I Have A Dream

“Tell them about the dream, Martin!”

Para comprender a Martin Luther King, Jr., es necesario poseer un corazón fuerte, amplio y puro como él lo tenía, pues realmente hace falta mucha fortaleza para no ceder a la tentación de la violencia cuando esta se ejerce sobre su propio pueblo y sobre uno mismo.
Nacido en 1929, desde joven, Martin Luther King, Jr., tomó conciencia de la situación de segregación social y racial que vivían los negros de su país, y en especial los de los estados sureños.
Muy pronto dio muestras de su carisma y de su firme decisión de luchar por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, inspirándose en la figura de Mahatma Gandhi, y en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau.
Martin fue pastor de La Iglesia Bautista que desarrolló una labor crucial en Estados Unidos al frente del Movimiento por Los Derechos Civiles para Los Afroamericanos y que además, participó como activista en numerosas protestas contra La Guerra de Vietnam y la pobreza en general.
Por esa actividad encaminada a terminar con el apartheid estadounidense y la discriminación racial a través de medios no violentos, fue condecorado con El Premio Nobel de La Paz en 1964, y se convirtió en la persona más joven en recibir tal Premio; y 4 años después, en una época en que su labor se había orientado especialmente hacia la oposición a la guerra y la lucha contra la pobreza, fue asesinado en Memphis, cuando se preparaba para liderar una manifestación.
Martin Luther King, Jr., activista de los derechos civiles desde muy joven, organizó y llevó a cabo diversas actividades pacíficas, reclamando el derecho al voto, la no discriminación y otros derechos civiles básicos para la gente negra de los Estados Unidos; y entre sus acciones más recordadas, están el boicot de autobuses en Montgomery, en 1955; su apoyo a la fundación de la Southern Christian Leadership Conference, en 1957, de la que sería su primer presidente; y el liderazgo de La Marcha sobre Washington por El Trabajo y La Libertad, en 1963, al final de la cual pronunciaría su famoso discurso “I Have A Dream”, en los escalones del monumento a Lincoln en Washington DC, gracias al cual se extendería por todo el país la conciencia pública sobre el movimiento de los derechos civiles, y se consolidaría como uno de los más grandes oradores de la historia estadounidense.
Pero a los 39 años de edad, Martin Luther King, Jr., fue asesinado el 4 de abril de 1968 por un matón a sueldo… tragedia inicua e injusta, que mostró al desnudo las miserias morales de algunos sectores sociales.
James Earl Ray fue declarado culpable del homicidio, y posteriormente denunció que había sido parte de un complicado complot para acabar con la vida del líder…
Y es que El Dr. King, sabía hablar sobre la verdad del poder, y que en su valor y compromiso, radica su propio poder.
Si hubiera vivido más años, habría sido una enorme fuerza para imponer la paz en Estados Unidos y el mundo.
Tiempo después, la mayor parte de los derechos reclamados por el movimiento, serían aprobados legalmente con la promulgación de La Ley de Los Derechos Civiles y La Ley del Derecho al Voto.
Porque Martin Luther King, Jr., buscó un mundo con igualdad social, económica, política, religiosa, racial, etc.; quizás no lo consiguió al 100%, pero influyó bastante en el pensamiento social.
Realista y con relevancia en la construcción de la paz con justicia, Martin Luther King, Jr., será recordado como un experto en dar sermones sobre la paz; su poder de oratoria, y su ánimo incansable contra la injusticia de la discriminación racial, convirtieron a este Reverendo “desconocido”, en el portador de la antorcha de los derechos civiles estadounidenses durante más de una década.
Y por ello King, Jr., fue detenido más de 20 ocasiones, y su Carta desde la cárcel de Birmingham, es un clásico de la literatura pacifista.
Montgomery, Selma y La Marcha a Washington, fueron sus mayores triunfos en contra de leyes que discriminaban a la hora de votar, manteniendo a casi toda la población negra del sur de Estados Unidos, en una ciudadanía de segunda clase.
Y hoy él es recordado, como uno de los mayores líderes y héroes de la historia de Estados Unidos, y en la moderna historia de la no violencia; el cual se le concedió a título póstumo, La Medalla Presidencial de La Libertad por Jimmy Carter en 1977, y La Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos, en 2004; pero desde 1986, el tercer lunes de enero se celebra el Martin Luther King Day, el cual es día festivo en los Estados Unidos.
“It came as a joyous daybreak to end the long night of their captivity”
I Have A Dream es un cortometraje del año 1963, protagonizado por Martin Luther King, Jr., A. Philip Randolph, Bayard Rustin, James Farmer, John Lewis, Roy Wilkins, Whitney Young, entre otros; y es el nombre del discurso más famoso de Martin Luther King Jr., cuando habló poderosa y elocuentemente de su deseo de un futuro en el cual la gente de tez negra y blanca, pudiesen coexistir armoniosamente, y como iguales.
Comenzando con una referencia a La Proclamación de La Emancipación, que liberó a millones de esclavos en 1863, King observa que “100 años después, el negro aún no es libre”; y hacia el final del discurso, King se retiró de su texto preparado para una peroración parcialmente improvisada sobre el tema “Tengo Un Sueño”, provocada por el clamor de Mahalia Jackson:
“¡Cuéntales sobre el sueño, Martin!”
En esta parte del discurso, que más entusiasmó a los oyentes, y ahora se ha convertido en su más famoso, King describió sus sueños de libertad e igualdad que surgen de una tierra de esclavitud y odio.
Jon Meacham escribe que, “con una sola frase, Martin Luther King Jr., se unió a Jefferson y Lincoln, en las filas de los hombres que han dado forma a los EEUU modernos”
El discurso como tal, fue clasificado como el mejor discurso estadounidense del siglo XX, en una encuesta de 1999, entre académicos y el público.
Y es que King había estado predicando sobre los sueños desde 1960, cuando pronunció un discurso ante La Asociación Nacional para El Avance de La Gente de Color (NAACP) llamado “El Negro y El Sueño Americano”, donde discute la brecha entre “El Sueño Americano” y la realidad, diciendo que supremacistas blancos han violado el sueño, y que “nuestro gobierno federal también ha marcado el sueño a través de su apatía e hipocresía, su traición a la causa de la justicia”
King sugiere, que “bien puede ser que el negro sea el instrumento de Dios para salvar el alma de EEUU”
En 1961, King habló del Movimiento por Los Derechos Civiles y del “sueño” de igualdad de los activistas estudiantiles:
“El Sueño Americano... un sueño aún no cumplido”, en varios discursos y declaraciones nacionales, y tomó “el sueño” como la pieza central de estos discursos.
El 27 de noviembre de 1962, King pronunció un discurso en Booker T. Washington High School, en Rocky Mount, Carolina del Norte; siendo el más largo que la versión que finalmente entregaría desde el Lincoln Memorial; y aunque se habían movido partes del texto, las porciones grandes eran idénticas, incluido el estribillo “Tengo Un Sueño”
Después de redescubrirse, la grabación restaurada y digitalizada del discurso de 1962, fue presentada al público por el departamento de inglés de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Martin Luther King, también pronunció un discurso “de ensueño” en Detroit, en junio de 1963, cuando marchó sobre Woodward Avenue, con Walter Reuther y el reverendo C.L. Franklin, y ensayó otras partes; y se ha demostrado que el discurso de Washington, conocido como “Tengo Un Sueño”, tuvo varias versiones, escritas en diferentes momentos; por lo que no tiene un borrador de versión única, pero es una amalgama de varios borradores, y originalmente se llamaba “Normalidad, nunca más”
Poco de esto y otro “discurso de normalidad”, terminaron en el borrador final.
Un borrador de “Normalidad, nunca más”, se encuentra en la Colección Martin Luther King Jr., de Morehouse College de la Biblioteca Robert W. Woodruff, en el Centro de la Universidad de Atlanta, y Morehouse College.
