New York's Birthday Salute to President Kennedy

“I can now retire from politics after having had Happy Birthday sung to me in such a sweet, wholesome way”

El año pasado se cumplieron 100 años del nacimiento de John F. Kennedy, el 35º Presidente de EEUU, y aunque él nació en Massachusetts, era un neoyorquino de muchas maneras; de hecho, pudo haber nacido en Boston y en Washington DC, pero su historia de amor con la ciudad de New York es cosa de leyenda; pues él convirtió a La Gran Manzana en el centro de su vida personal y su agenda política; no es casual que la conexión del político carismático con la ciudad, se captura en cientos de fotos históricas, desde el bautismo de Caroline por El Arzobispo de Boston, Richard Cushing en La Catedral de San Patricio en 1957, hasta el viaje triunfal de Kennedy con su esposa Jackie, a través del “Paseo de Los Héroes de Broadway” en un desfile, brindando por su victoria presidencial primaria de 1960.
Pero hay mucho más antes que eso:
Kennedy tenía 10 años cuando su padre trasladó El Clan Kennedy de Boston a Riverdale en 1927; y la familia se dirigió a Bronxville 2 años después.
En 1953, cuando el entonces Senador de Boston se casó con Jacqueline Bouvier, nativa de New York, la base de Kennedy de Manhattan, era una suite en el piso 34° del hotel The Carlyle, que se conocería como “La Casa Blanca de New York”
Kennedy, de acuerdo con la leyenda, usaría la hilera de túneles subterráneos del hotel para escabullirse de sus novias, incluyendo a Marilyn Monroe, para evitar la detección, lo que provocó que el ex botones, Michael Dellell, hiciera una famosa broma:
“Kennedy sabía más sobre los túneles que yo”; de hecho, la antigua amante de Kennedy, Mimi Alford, dijo que su último encuentro con El Presidente fue en The Carlyle, el 15 de noviembre de 1963, 7 días antes de su asesinato en Dallas.
Años antes, en 1954, cuando necesitaba una cirugía de espalda importante, JFK eligió el Hospital de New York en la calle 42 Este; y se le podía ver caminando hacia las citas médicas con muletas, con su esposa a su lado.
En 1957, la hija de la pareja, Caroline, nació en el Hospital Lying-In de New York, en Second Ave.
Poco después de su reelección al Senado en 1958, Kennedy comenzó a sentar las bases para su carrera en La Casa Blanca, desde New York.
Él y su hermano Bobby, establecieron una oficina de campaña presidencial en 2 pisos de un edificio en 277 Park Ave.
El patriarca, Joe Kennedy, que tenía el talonario de cheques, trabajó en nombre de su hijo en una suite en The Waldorf-Astoria, mientras que otros agentes trabajaban desde el cercano Biltmore.
JFK conocía bien el Waldorf, y allí es donde participó en eventos como el baile “April in Paris” con Jackie y su hermana Eunice Kennedy Shriver, en 1957.
También, asistió a una fiesta del Partido Demócrata para la ex Primera Dama Eleanor Roosevelt, uniéndose al ex Presidente Harry Truman, y al Senador de Minnesota, Hubert Humphrey, entre otros, en 1959.
Kennedy apareció en el Tonight Show de Jack Paar en Manhattan en 1959 y, después de anunciar oficialmente su candidatura en enero de 1960, bombardeó la ciudad en un intento por capturar los 45 votos electorales cruciales del Estado de New York.
Luego se llegó a los eventos habituales de la campaña, incluida su presencia en la cena conmemorativa anual de Alfred E. Smith, en octubre de 1960.
Allí, tanto él como su rival republicano, Richard Nixon, se hicieron eco de la presencia de dignatarios religiosos locales, como El Cardenal Francis Spellman, que buscan atraer a potenciales, nuevos y poderosos patrocinadores, y cimentar el apoyo de los antiguos aliados.
Como un infatigable activista, JFK encantó a los votantes de Harlem y al Upper East Side, dándose la mano en los mítines, y dando discursos que atrajeron a miles; y dirigió 2 de sus 4 debates televisivos con Nixon desde Manhattan, y luego celebró con los trabajadores de la campaña en The Carlyle.
