Blonde Venus

Terminando de ver “Blonde Venus” (1932) de Josef von Sternberg con Marlene Dietrich, Herbert Marshall, Cary Grant, Dickie Moore, Gene Morgan, Rita La Roy, Robert Emmett O'Connor, Sidney Toler, Morgan Wallace, Dennis O'Keefe, entre otros.

Drama e historia original llamada “Mother Love” escrita por la propia Dietrich; sigue a una cantante de un club que se vuelve la querida de un mujeriego para sacar adelante a su hijo y su esposo enfermo, en medio de escándalos, engaños y mentiras, celos, giros y vueltas, el amor de una madre y un gorila, hacen de esta película un verdadero elemento esencial para la historia del cine.

Y muy a pesar de esta premisa de telenovela, la película casi se juega como un cine negro, con diálogos agudos, gran cinematografía y personajes duros; pero diablos... es Marlene Dietrich haciendo lo que mejor hizo:

Hipnotizar a su audiencia con glamour, encanto e ingenio; tanto que está considerada una película de culto, siendo la 5° de 7 películas donde trabajaron juntos Marlene Dietrich y Josef von Sternberg.

El aspecto técnico de la realización de películas había avanzado a pasos agigantados; y el material cinematográfico se estaba volviendo mucho más uniforme y de alto contraste, mientras la grabación de sonido había mejorado mucho en solo unos pocos años; por lo que von Sternberg pudo hacer un uso completo de esto; y así la película se siente ágil y de ritmo estrecho, y en su mayoría, ya ha abandonado los gestos del cine mudo; sin embargo, esta es una de las mejores películas que muestran la vida en la gran depresión.

Aunque el tema dramático es tratado en términos de comedia excéntrica, con 3 números musicales diseñados para resaltar el talento de cantante de la Dietrich; el filme a perdurado por el famoso número “Hot Voodoo”, una larga pieza de 8 minutos, en cuya primera parte que es puramente instrumental, Dietrich se exhibe en una danza donde llevaba un traje de gorila... porque el encanto de la actriz alemana, aquí actúa bajo la extravagante dirección de su mentor, y fascina como una tierna madre que protege ferozmente a su pequeño hijo, que pasa sus noches como una seductora sirena escénica, cautivando al público en Estados Unidos y Francia; siendo igualmente buena en ambas posturas, con su rostro perfecto, registra un profundo amor maternal y un encanto de esfinge, como una “femme fatale” o mujerzuela.

Pero el valor artístico de la Dietrich es increíblemente gentil cuando canturrea una vieja canción de cuna alemana junto a la cama de su hijo, mientras que la imagen contrastante de ella, saliendo de un traje de mono en un club nocturno, es una de las imágenes más extrañas e hipnóticas de La Era Pre-Code.

Por otro lado, el valiente trabajo de Herbert Marshall en un papel ingrato, con una voz como miel líquida, es idealmente elegido como el conflictivo marido de Dietrich; interpretando a un químico envenenado por radio, su rostro revela su humillación por tener que ser apoyado por su esposa; aunque más tarde manifiesta rabia reprimida cuando descubre su “traición”, pero a la vez, entre líneas se deja ver un problema de cama que el mismo Marshall no puede actuar como lo demanda su esposa... y bueno, lamentablemente, “Blonde Venus” resultó ser la única colaboración de Marlene Dietrich y Cary Grant; aquí a punto de convertirse en una gran estrella de cine, interpreta a un poderoso jefe político, cuya arrogancia se suaviza mientras persigue los afectos de Dietrich.

Y el corazón de todos queda en Dickie Moore como el joven Johnny, un niño que realmente podía actuar y tirar de las fibras del espectador; sin olvidar de algunos cameos no facturados:

El tonto Sterling Holloway; Clarence Muse como cantinero tartamudo; la querida Mary Gordon como la casera informativa de Marshall; el gran Dewey Robinson como dueño de un cucarachero; la maravillosa Hattie McDaniel como la criada de Dietrich en Nueva Orleans; y la remilgada Marcelle Corday como la doncella de Marlene en París.

