Die Zärtlichkeit der Wölfe

 Terminando de ver “Die Zärtlichkeit der Wölfe” (1973) de Ulli Lommel con Kurt Raab, Jeff Roden, Margit Carstensen, Ingrid Caven, Wolfgang Schenck, Brigitte Mira, Rainer Hauer, Barbara Bertram, Rainer Werner Fassbinder, Heinrich Giskes, Friedrich Karl Praetorius, Karl von Liebezeit, Walter Kaltheuner, Jürgen Prochnow, entre otros.

Película de suspense alemán, basado en los crímenes del asesino en serie y caníbal alemán, Friedrich “Fritz” Heinrich Karl Haarmann, conocido como “El Carnicero de Hannover”, “El Vampiro de Hannover” y “El Hombre Lobo” debido a que cometió agresión sexual, asesinato, mutilación y desmembramiento de al menos 24 niños y hombres jóvenes entre 1918 y 1924; aunque se le atribuyen más de 100 víctimas; de ahí que Haarmann utilizó su puesto de inspector del gobierno para violar y asesinar a niños en una Alemania devastada por la guerra; y después de matarlos, compartir la carne con su círculo de amigos caníbales o vender sus pertenencias en “el mercado negro”

El cine alemán de principios de los 70 se encuentra entre los más singulares, originales e inquietantes; aquí con una historia perversamente desgarradora donde se alaba el estilo expresionista, la dirección y la actuación del gran Kurt Raab, con una precisión histórica y narrativa poco convencional, bien podría decirse que esta es la mejor película de Ulli Lommel, un actor y director alemán, conocido por sus numerosas colaboraciones con Rainer Werner Fassbinder y su asociación con el movimiento del “Nuevo Cine Alemán”, de hecho, Lommel pasó un tiempo en “The Factory” siendo socio creativo de Andy Warhol con quien realizó varias películas y obras de arte. 

Pero esta es la 2ª película de Lommel como director, siendo producida por Fassbinder y su equipo técnico, e inspirado por el filme de Fritz Lang, “M” (1931) 

Aunque definitivamente no es una película de terror demasiado gráfica o de mal gusto, el tema del canibalismo es repugnante y toda la representación de la pedofilia es más que inquietante.

Traducida como “La Ternura del Lobo”, Lommel la convirtió en una película de vampiros, donde la atmósfera no solo recuerda a las películas de “Drácula” sino que toda la ambientación es realmente aterradora, y es increíble cómo el equipo de filmación creó un ambiente tan deslumbrante con un presupuesto tan bajo, donde la iluminación es simplemente brillante, lo que se suma a la atmósfera inquietante en los escombros escuálidos de la vida de la posguerra alemana. 

Y conste que no vemos muchos de los asesinatos gráficamente, pero cuando ocurren, se filman sin sensacionalismo, lo que se vuelve aún más enfermizo, sobre todo debido a la desnudez masculina frontal de algunos de los actores menores de edad de la película, algo extremadamente raro.

En el fondo, aunque todo resulta teatral por momentos, el estado de ánimo melancólico y casi poético de la película está fuera de lugar, y eso perturba más, dado que el trasfondo social y la percepción psicológica del asesino se han dejado fuera casi por completo, y Haarmann se reduce a una especie de Drácula pequeño burgués con tendencias pederastas disolutas, y queda como un personaje hecho por la hambruna, la guerra y la falta de oportunidades.

Y eso cobra factura, pues solo vemos al Fritz adulto, donde el trasfondo de su vida de niño y adolescente es dejado de lado; de ahí que hace falta una producción más detallada.

Del reparto, el filme es puro Kurt Raab que aquí hace un excelente estudio del personaje, uno de los asesinos en serie más notorios de Alemania, y lo retrata como un alma torturada que nunca puede realmente expresarse o transmitir sus emociones; y por ello asusta que el filme trabaje la historia desde un registro reflexivo, donde se muestra constantemente la homosexualidad como causa, de manera que en el fondo se desdibuja las líneas entre la ficción y el documental, aunque un poco burda, ya que Lommel a menudo entrena su cámara sobre los encuentros sexuales de Haarmann para aprovechar su potencial de explotación. 

Y se nota con eficacia en las secuencias en las que Haarmann tiene intimidad con sus víctimas, son extremadamente incómodas, pero al mismo tiempo hacen que la película sea aún más poderosa e inquietantemente realista.

Parece impensable en esta época moderna, pero era tan fácil para los pervertidos retorcidos recoger a víctimas jóvenes y desprevenidas; especialmente en tiempos de pobreza y desesperación, como el caso de Alemania entre las 2 Guerras Mundiales, por lo que el director crea un gran suspenso cada vez que Haarmann se acerca a un niño, ya se puede asumir que el destino del pobre está sellado…

Recordar que Fritz Haarmann se hizo conocido como “Der Schlächter von Hannover” o “El Carnicero de Hannover” debido a la extensa mutilación y desmembramiento cometidos en los cuerpos de sus víctimas, y por títulos como “Der Vampir von Hannover” o “El Vampiro de Hannover” y “Wolfsmensch” o “El Hombre Lobo” debido a su método de asesinato preferido era morder o atravesar la garganta de sus víctimas. 

Sin intentar explicar sus acciones o incluso ofrecer un trasfondo de cómo Haarmann se metió en el negocio criminal y cómo desarrolló el gusto por la sangre humana, el filme se vuelve más sobre el mundo que habita y los espeluznantes personajes que lo rodean; pues realmente sientes como si estuvieras viendo a una mente atribulada abrirse camino en la confianza de sus víctimas.

“Tuve a los más hermosos”

RECOMENDADA.




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