The Young Victoria

“Her country.
Her heart.
Her majesty”

El Reino Unido ha dado innumerables temas al cine; ofrecidos sobre todo por su monarquía amoral y dispendiosa; por la personalidad de sus monarcas, y la admiración que despierta el carácter fuerte de sus mujeres; y si había algún personaje significativo en la historia británica, tratado en una larga lista de telefilmes y como personaje de referencia en el cine, que necesitaba una biografía donde su trayectoria fuera el eje central del argumento, era La Reina Victoria; aquella monarca que rigió los destinos del país desde muy joven, y que permaneció la mayor cantidad de años en el trono, sin que su poderío trastabillara.
Y es que El Reino Unido conoció una época de máximo esplendor durante la segunda mitad del siglo XIX, período que coincide con el dilatado reinado de Victoria I, la llamada “Era Victoriana”; y con ella, Gran Bretaña se convirtió en la primera potencia mundial, por la prosperidad de su economía y la extensión e importancia de su imperio colonial, que culminó con la proclamación de La Reina Victoria como Emperatriz de La India en 1877.
Pero antes de eso, en Inglaterra, el pacto constitucional traído por la revolución, había relegado a un papel puramente subsidiario el carácter o la valía de los reyes como factor histórico.
Gran Bretaña acababa de vencer a Francia en la gigantesca confrontación que enmarcó Las Guerras de La República Francesa y de Napoleón; por lo que Inglaterra era dueña de los mares y por consiguiente, del comercio, y estaba inmejorablemente preparada para el despegue industrial y técnico que había emprendido con mucha antelación al continente.
Los soberanos ingleses reinaban, pero no gobernaban, algo todavía insólito en la época, pero no por ello puede, y menos en el caso de Victoria, negarse todo peso e influencia histórica a su figura.
Alexandrina Victoria, fue Reina del Reino Unido desde la muerte de su tío paterno, El Rey William IV, el 20 de junio de 1837 hasta su propia muerte, el 22 de enero de 1901; y fue la primera Emperatriz de La India, desde el 1 de enero de 1877 también hasta su muerte.
Conocida como “La Abuela de Europa”, Su Majestad Imperial La Reina Alexandrina Victoria I del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de La India; durante su reinado, Francia conoció 2 dinastías regias y una república, mientras España tuvo 3 monarcas, e Italia 4.
Con ella, Inglaterra se convirtió en un país industrial y en una potencia de primer orden, orgullosa de su capacidad para crear riqueza, y destacar en un mundo cada vez más dependiente de los avances científicos y técnicos.
En el terreno político, la ausencia de revoluciones internas, el arraigado parlamentarismo inglés, el nacimiento y consolidación de una clase media, y la expansión colonial, fueron rasgos esenciales del “victorianismo”
En lo social, sus fundamentos se asentaron en el equilibrio y el compromiso entre clases, caracterizados por un marcado conservadurismo, el respeto por la etiqueta, y una rígida moral de corte cristiano.
Todo ello protegido y fomentado por la figura majestuosa e impresionante, al mismo tiempo maternal y vigorosa de la Reina Victoria, verdadera protagonista e inspiradora de todo el siglo XIX europeo.
La Reina Victoria, es tatarabuela de La Reina Elizabeth II y de su consorte, El Príncipe Philip, Duque de Edimburgo; del Rey Juan Carlos I de Borbón y de su esposa, La Reina Sofía de Grecia; de La Reina Margrethe II de Dinamarca, del Rey Carl XVI Gustaf de Suecia, y del Rey Harald V de Noruega.
Victoria, cuya ascendencia era casi exclusivamente alemana, excepto por su antepasado, Sofía Dorotea de Hannover, descendía también por línea femenina de James I de Inglaterra y VI de Escocia, fue al mismo tiempo, la última monarca de La Casa de Hannover.
Es decir, La Casa de Hannover fue la dinastía alemana reinante en Gran Bretaña desde 1714, hasta la fundación del Reino Unido en1801, y desde entonces hasta 1901, fecha en la que murió Victoria I, y ascendió al trono su hijo Edward VII, perteneciente a la dinastía Sajonia-Coburgo-Gotha, reinante en la actualidad con el nombre de Windsor desde 1917; y tiene su origen en una casa nobiliaria establecida en Suabia y Baviera desde el siglo IX.
Algunas veces se le conoce como La Casa de Brunswick y Lüneburg, la línea Hannover.
Pero La Casa de Hannover, es una rama más joven de La Casa de Welf o antigua Casa de Baviera, que a su vez es la rama mayor de La Casa de Este.
Así, Alexandrina Victoria nació en El Palacio de Kensington de Londres, el 24 de mayo de 1819, y era la única hija del Príncipe Edward, Duque de Kent y Strathearn, cuarto hijo varón del Rey George III y de Marie Luise Victoria de Sajonia-Coburgo-Saalfeld.
Su padrino era El Zar Aleksandr I Pavlovich de Rusia, en cuyo honor recibió su primer nombre, a pesar que así fue bautizada, se le terminó por llamar solamente Victoria, aunque familiarmente fue conocida durante sus primeros años de infancia como Drina, diminutivo de Alexandrina.
Pese a la alta posición que ocupaba en la línea sucesoria, durante sus primeros años, Victoria habló solamente alemán, el idioma materno de su madre y su gobernante.
Sin embargo, en 1822, cuando se hizo evidente que podría ocupar el trono, se le comenzó a enseñar el inglés; posiblemente aprendió a hablar italiano, griego, latín y francés; y con 11 años, se convirtió en la presunta heredera del trono.
Como las leyes de la época no estaban preparadas para la eventual subida al trono de un infante, se promulgó La Ley de Regencia de 1831, en la cual se estipulaba que La Duquesa de Kent, madre de Victoria, sería La Regente del reino durante la minoría de edad de La Reina.
Ignorando el precedente de George IV, El Parlamento no creó un Concilio para limitar los poderes de la eventual Regente.
Para 1835, a los 16 años de edad, Victoria conoció a su futuro esposo, El Príncipe Albert de Sajonia-Coburgo-Gotha, quien además era su primo.
El Rey William IV desaprobó la unión, pero sus objeciones no dieron el menor resultado en los jóvenes.
Algunos historiadores alegan, que Albert no estaba enamorado entonces de la joven Princesa, y que las razones que tenía para aceptar el enlace, fueron ganar un buen estatus social, pues era sólo un oscuro príncipe alemán, o bien un alto sentido del deber y lealtad a su familia, la cual deseaba el enlace.
Cualesquiera que fueran las razones que tuvo Albert para aceptar el matrimonio, éste, con el paso de los años, demostró ser extremadamente feliz.
Así entonces, El Rey William IV falleció el 20 de junio de 1837, siendo sucedido por La Princesa Victoria.
Como ella ya había cumplido los 18 años, no era necesaria una regencia… y debido a que La Ley Sálica imperaba en Hannover, este trono pasó a su tío menor, El Duque de Cumberland, terminando así la unión entre El Reino Unido y Hannover, existente desde 1714, desapareciendo así La Casa de Hannover en Inglaterra.
