Judy

“I Can't Give You Anything but Love, Baby”

El término “actor infantil”, generalmente se aplica a un niño que actúa en el escenario, en películas o televisión, pero también a un adulto que comenzó su carrera como niño; de hecho, muchos niños actores se encuentran luchando por adaptarse a medida que se convierten en adultos; no obstante, algunas personas también critican a los padres de esos niños actores, por permitir que sus hijos trabajen, creyendo que las actividades “más normales” deberían ser el elemento básico durante los años de la infancia; mientras otros observan que la competencia está presente en todas las áreas de la vida de un niño, desde deportes hasta el periódico estudiantil, la orquesta y la banda; y cree que la ética laboral inculcada o el talento desarrollado, se benefician del beneficio del niño…
Sin embargo, el niño actor puede experimentar presiones únicas y negativas cuando trabaja bajo horarios de producción ajustados; donde los grandes proyectos que dependen de su éxito en la capacidad para ofrecer un rendimiento efectivo, aumentan la presión.
Así, la incapacidad de mantener el estrellato, el éxito y la exposición a la fama a una edad tan temprana, ha causado que muchos actores infantiles lleven vidas adultas plagadas de problemas legales, bancarrota y abuso de drogas; tal es el caso de Judy Garland u otro que en tuvieron vidas adultas problemáticas, debido al ambiente estresante al que estuvieron sujetos siendo niños actores.
En el momento de su muerte en 1969, Judy Garland había aparecido en más de 35 películas; y ha sido llamada “una de las grandes del entretenimiento”, por lo que su reputación ha perdurado como probablemente “el mejor artista estadounidense del siglo XX”
Y es que nadie en la historia de Hollywood, jamás empacó el golpe musical que Garland hizo:
Ella tenía la voz más grande y versátil en las películas.
Sus musicales en Tecnicolor... definieron el género; y las canciones que presentó fueron “Oscar Gold”
Sin hablar de su carrera cinematográfica, que enmarca los musicales de La Edad de Oro de Hollywood, no es casual que ella haya sido apodada “la voz más conmovedora de la historia”
De hecho, El American Film Institute la ha catalogado 8ª entre las 10 más grandes estrellas femeninas en la historia del cine; y entre los premios que recibió a lo largo de su trayectoria, se hallan El Premio Oscar, El Globo de Oro, El Cecil B. DeMille, El Grammy y El Tony.
y es que Judy Garland creció en una familia consagrada al espectáculo, ya que sus padres y sus hermanos se dedicaban al teatro musical, en particular, al mundo del vodevil; y se puede decir que la actriz comenzó a andar encima de un escenario ya que a la edad de 3 años, porque aparecía en las funciones de sus progenitores.
Nacida como Frances Ethel Gumm, hizo carrera cinematográfica con la Metro Goldwyn Mayer en 1935, supuestamente sin tener que realizar ningún tipo de “casting”; aun cuando su apariencia física no encajaba en los patrones de belleza de las estrellas de la época, en muchas ocasiones se sentía poco atractiva a lado de sus compañeras, y esto le causaba gran ansiedad, ya que Judy acudía al colegio con actrices como Ava Gardner, Lana Turner, Elizabeth Taylor, que eran realmente bellas.
Sin embargo, Judy Garland era una gran máquina de hacer dinero en ese tiempo, una mujercita muy exitosa, pero era “el patito feo” del Estudio; y eso afectó muchísimo sus sentimientos.
Para ese estudio cinematográfico, MGM, Judy Garland realizó más de 20 películas, entre las que se incluyen 9 que protagonizó con Mickey Rooney, y el film “The Wizard Of Oz” (1939), por la cual recibió un Oscar Especial, en la que interpretó la canción “Over The Rainbow”, ha sido aclamada como “la mejor canción de la historia del cine” por el mismo American Film Institute.
Y otros filmes como “Babes In Arms” (1939), le valió a Judy otro Óscar Especial a La Mejor Actriz Juvenil.
Luego de este reconocimiento, Garland se convirtió en una de las actrices más cotizadas de MGM; y para poder llevar a cabo el exigido ritmo de trabajo al que eran sometidos, los niños Garland, Rooney, y otros jóvenes actores, constantemente consumían una importante cantidad de anfetaminas y barbitúricos.
Para Garland, esta constante dosis de drogas que tenía que consumir para aguantar el implacable ritmo de trabajo, la llevaría a profundizar sus trastornos mentales, a padecer de anorexia, alcoholismo, drogadicción y a una lucha continua por superar la adversidad; siendo su madre la principal proveedora de analgésicos.
Una de las películas más exitosas de Garland para la MGM, fue “Meet Me In St. Louis” (1944) dirigida por Vincente Minnelli, en la que interpretó las canciones emblemáticas:
“The Trolley Song”, “The Boy Next Door”, y “Have Yourself A Merry Little Christmas”, ya entre la adolescencia y la adultez.
Para esa época, Garland y Minnelli comenzaron una relación amorosa, y pese a que en el comienzo de la filmación de la producción mencionada, tuvieron algunos conflictos, se casaron el 15 de junio de 1945, y el 12 de marzo de 1946 nació la primera y única hija de la pareja, Liza; sin embargo, la pareja se divorció en 1951.
No obstante, ese mismo año, Judy Garland iniciaba una nueva relación sentimental, esta vez con el que sería su representante, Sidney Luft, y con el que tendría 2 hijos:
Lorna y Joey.
Aquel matrimonio tampoco duraría demasiado, y terminaría con un divorcio y una dura lucha por la custodia de los hijos.
Judy volvería a casarse 2 veces más, con:
Mark Herron y Mickey Deans.
Otro reconocido largometraje de Judy en la década de 1940, fue “The Harvey Girls” (1946), en la cual interpretó el tema musical ganador del Oscar, “On The Atchison, Topeka And The Santa Fe”
Después de 15 años, el estudio MGM puso en libertad a Judy Garland, y ella realizó exitosos conciertos, así como apareció en especiales de televisión.
En 1954, Judy Garland regresó al cine con la cinta “A Star Is Born”, por la que ganó El Globo de Oro a La Mejor Actriz en un Musical, y fue nominada al Oscar como mejor actriz; luego actuó en otras películas exitosas como “Judgment At Nuremberg” (1961), por la cual fue nominada como mejor actriz de reparto en los Oscar.
El 23 de abril de 1961, brindó un recital en el teatro Carnegie Hall, el cual resultó ser un gran éxito de crítica y público; y de este concierto salió el disco en vivo titulado “Judy At Carnegie Hall”, que permaneció durante 13 semanas consecutivas en el 1° puesto del conteo de la revista Billboard que agrupó a los álbumes musicales más vendidos.
Además, ganó 5 premios Grammy, incluyendo el de Mejor Álbum del Año y Mejor Vocalista Femenina.
Tanto el show, como el posterior disco, son aún valorados como “de culto”; mientras que sus fieles seguidores continuaron disfrutando de sus múltiples actuaciones por todo el mundo.
De esa manera, con películas, musicales, representaciones teatrales y apariciones televisivas estelares, llenaron la vida pública de aquella niña que se había convertido en una gran actriz, quizás demasiado pronto; y a pesar de sus triunfos profesionales, su éxito se vio opacado por sus problemas psicológicos, adicciones y disturbios financieros.
