Twilight Zone: The Movie

“You're travelling through another dimension.
A dimension, not only of sight and sound, but of mind.
A journey into a wondrous land whose boundaries are that of imagination.
Next stop, the Twilight Zone!”

Rodman Edward “Rod” Serling fue un guionista y productor de televisión estadounidense, conocido principalmente por ser el escritor principal y anfitrión de la serie televisiva de antología de ciencia ficción, “The Twilight Zone” siendo nombrado en la revista TV Guide de agosto de 2004, como “el #1 entre las 25 leyendas más grandes de la ciencia ficción”
Su “magnum opus”, “The Twilight Zone” es una serie de televisión estadounidense especializada en el género de la ciencia ficción, la fantasía y el terror.
De sus 156 episodios, repartidos en 5 temporadas entre 1959 y 1964; 92 fueron escritos por el creador de la serie, Rod Serling, quien también hacía las veces de narrador.
El programa fue un éxito, e introdujo a muchas personas a la ciencia ficción hecha con seriedad, a la vez que atraía a un gran público.
Cada episodio presentaba una historia independiente, en el que los personajes se encontraban lidiando con eventos a menudo inquietantes o inusuales, una experiencia descrita como entrar en “La Zona Desconocida”; y a menudo tenía un final sorpresa y una moraleja .
Aunque predominantemente de ciencia ficción, los eventos paranormales y “kafkaescos” del programa, inclinaron el espectáculo hacia la fantasía y el horror; y la frase “La Zona Desconocida” inspirada en la serie, se usó en la cultura popular para describir “experiencias surrealistas”
A veces las situaciones del programa eran cliché, donde los personajes eran bidimensionales, pero siempre había al menos alguna búsqueda de una verdad emocional, algún intento de hacer una declaración sobre la condición humana.
Por su parte, Serling era activo en política, tanto dentro como fuera de la pantalla, y ayudó a formar los estándares de la industria televisiva.
Era conocido como “el joven en guerra de Hollywood”, chocando con ejecutivos de televisión y patrocinadores en una amplia gama de temas, incluida la censura, el racismo y la guerra.
Y es que durante los años 1950, él se había hecho un nombre en Hollywood, tanto por sus guiones como por sus críticas hacia el medio; y sus más fieras opiniones iban en contra de la censura, que usualmente provenía de los patrocinadores y los canales de televisión; incluso criticaba el ambiente político de la época en su país, por lo que en algún momento sugirió que escribiría acerca de “un Senado controlado por robots”, sin censura, en el futuro... ésta fue la idea que generó “The Twilight Zone”
El 2 de octubre de 1959, la serie clásica “The Twilight Zone” creada por Serling, se estrenó en CBS; y contó con estrellas establecidas y actores más jóvenes que serían mucho más conocidos en el futuro.
De esa manera, Serling se desempeñó como productor ejecutivo y escritor principal; escribió o coescribió 92 de los 156 episodios del programa; y también fue el presentador y narrador del programa, entregando monólogos al principio y al final de cada episodio; donde las narraciones de apertura y cierre de Serling, generalmente resumían los eventos del episodio sobre cómo y por qué los personajes principales entraban en “La Zona Desconocida”
Se supo que Serling se basó en su propia experiencia para muchos episodios, con frecuencia sobre boxeo, vida militar y pilotos de aviones; por lo que “The Twilight Zone” incorporó sus puntos de vista sociales sobre las relaciones raciales, algo veladas en los elementos de ciencia ficción y fantasía de los programas de TV; y muchas historias del programa reflejaban sus puntos de vista sobre los roles de género, con mujeres de pensamiento rápido y resistentes, así como esposas astutas y molestas.
Y es que el programa usaba la ciencia ficción como metáfora para explicar situaciones sociales muy candentes y mundanas; y Serling pensó que un entorno de ciencia ficción, con robots, extraterrestres y otros sucesos sobrenaturales, le daría más libertad y menos interferencia para expresar ideas controvertidas que entornos más realistas; y como los canales y patrocinadores no permitirían situaciones potencialmente críticas de la realidad del país; ellos se valían de la ciencia ficción para exponer dichos asuntos, lo cual fue al parecer inadvertido por los censores de turno, que más bien pensaban que el programa era “una simple trama de fantasías inocuas para adolescentes”
Algunos de los temas más recurrentes eran:
La Guerra Nuclear, la histeria en masa, o las doctrinas de Joseph McCarthy; todos esos asuntos que estaban totalmente prohibidos en los dramas estelares; y ciertos episodios ofrecían comentarios específicos de eventos de actualidad, de aquel entonces; mientras otros usaban parábolas o alegorías para analizar la moral o decisiones filosóficas de los personajes.
El sentido editorial del destino irónico de Serling en la escritura realizada para la serie, fue identificado entonces como “significativo para su éxito”; pues para Serling, la cruel indiferencia e implacabilidad del destino y la ironía de la justicia poética fueron temas recurrentes en sus tramas.
En lo musical, muy importante para darle identidad a la serie, además de Bernard Herrmann y Jerry Goldsmith, otros contribuyentes a la música fueron Nathan Van Cleave, Leonard Rosenman, Fred Steiner y Franz Waxman.
Tras 5 años al aire, a finales de enero de 1964, CBS anunció la cancelación del programa porque los directivos estaban hartos del programa, y  se afirmó que estaba demasiado por encima del presupuesto, al tiempo que las calificaciones no eran lo suficientemente buenas.
Pero Serling respondió diciendo que “había decidido cancelar la serie”
Por otra parte, ABC mostró interés en llevar el programa a su red con un nuevo nombre, pero Serling no quedó impresionado, diciendo que “los ejecutivos de ABC parecían preferir “ghouls” semanales, y tenemos lo que parece ser una diferencia considerable de opinión.
No me importa que mi programa sea sobrenatural, pero no quiero que me registren en un cementerio todas las semanas”
Se supo que, en general, los ratings de la serie siempre fueron flojos en su emisión inicial, y la tira resultaba excesivamente cara.
Hubo varios cambios de “sponsors”, pero CBS se hartó de sus costos y decidió cancelarlo en 1964.
Después de la cancelación de la serie, Serling vendió sus derechos a CBS, sin saber lo que depararía el futuro en la sindicación, y las regalías que habría obtenido…
Así, el éxito de la serie original llevó a la creación de una nueva serie a mediados de la década de 1980, y otra en 2002; además de 2 películas, series radiofónicas, un cómic, una revista, un pinball de diseño, y otros muchísimos objetos alusivos.
Así las cosas, el éxito de la serie original se ha mantenido y acrecentado en las siguientes 5 décadas, y hoy es uno de los pocos programas televisivos de aquellos años, en ser objeto de culto y referencia obligada en su género en el mundo entero.
Siguiendo su estela, al cine llegaron producciones de antología similares como “Tales From The Crypt” (1972) y “Creepshow” (1982), en las que se repetía el mismo esquema, aunque con una variante más terrorífica; y “The Twilight Zone” finalmente reapareció en forma de una película, en 1983, por Warner Bros.
“Hey... you wanna see something really scary?”
Twilight Zone: The Movie es una película de fantasía, del año 1983, dirigida por John Landis, Steven Spielberg, Joe Dante & George Miller.