Eso sí, mientras la joven Reina no tuviera hijos, El Duque de Cumberland era el presunto heredero del trono.
Victoria fue coronada Reina, en la Abadía de Westminster, el 28 de junio de 1838; 4 días antes de su matrimonio con Albert, el 10 de febrero de 1840, La Reina otorgó a su esposo, el tratamiento de Su Alteza Real.
Albert sería generalmente conocido como El Príncipe-Consorte, aunque sólo obtuvo formalmente el título hasta 1857.
Lo asombroso, por lo menos para mí, aparte de ser La Reina de una de las épocas con mayor desarrollo para El Reino Unido, les recuerdo que en dicha época, El Imperio Británico se propago desde Asia hasta América, teniendo como flamante baluarte para ello, su Armada Imperial, conocida por su habilidad y poderío que amedrentaba al más fuerte, ganadora de mil y una batalla naval; fue el legado de su descendencia, del cual nacieron 9 hijos:
1. Victoria Adelaide Mary Louisa, casada en 1858 con Friedrich III, Emperador de Alemania y Rey de Prusia.
2. Albert Edward VII, el sucesor, casado con Alexandra Caroline Marie Charlotte Louise Julia de Dinamarca.
3. Alice Maud Mary, casada en 1862 con Louis IV, Gran Duque de Hesse y del Rin.
Su hija, Alix, luego llamada Alexandra Feodorovna, se casaría con su primo, El Zar Nikolay II Alexandrovich Romanov, sobrino político del Príncipe Alfred.
4. Alfred, Duque de Sajonia-Coburgo-Gotha y de Edimburgo, casado en 1874 con María Alexandrovna, hermana del Zar Alexander III Alexandrovich Romanov.
Su hija Marie se casaría con Ferdinand I de Rumania.
5. Helena Augusta Victoria, casada en 1866 con El Príncipe Christian de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Augustenburg.
6. Louise, casada en 1871 con John Campbell, IX Duque de Argyll.
7. Arthur William Patrick Albert, Duque de Connaught y de Strathearn, casado en 1879 con Louise Margaret Alexandra Victoria Agnes de Prusia.
8. Leopold George Duncan Albert, Duque de Albany, casado en 1882 con Helena Frederica Augusta de Waldeck-Pyrmont.
9. Beatrice Mary Victoria Feodore, casada en 1885 con El Príncipe Henry Maurice de Battenberg, y madre de la futura Reina Victoria Eugenie Julia Ena de España.
Es por estas uniones conyugales de sus hijos y nietos con otros monarcas de Europa, que se le ha conferido a Victoria el título popular de “La Abuela de Europa”
Pero esto tuvo un lado negativo, ya que al ser portadora de hemofilia, transmitió el gen defectuoso a todos sus descendientes, por estar ligado al cromosoma X.
El portador más conocido de dicha enfermedad, fue el Zarevich Alexei Nikolaevich de Rusia…
El año de 1861, fue trágico para La Reina:
El 16 de marzo, muere su madre, La Duquesa de Kent; y el 14 de diciembre fallece su esposo Albert, El Príncipe-Consorte.
La pérdida de quien fuera su compañero, amigo y consejero, devastó a Victoria, que mantuvo un estado semipermanente de luto, y usó el color negro en sus vestidos para el resto de su vida; se cuenta inclusive, que nunca volvió a reír, evitó las apariciones públicas, y rara vez puso los pies en Londres durante los años siguientes, ganándose con ello el apodo de “La Viuda de Windsor”
Victoria consideró a su hijo, El Príncipe de Gales, un joven indiscreto y frívolo, culpable de la muerte de su padre.
“Love rules all”
The Young Victoria es un drama del año 2009, dirigido por Jean-Marc Vallée.
Protagonizado por Emily Blunt, Jim Broadbent, Mark Strong, Paul Bettany, Miranda Richardson, Rupert Friend, Princess Beatrice, Michaela Brooks, Robert Cambrinus, Jesper Christensen, Morven Christie, Danny Dalton, James Fiddy, Alice Glover, Julian Glover, Jeanette Hain, Jo Hartley, Dave A. Hewitt, Michiel Huisman, Tony Jeeves, Thomas Kretschmann, Ruth Leah, Johnnie Lyne-Pirkis, Michael Maloney, Genevieve O'Reilly, David Robb, Sophie Roberts, Liam Scott, Rachael Stirling, Thomas Michael Voss, Harriet Walter, entre otros.
El guión es de Julian Fellowes; y es una más de las producciones que se suman a la lista de cintas de “qualité” que lanza Gran Bretaña, año tras año, rebuscando y exportando con entusiasmo inacabable su historia y cultura.
Y a pesar de contar con director francés y apoyo estadounidense, con Martin Scorsese de productor; vuelve por el gusto de la explotación, con uno de sus personajes emblemáticos:
La Reina Victoria, la soberana absoluta durante la era de consolidación del Imperio comercial británico; pero como anuncia el título, acá lo que importa es su figura vista de perfil en sus aspectos más personales o imaginados, a través del tiempo y las generaciones, cuando todavía estaba por forjarse la imagen que la inmortalizaría:
La de Reina Madre.
Producida por Graham King, Martin Scorsese, Sarah Ferguson y Timothy Headington; todo inicio cuando el productor británico ganador del Oscar, Graham King, se encontraba en plena producción de “The Departed” (2006), cuando le presentaron la idea para realizar un filme sobre La Reina Victoria.
“Un amigo mutuo organizó una reunión con Sarah Ferguson, y me presentó varios proyectos.
Tenía muchas ideas, y una de ellas era sobre La Reina Victoria.
Dijo que quería mostrar a la reina de una forma distinta a la imagen normalmente asociada a ella, de luto permanente.
Seguí dándole vueltas a la idea, y hablé con Marty Scorsese sobre el tema, y me señaló que era algo que no se había hecho nunca.
Llevaba 15 años intentando hacer una película en El Reino Unido, y nunca había encontrado el guión adecuado, ni siquiera el material adecuado.
Hasta entonces, nunca había sentido la emoción ni la pasión para hacer una película en Gran Bretaña; pero esto parecía perfecto”, dijo el director.
El guionista, Julian Fellowes, se enteró pronto del proyecto, y se puso en contacto con el productor Graham King, para escribir el guión.
Al llevar mucho tiempo interesado por la vida de La Reina Victoria, se trataba de un proyecto de ensueño para él.
Como guionista, Fellowes intentó que la película fuera lo más históricamente posible, teniendo esto en cuenta, se contrataron a:
La diseñadora de vestuario Sandy Powell, ganadora de un Oscar; y al consultor histórico, Alastair Bruce.
La filmación de The Young Victoria, tuvo lugar en varios lugares históricos de Inglaterra, para fomentar la autenticidad de la película; y muy a pesar de esto, varios aspectos de la película han sido criticados por sus inexactitudes históricas.
