Niagara

“A raging torrent of emotion that even nature can't control!”

La naturaleza es eterna, indomable, maravillosa y aterradora a la vez.
Ni buena ni mala, sencillamente está ahí.
El mal en cambio, reside en el alma humana…
Y ambas pueden llegar a ser calamidades indomables.
Que las cataratas son un objeto cinematográfico de primer orden, nadie lo duda.
Hasta el punto de que ha acabado por convertirse en un sujeto más, de tal modo que cuando es protagonista, se le acaba por confundir con el decorado; y si hay unas cataratas que se han convertido en icono pop, esas son sin duda Las Cataratas del Niágara.
Llamadas “Niagara Falls” en inglés y “Chutes du Niagara” en francés, son un grupo de cascadas situadas en El Río Niágara, en la zona noreste de América del Norte, en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá; a unos 236 metros sobre el nivel del mar, cuya caída es de aproximadamente 64 metros; y comprenden 3 cataratas:
La Catarata canadiense de Ontario, la catarata estadounidense de New York, y la catarata llamada “Velo de Novia”, más pequeña.
Aunque no tienen una gran altura, son muy amplias, y son las más voluminosas de América del Norte, ya que por ellas pasa toda el agua de Los Grandes Lagos.
Desde que fueron descubiertas por los colonizadores europeos, se han hecho muy populares, no solo por su belleza, sino también por ser una fuente de energía y un desafiante proyecto de conservación medioambiental; al tiempo que son un lugar de turismo compartido por las ciudades de New York y Ontario..
El nombre “Niágara”, es originario de una palabra iroquesa que significa “trueno de agua”; y de noche, las cataratas se admiran más desde el lado canadiense, pues luces artificiales iluminan ambos lados durante varias horas, después del ocaso.
Las cataratas ya eran una atracción turística, y el lugar preferido por los estadounidenses que celebran su luna de miel, pero la cantidad de visitantes creció abruptamente en 1953, después del estreno de la película “Niagara” protagonizada por Marilyn Monroe.
Y es que gracias a ella, las cataratas pueden ser vistas metafóricamente como aterradoras, pero también hermosas.
“Why should the Falls drag me down here at 5 o'clock in the morning?
To show me how big they are and how small I am?”
Niagara es un drama de suspense, del año 1953, dirigido por Henry Hathaway.
Protagonizado por Marilyn Monroe, Joseph Cotten, Jean Peters, Denis O'Dea, Max Showalter, Lurene Tuttle, Don Wilson, Richard Allan, Will Wright, Bert Stevens, Harry Carey Jr., Arch Johnson, Bill Coontz, Henry Beckman, Minerva Urecal, Sean McClory, Nina Varela, entre otros.
El guión es de Charles Brackett, Walter Reisch y Richard L. Breen; y a diferencia de otras películas del cine negro de la época, Niagara fue filmado en “Tres Tiras Tecnicolor”, una de las últimas películas que se harán en Fox en ese formato, ya que unos meses más tarde Fox, comenzará a convertir a Cinemascope; contando con un presupuesto de $1,250.000; y se ha llegado a afirmar, que esta película fue una inspiración parcial para el filme de Alfred Hitchcock, “Vertigo” (1958), sobre todo por la secuencia del campanario, entre otras similitudes.
Y en lo personal, llevó al estrellato a Marilyn Monroe, en la que sería la primera de 3 grandes éxitos 1953:
“Gentlemen Prefer Blondes” y “How to Marry a Millionaire”
El trío fílmico recaudó más de $25,000.000, por lo que fue el año más exitoso de Monroe en su carrera cinematográfica.