Protagonizada por Dan Aykroyd, Albert Brooks, Scatman Crothers, John Lithgow, Vic Morrow, Kathleen Quinlan, Jeremy Licht, Abbe Lane, Kevin McCarthy, Patricia Barry, William Schallert, Nancy Cartwright, Bill Quinn, Martin Garner, Selma Diamond, Helen Shaw, Murray Matheson, Peter Brocco, Priscilla Pointer, Doug McGrath, Charles Hallahan, Dick Miller, Donna Dixon, John Dennis Johnston, Charles Knapp, Al Leong, John Larroquette, entre otros.
El guión es de Richard Matheson, John Landis, Melissa Mathison, George Clayton Johnson, Jerome Bixby y Robert Garland; basados en capítulos de la serie “The Twilight Zone” de Rod Serling; y producida por Steven Spielberg como una versión para el cine de la serie de los años 50 y 60 de la serie original; que incluyó la participación de grandes cineastas de la época.
Siguiendo la tónica de las serie, la película versiona 3 episodios clásicos, e incluye una historia original:
John Landis dirigió el prólogo y primer episodio llamado “Time Out”, siendo este el episodio original.
Spielberg, el segundo episodio llamado “Kick The Can”; Joe Dante el tercer episodio llamado “It's a Good Life”; y George Miller, el cuarto y último; y el epílogo llamado “Nightmare at 20.000 Feet”
Estos 3 últimos episodios son “remakes” de clásicos.
Por su parte, Dante recordó que las 4 historias originalmente tenían la intención de entrelazarse, con personajes de un segmento que aparecían en otro segmento, pero los problemas con la filmación lo impidieron.
Como dato, Burgess Meredith, que protagonizó 4 episodios de la serie original, asumió la posición de Serling como narrador de y entre los episodios.
Y se sabe que antes de que esta película se convirtiera en una antología de 4 historias, Warner Bros., inicialmente exploró una idea para una sola película, con la cooperación de Carol Serling, la esposa de Rod Serling.
Además, la canción promocional del film fue “Nights Are Forever”, escrita por Jerry Goldsmith e interpretada por Jennifer Warnes.
La película, lamentablemente hoy es recordada por el accidente de helicóptero que tuvo lugar en una escena de la misma, en la que Vic Morrow y 2 niños vietnamitas, ilegalmente contratados, fallecieron durante el rodaje del episodio que dirigía Landis, así como la provocación de una destacada acción legal para reorganizar las reformas laborales en filmes, y de un juicio que tuvo lugar posteriormente, en la que nadie fue hallado culpable.
Además, la recaudación en taquilla fue pésima, con tan solo $30 millones a nivel mundial contra un presupuesto de $10 millones, eso sin incluir el costo de la publicidad, etc., lo cual para una película producida por Steven Spielberg, basado en un clásico de la cultura popular, fue en definitiva un rotundo desastre.
La historia inicia con 2 hombres:
Un conductor (Albert Brooks) y su pasajero (Dan Aykroyd) cuando viajan de noche en automóvil, y para pasar el rato, comienzan a rememorar la serie “The Twilight Zone”
Así, veremos 4 historias:
Un racista que sufre en carne propia sus prejuicios; siendo un cuento moral particularmente malicioso, rodado por John Landis, que nos lleva de la mano por la odisea de un intolerante a través de todos los Imperios y contextos que han favorecido la discriminación por pura incomprensión u odio; y más allá de presentar una curiosa vuelta de tuerca, podría decirse que lo mejor de esta historia es su final, definitivo e inquietante, revelando que los perseguidos desearían haber gozado de las mismas segundas oportunidades que muchas veces se nos conceden.
Un grupo de ancianos que viven en una residencia, evocan su infancia a modo de revelación tardía; este es quizás el segmento más inocente; con ancianos que deciden rememorar sus fechorías de juventud, de noche, en las horas muertas donde ya nadie les puede ver, libres de achaques y remordimientos; por lo que su tono amable no esquiva sin embargo su amargo fondo, donde probablemente algunos de estos ancianos se pasaron la vida aguardando la llegada de un “Peter Pan” que les llevara al país del “Nunca Jamás”, perdiéndose lo mejor, que es haber disfrutado de la loca y fugaz infancia.
Una maestra que durante un viaje conoce a un niño con extraños poderes; este es un viaje a lo desconocido, que al contrario, guarda bajo su capa de candidez, una ironía corrosiva descendiente de los mejores dibujos animados de Warner Bros.; donde su protagonista viaja a una casa casi hecha de plástico, donde todo sirve como un infinito patio de juegos enfermizo y agotador, guardando terrores que pueden ser muy reales, pese a sus colores pastel.
Este es probablemente el más extraño de los segmentos, que finaliza con la adecuada comunión entre madurez e infancia, como el único camino a emprender en el futuro.
Y un pasajero de un avión, que tiene pánico a volar, descubre a un “gremlin” que está posado sobre el ala del aeroplano.
Finalmente, el terror cotidiano es puro disfrute, nada más que una paranoia inflada que podría sucedernos, un martes 13 cualquiera viajando en un avión; y parece que aquí George Miller sirve el homenaje más directo y menos adulterado, admitiendo que los seres extraños existen, y no pueblan solo nuestras pesadillas.
Al terminar, uno creerá que ha visitado esa “Dimensión Desconocida” de la que le han hablado al principio, y se quedará con la sensación de haber viajado lejos, muy lejos, a lugares que no podrían ser reales.
Pero entonces la película nos da una palmadita en el hombro y nos dice que no hemos viajado a ningún lado; y que nosotros, como los protagonistas que hemos visto, podemos ser tocados por lo extraordinario.
Lo que sorprende de esta producción, es que 2 directores superestrellas sean perfectamente guiados por otros 2 directores, entonces “menos conocidos” con anteriores trabajos dentro de los géneros del horror y la acción...
Spielberg, que produjo completamente el proyecto, quizás había notado que él y Landis obtenían los resultados más flojos, al ordenar las historias por grado ascendente de emoción.
En el fondo, la película comienza despacio, casi pierde el ritmo, pero recupera el tono al final; con el episodio del avión que ha sido ampliamente elogiado, destacando particularmente la actuación de John Lithgow, ya que los otros episodios fueron menos populares, salvo el episodio del accidente real...
Al tiempo que muchos tacharon el episodio de Steven Spielberg “de sentimental en exceso”, la obra completa sufre del típico altibajo de los filmes de antología; donde afortunadamente, el primero supera al segundo, y así.
Y como se citó, el film resultó perjudicado por la controversia provocada por el accidente de helicóptero del episodio de Landis, por lo que los resultados de taquilla mostraron una acogida del público poco entusiasta.
La ironía trágica ocurrió durante el rodaje de la película, que tuvo consecuencias que la ensombrecieron:
El viernes 23 de julio de 1982, durante el rodaje del episodio de John Landis, el actor Vic Morrow y los niños actores, Myca Dinh Le de 7 años de edad, y Renee Shin-Yi Chen de 6 años de edad; murieron por culpa del accidente de un helicóptero que estaba siendo usado.
Las explosiones pirotécnicas causaron la pérdida de control del aparato, que comenzó a volar muy bajo, y se estrelló.
Las hélices decapitaron a Morrow y a Le; mientras Chen murió por aplastamiento.
Los pasajeros del helicóptero sufrieron heridas de escasa gravedad, y todos sobrevivieron.