Y es que Garland llevó una vida en lucha continua contra la adversidad, muriendo prematuramente en 1969, a la edad de 47 años.
Fue después de que cancelaran su programa de variedades, que Garland regresó a los escenarios para brindar nuevos conciertos; donde su actuación más notable fue la que realizó en noviembre de 1964, junto a su hija Liza, quien en ese entonces tenía 18 años de edad, en el London Palladium; aunque también actuó en Londres, en el club nocturno “Talk Of The Town” durante una carrera de 5 semanas, en la que le pagaron £ 2.500 por semana.
Tras muchos tropiezos en el transcurso de los shows en Londres, al final de su último concierto, se dice que cuando llegó al clímax de “Over The Rainbow”, la canción que la convirtió en una estrella mundial a los 17 años; el público desconocía que esta sería su última presentación en vivo; debido a que meses después, la actriz de 47 años, fue encontrada muerta en su departamento en Chelsea, Londres; tras una sobredosis accidental de medicamentos con los que se había auto-medicado desde pequeña.
Uno de los titulares de la época, decía:
“La voz de Judy se calmó.
El arcoíris se ha ido”
Para entonces, desde el 17 de marzo de 1969, ella había contraído matrimonio con el empresario Mickey Deans, en la ciudad de Londres, mientras que su divorcio de Mark Herron, se produjo el 11 de febrero de ese mismo año.
Deans era un músico y empresario estadounidense, que se convirtió en el 5° y último esposo de la actriz y cantante Judy Garland.
Se cuenta que él tocaba el piano en Jilly's, un club nocturno en Manhattan, y luego trabajó como gerente de la discoteca Arthur; siendo en 1966, según el libro de Deans, “Weep No More, My Lady”, que conoció Judy Garland, en su hotel en la ciudad de New York.
Esto ocurrió cuando un amigo común de ellos, le pidió a Deans que entregara un paquete de tabletas estimulantes a Garland.
Deans recordó que parecía cordial pero desorientada; y debido a que los 2 hijos más pequeños de Garland estaban presentes, Deans sintió que era apropiado presentarse como médico.
Después de 3 años de citas intermitentes, Deans le propuso matrimonio y se casaron el 15 de marzo de 1969 en Londres.
Los Deans trabajaron para promover la carrera de Garland hacia el final de su vida, pero le resultó imposible controlar su uso excesivo de medicamentos recetados.
De hecho, Deans fue quien la encontró muerta el 22 de junio de ese año, en el baño, debido a una sobredosis de las píldoras que tomaba para dormir, los barbitúricos.
No es casual que celebridades posteriores que han sufrido luchas personales con la adicción a las drogas y el abuso de sustancias, se han comparado con Garland, en particular con Michael Jackson y Amy Winehouse.
Por su parte, la hija mayor de Garland, Liza Minnelli, tuvo una vida personal que era casi paralela a la de su madre, ya que tuvo problemas con el abuso de sustancias y varios matrimonios fallidos.
Inclusive la actriz Marilyn Monroe exhibiría un comportamiento similar al que Garland había exhibido una década antes en “Meet Me en St. Louis”, particularmente la tardanza; o bien, otra grande como la cantante de ópera, Maria Callas, quien dijo una vez que Garland poseía “la voz más soberbia que había escuchado”
“I just want what everybody wants.
I seem to have a harder time getting it”
Judy es un drama del año 2019, dirigido por Rupert Goold.
Protagonizado por Renée Zellweger, Rufus Sewell, Finn Wittrock, Michael Gambon, Jessie Buckley, Bella Ramsey, John Dagleish, Gemma Leah Devereux, Gaia Weiss, Andy Nyman, Fenella Woolgar, Phil Dunster, Julian Ferro, Royce Pierreson, Lucy Russell, Philippe Spall, Kate Margo, entre otros.
El guión es de Tom Edge, basado en la obra “End Of The Rainbow” de Peter Quilter, que se centra en los meses previos a la muerte de Judy Garland en 1969.
El drama sigue a Judy Garland cuando se hospeda en Londres, junto con el joven prometido, Mickey Deans, y el fiel amigo y pianista, Anthony, preparándose para su serie de espectáculos de 5 semanas en The Talk Of The Town; donde Garland espera que su acto la ayude a mantener su perfil de estrella, especialmente teniendo en cuenta una reciente cadena de mala prensa en su contra.
Sin embargo, ella todavía lucha con sus adicciones a las drogas y sus tensas relaciones con los hombres que la rodean.
Para esta adaptación libre de “End Of The Rainbow”, Peter Quilter dijo que creía que el guionista Tom Edge, “quería que la historia fuera mucho más verdadera y precisa, con menos elementos de fantasía que la obra”; por lo que la película sigue la carrera de Judy Garland durante el último año de su vida, cuando trasladó su carrera en el escenario a Gran Bretaña.
Así, después de un éxito inicial para una serie de conciertos con entradas agotadas en Talk Of The Town, sus esfuerzos eventualmente dejan de progresar, e incluso comienzan a empeorar debido a problemas de salud.
El drama la sigue al tiempo que recuerda su inicio memorable en MGM con “The Wizard Of Oz” (1939)
Rodada en Londres, en lugares que incluyen West London Film Studios y Hackney Empire; inicia durante el invierno de 1968, unos 30 años después del estreno de “The Wizard Of Oz”, cuando la leyenda Judy Garland (Renée Zellweger) llega a Londres para dar una serie de conciertos.
Las entradas se agotan en cuestión de días, a pesar de haber visto su voz y su fuerza mermadas; y mientras ella se prepara para subir al escenario, vuelven a ella los fantasmas que la atormentaron durante su juventud en Hollywood.
Ya a sus 47 años, Judy se enfrenta en este viaje a las inseguridades que la acompañaron desde su debut, pero esta vez vislumbra una meta firme:
Regresar a casa con su familia para encontrar el equilibrio.
Pero mientras se prepara para el espectáculo, lucha con la administración, encanta a los músicos, y rememora viejos tiempos con amigos y admiradores, su ingenio y calidez brillan; incluso sus sueños de romance parecen no haber sido alcanzados cuando se embarca en un noviazgo con Mickey Deans, su futuro 5° marido.
Con algunas de sus canciones más conocidas, la película celebra la voz, la capacidad de amar, y el gran entusiasmo de “la mejor artista del mundo”; al tiempo que celebra los 50 años de su desaparición, siendo una clara muestra crepuscular de la otrora actriz infantil, cuyos mejores momentos se han ido, y no solo como artista, sino como mujer y como madre.
El filme es un golpe duro al Sistema de Estrellas, a la fama, a la vida desperdiciada por algo que no nos hace feliz… sin olvidar el arribismo, la vejez, la salud mental, la familia, la soledad, etc.
Películas como “Sunset Boulevard” (1950), del inmenso Billy Wilder, se han encargado de desnudar a la fábrica de sueños; y otras tantas nos han contado el ascenso y caída de estrellas del cine y la música; y Judy como drama, explora ambos temas, guardando la distancia de la obra de Wilder, pues Goold nos muestra el precio que tienen que pagar esos ídolos que nos construye Hollywood, y que luego desecha cuando ya no puede exprimirlos más.
