The Favourite

“How Dare You!”

El “valido”, “favorito”  o “privado”; o bien “privanza” como sinónimo de “valimiento”, fue una figura política propia del Antiguo Régimen en La Monarquía Hispánica, que alcanzó su plenitud bajo los llamados “Austrias menores” en el siglo XVII; sin embargo, ninguno de ellos deben confundirse con el cargo de Primer Ministro, que dirige el gobierno, pero cuya posición no depende de la confianza del Rey.
El favorito fue especialmente un fenómeno de los siglos XVI y XVII, cuando el gobierno se había vuelto demasiado complejo para muchos gobernantes hereditarios sin gran interés o talento para ello, y las instituciones políticas seguían evolucionando.
Desde 1600 hasta 1660, hubo sucesiones particulares de todos los poderosos Ministros favoritos en gran parte de Europa, especialmente en España, Inglaterra, Francia y Suecia.
Por tanto, no puede considerarse como una institución, ya que en ningún momento se trató de un cargo oficial, puesto que únicamente servía al Rey, mientras éste tenía confianza en la persona escogida en cuestiones temporales.
Es importante el matiz, porque las cuestiones espirituales eran competencia del Confesor Real, figura de importancia política nada desdeñable; y las funciones que ejercía un favorito, eran las de máximo nivel en la toma de decisiones políticas, no limitadas a las de consejero, sino al control y coordinación de La Administración, con lo que en la práctica, gobernaba en nombre del Rey, en un momento en el que las monarquías autoritarias habían concentrado un enorme poder en su figura; así, si El Rey no puede o no quiere gobernar por sí mismo, es imprescindible el favorito.
Tampoco hay que confundirlo con otras instituciones como El Regente, que es un cargo formal, que gobierna sólo porque El Rey es menor de edad.
Ni del Virrey, que sustituye al Rey en ausencia de éste en el gobierno de un territorio alejado.
Tampoco es un Confesor Real, que tiene una enorme influencia por su cercanía a la persona del Rey; ni es un Secretario, que sólo se encarga de una parte concreta de La Administración,  ni eran consejeros de cada uno de los consejos del sistema polisinodial:
Clérigos, nobles, juristas…
El término también es empleado a veces por escritores que quieren evitar términos como “amante real”, “amigo” o “compañero” de ambos sexos.
Varios favoritos, tenían relaciones sexuales con El Monarca o el cónyuge del Monarca, pero los sentimientos del Monarca por “el favorito” cubrían toda la gama, desde una simple fe en las habilidades del favorecido, hasta diversos grados de afecto emocional y dependencia, a veces incluso de enamoramiento sexual.
Además, el término tiene un elemento incorporado de desaprobación, y está definido por el Diccionario de Inglés de Oxford como:
“El que se destaca por ser demasiado alto en favor de un Príncipe”, citando a William Shakespeare:
“Como favoritos / Hecho orgulloso por Los Príncipes”
Los favoritos, inevitablemente tendían a incurrir en la envidia y el odio del resto de La Nobleza , y Los Monarcas a veces se veían obligados por la presión política a despedirlos o ejecutarlos.
En La Edad Media, los nobles a menudo se rebelaban para apoderarse y matar a un favorito… y una relación demasiado estrecha entre El Monarca y el favorito, se veía como una violación del orden natural y la jerarquía de la sociedad.
Dado que muchos de los favoritos tenían extravagantes personalidades “de gran alcance”, a menudo abrieron el camino a su propia caída, con su comportamiento imprudente.
Como las opiniones de la alta burguesía y la burguesía crecieron en importancia, a menudo no les gustaban los favoritos.
La aversión a todas las clases podría ser especialmente intensa en el caso de los favoritos, que fueron elevados de orígenes humildes, o al menos menores, por favor Real; y sus títulos y propiedades, generalmente se daban abundantemente a los favoritos, que se comparaban con “los hongos” porque brotaban repentinamente de la noche a la mañana, desde un lecho de excremento.
Sus caídas podrían ser aún más repentinas, pero después de aproximadamente 1650, las ejecuciones tendieron a dar paso a una jubilación tranquila.
Una favorita famosa fue Sarah Churchill, Duquesa de Marlborough , amiga dominante de Anne, Reina de Gran Bretaña, eventualmente suplantada por su prima, Abigail Masham, Baronesa Masham.
Tanto Sarah como Abigail, fueron “la mujer de la alcoba” de La Reina Anne; pero la influencia de Abigail creció a medida que la relación de Anne con Sarah se deterioró.
Anne fue Reina de Inglaterra, Escocia e Irlanda, entre el 8 de marzo de 1702 y el 1 de mayo de 1707; cabe destacar que con ella, los reinos de Inglaterra y Escocia se unieron como un solo estado soberano conocido como Gran Bretaña.
Anne continuó reinando como Reina de Gran Bretaña e Irlanda, hasta su muerte en 1714, siendo la última soberana de La Casa de Stuart, originalmente “Stewart”, que fue la dinastía reinante en Escocia, desde 1371 hasta 1603; y desde entonces, en el conjunto formado por esta, con Inglaterra e Irlanda hasta 1714, exceptuando el periodo de La República, de 1649 a 1660.
En 1689, James II fue depuesto y reemplazado revolucionariamente por su hija Mary II, y el esposo de esta, William III de Orange.
A la muerte de ella, en 1694, William III continuó gobernando en solitario; y tras su muerte en 1702, subió al trono la última Stuart, Anne I, que se convirtió en la primera Reina de Gran Bretaña e Irlanda, hasta 1714.
Durante El Reinado de Los Stuart, Escocia se convirtió de un país relativamente pobre y feudal; a un estado próspero, moderno y centralizado; y Anne se convirtió en Reina, el 8 de marzo de 1702, e inmediatamente fue popular.
Durante su reinado, Anne favoreció a los políticos conservadores moderados, quienes tenían más probabilidades de compartir sus puntos de vista religiosos anglicanos que sus oponentes, Los Whigs; que se hicieron más poderosos durante el curso de La Guerra de Sucesión Española, hasta 1710, cuando Anne despidió a muchos de ellos de su cargo.
Su estrecha amistad con Sarah Churchill, Duquesa de Marlborough, se volvió amarga como resultado de esas diferencias políticas.
Y es que Anne estuvo plagada de problemas de salud a lo largo de su vida y, a partir de los 30 años, creció cada vez más enferma y obesa.
A pesar de los 17 embarazos de su esposo, El Príncipe Jørgen de Dinamarca, ella murió sin descendencia, siendo la última Monarca de La Casa de Stuart.
Anne sufrió ataques de gota, que eran dolores en las extremidades y, finalmente, en el estómago y la cabeza, por lo menos desde 1698.
Según sus pérdidas fetales y sus síntomas físicos, puede haber tenido lupus eritematoso diseminado, o El Síndrome de Hughes.
Alternativamente, la enfermedad inflamatoria pélvica, podría explicar por qué la aparición de sus síntomas, coincidió aproximadamente con su penúltimo embarazo.
Otras causas sugeridas de sus embarazos fallidos son:
La listeriosis, diabetes, retraso del crecimiento intrauterino e Incompatibilidad De Rhesus.
Como consecuencias, la gota de Anne la dejó coja durante gran parte de su vida posterior; y ganó peso como resultado de su estilo de vida sedentario.
En las palabras de Sarah, “ella creció extremadamente grave y corpulenta.
Había algo de Majestad en su mirada, pero mezclada con una tristeza del alma”
Fue en torno a 1673, que Anne conoció a Sarah Jennings, que se convirtió en su amiga más cercana, y en una de las consejeras más influyentes en la historia británica.
Sarah era una Whig, una facción política, y luego un partido político en los parlamentos de Inglaterra, Escocia, Gran Bretaña, Irlanda y El Reino Unido.
Y es que Anne era una Tory, una persona que posee una filosofía política, conocida como “toryismo”, basada en una versión británica del tradicionalismo y el conservadurismo, que defiende la supremacía del orden social, tal como ha evolucionado a lo largo de la historia, cuyo espíritu se ha resumido con la frase:
“Dios, Rey y País”
Sarah Jennings se casó más adelante con John Churchill, futuro Duque de Marlborough; que se convertiría en el futuro, en uno de Los Generales más destacados de Anne.
