Bessie

“Remember what I told you about the blues?
If you're not risking nothing, neither would they”

Voz indomable donde las haya, Bessie Smith fue la primera superestrella de la música popular de EEUU, una portentosa voz, que lloraba ante el micrófono, con una intensidad expresiva sobrenatural.
Elizabeth “Bessie” Smith nació en Chattanooga, Tennessee, el 15 de abril de 1894, y fue conocida como “La Emperatriz del Blues”, como la cantante de blues más popular de los años 20 y 30; y la más influyente en los cantantes que la siguieron.
Poseedora de una voz pastosa, y haciendo gala de un repertorio propio del blues del Mississippi, la cantante vivió marcada por los escenarios, la discriminación racial, y también la miseria de La Depresión de 1929.
Su infancia transcurrió en el periodo posterior a la abolición de la esclavitud, caracterizado por una marcadísima segregación racial, y un punto de inflexión importante; la migración del campo a la ciudad, que le inyectó nuevos aires a la música afroamericana.
Así se dio origen al denominado “blues urbano”, el cual, en la primera década del siglo XX, se encontraba lo suficientemente consolidado en los guetos que se fueron conformando en las principales ciudades estadounidenses.
Es en ese escenario, dominado principalmente por voces masculinas, como también, la irrupción del teatro tipo “vaudeville”, en los que Bessie da sus primeros pasos, siendo una testigo privilegiada del nacimiento del jazz.
Bessie Smith, combinaba un inusual sentido del ritmo, con una extrema sensibilidad para el tono y la dicción correctos, rasgo que le permitió llegar a una audiencia muy amplia.
Su forma de articular notas y palabras, empleando gran variedad de enfoques rítmicos y tonales, aportaba a sus interpretaciones, una gran elegancia, y cierta apariencia de improvisación.
Hija de William, un predicador baptista; y Laura Smith; se cuenta que a su padre no le conoció, y a su madre casi tampoco, pues murió cuando ella era una niña.
A Bessie le hubiera gustado estudiar, pero tenía que sobrevivir; y según algunos de sus biógrafos, comenzó a cantar en las aceras, para llevar algo de dinero a su empobrecido hogar, formado por 5 hermanos más:
Viola, Tinnie, Lulu, Andrew, y Clarence.
Su destino cambió, cuando uno de sus hermanos, que trabajaba como músico, convenció al manager de la banda, para que escuchara a Bessie.
A partir de ese día, no dejaría de cantar y de bailar.
El primer empleo de Smith, fue de bailarina en la compañía Moses Stokes, en un espectáculo en el que también trabajaba Ma Rainey, quien no le enseñó a cantar, pero que probablemente le ayudó a desenvolverse en sus comienzos.
Se cuenta que Rainey enseñó a la joven, los trucos del oficio:
Cómo cargar de fuerza y significado cada palabra; la manera de lograr que cada frase cuente tu propia historia.
“Una canción es como una escalera que has subido muchas veces”, solía decir.
“Sólo tienes que poner el pie en el primer peldaño, y dejar que tu alma cante”
Estas primeras giras, dieron a Bessie un aprendizaje excelente, pero le aportaron muy poco dinero.
En 1912, su hermano Clarence le consiguió su primer contrato como profesional, y Smith comenzó a desarrollar su propio espectáculo, alrededor de 1913, en el teatro “81” de Atlanta; y en 1917, fue descubierta en un club de Selma, Alabama, por Frank Walker, de la discográfica Columbia; y en 1920, había conseguido ganar una reputación en el sur, y a lo largo de todo el litoral este de Estados Unidos.
En 1923, cuando el blues comienza a vender discos, firmó con la Columbia records, y rápidamente trazó la línea de la Theater Owners Bookers Association (TOBA)
Su primera grabación fue “DownHearted Blues”, grabada en New York, en febrero de 1923, una canción escrita y registrada previamente por Alberta Hunter.
Ese mismo año, graba también “Jailhouse Blues”, disco que, en cierto sentido, “señala la aparición del blues clásico”
Trabajando duramente en el teatro, durante los meses de invierno, y viajando el resto del año, tenía su propio vagón de ferrocarril; Smith llegó a ser la actriz negra mejor pagada de su tiempo.
Realizó grabaciones junto a los artistas más importantes del momento, como:
Louis Armstrong, James P. Johnson, Joe Smith, o Fletcher Henderson.
Con Louis Armstrong, grabó el tema “St. Louis Blues”, que “constituye el epítome del blues clásico, y destaca por el extraordinario equilibrio existente entre la interpretación vocal, y el solo de corneta”
Pero la carrera de Smith fue breve, debido a una combinación de alcoholismo, La Gran Depresión, la cual paralizó toda la industria discográfica; y el nacimiento del vodevil.