Por lo que esta es una propuesta sobre la identidad y la violencia de ser.
¿Es la realidad insuficiente para seguir vivo; nos alimentamos de la ficción para salvarnos o para escondernos; es el ser, una herida que abarca una vida entera; y la paz una ausencia de relato?
Pero ojo, el guión de Tom Edge no pretende hacer de la actriz un mártir.
La tesis de Judy, no demasiado alejada a la del reciente Joker de Todd Phillips; reparte responsabilidades, habla de decisiones y consecuencias, y muestra oscuros, sí, pero también claros.
Hay que indagar a fondo, para tratar de entender el efecto adictivo de Hollywood; por lo que las lecturas que de ello se desprenden, son múltiples.
“You are never so alone as when you are ill on stage”
Judy es una producción de las compañías británicas:
Calamity Films, Pathé Productions, BBC Films e Ingenious, junto con la estadounidense Twentieth Century Fox; mientras que el director Rupert Goold, galardonado con el premio Olivier en 2 ocasiones, ha logrado trasladar a la gran pantalla, el carácter hipnótico de sus producciones teatrales.
En esta ocasión, Judy, ambientada en 1969, se centra en un momento específico de la vida de la cantante, cuando llega a Londres para una serie de conciertos, todos con las entradas agotadas, y durante 5 semanas.
El film bien se puede dividir en 2 partes:
La miseria de ser una actriz en la infancia; y la miseria de ya no serla.
Con la decisión de rodar escenas en el camino de baldosas amarillas y los conciertos de Londres en 1969, la acción coincide oportunamente con el 80º aniversario del estreno de “The Wizard Of Oz”, así como el 50º aniversario de la muerte de Garland; donde los años de estrellato infantil se narran en forma de “flashback”
En estas escenas, Garland, de nombre real Frances Gumm, es interpretada por Darci Shaw; y cuando no está ante las cámaras, lleva una vida miserable...
Los productores la obligan a seguir una dieta rigurosa, e incluso le dan pastillas para no engordar; también le prohíben las citas, aunque flirtea con su coprotagonista, Mickey Rooney; y se sugiere que abusaron de ella…
Cuando Zellweger la interpreta en su mediana edad, es que Garland pasa de su 4° a su 5° matrimonio.
El cortejo por parte de Mickey Deans (Finn Wittrock), es un aspecto que el film no maneja bien; de hecho lo utiliza al capricho, y se deshace de él a su antojo; mientras que las clásicas canciones acaban llegando, y algunas se cantan íntegramente, una decisión que funciona mejor en el escenario que en la pantalla; es una época triste:
Judy ya no tiene a sus hijos, y se siente sola, sabiendo que ningún director la quiere, y sus ahorros se han agotado.
La melancolía se refleja en su cuarto vacío; y asistimos a apariciones en tertulias televisivas y a una constante lucha con el alcoholismo; pero sus momentos de felicidad surgen cuando está lejos del mundo del espectáculo.
Tras un concierto, acepta la invitación de una pareja, interpretada con brillantez por Andy Nyman y Daniel Cerqueira, a ir a cenar a su casa, donde cocina para ellos.
Esto lleva a una historia secundaria sobre el encarcelamiento de homosexuales que parece concebida para el público gay, que aún ve a Garland como una heroína, pero también para proporcionar momentos muy necesarios de respiro.
Y claro está, es una escena que conlleva otras lecturas, como usar las canciones como terapia, aun a costo del sufrimiento del intérprete…
Y ojo que Judy no es un “biopic”, ni es un musical, es un drama bastante oscuro, pero Renée Zellweger es una luz fulgurante, una mujer-espectáculo con ansias de ser feliz, precisamente como Judy, con quien comparte muchísimo más...
La película comienza con una joven Judy Garland en el set de “The Wizard Of Oz” en 1939:
Ella está siguiendo al gerente del estudio de MGM, Louis B Mayer (Richard Cordery); cuando le dice a Judy que hay muchas chicas que son más bonitas que ella, pero que ella tiene algo que no tienen... la habilidad que su voz tiene para llegar al corazón de alguien.
Sin embargo, si quiere vivir una vida como todas las otras chicas, y trabajar en un restaurante o quedarse en casa; entonces podría salir por la puerta sin ningún compromiso.
Judy se disculpa profusamente por su deseo de ser “normal”, y que tal vez la oportunidad de salir al teatro de vez en cuando para ver una película con otros podría ayudar.
Pero Louis se burla y señala que si ese es el caso, entonces podrían traer a Shirley Temple para la película…
Llegan al director musical, y comienzan los acordes iniciales de “Somewhere Over The Rainbow”
La escena se disuelve en 1968, donde vemos a Judy Garland, adulta, mucho mayor y con sus 2 hijos más pequeños, Lorna Luft y Joey Luft.
Ella está vistiendo a Joey, y comenta que él debe dejar de crecer porque le cuesta un nuevo par de pantalones cada vez.
Están terminando una serie de conciertos en el Palace Theatre de New York, donde le dan un sobre de $150; una suma que no es lo que ella esperaba…
Después del concierto, Judy y sus hijos regresan al hotel a dormir, solo para descubrir que su habitación fue liberada por falta de pago.
Al darse cuenta de que sus hijos estaban cansados y hambrientos, ella se ve forzada a llevarlos a la casa de su padre, su 3° ex esposo, Sidney Luft (Rufus Sewell)
En la casa de Luft, Sid y Judy discuten sobre lo que es mejor para los niños:
Judy, como su madre, espera que estén con ella; mientras que Sid explica que lo que los niños necesitan es estabilidad; y enfatiza que los niños pueden quedarse con él, pero que ella no es bienvenida para pasar la noche.
Judy deja la casa de Sid, y se dirige a su hija mayor:
Liza Minnelli (Gemma-Leah Devereux); donde hay una fiesta; y descubre que Liza abrirá un espectáculo en un par de días.
Después de que Liza confirma que está emocionada y no nerviosa, una amiga de Liza la lleva a la pista de baile, y Judy conoce a Mickey Deans.
Deans encanta a Judy lo suficiente como para rechazar una invitación de su hija para ir a otra fiesta, y en cambio, se queda despierta hasta la mañana con Mickey, bromeando y charlando.
Hay un “flashback” de la adolescente Judy, que está almorzando con Mickey Rooney (Gus Barry) en Hollywood.
Mickey la convence de comer papas fritas, y con muchas dudas, lo hace.
Bromea diciendo que tienen que atar sus manos a la silla para evitar que coma más, y que tendría que “simular” comer las papas fritas.
Luego le pregunta a Mickey, “¿estamos en una cita?” a lo que él responde que tienen que pedir permiso al director del estudio, pues él solo piensa en Judy como una muy buena amiga; y cuando Mickey comienza a morder su hamburguesa, Judy juguetonamente la roba, y casi la engulle solo para ser detenida por un cuidador del estudio, que le recuerda su dieta.
