The Irishman

“His story changed history”

La industria de Hollywood ha conseguido idealizar y hacer romántico un mundo de crímenes, sangre, traiciones, cinismo, corrupción y testosterona machista; y una vez más se sitúa, se entiende y se compra este contexto, pues las películas sobre la mafia son inigualables; más si envuelven “un caso sin resolver” que es un delito, o presunto delito, que aún no se ha resuelto por completo, y no es objeto de una investigación penal reciente, pero para el cual podría surgir nueva información de nuevos testimonios de testigos, archivos reexaminados, material nuevo o retenido evidencia, así como nuevas actividades del sospechoso.
Los nuevos métodos técnicos desarrollados después del caso, se pueden utilizar en la evidencia sobreviviente para analizar las causas, a menudo con resultados concluyentes; y es que la mafia ha logrado aportar muchos de esos casos.
La llama “Mafia de EEUU” también referida como “la mafia siciliana original” pues “mafia” puede referirse a cualquier grupo del crimen organizado en general; que también ha sido llamada “mafia italoamericana”, es una sociedad criminal italoamericana altamente organizada; cuyos miembros a menudo se refieren a la organización como “Cosa Nostra”
Así, la mafia en los Estados Unidos surgió en barrios o guetos de inmigrantes italianos empobrecidos en East Harlem de New York o “Harlem italiano”, en el Lower East Side y Brooklyn; aunque también surgió en otras áreas de la costa este de los Estados Unidos, y en otras áreas metropolitanas importantes, como New Orleans y Chicago; a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, luego de las oleadas de inmigración italiana, especialmente de Sicilia y otras regiones del sur de Italia.
La unidad más importante de la mafia estadounidense, es la de una “familia”, para describir las distintas unidades que no son necesariamente agrupaciones definidas por sangre familiar.
No es casual que el crimen organizado ayudó a la mafia a controlar muchas industrias desde una escala macroeconómica.
Esta táctica los ayudó a crecer en poder e influencia en muchas ciudades con grandes sindicatos como New York, Filadelfia, Chicago, Detroit y muchos otros.
De hecho, muchos miembros de la mafia se alistaron en sindicatos, e incluso se convirtieron en ejecutivos sindicales.
Así, La Cosa Nostra alcanzó el poder económico a través de su fuerte participación en los sindicatos; precisamente para extorsionar dinero y recursos de las grandes empresas, con recientes acusaciones de corrupción que involucran al New Jersey Waterfront Union, el Concrete Workers Union y el sindicato teamster, al que pertenecía entonces el líder sindical Jimmy Hoffa.
En especial, La Familia Criminal de Russell Bufalino es una familia criminal de la mafia italoamericana, activa en las ciudades del noreste de Pennsylvania de Scranton, Wilkes-Barre y Pittston.
En 1957, Joseph Barbara, un presunto miembro de La Familia Criminal de Buffalo, celebró una reunión de La Comisión de La Mafia en su casa de Apalachin, New York.
La reunión fue precedida unas semanas antes por el asesinato de Albert Anastasia, y una reunión más pequeña en la finca de Ruggiero Boiardo en New Jersey.
A la reunión de Apalachin, asistieron alrededor de 100 jefes de la mafia de los Estados Unidos, Canadá e Italia; pero una redada de la policía del estado de New York, atrapó a muchos jefes de familia o sus ayudantes; y se sospechaba que muchos otros jefes de familia y sus ayudantes, por sus contactos con la policía, evadieron la detección y captura.
Sin embargo, El Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para El Segundo Circuito, desestimó muchos de los casos sobre tecnicismos legales.
La apelación inicial, fue presentada por Russell Bufalino, y fue exitosa, por tanto, vindicándolo de los cargos de conspiración y obstrucción de la justicia y, como resultado, todos los otros mafiosos detenidos en la debacle de Apalachin.
Ese hecho ayudó y aumentó en gran medida la estatura de Bufalino entre los mafiosos en el escenario nacional; y con la muerte de Bárbara, en junio de 1959, La Comisión de La Mafia reconoció a Russell Bufalino como el jefe oficial de la familia.
Un asociado de Bufalino, era Francis Joseph Sheeran alias “El Irlandés”
Acotar que “un asociado” no es miembro de la mafia, pero trabaja para una familia criminal.
Los asociados pueden incluir una amplia gama de personas que trabajan para la familia; y puede tener una amplia gama de deberes, desde realizar virtualmente los mismos deberes que un soldado, hasta ser un simple chico de los recados.
Aquí es donde los posibles mafiosos, “chicos conectados” comienzan a demostrar su valía; y una vez que una familia criminal acepta nuevos miembros, los mejores asociados son evaluados y seleccionados para convertirse en soldados.
Un asociado, también puede ser un delincuente que sirve como intermediario o, a veces, vende drogas para mantener la atención de la policía fuera de los miembros reales, o pueden ser personas con las que la familia hace negocios, propietarios de restaurantes, etc.
En otros casos, un asociado puede ser un delegado sindical corrupto o un empresario.
Los no italianos, nunca irán más allá de esto, aunque muchos no italianos como Frank Sheeran, ejercieron un poder extremo dentro de sus respectivas familias delictivas, y llevaron el respeto de los miembros reales de la mafia.
“I Heard You Paint Houses: Frank “The Irishman” Sheeran and Closing The Case on Jimmy Hoffa” es una obra de no ficción narrativa de 2004, escrita por el ex fiscal de homicidios, investigador y abogado defensor, Charles Brandt, que narra la vida de Frank Sheeran; un presunto asesino a sueldo de la mafia, que confesó crímenes que cometió trabajando para la familia criminal de Bufalino.
El título, hace referencia a, según Sheeran, la primera conversación que tuvo con el sindicalista Jimmy Hoffa por teléfono, donde Hoffa comenzó diciendo:
“Escuché que pintas casas”, como un código de mafia que significa:
“Escuché que matas gente”, donde “la pintura” viene siendo la sangre que salpica cuando se disparan balas contra un cuerpo.
El libro de Brandt contiene 71 páginas de apéndices, que detallan en gran medida la corroboración independiente de las confesiones de Francis Joseph Sheeran,  conocido como “El Irlandés”
Sheeran nació y creció en Darby, Pennsylvania, en un pequeño barrio de clase trabajadora en las afueras de Filadelfia.
Era hijo de Thomas Francis Sheeran Jr., un pintor de casas de Filadelfia; y de Mary Agnes Hanson.
Sheeran era de ascendencia católica irlandesa del lado de su padre, y sueca del lado de su madre; y se alistó en el ejército en agosto de 1941, realizó su entrenamiento básico cerca de Biloxi, Mississippi, y fue asignado a la policía militar.
Después del ataque a Pearl Harbor, se ofreció como voluntario para entrenar en El Ejército Aerotransportado en Fort Benning, Georgia; y después de dislocarse el hombro, fue transferido a La 45° División de Infantería, conocida como “The Thunderbirds” y “The Killer Division”
El 14 de julio de 1943, Sheeran zarpó hacia el norte de África; y cumplió 411 días de servicio de combate, un período de tiempo significativo, ya que el promedio fue de alrededor de 100 días.
Su primera experiencia de combate, fue durante La Campaña Italiana; incluyendo La Invasión de Sicilia, los desembarcos de Salerno y La Campaña de Anzio.
Luego sirvió en los desembarcos en el sur de Francia, y La Invasión de Alemania.
Más tarde recordó que, debido a su servicio de guerra, desarrolló por primera vez una insensibilidad a la toma de la vida humana; y afirmó haber participado en numerosas masacres y ejecuciones sumarias de prisioneros de guerra alemanes, actos que violaron Los Convenios de La Haya de 1899 y 1907, y El Convenio de Ginebra de 1929 sobre prisioneros de guerra.
Sheeran fue dado de baja del ejército, el 24 de octubre de 1945; y tras regresar de su servicio militar, Sheeran se casó con Mary Leddy, una inmigrante irlandesa.
La pareja tuvo 3 hijas:
MaryAnne, Dolores y Peggy, pero se divorciaron en 1968; luego Sheeran se casó con Irene Gray, con quien tuvo una hija, Connie.
