Gentlemen Prefer Blondes

“Diamonds are a girl's best friend”

Los sistemas de representación tanto musicales como visuales han sido clave tanto en la perpetuación de los roles de sexo/género/deseo como en su ayuda para derribarlos.
En el caso del cine musical, por las dificultades de esta hibridación, a pesar de haber sido un lugar que ha favorecido la experimentación de nuevas estructuras narratológicas y formales, ha incidido en continuar con los estereotipos de deseo, sexo, género, cuerpo y raza que no se corresponden con el de una sociedad heterogénea.
En un caso especifico, se ha especulado el origen del “rubio”, en las antiguas Grecia y Roma, culturas para las cuales los pueblos del norte de Europa, en los que más incidencia tiene el blondismo, eran bárbaros iletrados; muy alejados entonces de la sofisticación mediterránea
Como por ejemplo, en la mitología Nórdica la diosa Sif (esposa de Thor) era descrita como rubia.
En la cultura contemporánea, se estereotipa habitualmente el que los hombres encuentren las mujeres rubias más atractivas que otras con un color de pelo diferente.
En el cine, Alfred Hitchcock prefería en sus castings las mujeres rubias para los papeles principales debido a que él creía que la audiencia no sospecharía de ellas, por ello viene el nombre de "la rubia Hitchcock"
Por otra parte, los chistes de rubias son una clase peyorativa de chistes basados en el estereotipo de la "rubia tonta", describiéndolas como poco inteligentes, sexualmente promiscuas, o ambas.
En otras partes de la cultura moderna, las mujeres rubias son descritas como "promiscuas"
En el cine, Jean Harlow, una rubia-rojiza natural y más adelante rubia teñida, y Marilyn Monroe de cabello rubio-pálido de pequeña volviéndose castaño de mayor, fueron famosos símbolos sexuales del Séptimo Arte del siglo XX, y frecuentemente interpretaban roles de rubias tontas en sus películas.
El término rubia tonta es un estereotipo despectivo para referirse a un arquetipo de mujer de pelo rubio, atractiva, muy preocupada por su aspecto y materialista, pero de poca inteligencia y sentido común.
Ha sido utilizado como recurso cómico tanto en chistes como en la cultura popular.
En la realidad, no existe ninguna relación entre el color del cabello y la inteligencia y diversos estudios han demostrado que el coeficiente intelectual medio de las mujeres rubias no es inferior a la media del total.
El estereotipo en el cine y en la realidad, podría haber nacido a raíz del éxito de la novela de 1925 “Gentlemen Prefer Blondes: The Illuminating Diary Of A Professional Lady” de la escritora alemana Anita Loos.
“Don't you know that a man being rich is like a girl being pretty?
You wouldn't marry a girl just because she's pretty, but my goodness, doesn't it help?”
Gentlemen Prefer Blondes es una película musical estadounidense de 1953 dirigida por Howard Hawks, basada en la novela “Gentlemen Prefer Blondes: The Illuminating Diary Of A Professional Lady” de Anita Loos, y en el musical de Broadway “Gentlemen Prefer Blondes” de Joseph Fields y Anita Loos.
El film de 1953 está protagonizado por Marilyn Monroe, Jane Russell, Charles Coburn, Tommy Noonan, Elliott Reid, George Winslow, entre otros.
Es destacable la fotografía de Harry J. Wild en color (technicolor) porque presenta fuertes y sólidos contrastes de luz y color, que sostienen composiciones imaginativas, muy dinámicas y de extraordinaria visualidad.
La cámara acaricia con fascinación el rostro y la figura de las dos protagonistas.
Gentlemen Prefer Blondes está formada por chistes y números musicales.
Es famosa por la interpretación auto-irónica de Marilyn Monroe en el papel de la rubia superficial Lorelei Lee, así como por su número musical cantando "Diamonds Are a Girl's Best Friend"
Muy en la línea de su director, Gentlemen Prefer Blondes cuenta con todos los elementos esenciales para que un film resulte atractivo en general:
Caras bonitas, lujo, glamur, números musicales impresionantemente coreografiados y situaciones cómicas absurdas, pero francamente divertidas.
