Les rencontres d'après minuit

 Terminando de ver “Les rencontres d'après minuit” (2013) de Yann Gonzalez con Kate Moran, Niels Schneider, Nicolas Maury, Eric Cantona, Fabienne Babe, Julie Brémond, Béatrice Dalle, Alain-Fabien Delon, Jean-Christophe Bouvet, Pierre-Vincent Chapus, Dominique Bettenfeld, Frédéric Bayer Azem, Louis-Orfeo Marin, Annie Dupuy, entre otros.

Fantasía erótica francesa que sigue a una pareja y su sirvienta travesti cuando planean una orgía... y entre los invitados, se esperan:

La perra, La estrella, El semental y El adolescente... todos con sus propias perversiones sexuales; eso sí, antes de entrar en materia, deberán conocerse unos a otros, pues la noche será una oportunidad para que los extraños personajes se arrojen la máscara y se revelen de manera auténtica, dando lugar a una sucesión impredecible de descubrimientos.

Traducida como “Encuentros después de la media noche” el filme es la ópera prima del joven cineasta francés, Yann Gonzalez, y hay que decir que contiene muchos monólogos y escenas sobre el sexo, la vida y la muerte, donde todo el elenco logra crear un mundo onírico y surrealista de sueños que recuerdan a otros filmes como “Daughters of Darkness” y “The Hunger”; y aquí el director intenta hacer que los personajes sean “profundos”; por lo que se aparta del tema real de la orgía mientras los personajes están despotricando una y otra vez sobre sus historias de fondo, y esto se visualiza de una manera artística abstracta que llega a distraer,

Y es que parece ser muy moralista, como si los personajes necesitaran una excusa legítima aprobada postmodernista para asistir a una orgía... donde el sexo debe primero ser metafísico antes de involucrarse; por lo que la estética se presenta como “artística” pues de lo contrario se consideraría vulgar, y aquí pretende ser muy liberal y provocativa, sobre todo por mostrar masturbaciones, el pene de plástico de Cantona o el diálogo sexoso... pero de hecho es muy apologético y ortodoxo en sus puntos de vista sobre el sexo y la sexualidad.

Es decir, estamos siendo sermoneados:

“Debes ser despreciado si practicas sexo promiscuo solo por el placer sexual; y que te sentirás obligado a amar y sentir una conexión profunda con, incluso las personas más desagradables y poco atractivas que se imponen al azar sobre ti”

Esa bien podría ser una lectura, ya que no quisiéramos que ahora se nos considere “superficiales”, ¿verdad?

El filme también me recordó a “Querelle” con los temas sexuales y los fondos de estudio coloridos; y algo del “arte-porno” de vanguardia de los años 80... pero no llega siquiera a lo chic y puede rayar lo cutre.

Y es que en su mayoría son discursos muy sobre todo y nada, ambientados en un telón de fondo de buena música de la banda M83, y después de un tiempo se vuelve bastante tedioso y aburrido; donde se alude al atractivo del pecado carnal nocturno, pero la imagen que se nos proporciona es desagradable y nada sensual.

Además, la incesante conversación “profunda” no es creíble, mucho menos al relato fantástico; y por tanto la película se prolonga y se vuelve insoportablemente tediosa.

En el fondo, en esta película hay un amor eterno, ingenuo e inocente, que necesita ser alimentado con lujuria como los vampiros necesitan ser alimentados con sangre; de ahí que el filme hace honor a su título para contar lo sucedido desde el atardecer hasta el amanecer, donde la atmósfera nocturna ayuda a fortalecer el misterioso tejido mitológico que envuelve a los acontecimientos, y en última instancia, escenifica una historia de dependencia emocional colindante con la muerte; donde al final, la pasión se torna en algo más profundo, leal y noble.

Total, el film de Gonzalez se vuelca en el poder épico de la narración para contar nuestros dramas y confesiones, de ahí que recurra a la teatralidad absoluta; y por otro lado, hay un mundo lleno de insatisfacción, un mundo lleno de soledad y una vida que acaba de empezar a abrirse al mundo complicado.

De ahí que las imágenes oníricas se entremezclan con las fantasías y la realidad, y avanza lentamente, hasta su clímax.

Nos queda que el director se las arregló para mostrar los aspectos positivos de correr riesgos en tu vida…

“Debes dejar de tenerle miedo a todo”

NO RECOMENDADA.



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