Andrew Lloyd Webber: The Royal Albert Hall Celebration
“What I want to celebrate tonight has nothing to do with really myself, but the future, please, of musical theatre”
Andrew Lloyd Webber, Barón de Sydmonton del Condado de Hampshire, es un célebre compositor, escritor, autor, productor, director y realizador de numerosas obras de teatro de finales del siglo XX; y ha producido 16 musicales, 2 bandas sonoras y una Misa de Réquiem en latín; y entre sus premios se destacan:
3 Tony, 3 Grammy, 1 Oscar, 1 Emmy, 7 Olivier y 1 Globo de Oro.
Su compañía, Really Useful Group, es una de las más importantes de Londres; y algunas de las canciones de sus obras del teatro han tenido éxito en Europa y América, fuera de las representaciones teatrales, y han sido cantadas por muchos artistas.
Entre sus obras de teatro más representativas están:
“Joseph and The Amazing Technicolor Dreamcoat” (1968), “Jesus Christ Superstar” (1970), “Evita” (1976), “Tell Me On A Sunday” (1979), “Cats” (1981), “Song and Dance” (1982), “Starlight Express” (1984), “The Phantom Of The Opera” (1986), “Aspects Of Love” (1989), “Sunset Boulevard” (1993), “Whistle Down The Wind” (1996) entre otros; y por si esos títulos no lo dijeran todo, Sir Andrew Lloyd Webber es uno de los compositores teatrales más renombrados, con obras que se han mantenido con gran éxito tanto en Broadway como en el West End londinense.
Y es que ninguna figura de teatro en los pasados 30 años ha contado de manera constante del respaldo popular como Andrew Lloyd Webber, no solo por el gusto americano o el británico, sino por todos, y esto es a nivel mundial; porque él ha establecido un molde para el musical, y ha traído dramas épicos y emociones operísticas a la etapa musical, ayudando con ellos a probar que no hay tema fuera de sus límites.
En lo personal, su primera esposa fue Sarah Hugill, con quien contrajo matrimonio en 1972, y de la que se divorció en 1981.
La pareja tuvo 2 hijos:
Imogen y Nicholas; y en 1982 se casó con la cantante y bailarina Sarah Brightman, pero el matrimonio concluyó en 1990.
Andrew Lloyd Webber contrajo de nuevo matrimonio en 1991 con Madeleine Gurdon, con la que ha tenido 3 hijos:
Alastair, William e Isabella.
De sus obras, de especial importancia está “Cats”, que se convirtió en la obra musical que más tiempo ha estado en cartel, más de 20 años; y algunos de sus musicales se han llevado a la gran pantalla:
“Jesus Christ Superstar” en 1973, dirigido por Norman Jewison; “Evita” en 1996, dirigida por Alan Parker con Madonna como protagonista, y “The Phantom Of The Opera” (2004), dirigida por Joel Schumacher.
Mientras que otras como “Cats”, “Joseph and The Amazing Technicolor Dreamcoat”, “Jesus Christ Superstar” y “By Jeeves” se han adaptado a películas hechas para televisión, que se han lanzado en DVD y VHS y, a menudo, en La BBC.
Pero Lloyd Weber no solo es destacado sobre las tablas, siendo el encargado de componer una pieza para Los Juegos Olímpicos de 1992 de Barcelona, la canción “Amigos Para Siempre”, que grabaron Sarah Brightman y Josep Carreras.
Y es que siempre existirá un antes y un después de escuchar las canciones más hermosas escritas nunca, y será difícil poder componer la mente con coherencia al escucharlas, son todas, en solitario, de una inspiración melódica poco común, como:
“I Don't Know How To Love Him”, “Don't Cry For Me Argentina”, “Memory”, “Unexpected Song”, “Starlight Express”, “Pie Jesu”, “Wishing Somehow You Were Here Again”, “All I Ask Of You”, “Music Of The Night”, “Love Changes Everything”, “The First Man You Remember”, “As If We Never Said Goodbye”, “With One Look”, “Whistle Down The Wind”, “Take That Look Off Your Face”, “Tell Me On A Sunday”, “Chanson D'Enfance”… son un placer para el oyente y un “pastel” para quien las cante, que han sido muchos… porque Andrew Lloyd Webber le dio fama a grandes cantantes y actores de actualidad tales como:
La misma Sarah Brightman, Elaine Paige, Glenn Close, Minnie Driver, Patti LuPone, Barbra Streisand, Madonna, Paloma San Basilio, Michael Crawford, El Debarge, Michael Ball, Ted Neeley, Alan Campbell, Antonio Banderas, entre muchos otros…
Y también se ha dedicado a componer:
El filme “The Odessa File” (1974) tiene una partitura suya; “Variations” (1978) es un conjunto de variaciones musicales sobre “El Capricho de Niccolò Paganini en do menor” que Lloyd Webber compuso para su hermano, el violonchelista Julian.
Este álbum contó con 15 músicos de rock, entre ellos el guitarrista Gary Moore y el pianista Rod Argent, y alcanzó el puesto #2 en la lista de álbumes del Reino Unido al momento de su lanzamiento.
Más tarde se combinó con “Tell Me on a Sunday” para formar un espectáculo, “Song and Dance”
Lloyd Webber también usó la “Variation V”, como base para “Unexpected Song” en “Song and Dance”; de hecho, el tema principal se utiliza como tema musical de “The South Bank Show”
Y claro está, el “Requiem” (1985), una obra coral clásica compuesta en honor de su padre, William; y “Watership Down” (1999) en conjunto con Mike Batt, un compositor de la banda sonora principal de la adaptación de la serie animada de la novela de Richard Adams del mismo nombre, compusieron la canción “Fields of Sun”; aunque la canción real nunca se usó en el show, ni estaba disponible en la banda sonora del CD que se lanzó en ese momento; sin embargo, todavía se le atribuye la canción no utilizada en los títulos iniciales del programa.
¿Acaso hay que decir más…?
