Nabarvené ptáče (The Painted Bird)

 Terminando de ver “Nabarvené ptáče” (The Painted Bird - 2019) de Václav Marhoul con Petr Kotlar, Harvey Keitel, Barry Pepper, Julian Sands, Udo Kier, Stellan Skarsgard, Alexei Kravchenko, Tim Kalkhof, Jitka Cvancarová, Pavel Kríz, Petr Vanok, Lech Dyblik, Dominik Weber, Filip Kankovský, Radim Fiala, Irena Máchová, Milan Simácek, Jan Monczka, Aleksey Kravchenko entre otros.

Drama bélico basado novela homónima de 1965, escrita por Jerzy Kosinski, que durante un tiempo se consideró una obra importante de la literatura sobre El Holocausto, ha sido controvertida durante años en Polonia, e incluso fue prohibida durante décadas cuando se reveló que el autor había inventado la mayor parte de la historia, a pesar de afirmar que era autobiográfica.

La historia muestra un millón de formas de abusar de un niño en Europa del Este a través de los acontecimientos de La Segunda Guerra Mundial.

En un área no identificada devastada por la guerra, sus padres envían a un niño a vivir a salvo con su tía; pero ella muere inesperadamente, por lo que emprende un viaje para regresar a casa y vaga solo en un mundo salvaje y hostil en el que solo se aplican las reglas, los prejuicios y las supersticiones locales.

De esa manera su lucha por la supervivencia prácticamente física después de la guerra, se convierte en una batalla de otro tipo; una batalla que ni siquiera se da cuenta, una pelea consigo mismo, una pelea por su alma, por su futuro... allí en el descampado, vagado solo, presencia violaciones, asesinatos e incesto, temiendo constantemente por su vida

En su esencia, esta es una película cruda, intransigente, brutal, oscura, desesperada y honesta; donde la brutalidad incluye escenas muy gráficas y violencia sexual, en su mayoría implícita pero persistente a lo largo de la película.

Estilísticamente, la película utiliza principalmente el medio visual en lugar de conversaciones para proporcionar información al espectador, donde la fotografía maravillosa en B/N y los planos de la mirada son suficientes; por lo que el diálogo se vuelve secundario tanto que el personaje principal ni habla, y otros de los personajes con los que se encuentra son completamente silenciosos; por tanto, aquí el poder de la actuación se vuelve universal.

Sobre la narrativa, con un metraje de 3 horas, la película tiene una estructura muy precisa con 8 capítulos, cada uno titulado con el nombre de un personaje con el que se encuentra el niño, y cada capítulo llega a un momento en el que la pantalla se oscurece... de esa manera el filme es directo en mostrar introducción, nudo y desenlace en cada capítulo.

Después de eso, una especie de secuencia conectiva muestra los eventos que llevan al niño a cambiar su paradero, a seguir con su calvario.

No diría que “Nabarvené ptáče” (The Painted Bird) es una película sobre El Holocausto o La Segunda Guerra Mundial, o mejor, no es solo eso...

Los elementos temáticos que se relacionan con El Holocausto o La Guerra, con la excepción de un avión alemán visto al principio, aparecen solo después de aproximadamente 1 hora en la película; antes de eso, pase lo que pase está relacionado principalmente con una sociedad fuertemente rural y supersticiosa, donde el odio y la brutalidad más salvaje, sin ley, es lo que impera.

Como se citó, está potenciada por sus impresionantes imágenes y una poderosa interpretación del niño protagonista, Petr Kotlar, por lo que es una digna epopeya de supervivencia y es un logro excepcional técnico a pesar de su contenido gráfico.

Como dato, el título proviene de una historia del libro; la de un cazador de pájaros que atrapa uno para luego pintarlo, por lo que al liberarlo, es un paria entre las otras aves.

La metáfora del título, más allá de que el niño es testigo de la violencia y la soporta, es despedazado como el ave aquel, marcado con pintura y luego enviado hacia el cielo solo para ser atacado por sus compañeros.

Por lo que el niño vivirá en un estado de shock continuo del que no recuerda ni siquiera su nombre.

Del reparto, este es un buen debut para el joven actor Petr Kotlar, su firmeza ante el horror y la mirada de cómo lucha para no desvanecerse, requiere de mucho trabajo de concentración para no desfallecer.

Además lo acuerpan algunos actores internacionales como Harvey Keitel, Julian Sands, Stellan Skasgard, Udo Kier o Barry Pepper, todos ellos brindan registros fuertes, otro espantosos, piadosos y desesperados, que hacen del viaje del niño, uno salvaje y abrasador de 3 horas por El Infierno y el horror fantasmagórico, que recorre la devastada Europa Oriental.

Pese a ese horror, las imágenes y la atmósfera de la película son muy elogiables, ese trabajo de cámara de Vladimír Smutný es realmente impresionante para provocar que se sienta esa desafiante letanía de horrores del Holocausto, al tiempo que se denuncia los males actuales de la sociedad:

Explotación, pedofilia, hipocresía religiosa, intolerancia, doble moral, superstición, xenofobia, violencia física...

Un dato interesante es que el director filmó la película completamente en idioma “intereslavo” para que ninguna nación eslava se identificara con la historia; aunque la novela en la que se basa la película se sitúa en Polonia, Marhoul no quiso asociar la película con un país específico, de ahí el lenguaje ficticio.

Por otro lado, se le puede achacar varias cosas:

El filme es demasiado largo, demasiado agónico, y cuesta creer que el niño soporte tanto; tanto que se puede decir que es la clase de cine "exploitation" que piensa que ahogar a sus espectadores en escenas de tortura y brutalidad cada vez más drásticas está inherentemente justificado...

Pero por otro lado sigue siendo discutible si el mundo todavía necesita este tipo de estilización de los efectos de la guerra, al igual que su impacto en los recuerdos y emociones ya formados durante tantos años y por tantos.

Además, el largometraje pretende mostrar con lujo de detalles, la historia de los millones de aldeanos y campesinos que sufrieron en Europa durante La Segunda Guerra Mundial.

El mismo director parece mostrar al niño mismo como una metáfora misma de muchas historias que resaltan el aspecto militar de la guerra enfocándose en el sufrimiento de las personas más vulnerables durante el conflicto bélico más trágico de la historia.

Y es que los seres humanos aquí son fundamentalmente crueles contra los más vulnerables, los niños, con un par de excepciones; y la crueldad fluye del opresor al oprimido.

La película nos recuerda eso.

Al tiempo que se ha debatido el final, la recuperación de la identidad perdida, pero creo que solo tal vez, el protagonista todavía puede esperar un futuro mejor.

“La luz es visible solo en la oscuridad”

RECOMENDADA.




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