Cuando dejó el servicio, Sheeran se convirtió en camionero, pero ganó dinero extra al cometer delitos, incluido el asesinato a sueldo.
Debido a su perspicacia criminal, se convirtió en un asociado cercano de los jefes de la mafia, Russell Bufalino y Angelo Bruno.
Conoció a Bufalino en 1955, cuando hacía trabajos de “catering”
Bufalino, como Jefe de La Familia Criminal, actuó como mentor de Sheeran durante toda su vida.
Russell Bufalino, nacido Rosario Alberto Bufalino, también conocido como “McGee” y “The Old Man”, fue un mafioso italoamericano que se convirtió en el jefe de la familia criminal del noreste de Pensilvania, la conocida Familia Criminal Bufalino que gobernó desde 1959 hasta 1989; siendo uno de los líderes más despiadados y poderosos de la mafia en los Estados Unidos.
A pesar de que la familia era pequeña, Bufalino fue una influencia significativa en la sociedad criminal nacional, La Cosa Nostra; y era primo del abogado William Bufalino, que era el abogado del sindicalista Jimmy Hoffa desde hace mucho tiempo.
Bufalino nació el 29 de octubre de 1903, en Montedoro, Sicilia; e inmigró con su familia a los Estados Unidos a través del puerto de New York en 1906, estableciéndose en Buffalo, New York, donde se convirtió en un criminal durante su adolescencia.
Se casó con Carolina Sciandra, que provenía de una familia de la mafia siciliana; y Bufalino trabajó junto a muchos mafiosos de Buffalo, algunos de los cuales se convertirían en los principales líderes de la familia criminal de Buffalo, y otras futuras familias de Cosa Nostra a lo largo de la costa este de los Estados Unidos.
Estas relaciones, resultaron muy útiles para Bufalino en su carrera criminal; y los lazos familiares y de clan, eran importantes para los delincuentes sicilianos-estadounidenses; pues crearon un sistema de apoyo fuerte y secreto, en el que no podían infiltrarse personas ajenas o policiales.
A principios de la década de 1950, El Servicio de Inmigración y Naturalización, había tratado de deportar a Bufalino, pero nunca tuvo éxito.
También se alegó que Bufalino tenía contactos cercanos en La Agencia Central de Inteligencia (CIA), y participó en “El Proyecto Cubano”, la operación Cosa Nostra - CIA para asesinar al Presidente cubano, Fidel Castro.
Algunos teóricos de la conspiración, creen que Bufalino estuvo involucrado en un supuesto complot de Cosa Nostra para asesinar al Presidente John F. Kennedy; sin embargo, no hay evidencia creíble de que Bufalino haya intentado matar a Kennedy…
A lo largo de los años 60 y 70, Bufalino mantuvo importantes intereses criminales en el juego ilegal, el préstamo de préstamos y el crimen organizado; y gran parte del poder original de La Familia, provenía de su control de la minería del carbón y de los sindicatos locales de camiones en Pensilvania.
Bufalino continuó manteniendo intereses lucrativos dentro de la industria y control sobre sus sindicatos más influyentes; sin embargo, La Familia también tenía inversiones legítimas en bienes raíces y varios negocios.
Así las cosas, se sospechó que Frank Sheeran había sido el asesino del líder de sindical, Jimmy Hoffa.
James Riddle Hoffa, fue un líder sindical estadounidense, que se desempeñó como Presidente del Sindicato de La Hermandad Internacional de Teamsters (IBT) desde 1957 hasta 1971.
Desde temprana edad, Hoffa fue un activista sindical, y se convirtió en una figura regional importante con el IBT a mediados de los 20 años.
Para 1952, era Vicepresidente Nacional de la IBT, y fue su Presidente General entre 1957 y 1971; y jugó un papel importante en el crecimiento y desarrollo del sindicato, que eventualmente se convirtió en la más grande, por membresía, en los Estados Unidos, con más de 2,3 millones de miembros en su apogeo, durante sus períodos como líder.
Pero también, Hoffa incursionó en el crimen organizado hasta su desaparición en 1975.
Cuando John F. Kennedy fue elegido Presidente de EEUU en 1960, nombró a su hermano menor, Robert F. Kennedy como Fiscal General.
Robert Kennedy se había sentido frustrado en intentos anteriores de condenar a Hoffa, mientras trabajaba como abogado del subcomité de McClellan; y ahora como Fiscal General desde 1961, persiguió el ataque más fuerte contra el crimen organizado que el país había visto jamás, y continuó con el llamado “Escuadrón de Fiscales e Investigadores” con el lema “Get Hoffa”
Justo antes de entrar en prisión, por diversos delitos de corrupción, Hoffa nombró a Frank Fitzsimmons como Presidente interino de Teamsters; que era un leal de Hoffa, compañero residente de Detroit, y miembro de Teamsters Local 299 desde hace mucho tiempo, quien debía su alto cargo en gran parte a la influencia de Hoffa.
A pesar de esto, Fitzsimmons pronto se distanció de la influencia y el control de Hoffa después de 1967, para disgusto de Hoffa.
Fitzsimmons, también descentralizó un poco el poder dentro de la estructura administrativa de la IBT, renunciando a gran parte del control que Hoffa se aprovechó como Presidente del Sindicato.
Hoffa fue finalmente condenado por manipulación del jurado, intento de soborno y fraude en 1964, en 2 juicios separados; siendo encarcelado en 1967, y sentenciado a 13 años; y a mediados de 1971, renunció como Presidente del Sindicato como parte de un acuerdo de indulto con El Presidente de EEUU, Richard Nixon; y fue liberado más tarde ese año, aunque fue excluido de las actividades sindicales hasta 1980.
Así, Hoffa, con la esperanza de recuperar el apoyo y volver al liderazgo de IBT, intentó sin éxito anular la orden.
El abogado personal de Hoffa, era Bill Bufalino; y durante ese tiempo, Hoffa, quien se convirtió en un amigo cercano, usó a Frank Sheeran como matón, para tareas como el asesinato de miembros recalcitrantes de sindicatos y miembros de sindicatos rivales que amenazan el territorio de los Teamsters; pero los planes de Hoffa, para recuperar el liderazgo del sindicato, se encontraron con la oposición de algunos miembros de la mafia, incluidos algunos que estaban relacionados con su desaparición en 1975.
Posteriormente, en su calidad de funcionario de alto rango en La Hermandad Internacional de Teamsters (IBT), Frank Sheeran fue una figura destacada en la corrupción de los sindicatos por el crimen organizado; y fue acusado junto con otros 6, en julio de 1980, por cargos relacionados con sus vínculos con las empresas de arrendamiento laboral controladas por Eugene Boffa Sr. De Hackensack, New Jersey.
El 31 de octubre de 1980, Sheeran fue declarado culpable de 11 cargos de crimen organizado; siendo sentenciado a 32 años de prisión, de los que cumplió 13 años.
Poco antes de su muerte, 14 de diciembre de 2003, a los 83 años; Sheeran afirmó haber matado al líder de Teamster, Jimmy Hoffa en 1975; y según el escritor Charles Brandt, Sheeran, Hoffa y el mafioso Sal Briguglio, fueron conducidos a una casa en Detroit; y afirmó que mientras O'Brien y Briguglio se marchaban, Sheeran y Hoffa entraron en la casa, donde Sheeran afirma que le disparó a Hoffa 2 veces detrás de la oreja derecha; y le dijeron posteriormente que Hoffa fue incinerado después del asesinato.
Además, Sheeran también admitió que las manchas de sangre encontradas en la casa de Detroit, donde Sheeran afirmó que el asesinato ocurrió, estaban determinadas a no coincidir con las de Hoffa.
Sheeran murió de cáncer, en un hogar de ancianos en Filadelfia; siendo enterrado en el cementerio Holy Cross en Yeadon, Pensilvania.
Tras ser publicadas las confesiones de Sheeran, recibieron una amplia corroboración independiente, detallada en 71 páginas de documentación adicional que fue añadida al libro.