Judy se queja de tener hambre, en donde el cuidador del estudio le da un par de píldoras, y le dice que “tome esas, evitarán el hambre” a lo que Judy cumple.
Volvemos al “presente”, y el gerente de Judy explica que sin dinero en el banco, ella no puede proporcionar y mantener a sus hijos.
Luego sugiere que si ella fuera a Londres, sería recibida con los brazos abiertos.
Judy argumenta que tiene que quedarse en los Estados Unidos con sus hijos, pero se enfrenta a la realidad de su situación; toma un taxi hasta la casa de Sidney Luft, y conversa con sus hijos, y les explica que tiene que irse a Londres para ganar dinero para poder comprar una casa donde los 3 se queden para siempre.
Joey está molesto y entra en su habitación, con Judy y su hermana Lorna siguiéndolo; a lo que Judy toma su peluche, y sugiere que se quede allí con ellos; a lo que luego entra en el armario de ropa, y cierra la puerta, pretendiendo que es una casa espaciosa en la que todos puedan quedarse, pero todavía visiblemente molesta por la situación.
Eventualmente, ella invita a sus hijos a entrar, y todos caben en el armario de ropa; tienen un abrazo grupal diciendo, confirmando que “aquí es donde pertenezco”
Posteriormente, Judy está en el asiento trasero de un automóvil que se dirige al hotel donde conoce a su cuidadora, Rosalyn Wilder (Jessie Buckley), que la lleva a su habitación con su próximo horario para la próxima semana.
Judy la despide, e intenta aprovechar al máximo su situación.
Durante los días siguientes, Rosalyn la recoge y van a la sala de ensayo, aunque no es donde estaría cantando, peor el cuidador admite que la acústica es increíble.
Allí, Judy conoce a su líder de banda, Burt (Royce Pierreson), quien admite profusamente su admiración por ella, y comienza a ensayar, excepto que Judy se queja de la humedad del área.
Camina por el espacio de ensayo, mientras hablan sobre la ubicación de la banda y la audiencia, y decide que no puede ensayar ese día, y necesita descansar.
Burt pregunta sobre la lista de canciones, y ella dice que “no cambiará lo que ha hecho en el pasado”, y que estará bien, a pesar de que la noche de apertura sea el día siguiente, y se va.
Judy pasa el resto del día recordando a sus hijos, sin éxito, y no puede dormir.
Ella camina justo afuera de su hotel a las 3:00am, y le envían leche tibia como una forma de tratar de conciliar el sueño…
Llega la noche de debut, y Rosalyn se da cuenta de que Judy llegará tarde; por lo que llega a su habitación de hotel, y la encuentra sentada en el baño.
La cuidadora y la maquilladora la visten y la llevan de regreso a la sala de conciertos, y la empujan al escenario, a pesar de sus quejas de no sentirse bien; Judy parece “hacer clic” en forma, en el escenario, y tiene una excelente actuación en la noche de apertura.
Después del espectáculo, Rosalyn encuentra a Judy exhausta y llorando, y trata de ayudarla a limpiarse para que pueda irse a casa y descansar.
Judy le agradece, y dice que la encontrará afuera.
Durante lo anterior, hubo 2 “flashbacks”:
El primero nos lleva a la adolescente Judy tomando pastillas en un intento de dormir, porque no puede… y en el segundo, la encontramos en un sofá, donde la encuentra el encargado del estudio, y Judy se queja de que ya no puede dormir.
El cuidador del estudio la lleva a otro set, donde MGM celebra una fiesta de “Judy cumple 16 años” a pesar de que no es su cumpleaños; pero es una fiesta temática de playa, con un tanque configurado como piscina.
El cuidador del estudio le indica a Judy que corte el pastel, pero que simule comer el pastel, ya que no está permitido.
Judy comienza a discutir, diciendo que su contrato le garantiza una hora al día para el almuerzo, y que le gustaría esa hora para el almuerzo, a lo que el cuidador del estudio dice:
“Nadie lo hace”
Mientras las cámaras se preparan para rodar, el encargado del estudio le recuerda a Judy, que no se moje el cabello, a lo que Judy camina hacia el borde de la piscina... y se zambulle.
Regresamos al presente, después de una serie de espectáculos relativamente exitosos para seguir la exitosa noche de apertura, y llegamos a la temporada de vacaciones:
Vemos a Judy en su camerino, donde Rosalyn le pregunta si necesita algo, y Judy dice que estará bien… a lo que ella pregunta si hay alguien en la puerta del escenario… y Rosalyn dice que no sabe, a lo que Judy le desea adiós...
Judy se dirige a la puerta del escenario, y se encuentra con 2 fanáticos que la han amado durante años; ellos mencionan que se perdieron su show en 1964, y decidieron ver tantos shows de Judy como fuera posible durante su estadía actual en Londres.
Después de un poco de conversación, Judy les pregunta si les gustaría salir con ella a cenar; a lo que los fanáticos, en estado de “shock” y emoción, la llevan por Londres solo para descubrir que todos los lugares a los que fueron estaban cerrados.
Entonces, en cambio, la invitan a su departamento, y ella acepta.
En el piso de los fanáticos, comenzaron a hacer tortillas, pero el cocinero agregó crema “para hacerlo mejor”, estropeándolos, y encuentran a Judy cómoda en su presencia.
Más tarde en la noche, el cocinero se queda dormido en el sofá, mientras Judy y el otro juega un juego de cartas, y continúan hablando sobre lo difícil que es ser ellos mismos en el mundo actual.
Después de un rato, el fanático va al piano, y comienza a tocar “Get Happy”, a lo que Judy canta; y antes del final de la canción, el fanático comienza a descomponerse lentamente, y se detiene por completo para llorar.
Judy se acerca a él, y lo abraza desde atrás, y se da cuenta a través de las fotos de que los 2 fanáticos son una pareja gay, y también son fanáticos masivos de Judy Garland…
La escena cambia a Judy caminando sola por una calle... luego corta a Judy durmiendo por primera vez en, quién sabe cuánto tiempo, pero de repente es interrumpida por golpes incesantes:
Judy abre la puerta, y está a punto de molestar al botones por traerle el servicio a la habitación en un día que no pidió, y que, por una vez, puede dormir, quien luego susurra que “hay alguien debajo del carrito”
Debajo está Mickey Deans, que ha venido a sorprender a Judy… y resulta que él compró un boleto de ida a Londres para visitar a Judy sin planes para nada más, ya que vino directamente al hotel desde el avión, y Judy lo invita a quedarse con ella.
Judy tiene una entrevista en la que el entrevistador intenta introducirse más en sus asuntos privados, en su vida trabajando y creciendo con MGM, a lo que Judy está muy a la defensiva; lo que desencadena su ansiedad, y hace que llegue tarde para comenzar su show esa noche.
Rosalyn la sube al escenario, donde el público comienza a molestarla y arrojarle comida; peor cuando Judy intenta cantar, se ve que no se encuentra bien y, finalmente se derrumba en el escenario.
La escena muestra a Judy en el piso del baño, y Mickey Deans se vuelve poético sobre el mundo, tratando a las personas como ellos como objetos, y nadie los conoce como ellos son.