¡Ah sí, cuando el compositor cumplió 50 años lo hizo en grande!
“Enjoy the magic of this night of a thousand stars”
Andrew Lloyd Webber: The Royal Albert Hall Celebration es un musical del año 1998, dirigido por David Mallet.
Protagonizado por Tina Arena, Michael Ball, Antonio Banderas, Boyzone, Sarah Brightman, Glenn Close, Julian Lloyd Webber, Marcus Lovett, Lottie Mayor, Dennis O'Neill, Donny Osmond, Elaine Paige, Ray Shell, Kiri Te Kanawa, Bonnie Tyler, entre otros.
El concierto fue grabado en vivo en el Royal Albert Hall de Londres, el 7 de abril de 1998, con un metraje de 2 horas y 6 minutos aproximadamente; la gala fue dirigida por el veterano del video musical, David Mallet, quien dirigió la versión en video del musical “Cats”; y es un homenaje al compositor por su 50 cumpleaños; por lo que presenta selecciones de sus obras más populares.
La Gala tuvo un interés benéfico, siendo producida por la propia compañía teatral de Lloyd Webber, Really Useful Group; con una aparición especial de su hermano, el famoso violonchelista Julian, que interpreta la pieza compuesta por Lloyd Webber; así como interpretaciones de las estrellas más taquilleras de sus producciones teatrales y cinematográficas.
Y no hay suficientes superlativos para describir este evento de entretenimiento:
Antonio Banderas brilla sobre “Evita” y “The Phantom Of The Opera”, con Sarah Brightman, nada menos…
Glenn Glose irradia en canciones de “Sunset Boulevard”; Elaine Paige asombra musicalmente; y un nuevo grupo llamado Boyzone, mostrando al cantante líder, fallecido en 2009, Stephen Gately.
También veremos al eterno Donny Osmond que canta las espectaculares piezas de “Joseph and The Amazing Technicolor Dreamcoat”
Y “la cereza de pastel”, nunca mejor dicho:
Dame Kiri Te Kanawa, al igual que Michael Ball, quien se animó a cantar “Love Changes Everything”
Sin olvidar a Bonnie Tyler que sorprende con su motociclista rockero; y claro está, las musas:
Elaine Page y Sarah Brightman, como siempre, están más allá de toda descripción.
En lo “clásico”; además de Dame Kiri, Julian Lloyd Webber aportó maestría técnica y entonación de tono perfecto a la pieza “Variations for Cello and Orchestra”
Como producción escénica, algo minimalista pero funcional, estuvo realizada en una cinta gigante de lo que parecían líneas de pentagrama de partituras, todo en blanco y negro; y el elenco de artistas en sí, estaba compuesto por cantantes y bailarines que iban desde 8 integrantes en adelante, haciendo que toda la puesta en escena fuera visualmente impresionante.
Hubo “set pieces” para coros, como:
“Hosanna”, a del “Requiem”, conmovedor y hermosos.
Impresiona también la participación de Marcus Lovett, que se abrió paso a través de “Jesus Christ Superstar” con unos ajustados jeans negros, un largo cabello suelto y una camisa que reveló su cuerpo musculoso, con gran vigor y energía.
Casi hacia el final, el propio Sir Andrew Lloyd Webber salió y presentó personalmente a la audiencia a Dame Kiri Te Kanawa, que momentos después cantó el estreno mundial de su nueva canción:
“The Heart is Slow to Learn”, destinada a la secuela de su obra maestra, “The Phantom Of The Opera”
Bueno, fue en una palabra, impresionante, La Te Kanawa cantó apasionadamente, y con la sinceridad que un famoso intérprete clásico traería a Wagner o Puccini, siendo absolutamente impresionante.
Y luego, todo el elenco salió a cantar “Feliz Cumpleaños” a Sir Andrew; con Kiri Te Kanawa y Sarah Brightman volando vocalmente por encima de toda la orquesta y el coro.
¡No había ojo seco en la audiencia!
Finalmente, una joven estrella, Lottie Mayor, realizó “Whistle Down the Wind” de la manera más atractiva con el mismo Sir Andrew en el piano.
No cabe duda que más allá de celebrar al compositor, fue celebrar sus OBRAS MAESTRAS, así en mayúscula y dicho de pie, pues hay que ver el rendimiento de este concierto para darse cuenta que lo vale, y lo mejor, hecho en vida, para demostrar el respeto y comprobar el legado artístico de tan ilustre compositor.
“Oh What A Circus, Oh What A Show!”
La fiesta de cumpleaños #50 de Andrew Lloyd Webber fue ciertamente algo para contemplar…
En 1998, un concierto en el Royal Albert Hall celebró su medio siglo de vida, y contó con más de 2 horas de éxitos de un cuerpo de trabajo que abarcó casi 3 décadas, con una brillante puesta en escena y dirigida por David Mallet; en conjunto fue una increíble noche con una variedad de voces que solo pueden describirse como celestiales...
¡No hay nada mejor que esto!
Un recuerdo de una noche memorable, que estrella tras estrella avanzó hacia un inmenso set para revisar momentos dorados en su larga asociación con el compositor de musicales más exitoso de Gran Bretaña.
El espectáculo presentó a:
Ensambles de bailarines, coros de niños y adultos, motociclistas Harley Davidson, a las chicas “soul”:
Veronica Hart, Louise Marshall y Femi Taylor; así como a muchos solistas famosos y taquilleros en lo musical como cinematográfico.
El programa fue el siguiente:
“Whistle Down The Wind” con Tina Arena.
“Any Dream Will Do” y “Close Every Door” con Donny Osmond y coro de niños.
“Variations XXI” y “Variations XXII” con Julian Lloyd Webber.
“Requiem For Evita” con coros.
“Oh! What A Circus/Buenos Aires” y “High Flying Adored” con Antonio Banderas.
“Don't Cry For Me Argentina” con Elaine Paige.
“Light At The End Of The Tunnel” y “Hosanna” con coros.
“Pie Jesu” con Sarah Brightman.
