Six Degrees of Separation
“Everyone on this planet is connected by a trail of six people”
¿Sabía que entre usted y cualquier otro personaje público importante, sólo hay 5 personas que de alguna manera se relacionan con ese personaje?
El tema de las redes sociales, impregna la cultura popular en los Estados Unidos y en cualquier otro lugar; particularmente la noción de “los 6 grados de separación”, que se ha vuelto parte de la conciencia colectiva.
Las comunidades virtuales como Facebook, entre otras, han aumentado enormemente la conectividad del espacio en línea, mediante la aplicación del concepto de redes sociales; por tanto, se llama “6 grados de separación”, a la hipótesis que intenta probar, que cualquiera en La Tierra, puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta, a través de una cadena de conocidos que no tiene más de 5 intermediarios, conectando a ambas personas con sólo 6 enlaces; algo que se ve representado en la popular frase:
“El mundo es un pañuelo”
La teoría fue inicialmente propuesta en 1930, por el escritor húngaro, Frigyes Karinthy, en un cuento llamado “Chains”; y el concepto está basado en la idea de que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y sólo un pequeño número de enlaces, son necesarios para que el conjunto de conocidos, se convierta en la población humana entera.
Recogida también en el libro “Six Degrees: The Science of a Connected Age” del sociólogo, Duncan Watts, asegura que es posible acceder a cualquier persona del planeta, en tan sólo 6 saltos.
Según esta teoría, cada persona conoce de media, entre amigos, familiares y compañeros de trabajo o escuela, a unas 100 personas.
Si cada uno de esos amigos o conocidos cercanos, se relaciona con otras 100 personas, cualquier individuo puede pasar un recado a 10.000 personas más, tan sólo pidiendo a sus amigos que pasen el mensaje a sus amigos.
Estos 10.000 individuos, serían contactos de segundo nivel, que un individuo no conoce, pero que puede conocer fácilmente, pidiendo a sus amigos y familiares que se los presenten, y a los que se suele recurrir para ocupar un puesto de trabajo o realizar una compra.
Este argumento supone que los 100 amigos de cada persona, no son amigos comunes.
En la práctica, esto significa que el número de contactos de segundo nivel, será sustancialmente menor a 10.000, debido a que es muy usual tener amigos comunes en las redes sociales.
Si esos 10.000 conocen a otros 100, la red ya se ampliaría a 1,000.000 de personas conectadas en un tercer nivel; a 100,000.000 en un cuarto nivel; a 10.000,000.000 en un quinto nivel; y a 1.000.000,000.000 en un sexto nivel.
En definitiva, sólo 6 pasos o círculos de contactos humanos, nos separan de conectar con cualquier individuo del planeta.
Lo innovador de esta investigación, fue la revelación de que la sociedad humana es una red social que presenta la estructura del “mundo pequeño”, caracterizada por interconexiones mucho más cortas de lo esperadas.
Internet, sin embargo, ha eliminado algunas de esas barreras creando verdaderas redes sociales mundiales, especialmente en segmentos concretos de profesionales, artistas, entre otros; y desde que se formuló esta teoría, hasta hoy, especialmente con la llegada del nuevo entorno virtual y las redes sociales, el número de nodos se ha visto considerablemente reducido.
“For Paul, every person is a new door to a new world”
Six Degrees of Separation es un drama del año 1993, dirigido por Fred Schepisi.
Protagonizado por Will Smith, Stockard Channing, Donald Sutherland, Ian McKellen, Bruce Davison, Heather Graham, Anthony Michael Hall, Eric Thal, Richard Masur, Anthony Rapp, Catherine Kellner, J.J. Abrams, entre otros.
El guión es de John Guare, basado en su propia obra de teatro homónima, que se inspira en la historia real de David Hampton, un estafador y ladrón que logró convencer a varias personas en los años 80, de que era hijo del actor Sidney Poitier, y amigo de la hija de Inger McCabe Elliott, llamada Marit, y necesitaba un lugar donde quedarse…
Guare, era amigo de Elliott, una emprendedora, fotógrafa, artista y miembro de la sociedad estadounidense, y de su esposo, Osborn Elliott, un periodista y empresario que dirigió durante 16 años la revista de actualidad, Newsweek.
En octubre de 1983, Hampton llegó al apartamento de Elliott en New York, y le permitieron pasar la noche, y a la mañana siguiente lo encontró en la cama con otro hombre… siendo expulsado de la casa, ella llamó a la policía, y lo arrestaron.
Después de que Hampton fuera liberado de la cárcel, siguió hostigando a Elliott, molesto porque la historia había recibido tanta atención, y diciéndole que no debió haber llamado a la policía...
Elliott le contó a Guare la historia, y lo inspiró a escribir una obra años después.
La obra resultante, se estrenó en Broadway en 1990.
El estilo de Guare, mezcla la invención cómica con un sentido agudo del fracaso de las relaciones y aspiraciones humanas, es a la vez cruel y profundamente compasivo.
Guare, practica un humor que es sinónimo de lucidez, género explosivo y clichés, llevándonos al corazón del sufrimiento humano:
La conciencia de la corrupción en nuestros propios cuerpos, la muerte dando vueltas…
Tratamos de luchar contra todo, creando varias mitologías, y es la peculiar aptitud de Guare, para exponer estas grandiosas mentiras nuestras, que hacen que su trabajo sea mágico.