Retrocedemos a después de que Judy saltó a la piscina, en aquel “flashback”; donde la cuidadora del estudio le indica al personal de vestuario y maquillaje, que quiere que Judy esté lista y seca en 5 minutos, solo para que Louis B Mayer la detenga, quien despide a las mujeres, y le ordena a Judy que entre en un cobertizo de utilería.
Louis cierra las puertas, y le recuerda a Judy, que ella es Frances Gumm, su padre es un marica, y su madre solo se preocupa por lo que Judy aporta en dinero; y le dice que, “si Judy quería nadar en una piscina, ella es bienvenida en su piscina en cualquier momento”, y le recuerda que él la creó, él también puede romperla.
Judy se disculpa por sus acciones, e intenta hacer las paces al declarar cuánto ha estado trabajando, y estaba buscando un pequeño descanso.
Pero Louis insinúa que si ella siente que se necesita un descanso, podría encontrar a alguien más que haga lo que ella hace.
Louis camina hacia Judy, y coloca 2 dedos en su pecho para enfatizar su punto; a lo que Judy entiende la insinuación, y se disculpa nuevamente, a lo que Louis se va, diciendo:
“No vuelvas a posponer otra de mis películas”
Regresamos a la actualidad, cuando Judy está hablando con el director de conciertos de Londres, Bernard Delfont (Michael Gambon), disculpándose por su comportamiento anterior, y pide perdón, a lo que él dice “ya olvidado” y que “si hubiera sabido que no estabas bien, no lo haría.
No te he pedido que hagas el espectáculo”
Luego, Bernard dice que quiere que visite al médico, que le inyectará medicamentos para ayudarla con su fuerza...
Judy está en el consultorio del médico, que resultó ser otro fanático; y descubre que Judy tuvo una traqueotomía 2 años antes, lo que debilitó sus cuerdas vocales.
El médico habla de cómo, en su juventud, adoraba a Dorothy Gale, a lo que Judy señala que la mayoría de los niños se sintieron atraídos por las coletas…
El médico no está de acuerdo, y señala que fue la forma en que Dorothy cuidó de Toto, lo que lo atrajo hacia el personaje.
Mirando a Judy, el médico dice que necesita cuidarse, y se va.
Luego vemos a Judy y Mickey, caminando en Londres, mucho más cerca y cómodos el uno con el otro; y él explica que hay un acuerdo en el que está trabajando, en el que alguien que conoce está planeando abrir una serie de salas de cine que los llamará “Judy Garland Theater”, y que va a presionar para tratar de que Judy obtenga el 10% de las ganancias; y así ella podría comprar la casa que siempre quiso para ella y para los niños.
Esto también le permitiría no tener que hacer más giras para vivir.
Emocionada, Judy admite que se siente cómoda con Mickey, y que tienen una conexión.
Mickey acepta, a lo que Judy propone que se casen, para sorpresa de Mickey; y finalmente él acepta, y se casan poco después.
Hay un montaje de espectáculos donde Judy está cantando mejor que nunca superpuesta con escenas de:
El matrimonio de Judy y Mickey, donde Rosalyn y Burt sorprenden a los recién casados con un espectáculo de fuegos artificiales en su honor.
Pero Mickey mira por teléfono a las bailarinas más jóvenes, mientras intenta convencer a su conexión, para que mantenga el trato hasta que regrese a Estados Unidos.
Judy descansa en su habitación de hotel, y se escuchan golpes... asumiendo que era Mickey, abre la puerta felizmente solo para encontrarse cara a cara con Sidney Luft, quien le pide que salga a tomar un par de copas.
Más tarde, en un pub, Sid intenta conversar sobre su tiempo en Londres y el espectáculo, lo que le hace creer que los niños necesitan estabilidad.
Sin embargo, Judy no está de acuerdo, y explica que está haciendo todo lo posible para poder brindarles una vida estable a sus hijos, porque quiere que estén “lo más lejos posible de este negocio falso”
Sid, finalmente admite que son los niños los que querían quedarse donde están, que aman y extrañan a su madre, pero también quieren estabilidad.
Esta revelación hace que Judy se enoje con Sidney, y deja el pub hasta llegar a la habitación del hotel.
Una vez que Judy entra, ve el maletín de Mickey, y se calma instantáneamente de que él ha regresado de EEUU.
Sin embargo, Mickey no le devuelve el entusiasmo de Judy, al intentar explicarle que la gente todavía la considera “poco confiable y difícil de trabajar”, ergo, debido a la reputación, no pudo cerrar el trato.
Esto molesta tanto a Judy, que acusa a Mickey de no ser diferente a todos los otros hombres en su vida que se sientan al margen, mientras ella canta en conciertos y asume que eso es trabajo.
Mickey responde, diciendo que si ella se aleja de las drogas, y es más consistente en su ética de trabajo, él podría haber cerrado el trato.
Esto hace que Judy salga de la habitación del hotel con ira, y se dirija a su espectáculo.
En el concierto, la ira de Judy se hace cargo, en combinación con los gritos del público, se ve obligada a salir del escenario, para ser reemplazada por el acto de respaldo:
Lonnie Donegan.
Judy deambula sin rumbo por las calles de Londres, y se encuentra con una cabina telefónica; donde ella pone algunas monedas, y se conecta con sus hijos.
Judy habla con su hija, Lorna, quien admite que la extrañan, pero les gusta poder ir a la escuela, y no tener que moverse todo el tiempo.
Lorna luego pregunta si su madre estaría bien, y Judy a través de su tristeza, dice que estará bien, y dice que los ama a ambos, antes de colgar.
Al día siguiente, Judy ha empacado todas sus pertenencias, y está lista para partir.
Su serie de conciertos, que terminó abruptamente, Rosalyn explica que tienen una sorpresa más para ella.
En el restaurante del hotel, se les une Burt, y llega un pastel para Judy.
Rosalyn corta el pastel, y le da a Judy una rebanada; y cuando los otros 2 comienzan a comerlo, Judy mira su pedazo; eventualmente ella lo come, y admite que está bueno, y continúa comiendo, solo para escuchar que todavía no hay nada preparado para ella, y le pregunta a Rosalyn, si sería posible ver el espectáculo de su acto de respaldo...
Tenemos un “flashback” donde Mickey Rooney y Judy Garland más jóvenes, salen del escenario con alegría:
Mickey sugiere que se vayan y disfruten de la noche, pero los continuos aplausos llaman la atención de Judy.
Después de un poco de ida y vuelta, Judy rechaza la invitación de Mickey, y se queda a escuchar los aplausos…
En el presente, Rosalyn y Judy están detrás del escenario, y Rosalyn pregunta si Judy está bien, y ella admite que sí.
Rosalyn se va para sentarse en la butaca, a lo que Judy ve a Lonnie preparándose para entrar al escenario; mientras tanto, la pareja gay que conocimos anteriormente, está en la taquilla exigiendo un reembolso de sus boletos, porque fueron a ver a Judy Garland, solo para descubrir que ya no estaba actuando…
Volviendo al “backstage”, Lonnie y Judy se saludan, y Judy le desea suerte a Lonnie en su acto, pero después de un momento, le pregunta si podría tener una última canción con el público, para compensar la desastrosa noche anterior.