The Young Victoria obtuvo un Premio Oscar al Mejor Vestuario, diseñado por Sandy Powell; y 2 nominaciones:
Mejor dirección artística, y maquillaje y peluquería.
The Young Victoria narra la juventud de La Reina Victoria de Inglaterra (Emily Blunt), su ascenso al trono, y la legendaria historia de amor que la unió al Príncipe Albert (Rupert Friend)
En 1837, Victoria de Kent, con sólo 17 años, se convierte en el centro de una lucha por el poder.
El Rey William IV (Jim Broadbent), su tío, está a punto de morir…
Victoria, a pesar de que vive apartada de La Corte por voluntad de su madre, La Duquesa de Kent, Victoria de Sajonia-Coburgo -Saalfeld (Miranda Richardson), aspira al trono, aunque sólo cuenta con el apoyo de su institutriz.
Tras la muerte de su tío, Victoria es coronada Reina de Inglaterra.
Así el filme se centra en el ascenso al trono de La Reina Victoria, a sus años de infancia y juventud, aunque de manera muy apresurada, cuando vivió bajo la reclusión de su viperina madre, y su novio, Sir John Conroy (Mark Strong), que la tratan como si fuera una niña; por lo que pudo ser la historia de, cómo una joven muy dotada para manipular a las personas, se convirtió en una excelente analista política, y en una líder benevolente.
Pero el resultado está muy lejos de eso...
La crónica socio-política tiene profundidad melodramática, y de hecho, es la crónica rosa la que se impone al resto de elementos narrativos.
Implacablemente clásica, lo que interesa mostrar es, por una parte, cómo se vive la soledad del poder; y por otro, la posibilidad de trazar un paralelismo histórico entre Victoria y la actual primera mandataria...
The Young Victoria nos sumerge entonces en el corazón de un destino fascinante, que desde sus primeros y caóticos años, hasta su legendaria historia de amor, dieron lugar a una saga inigualable.
Es una película que también da a conocer al público juvenil el reinado inglés, su época, y que a los 18 años fue Reina; una de las películas que los jóvenes pueden ver para estar más pendientes de cómo era el gobierno en esa época.
“She was the queen of an empire, but her heart belonged to one man”
Los dramas de época, es un género que nunca pasa de moda:
Fastuosos escenarios, grandes maquillajes, elaborados vestuarios, grandes recreaciones y ambientes, siempre llaman la atención del público, incluso por encima de su historia.
Historia, que suelen humanizar o endiosar a miembros de La Corte, donde se nos muestra los recovecos y miserias del ser humano cualquiera que sea su condición. 
La monarquía británica, nunca ha dejado de ser un tema cinemático de interés, sobre todo cuando se trata de reinas, pero ya sabemos que el cine tiene tendencia a embellecerlo todo…
La filmografía de Victoria I, es relativamente amplia, aunque casi siempre vista como personaje secundario, y para propósitos de contextualización; y si alguna por ahí intentó dar cuenta de lo que hubo detrás de sus largos años vestida de negro, fue “Mrs. Brown” (1997)
Que la felicidad no es filmable, lo sabemos; y al cine no suele interesarle, salvo que sea para contar cómo se ha perdido, o cómo se recupera tras un calvario.
De ahí que de las 6 décadas del reinado de Victoria, la soberana que cambió para bien la vida de sus súbditos, pero también la que expandió el arrogante imperialismo inglés por todos los rincones del planeta, solo parecen interesar sus primeros años, aquellos en los cuales aprendió a reinar, al tiempo que consolidaba su larga relación con El Príncipe Albert.
Fue Sarah Ferguson, Duquesa de York, quien concibió la idea de una película basada en los primeros años de La Reina Victoria.
Había estado interesada en la reina desde su matrimonio con El Príncipe Andrew, Duque de York, y tatara-tatara-tatara-nieto de Victoria y Albert; y había escrito 2 libros sobre ella con la ayuda de un historiador.
La relación Victoria-Albert en particular, la llevó a la historia de La Reina, ya que creía que había paralelismos entre su matrimonio y el suyo propio con El Príncipe Andrew, ya que ambos “lucharon por su amor” en medio del escrutinio público…
Un amigo organizó una reunión con el productor Graham King, a quien presentó la idea junto con varios otros.
En el momento de concluir su trabajo en “The Departed” (2006), King, un nativo de Gran Bretaña, había estado buscando un proyecto ambientado en su país de origen durante años.
El productor recordó más tarde, “ella me lanzó un montón de cosas, y entre ellas había una sinopsis de 3 páginas de la vida temprana de Victoria:
El lapso preciso cubierto en The Young Victoria.
Después de eso, la película simplemente cayó en su lugar”
King trajo al frecuente colaborador Martin Scorsese a bordo, como productor ejecutivo, ya que el director ganador del Premio de La Academia sabía “casi todo lo que hay que saber sobre la historia británica”
El guionista de “Gosford Park” (2001), Julian Fellowes, contactó a King para presentar ideas para un guión, y según el productor, “Fellowes parecía tener toda la película planeada en su cabeza, así que le dijimos que la escribiera; y 3 meses después, este guión increíblemente impresionante, apareció en nuestros escritorios”
Fellowes fue contratado de inmediato por él y Scorsese; y decidió no terminar la película en la muerte de Albert, porque tenía miedo de copiar “el horror de las biografías”, donde simplemente hay un evento importante después de un evento importante.
Creyendo que ya se había hecho antes, y que la audiencia ya estaba familiarizada con esa parte de la historia de Victoria, pensó que sería más adecuada para una serie de televisión, o para otra película.
Para el director de la película, King quería que alguien “nos alejara del tradicional drama de vestuario de la BBC, e hiciera una película de época para una audiencia de MTV”
Por casualidad, alguien recomendó que King viera la película de 2005, “C.R.A.Z.Y.” del cineasta franco-canadiense, Jean-Marc Vallée, y se interesó inmediatamente en contratarlo.
King le ofreció el trabajo en su primera reunión, y aunque al principio expresó desinterés, Vallée aceptó dirigir después de leer el guión:
“Cuando leí el guión, vi que era un drama familiar, un romance, un complot político al mismo tiempo”
Vallée consideraba que Victoria era una rebelde, porque “ella tiene esta actitud, la cual es el ruido, querer gritar, y gritar en voz alta a tus padres y a toda la gente, a la autoridad...
“Voy a hacerlo a mi manera”
De eso se trata el rock 'n' roll.
Eso es lo que me gustaba de ella, esta energía.
Victoria era especial, y tenía esta cualidad mística”
Mientras la diseñadora de vestuario, Sandy Powell, escuchó sobre el guión y contactó a King, quien a su vez la contrató.
A Powell se le concedió acceso exclusivo al vestido de novia y las túnicas de coronación de Victoria mientras investigaba.
Y basado en su trabajo en “Das Leben der Anderen” (2006), y su nacionalidad alemana, Hagen Bogdanski fue seleccionado como el director de fotografía.