A mediados de octubre, él y Jackie viajaban en la parte trasera de un convertible a través de una tormenta de nieve en Broadway, mientras una multitud masiva lo alentaba como la elección demócrata para la carrera presidencial.
Así, 3 semanas después, el día de las elecciones, Kennedy se ganó New York con el 53% de los votos de los 47 de Nixon.
Pero uno de los eventos de la ciudad más memorables de JFK, fue su fiesta de recaudación de fondos y de cumpleaños, en mayo de 1962, cuando una insuperable Marilyn Monroe le cantó “Feliz Cumpleaños” con un vestido ceñido de lentejuelas...
Las crónicas no dejaron de publicarse, tanto que se leyó que “los neoyorquinos simplemente lo aceptaron como un ciudadano honorario, y porque tenía glamour, ingenio e inteligencia”
“All who share our view of a need for a better America to help in this policy of action”
New York's Birthday Salute to President Kennedy es un cortometraje documental del año 1962, dirigido por Richard Adler.
Protagonizado por Peter Lawford, Harry Belafonte, Jack Benny, Maria Callas, Diahann Carroll, Benny Carter, Bobby Darin, Jimmy Durante, Ella Fitzgerald, Henry Fonda, Eddie Jackson, Danny Kaye, John F. Kennedy, Robert F. Kennedy, Peggy Lee, Alan Jay Lerner, Shirley MacLaine, Miriam Makeba, Elaine May, Robert Merrill, Marilyn Monroe, Mike Nichols, Elliott Reid, Jerome Robbins, Eleanor Roosevelt, Robert F. Wagner, entre otros.
El evento tuvo lugar 10 días antes de la fecha de cumpleaños del entonces mandatario, John F. Kennedy, el 29 de mayo; y fue un “Saludo de Cumpleaños al Presidente de La Ciudad de New York”, celebrado en el Madison Square Garden, donde asistieron más de 15,000 personas, incluidas numerosas celebridades; en ocasión de su 45º cumpleaños; evento que recaudó fácilmente $1,000.000 para la tesorería del Partido Demócrata.
El acontecimiento, declarado histórico, fue televisado ante una audiencia nacional, un espectáculo de 2 horas y media, del que no se conserva un registro completo; que estuvo lleno de estrellas de la música, el cine y el entretenimiento, como:
Jack Benny, Maria Callas, Henry Fonda, Ella Fitzgerald, Judy Garland, Danny Kaye, Peggy Lee, Jerome Robbins, Mike Nichols, etc., pero lo único que todos recuerdan de esa noche, fue a Marilyn Monroe con su vestido ajustado cantándole “Feliz Cumpleaños, Señor Presidente...”
El evento fue organizado y producido por el compositor y letrista de Broadway, Richard Adler; y la coreografía corrió a cargo de Carol Haney de The Pajama Game Fame.
En su discurso, tras todo el show, El Presidente discutió el vigor del Partido Demócrata, y abordó la lucha partidista en curso, que impide la capacidad del gobierno para lograr la igualdad racial, mejorar la educación, disminuir el desempleo, brindar protección confiable a los ancianos, y establecer la supremacía en la exploración espacial.
Curiosamente, ese trasfondo importante de la noche, no quedó en la memoria, sino otro… los 3 minutos de Marilyn Monroe que bien uno podría suponer que el famoso vestido subió al escenario por su propia cuenta, como si tuviera vida y destino… porque esa era una leyenda a punto de morir.
¿Pero los demócratas le preguntaron a ella, de la se decía tenía un romance con JFK; o fue el propio presidente que arregló su participación en el evento?
A veces, un presidente puede ser un instrumento en sus propias relaciones públicas.
Entonces, Marilyn cumpliría 36 años el 1 de junio, lo que demostraría ser su último cumpleaños… y el 5 de agosto del mismo año, ella sería encontrada muerta en su cama en Brentwood, con solo una sábana a su alrededor...
“When she came down in that flesh-colored dress, without any underwear on…”
El Presidente John F. Kennedy fue agasajado como una estrella para una recaudación de fondos del Partido Demócrata donde asistieron unas 15,000 personas en el Madison Square Garden, después de asistir a un proyecto de vivienda, y dedicar 2 visitas a su padre convaleciente al 2º día de su estadía de fin de semana en New York.