La acción sigue a los neoyorquinos, Louisa “Ouisa” (Stockard Channing) y Flan Kittredge (Donald Sutherland), una pareja de vendedores de arte privado, de clase alta, son pretenciosos pero compasivos.
Su preciada posesión, es un Kandinsky de doble cara:
Un lado que representa el control, el otro lado del caos.
Ambos transmiten una historia a sus amigos y conocidos, que con el tiempo se vuelve legendaria…
Es su encuentro con un joven negro, al que nunca conocieron ni escucharon, pero que una noche tropieza con la puerta de su casa, mientras cortejan a un inversor importante, Geoffrey Miller (Ian McKellen), que podría enriquecerlos más allá de lo que podrían haber soñado.
Ese hombre negro es Paul Poitier (Will Smith), que acaba de llegar a la ciudad, fue asaltado fuera de su edificio, y tiene una pequeña herida en el abdomen.
Es amigo de los hijos de Kittredge, que asisten a Harvard, pero lo más importante, es el hijo del actor y director de cine, ganador de un premio Oscar:
Sidney Poitier.
Y en la mañana siguiente, Paul tiene planeado reunirse con su padre, que está en la ciudad dirigiendo una película “Cats”
Más allá de la atracción de convencer a Paul, de conseguirles papeles en la película; Ouisa, Flan y Geoffrey, terminan cautivados por el encanto, el carisma, el pedigrí y la elocuencia de Paul, que los Kittredge, después de atender sus heridas, le invitan a quedarse a pasar la noche…
Su encuentro con Paul termina siendo una historia demasiado familiar, que pronto aprenderán, y lleva a los Kittredge, a buscar a Paul después de que abandone su domicilio a la mañana siguiente.
En esa búsqueda, Ouisa, en particular, comienza a ver críticamente su vida, y cuánta compasión realmente tienen.
Six Degrees of Separation es inteligente en el sentido de tocar el tema de las conexiones humanas:
Si cada persona conoce 100 personas más, a 6 grados de separación, todo el planeta estaría en contacto.
“I read somewhere that everybody on this planet is separated by only six other people.
Six degrees of separation between us and everyone else on this planet”
Six Degrees of Separation es una película sobre la palabrería, que La Real Academia de La Lengua Española (RAE), define como “abundancia de palabras vanas y ociosas”; sobre cómo se usa para vender, embaucar, animar reuniones sociales, esconder la realidad, crear la ilusión de que las cosas tienen algún otro sentido que se nos había escapado…
Hay multitud de frases que revolotean por la película, con la apariencia de tener un sentido profundo, y que revelan, cómo cuando queremos explicar sentimientos importantes, recurrimos en realidad a metáforas, a palabras vanas, huecas, vacías, que ya no designan los objetos de la realidad para los cuales fueron creadas; recurrimos a palabrería, al fin y al cabo.
Y ahí está precisamente lo que realmente hace buena esta película, que aprovecha la propia palabrería de la que está recargada, para mover algo:
Al igual que a la protagonista, algo se le remueve por dentro tras haber conocido al personaje de Will Smith, al tiempo que remueve algo en nuestro interior, abre perspectivas que no habíamos tenido en cuenta, aunque no sepamos muy bien con qué fin...
En el fondo, Six Degrees of Separation trata sobre la importancia de los chismorreos y cotilleos en la sociedad, de la fascinación que nos produce la alta sociedad, y sobre la influencia que tienen ciertas personas sobre otras, cada vez que abren la boca.
El director, nos ofrece además de un complicado mensaje sobre el ser humano y sus relaciones, una crítica a la superficialidad de la vida de la alta sociedad, que se centra en una tesis de la novela “El Guardián entre El Centeno” (1951) de J.D. Salinger, que acabará siendo firme relato del mismo personaje.
Paul, es un personaje muy singular, que siempre ha deseado rodearse de un mundo del que carece, y fingir ser una persona que no es, chantajeando a la gente que le rodea, y utilizando su particular encanto personal.
Para descubrir cómo fue que Paul sabía tanto acerca de los Kittredge, estos tuvieron que echar mano de la teoría de los 6 grados de separación, y así se van enterando de, cómo el joven ya había tomado ventaja de otra familia, pero después de esa experiencia con los Kittredge, desapareció, y ya no volvieron a saber de él hasta el final.
Pero:
¿Todo ese esfuerzo de engaño, para qué?
Pues cuando es descubierto Paul, resulta que no les ha robado nada.
Entonces, la pareja matrimonial queda tan intrigada del motivo que le movió al extraño, a adoptar una identidad falsa, e introducirse en sus vidas, que a partir de ahí, toda la historia será un ir desvelando el misterio que resulta la vida de ese muchacho de tan hábil labia:
Paul, solamente quería saber lo que se sentía tener poder, dinero, vivir en la 5ta avenida, y no en la calle.
Sabía expresarse, dijo ser hijo del actor Sidney Poitier, tenía amplios conocimientos generales sobre arte y cultura.
Todo iba bien, hasta que se le ocurre meter a otro muchacho en la casa, que no era la suya, y cuando los descubren en la cama, los echan de ahí...
De ahí, se empezaron a atar cabos, y pronto, el grupo de personas afectadas por la presencia de 'Paul' creció.
Cuando uno de los jóvenes implicados en este embrollo, se suicida, Paul empieza a ser buscado por la policía, y las cosas empeoran cada vez más.