“Superstar” con Marcus Lovett y las chicas “Soul”
“Gethsemane” con Michael Ball.
“Phantom” con la orquesta.
“The Phantom Of The Opera” con Sarah Brightman y Antonio Banderas.
“All I Ask Of You” con Sarah Brightman y Michael Ball.
“The Music Of The Night” con Sarah Brightman.
“Tyre Tracks And Broken Hearts” con Bonnie Tyler.
“No Matter What” con Boyzone.
“Vaults Of Love” con Michael Ball.
“Car Chase/Sunset Boulevard” con la orquesta.
“With One Look” y “As If We Never Said Goodbye” con Glenn Close.
“Love Changes Everything” con Michael Ball y todo el elenco.
“Memory” con Elaine Paige.
Palabras de Andrew Lloyd Webber, que luego presentó “The Heart Is Slow To Learn” con Kiri Te Kanawa; y todo el elenco cantó “Happy Birthday To Webber”; y se finalizó con “Whistle Down The Wind” con Lottie Mayor con el compositor al Piano.
Como un “encore” la orquesta interpretó “Jellicle Ball” de “Cats”
Destacar la presencia de Elaine Paige en grandes vestidos, y una voz aún más grande que ofreció “Don't Cry for Me Argentina” y “Memory” con su poder vocal habitual; a Michael Ball y Donny Osmond que se extienden en los últimos vestigios de su encanto juvenil hasta los límites, pero aun así sus voces suenan bien y la presencia escénica se mantiene; y Boyzone consigue el voto juvenil.
Luego están Kiri Te Kanawa, Bonnie Tyler, Tina Arena y, por supuesto, otro “encore” para el hermano del compositor, Julian Lloyd Webber y esas variaciones en el cello.
Pero las estrellas son la ex esposa de Sir Andrew, Sarah Brightman en una destacada selección de “The Phantom Of The Opera”, probablemente su mejor trabajo; Antonio Banderas que realmente puede cantar, y actuar sobre un escenario en vivo; y la irrepetible Glenn Close, estupenda, que conmueve como Norma Desmond en canciones de Sunset Boulevard.
En definitiva, una merecida celebración para alguien que ha brindado a tantas personas un gran placer; y un placer para los fanáticos de los musicales de todas las edades.
Pero qué hay de sus obras en conjunto… es difícil celebrar a alguien por su trabajo, y desconocer el alcance del mismo.
Aquí una selección:
“Jesus Christ Superstar” es una ópera rock, con música de Andrew Lloyd Webber, y letras de Tim Rice, que primero surgió como álbum conceptual en 1970, y 1 año después dio el salto a los escenarios de Broadway; siendo considerada como “la primera ópera rock”, porque todos sus parlamentos son cantados.
Se estrenó en 1971, y planteó un paralelo entre Los Apóstoles de Jesucristo y el movimiento hippie, factor que la ha convertido en un ícono de los 70s.
La trama narra los últimos días de Jesús en La Tierra, presentando un Cristo más real y humano, en los momentos más significativos de su vida adulta, las cuales se resumen en canciones, algunas consideradas hoy verdaderos himnos dentro del género del musical, cuyas letras contienen temas de la vida moderna, y no reflejan la historia narrada en La Biblia.
“Jesus Christ Superstar” fue adaptada libremente de Los Evangelios, cuyo argumento se centra en los últimos 7 días de la vida de Jesús de Nazaret, comenzando con los preparativos de su llegada a Jerusalén, y finalizando con La Crucifixión; aunque ésta no está incluida de manera intencionada, para evitar cualquier referencia a la divinidad del protagonista; siendo todo narrado en la psicología de Jesús y el resto de personajes, desde el punto de vista de su discípulo, Judas Iscariote, que es retratado como una figura trágica, descontenta con la dirección que ha tomado la doctrina de su Maestro, lo cual deriva en un enfrentamiento político y personal entre los 2 hombres, que no está reflejado en La Biblia.
Durante el desarrollo de la trama, se presentan numerosos anacronismos intencionados, como actitudes y sensibilidades contemporáneas, argot en las letras de las canciones, y alusiones irónicas a la vida moderna.
Antes de su estreno en Broadway y el West End, “Jesus Christ Superstar” fue grabado en forma de álbum conceptual por Ian Gillan, vocalista de Deep Purple y Black Sabbath, como Jesus Christ; Murray Head como Judas; e Yvonne Elliman como Mary Magdalene.
En el disco, también tomaron parte:
Mike d'Abo, líder de Manfred Mann como King Herod; y el cantante de “glam rock”, Gary Glitter, como uno de los sacerdotes, además de una orquesta sinfónica de 56 piezas, y 6 músicos rock.
La grabación salió a la venta en 1970, y consiguió llegar al primer puesto del Billboard en 2 ocasiones.
Las canciones “Superstar” interpretada por Murray Heady y The Trinidad Singers; “I Don't Know How To Love Him” interpretada por Yvonne Elliman; y “Gethsemane/I Only Want To Say” interpretada por Ian Gillan, fueron publicadas como singles, y se convirtieron en éxitos, más allá del musical.
El álbum conceptual tiene un estilo rock muy diferente a los posteriores trabajos de Lloyd Webber; y debido a que el álbum conceptual había funcionado mejor en Estados Unidos que en Reino Unido, se decidió que la premiare mundial, tuviese lugar en Broadway, donde se estrenó el 12 de octubre de 1971, en el Mark Hellinger Theatre.
El espectáculo fue un éxito, y se mantuvo en cartel hasta el 1 de julio de 1973, realizando 711 funciones regulares, y 13 previas.
Aunque la acogida inicial del álbum conceptual en Reino Unido, había sido más bien tibia, el triunfo en Broadway, allanó el terreno para su debut en el West End, que se produjo el 9 de agosto de 1972, en The Palace Theatre, con una producción diferente, y algo más pequeña, ya que a Andrew Lloyd Webber, nunca llegó a estar satisfecho del todo, con el montaje neoyorquino, pero que tuvo un éxito aún mayor, alcanzando las 3,358 funciones, durante los 8 años que se prolongaron las representaciones.