Así pues, el enfoque en “Tengo Un Sueño” viene a través de la entrega del discurso; que hacia el final de su presentación en Washington, la conocida cantante de góspel afroamericana, Mahalia Jackson, le gritó a King desde la multitud:
“¡Cuéntales sobre el sueño, Martin!”, a lo que King retiró sus comentarios preparados, y comenzó a “predicar” improvisadamente, puntuando sus puntos con “Tengo Un Sueño”
Cabe señalar que el discurso fue redactado con la ayuda de Stanley Levison y Clarence Benjamin Jones, en Riverdale, New York.
Jones ha dicho que “los preparativos logísticos para La Marcha, fueron tan pesados que el discurso no era una prioridad para nosotros” y que “en la noche del martes 27 de agosto, 12 horas antes de La Marcha, Martin todavía no lo había hecho, pero sabía lo que iba a decir”
Antes de la entrega del discurso en La Gran Marcha en Washington, King pronunció su discurso “Tengo Un Sueño”, ante 25,000 personas en el Cobo Hall de Detroit, inmediatamente después del Gran Paseo a La Libertad de 125,000 personas en Detroit, el 23 de junio de 1963.
Después del Washington, una grabación del discurso de King, en Cobo Hall fue lanzada por Gordy Records de Detroit, como un LP titulado, “The Great March to Freedom”
Pero el discurso pronunciado el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln, durante La Marcha en Washington por El Trabajo y La Libertad, fue un momento definitorio en El Movimiento por Los Derechos Civiles en Estados Unidos.
La Marcha fue organizada por un grupo de organizaciones sindicales, religiosas y de derechos civiles, bajo el lema:
“Empleo, Justicia y Paz”; y las estimaciones del número de participantes variaron entre 200.000 y más de 300.000; de los cuales, alrededor del 80% de los manifestantes eran afroamericanos, y un 20% blancos, y de otros grupos étnicos.
La Marcha fue así, uno de los mayores mítines políticos por los derechos humanos en la historia de los Estados Unidos; y ayudó a la aprobación de La Ley de Los Derechos Civiles en 1964; y precedió al Movimiento de Derechos Electorales de Selma, que condujo a la aprobación de La Ley del Derecho al Voto en 1965.
La Marcha fue iniciada por A. Philip Randolph, Presidente Internacional de La Hermandad de Los Conserjes de Coches Cama, Presidente del Negro American Labor Council, y vicepresidente del AFL-CIO; quien planeó una marcha similar en 1941; que de hecho, la amenaza de La Marcha anterior, había convencido al Presidente Franklin D. Roosevelt para establecer el Committee on Fair Employment Practice, una ley federal que prohibía el racismo en el complejo industrial-militar nacional.
La Marcha de 1963, fue organizada por A. Philip Randolph, James Farmer, Presidente del Congreso de Igualdad Racial; John Lewis, Presidente del Comité Coordinador Estudiantil No Violento; Martin Luther King, Presidente de La Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano; Roy Wilkins, Presidente de La Asociación Nacional para El Progreso de Las Personas de Color; y Whitney Young, Presidente de la National Urban League.
Bayard Rustin, un veterano de los derechos civiles, y organizador de La Jornada de La Reconciliación de 1947, administró los detalles de La Marcha; una que no fue universalmente apoyada entre los afroamericanos… pues algunos activistas de los derechos civiles estaban preocupados de que La Marcha se pudiera volver violenta, lo que podría minar la legislación pendiente, y dañar la imagen internacional del movimiento.
La Marcha fue condenada por Malcolm X, portavoz de La Nación del Islam, que la calificó como “la farsa de Washington”
Los propios organizadores de La Marcha, discreparon sobre los propósitos de la misma:
La NAACP y la Urban League, lo vieron como un gesto de apoyo a un proyecto de derechos civiles que había sido introducido por la Administración Kennedy.
Randolph, King y La Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, lo vieron como una manera de alzar los temas económicos y de derechos civiles, a la atención nacional más allá del proyecto de Kennedy.
El Comité Coordinador Estudiantil No Violento, y El Congreso de Igualdad Racial, lo consideraron como una forma de desafiar y condenar la pasividad, y la falta de apoyo de La Administración Kennedy hacia los derechos civiles de los afroamericanos.
A pesar de sus desacuerdos, el grupo se unió en una serie de objetivos:
Aprobación de legislación significativa sobre derechos civiles; eliminación inmediata de la segregación escolar; un programa de obras públicas, incluida la capacitación laboral, para los desempleados; una ley federal que prohíbe la discriminación en la contratación pública o privada; un salario mínimo de $2 por hora en todo el país; retener fondos federales de programas que toleran la discriminación; aplicación de La Decimocuarta Enmienda a La Constitución, reduciendo la representación del Congreso de los Estados que privan de derechos al ciudadano; una Ley de Normas Laborales Justas, ampliada a las áreas de empleo actualmente excluidas; y autoridad para que El Fiscal General establezca demandas judiciales cuando se violan los derechos constitucionales.
Aunque en años anteriores, Randolph había apoyado las marchas del “negro solamente”, en parte para reducir la impresión de que el movimiento de los derechos civiles estaba dominado por comunistas blancos, los organizadores en 1963, acordaron que blancos y negros, marchando lado a lado, crearían una imagen más poderosa.
Por su parte, la Administración Kennedy cooperó con los organizadores en la planificación de La Marcha, y un miembro del Departamento de Justicia, fue asignado como enlace de tiempo completo.
Chicago y la ciudad de New York, así como algunas corporaciones, acordaron designar el 28 de agosto, como “El Día de La Libertad”, y dar a los trabajadores el día libre; y para evitar ser percibidos como radicales, los organizadores rechazaron el apoyo de los grupos comunistas.
Sin embargo, algunos políticos afirmaron que La Marcha era de inspiración comunista, y La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) produjo numerosos informes que sugerían lo mismo.
De hecho, en los días previos al 28 de agosto, El FBI llamó a patrocinadores, para informarles de las conexiones comunistas de los organizadores, y aconsejarles que retiren su apoyo.
Cuando William C. Sullivan produjo un extenso informe el 23 de agosto, que sugería que los comunistas no habían logrado infiltrarse de manera apreciable en el movimiento por los derechos civiles, el director del FBI, J. Edgar Hoover, rechazó su contenido.
Strom Thurmond, lanzó un prominente ataque público, como comunista, y singularizó a Rustin, en particular como comunista y homosexual.
A pesar de ello, los organizadores trabajaron desde un edificio en West 130th St. y Lenox en Harlem; y promovieron La Marcha, vendiendo botones con las palabras:
“Marcha sobre Washington por El Empleo y La Libertad”
Para el 2 de agosto, habían distribuido 42.000 de los botones; y su objetivo era congregar al menos, una multitud de 100.000 personas.
Mientras se planeaba La Marcha, los activistas de todo el país recibieron amenazas de bomba en sus hogares y en sus oficinas.
The Los Angeles Times, recibió un mensaje que decía, que su Cuartel General sería bombardeado a menos que imprimiera un mensaje llamando al Presidente un “amante de los negros”; por lo que al menos 5 aviones fueron puestos en tierra en la mañana del 28 de agosto, debido a amenazas de bomba.
Un hombre en Kansas City, telefoneó al FBI para decirle que haría un agujero entre los ojos de King; El FBI no respondió... mientras Roy Wilkins, fue amenazado de asesinato, si no abandonaba el país.
Los oradores de ese memorable día, fueron todos los líderes de los derechos civiles del llamado “Big Six”; católicos, protestantes, y líderes religioso judíos; y el dirigente sindical, Walter Reuther.
La única oradora femenina fue Josephine Baker; mientras el discurso de James Farmer, encarcelado en Luisiana por entonces, fue leído por Floyd McKissick.
Farmer había escrito, que las protestas no se detendrían “hasta que los perros dejen de mordernos en el sur, y las ratas dejen de mordernos en el norte”
Los representantes de cada una de las organizaciones patrocinadoras, se dirigieron a la multitud desde el podio en el Lincoln Memorial.