Después de unos momentos, Lonnie acepta, y Judy sube al escenario, le dice a Burt que elija una canción; y Judy canta “San Francisco”, que llama la atención de la pareja gay afuera, obligándoles a correr a sus asientos, y termina con un aplauso entusiasta.
Judy comienza a abandonar el escenario, solo para descubrir que lo ama demasiado, y admite que le queda una canción más…
Ella habla sobre la canción, y cómo la gente parece equipararla a ser un destino, pero ve que la canción trata sobre el viaje y los pasos que uno toma durante ese viaje... ella se sienta al final del escenario, más cerca de la audiencia, y comienza a cantar “Over The Rainbow”; y cuando se acerca al final, se rompe, incapaz de terminar la canción...
La pareja gay se pone de pie, y comienza a cantar el coro… lo que provoca que el resto de la audiencia haga lo mismo.
Judy se levanta y sonríe, saboreando el amor del público, y pregunta por el micrófono:
“No me olvidarás, ¿verdad?
Prométeme que no”
6 meses después, Judy Garland moría a la edad de 47 años, mi edad actual… y eso me rompió…
Como se dijo, el guión de Tom Edge, se inspira en la obra para teatro de Peter Quilter, “End Of The Rainbow”; por lo que la historia se construye desde el ocaso de la estrella, desde las sombras que pretenden opacar el legado que se ha construido con los años; y Judy se convierte así, en el vehículo perfecto para que la talentosa Renée Zellweger desborde la pantalla, y se luzca con su interpretación.
Y más puede Zellweger que todo lo que nos pone en la mesa el discurso del director; pues el filme logra momentos sobrecogedores, pero de igual manera tiene unas bajas que nos desconectan.
Sin duda, lo mejor es la memorable interpretación de la Renée, que canta con su propia voz todas las canciones; y es que sólo imaginar revivir a una estrella de la magnitud de Garland, puede hacer a cualquier actor temblar de miedo.
Como tantos otros héroes del celuloide, La Garland también sucumbió fuera de los reflectores:
Barbitúricos y alcohol fueron receta predilecta desde muy temprano; y se dice que la primera en iniciarla en esos senderos, fue su propia madre con las pastillas para dormir.
Así, los excesos cobraron un alto precio en su salud, y para el momento de sus conciertos en Londres, aparentaba mucho más de los 47 años que tenía.
De esa manera, el filme nos lleva con fuerza hasta esos rincones oscuros de la vida de Garland, y nos ilusiona con chispazos del poder en escena de la que una vez fuera “la Dorothy de Kansas”
Por lo que el trabajo de Rupert Goold en la dirección, transcurre sin que este se arriesgue, tanto que maneja de forma correcta las claves del drama, pero por momentos se le desliza hasta lo melodramático; por igual se decide por incluir algunas secuencias que no aportan a la trama, sino que solo sirven para estirar la historia, y manipular a la audiencia, como la pareja gay.
No obstante, Ole Bratt Birkeland logra un buen trabajo en la cinematografía, sobre todo retratando los momentos sobre el escenario; que muy bien se combinan el diseño de producción y la dirección de arte, para ambientarnos en la época, y para revivir la escena del espectáculo de finales de los 60.
Pero el filme no tiene grandes logros técnicos, aun cuando todo lo referido al espectáculo de los conciertos es glamuroso; sino que es más un estudio de personaje, pues todo el filme gira en torno a Renée Zellweger, en uno de sus mejores papeles en años.
Y hay paralelos entre los altibajos de la carrera de Garland y el de la actriz que ahora la interpreta, Renée Zellweger; pues cuando Zellweger dio vida a Bridget Jones, y salió en “Jerry Maguire”, era uno de los rostros más conocidos del mundo.
Luego, perdió algo de popularidad, dejó de recibir papeles importantes, y los tabloides empezaron a hablar más de su apariencia que de sus roles.
No es casual pues, que Zellweger sepa por lo que Garland pasó, así que es fascinante ver, cómo la interpreta en el final de su carrera.
Como dato curioso, Renée Zellweger nació el mismo año que murió Judy Garland, en 1969; y a los 50 años, luego de haber superado una depresión y soportado las críticas del “showbusiness” sobre los cambios en su cara y figura, su papel en Judy la coloca una vez más en el podio de las estrellas; en la historia de una mujer que pudo luchar contra sus propios fantasmas y la crueldad del medio.
“No entiendo por qué tanta sorpresa y tanto cotilleo.
Cambié algo mi cara y mis ojos.
No es un acontecimiento de interés nacional.
Sin embargo, hasta periodistas serios, o tomados por tal, lo convirtieron en un tema de primera plana.
Es muy desconcertante.
Revela la frívola pero poderosa fijación social por el cuerpo, lo físico, en detrimento de lo realmente importante”
Lo que la preocupó, no fue que su cirugía plástica se conociera, sino que su historia fuera utilizada para poner de manifiesto los valores que regían a las mujeres.
“No es un secreto que el valor de las mujeres fuera medido históricamente por su apariencia.
Muy flaca, muy gorda, envejecida, mejor morena, con celulitis, un estiramiento facial escandaloso, gordita o embarazada.
Feos zapatos, feos pies, fea sonrisa, feas manos, feo vestido, fea carcajada”
Y habló de “bullying” de los prejuicios, la igualdad y la aceptación.
“Quizás debamos debatir más acerca de por qué vemos de compartir colectivamente un apetito de ser testigos de personas humilladas por ataques por su apariencia, y cómo impacta en generaciones más jóvenes.
Quizás podamos debatir más sobre nuestros muchos desafíos sociales, y cómo podemos hacerlo mejor”, dijo la actriz.
Y es que varios “expertos en belleza” pusieron a Renée bajo su indomable lupa:
“También se retocó la nariz, se estiró los párpados, y se aplicó Botox en la frente, que ahora luce lisa como un bebé”
¿Y cuándo se habló del arte?
Tarde y poco, olvidando que colosal éxito en el film “The Diary Of Bridget Jones” la obligó, en cada entrega, a cambiar de aspecto, y en especial de peso.
Para la primera debió engordar… ¡13 kilos!, y aprender el acento británico.
Además, y según el caso y el rol, su melena fue rubia, negra, larga, corta…
“Ahora mi nueva cara es de felicidad.
Mi vida es más feliz y más plena.
¡Estoy sana!
Me sometí a horarios crueles, inhumanos, y no supe ocultar esa crisis.
Pero se acabó…”
Y explicó que su decisión de dejar de actuar en 2010, tuvo un solo y dramático motivo:
Había caído en una profunda depresión, y necesitaba descansar.
“Mi vida estaba llena de sombras.
No estaba sana.
No me estaba cuidando a mí misma.
Fui lo último en mi lista de prioridades”
Y en un pozo de tristeza, Zellweger recurrió a terapia por primera vez en su vida.
La actriz confesó que fue su terapeuta quien la ayudó a “navegar por las emociones que sentía durante mi retiro de Hollywood” en pleno éxito de su carrera.
