The War Of The Worlds (Radio Drama)

“We know now that in the early years of the 20th century, this world was being watched closely by intelligences greater than man's and yet as mortal as his own…”

¿Cuál ha sido el programa de radio más aterrador de la historia?
Cuenta la leyenda que el canto de las sirenas atraía a los marineros poco precavidos…
La voz de estas criaturas, les embrujaba y les hacía caer en la locura, lanzándose al mar, o dirigiendo su barco directo hacia las afiladas rocas donde encontrarían su muerte.
Solo Ulises, con su astucia, pudo salvarse de tal embrujo, pero sus camaradas no fueron ni los primeros ni los últimos en quedar embelesados por esa dulce melodía…
La voz humana, cuando sabe cómo utilizarse, es una herramienta muy peligrosa y muy efectiva.
La radio, un medio de comunicación antiguo que ha envejecido bien, se basa precisamente en la influencia de la voz del locutor sobre los oyentes; y en los años de 1930, la televisión aún no había llegado, y la radio era el medio de comunicación por excelencia.
El 30 de octubre de 1938, sobre las 8 de la tarde, muchas familias estadounidense se reunían en torno a ella para evadirse de la realidad y escuchar las noticias, música o la radionovela de turno; y pocos casos hay que ejemplifiquen tan bien este hecho como aquel lejano programa de 1938 sobre “The War Of The Worlds” de H.G. Wells.
El Mercury Theatre On The Air, primero conocido como First Person Singular; es una serie de radio de dramas de radio en vivo, creados por Orson Welles.
El programa semanal de 1 hora de duración, presentó obras literarias clásicas realizadas por la célebre compañía de repertorio Mercury Theatre de Welles, con música compuesta o arreglada por Bernard Herrmann.
El Mercury Theatre era una compañía de teatro de repertorio independiente, fundada en la ciudad de New York en 1937, por Orson Welles y el productor John Houseman.
La compañía produjo presentaciones teatrales, programas de radio y películas; y también lanzó avisos y grabaciones fonográficas de 4 obras de Shakespeare para su uso en las escuelas.
Después de una serie de aclamadas producciones de Broadway, el Mercury Theatre progresó a su encarnación más popular como el Mercury Theatre On The Air; y la serie de radio incluyó una de las transmisiones de radio más notables e infames de todos los tiempos:
“The War Of The Worlds”, emitida el 30 de octubre de 1938.
Además de Welles, los actores del Mercury incluían a:
Ray Collins, Joseph Cotten, George Coulouris, Martin Gabel, Norman Lloyd, Agnes Moorehead, Paul Stewart y Everett Sloane; y como dato, gran parte de la compañía aparecería más tarde en las películas de Welles en RKO, particularmente “Citizen Kane” y “The Magnificent Ambersons”
Así pues, la serie comenzó el 11 de julio de 1938 como un programa de sostenimiento en la red de CBS Radio, que se emitirá los lunes a las 9pm ET.
El 11 de septiembre de 1938, el espectáculo se trasladó a los domingos a las 8pm; y el programa llegó a los titulares con su transmisión “The War Of The Worlds”, una de las más famosas de la historia de la radio, debido al pánico que causó “accidentalmente”
Paul Holler, escribiendo en “Critique”, describió el origen del programa:
“La radio, con su poder para estimular la imaginación e involucrar realmente a la audiencia en el proceso creativo, tenía un gran potencial como medio para dramas serios.
Parecía inevitable que llegara el día en que este medio, que hizo de Orson Welles un nombre familiar en todo el país, se convertiría en parte de sus serias ambiciones teatrales.
Ese día llegó en 1938”
Al igual que en “Les Misérables” el año anterior, Welles recibió el control creativo completo de CBS sobre la nueva serie.
Las decisiones que tomó al desarrollar la serie, se basaron en lo que había aprendido en años anteriores en otras radios dramáticas; y para crear dramas específicamente para la radio y no simplemente adaptar los dramas en producción en el Mercury Theatre para su transmisión.
Orson Welles presentó un desafío especial para el equipo de efectos de sonido de CBS, informó The New Yorker:
“Sus programas requerían todo tipo de efectos inauditos, y él podía estar satisfecho con nada menos que la perfección”
Por ejemplo, para el primer episodio, “Dracula”, el equipo de sonido buscó el sonido perfecto de una estaca que fue conducida a través del corazón del vampiro.
Cuando comenzó la segunda temporada del Mercury en 1938, Welles y John Houseman no pudieron escribir las emisiones de Mercury Theatre On The Air por su cuenta; y contrataron a Howard E. Koch, cuya experiencia en una obra de teatro realizada por el Federal Theatre Project en Chicago, lo llevó a abandonar su práctica legal y mudarse a New York para convertirse en escritor.
De esa manera, Mercury Theatre On The Air de dio un salario más sustancial, y le dio a Koch los derechos sobre cualquier guión en el que trabajara, incluida su buena fortuna literal:
“The War Of The Worlds”
La notoriedad de “The War Of The Worlds” tuvo un efecto secundario positivo al compensar al programa con el patrocinio de Campbell's Soup, garantizando su supervivencia por un período, y comenzando el 9 de diciembre de 1938, el programa fue retitulado The Campbell Playhouse.
Después de 5 meses, Koch dejó el show para irse a Hollywood…
Tras el pánico generado por la emisión de la obra de Wells/Welles, la invasión marciana era ficticia, pero lo que sintieron muchos radioyentes fue más que real; una verdadera histeria colectiva que, a la postre, demostró el poder de los medios de comunicación, y lanzó al estrellato al ilustre cineasta Orson Welles.
“On this particular evening, October 30th, the Crossley service estimated that 32 million people were listening in on radios…”
The War Of The Worlds (Radio Drama) es un drama de ciencia ficción del año 1938, dirigido por Orson Welles.
Protagonizado por Orson Welles, Frank Readick, Kenny Delmar, Ray Collins, Dan Seymour, entre otros.
El guión es de Howard Koch, basado en la novela de H.G. Wells “The War Of The Worlds” (1898); que se convirtió en el episodio #17 de la serie de antología de drama de radio estadounidense, The Mercury Theatre On The Air, dirigida y narrada por el actor y futuro cineasta, Orson Welles.
La adaptación de la novela se realizó y transmitió en vivo, como un episodio de Halloween, el domingo 30 de octubre de 1938, a través de la red de radio del Columbia Broadcasting System (CBS)
El episodio se hizo famoso por causar pánico entre su audiencia, pero la escala de ese pánico se disputa, ya que el programa tuvo relativamente pocos oyentes…
Como reconocimiento, el 27 de enero de 2003, la transmisión de “The War Of The Worlds” en el Mercury Theatre, fue una de las primeras 50 grabaciones incluidas en El Registro Nacional de Grabaciones de La Biblioteca del Congreso de EEUU.
Inicialmente, Orson Welles había adquirido cierto prestigio dramatizando algunas obras en programas de radio, de modo que en julio de 1938, CBS le ofreció realizar un programa semanal en la cadena dramatizando obras.
De este modo, Howard Koch, que escribiría más tarde el guión de “Casablanca”, adaptaba obras como “Dracula” o “Le Comte de Monte-Cristo”; y Welles las interpretaba.
En la emisión de “The War Of The Worlds”, Welles interpretaba al profesor Pierson, el científico que explicaba lo ocurrido, mientras que también participaba un actor imitando al periodista Carl Philips.