Por otro lado, El Dr. Michael Baden, un ex-jefe examinador médico de La Ciudad de New York, escribió:
“La confesión de que Sheeran mató a Hoffa en la manera descrita en el libro, es consistente con la evidencia forense, es totalmente creíble, y resuelve el misterio del Caso Hoffa”
Sin embargo, la veracidad del libro, y las reclamaciones de que Sheeran asesinó a Hoffa, han sido también desacreditadas en otras publicaciones.
“I Heard You Paint Houses: Frank “The Irishman” Sheeran and Closing The Case on Jimmy Hoffa” es la base de una película de 2019, titulada “The Irishman”, dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por Robert De Niro como Frank Sheeran.
Así, El Caso Hoffa sigue siendo objeto de rumores y especulaciones; y hoy es conocido en la cultura popular, debido a las misteriosas circunstancias que rodearon su desaparición y presumible muerte, destacando el hecho de que, desde 1975, no ha sido visto o localizado viviendo en alguna parte y, en caso de que hubiese fallecido, su cadáver nunca ha sido encontrado.
“Would you like to be a part of this, Frank?
Would you like to be a part of this history?”
The Irishman es un drama del año 2019, dirigido por Martin Scorsese.
Protagonizado por Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Stephen Graham, Harvey Keitel, Bobby Cannavale, Anna Paquin, Ray Romano, Kathrine Narducci, Jesse Plemons, Jack Huston, Domenick Lombardozzi, Jeremy Luke, Gary Basaraba, Steve Van Zandt, Welker White, Action Bronson, Chelsea Sheets, Kate Arrington, Sebastian Maniscalco, Stephanie Kurtzuba, Aleksa Palladino, Marin Ireland, Jake Hoffman, Paul Ben-Victor, Louis Cancelmi, Aly Mang, Jennifer Mudge, Patrick Gallo, Rebecca Faulkenberry, Larry Romano, Margaret Anne Florence, Barry Primus, Bo Dietl, J.C. MacKenzie, Thomas E. Sullivan, entre otros.
El guión es de Steven Zaillian, basado en el libro “I Heard You Paint Houses: Frank “The Irishman” Sheeran and Closing The Case on Jimmy Hoffa” de Charles Brandt, que sigue a un veterano de La Segunda Guerra Mundial, estafador y sicario, que trabajó con algunas de las figuras más destacadas del siglo XX; por lo que el filme es la crónica de uno de los grandes misterios sin resolver del país:
La desaparición del legendario sindicalista, Jimmy Hoffa.
Un gran viaje por los turbios entresijos del crimen organizado, sus mecanismos internos, sus rivalidades y su conexión con la política.
La acción sigue a Frank “The Irishman” Sheeran (Robert de Niro), cuando recuerda desde la residencia de ancianos en la que vive, su vida como mafioso para Russell Bufalino (Joe Pesci), después de abandonar su trabajo de camionero transportando carne.
Poco después, Frank logra trabajar para el poderoso sindicalista de transportistas, Jimmy Hoffa (Al Pacino), en pugna por el poder con otro miembro del sector, Anthony Provenzano, conocido como Tony Pro (Stephen Graham)
Se supone que la obra es el caso cerrado de la desaparición de Jimmy Hoffa, pero, la primera hora y media, de 3 horas y media; es una cinta de “La Cosa Nostra” y como llevaron a Kennedy al poder, para después, las otras 2 horas, cuando se acordaron de que era El Caso de Jimmy Hoffa, dedicarse a eso.
La narración de la película es asombrosa, inicia en un momento que tiene lugar a mitad de la película, para mostrar un “flashback”, y a partir de la mitad, continuar con la cronología interna del inicio, hasta el ocaso de la vida del llamado “Irlandés”, que en toda la trama recuerda, cómo llegó a ser un alto funcionario sindical y asesino a sueldo para la mafia.
El relato viaja constantemente en el tiempo, y así, Scorsese se toma con calma los hechos, con ayuda de la tecnología para rejuvenecer a sus actores, para contarnos mucho de cada uno de sus personajes, de cómo se conocieron a cómo terminan involucrándose, de sus relaciones familiares, y así hasta llegar a verlos como ancianos que cargan sobre sí, el peso de sus actos y decisiones, excepto Hoffa, de quien se sabe un día desapareció, y nunca más se supo de él, tema que la película también aborda a detalle, y que se convierte en una parte importante del conflicto de Frank Sheeran en sus últimos días.
Así, la narración de Scorsese se modifica de acuerdo a lo que se va contando:
En una primera parte, todo es más vertiginoso, con muchos diálogos y una edición y planos secuencias precisos, y un destacadísimo trabajo cinematográfico de Rodrigo Prieto; mientras que en el segundo tramo, donde se aborda la etapa madura de los personajes, la narración se torna más calma, íntima e introspectiva, donde las miradas dejan de lado a las palabras y los silencios se vuelven implacables, como el paso del tiempo y la culpa a cuestas.
La película es larga, pero Scorsese se las arregla para no perder el ritmo, y hace que no se sientan tanto, y sabe bien aprovechar cada minuto para contar su historia de mafiosos, pero también para dar un buen repaso por la historia reciente de su país, en un periodo en el que Hoffa supo hacer valer su poder, y enfrentar a los Kennedy por igual, aunque esto se aborda de manera lateral, pues Marty no pierde nunca el foco sobre sus personajes y lo que quiere contar.
Y es que The Irishman no es solo un film sobre mafiosos, va más allá; trata sobre la amistad, sobre el paso del tiempo, como vamos envejeciendo y como poco a poco vamos perdiendo la humanidad que tenemos; en una mezcla de humor, crimen y tragedia, perfectamente conseguida, que Scorsese hilvana con un ritmo más lento a lo que estamos acostumbrados en otras de sus obras; pero es, en cierto modo, más madura y con un gran proceso reflexivo a lo largo de la película, donde se muestra con claridad en los últimos 40 minutos.
¿Quién nos iba a decir, que la escena del asesinato de Hoffa comenzaba al principio de la película, y nosotros no lo sabíamos?
Pues ese es el viaje que en principio era para una boda, se convierte en un funeral para todos ellos, y eso es absolutamente espeluznante, pues llama a la conciencia a un criminal que ahora en su ocaso, cosecha soledad.
La película se filmó en New York, en 35mm alrededor de 117 locaciones diferentes, y totalizando 319 escenas, con un presupuesto de producción de $159 millones, y un tiempo de ejecución de 3 horas y 30 minutos.
Esta producción de NETFLIX, se encuentra entre las películas más caras de Scorsese, así como la más larga; pues tardó 106 días en filmar; y con ella, el director regresa como el experto narrador de historias que es, acuerpado por un elenco de lujo; pero hay que recalcar que no intenta “glamourizar” a los hombres violentos, sino que nos presenta una serie de hechos violentos, hechos por la mafia que “gobernó” por mucho tiempo los hilos de los EEUU.
¿Y ahora son las corporaciones?
El filme tiene mucho de actualidad debido a la administración Trump.
Total, el filme contiene los tópicos propios del director:
Hombres con actividades oscuras, “La Familia”, el crimen organizado, etc., al tiempo que deja escenas que ya entraron a la historia del cine:
Hay unos momentos de colocación de cámara magistrales, que son ya para el recuerdo; al tiempo que nos hablará de un rígido sistema que opera paralelo a la ley, desarrollando sus propias leyes y su propia justicia.
En ese sistema no hay leyes escritas, pero hay conductas que se transmiten de generación en generación, se manejan con el sentido común, y permite ser alguien simplemente obedeciéndolas.
Los errores comunes son advertidos; pero los errores graves se pagan con la muerte.
El sistema opera con una verticalidad total:
El que está arriba tiene todo el poder, y lo mantiene mientras es capaz de ser obedecido.
No hay lugar para el paso en falso.
La debilidad, deja afuera del sistema; y la traición o la rebelión conllevan la pena de muerte.
Como dato, el filme realmente “se titula” como la novela:
“I Heard You Paint Houses”, como si fuera un descargo por todo lo mostrado, siendo hasta el final, que el título “The Irishman” aparece en los créditos finales, como si toda la reconstrucción fuera solo un cuento final de una época, de una historia que no debería ser olvidada, como lo remarca en una conversación con la enfermera, casi al final.