Otros elementos que no podemos dejar a un lado son las canciones, todas ellas muy buenas y excelentemente encuadradas, sin que por ello lleguen a enturbiar el ritmo; los números musicales como "Two Little Girls From Little Rock" con la que se abre el film, la maravillosa "Bye, Bye, Baby" o la mítica "Diamonds Are A Girls Best Friend" con la malograda rubia platino seduciendo con ese vestido rosa conocido por todos sus admiradores, son piezas que al final dejan al espectador con un buen sabor de boca.
La búsqueda del dinero y de una efímera felicidad son las bases en las que se sustenta este simpático musical.
Gentlemen Prefer Blondes no tiene ni pretende tener relación alguna con la realidad y la verosimilitud.
Se ajusta a las ideas de Hawks, que siempre consideró que las comedias han de ser esencialmente irreales.
La irrealidad del argumento, de los personajes y de las situaciones, crea el marco en el que Hawks desarrolla con comodidad su agudo, sutil y en ocasiones desbordante sentido del humor.
La acción dramática tiene lugar a lo largo de unas pocas semanas en New York City, a bordo de un trasatlántico que hace la travesía de New York a Cherburgo (Francia) y en París.
Lorelei Lee (Marilyn Monroe) y Dorothy Shaw (Jane Russell) son dos cantantes procedentes de una población rural, que actúan en el salón de un transatlántico con el que pretenden llegar a París.
A las dos les gusta verse acompañadas de todos los hombres que conocen durante el viaje.
De las dos, Lorelei aparenta ser la más superficial, siendo el sueño de su vida casarse con un hombre rico.
Gracias a sus persuasivas cualidades consigue enamorar a Gus Esmond (Tommy Noonan), quien es capaz de hacer cualquier cosa por ella, lo cual se traduce en estar constantemente regalándole ropas y joyas, para horror del padre, Mr. Esmond Sr. (Taylor Holmes), quien sólo ve en Lorelei a una cazafortunas sin cerebro.
Durante el viaje en trasatlántico a París, Mr. Esmond envía a un detective privado, Ernie Malone (Elliott Reid), para que vigile a Lorelei y consiga pruebas que convenzan a su hijo de que sólo lo quiere por su dinero.
Malone coquetea con Dorothy con el fin de poder espiar a su amiga, aunque acaba enamorándose realmente de ella.
Mientras tanto Lorelei coquetea con el anciano multimillonario Sir Francis "Piggy" Beekman (Charles Coburn)
El detective Malone toma unas fotografías de Lorelei abrazando a "Piggy", aunque las chicas logran recuperarlas tras una serie de situaciones cómicas.
De todas formas Lorelei consigue convencer al millonario de que le regale una diadema de diamantes.
El detective Malone graba la conversación gracias a un micrófono oculto y envía el informe a Esmond, el cual cancela la boda y corta su ayuda financiera a Lorelei.
Ya en París sin dinero ni lugar a donde ir, las chicas consiguen trabajo como bailarinas en una sala de fiestas con gran éxito.
La policía se presenta en la sala donde están actuando las chicas para recuperar la diadema.
Para evitar más complicaciones deciden devolverla, pero entonces descubren que ya no está allí.
Para ganar tiempo, Dorothy se presenta ante la policía con una peluca rubia, haciéndose pasar por Lorelei.
Durante el juicio la falsa Lorelei dice, dirigiéndose al detective Malone, presente en el juicio, que "su amiga Dorothy" está enamorada de él.
Al oír esto el detective retira los cargos y descubre al verdadero ladrón de la joya que es en realidad el propio “Piggy”, que la robó para evitar complicaciones con su mujer.
Finalmente Lorelei logra convencer al padre de Esmond de que es comprensible que se haya fijado en su hijo por el dinero, diciendo:
"Si tuviera usted una hija:
¿Desearía que se casara con un hombre pobre?
Al contrario, desearía que para ella lo mejor del mundo y que fuera muy feliz.
¿Qué hay de malo en que yo quiera también todo eso?"