Smith, sin embargo, nunca paró de realizarse.
Mientras que los días de espectáculos elaborados estaban de moda, ella continuó viajando, e invirtiendo tiempo de vez en cuando, en cantar en clubs.
“La Emperatriz del Blues”, como se la conoció, tenía un increíble desparpajo sobre el escenario, la insolencia, era en ella, una forma de sensualidad.
No le costaba expresar la lírica de sus temas, porque las historias que interpretaba, las había vivido de verdad, siendo 160 canciones, las que constituyen todo su legado cultural.
Los años que vinieron, fueron los de mayor esplendor que una artista negra había conocido jamás hasta entonces.
Las ventas de sus discos, y el éxito de sus giras, le reportaron ingresos millonarios que fueron mal administrados.
La bebida y una turbulenta vida sexual, que incluía tanto a hombres como a mujeres, se llevaron la mayor parte.
Su carácter, oscilaba por momentos, entre la más absoluta vulnerabilidad y ternura, a crisis de desesperada violencia, cuando no podía conseguir lo que quería en un momento determinado, fuese alcohol, hombres, o mujeres.
Pero su generosidad era una constante; nadie que acudiese a ella, solicitando ayuda, ficticia o real, volvía con los bolsillos vacíos.
Los años de decadencia personal, imprimen a su música, una emotividad que no pueden dar en ningún conservatorio.
Así, John Hammond la convenció para grabar 4 temas para la casa Okeh en 1933, después de verla actuar en un “nightclub” de Filadelfia.
Éstas iban a ser sus grabaciones finales, de gran interés, dado que la banda de acompañamiento incluyó músicos de La Era del Swing, de la categoría de Frankie Newton y Chu Berry.
Incluso Benny Goodman, que se encontraba en el estudio colindante, se acercó para colaborar con una casi inaudible participación.
Hammond, no quedó satisfecho con el resultado, y prefirió poner en la cara B, los viejos blues, pero “Take Me For A Buggy Ride” y “Gimme a Pigfoot” están entre sus grabaciones más populares.
Durante los 10 años que duró su carrera discográfica, Bessie grabó discos con distintos acompañantes, entre ellos, algunos de los nombres más famosos del jazz.
Y en lo personal, se casó con Earl Love, hacia 1918; tras la muerte de su primer marido, contrajo matrimonio con Jack Gee, un vigilante nocturno y “manager”, el 7 de junio de 1923; y en 1926, el matrimonio adoptó un niño, Jack Gee, Jr.
Su matrimonio con Jack Gee, resultó tormentoso, con frecuentes peleas y rupturas, y, a pesar de la adopción de Jack Gee, Jr., terminó con una amarga separación en 1929, tras la que Gee mantuvo al niño alejado de Bessie durante años, con el truco de ir mudándose constantemente.
Y es que Gee, no pudo acomodarse a la vida disipada, y las aventuras bisexuales de su mujer; por lo que se enrolló con Gertrude Saunders, y Smith le descerrajó varios tiros, sin pegarle ni uno, y al fin, lo tiró por un tubo, pero no se divorció.
Después de la ruptura, Bessie mantuvo un intenso romance con Lillian Simpson, una de las coristas del grupo.
El “affaire” acabó mal, porque Simpson metió la cabeza en un horno a gas, para suicidarse.
El último gran amor de Bessie, fue su viejo amigo, Richard Morgan, con quien vivió hasta su muerte.
Otra batalla personal de Bessie, era la lucha con el alcohol.
Aunque era capaz de no beber durante largas épocas, a menudo caía en temporadas, tristemente conocidas por sus familiares y compañeros.
También era conocida su promiscuidad, y su tendencia bisexual, que le creó muchos problemas.
Eso sí, jamás olvidó sus orígenes humildes, y construyó un asilo para indigentes.
En lo profesional, nunca quiso utilizar micrófonos, y en una sola de sus sesiones de grabación, utilizó batería; se cuenta que ella misma marcaba el tempo a los músicos, forzándoles a subirlo o bajarlo, con un dominio total de la situación, y la ventaja de una voz privilegiada.
Smith, reanudó sus viajes, agregando swing a su repertorio, y logrando un cierto éxito.
El 26 de septiembre de 1937, sufrió un grave accidente de coche, mientras viajaba a un concierto en Clarksdale, Memphis.
Se dirigía, a lo largo del estado de Mississippi, por la autopista 61, con su compañero, y tío de Lionel Hampton, Richard Morgan.
Tras el accidente, la llevaron al Afro-Hospital de Clarksdale, donde tuvieron que amputarle el brazo.