Es un hecho que esta película acaba con toda pretensión que pueda tener “Joker”, pues la edición de Thelma Schoonmaker, aun cuando dura 3 horas y media, es lenta para meternos en contexto, y aleccionar a la audiencia que desconoce los personajes históricos, que son muchos, y todos son entrelazados de manera magistral; la cinematografía de Rodrigo Prieto es hermosa y soberbia, logrando capturar momentos, y diferenciándolos para colocarnos en la acción temporal; la dirección de Scorsese, qué decir que un Maestro a los 77 años que está en un momento de Gloria crepuscular/retrospectiva, pues se llena de nuevas tecnologías sin caer en el exceso de los tiempos del comic, e irónicamente se entrega a la fantasía retro, para mostrar la devastación física y mental de un hombre que se llevó a la tumba demasiados secretos.
Ese final, me parece uno de los grandes desenlaces de la historia del cine.
Sin olvidar a los actores Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, que salió del retiro para hacer esta película; y Harvey Keitel, todos ellos son de Oscar, y es una buena ocasión para modificar la regla que sólo nomina a un actor por película para una categoría, pues De Niro y Pacino bien podrían ser nominados como actores principales, mientras Pesci y Keitel para actores secundarios.
Por otro lado:
¿Notaron que la banda sonora, al principio, toca una variación del tema de Nino Rota para “The Godfather”?
Observaron el hermoso vestuario, aun cuando es un filme de hombres; y acotar que el filme mantiene de manera más adulta y mordaz el humor, a veces solo dado a través del gesto o la mirada, y a veces provocado por las situaciones, pero siempre macabro debido a los personajes retratados.
“What kind of man makes a call like that...”
El oscarizado director, Martin Scorsese, ha dicho que no podía conseguir que un estudio de Hollywood respaldara su épica película de la mafia, alegando que ya nadie estaba interesado en hacer una película con él y Robert De Niro...
Afortunadamente, El CEO de NETFLIX, Ted Sarandos, finalmente apoyó la producción con un presupuesto propuesto de $160 millones, y la película finalmente recibió luz verde; aunque el presupuesto se había elevado debido en gran parte a los efectos visuales requeridos para hacer aparecer a De Niro, Pesci y Pacino hasta 30 años más jóvenes en varios tramos del filme; el proyecto se puso en marcha, después de que Robert De Niro leyera una copia del libro de 2004, “I Heard You Paint Houses” escrito por Charles Brandt; y le describiera el personaje principal a Martin Scorsese.
Posteriormente, Scorsese se interesó en dirigir una adaptación del libro, que iba a estar protagonizada por De Niro, Joe Pesci y Al Pacino.
La fase de desarrollo del filme, comenzó en el año 2007; y las rescrituras del guión hicieron que el proyecto perdiera prioridad en el calendario cinematográfico; por lo que Scorsese continuó trabajando en la dirección de otros 3 filmes:
“Hugo” (2011), “The Wolf of Wall Street” (2013) y “Silence” (2016), antes de volver a trabajar en “The Irishman”
En septiembre de 2014, después de años de encontrarse en un “limbo de desarrollo”, que es un término utilizado en la jerga de la industria de los medios, para referirse a una película que se mantiene en desarrollo, que a menudo se mueve entre diferentes equipos, guiones o estudios; por un tiempo especialmente largo antes de que progrese a producción, si es que alguna vez lo hace... aunque no se cancelan oficialmente, el trabajo en ellos se ralentiza o se detiene; fue cuando Pacino confirmó que la película estaba en desarrollo, y que iba a ser el próximo proyecto de Scorsese después de “Silence”
En octubre de 2015, De Niro declaró que el proyecto seguía en pie, y que podría empezar a filmarse en 2016, y Scorsese confirmó que Steven Zaillian iba a escribir el guión.
En julio de 2017, se dio a conocer que el guión del filme, escrito por Steven Zaillian, iba a presentar una serie de “flashbacks” protagonizados por un personaje mayor, Frank Sheeran, interpretado por Robert De Niro, narrando sus actividades criminales a lo largo de varias décadas; pero que De Niro iba a interpretar a Sheeran en todas las décadas, llegando a interpretarlo “tan joven como un hombre de 24 años de edad, y tan adulto como uno de 80”
El productor, Irwin Winkler, describió el proyecto como “la reunión de gente que ha trabajado junta desde que éramos niños”; mientras que la productora Jane Rosenthal dijo que “lo que va a sorprender, es que, tratándose de una película de Scorsese, es una película más lenta.... son tipos observándose a sí mismos desde una perspectiva más madura”
En julio de 2009, el autor, Charles Brandt, recibió una llamada de De Niro, que resultó en una reunión de 4 horas entre ellos 2 junto a Scorsese y el guionista, Steven Zaillian; donde Brandt dijo que “el material era nuevo para ellos” y Zaillian ya tenía un guión pronto, pero la inclusión de Brandt requirió una rescritura.
Brandt entregó un guión escrito por él mismo; según el autor del libro, “Zaillian es un gran escritor, no me malinterpreten...
Yo quería podar el material”
De hecho, en los créditos iniciales, como una referencia al proceso de adaptación al cine, la película se titula “I Heard You Paint Houses”, el nombre de la novela en la que se basa; mientras que el título “The Irishman” solo aparece en los créditos finales.
Robert De Niro comentó que el término, junto con “Yo también hago mi propio trabajo de carpintería”, se refiere tanto al “golpe”, como a “la limpieza”
La acción inicia en un hogar de ancianos, donde Frank Sheeran, un veterano anciano de La Segunda Guerra Mundial, cuenta su tiempo como asesino a sueldo de la mafia.
En la década de 1950, en Filadelfia, como conductor de un camión de reparto, Sheeran comienza a vender parte del contenido de sus envíos a un gánster local de la familia criminal italiana de Filadelfia.
Después de que su compañía lo acusa de robo, el abogado sindical, Bill Bufalino (Ray Romano), lo saca, luego de que Sheeran se niega a dar al juez los nombres de sus clientes.
Bill presenta a Sheeran a su primo Russell Bufalino, el jefe de la familia criminal del noreste de Pensilvania; y comienza a hacer trabajos para él, y los miembros del inframundo local del sur de Filadelfia, incluidos los asesinatos.
Pronto, Russell presenta a Sheeran a Jimmy Hoffa, el jefe de La International Brotherhood of Teamsters, que tiene vínculos financieros con la familia criminal de Bufalino, y está luchando para lidiar con el compañero en ascenso de Teamster, Anthony “Tony Pro” Provenzano (Stephen Graham), así como por la creciente presión del gobierno federal.
Hoffa, se hace cercano con Sheeran y su familia, especialmente su hija Peggy (Anna Paquin), para celos de Russell; y Sheeran se convierte en el principal guardaespaldas de Hoffa mientras viaja.
Después de la elección de John F. Kennedy en 1960, Russell está emocionado; mientras Hoffa está furioso:
El hermano de Kennedy, Robert F. Kennedy (Jack Huston), quien fue nombrado Fiscal General, forma un escuadrón “Get Hoffa” en un esfuerzo por derribar a Hoffa, quien finalmente es arrestado y condenado en 1964 por manipulación del jurado.
Mientras está en prisión, su reemplazo sobre los Teamsters, Frank Fitzsimmons (Gary Basaraba), comienza a gastar en exceso los fondos de pensiones de los grupos, y a otorgar préstamos sin intereses a la mafia.
La relación de Hoffa con Provenzano, quien fue arrestado por extorsión, también se deteriora sin remedio; y Hoffa, finalmente se libera a través de un indulto presidencial de Richard Nixon en 1971, aunque tiene prohibido participar en las actividades de Teamsters hasta 1980.
A pesar de sus términos de libertad condicional, Hoffa emprende un plan para retomar su poder sobre los sindicatos organizados; por lo que la creciente falta de respeto de Hoffa por otros líderes de Teamster, y los intereses familiares relacionados con el crimen comienzan a preocupar a Russell.
Durante una cena testimonial en honor de Sheeran, Russell le dice a Sheeran que confronte a Hoffa, y le advierta que los jefes de las familias del crimen no están contentos con su comportamiento.