La metáfora del Kandinsky, y las diferencias entre la vida del matrimonio Kittredge y Paul, por el deseo de Paul de ser querido por “gente interesante”, por mostrar la desidia de la vida de los millonarios, y enfrentarla a los deseos de los que quieren prosperar, hacen de Six Degrees of Separation un filme reflexivo; por el conflicto que crea la llegada de Paul, en el personaje interpretado por Stockard Channing, al ver que el deseo del chico de pertenecer a la familia, suple y con creces el vacío dejado por sus desagradecidos hijos, y sobre todo, por ese magnífico final en el que la señora Kittredge se niega a dejar que la experiencia vivida, se convierta en una mera anécdota que contar en las reuniones sociales, mostrando con ello, que hay un antes y un después en su vida, a la llegada de Paul, y que eso tiene consecuencias inevitables.
La fascinación que provocan las palabras de Will Smith a sus oyentes, hace que la película se asemeje a la influencia causada en Dorian Gray por Lord Henry, capaz de corromper la harmonía de vidas estables.
Y es que Six Degrees of Separation es de esas películas de diálogos, que lo basan todo en el ingenio del guión, y ésta lo tiene y mucho.
Un gran mérito del director, en mezclar a actores jóvenes y semidesconocidos, con otros veteranos y más que consagrados; porque esta es una película de actores en la que, a pesar de que no paran de hablar, el ritmo es trepidante.
El éxito de la apuesta, radica seguramente en algunas ideas de partida brillantes, unos guiños divertidos, y una estructura segmentada meditadamente.
Donald Sutherland clava el personaje, y Will Smith ofrece la que es seguramente su mejor interpretación.
Como dato, Smith en la película, se hace pasar por el hijo de Sidney Poitier; y en la vida real, cuando Smith conoció a Poitier por primera vez, el veterano actor dijo:
“Bueno, eres lo suficientemente guapo como para ser mi hijo”
Durante la producción, Smith se negó a besar a Anthony Michael Hall, por lo que se utilizó un truco de cámara que muestra solo la parte posterior de sus cabezas.
En una entrevista, Smith declaró, que Denzel Washington le aconsejó, “no besar a un hombre en la pantalla, porque dañaría su carrera”
Smith declaró, que lamentaba no haberlo hecho, diciendo que “era muy inmaduro de mi parte”
Como curiosidad, a Will Smith le rondan “cuentos de pasillo” sobre su homosexualidad… aunque no hay nada oficial, evidentemente.
Mención aparte, la actuación de Stockard Channing, de una exquisitez notable, en un personaje reflexivo, que no para de interrogar e interrogarse, al tiempo que tienen mucho diálogo que logra sostener la película, pues la historia es ella.
El problema de Six Degrees of Separation es que es muy radical, pasa de un extremo a otro:
¿Cómo puedes llegar a encariñarte por una persona que se ha burlado de ti, y te ha engañado, y que encima, se ha tirado a otro hombre en tu propia casa?
Para hacer que la película sea aceptable para las exhibiciones de televisión, el estafador desnudo, interpretado por Lou Milione, fue alterado digitalmente.
En la escena después de que se descubre con Paul, y es perseguido por el apartamento, en la versión original, él está completamente desnudo, pero en la versión televisiva, usa ropa interior blanca, que se agregó digitalmente.
“The greatest sin is to be unconscious”
El libro “The Catcher in The Rye” o “El Guardián entre El Centeno” (1951) de Jerome David Salinger, es una novela mítica, que habla con demasiada claridad sobre la codicia, los vicios, la sexualidad y la delincuencia.
La obra está escrita con narrador intradiegético, y en primera persona; y el protagonista se llama Holden Caulfield, que se ha convertido en un icono de la rebeldía adolescente.
Tanto que muchos de los asesinos famosos, han sido relacionados con la lectura de este libro, como lo son:
Mark David Chapman, que arrebató la vida a John Lennon; Charles Manson; Lee Harvey Oswald, presunto asesino de John F. Kennedy, y quien llegó a ser relacionado con la familia Bush; John Hinckley Jr., quien intentó matar a Ronald Reagan; y Sirhan B. Sirhan, quien fue arrestado por el asesinato de Robert F. Kennedy, todos ellos confesos de haber sido influenciados fuertemente por la novela.
De hecho, Robert John Bardo, el día que asesinó a la actriz Rebecca Schaeffer, llevaba consigo una copia de esta novela.
Sin embargo, lo que probablemente no esperaba Salinger, fallecido el 28 de enero de 2010, es que su libro fuera foco de teorías de la conspiración, como la idea de que el libro fue un instrumento utilizado por La CIA en su programa MK Ultra/Mind Kontrol Ultra, para realizar ciertas actividades y operativos de control mental, usando señales eléctricas y drogas para cambiar el funcionamiento del cerebro.
Se dice que el objetivo principal de este programa, era producir “droga de la verdad”, y crear otra para inducir a las personas a convertirse en asesinas, y tener el “arma perfecta”
En teoría, este tipo de actividades, culminaron a principios de los años 70, cuando Richard Helms, entonces director de La CIA, ordenó la destrucción de todos los documentos y evidencia sobre el MK Ultra.
Sólo algunos agentes de La CIA, como Mike Copeland, llegaron a denunciar estos experimentos…
Y se ha mencionado en varias ocasiones, que el libro tiene mensajes ocultos, los cuales activaban puntos específicos del cerebro en las personas que eran sometidas a los experimentos, y sesiones de hipnosis.