Su amistad e influencia con La Princesa Anne, era ampliamente conocida, y las principales figuras públicas, a menudo le prestaban atención con la esperanza de que ella influyera en Anne, para cumplir con las solicitudes.
Como resultado, cuando Anne se convirtió en Reina, el conocimiento de Sarah sobre el gobierno y la intimidad con La Reina, la habían convertido en una poderosa amiga, y en un peligroso enemigo.
Pero también Sarah disfrutó de una relación larga y devota con su esposo, por más de 40 años, pero actuó como “agente” de Anne, después de que el padre de Anne, James II, fuera depuesto durante La Revolución Gloriosa; y ella promovió sus intereses durante El Reinado de los sucesores de James, William III y Mary II.
Cuando Anne llegó al trono después de la muerte de William en 1702, El Duque de Marlborough, junto con Sidney Godolphin, El Primer Conde de Godolphin, se alzó para encabezar el gobierno, en parte debido a la amistad de su esposa con La Reina.
Mientras El Duque estaba fuera del país, al mando de las tropas en La Guerra de La Sucesión Española, Sarah lo mantuvo informado de las intrigas de La Corte, mientras él le enviaba sus peticiones y consejos políticos, que luego transmitiría a La Reina.
Como era de esperar, Sarah hizo una campaña incansable en nombre de los Whigs, y también dedicó gran parte de su tiempo a proyectos de construcción, como El Palacio de Blenheim.
Y en lo personal, Sarah era una mujer de voluntad fuerte, que forzó su relación con La Reina, cada vez que no estaba de acuerdo con ella en las citas políticas, judiciales o de La Iglesia.
Por ejemplo, Sarah era famosa por decirle a La Reina, exactamente lo que pensaba, y no le ofreció sus halagos.
No obstante, ambas se inventaron mascotas para sí mismas durante su juventud, que siguieron usando después de que Anne se convirtiera en Reina:
Miss Freeman era Sarah; y Miss Morley era Anne.
Efectivamente como gerente de negocios, Sarah tenía el control sobre la posición de La Reina, desde sus finanzas hasta las personas admitidas en la presencia Real; sin embargo, Anne esperaba bondad y compasión de su mejor amiga...
Sarah no se presentó a este respecto, y con frecuencia dominó a Anne.
Uno de los principales desacuerdos políticos, se produjo cuando Sarah insistió en que su yerno, Charles Spencer, 3° Conde de Sunderland, fuera admitido en El Consejo Privado; y Sarah se alió con más fuerza con los Whigs, que apoyaron al Duque de Marlborough en la guerra; y los Whigs esperaban utilizar la posición de Sarah como favorita Real.
Por su parte, Anne se negó a nombrar a Sunderland; pues no le gustaba lo radical de los Whigs, a quien consideraba una amenaza para su prerrogativa real.
No obstante, Sarah usó su amistad cercana con El Conde de Godolphin, en quien Anne confiaba, para finalmente asegurar tales citas, pero continuó presionando a Anne por su cuenta.
Por ejemplo, envió los materiales de lectura Whig a Anne, en un intento de convencerla de que fuera su partido político preferido.
Y en 1704, Anne le confió a Lord Godolphin, que ella pensaba que ella y Sarah nunca podrían volver a ser verdaderas amigas.
Después de la muerte del esposo de Anne en 1708, Sarah llegó, sin ser invitada, al Palacio de Kensington; para encontrar a Anne con el cuerpo del Príncipe; y la presionó para que se mudara de Kensington al Palacio de St. James, en Londres; que Anne rechazó sin rodeos.
En cambio, le ordenó a Sarah que llamara a Abigail Masham para que la atendiera…
Abigail era la hija mayor de la tía de Sarah, Elizabeth Hill/Jennings, que trabajaba como sirvienta de Sir John Rivers de Kent, cuando Sarah se enteró de su existencia.
Como el abuelo de Sarah, Sir John Jennings, había sido padre de 22 hijos, ella tenía una multitud de primos, y no podía conocerlos a todos.
Por bondad y un sentido de solidaridad familiar, ella le dio empleo a Abigail dentro de su propia casa en St. Albans, y después de un período de servicio satisfactorio, Abigail se convirtió en “Dama de La Cámara” de La Reina Anne en 1704.
Sarah más tarde afirmó en sus memorias, que había criado a Abigail “en todos los aspectos como una hermana”, aunque había implicaciones de que ella solo ayudaba a su prima, debido a su vergüenza de su difícil circunstancia.
La aduladora, sutil y retirada Abigail, era todo lo contrario de Sarah, que dominaba, era contundente y mordaz.
Durante las frecuentes ausencias de Sarah de La Corte, Abigail y Anne se acercaron…
Abigail, no solo estaba feliz de darle a La Reina la amabilidad y compasión que Anne había deseado de Sarah, sino que nunca la presionó sobre la política; y Anne respondió con patetismo a su adulación y encanto.
De hecho, Anne estuvo presente en la boda secreta de Abigail con Samuel Masham, “el novio de la alcoba” del Príncipe Jørgen, en 1707, sin el conocimiento de Sarah; que estaba completamente ajena a cualquier amistad entre Anne y Abigail; y por tanto, se sorprendió cuando descubrió que Abigail frecuentemente veía a La Reina en privado.
No pasó mucho tiempo antes de que Abigail Hill comenzara a suplantar a su poderosa e imperiosa parienta, a favor de La Reina; y si Abigail fue culpable de la ingratitud deliberada que Sarah, Duquesa de Marlborough; el acusó de ella, es incierto; y es probable que la influencia de Abigail sobre La Reina no se debiera tanto a los sutiles esquemas de su parte, como al contraste entre su carácter amable y genial, y el temperamento más fuerte de La Duquesa.
La influencia de Sarah, después de muchos años de dominio indiscutible, tal vez finalmente se volvió intolerable para La Reina; y Sarah luego descubrió que Abigail había disfrutado durante bastante tiempo de una intimidad considerable con “su amante real”, ninguna pista de la cual había llegado previamente a La Duquesa.
Y es que Abigail también estaba del lado de su padre, un primo de Robert Harley, Conde de Oxford; su madre, Abigail Stephens, era sobrina de su abuela, también llamada Abigail Stephens; y después del despido de Harley de su cargo, en febrero de 1708, ella lo ayudó a mantener relaciones confidenciales con La Reina.
Así, La Duquesa de Marlborough se enojó cuando Abigail se mudó a las habitaciones del Palacio de Kensington, que Sarah consideraba suya, aunque rara vez las usaba; y por ello, siempre había estado celosa del afecto de Anne por Abigail Masham, después de que se enteró de ello.
Junto con El Duque de Marlborough, y la mayor parte de los Whig, ella había tratado de obligar a Anne, a despedir a Abigail.
Todos estos intentos fracasaron, incluso cuando Anne fue amenazada con una demanda parlamentaria oficial de los Whigs, que sospechaban de la influencia “tory” de Abigail con Anne, por el despido de Abigail.
La pasión que mostró por Abigail y la obstinada negativa a despedirla, enojaron a Sarah hasta el punto de que ella daba a entender, que entre las 2 mujeres estaba teniendo lugar una relación lésbica…
En julio de 1708, llegó a La Corte con un poema obsceno, escrito por un propagandista Whig, probablemente Arthur Maynwaring, que implicaba una relación lésbica entre Anne y Abigail.
La Duquesa le escribió a Anne, diciéndole que había dañado su reputación al concebir “una gran pasión por una mujer... extraña e irresponsable”; y Sarah pensó que Abigail se había elevado por encima de su puesto, escribiendo:
“Nunca pensé que su educación fuera tan buena como para hacer de ella una buena Reina.
A muchas personas les ha gustado el humor de sus camareras, y han sido muy amables con ellas, pero es muy poco común mantener una correspondencia privada con ellos, y ponerlos al pie de un amigo”
Si bien, algunos comentaristas modernos han llegado a la conclusión de que Anne era lesbiana, la mayoría rechazó este análisis.
