Салют-7 (Salyut-7)

Terminando de ver “Салют-7 (Salyut-7)” (2017) de Klim Shipenko con Vladimir Vdovichenkov, Pavel Derevyanko, Lyubov Novikova, Ilya Andryukov, Oksana Fandera, Vasiliy Ignatich, Vitali Khayev, Sergey Korenkov, Natalya Kudryashova, Vladimir Matveev, Mariya Mironova, Nikita Panfilov, Leonid Paranin, Stepan Patnikov, Roman Perelygin, Polina Rudenko, Aleksandr Samoylenko, Aleksandra Serebryakova, Oksana Syrtsova, Igor Ugolnikov, entre otros.

Película rusa de suspense y aventura espacial, basada en la misión Soyuz T-13, considerada una de las hazañas más impresionantes de la historia de las reparaciones espaciales, cuando en 1985, como parte del programa soviético Salyut; fue la primera vez en la historia que una estación espacial “muerta” fue acoplada y puesta nuevamente en servicio. 

La idea de la película pertenece al periodista de televisión, Alexei Samoletov, especializado en temas espaciales, por lo que la producción muestra en detalle toda la expedición, simplificada y fortalecida para el entendimiento; obviamente se han cambiado los nombres de los principales protagonistas, y se han agregado momentos y licencias dramáticas.

El filme pertenece a la pareja de actores/astronautas, pues todo lo que acontece en tierra es aburridamente burocrático, por lo que los eventos en el espacio hacen emocionante la producción, al tiempo que el realizador extrae oro puro de los escasos $6 millones de presupuesto para dar forma a una aventura satisfactoria e  inesperada en términos de calidad y factura de producción.

Por ello, el fastidio de los problemas con El Ministerio de Defensa Soviético y el Politburó le cobra factura a una gran hazaña de La Era Espacial durante La Guerra Fría, sin embargo, ese contraste no solo pone sobre la mesa las circunstancias difíciles para reparar una Estación Espacial congelada, sino también le devolvieron la vida y la reputación a la URSS, por lo que el filme también es muy político.

También se observa una línea personal/familiar mal elaborada basada en los estereotipos de la comprensión de una familia buena y correcta; pero todo se eleva por el punto de vista de la imagen artística, un trabajo maravilloso: 

Tomas increíbles, efectos especiales de primera categoría, tanto que incluso la ingravidez se transmite de manera muy realista. 

En cuanto a las inexactitudes, sí las hay, y es obvia la distorsión de los sucesos reales para efectos de taquilla; pero el director centra su mirada en la capacidad de sacrificio y el código moral de 2 hombres antagónicos que están dispuestos a cumplir el cometido que se les ha encomendado hasta sus últimas consecuencias. 

Y deja por fuera el melodrama de los personajes femeninos tanto del entorno profesional como de los cosmonautas: 

Por un lado parece que critica el ninguneo que tenía que enfrentar una mujer en un entorno laboral eminentemente masculino en los años 80s, y por otro parece que todas las decisiones que toma son cuestionables, a pesar de su buena voluntad.

Reitero, una parte central de la trama de la película, es la idea de que La NASA estaba llevando a cabo una misión para recuperar el Salyut 7 discapacitada para robar secretos soviéticos con el transbordador espacial Challenger, devolviendo la estación a La Tierra dentro del compartimento de carga del transbordador. 

Los estadounidenses nunca lanzaron ninguno de sus transbordadores espaciales a Salyut. 

La NASA de hecho planeó enviar el Challenger o el Discovery para tomar fotos de la estación a la deriva, y se consideró la recuperación, pero todos estos planes se abandonaron porque no querían provocar a los soviéticos; sin embargo, el filme ensalza la admiración y la camaradería de los astronautas rusos con sus pares estadounidenses, no así el alto mando político ruso…

Por tanto, es de destacar el filme por los eventos que dramatiza, porque marcó la primera vez que una nave espacial se acopló a una estación espacial “muerta” y la primera vez que dicha estación regresó al estado operativo después de las reparaciones, por ello, la recuperación supuso una de las mayores hazañas de la astronáutica en La Era Soviética y es un hecho poco conocido en occidente, ya que los soviéticos ocultaron algunos eventos durante la realización de esta; y como en muchas películas estadounidenses, los cosmonautas y los científicos son los buenos, mientras los generales quieren salvar su reputación y la reputación del país, es un patrón que hemos visto en muchas películas de Hollywood; pero esta película muestra respeto por todos los héroes espaciales, incluso los astronautas estadounidenses y el programa del transbordador en un momento en particular. 

Eso sí, abraza sin pudor las herramientas tonales y estilísticas hollywoodienses, supone también impregnar el relato de ese patriotismo exacerbado y esos dejes melodramáticos  a los que ya estamos tan acostumbrados; algo que, para algunos, podría resultar particularmente irritante, y un motivo para defenestrar el filme mirándolo por encima del hombro, tachándola como “La Gravity rusa”, aunque esté basada en hechos reales.

“¿Qué vieron al final?”

RECOMENDADA.




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