No obstante, ninguno de los oradores de discursos oficiales fueron mujeres:
Josephine Baker pronunció un discurso durante las ofrendas preliminares, pero la presencia de las mujeres en el programa oficial, se limitó a un “tributo” dirigido por Bayard Rustin.
El orden real de los oradores fue el siguiente:
1. A. Philip Randolph - Director de La Marcha.
2. Walter Reuther - AFL-CIO
3. Roy Wilkins – NAACP
4. John Lewis – SNCC
5. Daisy Bates - Little Rock, Arkansas.
6. Dr. Eugene Carson Blake - Iglesia Presbiteriana Unida y El Consejo Nacional de Iglesias.
7. Floyd McKissick –CORE
8. Whitney Young - Liga Nacional Urbana.
9. Varios discursos más pequeños, incluido el rabino Joachim Prinz - American Jewish Congreso; Mathew Ahmann - Conferencia Católica Nacional; Josephine Baker – actriz.
10. Dr. Martin Luther King Jr. – SCLC
Luego, los comentarios de cierre de A. Philip Randolph y Bayard Rustin, organizadores de La Marcha, liderando con los compromisos y la lista de demandas.
Pero fue un hombre abiertamente gay, quien organizó La Marcha en menos de 2 meses; y Bayard Rustin, no solo la organizó, sino que también fue el responsable de enseñarle a King, sobre los métodos de protesta no violenta.
King, no era el líder de La Marcha; y La Marcha casi no incluye ninguna oradora mujer; de hecho, a Rosa Park, heroína en Alabama, sólo se la mencionó de pasada; y King apenas ayudó en los preparativos.
Aunque ya era conocido, y fue presentado como “líder de la revolución moral”, King era sólo un orador más al final de la jornada, tras 6 horas de discursos, y canciones de Joan Baez y Bob Dylan.
El discurso que King improvisó, tenía poco que ver con el tema de la manifestación, cuya agenda era muy económica; y su lema era:
“For Jobs and Freedom”
Sin embargo, las palabras del reverendo, estuvieron entre las más aplaudidas, pero casi se olvidaron hasta después de su asesinato en 1968.
Como curiosidad, La Marcha, contó con la presencia de numerosas celebridades:
Harry Belafonte, Marlon Brando, Sidney Poitier, Lena Horne, Charlton Heston, y Burt Lancaster.
Heston, organizó una reunión para presionar a los estudios de los grandes canales, para que cubrieran ampliamente la manifestación; y lo consiguió.
Fue el evento más seguido por los periódicos y las televisiones, desde la toma de posesión de Kennedy; de hecho, El Presidente Kennedy, pidió que La Marcha no se organizara en fin de semana, para evitar la aglomeración que temía.
Pese a que era miércoles, fue una de las manifestaciones más grandes de la historia de Estados Unidos.
Miles de personas viajaron por carretera, ferrocarril y aire a Washington DC, el miércoles 28 de agosto.
Los manifestantes de Boston, viajaron durante la noche, y llegaron a Washington a las 7am
Después de un viaje de 8 horas, otros tomaron mucho más tiempo en autobús desde lugares como Milwaukee, Little Rock, y St. Louis.
Los organizadores, persuadieron a la MTA de New York, para que manejara trenes subterráneos adicionales después de la medianoche del 28 de agosto, y la terminal de autobuses de la ciudad de New York, estuvo ocupada durante toda la noche con las multitudes.
Un total de 450 autobuses, salieron de la ciudad de New York desde Harlem.
La policía de Maryland informó que “a las 8:00am, 100 autobuses por hora atravesaban El Túnel del Puerto de Baltimore”
Un periodista, Fred Powledge, acompañó a afroamericanos que abordaron 6 autobuses en Birmingham, Alabama, para el viaje de 750 millas a Washington.
The New York Times publicó un informe:
“Los 260 manifestantes, de todas las edades, llevaron canastas de picnic, jarras de agua, biblias, y un arma importante:
Su disposición a marchar, cantar y rezar en protesta contra la discriminación.
Se reunieron temprano esta mañana, 27 de agosto en el Parque Kelly Ingram de Birmingham, donde los policías estatales, una vez, 4 meses antes, en mayo; usaron mangueras de incendios y perros para detener sus manifestaciones.
Era pacífico el ambiente en el parque de Birmingham, mientras los manifestantes esperaban los autobuses.
La policía, ahora parte de una moderada estructura de poder de la ciudad, dirigió el tráfico alrededor de la plaza, y no interfirió con la reunión...
Un anciano comentó sobre el viaje de 20 horas, que seguramente sería menos que cómodo:
“Olvídense de nosotros, los negros, hemos viajado en autobuses toda la vida.
No tenemos dinero para volar en aviones”
John Marshall Kilimanjaro, un manifestante que viaja desde Greensboro, Carolina del Norte, dijo:
“Contrariamente a la mitología, los primeros momentos de la llegada de La Marcha no fueron un día de campo.
La gente tenía miedo, no sabíamos lo que nos encontraríamos.
No había precedentes.
Sentado frente a mí, había un predicador negro con cuello blanco.
Él era un predicador de AME.
Hablamos, y de vez en cuando, la gente en el autobús cantaba “Oh Freedom” y “We Shall Overcome”, pero en su mayor parte no hubo canciones.
Rezamos en secreto, para que no sucediera nada violento”
Otros viajes en autobús, presentaron tensión racial, ya que los activistas negros criticaron a los participantes blancos liberales como “amigos de buen clima”
Hazel Mangle Rivers, que había pagado $8 por su boleto dijo que era “una décima parte del salario semanal de su esposo”, y fue citada en el New York Times del 29 de agosto.
Rivers declaró, que estaba impresionada por la cortesía de Washington:
“La gente está mucho mejor aquí que en el sur.
Te tratan mucho mejor.
Por qué, cuando estaba en La Marcha, un hombre blanco me pisó, y me dijo:
“Disculpe”, y dije:
“¡Ciertamente!”
Es la primera vez que me sucede... creo que fue la primera vez que una persona blanca, fue realmente amable conmigo”
Algunos participantes que llegaron temprano, realizaron una vigilia toda la noche afuera del Departamento de Justicia, alegando que habían atacado injustamente a activistas de derechos civiles, y que habían sido demasiado indulgentes con los supremacistas blancos que los atacaron.
Recordar que El Alcalde de New York, Robert Wagner, declaró festivo ese miércoles, para que pudieran viajar sus empleados públicos.
Las fuerzas policiales de Washington, DC, se movilizaron a plena capacidad para La Marcha, incluidos los oficiales de la reserva y los bomberos delegados.
Un total de 5.900 agentes de policía estaban de servicio.
El gobierno reunió a 2.000 hombres de La Guardia Nacional, y trajo a 3.000 soldados externos para unirse a los 1.000 que ya estaban estacionados en la zona.
Estos soldados adicionales, fueron trasladados en helicópteros desde bases en Virginia y Carolina del Norte.
El Pentágono preparó 19,000 tropas en los suburbios.
Todas las fuerzas involucradas, estaban preparadas para implementar una estrategia de conflicto coordinada llamada “Operación Steep Hill”
Y por primera vez desde la prohibición, las ventas de licor fueron prohibidas en Washington DC.
Los hospitales almacenaron plasma sanguíneo, y cancelaron cirugías electivas.
Las Grandes Ligas de Béisbol, cancelaron 2 juegos entre los Mellizos de Minnesota y el último lugar, los Senadores de Washington, a pesar de que la sede, El Estadio DC, estaba a casi 4 millas del sitio de concentración del Monumento a Lincoln.
Pero se supo que Rustin y Walter Fauntroy, negociaron algunos problemas de seguridad con el gobierno, obteniendo la aprobación de comisarios privados en el entendimiento de que estos no podrían actuar contra los agitadores externos.
El FBI y El Departamento de Justicia, se negaron a proporcionar guardias preventivos para los autobuses que viajan por el sur para llegar a DC.