En opinión de los biógrafos de Anne, ella consideraba a Abigail nada más que una sirvienta de confianza, y era una mujer de fuertes creencias tradicionales, que estaba dedicada a su esposo.
Sarah continuó reprendiendo a Anne por su amistad con Abigail, y en octubre de 1709, Anne le escribió al Duque de Marlborough, pidiéndole a su esposa que “dejara de bromear, atormentar y comportarse con la decencia que debía tanto a su amiga como a La Reina”
El Jueves Santo, 6 de abril de 1710, Anne y Sarah se vieron por última vez… y según Sarah, La Reina era taciturna y formal, repitiendo las mismas frases:
“Todo lo que tengas que decir, puedes poner por escrito” y “Dijiste que no querías respuesta, y no te daré ninguna, una y otra vez”
La integridad de la ascendencia de Abigail, se vio en 1710, cuando La Reina obligó a Marlborough, muy en contra de su voluntad, a dar un importante mando al Coronel John Hill, hermano de Abigail.
Sunderland, Godolphin y los otros Ministros Whig, fueron despedidos pronto de su cargo, en gran parte debido a la influencia de Abigail, para dar paso a Harley y Bolingbroke.
En el año siguiente, aunque era Duquesa de Marlborough, Sarah fue destituida de La Corte; Abigail, ahora conocida como Lady Masham, tomó su lugar como “Guardiana del Monedero Privado”
Después de su última ruptura con Anne en 1711, Sarah y su esposo fueron despedidos de La Corte, pero ella tuvo su venganza bajo los Hannoverianos, después de la muerte de Anne.
“Some wounds do not close; I have many such”
The Favourite es un drama del año 2018, dirigido por Yorgos Lanthimos.
Protagonizado por Olivia Colman, Emma Stone, Rachel Weisz, Nicholas Hoult, Joe Alwyn, James Smith, Mark Gatiss, Jenny Rainsford, Tim Ingall, Basil Eidenbenz, Timothy Innes, Jack Veal, James Melville, Hannah Morley, John Locke, entre otros.
El guión es de Deborah Davis y Tony McNamara; basado libremente en eventos reales, como un relato de “un lobo con piel de cordero”, una grama costumbrista con instintos políticos afinados, y un sentido agresivo de lo absurdo; donde Yorgos Lanthimos quiere que examinemos las diferentes razones por las que tratamos de aferrarnos al poder:
La avaricia, la auto-preservación, incluso el miedo; y pretende que entendamos sus corrosivos efectos; por lo que no escatima con un vestuario y un diseño de producción impresionantes, donde adopta una temática de clase y género, a la vez que habla sobre políticos guerrilleros, en este cuento de mujeres comportándose mal, y hombres siendo imbéciles.
Pero también es una comedia elegante, frecuentemente oscura, y genuinamente ingeniosa; siendo esta es la primera vez que Yorgos Lanthimos dirige una película en la que él no es el guionista, ni su compañero habitual, Efthimis Filippou; al tiempo que es la 3ª película en inglés, después de “The Lobster” (2015) y “The Killing of a Sacred Deer” (2017)
Como dato, estas fueron algunas de las películas que inspiraron a Yorgos Lanthimos, para esta producción:
“Possession” (1981), “Cremator” (1969), “Cries & Whispers” (1972), “Amadeus” (1984) y “The Draughtsman's Contract” (1982)
Y es que el realizador griego es especialista en contar historias mordaces, en situaciones muy específicas, sobre personajes en relaciones disfuncionales, agresivas, y con extrañas dinámicas de poder.
En este caso, La Casa Real Británica es el escenario perfecto para el afilado ingenio de Lanthimos, ya que se trata de un lugar con una estructura patriarcal, incluso cuando una mujer es la cabeza del Estado.
Por lo que no es curioso que encuentre en su primer proyecto no escrito por él, su proyecto formal más personal; y en The Favourite, toma como referencia la figura histórica de La Reina Anne Stuart, un personaje que consigue oscilar entre la ternura, el asco y la putrefacción más absoluta.
Un personaje sobre el que pivota un séquito de mujeres, que entre sexo, mentiras y engaños, primarán su propio bien e interés personal por encima de todo.
Algo curioso, pues la historia cuenta con una ambigua modalidad, y tanto puede ser interpretado desde el feminismo, como una historia de, cómo las mujeres reinan, dominan y se superponen a los hombres; como una especie de catálogo misógino, en el que la mujer antepone sus intereses, el poder y el estatus por encima de la moral.
Esa ambigüedad, que por otro lado, siempre ha acompañado a su filmografía, dota a la cinta de una riqueza tridimensional, que encuentra en la comedia y la sátira, el refugio perfecto para mostrarnos las miserias humanas en su máximo esplendor.
Por tanto, este es un drama de época sobre las maquinaciones políticas durante el reinado de Anne de Gran Bretaña, la última soberana de La Casa Stuart.
El título del filme, viene por la ambición de ser “La Favorita” en La Corte de La Reina, y en este caso, la trama tendrá enredos políticos, arribismo, venganza y seducción; al tiempo que involucra un tema lésbico muy poco explorado en la historia de los monarcas británicos.
Por ello, la película fue elogiada por su guión, dirección, cinematografía, música, diseño de vestuario, valores de producción y las actuaciones de las 3 protagonistas.
El rodaje tuvo lugar en 2017, en Hatfield House, una finca jacobea en Hertfordshire; y en Hampton Court Palace, Richmond upon Thames.
El Hatfield House, fue construido en 1611 por Robert Cecil, Primer Conde de Salisbury, y Ministro del Rey James I; ha sido el hogar de la familia Cecil desde entonces; y actualmente es la residencia de Robert Gascoyne-Cecil, 7º Marqués de Salisbury.
La casa está abierta al público; y en su biblioteca se muestra un pergamino en el que aparece la genealogía de La Reina Elizabeth con sus antepasados hasta Adán y Eva; al tiempo que El Salón de Mármol muestra “El Retrato Ermine” de Elizabeth, realizado por Nicholas Hilliard; mientras que Las Salas de Estado muestran importantes cuadros, muebles, tapices y armaduras; La Gran Escalera de madera ricamente tallada, y las raras vidrieras de La Capilla privada, se encuentran entre las características jacobinas más originales.
Finalmente, sus jardines, que cubren unos 170.000m2, datan de principios del siglo XVII, y fueron diseñados por John Tradescant, “El Anciano”
Por su parte, el director Yorgos Lanthimos declaró que una de las principales razones para filmar en ese lugar, fue porque “desde el principio, tuve esta imagen de estos personajes solitarios en grandes espacios”
Así estamos a principios del siglo XVIII, cuando Inglaterra está en guerra con los franceses.
Una reina debilitada, Anne (Olivia Colman), ocupa el trono, mientras que su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna el país en su lugar, debido al precario estado de salud, y a su carácter inestable.
Cuando una nueva sirvienta aparece, Abigail (Emma Stone), su encanto seduce a Sarah… y esta le ayuda, por lo que Abigail ve una oportunidad para regresar a sus raíces aristocráticas.
Como la política ocupa gran parte del tiempo de Sarah, Abigail empieza a acompañar con más frecuencia a La Reina, por lo que desarrollarán una amistad que Abigail aprovechará para saciar sus ambiciones.
El ambiente de La Corte, le permite a Lanthimos hacer todas esas pesquisas crueles de las que él está convencido que es capaz el humano, precisamente porque en La Corte se vive bajo esas reglas:
Todo por el beneplácito de La Reina.
Y como era de esperarse, esta Reina no “reina” nada.
Así, la historia inicia aprovechando el imaginario de esos monarcas que, rodeados de gente inoportuna y con sus propias agendas, se vuelven gobernantes solo de título.
Después, la situación da la vuelta para que el espectador asista a la resurrección de “una nueva reina”, al tiempo que la llegada de Abigail hace temblar los planes de esa favorita de siempre, Sarah.