Pero esto no significa, que todas las personas que lo hayan leído, se conviertan en asesinos.
Hay una gran cantidad de celebridades y artistas, que han creado sus obras influidos por su lectura, ya sea como título de alguna canción, haciendo referencia del libro, o su personaje principal en alguna de sus letras, o mencionándolo en películas y series de televisión; que se basan, de una manera u otra, en el estereotipo del adolescente inadaptado.
Incluso las dudas respecto a la correcta traducción del título de la novela, que J.D. Salinger nunca quiso que fuera llevada al cine, por lo que no existe ninguna versión de ella en la pantalla grande.
Sin embargo, muchos protagonistas de diversas películas, toman a Holden Caulfield como referencia o influencia notoria.
Así pues, la traducción que, atendiendo no tanto a la literalidad como al sentido de las palabras originales, sería algo más cercano a:
“El Cazador Oculto” que a “El Guardián entre El Centeno”
Y es que esta es una novela esencialmente masculina, porque el miedo a la madurez y el pánico a abandonar la zona de confort de la infancia, son terrores esencialmente masculinos.
Salinger, escribió sobre los adolescentes, su rebeldía, su lucha por encontrar un lugar en el mundo, su miedo a crecer, y a la vez, su deseo de hacerlo.
Aquí es donde entra David Hampton, un estafador y ladrón estadounidense, que se hizo famoso en la década de 1980, después de que logró convencer a un grupo de ricos habitantes de Manhattan, de que le diera dinero, comida y refugio, convenciéndoles de que era el hijo de Sidney Poitier.
Hampton, nació en Buffalo, New York, y era el hijo mayor de un abogado.
Se mudó a la ciudad de New York en 1981, y se topó con su ahora famoso engaño en 1983, cuando él y otro hombre, intentaron ingresar al Studio 54.
Incapaz de obtener la entrada, la pareja de Hampton decidió hacerse pasar por el hijo de Gregory Peck, mientras Hampton asumió la identidad del hijo de Sidney Poitier; y fueron introducidos como celebridades.
Hampton comenzó a emplear la persona de “David Poitier” para obtener comidas gratuitas en los restaurantes; y también convenció a al menos una docena de personas para que lo dejaran quedarse con ellos, y le dieran dinero, incluidos:
Melanie Griffith, Gary Sinise y Calvin Klein; John Jay Iselin, el presidente de WNET; Osborn Elliott, decano de La Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia; y un urólogo de Manhattan.
Convenció a algunos, de que era un conocido de sus hijos, de que acababa de perder un avión a Los Ángeles con su equipaje, y algunas de que sus pertenencias habían sido robadas…
Como resultado de la obra de teatro de John Guare, “Six Degrees of Separation”, Hampton intentó chantajear el éxito de la obra en su beneficio, dando entrevistas a la prensa, atrayendo la mirada de un grupo de productores, y comenzando una campaña de acoso contra Guare, que incluía llamadas telefónicas y amenazas de muerte; lo que llevó a Guare, a solicitar una orden de restricción en abril en 1991, que no tuvo éxito.
En el otoño de 1991, Hampton presentó una demanda de $100 millones, alegando que la obra había infringido los derechos de autor de su persona y su historia.
La demanda, fue eventualmente desestimada.
Pero para octubre de 1983, Hampton había sido arrestado y condenado por sus fraudes, entre los que se encontraban los Elliott, y se le ordenó pagar la restitución de $4,490 a sus diversas víctimas.
Después de negarse a cumplir con estos términos, Hampton fue condenado a un período de 18 meses, a 4 años en prisión.
Después de su liberación, Hampton continuó adoptando identidades falsas.
Después de que la obra y la película lo hicieron conocido, él desarrolló otras identidades falsas, y viajó extensamente para encontrar nuevas víctimas; entrando y saliendo de prisión en numerosos estados.
Después de declarar su rehabilitación, Hampton continuó viajando al menos hasta 1996, donde encontró una gran cantidad de hombres que, incluso si habían oído hablar de su notoriedad de la Costa Este, nunca habían visto su foto, o la historia en la prensa, permitiéndole moverse inadvertido, y simultáneamente con múltiples víctimas.
Por ejemplo, en la primavera de 1996, Hampton llegó a Seattle, Washington, EEUU, haciéndose pasar por Antonio de Montilio, hijo de un adinerado médico del Distrito de Columbia.
Debido a su color de piel clara, las víctimas afirmaron que podría ser fácilmente creído como el puertorriqueño que afirmó ser.
Por lo general, su historia era colorida:
Hampton afirmó haber sido asaltado al llegar a Seattle, para una asignación de trabajo para la revista Vogue.
Debía entrevistar a Bill Gates, pero de repente estaba en peligro, porque le habían robado la billetera, y no se podía reemplazar nada hasta que ese fin de semana terminara.
Hampton llegó a cortejar a 2 personas a unas cuadras de diferencia, sin que se dieran cuenta de que estaba trabajando con las 2.
David Hampton murió a los 39 años, de complicaciones relacionadas con El SIDA en 2003.
“The imagination.
It's there to sort out your nightmare, to show you the exit from the maze of your nightmare, to transform the nightmare into dreams, that become your bedrock.
If we do not listen to that voice, it dies, it shrivels, it vanishes.
The imagination is not our escape.
