Mank

Terminando de ver “Mank” (2020) de David Fincher con Gary Oldman, Amanda Seyfried, Lily Collins, Arliss Howard, Tom Pelphrey, Sam Troughton, Ferdinand Kingsley, Tuppence Middleton, Tom Burke, Joseph Cross, Jamie McShane, Toby Leonard Moore, Monika Gossmann, Charles Dance, entre otros.    

Comedia negra basada en un guión de Jack Fincher, padre del director, sobre el guionista Herman J. Mankiewicz y su desarrollo del guion de “Citizen Kane” (1941) 

Así que estamos en 1940, a la tierna edad de 24 años, Orson Wells fue atraído a Hollywood por una luchadora RKO Pictures con un contrato acorde con su formidable talento narrativo.   

Tenía absoluta autonomía creativa, no sufriría ningún descuido y podía hacer cualquier película, sobre cualquier tema, con cualquier colaborador que quisiera...  

Ese colaborador fue Herman J. “Mank”, a quien se lo reconoce como uno de los más legendarios guionistas de Hollywood, recordado, entre otras cosas, por su humor ácido y cínico, siendo capaz de bromear sobre Jack Warner en su presencia, siendo este uno de los más poderosos e irascibles productores de Hollywood; por lo que su genialidad y su notorio alcoholismo fueron claves para delinear su figura; pero fueron esos destellos ocasionales de lo que llegó a ser llamado “el humor de Mankiewicz” y la sátira lo que distinguieron sus películas y se hicieron valoradas en las películas de la década de 1930.   

Y es que su estilo de escritura incluía un humor satírico e ingenioso, que dependía casi totalmente del diálogo para llevar la película; era un estilo que se asociaría con “la película típica estadounidense” de ese período.   

Y claro está, su trabajo más conocido es haber sido el coguionista en “Citizen Kane”, una recreación de la vida de William Randolph Hearst, junto a Orson Welles, por la que ganaron un Premio Oscar al Mejor Guión Original; en una película que está considerada por muchos críticos como “la mejor de todos los tiempos”, aunque existe mucha discusión acerca de, hasta qué punto el guión es compartido o es en su mayor parte obra de Mankiewicz.  

Ahí reside todo el metraje, donde se mira detrás de escena de “Citizen Kane” para contar una historia Viejo Hollywood, sobre su glamour y sordidez, sobre sus jerarquías de capas de pastel, su corrupción y su gloria; por lo que el efecto es darle un esplendor vertiginoso de máquina del tiempo que podría terminar siendo un clásico por derecho propio.  

Para ello, David Fincher se reúne con gran parte de su equipo cinematográfico habitual, como el diseñador de producción Donald Graham Burt, el editor Kirk Baxter y los compositores Trent Reznor y Atticus Ross quienes sabiamente utilizan solo instrumentos auténticos de la época, de ahí que tiene una mezcla de sonido monoaural, similar a la que tenían las películas antes de que se introdujera el sistema de sonido estereofónico a mediados del siglo XX.   

Esto significa que, en lugar de múltiples bandas sonoras dedicadas al diálogo, la música y otros efectos de sonido, todos los mencionados anteriormente se compartieron en una sola pista.  

Y lo mejor de todo, Fincher optó por el director de fotografía Erik Messerschmidt, quien le da ese aire nostálgico propio de la época que retrata, con esa luz y sombra en puro B/N que deja escapar repetidas motas de polvo falsas sobre la pantalla para hacer ver que estamos viendo un filme de época, es decir, se igual el aspecto y la sensación retro de vivir hace 8 décadas y acabas de comprar una entrada al cine.  

También hay que darle crédito al vestuario increíble de Trish Summerville y a su estrella, Gary Oldman que como Mankewitz está fantástico.  

Ese diálogo rápido, ayudado por un montaje de artesano, cuyos “flashbacks” solo ayudan a su grandeza, logra que sus escenas se eleven como lecciones de actuación imprescindibles.  

Sin embargo, hay que decirlo todo, “Mank” es un filme para historiadores del cine y los cinéfilos de Hollywood, porque en su mayoría, el espectador debe ser un fan absoluto del Hollywood de los años 30, conocer los nombres de todos los que trabajaron en ese entonces, y realmente preocuparte por los pequeños fragmentos de la historia de fondo de “Citizen Kane” para sacar todo el jugo posible a esta producción; de lo contrario, es muy poco probable que lo disfrute o incluso lo tolere; porque como dije, Mank es una película para los cinéfilos.    

Y sobre la controversia... por mucho que Mankiewicz merezca el mérito de “Citizen Kane”, la notable película de Fincher es un argumento convincente para apreciar la presciencia detrás de su concepción, tanto que cuando se le preguntó sobre la controversia en torno a la autoría, Fincher afirmó que su película no tiene como objetivo resolver el problema:   

“No era mi interés hacer una película sobre un arbitraje de crédito póstumo.   

Estaba interesado en hacer una película sobre un hombre que accedió a no tomar ningún crédito.   

Y que luego cambió de opinión.   

Eso fue interesante para mí”  

Nadie puede negar ahora el crédito de Mank por el germen, la forma y el lenguaje agudo del guión en su conjunto; pero “Citizen Kane” fue abrumadoramente la película de Welles, un triunfo de intensa magia personal; y Mank fue uno de los talentos, el crucial, que fueron extraídos por Welles.   

Pero uno se maravilla de la deuda de 2 autodestructores que se deben el uno al otro:  

Sin Welles no habría habido un momento supremo para Herman.   

Sin Mank no habría habido una idea perfecta en el momento perfecto para Welles, para confirmar su genio.  

De ahí que el guión de “Citizen Kane” fue una verdadera simbiosis creativa, una asociación mayor que la suma de sus partes; y como resultado, Fincher nos regala una maravillosa inmersión en la historia del cine y un inteligente reflejo de nuestro presente político, exponiendo su concepción, al tiempo que compara a William Randolph Hearst/Citizen Kane con Don Quijote... una idea original que me pareció absolutamente brillante.  

“Me preguntas cuál podría haber sido mi discurso de aceptación...  

Bueno, aquí va:  

Estoy muy feliz de aceptar este premio por la forma en que se escribió el guión, es decir, en ausencia de Orson Welles”  

RECOMENDADA.   




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