Summer of '42

“Nothing from that first day I saw her and no one that has happened to me since, has ever been as frightening and as confusing.
For no person I've ever known has ever done more to make me feel more sure, more insecure, more important and less significant”

Se conoce como “Novia de Guerra” a las mujeres que se casaron con personal militar de otros países en tiempos de guerra, o durante ocupaciones militares, especialmente pero no exclusivamente durante La 2 Guerras Mundiales, y esto también ocurrió con Las Guerra de Corea, Vietnam y posteriores, en aquellos países que involucraron a tropas estadounidenses.
Ese fue un tema apropiado para desarrollar “la mayoría de edad” en la literatura y el cine, la cual es aquella transición de un joven, de ser un niño a ser un adulto; por lo que es la edad en que se produce una transición, mientras cambia en la sociedad, al igual que la naturaleza del cambio.
En el pasado, y en algunas sociedades actuales, este cambio está asociado con la edad de la madurez sexual, en la adolescencia temprana; y en cualquier caso, muchas culturas conservan ceremonias para confirmar la mayoría de edad, y las historias que se cuentan en una película, se llaman “películas de la mayoría de edad”
En muchos hogares, en nuestra época de niños, la cosa del cambio físico/hormonal se mantuvo escondida bajo la orden de “de eso no se habla”, o “afuera chicos que tenemos que hablar de cosas de mayores”
Nos volvimos mayores casi sin darnos cuenta, y tanto las chicas como los varones, aprendimos en la calle la información negada.
El resultado es que perdimos la naturalidad con la cual el sexo es ejercido por las etnias primitivas, en las cuales es tan natural como comer o dormir.
Por tanto, el ingreso a la pubertad, esa puerta sin retorno hacia el amor físico, será acompañado, ojalá que en la mayoría de los casos, por la afectividad, uniendo así el instinto al cariño, pero como todo inicio, es una bisagra dura de mover, y ese esfuerzo lo hemos experimentado todos.
Y pocas veces ha sido descrita la pubertad, el arranque de esa definitoria etapa de la vida, con tanta belleza como en la novela del estadounidense Herman Raucher, y llevada magistralmente al cine por el título homónimo, junto con la inolvidable música que creó para ella el compositor Michel Legrand, sobre un Verano que cambió la vida del protagonista para siempre.
“If you think you're too old to enjoy this teenage love story you were never Young”
Summer of '42 es una comedia del año 1971, dirigida por Robert Mulligan.
Protagonizada por Jennifer O'Neill, Gary Grimes, Jerry Houser, Oliver Conant, Lou Frizell, Christopher Norris, Katherine Allentuck, entre otros.
El guión es de Herman Raucher, un drama sobre el pasaje a la edad adulta y la guerra, basada en sus memorias.
La novela de Raucher sobre su guión del mismo nombre, se publicó antes del lanzamiento de la película, y se convirtió en un éxito de ventas, hasta el punto de que el público perdió de vista el hecho de que el libro se basaba en la película, y no al revés.
Así que Raucher escribió el libro en aproximadamente 3 o 4 semanas; y aunque fue un fenómeno de la cultura pop en la primera mitad de la década de 1970, la novelización se agotó, y se perdió en la oscuridad durante las siguientes 2 décadas, hasta que una adaptación de Broadway en 2001, lo trajo de nuevo a la luz pública, y provocó que Barnes & Noble adquirir los derechos de publicación del libro.
Pero esta película fue bastante exitosa, a pesar del absurdo de la trama supuestamente verdadera, en la que una joven viuda de guerra se acuesta con un niño de 15 años, la noche que recibe un telegrama para informarle de la muerte de su querido esposo… y por ello, el filme obtuvo 1 Premio Oscar a La Mejor Banda Sonora Original de Michel Legrand; y 3 nominaciones más:
Mejor cinematografía, edición e historia y guión basado en material de hecho o material no producido o publicado anteriormente.
En especial, la banda sonora romántica en la que el compositor aplicó un único tema, que desarrolló a lo largo del metraje con sucesivas variaciones, todas ellas dominadas por ese carácter romántico tan característico en el autor, y que ayudaban a recrear un entorno idílico y plácido, en contraste con el dramatismo argumental
El filme tuvo u presupuesto de $1 millón, y recaudó en taquilla, nada más que $32 millones, lo que la convirtió en la 6ª película con mayor recaudación de 1971, y una de las películas más exitosas de la historia, con una relación de gastos y ganancias de 1:32; y más allá de eso, se estima que los alquileres y compras de videos en los Estados Unidos desde la década de 1980, han producido $20.5 millones adicionales.
Sobre este punto, Raucher dijo en mayo de 2002, que su 10% de los ingresos brutos, además de regalías por ventas de libros, “ha pagado facturas desde entonces”
Sin embargo, Summer of '42 se prohibió originalmente en Irlanda cuando se lanzó por primera vez en 1971, debido a que el personaje principal compra anticonceptivos en una farmacia cuando es menor de edad; ya que la anticoncepción fue prohibida en Irlanda en la década de 1970.
La película, finalmente fue estrenada teatralmente en Irlanda en 1979, sin cortar; y cuando la película se estrenó en video, se clasificó como “R”, pero luego se volvió a calificar como PG.
Como dato, según la esposa de Stanley Kubrick, Christiane, esta era una de sus películas favoritas.
No es casual que un segmento del filme, la escena en la que el protagonista ayuda a llevar los comestibles de la protagonista, esté incluido en la película “The Shining” (1980), simplemente porque Kubrick pensó que “Summer of '42 era una película fantástica”
La acción sigue a Hermie (Gary Grimes), Oscy (Jerry Houser) y Benjie (Oliver Conant), 3 amigos adolescentes que ahora pasan sus vacaciones de verano en una isla de Nueva Inglaterra.
Centrándose en Hermie, es un chico apuesto pero muy tímido; mientras que Oscy es más aguerrido y aventajado con las chicas; y Benjie es... bueno, mejor conocerlo...
Respecto a sus personalidades, uno es el aventado; el otro extremo, es un chico aniñado, muy tímido, que no quiere saber nada de nada, y posiblemente seguirá así si su personalidad no experimenta un notable golpe de timón…
Y ese verano quedará fuera del juego; pero el personaje principal está a medio camino de sus  amigos.