A pesar de que posteriormente su récord ha sido batido por otros títulos, el 3 de octubre de 1978, “Jesus Christ Superstar”, se convirtió en el musical de mayor permanencia en cartel en la historia de Londres, al superar a “Oliver!”
En un inicio francamente rompedor, aun a día de hoy, el espectador ve a los actores y bailarines de “Jesus Christ Superstar”, muy hippies todos ellos, llegando en bus al desierto de Israel, que servirá de marco para la acción, y ataviándose para la ocasión.
Acto seguido, ya con los instrumentos afinados tras esa algarabía previa, boom:
Judas, afroamericano y vestido de rojo chillón, con pantalón “campana”, el cual desgarra su garganta con la primera canción, haciéndose con el protagonismo del show, al convertirse en conductor y prisma, desde el que se seguirá toda la acción.
A partir del debut, “Jesus Christ Superstar” se ha representado en más de 40 países, en los 5 continentes, convirtiéndose en un fenómeno cultural.
En total, ha recaudado más de 120 millones de libras esterlinas en todo el mundo.
Sin embargo, la producción recibió críticas divididas y, al igual que otras versiones posteriores, fue condenada por algunos grupos religiosos, que organizaron protestas en las puertas de los teatros donde se presentó.
Tim Rice declaró, que “Jesus Christ Superstar no mostraba a Cristo como un Dios, sino como un simple hombre, que estuvo en el lugar adecuado, en el momento oportuno”; y algunos cristianos, tomaron sus palabras como una blasfemia.
La postura de Judas y sus críticas hacia Jesús, tampoco gustaron, y fueron consideradas ofensivas.
Al mismo tiempo, la comunidad judía denunció, que el musical trasmitía un mensaje antisemita, al culpabilizar al pueblo hebreo de la muerte de Jesús, y presentar a 3 personajes judíos:
Caiaphas, Annas y King Herod, como villanos principales de la función.
¿Acaso es mentira?
Entonces:
¿Quién es el Jesús de “Jesus Christ Superstar”?
Desde luego, no el Jesús histórico; ya que su conciencia de deidad es borrada, su humanidad distorsionada, su sacrificio redentor ignorado, y la resurrección silenciada.
Los símbolos religiosos actúan como una pantalla de humo, para ocultar el relato evangélico, con ciertas frases e imágenes cristianas.
Así, el Jesús de “Jesus Christ Superstar”, se dirige a La Cruz sin saber por qué...
Es alguien inseguro y lleno de dudas…
La Magdalena sufre enamorada, y Judas se convierte en un nuevo antihéroe.
“¿Qué es la verdad?”, pregunta Pilate en algún momento.
Lo que falta en esta “ópera rock”, es la afirmación central del cristianismo; ya que no hay un Dios triunfante y victorioso sobre la muerte, que resucita al tercer día, sino alguien que solamente puede compartir nuestras debilidades.
Es por ello, que en “Jesus Christ Superstar”, hallamos a un pequeño dios, que no sólo compartió nuestras tentaciones, sino también nuestra tendencia a sucumbir bajo ellas, lo que le aleja de la victoria que Jesús obtuvo para quienes en Él creen.
El Jesús de “Jesus Christ Superstar” no es alguien que viene a entregar su vida, sino que la pierde.
No es El Cordero que dice:
“Hágase Tu voluntad”, si no la víctima que se rebela ante su suerte.
El Evangelio, sin embargo, nos llama a no dudar acerca del triunfo final sobre la debilidad y el mal.
Él ha vencido la batalla por medio de Cristo, en esa Cruz, que está ahora vacía.
En Él tenemos la seguridad de la victoria.
Es por eso que “sólo la verdad de Jesús nos hará libres”, dice Juan 8:32
Sin duda, lo más sobresaliente de “Jesus Christ Superstar”, es la contundente postura de Judas.
Fundamentalmente es una figura que cuestiona la doctrina, y el discurso de Jesús, dividido entre el rechazo y la profunda admiración hacia este.
Y no es casualidad que Judas sea negro, y sea quien precisamente acuse a Jesús de propagar pura y estéril retórica.
Judas se lamenta del desperdicio de Jesús como figura altamente mercadeable, nacida en tiempos de modestia mediática.
Sus discrepancias y su actitud, reflejan claramente las necesidades de una clase que demanda pragmatismo y eficiencia en épocas de turbulencia.
Así fue, primero como disco, luego como obra de teatro, y más tarde película, “Jesus Christ Superstar” es parte activa del repertorio anual de películas de Semana Santa.
Para los no cristianos, que de todo hay en la vida, señalaré que, a La Iglesia, no le hizo ninguna gracia el asunto de que Jesucristo no resucitara al final de la obra, por no hablar de que Carl Anderson (Judas), es el único discípulo negro de Jesucristo, pese a que no se hizo intencionadamente.
También señalar que la puesta en escena, tanto del musical como de la película, es descacharrante:
Los romanos van vestidos al estilo nazi, o de militar, con ametralladoras; Pilate vive como un Playboy, y se utilizan cientos de anacronismos que aumentan el impacto visual de la representación, y revolucionaron la forma de puesta en escena, de cualquier cosa de ahí en adelante.
Tras décadas de controversia, “Jesus Christ Superstar” fue oficialmente aprobado por El Vaticano en el año 2000, al incluir una recital con canciones de la obra, como parte de las celebraciones del Jubileo.
Y es que “Jesus Christ Superstar” se hizo con formas muy liberales, y con interpretación libre de los textos, lugares, y situaciones, pero pasó a ser la obra religiosa más agradable para multitud de cristianos.
Así las cosas, “Jesus Christ Superstar” debe entenderse dentro de un sentido político y social, donde se moderniza la vida de Cristo, so pretexto de exponer dilemas como el racismo, la responsabilidad del liderazgo de masas, o la incongruencia de los discursos de igualdad, que abundan en boca de los activistas más admirados.