William Johnson, reclutó a más de 1,000 oficiales de policía para servir en esta fuerza.
Julius Hobson, un informante del FBI que sirvió en la fuerza de seguridad de La Marcha, le dijo al equipo, que esté atento a los infiltrados del FBI que podrían actuar como agentes provocadores…
Jerry Bruno, un hombre cercano al Presidente Kennedy, estaba posicionado para cortar la electricidad del sistema de megafonía, en caso de cualquier discurso incendiario.
Por otra parte, el líder más rebelde, Malcolm X, desdeñó la protesta, y se quejó de que estaba tomada por “los blancos izquierdistas”
Antes de La Marcha, X dijo que los musulmanes no debían acudir a la concentración, y después se pasó años criticándola...
Además, Rustin presionó mucho por un sistema de sonido costoso, de $16.000, manteniendo:
“No podemos mantener el orden donde la gente no puede escuchar”
El sistema se obtuvo, y se instaló en el Lincoln Memorial, pero fue saboteado el día anterior a La Marcha.
Sus operadores, no pudieron repararlo… a lo que Fauntroy se puso en contacto con El Fiscal General, Robert Kennedy, y su enlace de derechos civiles, Burke Marshall, exigiendo que el gobierno arregle el sistema.
Según los informes, Fauntroy les dijo:
“Tenemos un par de cientos de miles de personas que vienen.
¿Quieres pelea aquí mañana después de todo lo que hemos hecho?”
El sistema fue reconstruido exitosamente de la noche a la mañana, por el US Army Signal Corps… así las cosas, la atención de los medios dieron a la exposición nacional de La Marcha, llevando los discursos de los organizadores, y ofreciendo sus propios comentarios; en su sección The March on Washington and Television News, William Thomas señaló:
“Más de 500 camarógrafos, técnicos y corresponsales de las principales redes, se prepararon para cubrir el evento.
Se instalarían más cámaras que las que se grabaron en la última inauguración presidencial.
Una cámara se colocó en lo alto del Monumento a Washington, para ofrecer vistas dramáticas de los manifestantes”
Las principales redes, transmitieron algunos de los conciertos de La Marcha, aunque intercalaron secuencias de entrevistas con políticos.
Las transmisiones posteriores, se centraron en gran medida en la parte “Tengo Un Sueño”, del discurso de King.
La Voz de América tradujo los discursos, y los retransmitió en 36 idiomas.
La Agencia de Información de los Estados Unidos, organizó una conferencia de prensa en beneficio de los periodistas extranjeros, y también creó una película documental del evento, para su distribución a las embajadas en el extranjero.
Comentó Michael Thelwell de SNCC:
“Así sucedió que estudiantes negros del sur, algunos de los cuales todavía tenían magulladuras sin curar de las palas eléctricas del ganado que la policía del sur usó para disolver las manifestaciones, se grabaron para las pantallas del mundo retratando, “Democracia estadounidense en el trabajo”
¡Histórico!
“Let freedom ring”
Aunque los afroamericanos habían sido legalmente “liberados de la esclavitud”, elevados a la categoría de ciudadanos y los hombres con derecho a voto completo al final de La Guerra Civil estadounidense, muchos continuaron enfrentando represión social, económica y política a lo largo de los años, y hasta la década de 1960, un sistema de discriminación legal, conocido como “Las Leyes de Jim Crow”, era generalizado en el sur de los Estados Unidos, lo que garantizaba que los estadounidenses negros, permanecieran oprimidos.
También experimentaron discriminación por parte de las empresas y los gobiernos, y en algunos lugares, se les impidió votar mediante la intimidación y la violencia.
Al menos 21 estados prohibieron el matrimonio interracial.
Bajo ese marco, el ímpetu para una marcha en Washington, se desarrolló durante un largo período de tiempo, y los esfuerzos anteriores para organizar tal demostración, incluyeron El Movimiento de La Marcha de Washington de la década de 1940.
R. Philip Randolph, Presidente de La Hermandad de Sleeping Car Porters, Presidente del Consejo Laboral Negro Americano, y vicepresidente de la AFL-CIO, fue un instigador clave en 1941.
Con Bayard Rustin, Randolph pidió 100,000 trabajadores negros para marchar sobre Washington, en protesta por la contratación discriminatoria de contratistas militares de los EEUU, y demandando una Orden Ejecutiva.
Enfrentado a una marcha masiva, programada para el 1 de julio de 1941, El Presidente Franklin D. Roosevelt, emitió La Orden Ejecutiva 8802, el 25 de junio; que estableció El Comité de Prácticas Justas de Empleo, y prohibió la contratación discriminatoria en la industria de defensa.
A lo que Randolph canceló La Marcha propuesta.
Sin embargo, Randolph y Rustin continuaron organizándose en torno a la idea de una marcha masiva en Washington:
Visualizaron varias grandes marchas durante la década de 1940, pero todas fueron suspendidas, a pesar de las críticas de Rustin.
Su peregrinación de oración por la libertad, celebrada en el Lincoln Memorial el 17 de mayo de 1957, contó con líderes clave como:
Adam Clayton Powell, Martin Luther King Jr., y Roy Wilkins, siendo organizada por Mahalia Jackson.
Pero La Marcha de 1963, fue una parte importante del Movimiento de Derechos Civiles en rápida expansión, que involucró manifestaciones y acciones directas no violentas en todo Estados Unidos; también marcó el 100° aniversario de la firma de La Proclamación de Emancipación por parte de Abraham Lincoln.
Los miembros de La Asociación Nacional para El Avance de La Gente de Color (NAACP) y La Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur, dejaron de lado sus diferencias, y se reunieron para La Marcha.
Muchos blancos y negros, también se unieron en la urgencia del cambio en la nación; pero violentas confrontaciones estallaron en el sur, en Cambridge, Maryland; Pine Bluff, Arkansas; Goldsboro, Carolina del Norte; Somerville, Tennessee; Saint Augustine, Florida; y a través de Mississippi.
La mayoría de estos incidentes, involucraron a personas blancas tomando represalias contra manifestantes no violentos.
Y es que muchas personas querían marchar sobre Washington, pero no estaban de acuerdo sobre cómo debería llevarse a cabo La Marcha.
Algunos pidieron el cierre completo de la ciudad, a través de la desobediencia civil; otros argumentaron que el movimiento debería permanecer en todo el país en su alcance, en lugar de centrar sus energías en la capital de la nación.
Hubo una percepción generalizada, de que la administración Kennedy no había cumplido sus promesas en las elecciones de 1960, y King describió la política racial de Kennedy, como un “tokenismo”
Para el 24 de mayo de 1963, El Fiscal General, Robert F. Kennedy, invitó al novelista afroestadounidense, James Baldwin, junto con un gran grupo de líderes culturales, a una reunión en New York, para analizar las relaciones raciales.
Sin embargo, la reunión se volvió antagónica, ya que los delegados negros, sintieron que Kennedy no tenía una comprensión completa del problema racial en la nación.
El fracaso público de la reunión, que se conoció como “la reunión Baldwin-Kennedy” y subrayó la división entre las necesidades de “La América Negra” y la comprensión de los políticos de Washington.
Sin embargo, la reunión también provocó que la administración Kennedy tomara medidas contra los derechos civiles de los afroamericanos.
El 11 de junio de 1963, El Presidente John F. Kennedy pronunció su famoso discurso de derechos civiles en la televisión y la radio nacional, anunciando que comenzaría a impulsar la legislación de derechos civiles, la ley que finalmente se convirtió en La Ley de Derechos Civiles de 1964.
Esa noche, el activista de Mississippi, Medgar Evers, fue asesinado en su propio camino de entrada, lo que aumentó aún más la tensión nacional en torno al tema de la desigualdad racial.
Con todos esos hechos encima, A. Philip Randolph y Bayard Rustin, comenzaron a planear La Marcha en diciembre de 1961.
Imaginaron 2 días de protestas, incluidas sentadas y cabildeos, seguidas de una concentración masiva en el Lincoln Memorial.