Las acciones legales contra los responsables del film, duraron casi una década, y cambiaron la regulación legal del trabajo efectuado por los niños en los rodajes durante las noches, y en las escenas con efectos especiales.
Por su parte, Hollywood también evitó el uso de especialistas para escenas con helicópteros durante muchos años, hasta que la revolución tecnológica de los 90, posibilitó el uso de imágenes creadas por computadora para crear efectos especiales digitales.
Como resultado del accidente, el nombre del 2º asistente del director fue retirado de los créditos, y reemplazado por el pseudónimo “Alan Smithee”
El incidente llevó a años de acción civil y penal; y acabó con la amistad existente entre Landis y Spielberg.
“You're about to meet an angry man.
Mr. William Connor, who carries on his shoulder a chip the size of the national debt.
This is a sour man, a lonely man, who's tired of waiting for the breaks that come to others, but never to him.
Mr. William Connor, whose own blind hatred is about to catapult him into the darkest corner of The Twilight Zone”
¿Qué se puede decir de “The Twilight Zone”?
Posiblemente sea la mejor serie de todos los tiempos.
Si bien duró sólo 5 años, de 1959 a 1964; muchos de sus capítulos resultaron memorables, y mantendría una vida perenne en la sindicalización televisiva; y después por cable TV.
Así, rodeado de un equipo de notables creativos, autores provenientes del “sci fi” literario, “The Twilight Zone” sería el epitome de la calidad en cuanto a series de TV:
Conciso en sus episodios que duraban tan solo media hora; reflexivo y entretenido.
Por su parte, Spielberg debía conocer a la serie de antes, tanto que fue largamente influenciado en toda una generación de cineastas y autores del “sci fi”, aunque tuvo el honor de conocer a Rod Serling en persona; ya en los 80, tras una filmografía destacada bajo el brazo, Spielberg era una persona poderosa en Hollywood, e intentaba generar su propio brecha a través de su productora, Amblin.
Es en esa época en que arma un equipo de talentosos que aparecerían en varias de sus producciones:
John Landis, Joe Dante, Robert Zemeckis, etc., y parte de ese equipo sería llamado por Spielberg para este film, como un homenaje a la serie de Serling.
Y quiénes mejor para plasmarlo que algunos de los mejores directores de su época, que decidieron poner su infinita capacidad creativa en manos de ese sentimiento; para inquietar o divertir, pero sobre todo, para buscar ese “extraordinario sentimiento” que ya nos dicen que existe…
La escena inicial, de hecho, más que un pequeño chiste, podría considerarse una declaración de intenciones frente a una audiencia, queda por sentado que lo que va a ver “es ficción”:
La propia ficción reconoce su “no-existencia” en chistes nostálgicos, para después demostrar de manera escalofriante, que sigue muy viva por muchos años que pasen.
Así, las 4 historias dentro de esta película funcionan cada una como una manera de asimilar el elemento extraordinario:
Un cuento moral, una revelación tardía, un viaje a lo desconocido, y un sencillo terror cotidiano.
Todos ellos protagonizados por personas normales y corrientes, sin ninguna cualidad especial, que se verán de repente envueltos en algo que no creeríamos…
El Prólogo:
La película empieza con un conductor y su pasajero conduciendo por una carretera secundaria, un coche de los años 70 en medio de la noche, cantando juntos la canción “The Midnight Special” de Creedence Clearwater Revival, y que a su vez la están escuchado de una vieja cinta de casete, hasta que la cinta finalmente se enrolla y se bloquea.
Entonces, para no aburrirse, proponen hacer un juego entre ellos, consistente en tratar de adivinar los títulos de programas antiguos de TV, simplemente tarareando sus melodías...
Más tarde, la conversación deriva en recordar sus episodios favoritos de la serie “The Twilight Zone” y los que más les impactaron.
El conductor habla sobre Burgess Meredith en el episodio “Time Enough at Last” de la serie; donde Burgess es el narrador de la película, aunque no aparezca en los créditos.
El pasajero, finalmente le pregunta al conductor:
“¿Quieres ver algo realmente terrorífico?”
A lo que el conductor expectante acepta; entonces, el amigo gira su cabeza hacia la ventanilla para ocultar su cara al conductor, y tras un instante con suspense, vuelve a girar su cabeza, revelando entonces el rostro oculto en el que se ha transformado, una criatura monstruosa, que acto seguido ataca al conductor letalmente.
El pasajero del Prólogo aparecerá otra vez al final de la película, haciendo la misma pregunta a otro hombre que está en la misma situación…
Así, la escena del prólogo se corta, apareciendo el exterior del coche, poniendo el monólogo:
“Esta puerta se abre con la llave de la imaginación.
Al otro lado hay una nueva dimensión, una dimensión de sonido, una dimensión de imágenes, una dimensión de la mente.
Están acercándose a un territorio de sombras y sustancias, ideas y cosas.
Acaban de entrar a La Dimensión Desconocida”
Este Prólogo no dura mucho, no es cerebral, y se agradece por lo efectivo; al tiempo que bien sigue el estilo de la propia serie, con el giro inesperado que resulta chocante para aquellos que se asustan fácilmente.
Sin lugar a dudas, una escena clásica en el género de terror.
Primer Episodio:
Inicia con la frase:
“Van ustedes a conocer al señor William Connor, que arrastra consigo un resentimiento mayor que la deuda nacional.
Es un hombre amargado, solitario, cansado de esperar las oportunidades que otros consiguen y él, nunca.
El señor William Connor, cuyo odio ciego va a catapultarle al rincón más oscuro en La Dimensión Desconocida”
Este fue el único episodio original, dirigido por John Landis; y está vagamente basado en los capítulos “A Quality of Mercy” y “Death's Head Revisited” de la serie original.
Donde Vic Morrow interpreta a un hombre intolerante y directo, llamado Bill Connor, que va al bar después del trabajo a tomar algo con sus amigos.
Está enfadado porque no ha conseguido un ascenso por el que ha trabajado mucho.
En su lugar, ha ascendido un hombre judío, y entonces comienza a hacer comentarios racistas contra judíos, negros y orientales.
Habla con sorna sobre el judío que ha ascendido varias veces, comentando lo duro que es ganarse la vida por culpa de los judíos, negros y asiáticos.
Aunque sus amigos tratan de calmarle, él es inflexible en sus emociones llenas de odio; y atrae de forma involuntaria, la atención de un grupo de hombres negros, sentados cerca, que demuestran su rechazo a los comentarios racistas efectuados.
A lo que Bill sale del bar, enojado; pero cuando sale, en vez de encontrarse en el estacionamiento, está en Francia de Vichy, durante La Segunda Guerra Mundial; y él es visto como un judío por 2 policías de Las SS que estaban patrullando las calles.
Después de una persecución por toda la ciudad, viaja en el tiempo, en el cual se encuentra en una zona rural, en el sur de EEUU, entre los años 1950, en donde miembros del Ku Klux Klan lo ven como un afroamericano, al cual deciden sacrificar.
Asustado y confundido, Bill les dice que es blanco... y mientras trata de escapar de éstos, viaja en el tiempo de nuevo, y aparece en La Guerra de Vietnam.
Ahí es un vietnamita, y casi es asesinado por una bomba del ejército de los Estados Unidos.