Por tanto, esta producción es un film de actrices; Lanthimos, sin embargo, no renuncia a aquello que cree que lo identifica como autor:
La ruptura del espacio; y de tanto en tanto usa unos lentes que parecen doblar la imagen, acercar el rectángulo de la pantalla a la forma del círculo, transformando el espacio en otra cosa, no sé precisamente en qué… tal vez eso mismo, distorsionando la realidad.
Además, su otra “marca de estilo” tampoco se va, llevando siempre a la película a ser una extraña crónica sobre una victoria:
¿Quién será la favorita de La Reina?
Adicionalmente, está la escena típica de Lanthimos, donde una mujer se hiere a sí misma, y lo vemos en un plano sin cortes, para conseguir lo que quiere.
No en vano, la película acaba con una excelente disolvencia que bien puede recordar lo peor de Lanthimos, pero que también habla de esas reglas nunca dichas…
Lo interesante de la propuesta, viene entonces desde lo técnico:
Impresionante recreación de la época, ambientación, y vestuario, son de primera categoría, así como el uso de la iluminación, que como siempre, recuerda mucho al “Barry Lyndon” de Kubrick, así como también algunas escenas claves, y el enfoque de “pez de ojo” en algunos segmentos.
No obstante, Lanthimos siempre logra crear una obra muy personal, manteniendo siempre sus temáticas de intriga y de exploración de la naturaleza humana; y del reparto, las 3 actrices logran crear un clima de tensión, celos y rivalidad, que recuerda “All About Eve” pero logran tener personalidad propia.
El director, vuelve entonces a mostrar momentos orgánicos y viscerales, que dan realismo a un filme que lo único que tiene en contra, es el tema político…
Porque el filme también tiene notas que sugieren, cómo la sociedad tiende a beneficiar a los hombres, cuando incluso sean mujeres quienes tienen el poder aparente.
Todo muy actual.
“My dear friend and cousin, how good to see you've returned from...”
Quienes conocen el trabajo del director Yorgos Lanthimos, saben que es un creador de universos y de realidades alternas, rodeadas de elementos de suspenso y terror, que desenvuelven una hermosa locura en sus diversas temáticas y personajes.
Todo empezó cuando Deborah Davis había escrito el guión de The Favourite desde 1998, que luego tituló “The Balance of Power”
Davis admitió haber tenido poco conocimiento de La Reina Anne Stuart y sus relaciones con Sarah y Abigail, diciendo:
“Como historiadora que estudió historia en la universidad, y alguien que tuvo una historia de por vida, no sabía nada acerca de la reina Anne y no sabía nada sobre esta relación.
Entonces, me puse a la tarea de descubrir a Sarah y La Reina Anne; y me encontré rápidamente con la historia de las mujeres en el poder, y un triángulo femenino”
Posteriormente, Davis compiló y estudió las cartas escritas por La Reina Anne, Sarah y Abigail, y dijo:
“Hice mucha investigación y, como resultado, hay una gran cantidad de fuentes originales.
Tienes cuentas históricas del periodo.
Una de las mejores fuentes, es Winston Churchill, quien escribió la historia sobre su antepasado, que era El Duque de Marlborough, y cubre el triángulo femenino y la relación entre Anne, Sarah y Abigail en su biografía de 4 partes.
Hay enormes cantidades de fuentes por ahí.
Otra fue, por supuesto, las memorias de Sarah, donde escribió acerca de cómo Abigail la reemplazó en favor de La Reina, y cómo Abigail se había convertido en la favorita absoluta”
Y discutiendo el proceso de producción de la película, Davis declaró:
“Escribí el primer borrador en 1998, y no tenía experiencia en la escritura de guiones.
Me fui a la escuela nocturna para aprender; y le llevé ese primer borrador a Ceci Dempsey, y ella estaba muy interesada.
Nunca había dudado en su apoyo y pasión por este proyecto”
La productora, Ceci Dempsey, tuvo un borrador inicial del guión, y se encontró obsesionada por la pasión, los instintos de supervivencia de estas mujeres, las manipulaciones, y lo que hicieron para sobrevivir; sin embargo, Dempsey tuvo dificultades para obtener financiamiento en ese momento, debido al contenido lésbico, así como a la falta de representación masculina, lo que los financieros consideraron “un desafío para el mercado”
Casi una década después, el productor Ed Guiney se hizo con el guión, y se sintió atraído por la complicada trama y las relaciones de las 3 mujeres, y dijo:
“No queríamos hacer otro drama de época británico; queríamos una historia que se sintiera contemporánea, relevante y vibrante, no algo sacado de un museo”
Durante este tiempo, Guiney conoció a Yorgos Lanthimos, cuya película “Dogtooth” (2009) había recibido una nominación al Oscar como “mejor película extranjera”, y se acercó a él con la perspectiva de dirigir la película.
Lanthimos, inmediatamente se sintió intrigado con la idea de que “estas 3 mujeres poseían un poder que afectó las vidas de millones”, y al mismo tiempo encontró que la historia también era íntima.
Luego, Lanthimos comenzó a trabajar estrechamente con el guionista Tony McNamara para “actualizar” el guión; y para 2013, los productores recibían ofertas de financiamiento de varias compañías, incluyendo Film4 Productions y Waypoint Entertainment, que eventualmente trabajó en la película.
En septiembre de 2015, se anunció que Lanthimos dirigiría la película de Deborah Davis, y el guión de Tony McNamara, que fue descrito como “un cuento obsceno y mordaz de intriga real, pasión, envidia y traición”
Ceci Dempsey, Ed Guiney, Lee Magiday y Andrew Lowe, se desempeñaron como productores bajo sus pancartas:
Scarlet Films y Element Pictures, respectivamente.
Por su parte, Yorgos Lanthimos es un cineasta cuya esencia radica en presentarnos un microcosmos absolutamente ilusorio y ajeno a nosotros, pero que, a medida que se desenvuelve, acaba resultándonos referente al mundo que habitamos; porque su cine, a través de sus planteamientos iniciales surrealistas y su humor negrísimo, parece una especie de broma de mal gusto, ante la que no nos queda más que reírnos, al constatar que su universo no difiere tanto del nuestro, y somos unos incompetentes viviendo en este.
Así, Lanthimos deforma el realismo, sirviéndose de diálogos, bailes y música en ocasiones anacrónicos, dotando el inicial planteamiento anclado en el pasado, con un aire contemporáneo; y de esta manera, el director griego nos vuelve a sugerir que ese microcosmos supuestamente tan lejano, tanto en el tiempo como en verosimilitud al nuestro, quizás tenga bastante que decir sobre el mundo en el que vivimos, consiguiendo así su propósito de oprimirnos y perturbarnos mediante su cinismo.
Con una cuidadísima ambientación, fotografía y vestuario para una historia real, que se divide en VIII capítulos, consigue engancharnos mucho hasta el final, aunque el director opte por un desenlace más ambiguo, y menos convencional.
La acción tiene lugar en 1708, cuando Gran Bretaña está en guerra con los franceses; y La Reina Anne Stuart está en el trono.
Con una salud frágil debido a la gota, Anne muestra poco interés en gobernar, en lugar de preferir actividades excéntricas como competir con patos, y jugar con sus conejos, que representan a los 17 niños que ha perdido a lo largo de los años.
Su confidente, consejera y amante secreta, Sarah Churchill, Duquesa de Marlborough, gobierna efectivamente el país, por las confidencias que pasa a La Reina.
Pero los esfuerzos de Sarah por controlar a Anne, se ven socavados por Robert Harley, Primer Conde de Oxford y Earl Mortimer (Nicholas Hoult), miembro del Parlamento, y un influyente terrateniente responsable de ingresar los impuestos estatales para la guerra con Francia.
Mientras tanto, Abigail Hill, la prima empobrecida de Sarah, llega a La Corte en busca de empleo…
La historia de Abigail, está manchada por su padre, que ha logrado tener un buen nombre, y previamente entregó a su hija para liquidar sus deudas con un alemán.
