Shanghai Express

Terminando de ver “Shanghai Express” (1932) de Josef von Sternberg con Marlene Dietrich, Clive Brook, Warner Oland, Anna May Wong, Eugene Pallette, Gustav von Seyffertitz, Louise Closser Hale, Lawrence Grant, Emile Chautard, entre otros. 

Drama basado en “Sky Over China”, también conocida como “China Pass” (1931) de Harry Hervey, uno de los guionistas más solicitados de la primera mitad del siglo XX, elogiado por críticos de literatura, teatro y cine; que a su vez se basó libremente en el incidente del 6 de mayo de 1923, en el que un señor de la guerra de Shandong, capturó el tren expreso de Shanghái a Beijing, donde 25 occidentales y 300 chinos fueron tomados como rehenes.  

Todos los rehenes capturados en el incidente fueron rescatados con éxito; y también se hace eco de los elementos del cuento “Boule de Suif” de Guy de Maupassant, en el contexto de los viajeros detenidos en un país en guerra, y una mujer llamada a dormir con el comandante a cargo...  

La trama es onírica y poco realista, evidentemente von Sternberg odiaba el realismo; el vestuario es tan exquisito como excesivo, imposible de contener en el supuesto equipaje de La Dietrich; la atmósfera está deliciosamente cubierta de decadencia, exotismo, buena parte para la gran Anna Mae Wong; y deterioro en  paredes, listones... y fantasías, sin olvidar el capricho de von Sternberg por los pollos... 

La historia es básicamente un romance roto que busca curarse, no es casual que “la verdadera historia” sea la de Dietrich y von Sternberg en la 4° de las 7 películas que hicieron juntos; siendo estrenada durante La Gran Depresión, fue un gran éxito entre el público, recaudando $3.7 millones solo en EEUU, convirtiéndose en el mayor éxito financiero de las colaboraciones de Dietrich/von Sternberg, y siendo la película de mayor recaudación de 1932, superando a la estelar película ganadora del Oscar como Mejor Película, “Gran Hotel” 

Obviamente, este fue un vehículo estrella para Marlene, que hace una actuación impresionante, lenguaraz y audaz como Shanghai Lily; cada movimiento suyo está fríamente calculado, apenas para soltar los “flashes” de las fotos que han perdurado hasta hoy como referentes del glamour y lo exótico; pero La Dietrich tiene una gran rival en pantalla, y es la roba escenas Anna May Wong, que aprovecha al máximo el papel de la valiente prostituta china.   

Pero “Shanghai Express” es memorable por su estilística cinematografía de claroscuro en blanco y negro; y aunque Lee Garmes recibió El Premio de La Academia a La Mejor Cinematografía, según Dietrich, fue von Sternberg quien fue responsable de la mayor parte.  

Aquí  hay un gran alboroto por el exceso de ejercicio en todas las áreas; los elementos visuales son abrumadores y suntuosos; los trajes son vistosos y extravagantes; crean una gran cantidad de tejidos, luces y espacios, capturado en la cinematografía en blanco y negro más deliciosa que uno puede encontrar en cualquier lugar. 

Y en el fondo se discute el interés en las cuestiones de raza y colonialismo, y señala la peculiar bifurcación donde la mayoría de los personajes blancos respetables son vistos como imperfectos y racistas.  

Solo Dietrich, Wong y, en cierta medida, “Doc” Harvey, tienen algún valor moral real; y bien podríamos llamar a la película una sorprendentemente feminista, con Dietrich siendo una presencia fuerte y dominante, y al personaje de Wong, su igual.  

Sin embargo, no todo fue color de rosa, a los jefes de Paramount les preocupaba que La Oficina Hays vigilara de cerca la película, debido a la representación del Reverendo Carmichael y la representación de La Revolución China; no es casual que ese país inicialmente prohibiera la película, exigiendo su retirada de la circulación mundial; una prohibición que se levantó cuando Paramount se comprometió a no hacer otra película sobre política china. 

“Se necesitó más de un hombre para cambiar mi nombre a Shanghai Lily” 

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