Todo ocurre durante un largo y cálido verano de cuitas adolescentes, tales como el tonteo con chicas, los ya crepusculares juegos infantiles, los laboriosos y complicados intentos de adquisición de profilácticos, la inconsciencia del advenimiento de una nueva etapa vital, vía celebración despreocupada de las vacaciones estivales; así como su amistad, sus travesuras, y una experiencia inolvidable, quizás ocurra cuando a la isla llegue Dorothy (Jennifer O'Neill), una hermosa muchacha, cuyo marido se ha enrolado en el ejército...
Ella es una Penélope, cuyo Ulises había partido para la guerra, y que tendrá al púber Hermie como incondicional amigo, y finalmente amante…
Un efímero compañero cárnico, trastocado y emocionado a varios niveles por la diosa de cuya vida formó parte en un breve encuentro de indeleble huella en el alma; y creo que nadie podrá olvidar aquel verano del '42; porque esta es una película que reflexiona sobre el primer amor, de la soledad, del triste descubrimiento de que el amor también es sufrimiento, de que el amor muchas veces es cosa de uno, y muy pocas veces de 2.
Summer of '42 es una película de silencios, reflexiva, donde Mulligan trata con mucha dignidad temas que normalmente suelen tratarse con fines visuales más que simbólicos; y aquí se ampara esa realidad, de que es en verano cuando surgen esos auténticos amores que, aunque acaban, resultan ser eternos...
Casi medio siglo después del estreno, las aventuras y el despertar sexual de los muchachos no tienen demasiado interés, aunque sí que lo tiene la evocación nostálgica de la época, y especialmente la relación del personaje principal con el de O’Neill, sobre todo en una resolución que está muy bien llevada por Mulligan.
Todo ello narrado gracias una fotografía dorada, una música envolvente, un tono nostálgico, una historia tierna y unos actores atractivos.
Por lo que Summer of '42 cumple todos los requisitos; al igual que algunas divertidas recreaciones de la torpeza adolescente en materia de sexo, tan tierna por universal.
En definitiva, es una impresionante y encantadora película, donde se retrata fielmente la adolescencia, sin caer en las chorradas ni ridiculeces a la que nos tiene mal acostumbrados otras películas o series de televisión.
Una película de enorme hermosura, nostálgica y llena de melancolía; que es puro arte cinematográfico de la mejor calidad; y mantiene su naturalidad y sencillez con el paso de los años, así como la credibilidad de su historia.
“In everyone's life there's a Summer of '42”
Summer of '42 es una bellísima, elegante y sensible película de género dramático-romántico y comedia, con un guión de Herman Raucher, que escribió el guión en la década de 1950, durante su gestión como escritor de televisión, pero “no podía regalarlo”
Y es que durante gran parte de su carrera temprana, Raucher había intentado vender un guión basado en sus experiencias con Dorothy y Oscar Seltzer; y después de 7 años, vendió con éxito el guión de Summer of '42 a Robert Mulligan, quien buscaba recrear el éxito de “To Kill a Mockingbird” (1962)
Fue en la década de 1960 que Raucher conoció a Robert Mulligan; un director nacido en New York, autor de dramas, de películas conmovedoras de época y adaptaciones literarias.
Y Raucher le mostró a Mulligan el guión, que se lo llevó a Warner Bros., donde argumentó que la película podría rodarse por el precio relativamente bajo de $1 millón, y Warner la aprobó.
Sin embargo, tenían tan poca fe en que la película se convirtiera en un éxito de taquilla, y se negaron a pagar a Raucher por el guión, y le prometieron el 10% de los brutos.
Cabe destacar aquí, el empleo que Mulligan, arropado por la fotografía de Robert Surtees, que hace de la característica bruma de la costa californiana, recurso idóneo para envolver en un halo onírico las secuencias románticas, a caballo entre la fantasía y el recuerdo embargado por la alteración emocional.
Por lo que trama se desarrolla en un registro narrativo basado en las brumas que suelen enturbiar el recuerdo, y en este sentido mantiene un tono muy equilibrado.
Se cuenta que cuando eligieron el papel de Dorothy, Warner Bros., se negó a escuchar a las actrices menores de 30 años; y el agente de Jennifer O'Neill, que había desarrollado una gran afición por el guión, convenció al estudio para que audicionara a su cliente, que solo tenía 22 años en ese momento.
O'Neill hizo una audición para el papel, aunque de manera vacilante, sin querer realizar ninguna escena desnuda…
O'Neill consiguió el papel, y Mulligan aceptó encontrar una manera de hacer que la película funcionara sin una desnudez flagrante.
Como escenario, La Isla de Nantucket se modernizó demasiado en 1970 para transformarla de manera convincente para parecerse a un centro turístico de principios de la década de 1940, por lo que la producción se trasladó a Mendocino, California , en la costa oeste de los Estados Unidos.
El rodaje tuvo lugar durante 8 semanas, durante las cuales, O'Neill fue “secuestrada” de los 3 chicos elegidos como “The Terrible Trio”, para asegurarse de que no se acercaran y arruinaran la sensación de incomodidad y distancia que sus personajes sentían hacia Dorothy.
De esa manera, la producción transcurrió sin problemas, terminando a tiempo; y después, Warner Bros., todavía desconfiando de que la película fuera un éxito menor, le pidió a Raucher que adaptara su guión a un libro.
Raucher lo escribió en 3 semanas, y Warner Bros., lo lanzó antes de la película para generar interés en la historia.
El libro se convirtió rápidamente en un “best seller” nacional, de modo que cuando los tráiler se estrenaron en cines, la película se calificó como “basada en el best seller nacional”, a pesar de que la película se completó primero.
En última instancia, el libro se convirtió en una de las novelas más vendidas de la primera mitad de la década de 1970, requiriendo 23 reimpresiones entre 1971 y 1974 para satisfacer la demanda de los clientes.
La película comienza con una serie de fotografías que aparecen sobre música melancólica, que representan los recuerdos abstractos del invisible Herman Raucher (Robert Mulligan), ahora un hombre de mediana edad.
Raucher recuerda el verano que pasó en la isla en 1942; y la película retrocede a un día cuando él tenía 15 años de edad.
Hermie y sus amigos:
Oscy el introvertido y empollón Benjie, se dedican a jugar en la playa; y ven a un joven soldado que lleva a su nueva esposa a una casa en la playa, y se sorprenden por la belleza de ella, especialmente Hermie, que no puede sacarla de la mente.