Fellowes reclutó la ayuda de su amigo, Alastair Bruce, con la autenticidad histórica de la ceremonia de coronación, lo que condujo al empleo de Bruce como asesor histórico de la película, su primer crédito cinematográfico.
Lo más fascinante para Fellowes, fueron los primeros años de vida de la joven reina:
“El 99% del público no sabe nada de la historia de sus primeros años, y se sorprenderá”
La película está ambientada en el período entre 1836, el año anterior al ascenso al trono de Victoria; y 1840, el año en que se casó con El Príncipe Albert, y pretende cambiar la percepción tan extendida de La Reina Victoria como una anciana viuda vestida de negro.
“La Reina Victoria que todos conocen, es la anciana viuda de Windsor con el pañuelo sobre la cabeza, una mujer más bien gorda, vestida de negro y con aspecto deprimido.
Muy poca gente conoce ese otro aspecto de ella, sus primeros años:
Que era joven, que le encantaba bailar, que le encantaba la música, y que era muy romántica.
A las chicas jóvenes les gusta divertirse, y ella era sin duda una chica joven.
Pero la extraordinaria historia del principio de su reinado, es cómo todos intentaban controlarla.
Estaba convencido de que la película debía empezar antes de su sucesión y su matrimonio con Albert.
Así se la podía ver luchar con su madre, La Duquesa de Kent, que trató de crear un papel para ella, a fin de tener más control.
La cuestión de la fama al instante, también es interesante.
En un momento, Victoria pasa de vivir prácticamente bajo arresto domiciliario, a ser la mujer más famosa del mundo”, dijo el guionista.
La primera parte de la película, presenta a Victoria viviendo en una especie de cárcel.
Fellowes explica esos años de la vida de Victoria:
“Antes de empezar sus 63 años de reinado, Victoria pasó una infancia horrible.
Su padre murió antes de que cumpliera un año, dejando a su madre, La Duquesa de Kent, para criar a la única heredera al trono.
La Duquesa no puede tener jamás otro hijo que aspire al trono, porque su marido ha muerto...
No tiene más que a ese pequeño y frágil niña, que se convertirá en Reina, si no muere antes...
Eso provocó en ella, una especie de proteccionismo neurótico.
Victoria vivió una infancia asfixiante, en la que no podía tener su propia habitación, y tenía que dormir en una pequeña cama junto a la de su madre, hasta que cumplió los 18 años.
No podía subir o bajar escaleras sin ir cogida de la mano de un adulto...
Apenas tenía amigos.
Fue una infancia terriblemente solitaria”; y la película recoge el trayecto que sigue Victoria hasta llegar al trono.
No fue nada fácil, pues su propia madre, La Duquesa de Kent, confabulada con Sir John Conroy, que controlaba su casa, e intentó que la nombraran regente para ostentar poder sobre Victoria.
Eso permitiría a La Duquesa, “ser reina a todos los efectos”, hasta que Victoria fuera lo bastante mayor para reinar, si ascendía al trono antes de cumplir 18 años.
Pero El Rey William IV sobrevivió hasta que su sobrina los cumplió.
“La muerte de William IV lo cambió todo.
Victoria ascendió al trono, y salió de la sombra de su madre”, dijo el guionista.
Pero el meollo de la película lo constituye la historia de amor entre Victoria y Albert, con quien se casó en 1840.
Es en este feliz capítulo de su vida, en el que se centra fundamentalmente el filme.
“El príncipe Albert fue elegido ex profeso para Victoria, en lugar de su hermano mayor y menos atractivo, por su tío, El Rey Leopold de Bélgica.
Leopold estaba utilizando a Albert para lograr más poder e influencia sobre la corona británica, y lo consideró ideal para una mujer que estaba decidida a casarse por amor.
Lo interesante es que Albert se enamoró por completo de ella.
Procedía de una corte alemana muy adusta, y de repente se encontró con una chica que quería divertirse.
Le encantaba bailar, la música, montar a caballo...
Todos habían pasado por alto la posibilidad de que pudieran llegar a enamorarse de verdad”, dijo Fellowes.
El film, por tanto se puede dividir en 2 partes bien diferenciadas:
En la primera, sitúa a la joven Princesa, candidata a suceder a su tío, William IV, pero prácticamente sometida a su madre, y sobre todo al amante de ésta, Sir John Conroy, con descaradas aspiraciones a controlar el trono de Inglaterra.
En el fondo, durante esta primera mitad, asistimos a toda una serie de conspiraciones palaciegas que giran en torno a una joven de apariencia frágil.
La segunda mitad del film, abandona prácticamente el anterior ambiente conspiratorio, y se va centrando cada vez más un terreno mucho más complaciente, mucho más típico de un film de corte melodramático, con susto incluido, que no el más puramente político sobre el que el director parecía que iba a establecer la trama del film.
Sin embargo, aunque es la primera parte la más interesante del film, tampoco Vallée profundiza excesivamente en la trama conspiratoria, limitándose a exponer los hechos, sin entrar en ningún tipo de polémicas, buscando esencialmente y tratando de presentar al personaje de la aspirante a reina, como la de una joven que deberá luchar contra quienes tratan de aprovecharse de su posición para sacar tajada, y conseguir hacer las cosas a su manera sin ningún tipo de injerencias.
Por ello, los personajes masculinos que rodean a la futura reina, interpretados por caras conocidas como Paul Bettany, Mark Strong, Thomas Kretschmann o Rupert Friend, están cargados de connotaciones negativas en su mayor parte, con la finalidad de resaltar la fuerza que tiene que sacar Victoria para conseguir su propia independencia.
Del reparto, aunque la gran mayoría de actores no son conocidos en papeles protagónicos, ha sido muy bien interpretada.
Para el papel principal, King requería que la candidata fuera británica, y consideraba elegir a una actriz desconocida.
La actriz británica, Emily Blunt leyó el guión y, consciente de que otras actrices lucharían por el papel, se acercó a King al principio del proceso de búsqueda.
Blunt más tarde admitió que tenía un “conocimiento inexistente” de la reina, pero después de consultar a su madre sobre el matrimonio exitoso de Victoria, Blunt le dijo a King, que la reina “era una niña que estaba muy enamorada por primera vez, y que estaba en un trabajo en el que ella se sentía muy por encima de su cabeza.
Entonces le dije a Graham:
“Ella es rebelde.
Es una sobreviviente”
No quería acercarme a ella como la rosa inglesa, sino como una niña que estaba peleando”, dijo la actriz.
Le otorgaron a Blunt el papel, después de ver toda su filmografía.
Después de ganar la parte, a Blunt se le permitió el acceso al Castillo de Windsor, donde vio las pinturas, diarios y cartas de Victoria; así como la música compuesta por el mismo Albert.
“Me quedé impresionada por lo notable que era, y parecía ser un personaje muy moderno, una especie de mujer del siglo XXI.
Apelaba que era una oportunidad para interpretar a alguien que contradice la idea previa de la gente de cómo era ella.
Todos la conocen como la reina de luto que estaba rodeada de negro con un pañuelo en la cabeza, y fue reprimida, pero era todo lo contrario cuando era más joven.