Por último, es enviado otra vez a Francia de Vichy; donde esta vez es capturado por Las SS, y enviado a un tren de donde, aparentemente, no puede ser rescatado.
Allí queda, gritando por ayuda, inútilmente, mientras el tren es llevado posiblemente a un Campo de Concentración.
Originalmente, este segmento terminaba con Bill regresando al presente después de recuperarse y salvar a 2 niños vietnamitas durante un ataque de helicóptero en la villa.
Lamentablemente, esta escena tuvo que eliminarse debido a la muerte del actor Morrow, y los 2 niños actores durante la filmación.
Este episodio muestra a Vic Morrow como la personificación del pensamiento de millones de estadounidenses, y la extremización de la filosofía del tema de “Birth Of A Nation” (1915) de Griffith.
Racista hasta la médula, e intolerante con judíos, negros y orientales, el protagonista es castigado con un viaje a “La Dimensión Desconocida”, en el que es perseguido por los nazis que lo creen judío; por el Ku Klux Klan que lo cree negro; y por los soldados de EEUU en Vietnam, que lo confunden con un “Charlie”
Al fin de cuentas, al personaje se le aplica una sanción mucho más punitiva que el daño que había causado con su intolerancia.
Es durante la filmación de este segmento, que tuvo lugar el accidente que le costó la vida de Morrow y a 2 niños vietnamitas, así que el director tuvo que cambiar el guión, y arreglarse con lo que ya estaba filmado.
Esto explica la baja calidad narrativa del segmento, aunque no la justifica; al tiempo que el evento trágico afectó enormemente a toda persona vinculada al proyecto, principalmente a los familiares de los fallecidos, pero debido a restricciones legales en torno al contrato de Morrow, el segmento no pudo ser retirado del guión, por lo que se alteró su final, dejándolo abierto y a la libre interpretación del espectador.
Segundo Episodio:
Inicia con la frase:
“Se dice a veces que donde no hay esperanza no hay vida.
Un ejemplo muy a propósito, los residentes de la casa de reposo “Sunnyvale”, donde la esperanza es solo un recuerdo.
Pero la esperanza acaba de entrar en Sunnyvale disfrazada de anciano optimista que lleva su magia en una reluciente lata”
Este segundo episodio está dirigido por Steven Spielberg, y es un remake del capítulo de la serie llamado “Kick The Can” siendo el episodio 21 de La Tercera Temporada de la serie.
Aquí, el actor Scatman Crothers interpreta a un viejo hombre llamado Bloom, que se acaba de trasladar a Sunnyvale.
A su llegada, amablemente se sienta y escucha las felices historias de juventud de los otros viejos residentes; y les explica que “la vejez no es razón para no disfrutar la vida, y que sentirse joven y activo, es una cuestión de actitud, no de edad”
Sin embargo, un viejo gruñón llamado Bill Conroy, bastante escéptico en su perspectiva vital, no está de acuerdo, y discute que con su edad puedan llevar a cabo la misma actividad física de la niñez.
Esa noche, el señor Bloom les congrega fuera para jugar a “patear la lata”, una especie de juego del escondite, donde dando una patada a una lata, se libera a los jugadores prisioneros…  y de manera mágica, los residentes se transforman en versiones infantiles de ellos mismos.
Aunque están contentísimos de ser jóvenes otra vez, y de disfrutar de las actividades que tanto tiempo hacía que no realizaban, también se dan cuenta de que ser joven no significa beneficiarse sólo de los buenos momentos, sino también vivir los malos.
Así que le piden volver a ser viejos, lo que el señor Bloom concede.
Pero Bill Conroy observa a un residente que permanece siendo niño y le dice, antes de que salga corriendo, que está preparado para ser como él.
Aunque el niño le dice que no puede ser, Conroy se da cuenta de que no debe cesar de disfrutar la vida por su edad.
El episodio acaba con Bloom trasladándose a otra residencia, mientras Conroy patea felizmente una lata en el patio del asilo, ya que ha aprendido que ser joven de corazón, que es lo que realmente importa.
A discrepancia y a la falta de conexión entre este y los demás segmentos, se debe a muchas cosas:
Comenzando por el simple hecho de que Spielberg tenía en mente otras historias, incluyendo un remake del episodio “The Monsters Are Due On Maple Street”, pero la desecho porque la misma incluía escenas de noche con niños y efectos especiales, y teniendo en cuenta que él quería terminar con la película tras el fatídico accidente; se entiende pues que grabar en la noche era literalmente lo último que quería hacer.
Otra tenía que ver con un bravucón, pero hubo problema con el guión.
También, con “Kick The Can” otro factor que pudo haber influido en la desconexión y la calidad un tanto mediocre de la misma, es el hecho de que su director estaba tan afligido por toda la tragedia, que de hecho grabó todo en 6 días, ya que deseaba terminar con su contracto, y largarse lo más rápido posible.
Ni siquiera el hecho de que había trabajado anteriormente con Serling y su gran aprecio hacia el visionario pudo con toda la pena que sentía.
Sin embargo, un elemento que tiene un papel importante en este segmento, es la música, que como el mejor de los clásicos de Amblin, el tono fantasioso y a veces jocoso, eleva la historia y le da un toque de lo más encantador.
De nuevo, la historia es bastante linda, y tiene varios guiños y giros que lamentablemente no logran encajar con el tono de terror que corroe todo el film; por lo que muestra de los excesos melodramáticos de Spielberg, incluso se insinúa la presencia de elementos y personajes mágicos o fantásticos, siguiendo el clásico estilo fílmico de Steven Spielberg, que es un formidable director de acción y un excelente cineasta del cine fantástico, pero está demostrado que hay 2 rubros en los cuales no puede dirigir nada decente:
La comedia y el drama.
Para la comedia, “El Rey Midas” no tiene “timing”; y para el drama es almibarado hasta el empalago.
Y aquí, aunque sea un episodio proveniente de un Spielberg joven, resalta los mismos defectos; tanto que parece que por momentos le gritara a la audiencia que lloren.
Tercer Episodio:
El episodio inicia diciendo:
“Retrato de una mujer joven en tránsito.
Helen Foley, 27 años de edad.
Profesión, maestra de escuela.
Hasta ahora, el ritmo de su vida casi no ha ofrecido variantes, aunque ella siempre ha esperado que algo diferente se presente.
Helen Foley no lo sabe aún, pero la espera acaba de terminar”
Este episodio es un “remake” del capítulo de la serie “It's a Good Life”, que fue el 8° de La Tercera Temporada del programa original, escrito por Rod Serling, y basándose en un relato corto de Jerome Bixby; siendo dirigido por Joe Dante.
Aquí, Kathleen Quinlan interpreta el papel de una afable profesora de escuela que va de camino de su nuevo trabajo.
Mientras hace una parada en un bar para tomarse algo rápido, ve cómo un niño es acosado por un grupo de camorristas borrachos, al haber apagado accidentalmente la televisión mientras ellos la veían.
Al poco rato, Helen decide irse.
Por no prestar atención, golpea con su coche la bicicleta en la que va montado el chico, y ofrece sus más sinceras disculpas, pero el niño le pide que lo lleve a su casa...
Ambos llegan allí, y resulta ser una enorme casa de campo.
Allí conoce a varias personas que, según el chico, Anthony, son su familia:
Su tío Walt (Kevin McCarthy); su hermana Ethel (Nancy Cartwright); y sus padres.