Y a donde quiera que él iba, los neoyorquinos, incluido El Gobernador Rockefeller, le desearon un “Feliz Cumpleaños”, aunque ese hito, el número 45, no llegaría hasta el 29 de mayo…
La segunda visita del día de Kennedy con su padre, la tercera desde que El Presidente llegó a la ciudad el viernes, fue una reunión familiar a las 6:31pm que incluyó al hermano Bobby, El Fiscal General.
Su padre, el ex Embajador Joseph P. Kennedy, de 73 años, se encontraba en el Instituto de Medicina Física y Rehabilitación, 400 E. 34th St., recuperándose del ataque paralítico que sufrió en diciembre pasado.
Allí, El Presidente tuvo una media hora para ver a su hermana, la esposa de Peter Lawford; y llegaron al centro médico a las 4:20pm, y salieron a las 6 en punto.
Durante su visita anterior, a las 11:30am, El Presidente conversó durante 30 minutos con su padre, estrechó la mano de varios discapacitados, y recibió un informe favorable sobre el progreso del anciano Kennedy por parte del Dr. Howard Rusk, director del instituto.
En el mitin, diseñado para reforzar las empobrecidas arcas de la campaña, Kennedy defendió el programa de su Administración:
“Defendemos una comunidad mundial de naciones libres e independientes, y hemos abierto nuevos caminos para lograrlo con la ayuda externa a largo plazo, y de unas Naciones Unidas más fuertes”
Kennedy declaró que su programa está diseñado “para diseminar nuestra recuperación de la última recesión:
Por obras públicas, empleo juvenil, capacitación laboral y créditos fiscales.
Como han hecho Franklin Roosevelt y Harry Truman, esta Administración representa una mejor oportunidad para los que están abajo, los desempleados, los hambrientos, los discapacitados, los que son analfabetos, los que no tienen sus plenos derechos por razón de su raza o color”, dijo Kennedy.
Y preguntó a “todos los que comparten nuestra opinión de la necesidad de un mejor Estados Unidos para ayudar en esta política de acción”
El discurso superó a un largo programa de entretenimiento, con una brillante variedad de estrellas del espectáculo, el cine y la televisión.
Kennedy, que llegó a las 9:10pm, y fue recibido con una gran bienvenida, ocupó una casilla especial con otros notables, entre ellos, El Vicepresidente Johnson, El Alcalde y la señora Wagner, Arthur B. Krim y esposa, Anna Rosenberg y James A. Farley.
Más tarde, la madre del Presidente, Bobby Kennedy y la señora Lawford, se unieron a ellos.
Su padre vio las festividades en un circuito cerrado de televisión instalado en la Casa Horizon del instituto, donde se hospedaba; y antes de ir al Madison, Kennedy cenó en el restaurante Wank Four Seasons, Park Ave y 52 St., con 400 demócratas de alto rango que habían comprado a $1,000, asientos para la gran fiesta de la noche.
Después de la fiesta en el Madison, que endulzó las arcas del Partido en alrededor de $1 millón, hubo una recepción en la casa de Krim, 33 E. 69th St., para los peces gordos, políticos y los artistas, un total de aproximadamente 75 personas.
El evento principal, fue visto en vivo, en el Madison Square Garden por alrededor de 10,000 espectadores que se alinearon en las calles a lo largo de la ruta, al lado de la calle 50, que cruzó la ciudad hasta Park Ave y hasta el parque de la calle 69.
En lo artístico, la crema del mundo del espectáculo estadounidense estuvo presente en el homenaje a Kennedy:
Ella Fitzgerald, Peggy Lee, Jack Benny, Henry Fonda, Harry Belafonte…
La diva de la ópera griega, María Callas, también estuvo allí.
El actor Peter Lawford, cuñado del Presidente, sirvió como Maestro de Ceremonias; pero el “pièce de résistance” o el “showstopper” fue la estrella de cine que cantó el final, la “sex symbol” Marilyn Monroe.
Se cuenta que Marilyn Monroe aceptó la invitación de aparecer en New York en violación de su contrato con Twentieth-Century Fox, que por cierto, su relación ya estaba en su punto de ruptura.