En 1973, “Jesus Christ Superstar” fue adaptado a la gran pantalla por el director Norman Jewison, convirtiéndose en la 8ª cinta más taquillera del año, a pesar de las críticas de algunos sectores religiosos.
La película se rodó en Israel, y en otras localizaciones de Oriente Medio, y fue protagonizada por Ted Neeley como Jesús, Carl Anderson como Judas, e Yvonne Elliman como Mary Magdalene, siendo los 3, nominados al Globo de Oro por su actuación.
Para cuando escribieron “Jesus Christ Superstar”, Andrew Lloyd Webber tenía 22 años, Tim Rice 26, y sus nombres aún no decían demasiado; y gracias a la música de Webber, y a la versión fílmica de 1973, “Jesus Christ Superstar” se ha transformado en un favorito de los jóvenes en todas partes del mundo; y busca que el público especialmente juvenil, vuelva a identificarse con los personajes que transgredieron la historia teatral cuando fue estrenada, y sumando otros que no pasarán inadvertidos, además de la tecnología audiovisual, acorde a los tiempos, y puedan conocer el mensaje de creer en la vida, y en toda la enseñanza que dejó Jesucristo a sus seguidores, sobre todo, en momentos en que la iglesia se ha visto cuestionada, por acontecimientos que la ligan directamente.
No hay duda, que politizar el tema religioso, constituye una vía irrebatible para demostrar que Dios nunca será ajeno a los temas laicos.
Los chillones vestuarios, y las coreografías frenéticas de “Jesus Christ Superstar”, se han convertido en la característica más identificable de esta versión libre de Los Evangelios.
Hoy, la película “Jesus Christ Superstar”, es quizás venida a menos por un factor netamente estético, sesgado por el estereotipo de una época particular.
Sin embargo, detrás de todo eso, aún yace un discurso de vigencia impresionante, y no poco subversivo si a los asuntos de fe se atiene.
“Evita” es un musical, con música de Andrew Lloyd Webber, y letra de Tim Rice; inspirado en libro “Evita: The Woman With The Whip” de Mary Main, bajo el pseudónimo de María Flores; y basada en la vida y muerte de Eva Perón y su influencia en la historia argentina, a partir del ascenso al poder de su esposo, Juan Perón, como Presidente del país.
Enganchado con la historia de su vida, después de escuchar un programa de la BBC, llamado “Las Leyendas de Nuestro Tiempo”, Tim Rice convenció a Andrew Lloyd Webber, que una ópera musical sobre Evita, sería un proyecto interesante.
Lamentablemente, durante la documentación, una biografía de Evita, realizada por Marysa Navarro, todavía no había sido publicada.
Fue hasta 1974, 14 años después de la muerte de Evita, cuando Rice visitó la Argentina; contento de mantener un bajo perfil, no entrevistó a las personas que habían conocido a Evita, muchos de los cuales todavía vivían, ni realizó ninguna investigación objetiva y profunda.
Al contrario, cuando volvió a los Estados Unidos, Rice consultó a 2 mujeres, cuyos libros, ya agotados, eran esencialmente chismes anti-peronistas extendidos hasta el punto de convertirse en libros; esos eran:
“Bloody Precedent” de Fleur Cowles y “Evita: The Woman With The Whip”, los cuales dirigieron su veneno a Evita, porque formaba parte de un movimiento político, que ellas juzgaban moralmente como “repugnante”; y tras investigar durante años en la vida de Eva Perón, Rice y Webber lanzaron en 1976:
“Evita”, que se convirtió en un éxito mundial.
Evita, como se dijo, es un musical basado en la vida de Eva Perón, la 2ª esposa del Presidente de Argentina, Juan Perón.
Eva Duarte nació en 1919, en el seno de una familia pobre, pero buscó la manera de cambiar su suerte, mudándose a Buenos Aires, donde ejercía de actriz de 2ª línea; y que posteriormente se convirtió en la mujer más poderosa que su país, Primera Dama de Argentina a los 27 años, y tuvo gran influencia y popularidad entre las masas; cuya historia acaba con su muerte por cáncer, a los 33 años.
No obstante, la primera interpretación de “Evita”, se realizó por medio de un disco producido en 1975.
Los intérpretes eran:
Julie Covington como Evita; Colm Wilkinson como El Che; Paul Jones como Juan Perón; Barbara Dickson como la amante; y Tony Christie como Agustín Magaldi.
El debut teatral se produjo el 12 de junio de 1978, en un teatro del West End en Londres, donde el papel de Evita, fue interpretado por Elaine Paige; el de Che por David Essex; y el de Perón por Joss Ackland.
En 1980, “Evita” ganó 7 premios Tony, de 11 nominaciones; incluyendo:
Mejor Musical, Mejor Musical Original, Mejor Guión de Un Musical, Mejor Actriz Principal en Un Musical (Patti LuPone), Mejor Actor Destacado en Un Musical (Mandy Patinkin), Mejor Dirección en Un Musical, y Mejor Iluminación.
Cabe señalar enfáticamente, que la ópera de Rice y Webber, no fue creada para presentar una Evita histórica; en su ópera, la figura de Evita se convierte en una comodidad, una celebridad creada para entretener, ganar dinero, y vender mercadería; no es una persona real que cuenta una historia real.
El Ejército Argentino y La Oligarquía, sus opositores en la vida real, forman un coro estridente, mientras que en las primeras versiones, El Che hace el papel de narrador secundario.
Se sabe, eso sí, que Eva Perón utilizó su belleza y carisma para crecer meteóricamente, de los barrios bajos de Argentina, hacia La Mansión Presidencial como Primera Dama.
Adorada por su gente como “la campeona de los pobres”, se convirtió en una de las mujeres más poderosas del mundo, mientras su avaricia, gran ambición, y salud débil, también la convirtieran en una de las más trágicas.