El programa duró casi 59 minutos; y los primeros 40 correspondieron al falso noticiario, que terminaba con el locutor en la azotea de la CBS falleciendo a causa de los gases, y seguía con la narración en 3ª persona del profesor Pierson, que describía la muerte de los invasores.
El programa comenzó con el tema musical del Mercury Theatre On The Air, y un anuncio de que el espectáculo de la noche fue una adaptación de “The War Of The Worlds”
Esto fue seguido por un prólogo leído por Orson Welles, que se basó en la apertura de la novela de H.G. Wells.
La siguiente media hora de la transmisión, se presentó como una tarde típica de la programación de radio que fue interrumpida por una serie de boletines de noticias.
Los primeros boletines interrumpen un programa de música de baile, y describen una serie de extrañas explosiones observadas en Marte.
A esto le sigue un informe aparentemente no relacionado de un objeto inusual que cae en una granja en Grover's Mill, New Jersey.
Otro breve interludio musical, con la idea de crear suspense, es interrumpido por un informe en vivo de Grover's Mill, donde funcionarios de la policía y una multitud de curiosos observadores han rodeado el extraño objeto cilíndrico.
La situación se agrava rápidamente cuando los marcianos emergen del cilindro, y atacan con un rayo de calor, cortando abruptamente al reportero de pánico en la escena.
A esto le sigue una serie rápida de actualizaciones de noticias cada vez más alarmantes, que detallan una devastadora invasión alienígena que tiene lugar en todo el mundo.
Esta parte del programa culmina con otro informe en vivo, que describe las gigantescas máquinas de guerra marcianas que liberan nubes de humo venenoso en la ciudad de New York.
Durante la segunda mitad del programa, el programa cambia a un formato de drama de radio más convencional, y sigue a un sobreviviente que se ocupa de las consecuencias de la invasión y la ocupación marciana de La Tierra.
Al igual que en la novela original, la historia termina con el descubrimiento de que los marcianos han sido derrotados por los microbios, en lugar de los humanos.
Los oyentes que sintonizaron la emisión, y no escucharon la introducción, pensaron que se trataba de una emisión real de noticias, lo cual provocó el pánico en las calles de New York y New Jersey, donde supuestamente se habrían originado los informes.
Como consecuencia de los oyentes, La Comisaría de Policía y las redacciones de noticias estaban bloqueadas por las llamadas de personas aterrorizadas y desesperadas que intentaban protegerse de los ficticios ataques con gas de los marcianos.
Y es que la forma de narrar la historia en la radio fue increíble, ya que el conocidísimo Welles imitó la retransmisión de boletines de noticias, testimonios de supuestos testigos, e incluso se permitió imitar al Presidente Roosevelt en un imaginario mensaje a La Nación ante los supuestos ataques.
La ilusión de realismo se amplió, porque el Mercury Theatre On The Air fue un espectáculo sostenido, sin interrupciones comerciales, y la primera ruptura en el programa se produjo casi 30 minutos después de la introducción. 
Esa forma de narrar, fue extremadamente innovadora, pues contenía partes de supuestas noticias y relatos de los testigos de la invasión, al tiempo que los actores contratados y los montajes sonoros fueron tan verosímiles, y la audiencia tan ingenua… que a los minutos de que empezasen a simular un supuesto ataque alienígena las calles del país, se llenaron de masas histéricas y conmocionadas.
El Mercury reprodujo los cortes de conexión, presentaron a distintos expertos que desarrollarían la historia, y la acompañaron con el suficiente suspense y efectos sonoros como para que todos quedasen convencidos; y “sin querer”, provocaron ataques de pánico, gente haciendo acopio de provisiones, servicios de policía colapsados y a saber cuántas cosas más.
¿Por qué los ciudadanos se creyeron la historia de “The War Of The Worlds”?
En primer lugar, porque muchos no escucharon la introducción en la que se explicaba que se trataba de una dramatización.
Sin esta información, los oyentes dieron total credibilidad a la información que ofrecía el boletín de noticias, y nadie dudó de su veracidad.
Así comenzó el relato…
“Suponemos que la gente que no oyó esos avisos, que pudo conectar con el programa después de la advertencia, y escuchó el programa sin saber que era falso”, dijo Welles.
¿Y por qué no íbamos a pensar así?
Los periódicos del 31 de octubre de 1938, habían llevado la historia a primera plana:
“Falso boletín de guerra difunde el terror por todo el país”
“Obra radiofónica aterroriza a la nación”
“Oyentes de radio entran en pánico, confunden un drama bélico como una crónica real”
Son algunos de los titulares que pudieron leerse de un suceso que, según se diría por ahí después, hizo que se corriesen ríos de tinta en forma de más de 12.000 artículos en periódicos de todo Estados Unidos.
La realidad es que, tal y como han reflejado en distintas ocasiones una serie de expertos, esta interpretación entra en buena parte en el terreno de las “fake news”, muy de moda en La Era Trump.
Al día siguiente, Día de Halloween, saltaron protestas exigiendo responsabilidades, la cabeza de Orson Welles, y una explicación, de modo que el propio Orson Welles pidió perdón por la broma de Halloween, considerada una burla por los oyentes; y la histeria colectiva desatada, demostró el poder de los medios de comunicación de masas, y este curioso episodio, también catapultó a la cima la carrera de Welles.
Además, en los días posteriores a la adaptación, se expresó una indignación generalizada en los medios de comunicación.
El formato del boletín de noticias del programa, fue descrito como engañoso por algunos periódicos y figuras públicas, lo que provocó una protesta en contra de los organismos de radiodifusión, y pedidos de regulación por parte de La Comisión Federal de Comunicaciones.
“2X2L calling CQ, New York.
Isn't there anyone on the air?
Isn't there anyone on the air?
Isn't there... anyone?"
“The War Of The Worlds”, la novela original de H.G. Wells, cuenta la historia de una invasión marciana de La Tierra; y esa trama fue adaptada para la radio por Howard Koch, quien cambió el escenario principal de la Inglaterra del siglo XIX, a los Estados Unidos contemporáneos, con el punto de aterrizaje de la primera nave espacial marciana cambiada a un molino rural de Grover, una aldea no incorporada en West Windsor Township, New Jersey.
El formato del programa era un noticiero en vivo, simulando de eventos en desarrollo.
Los primeros 2/3 de la obra de 1 hora de duración, es un relato contemporáneo de los eventos de la novela, presentados como boletines de noticias que interrumpen los programas de música de baile.
“Había concebido la idea de hacer una transmisión de radio de tal manera que en realidad pareciera que se está produciendo una crisis; y se transmitiría en una forma tan dramatizada, como para parecer un evento real que está teniendo lugar en ese momento, en lugar de un simple juego de radio”, dijo Welles.
Este enfoque fue similar al engaño de radio de Ronald Knox, “Broadcasting The Barricades”, sobre un disturbio que superó a Londres, que fue transmitido por la BBC en 1926, el cual, Welles dijo más tarde que le dio la idea de “The War Of The Worlds”
También, un drama de 1927, emitido por la estación 5CL de Adelaide mostraba una invasión de Australia a través de las mismas técnicas y reacciones inspiradas, similares a las de la transmisión de Welles.