Hoffa luego le informa a Sheeran, que “él sabe cosas” que Russell y los demás no saben que él sabe, y además afirma que es intocable, porque si algo le sucediera, todos terminarían en prisión.
En 1975, mientras se dirigían a la boda de la hija de Bill, Russell le dice a Sheeran, que las cosas han llegado a su punto de ruptura con Hoffa, y su muerte ha sido sancionada.
Los 2 conducen a un aeropuerto, donde Sheeran toma un vuelo a Detroit; donde Sheeran le dirá a Hoffa que estará en la ciudad temprano en el día, pero llegará tarde…
Hoffa, que había programado una reunión en un restaurante local con Provenzano y Anthony Giacalone (Patrick Gallo), se sorprende al ver a Sheeran llegar allí en un automóvil con el desprevenido hijo adoptivo de Hoffa, Chuckie O'Brien (Jesse Plemons) y Sal Briguglio (Louis Cancelmi), otro gánster; y aconsejan a Hoffa, que la reunión se trasladó a una casa donde Provenzano y Russell los están esperando.
Sheeran le asegura a Hoffa que todo está bien, y él se une a ellos en el automóvil.
Al entrar en la casa, Hoffa se da cuenta de que no hay nadie más allí, y la reunión podría ser una trampa... y se da vuelta para advertir a Sheeran, quien luego le dispara 2 veces a quemarropa, antes de dejar el arma y el cuerpo en la entrada.
Después de que Sheeran se va, 2 gánsteres más jóvenes, llevan el cuerpo de Hoffa a un crematorio para eliminar todo rastro de él.
Sheeran, Russell, Provenzano, y otros, eventualmente son condenados por varios cargos, ninguno de los cuales está relacionado con el asesinato de Hoffa, y uno por uno, comienzan a morir en prisión...
Sheeran, finalmente es liberado y colocado en un hogar de ancianos, donde intenta hacer las paces con sus hijas alienadas, pero Peggy, sospechando que su padre tuvo algo que ver con la desaparición de Hoffa; corta todo contacto con él.
Sheeran comienza a ver a un sacerdote católico asignado al hogar de ancianos; que le da la absolución en su habitación, lo que implica que Sheeran finalmente ha expresado su contrición por sus crímenes; y cuando el sacerdote lo deja solo en su habitación para las vacaciones de Navidad, Sheeran le pide que deje la puerta un poco abierta...
La película se puede ver por capítulos de acuerdo al libro y los cambios temporales de la historia, para partir la cinta en 4 episodios:
Episodio 1: “I Heard You Paint Houses” del minuto 0:00 – 49:00; Episodio 2: “Hoffa” del minuto 49:00 – 1:40:00; Episodio 3: “What Kind of Fish?” de la 1:40:00 – 2:47:30 y Episodio 4: “It Is What It Is” 2:47:30 – 3:29:37
La narración comienza con el protagonista sentado en la silla de ruedas de un geriátrico, donde va recordando su periplo por el crimen organizado.
Ello conlleva diversos saltos temporales, siempre tratados de manera que no dificultan su seguimiento, antes al contrario, amplían la perspectiva de los acontecimientos que se suceden.
La película en su tramo inicial, es un producto 100% Scorsese, que nos hace venir a la cabeza títulos tan memorables suyos; y no solo por la temática, sino también por el montaje, la forma de narrar o la integración de canciones en la historia.
Los pantallazos informativos acerca de los personajes, la ruptura de la cuarta pared del personaje de De Niro, la atención a los detalles o los diálogos.
Todo está ahí presente; pero en esta ocasión, Scorsese va más allá…
Consciente de estar ante una historia de personas de otra época, el director imprime un tono crepuscular que nos hace llegar a, incluso a empatizar con unos personajes que no eran precisamente un ejemplo de valores humanos.
Inicialmente, la puesta en escena presenta los tonos propios del género, presidida por las traiciones, los asesinatos y la ambición.
Atendemos al ascenso de este matón, que se va ganando el favor de sus jefes, introduciendo pequeñas subtramas vinculadas a los encargos que recibe; pese a lo cual, dosifica los momentos violentos, manteniendo una elevada y constante tensión, sin perder el interés por lo que pueda suceder.
Ese cariz cambia con la irrupción del carismático líder sindicalista, Jimmy Hoffa, que permite abrir nuevas perspectivas en torno a las luchas de poder y enfrentamientos políticos que descienden a terrenos oscuros.
Acierta a desarrollar esos argumentos, sin atascarse nunca, al tiempo que se adentra en las tramas íntimas de los personajes principales, entre quienes crea unos vínculos cuasi fraternales que alcanzan a sus familias.
Precisamente, ese ámbito adquiere especial y definitiva relevancia en el tramo final, aflorando sentimientos de culpa y soledad.
Y es que en The Irishman, lo de menos es qué se hacía.
Se habla de los negocios de la mafia, pero sin hacer hincapié en las actividades ilegales.
Scorsese da prioridad a profundizar en la conducta y motivaciones de los personajes; los que tienen el poder dictan las reglas, mientras se rigen por unos códigos de honor basados en la sangre y el origen.
Otros, como el personaje de Hoffa, pretenden ostentarlo y ejercerlo, pero nunca llegarán a la cima.
El no ser italiano, determina cuál es su techo.
“Podrá ser poderoso pero siempre tendrá alguien por encima”
Una premisa que el protagonista Frank Sheeran tiene clara, y que Hoffa no termina de asimilar; y eso sella el destino de cada uno de ellos.
La película, además, profundiza en el drama humano de un protagonista que se gana la confianza de todos sus allegados, mientras pierde la de su familia, personificando su fracaso doméstico en el personaje de una de sus hijas.
El golpe de gracia, lo da el film mostrando que, finalmente, cuando el cuerpo falla, no hay dinero ni poder que evite la degradación física.
La decadencia física y mental, no conoce jerarquías ni estratos de poder.
Tan solo demuestra que hasta el hombre más poderoso del mundo puede llegar a no valerse por sí mismo.
Esta perspectiva marca la diferencia entre esta producción y otras de similar temática; donde podemos ver la evolución humana de unos personajes con anhelos, preocupaciones y familias; buscando incluso la redención en medio de una vida de sordidez.
En realidad, bajo la apariencia de una película de la mafia, asistimos más bien a un drama acerca de unos personajes, una cultura y una época que se fue, para no volver.
Curiosamente, el filme tiene migas con “The Man Who Shot Liberty Valance” (1962) de John Ford, y no les falta razón:
En ambos casos, un cineasta mayúsculo regresa al género que lo hizo famoso, lo revisita en compañía de sus actores fetiches, y retoma los temas que han caracterizado su filmografía.
Las 3 líneas narrativas que vertebran este filme, versan sobre la amistad y su evolución con el paso del tiempo, la camaradería del día a día frente a las adversidades mundanas; además, recupera temas ya visitados en su filmografía, como son los abusos de poder, y cómo los niños sufren en silencio los delitos de sus padres, por los que más tarde pueden arrepentirse.
Así, Martin Scorsese regresa al género por el que quizás sea más conocido, el de los mafiosos; no en vano, al director neoyorkino se lo recuerda por acercar a los espectadores a la vida cotidiana y mundana en el mundo de los gánsteres, lejos del glamur y las formalidades de “The Godfather” (1972) o “The Untouchables” (1987); y ha narrado el día a día de los mafiosos en “Mean Streets” (1973), su evolución y tejemanejes durante 3 décadas en la soberbia “Goodfellas” (1990), el papel que jugaron en la construcción de Las Vegas en “Casino” (1995), e incluso su origen, en la New York de la segunda mitad del siglo XIX en “Gangs of New York” (2002)
Y como lo hiciera Clint Eastwood con el western en “Unforgiven” (1992); Scorsese está de regreso.