On the contrary, the imagination is the place we are all trying to get to”
¿Sabía que entre usted y cualquier otro personaje público importante, sólo hay 5 personas que de alguna manera se relacionan con ese personaje?
El tema de las redes sociales, impregna la cultura popular en los Estados Unidos y en cualquier otro lugar; particularmente la noción de “los 6 grados de separación”, que se ha vuelto parte de la conciencia colectiva.
Las comunidades virtuales como Facebook, entre otras, han aumentado enormemente la conectividad del espacio en línea, mediante la aplicación del concepto de redes sociales; por tanto, se llama “6 grados de separación”, a la hipótesis que intenta probar, que cualquiera en La Tierra, puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta, a través de una cadena de conocidos que no tiene más de 5 intermediarios, conectando a ambas personas con sólo 6 enlaces; algo que se ve representado en la popular frase:
“El mundo es un pañuelo”
La teoría fue inicialmente propuesta en 1930, por el escritor húngaro, Frigyes Karinthy, en un cuento llamado “Chains”; y el concepto está basado en la idea de que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y sólo un pequeño número de enlaces, son necesarios para que el conjunto de conocidos, se convierta en la población humana entera.
Recogida también en el libro “Six Degrees: The Science of a Connected Age” del sociólogo, Duncan Watts, asegura que es posible acceder a cualquier persona del planeta, en tan sólo 6 saltos.
Según esta teoría, cada persona conoce de media, entre amigos, familiares y compañeros de trabajo o escuela, a unas 100 personas.
Si cada uno de esos amigos o conocidos cercanos, se relaciona con otras 100 personas, cualquier individuo puede pasar un recado a 10.000 personas más, tan sólo pidiendo a sus amigos que pasen el mensaje a sus amigos.
Estos 10.000 individuos, serían contactos de segundo nivel, que un individuo no conoce, pero que puede conocer fácilmente, pidiendo a sus amigos y familiares que se los presenten, y a los que se suele recurrir para ocupar un puesto de trabajo o realizar una compra.
Este argumento supone que los 100 amigos de cada persona, no son amigos comunes.
En la práctica, esto significa que el número de contactos de segundo nivel, será sustancialmente menor a 10.000, debido a que es muy usual tener amigos comunes en las redes sociales.
Si esos 10.000 conocen a otros 100, la red ya se ampliaría a 1,000.000 de personas conectadas en un tercer nivel; a 100,000.000 en un cuarto nivel; a 10.000,000.000 en un quinto nivel; y a 1.000.000,000.000 en un sexto nivel.
En definitiva, sólo 6 pasos o círculos de contactos humanos, nos separan de conectar con cualquier individuo del planeta.
Lo innovador de esta investigación, fue la revelación de que la sociedad humana es una red social que presenta la estructura del “mundo pequeño”, caracterizada por interconexiones mucho más cortas de lo esperadas.
Internet, sin embargo, ha eliminado algunas de esas barreras creando verdaderas redes sociales mundiales, especialmente en segmentos concretos de profesionales, artistas, entre otros; y desde que se formuló esta teoría, hasta hoy, especialmente con la llegada del nuevo entorno virtual y las redes sociales, el número de nodos se ha visto considerablemente reducido.
“For Paul, every person is a new door to a new world”
Six Degrees of Separation es un drama del año 1993, dirigido por Fred Schepisi.
Protagonizado por Will Smith, Stockard Channing, Donald Sutherland, Ian McKellen, Bruce Davison, Heather Graham, Anthony Michael Hall, Eric Thal, Richard Masur, Anthony Rapp, Catherine Kellner, J.J. Abrams, entre otros.
El guión es de John Guare, basado en su propia obra de teatro homónima, que se inspira en la historia real de David Hampton, un estafador y ladrón que logró convencer a varias personas en los años 80, de que era hijo del actor Sidney Poitier, y amigo de la hija de Inger McCabe Elliott, llamada Marit, y necesitaba un lugar donde quedarse…
Guare, era amigo de Elliott, una emprendedora, fotógrafa, artista y miembro de la sociedad estadounidense, y de su esposo, Osborn Elliott, un periodista y empresario que dirigió durante 16 años la revista de actualidad, Newsweek.
En octubre de 1983, Hampton llegó al apartamento de Elliott en New York, y le permitieron pasar la noche, y a la mañana siguiente lo encontró en la cama con otro hombre… siendo expulsado de la casa, ella llamó a la policía, y lo arrestaron.
Después de que Hampton fuera liberado de la cárcel, siguió hostigando a Elliott, molesto porque la historia había recibido tanta atención, y diciéndole que no debió haber llamado a la policía...
Elliott le contó a Guare la historia, y lo inspiró a escribir una obra años después.
La obra resultante, se estrenó en Broadway en 1990.
El estilo de Guare, mezcla la invención cómica con un sentido agudo del fracaso de las relaciones y aspiraciones humanas, es a la vez cruel y profundamente compasivo.
Guare, practica un humor que es sinónimo de lucidez, género explosivo y clichés, llevándonos al corazón del sufrimiento humano:
La conciencia de la corrupción en nuestros propios cuerpos, la muerte dando vueltas…
Tratamos de luchar contra todo, creando varias mitologías, y es la peculiar aptitud de Guare, para exponer estas grandiosas mentiras nuestras, que hacen que su trabajo sea mágico.