Helen se da cuenta, de que la familia parece bastante aprensiva, aunque trata de olvidarlo; y después que Helen trata de irse, descubre que Anthony no es un niño ordinario:
Él posee unos poderes inexplicables, que le permiten hacer prácticamente cualquier cosa que quiera, incluso hacer aparecer personajes de los dibujos en la vida real, y hacer desaparecer a los humanos.
Los “familiares” de Anthony informan a Helen que no son tal, y que llegaron a la casa engañados, justo como ella; y también le explican que no se pueden marchar de allí.
Tras hacer enfadar a Anthony, al decirle que estar allí con él era como una pesadilla, les hace desaparecer junto con la casa, quedándose con Helen en un limbo rodeado de la nada.
Helen habla con Anthony, y le hace darse cuenta del error de su comportamiento, ofreciéndole su amistad si accede a no abusar más de sus poderes.
De esa manera, Anthony se da cuenta de que el mal uso de sus poderes no le ha traído nada bueno, y accede a convertirse en una buena persona.
Al final se van juntos a la nueva casa de ella en un coche mucho mejor, aparecido tras retornar al mundo que había hecho desaparecer.
Este episodio fue re-imaginado y presentado de manera más abyecta y retorcido, que incluye además un personaje nuevo, que fue añadido para darle un final un poco más positivo al relato, a pesar de que el original es más tétrico y desesperanzador.
Como mencioné al principio, luego de la encantadora e infantil de historia de Spielberg, este segmento trae de nuevo el horror y los elementos sobrenaturales con los que comenzamos la película.
Aunque no ha llegado a convertirse en un clásico como es el caso del Prólogo, Joe Dante hace un increíble trabajo dirigiendo uno de los mejores cortos sobre niños diabólicos; con un clima enrarecido, y uno ve que cuando Anthony y Helen llegan a la casa, hay algo que va terriblemente mal…
Además, la mayoría de las escenas están ambientadas como shows de TV; el problema es quizás la resolución del episodio, donde la transformación de Helen resulta algo brusca, pues ella acepta los poderes del chico, y decide ser su maestra; pero el resto está filmado de un modo impecable.
Hay un clima de profundo horror en esa casa, especialmente cuando Kevin McCarthy decide hacer su truco con la galera, y no sabe en qué está metiendo la mano…
El capítulo, toda una joya surrealista con fuertes alusiones al inocente pero cruel mundo infantil, calza perfectamente en la estética de Joe Dante, cuyo amor por los dibujos de la Warner es más que evidente; pero al mismo tiempo, la tensión que impregna todo el encuentro con la familia, es magnífica, y terrible resulta la descarga de ira del pequeño con los miembros de su cautiva parentela, especialmente su supuesta hermana…
Este segmento está bastante estilizado, pero la trama en general pareciera que no está convenientemente resuelta. 
Cuarto Episodio:
Inicia así:
“Lo que están viendo podría ser el final de una terrorífica pesadilla.
No es así, es el comienzo.
Les presento al señor Valentine, pasajero aéreo.
Destino:
La Dimensión Desconocida”
Este 4° episodio es un “remake” del capítulo “Nightmare at 20,000 Feet” de la serie, siendo el episodio 3° de La Quinta Temporada; y fue dirigido por George Miller.
Aquí, el actor John Lithgow interpreta al señor John Valentine, un estresado e histérico pasajero de una línea aérea; que sale lentamente del baño después de que la azafata le haya preguntado repetidamente si estaba bien…
Él había estado recuperándose de un ataque de pánico; y aunque no se menciona en el episodio, parece como si el señor Valentine sufriera de ansiedad, claustrofobia y acrofobia; por lo que varias veces, las azafatas intentan restarle preocupación asegurándole que todo va a ir bien, y diciéndole que no hay de qué preocuparse...
Pero su comportamiento atrae la atención de otros pasajeros, que empiezan a manifestar su nerviosismo; y cuando el señor Valentine ve desde su ventana un espantoso diablillo en el ala del avión, entra en una espiral de pánico:
Ve cómo esa pequeña, pero malvada criatura, arranca cables y tornillos del motor del avión.
Desafortunadamente, nadie da crédito a John Valentine; y al ver cómo sigue dañando el avión, Valentine le arrebata el arma a un policía encargado de la seguridad aérea; y rompe un cristal despresurizando la cabina, por lo que comienza a disparar a la criatura.
Éste bicho le agarra la cara por un segundo, hace un gesto de negación con un dedo, y se marcha volando...
Al final, el avión efectúa un aterrizaje de emergencia; donde la policía, la tripulación y los pasajeros lo toman por “otro caso de locura provocada por la claustrofobia”, y se lo llevan en una ambulancia al psiquiátrico, inmovilizado mediante una camisa de fuerza.
Pero los técnicos del aeropuerto descubren entonces los inexplicables daños que ha sufrido el motor del avión.
Aquí, la cámara en constante movimiento de George Miller, sirve para crear paranoia y pura claustrofobia; siendo un auténtico cine fantástico de calidad.
Este segmento vale por sí solo toda la película, y no sólo por la increíble tensión creada, sino por su entorno minimalista y sin tregua, concentrado en un único espacio:
La cabina de pasajeros de un avión comercial en medio de una tormenta, donde un pasajero con un terrible miedo de volar, John Lithgow en estado de gracia, mira por la ventana y ve un horrible monstruo en el ala del artefacto, destrozando uno de los motores.
La lucha de este hombre por lograr que la tripulación le crea y logre detener a tiempo a la criatura, es ya todo un clásico del horror.
El Epílogo:
También dirigido por George Miller; el final del 4° episodio conecta con el personaje del Prólogo:
El personaje interpretado por John Lithgow, es conducido al psiquiátrico en una ambulancia; y el conductor apaga la sirena, y hace sonar la canción “Midnight Special” de Creedence Clearwater Revival; luego se gira y resulta ser el pasajero del Prólogo interpretado por Dan Aykroyd, que le dice:
“Así que se pasó miedo allí arriba, ¿eh?”
“Oh, sí”, contesta Valentine.
“¿Quiere ver algo realmente terrorífico?”
Y suena la sintonía de la serie clásica...
La película acaba entonces con un plano de la noche estrellada, mientras se oye el monólogo inicial de Rod Serling de la primera temporada de la serie:
“Hay una 5° dimensión, más allá de lo que el hombre conoce.
Se abre a medio camino entre la luz y las sombras, entre la ciencia y la superstición, entre el abismo de los terrores del hombre y la cima de su conocimiento.
Es la dimensión de la imaginación.
Una Dimensión desconocida”
A modo general, la película está planeada para servir de tributo a la clásica serie creada por Rod Serling, por lo que es de estilo antológico, y se compone de un Prólogo y 4 segmentos o historias auto-conclusivas de horror, misterio, fantasía y ciencia ficción; donde 3 de dichos relatos, son reinterpretaciones de clásicos capítulos de la serie de 1959, aunque con ambientación “aggiornada” a la época y una notable mejora en la calidad visual y efectos especiales.