La producción de su última película, “Something's Got to Give”, estaba en marcha, y parada durante meses debido a la tardanza y ausencia crónica de Marilyn; que estaba siendo tratada con un narcótico muy fuerte y adictivo, bebiendo alcohol y viviendo por impulso…
Para entonces, ella estaba persiguiendo a Jack Kennedy, y nada se interpondría en su camino; estaba programada para cantar “Feliz Cumpleaños” al Presidente; y durante todo el fin de semana, las habitaciones con alfombras blancas en la Quinta Helena, hicieron eco a la voz susurrante de Marilyn.
Ella yacía en la bañera cantando “Feliz Cumpleaños”; se sentaba en el piso de la sala de estar, donde se grabó y se escuchó a sí misma...
Luego, ignorando la severa advertencia del Estudio, Marilyn voló de Hollywood a New York con Peter Lawford, cantando en el avión… y continuó practicando una vez en su apartamento de New York.
Quienes la escucharon, dijeron que su interpretación se hacía cada vez más sexy, más escandalosa…
La amiga, Paula Strasberg, advirtió que bordeaba la auto-parodia.
Finalmente, llegó la noche de la actuación.
En el “backstage”, Marilyn se puso su vestido, una obra de Jean-Louis y paralizada por el miedo escénico, Marilyn siguió ignorando su señal de aparecer en el escenario… se quedó atrás, ahogando sus temores en alcohol, antes de que Milt Ebbins “la empujara” al escenario.
Para su presentación, Peter Lawford hizo su introducción, e hizo una parodia sobre la reputación de la actriz de llegar tarde, repitiendo su presentación al menos 2 veces, después de lo cual no aparecía en el escenario.
Cuando La Monroe finalmente apareció, fue el centro de atención y la guinda en el pastel, literalmente de la noche.
Lawford la presentó como “la tardía Marilyn Monroe” y no como “la difunta” que se ha traducido re-mal del inglés, donde “late” significa entonces que “llega tarde”
El “Happy Birthday, Mr. President” fue escrito por Mildred J. Hill y Patty S. Hill, y fue cantada por la actriz y cantante con una voz sensual e íntima, tras lo cual ella continuó con un fragmento de la canción clásica, “Thanks for The Memory” (1938), una canción popular compuesta por Ralph Rainger, con letras de Leo Robin para la que había escrito nuevas letras dirigidas específicamente a Kennedy; y estuvo acompañada por el pianista de jazz, Hank Jones.
La figura de Monroe en el vestido fue famosa, y por un momento, sin aliento, las 15,000 personas en el Madison Square Garden pensaron que iban a verlo todo…
Un ligero jadeo se levantó de la audiencia, antes de que se diera cuenta de que realmente llevaba un vestido ceñido de color carne…
Luego, cuando se le presentó un enorme pastel de cumpleaños, El Presidente Kennedy apareció en el escenario, y bromeó sobre la versión de Monroe de la canción, diciendo:
“Ahora puedo retirarme de la política después de que me hayan cantado Feliz Cumpleaños de una manera tan dulce y sana”, aludiendo a la entrega de Marilyn, vestida con un ceñido traje que daba la imagen del símbolo sexual que es todavía en la memoria histórica.
Pero su actuación fue una de sus últimas apariciones públicas importantes antes de su muerte, menos de 3 meses después, el 5 de agosto de 1962.
Y es que el vestido de Monroe llamó mucho la atención:
Estaba hecho de una elegante tela “marquisette” color carne, con 2.500 brillantes cosidos en él a mano, lo que hacía parecer que iba prácticamente desnuda; la artista lo describió en algún momento como “piel y lentejuelas”
El vestido era evidentemente tan ajustado, que Monroe tuvo dificultades para ponérselo; y se dijo que ella no llevaba nada debajo… de hecho el cierre empezó a desgarrarse durante la velada…
El vestido había sido diseñado por el modisto francés, Jean-Louis Berthault, más conocido como Jean-Louis, a quien se lo encargó tras ver sus fabulosos modelos para Marlene Dietrich, quien aún cumplidos los 60 años, seguía luciendo una espléndida figura en sus shows de cabaré; como dato, un vestido similar al de La Monroe, La Dietrich usaría para sus conciertos en Europa en 1972.