La acción sigue a los neoyorquinos, Louisa “Ouisa” (Stockard Channing) y Flan Kittredge (Donald Sutherland), una pareja de vendedores de arte privado, de clase alta, son pretenciosos pero compasivos.
Su preciada posesión, es un Kandinsky de doble cara:
Un lado que representa el control, el otro lado del caos.
Ambos transmiten una historia a sus amigos y conocidos, que con el tiempo se vuelve legendaria…
Es su encuentro con un joven negro, al que nunca conocieron ni escucharon, pero que una noche tropieza con la puerta de su casa, mientras cortejan a un inversor importante, Geoffrey Miller (Ian McKellen), que podría enriquecerlos más allá de lo que podrían haber soñado.
Ese hombre negro es Paul Poitier (Will Smith), que acaba de llegar a la ciudad, fue asaltado fuera de su edificio, y tiene una pequeña herida en el abdomen.
Es amigo de los hijos de Kittredge, que asisten a Harvard, pero lo más importante, es el hijo del actor y director de cine, ganador de un premio Oscar:
Sidney Poitier.
Y en la mañana siguiente, Paul tiene planeado reunirse con su padre, que está en la ciudad dirigiendo una película “Cats”
Más allá de la atracción de convencer a Paul, de conseguirles papeles en la película; Ouisa, Flan y Geoffrey, terminan cautivados por el encanto, el carisma, el pedigrí y la elocuencia de Paul, que los Kittredge, después de atender sus heridas, le invitan a quedarse a pasar la noche…
Su encuentro con Paul termina siendo una historia demasiado familiar, que pronto aprenderán, y lleva a los Kittredge, a buscar a Paul después de que abandone su domicilio a la mañana siguiente.
En esa búsqueda, Ouisa, en particular, comienza a ver críticamente su vida, y cuánta compasión realmente tienen.
Six Degrees of Separation es inteligente en el sentido de tocar el tema de las conexiones humanas:
Si cada persona conoce 100 personas más, a 6 grados de separación, todo el planeta estaría en contacto.
“I read somewhere that everybody on this planet is separated by only six other people.
Six degrees of separation between us and everyone else on this planet”
Six Degrees of Separation es una película sobre la palabrería, que La Real Academia de La Lengua Española (RAE), define como “abundancia de palabras vanas y ociosas”; sobre cómo se usa para vender, embaucar, animar reuniones sociales, esconder la realidad, crear la ilusión de que las cosas tienen algún otro sentido que se nos había escapado…
Hay multitud de frases que revolotean por la película, con la apariencia de tener un sentido profundo, y que revelan, cómo cuando queremos explicar sentimientos importantes, recurrimos en realidad a metáforas, a palabras vanas, huecas, vacías, que ya no designan los objetos de la realidad para los cuales fueron creadas; recurrimos a palabrería, al fin y al cabo.
Y ahí está precisamente lo que realmente hace buena esta película, que aprovecha la propia palabrería de la que está recargada, para mover algo:
Al igual que a la protagonista, algo se le remueve por dentro tras haber conocido al personaje de Will Smith, al tiempo que remueve algo en nuestro interior, abre perspectivas que no habíamos tenido en cuenta, aunque no sepamos muy bien con qué fin...
En el fondo, Six Degrees of Separation trata sobre la importancia de los chismorreos y cotilleos en la sociedad, de la fascinación que nos produce la alta sociedad, y sobre la influencia que tienen ciertas personas sobre otras, cada vez que abren la boca.
El director, nos ofrece además de un complicado mensaje sobre el ser humano y sus relaciones, una crítica a la superficialidad de la vida de la alta sociedad, que se centra en una tesis de la novela “El Guardián entre El Centeno” (1951) de J.D. Salinger, que acabará siendo firme relato del mismo personaje.
Paul, es un personaje muy singular, que siempre ha deseado rodearse de un mundo del que carece, y fingir ser una persona que no es, chantajeando a la gente que le rodea, y utilizando su particular encanto personal.
Para descubrir cómo fue que Paul sabía tanto acerca de los Kittredge, estos tuvieron que echar mano de la teoría de los 6 grados de separación, y así se van enterando de, cómo el joven ya había tomado ventaja de otra familia, pero después de esa experiencia con los Kittredge, desapareció, y ya no volvieron a saber de él hasta el final.
Pero:
¿Todo ese esfuerzo de engaño, para qué?
Pues cuando es descubierto Paul, resulta que no les ha robado nada.
Entonces, la pareja matrimonial queda tan intrigada del motivo que le movió al extraño, a adoptar una identidad falsa, e introducirse en sus vidas, que a partir de ahí, toda la historia será un ir desvelando el misterio que resulta la vida de ese muchacho de tan hábil labia:
Paul, solamente quería saber lo que se sentía tener poder, dinero, vivir en la 5ta avenida, y no en la calle.
Sabía expresarse, dijo ser hijo del actor Sidney Poitier, tenía amplios conocimientos generales sobre arte y cultura.
Todo iba bien, hasta que se le ocurre meter a otro muchacho en la casa, que no era la suya, y cuando los descubren en la cama, los echan de ahí...
De ahí, se empezaron a atar cabos, y pronto, el grupo de personas afectadas por la presencia de 'Paul' creció.
Cuando uno de los jóvenes implicados en este embrollo, se suicida, Paul empieza a ser buscado por la policía, y las cosas empeoran cada vez más.