“Evita” cuenta la apasionada e inolvidable historia de Eva Duarte de Perón, un musical que contiene las canciones más hermosas del género hasta entonces, incluyendo:
“Don't Cry For Me Argentina”, “Another Suitcase In Another Hall” y “High Flying, Adored”
Sin embargo, la canción más famosa del musical es “Don't Cry For Me Argentina”, cuando Evita la canta desde el balcón de La Casa Rosada, tras ganar Perón las elecciones presidenciales, y convertirse en Primera Dama de la Argentina.
Se cuenta que esta canción fue la que se compuso en primer lugar, aunque no es la primera del espectáculo, sino que ocupa una posición central en él, y sus autores tuvieron claro que sería la más recordada.
Eligiéndola a modo de “leitmotiv”, los autores reutilizaron la melodía en otros 2 temas de la obra:
“Oh What A Circus” cantado por el personaje de El Che; y “Evita Final Broadcast”, cuando Evita ya enferma, se despide del pueblo en una 2ª aparición en el balcón de La Casa Rosada.
El musical alcanzó un extraordinario éxito, pero recibió duras críticas por historiadores y partidarios peronistas.
Estos últimos la atacaron porque reflejaba una personalidad de Evita, más bien ambivalente o contradictoria, de mujer benefactora, pero al mismo tiempo, ambiciosa, en lugar de ensalzarla como un personaje sin defectos.
El libro, que se cree fue comisionado originariamente por El Departamento de Estado de EEUU, titulado “Evita: The Woman With The Whip” publicado primero en New York; es el mismo que ha sido usado como referencia desde entonces, como “una Biblia” de los grupos más antiperonistas, para desacreditar a Eva Perón, a pesar de que esta estaba ya bajo el peso del cáncer terminal...
Cuando la opera llegó a los teatros, y los críticos se quejaron del ablandamiento de la imagen de una mujer casada con un dictador fascista, Rice defendió el énfasis que había puesto en la celebridad de Evita:
“Si su sujeto es una de las mujeres más glamorosas que haya vivido, inevitablemente a usted, le van a acusar de hacerla glamorosa.
Los únicos mensajes políticos que nosotros esperamos comunicar al público, son que los extremistas son peligrosos, y las extremistas atractivas, aún más”
Los críticos de Londres, alertaron a Rice y Webber, que “para que el musical tuviera éxito en los Estados Unidos, ellos deberían alinear la imagen de la ópera, con la imagen creada por El Departamento del Estado, y los diarios de “primer rango” de los medios estadounidenses:
“Evita como una cruel Lady Macbeth de La América Latina”
Y las escritoras, Fleur Cowles y Mary Main, se mostraron ansiosas a colaborar; efectivamente, “parece que Rice escribió nuevas líneas, y modificó otras con Fleur Cowles, agarrada a su hombro”
“Evita” se convirtió entonces, en una anti heroína de rasgos angulosos, y Perón más amenazante.
Para quitar cualquier posibilidad de simpatizar con Evita o Perón, se agregaron nuevas canciones, y se adaptó los originales, por ejemplo:
La Evita de Londres cantó:
“Sólo quiero variedad en la sociedad” como justicia social.
La Evita de New York cantó:
“¡Sólo quiero variedad, notoriedad!”
No todos aceptaron las modificaciones hechas, para quitarle toda humanidad a Evita.
En cuanto a los errores históricos que se detectan en el argumento, el más repetido, es la supuesta presencia del Che Guevara, pero el personaje llamado “Che” en la obra, que no es realmente sino un modismo o trato de los argentinos, entre argentinos.
Pero en el musical, El Che, ácido, sarcástico, y antiperonista, como el líder guerrillero, es como la voz de la conciencia que acompaña de soslayo la historia.
Guevara, es sino una especie de narrador que los autores incluyeron.
De hecho, El Che Guevara no pudo tener ninguna relación con Eva Perón, porque no fue peronista, ni tampoco llegó a conocerla.
Tanto que, para 1952, año de la muerte de Eva, Guevara se encontraba ya en viaje hacia Cuba.
Sin embargo, al estrenarse el musical, y ponerse en escena la obra en diferentes partes del mundo, el personaje siempre fue representado como “El Che Guevara”, especialmente por su inconfundible indumentaria y su actitud.
Solo en la película “Evita” aparece como un civil común y corriente.
Luego del éxito mundial del musical, comenzó a analizarse la posibilidad de realizar una película.
Inicialmente se barajó que el papel de Evita lo interpretara Barbra Streisand, y el de Che, Barry Gibb, con dirección de Ken Russell.
Finalmente, en 1996 se realizó la película “Evita” con Madonna en el papel principal, Antonio Banderas como El Che, y Jonathan Pryce como Perón.
Exigencias del guión, llevaron a Webber a componer diversas partes adicionales, como la canción “You Must Love Me”, que concurrió a los premios Oscar, siendo nominada a Mejor Canción Original, resultando ganadora; de un total de 5 nominaciones.
Cuando salió la película de Alan Parker, con Madonna más conectada con la versión de Londres que con la de Broadway; Parker menciona que Perón aporta un sostén paternal, El Che hace comentarios graciosos, y Evita muere de tristeza:
“Siendo que lo único que realmente quería, era que la amaran”
Según Alan Parker, el musical “Evita” reencarna el mito de “Blancanieves”:
“Una pobre niña argentina, abandonada por su padre, quien devino en protegida de un militar, 25 años mayor que ella, y que se aprovechó para llegar hasta él, de una escalera de hombres, como antes los hombres habían abusado de ella, habría que agregar; y que llegó a ser Primera Dama de Argentina durante escasos años, antes de morir joven de cáncer”
Pero muy lejos de eso, “Evita” es un ícono sexual, junto por ejemplo, con otras mujeres con una vida signada por la tragedia, como:
Diana Spencer, Marilyn Monroe, Jackie Kennedy, Grace Kelly, o Maria Callas, entre otras, cada una en su tiempo; y como tal, es parte de la cultura popular que se nos impone en la vida cotidiana.