Producida por NETFLIX, The Irishman narra, cómo la mafia italoamericana intervino en el devenir de la política estadounidense de la segunda mitad del siglo XX, y cuenta la versión de un trabajador que se convirtió en asesino a sueldo, para lo cual, Scorsese se sirve de buena parte de los recursos narrativos que han caracterizado su cine, y muchos han imitado sin éxito:
Un narrador omnisciente “en off”, planos secuencia con coreografías imposibles, escenas a cámara lenta, planos congelados, violencia fría y nada estilizada, iconografía católica, y el montaje endiablado de Thelma Schoonmaker.
Como dato, Martin Scorsese se burló al decir que sería diferente de sus otras películas de gánsteres y dijo:
“Creo que esto es diferente, creo que lo es.
Admito que hay, ya sabes, “Goodfellas” (1990) y “Casino” (1995) tienen un cierto estilo que creé para ellos, en realidad está en la página del guión.
Reunir a “Goodfellas” (1990) fue casi como una ocurrencia tardía, a veces tenía prisa, sentía que ya lo había hecho porque había jugado todo en términos de los movimientos de la cámara y la edición y ese tipo de cosas.
El estilo de la imagen, los cortes, los cuadros congelados, todo esto fue planeado de antemano, pero aquí, es un poco diferente.
La gente también es mayor en The Irishman, sin duda, se trata más de mirar hacia atrás, una retrospectiva, por así decirlo, de la vida del hombre y las elecciones que ha tenido que hacer”
Y ha predicho que debido al éxito del proceso de eliminación del envejecimiento “juventud”, que se usa ampliamente en su película, la necesidad de maquillaje en el futuro puede reducirse drásticamente.
Y es que para los 3 protagonistas en sus 70s, el director había insistido en que no hubiera sustitutos, ni pantalla verde, ni captura de imagen/rendimiento con su necesario y voluminoso casco.
El decaimiento digital, fue lo que finalmente decidió, un proceso que se ejecutó aquí de una manera que nunca antes se había hecho de esta manera.
El titán de efectos especiales, Industrial Light and Magic, proporcionó el trabajo para degradar a los actores; y según Al Pacino, había computadoras en los lados de la cámara durante la producción, para rastrear y seguir al elenco.
Para ello también un entrenador de postura fue contratado en el set, para ofrecer consejos a De Niro, Pacino y Pesci, sobre cómo comportarse como hombres mucho más jóvenes; Scorsese señaló que, si bien los actores principales tenían una edad digital, y en algunos casos todavía tenían el desafío de actuar físicamente más jóvenes o mayores en su postura, marcha y nivel de energía; siempre se prestó atención a la edad exacta de los personajes en cada escena, incluidos los cambios sutiles de solo unos pocos años.
Cuando se le preguntó durante la entrevista con Cinema Blend sobre cómo manejará la película la diferencia de edad entre los actores y los personajes.
Por otro lado, el productor Gastón Pavlovich dijo:
“No se usan prótesis, maquillaje; tienen actuación, y la tecnología es capaz de poder pasar por diferentes épocas sin la prótesis”
La tecnología también se utilizó para los otros miembros del reparto.
Aunque lo único que se le puede achacar son las lentillas que luce De Niro... se ven tan falsas que no lo hacen muy creíble.
Por otro lado, esta es la 4ª colaboración entre Martin Scorsese y el cineasta mexicano, Rodrigo Prieto.
El filme se rodó principalmente en 35mm con Arricam ST y LT, y con RED Helium para secciones tomadas en formato digital, con 2 Alexa Mini con capacidad de IR como cámaras para el envejecimiento.
Todas las escenas que requerían efectos de envejecimiento, se tomaron digitalmente con un equipo personalizado de 3 cámaras.
El envejecimiento fue facilitado por el maquillaje infrarrojo y los marcadores de seguimiento de color carne, pegados a la piel de los actores.
Estas marcas de seguimiento, se iluminaron con luz infrarroja, invisible para la cámara principal de Helio, pero visible para las 2 cámaras conectadas a la plataforma.
Las 2 cámaras auxiliares, capturaron datos de rendimiento facial basados en estos marcadores infrarrojos, y permitieron que una parte del complejo proceso de envejecimiento, se automatizara.
Del reparto, curiosa e irónicamente no hay actores irlandeses en esta película:
Robert De Niro da vida a un trabajador leal y silencioso, a quien las dudas y la culpa lo comen por dentro; y coincide con otro de los mejores actores de su generación:
Un recuperado Al Pacino, que interpreta a un Jimmy Hoffa enérgico, cabezota y divertido, un complemento a la versión de Jack Nicholson en “Hoffa” (1992), la algo olvidada biografía dirigida por Danny DeVito.
El regreso de Joe Pesci, es motivo de celebración:
El peculiar actor, compone un personaje cercano y aterrador a base de pequeñas intervenciones; y lo define más con lo que se calla que con lo que dice, y es una interesante contrapartida al bocazas de Tommy DeVito.
Y también recupera a otro viejo conocido del cine de Scorsese:
Harvey Keitel, reservando papeles secundarios para quienes trabajaron con el director en las series “Boardwalk Empire” y “Vynil”; Jesse Plemons y Anna Paquin, que interpreta a la sufridora Peggy, hija de Frank.
Como curiosidad, aunque el propio Al Pacino nació en Harlem, en una familia de origen siciliano, su personaje de Jimmy Hoffa era en realidad de origen alemán/irlandés, lo que hacía que las desavenencias percibidas de Hoffa contra los italoamericanos fueran particularmente irónicas dado el reparto.
Los actores que serían más precisos con respecto a la ética de Hoffa, incluirían a George Clooney, Ben Affleck, Kevin Costner, Jack Nicholson, quien anteriormente interpretó al personaje; Christopher Walken, e irónicamente Robert De Niro.
Esta es la 9ª colaboración entre Scorsese y De Niro, y la primera desde “Casino” (1995); la 4ª película protagonizada por Pacino y De Niro después de “The Godfather: Part II”, “Heat” y “Righteous Kill”; la 7ª en incluir a De Niro y Pesci después de “Raging Bull” (1980), “Once Upon a Time in America” (1984), “Goodfellas” (1990), “Casino” (1995), “A Bronx Tale” (1993) y “The Good Shepherd” (2006); y la primera vez que Pacino es dirigido por Scorsese.
El director comentó sobre trabajar con Pacino:
“Había querido trabajar con Al durante años.
Francis Coppola me lo presentó en 1970.
Luego él aparece en “The Godfather” y está en la estratosfera.
Para mí, fue siempre inalcanzable.
Incluso intentamos hacer un filme en los años 1980, pero no pudimos conseguir el financiamiento.
Pregunté:
¿Cómo es trabajar con él?
Bob De Niro contestó:
“Oh, es genial; ya lo verás”
Scorsese añadió que hay una meta-referencia en la interacción entre Pacino y De Niro en el filme:
“Lo que ves en el filme, es su relación como actores, como amigos, a través de los últimos 45 años.
Hay algo mágico que sucede ahí”
Y se cuenta que antes de aceptar el papel de Russell Bufalino, Joe Pesci se negó varias veces; tanto que algunas fuentes dicen que el número real de rechazos fue de 50.
Por otro lado, esta es la 6ª película donde Martin Scorsese dirige a Harvey Keitel, después de “Who's That Knocking at My Door” (1967),” Mean Streets” (1973), “Alice Doesn't Live Here Anymore” (1974), “Taxi Driver” (1976) y “The Last Temptation of Christ” (1988)
El comediante, Sebastian Maniscalco, fue originalmente concebido para la parte de Skinny Razor; pero al encontrarse con él, Scorsese vio una ventaja más oscura para el comediante, y le ofreció una parte más siniestra como Crazy Joe Gallo.
Maniscalco aceptó el papel, y Bobby Cannavale asumió el papel de Skinny Razor.
Y a pesar de ser una película notable, no carece de flaquezas:
Los personajes femeninos no pintan nada en la extensa historia; y muchas situaciones tópicas de proceder mafioso, con viñetas contundentes de ejecución asesina, se sustentan más en la acción que en la reflexión, en un tratamiento emocional sin complejidad, que se intenta remediar en su tramo final con meditaciones en tono agridulce, sobre comportamientos, sobre consecuencias, familia, pasado, presente, futuro…
Pero llega muy al final.