Además se vio influenciado por las presentaciones del Taller de Columbia “The Fall Of The City”, una obra de radio de 1937, en la que Welles interpretó el papel de un locutor omnisciente, y “Air Raid”, un drama vibrante como protagonizado por Ray Collins, que transmitido el 27 de octubre de 1938.
Welles, había usado previamente un formato de noticiero para “Julius Ceasar”, el 11 de septiembre de 1938, con H.V. Kaltenborn proporcionando comentarios históricos a lo largo de la historia.
Pero la transmisión de “The War Of The Worlds” usó técnicas similares a las de “The March of Time”, la serie de radio de dramatización y documental de CBS.
Welles discutió su idea de noticiero falso, con el productor John Houseman y el productor asociado, Paul Stewart; y juntos decidieron adaptar una obra de ciencia ficción.
Consideraron la posibilidad de adaptar “The Purple Cloud” de M.P. Shiel y “The Lost World” de Arthur Conan Doyle, antes de comprar los derechos de radio de “The War Of The Worlds”
Houseman más tarde escribió, que sospechaba que Welles nunca lo había leído...
“The War Of The Worlds” fue publicado como libro por primera vez en 1898, aunque fue conocido antes en revistas; y para esa fecha, Wells ya era un escritor conocido, con varios libros famosos publicados.
Wells es todavía uno de los escritores más importantes de la ciencia ficción, por ser uno de los pioneros; y para cuando Orson Welles adaptó la obra para radio, “The War Of The Worlds” ya era un libro conocido y muy popular.
Sin embargo, las diferencias se encontraban en el medio y la forma de narrar...
El libro original contaba una historia situada en Inglaterra, mientras que la transmisión la situó en New Jersey.
Además, el primero era contado desde el punto de vista del protagonista, mientras la otra era contada con noticias de prensa y reportes.
Cuando comenzó la segunda temporada de teatro de Mercury en 1938, Orson Welles y John Houseman no pudieron escribir las emisiones de Mercury Theatre On The Air por su cuenta; y contrataron a Howard Koch.
Koch se puso a trabajar a $50 por semana, recaudado a $60 después de demostrar su valía.
Por su parte, el Mercury Theatre On The Air fue un espectáculo sostenido, por lo que en lugar de un salario más sustancial, Houseman le dio a Koch los derechos sobre cualquier guión en el que trabajó.
Una versión condensada del guión de “The War Of The Worlds” apareció en el primer número de la revista Radio Digest, en febrero de 1939; en un artículo en la transmisión que acreditaba a “Orson Welles y sus actores del Mercury Theatre”
El guión completo apareció en “The Invasion from Mars: A Study in the Psychology of Panic” (1940), la publicación del libro de un estudio de la Universidad de Princeton, dirigido por el psicólogo Hadley Cantril.
Pero Welles protestó enérgicamente por la inclusión de Koch como único autor, ya que muchos otros contribuyeron al guión, pero cuando se publicó el libro, había decidido poner fin a la disputa.
Así las cosas, el martes por la noche, 36 horas antes de que comenzaran los ensayos, Koch telefoneó a Houseman, en lo que el productor caracterizó como “profunda angustia”
Koch dijo que no podía hacer que “The War Of The Worlds” fuera interesante o creíble como una obra de radio, una convicción hecha eco por su secretaria Anne Froelick, una mecanógrafa y aspirante a escritora que Houseman había contratado para ayudarlo.
Con solo su propio guión abandonado para que Lorna Doone se apoye, Houseman le dijo a Koch, que continuara adaptando la fantasía de Wells.
Se unió a Koch, y trabajaron en el guión durante toda la noche.
Para el miércoles por la noche, el primer borrador se terminó a tiempo.
El jueves, el productor asociado, Paul Stewart, realizó una lectura del guión, con Koch y Houseman haciendo los cambios necesarios.
Esa tarde, Stewart hizo una grabación de acetato, sin música ni efectos de sonido.
Welles, inmerso en ensayar la producción teatral de Mercury “Danton's Death” que se inaugurará la semana siguiente, tocó el disco en una reunión editorial esa noche en su suite del hotel St. Regis.
Después de escuchar “Air Raid” en el taller de Columbia esa misma noche, Welles vio el guión como “aburrido”; y destacó la importancia de insertar noticias de última hora, y relatos de testigos oculares en el guión para crear un sentido de urgencia y emoción.
Houseman, Koch y Stewart, volvieron a redactar el guión esa noche, aumentando el número de boletines de noticias, y usando los nombres de lugares y personas reales, siempre que sea posible.
El viernes por la tarde, el guión se envió a Davidson Taylor, productor ejecutivo de CBS, y al departamento legal de la red.
Su respuesta fue que el guión era “demasiado creíble” y que su realismo debía atenuarse.
Como el uso de los nombres de las instituciones reales podría ser viable, CBS insistió en unos 28 cambios en la redacción.
“Bajo protesta y con un profundo sentimiento de queja, cambiamos el Hotel Biltmore a un inexistente Park Plaza; al Transamerica al Inter-Continental; del edificio de Columbia a otro”, escribió Houseman.
“La Oficina del Clima de los Estados Unidos en Washington, DC, se cambió a La Oficina del Clima del Gobierno; El Observatorio de la Universidad de Princeton a Observatorio de Princeton; La Universidad McGill en Montreal a La Universidad Macmillan en Toronto; La Guardia Nacional de New Jersey a La Milicia Estatal; El Cuerpo de Señales de los Estados Unidos al Cuerpo de Señales; El Campo de Langley al Campo de Langham;  y La St. Patrick Cathedral, a La Catedral”, dijo.
El sábado, Stewart ensayó el espectáculo con el equipo de efectos de sonido, prestando especial atención a las escenas de multitudes, el eco de los disparos de cañón, y el sonido de las bocinas de los barcos en el puerto de New York.
Temprano en la tarde del domingo, Bernard Herrmann y su orquesta llegaron al estudio, donde Welles se había hecho cargo de la producción del programa de esa noche.
Para crear el papel del reportero Carl Phillips, el actor Frank Readick fue a la biblioteca y tocó la grabación del reportaje de Herbert Morrison del desastre de Hindenburg, una y otra vez.
Trabajando con Bernard Herrmann y la orquesta que tenía que sonar como si una banda de baile cayera sobre Paul Stewart, la persona a la que Welles más tarde acreditaría como responsable en gran parte de la calidad de la transmisión de “The War Of The Worlds”; Welles quería que la música se reprodujera durante largos períodos de tiempo.
El relleno de emergencia del estudio, un solo de piano que interpretaba a Debussy y Chopin, se escuchó varias veces.
“A medida que se reproducía una y otra vez”, escribió Houseman, “su efecto se volvió cada vez más siniestro, una delgada banda de suspenso que se extendía casi más allá de la resistencia.
Ese piano fue el mejor truco del espectáculo”
El ensayo general estaba programado para las 6pm:
“Nuestro tiempo de transmisión real, desde la primera mención de los meteoritos hasta la caída de la ciudad de New York, fue de menos de 40 minutos”, escribió Houseman.
“Durante ese tiempo, los hombres viajaron largas distancias, se movilizaron grandes cuerpos de tropas, se llevaron a cabo reuniones de gabinete, se libraron batallas salvajes en tierra y aire... y millones de personas lo aceptaron, emocionalmente si no lógicamente”
El reparto de la célebre transmisión incluía a:
Orson Welles, como productor, director, presentador, intérprete como El Profesor Richard Pierson.
