Myra Breckinridge

Terminando de ver “Myra Breckinridge” (1970) de Michael Sarne con Raquel Welch, John Huston, John Carradine, Mae West, Rex Reed, Farrah Fawcett, Tom Selleck, Andy Devine, Grady Sutton, Jim Backus, Roger C. Carmel, Carmen Miranda, Jack Benny, Stan Laurel, Claudette Colbert, Shirley Temple, Richard Widmark, Oliver Hardy, Marlene Dietrich, Marilyn Monroe, Vincent Price, Clark Gable, Basil Rathbone, Glenn Miller, Gregory Ratoff, Judy Garland, George Sanders, Harold Nicholas, Fayard Nicholas, Celeste Holm, Ginger Rogers, Tyrone Power, Myrna Loy, Rita Hayworth, entre otros. 

Comedia y fantasía de temática gay, basada en la novela homónima de 1968 escrita por Gore Vidal, que parte de un importante “asalto cultural a las supuestas normas de género y sexualidad” que se extendieron a finales de los 60 y principios de los 70. 

Ambientada en Hollywood en la década de 1960, la historia contiene vislumbres cándidas e irreverentes de las maquinaciones dentro de la industria cinematográfica; por lo que sigue las hazañas de Myra/Myron Breckinridge, una mujer transgénero que se ha sometido a una operación de cambio de sexo; y dice ser su propia viuda, manipulando a su tío para que le de una posición en la escuela de actuación, donde intentará usurpar el orden social de Hollywood mediante la introducción de la dominación femenina en el plan de estudios. 

Esta es una de las 2 películas con calificación X que estrenó 20th Century Fox en 1970, la otra es “Beyond the Valley of the Dolls”, que se convirtió en un clásico satírico/“camp”, al tiempo que explora la mutabilidad del rol de género y la orientación sexual como construcciones sociales establecidos por las costumbres sociales; así, los temas principales son el feminismo, la transexualidad, las expresiones estadounidenses del machismo y el patriarcado; y las prácticas sexuales desviadas, que se filtra a través de un campo agresivo/sensible. 

Si bien, de vez en cuando uno se encontrará con algún inconformista que elogiará la película por motivos filosóficos, sea feminismo agresivo o el coraje de abordar el tema del transgénero; la película ha desarrollado un culto de seguidores; porque primero, ataca el machismo estadounidense, con una historia de Gore Vidal sobre el cambio de sexo que la hace provocadora y polémica para su época, por sus desnudos y temas sexuales, incluidos actos de violación de mujer a hombre... y con todo, obtuvo malas críticas, siendo citada como “una de las peores películas jamás realizadas” tanto que Gore Vidal la repudió, calificándola de “una broma horrible” 

De hecho, después de los primeros avances de la película, la misma Casa Blanca insistió en que se retirara inmediatamente el metraje insertado de “Heidi” (1937), por ejemplo, con Shirley Temple, quien en ese momento era Embajadora de Estados Unidos; pero ese detalle fue el primero de muchas demandas... 

Primero, cuando contrataron a Raquel Welch, tenía la impresión de que interpretaría a Myra y Myron; y estaba decepcionada de no haber tenido la oportunidad de asumir el desafío de interpretar ambas partes; y según muchos relatos, el director alentó las disputas entre los miembros del elenco.  

La película fue un fracaso de crítica, y como consecuencia, el director no encontró otra película para dirigir, tanto que su carrera nunca se recuperó.  

Y es que con esta película las demandas volaron por los “insertos” de filmes de viejas glorias de 1930 y 1940; aunque el recurso para “comentar” sobre lo que está sucediendo en la historia me pareció brillante... 

Además, el fracaso crítico y financiero también afectó seriamente a Raquel Welch, quien nunca alcanzó el verdadero estatus de estrella que se le había predicho; y dijo: 

“Lo único bueno de eso fue la ropa”, al tiempo que tuvo problemas con Mae West, principalmente porque nunca pudo averiguar si era un hombre o una mujer... 

Por otro lado, Mae West aparece sin ningún propósito real...  

Ella aceptó el papel por primera vez desde 1943, y los productores le permitieron reescribir su diálogo y cantar algunas canciones... siendo responsable de conseguir a Tom Selleck, entonces desconocido. 

Mientras Farrah Fawcett, también una desconocida, fue llevada por su esposo Lee Majors; también ella dijo que “fue una película terrible; pero me enseñó mucho sobre los egos y los viajes a las estrellas, todos estaban en eso” 

John Huston, probablemente da una de sus peores actuaciones... pero todavía vale la pena verlo; sin olvidar a Rex Reed como Myron, quien era un crítico de cine muy conocido en ese momento, su escena de la masturbación fue muy escandalosa en su momento. 

Y “el taco de ojo”, Roger Herren como Rusty Godowsky, fue en realidad un apuesto actor de breve reconocimiento, bendecido con buena apariencia y encanto sureño, parecía encaminarse al estrellato, sin embargo esta película, su único papel acreditado lo arruinó profesionalmente, muriendo a los 68 años. 

Total, el único elemento intrigante es tratar de averiguar, cuál es la agenda de la película: 

Toda la historia es una fábula, lo que debería indicar que tiene una moraleja que transmitir, pero lo que podría ser es una incógnita con todo su discurso sobre la destrucción de “los últimos vestigios de la hombría tradicional”, parecería tener un hacha feminista que moler.  

Pero como feminista, Myra es una figura monstruosa, una depredadora sexual; además, no es una mujer, más bien es una ilusión de Myron, quien presumiblemente es un hombre gay...  

Eso podría explicar la escena de la violación masculina, así como la actitud de amor/odio del personaje hacia el macho, aparentemente heterosexual y cabeza hueca Rusty, pero no explica su obsesión y la supuesta cita lésbica con Mary Ann de Farrah Fawcett...  

La película está obsesionada con el sexo, eso sí, pero difícilmente se le puede acusar de estar a favor de la revolución sexual; todo el sexo es tratado como más, si no sucio, que al menos perverso y degradante.   

En definitiva, esta es una especie de delirante ensoñación cinéfila que homenajea al cine clásico de Hollywood, donde la exageración, el erotismo, el sexo, las perversiones, las citas a otras películas, son parte de esa estrategia/visión “camp”, pero al menos fue políticamente incorrecta y demencialmente divertida.  

“¿Dónde están mis tetas?” 

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