del pueblo...
Devastado, regresa a casa, y apuñala a Elsa en el hombro, luego se rompe; y Elsa lo consuela.
Luego, Jojo se encuentra con Yorki, ahora como un soldado, quien le dice que Hitler está muerto, y Los Aliados se están acercando.
Jojo se encuentra también con Fraulein Rahm (Rebel Wilson), armando y sacrificando niños mientras la batalla continúa, y ella le da un abrigo de soldado, antes de ser asesinada en un combate mediante una explosión.
Frente a las fuerzas estadounidenses y soviéticas, la guarnición de la ciudad se rinde; y los soviéticos retienen a varios alemanes capturados a un patio trasero, incluido Jojo.
Un herido Klenzendorf, le dice a Jojo que su madre era una buena mujer, y lo salva, quitándole el abrigo, llamándolo judío, y escupiéndolo, lo que lleva a los guardias soviéticos a expulsarlo; por lo que Jojo huye cuando se escuchan disparos.
Luego, Jojo corre a casa y, para evitar que Elsa se vaya, le dice que Alemania ganó la guerra…
Reconociendo su desesperación, recita una nueva “carta” de su novio, alegando que él y Jojo han descubierto una manera de llevarla de contrabando a París.
Elsa confiesa que su novio murió el año anterior; y Jojo le dice que la ama, y ella le dice que lo ama como “un hermano pequeño”
Mientras aparece un Adolf desaliñado, se enfurece con Jojo por ponerse del lado de Elsa, y Jojo lo patea por la ventana.
Finalmente, Jojo lleva a Elsa afuera de la casa, donde se da cuenta de que Los Aliados han ganado; y abofetea a Jojo en la cara por mentir, y luego bailan en la calle.
El argumento que estructura a esta comedia paródica, está construido sobre la figura de un niño:
Jojo “Rabbit” Betzler.
Él carece de figura paterna, ya que su padre se fue a la guerra 3 años atrás, y el fantasma absurdo del mismísimo Adolf Hitler, es su guía, su tutor, su padre sustituto.
Con sus escasos 8 años, Jojo es inevitablemente un entusiasta del nazismo, y piensa en su futuro como soldado alemán, combatiendo a esos “sucios judíos”, dicho con todo el humor y la sátira puestas en escena, para burlar aquello mismo que se está afirmando, con la gracia y la elegancia con la que la parodia puede hacer una crítica sobre aquello más trágico y oscuro.
Así es que Jojo, hijo de una bella mujer que habla mal el alemán y se viste como una estadounidense, se alista a un campamento en el que los niños son preparados para la vida bélica, y cuyos aprendizajes centrales son:
Saber tirar una granada, empuñar un fusil, saltar obstáculos, tirar al blanco un dardo, y una lista de absurdidades varias.
En esta secuencia inicial, Waititi despliega una gracia y un ritmo narrativo ideales para empujarnos a ese mundo “naif” y delirante de la vida del pequeño Jojo.
Se destaca desde estas escenas iniciales y hasta el final de la película, el papel que compone Sam Rockwell, haciendo del Capitán Klenzendorf, un militar tan decadente, como empático.
Por lo que Jojo vive en su entusiasta “universo nazi” reforzado por el vínculo imaginario con un caricaturizado Adolf Hitler, que lo aconseja en cada momento.
Juntos juegan, corren y saltan, como si se tratara de un niño más.
Waititi, que interpreta a Hitler en el filme, le da al personaje el trazo de infantil absurdidad necesaria para alejar al relato de la historia real que le da contexto.
El cambio argumental se produce cuando, un día, Jojo descubre que en su casa, más precisamente en el cuarto de su hermana, quien sin muchas explicaciones, suponemos que falleció hace tiempo; revela la existencia de un escondite secreto, y que allí se refugia ni más ni menos que una joven adolescente judía, simbólicamente, su enemigo más mortal.
A partir de este hallazgo, se pone en juego el mecanismo triangulado entre Jojo, su madre Rosie, y la joven Elsa, donde sabremos quien guarda el secreto de la existencia de la adolescente refugiada, y enlazado a eso, quien “no sabe que el otro sabe”, como en una clásica comedia de enredos.
El vínculo con la joven Elsa Korr, la niña judía, va articulando un cambio progresivo, partiendo de ese antagonismo radical que pasa por la evaluación especulativa de revelar o no revelar la existencia de la niña allí, a tomarla como un caso a investigar, para entender quiénes son realmente los judíos.
Este proceso teje sobre este vínculo, una trama cada vez más íntima, cada vez más cercana, que juega entre la hermandad de 2 almas solitarias que viven casi como huérfanos, para llegar a la fantasía de amor que Jojo proyecta sobre Elsa, cuando termina de descubrir en ella su mismo universo.