Siguen pasando las tardes en la playa donde, en medio de las adolescentes con poca ropa, sus pensamientos invariablemente se vuelven hacia el sexo.
Todas ellas son vírgenes… y Oscy está obsesionado con el acto sexual, mientras que Hermie se encuentra desarrollando un interés romántico en la novia de aquel soldado, que ve salir de la isla en un taxi acuático una mañana.
Más tarde, ese mismo día, Hermie encuentra a esa joven tratando de llevar bolsas de comestibles sola, y la ayuda a regresar a su casa.
Así entablan amistad, y él acepta regresar para ayudarla con sus tareas.
Mientras tanto, Oscy y Hermie, gracias a un manual sexual descubierto por Benjie, se convencen de que saben todo lo necesario para perder su virginidad; y dirigidos por Oscy, prueban esto yendo al cine, y recogiendo un trío de chicas de secundaria.
Oscy apunta a la más atractiva, Miriam (Christopher Norris ), y “le da” a Hermie su amiga menos atractiva, Aggie (Katherine Allentuck); y deja a Benjie con Gloria, una chica corpulenta con tirantes.
Asustada por la inmediatez del sexo, Benjie se escapa… y Hermie y Oscy no lo vuelven a ver esa noche.
Hermie y Oscy pasan la totalidad de la película intentando “poner en funcionamiento los movimientos” en Miriam y Aggie.
Oscy persigue a Miriam, eventualmente besándose con ella durante la película, y luego se entera de que su reputación es bien conocida en la isla...
Mientras que Hermie se encuentra triunfando con Aggie, quien le permite a tientas lo que él cree que es su pecho… pero Oscy luego señala que Hermie estaba acariciando su brazo.
A la mañana siguiente, Hermie ayuda a la joven novia a mover cajas a su ático, y ella le agradece al darle un beso en la frente.
Más tarde, en preparación para un asado de malvavisco en la playa con Aggie y Miriam, Hermie va a la farmacia local... en una secuencia dolorosamente humorística, acumula el nervio de pedirle al farmacéutico (Lou Frizzell) los condones.
Esa noche, Hermie asa malvaviscos con Aggie, mientras que Oscy logra tener relaciones sexuales con Miriam entre las dunas.
Él es tan exitoso que se acerca a Hermie y Aggie para pedir más condones… y confundida en cuanto a lo que está sucediendo, Aggie sigue a Oscy de vuelta, donde lo ve teniendo relaciones sexuales con Miriam, y corre a su casa molesta.
Al día siguiente, Hermie se encuentra con la joven novia sentada afuera de su casa, escribiendo a su esposo… y él se ofrece a hacerle compañía esa noche, y dice que espera verlo, revelando que su nombre es Dorothy.
Un exaltado Hermie va a su casa, y se pone un traje, camisa de vestir y se dirige a la casa de Dorothy… pero se encuentra con Oscy en el camino; y le relata que el apéndice de Miriam se reventó, y que la llevaron a tierra firme…
Hermie, convencido de que está al borde de la edad adulta debido a su relación con Dorothy, se quita de encima a Oscy… lo rechaza; y se dirige a la casa de Dorothy, que está inquietantemente tranquila.
Al entrar, descubre una botella de whisky, varias colillas de cigarrillos y un telegrama del gobierno, que dice que el marido de Dorothy está muerto, ya que su avión derribado sobre Francia.
Dorothy sale de su habitación, llorando, y Hermie le dice a ella:
“Lo siento”
La sensación de empatía la impulsa a canalizar a Hermie parte de su soledad; y enciende el tocadiscos, invitando a Hermie a bailar con ella.
Ambos se besan y se abrazan, con lágrimas en ambos rostros.
Sin hablar, y solo por el sonido de las olas, se mueven al dormitorio, donde ella lo mete en la cama, y hacen el amor.
Después, retirándose nuevamente a su mundo de dolor, Dorothy se retira al porche, dejando a Hermie solo en su habitación.
Él se acerca a ella en el porche, donde ella solo puede decir en voz baja:
“Buenas noches, Hermie”
Al amanecer, Hermie se encuentra con Oscy, y comparten un momento de reconciliación, donde Oscy le informa a Hermie, que Miriam se recuperará; y en un acto de sensibilidad poco característico, permite que Hermie esté solo, y se va con las palabras:
“A veces la vida es un gran dolor en el culo”
Tratando de resolver lo que ha sucedido, Hermie vuelve a la casa de Dorothy; peor ella se ha ido de la isla en la noche, y hay un sobre pegado a la puerta principal con el nombre de Hermie.
En el interior hay una nota de Dorothy, que dice que espera que él entienda que debe volver a casa, ya que hay mucho que hacer; y le asegura a Hermie que nunca lo olvidará, y él encontrará su manera de recordar lo que pasó esa noche.
Su nota se cierra con la esperanza de que Hermie pueda evitar las tragedias sin sentido de la vida.
En la escena final, se ve a Hermie, que de pronto se acerca a la edad adulta, mirando a la antigua casa de Dorothy y al océano desde una distancia antes de volverse para unirse a sus amigos.
Con música agridulce, el adulto Raucher lamenta que nunca volvió a ver a Dorothy, ni supo qué fue de ella.
Este verano singular, el verano del despertar sexual, se despliega ante nuestros ojos a través de un emotivo desfile de imágenes que nos remiten a lugares comunes:
Los primeros aprendizajes sexuales a través del libro que Benjie sustrae de la librería de su madre; la perturbación que provoca la visión de la ropa interior femenina secándose al viento; el primer abrazo a una chica en el cine; el intento constante por parecer mayores de lo que son...
Un viaje que nos permitirá revisitar, como espectadores, situaciones y encuentros que se produjeron hace muchísimos años, bajo el cálido sol y la arena mojada.
Como la secuencia en la que un acongojado Hermie compra por primera vez preservativos, y se encuentra con su cita en la tienda… y a mitad de metraje, cuando Hermie y Oscy emprenden su particular itinerario sexual, con Benjie que desaparece de la narración…
Sin embargo, el director no otorgará la misma importancia a las 2 iniciaciones sexuales:
Por un lado, retrata las primeras relaciones de Oscy con un tono humorístico que roza lo frívolo y lo irreal; y por otro lado detalla con ahínco la intensa relación de Hermie y Dorothy, conflicto que vertebra el film, y del que nace su razón de ser.