El segmento de John Landis, es el único segmento escrito y dirigido por la misma persona; mientras que los segmentos de Steven Spielberg, George Miller y Joe Dante, fueron escritos por otros escritores; además, ninguno de estos episodios tiene el famoso giro de sorpresa al final; que es por lo que es famosa la serie; y como dato, nunca tocan la famosa canción de guitarra de Marius Constant…
Por otro lado, el segmento de John Landis fue el primero en ser filmado, a lo que Steven Spielberg consideró cancelar todo el proyecto después del accidente mortal del helicóptero; pero finalmente los segmentos restantes se completaron en este orden:
“It's a Good Life”, “Nightmare at 20,000 Feet” y “Kick The Can”; es decir, los segmentos 3, 4 y 2.
Para cada uno de los segmentos, cada director utilizaría sus equipos de producción habituales, con Spielberg y Landis como productores de la película, como una producción independiente financiada por Warner Bros.; a lo que Richard Matheson fue contratado para adaptar y expandir las 3 historias de la serie original.
Pero tan solo inicial, durante el rodaje del segmento “Time Out” dirigido por Landis el 23 de julio de 1982, alrededor de las 2:30am, que el actor Vic Morrow y los niños actores:
Myca Dinh Le de 7 años; y Renee Shin-Yi Chen de 6; murieron en un accidente con un helicóptero utilizado en el set.
El lugar de filmación era El Rancho Indian Dunes que se utilizó durante la década de 1980 en películas y programas de televisión, incluidos “The Color Purple”, “Escape From New York”, y las series MacGyver y China Beach; por lo que la ubicación estaba dentro de la zona de 30 millas, un área abierta que permitía más efectos pirotécnicos, y era posible filmar escenas nocturnas sin luces de la ciudad visibles en el fondo.
Los 600 acres de Indian Dunes, unos 2.4km2, también presentaban una amplia topografía de colinas verdes, desierto seco, bosques densos y lechos de ríos selváticos a lo largo del río Santa Clara, lo que lo hizo adecuado para duplicar ubicaciones en todo el mundo, incluidos Afganistán, Myanmar, Brasil y Vietnam.
La escena nocturna planeada para el segmento y parte final de Landis, requería que el personaje de Morrow llevara a los 2 niños fuera de una aldea desierta, cruzara un río poco profundo, mientras los soldados estadounidenses los perseguían en un helicóptero.
Así, en la escena que sirvió como el final original, el personaje de Morrow debía haber viajado en el tiempo otra vez, y tropezado con una aldea vietnamita desierta donde encuentra a 2 niños vietnamitas abandonados cuando aparece un helicóptero del Ejército de EEUU.
El helicóptero, fue pilotado por el veterano real de La Guerra de Vietnam, Dorcey Wingo; y durante la filmación, él estacionó su helicóptero a 25 pies, unos 7,6m del suelo, mientras flotaba cerca de un gran efecto de mortero; y luego giró en 180° hacia la izquierda para la siguiente toma de la cámara.
Un efecto fue detonado mientras el rotor de cola del helicóptero todavía estaba por encima, haciendo que el rotor fallara, y se separara de la cola.
De esa manera, el helicóptero de bajo vuelo, se salió de control; y al mismo tiempo, Morrow dejó caer a Chen al agua.
Estaba tratando de agarrarla, cuando el helicóptero cayó sobre él, y los 2 niños:
Morrow y Le, fueron decapitados por las palas del rotor principal del helicóptero, mientras que Chen fue aplastado por el patín de aterrizaje derecho del helicóptero.
Los 3 murieron instantáneamente.
Se supo que los 2 niños actores fueron contratados en violación de La Ley de California, que “prohíbe que los niños actores trabajen de noche o cerca de explosiones, y requiere la presencia de un maestro o trabajador social”
Durante el juicio posterior, la defensa admitió la ilegalidad de la contratación de niños, y Landis admitió su culpabilidad, pero no el accidente; y admitió que su contratación fue “incorrecta”
Por su parte, el productor y codirector, Steven Spielberg, estaba tan disgustado por el manejo de la situación por parte de Landis, que terminó su amistad, y pidió públicamente el fin de “La Nueva Era de Hollywood”, donde los directores tenían un control casi completo sobre la película.
Y cuando la prensa se le acercó sobre el accidente, dijo:
“No vale la pena morir por ninguna película.
Creo que la gente está ahora mucho más parada que nunca antes, ante productores y directores que preguntan demasiado.
Si algo no es seguro, es el derecho y la responsabilidad de cada actor o miembro de la tripulación de gritar:
¡Corten!”
Un informe publicado en mayo de 1984 por La Junta Nacional de Seguridad del Transporte, declaró:
“La causa probable del accidente, fue la detonación de explosiones de efectos especiales de alta temperatura, cargadas de escombros demasiado cerca de un helicóptero de vuelo bajo, que causó daños a objetos extraños en una pala del rotor y la delaminación debido al calor, a la otra pala del rotor, la separación de ensamblaje del rotor de cola del helicóptero, y el descenso incontrolado del helicóptero.
La proximidad del helicóptero, a unos 25 pies del suelo, a las explosiones de efectos especiales, se debió a la imposibilidad de establecer comunicaciones directas y coordinación entre el piloto, que estaba al mando de la operación del helicóptero; y el director de cine, que estaba en a cargo de la operación de filmación”
Las muertes se registraron en una película desde al menos 3 ángulos de cámara diferentes; y como resultado de la muerte de Morrow, las pocas escenas restantes del segmento, no se pudieron filmar, y todas las escenas que se filmaron con los 2 niños vietnamitas, representados por Myca y Renee, se eliminaron del corte final del segmento.
También se supo después que a Myca y Renee, se les pagaba “debajo de la mesa” para eludir las leyes de trabajo infantil de California.
Además, los actores de reparto no sabían que los niños estarían involucrados en la escena.
El productor asociado, George Folsey, Jr., les dijo a los padres de los niños que no les dijeran a los bomberos en el set, que los niños eran parte de la escena, y también los escondió de un oficial de seguridad contra incendios que también trabajaba como trabajador social.
Un oficial de seguridad contra incendios, estaba preocupado porque las explosiones causarían un choque, pero no le dijo a Landis sus preocupaciones.
Y mientras Vic Morrow estaba esperando filmar lo que resultaría ser la escena que lo mató, le dijo a un asistente de producción:
“Debo estar loco para hacer esto.
Debería haber pedido un doble de acrobacias, porque esto puede matarme, ¿cierto?”
Además, mientras filmaba “Dirty Mary Crazy Larry” (1974), el mismo Morrow insistió en tener una póliza de seguro de vida de $1 millón antes de filmar cualquier escena relacionada con un helicóptero en el que debía viajar.
Él fue muy insistente, y cuando se le preguntó por qué, Morrow respondió:
“¡Siempre tuve la premonición de que iba a morir en un accidente de helicóptero!”
Para más ironías, la última película completa de Vic Morrow, fue estrenada en 1990 y era “The Bronx Warriors” (1982), y aparece en una escena inquietantemente profética que parecía presagiar su trágica muerte en esta película, donde el superior de Morrow le dice:
“¡Si no atrapas a la chica mañana a las 11 en punto, tendré tu cabeza!”
A lo que el personaje de Morrow respondió:
“La llevaremos en un helicóptero”
El accidente de Morrow llevó a acciones civiles y criminales contra los cineastas que duró casi una década; tanto que el juicio fue descrito como “largo, controvertido y amargamente divisivo”; siendo la primera vez que un director fuera acusado debido a una muerte en un set.
