A Storm in the Stars

Terminando de ver “A Storm in the Stars” (2017) de Haifaa al-Mansour con Elle Fanning, Douglas Booth, Bel Powley, Maisie Williams, Joanne Froggatt, Tom Sturridge, Stephen Dillane, Ben Hardy, Ciara Charteris, Hugh O'Conor, Dean Gregory, Gilbert Johnston, Jack Hickey, Sarah Lamesch, Michael Cloke, entre otros.  

Drama conocido con el nombre de “Mary Shelley”, relata la historia amorosa de la escritora con el poeta Percy Bysshe Shelley, relación que la inspiró para crear “Frankenstein; or, The Modern Prometheus” (1818), la novela gótica más aterradora, y a la vez encontrar su propia voz y exorcizar sus demonios más íntimos. 

La película es en algunos lugares ridículamente mala; pero me gustó bastante, sobre todo desde el momento en que se emplaza en Villa Diodati hasta el final, pues el inicio, que cuesta arrancar, es muy romántico casi para adolescentes; y eso que se toma grandes libertades al dramatizar la vida de la autora antes de que ella escribiera el libro; y lo hace bastante bien, hasta el punto de incomodar la forma en que se veía y se trataba a las mujeres en esos tiempos, intelectualmente estimulantes pero socialmente oscuros; con el clima de Inglaterra y las áreas circundantes era de intolerancia, desigualdad y prejuicio extremo, algo que no ha cambiado del todo. 

Y en eso la directora Haifaa al-Mansour, da en el clavo; no solo porque ella es una de las más conocidas y controvertidas del país, y es la primera cineasta saudí en su primera producción británica para Hollywood; sino porque ella crea una crónica conmovedora que defiende la ficción de género y la creatividad femenina; pues ella claramente sostiene que es muy importante empoderar a las mujeres en una historia de mujeres que sobreviven, que persiguen sus sueños. 

No es casual que las biografías exitosas de grandes figuras literarias son generalmente estudios de personajes, más que narraciones basadas en la trama; y desde el punto de vista de la historia literaria, el mayor logro de la película es mostrar, cómo el monstruo destructivo del Dr. Victor Frankenstein era en sí mismo la encarnación del mundo emocional de Mary. 

En cuanto a las actuaciones:  

Elle Fanning me hizo creer totalmente en su personaje, ella nunca me ha defraudado y considero que su actuación no es de Oscar, pero si muy digna en retratar a Mary; aunque Tom Sturridge como Lord Byron se roba sus pocas escenas como un ser notoriamente lujoso, extravagante y voluble, que vivía una vida de excesos, incluso para un poeta romántico, y era bien conocido por usar y descartar a las mujeres y a los hombres; y en eso, el desempeño de Sturridge es algo digno de contemplar. 

Booth no es perfecto como un Shelley frustrado y librepensador; es bastante flojo como actor en general, no así Ben Hardy que es magnífico como Polidori, cuya tragedia desafortunadamente se pasa por alto demasiado rápido; un personaje y un actor totalmente desaprovechado; y Bel Powley como Claire es casi un pretexto para hacer avanzar la trama. 

En el fondo, aquí hay una gran cantidad de omisiones, inexactitudes e interpolaciones no deseadas; y el mayor problema viene del guión, pues trata de cubrir demasiado, y en lugar de decir mucho sobre algunos eventos, dice poco de interés sobre muchos eventos; de ahí que se detiene en el intento de vincular pasajes de “Frankenstein” a eventos específicos en la vida de Mary a través de “flashbacks” es casi cliché y predecible; pero no me castiguen, esta es solo una historia, y no pretende ser un relato autobiográfico de la vida de Mary Shelley. 

Eso sí, el detalle de la época es excelente, la partitura de Amelia Warner es conmovedora en algunos lugares; el vestuario de Caroline Koener está bien diseñado; el diseño de producción de Paki Smith es impresionantemente detallado y la cinematografía de David Ungaro es adecuadamente valiente.  

Sobre el final, la decisión de presentar a “Frankenstein”... de lo contrario la novela se habría convertido en el tema, y habría perdido el enfoque de la película en el escritor; pues aquí hay una gran narración en juego aquí: } 

Equilibra el drama de época, la historia feminista actual, el romance y un retrato del genio creativo; sin olvidar una deconstrucción psicológica satisfactoria de cómo una obra literaria puede ser un espejo de la vida de un escritor.  

Por tanto, si tienes la paciencia y la empatía para unirte a una joven en el descubrimiento y la persecución de sus pasiones, las alegrías, las dificultades y las amargas desilusiones que la llevaron a producir una obra maestra atemporal, entonces las 2 horas estarán bien gastadas. 

“Hemos creado monstruos, Mary; no dejemos que nos devoren” 

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