Eso fue emocionante para mí, que podía cambiar la opinión de la gente sobre cómo era Victoria”, dijo.
Los trajes de Emily Blunt lució fueron asegurados por £ 10,000 cada uno.
El vestuario y el diseño de producción, pudieron beneficiarse de la ayuda y el apoyo de Swarovski Crystals.
Se incluyeron cristales de Swarovski en el cetro de la coronación y en el anillo de la coronación, además de usar varias joyas prestadas por Swarovski de su colección de archivo en la producción, incluida la espectacular tiara de Victoria.
Como dato, Victoria fue coronada con La Corona del Estado Imperial, que suele modificarse para cada monarca.
Elizabeth II, fue coronada con La Corona de San Edward, creada originalmente para Charles II, en 1661; y para Elizabeth II, se hizo un armazón que encajara dentro de La Corona de San Edward pero, como estaba ideada para ponerse en la cabeza de un hombre con peluca, resultaba inevitable que quedara demasiado grande.
Tras su coronación, Elizabeth decidió usar en adelante La Corona del Estado Imperial; que incluye la mayoría de las piedras de La Corona de Victoria, aunque cambiando de lugar algunas de ellas.
La diseñadora de vestuario, Sandy Powell, pudo inspeccionar algunas de las prendas supervivientes de La Reina Victoria, que se encuentran en El Palacio de Kensington.
El vestido que Victoria usa para su primer encuentro con su consejo, es una copia del vestido real que usó La Reina Victoria en esta ocasión.
Sobrevive y, a partir del 26 de marzo de 2012, se exhibe en El Palacio de Kensington como parte de la nueva exposición de Victoria Revealed.
Está en exhibición pública en el Red Saloon, la habitación real de su primer Privy Council.
Desde entonces, se ha desteñido a marrón, ya que el tinte negro en ese momento no era estable.
Por otra parte, la producción, decidida a no usar ningún gran nombre de Hollywood, Graham King miró a muchos actores europeos, antes de decidirse por el actor británico Rupert Friend.
Estaban al tanto de él en la película de 2005, “Pride & Prejudice” a lo que Vallée señaló:
“Tenía una imagen de Albert en mi mente, antes de elegir a Rupert, y cómo el actor podría interpretarlo, y cuando Rupert subió a bordo, tenía razón.
Tenía una muy buena comprensión del personaje, e hizo mucha investigación para hacerlo bien, con el acento y su comportamiento.
Realmente se ve bien, ¡luce tan romántico!”
El coproductor Dennis O'Sullivan, llamó a Friend “nuestra búsqueda de Scarlett O'Hara”
Y creyeron que el actor tenía más química con Blunt, después de seleccionar varios para jugar al ajedrez con ella.
La altura de Friend, que es 6 pies 1 pulgada, también jugó un factor en su elección.
Friend creía que “Albert era un verdadero héroe no reconocido.
Un gran reformador, un esposo y padre cariñoso, trabajador y hombre de verdadera integridad y modestia”
El actor también pensó que su relación no era “una historia de amor pegajosa”; más bien, sus argumentos demostraron que “no fue un camino fácil de ninguna manera”
Friend se esforzó por sumergirse en el papel, y aprendió las características particulares del Príncipe, como la forma en que montaba a caballo, caminaba y tocaba el piano.
Trabajó con un entrenador de voz, y un instructor alemán para perfeccionar su acento, con la intención de “poner la mayor cantidad de alemán posible, porque Victoria y Albert hablaban el alemán entre ellos”
Antes de interpretar a Albert, Rupert Friend no sabía gran cosa de él...
“Sabía quién era, en parte porque veía su estatua en Hyde Park a diario, pero, cuando empecé a leer sobre él, me di cuenta de lo importante que fue en el matrimonio, y de la gran influencia que ejerció sobre Inglaterra; y empecé a darme cuenta, de que era uno de los grandes héroes ignorados de la historia británica.
El amor de Victoria por él, tras su muerte, viene a ser casi el testamento más importante de la clase de hombre que era.
Uno de los aspectos más conmovedores de su vida, era que el corazón de Victoria se partió realmente en 2 cuando él murió y, para que eso pasara, tenían que haber compartido un vínculo extraordinario.
Esta película explora el principio de ese vínculo, y lo que Julian ha logrado hacer estupendamente es humanizarlo.
No es una historia de amor empalagosa, se peleaban mucho al principio, y no fue un camino fácil, ni mucho menos”
Paul Bettany fue seleccionado como Lord Melbourne, a pesar de ser aproximadamente 20 años más joven para el papel.
Vallée explicó:
“No pudimos encontrar un actor de 58 años que fuera lo suficientemente sexy y guapo.
Paul era un actor lo suficientemente bueno como para envejecer desde adentro, y lo interpreta como un gran político y un gran seductor”
Al principio del proceso, el equipo eligió a Miranda Richardson como Duquesa de Kent, y creía que tenía tanta química con Blunt, que se volvió “realmente incómodo viéndolos en una escena, ya que las escenas era intenso y reales”, dijeron.
Y Jim Broadbent y Mark Strong se unieron al elenco como El Rey William IV y Sir John Conroy, respectivamente, este último como un personaje caricaturesco, como incierto villano de turno; al igual que Harriet Walter como La Reina Adelaide.
Como dato, YRH La Princesa Beatriz de York, hija de Sarah Ferguson y El Príncipe Andrew, y descendiente de La Reina Victoria, pasó un día en el plató de rodaje, para finalmente aparecer como Dama de Honor en la escena de la coronación de su tatara-tatara-tatarabuela.
La Princesa Beatriz, 5ª en la línea de sucesión, es el primer miembro de la familia real, que participa con un personaje en una película no documental.
“Sarah Ferguson y yo, discutimos la posibilidad de que apareciera en la película desde el primer momento”, comenta King.
“Me pareció un bonito detalle que apareciera en la película.
Mi hija aparece junto a ella, y me pareció que sería divertido”, dijo Sarah.
Para El Palacio de Buckingham, la producción eligió El Palacio de Blenheim, con interiores rodados en El Castillo de Belvoir, Ditchley y Lancaster House.
La Reina Victoria, fue la primer monarca que vivió en El Palacio de Buckingham.
Y para El Castillo de Windsor, El Castillo de Arundel quedaba perfecto, mientras que El Castillo de Belvoir proporcionaba un terreno estupendo para las escenas en el Windsor Great Park.
Como dato, la cama verde costó £ 25,000 en construir; por lo que al final de la producción, Los Duques de Rutland, dueños del Castillo de Belvoir, la compraron.
Muchas de las escenas interiores fueron filmadas en Belvoir Castle en Leicestershire.
La reina Victoria usó la cama utilizada en la escena de la luna de miel, cuando visitó el castillo en 1843.
El dormitorio es tan pequeño, que todas las cámaras tuvieron que colocarse fuera de las ventanas.