Como nos indica el narrador, Hermie desde la edad adulta, al principio del film:
“Aquella casa de allá arriba, era la casa de ella.
Y nunca, desde el primer día en que la vi, me ha sucedido nada tan sobrecogedor, ni tan desconcertante.
Porque nunca he conocido a ninguna otra persona que me haya hecho sentirme más seguro y más inseguro.
Más importante y más insignificante”
El marido de Dorothy, del que nunca más veremos, es enviado a luchar en La Segunda Guerra Mundial.
No regresará; y su ausencia primero y luego su defunción, favorecerán un acercamiento entre la madura Dorothy y el adolescente Hermie.
Y aquí reside la auténtica valía de la película:
Mulligan tiene la valentía de narrar estos delicados momentos con una sensibilidad fuera de lo común, elevando la categoría de lo concreto a los altares de la universalidad.
Por esta razón, el tercio final de la película es casi completamente mudo en cuanto a diálogos se refiere.
En él, las palabras dejan paso a los actos, que son descritos con parsimoniosa elegancia, permitiendo que nos recreemos en cada pequeño detalle.
Por ello es especialmente destacable la utilización que se hace aquí del diseño de sonido:
Cuando Hermie llega a la casa de Dorothy, no la encuentra.
El adolescente deambula por las silentes estancias hasta que, a través de un telegrama, descubre que el marido de Dorothy ha sido asesinado.
Entonces ella aparece y se abrazan, sin cruzar una sola línea de diálogo.
Bailan uno sobre el hombro del otro, al compás de la partitura de Michel Legrand.
La canción termina, pero el baile continúa, ajeno al entorno, con solo el sonido del mar de fondo.
Con el rozamiento regular de la aguja sobre el vinilo, asistimos al beso; luego, la pareja, dominada por el rítmico romper de las olas, pasa a la habitación conyugal.
Y allí, entre azules visillos, hacen el amor.
Al día siguiente, Hermie se encuentra con Oscy, al que ignora para dirigirse de nuevo a la casa de Dorothy, una construcción que recuerda al gótico americano que inmortalizara en sus pinturas Edward Hopper.
Allí solo encuentra una carta en la que Dorothy se despide de él.
Es entonces cuando vuelve la voz “en off”, para dictar las frases que cierran el film:
“Nunca la volví a ver.
Ni supe nunca que había sido de ella.
Entonces éramos distintos.
Los niños éramos distintos, tardábamos mucho en entender lo que sentíamos.
La vida está hecha de continuos ir y venir.
Y por cada cosa que encontramos, hay algo que dejamos atrás.
En un sentido muy especial, yo perdí a Hermie para siempre”
En definitiva, más allá de las historias de iniciación sexual que relata el film, sus imágenes, hilvanadas con la sabia precisión de un relojero, nos arrojan sin defensa posible al amargo pozo del tiempo:
El lugar donde la fugacidad de la vida mece a la inocencia perdida.
De ahí que sus luminosas imágenes filmadas casi siempre en exteriores, sobrecojan nuestro espíritu, y produzcan un nudo en nuestra garganta.
Por ello, Robert Mulligan, el director del film, es uno de los realizadores más capacitados de toda La Generación de La TV de EEUU; siendo alabado por cineastas coetáneos de la altura de François Truffaut, que dijo:
“Si existieran más directores como Mulligan, el mundo sería un lugar mejor”
Y es que Mulligan, a veces sentía cierta tristeza porque era consciente de que tan sólo era recordado o reconocido por 2 de sus películas, que siempre pululan en la memoria cinéfila colectiva.
Y tenía razón.
Desde luego no es justo pero sí cierto; porque son 2 ejercicios maravillosos para definir la nostalgia y “el rito de paso”, en la que una describe la infancia, y en la otra la adolescencia.
Pero esta es una película sencilla en todos los sentidos:
La trama, los personajes, la ambientación, los escenarios… y parte de una vivencia personal del guionista, que nos lleva a todos por la cotidianeidad de un verano de 3 adolescentes de clase media en una isla; 3 amigos que no son guapos ni feos, absolutamente normales, con sus momentos de aburrimiento, juego y con sus hormonas absolutamente revueltas, así como su camino para descubrir y explorar el sexo, esa llamada de sus cuerpos, y esos cambios hormonales que estallan… pero ahí es donde reside su encanto:
Un hombre que recuerda aquel maravilloso verano...
El juego de la nostalgia se pone en marcha desde los títulos de crédito en el que muestra unas imágenes de la isla evocada, y se oye una voz “en off” que pertenecía al propio director, para situar los hechos, la trama y a los personajes, que son pocos; y no hace falta más para construir esta historia minimalista, sencilla y emocional.
Desde el principio suena la melodía de Michael Legrand que envuelve y empapa de pasado, y de nuevo nostalgia, a esta pequeña e intensa historia.
Lo que ocurre, puede contarse en 2 líneas o 2 frases:
Un adolescente sensible, se enamora de una mujer que vive sola en una casa de la playa, mientras su marido se encuentra peleando en La Segunda Guerra Mundial.
Y desde la primera escena vemos el objeto de su deseo, a su enamorada, una mujer joven y hermosa, amable y solitaria.
Apenas tenemos información de ella, sólo la que nos proporciona el propio adolescente y, sin embargo, emerge un personaje hermoso y tratado con un cariño y una delicadeza que se transmite en cada fotograma.
Eso es hacer una película de verdad, pero que trata muchos temas, pero los principales son el de esa pérdida de la inocencia, del primer amor, y el de la nostalgia que sigue la estética de la época.
Y en este primer amor de adolescente, demostrando su profesionalidad con una excepcional fotografía creando un ambiente magnífico de aquella época de los años 40, y con unos primeros planos de gran belleza; la fotografía de Robert Surtees adopta tonalidades desvaídas de acuarela y colores pálidos:
Celestes, grises, ocres… impregnando un carácter inconfundible de tono poético. 
La imagen brota añeja, casi onírica, más propia de una lejana y embellecida memoria que de una rutinaria realidad.