Querían centrarse en el desempleo, y convocar un programa de obras públicas que emplearía a los negros.
A principios de 1963, pidieron públicamente “una Marcha masiva en Washington por empleos”; y recibieron ayuda del sindicalista de Amalgamated Clothing Workers, Stanley Aronowitz, quien obtuvo el apoyo de organizadores radicales en quienes se podía confiar, para que no informaran sus planes a la administración Kennedy; por lo que los sindicalistas, ofrecieron un apoyo tentativo para una marcha que se centraría en el empleo.
El 15 de mayo de 1963, sin obtener la cooperación de la NAACP o La Liga Urbana, Randolph anunció una “Marcha de Emancipación de Octubre en Washington por El Empleo”; y se acercó a los líderes sindicales, ganando el apoyo de Walter Reuther de la UAW, pero no del presidente de AFL-CIO, George Meany.
Randolph y Rustin, intentaron enfocar La Marcha en la desigualdad económica, afirmando en su plan original, que “la integración en los campos de educación, vivienda, transporte y alojamiento público, será de extensión y duración limitadas mientras persista la desigualdad económica fundamental a lo largo de las líneas raciales”
Mientras negociaban con otros líderes, expandieron sus objetivos declarados a “Empleos y Libertad” para reconocer la agenda de los grupos que se centraron más en los derechos civiles.
En junio de 1963, los líderes de varias organizaciones diferentes, formaron El Consejo para El Liderazgo de Los Derechos Civiles Unidos, un grupo que coordinaría los fondos y la mensajería.
Esta coalición de líderes, conocidos como “Los 6 Grandes”, incluyó a:
Randolph, quien fue elegido como el jefe titular de La Marcha; James Farmer, Presidente del Congreso de Igualdad Racial; John Lewis, Presidente del Comité Coordinador No Violento de Estudiantes; Martin Luther King, Jr., Presidente de Southern Christian Leadership Conference; Roy Wilkins, Presidente de NAACP; y Whitney Young, Presidente de National Urban League.
King, en particular, se había hecho famoso por su papel en la campaña de Birmingham, y por su carta de la cárcel de Birmingham.
Wilkins y Young, inicialmente se opusieron a Rustin como líder de La Marcha, porque era un homosexual, un ex comunista, y lo tacharon de rebelde.
Eventualmente aceptaron a Rustin como el organizador adjunto, con la condición de que Randolph actúe como organizador principal, y administre cualquier incidente político.
El 22 de junio, el “Big Six” se reunió con El Presidente Kennedy, quien advirtió contra la creación de “una atmósfera de intimidación” al traer una gran multitud a Washington; pero los activistas de derechos civiles, insistieron en llevar a cabo La Marcha…
Wilkins presionó a los organizadores para que descartaran la desobediencia civil, y describió esta propuesta como “el compromiso perfecto”
King y Young, estuvieron de acuerdo.
Los líderes de CORE y SNCC, que querían llevar a cabo acciones directas contra El Departamento de Justicia, respaldaron la protesta antes de que se les informara que no se permitiría la desobediencia civil.
Los planes finalizados para La Marcha, fueron anunciados en una conferencia de prensa, el 2 de julio; de hecho, El Presidente Kennedy habló favorablemente de La Marcha, el 17 de julio, y dijo que los organizadores planeaban una asamblea pacífica, y habían cooperado con la policía de Washington, DC.
La movilización y la logística, fueron administradas por Rustin, un veterano de los derechos civiles y organizador del Viaje de La Reconciliación de 1947, el primero de los Freedom Rides en poner a prueba el fallo del Tribunal Supremo que prohibía la discriminación racial en los viajes interestatales.
Rustin, era un asociado de mucho tiempo tanto de Randolph como del Dr. King.
Con Randolph concentrándose en la construcción de la coalición política de La Marcha, Rustin construyó y dirigió el equipo de 200 activistas y organizadores que publicitaron La Marcha, y reclutaron a los manifestantes, coordinaron los autobuses y trenes, proporcionaron los comisarios, y organizaron y administraron toda la logística; en una marcha masiva en la capital de la nación.
Durante los días previos a La Marcha, estos 200 voluntarios utilizaron el salón de baile de la estación de radio, WUST de Washington DC, como sede de operaciones.
El 28 de agosto, más de 2.000 autobuses, 21 trenes especiales, 10 aviones fletados, e incontables vehículos, se reunieron en Washington.
Pero La Marcha no se pudo iniciar a tiempo, debido a que sus líderes se reunieron con miembros del Congreso; y para sorpresa de los líderes, el grupo comenzó La Marcha desde El Monumento a Washington, hasta El Monumento a Lincoln, sin ellos…
Los representantes de cada una de las organizaciones patrocinadoras, se dirigieron a la multitud desde el estrado.
Marian Anderson estaba programada para dirigir El Himno Nacional, pero no pudo llegar a tiempo; a lo que Camilla Williams actuó en su lugar.
Tras una invocación del Arzobispo Patrick O'Boyle; el director de La Marcha, A. Philip Randolph, pronunció las palabras de apertura, seguidas por Eugene Carson Blake.
A continuación, Bayard Rustin dirigió un homenaje a “las mujeres combatientes negras por la libertad”, en el que Daisy Bates habló brevemente en lugar de Myrlie Evers, que había perdido su vuelo.
El tributo presentó a Daisy Bates, Diane Nash, Prince E. Lee, Rosa Parks, y Gloria Richardson.
Los siguientes oradores fueron El Presidente del SNCC, John Lewis; el líder laboral Walter Reuther; y El Presidente del CORE, Floyd McKissick, sustituyendo al director de CORE, James Farmer.
El Coro, Eva Jessye, luego cantó, y el rabino Uri Miller, Presidente del Consejo de La Sinagoga de EEUU, ofreció una oración, seguida por la directora de La Liga Nacional Urbana, Whitney Young; el director del NCCIJ, Mathew Ahmann; y el líder de la NAACP, Roy Wilkins.
Después de la actuación de la cantante Mahalia Jackson, El Presidente del Congreso Judío Estadounidense, Joachim Prinz, habló, seguido por El Presidente de SCLC, Martin Luther King, Jr.
Rustin leyó las demandas oficiales de La Marcha para la aprobación de la multitud, y Randolph dirigió a la multitud, en un compromiso de continuar trabajando para los objetivos de La Marcha.
El programa fue cerrado con una bendición del Presidente de Morehouse College, Benjamin Mays.
Aunque uno de los propósitos oficialmente declarados de La Marcha, fue apoyar el proyecto de ley de derechos civiles presentado por La Administración Kennedy, varios de los oradores criticaron la ley propuesta como “insuficiente”
Como dato, ninguna mujer apareció como oradora en la histórica La Marcha en Washington, aunque Gloria Richardson estaba en el programa, y se le había pedido que diera un discurso de 2 minutos, cuando llegó al escenario, su silla con su nombre había sido eliminada, y el mariscal del evento se llevó el micrófono después de decir “hola”…
Richardson, junto con Rosa Parks y Lena Horne, fueron escoltados fuera del podio, antes de que Martin Luther King Jr., hablara.
Mientras el cantante Bob Dylan interpretó varias canciones como “Only a Pawn in Their Game”, tema que habla del asesinato del activista de los derechos civiles, Medgar Evers, en junio de 1963, y sobre el racismo arraigado en el sistema judicial de Mississippi, y en toda la sociedad en el sur de los Estados Unidos que, durante muchos años, permitió al asesino de Evers, continuar en libertad.
También cantó “When The Ship Comes In”, acompañado de la cantante de folk, Joan Baez; mientras el trio, Peter, Paul and Mary, interpretó la canción, “If I Had a Hammer”
Pero en lo que respecta a King, comienza hablando de La Proclamación de Emancipación que había sido firmada hacía 100 años, en 1863; y de cómo todavía existía la segregación, a pesar de lo que ese y otros documentos históricos de su país prometían; y hace hincapié en que ese era el momento para hacer el cambio, y si bien aclara que la violencia no es el camino, su mensaje es poderoso y persuasivo; al tiempo que pide justicia y cambio, y afirma que es el comienzo de la lucha, aunque descarta la violencia como medio, por lo que dedica 2 estrofas a prevenir esto; y describe el padecimiento de la raza negra en ese momento con ejemplo contundentes:
No poder parar en moteles, no poder votar en aviones, etc., y les pide que sigan luchando por sus ideales.