Ya no volvió a recuperar el sentido, y murió esa misma mañana.
Los dolientes, abarrotaron la funeraria, y miles acompañaron el féretro hasta el Mount Lawn Cemetery; ahí yació en una tumba sin identificación, porque Jack Gee se gastó el dinero recaudado para la lápida.
Bessie tenía 43 años.
“Nobody knows you when you´re down and out”
Bessie es un musical del año 2015, dirigido por Dee Rees.
Protagonizado por Queen Latifah, Michael Kenneth Williams, Tika Sumpter, Mo'Nique, Oliver Platt, Bryan Greenberg, Khandi Alexander, Mike Epps, Crystal Lee Brown, entre otros.
El guión es de Christopher Cleveland y Bettina Gilois; y narra la historia de la legendaria cantante de blues, Bessie Smith, que saltó a la fama durante los años 20 y 30.
Si en 2013, HBO producía una de las mejores películas LGTB del año:
“Behind The Candelabra”, el año posterior, repitió la misma jugada con:
“The Normal Heart”
Las previsiones para este 2015, también se mostraron sugerentes, tanto para la productora, como para el público del colectivo; y así nos llega “Bessie”, película que narra la historia de la famosa cantante de blues, Bessie Smith (Queen Latifah), que saltó a la fama entre 1920 y 1930.
La ficción, transporta a la época del jazz, y se centra en la turbulenta vida y transformación de Smith, hasta que es considerada como “La Emperatriz del Blues”
Desde que Bessie escapó de Chattanooga, Tennessee, y logró el éxito gracias a su trabajo con Ma Rainey (Mo'Nique), convirtiéndose en pionera del jazz, y de las actuaciones en público mixto.
Si bien no es una biografía a toda regla, es una película que muestra el carácter y personalidad de la legendaria cantante.
“I ain't playing second to nobody!”
Últimamente, algunos telefilmes, pueden ser mejores que muchas películas destinadas a la gran pantalla.
Bessie cuenta la historia de “The Empress Of The Blues”, la cantante que llevó el blues, al primer plano de la música negra, y lo dotó de cara y ojos.
Desde su triste infancia, ejemplificada en la escena, en que su hermana, Viola (Khandi Alexander) la persigue con un cuchillo, hasta la vida desenfrenada en la madurez, con amores lésbicos, alcohol, drogas…
Bessie, narra la trayectoria vital de una mujer, que llevaba la música en la sangre, pero no podía sobreponerse a las debilidades de su carácter; y no cae en ningún momento en los tópicos habituales de los “biopics”
Bessie no debía ser de trato fácil, y soslaya con elegancia la sensiblería, sobre todo gracias a la monumental interpretación de Queen Latifah, que se pone en la piel del personaje, con un atrevido desnudo frontal, atrevido por la decadencia física; pues Latifah no quiso una doble de cuerpo; que guarda relación con la mostración sin paliativos del personaje.
Y los secundarios, muy acertados; y la música, cómo no, contribuyen a redondear un telefilme digno, e intenso.
El guión, por su parte, evita plasmar la muerte de la diva, fallecida en un accidente automovilístico y, se dice, rechazada en 3 hospitales de la zona, por el color de su piel, extremo nunca confirmado por completo.
“Ellos habían oído hablar de lo sucedido a Bessie Smith, en 1937, en su ciudad natal” escribió Alan Lomax, en su libro “The Land Where The Blues Began” (1993)
“Herida la gran cantante de blues en un accidente de coche, su admisión era rechazada en 3 hospitales de Clarksdale, debido a que era negra.
Al final, ella murió desangrada, sin atención médica, mientras que sus amigos suplicaban a las autoridades del hospital para que la admitieran.
Estos sucesos, eran comunes en el sur profundo de los Estados Unidos”, dijo el escritor.
Curiosamente, Bessie termina definitivamente con una nota optimista, mostrando el triunfo de Bessie en el Carnegie Hall, que nunca sucedió; e ignorando por completo, las circunstancias en torno a su muerte.
Así, Bessie nos muestra algunos momentos de su vida, pero en realidad, no nos hacen sentirla, a pesar de los grandes esfuerzos de Queen Latifah.
Desde lo técnico, Bessie posee una maravillosa cámara, una ambientación sublime, y una iluminación preciosa, que insisto, la TV está produciendo cine para la gran pantalla.
La actuación de Mo'Nique & Queen Latifah es arrolladora, al igual que el elenco principal que las acompañan...
PERO, la historia es muy apresurada, la gente entra y sale de la vida de Bessie, y se olvida que fue de ellos.