Y la propia actriz protagonista, surge como una presencia angelical y trascendente; donde la puesta en escena resulta extraordinaria para infundir el estado de ánimo poéticamente evocador de un tiempo que quizás solo existió en la mente del filtrador narrador, empezando por el gran diseño de producción de Albert Brenner, recreando La Isla Nantucket donde sucedieron los hechos narrados, que en ese momento de 1970, estaba demasiado modernizada para transformarse de manera convincente, y parecerse al complejo de principios de década de 1940, por lo que la producción se llevó a Mendocino, California, costa oeste de los EEUU, reflejando un lugar anclado en el tiempo, con sus playas de dunas infinitas, sus casas de madera, sus tiendas, su cine, sus calles, en una inmersión en este tiempo vibrante; esto potenciado por la fascinante fotografía, componiendo cuadros bucólicos con evidentes filtros arenosos que dan sensación de cuasi-ensueño, con patinados de acuarela, jugando con grises y ocres macilentos, con hermosas tomas generales, pero sobre todo, elevando a los altares a Jennifer O’Neill, haciendo de ella un mito sensual, creando un tramo de una delicadeza enervadora en el clímax, donde la cámara se fija en pequeños detalles que dan vigor.
En cuanto al amor adolescente, se describe de manera muy precisa una sensación concreta:
El sueño de alcanzar a alguien inalcanzable, que consigue hacerse realidad.
Esta emoción propia del ser humano, mucho más frecuente aún en la adolescencia, nos es presentada con suma pulcritud:
Hermie es un adolescente, Dorothy es una mujer que ronda los 30 años, lo que convierte en una quimera cualquier posible aspiración.
Tal diferencia de edades, sirve para este recurso dramático, y nada más.
Y se aparta del morbo que la historia podría llevar dentro por la grandeza de comportamiento de ambos, muy por encima de lo que sería una simple aventura estival.
En ese verano, donde 3 amigos tratan de huir de la monotonía a base de juegos y de tratar de iniciarse en el sexo, pasan los días y las horas como si nada ocurriese, ajeno a los acontecimientos que les rodean y que cambian la historia y su historia.
Sus torpes bromas, juegos, sus conversaciones intrascendentes, sus bromas y peleas, sus primeros acercamientos a las chicas, sus paseos por las playas, sus travesuras, sus salidas al cine, genial la escena en la sala de cine donde se ligan a 2 adolescentes mientras ven “Now Voyager” un melodrama de Bette Davis… y mientras se va construyendo la relación entre esa mujer soñada al que el adolescente enamorado la va haciendo pequeños favores, como llevarle la compra, ayudarla a subir unas cajas…
Entonces, de manera tranquila y bella, llega la escena final, en la que Mulligan cuenta con sensibilidad extrema la primera experiencia sexual del adolescente:
Una tarde va a visitar a su mujer amada, y entra en la casa, pues ella no acude a su llamada.
En el salón vacío, destaca una mesa con una botella de alcohol, un telegrama y un disco que ya no suena.
El muchacho se acerca a leer el escueto telegrama, donde informan a Dorothy de que su marido ha muerto en combate.
Y el adolescente comprende el dolor de la ausencia.
Entonces aparece una Dorothy rota con necesidad de consuelo.
Y sin palabras, toma al muchacho, porque busca ser amada y consolada... y sin palabras, la despedida.
Él sabe que la vida no es sólo monótona, sino dolorosa.
Y cuando vuelve triste, a la casa de la playa, a la casa de la amada, sólo encuentra una casa vacía y una carta.
Dorothy se ha ido, y sólo espera no haberle hecho demasiado daño.
Sólo desea que la comprenda.
Así vuelve la voz “en off” cuando un adolescente ya maduro explica, sin duda, que la entendió.
Por eso la regala una nostálgica, sencilla y bella obra, nada mejor que este tributo a un gran amor, el primero de la vida.
Así, Mulligan vuelve hacer un ejercicio brillante sobre la nostalgia y los tiempos pasados; y vuelve de nuevo a regalar una historia sencilla, que no simple… y deja un bonito personaje adulto.
En realidad, aunque el autor Herman Raucher admite haber movido el orden de ciertos eventos, y haber intercambiado algunos diálogos, la película es, según los involucrados, una representación precisa de los eventos en la vida de Raucher en el verano de 1942, en la Isla Nantucket.
Ni siquiera cambió el nombre de nadie:
Hermie es Herman Raucher, Oscy es Oscar Seltzer, y el esposo de Dorothy se llama Pete Walker.
Los actores protagonistas, son actores de esta única película, nunca más volvieron a destacar en ninguna otra, pero aquí fueron absolutamente naturales y auténticos.
Los 3 jóvenes actores, están sencillamente geniales, en estado de gracia, te los crees y empatizas con ellos, les coges cariño y te identificas con ellos, y en ningún momento te llegan a parecer estúpidos o antipáticos, como pasa en otras películas o series de televisión.
El hecho de que los hechos desarrollen en una isla, y de que junto al venturoso y providencial enamoramiento de Hermie se describan las “otras” adolescencias de sus amigos:
Adolescencias vulgares, mitad onanistas, mitad groseros, genera más poesía aún por contraste, pues los caracteres de dichos personajes a cualquiera que recuerde un poco su pubertad, le pueden resultar familiares.
Y me atrevía a juzgar que la ausencia de figura física de progenitores, era un recurso buscado por el director para señalar de algún modo, cómo sobra la figura paterna en un adolescente en los años cruciales de su existencia.
Por ello, esta es una gran película con actuaciones destacadas de todos los involucrados:
Jennifer O'Neal es muy hermosa, y se muestra completamente natural, fresca y realista; tomada por la cámara de un modo enternecedor, imposible no enamorarse de ella, de sus resplandecientes ojos, de sus piernas, de su figura, de su sonrisa desarmadora, del modo inocente en que toma El Sol, llegando a su zenit en el clímax, desprovista de maquillaje aun resplandece más, emite una mujer destrozada, con ojos llorosos, que intenta mantenerse en pie, y que ve en el muchacho a su amor perdido.
Teniendo una relación conmovedora con Hermie, de las que perdura en la memoria, sobre todo por ese final que hace de lo efímero eternamente sublimado; ella es un icono que imparte por su belleza natural y su tristeza.