Abigail, al principio se ve obligada a hacer un trabajo de baja categoría como sirvienta en El Palacio, pero después de ver la condición de La Reina, ve la oportunidad de congraciarse con Sarah, y eventualmente con la propia Reina Anne.
Ella usará hierbas para ayudar a las piernas inflamadas de La Reina, y aunque inicialmente es castigada por Sarah por su presunción, el remedio alivia el sufrimiento; y en agradecimiento, Sarah hace a Abigail su “Dama de Compañía”
Pero Harley pronto se acerca a Abigail, esperando usarla como espía para descubrir cuáles son los planes de Sarah, y encontrar una manera de eludir su autoridad.
Abigail, inicialmente lo rechaza, pero pronto se da cuenta de la relación lésbica secreta entre Anne y Sarah.
Como ella está interesada en la inclinación homosexual de La Reina, Abigail comienza a planear su propio ascenso para ganar el favor de La Reina.
Así, mientras Sarah se enfoca en el esfuerzo de guerra; Abigail aprovecha su preocupación por entablar una amistad con Anne, que pronto se convierte en una relación sexual.
Sarah, pronto se da cuenta de las maquinaciones de Abigail, e intenta despedirla.
Abigail, sin embargo, le envenena el té, lo que hace que Sarah se derrumbe a caballo, caiga y sea arrastrada hacia el bosque, desapareciendo durante varios días.
La Reina Anne, pensando que Sarah la ha abandonado temporalmente para ponerla celosa, toma a Abigail a su favor; y su primera recompensa es que se le permita aceptar la propuesta de matrimonio de Samuel Masham; un Barón en La Corte de Anne, y el matrimonio restablece la noble posición de Abigail como Baronesa.
Una Sarah maltratada y marcada, se despierta en un burdel... y cuando regresa a La Corte, le da un ultimátum a Anne:
“Despedir a Abigail, o filtrará a la prensa las cartas entre Sarah y Anne, que detallan su relación sexual”
Sin embargo, esta amenaza es contraproducente, y destruye la relación entre Anne y Sarah.
A pesar de que Sarah quema voluntariamente las cartas en penitencia, finalmente es despojada de sus oficinas, y expulsada de La Corte.
Cuando Abigail, ahora promovida a “Guardián del Tesoro Privado”, presenta lo que ella dice ser evidencia de que Sarah había estado malversando dinero; por lo que Sarah y su esposo son exiliados de Gran Bretaña.
Abigail, habiendo asegurado su objetivo de un lugar en La Corte y en la aristocracia, así como finalmente deshacerse de Sarah, se encuentra en el dormitorio de La Reina, disfrutando de los frutos de su éxito contra Sarah, y comienza a abusar de los conejos favoritos de Anne.
Cuando Anne escucha este abuso de sus mascotas desde su habitación, le ordena a Abigail que se arrodille, y le masajee las piernas, como una afirmación más de su rango, y estatura como Reina.
La Reina disfruta del masaje, pero tanto Abigail como Anne, se pierden en sus pensamientos, y los ojos de Abigail se llenan de lágrimas.
También se pudo ver que La Reina agarra el cabello de Abigail firmemente, causando que el dolor y las lágrimas empiecen a tener otro significado.
De este modo, se nos plantea un escenario en el que las actrices, Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone combaten por saciar necesidades.
Así, el personaje de Emma Stone intentará medrar socialmente, ganándose la confianza de La Reina y su ayudante, para recuperar el prestigio que le fue arrebatado.
Para conseguirlo, acabará compitiendo contra Rachel Weisz, por ser la favorita de una Reina que tampoco termina de verse saciada y feliz debido a sus traumas, complejos y deseo de ser querida.
De este modo, surgen tanto amoríos como traiciones, con tal de lograr sus propósitos, reflejando lo cruel y retorcido de nuestra existencia, y dando lugar a un universo con tanta luz como oscuridad, tanta comedia como tragedia, tanto corazón como raciocinio, tanta calidez como frío, tanto sexo como violencia.
Así se consigue desnudar mediante escenas incómodas, la relación y condición humana entre las protagonistas, que dan como resultado un sistema claramente representativo de una estructura social tendente a la corrupción, el deseo, la violencia, y cuyo único afán es verse a uno mismo realizado, independientemente de las consecuencias que pueda tener en las otras personas o estamentos.
The Favourite supone un giro en la carrera del director y guionista heleno, que abandona su particular estilo opresivo, asfixiante y opaco, para desarrollar una sátira política en La Corte de La Reina Anne Stuart de Inglaterra, y nos muestra los tejemanejes de La Corte, cuando en plena Guerra con Francia, La Reina tiene que lidiar con sus enfermedades físicas y psíquicas, lo que le impiden gobernar el país como sería menester.
Su bastón para apoyarse, es su amiga Lady Sarah, una mujer de armas tomar, dentro y fuera del Palacio.
Entre las 2, entablan una amistad que va más allá de lo estrictamente laboral y, que a pesar de tener diferencias de criterio en varios aspectos, los logran solventar con sus finos apaños posteriores.
La vida en El Palacio siempre supone mucho trajín, y nunca sobran manos para ayudar y trabajar dentro de sus paredes, lo que hace que Abigail, un lobo con piel de cordero, aparezca en escena pidiendo trabajo, ayudándose de su parentesco con Sarah.
Una vez están las 3 “Reinas” sobre el tablero, solo puede quedar una, poniendo cada una todo su esfuerzo y empeño en conseguir el poder absoluto, y ser pieza importante en las decisiones de todo un país.
Por ello, la película es una constante provocación al espectador, es lujuria y perversión, es dolor y ambición elevados a su máxima potencia; por lo que muestra, cómo cada persona que aspira a llegar a la cima, debe sortear muchos obstáculos, saber moverse con cautela en un peligroso juego de espejos, y que deben tener unos escrúpulos a prueba de bombas.
En una época como la actual, en que el feminismo busca su sitio en la sociedad, y en donde la igualdad ya no se discute, sino que se ejecuta, esta película es un canto al poder de la mujer, y un puñetazo en la boca del estómago a quién se quiera oponer.
Maravillosamente fotografiada, con una cuidadísima puesta en escena, arriesgando en planos alucinantes, con una panorámica que está tan forzada que casi es oblicua, generando una sensación brutal; un vestuario maravilloso, dirección artística de primerísimo nivel, al servicio de una trama que se apoya en el humor más negro, y 3 actrices totalmente entregadas para narrar una clásica historia de ascensión, intrigas maquiavélicas, perversión y dominación, con La Corona Británica de fondo, hace que The Favourite sea un filme obligado de ver.
Con la fotografía en 35 milímetros que corre a cargo de Robbie Ryan, quien hace unos recorridos por El Palacio preciosos, con un continuo cambio de lentes, utilizando mucho el gran angular, lo que distorsiona la imagen creando una perspectiva diferente; donde precisamente los grandes angulares de cámara muestran por ejemplo, cómo respira y late El Palacio por dentro, en acercamientos al busto de “La Favorita Sarah”, como con movimientos semicirculares, haciendo de contraplano para mostrarnos a los personajes y toda la ornamentación que les acompaña, planos simétricos, “slow motion” y suntuosos “travellings” propios de un cine dotado de mayor presupuesto, y con reminiscencias a Kubrick.
Pero también hay señales de identidad propia del director griego, donde se percibe más evolución en cuanto a forma:
Los planos opresores cerrados, herméticos, claustrofóbicos y asfixiantes, típicos del cine europeo de sus inicios, se han ido sustituyendo por planos más amplios conforme ha ido extendiendo sus conocimientos y sus medios.
Por un lado, la utilización del espacio en el que se suceden los hechos, un Palacio impresionante, acaba siendo opresivo, asfixiante, como un pequeño Reino en sí mismo; y también la opacidad de la historia, lo curioso es que es algo que se percibe tras acabar de ver la película...