Una historia a modo de viñeta, que debió ser más clásica en su narrativa:
Es decir, vemos los conciertos y hay un clic; vemos racismo y hay un clic; vemos a un dominante novio, convertido en marido, convertido en gerente, y hay un clic; vemos licor de contrabando, y hay un clic; peleas, clic; blancos interesados en hacer dinero a cuesta ella, clic; bisexual, clic; heterosexual, clic...
Debemos recordar, que Bessie se sitúa, cuando los negros recién tuvieron derechos, aunque muchas cosas no han cambiado para ellos.
Pero lo que sí cambió fue, que de repente, tuvieron la posibilidad de mudarse de estados, y autonomía sobre su propia sexualidad.
Pero cuestiono el estado social que se muestra, así como la excesiva permisibilidad que tienen para trasladarse, y montar sus shows.
“Así, en este mundo en el que esta mujer negra cantaba blues, a través de su música, pudo discutir todos estos conflictos, y criticar directamente al sistema”, señaló Dee Rees, la directora de Bessie.
Y por otra parte, lo cierto es que Bessie Smith, es autora de una de las primeras canciones de blues, abiertamente lésbicas:
“It’s dirty but good”
“Si se pone atención a los temas que Bessie escribió, se puede descubrir su verdadera personalidad.
Y a pesar de eso, estamos un poco limitados, porque Bessie influyó a muchos, pero también las circunstancias de su época, la influyeron, porque no sólo tuvo contacto con su gente del sur, sino con quien vino del norte.
Por esa convivencia, ella pudo tener real conciencia, y darle voz a los que no la tenían, por lo cual, empezó a sentar precedente para diversas protestas sociales.
El blues, fue el primer camino para hablar de esos temas personales, y políticos”, agregó Rees.
Por cierto, la escena en la que Bessie pasa en su tren, por campos de trabajo, es sublime, con la gente demostrándole su cariño y aprecio.
Y como era de esperar, la música es parte esencial de Bessie, sin embargo, Rees no se decantó por aquellos temas populares de la artista, como “Bottle of Beer”
“Quisimos meter canciones que no estuvieran entre las más importantes, sino aquellas que tienen una narrativa emocional.
Aunque hay una mezcla, porque debíamos meter éxitos, y contextualizar al mundo en el que ella vivía”, dijo.
“No yellow bitch in my show!”
Bessie Smith, cambió el panorama musical que vino detrás de ella.
El mundo del blues, tan dado a este tipo de sobrenombres, cuenta con una buena cantidad de “reinas” en su catálogo; pero el título de “Emperatriz”, está reservado a una sola persona.
Los ingresos que las grabaciones de Bessie, y otras grandes del “Classic Blues” aportaron a Columbia, y otras discográficas, y animaron a éstas, a interesarse por la música negra, y abrieron la puerta a la siguiente generación, en la cual, pasada la época glamorosa de los espectáculos de vaudeville, proliferarían los cantantes de blues rural, en las grabaciones destinadas a un público de color.
Y a casi 120 años del nacimiento de Bessie, sus discos, sus actuaciones, y su vida, se ha tenido de un aura de leyenda, y su obra fue uno de los grandes referentes para muchos artistas de todo el repertorio folklórico de Estados Unidos, sobre el cual, descansan desde el soul y el jazz, hasta el rock and roll.
La influencia de Smith, en otros cantantes, ha sido muy significativa.
Cantantes como Billie Holiday, Mahalia Jackson, o Janis Joplin, reconocieron su influencia.
En 1970, cuando fue descubierto el sepulcro sin nombre, en el que permanecía su cuerpo, Joplin se ofreció para pagar de su bolsillo, el coste de la lápida, que terminaría pagándola a medias con Juanita Green, quien fuera hija de una vieja empleada doméstica de Bessie, quien dijo que “ella debía los aciertos de su carrera, a Bessie Smith”
“Era una pequeña muchacha de gran talento en el Standard Theatre”, contaba Green a Albertson, “y cuando yo salía de escena, Bessie estaba entre bastidores.
Ella me preguntó, que si yo iba a la escuela, y cuando le dije sí con la cabeza, ella me dijo:
Usted está mejor allí, dado que no puede cantar.
Era buen consejo”
De acuerdo con la actriz, Queen Latifah, lo realizado por Smith, hace casi un siglo, sigue vigente, y en su opinión, muchos jóvenes talentos, podrían aprender de ella.
“Bessie me mostró el aire, y me enseñó cómo llenarlo”, había dicho Janis Joplin, y reconoció su deuda con La Emperatriz, cuando en 1970, poco antes de su propia muerte, compró la lápida que hasta entonces, la tumba de Bessie Smith no había tenido, con el siguiente epitafio:

“Jamás dejará de cantar, la más grande de todas las cantantes blues del mundo”



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