La película fue realizada en los lugares reales, filmando casi de manera documental turístico las cataratas y su entorno; llegando a decir el New York Times:
“Ignorando obviamente que las maravillas del mundo son 7, la Fox ha descubierto 2 maravillas más, y las ha realzado con el tecnicolor… haciendo uso tanto de la magnificencia de las cataratas y áreas adyacentes, como de la propia magnificencia de Marilyn Monroe”
Pero para abril de 1953, el miembro de la Legislatura Provincial para Las Cataratas del Niágara en Ontario, Canadá, se quejó de la película que le dio mala fama a las cataratas; y explicó que, en lugar de una película educativa, la productora presenta una película sobre asesinatos, suicidios y vidas desmayadas, que no hace más que dañar “la capital de la luna de miel”
La acción dramática, tiene lugar en Las Cataratas del Niágara y alrededores, en el territorio de Canadá, a lo largo de unos pocos días del verano de 1952.
Ray (Max Showalter) y Polly Cutler (Jean Peters), es un matrimonio que quiere celebrar con un retraso de 3 años, su luna de miel, y llegan al paradisiaco lugar.
Pero la cabaña que habían reservado en un principio, está ocupada por George Loomis (Joseph Cotten) y su esposa Rose (Marilyn Monroe), se van de vacaciones a Las Cataratas del Niágara.
Allí contrastarán las relaciones entre matrimonios, y se relacionarán 2 parejas jóvenes, y una mayor:
Los Cutler forman la pareja enamorada y perfecta; mientras Los Loomis forman una pareja atormentada por los celos enfermizos del marido, tras su participación en La Guerra de Corea, y su paso por el hospital para enfermos mentales de Littleman.
Y la pareja formada por Jeff Kettering (Don Wilson) y su esposa (Lurene Tuttle), ambos de unos 50 años, marcan las diferencias entre jóvenes y mayores.
Pero Ray y Polly tienen una relación sana, mientras que George es paranoico y muy celoso de Rose, al ser ella mucho más joven; por lo que las fuertes crisis emocionales que padece George, afectan hondamente a su joven y bella esposa, y esto la predispone a aceptar los galanteos de Patrick (Richard Allan), un apuesto joven que conoce durante un paseo...
Así, una gran tragedia comenzará a tomar forma de aquí en adelante.
El impacto de Niagara fue tal, que hizo exclamar al perspicaz André Bazin:
“Después de la guerra, el erotismo cinematográfico se desplazó del muslo al seno.
Marilyn Monroe lo ha hecho descender entre los 2”
Argumentos parecidos, festejaron en todo el mundo la inquietante animalidad de la que en seguida se convertiría en el nuevo arquetipo erótico de los años 50; pero aparte de la presencia del mito rubio, la película tiene grandes atractivos:
Una buena trama, una historia intrigante, una realización excepcional, una fotografía colorista preciosa, unos buenos efectos especiales, más teniendo en cuenta el año de su producción; genial banda sonora... vamos, un conjunto de aspectos que desde mi punto de vista la convierten en una obra maestra que injustamente ha pasado más desapercibida que otros filmes menores, a los que se ha coronado como “joyas del cine”, por tanto, merece revalorizarse.
“Why don't you ever get a dress like that?”
Teniendo a Las Cataratas del Niágara como escenario principal, el estadounidense Henry Hathaway, dirigiría este entretenido melodrama de suspense, donde la infidelidad, los celos y el asesinato estarían presentes durante el transcurso de la trama.
El guión está escrito por Charles Brackett y Richard L. Breen, 2 cineastas habituales en la filmografía del legendario Billy Wilder, por lo que encontraremos muchas pistas del cine negro, pero huyendo de los ambientes comunes y característicos, y cambiándolos por otros, como lo son:
Paisajes urbanos y clubes musicales, para situar la acción en plena naturaleza salvaje, un drama apasionado, de relaciones resquebrajándose a golpe de celos, celos que destruyen una relación, aunque en tono melodramático y de suspense, en el que Marilyn Monroe aparece en una de las más sensuales interpretaciones de su carrera, provocando con su infidelidad, un ambiente enrarecido en todo el desarrollo del film.