La sensación de que te cuesta entender el comienzo de sus películas, ya que suele lanzarte en medio de la acción, sin mucho contexto, aquí puede leerse al revés:
Una vez que comprendes todo lo que está sucediendo, vas echando la vista atrás, y empiezas a poner en duda muchas de las cosas que has visto; y aparecen, además, los temas que obsesionan a Yorgos Lanthimos, y recurrentes en toda su obra:
Los rituales de control y dominación; la complicación de la asimilación de la muerte; la imposibilidad y superfluidad del amor puro; la tragedia griega, o la relación del individuo con la sociedad.
Estos temas se ven especialmente reflejados en el personaje de La Reina:
Olivia Collman, que tiene un papel muy goloso, que tiene un espacio maravilloso para el lucimiento, un personaje exagerado y bufonesco, que la inglesa borda.
Como dato, la diseñadora de producción, Fiona Crombie, se inspiró en el suelo de mármol blanco y negro a cuadros del Gran Salón para la paleta de colores de la película, y señaló que “un personaje entrará en una habitación y obtendrá esta increíble toma panorámica.
Veremos desde los pisos hasta los techos y las esquinas.
Todo”
Por lo que se hicieron varias modificaciones a varias habitaciones de la casa, en particular para la habitación de La Reina, que incluía la eliminación de pinturas, muebles y otras decoraciones, para “poner nuestro propio idioma en ella”
Al igual que con la mayoría de los trabajos de Lanthimos, la película implementa iluminación natural en lugar de iluminación artificial, que resultó ser un tanto desafiante para las escenas nocturnas, que estaban iluminadas con velas:
“Como se puede imaginar, existen protocolos muy estrictos sobre el manejo de las velas; y tuvimos que usar una enorme cantidad de receptores de cera.
Pero las personas que administran Hatfield House, nos apoyaron mucho, negociamos y pudimos hacer la gran mayoría de lo que queríamos hacer”
Por su parte, la diseñadora de vestuario, Sandy Powell, buscó específicamente a Lanthimos, habiendo sido fanática de su trabajo anterior.
En lo que respecta a Abigail, Powell quería que el ascenso del personaje al poder se reflejara en su ropa:
“Quería darle esa vulgaridad de los nuevos ricos, y sus vestidos se ponen un poco más audaces y vistosos.
Hay más patrones involucrados, y hay rayas blancas y negras que quería que se destacaran de todos los demás, porque se esfuerza demasiado”
Aunque La Reina Anne pasa la mayor parte de su tiempo en la película en un camisón, debido a su naturaleza enferma, Powell quería que ella tuviera un aspecto icónico, y construyó una túnica hecha de armiño, explicando que, “esta es La Reina en su forma más “Regia”, en su traje ceremonial; miré imágenes y realidades; cosas así, y normalmente este tipo de prenda sería de oro macizo, bordado y adornado con una joya, así que pensé qué más puedo hacer para darle un aire de realeza...
El armiño se asocia con La Realeza, por lo general, solo se usa como decoración en pequeñas cantidades, así que decidí cubrirla con ella.
Porque en el resto de la película la tengo en camisón, sin molestarla en vestirla todos los días”
Aunque no fue intencional, Powell se inspiró en los vestidos femeninos contrastantes de Sarah, y en su vestimenta recreativa masculina y “butch”, de sus diseños anteriores para el personaje de Tilda Swinton en “Orlando” (1992), y dijo:
“No lo pensé en el momento, fue simplemente subliminal.
Creo que hay una similitud entre las 2 películas, porque Orlando fue la última película no convencional que había hecho, así que hay una similitud”
Powell declaró, que Lanthimos quería que las mujeres de la película tuvieran el cabello y la cara naturales, mientras que él quería que los hombres usaran considerable maquillaje y pelucas grandes:
“Normalmente, las películas están llenas de hombres; y las mujeres son la decoración de fondo; y he hecho muchas de ellas, así que fue muy agradable que se invirtiera esta vez, donde las mujeres son el centro de la película, y los hombres no son los protagonistas, sino la decoración en el fondo.
Por supuesto, tienen partes serias e importantes, pero creo que su frivolidad es bastante graciosa”
Powell entregó los vestuarios, se encargó de que encajaran, y de que los actores no tuvieran problemas, y abandonó el escenario, según lo solicitado por Lanthimos; a lo que ella describió su estilo de dirección:
“Sabía que quería quedarse solo con sus actores y su cámara.
La mayor parte del tiempo, no estaba al tanto de cómo iba a ser.
Incluso cuando ves los diarios, realmente no puedes decirlo hasta que se haya juntado todo.
Pero cuando todo se juntó, es como si él supiera exactamente lo que está haciendo.
Todos éramos parte del rompecabezas, y él podía juntar todas las piezas”
Para el cineasta Robbie Ryan, el aspecto más desafiante de la filmación, fue tratar de captar el movimiento fluido de la cámara, sin utilizar el “Steadicam”, y dijo:
“Exploramos muchas formas de tratar de tener un movimiento fluido de la cámara que no fuera un movimiento de Steadicam.
Me mostró una película llamada “Angst”, que quería probar e inculcarla en la forma en que grabamos The Favourite, pero iba a ser muy difícil hacer eso.
Debido al vestuario, y solo la fisicalidad de los mismos, no iba a ser posible.
Así que intentamos encontrar formas de ser tan fluidos como pudiéramos con la cámara.
Eso fue emocionante, porque creamos algunas plataformas interesantes; exploramos diferentes plataformas de cardán y cosas así”
Lanthimos alentó a Ryan, a que implementara “lentes de ojo de pez” y lentes anchas para la mayoría de los disparos, lo que Ryan creía, contribuyó significativamente a la historia:
“La lente ancha es doble.
Al mostrarle toda la sala, y también aislar al personaje en un espacio pequeño, como un personaje pequeño en un espacio grande, se tiene la sensación de no escapar.
Creo que una de las críticas de la película, dijo que era como un campo de juego que se convierte en un campo de batalla que se convierte en una prisión.
Creo que es una muy buena explicación de lo que la película intenta transmitir con estos personajes.
Creo que las lentes anchas también son bastante integrales a eso”
En lo que respecta a la trama de la película, específicamente el triángulo amoroso centrado en las lesbianas, Lanthimos declaró:
“Mi instinto desde el principio fue que no quería que esto se convirtiera en un problema en la película, para nosotros, como estamos tratando de resaltarlo, ni siquiera quería que los personajes fueran un tema de ello.
Solo quería tratar con estas 3 mujeres como seres humanos.
No importaba que hubiera relaciones del mismo género.
Dejé de pensar en eso muy temprano en el proceso”
Lanthimos también explicó el efecto positivo que tuvo el movimiento #MeToo en la película:
“Debido a la mirada masculina que prevalece en el cine, las mujeres son retratadas como amas de casa, novias...
Nuestra pequeña contribución es que estamos tratando de mostrarles lo complejas, maravillosas y horribles que son, como otros seres humanos”
Esta cadena de asuntos, me deja pensando que Lanthimos está convencido de que las mujeres nunca podrán ser solo amigas, o tener algún tipo de relación sincera; pues serán siempre enemigas, parásitos o amantes despiadadas.
Nada más.
Y se ha dicho que la película se aleja de la misantropía tradicional expuesta en las películas anteriores del director, porque hay un deseo, y una especie de materialización de ese deseo, de profundizar en sus personajes.
Estas mujeres poseen una carga sentimental importante; por lo menos Stone y Colman, que tienen un pasado que las persigue, y al que vuelven constantemente con el único propósito de liberarse de él.
Sin embargo, pienso que solo hay cinismo y una especie de “crueldad refinada” en esas ganas de ver, con extraña fascinación, al personaje de Olivia Colman, La Reina destrozada vive consumida por la tristeza, impedida físicamente, empieza la película coja, luego medio ciega, la mano izquierda se le duerme, y su boca, ya para el final, empieza a cerrarse… se arrastra para desplazar su cuerpo, llora la mitad de las veces que está en pantalla, grita como loca de remate, porque todo le recuerda a esos hijos que nunca pudo tener del todo.
Imagino a Lanthimos deseando que su Reina llegara siempre al límite del sufrimiento, que agotara las lágrimas en cada escena, y quién sabe qué otra cantidad de ideas retorcidas… luego imagino a Olivia Colman, tan inmensa, decidiendo hacer, con todo ese dolor, un personaje lleno de matices, de contrastes.