En el juicio, se supo que la defensa afirmó que las explosiones fueron detonadas en el momento equivocado.
Randall Robinson, asistente de camarógrafo a bordo del helicóptero, declaró que el gerente de producción, Dan Allingham, le dijo al piloto, Dorcey Wingo:
“Eso es demasiado.
Salgamos de aquí”, cuando las explosiones fueron detonadas, pero John Landis gritó por la radio:
“¡Más bajo, más bajo!
¡Supera!”
Robinson dijo que Wingo intentó abandonar el área, pero que “perdimos el control y lo recuperamos, y luego pude sentir que algo se soltó y comenzamos a dar vueltas en círculos”
Steve Lydecker, también un operador de cámara a bordo, testificó que Landis había “ignorado” las advertencias sobre el truco con el comentario:
“Podemos perder el helicóptero”
Si bien, Lydecker reconoció que Landis pudo haber estado bromeando cuando hizo el comentario, dijo:
“Aprendí a no tomar nada de lo que dijo el hombre como una broma.
Fue su actitud.
No tuvo tiempo para sugerencias de nadie”
El padre de Le, el psicólogo Dr. Daniel Le, testificó que escuchó a Landis instruir al helicóptero para que volara más bajo…
Los 4 padres declararon que “nunca les dijeron que habría helicópteros o explosivos en el set”, y les aseguraron que “no habría peligro, solo ruido”
El Dr. Le, que sobrevivió a La Guerra de Vietnam e emigró con su esposa a los Estados Unidos, se horrorizó cuando comenzaron las explosiones en el pueblo vietnamita, trayendo irónicamente sus recuerdos de la guerra.
Al final, Landis, Folsey, el gerente de producción, Dan Allingham; el piloto Dorcey Wingo y el especialista en explosivos, Paul Stewart, fueron juzgados y absueltos por cargos de homicidio involuntario en un juicio de 9 meses, entre 1986 y 1987.
Las familias de Morrow, incluida su hija, la actriz Jennifer Jason Leigh; y de las 2 niñas demandaron, pero finalmente llegaron a un acuerdo extrajudicial por una tarifa no revelada.
Landis, nunca ha aceptado públicamente la responsabilidad del accidente; y como resultado, el 2° director asistente, Andy House, eliminó su nombre de los créditos y lo reemplazó con el seudónimo “Alan Smithee”
Al tiempo que Landis y varios otros miembros del personal, también fueron responsables de varias violaciones laborales, relacionadas con otras personas involucradas en el accidente, todo lo cual salió a la luz después de que ocurrió el incidente.
Además se supo que los padres de las niñas habían recibido instrucciones de “guardar silencio sobre las horas de trabajo nocturnas”
Tras el incidente de la película, los accidentes durante el rodaje entre 1982 y 1986 cayeron un 69,6%, aunque todavía hubo 6 muertes producidas en los sets de filmación; así como que varios miembros del equipo de rodaje, no pudieron encontrar trabajo después del accidente.
Por su parte, John Landis sobrevivió a la controversia y a los problemas legales provocados por el accidente; y continuó liderando una carrera muy exitosa en Hollywood después de esto; tanto que sigue siendo uno de los directores de comedia más exitosos de la industria; pero admite que todavía lo persigue el accidente, y dice que no ha pasado un día en su vida en el que no lo piense.
Por otra parte, Warner Bros., estableció Comités de Seguridad dedicados para establecer estándares aceptables “para cada aspecto de la filmación, desde disparos hasta aviones de ala fija, humo y pirotecnia”
El Comité de Seguridad del Gremio de Directores de América, comenzó a publicar boletines de seguridad regulares para sus miembros, y estableció una línea telefónica directa para “permitir a los directores obtener respuestas rápidas a preguntas de seguridad”
El gremio, también comenzó a disciplinar a sus miembros por violaciones de sus procedimientos de seguridad en los sets, lo que no había hecho antes del accidente; así como el Screen Actors Guild introdujo una línea directa de 24 horas, y un equipo de seguridad para sus miembros, que “alentó a usar el derecho de rechazo garantizado en los contratos, si creen que una escena no es segura”
Del reparto, se llegó a considerar al actor William Shatner para que repitiese su papel en el segmento final basado en el episodio “Nightmare at 20.000 Feet”; pero debido a las limitaciones de tiempo de Shatner, el papel le fue dado John Lithgow.
La experiencia para Lithgow, fue sumamente exigente, dado que el equipo técnico no manejo bien los “flashes” de luz que representaban los relámpagos, por lo que Lithgow, famoso por ser un perfeccionista, se vio obligado a reaccionar de manera más exagerada que como estaba planeado originalmente.
Con todo, su actuación fue considerada un feliz accidente, ya que el resultado es mucho más grotesco y orgánico, lo que aumentó la tensión y acelero el ritmo general del segmento.
También, Frank Marshall, el productor del mismo segmento, interpreta a uno de los miembros de la tripulación que controla el ala del avión en busca de daños.
Mientras que John Landis tiene una cita en su propio segmento, diciendo:
“Nos vemos el próximo miércoles” cuando un alemán está hablando con Bill (Vic Morrow)
Carol Serling tiene una línea en el último segmento, como la mujer que pregunta “¿Hay algo mal?” cuando las azafatas tocan la puerta del baño del avión, sosteniendo en sus brazos una copia de “Twilight Zone Magazine”
Pues ella era la esposa de Rod Serling.
Y en un momento particular, en algunos segmentos se hacen referencias a los siguientes programas de televisión:
Sea Hunt(1958), Perry Mason (1957), Bonanza (1959), The Real McCoys (1957), The Beverly Hillbillies (1962), Car 54, Where Are You? (1961), National Geographic Specials (1965), Gilligan's Island (1964) y Hawaii Five-O (1968)
Lo único malo de esta película, es que sólo Miller y Dante dirigen un par de episodios, y no el resto del filme; porque el problema con Twilight Zone: The Movie, es que, si bien la mayoría son “remakes” de episodios de la serie, los directores no saben comprender el espíritu de la misma.
En vez de los 3 capítulos iniciales vistos, deberían haber elegido otros episodios de la serie que fueran más representativos; pues además, el secreto de la mítica serie está en que Rod Serling era un bromista, donde la mayoría de sus capítulos no eran más que chistes macabros desarrollados en climas fantásticos.
Así, en vez del pálido alegato racista o de la edulcorada fábula, deberían haber optado por otros capítulos más fantásticos e impactantes.
Pero, como todos los filmes por episodios, los resultados son desparejos, y aquí es más evidente que nunca.
Y es una pena, en vista de los talentos convocados, que hayan olvidado que la principal atracción de la serie original estaba basada en historias de seres humanos, en reacciones y psicologías humanas, cosa que es prácticamente olvidada en esta película.
Por último decir que esta película fue la primera de 4 películas de Steven Spielberg donde John Williams no hizo la banda sonora, pues los otros 3 filmes son:
“The Color Purple” (1985), “Bridge of Spies” (2015) y “Ready Player One” (2018)
Aquí, el compositor fue Jerry Goldsmith, que ya lo había sido en la música de 7 capítulos de la serie clásica:
“The Four of Us Are Dying”, “The Big Tall Wish”, “Nightmare as a Child”, “Nervous Man in a Four Dollar Room”, “Dust”, “Back There”, y “The Invaders”
En esta oportunidad, “Time Out” es el único segmento cuya música no está incluida en la obertura, en realidad, el título musical de la película; siendo ésta también la primera colaboración entre Goldsmith y el director Joe Dante, que duraría otras 7 películas, siendo una de las relaciones más largas de un director y un compositor registradas jamás.