Y las cataratas, actúan aquí como uno más de los personajes, hasta el punto de crear una atmósfera claustrofóbica, a pesar de estar ambientada en plena naturaleza; y que funcionan como símbolo de la pasión descontrolada, como un portento de la naturaleza misma; y en su simple contemplación, si tienes la sensibilidad suficiente, te puedes quedar helado, cosa que, por cierto, sucede en las propias cataratas varias veces durante el siglo…
No es el caso de esta película, en la que Marilyn Monroe, el otro indiscutible portento de la naturaleza en la película, podría derretir ese hielo de éstas si fuera preciso.
Así pues, la trama dramática, tan intensa, causa una suerte de dualidad psicológica entre la obsesión y celos del personaje interpretado por Joseph Cotten; deseo que provocan los celos y el asesinato con toques hitchckosianos, haciéndolo un “film noir” a toda regla, pero en un escenario atípico, con huidas bajo los túneles, a modo de laberintos, y caídas de agua como fondo, las impresionantes Cataratas del Niágara son un lugar turístico lleno de significado.
Allí, donde unos viven su historia de amor, se desencadena la tragedia en un torbellino de pasiones, en una película en la que en cuanto nos trazan los primeros hilos argumentales, ya sabemos cómo va a transcurrir y, sobre todo, cómo va a acabar; y aun así, y a pesar de todo, es una película que te mantiene atento de principio a fin, que te engancha y entretiene.
Ray Cutler y su esposa Polly, llegan desde Toledo, Ohio, dispuestos a pasar una segunda luna de miel en Rainbow Cabins, un hotel situado en el lado canadiense de Las Cataratas del Niágara, tras haber ganado él, el concurso de la campaña de ventas más original de su fábrica; aunque al llegar, se encuentran con que su habitación está aún ocupada por los Loomis, pidiéndoles Rose, la esposa, que les permitan seguir un día más, ya que su marido no está bien, contándoles que estuvo un tiempo enfermo, tras pasar por un psiquiátrico del ejército.
Poco después, Polly descubre, mientras visitan las cataratas, a Rose besando a otro hombre…
Esa misma noche, Rose sale vestida con un provocador vestido, y pone un disco de amor, provocando que su marido salga enfadado, rompiendo el disco.
Polly acude a curarle la mano, y ve en él a un hombre enamorado y burlado, que le cuenta que, desde que conoció a Rose, cuando trabajaba en un bar, todo le fue mal, perdiendo todos sus trabajos, y que, incluso cuando fue a Corea, trabajó en las oficinas.
Mientras esa misma noche, Rose se pone en contacto con Ted, su amante…
Piensa que ha llegado el momento de acabar con su marido, tras haberse puesto en evidencia; pero George sospecha algo, y la sigue hasta las cataratas, siendo seguido por Ted, que va a matarlo...
Rose regresa entretanto a su cabaña, mostrando su preocupación ante Los Cutler, denunciando tras ello su desaparición, descubriendo en el guardarropa de las cataratas, los zapatos de él, por lo que lo buscan, descubriendo un cadáver.
Pero cuando ella acude a la morgue, y le muestran el cadáver, pierde el conocimiento.
Los Cutler, son trasladados finalmente a la cabaña que ocupaban los Loomis, y en ella entra esa noche George, que no era el muerto dispuesto a acabar con Rose.
Polly al verlo, grita histérica, y George huye, aunque Ray está convencido de que se trata sólo de un sueño, pero al ver el estado de su mujer, decide adelantar su regreso, aunque lo aplaza ante la aparición del subdirector de la compañía para la que trabaja, con el que visitan de nuevo las cataratas, donde Polly, rezagada, ve de nuevo a George, que le cuenta lo ocurrido, y le pide que no cuente nada, pues desea seguir legalmente muerto para iniciar una nueva vida.
Entretanto Rose, temiendo la venganza, huye del hospital, y la policía, que sabe lo ocurrido por Polly, la busca, tratando ella de huir, y cruzar a pie a Estados Unidos, aunque se lo impide George que la sigue hasta el campanario de la iglesia, donde acaba con ella, aunque luego no puede salir, quedándose encerrado allí hasta el día siguiente.