Ambos, son las caras complementarias de un mundo que ha dejado a los niños solos, en busca de un lugar seguro, de una certeza y de un espacio para construcción con otro, y no en contra de ese otro.
Está en el espíritu del relato, rescatar el vínculo de la hermandad como una forma de salvación, enlazada a la singular capacidad de descubrir este tipo de unión en el mundo de la infancia, como Jojo y como Elsa son capaces de construir.
Esos mismos niños, que se presentan influenciados por un mundo en guerra que los hace creerse enemigos, son seres emocionales, capaces de descubrirse, aunque sea simbólicamente, como iguales, como hermanos.
Jojo Rabbit, que se basa en la novela de Christine Leunens, “Caging Skies” (2008); cuya historia tiene un tono mucho más serio, Waititi no estaba interesado en un drama de época pesada; y a través de varias reescrituras, él se apoyó en sus antecedentes y experiencia en la comedia, y llegó a una lectura más absurda del trabajo de Leunens, principalmente en que Hitler era el amigo imaginario de Jojo.
“El villano, no es realmente el villano.
Es parte de la conciencia de este niño.
Es parte de sí mismo con quien está luchando.
Y es interesante que el villano en la película sea él mismo”, dijo.
Esos matices son los que Waititi espera que resuenen, y que haya ajustado exhaustivamente a través de al menos 15 pruebas de audiciones.
Y en caso de que haya alguna confusión, el subtítulo de Jojo Rabbit es “una sátira contra el odio”
Dicho esto, es completamente posible que el mensaje de la película se malinterprete o se distorsione deliberadamente, sin embargo, Waititi no parece demasiado preocupado por eso, más o menos:
“Dudo que alguno de esos tontos vaya a ver esta película.
Creo que tendrías que ser particularmente estúpido para malinterpretar el mensaje de la película, pero no lo dejaría pasar.
No quiero ser demasiado rápido para juzgar y decir que nadie es tan estúpido.
Ya se me demostró que estaba equivocado antes.
Al final de la guerra, había una ley muy simple que era:
Si eres nazi, vas a la cárcel.
Ahora, es más como si fuera un nazi, siéntase libre de realizar una manifestación en la plaza local de Estados Unidos, y la libertad de expresión lo protege.
Y hay muchos jóvenes que nunca han oído hablar de los infames Campos de Concentración, donde el 66% de los “millennials” estadounidenses, nunca han oído hablar de la palabra “Auschwitz”
Parece que ahora, más que nunca, necesitamos más de estas películas y más de estos mensajes grabados en nosotros, y definitivamente en los jóvenes”, dijo el director.
¿Pero ese mensaje se transmite mejor a través de la comedia?
“Parte de nuestra responsabilidad, a veces es ayudar a las personas a desarrollar su sentido del humor.
Un día aprenderán, por qué es divertido, y no les vamos a explicar el chiste.
Pero vamos a dejar que lo resuelvan por sí mismos.
Entonces la gente dice:
¿Está el mundo listo para mezclar humor con el tema?
Bueno, las personas que no están listas para eso y que no lo entienden, no intentaré convencerlos.
Eventualmente lo conseguirán, y luego se sentirán realmente inteligentes”, dijo.
Con todo, el inicio tiene mucha fuerza, es realmente hilarante, y no para en mostrar las absurdas políticas de cualquier régimen, como el nefasto nazismo; pero en el desarrollo se pierde un poco el ritmo, se siente el bajonazo, y cae en algunos momentos serios y sentimentales, que no están malos, sino que esa transición se siente un poco fuera de lugar para el tono inicial de la película; aunque toca la fibra sensible, y eso se agradece para que el filme no sea una parodia total descerebrada; ya al final es una gozada.
Es como recuperar la inocencia perdida.
Acotar que los chistes no son tontos, son puntuales, inteligentes y notablemente absurdos, muy al tono de lo que se pretende; donde los niños son lo mejor, especialmente Jojo y su amigo Yorki, son absolutamente entrañables.
Cuando se le preguntó a Taika Waititi , que es maorí/judío, por qué eligió interpretar el papel de Adolf Hitler, dijo:
“La respuesta es simple:
¿Qué mejor “vete a la mierda” hay para él?”
El Hitler de Jojo Rabbit, es exagerado, estúpidamente pomposo, abusado en gestos, y absolutamente fuera de lugar en los consejos que le da al niño; y lo hace sin ninguna vergüenza, lo que él representa, la idea de que todo nazi, como su portavoz, era básicamente “un exaltado con un ego inmenso”, pero también acompañado de una avalancha de complejos de inferioridad.
De hecho, Jojo Rabbit está repleta de antifaces que, cuando no son una herramienta satírica para crear situaciones absurdas, se vuelven útiles para comunicar mensajes ocultos y en diferente direcciones, abriendo las puertas a un discurso dicotómico humano muy poderoso.
