The Rains Came

“See, in Ranchipur, the important things in life are the elemental things”

Hubo un tiempo, algunas décadas atrás, en que Hollywood llevaba a la pantalla historias atrapantes, con temas adultos, pero sin dejar de lado el gran espectáculo.
El Raj Británico, de “rāj”, literalmente “ley” en hindi, era La Ley de La Corona Británica en el subcontinente indio, entre 1858 y 1947; era también conocida como Ley de La Corona en La India, o Ley Directa en La India.
La región que se encontraba bajo el control británico, era lo que hoy en día se conoce como La India, e incluía áreas directamente administradas por El Reino Unido, las cuales en conjunto eran llamadas “India Británica”, y aquellos estados que eran gobernados por Reyes hindúes, aunque bajo la tutela británica, los llamados Estados Principescos.
La unión política resultante, fue también conocida como Imperio Indio, y después de 1876, se expidieron los pasaportes bajo ese nombre.
Este sistema de gobierno, fue instituido el 28 de junio de 1858, cuando después de la rebelión india de 1857, las posesiones territoriales de la British East India Company, fueron transferidas a La Corona, que en ese entonces ostentaba La Reina Victoria, quien en 1876, fue proclamada Emperatriz de La India.
“You see it as an artist.
I see it as an Indian.
My people are crying for help.
After centuries of disease and poverty and superstition”
The Rains Came es un drama del año 1939, dirigido por Clarence Brown.
Protagonizado por Myrna Loy, Tyrone Power, George Brent, Brenda Joyce, Nigel Bruce, Maria Ouspenskaya, Joseph Schildkraut, Mary Nash, Jane Darwell, Marjorie Rambeau, Henry Travers, H.B. Warner, Laura Hope Crews, William Royle, C. Montague Shaw, entre otros.
El guión es de Philip Dunne y Julien Josephson; basados en la novela homónima de Louis Bromfield; un escritor y reformador agrario estadounidense; que como novelista, tuvo en su momento mucho prestigio, y fue comparado con escritores de su generación como:
Francis Scott Fitzgerald, James Thurber o John Steinbeck.
Bromfield ganó El Premio Pulitzer en 1926, con su novela “Early Autumn” y perteneció a La Academia Estadounidense de Las Artes y Las Letras.
Su carrera fue muy brillante, y todos sus libros alcanzaron gran popularidad, especialmente aquellos que tuvieron adaptaciones cinematográficas, como “The Rains Came” (1937), una historia que se centra en la redención de su personaje femenino principal.
Inicialmente presupuestado en $2,500.000 para la producción cinematográfica, se agregaron $100 mil adicionales para filmar un nuevo final; $500 mil fueron asignados para los sets y decorados; y otros $500 mil para las escenas de inundación y terremoto; todo ello en 350 agarres donde carpinteros y trabajadores trabajaron durante más de un mes en esas escenas.
No obstante, tuvo recompensas, pues la película tuvo 6 nominaciones a los premios de La Academia; ganando El Oscar a Los Mejores Efectos Especiales; siendo la primera película en ganar en la categoría, que entonces se llamó “Best Effects, Special Effects” e incluyó ganadores de sonido y fotografía para Edmund H. Hansen y Fred Sersen, respectivamente, por las secuencias de terremotos e inundaciones, superando a “The Wizard Of Oz” por el mismo Oscar.
Empezando en que en cada conjunto de créditos, excepto el logo de 20th Century-Fox, se desintegra después de que aparece, como si hubiera sido arrastrado por la lluvia que caía en el fondo, poniéndonos en situación de lo que veremos.
Ambientada en La India Colonial de 1938, azotada por el monzón, El Mayor Rama Safti (Tyrone Power), que representa a “la nueva India”, es un indio de buena posición que ha estudiado medicina en los Estados Unidos, que regresa a la India, y se dedica a la atención de los más desfavorecidos de la ciudad de Ranchipur.
Mientras desarrolla su labor, conoce a Lady Edwina Esketh (Myrna Loy), esposa del anciano Lord Esketh (Nigel Bruce), y a otros frívolos personajes occidentales de la zona, que deberán replantearse sus esquemas vitales cuando se enfrenten a la peste, terremotos e inundaciones.
Y es que la falta de lluvia hace que la población rece a sus dioses para que acabe la sequía, pero cuando el agua caiga, lo hará con mucha fuerza, y las relaciones ocultas de Edwina, se verán más a flote que nunca.
Así, Ranchipur es devastado primero por un terremoto, que causa una inundación, que causa una epidemia de cólera.
Lord Esketh muere, y Lady Esketh renuncia a su vida hedonista a favor de ayudar a los enfermos, junto con El Mayor Safti.