Los Cutler se disponen a ir de pesca con el subdirector y su esposa, pero George se cuela en su barco, en el que pretende burlar el cerco policial, aunque antes de salir, llega Polly, que trata de impedirle que robe el barco, siendo golpeada accidentalmente por George, que debe huir con ella, para encontrarse, cuando están ya cerca de las cataratas, con que se les acaba la gasolina, siendo arrastrados por el agua hacia estas.
Para evitarlo, abren varias vías de agua, tratando de hundir el barco, y aunque no lo consiguen, George ayuda a Polly a saltar a un pequeño islote, antes de precipitarse él por la catarata, siendo Polly rescatada poco después por un helicóptero.
La narración se sirve en gran medida de los contrastes para dar relieve y vistosidad al relato.
Contrastan poderosamente la belleza de las 2 protagonistas femeninas, sus concepciones de la feminidad, y de su papel en la vida, sus gustos en el vestir y su manera de relacionarse con los hombres y las personas del entorno.
Una es generosa, atenta y servicial; frente a la otra que es presumida, y dada a llamar la atención exhibiendo sensualidad y una desbordante belleza.
Contrastan también las 2 parejas jóvenes, que encarnan respectivamente, la felicidad y la infelicidad, la armonía y la disputa, el enamoramiento y el desamor.
Y los 2 maridos representan papeles opuestos:
Mientas uno triunfa en su trabajo profesional, el otro acumula fracasos profesionales en cadena, etc.
La trama discurre en un “in crescendo” dramático sofocante, con escenas de gran mérito, y consigue atraparte en su intensa espiral de sentimientos; mágica la forma en que juegan con el tema “Kiss Me”, dependiendo de cuando se escuche, tiene un significado distinto, ingenioso, utilizando hábilmente elementos propios del expresionismo.
Por lo demás, el film hace un uso inteligente y convincente de los símbolos, los paralelismos, y las semejanzas.
En este sentido, complementa y amplía el inmenso atractivo de Marilyn Monroe, enmarcándolo en el paisaje inmenso y monumental del lugar.
Potencia la sensualidad de la actriz, poniéndola en relación con las imágenes repetidas de las aguas que se desbordan para precipitarse en el abismo.
Poco antes, se ha comparado con ella, la manera de ser de Polly, con las aguas tranquilas y quietas, casi inmóviles, que hay río arriba…
En pocas ocasiones, se ha dado en el cine una interrelación tan lograda y coherente de paisaje y argumento; posiblemente decir que esto es un tópico, pero es tan cierto, que no se puede dejar de afirmar.
Técnicamente, Niagara nos muestra unos espléndidos fotogramas, y dando a la historia un cromatismo muy diferente del propio del cine negro, pero a todas luces muy acertadas; ya que Joseph McDonald, director de fotografía, se sirve de sombras para explicar la inquietud e incertidumbre de todos los personajes.
Presenta pues, unos planos picados que son antológicos en varias escenas singulares, todas como ese aire brumoso que llena el escenario de las cataratas, y refuerza visualmente la atmósfera de la película, rodada íntegramente en la ciudad de Niágara, con algunas escenas filmadas en los estudios de la Fox.
Tiene unos personajes centrales, los 2 matrimonios, perfectamente definidos y bien llevados a cabo por los actores; y un personaje secundario, “el amante”, que aparece poco, lo imprescindible para que la historia tome consistencia.
Y el personaje central y omnipresente por excelencia, la impresionante maravilla de la naturaleza, las espectaculares cataratas, bellamente presentadas y fotografiadas a todo color.
Además, constituye toda una curiosidad, ver a Marilyn Monroe en un papel en el que aunque, sí hacía de rubia, no era tonta e inocente precisamente, sino todo lo contrario.
Además, parece que el hecho de que ella esté en la película, en una de las ocasiones en que más guapa y sensual aparece, eclipsa un poco la gran belleza de Jean Peters que, más sencilla y austera, también está realmente guapa.