El momento más emotivo, es cuando describe con el famoso “Yo Tengo Un Sueño” el país que imagina para sus hijos con su mujer:
“Uno en el que los chicos blancos y negros convivan sin ningún tipo de prejuicio”
Y se despide a los asistentes, diciéndoles que vuelvan tranquilos a sus lugares, que de algún modo, el cambio iba a llegar; y termina ampliando la visión de una sociedad unida, al hablar no sólo de razas que dejen de lado sus diferencias, sino también de religiones.
El texto completo del discurso de King, dice lo siguiente:
“Estoy feliz de unirme a ustedes hoy, en lo que quedará en la historia, como la mayor demostración por la libertad en la historia de nuestra nación.
Hace años, un gran estadounidense bajo cuya sombra simbólica nos paramos, firmó La Proclama de Emancipación.
Este importante decreto, se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros, que fueron cocinados en las llamas de la injusticia.
Llegó como un amanecer de alegría, para terminar la larga noche del cautiverio.
Pero 100 años después, debemos enfrentar el hecho trágico, de que el negro todavía no es libre.
100 años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación.
100 años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza, en medio de un vasto océano de prosperidad material.
100 años después, el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad estadounidense, y se encuentra a sí mismo, exiliado en su propia tierra.
Y así hemos venido aquí hoy, para dramatizar una condición extrema.
En un sentido, llegamos a la capital de nuestra nación, para cobrar un cheque.
Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de La Constitución, y La Declaratoria de la Independencia, firmaban una promisoria nota, de la que todo estadounidense sería el heredero.
Esta nota era una promesa, de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de “Vida, Libertad y La Búsqueda de La Felicidad”
Es obvio hoy, que Estados Unidos ha fallado en su promesa, en lo que respecta a sus ciudadanos de color.
En vez de honrar su obligación sagrada, Estados Unidos dio al negro un cheque sin valor, que fue devuelto marcado “fondos insuficientes”
Pero nos rehusamos a creer, que el banco de la justicia está quebrado.
Nos rehusamos a creer, que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación.
Entonces hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.
También vinimos a este punto, para recordarle de Estados Unidos de la feroz urgencia del ahora.
Este no es tiempo para entrar en el lujo del enfriamiento, o para tomar la droga tranquilizadora del gradualismo.
Ahora es el tiempo de elevarnos del oscuro y desolado valle de la segregación, hacia el iluminado camino de la justicia racial.
Ahora es el tiempo de elevar nuestra nación de las arenas movedizas de la injusticia racial, hacia la sólida roca de la hermandad.
Ahora es el tiempo de hacer de la justicia, una realidad para todos los hijos de Dios.
Sería fatal para la nación, el no percatar la urgencia del momento.
Este sofocante verano del legítimo descontento del negro, no terminará hasta que venga un otoño revitalizador de libertad e igualdad.
1963, no es un fin, sino un principio.
Aquellos que piensan que el negro sólo necesita evacuar frustración, y que ahora permanecerá contento, tendrán un rudo despertar, si la nación regresa a su rutina habitual.
No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos, hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano.
Los remolinos de la revuelta, continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación, hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia.
Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que lleva al Palacio de La Justicia:
En el proceso de ganar nuestro justo lugar, no deberemos ser culpables de hechos erróneos.
No saciemos nuestra sed de libertad, tomando de la copa de la amargura y el odio.
Siempre debemos conducir nuestra lucha, en el elevado plano de la dignidad y la disciplina.
No debemos permitir, que nuestra protesta creativa, degenere en la violencia física.
Una y otra vez, debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física, con la fuerza del alma.
Esta nueva militancia maravillosa, que ha abrazado a la comunidad negra, no debe conducir a la desconfianza de los blancos, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado cuenta de que su destino está atado a nuestro destino.
Se han dado cuenta, de que su libertad está ligada inextricablemente a nuestra libertad.
No podemos caminar solos.
Y a medida que caminemos, debemos hacernos la promesa de que marcharemos hacia el frente.
No podemos volver atrás.
Existen aquellos que preguntan, a quienes apoyan la lucha por derechos civiles:
“¿Cuándo quedarán satisfechos?”
Nunca estaremos satisfechos, en tanto el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial.
Nunca estaremos satisfechos, en tanto nuestros cuerpos, pesados con la fatiga del viaje, no puedan acceder a alojamiento en los moteles de las carreteras, y los hoteles de las ciudades.
No estaremos satisfechos, en tanto la movilidad básica del negro, sea de un gueto pequeño a uno más grande.
Nunca estaremos satisfechos, en tanto a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad, por carteles que rezan:
“Solamente para blancos”
No podemos estar satisfechos, y no estaremos satisfechos, en tanto un negro de Mississippi no pueda votar, y un negro en New York crea que no tiene nada por qué votar.
No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos, hasta que la justicia nos caiga como una catarata, y el bien como un torrente.
No olvido que muchos de ustedes están aquí, tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones.
Algunos de ustedes, apenas salieron de celdas angostas.
Algunos de ustedes, llegaron desde zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la persecución, y sacudidos por los vientos de la brutalidad policial.
Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo.
Continúen su trabajo con la fe, de que el sufrimiento sin recompensa, asegura la redención.
Vuelvan a Mississippi, vuelvan a Alabama, regresen a Georgia, a Louisiana, a las zonas pobres, y guetos de las ciudades norteñas, con la sabiduría de que de alguna forma, esta situación puede ser, y será cambiada.
No nos deleitemos en el valle de la desesperación.
Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño.
Es un sueño arraigado profundamente en El Sueño Americano.
Yo tengo un sueño, que un día, esta nación se elevará, y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes:
Que todos los hombres, son creados iguales.
Yo tengo un sueño, que un día en las coloradas colinas de Georgia, los hijos de los ex esclavos, y los hijos de los ex propietarios de esclavos, serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.
Yo tengo un sueño, que un día, incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será trasformado en un oasis de libertad y justicia.
Yo tengo un sueño, que mis 4 hijos pequeños, vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter.
¡Yo tengo un sueño hoy!
Yo tengo un sueño, que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día, allí mismo en Alabama, pequeños niños negros y pequeñas niñas negras, serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas, como hermanos y hermanas.
¡Yo tengo un sueño hoy!
Yo tengo un sueño, que un día, cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados, y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono.
Esta es nuestra esperanza.
Esta es la fe con la que regresaré al sur.
Con esta fe, seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación, una piedra de esperanza.
Con esta fe, seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de hermandad.
Con esta fe, seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.
Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios, serán capaces de cantar con un nuevo significado:
“Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto.
Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad”
Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.
Entonces, dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de New Hampshire.
Dejen resonar la libertad, desde las grandes montañas de New York.
¡Dejen resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania!
Dejen resonar la libertad, desde los picos nevados de Colorado.
Dejen resonar la libertad, desde los curvados picos de California.
Dejen resonar la libertad, desde las montañas de piedra de Georgia.
Dejen resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee.
¡Dejen resonar la libertad desde cada colina, y cada topera de Mississippi, desde cada ladera, dejen resonar la libertad!
Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo, y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día, cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos, y cantar las palabras de un viejo spiritual negro:
“¡Por fin somos libres!
¡Por fin somos libres!
Gracias a Dios todopoderoso:
¡Por fin somos libres!”
Los espectadores aplaudieron con fuerza, y el mensaje caló.