O sea, que es “Evita” quien se mete en los bolsillos de los consumidores del extendido mercado libre, a lo que vulgarmente se ha dado en llamar “globalización”
Un tipo de mercado que necesita metáforas de mujeres, que han sido muy poderosas en la vida real, pero están muertas, y a quienes se las representa, casi etéreas como hadas, víctimas de vidas quebradas por la tragedia; reinas del melodrama; como producto de una fusión, entre la realidad y la ficción.
Mujeres/ilusión en el sentido estricto, es decir, intocables, pero al mismo tiempo, accesibles a través de los lentes de lágrimas mórbidas, lo que facilita el proceso de identificación de las mujeres ordinarias, con aquellas diosas de la blancura, al tiempo que generan en los hombres heterosexuales, nuevos bríos masculinos, y baratos:
“Una mujer que pueden desear, tenerle pena, y finalmente, consumir en un acto de virtual posesión.
Esa mujer fuerte, inteligente y emprendedora, es Evita”
La que influenció muchas vidas, con la fuerza de los cambios favorables que ella impulsó, en la sociedad que las vio nacer, las latinoamericanas y las Argentinas sobretodo, e inspiro en muchas mujeres, un cambio en su feminidad.
Una de las tantas mujeres de un pueblo en Argentina, dispuestas a dar hasta sus vidas por un poco más de libertad, y una vida con dignidad.
Y no bastan pocas líneas para cubrir tantas páginas de hechos, tantas páginas de legado para resolver tantas incógnitas, o sencillamente para conocerla.
Por eso, a manera de conclusión, quien mejor, que la propia Evita para cerrar el cuento de su vida, una vida llena de fortaleza, de logros, lágrimas, y desdichas, amor y justicia:
“Confieso que tengo una ambición, una sola y gran ambición personal:
Quisiera que el nombre de Evita, figurase alguna vez en la historia de mi Patria.
Quisiera que de ella se diga, aunque no fuese más que en una pequeña nota, al pie del capítulo maravilloso que la historia, ciertamente dedicará a Perón, algo que fuese más o menos esto:
“Hubo al lado de Perón, una mujer que se dedicó a llevarle al Presidente, las esperanzas del pueblo, que luego Perón convertía en realidades”
Y me sentiría debidamente, sobradamente compensada, si la sección de esta nota terminase de esta manera:
“De aquella mujer sólo sabemos, que el pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita”
Eva Duarte de Perón fue un faro de gran importancia, no sólo para Argentina, sino para la historia del mundo.
“Cats”, es un musical compuesto por Andrew Lloyd Webber, basado en el libro “The Old Possum's Book Of Practical Cats” de Thomas Stearns Eliot.
“Cats” ocupa el 2º puesto en la lista de espectáculos de mayor permanencia en cartel, en la historia de Broadway, y el 6º en la del West End.
Se ha estrenado en numerosos países a lo largo de todo el mundo, y ha sido traducido a más de 20 idiomas.
El espectáculo cuenta la historia de la tribu de los gatos Jélicos, la noche en que toman “la elección jelical” y deciden cuál de ellos renacerá en una nueva existencia.
Para casi todos los aficionados al teatro, y para todo el mundo, estamos familiarizados con el musical “Cats”, como una de las ofertas más antiguas y famosas de Andrew Lloyd Weber, una legendaria producción de danza, música, y poesía, que no solo ha agradado a los espectadores durante décadas, y ha hecho historia en una serie de formas, se trata de un musical de orígenes únicos.
“Cats” está basado en el libro de T.S. Eliot, uno de los libros favoritos del propio Lloyd Webber durante su infancia; cuyas letras de las canciones, están tomadas directamente de los versos originales del libro, con algunas excepciones, como:
El tema “Memory”, que fue escrito por Trevor Nunn, a partir de otro poema de Eliot, titulado “Rhapsody On A Windy Night”; o “The Moments Of Happiness”, extraído del libro “Four Quartets”, también de Eliot.
En cada poema, se relata la historia de un gato, con una profesión humana que representa una característica felina, y el musical toma sus letras, como cité, directamente del libro.
Andrew Lloyd Webber empezó a escribir las canciones, a finales de 1977, y pudo estrenar sus composiciones en El Festival de Sydmonton, en 1980.
Valerie Eliot, la viuda de T.S. Eliot, asistió al concierto, y quedó encantada con la música que Lloyd Webber había creado, dando su consentimiento para que las canciones fuesen adaptadas en forma de musical.
Los ensayos empezaron a principios de 1981, y en los primeros días resultaron un tanto confusos para los actores, debido al uso de los poemas originales, sin un guión concreto.
“Cats” inicia a medianoche... es la noche del año en que la tribu de los Jellicle Cats se reúne en el basurero del barrio, a esperar la llegada de su líder, el Old Deuteronomy.
Este gato es el padre y abuelo de muchos de los gatos de la tribu Jellicle, y es quien cada año elige el felino que va a pasar a una nueva vida, en el paraíso de los gatos.
Mientras esperan la decisión de su líder, descubren que hay humanos observándoles con cara de sorpresa.
Aunque en un momento se muestran recelosos ante su público, después deciden presentarse, y explicar orgullosos quiénes son, cuáles son las habilidades y virtudes especiales de esta peculiar tribu.
Cada gato “audiciona” con una canción, o número diferente, y ocurren algunas complicaciones menores, involucrando el secuestro del patriarca Jellicle, Old Deuteronomy, antes de escoger a un gato.
Claves del éxito de “Cats”, reside en sus canciones pegajosas, sus buenas coreografías, y excelentes interpretaciones.
Hoy por hoy, “Cats” es el más famoso musical.
Dirigido para las tablas por Trevor Nunn, y coreografiado por Gillian Lynne, el musical debutó el 11 de mayo de 1981, en el West End de Londres; y un año después llegó a Broadway.