“Para llevar un vestido como ése, hay que tener costumbre desde los 13 años”, le dice Jean a su marido, cuando éste le dice que, por qué no se pone ella un vestido como el que lleva Marilyn...
También resulta curioso, que la película se venda como una de Marilyn Monroe, cuando de todos los protagonistas, probablemente ella sea la que menos aparece en pantalla, y durante el último tercio de la película, ya ni siquiera aparece.
Una frase, seguramente es la primera vez que alguien usa la palabra “húndelo” como oración, otorga mayor capacidad expresiva a la sugerencia y a la insinuación, que a la representación explícita, en una película llena de referencias sexuales.
De ahí la importancia de que el espectador preste atención a los detalles, como la afición de George a montar modelos de coches antiguos a escala, el Maxwell de 1907; hecho que apunta hacia los intereses del personaje situados fuera de la realidad y de su tiempo.
La procedencia de los Cutler, de Toledo, Ohio; y Seattle, Washington, respectivamente, confiere a la pareja que forman, una representatividad genérica que no se daría si ambos fueran de una misma región o de regiones muy próximas; al tiempo que subraya el verismo del relato, dándole un cierto aire documental, y se hace eco del hábito del cine de entonces, de incluir referencias cultas, que en este caso son históricas:
La fecha de construcción del puente de obra, en 1885; y el nombre de la batalla que marcó los límites de la frontera actual del lugar.
El relato, pretende criticar las edulcoradas lunas de miel y los lugares donde se acumulan estas parejas, Niágara es precisamente, el lugar icono de esto; y por ende, a los matrimonios y su falsa hipocresía, y para ello contrapone a 2 matrimonios:
Los Cutler, recién casados; y los Loomis, unos años unidos, demostrando cómo el tiempo desgasta, y cómo detrás de las almibaradas historias de amor, se esconden heridas e historias negras.
Los Cutler, son una cándida e idealizada pareja, rozando lo cursi, con un esposo de sonrisa perenne hastiante, y que se le van los ojos tras la hermosas curvas de Rose.
Y Las Cataratas del Niágara se exponen como un paralelismo con el poder destructivo de la belleza, una alegoría sobre como las pasiones descontroladas, provocan un torrente de emociones.
Un tema importante, es el de sexo y su capacidad destructiva:
Rose, es una mujer fatal, seductora, vestida con ropa ajustada que revela su figura sensual.
Su relación, combinando lo sexual, la hipocresía y la manera de ser despreciativa con George, se contrasta con la relación más normal de Los Cutler, que también tiene elementos sexuales sugeridos por la película.
Ray Cutler, no deja de notar los encantos sexuales de Rose, pero la reacción de ambos, Ray y Polly, a sus interacciones con George y Rose, demuestran el convencionalismo de sus actitudes.
La torre, dibuja un eje vertical, a modo de falo erecto de los personajes masculinos, y el puente un eje horizontal, en clara referencia a la vagina de piernas abiertas; los ejes verticales dentro de un film, nos señalan la irrupción de otro orden que separa a EEUU de Canadá, en un lugar de encuentro de pasiones sin límites.
De los arcoíris que se dibujan en la bruma que destilan las cataratas, pasamos a los pequeños arcoíris que reproducen los regadores de pasto, en una calle del centro urbano.
Así, Hathaway nos prepara para adentrarnos en el universo de la película:
Las Cataratas, no pueden ser domesticadas por la mano del hombre, es la naturaleza, obra Divina que se nos impone.
Y los regadores representan desde el inicio, ésa idea.
Son un doble de Las Cataratas, es el intento del hombre, por domesticar la naturaleza.
George, conoció a Rose en un bar en donde se destacaba por como servía cerveza, según le cuenta a Polly en una de sus conversaciones:
“La conocí en un bar, era la camarera más popular; creo que lo que me gustó de ella fue su forma de servirme”
Si usted no encuentra algo sexual en el diálogo, es porque no le pasa sangre por las venas; pues ahí tenemos la clave:
Rose es esa otra mujer, la que proviene de ese otro mundo, de un bar en donde su carnalidad era expuesta ante los ojos de muchos otros hombres.