Sin embargo, esta crónica de los años de juventud de la todopoderosa Victoria, peca de falta de ambición, y deviene en una película sin tensión, donde los conflictos soterrados de La Corte se resuelven con la frialdad de una partida de ajedrez; pues el filme maneja varios hilos narrativos paralelos, y no los profundiza.
No deja de ser curioso, pues aunque sea un “biopic”, se observa mucho aderezo insulso que no hace más que quitar mérito a esta película que podía haber dado más...
Aun así, entretiene, y es curiosa de ver; pues es una propuesta arriesgada, hacer una película de época, ya que es difícil que llegue al público más joven.
La película que empieza como un “biopic” histórico, poco a poco deja de lado los aspectos históricos, para centrarse en el lado más romántico de la historia.
El “plot” central que tiene a la protagonista en tránsito hacia la madurez, al lado del Príncipe Albert, es todo lo novelesco de folletín, pero aséptico que se pretende al final.
Pasa de la candidez de los descubrimientos, hacia la presión del estatus, las obligaciones, y la certeza de ese universo de maquinaciones que apenas si llega a un intento de clímax con la abrupta secuencia del atentado…
Lástima que aquello no inspire una narración con más nervio acerca de esa instancia en la que se levantan los blindajes, y se avanza con aplomo como señal o acto de supervivencia.
The Young Victoria solo saca de esa posibilidad una seriedad pomposa y final, que intenta expresar ese momento de íntima redención del personaje literalmente asentado en su lugar de destino.
Una fotografía final antes de los créditos finales, que no deja de ser llamativa, aun cuando pudo ser mucho mejor; pues es esencial, primera, y globalmente romántica.
No hay mucha acción, intrigas palaciegas, espionajes, guerra y paz, tratados… hay un poco de eso, pero sobre todo narra la relación de amor en el tiempo de Victoria y Albert, eso es lo más importante, y lo que más llega; y cae en las tentaciones de centrarse en una correcta ambientación y una minuciosa reconstrucción de la época, pero lo mejor que podrían haber hecho, era reconstruir el guión.
Fellowes se esforzó por liberar el guión de anacronismos, hasta el punto de que se molestó cuando el actor Jim Broadbent improvisó, y le dijo al Duque de Wellington que “disfrutara de la comida” durante una cena, frase que no era apropiada para ese período de tiempo.
El escritor comentó:
“Todo lo que he puesto en él, se basa completamente en hechos.
Resulta que es una historia con la que no muchas personas están familiarizadas”
Fellowes ha señalado, que si bien no alteraría la “verdad fundamental”, como las relaciones reales de los personajes entre sí, se esforzó por “usar episodios para ilustrar el viaje que llevas a los personajes, y con ellos, al público”
Aunque en gran parte es fiel a una selección de hechos históricos, la película ha sido criticada por embellecer los eventos para aumentar el potencial dramático.
Algunos errores de producción señalan al principio de la película, donde hay una mención del Partido Liberal.
En ese momento, este grupo político se llamaba Whig Party, y cambió su nombre a Partido Liberal en 1868.
William Lamb, segundo Vizconde de Melbourne, que fue Primer Ministro cuando Victoria subió al trono, y fue su mentor político para la joven Reina, era 40 años mayor que ella, pero es retratado como un hombre mucho más joven en la película.
En cuanto al Rey Leopold, era su tío favorito, cuyo consejo buscaba constantemente; y su interés en Albert se debía no al éxito de la última en cortejarla, sino simplemente a complacer a Leopold.
El enfrentamiento de Melbourne con el conservador Sir Robert Pell, es reducido por Vallée a un simple asunto doméstico, desluciendo un tema más político y trascendental, como en realidad fue la incapacidad de Melbourne para controlar las colonias británicas de Jamaica y Canadá, lo que lo hizo declinar su poder, por lo menos, hasta una próxima oportunidad. 
En la película, Victoria y Melbourne son retratados con una edad similar, aparentemente para insinuar un coqueteo entre ellos... de hecho Melbourne actuó como una especie de figura paterna para el joven monarca.
Otro dato sucede mientras El Rey William IV insulta a La Duquesa de Kent en Windsor, algunos hechos que se muestran son incorrectos.
En la película, La Duquesa se sentó a varios pies del Rey, ella salió de la habitación, y ni Victoria ni los invitados reaccionaron mucho.
En la vida real, La Duquesa se sentó junto al Rey, no salió de la habitación, Victoria lloró en reacción al estallido del Rey, y los invitados quedaron horrorizados.
Inmediatamente después se levantaron y se retiraron, y se produjo una escena terrible:
La Duquesa anunció su partida inmediata, y ordenó su transporte, pero se reparó una especie de reconciliación, y se la obligó a quedarse hasta el día siguiente.
El Rey arregla un matrimonio entre Victoria y su primo George… pero en la vida real, William quería que Victoria se casara con El Príncipe Alexander, el hijo del Rey Willem II de Los Países Bajos.
Cuando a Albert se le da un retrato de Victoria por primera vez, se la representa con un vestido blanco, con una tiara colocada verticalmente en su moño.
Ese retrato específico, fue hecho en 1842, 2 años después de que La Reina Victoria y El Príncipe Albert se casaran.
Además, Albert diseñó la tiara en su cabello especialmente para Victoria.
Cuando se le notifica a Victoria que se convirtió en Reina, la fecha que se muestra es el 18 de junio de 1837.
En la vida real, La Reina Victoria fue informada el 20 de junio de 1837.
Otra desviación de la historia, ocurre durante la escena de la coronación de Victoria.
Al contrario de lo que se muestra en la película, Albert no estuvo presente en la ceremonia; la pareja en cambio se escribía cartas, pero Fellowes sentía que hacer que siguieran abriendo cartas sería menos cinematográfico...
Por su parte, Conroy todavía está presente en La Corte después de que Victoria sea coronada.
En la vida real, La Reina Victoria expulsó a Conroy de La Corte tan pronto como se convirtió en Reina.
Y cuando Victoria llega al “nuevo palacio”, tiene al menos un siglo de envejecimiento.
“La Campanella” de Paganini, se usa aquí como un vals, a pesar de que está en 6/8, vals ¾.
Además, se suponía que Paganini “tenía un pacto con El Diablo”, por lo que la música probablemente era inapropiada en el salón de baile real.
Cuando Albert y Victoria tienen su primer vals, reducen la velocidad y se detienen en un punto antes de reanudar… y los otros bailarines continúan mientras esto sucede.
En realidad, el protocolo real dictaría que los otros bailarines se detengan siempre que La Reina deje de bailar.
Durante el cortejo de Albert y Victoria, muchos personajes hablan con Albert sobre Alemania, de la que se habla como su nacionalidad...
Pues Alemania fue una región cultural, no un país unificado, hasta 1871, más de 30 años después.
Por tanto, la nacionalidad de Albert habría sido llamada Sajonia-Coburgo-Gotha, no Alemana.
La escena en la que disparan a Albert mientras protege a La Reina Victoria de un intento de asesinato, se basa en un intento real que tuvo lugar el 10 de junio de 1840.