“Pasará mucho tiempo, hasta que Washington olvide la voz melódica y melancólica del reverendo Martin Luther King Jr., gritando sus sueños a la multitud”, decía el análisis de The New York Times al día siguiente; pero el discurso no se hizo tan famoso como lo es hoy, hasta después del asesinato de King.
Entonces se popularizó, porque era optimista, y ayudaba a superar la tristeza.
Como dato, el discurso es ampliamente aclamado como una pieza maestra de la retórica, y se asemeja al estilo del sermón de un ministro bautista negro, el cual apela a fuentes icónicas, y ampliamente respetadas como La Biblia, e invoca La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, La Proclamación de Emancipación, y La Constitución de los Estados Unidos.
A través del instrumento retórico de la alusión, como “referencia indirecta a nuestro acervo cultural compartido, como La Biblia, la mitología griega y romana, o nuestra historia”, King hace uso de frases y lenguaje de importantes textos culturales, para sus propios propósitos retóricos.
Cerca del comienzo, King alude al Discurso de Gettysburg de Lincoln diciendo:
“Five score years ago...” una particular forma de decir:
“100 años” en inglés, pues “score” son 20 años, y 20 x 5 = 100.
Las alusiones bíblicas, también son comunes.
Por ejemplo, King alude al Salmo 30:5, en la 2ª estrofa de su discurso.
Dice en referencia a la abolición de la esclavitud, articulada por La Proclamación de Emancipación, “llegó como un precioso amanecer, para terminar una larga noche de cautiverio”
Otra alusión bíblica, es encontrada en la 10ª estrofa:
“No, no; no estamos satisfechos, y no quedaremos satisfechos hasta que la justicia ruede como el agua, y la rectitud como una poderosa corriente”
Esta es una alusión a Amós 5:24.
King, también cita de Isaías 40:4:
“Sueño que algún día los valles serán cumbres...”
La formación religiosa del orador se percibe claramente, ya que utiliza 3 veces la expresión, “Hijos de Dios”, habla de que “la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano”, y da ánimo a su gente, diciéndoles un mensaje cristiano:
“Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador”, y cerrando el discurso con:
“¡Libres al fin!
¡Libres al fin!
También alude a las primeras líneas de “Richard III” de Shakespeare:
“Ahora es el invierno de nuestro descontento / verano glorioso...”, cuando señala que “este verano sofocante del descontento legítimo del negro, no pasará hasta que haya un vigorizante otoño...”
Por otra parte, el discurso se puede diseccionar usando 3 lentes retóricos:
Una fusión de voces, voz profética, y espectáculo dinámico.
La fusión de voz, es la combinación de la propia voz con los predecesores religiosos.
La voz profética, usa la retórica para hablar en nombre de una población.
Y un espectáculo dinámico, tiene sus orígenes en la definición aristotélica como “una forma híbrida débil de drama, un brebaje teatral que se basó en factores externos, conmoción, sensación y liberación apasionada; como rituales televisivos de conflicto y control social”
Pero la fusión de voces, es una técnica común utilizada entre los predicadores afroamericanos; y combina las voces de los predicadores anteriores y extractos de Las Escrituras junto con sus propios pensamientos únicos para crear una voz única.
King usa la voz, fusionándose en su peroración cuando hace referencia al himno secular, “América”
Además, la retórica del discurso de King, se puede comparar con la retórica de los profetas del Antiguo Testamento:
Durante el discurso, King habla con urgencia y crisis, dándole una voz profética.
La voz profética, debe “restaurar el sentido del deber y la virtud en la decadencia de la venalidad”
Un ejemplo evidente, es cuando King declara que “ahora es el momento de hacer justicia para todos los hijos de Dios”
La razón por la cual el discurso de King fue poderoso se debate, pero en esencia, llegó en un punto en el que muchos factores se combinaron en un punto clave de cambio cultural.
El redactor ejecutivo, Anthony Trendl, escribe:
“El hombre adecuado, entregó las palabras correctas, a las personas adecuadas, en el lugar correcto, en el momento correcto”
“Dado el contexto de drama y tensión en el que estaba situado”, el discurso de King puede clasificarse como un espectáculo dinámico; un espectáculo dinámico que depende de la situación en la que se usa.
Se puede considerar un espectáculo dinámico, porque sucedió en el momento y el lugar correctos, durante El Movimiento por Los Derechos Civiles y La Marcha en Washington.
Como datos del discurso, como tal, el discurso mismo casi no incluye la famosa frase:
“Tengo Un Sueño”
La palabra “sueño”, se repite en 9 ocasiones, para contagiar entusiasmo, esperanza, y ansias de libertad.
Luther King, se involucra constantemente en su discurso, y se retrata a sí mismo en 9 ocasiones; e interpela permanentemente a su interlocutor.
“Si se quieren cambiar las cosas, debe ser con el trabajo de todos”; y el verbo aparece conjugado en todas sus versiones.
“No” es la palabra más repetida en el discurso; así como el término “injusticia” también se repite.
La palabra “Libertad” es el gran concepto que sobrevuela el discurso, el término se repite al menos 20 veces, muchas de ellas, en forma épica.
La palabra “negro” se repite al menos 18 veces, y alude a la raza negra; mientras “blanco” refiriéndose a la raza, se repite 6 veces; y hace un llamamiento a la confianza, y a los destinos comunes.
Asegura que el país tiene una deuda pendiente con la comunidad negra; y critica la dureza y la brutalidad policial hacia la comunidad negra, y la discriminación.
“Hoy” y “Aquí” se antepone a todas las ideas que expone, y a pesar de todo, nunca renuncia al optimismo.
Porque las ideas en el discurso, reflejan las experiencias personales y sociales de King sobre el abuso etnocéntrico, el maltrato y la explotación de los negros.
El discurso se basa en apelar a los mitos de Estados Unidos como nación fundada para proporcionar libertad y justicia a todas las personas, y luego refuerza y trasciende esas mitologías seculares, al colocarlas dentro de un contexto espiritual, al argumentar que la justicia racial también está de acuerdo con la voluntad de Dios.
Por tanto, la retórica del discurso proporciona redención a EEUU por sus pecados raciales; y King describe las promesas hechas por Estados Unidos, como una “nota promisoria” sobre la cual Estados Unidos ha incumplido.
Él dice que “Estados Unidos le ha dado un mal cheque a los negros”, pero que “hemos venido a cobrar este cheque”, marchando en Washington, DC.
Pero como se citó, el discurso de King, usó palabras e ideas de sus propios discursos y otros textos; pues durante años, habló sobre “los sueños”, y citó el himno patriótico popular “América” de Samuel Francis Smith:
“Mi país/Tis of Thee” y, por supuesto, se refirió extensamente a La Biblia.
Mientras la idea de los derechos constitucionales como una “promesa incumplida”, fue sugerida por Clarence Jones.
También se dice que King usó partes del discurso de Prathia Hall, en el sitio de una iglesia afroamericana incendiada en el condado de Terrell, Georgia, en septiembre de 1962, en el que usó la frase repetida, “Tengo Un Sueño”
La iglesia se quemó, después de que fue utilizada para las reuniones de registro de votantes.
Mientras el paralelismo, o “usar la misma fraseología inicial en una secuencia de afirmaciones o frases para agregar énfasis, orden, o clímax a una idea”, es una herramienta retórica empleada a través de todo el discurso.
Un ejemplo de paralelismo, es encontrado casi al principio, cuando King insta a su público a aprovechar el momento:
“Ahora es el momento...”, es repetido 4 veces en la 6ª estrofa.
El ejemplo más citado de paralelismo, es encontrando en la frase:
“Yo tengo un sueño...”, que es repetida 8 veces cuando King describe a su audiencia, una imagen de un Estados Unidos de América integrado y unido.
El último pasaje del discurso de King, se asemeja mucho al discurso de Archibald Carey Jr., en La Convención Nacional Republicana de 1952:
Ambos discursos terminan con una recitación del primer verso de “América”, y los discursos comparten el nombre de una de varias montañas de las cuales ambos exhortan “que la libertad suene”
Así las cosas, después de La Marcha, los oradores viajaron a La Casa Blanca para una breve discusión sobre la legislación propuesta sobre derechos civiles con El Presidente Kennedy; el cual había visto el discurso de King en la televisión, y dijo que estaba muy impresionado.