Y como George es un hombre de otra época, cree que puede rescatar a Rose de ese mundo.
Tal vez no tanto de otra época, sino un hombre mayor que afronta problemas de erección, y no puede hacer frente a los deseos de su mujer, que le exige sexualidad a todo momento, sino véase la escena del inicio y la escena de la ducha, donde Rose pide tener sexo, sin decirlo, pues está maquillada para ser más atractivo ese deseo evidente.
Lo que no entiende George, es que ese otro mundo es ella misma, y no quiere ser rescatada.
Rose encarna todo lo que ese “alter mundus” tiene para ella.
En esa increíble escena nocturna, en que unos jóvenes disfrutan de escuchar música y bailar en el jardín de las cabañas, Rose aparece vestida con un entallado vestido color púrpura, y pone en el tocadiscos, la canción que le canta a su amante.
Rose canta con su voz sensual, casi secreta; y George, que sabe que la canción es para otro, lleno de ira, irrumpe en la escena rompiendo el disco de la traición.
La mano de George, sangra lastimada… esas manos que Polly intentó curar, que pudo hacerlas cicatrizar de un corte, pero no quitarles su posibilidad de matar.
Es curioso, o al menos merece una pausa, el hecho de que Rose muera estrangulada, asfixiada por las manos de George.
Así, Rose muere ahogada, pero no por las aguas de las cataratas, como de alguna manera podríamos esperar.
El que muere ahogado en el agua, es George, en esas cataratas a las que no puede domar al igual que a su mujer.
Ambas, cataratas y Rose, no pueden ser domesticadas, controladas por la mano del hombre.
Recordemos que tanto La Luna como el agua, simbolizan lo femenino:
Rose no puede perderse en el agua, porque es ella misma.
George en cambio, está ahogado desde el principio.
Es la naturaleza, la que decide finalmente el destino.
Polly, es la antítesis de Rose, la chica correcta, decente, totalmente opuesta; y es quizás, la que ha entendido antes que nadie, como el mal reside en el alma humana, y cómo la naturaleza, misteriosa, restablece el orden.
Aquí es menester recordar la llegada de Los Cutler a las cabañas:
Polly le reclama a Ray, en esta tardía luna de miel, la pasión que le corresponde como novia en su noche de bodas...
Es decir, no han hecho el amor… porque Ray está más ocupado en conseguir una entrevista con J.C Kettering, vicepresidente de la cerealera para la que trabaja, cuya sede central está ubicada en el lado opuesto a las cataratas, allí en Niágara.
Ray, es el hombre atado a su oficio, es el “empleado del mes”, el chico del cereal…
Una vez más, la cerealera se erige como símbolo de esa naturaleza domesticada, opuesta a Las Cataratas.
Allí, del otro lado, opuesta a las cataratas, el edificio de la cerealera se erige como un pequeño eje vertical, otro falo que se impone a otra pareja, señalando así a estos hombres que, alejados de su función tradicional, han quedado reducido a su rol productivo.
Son las mujeres las que deben cuidarlos, sabiéndolos suspendidos de su función.
Tanto Polly como la señora Kettering, los cuidan entendiendo que sin ellas están perdidos.
Otro detalle, lo muestran el lápiz labial y los zapatos del amante, que se construyen como ideas simétricas y simbólicas de la tragedia...
El lápiz labial como símbolo del amor a otro, y los zapatos que llevan la muerte, pues no pueden ser suplantados.
Del reparto, esta fue la primera película de Tecnicolor de Marilyn Monroe, y es la única película en la que su personaje muere.
Como dato, Jean Peters consiguió el papel de Polly Cutler, después de que Anne Baxter se retirara; y después de su retirada, la película fue rediseñada para destacar a Marilyn Monroe.
A pesar de que tenía un papel protagónico, Marilyn Monroe todavía estaba bajo contrato con 20th Century-Fox, como actriz de reparto con un salario fijo, por lo que en realidad ganaba menos dinero que su maquillador...