Estas colaboraciones, también incluirían varias producciones de las compañías de Steven Spielberg, Amblin Entertainment y DreamWorks Pictures.
Se supo de una grabación completa de la partitura dramática, incluida una canción inédita de Joseph Williams, hijo del legendario compositor John Williams, quien es el amigo personal y colaborador de Steven Spielberg durante las últimas 4 décadas; y también de Jerry Williams, hermano de John, que fue el percusionista en la partitura, siendo lanzada hasta abril de 2009 por Film Score Monthly, que representa el primer lanzamiento de la banda sonora en Estados Unidos en Compact Disc.
Al tiempo que las canciones utilizadas en “Time Out” fueron producidas por Bruce Botnick con James Newton Howard, la canción promocional de esta película, “Nights Are Forever”, fue escrita por Jerry Goldsmith con el letrista John Bettis y cantada por Jennifer Warnes, que se escucha brevemente durante la escena de la máquina de discos en el segmento de apertura con Vic Morrow.
“What you're looking at could be the end of a particularly terrifying nightmare.
It isn't.
It's the beginning.
Introducing Mr. John Valentine, air traveler.
His destination:
The Twilight Zone”
No cabe duda que el legado de Rod Serling, creador de la serie “The Twilight Zone”, abrió el camino para el género de la ciencia ficción, la fantasía y el terror tanto en la TV como en el cine.
Serling comenzó su carrera cuando la televisión era un nuevo medio:
El inventor, Philo Farnsworth, presentó el primer visionado público de una televisión totalmente electrónica en El Instituto Franklin de Filadelfia, el 25 de agosto de 1934, cuando Serling tenía apenas 9 años.
La televisión comercial comenzó así oficialmente, el 1° de julio de 1941.
En ese momento, había menos de 7 mil televisores en los Estados Unidos, y muy pocos de ellos estaban en hogares privados; y solo 5 meses después, los EEUU entraron en La Segunda Guerra Mundial, y el negocio de la televisión se detuvo hasta el final de la guerra, ya que muchos de los sets fueron confiscados por el gobierno, y reutilizados para entrenar.
Después de que terminó La Segunda Guerra Mundial, el dinero comenzó a fluir hacia el nuevo medio, la televisión, coincidiendo con el comienzo de la carrera de escritor de Serling.
La programación inicial, consistió en noticiarios, eventos deportivos y lo que hoy se llamaría “televisión de acceso público”
No fue hasta 1948 que se mostraron por primera vez los dramas filmados.
Por su parte, Serling comenzó a producir dramas serios en 1950, y se le reconoce como “uno de los primeros en escribir guiones específicamente para televisión”; y como tal, se dice que “ayudó a legitimar el drama televisivo”
Y es que a Serling le preocupaba que la televisión estuviera a punto de sufrir el mismo declive que la radio; por lo que alentó a los patrocinadores a ver la televisión como una plataforma para el tipo de entretenimiento dramático que podría abordar asuntos sociales importantes, a través de significados sutiles, en lugar de ser una “cartelera animada”
El formato de escritura para televisión estaba cambiando rápidamente en los primeros años, pero finalmente se adaptó a un patrón de pausas comerciales cada cuarto de hora; así, los escritores se vieron obligados a trabajar estos saltos en sus guiones; y la respuesta de Serling a esta convención fue:
“¿Cómo se puede presentar un drama significativo cuando cada 15 minutos los procedimientos son interrumpidos por 12 conejos bailarines con papel higiénico?
Ninguna forma de arte dramático debe ser dictada y controlada por hombres cuyo entrenamiento e instintos se corten de una tela completamente diferente.
El hecho es que estos caballeros venden bienes de consumo, no una forma de arte”
Así, a lo largo de su carrera, Serling ayudó a moldear el futuro de la televisión; y cuando él falleció, el 28 de junio de 1975, a los 50 años de edad, tenía realizados tantos logros a lo largo de su vida como para llenar la vida de una docena de hombres talentosos; y tras su sombra dejó un legado único:
Una colección de brillantes dramas televisivos, una voz y un estilo ampliamente imitado, y una galería de extraños y maravillosos personajes, que se convirtieron en parte del folclore de EEUU y el mundo:
El cansado ejecutivo de mediana edad que escapa de sus presiones diarias hacia el pueblo de su niñez... el convicto condenado a años de aislamiento en un planetoide remoto, cuya única compañía es un robot... el soldado que puede reconocer cuando uno de sus camaradas está por perder la vida en el campo de batalla... el charlatán compulsivo que remueve sus cuerdas vocales con el propósito de ganar una apuesta de que no es capaz de callarse la boca por un año... la mujer hermosa despreciada como abominable por un mundo de seres monstruosos... el viajero del tiempo de nuestros días que intenta prevenir a Abraham Lincoln de su asesinato... el hombre que maltrata a las máquinas hasta que un día ellas se rebelan... el vendedor callejero que engaña a la muerte... el inquietante niño que atemoriza a su familia y vecinos a causa de sus enormes poderes psíquicos... el astuto bibliotecario que es condenado a morir al considerársele inútil por un déspota gobierno futurista... el millonario enfermo que antes de morir desea darle una lección a su codiciosa familia usando sus máscaras antiguas... el viejo profesor que es despedido y jubilado de la escuela donde imparte clases antes de tener profundas charlas con las memorias de sus antiguos alumnos... el Santa Claus borrachín de una tienda de juguetes, que una noche de Navidad se convierte en un Santa verdadero... y literalmente cientos más.
Rod Serling también dejó una frase que para todos se ha convertido en sinónimo del dominio de la imaginación:
“La Dimensión Desconocida”, que entre 1959 y 1964, en más de 150 episodios memorables, fue nuestro guía a través de esta “5° Dimensión” donde la realidad se asocia con los sueños; y de esa manera, Rod Serling expandió nuestro universo.
Hoy, Serling está indeleblemente entretejido en la cultura popular moderna debido a la popularidad de “The Twilight Zone”, tanto que incluso los jóvenes de hoy pueden tararear el tema musical, un título que en sí mismo es sinónimo de todo lo inexplicable.
Y es que Rod Serling soñó algo increíble en los 50.
Soñó, de hecho, que no importa lo comunes que lleguemos a ser, siempre podemos dejar la puerta abierta a lo extraordinario.
Nunca jamás tenemos que dar por sentado que el día de mañana no nos va a traer hechos inexplicables, insospechadas conexiones o experiencias inolvidables.
Mirando hacia atrás, tal vez el accidente de esta película fue un horrible presagio, una advertencia de que la película no debió haber ocurrido.
Como tal vez, en una forma retorcida y de lo más irónica, el equipo de producción y el elenco quedaron atrapados en su propia experiencia en “La Dimensión Desconocida”

“There is a fifth dimension beyond that which is known to man.
It is a dimension as vast as space and as timeless as infinity.
It is the middle ground between light and shadow, between science and superstition, and it lies between the pit of man's fears and the summit of his knowledge.
This is the dimension of imagination.
It is an area which we call The Twilight Zone”



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