Jean Louis había llegado a los Estados Unidos como diseñador de moda, y luego se metió en el cine.
Trabajó para La Duquesa de Windsor, y también creó el vestido de satén negro usado por Rita Hayworth en “Gilda” (1946) donde La Hayworth hace un sutil “striptease”, quitándose los guantes hasta el codo en el número musical “Put the Blame on Mame”, que se creía atrevido en su día.
Después de la guerra, creció la presión en las películas, era un deseo de luchar contra la censura en el que se nos pedía que imagináramos cómo sería una mujer sin ropa…
Era como si hubiera un florecimiento cultural que debía salir de su vaina.
Y Louis fue una figura importante en esa historia; pues también hizo el traje de baño negro que Deborah Kerr usa en una playa hawaiana en la oscarizada “From Here to Eternity” junto a Burt Lancaster.
Esa escena parece encantadora ahora, pero en 1953 estaba cerca de la indignación que urgían las audiencias.
Había una tonta película británica de gánsteres en 1960, “Too Hot to Handle”, donde Jayne Mansfield usaba un vestido de este tipo, y sobre la cual se promocionó la historia de que la película era tan arriesgada que había que pintar unas pocas lentejuelas en la película para proteger o “fetichizar” los pezones de Jayne.
Pero el vestido de “Feliz Cumpleaños, Mr. Presidente”, fue el punto culminante de esta búsqueda.
El vestido icónico de Monroe, originalmente costó $1,440.33, equivalente a $9,342 en 2018; y fue posteriormente vendido en 1999 en una subasta en la ciudad de New York, por más de $1.26 millones, equivalente a $1.82 millones en 2018.
El multimillonario canadiense, Jim Pattison, posteriormente compró el vestido el 17 de noviembre de 2016, en una subasta de Los Ángeles, por $4.8 millones.
Por su parte, La Primera Dama de EEUU, Jacqueline Kennedy, quien rara vez asistía a los eventos del Partido Demócrata, pasó el día en el Loudon Hunt Horse Show, con sus hijos, John y Caroline.
Jacqueline, que sabía que Marilyn iba a acudir al acto, no acompañó a su marido; presumiblemente porque sabía que mantenía relaciones con la actriz... y Jackie no estaba dispuesta a que se lo frotaran en la nariz, en frente de una audiencia nacional.
Y es que Monroe y Kennedy ya estaban íntimamente familiarizados, aunque los investigadores en general minimizan la idea de cualquier tipo de relación prolongada entre los 2, la mayoría está de acuerdo en que pasaron la noche juntos después de una fiesta en la casa de Bing Crosby en Palm Springs a fines de marzo, tiempo durante el cual, algunos especularon, extendió la invitación para unirse a la recaudación de fondos en la “Big Apple”
Aunque el rendimiento sensual en ese evento, encendió los rumores de larga data de su relación, la periodista Dorothy Kilgallen describió como “hacer el amor con El Presidente en directo frente a 40 millones de estadounidenses”, sino que también marcó el final de sus interacciones.
La estrella de cine y El Presidente, se encontraron brevemente en una fiesta posterior, del Jefe del Estudio United Artists y ex Presidente de Finanzas del Partido Demócrata, Arthur B. Krim, lo que llevó a la única foto conocida de los 2 junto a su hermano Robert, y nunca se volvieron a ver...
¿Podría alguien haber conocido todos los matices de esto, y no haber predicho los eventos inminentes, cuando Marilyn Monroe subió al escenario en Madison Square Garden para cantar Feliz Cumpleaños a JFK?
Fue a finales de mayo de 1962, y en poco menos de 18 meses, Marilyn Monroe estaría muerta debido a circunstancias sospechosas que suscitarían conjeturas y controversias años después.
Peter Lawford tenía el resto de su vida en un trompo, porque sus cuñados, El Presidente John Kennedy y su hermano, El Fiscal General, Robert Kennedy, consideraron que no era prudente que El Presidente se quedara con Frank Sinatra en su casa de California…
Sinatra culpó gran parte de ello a su amigo y “Ratpack”, Peter Lawford, y lo exilió del grupo, lo que dejó a flote la carrera de Lawford.