Fue durante el rodaje de la escena de la ducha, en que el director, Henry Hathaway, tuvo que seguir gritándole a Monroe que se mantuviera alejado de la cortina de la ducha, y lejos de las luces mientras ella insistía en estar desnuda, como estaba debajo de las sábanas al comienzo de la película; y para pasar los censores de la época, la escena se oscureció en la postproducción; pero fue el famoso paseo del personaje de Marilyn, Rose Loomis, a través de la calle de adoquines, el que tiene el récord de la caminata más larga en la historia del cine:
Son 116 pies de película, en que Marilyn fue la principal beneficiaria de toda la operación:
Vestida con un traje rojo muy ceñido, y caminando siempre sobre unos tacones altísimos que acentuaban el movimiento de sus caderas, según Hathaway, la idea fue suya, al comprobar que, como no sabía andar con ellos, sus movimientos resultaban más exagerados; Marilyn llevaba hasta sus últimas consecuencias el tipo clásico de “vampiresa”, alcanzando un clamoroso éxito popular.
Conseguir una auténtica “mujer fatal”, y sin tener que quietarse nada, es un logro, lo cual en el cine de hoy día no es muy común, pues se prefiere el destape…
Por su parte, Joseph Cotten da vida a George, esposo de Rose, un hombre atormentado por los celos, además de estar enfermo tras su participación en La Guerra de Corea, y su paso por un hospital para enfermos mentales... aunque yo diría nuevamente que se trata más de impotencia sexual; que Joseph Cotten hace de marido atormentado por las infidelidades de su mujer, y está perfecto en este papel, y al final, la suma de elementos redondean una película difícilmente salvable con otros protagonistas, o en cualquier otra ambientación.
Una curiosidad viene cuando ese personaje dice que a su esposa “le gustaría usar ese vestido justo en el medio del Yankee Stadium”, esto puede ser una broma interna:
En ese momento, Marilyn Monroe estaba en medio de una relación de alto perfil con el retirado Yankee de New York, Joe DiMaggio; con el que se casaría al año siguiente…
Pero la participación de Marilyn Monroe aquí, no pasa de ser una participación bastante secundaria en líneas generales, siendo la joven Joan Peters, la protagonista principal del film, en el papel de Polly, una joven que junto a su esposo, hacen un viaje de luna de miel, aunque algo tardío a la ciudad de las cataratas.
Es una mujer sobria, seria y formal, y muy enamorada de su esposo, que no es otro que Max Showalter, acreditado como Casey Adams, como Ray, un exitoso ejecutivo de ventas de seguros, pero muy ingenuo y de luces limitadas.
Como datos de producción, los Rainbow Cabins, no eran cabinas reales, sino decorados hechos exclusivamente para la película, a un costo de más de $25.000; y fueron construidos en Queen Victoria Park, directamente enfrente de American Falls.
La estructura de piedra ubicada en Rainbow Cabins, fue derribada posteriormente, pero una similar se puede encontrar en el mismo parque, en Rambler's Rest.
Un dato curioso, es que la cámara que Ray Cutler utiliza para fotografiar a su esposa Polly en el mirador, es un Argus C3, una de las cámaras más populares producidas entre 1939 y 1966, y que habría sido de uso común para los visitantes de Las Cataratas del Niágara durante este período.
Durante el rodaje en la estación de autobuses, que en realidad es el complejo Rainbow Tower & Bridge, se puede escuchar el Rainbow Carillon de la torre.
Terminada en 1947, la torre consta de 55 campanas que pesan un total de más de 43 toneladas; y se tocan manualmente 4 veces al día, hasta principios del año 2000, cuando La Comisión del Puente de Niagara Falls, instaló un sistema automatizado.
Pero lo más importante, con la Monroe de la mano, nos regala una buena reflexión para los hombres del mundo:
Cuidado, que hay mujeres que son como las cataratas, seres realmente bellos, pero cuidado con acercarse demasiado.