El mismo Sam Rockwell, al interpretar al Capitán nazi, quiere representar a un hombre duro, brusco y dominante, con instintos reprimidos, claramente distraído por impulsos muy diferentes a los presentados por los dictados de su Führer.
Del mismo modo, la madre de Jojo es una especie de partidista, una mujer totalmente en contra de la guerra, una mujer fuerte y decidida, cuyo amor por la vida es tan palpitante, que la empuja a arriesgar su propia seguridad, ocultando a su hijo, claramente influenciado del régimen.
Técnicamente buena, la ambientación y los efectos especiales son buenos, realistas como el vestuario, aunque no con la banda sonora musical y situaciones anacrónicas; tiene algunos detalles fantásticos, como usar a Hitler como amigo imaginario, en la figura del director, tremendo comediante; o el uso de la posición de la cámara, tan simple como ocurrente.
Taika Waititi dijo que en la escena en que La Gestapo llega a la casa de Jojo, el “Heil Hitler” se dice 31 veces en un minuto; y dijo que quería un momento divertido, y también quería ilustrar cuán ridículos e innecesarios eran los protocolos nazis.
Y aunque el diálogo hablado es todo en inglés, todo el texto escrito o impreso en la película, está en alemán.
Stephen Merchant, dijo que imaginaba a los miembros de La Gestapo como su personaje, como “burócratas bastante mezquinos” que, antes de la guerra, recibieron poco respeto; y durante la guerra dejaron que su poder se les subiera a la cabeza; y eso se nota y asusta.
Por otra parte, Hitler se refiere al Complot de Stauffenburg para matarlo, “en el año pasado”, que ubicaría la película a principios de 1945.
Más tarde, la madre de Jojo afirma que los estadounidenses aterrizarán en Francia.
La Invasión de Normandía, tuvo lugar en junio de 1944, antes del intento de matar a Hitler, el 20 de julio de 1944; pero debido a la falta de información en Alemania sobre los éxitos de Los Aliados, las noticias podrían haber viajado por tierra, y cruzarse muy bien entre sí.
En una escena, el personaje de Adolf Hitler aparece en un tocado tradicional de los nativos americanos; pues Hitler era fanático del escritor alemán Karl May, cuyos libros más famosos, eran supuestos cuentos autobiográficos, ambientados en el oeste americano, con un hombre apache llamado “Winnetou”
Los libros de May, fomentaron una fascinación en Alemania por los nativos americanos.
Como dato, la última vez que aparece Adolf Hitler, tiene heridas de bala en la cabeza, para reflejar el hecho de que se ha suicidado.
Excepto en la imaginación de Jojo, y los carteles en su pared, el verdadero Adolf Hitler no aparece en esta película.
Como error, hacia el final, ves a las tropas soviéticas y estadounidenses vigilando la ciudad natal de Jojo, poco después del suicidio de Hitler.
En realidad, los aliados occidentales se detuvieron en el río Elba, y no habrían ocupado conjuntamente ningún territorio alemán en el momento de la rendición de Alemania.
Las tropas aliadas, no habrían entrado en Berlín Occidental hasta varios meses después.
Y a pesar de algunos destellos de tragedia, Jojo Rabbit permanece en un encantador embrollo de buen rollo, sin confrontar realmente sus implicaciones.
Por lo que Waititi puede ser uno de los pocos directores capaces de inyectar escenarios extravagantes con profundidad real, pero en este caso, reduce las circunstancias subyacentes, ya sabes, esa cosa del Holocausto, a un apoyo superficial, y eso puede crispar a algunos; o bien, los detalles del mal pueden parecer curiosamente abstractos, y la representación de la bondad puede parecer un poco falsa y forzada; o que el judaísmo de Elsa no tenga contenido real.
Ella existe principalmente como una enseñanza momentánea para Johannes.
Su situación, es una oportunidad para que demuestre su valentía, pero no se hizo de la manera correcta, y continuó con la fantasía.
Al tiempo, hay mucha imprecisión histórica y realismo, así como el uso de barbas antisemitas y estereotipos, y la actuación de Waititi como Hitler, puede llegar a apuntar a “The Grand Dictator” de Chaplin, pero apenas golpeando a Ace Ventura.
Todo en el filme se siente extrañamente imparcial.
Eso no es realmente algo que debamos escuchar en 2019, con el nacionalismo blanco de vuelta en boga, y en la marcha a través de gran parte de la civilización occidental.
Pues por Nacionalismo Blanco entendemos que es un tipo de nacionalismo o pan-nacionalismo, que se adhiere a la creencia de que los blancos son una raza, y busca desarrollar y mantener una identidad nacional racial blanca.