Y para fines de noviembre del 63, el propio JFK estaría muerto, víctima de uno de los asesinatos más infames, controvertidos y debatidos de la historia.
Detrás de las escenas, JFK había tenido un romance con Marilyn, Bobby fue el siguiente en línea con la ultra sexy rubia y “bombshell”; y la carrera de Monroe estaba fuera de control debido al alcohol, los analgésicos, a una reputación en Hollywood como poco confiable, y Jackie Kennedy estalló mientras Monroe salía con un vestido de noche, tan a la medida para ella, que no dejaba nada a la imaginación.
Y es que al parecer, Marilyn mantenía relación extramatrimonial con El Presidente Kennedy desde hacía 3 meses; se habían conocido en una cena privada, organizada por su hermana, Patricia Kennedy y su esposo, el actor británico Peter Lawford.
Al día siguiente, El Presidente llamó a Marilyn, y la invitó a un viaje al que iba a ir sin su esposa...
Sobre las fotos que registran el único encuentro de ambos en público, fue precisamente en esta Gala de Cumpleaños; se dijo que El Servicio Secreto tenía instrucciones estrictas de no permitir que Kennedy y Monroe sean fotografiados juntos.
A pesar de esa instrucción, el fotógrafo de La Casa Blanca, Cecil Stoughton, logró tomar uno de esos fotogramas, en el que JFK desvía notablemente la cabeza de la cámara...
A pesar de que más tarde El Servicio Secreto le pidió que entregara todos los negativos incriminatorios, se las arregló para salvar uno, y de ello se produjo la única impresión sobreviviente.
Por su parte, Jackie Kennedy vio la actuación de Marilyn en la televisión al día siguiente.
Ella estaba lívida, pálida, porque los rumores sobre Jack y Marilyn estaban volando…
Jackie llamó a su cuñada, Ethel Kennedy, y se quejó de que ella sabía que Bobby había organizado “la broma”; y Jackie le ordenó a Jack, que dejara de ver a Marilyn.
Jack, también comunicó a la prensa que no había nada en los rumores de un asunto extramatrimonial entre él y Marilyn Monroe, lo cual, sabemos, era una mentira.
Luego, el 29 de mayo, su personal le organizó una fiesta de cumpleaños en el comedor de La Casa Blanca.
Las fotos mostraban a un Presidente relajado, con Jacqueline a su lado, bromeando con sus funcionarios mientras abría los regalos; y todos brindaron por su salud con copas de champán.
Esa noche, la señora Kennedy organizó una celebración de cumpleaños privada en el yate presidencial “Sequoia”
Las invitaciones fueron enviadas por la secretaria social de Jackie, Letitia Baldridge, y pidieron a los asistentes que usaran “el traje y el vestido de yate apropiados para la fiesta”
La lista de invitados incluyó a la familia:
Robert y Edward Kennedy, Sargent Shriver y sus cónyuges; algo de Hollywood como los actores David Niven y Peter Lawford y sus esposas; y amigos de Kennedy, como El Senador George Smathers y su esposa, y el editor del Washington Post, Ben Bradlee y su entonces esposa Toni; junto con viejos amigos, como LeMoyne Billings, Paul Red… 27 personas en total.
No obstante, se supo que El Presidente Kennedy rompió la relación con Marilyn; y la actuación de la actriz en el Madison Square Garden, se convirtió en su última aparición pública.
Como consecuencia, Marilyn se vio profundamente afectada por la ruptura, y su pérdida de otros hombres, incluido su ex esposo, Arthur Miller, quien se había vuelto a casar recientemente; y en su salud, ella estaba padeciendo de una cirugía en la vesícula biliar, y una internación en un hospital psiquiátrico de Manhattan, todo lo cual se combinó para dejarla en un estado frágil.
Pero Kennedy tampoco era en absoluto el hombre saludable e irresistible que proyectaba su imagen, ni el mito que empezó a nacer en aquel fatídico desfile en Dallas, apenas un año y medio después de esta celebración de cumpleaños.
Para ese día, el entonces Presidente aún no había cerrado el incendio de Bahía Cochinos, en el que murieron centenares de hombres y más de mil fueron apresados; ni su manejo en La Crisis de Los Misiles, declarada el octubre siguiente, lo había convertido aún en el paradigma de la resolución de conflictos.