Por último, la banda sonora es de Sol Kaplan, que crea una partitura de acompañamiento de carácter dramático, que contribuye a crear la atmósfera de intriga, tensión y suspenso; y añade la canción “Kiss Me”, que interpreta Marilyn con una fuerte carga de sensualidad.
“You should have told him we're on a delayed honeymoon”
La simple mención del nombre de Marilyn Monroe, evoca imágenes del icono del glamour de Hollywood por excelencia.
Fue una auténtica diva de curvas voluptuosas y sonrisa fresca y sexy, que la hacían encantadoramente sensual.
Fue también una pionera, abriendo camino en el mundo del cine para el resto de actrices que años más tarde siguieron sus pasos.
Monroe ha sido, y sigue siendo, un símbolo sexual a nivel internacional, conocida y querida por todo el mundo durante más de medio siglo; pero en 1953, después de participar en películas de bajo presupuesto, la actriz tuvo un papel protagonista:
Rose en Niagara.
Y fue porque, en aquel entonces, El Presidente de Twenty Century Fox, Darryl F. Zanuck, lo pidió.
Así fue como Marilyn Monroe sustituyó a Anne Bancroft, y consiguió críticas dispares:
Unos decían que no estaba a la altura del papel, y otros quedaron eclipsados por su explosiva belleza.
A modo de curiosidad, destacar que los famosos cuadros de Andy Warhol sobre Marilyn, tienen como modelo una imagen promocional de esta película.
Fue en las semanas posteriores a la muerte de Marilyn Monroe, el 5 de agosto de 1962, que Andy Warhol utilizó una foto de la publicidad de la película Niagara, como la base para su serigrafía.
Haciendo así su pintura “Marilyn Díptico”
Los 25 cuadros situados en el lado izquierdo del díptico, son de colores brillantes, mientras que los 25 de la derecha, se muestran en blanco y negro.
Y se ha sugerido que la relación entre el lado izquierdo y el lado derecho de la obra, es evocadora de la relación entre la vida de la celebridad y la muerte.
En diciembre del año de la producción de Niagara, Marilyn apareció en el número inaugural de Playboy, siendo por tanto, la primera chica del mes de la revista.
En la portada, se reproducía una fotografía de la actriz con un vestido de escote pronunciado, que había suscitado críticas, pero el interior, era aún más explosivo:
Como póster central, se reproducía la fotografía “Sueños Dorados”, donde Marilyn totalmente desnuda, tendida de perfil sobre una sábana de raso mostraba sus medidas 94-58-92; pero en realidad, Marilyn no había posado expresamente para la revista:
La imagen era de 1949, cuando ella era una desconocida de cabello más largo y oscuro, y se había tomado para un calendario.
Pero Hugh Hefner compró los derechos, justo a tiempo para explotar el creciente estrellato de la actriz.
Y es que “Marilyn Monroe” hay muchas, incautas, femeninas, sugerentes, atrevidas, graciosas y hasta guerreras, pero la Marilyn de Niagara es la mujer en plenitud, la que se sabe bella, y le gusta que los demás la contemplen, la de los labios rojos y reventones, la de los vestidos apretados, la de las curvas incontenibles, la del bamboleo viajando sobre tacones, la de las sabanas de seda acariciando su cuerpo desnudo que solo llevaba puesto el Chane N°5…
Pero los problemas y las tribulaciones de la incendiaria mezcla de sexualidad e inocencia que fue Marilyn Monroe, han oscurecido el hecho de que se trataba de una actriz de enorme talento.
Evidentemente, no habrá otra como ella.

“Let me tell you something.
You're young, you're in love.
Well, I'll give you a warning.
Don't let it get out of hand, like those falls out there.
Up above... d'you ever see the river up above the falls?
It's calm, and easy, and you throw in a log, it just floats around.
Let it move a little further down and it gets going faster, hits some rocks, and...
In a minute it's in the lower rapids, and...
Nothing in the world, including God himself, I suppose, can keep it from going over the edge.
It just goes”



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