“Reconocí que pasé el 99% de mi vida como persona pública, y solo una migaja microscópica de una fracción como una persona real”, recordó la actriz, que luego de su ostracismo voluntario, y a los 50 años, volvió como protagonista de la serie “Dilema” de NETFLIX.
“Sentí que estaba perdiendo mi identidad.
Era insoportable.
Una carrera en el cine, nada tiene que ver con la vida real.
Es una máscara, sólo una máscara…”
Es más, admitió que para su nuevo retorno, no eligió el cine; prefirió la televisión, “porque ya no hay diferencia entre ambas, y a veces la pantalla chica supera a la gigante”
Pero el amor por el cine pudo más; y para esta nueva apuesta, a su eterno amor, la elección no pudo ser mejor:
En Judy, se puso en el cuerpo y el alma de la atormentada estrella durante sus últimos días de vida en Londres, en los que, aunque destrozada, desplegó 5 semanas de agotadores conciertos con boleterías agotadas.
Titánica, y una prueba de fuego para Renée; alguien capaz de volar sobre el arco iris, ida y vuelta; porque allí vuelve a cantar, algo que hizo con genio en el musical “Chicago” (2002) y aquí tiene un guiño divertido, al decir en personaje:
“Acaso este es Chicago”
Créase o no, a pesar de tanta noticia positiva, todavía la acosan los comentarios, algunos, virulentos; todos, estúpidos sobre sus cambios estéticos.
Pero los responde con sabiduría:
“Lejos de deprimirme, me hicieron sentirme mejor.
Me hicieron aprender una gran lección sobre qué clase de mujer soy”
Con Judy, todo lo dicho anteriormente, entre la vida de la actriz real y en la ficción, se nota:
El gesto, el silencio, la mirada perdida, un movimiento de cabeza, la postura… eso no es imitación, es la esencia y el método que un actor comprometido y respetuoso puede hacer al encarnar a un artista tan admirado, querido y entrañable como Judy Garland, sin caer en el ridículo y la mofa.
Y para ello, se cuenta que Renée Zellweger pasó 1 año entrenando con el entrenador vocal, Eric Vetro, antes de comenzar el rodaje, luego ensayó con el director musical, Matt Dunkley durante 4 meses para dominar su voz.
Mientras que el diseñador de maquillaje, Jeremy Woodhead, tuvo que extender protésicamente la punta de la nariz de Renée Zellweger, muy ligeramente para que coincida mejor con el perfil de Judy Garland; además se colocaron lentes de contacto gris oscuro, para aproximar los ojos marrones oscuros de Garland, y se diseñó una peluca corta de color marrón nogal, para parecerse al icónico peinado de Garland; al tiempo que un ligera prótesis dental.
Vamos, que Judy es un gran estudio sobre una mujer que lo dio todo sobre el escenario, para consolar y entretener a los demás, pero nadie hizo lo mismo por ella, de ahí el doble simbolismo que se le da a la pareja gay que la acoge afuera del teatro…
Pero también el filme tiene muchos guiños al “Star System”, al Hollywood Dorado y claro está a Judy; pues esta película aborda el duro trato que recibió en MGM, en las décadas de 1930 y 1940; que la pusieron en una dieta estricta, y le dieron medicamentos recetados para controlar su peso, para ayudarla a dormir o mantenerse despierta, medicamentos a los que eventualmente se volvió adicta.
Y probablemente también recibió avances sexuales, no deseados por parte del personal superior durante esos años, al igual que su “rival” más joven, Shirley Temple, que se vio obligada a soportar en Twentieth Century Fox durante el mismo período.
Por ello, el final es catarsis pura, uno de esos que se agradece, y te hace sentir que has visto un gran filme sobre una mujer que ha sido considerada una de las más grandes artistas que han existido “más allá del arcoíris”
No obstante, el filme contiene algunas anacronías:
Cuando Garland llega a Londres en el invierno de 1968, todavía estaba casada con Mark Herron, hasta enero de 1969; por lo que no se hace mención de él ni su divorcio; y se casa con Deans en marzo de 1969…
Así como para cuando se establece la película, tanto Lorna como Joey Luft vivían con su padre; y debido al uso de las píldoras, ambos decidieron mudarse con su padre; al tiempo que las edades de los niños no son consistentes con sus edades reales en el momento retratado en la película.
La película está ambientada en 1968-1969, cuando su hija Lorna habría tenido 16 años, y su hijo Joe habría tenido entre 13 y 14 años.
La mayor omisión:
La hija, Liza Minnelli, con solo un par de fotogramas.
En el momento representado en esta película, ella tenía 23 años, ya estaba haciendo películas, y en una trayectoria profesional que resultaría en un Oscar 3 años después, antes de que su carrera haya caído en un precipicio; pero aquí ella prácticamente no existe, solo los 2 hijos posteriores de Garland.
Y cuando reflexionas sobre ello, falta mucho más en esta película:
En los “flashback” por ejemplo, se trata del período entre los años de “The Wizard Of Oz” (1939) y “Andy Hardy Comes Home” (1959) de MGM; y su último concierto haciendo un show en el escenario de Londres en 1969, como un gran vacío, a pesar de que hubo éxitos a lo largo de los años 60, incluidas 2 nominaciones al Oscar y un Premio Grammy al Álbum del Año.
También un programa de televisión de corta duración, en el que hizo un dúo memorable con Barbra Streisand, de 21 años.
Teniendo en cuenta la variedad de celebridades con las que trabajó, las oportunidades para obtener un nombre de calidad son ilimitadas, pero aparte de Mickey Rooney, hay una pronunciada falta de ellos en esta película…
También hay problemas con la inclusión:
En la vida real, Garland tenía tantos admiradores homosexuales, que dio origen al acrónimo “FOD” o “Amigos de Dorothy” como argot para los homosexuales.
En la película, este ángulo es tratado de manera muy taquigráfica por 2 admiradores gay, completamente ficticios de sus shows en Londres; solo usados para crear una subtrama y subrayar la iconografía gay de Garland que fue muy posterior.
Como dato curioso, los legendarios comediantes británicos, Eric Morecambe y Ernie Wise, querían desesperadamente tener a Judy Garland como estrella invitada en uno de sus shows, después de que firmaron para la BBC en 1969; y comenzaron a hacer sus programas de televisión en color.
Lamentablemente, Judy murió antes de que pudieran comenzar las negociaciones.
Casualmente, Bernard Delfont, que interpreta Sir Michael Gambon en esta película, era el tío de Michael Grade, el entonces agente de Morecambe y Wise.
Grade, jugó un papel decisivo para convencer a Morecambe y Wise, de que solo firmaran para la BBC, si aceptaban transmitir sus programas en color.
Por lo que debido a las conexiones de su familia, es muy posible que Judy haya sido su estrella invitada más grande en la primera temporada del programa.
Un error de producción, mínimo pero evidente, hasta exagerado, es que las pocas monedas que usó Judy para llamar a los EEUU, no hubieran permitido una larga distancia; pues el costo de una llamada telefónica a EEUU en 1969, habría sido prohibitivamente costoso desde una cabina telefónica, sin adiciones constantes y frecuentes de más monedas… pero ella solo pone unas cuantas al comienzo de la llamada…
Finalmente, el líder de la banda, Burt Rhodes, no era negro.