De hecho, es muy posible que Kennedy, con un abultado historial médico, hubiera acudido a aquella velada tras recibir las 8 inyecciones con sedantes que requería para aguantar los actos públicos.
Y es que JFK sufría la enfermedad de Addison, osteoporosis, colitis ulcerosa y dolores desgarradores de espalda, que le impedían calzarse sin ayuda; además que dependía de pastillas y medicación para dormir y despertarse, mantenerse en pie, o estar medianamente consciente en los momentos decisivos.
Sin duda alguna, y como resultado, el verano siguiente al show en el Madison Square Garden, Marilyn se sumergió cada vez más en una espiral descendente de drogas y alcohol, cayó en el estrés y un aislamiento depresivo; y el 5 de agosto, Marilyn Monroe, nacida como Norma Jeane Baker, fue encontrada muerta en su casa por una sobredosis de drogas, un aparente suicidio, y el mundo quedó conmocionado.
Con todo, este evento no se mantendría en nuestras fascinaciones colectivas si no fuera por la increíble y sexy entrega de la, tal vez mejor chica de fantasía que Hollywood haya conocido; pues a lo largo de los años ha habido muchas imitaciones de la versión de “Feliz Cumpleaños” de Monroe, y ninguna la ha superado
“When she came down in that flesh-colored dress, without any underwear on…”
Se cuenta que al día siguiente del Cumpleaños en el Madison Square Garden, JFK regresó allí mismo para dar otro discurso a los neoyorquinos de mayor edad, sobre la necesidad de que el gobierno los ayude con la atención médica… y cuando miras esos 2 discursos yuxtapuestos, te dice mucho sobre este tipo…
Te dice que estaba interesado en la política, y también fue el primer Presidente que fue una celebridad.
Hoy, más de medio siglo desde el asesinato de Kennedy, uno de los monumentos más importantes para él en la ciudad de New York, es el aeropuerto que lleva su nombre; y es una pena.
Salimos y maldecimos en el Aeropuerto JFK, lo cual es una gran ironía de que una manera en que los neoyorquinos lo honrarían, resultaría ser mucho menos honor de lo que este hombre merece.
Pero se puede honrarlo al continuar aprendiendo acerca de su legado.
Paradójicamente, la actriz Marilyn Monroe quedó ligada también a ese legado de una manera irónica, absurda como fue aquel momento en New York, como si no pudiera resistirse o prescindir de la comodidad que acompañaban los jadeos y los silbidos en el Madison Square Garden, cuando entró en la luz de platino, se encogió de hombros y se quedó allí, con sus ondas rubias masivas sobresaliendo hacia un lado, como el control en la torre de un portaaviones, con un vestido que podría haber sido pintado en ella.
Y ella no parecía ser la neurótica vacilante de la fama y la tardanza constante cuando irrumpió en la canción de cumpleaños…
Ella parece feliz; y quizás fue su mejor momento, el más imprudente, y ella lo supo.
Si bien, aquel “Feliz Cumpleaños, Sr. Presidente” duró muy poco, sigue siendo uno de los momentos más inolvidables de Monroe, sin duda alguna, porque sirve como un recordatorio de su magnetismo, de su vida en el foco cegador, y su vínculo con otras luminarias trágicas del mundo; porque aquel el 19 de mayo de 1962 fue memorable para muchas personas involucradas:
Además de toda La Ciudad de New York, los asistentes y los televidentes; Marilyn Monroe le cantó íntimamente a John F. Kennedy como si le susurrara después de hacer el amor; donde también Maria Callas le dedicaría 2 arias de ópera...
Lo memorable es que meses después, la actriz Marilyn Monroe moriría en extrañas circunstancias; al año, JFK moriría asesinando; una década después, Aristóteles Onassis dejaría a Maria Callas por Jacqueline Kennedy...
La Callas moriría 15 años después de este “Feliz Cumpleaños”, y el 19 de mayo pasado, se celebraron 25 años de la muerte de Jackie O.
¿Estaba escrito?

“Thanks, Mr. President for all the things you've done, the battles that you've won, the way you deal with U.S. Steel and our problems by the ton, we thank you so much”



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