Dan Seymour, locutor; y Paul Stewart, productor asociado, adaptador, intérprete como locutor del estudio, y Tercer Anunciador del estudio.
Frank Readick, como el reportero Carl Phillips, Radio operador 2X2L.
Kenny Delmar como policía de la granja, capitán Lansing, secretario del Interior, operador de radio de Bayonne.
Ray Collins como el granjero Wilmuth; Harry McDonald, vicepresidente de radio, como locutor de radio de Rooftop.
Carl Frank como el segundo locutor del estudio, y el extraño fascista.
Richard Wilson como El General de Brigada Montgomery Smith, oficial de artillería de campo 22, en Langham Field.
William Alland como locutor de la sala Meridian, artillero de artillería de campo.
Stefan Schnabel como un observador de artillería de campo; William Herz como operador de radio de Newark y operador de radio 8X3R.
Howard Smith como el bombardero Teniente Voght.
Otros créditos incluyen a:
Bernard Herrmann, el compositor y director de orquesta; John Houseman, como productor, adaptador, editor de guiones; Howard Koch como adaptador; Davidson Taylor como supervisor de producción; Ora Nichols, Ray Kremer y Jim Rogan en efectos de sonido; y John Dietz como ingeniero de sonido.
No obstante, ningún miembro del Mercury Theatre es nombrado, y nadie de los anteriormente citados lo fue, naturalmente.
“The War Of The Worlds” comienza con una paráfrasis del comienzo de la novela, actualizada a los tiempos contemporáneos:
El anunciador presenta a Orson Welles:
Ahora sabemos que en los primeros años del siglo XX, este mundo estaba siendo vigilado de cerca por inteligencias más grandes que las del hombre y, sin embargo, tan mortales como las suyas.
Sabemos ahora que a medida que los seres humanos se ocupaban de sus diversas preocupaciones, fueron examinados y estudiados, tal vez casi tan estrechamente como un hombre con un microscopio podría examinar a las criaturas transitorias que pululan y se multiplican en una gota de agua.
Con una complacencia infinita, la gente iba y venía sobre La Tierra sobre sus pequeños asuntos, serena en la seguridad de su dominio sobre este pequeño fragmento giratorio de madera flotante solar, que por casualidad o diseño, el hombre ha heredado del oscuro misterio del Tiempo y el Espacio.
Sin embargo, a través de un inmenso golfo etéreo, las mentes que para la nuestra son como las nuestras; para las bestias en la jungla, los intelectos vastos, fríos y antipáticos, consideraron esta tierra con ojos envidiosos, y lenta y seguramente dibujaron sus planes contra nosotros.
En el año 1939 del siglo XX, llegó La Gran Desilusión.
Fue cerca de finales de octubre.
El negocio era mejor.
El miedo a la guerra había terminado.
Más hombres estaban de vuelta en el trabajo.
Las ventas se estaban recuperando.
En esta noche en particular, el 30 de octubre, el servicio de Crossley estimó que 32 millones de personas escuchaban en las radios...
El programa de radio comienza como una simulación de una emisión de radio normal, por la noche, con un informe meteorológico y música de “Ramon Raquello and His Orchestra”, en vivo, desde un salón de baile del hotel local.
Después de unos minutos, la música comienza a ser interrumpida por varios destellos de noticias sobre extrañas explosiones de gas en Marte.
Se concertó una entrevista con el reportero Carl Phillips, y el profesor de astronomía, Richard Pierson, con sede en Princeton, quien desestimó las especulaciones sobre la vida en Marte.
El programa musical regresa temporalmente, pero es interrumpido nuevamente por la noticia de un extraño meteorito que aterriza en Grover's Mill, New Jersey.
Phillips y Pierson, son enviados al sitio, donde se ha reunido una gran multitud.
Philips describe la atmósfera caótica alrededor del extraño objeto cilíndrico, y Pierson admite que no sabe exactamente qué es, pero que parece estar hecho de un metal extraterrestre.
El cilindro se desenrosca, y Phillips describe al “monstruo” horroroso y con tentáculos que emerge desde adentro.
Los oficiales de policía se acercan al marciano agitando una bandera de tregua, pero los invasores responden disparando un rayo de calor, que incinera a la delegación, y enciende los bosques y automóviles cercanos mientras la multitud grita.
Los gritos de Phillips sobre las llamas entrantes se cortan a mitad de la frase, y después de un momento de aire muerto, un anunciador explica que la transmisión remota se interrumpió debido a “algunas dificultades con nuestra transmisión de campo”
Después de un breve “interludio de piano”, la programación regular se descompone a medida que el estudio lucha con las actualizaciones de víctimas y extinción de incendios.
Un Pierson sacudido, especula sobre la tecnología marciana.
La milicia del estado de New Jersey, declara la ley marcial, y ataca el cilindro; un capitán de su sede de campo da conferencias sobre la abrumadora fuerza de la infantería debidamente equipada, y la impotencia de los marcianos, hasta que un trípode se levanta del pozo.
El trípode destruye a la milicia, y el estudio regresa, describiendo ahora a los marcianos como un ejército invasor.
Los boletines de respuesta a emergencias, dan paso a informes de daños y evacuación cuando miles de refugiados obstruyen las carreteras.
Los 3 trípodes marcianos del cilindro, destruyen las centrales eléctricas y desarraigan puentes y ferrocarriles, reforzados por otros 3 de un segundo cilindro que aterrizó en El Gran Pantano cerca de Morristown, mientras continúan las explosiones de gas.
El Secretario del Interior se dirige a La Nación...
Se establece una conexión en vivo a una batería de artillería de campo en las Montañas Watchung.
Su cuadrilla de armas daña una máquina, lo que resulta en una emisión de humo negro venenoso, antes de desvanecerse en el sonido de la tos...
El avión de un grupo de bombarderos de Langham Field, emite su aproximación y permanece en el aire mientras sus rayos son quemados por el rayo de calor, y el avión se estrella contra los invasores.
Los operadores de radio se activan, y se callan...
Aunque los bombarderos logran destruir una máquina, los 5 restantes están esparciendo humo negro a través de Los Pantanos de Jersey en Newark.
Finalmente, un reportero de noticias transmitiendo desde lo alto de una Estación de Radio, describe la invasión marciana de la ciudad de New York:
“Cinco grandes máquinas que vadean el Hudson como hombres que vadean un arroyo, humo negro flotando sobre la ciudad, gente buceando en el East River como ratas, otros en Times Square cayendo como moscas”; y lee un boletín final que indica que los cilindros marcianos han caído por todo el país, luego describe el humo que se aproxima por la calle, hasta que tiene un ataque de tos y se queda en silencio, dejando solo los sonidos de la ciudad bajo ataque.
Finalmente, se escucha un operador de radioaficionados que llama:
“2X2L llamando a CQ, New York.
¿No hay nadie en el aire?
¿No hay nadie en el aire?
¿No hay... alguien?
Después de un período de silencio, llega la voz del locutor Dan Seymour:
“Estás escuchando una presentación de CBS de Orson Welles y el Mercury Theatre On The Air, en una dramatización original de “The War Of The Worlds” por H.G. Wells.
La actuación continuará después de un breve intermedio”
El último tercio del programa, es un monólogo y diálogo del Profesor Pierson, después de haber sobrevivido al ataque en Grover's Mill, que intenta hacer contacto con otros humanos.