Y el filme olvida algunos personajes, o los manipula de manera que sabemos poco de ellos, como Peggy, la hija del irlandés, pero se justifica que los silencios son más poderosos que el diálogo:
La helada interpretación de Anna Paquin, cabe ser destacada pese a su brevedad, pues los silencios son los momentos más difíciles de interpretar, y ella borda esos momentos, no es de extrañar que con 11 años ganara su primer Oscar como actriz secundaria.
Mucho se habla de su escaso silencio en el film, pero precisamente, lo que su director quiere remarcar, es cómo el mayor castigo que da una mujer, es la retirada de la palabra, la frialdad, oponiéndose a su propia naturaleza.
También hay situaciones históricas que son “sólo mencionadas”, por lo que para el “millenial” en general, o a esa persona común que va al cine, puede ser muy complicado entrar en contexto; además es largo el metraje, pero lo vale por la historia que cuenta, tan lenta que está llena de suspenso, y claro está, porque “su historia cambió la historia”
En la vida real, en 2003, mientras estaba en su lecho de muerte, Frank “The Irishman” Sheeran reveló que había matado a Jimmy Hoffa, afirmando que fue muy duro para él, porque Hoffa era su buen amigo, pero “era un negocio”
Esto aún no se ha confirmado como un hecho por las autoridades...
Pero cabe decir que al comienzo de la película, cuando Frank Sheeran está en la casa de retiro, habla sobre “pintar casas” y hay un corte en una toma rápida de él ejecutando a alguien con un disparo en la parte posterior de la cabeza.
El disparo dura menos de un segundo, y la cara de la víctima está semi oscurecida, pero un cuadro congelado revela que es Sheeran ejecutando a Jimmy Hoffa.
Por otro lado, Hoffa explica que solo tenía 5 años de escolaridad, a mitad de la película...
En la vida real, Hoffa dejó la escuela para trabajar en la fuerza laboral a los 14 años de edad, y nunca regresó.
Se lo describe como mucho más intelectual, brillante y articulado de lo que realmente era; y cuando él dice:
“Fui a la escuela durante 5 años”, en realidad no se refería a la escuela, se refería a la prisión; y explica diciendo que no mencionó ningún nombre, lo que significa que no se burló de nadie mientras estaba encarcelado.
Un error evidente de continuidad, se da cuando Hoffa se da cuenta de que la bandera en la parte superior del edificio Teamsters, está a media asta debido al asesinato de JFK, por lo que se dirige al techo para levantarla por completo.
Cuando sus hombres lo levantan, está en la parte inferior del asta de la bandera, en lugar de media asta…
La película dice que Dorfman fue asesinado a tiros en Chicago en 1979…
En realidad fue asesinado a tiros frente a un hotel de Lincolnwood, IL, en 1983.
En las escenas en las que los personajes viajan en automóviles, las ventanas están abiertas, pero nadie se mueve el pelo, y no hay señales de que el aire entre al automóvil...
La casa que aparece al comienzo de la película, es la misma casa que aparece en “Goodfellas”; de hecho todo el filme tiene muchos guiños a los filmes de gánsteres; por ejemplo:
Robert De Niro se refiere a sí mismo como “El Irlandés” en 2 escenas en “Goodfellas”
Joseph “Crazy Joe” Gallo, es visto aquí entrando en al Club Copacabana…
Esta ubicación también aparece en “Goodfellas” y “Raging Bull”
Inclusive las escaleras en la casa de Bufalino, recuerdan las de la casa de Vito Corleone en “The Godfather”
La escena en la que Frank habla de Tony Pro sobre eliminar a uno de sus propios asistentes, es una doble referencia a otras 2 películas de crimen famosas:
“The Godfather” y “Fargo”
El hombre es estrangulado en su automóvil, al igual que Carlo Vitti en “The Godfather”, y luego su cadáver está pasado por la trituradora para madera para borrar evidencia, como en “Fargo”
También es interesante que Al Pacino y Robert De Niro hayan desempeñado papeles famosos en la familia criminal de Vito Corleone en la saga “The Godfather”
Así como ambos aparecieron por primera vez en la pantalla juntos en “Heat” (1995), donde Al Pacino, como El Teniente Vincent Hanna, termina matando a regañadientes a Robert De Niro, como Neil McCauley; por lo que en The Irishman, Robert De Niro, como Frank Sheeran, mata a regañadientes a Al Pacino, como Jimmy Hoffa.
También hay un guiño más divertido, con Hoffa preguntándole a Sheeran:
“¿Puedes ver con esas gafas?”, y da como respuesta:
“No puedo ver una maldita cosa”
A lo que Hoffa dice:
“Menos mal que no conduces”
Ese es un guiño a “Scent of a Woman”, donde el personaje ciego de Al Pacino, que interpreta a Jimmy Hoffa aquí, en realidad conduce un automóvil.
En un momento de la película, el personaje de Joe Pesci le indica a Frank, que se reúna con “un hada llamada Ferrie”
Esta es una referencia a David Ferrie, quien algunos creen, intervino tanto en La Invasión de Bahía de Cochinos, como en el asesinato de JFK.
También, Pesci interpretó a David Ferrie en la película de Oliver Stone, “JFK”
Por otro lado, Hoffa se muestra en sus primeras etapas de organización masiva y reunión de los trabajadores, vistiendo una gorra roja brillante para clima frío, y una corbata roja...
El rojo brillante era y es el color del comunismo y el socialismo, y los sindicatos tenían muchos socialistas y comunistas, y simpatizantes dentro de sus filas.
La gorra roja para clima frío que se muestra, es de un estilo popular en la URSS, China comunista, Corea del Norte comunista, Alemania Oriental comunista y otros, durante sus inviernos duros.
Durante La Guerra Fría se tuvo vigilancia patriótica contra “el susto rojo” por parte de organizaciones como la John Birch Society (JBS) y otras.
Ya sea que se trate de un disfraz casual o intencional, es especulativo y está al alcance del genio de Scorsese.
¿Acaso alguien vio la misma gorra en el “Make America Great Again” de Donald Trump?
El supuesto repaso histórico en The Irishman no me parece gran cosa; de hecho, a parte de la mención casi tangencial de la elección y posterior asesinato de Kennedy, además del mito de Hoffa, apenas se presta atención a la historia estadounidense.
Después de todo, todo ocurre dentro de la burbuja de los criminales, y de ahí apenas salimos, y se centra más, mucho más, en la intimidad de los personajes, particularmente de Frank Sheeran, y sobre todo de Jimmy Hoffa.
Esto me queda claro cuando llegamos al momento de la misteriosa desaparición de Hoffa, base de muchos mitos y leyendas, como la más célebre, que su cuerpo fue enterrado bajo un campo de fútbol americano; narrada casi sin darle importancia a los detalles del hecho, quitándole lo mítico, reduciéndolo casi a un hecho tan banal como cualquier otro asesinato, pero realzando lo particularmente humano de esta ejecución específica:
Lo terrible de asesinar a un amigo, la angustia del tiempo que pasa y anuncia lo inevitable, pero sin dudarlo ni por un segundo, pues así son las cosas, así es el trabajo, así son los hombres.
También me gusta la lectura o la interpretación que señala, que Scorsese elabora casi una revisión de su propio trabajo, de su cuerpo cinematográfico, como una carta de despedida, aunque sepamos que el viejo Marty no dejará de hacer cine hasta su último suspiro, o una carta de amor de quien lo ha dado todo por su labor, que vive y muere en su ley, no dispuesto a claudicar ni poner la rodilla ante nadie.
Acaso Scorsese se identifica más con Hoffa, o el personaje de Hoffa, su personaje de Hoffa; que con Sheeran y la pandilla de mafiosos; si bien es Sheeran el protagonista, y es él quien lleva a cabo el ejercicio introspectivo.
En todo caso, como todo en la vida, Hoffa y Sheeran acaso representen las luces y las sombras de Scorsese, quien, con alegría y con dolor, observa sus altos y bajos.