Es ahí donde el director no tiene otra opción distinta a rendirse a los pies de una gran actriz, y sucumbir a su energía.
Eso explicaría un poco las cosas.
Claro que una sola actriz no puede salvar un barco que se hunde.
Podemos agradecer, por lo menos, que Lanthimos no hace ninguno de esos “travellings” amorales, aunque a veces se acerca demasiado a la cara de sus protagonistas, creyendo que así y nada más les escruta el alma.
Por ello, Colman aceptó fácilmente interpretar a La Reina, y declaró que la diferencia entre Anne y las monarcas que anteriormente había interpretado, era que “las otras Reinas no podían enamorarse de 2 mujeres hermosas”
También descubrió que interpretar a esta Reina era “una alegría, porque en cierto modo lo siente todo”
Como dato, Colman engordó 16 kilos para el papel.
Por su parte, Rachel Weisz llegó en sustitución por 2ª vez en una película de Kate Winslet, siendo aquí la mano derecha de La Reina, la atractiva Favorita que empieza a notarse los años, y a la que hay que bajar del pedestal… ella está perfecta, con un gran trabajo expresivo, quizás con las líneas de diálogo más disfrutables.
Ella describió la película como una comedia, comparándola con “All About Eve” pero más divertida, y se sintió atraída principalmente por el proyecto, debido a las protagonistas femeninas, y consideró que su papel era “el más jugoso de su carrera”
Como dato, su personaje de Sarah Churchill, Duquesa de Marlborough, es el antepasado directo tanto de Sir Winston Churchill como de La Princesa Diana Spencer.
El primero nació en realidad en El Palacio de Blenheim de la familia Spencer-Churchill, que se menciona aún sin terminar en la película, y lleva el nombre del suegro de Sarah Churchill, El Primer Sir Winston Churchill; que La Reina Anne construyó para Sarah Churchill en 1874, unos 166 años después de la película.
La Familia Churchill, continuó viviendo en El Palacio de Blenheim durante 300 años.
Antes de convertirse en Primer Ministro, Sir Winston escribió una biografía del esposo de Sarah Churchill, El Primer Duque de Marlborough.
Y aunque Lady Sarah finalmente pierde su posición de poder e influencia sobre La Monarca y El Parlamento de su época, su descendiente, Winston Churchill se convirtió en Primer Ministro, y su otro descendiente, El Príncipe William Windsor, se convertirá en Rey después del Príncipe de Gales, Charles.
Mientras que “La Favorita”, Emma Stone muestra un recital de contención, llena de matices, con el arco argumental más sólido, de hecho, ella es quien enmarca la película; y se pierde totalmente en el personaje, fascinante de principio a fin.
Stone, inicialmente dudó en aceptar el rol, al principio pensó que Abigail era “una dulce niña, la víctima, una sirvienta de esta gente”, pero cambió de opinión después de leer el guión, y terminó “rogando” a Lanthimos por el papel.
Donde su mayor preocupación fue dominar su acento, y dijo:
“Es 1705, que fue unos 300 años antes de cualquier período que haya hecho antes”
La película no lo menciona, pero Abigail también era prima de Robert Harley, el personaje de Nicholas Hoult; y a pesar de tener roles menos dinámicos, Hoult y Joe Alwyn, sin embargo estaban intrigados por ser parte de una película dominada por 3 personajes femeninos principales y complejos:
“Obviamente, es muy oportuno tener 3 protagonistas femeninas, y es maravilloso verlas porque son muy raras”, dijo Hoult.
“La dinámica entre los personajes que interpretan, es tan maravillosa porque es tan intrincada y difícil de entender exactamente, quién quiere qué.
La lucha del amor y el poder, es simplemente maravilloso de ver”, agregó.
Como curiosidad, antes de filmar, Lanthimos involucró a los actores principales en un proceso de ensayo de aproximadamente 3 semanas, que incluyó a las actrices caminando hacia atrás rápidamente para ver si chocaban entre sí, y según Weisz, otro ejercicio que involucró a los actores vinculando sus brazos para crear “un pretzel humano”
Según Stone, Lanthimos quería ver “cuánto nos podíamos sentir sin vernos”
El mismo Lanthimos declaró que los ensayos “permitieron a los actores, no tomarse a sí mismos demasiado en serio, aprender el texto de forma física, haciendo cosas completamente irrelevantes para lo que trata la escena, y solo hacerlos sentir cómodos, haciendo el ridículo”
Pero en el transcurso de la trama, surgen una serie de dudas:
¿Es realmente Abigail, prima de Sarah, o lo utiliza para entrar en El Palacio?
Realmente Abigail se cae de la carroza, o directamente se tira para empezar con la imagen más desastrosa posible, cabe recordar que pasa algo similar cuando realizan ejercicio de tiro, empezando como una novata patosa, y acabando como una pistolera peligrosa; o cuando ella misma se golpea para simular violencia de Sarah.
¿La decrepitud de La Reina Anne, tiene algo que ver con la proximidad de Abigail, o solo la tristeza y añoranza de su antigua amante?
Como dato, al inicio de la película, tanto la fanfarria de Twentieth Century Fox como la de Film4, se reproducen con el sonido de la ráfaga de plumas y pájaros que graznan…
Pero la producción tiene algunas concesiones, libertades y errores en relación a la historia real de los protagonistas; al tiempo que los personajes masculinos están reflejados como auténticos floreros.
En ese sentido, Lanthimos hace que los hombres sean extraños, construyendo una potente atmósfera de invernadero que está llena de deseos secretos.
En cuanto a la precisión histórica de la película, mientras que las líneas generales de la rivalidad por las atenciones de Anne son ciertas, muchos de los episodios y temas principales de la película, son puramente ficticios, o son altamente especulativos.
En particular, la evaluación del aspecto sexual en las relaciones de la película, requiere comprender diferentes costumbres y prácticas, y el uso del lenguaje desde hace mucho tiempo, y los argumentos a favor y en contra de las posibilidades, han sido discutidos por los estudiosos de la época.
Por ejemplo, la historia registra que Inglaterra fue gobernada durante un breve período a principios del siglo XVIII por La Reina Anne... cuyas enfermedades físicas fueron competidas solo por sus peculiaridades psicológicas.
De hecho, su amiga de toda la vida, la aconsejó, y tal vez fue su amante, Lady Sarah Churchill...
Finalmente, había una camarera llamada Abigail Masham... que se infiltró en los niveles más altos de La Casa Real, y quizás en la cama de La Reina.
El resto se deja a la sórdida imaginación de uno de los cineastas más fascinantes del mundo.
De hecho, el director ha dicho:
“Algunas de las cosas en la película son precisas y muchas no”
El coprotagonista, Joe Alwyn, dijo que había poca preocupación por la investigación histórica de los antecedentes de los personajes:
“Yo pensaba que la gente pasa al período de ensayo pensando que tal vez deberían haber leído sus libros de historia, y haber pensado en sus personajes y sus intenciones y todas esas cosas en las que normalmente piensas; pero Yorgos dejó muy claro desde el principio, que no iba a ser una gran consideración para la precisión histórica hasta cierto punto.
No estaba tan preocupado por eso.
Sólo quería que nos divirtiéramos como personas y como reparto, y que exploráramos las relaciones entre nosotros, que es lo que hizo”
Por otro lado, los trajes y el diseño de escenografía de la película, no son del todo precisos del período.
En cualquier caso, los diversos anacronismos para Lanthimos y sus guionistas, Deborah Davis y Tony McNamara, toda reconstrucción histórica es un juego, y fingir lo contrario, para alimentar la ilusión que podemos saber de otra época tan íntimamente como la nuestra, es una mera locura.
Sin olvidar otras curiosidades pasada por alto, como las múltiples tomas de primer plano a lo largo de la película que muestran claramente el 2º y 3° orificio en los lóbulos de las orejas de Emma Stone y Rachel Weisz.