Mientras que Gary Grimes se convierte en el creíble adolescente enamorado que huye de la adolescencia en su inolvidable verano del 42, está tremendamente guapo y tierno, así como inocente y curioso, muy natural.
Aquí, Grimes está debutando en cine, ya lo había hecho en serie de TV; y da un rendimiento muy bueno como el taciturno y enamoradizo Hermie, exhibiendo una mirada hacia ella, que transpira respeto, amor, dulzura, en sus ententes con ella, demuestra un enorme sometimiento a sus encantos, a sus roces, a su cuerpo, excelso en el clímax, cuando se encuentra perdido ante la actitud de ella, dejándose llevar con unos ojos inseguros a la vez que dóciles.
Te lo crees, así como fenomenal en los momentos de humor, ejemplo es el tramo en que va a comprar preservativos a la tienda, divertidísimo, pues te identificas con él, con su actitud aterrada.
Lástima que Grimes sólo apareció en otras 6 películas, y se retiró del mundo del espectáculo a finales de los años 70.
Realmente una pena que él y Jerry Houser nunca alcanzaron el estrellato que merecían.
Houser como Oscy, el mejor amigo de Hermie, resulta radiante como el joven que va un paso por delante de su colega, derrochando naturalidad, teniendo momentos de una enorme compenetración con Grimes; mientras que Oliver Conant como su nerd amigo Benjie, es una presencia más al fondo de foco, cumple sin más…
Como dato, cuando aparece el crédito, “Escrito por Herman Raucher” se ve en pantalla la imagen de Dorothy, Jennifer O'Neill en el fondo, ese es un gran tributo a una joven de la que nunca más volvió a ver…
Además, destacar a Maureen Stapleton que es la voz no acreditada fuera de la pantalla de la madre de Hermie, que se escucha llamando a Hermie cuando sale de la casa en una escena temprana, y después de que entra en su habitación en una escena posterior.
La cita de Hermie para el cine, Aggie, es interpretada por Katherine Allentuck, que es la hija de la vida real de Stapleton.
El filme cuenta con secuencias memorables, por ejemplo:
La conversación que tiene lugar cuando Oscy y Hermie quieren copiar el libro de los padres de Benjie.
Pero que decir de la última recta de la película, que verdaderamente es de una belleza incontenible.
Mientras que actualmente el tema del descubrimiento del sexo y el amor en el grupo de amigos da como resultado bazofias como “American Pie” y similares, aquí destaca la curiosa combinación de la ingenuidad que muestran los muchachos con su sentido común, que siendo tan inocentes, esconden una sabiduría muy poco común.
La secuencia de la farmacia, aunque excesivamente larga, es uno de los momentos más divertidos de la película, simplemente memorable y encantadora.
Ni hablar de la secuencia final:
Dorothy le pide ayuda a Hermie para subir esa misma mañana unas cajas al ático a cambio de un pago, que él rechaza ofendido, pues lo hará, pero no por dinero.
Allí tenemos una de las escenas eróticas mejor filmadas del cine:
Ella, arriba de la escalera  con los brazos en alto pasando al desván las cajas que el jovencito le alcanza; y él, hipnotizado por lo que ve desde abajo, dentro de los anchos pantaloncitos deportivos de la época, posiblemente un rosado calzón y nada más, más todo lo que imagine…
Contemplándola, Hermie tiene su primera eyaculación espontánea, y la cámara enfoca su rostro reflejando las complicadas sensaciones que experimenta, mientras sigue alcanzándole las cajas.
Construyendo una amistad, la chica agradecida y completamente ajena a lo que le sucede a su ayudante, lo invita a regresar por la tarde para merendar y escuchar música.
Él llega a la hora, se acicala ansioso frente al espejo, y escapa de las preguntas curiosas de sus asombrados padres, pues está muy emocionado por esa especie de primera cita, y no sabe qué irá a suceder, solo sabe que ha sido distinguido por aquella a la que ama y desea, y que estará  muy cerca de quien lo conmueve así.
Al acercarse a la casa de la playa, comienza a escuchar música a gran volumen antes de llegar, y sorprendido por las puertas abiertas de par en par, contempla al ingresar a la joven, antes siempre alegre, bailando con expresión ausente, y rígidos movimientos, la lenta melodía que bailaba con frecuencia con su esposo.
Sobre la mesa, el tocadiscos repite una y otra vez  la canción; al lado, abierto y estrujado, el telegrama del Ejército que comunica la muerte del aviador…
Impulsivamente, Hermie agrega a sus sensaciones la necesidad de protegerla, y la abraza.
Ambos bailan ahora, estrechamente unidos, la joven y el adolescente; se necesitan mutuamente para aferrarse a la vida, y protegerse del dolor y de la muerte; la cámara enfoca ahora el suelo, donde sus ropas lentamente van cayendo…
Así, un poco de amor, les une por una noche y, al final, les separa para siempre.
Esto es puro cine, puro sentimiento; precioso, en la mejor escena de amor y pasión de la historia, junto con un final inmejorable.
No obstante, algunos críticos cuestionaron la veracidad de esta película, aunque la película se basó en el incidente que, según se afirma, “ocurrió en el verano de 1942”
Una de ellas afirma que Hermie y Oscy ven la película “Now, Voyager” (1942) durante el verano de 1942; pero el lanzamiento inicial de ese filme fue hasta el 22 de octubre de 1942, en la ciudad de New York, y la fecha oficial de estreno de la película en todo EEUU fue hasta el 31 de octubre. 1942.
También han visto diferencias entre el incidente de la vida real que ocurrió durante esa noche, y el incidente que vemos en la película:
En la vida real, la verdadera Dorothy estaba pesadamente borracha, y la canción que se reproducía en el disco del fonógrafo, era “That Old Feeling”
La verdadera Dorothy seguía llamando a Hermie, “Pete” pensando que Hermie era su marido mientras ambos estaban en la cama.
Aunque la verdadera Dorothy seguía llamándolo Pete, sí le dijo “Buenas noches, Hermie” antes de que Hermie saliera de su casa.
En la película, se da a entender que Dorothy pudo haber estado bebiendo.
Pero cuando Dorothy se le aparece a Hermie en la película, visualmente no hay indicios de que esté borracha.
La película se centra en el impacto de las noticias sobre Dorothy; y en lugar de usar la canción “That Old Feeling”, Michel Legrand compuso una nueva partitura para la escena del baile.