Por otro lado, la veracidad de las confesiones de Sheeran y el libro en el cual se basa el filme, fueron puestos en discusión en el artículo “The Lies of The Irishman” de la revista Slate, escrito por Bill Tonelli, y por “Jimmy Hoffa and The Irishman: A True Crime Story?” del profesor de La Escuela de Derecho Harvard, Jack Goldsmith, que se publicó en el New York Review of Books.
Al respecto De Niro afirmó:
“No estamos diciendo que estamos contando la historia real... estamos contando nuestra historia”
Y nos quedamos con el ocaso de una vida, impresiona ver la decadencia física y psíquica de un hombre poderoso, quien ve morir a todos los que conformaban su mundo, mientras sus hijas no le hablan.
Y produce ternura las últimas imágenes de Bufalino, después de sufrir un ictus, con temblores en las manos, que apenas puede comer el pan con vino de siempre…
Pero no olvidemos que eran criminales… humanos pero criminales.
Por lo que Scorsese ha creado un manifiesto, se ha apartado de sus personajes histriónicos, para otorgarnos una oda a la vida que se aferra a ciertos ideales, y muere con ellas de forma decadente, triste y solitaria.
Por último decir que con más de 40 años de colaboración, Scorsese volvió a confiar en el canadiense, Robbie Robertson, para la música incidental, y como la historia se extiende a lo largo de varias décadas, echó mano de una muy cuidada selección de canciones de los años 40 y 50 que compiló con el supervisor musical, Randall Poster.
“Las canciones de The Irishman, son como subirse a una máquina del tiempo, te transportan a los EEUU de otra época.
Sólo una película de Scorsese como esta, puede encender el pasado con tanta urgencia y ambición”, dijo Poster.
La utilización de hits populares, es un recurso que Scorsese ha reiterado en muchas de sus películas, algo que se convirtió ya en una marca de fábrica de su cine, y que además, le hace ahorrar dinero en presupuesto, ya que muchos de los temas musicales, figuran en el dominio público, y están exentos de derechos de autor. 
Entre esos clásicos se incluyen:
“In the Still of the Night” de The Five Satins, “Tuxedo Junction” de Glenn Miller & His Orchestra, “The Fat Man” de Fats Domino, “Delicado” de Percy Faith & His Orchestra, “Melancholy Serenade” de Jackie Gleason, “A White Sport Coat and a Pink Carnation” de Marty Robbins y Ray Conniff, “Qué Rico El Mambo” de Pérez Prado, y el tema “Song of the Barefoot Contessa” de Hugo Winterhalter & His Orchestra, de la película homónima de 1954, compuesto por Mario Nascimbene, entre otros.
Pese a que Robertson compuso la partitura completa, fue el tema central, “Theme from The Irishman”, el que subyugó a Scorsese, porque le aporta una calidad única e intemporal a la cinta, y posee una especie de aura cautivadora, con un siniestro rasgueo en guitarra acústica, apoyado en una base rítmica de tambores que retumban metálicamente, que recuerda mucho al sonido del “spaghetti western”, en particular, la melodía principal ejecutada en armónica solista, que se alterna con un violoncelo oscuro y lúgubre.
Pero, además, en la película hay una canción que es prácticamente el motivo musical de la trama, incluso más que la banda sonora de Robertson, y resume el concepto temporal del filme:
“In the Still of the Night” del grupo The Five Satins, que alguna vez fue sinónimo de juventud y del primer amor, que en manos de Scorsese viene a capturar el paso inexorable del tiempo en la vida de los gánsteres protagonistas.
La canción, un “doo-wop” que circula recurrentemente en el film, le infunde un profundo sentido de melancolía, una reflexión sobre el alcance de la vida humana, y cómo el dolor, las mentiras y las pérdidas, tienden a acumularse tras el tictac de un reloj.
La canción que suena de fondo durante la conversación de Russ y Frank sobre la gira de Frank en La Segunda Guerra Mundial en Sicilia, que curiosamente se parece al “Godfather Waltz”; donde De Niro interpreta al joven Vito Corleone, quien también es de Sicilia en la saga “The Godfather”; pero en realidad, la canción es “Le Grisbi”, del músico de armónica francés Jean Wetzel.
Como dato, desde el momento en que Frank se dirige a Detroit para matar a Jimmy Hoffa, hasta el momento en que Russ Bufalino le devuelve sus gafas de sol a Frank cuando regresa en un jet privado, no hay música de fondo.
Eso crea el suspenso del asesinato.
“If they can whack a President, they can whack a president of a union.
You know it and I know it”
En 1977, Russell Bufalino fue acusado de extorsión, después de que Jack Napoli, que estaba en El Programa de Protección de Testigos, testificó que Bufalino había amenazado con matarlo por no pagar una deuda de $25,000 a un joyero en New York.
Tan pronto como Bufalino fue acusado, tomó medidas para reducir la posibilidad de nuevos cargos criminales; y nombró al “consigliere” Edward Sciandra como jefe interino, y se retiró de las operaciones cotidianas de la familia.
El 8 de agosto de 1978, Bufalino fue condenado y sentenciado a 4 años de prisión, por su participación en el intento de extorsión.
Sirvió casi 3 años; y fue liberado en mayo de 1981, pero fue acusado nuevamente, esta vez por conspirar para matar al testigo, Napoli.
El principal testigo de la acusación, Jimmy Fratianno, dijo que Bufalino le había pedido a él y a Michael Rizzitello, que mataran a Napoli en 1976.
En noviembre de 1981, Bufalino fue sentenciado a 10 años de prisión, en La Penitenciaría de Leavenworth.
Con Bufalino nuevamente en prisión, y la familia bajo investigación federal, la fuerza de la organización comenzó a disminuir.
En 1989, Bufalino fue liberado de la prisión, y las operaciones del resto de la familia del noreste, fueron entregadas a Billy D'Elia.
El 25 de febrero de 1994, Bufalino murió por causas naturales en El Hospital Nesbitt Memorial en Kingston, Pensilvania, a los 90 años; siendo enterrado en el cementerio Denison en Swoyersville, Pensilvania.
En el siglo XXI, la mafia ha seguido participando en un amplio espectro de actividades ilegales; estos incluyen asesinatos, extorsiones, corrupción de funcionarios públicos, juegos de azar, infiltración de negocios legítimos, extorsión laboral, usurpación de préstamos, esquemas de fraude fiscal y esquemas de manipulación de acciones.
En una demanda derivada de La Ley de Organizaciones Corruptas e Influentes de Racketeer (RICO), que es una herramienta muy efectiva en el enjuiciamiento de mafiosos; que establece sanciones penales extendidas para los actos realizados como parte de una organización criminal en curso; el gobierno de los Estados Unidos nombró a Frank Sheeran, uno de los 2 no italianos que conspiraron con La Comisión de La Cosa Nostra, junto a figuras como Anthony “Tony Pro” Provenzano y Anthony “Fat Tony” Salerno.
La Ley RICO ha demostrado ser un arma muy poderosa, porque ataca a toda la entidad corrupta en lugar de individuos que pueden ser reemplazados fácilmente por otros miembros del crimen organizado
Sobre El Caso Hoffa, El FBI continúa sus intentos de conectar a Sheeran con el asesinato, volviendo a analizar sangre y las tablas del piso de la casa donde dijo Frank que ocurrió el asesinato, con los últimos avances en medicina forense.
Jimmy Hoffa desapareció a fines de julio de 1975, a los 62 años, y nunca fue encontrado; siendo declarado legalmente muerto en 1982.
Su hijo, James P. Hoffa, es el actual líder de La Hermandad Internacional de Camioneros, desde 1998.
En 2019, Michael Franzese, un ex mafioso y “caporegime” de New York de La Familia criminal Colombo, dijo que estaba al tanto de la ubicación del cuerpo de Hoffa, así como del tirador.
Franzese dijo que Hoffa fue definitivamente asesinado en un ataque relacionado con la mafia, y que la orden fue rechazada por la comisión en New York.
Cuando se le preguntó sobre la ubicación y el tirador, Franzese dijo:
“Puedo decir que el cuerpo está muy húmedo y el tirador todavía está vivo hoy, pero actualmente está en prisión”
La conciencia carcome a quine desata el espiral de la violencia, y sólo la frena el milagro del perdón.

“Time Changes Nothing”



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