Desafortunadamente, ella se infecta y muere, lo que hace posible que Safti se convierta en el gobernante de un reino que presumiblemente reformará.
En el transcurso de la historia, la hija de un misionero, Fern Simon (Brenda Joyce) y Tom Ransome (George Brent), un artista que lleva una vida bastante disoluta, pero socialmente activa en la ciudad de Ranchipur, también se enamoran.
The Rains Came tiene todos los elementos de los dramas románticos:
La fatalidad, el destino y el amor; pero aquí hay un nuevo ejemplo que los tiempos pasados fueron mejores, y que las dobles historias románticas y las comunicaciones internas pueden fortalecer la belleza de una interesante cinta que mezcla perfectamente el drama romántico con las catástrofes naturales, como metáfora de los sentimientos internos de los personajes, y su guión posee fuerza, porque sabe dar forma a cómo se presentan los recursos que se van a utilizar de cara al argumento.
“Estoy harta de ser británica y aparentar que no estoy asustada”, dijo Lady Esketh en su momento, y la verdad es que esta frase enlaza directamente con el frío espíritu inglés frente a la adversidad y las catástrofes; y el por qué los escandalosos estadounidenses deben protagonizar las películas de este género y salvar el mundo; porque pocas veces puede uno mirar una película que tenga efectos especiales tan dramáticos y conmovedores.
Las películas modernas tienen efectos visuales, que si bien pueden llegar a sorprenderlo a uno, nunca o pocas veces logran el resultado que tuvieron los efectos de este film, teniendo el poder de hacer que uno se pregunte una vez acabado:
¿Cómo lo lograron?
¿Habrá salido alguien lastimado o muerto al realizarlos?
Son simplemente impresionantes.
“Who's the pale copper Apollo?”
The Rains Came es un boleto de ida a la época de las grandes películas con historias atrapantes, y visualmente fascinantes.
Este es un film con temas adultos, buenas actuaciones, locaciones exóticas y espectacularidad visual, que aseguran el entretenimiento de la gran audiencia.
Un viaje a tierras lejanas, romances prohibidos, y desastres naturales, con la sofisticación y magnetismo del Hollywood de La Época Dorada.
El escritor de la novela, de ascendencia inglesa, fue nieto de uno de uno de los pioneros que colonizaron a Ohio, donde él nació, Louis Bromfield, bautizado Brumfield, se hizo escritor y reformador agrario.
Y entre lo que escribiría luego, “The Rains Came” (1937), tendría un notable éxito en las librerías, luego de que fuera llevada al cine bajo la dirección de Clarence Brown.
La productora tomó entonces la novela de Bromfield, se puso en manos de Philip Dunne y Julien Josephson para que la adaptaran, “lo más convenientemente posible”, y bajo la dirección de Brown, en un santiamén se puso a nuestro alcance una historia romántica, que comienza mostrando a los ingleses medio vagos, con algo de frivolidad y promiscuidad, pero al igual que cualquier estadounidense, dispuestos a dedicarse con el mayor sacrificio ante la eventualidad de una tragedia.
Y aquí habrá peste, terremoto, y hasta un gran incendio para dar cuenta de cómo La India puede volver siempre a levantarse con la ayuda de sus colonizadores.
The Rains Came, tiene como marco el estado indio de Ranchipur en 1938.
Desde el primer instante, nos acercaremos a una serie de personajes que encontrarán en los acontecimientos que vivirán con motivo de la tragedia, un elemento de catarsis para redescubrirse como tales, y encontrar un sendero de búsqueda de su auténtica razón de ser en el mundo, aunque para ello en algunos casos llegue a costarles la propia vida.
Iniciada a partir de unos imaginativos títulos de crédito, con unos grafismos que se diluyen como si estuvieran pintados sobre un cristal que es mojado por la lluvia del título, en sus primeros instantes se nos describirán los 2 principales personajes masculinos del relato:
Uno de ellos será Tom Ransome, un pintor diletante, que se encuentra viviendo 7 años en La India, destinado a pintar un retrato que se va dilatando en el tiempo, y que lleva a sus espaldas la reputación de mujeriego.
Ransome, añora lo positivo que para él dejó El Imperio Británico, y mantiene una sincera relación de amistad con El Mayor Rama Safti, un reputado hombre de ciencia, representante del futuro de progreso en La India.
Muy pronto, ambos manifestarán en sus cuajadas personalidades, la presencia de sendas mujeres que pondrán a prueba su visión del mundo.
En el caso de Tom, esta se manifestará en la jovencísima Fern Simon, una estadounidense de buena familia, que en un primer instante descubrirá en este, la distinción de un representante británico, suponiendo en principio, una conquista indeseada.