¿Acaso corrección política?
Por su parte, entes del lanzamiento de esta película, Liza Minnelli dejó en claro, públicamente a través de su cuenta de Facebook, que “nunca había conocido ni hablado con Renée Zellweger” y dejó en claro que ella personalmente “no aprobó ni sancionó el proyecto de filmación de ninguna manera”
Por último decir que Renée Zellweger lanzará su primer álbum en solitario con canciones de Judy Garland; junto con duetos con Sam Smith y Rufus Wainwright.
“Wouldn`t it be wonderful if we could all be a little more gentle with each other, and a little more loving, have a little more empathy, and maybe we'd like each other a little bit more”
Los amigos cercanos de Judy Garland, insistieron en que ella nunca quiso ser realmente una estrella de cine, y que hubiera preferido dedicar su carrera por completo a cantar y grabar discos.
Y es que Judy Garland fue casi tan famosa por sus luchas personales en la vida cotidiana, como lo fue por su carrera en el entretenimiento; porque ella ha estado estrechamente asociada con su imagen de “la vecina cuidadosamente cultivada”; pero al principio de su carrera, durante la década de 1930, la imagen pública de Garland le había valido el título de “hermana menor favorita de Estados Unidos”, así como el título de “Pequeña Señorita Showbusiness”
Y se cree que los fanáticos y el público, insistieron en preservar su memoria de Garland como “Dorothy”, sin importar cuánto maduró, llamándola “una cautiva no por su propio deseo de mantenerse joven, sino una cautiva del deseo del público de preservarla en el camino”
Sin embargo, los empleados del estudio recuerdan que Garland tenía una tendencia a ser bastante intensa, testaruda y volátil; y varias personas estaban frustradas por su narcisismo e inestabilidad creciente, mientras que millones de fanáticos encontraron que su comportamiento público y su estado psicológico eran “frágiles”, apareciendo neurótica en entrevistas.
Por su parte, el estudio MGM informó que Garland llegaba constantemente tarde, y demostró un comportamiento errático, lo que resultó en varios retrasos e interrupciones en los horarios de filmación, hasta que finalmente fue despedida del estudio, que la consideró “poco confiable y difícil de manejar”
Y es que Garland ha sido “una bolsa de contradicciones que siempre ha sido un festín para la imaginación estadounidense”, con su personalidad pública como “incómoda pero directa, tímida pero descarada; tanto tierna y entrañable como salvaje y turbulenta”
Tanto que bien Garland pudo haber cortado un camino de destrucción a través de muchas vidas.
Y a partir de ese caos, hizo arte de una intensidad aún abrasadora; como una criatura de extremos, codiciosa, sensual y exigente, glotona de placer y dolor.
No es causal también que se comparara a Garland con Frank Sinatra, debido a su
“personalidad emblemática compartida... en quien la audiencia masiva proyectó su esperanzas y decepciones”, mientras observaba que carecía de las habilidades de supervivencia de Sinatra.
Sin embargo, muy a pesar de su éxito como intérprete, Judy Garland sufría de baja autoestima, particularmente con respecto a su peso, que constantemente hacía dieta para mantener a instancias del estudio y Mayer; por lo que los críticos e historiadores creen que esto fue el resultado de que los ejecutivos del estudio le hubieran dicho que era:
“Un patito feo”
Porque tanto el público como los miembros de la industria del entretenimiento, tendían a amarla u odiarla, sin saber lo que ella estaba pasando.
En un momento, Stevie Phillips, que había trabajado como agente para Garland durante 4 años, describió a su cliente como “una drogadicta demente, exigente y sumamente talentosa; de gran fuerza y coraje asombrosos, incluso en tiempos difíciles”; mientras que el actor inglés, Dirk Bogarde, una vez la llamó “la mujer más divertida que he conocido”
Eso demuestra que la vida personal de la cantante, contrastaba con la exuberancia y la inocencia de sus papeles en el cine y en el escenario.
Como dije, muy a pesar de sus luchas personales, Judy Garland no estuvo de acuerdo con la opinión del público, de que ella era una figura trágica.
Es sabido que Garland poseía un sentido del humor y una pasión perversa, hasta el punto de que habría cuestionado cualquiera que dijera que había vivido “una vida trágica”
De hecho, su hija menor, Lorna, estuvo de acuerdo en que Garland odiaba ser referida como una figura trágica, explicando:
“Todos tenemos tragedias en nuestras vidas, pero eso no nos hace trágicos.
Ella era divertida, cálida y maravillosamente dotada.
Tuvo grandes momentos en su carrera; también tuvo grandes momentos en su vida personal.
Sí, la perdimos a los 47 años.
Eso fue trágico.
Pero no era una figura trágica”
No obstante, se argumenta que Garland realmente usó la opinión del público sobre su imagen “trágica” como una ventaja hacia el final de su carrera.
Fallecida a causa de un paro cardíaco accidental; a su funeral asistieron más de 20.000 personas, quienes permanecieron durante horas para poder despedir los restos de Judy.
Judy Garland, es el máximo ícono gay femenino por la magia de “The Wizard Of Oz”, ya que la comunidad gay ha visto en el film una serie de símbolos sobre el significado de esa sexualidad, pero también por los simbolismos ocultos de muchos films de ella en películas como “Meet Me In St. Louis” (1944) o “The Clock” (1945) entre otras.
Por esa fragilidad y esa fuerza de los personajes que encarnó, por su vida siempre al límite y póstumamente por los disturbios de Stonewall que marcaron los inicios de la defensa de los derechos homosexuales, Judy Garland representa la gran fragilidad, y la enorme fuerza que caracteriza a la comunidad gay del mundo.
Ella demostró que era posible sobreponerse siempre a las adversidades de la vida, y de qué manera encarar los problemas con alegría y amor.
Ella dio una maravillosa lección de vida, al brindar el ejemplo de cómo seguir caminando siempre sobre el arcoíris, sin bajar la guardia; pues gozó de la fama y la gloria, así como de la tristeza y la soledad.
A 2 años antes de su muerte, Judy declaró:
“Cuando has vivido la vida que me ha tocado, cuando has amado, sufrido y has sido inmensamente feliz y desesperadamente triste, pues bien, entonces te das cuenta de que nunca podrás digerirlo quizás es mejor morirse antes”
Y así, la otrora estrella infantil, se convirtió en mito para siempre.
Por último decir que después de la muerte de Garland, Mickey Deans fue coautor de “Weep No More, My Lady” (1972), una biografía de Garland escrita junto a Ann Pinchot; que incluye elementos autobiográficos de la vida anterior a Garland y su tiempo juntos.
Mickey Deans murió de insuficiencia cardíaca congestiva, en Cleveland, Ohio, el 11 de julio de 2003, a la edad de 68 años.
En lugar de ser enterrado con Garland en el cementerio Ferncliff en Hartsdale, New York, su cuerpo fue incinerado, y sus cenizas enviadas a un individuo en Florida…

“Forget your troubles and just get happy
Ya better chase your cares away!!
Sing Hallelujah, come on get happy
Get ready for the judgment day”



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