Según el biógrafo, Thomas C. Reeves, Kennedy “sintió que sería abucheado en La Marcha, y tampoco quería reunirse con los organizadores antes de La Marcha, porque no quería una lista de demandas; a lo que organizó una reunión a las 5pm en La Casa Blanca con los 10 líderes”
La Marcha fue considerada un “triunfo de la protesta administrada” y Kennedy sintió que también era una victoria para él, reforzando las posibilidades de su proyecto de ley de derechos civiles.
Pero debido a que el discurso de King fue transmitido a una gran audiencia de radio y televisión, existe una controversia acerca de los derechos de autor del discurso.
Si el alcance del discurso hubiese constituido “publicación general”, habría entrado en el dominio público debido a la falla de King, al registrar el discurso en El Registro de Derechos de Autor.
Si el alcance hubiese sido sólo de “publicación limitada”, sin embargo, King habría retenido los derechos comunes de autor.
Esto dio lugar a una demanda entre Martin Luther King, y CBS, en la cual se estableció, que King tiene los derechos de autor sobre el discurso.
No obstante, el uso sin licencia del discurso, o parte de éste, todavía puede ser legal en algunas circunstancias, especialmente en jurisdicciones bajo las doctrinas del “Fair Use” o el “Fair Dealing”
Bajo las leyes aplicables, el discurso permanecerá bajo protección de derechos de autor, hasta 70 años después de la muerte de Martin Luther King, es decir, hasta el año 2038.
“Free at last”
Tras el discurso y La Marcha, King fue nombrado Hombre del Año por la revista TIME en 1963, y en 1964, fue la persona más joven en recibir El Premio Nobel de La Paz.
El discurso completo, no apareció por escrito hasta agosto de 1983, unos 15 años después de la muerte de King, cuando se publicó una transcripción en The Washington Post.
En 2002, La Biblioteca del Congreso, honró el discurso al agregarlo al Registro Nacional de Grabación de los Estados Unidos.
En 2003, El Servicio de Parques Nacionales, dedicó un pedestal de mármol, para conmemorar la ubicación del discurso de King en el Lincoln Memorial.
El Memorial Martin Luther King Jr., se dedicó en 2011; cuya pieza central se basa en una frase del discurso de King:
“De una montaña de desesperación, una piedra de esperanza”
Y a 30 pies, unos 9,1m de la llamada “Piedra de La Esperanza”, se encuentran otras 2 piezas de granito que simbolizan “la montaña de la desesperación”
Al final de aquel día memorable, cuando King se despidió de la audiencia, le entregó a George Raveling, el discurso original escrito a máquina.
Raveling, un jugador de básquetbol universitario de Villanova Wildcats, se había ofrecido como voluntario de la guardia de seguridad para el evento, y estaba en el podio con King en ese momento.
En 2013, Raveling aún tenía la custodia de la copia original, por la que le habían ofrecido $3,000.000, pero ha dicho que no tiene la intención de venderla.
No hay dudas, de que el discurso de King, fue la parte más significativa de La Marcha sobre Washington; y su discurso todavía se enseña en las escuelas, y muchos niños lo aprenden de memoria.
Pero:
¿Cómo se compara con otros grandes discursos de líderes del siglo XX, como el de Kennedy, “No se pregunten qué puede hacer su país por ustedes...”?
Un panel de más de 130 académicos, se reunió en 1999, para elaborar un “ranking de los mejores discursos del siglo pasado”, y el de King obtuvo el primer lugar.
Antes de ser asesinado en 1968, cuando ya era un duro crítico de La Guerra de Vietnam, y estaba decepcionado también, por parte de la comunidad afroamericana, Martin Luther King dijo:
“Han convertido mi sueño, en una pesadilla”
El congresista, John Lewis, uno de los colaboradores más estrechos de King, dijo en 2013:
“Si no hubiese habido un Martin Luther King Jr., no habría un Barack Obama como Presidente”
El gran hito político para el país, fue la elección del primer Presidente afroamericano; pero aun así, Barack Obama ha tenido una experiencia muy alejada de la mayoría de líderes afroamericanos.
Él tenía 2 años recién cumplidos, en agosto de 1963, pero sobre todo, creció en un ambiente muy diferente al del resto de su generación, criado entre Hawái e Indonesia, por una madre blanca de Kansas…
Un historiador concentrado en escribir una biografía de Obama, cuenta que rebuscando en sus discursos de Illinois, no se encuentra ninguna referencia a la raza.
Su experiencia personal, es distinta por nacer en Hawái, muy diferente culturalmente del continente.
“Hubiera gustado que Obama hablara menos de su propia historia, y más de la de los demás”, dijo el historiador.
Aunque, según un estudio publicado en 2010, en EEUU, las familias blancas siguen siendo 5 veces más ricas que las negras, lo cierto es que en aquel discurso histórico de King, no pudo haber, ni el menor atisbo de que, un día, “el hombre más poderoso de La Tierra”, sería de la misma raza que aquel que fue asesinado, ese 4 de abril.
Aquel tiro, ponía fin a una vida de lucha que le valió El Premio Nobel de La Paz, cuando sólo tenía 36 años, pero no pudo terminar con los avances que, finalmente, igualaron a blancos y negros.
En definitiva, los medios de comunicación identificaron el discurso de King, como un punto culminante del evento, y se enfocaron en esta oración, con exclusión de otros aspectos.
Durante varias décadas, King tomó el centro del escenario en narraciones sobre La Marcha; y más recientemente, los historiadores y comentaristas han reconocido el papel desempeñado por Bayard Rustin en la organización del evento.
El 28 de agosto de 2013, miles de personas se reunieron en el centro comercial de Washington, DC, donde King pronunció su discurso histórico para conmemorar el 50 aniversario de la ocasión.
Asistieron los ex presidentes estadounidenses, Bill Clinton y Jimmy Carter, y El Presidente en funciones, Barack Obama, quien se dirigió a la multitud, y habló sobre la importancia del evento.
Muchos de la familia de King, estuvieron presentes; al tiempo que Obama confirió una medalla de libertad póstuma a Bayard Rustin, y otras 15 personas.
Por otra parte, también en 2013, El Instituto de Política Económica lanzó una serie de informes sobre el tema de “La Marcha Inacabada”
Estos informes analizan los objetivos de La Marcha original, y evalúan cuánto progreso se ha logrado... y hacen eco del mensaje de Randolph y Rustin, de que los derechos civiles no pueden transformar la calidad de vida de las personas, a menos que vayan acompañados de justicia económica.
Sostienen que muchas de las metas principales de La Marcha, incluidas la vivienda, la educación integrada, y el empleo generalizado a un salario digno, no se han logrado.
Sostuvieron además que, aunque se hicieron avances legales, los negros aún viven en zonas concentradas de pobreza, “guetos”, donde reciben una educación inferior, y sufren un desempleo generalizado.
Dedrick Muhammad de la NAACP, escribe que la desigualdad racial de ingresos y propiedad de vivienda, ha aumentado desde 1963, y empeoró durante la reciente Gran Recesión.
Como dato, el 20 de abril de 2016, El Secretario del Tesoro, Jacob Lew, anunció que el billete de $5, que presentaba el Lincoln Memorial en su parte posterior, se rediseñaría antes de 2020… y dijo que un retrato de Lincoln permanecería en la parte delantera, pero la parte posterior, se rediseñaría para representar varios eventos históricos que han ocurrido en el monumento, incluida una imagen del discurso de King.
En octubre del mismo año 2016, Science Friday, en un segmento de la actualización de fuente colectiva del Voyager Golden Record, incluyó el discurso de King.
Aquellos eran los tiempos de soñar…
HOY es hora de despertar y decir:
“Yo Soy El Sueño”

“I still have a Dream”



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