En la película, Dorothy se dirige a Hermie para sentirse cómoda.
No hay ninguna indicación en la película de que Dorothy esté imaginando a Hermie como su esposo Pete.
En la película, Dorothy está completamente consciente de lo que está pasando…
A diferencia de la verdadera Dorothy, que dejó a Hermie en la vida real, los cambios que se hicieron en la película hacen que sea incierto que Dorothy en la película, dejará a Hermie al final.
La relación entre la verdadera Dorothy y Herman Raucher, fue más larga de lo que el espectador ve en la película:
Raucher primero ayudó a Dorothy a llevar sus comestibles cuando su esposo estaba allí.
Después de que su esposo se fue a la guerra, Dorothy se quedó sola, y Herman se topó con ella, y la ayudó de nuevo cargando comestibles, y luego colocando cajas en el ático cómo ve el espectador en la película.
Si bien los incidentes de la vida real tuvieron lugar en la isla de Nantucket, el nombre de la isla no se menciona en esta película.
En la novela, la ubicación se cambió a Isla Packett.
Al igual que en la vida real, Hermie era un poco más alto que Dorothy en la película.
En la película, el público puede ver su leve diferencia de altura cuando Dorothy besa a Hermie en la frente.
Y para esta película, Herman Raucher admitió haber movido el orden de ciertos eventos, e intercambiar algún diálogo.
Hay varias diferencias notables entre la Dorothy en el libro, y la de la película:
A diferencia de Dorothy en el libro, Dorothy en la película es mucho más amable, considerada y amorosa.
Por ejemplo, uno de los cambios es donde la lengua de Hermie se lastima con el café.
Tanto en la película como en el libro, Dorothy ayuda a Hermie proporcionando hielo cuando la lengua de Hermie se lastima con el café caliente.
A diferencia de Dorothy en el libro, Dorothy en la película se disculpa repetidamente con Hermie, porque el café está demasiado caliente, y se asegura de que esté bien.
En la película, Dorothy continúa con su trabajo, y también con una conversación solo después de asegurarse de que la lengua de Hermie se sienta mejor.
Pero en el libro, no hay indicios de una disculpa de Dorothy...
Summer of ‘42 tuvo una secuela llamada “Class of '44”, una película compuesta de viñetas sobre las experiencias de Herman Raucher y Oscar Seltzer en la universidad; que involucra a los muchachos que enfrentan El Servicio Militar en el último año de La Segunda Guerra Mundial; donde el único miembro del elenco original fue el propio Raucher, quien escribió el guión; con un nuevo director y compositor que fueron contratados para reemplazar a Mulligan y Legrand.
Y de los 4 actores principales, solo Jerry Houser y Gary Grimes regresaron, con Oliver Conant haciendo 2 breves apariciones por un total de menos de 2 minutos de tiempo en pantalla.
Mientras que Jennifer O'Neill no apareció en la película en absoluto, ni se mencionó el personaje de Dorothy.
Esa película se caracteriza por presentar a un joven y delgado John Candy, que aparece brevemente en su primer papel cinematográfico.
Pero la película obtuvo malas críticas… y en los años transcurridos desde el lanzamiento de la película, Warner Bros., ha intentado recomprar el 10% de la película de Raucher, así como sus derechos a la historia para poder rehacerla; pero Raucher ha declinado constantemente.
En 2002, O'Neill afirmó haber obtenido los derechos para hacer una secuela de Summer of '42, basándose en un cuento que escribió, que tuvo lugar en una realidad alternativa, donde Herman Raucher tuvo un hijo, y se divorció de su esposa; emplazado en Nantucket en 1962, con un Oscar Seltzer que aún vive, y se encontró con Dorothy nuevamente, y se casó con ella.
A partir de 2017, este proyecto que O'Neill esperaba producir con Lifetime Televisión, no se ha realizado, y se desconoce si O'Neill todavía está intentando que se produzca, o si Raucher lo consintió.
Finalmente, la banda sonora de la película consiste casi en su totalidad en composiciones de Michel Legrand, muchas de las cuales son variantes de “The Summer Knows”, el tema de la película, con letras de Marilyn y Alan Bergman; y debido a que la partitura completa es de menos de 17 minutos, solo el primer y octavo tema del álbum son de Summer of '42; el resto de la música está tomada de la partitura de Legrand para “The Picasso Summer” (1969)
Así, con la excepción de los créditos iniciales y el final, Michel Legrand usó su música solo en las escenas que involucraban a Dorothy, y las escenas que mostraban los sentimientos románticos de Hermie hacia Dorothy.
Y en esta evocación romántica, se nos ofrece una música única, orquestada en mil variaciones:
A piano, violín, cuerda, etc., pero único es el tema de los títulos de crédito, el del abrazo en el cine, el del disco en la escena de la seducción, el de los encuentros de Gary Grimes y Jennifer O’Neill, etc.
Un tema que define a la película por sí misma como romántica, de gran melodía, popular en todo el mundo y muy imitada.
Y atención también al tema “The Summer Knows”
Inmenso Legrand y su Oscar lo dice todo; al tiempo decir que el tema principal, “Summer of '42” ganó 1 premio Grammy en La 14ª Edición celebrada en 1972, a La Mejor Composición Instrumental.
Además de la partitura de Legrand, la película también presenta la canción “Hold Tight” de The Andrews Sisters y el tema de “Now, Voyager”
Pero ha quedado que “The Summer Knows”, se ha convertido desde entonces en un estándar del pop, siendo grabado por artistas como:
Peter Nero, quien tuvo un éxito en su versión de 1971; Jessye Norman, Tony Bennett, Frank Sinatra, Sarah Vaughan y Barbra Streisand.
“I was never to see her again.
Nor was I ever to learn what became of her.
We were different then.
Kids were different.
It took us longer to understand the things we felt.
Life is made up of small comings and goings.
And for everything we take with us, there is something that we leave behind.
In the summer of '42, we raided the Coast Guard station four times, we saw five movies, and had nine days of rain.
Benjie broke his watch, Oscy gave up the harmonica, and in a very special way, I lost Hermie forever”
La película y la novela en cuestión, corresponden a las memorias escritas por Herman Raucher; que relatan los eventos que vivió durante un verano que pasó en la Isla Nantucket en 1942 cuando tenía 14 años de edad.