Sus defensores, se identifican y se apegan al concepto de una nación blanca; por lo que dicen, “buscan asegurar la supervivencia de la raza blanca y las culturas de los estados históricamente blancos”, y sostienen que “los blancos deben mantener su mayoría en los países de mayoría blanca, mantener su dominio político y económico, y que sus culturas deben ser lo más importante”
De hecho, muchos nacionalistas blancos, creen que el mestizaje, el multiculturalismo, la inmigración de no blancos, y las bajas tasas de natalidad entre los blancos, están amenazando a la raza blanca, y algunos creen que estas cosas se están promoviendo como parte de un intento de “Genocidio Blanco”
Jojo Rabbit, es realmente una sátira contra el odio, y se compromete a hacer que el espectador entienda que este niño, criado entre sentimientos de superioridad racial, no es nazi por naturaleza, ya que la niña judía obviamente no es un demonio con alas de murciélago atraídas por el dinero.
El objetivo es utilizar el conflicto suscitado en el niño, para encontrarse con la niña judía, precisamente para crear un nivel de humanidad que vaya más allá, y se convierta en un antídoto contra el odio, revelando, cómo se puede construir el amor, incluso cuando el odio parece tomar el control; y prevalecer sobre las cosas y las personas.
En su historia, el disruptivo Taika Waititi no comete el error de solo navegar en la ola del humor, y recuerda que es necesario contar, incluso en una sátira, lo que es el mal, para no frustrar el esfuerzo de crear una antítesis.
Así, el filme es una película que también duele, que nos hace sufrir un poco, que nos retuerce un poco, y fuerza a que Taika Waititi muestre una humanidad maravillosa, al ejercer la bondad en el cine, y contrastar el amor con el terror.
Por tanto, Jojo Rabbit es una película necesaria, capaz de comunicar un mensaje de apoyo para una humanidad que a veces se descarrila, pero no lo hace con un desprecio pedante, sino con un fin en sí misma, proponiendo una cura, utilizando el amor como un estandarte para representarlo, una película que recuerda con modestia y respeto, el horror de una marca indeleble en nuestro viaje humano en esta tierra.
Finalmente decir que la película está cargada de referencias modernas que se reproducen para reír, como usar a The Beatles y a David Bowie en la banda sonora, y líneas como Fraulein Rahm diciendo “O... M... Gott” en lugar de decir:
OMG.
Sin olvidar la canción de cierre, “Heroes” de David Bowie, que trata sobre 2 amantes separados por El Muro de Berlín.
“I know, definitely not a good time to be a Nazi”
La Juventud de Hitler, finalmente fue disuelta por las autoridades aliadas como parte del proceso de desnazificación; no obstante, algunos miembros fueron claramente sospechosos de crímenes de guerra, pero como eran niños, no se hicieron esfuerzos serios para procesar estos reclamos.
Si bien, La Juventud Hitleriana nunca fue declarada “una organización criminal”, su liderazgo adulto se consideró contaminado, por corromper las mentes de los jóvenes alemanes; y las autoridades aliadas llevaron a juicio a muchos líderes adultos.
Por otro lado, los niños alemanes nacidos en las décadas de 1920 y 1930, se convirtieron en adultos durante los años de La Guerra Fría; y como la membresía era obligatoria después de 1936, no era sorprendente ni raro, que muchos líderes de alto rango de Alemania Occidental y Oriental, hubieran sido miembros de La Juventud de Hitler; y se hizo poco esfuerzo para poner en La Lista Negra, figuras políticas que habían sido miembros, ya que muchos tenían pocas opciones en el asunto.
Estos líderes alemanes de la posguerra, formaron parte de un importante elemento institucional de La Alemania Nazi; de hecho, La Alemania Nazi en sí misma era imposible de concebir sin La Juventud Hitleriana, ya que sus miembros constituían la resistencia social, política y militar del Tercer Reich, y eran parte de la incubadora que mantenía el sistema político, al reponer el sistema político, filas del partido dominante y la prevención del crecimiento de la oposición de masas.
Por lo que un gran porcentaje de los muchachos que sirvieron,  lentamente se dieron cuenta de que habían trabajado y esclavizado por una causa criminal, que llevaron durante toda la vida; algunos de ellos recordaron una pérdida de libertad, y afirmaron que su tiempo en Las Juventudes, “les había robado una infancia normal”
Muchos de ellos, por otra parte, permanecieron en silencio hasta la edad adulta, cuando se convirtieron en abuelos, y aunque finalmente pudieron mirar hacia atrás, en su lugar, en una dictadura que oprimió, mutiló y mató a millones, la evaluación “honesta” debería llevarlos a concluir que sus contribuciones anteriores al régimen, habían dañado sus propias almas.

“I'm the enemy?”



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