En Newark, se encuentra con un miliciano oportunista que tiene ideales fascistas con respecto a la relación del hombre con los marcianos, y tiene la intención de usar el armamento marciano para tomar el control de ambas especies.
Declarando que no quiere ser parte de su mundo, Pierson deja al extraño con sus delirios.
Su viaje lo lleva a las ruinas de New York, donde descubre que los marcianos han muerto; al igual que con la novela, fueron víctimas de gérmenes patógenos terrestres, a los que no tenían inmunidad.
La vida finalmente vuelve a la normalidad, y Pierson termina de escribir sus recuerdos de la invasión y sus consecuencias.
Después de la conclusión de la obra, Welles retomó su papel de anfitrión, y les dijo a los oyentes, que la transmisión era una invocación de Halloween:
El equivalente, dice, “de vestirse en una sábana, saltar de un arbusto y decir:
¡Boo!”
La mitología popular sostiene que el descargo de responsabilidad se agregó apresuradamente a la transmisión ante la insistencia de los ejecutivos de CBS, ya que se dieron cuenta del pánico inspirado en el programa.
De hecho, en el corte de la estación, el ejecutivo de la red, Davidson Taylor, había intentado evitar que Welles, quien había agregado el discurso en el último momento, lo leyera en el aire por temor a permitir que la red asumiera responsabilidad legal, pero Welles lo hizo de todos modos.
De esa manera, la estructura de la versión de Welles tiene un prólogo más 3 actos bien plantados:
El prólogo es el clásico monólogo de H.G. Wells sobre la inminencia de la invasión marciana, y que aparece en todas las versiones de la obra, desde el musical de Jeff Wayne, hasta el filme de Steven Spielberg.
Luego la obra se camufla como una falsa emisión radial, montada a un año en el futuro de la emisión real, en 1939.
La CBS pasa un concierto en vivo, del inexistente Ramon Raquello y su orquesta, quienes resultaban ser Bernard Herrmann y sus músicos; y la emisión se interrumpe por el avistamiento de señales sobre el cielo de Marte.
La emisora manda a un periodista a entrevistar a un prestigioso astrónomo, que es el mismo Welles; y ambos terminan en un pueblito, en donde han impactado varios meteoritos relacionados con los fogonazos vistos en Marte.
Los meteoritos resultan ser gigantescos cilindros, los cuales se abren y dejan salir a los marcianos montados en enormes máquinas que comienzan a arrasarlo todo.
Hasta aquí han pasado tan sólo 20 minutos de la obra, y El Acto I termina con una impactante narración de la secuencia de la masacre, en donde la emisión radial se corta abruptamente mientras los gritos de horror y dolor inundan el aire.
En el Acto II, la narración salta la linealidad que venía siguiendo, y empieza a transmitir informes dispersos, como si CBS se enganchara por turnos a diversas transmisiones militares:
Capitanes que relatan cómo sus pelotones han sido exterminados, y artilleros que describen en primera persona como son asesinados por el gas venenoso que desparraman los marcianos sobre La Tierra.
Es un panorama desolador, ya que todas esas falsas transmisiones son cortadas en seco por la muerte abrupta de sus relatores.
Sin duda, es la parte más estremecedora de la obra, y la que debe haber impactado a los radioescuchas.
Con los nervios de punta, y escuchando de apuro la transmisión, resulta fácil imaginar a la audiencia de la época creyendo que los nazis, u otra potencia extranjera estaba invadiendo EEUU, y estaban exterminando al ejército con impresionantes armas de última tecnología.
En el Acto III, es cuando el pillo de Orson Welles se acuerda de “avisar” que todo esto es una emisión de radio.
A los 40 minutos la narración, pasa a primera persona; y el astrónomo que encarna Welles, se transforma en un cronista de la destrucción, quien escribe todo lo sucedido para dejar testimonio de los últimos días del hombre sobre La Tierra.
Es increíble la economía de medios que utiliza el guión de Howard Koch para condensar toda la obra, y dejar los elementos más destacados e impactantes de la misma, sin sacrificar espacio para crear climas y personajes.
Aparece el dichoso artillero, el loco que imagina a la humanidad viviendo bajo tierra, y preparando un masivo contragolpe contra los marcianos apoderándose de sus máquinas; y está la fabulosa descripción de las ciudades arrasadas por el paso de los trípodes alienígenas.
El lirismo de esos pasajes, es enorme, en especial cuando el protagonista llega a la conclusión de que todo está perdido, y que no existe ningún motivo para seguir viviendo en una tierra arrasada y dominada por extraños.
Y por supuesto está “El Grand Finale”, en donde Welles narra con lujo de detalles el panorama apocalíptico de New York con las gigantescas naves marcianas incrustadas contra los rascacielos, y con sus tripulantes muertos a causa de las bacterias terrestres presentes en el aire que han respirado.
Una magnífica frutilla para coronar el postre que Welles cuidadosamente ha preparado y cocinado en escasos 60 minutos de transmisión.
Por ello, la emisión radial de “The War Of The Worlds” es una obra gloriosa y brillante, porque mantiene toda su efectividad intacta, simplemente porque es una puesta en escena cuidada e imaginativa; y la radio sirvió como un vehículo fascinante, que nos permite imaginar la invasión en la escala grandiosa que queramos; pero además de ello, la versión de Welles tiene un lirismo fabuloso que le da una enorme dimensión épica y trágica a toda la obra.
El escándalo, no sólo sirvió hacer famoso a Welles, sino para subrayar su enorme talento, el cual terminaría por materializar en el cine con su imponente “Citizen Kane” en 1941.
Las reacciones de la radio transmisión de “The War Of The Worlds” no se hicieron esperar:
El actor Stefan Schnabel, recordó estar sentado en la antesala después de terminar su actuación en el aire:
“Unos pocos policías entraron y luego otros más.
Pronto, la sala estaba llena de policías, y se estaba produciendo una lucha masiva entre la policía, los chicos de la página y los ejecutivos de CBS, que estaban tratando de evitar que la policía interviniera y se detuviera.
El show, era uno para atestiguar”
Durante el tema de cierre de sesión, el teléfono comenzó a sonar…
Houseman lo recogió, y el furioso llamante anunció que era El Alcalde de una ciudad del medio oeste, donde había turbas en las calles.
Houseman colgó rápidamente:
“Ya que estábamos fuera del aire, y la puerta del estudio se abrió de golpe.
Las siguientes horas fueron una pesadilla:
El edificio estaba repentinamente lleno de gente y uniformes azul oscuro.
Salimos del estudio, y nos encerraron en una pequeña oficina en otro piso.
Aquí nos sentamos en régimen de incomunicación, mientras los empleados de la red estaban recogiendo, destruyendo o bloqueando todos los guiones y registros de la transmisión.
Finalmente, la prensa se soltó sobre nosotros, ansiando el horror.
¿De cuántas muertes habíamos oído hablar?
Implicando que sabían de miles...
¿Qué sabíamos de la estampida fatal en una sala de Jersey?
Lo que implica que fue uno de los muchos...
¿Qué muertes de tráfico?
Las zanjas deben estar repletas de cadáveres…
¿Los suicidios?
¿No has oído hablar de la de Riverside Drive?
Todo es bastante vago en mi memoria, y bastante terrible”, dijo.
Paul White, Jefe de CBS News, fue rápidamente convocado a la oficina, “y allí reinó el alboroto:
La central telefónica era un vasto mar de luz, podía manejar solo una fracción de las llamadas entrantes.