Edward Oxford, un barman desempleado, disparó 2 balas hacia el carruaje de La Reina mientras ella y Albert cabalgaban en Constitution Hill, cerca del Palacio de Buckingham.
La película, sin embargo, contiene varias desviaciones significativas de los hechos.
En la vida real, Albert no resultó herido; y que el hecho de mostrar al Príncipe Albert siendo rozado por la bala en la película, fue agregado para mostrar mejor su valentía y devoción mientras intentaba proteger a La Reina Victoria de ser asesinada.
La Corte, nunca pudo probar que Oxford había disparado nada más que pólvora de sus armas; y fue absuelto por demencia, y se confinó en el pabellón lunático criminal del Hospital Real de Bethlem.
Ni Victoria ni Albert sufrieron heridas en ningún otro intento de asesinato en sus vidas.
Los títulos de clausura dicen:
“Victoria y Albert reinaron” durante varios años...
Sólo reinaba La Reina Victoria; ya que Albert no tenía esta descripción del trabajo, como muestra el discurso “Gracias por recordarme...”
De hecho, ningún esposo o esposa reinó sobre Inglaterra conjuntamente, excepto William III y Mary II, a fines del siglo XVII.
Y justo antes de que aparezcan los créditos, aparece el siguiente texto:
“Victoria sigue siendo la soberano británica reinante más antiguo hasta la fecha”
La Reina Victoria fue la soberana británica reinante más antigua y la soberana femenina más longeva hasta 2015; pues La Reina Elizabeth II ahora ostenta ambos títulos.
Si esos carteles no existieran, no nos hubiéramos enterado de que la reina inglesa ha sido la que ha tenido el reinado más extenso, que tuvo una vida feliz junto a su esposo, que él se convirtió en su asesor, y juntos modernizaron Gran Bretaña, que ampliaron los horizontes de sus colonias en la India, Australia, Canadá y una gran parte de África; que tuvieron una descendencia prolífica, que fue ubicada estratégicamente en los distintos reinados de Europa:
Alemania, Prusia, Reino Unido, Rusia, Dinamarca, Edimburgo, España... o que vivió el resto de sus años guardando luto por tan desconsolada pérdida.
Me pareció muy curioso ver los entresijos de las convenciones sociales de la época:
La madre que, controladora, comparte aposentos con su hija pero que, sin embargo, tiene en su misma casa a su amante, puesto que es viuda; cómo El Rey, tío de Victoria, quiere evitar a toda costa una regencia; el modo en que los aliados de La Reina, una vez llegado al trono, intentan manipularla para intervenir en El Parlamento; las redes de influencia para influir en los matrimonios de estado; que el marido de La Reina sea sólo eso; y un larguísimo etc.
Lo importante de The Young Victoria, es el trabajo artístico que hay detrás de cada escena; y puede parecer un poco “light” como historia, pero no por eso deja de ser una buena película.
Se dijo que la tatara-tatara-tatara nieta de Victoria, La Reina Elizabeth II, vio la película en una proyección especial; según una fuente, ella creía que la película tenía “muchos puntos buenos”, pero no estaba contenta con el cambio al intento de asesinato, y también pensaba que los trajes de los oficiales británicos parecían demasiado alemanes.
Además del intento de asesinato, el historiador Alex von Tunzelmann señaló que “históricamente, la película no es del todo mal”, y especialmente elogió la descripción de la política contemporánea y las características que Friend puso en su actuación como El Príncipe Albert.
Por último decir que el director usó su experiencia como DJ para “crear una estructura para una película utilizando la música con el ritmo y el equilibrio adecuados.
Quería combinar piezas clásicas con un espíritu rockero”
Durante el rodaje, Vallée solía tocar música rock, como los Rolling Stones, para crear “el estado de ánimo adecuado antes de una escena”
También dio a cada actor una canción concreta para que escuchara como preparación para su papel, incluidos:
“The best is yet to come” de Frank Sinatra, para Paul Bettany y su Lord Melbourne; y el clásico de Cat Stevens, “Trouble” para Emily Blunt y su Victoria.
El productor ejecutivo, Colin Vaines, conoció al compositor Ilan Eshkeri, y lo contrató para la composición de la banda sonora.
Vallée y Eshkeri, querían que la música se mantuviera fluida, de modo que una pieza de música diegética pudiera cambiar sutilmente hasta pasar a la partitura, o viceversa, incluso antes de que los espectadores se den cuenta.
Pensaron que esta forma tan poco habitual de usar la música en una película de época, mantendría al espectador interesado y poco seguro de dónde venía la música.
A menudo, se hace referencia a una pieza de música diegética más adelante en la partitura, como referencia emocional para los espectadores, como el estribillo de “El Canto del Cisne” de Schubert, que puede encontrarse escondido en varios momentos de la película, cuando Albert se siente solo, o cuando Victoria piensa en él, pero no pueden estar juntos…
Sinéad O'Connor interpretó “Only You”, que O'Sullivan describió como “muy en línea con uno de los objetivos primordiales de la película, que era ser optimista y decirle a la gente que estas increíbles historias de amor realmente pueden suceder, no es solo un cuento de hadas”
“Do you ever feel like a chess piece yourself?
In a game being played against your will”
La muerte de Albert produjo que Victoria comenzara a confiar cada vez más en un criado escocés, John Brown...
Se ha llegado a alegar, que entre ellos hubo una relación romántica, e incluso un matrimonio secreto…
Un diario recientemente descubierto, registra una supuesta confesión en su lecho de muerte del capellán privado de La Reina, quien habría admitido a un político, que él había presidido un matrimonio clandestino entre Victoria y John Brown...
No todos los historiadores confían en la autenticidad del diario, sin embargo, cuando el cadáver de Victoria fue colocado en el ataúd, lo acompañaban 2 recordatorios conforme a su deseo:
Al lado derecho, uno de los trajes de gala de Albert, mientras que en su mano izquierda se fijó un pedazo del cabello de Brown, junto con un retrato de él.
Los rumores de un romance y una unión secreta, le ganaron a Victoria el apodo “Mrs. Brown”
En el campo monárquico, para 1871, se había proclamado El Imperio Alemán.
La hija mayor de Victoria, se había casado con su heredero, así que algún día sería Emperatriz, excediendo con ello en rango a su madre La Reina, de mayor poder político.
Para prevenir tal anomalía diplomática, en 1876 una nueva Acta de Títulos Reales del Parlamento, dio a La Reina el título adicional de “Emperatriz de La India”
Y para el 22 de septiembre de 1896, Victoria sobrepasó a su abuelo, George III, como el monarca de más tiempo de reinado en la historia inglesa, escocesa o británica.
De acuerdo a una petición de La Reina, todas las celebraciones públicas especiales por el acontecimiento, fueron retrasadas hasta 1897, el año en que se celebraba El Jubileo de Diamante de Victoria.
El Secretario de Colonias, Joseph Chamberlain, propuso que el jubileo fuera un festival en todo El Imperio Británico.