Mr. Esmond Sr., pasmado ante la brillantez de quien creía una descerebrada da su consentimiento para la boda.
Gentlemen Prefer Blondes acaba con la doble boda de Lorelei y su novio millonario, y Dorothy con el detective.
“The first reason is I'm too young to be sent to jail.
The second reason is you got a lot of animal magnetism”
Howard Hawks hace uso de muchos y muy variados recursos, con los que consigue levantar una obra refrescante, entretenida, sumamente divertida y poderosamente hilarante.
Se sirve de la ironía, el ridículo, (atletas olímpicos vanidosos), la farsa (marido que huye de la esposa en barco), enredos (amantes que son espías), sueños imposibles que se hacen realidad, equívocos múltiples, ocurrencias chocantes, buenos “gags”, etc.
Se sirve, además, de suplantaciones de personalidad, inversión de roles, exageraciones picantes, confusiones que dan lugar a falsos culpables, ladrones atrapados con el botín en la maleta, parodias y parodias de parodias.
El papel de Lorelei contiene una buena dosis de parodia de la propia Marilyn.
Tanto Marilyn Monroe, por el lado rubio, como Jane Russell, por el moreno, eran las dos mujeres más deseadas del momento.
Además, los frecuentes números musicales permitieron a Marilyn lucir sus facultades de cantante y bailarina, hasta el punto que el desconfiado productor de la FOX (Zanuck) creyó que habían doblado su voz.
En adelante, el magnate tendría que reconocer que Marilyn era la más firme promesa del estudio y no tardaría en comprobar que iba a convertirse en la estrella principal de su nómina.
A finales de ese 1953, la Monroe apareció en la portada del número inaugural de Playboy, siendo por lo tanto la primera chica del mes de la revista, con la famosa fotografía “Sueños Dorados”, donde mostró sus medidas de 94-58-92.
Es asombrosa la capacidad de la Monroe para auto parodiarse, haciendo el papel de rubia tontorrona que muchos le atribuían en la vida real.
La actuación de Monroe recibió buenas críticas y su interpretación del número musical "Diamonds Are a Girl's Best Friend" se convirtió en un clásico de los musicales, imitado por Madonna en su tema clásico “Material Girl”
Sin embargo a mí me parece que dentro de la historia la que es rematadamente simple es Dorothy/Russell.
Mientras que Lorelei tiene claro que su manera de triunfar en la vida es buscarse un millonario sea viejo, tonto, feo o estúpido, la señorita Shaw se enamora del primer tipo que le dice hola.
Hay quien verá en el dúo de protagonistas dos maneras diferentes de entender el amor:
Una como interés y la otra como sentimiento.
El interés de Lorelei por vivir del cuento gracias a su físico es evidente pero los sentimientos de Dorothy son bastante absurdos dado que se inflaman al primer beso del primer hombre.
Y la única razón de Malone para intentarlo con ella y no con su amiga no es un conflicto laboral, está espiando a la rubia como detective contratado por el padre de Gus, sino la cruda aceptación de que un cutre como él no tiene nada que hacer con una hembra como Lorelei, y no sólo por no ser millonario, y por eso debe intentarlo con "la amiga fea"
Lo entrecomillo por la evidente razón de que Jane Russell sólo puede considerarse fea al lado de Marilyn Monroe.
Con todo, lo mejor de Gentlemen Prefer Blondes, en mi opinión, es que demuestra cómo hay seres que traspasan la pantalla y golpean el corazón, dejando profundo recuerdo.
Como curiosidad, en el número musical con la Jane Russell y el equipo de natación es preocupante dado el diminuto tamaño de los bañadores, ya que en más de una ocasión se vieron las joyas de los atletas…
Por otro lado, considero impagable la escena de Marilyn con el niño y la parodia de la Russell haciendo de la Monroe.
Como otro dato muy curioso, se creía que Liz Taylor y Marilyn Monroe eran enemigas a muerte.
De hecho algo de ello sale en Gentlemen Prefer Blondes al nombrar a Dorothy Shaw “DS” con las iniciales siguientes a las de Elizabeth Taylor “ET” y Lorelei Lee “LL” con las siguientes de Marilyn Monroe “MM”, raro cierto?