El holgazán Welles se sentó solo y abatido, diciendo:
“Ya terminé”, se lamentó, “y se lavó”
No me molesté en responder a esta autoevaluación altamente inexacta.
Estaba demasiado ocupado escribiendo explicaciones para poner en el aire, asegurándole a la audiencia que estaba a salvo.
También respondí mi parte de incesantes llamadas telefónicas, muchas de ellas desde lugares tan lejanos como la costa del Pacífico”
Debido a la multitud de reporteros, fotógrafos y policías, el elenco abandonó el edificio de CBS por la entrada trasera.
Consciente de la sensación que había transmitido la emisión, pero no de su alcance, Welles fue al Mercury Theatre, donde se realizó un ensayo de toda la noche sobre “Danton's Death”; y poco después de la medianoche, uno de los actores, una llegada tardía, le dijo a Welles que las noticias sobre “The War Of The Worlds” se estaban exhibiendo en Times Square.
Inmediatamente abandonaron el teatro y, de pie en la esquina de Broadway y 42nd Street, leyeron el boletín iluminado que rodeaba el edificio del New York Times:
“Orson Welles Causes Panic”
Algunos oyentes escucharon solo una parte de la transmisión y, en la tensión y la ansiedad antes de La Segunda Guerra Mundial, la confundieron con una transmisión de noticias genuina.
Miles de esas personas se apresuraron a compartir los informes falsos con otros, o llamaron a CBS, a los periódicos o a la policía para preguntar si la transmisión era real.
Muchos periódicos asumieron que la gran cantidad de llamadas telefónicas y los informes dispersos de oyentes que se apresuraban, o incluso huían de sus hogares, demostraron la existencia de un pánico masivo, pero tal comportamiento nunca fue generalizado.
El presentador de “Future Tonight Show”, Jack Paar, había anunciado los deberes esa noche para la afiliada de Cleveland CBS WGAR.
Cuando los oyentes en estado de pánico llamaron al estudio, Paar intentó tranquilizarlos por teléfono y al aire diciendo:
“El mundo no se está acabando.
Créeme.
¿Cuándo te he mentido alguna vez?”
Cuando los oyentes comenzaron a acusar a Paar de “encubrir la verdad”, llamó al gerente de la estación de WGAR para pedir ayuda.
Obligado por la situación, el gerente le aconsejó a Paar que se calmara, y dijo que “todo fue una tempestad en una tetera”
En Concrete, Washington, las líneas telefónicas y la electricidad sufrieron un cortocircuito en la subestación de Superior Portland Cement Company; y los residentes no pudieron llamar a sus vecinos, familiares o amigos para calmar sus temores.
Los reporteros que se enteraron del apagón, por coincidencia enviaron la historia por el noticiero, y pronto se conoció a Concrete en todo el mundo…
Welles continuó con el ensayo de “Danton’s Death” programado para abrir el 2 de noviembre; saliendo poco después del amanecer del 31 de octubre.
Estaba operando con 3 horas de sueño, cuando CBS lo llamó a una conferencia de prensa.
Leyó una declaración que luego se imprimió en los periódicos de todo el país, y respondió a las preguntas de los reporteros:
Pregunta: “¿Era consciente del terror que provocaría tal transmisión?”
Welles: “Definitivamente no; la técnica que utilicé no fue original conmigo; ni siquiera era nuevo; no anticipé nada inusual”
Pregunta: “¿Debería haber atenuado el lenguaje del drama?”
Welles: “No, no actúas al asesinato con palabras suaves”
Pregunta: “¿Por qué se cambió la historia para poner los nombres de las ciudades y los funcionarios gubernamentales de los Estados Unidos?”
Welles: “H.G. Wells usó ciudades reales en Europa, y para hacer la obra más aceptable para los oyentes estadounidenses, usamos ciudades reales en EEUU; por supuesto, lo siento mucho ahora”
En sus ediciones del 31 de octubre de 1938, Tucson Citizen informó que 3 afiliadas de Arizona de CBS:
KOY en Phoenix, KTUC en Tucson y KSUN en Bisbee; originalmente habían programado una transmisión retrasada de “The War Of The Worlds” esa noche; CBS había cambiado The Mercury Theatre On The Air desde el lunes a la noche del domingo 11 de septiembre, pero los 3 afiliados prefirieron mantener la serie en su espacio original del lunes, para que no compitiera con los mejores clasificados de la NBC Chase y Sanborn Hour.
Sin embargo, esa noche del domingo, CBS se contactó con KOY y el dueño de KTUC, Burridge Butler, y le ordenaron que no transmitiera el programa la noche siguiente.
En 3 semanas, los periódicos habían publicado al menos 12,500 artículos sobre la transmisión y su impacto, pero la historia cayó de las primeras páginas después de unos días.
De hecho, en plena guerra en Europa, Adolf Hitler hizo referencia a la transmisión en un discurso en Múnich, el 8 de noviembre de 1938; y Welles luego comentó que Hitler citó el efecto de la transmisión en el público estadounidense como evidencia de “la condición de corrupción y el estado decadente de la democracia”
Un estudio realizado por El Proyecto de Radio, descubrió que menos de 1/3 de los oyentes asustados, entendían que los invasores eran alienígenas; la mayoría pensó que estaban escuchando informes de una invasión alemana, o de una catástrofe natural.
“La gente estaba al borde”, escribió el biógrafo de Welles, Frank Brady.
“Durante todo el mes anterior a “The War Of The Worlds”, la radio mantuvo al público estadounidense alerta a los acontecimientos siniestros en todo el mundo.
La crisis de Múnich estaba en su apogeo...
Recordar que “Los Acuerdos de Múnich” fueron aprobados y firmados durante la noche del 30 de septiembre de 1938 por los jefes de gobierno de Reino Unido, Francia, Italia y Alemania, con el objeto de solucionar La Crisis de Los Sudetes.
Por mediación del dictador italiano Benito Mussolini, y a iniciativa de Hermann Göring; El Primer Ministro Británico, Arthur Neville Chamberlain, y su homólogo francés, Édouard Daladier, aprobaron la incorporación de los Sudetes, pertenecientes a Checoslovaquia a Alemania, debido a que la mayor parte de sus habitantes eran de habla alemana.
Ningún representante de Checoslovaquia estuvo presente…
El Reino Unido y Francia, se mostraron complacientes con los deseos de la población alemana de los Sudetes, y consideraban este acuerdo como una revisión parcial del Tratado de Versalles.
Especialmente se pretendía evitar una nueva guerra, a pesar de poner en gran peligro la existencia de Checoslovaquia.
Hoy en día, es ampliamente considerado como un acto fallido de apaciguamiento, y el término se ha convertido en “un sinónimo de la inutilidad de apaciguar a los estados totalitarios expansionistas”
Y por primera vez en la historia, el público podría sintonizar sus radios todas las noches y escuchar, arranque por arranque, acusación por acusación, amenaza por amenaza, los rumores que parecían conducir inevitablemente a una guerra mundial.
El jefe de CBS News, Paul White, escribió que estaba convencido de que el pánico provocado por la transmisión era el resultado del suspenso público generado antes del Pacto de Múnich:
“Los oyentes de la radio habían jugado con sus emociones durante días...