La metáfora del Kandinsky, y las diferencias entre la vida del matrimonio Kittredge y Paul, por el deseo de Paul de ser querido por “gente interesante”, por mostrar la desidia de la vida de los millonarios, y enfrentarla a los deseos de los que quieren prosperar, hacen de Six Degrees of Separation un filme reflexivo; por el conflicto que crea la llegada de Paul, en el personaje interpretado por Stockard Channing, al ver que el deseo del chico de pertenecer a la familia, suple y con creces el vacío dejado por sus desagradecidos hijos, y sobre todo, por ese magnífico final en el que la señora Kittredge se niega a dejar que la experiencia vivida, se convierta en una mera anécdota que contar en las reuniones sociales, mostrando con ello, que hay un antes y un después en su vida, a la llegada de Paul, y que eso tiene consecuencias inevitables.
La fascinación que provocan las palabras de Will Smith a sus oyentes, hace que la película se asemeje a la influencia causada en Dorian Gray por Lord Henry, capaz de corromper la harmonía de vidas estables.
Y es que Six Degrees of Separation es de esas películas de diálogos, que lo basan todo en el ingenio del guión, y ésta lo tiene y mucho.
Un gran mérito del director, en mezclar a actores jóvenes y semidesconocidos, con otros veteranos y más que consagrados; porque esta es una película de actores en la que, a pesar de que no paran de hablar, el ritmo es trepidante.
El éxito de la apuesta, radica seguramente en algunas ideas de partida brillantes, unos guiños divertidos, y una estructura segmentada meditadamente.
Donald Sutherland clava el personaje, y Will Smith ofrece la que es seguramente su mejor interpretación.
Como dato, Smith en la película, se hace pasar por el hijo de Sidney Poitier; y en la vida real, cuando Smith conoció a Poitier por primera vez, el veterano actor dijo:
“Bueno, eres lo suficientemente guapo como para ser mi hijo”
Durante la producción, Smith se negó a besar a Anthony Michael Hall, por lo que se utilizó un truco de cámara que muestra solo la parte posterior de sus cabezas.
En una entrevista, Smith declaró, que Denzel Washington le aconsejó, “no besar a un hombre en la pantalla, porque dañaría su carrera”
Smith declaró, que lamentaba no haberlo hecho, diciendo que “era muy inmaduro de mi parte”
Como curiosidad, a Will Smith le rondan “cuentos de pasillo” sobre su homosexualidad… aunque no hay nada oficial, evidentemente.
Mención aparte, la actuación de Stockard Channing, de una exquisitez notable, en un personaje reflexivo, que no para de interrogar e interrogarse, al tiempo que tienen mucho diálogo que logra sostener la película, pues la historia es ella.
El problema de Six Degrees of Separation es que es muy radical, pasa de un extremo a otro:
¿Cómo puedes llegar a encariñarte por una persona que se ha burlado de ti, y te ha engañado, y que encima, se ha tirado a otro hombre en tu propia casa?
Para hacer que la película sea aceptable para las exhibiciones de televisión, el estafador desnudo, interpretado por Lou Milione, fue alterado digitalmente.
En la escena después de que se descubre con Paul, y es perseguido por el apartamento, en la versión original, él está completamente desnudo, pero en la versión televisiva, usa ropa interior blanca, que se agregó digitalmente.
“The greatest sin is to be unconscious”
El libro “The Catcher in The Rye” o “El Guardián entre El Centeno” (1951) de Jerome David Salinger, es una novela mítica, que habla con demasiada claridad sobre la codicia, los vicios, la sexualidad y la delincuencia.
La obra está escrita con narrador intradiegético, y en primera persona; y el protagonista se llama Holden Caulfield, que se ha convertido en un icono de la rebeldía adolescente.
Tanto que muchos de los asesinos famosos, han sido relacionados con la lectura de este libro, como lo son:
Mark David Chapman, que arrebató la vida a John Lennon; Charles Manson; Lee Harvey Oswald, presunto asesino de John F. Kennedy, y quien llegó a ser relacionado con la familia Bush; John Hinckley Jr., quien intentó matar a Ronald Reagan; y Sirhan B. Sirhan, quien fue arrestado por el asesinato de Robert F. Kennedy, todos ellos confesos de haber sido influenciados fuertemente por la novela.
De hecho, Robert John Bardo, el día que asesinó a la actriz Rebecca Schaeffer, llevaba consigo una copia de esta novela.
Sin embargo, lo que probablemente no esperaba Salinger, fallecido el 28 de enero de 2010, es que su libro fuera foco de teorías de la conspiración, como la idea de que el libro fue un instrumento utilizado por La CIA en su programa MK Ultra/Mind Kontrol Ultra, para realizar ciertas actividades y operativos de control mental, usando señales eléctricas y drogas para cambiar el funcionamiento del cerebro.
Se dice que el objetivo principal de este programa, era producir “droga de la verdad”, y crear otra para inducir a las personas a convertirse en asesinas, y tener el “arma perfecta”
En teoría, este tipo de actividades, culminaron a principios de los años 70, cuando Richard Helms, entonces director de La CIA, ordenó la destrucción de todos los documentos y evidencia sobre el MK Ultra.
Sólo algunos agentes de La CIA, como Mike Copeland, llegaron a denunciar estos experimentos…
Y se ha mencionado en varias ocasiones, que el libro tiene mensajes ocultos, los cuales activaban puntos específicos del cerebro en las personas que eran sometidas a los experimentos, y sesiones de hipnosis.