Una era todo ojos (ET) y la otra, todo piel (MM)
Una era el prototipo de mujer intensa, y la otra, el símbolo de la boba irresistible ¿o sólo se lo hacía?
Una era morena y la otra, rubia.
Pero las dos parecían programadas para la infelicidad.
Durante años, compitieron, se esquivaron, apenas coincidieron a pesar de trabajar para los mismos estudios y sólo se conoce una fotografía en la que aparezcan juntas, y ambas representaron los dos grandes símbolos complementarios y antagónicos del Hollywood Clásico.
La música de Gentlemen Prefer Blondes es de Leo Rubin, Jule Styne, Harold Adamson y Hagy Carmichel, aportando una partitura festiva, en la que se intercalan las canciones y los números musicales.
“You know I think you're the only girl in the world who can stand on a stage with a spotlight in her eye and still see a diamond inside a man's pocket”
Gentlemen Prefer Blondes es una de las pocas películas de Hawks protagonizada por mujeres, en este caso por dos mujeres.
Ambas son independientes, decididas, liberadas, toman sus propias decisiones, se defienden solas y manejan sus propias vidas.
Se muestran superiores a los hombres, a los que saben manipular, controlar, convencer, dominar y seducir a su conveniencia.
Al servicio del humor, Gentlemen Prefer Blondes adopta una posición ambigua de exaltación de la figura de la nueva mujer de la posguerra y de denuncia del matriarcado predominante en la sociedad americana.
El tema central de Gentlemen Prefer Blondes viene dado por un factor de comicidad, la gozosa sátira sobre la relación de sexo y dinero.
Casarse por dinero y casase por amor son dos objetivos similares, equivalentes e intercambiables.
Casarse por amor no es más digno que casarse por dinero.
Casarse por dinero es tan respetable como casarse por amor.
Gentlemen Prefer Blondes lo explica con contundencia, irónica franqueza y sarcástico cinismo:
“¿Querría Ud. que su hija se casara con un chico pobre?”
Lo confirma con imágenes construidas con brío, intención y evidente buen humor.
El segundo tema principal es el de la avidez sexual y material de las dos protagonistas, que queda explicada con claridad y rotundidad, sin que se roce nunca la grosería o el mal gusto.
En este punto, la elegancia y sutileza de Hawks alcanza niveles magistrales.
Otro tema es la confrontación de los deseos de una de casarse por dinero y los de la otra de casarse por amor.
Lo cierto es que ambas quieren por igual practicar sexo.
Una lo hace de modo abierto y descarado.
Tras preguntar cantando a los atletas olímpicos su disposición para el amor:
“Anyone Here for Love?” no les vuelve a prestar ninguna atención.
Aquí la del cerebro es tonta y rápida en el amor.
La otra lo hace de modo más disimulado:
Al novio disgustado le da la razón, le hace entrar en la habitación y cierra la puerta.
Aquí la tonta es austera y actúa con mesura.
Sin embargo, la interpretación de las protagonistas es deslumbrante y electrizante.
Y una vez más resalto los números musicales que representan una vibrante coreografía a cargo de Jack Cole.
Gentlemen Prefer Blondes fue una de las instancias que definieron y fijaron la imagen de Marilyn Monroe como diosa del erotismo y del sexo, de la que ella quiso, pero no pudo desprenderse y constituyó uno de sus más grandes éxitos.
Gentlemen Prefer Blondes hace que me reafirme en varias teorías:
La forma de cortejar a las mujeres de antaño, los guiones antiguos son mucho más brillantes que los actuales, y las actuaciones de los actores sencillamente superiores.
Y por último, el cine clásico es muchísimo mejor, y raramente lo podemos saborear.
A manera de conclusión, existen dos formas de amar:
Con el corazón o con la cartera.
Las chicas buenas aman con el corazón a los tipos sin cartera porque los tipos con cartera lo que quieren es una puta.

“Honey, did it ever occur to you that some people just don't care about money?”


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