Así creyeron en la producción de Welles, aunque se dijo específicamente que todo era ficción”
El 2 de noviembre de 1938, el periódico australiano, The Age, caracterizó el incidente como “histeria de masas” y afirmó que “nunca en la historia de los Estados Unidos se había producido una ola de terror y pánico en el continente”
Observadores sin nombre citados por The Age, comentaron que “el pánico solo podría haber ocurrido en Estados Unidos”
Los editorialistas reprendieron a la industria de la radio por permitir que eso sucediera.
La respuesta puede haber reflejado los temores de los editores de periódicos de que la radio, a la que habían perdido parte de los ingresos publicitarios que escaseaban durante La Gran Depresión, los haría obsoletos; y en “The War Of The Worlds” vieron la oportunidad de expresar sus opiniones sobre el medio más nuevo:
“La Nación en su conjunto sigue enfrentando el peligro de noticias incompletas e incomprendidas en un medio que aún tiene que demostrar que es competente para realizar el trabajo de noticias”, escribió Editor & Publisher, la revista comercial de la industria del periódico.
Los documentos de William Randolph Hearst, llamaron a los difusores para que se vigilaran a sí mismos, no sea que el gobierno intervenga, ya que El Senador de Iowa, Clyde L. Herring, propuso un proyecto de ley que habría requerido que toda la programación fuera revisada por La FCC antes de la transmisión, que nunca lo presentó.
Otros culparon a la audiencia de radio por su credulidad…
Al señalar que cualquier oyente inteligente se habría dado cuenta de que la transmisión era ficticia, opinó el Chicago Tribune, “sería más acertado decir que algunos miembros de la audiencia de radio tienen un poco de retraso mental, y que muchos programas están preparados para su consumo”
Otros periódicos se tomaron la molestia de notar que los oyentes ansiosos habían llamado a sus oficinas para saber si los marcianos estaban realmente atacando…
Pocas cuentas contemporáneas existen fuera de la cobertura periodística del pánico masivo y la histeria, supuestamente inducida por la transmisión; y muchos vieron esto, como una evidencia más de que el pánico fue predominantemente una creación de la industria periodística.
En un estudio publicado en forma de libro como “The Invasion from Mars” (1940), el profesor de Princeton, Hadley Cantril, calculó que unos 6 millones de personas escucharon la transmisión de “The War Of The Worlds”
Estimó que 1,7 millones de oyentes creyeron la transmisión fue un boletín de noticias real y, de ellos, 1.2 millones de personas estaban asustadas o perturbadas…
No obstante, Cantril cometió otro error al escribir la reacción de la audiencia:
Los encuestados habían indicado una variedad de reacciones al programa, entre ellas:
“Excitado, perturbado y asustado”
Sin embargo, los incluyó a todos como “pánico”, sin tener en cuenta la posibilidad de que, a pesar de su reacción, todavía estaban conscientes de que la transmisión estaba en escena.
Al tiempo se supo que no se realizaron admisiones por conmoción en un hospital de Newark durante la transmisión; los hospitales en la ciudad de New York tampoco informaron un aumento en los ingresos esa noche.
Algunos intentos de suicidio parecen haberse evitado cuando intervinieron amigos o familiares, pero no existe un registro de uno exitoso.
Una afirmación del Washington Post, de que un hombre murió de un ataque cardíaco provocado por escuchar el programa no pudo ser verificada.
Y una mujer presentó una demanda contra CBS, pero pronto fue desestimada.
La FCC también recibió cartas del público que desaconsejaban represalias.
El cantante Eddie Cantor, instó a la comisión a no reaccionar de manera exagerada, ya que “la censura retrasaría enormemente la radio”
Como dato curioso, el mal funcionamiento del vestuario de Janet Jackson en el medio tiempo del partido de fútbol americano en 2004, sigue siendo mucho más significativo en la historia de la regulación de la transmisión, que los trucos de Orson Welles.
Por otra parte, muy curiosamente, H.G. Wells y Orson Welles se reunieron por primera y única vez a fines de octubre de 1940, poco antes del 2º aniversario de la transmisión del Mercury Theatre, cuando ambos estaban dando una conferencia en San Antonio, Texas.
El 28 de octubre de 1940, los 2 hombres visitaron los estudios de la radio KTSA para una entrevista de Charles C. Shaw, quien los presentó al caracterizar el pánico generado por “The War Of The Worlds”:
“El país en grande se asustó casi de su ingenio”
H.G. Wells expresó un escepticismo bondadoso sobre el alcance real del pánico causado por “esta sensacional fiesta de Halloween”, diciendo:
“¿Estás seguro de que hubo un pánico en Estados Unidos, o no fue tu diversión de Halloween?”
Orson Welles agradeció el comentario, dijo:
“Creo que eso es lo mejor que un hombre de Inglaterra podría decir sobre los hombres de Marte.
Hitler hizo mucho deporte al respecto, ya sabes... se supone que debe mostrar la condición del corrupto y decadente estado de cosas en la democracia, que “The War Of The Worlds” fue tan bueno como lo hizo.
Creo que es muy bueno que Wells diga que no solo no quise decir eso, sino que el pueblo estadounidense no lo hizo.
No lo digas”
Cuando Shaw intervino diciendo que había “algo de emoción” que no deseaba menospreciar, Welles le preguntó:
“¿Qué tipo de emoción?
H.G. Wells quiere saber si la emoción no fue la misma que la que extraemos de él; como un chiste práctico en el que alguien pone una sábana sobre su cabeza y dice “¡Boo!”
No creo que nadie crea que ese individuo es un fantasma, pero sí gritamos y corremos por el pasillo… eso es solo lo que ocurrió”
“Todavía no eres muy serio en Estados Unidos”, dijo Wells.
“No tienes la guerra justo debajo de tus barbillas.
Y la consecuencia es que aún puedes jugar con ideas de terror y conflicto...
Es algo natural hasta que te enfrentas”
“Hasta que deja de ser un juego”, dijo Welles, una frase que Wells repitió.
Y es que Gran Bretaña y Francia habían estado en guerra con la Alemania nazi durante más de 1 año.
Como consecuencia, el libro, “The Panic Broadcast”, de Howard Koch, se publicó por primera vez en 1970.
El álbum más vendido, fue una grabación de sonido de la transmisión titulada “The War Of The Worlds de Orson Welles, lanzada por acuerdo con Manheim Fox Enterprises, Inc.”
Los discos de origen para la grabación, son desconocidos.
Welles le dijo a Peter Bogdanovich, que se trataba de una grabación de mala calidad que se había retirado del aire en el momento de la emisión:
“Un registro pirata en el que las personas han hecho fortunas con el dinero, y no tienen derecho a reproducir”
Welles no recibió ninguna compensación…
En realidad, la valoración del impacto de la transmisión sufrió en cierta forma la retroalimentación del impacto y la genial capacidad de Welles para convertir una historia que consideraba “aburrida”
¿A quién le podía interesar el relato de la destrucción de Inglaterra, donde se situaba la novela original, en algo que pudiera conectar con el oyente medio estadounidense?
Pero lo que sí resulta indiscutible, es que, después de la emisión, se demostró la capacidad de los nuevos medios de comunicación para intervenir sobre la realidad.
Es indudable que en la cultura popular sigue fijada la idea de que “The War Of The Worlds” supuso un antes y un después, que el fenómeno debió ser tan traumático, que tanto el público como los periodistas pusieron tras el suceso, más cuidado en qué contar y en qué creerse.