Posteriormente, La Dietrich haría películas más barrocas y escandalosas hacia el estilo fantástico, con excesos y mostrando la decadencia europea que dejaron a los estadounidenses en el polvo, y ayudaron a Dietrich a aterrizar en la infame lista de La Censura; porque si bien esta es una película anterior al Código Hays y habitualmente modifica la moral convencional; el filme es claro en mostrar mucho de lo que estaría luego prohibido:

¡Los puteros!

Y si bien la trama del envenenamiento por radio era una excusa para tratar el tema de la disfunción eréctil en la pareja, la pura verdad es que entonces no sabían mucho sobre la radiactividad.

La descubridora del radio, Marie Curie, de hecho murió de cáncer contraído por una exposición excesiva al mismo; pero uno no iba a alguna parte en busca de una cura milagrosa para ese tipo de enfermedad...

Como tapadera, Paramount le dio a la película valores de producción lujosos y ligeramente decadentes; y lógicamente, esta es la película de Marlene, de principio a fin.

Si bien algunas partes pueden parecer tomadas de la novela literaria de León Tolstoi, “Anna Karenina”, y aunque a Josef von Sternberg se le atribuye haber escrito el guión, el verdadero autor fue Marlene Dietrich:

Ella acordó no recibir crédito por escribir la película debido a las obvias luchas que causaría con la oficina y El Código Hays; esto resultó ser una buena idea, ya que tanto Dietrich como von Sternberg fueron suspendidos durante varios meses mientras se cortaba la historia, se diluía y se convertía en una “limonada suave” para satisfacer a los censores.

Así pasó casi 1 año antes de que el humo se disipara... pero todas las frustraciones y el drama de los censores hicieron que la historia perdiera su atractivo tanto para Dietrich como para von Sternberg; y para cuando finalmente comenzó la filmación, tanto al director como a la estrella, ya no les gustaba ni querían hacer la película por más tiempo; sin embargo, para el estreno alemán original y algunas copias de televisión, se excluye la escena de apertura, donde Herbert Marshall se encuentra con Marlene Dietrich y sus amigos “bañándose desnudos” en un lago...

Y lo más criticable, el final feliz impuesto por Paramount:

Los Productores y Distribuidores de Películas de Estados Unidos (MPPDA), formados por la industria cinematográfica en 1922, regulaban el contenido de las películas revisando guiones utilizando El Código de Producción de Películas de 1930 (MPC) que, si bien prohibía la prostitución forzada, es decir, la esclavitud blanca; requería que el tema de una mujer participando en la solicitación fuera tratado con cuidado...

Durante las negociaciones entre el director von Sternberg y la MPPDA con respecto a las escenas en las que el detective Wilson encuentra a Helen en Nueva Orleans, se eliminó cualquier solicitud directa del guión, de modo que en la película, la interacción entre Helen y el detective privado se vuelve ambigua... recuerden que la persona que cometía algún delito, debe ser castigada para evitar ser ejemplar...

Otros aspectos de la trama, como el adulterio, siguen siendo incompatibles con el MPC, que no se aplicó estrictamente hasta 1934.

Esta aplicación del MPC, impidió que Paramount reeditara “Blonde Venus” después de 1934; pero incluso estos se sienten como si hubieran sido cortados y pegados de una película diferente.

Los fanáticos de von Sternberg pueden aclamarlo como otra obra maestra, como suelen hacer, pero para el espectador promedio, es una gran decepción.

La audiencia de la época no lo disfrutaron como lo habían hecho con sus éxitos anteriores, y esto anunció el comienzo del fin del apogeo de Marlene; y 1 año después, habría una nueva reina en Paramount:

Mae West.

“Quiero venderte mi cuerpo”

RECOMENDADA




Comentarios

Entradas populares