Originalmente, la película se pensó como un homenaje a su amigo Oscar “Oscy” Seltzer, un médico del ejército que murió en La Guerra de Corea.
Seltzer murió de un disparo en una batalla en Corea mientras atendía a un hombre herido en combate; esto sucedió el día del cumpleaños de Raucher, y por ese motivo, desde entonces, Raucher no ha celebrado su cumpleaños.
Y mientras escribía el guión, Raucher se dio cuenta de que, a pesar de que había crecido junto con Oscy, y de que habían sido compinches durante su adolescencia, ellos 2 nunca habían tenido una conversación sobre temas trascendentes, o llegado a conocerse en un plano más personal; por lo que Raucher decidió concentrase en la primera experiencia importante de su vida como adulto, o sea, la primera vez que se enamoró.
La mujer, llamada Dorothy, al igual que el personaje de la película, estaba de vacaciones en la isla.
Raucher la había conocido un día en que la ayudó a acarrear las provisiones; y desarrolló una amistad con ella y su esposo; y le brindó su ayuda luego de que su esposo fuera alistado para pelear en La Segunda Guerra Mundial.
Así, Raucher tuvo relaciones con ella una noche en que la había ido a visitar, y que coincide con el día en que ella es informada por el gobierno, que su esposo había fallecido.
A la mañana siguiente, Raucher descubre que ella se ha ido de la isla, dejándole una carta, la que se lee al final de la película, y se encuentra transcrita en el libro.
Aunque Dorothy le deseaba a Hermie solo cosas buenas en su carta a él, todavía Hermie terminó enfrentando varios incidentes depresivos después de que ella lo abandonó:
Herman Raucher estaba gravemente deprimido por no haber sabido de ella después de que ella lo dejara.
La prometida de la hermana de Hermie murió en 1944.
El padre de Hermie falleció cuando él tenía 20 años.
El mejor amigo de Hermie, Oscy, murió en el 24 cumpleaños de Hermie.
Desde la muerte de Oscy, Hermie nunca pudo celebrar un cumpleaños de nuevo...
Después de que Dorothy dejó a Herman Raucher en la vida real, Herman tuvo una reacción extraña cuando trató de salir con todas las chicas que pudo encontrar, cuyo nombre fuera Dorothy.
Y admite que en todo el tiempo que la conoció, nunca se molestó en preguntarle cuál era su apellido, y no tenía idea de la edad de Dorothy.
También dijo que Dorothy podría haber tenido 20 años, por todo lo que sabía…
En el filme, el telegrama en la mesa de café de Dorothy al final de la película, enumera su nombre de casada como Walker.
También da su dirección como:
210 North Corry Street en Bangor, Maine; y revela que su esposo era miembro del Cuerpo Aéreo del Ejército de los EEUU; y que fue asesinado en una acción en Francia.
Aunque la verdadera Dorothy le escribió a Herman que lo recordará en su carta de 1942, todavía contactó a Herman nuevamente solo después del lanzamiento de esta película en 1971.
Después de la carta de Dorothy a Herman en 1971, Herman nunca volvió a tener noticias de Dorothy.
Y es que Herman quería ponerse en contacto con Dorothy, pero no sabía dónde escribirle, porque Dorothy no reveló su dirección en su carta de 1971 a Herman.
Raucher dijo que el sello postal de la carta de 1971 de Dorothy era Canton, Ohio; y también dijo que la verdadera Dorothy estaba preocupada por lo que le había hecho a él y su psique.
Herman también agregó:
“Y nadie ha pensado en eso.
Todos pensaron:
¡Oh, eso es interesante, el niño creció!
Pero fue un evento traumático”
Y su última frase dice:
“Los fantasmas de esa noche, hace 30 años, es mejor que no se los moleste”
Curiosamente, tras el estreno de la película en 1971, Herman recibió docenas de cartas de distintas mujeres que afirmaban ser “su Dorothy”
Pero dentro de todas ellas, Raucher reconoció la caligrafía de la Dorothy auténtica, y ella confirmó su identidad al relatar algunos detalles que solo ella podía conocer.
Ella le contó a Raucher, que había vivido durante muchos años con el sentimiento de culpa de que pudiera haberlo traumatizado y arruinado su vida; y le indicó a Raucher que se alegraba de que él estuviera bien, y que era mejor para ambos no revivir el pasado.
Por su parte, Raucher lamentó no volver a saber de ella, y expresó su esperanza de que aún estuviera viva.
Su novela sobre el guión, tiene la dedicatoria:
“A los que amo, pasado y presente” que sirve más como tributo a Seltzer que él había querido que fuera la película, con el enfoque del libro más centrado en la relación de 2 niños, que en la relación de Raucher con Dorothy.
En consecuencia, el libro también menciona la muerte de Seltzer, que está ausente en la adaptación cinematográfica.
Finalmente, Raucher continuó escribiendo de manera prolífica a lo largo de la década de 1970, publicando 6 novelas y escribiendo 6 guiones a lo largo de la década.
Se retiró de manera efectiva en la década de 1980, cuando varios proyectos cinematográficos planificados no se materializaron, en particular una adaptación cinematográfica de su exitosa novela “There Should Have Been Castles”, un filme de época, alrededor de los artistas de la década de 1950, parcialmente inspirados en su carrera inicial, que según los ejecutivos de los estudios “era demasiado indecente para comercializar con éxito”
A pesar de esto, Summer of '42 ha continuado siendo un fenómeno cultural, con un espectáculo de Broadway, basado en la película, que se produjo en 2001.
Así las cosas, ha pasado mucho tiempo desde aquel año 1942…
El verano dorado que Robert Mulligan y su equipo reconstruyeron en 1971 para rastrear el germen de las convulsiones sociales que estallaron en la década anterior; y desde entonces, todos los veranos son tan sólo un remake de aquellos soleados días en 35mm.
Un film para rememorar el sentimiento trágico más amable, dulce e inolvidable de nuestra existencia:
¡El primer gran amor!

“Dear Hermie:
I must go home now.
I'm sure you'll understand.
There's much I have to do.
I won't try and explain what happened last night because I know that, in time, you'll find a proper way in which to remember it.
What I will do is remember you.
And I pray that you be spared all senseless tragedies.
I wish you good things, Hermie.
Only good things.
Always, Dorothy”



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