Pero, como vemos, la realidad es que esa historia que todos creemos que ocurrió, fue en realidad una fabricación de la prensa tradicional.
Los engañados somos nosotros años después, no los oyentes de los años 30…
Buena parte de los periódicos, de sus directores, tenían motivos para inflamar aquel relato.
Por una parte, el sensacionalismo es un arma de seducción, un reclamo de posibles lectores.
También motivos para presionar contra la radio, un formato relativamente novedoso, y el primer gran rival al que se ha ido enfrentando el periodismo en papel, y que había desplazado tanto a sus clientes como a sus anunciantes:
Los ingresos por publicidad impresa habían caído, con lo que criticar la falta de verosimilitud y el engaño que producía la radio era una forma de autoadjudicarse cierto prestigio.
Por último, destacar a YattaRadio, que recopiló y subtituló la versión original de la emisión de 1938, que es posible ver, escuchar y vivir, disponible en youtube; con buenos efectos visuales, una clara identificación de los personajes, un cronómetro que indica el transcurso del tiempo de acuerdo a las 21 horas, la hora original de emisión del radioteatro, lo cual contribuye a disparar la imaginación en los momentos más álgidos de la obra sin alterar el espíritu del original de radio.
“So goodbye, everybody, and remember, please, for the next day or so, the terrible lesson you learned tonight.
That grinning, glowing, globular invader of your living room is an inhabitant of the pumpkin patch, and if your doorbell rings and nobody's there, that was no Martian; it's Halloween”
Inicialmente, tras todo el revuelo generado por la radio transmisión de “The War Of The Worlds”, Orson Welles se disculpó por el supuesto pánico que había causado su transmisión, y en privado, porque los informes de los juicios eran muy exagerados o totalmente inventados; y Welles más tarde abrazó la historia como parte de su mito personal.
La notoriedad de Orson Welles tras esa transmisión, le ganó el interés de Hollywood, y el contrato inusual del jefe de estudio de RKO, George J. Schaefer.
Welles hizo un trato con Schaefer el 21 de julio de 1939 para producir, dirigir, escribir y actuar en 3 películas; sin embargo, la cantidad de películas se modificó posteriormente; pues el estudio tenía que aprobar la historia y el presupuesto si excedía los $500,000; y se le permitió a Welles, desarrollar la historia sin interferencias, elegir a sus propios actores y miembros de la tripulación, y tener el privilegio de un corte final, algo inaudito en su momento para un director debutante.
Más tarde, Welles afirmó que nadie en Hollywood había disfrutado de este nivel de libertad artística desde Erich von Stroheim a principios de la década de 1920.
Además, como parte de su contrato, estableció una “Unidad Mercury” en RKO; con la mayoría de los actores del teatro y las producciones de radio del Mercury, así como numerosos técnicos, como el compositor Bernard Herrmann, que fueron traídos desde New York; y pocos de ellos tuvieron alguna experiencia cinematográfica.
Así, Welles pasó los primeros 5 meses de su contrato RKO aprendiendo los conceptos básicos de “hacer películas” y tratando de que varios proyectos funcionaran sin éxito.
El reportero de Hollywood dijo:
“Están apostando en el lote de RKO, de que el acuerdo de Orson Welles terminará sin que Orson haga una película allí”
En primer lugar, Welles intentó adaptar “Heart of Darkness”, pero existía preocupación por la idea de representarlo completamente con tomas de punto de vista, ya que Welles no pudo presentar un presupuesto aceptable.
Welles luego consideró la adaptación de la novela de Cecil Day-Lewis, “The Smiler With The Knife”, pero se dio cuenta de que este “thriller” de pulpa relativamente sencillo, probablemente no tendría mucho impacto para su debut cinematográfico…
Concluyó que para desafiarse a sí mismo con un nuevo medio, tenía que escribir una historia original:
“Citizen Kane”
El resto es historia…
El propio Koch, autor del guión radiofónico de “The War Of The Worlds” probablemente utilizó su experiencia en la emisión para trabajar en el guión de “Casablanca”, una cinta en la que es bien conocido que hubo innumerables cambios en el libreto, y la necesidad de ir adaptándose sobre la marcha a ellos.
Desde la emisión original del radio de “The War Of The Worlds” en el Mercury Theatre On The Air, se han producido muchas retransmisiones, “remakes”, recreaciones, parodias y nuevas dramatizaciones.
Muchas estaciones de radio estadounidenses, particularmente aquellas que regularmente emiten programas de radio antiguos, retoman el programa original como una tradición de Halloween.
Algunos ejemplos notables incluyen una versión en español producida en febrero de 1949, por Leonardo Páez y Eduardo Alcaraz para Radio Quito en Quito, Ecuador, que supuestamente desató el pánico en la ciudad.
Se cuenta que la policía y las brigadas de bomberos se apresuraron a salir de la ciudad para enfrentarse a la supuesta “fuerza de invasión alienígena”
Después de que se reveló que la transmisión era de ficción, el pánico se transformó en una revuelta:
Cientos atacaron a Radio Quito y El Comercio, un periódico local que había participado en el engaño al publicar informes falsos de objetos no identificados en los cielos de Ecuador en los días anteriores a la emisión.
El motín provocó al menos 7 muertes, incluidas las de la novia y el sobrino de Páez; por lo que Páez se mudó a Venezuela después del incidente… y como consecuencia, Radio Quito estuvo fuera del aire durante 2 años, reanudando su transmisión el 30 de abril de 1951.
El Municipio de West Windsor, New Jersey, donde se encuentra Grover's Mill, conmemoró el 50 aniversario de la transmisión en 1988, con 4 días de festividades que incluyen espectáculos de arte y planetarios, un panel de discusión, un desfile, el entierro de una cápsula del tiempo, una cena con baile, festivales de cine dedicados a H.G. Wells y Orson Welles, y la dedicación de un monumento de bronce a los desembarcos marcianos de ficción.
Howard Koch, autor del guión de radio original, asistió a la celebración del 49 aniversario como “invitado de honor”
En el 75 aniversario de “The War Of The Worlds”, estuvo marcado por una retransmisión internacional con una introducción de George Takei, y un episodio de la serie documental PBS American Experience.
En definitiva, lo que sí consagró Orson Welles con su célebre radiotransmisión, fue la capacidad evocadora de pesadilla que tiene la obra original de H.G. Wells, y que sigue conservando incluso en nuestros días, cuando las invasiones alienígenas en todo tipo de soportes, hace tiempo que se cuentan por miles.
Y sin embargo, aquella aún primitiva, en la que el autor británico hizo que los marcianos se trasladaran en unos inquietantes trípodes simplemente porque la aviación aún no se había inventado, sigue manteniendo una frescura y una potencia únicas.
En cuanto a la capacidad de crear bulos, divierte pensar qué habría hecho Welles si hubiera tenido a su disposición los juguetes tecnológicos con los que contamos en nuestros días…
¡Las Redes Sociales!

“For those listeners who tuned in to Orson Welles's Mercury Theatre On The Air broadcast from 8 to 9 pm Eastern Standard Time tonight and did not realize that the program was merely a modernized adaptation of H. G. Wells's famous novel War of the Worlds, we are repeating the fact which was made clear four times on the program, that, while the names of some American cities were used, as in all novels and dramatizations, the entire story and all of its incidents were fictitious”



Comentarios

Entradas populares