Así, invitaron a Los Primeros Ministros de todas las colonias autónomas, junto con sus familias.
El desfile en el que participó La Reina, incluía las tropas de cada colonia y dependencias británicas, junto con soldados enviados por príncipes indios y jefes, quienes eran subordinados a Victoria, Emperatriz de La India.
La celebración del Jubileo de Diamante, fue una ocasión marcada por las grandes muestras de afecto que el pueblo tuvo para la Reina septuagenaria, que para entonces estaba confinada a una silla de ruedas.
Durante los últimos años de Victoria, El Reino Unido estuvo implicado en La Segunda Guerra de los Bóeres, que recibió el apoyo entusiasta de La Reina.
Los cambios culturales, políticos, económicos, industriales y científicos que sucedieron durante su reinado, fueron notables.
Cuando Victoria ascendió al trono, Inglaterra era esencialmente agraria y rural; a su muerte, el país se encontraba altamente industrializado y estaba conectado por una red de ferrocarril en expansión.
Tal transición no fue suave, como tampoco estuvieron libres de incidentes las décadas anteriores.
Las primeras décadas del reinado de Victoria fueron testigos de una serie de epidemias, con mayor impacto el tifus y el cólera, fallos en la producción de grano y colapsos económicos.
Hubo disturbios por el derecho al voto, y la derogación del Corn Laws que habían sido creadas para proteger la agricultura inglesa durante Las Guerras Napoleónicas al comienzo del siglo XIX.
Los descubrimientos de Charles Lyell y Charles Darwin, comenzaron a cuestionar siglos de suposiciones sobre el hombre y el mundo, sobre la ciencia y la historia, y finalmente, sobre la religión y la filosofía, para llegar a la conclusión que ninguna teoría que supuso estos problemas es verdadera, sino aspectos e ideas que siguen vigentes en la posteridad.
A medida que el país crecía, cada vez más conectado mediante la expansiva red de ferrocarril, las pequeñas comunidades, antes aisladas, quedaron expuestas y economías enteras se trasladaron a las ciudades, ahora más accesibles.
El periodo medio victoriano, también fue testigo de significativos cambios sociales, como el renacimiento de la doctrina evangélica, al mismo tiempo que una serie de cambios legales en los derechos de la mujer.
Aunque carecían del derecho al sufragio durante La Época Victoriana, ganaron el derecho a la propiedad después del matrimonio a través del Acta de Propiedad de Las Mujeres Casadas, el derecho a divorciarse, y el derecho a pelear por la custodia de sus hijos tras separarse de sus maridos.
El gobierno consistía en una monarquía constitucional, encabezada por La Reina Victoria.
Sólo la nobleza podía gobernar… mientras otros políticos venían de la aristocracia.
El sistema fue criticado por estar a favor de las clases altas, y durante el final del siglo XVIII, los filósofos y escritores comenzaron a cuestionar el estatus social de la nobleza.
Los escritores más reconocidos de La Época Victoriana, fueron:
Charles Dickens, Las hermanas Brontë, Emily, Charlotte y Anne; Lewis Carroll, Herbert George Wells, Hilda Doolittle, Oscar Wilde, Arthur Conan Doyle, Bram Stoker, entre otros.
La literatura de La Época Victoriana, posee un cierto espíritu didáctico como la filosofía de Carlyle y moralista como la novelística de Dickens.
Hay tener en cuenta que, junto a La Revolución Industrial, se va produciendo en Inglaterra una revolución social que hacía que millares de personas, hasta entonces analfabetas, accedieran a la cultura de la letra impresa.
Así entonces, el escritor se sentía “educador” de estas masas proletarias y de clase media.
Se explica así, el auge del melodrama y las novelas por entregas para satisfacer exiguas necesidades culturales de estas clases sociales.
Esta nueva sociedad inglesa, tan aparentemente abocada al trabajo, a la moral y a las buenas costumbres, inventa el juego, en todos los sentidos que este término abarca.
Desde el “backgammon” y los juegos de casino, las charadas y juegos de salón, hasta los deportes de campo, como el rugby, el tenis, el cricket y el fútbol.
Sin olvidar el croquet, que es una mezcla de juego de salón y de campo.
Naturalmente, algunos de estos juegos eran ya conocidos antes de La Era Victoriana, pero es sin duda esta sociedad la que los practica y pone de moda, difundiéndolos por todo el orbe terráqueo.
Por otro lado, la doble moral sexual es propia de La Era Victoriana.
La Reina mandó alargar los manteles del Palacio para que cubrieran las patas de la mesa en su totalidad ya que, decía, podían incitar a los hombres al recordar las piernas de una mujer.
Sin embargo, paralelamente a las estrictas costumbres de la época, se desarrollaba un mundo sexual subterráneo donde proliferaban el adulterio y la prostitución.
La prostitución homosexual también existía, aunque lógicamente el secretismo en torno a ella era mayor.
Las enfermedades sexuales fueron muy corrientes en la época, como lo fue también la tuberculosis.
La irrupción de Jack “El Destripador” en el verano de 1888, fue devastadora para las prostitutas de Londres.
La histeria se apoderó no sólo de Londres, sino del país entero que leía las noticias en los periódicos con estupor e indignación de que ni toda la policía de la ciudad pudiera detener a un solo hombre… pero el asesinato de prostitutas, era algo corriente entonces.
Se registraban muchos acuchillamientos, y también muchos suicidios de mujeres que rajaban su garganta con un cuchillo, entonces era una forma de suicidio corriente, pero el “modus operandi” de Jack, sorprendió a los más insensibles.
El asesino nunca fue encontrado…
Finalmente, Su Majestad Imperial La Reina Alexandrina Victoria I del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de La India murió en los brazos de su nieto, el káiser alemán, Wilhelm II de Alemania, el 22 de enero de 1901, a los 81 años de edad, luego de haber reinado durante 63 años, 7 meses y 2 días, más que cualquier otro monarca británico; sin embargo, su tataranieta Elizabeth II ha superado el récord de monarca británica más longeva, el 21 de diciembre de 2007 a las 17:00, hora de Londres.
El funeral de Victoria I, se celebró el 2 de febrero; después de 2 días de duelo nacional, siendo sepultada en El Mausoleo de Frogmore, al lado de su marido.
Durante las últimas 3 décadas de su reinado, Victoria llegó a ser un mito viviente y la referencia obligada de toda actividad política en la escena mundial.
Su imagen pequeña y robusta, dotada a pesar de todo de una majestad extraordinaria, fue objeto de reverencia dentro y fuera de Gran Bretaña.
Su apabullante sentido común, la tranquila seguridad con que acompañaba todas sus decisiones, y su íntima identificación con los deseos y preocupaciones de la clase media, consiguieron que la sombra protectora de la llamada “Viuda de Windsor”, se proyectase sobre toda una época e impregnase de “victorianismo” la segunda mitad del siglo.

“I had two very good reasons.
First, I am replaceable and you are not…
Second, you're the only wife I've got or ever will have.
You are my whole existence, and I will love you until my very last breath”



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