Los piercings múltiples en las orejas, no eran una práctica común a principios del siglo XVIII, especialmente para las mujeres inglesas en La Corte.
Por último decir que la banda sonora de la película, incluye pistas de los compositores clásicos:
Bach, Händel, Purcell, Franz Schubert, Robert Schumann y Vivaldi; y también de compositores modernos, como Olivier Messiaen, Luc Ferrari y Anna Meredith; y la canción “Skyline Pigeon” de Elton John, se toca sobre la primera parte de los créditos finales.
“Sometimes a lady likes to have some fun”
Como dato, en el hipotético caso de que Escocia se hubiera independizado del Reino Unido, como consecuencia del Referéndum para La Independencia de Escocia de 2014, y hubiera decidido mantener una monarquía propia, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII Duquesa de Alba, de Tormes, XI Duquesa de Berwick, Grande de España, y Jefa de La Casa de Alba, fallecida ese mismo año, hubiera sido candidata al trono, por ser descendiente de La Dinastía Stuart, que fue la reinante en Escocia, entre 1371 y 1603.
Pero La Casa Real de Stuart se extinguió con la muerte del Cardenal Henry Benedict Stuart, hermano de Charles Edward Stuart, en 1807.
Por lo que El Duque Francis de Baviera, es el actual heredero “senior”; sin embargo, Carlos II tuvo varios hijos ilegítimos, cuyos descendientes  sobrevivientes en la línea masculina, incluyen a Charles Gordon-Lennox, XII Duque de Richmond; Henry FitzRoy, XII Duque de Grafton; Murray Beauclerk, IV Duque de St. Albans; y Richard Scott, X Duque de Buccleuch.
Además, el hijo ilegítimo de James II, James Fitz James, Primer Duque de Berwick, que fundó La Casa de Fitz James; comprende 2 sucursales:
Una en Francia y otra en España, que incluye a Cayetana.
El último de la rama francesa, murió en 1967; y el heredero principal de los descendientes de la línea masculina de James II, es James Hernando Fitz-James Stuart, XVI Duque de Peñaranda de Duero.
Pero en Inglaterra, la posibilidad de otorgar poder político a un “favorito” se redujo debido a la creciente importancia del Parlamento; que los llevó a la extinción como figuras... mientras que durante el reinado de Carlos II, en España, va a finalizar la época de los “validos”, y a partir de entonces, el gobierno va a estar dirigido por un Primer Ministro, un personaje impuesto al Rey, que se encumbraban en lo alto de la Administración, pero no por amistad o una relación de confianza con El Rey; y por tanto, no gozaban de la confianza del monarca; pero tenían el apoyo de alguna facción nobiliaria.
El Rey, incluso a pesar de sus intentos, no asumió las tareas de gobierno, y ante la situación de desorden administrativo sin un referente político absoluto, se va a incrementar la importancia de la figura del Secretario del Despacho Universal, como un intermediario entre El Rey y El Primer Ministro o El Privado del Rey; y por tanto, el personaje que va a tener el trato más directo con El Rey.
Por su parte, Sarah Churchill, Duquesa de Marlborough; se vengó en una descripción poco halagadora de La Reina Anne en sus memorias, que fue aceptada por los historiadores hasta que Anne fue reevaluada a finales del siglo XX.
Los Marlborough, también perdieron fondos estatales para El Palacio de Blenheim, y el edificio se detuvo por primera vez desde que se inició en 1705.
Ahora en desgracia, abandonaron Inglaterra, y viajaron a Europa.
Y como resultado de su éxito en La Guerra de Sucesión Española, El Duque de Marlborough fue uno de los favoritos entre los tribunales alemanes, y con El Sacro Imperio Romano, y la familia fue recibida en esos lugares con todos los honores.
Pero La Duquesa de Marlborough “desprestigió indebidamente” a Anne en sus memorias, y sus prejuiciosos recuerdos convencieron a muchos biógrafos de que Anne “era una mujer débil e irresoluta, acosada por las disputas de la alcoba, y la decidida política sobre la base de las personalidades”
De hecho, La Duquesa escribió de Anne:
“Ella ciertamente tenía buenas intenciones y no era tonta, pero nadie puede sostener que ella era sabia, ni entretenida en una conversación.
Era ignorante en todo, pero lo que los parsons le habían enseñado cuando era niña... siendo muy ignorante, muy temerosa, con muy poco juicio, es fácil ver que podría tener buenas intenciones, estar rodeada de tanta gente ingeniosa, que por fin, se amontonaron sus diseños a su deshonra”
Algunos historiadores modernos, ven a Anne más favorablemente; y en su biografía de 1980, Edward Gregg presenta a La Reina como una mujer de obstinación invencible, que era la figura central de su época; y describe así su reinado:
“Un período de progreso significativo para el país:
Gran Bretaña se convirtió en una importante potencia militar en tierra, la unión de Inglaterra y Escocia, creó un Reino Unido de Gran Bretaña, y se estableció la base económica y política para La Edad de Oro del siglo XVIII.
Sin embargo, La Reina misma ha recibido poco crédito por estos logros, y durante mucho tiempo ha sido descrita como una Monarca débil e ineficaz, dominada por sus asesores”
En opinión de los historiadores, las evaluaciones tradicionales de Anne como gorda, constantemente embarazada, bajo la influencia de favoritos, y carentes de astucia o interés político, pueden derivar de los prejuicios machistas contra las mujeres.
El autor David Green señaló:
“No era, como se suponía, un gobierno de enaguas.
Tenía un poder considerable; sin embargo, una y otra vez tenía que ceder”
Y Gregg llegó a la conclusión, de que Anne a menudo podía imponer su voluntad, aunque, como mujer en una época de predominio masculino, y preocupada por su salud, su reinado estuvo marcado por un aumento en la influencia de los ministros, y una disminución en la influencia de La Corona.
Asistió a más reuniones de gabinete que cualquiera de sus predecesores o sucesores, y presidió una época de avances artísticos, literarios, económicos y políticos, que fue posible gracias a la estabilidad y la prosperidad de su reinado”
No obstante, en virtud del Acta de Establecimiento 1701, que excluía a todos los católicos, Anne, muerta a los 49 años, fue sucedida por su primo segundo de 54 años, Georg Ludwig de La Casa de Hannover, y ascendió al trono británico como El Primer Monarca de La Casa de Hannover.
Aunque más de 50 católicos romanos estaban más cerca de Anne por primogenitura, El Acta de Establecimiento 1701, prohibió a los católicos heredar el trono británico; y Georg era el pariente protestante vivo más cercano de Anne.
En reacción, los jacobitas intentaron deponer a Georg, y reemplazarlo con el hermanastro católico de Anne, James Francis Edward Stuart, pero sus intentos fracasaron.
Durante el reinado de Georg, los poderes de la monarquía disminuyeron, y Gran Bretaña comenzó una transición al moderno sistema de gobierno de gabinete, dirigido por un Primer Ministro.
En particular, Anne fue enterrada junto a su esposo e hijos en la capilla de Henry VII, en el pasillo sur de La Abadía de Westminster.
Su cuerpo estaba tan hinchado, que cuando fue enterrada en La Abadía, se tuvo que utilizar un ataúd 2 veces más ancho de lo normal.
Mientras que Abigail se retiró a la vida privada, y vivió tranquilamente en su casa de campo hasta su muerte en 1734.
Por su parte, el dinero que heredó Sarah del Ducado de Marlborough, la dejó como una de las mujeres más ricas de Europa.
Ella murió en 1744, a la edad de 84 años, en Marlborough House; siendo enterrada en Blenheim.
El cuerpo de su esposo fue exhumado de La Abadía de Westminster y enterrado a su lado.
Debido a su influencia, Sarah logró casar a los miembros de su familia con las dinastías aristocráticas más grandes de Inglaterra; y entre los descendientes más famosos de los Marlborough, se encuentran:
Sir Winston Churchill, y Diana, La Princesa de Gales, que tendrá de nuevo, finalmente y en un futuro, a un Marlborough en el trono británico, William.

“There is always a price to pay.
I am prepared to pay it”



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