Pero esto no significa, que todas las personas que lo hayan leído, se conviertan en asesinos.
Hay una gran cantidad de celebridades y artistas, que han creado sus obras influidos por su lectura, ya sea como título de alguna canción, haciendo referencia del libro, o su personaje principal en alguna de sus letras, o mencionándolo en películas y series de televisión; que se basan, de una manera u otra, en el estereotipo del adolescente inadaptado.
Incluso las dudas respecto a la correcta traducción del título de la novela, que J.D. Salinger nunca quiso que fuera llevada al cine, por lo que no existe ninguna versión de ella en la pantalla grande.
Sin embargo, muchos protagonistas de diversas películas, toman a Holden Caulfield como referencia o influencia notoria.
Así pues, la traducción que, atendiendo no tanto a la literalidad como al sentido de las palabras originales, sería algo más cercano a:
“El Cazador Oculto” que a “El Guardián entre El Centeno”
Y es que esta es una novela esencialmente masculina, porque el miedo a la madurez y el pánico a abandonar la zona de confort de la infancia, son terrores esencialmente masculinos.
Salinger, escribió sobre los adolescentes, su rebeldía, su lucha por encontrar un lugar en el mundo, su miedo a crecer, y a la vez, su deseo de hacerlo.
Aquí es donde entra David Hampton, un estafador y ladrón estadounidense, que se hizo famoso en la década de 1980, después de que logró convencer a un grupo de ricos habitantes de Manhattan, de que le diera dinero, comida y refugio, convenciéndoles de que era el hijo de Sidney Poitier.
Hampton, nació en Buffalo, New York, y era el hijo mayor de un abogado.
Se mudó a la ciudad de New York en 1981, y se topó con su ahora famoso engaño en 1983, cuando él y otro hombre, intentaron ingresar al Studio 54.
Incapaz de obtener la entrada, la pareja de Hampton decidió hacerse pasar por el hijo de Gregory Peck, mientras Hampton asumió la identidad del hijo de Sidney Poitier; y fueron introducidos como celebridades.
Hampton comenzó a emplear la persona de “David Poitier” para obtener comidas gratuitas en los restaurantes; y también convenció a al menos una docena de personas para que lo dejaran quedarse con ellos, y le dieran dinero, incluidos:
Melanie Griffith, Gary Sinise y Calvin Klein; John Jay Iselin, el presidente de WNET; Osborn Elliott, decano de La Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia; y un urólogo de Manhattan.
Convenció a algunos, de que era un conocido de sus hijos, de que acababa de perder un avión a Los Ángeles con su equipaje, y algunas de que sus pertenencias habían sido robadas…
Como resultado de la obra de teatro de John Guare, “Six Degrees of Separation”, Hampton intentó chantajear el éxito de la obra en su beneficio, dando entrevistas a la prensa, atrayendo la mirada de un grupo de productores, y comenzando una campaña de acoso contra Guare, que incluía llamadas telefónicas y amenazas de muerte; lo que llevó a Guare, a solicitar una orden de restricción en abril en 1991, que no tuvo éxito.
En el otoño de 1991, Hampton presentó una demanda de $100 millones, alegando que la obra había infringido los derechos de autor de su persona y su historia.
La demanda, fue eventualmente desestimada.
Pero para octubre de 1983, Hampton había sido arrestado y condenado por sus fraudes, entre los que se encontraban los Elliott, y se le ordenó pagar la restitución de $4,490 a sus diversas víctimas.
Después de negarse a cumplir con estos términos, Hampton fue condenado a un período de 18 meses, a 4 años en prisión.
Después de su liberación, Hampton continuó adoptando identidades falsas.
Después de que la obra y la película lo hicieron conocido, él desarrolló otras identidades falsas, y viajó extensamente para encontrar nuevas víctimas; entrando y saliendo de prisión en numerosos estados.
Después de declarar su rehabilitación, Hampton continuó viajando al menos hasta 1996, donde encontró una gran cantidad de hombres que, incluso si habían oído hablar de su notoriedad de la Costa Este, nunca habían visto su foto, o la historia en la prensa, permitiéndole moverse inadvertido, y simultáneamente con múltiples víctimas.
Por ejemplo, en la primavera de 1996, Hampton llegó a Seattle, Washington, EEUU, haciéndose pasar por Antonio de Montilio, hijo de un adinerado médico del Distrito de Columbia.
Debido a su color de piel clara, las víctimas afirmaron que podría ser fácilmente creído como el puertorriqueño que afirmó ser.
Por lo general, su historia era colorida:
Hampton afirmó haber sido asaltado al llegar a Seattle, para una asignación de trabajo para la revista Vogue.
Debía entrevistar a Bill Gates, pero de repente estaba en peligro, porque le habían robado la billetera, y no se podía reemplazar nada hasta que ese fin de semana terminara.
Hampton llegó a cortejar a 2 personas a unas cuadras de diferencia, sin que se dieran cuenta de que estaba trabajando con las 2.
David Hampton murió a los 39 años, de complicaciones relacionadas con El SIDA en 2003.
“The imagination.
It's there to sort out your nightmare, to show you the exit from the maze of your nightmare, to transform the nightmare into dreams, that become your bedrock.
If we do not listen to that voice, it dies, it shrivels, it vanishes.
The imagination is not our escape.
On the contrary, the imagination is the place we are all trying to get to”
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