La otra será la inglesa Lady Edwina Esketh, casada con un aristócrata maduro y botarate, Lord Albert Esketh; caracterizada por un modo de vida frívolo, que en el pasado conoció a Ransome, y que desde el primer momento en que lo ve, en una recepción en El Palacio de los marajás; quedará prendada por Safti.
Una vez asentado el nudo dramático, la película irá discurriendo con seguridad, elegancia, y una considerable fluidez, por un sendero en el que las acciones exteriores van en justa concordancia con la evolución de sus personajes.
Unos modos visuales muy de Clarence Brown, que por momentos nos hacen pensar en una sincera trasposición de los modelos orientales, basados sobre todo en una intensidad en las emociones que se manifiesta en el espléndido uso de primeros planos y planos medios.
Todo ello, unido a una magnífica dirección de actores.
El conjunto del reparto deviene impecable, incluso el siempre molesto Nigel Bruce, son la base para insertar ese doble conflicto dramático dentro de un contexto en el que el enfrentamiento de civilizaciones y pueblos, deviene en esta ocasión compatible, más no resultará lo mismo dentro de las 2 parejas centrales del relato.
El film de Brown, asume ese doble alance con un admirable sentido de la progresión dramática, articulando una planificación precisa y siempre adecuada, un ritmo notable que en ningún momento aparenta morosidad, y un desapego declarado por obviar del relato aquellos elementos que no posean interés en su discurrir.
Un ejemplo claro será, la relación que mantiene el matrimonio Esketh, aunque su conclusión nos brinde un momento impactante, con la rebelión del sumiso criado del esposo cuando estos se encuentran a punto de morir; y centrándose por el contrario, en un intimismo que tendrá momentos de especial brillantez.
Uno de ellos será el instante en que Edwina y Rama, escuchen una canción nativa que este le traducirá, constatando ambos que su contenido refleja la turbación que sienten el uno por el otro.
Será sin embargo, un ejemplo extraído al azar dentro de una película cuajada de instantes, en donde además, el gusto por el detalle se hará manifiesto en momentos tan estremecedores, como esa imagen de la estatua de La Reina Victoria Eugenia, que se resiste a ser anegada por las aguas, probablemente la imagen que quedará en mi memoria del recuerdo de la película; o la presencia de ese hindú que se encuentra rezando en el tejado de una vivienda inundada casi por completo.
Una de las virtudes de The Rains Came, lo supone la perfecta integración de las espectaculares secuencias de la inundación, que no suponen la razón de ser de la película, aunque su plasmación devenga un episodio espectacular, y aún en nuestros días impresione; sino el punto de partida para acentuar la evolución del comportamiento de sus personajes y la densidad y, al mismo tiempo, el aire contemplativo del relato.
A partir de la misma, estos empezarán a encontrar la luz de su futuro, y la razón de ser de sí mismos, todo ello encaminando sus esfuerzos en torno a la recuperación del estado.
Es quizás en esta segunda mitad, cuando la película adquiera una mayor intensidad y carácter contemplativo, hasta alcanzar unas secuencias de extraordinaria intensidad, en la que evocaremos el mejor Brown de su etapa silente, en el episodio de los instantes finales de la existencia de Edwina, traspasada por el tifus, en su conversación con Rama.
La hondura y al mismo tiempo, la sencillez de la labor de Myrna Loy en esos momentos, cabe definirla sin lugar a dudas, como uno de los más estremecedores del cine de su tiempo, revelador además de las capacidades de Clarence Brown como director de actores.
Así pues, combinando con acierto el elemento narrativo con la evolución interior de sus personajes, The Rains Came supone por un lado una extrañeza en la obra de un director siempre ligado a la Metro, una prueba de la eficacia del modelo de producción del género en el seno de la Fox y, en su contraposición, el acierto por parte de Zanuck a la hora de elegir a un director adecuado para un proyecto que, se nota, gozaba de su especial interés.
Y Zanuck era uno de los hombres a los que su intuición no le falló casi nunca; porque esta película fue una empresa monumental para el estudio.
De los 100 días de rodaje, casi la mitad se gastó filmando las inundaciones y las lluvias, para las cuales se usaron 33 millones de galones de agua; y para crear los efectos de la inundación, se construyó un tanque de agua de 50,000 galones en un estudio.
El Ranchipur del novelista Louis Bromfield, fue construido en 18 acres del lote trasero de la 20th Century-Fox.
El Palacio del maharajá, que fue destruido habitación por habitación por el terremoto, costó $75.000.
La ruptura de la presa, se realizó en 2 noches, y con 14 cámaras simultáneas.
Hubo tantos problemas que el estudio tuvo dificultades para encontrar suficientes monos de cara negra y gris claro para el rodaje, por lo que los maquilladores en realidad “maquillaron” los monos más comunes para “adaptarse al requisito”
Personalmente creo que la epidemia que se desata en Ranchipur, no es de peste, sino de cólera.
Para ello, me baso en la escena del contagio sufrido por Edwina al beber involuntariamente agua por el mismo vaso que un afectado.
Sabemos que la mayoría de los casos de peste se producen a partir de la picadura de las pulgas de determinados roedores.
Sin embargo, el cólera se propaga rápidamente a partir de aguas contaminadas, siendo la potabilización, una medida capital para combatir su diseminación.
Pero la enfermedad debuta en Edwina con fiebre elevada, poco característica en el cólera… y de la típica afectación intestinal, ni rastro.
Finalmente, la mujer fallecerá siendo redimida gracias al altruismo de sus últimos días.
La película se caracteriza en sí, por una serie de características inusuales:
Tanto Loy y Bruce, son personajes contrapuestos.
El papel de la chica mala y elegante de Loy, era más parecido al tipo que hizo conocer a Greta Garbo, su propia reputación como “la esposa ideal” que MGM promovió durante muchos años.
Además, el “casting”, aparentemente fue un proceso largo:
Loy y Brown, fueron prestados a 20th Century Fox por MGM, como parte de un acuerdo en el que Power fue prestado por Fox a MGM, para “Marie Antoinette” (1938)
De hecho, Power es una de esos actores llamados “camaleónicos” en la actualidad, porque hizo de español, hindú, de zorro y torero, de pirata y asesino, o inquisidor, hizo de todo.
También se dijo que durante el rodaje de la película, en 1937, la actriz principal, Myrna Loy, estuvo a punto de morir cuando su caballo se desbocó... 
George Brent, también fue cedido por su estudio, Warner Bros., y el único miembro del reparto que fue elegido originalmente para el papel que interpretó, fue Maria Ouspenskaya, que fue memorable como Maharani.
Más tarde afirmó, que aprendió todo lo que necesitaba saber sobre hacerse pasar por la realeza india, por su amistad con La Gran Duquesa Rusa, Maria Pavlovna de Rusia.
Pero sin duda, lo más recordado del filme, son las escenas que lidian con el terremoto y las inundaciones.
“I've been hearing dreadful things about you.
It seems you've become a shockingly useful citizen”
Por estos años, la presencia de Mohandas Gandhi en La India, comenzaba a causarle serios inconvenientes a los “eternos” y oprobiosos colonizadores ingleses, y tras su Marcha de La Sal, o “Salt satiagraha”, en 1930, que fue una importante protesta no violenta que sería la inspiración para el ejercicio de Martin Luther King en los EEUU; el líder indio volvió a sacar roncha cuando, en 1939, se opuso radicalmente, con el respaldo de las mayorías en El Congreso, a la entrada de La India en La Segunda Guerra Mundial, decisión que había tomado Inglaterra sin contar con su aprobación.
Así, la imagen del Imperio Británico comenzaba a lucir bastante empañada, y los medios más liberales e independientes, hacían eco de cada logro del carismático del Mahatma.
Tocaba, pues a The Rains Came, ponerle ciertas “capas de maquillaje” al momento histórico… y Hollywood, una vez más, haría su parte para que viéramos “lo encantadores y solidarios que con los indios eran los ingleses”
Pero de hecho, para el 26 de enero de 1938, El Congreso Nacional indio declaraba el 26 de enero, como El Día de La Independencia, o el día de Poorna Swaraj, o Independencia Completa del país.
En marzo, Mohandas Gandhi informaba al Virrey británico de La India, que la desobediencia civil comenzaría 9 días después; y el 12 de marzo, Gandhi emprende la famosa marcha de protesta de 200 millas hacia el mar, con 78 seguidores para protestar contra el monopolio británico de la sal; más se unirán a ellos durante La Marcha, que finalizó el 5 de abril, en un acto de desobediencia civil, cuando Mahatma Gandhi infringe la ley británica después de marchar al mar y tomar sal.
Para el 30 de abril, El Vedaranyam Salt satyagraha, dirigido por Rajaji y Sardar Vedarathinam Pillai, culmina en el sur de La India; y en mayo, Mohandas Gandhi es arrestado nuevamente.
Para octubre, se abrió la primera mesa redonda en Londres; y el 28 de diciembre de 1938, Gandhi se marcha a Gran Bretaña para negociar la independencia del país.

“Would my lyre were of jade, its strings of pure-spun gold, that I might sing with merit of your beauty... in your heart my love has found a home, and it can never die...”



Comentarios

  1. De hecho una de mis preguntas es¿cómo lograron los efectos de la inundación sin qie murieran los extras?
    Además hay un desprecio disimulado hacia la vida India... insoportable.

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