Durante su historia, “Cats” ha ganado numerosos premios, entre los que se incluyen:
El Laurence Olivier para la producción de Londres; y 7 Premios Tony para la producción de Broadway, en 1983, de 11 nominaciones, incluyendo:
Mejor Musical, Mejor Libreto de Un Musical, Mejor Música Original, Mejor Actriz de Reparto en Un Musical (Betty Buckley), Mejor Director en Un Musical, Mejor Diseño de Vestuario, y Mejor Diseño de Iluminación.
La producción original de Londres, se representó durante 21 años, y la de Broadway durante 18, estableciendo ambas, un nuevo récord en el mundo del teatro musical.
Como curiosidad, Judi Dench iba a interpretar en el estreno el papel de Grizabella, pero una lesionó en un tendón durante los ensayos, la apartó del proyecto, y tuvo que ser sustituida rápidamente, por Elaine Paige, quien sólo dispuso de 3 días para ensayar, antes de que comenzasen las funciones previas.
Con Paige en el rol de Grizabella, el personaje fue ampliado, y pasó a interpretar la canción “Memory”, que en un principio debía cantar la gata Bombalurina.
El resto del reparto principal, lo completaron:
Brian Blessed como Old Deuteronomy y Bustopher Jones; Jeff Shankley como Munkustrap; Wayne Sleep como Mr. Mistoffelees; Paul Nicholas como Rum Tum Tugger; Sharon Lee Hill como Demeter; Geraldine Gardner como Bombalurina; Myra Sands como Jennyanydots; Stephen Tate como Gus; Susan Jane Tanner como Jellylorum; Sarah Brightman como Jemima; Finola Hughes como Victoria; John Thornton como Mungojerrie; Bonnie Langford como Rumpleteazer; Kenn Wells como Skimbleshanks; y John Thornton como Macavity.
Las actrices, Elaine Paige y Betty Buckley, quienes originaron el personaje de Grizabella en Londres y Broadway respectivamente, están especialmente asociadas con este musical.
A señalar que “Cats” es un musical de II actos, poco común en cuanto a su construcción, con una obertura que incluye una fuga, y pasajes en los que la música acompaña a versos recitados.
El show está completamente narrado a través de la música, sin prácticamente diálogos hablados entre las canciones.
La danza es también un elemento clave en el espectáculo, especialmente durante la secuencia “The Jellicle Ball”, que dura 10 minutos.
La escenografía consiste en un gigantesco basurero, que está presente durante toda la obra.
El eclecticismo de Lloyd Webber se puede apreciar muy bien en “Cats”, que abarca géneros musicales que van del clásico al pop, pasando por el “music hall”, el jazz, el rock, y la música electroacústica, además de himnos como “The Ad-Dressing Of Cats”
Entre sus famosas canciones, destaca “Memory”, que se ha convertido en un estándar, siendo versionado por más de 180 artistas, desde Barbra Streisand hasta la versión en castellano de Paloma San Basilio.
Así como famosas son las piezas:
“Gus: The Theatre Cat” interpretada por Asparagus y Jellylorum; “Macavity: The Mystery Cat” interpretada por Demeter, Bombalurina; o “Mr. Mistoffelees” interpretada por Quaxo, también conocido como Mr. Mistoffelees, y Rum Tum Tugger.
La producción londinense de “Cats”, realizó un total de 8,949 funciones, bajando el telón por última vez, el 11 de mayo de 2002, el día de su 21º Aniversario.
La última representación fue retransmitida en una pantalla gigante, en El Covent Garden, para todos aquellos fans que no habían podido conseguir una entrada.
Si bien “Cats”, siempre mantuvo el primer puesto, en la lista de musicales de mayor permanencia en cartel, en la historia de Londres, fue hasta el 8 de octubre de 2006, fecha en que fue superado por “Les Misérables”
Y el 19 de junio de 1997, “Cats” se convirtió en el espectáculo de mayor permanencia en cartel, en la historia de Broadway, después de alcanzar las 6,138 representaciones.
La producción se despidió definitivamente de los escenarios, el 10 de septiembre de 2000, con un total de 7,485 funciones realizadas.
No obstante, “Cats” ha sido objeto de numerosos cambios desde su debut en el West End.
La versión actual, autorizada por The Rodgers and Hammerstein Organization, está basada en la producción en gira por Reino Unido, que siguió al cierre en Londres, e incluye cortes, transposiciones, añadidos, y reasignaciones de algunos versos, además de una orquesta reducida.
Eso no ha impedido que “Cats” se haya representado en más de 30 países, en 5 continentes, y haya sido traducido, a más de 20 idiomas diferentes, entre ellos:
Alemán, checo, coreano, español, finlandés, francés, holandés, húngaro, italiano, japonés, mandarín, noruego, polaco, portugués, ruso, y sueco.
En total, “Cats” ha recaudado más de $1,000 millones en todo el mundo.
En 1998, Andrew Lloyd Webber produjo una película “Cats” exclusiva para vídeo, basada en la versión teatral, protagonizada por:
Elaine Paige, la Grizabella original de Londres; Ken Page, el Old Deuteronomy original de Broadway; Sir John Mills como Gus; Michael Gruber como Munkustrap; John Partridge como Rum Tum Tugger; Jo Gibb como Rumpelteazer; y varios bailarines y cantantes, procedentes de diferentes puestas en escena internacionales del show.
La dirección del video corrió a cargo de David Mallet, y la coreografía fue la original de Gillian Lynne.
“Cats” se rodó en The Adelphi Theatre de Londres, con una banda sonora, completamente regrabada para la ocasión, por una orquesta de 70 músicos.
Fue editada en VHS y DVD, además de ser emitida por la televisión.
El equipo creativo buscó transmitir al espectador, la sensación de estar viendo el show en directo, mostrando el escenario desde varios ángulos, y utilizando primeros planos.
Así las cosas, “Cats” es uno de los musicales con más tiempo en cartelera de la historia del teatro musical, un espectáculo que ha cambiado los musicales modernos.
Otro elemento de mucha importancia, es que las canciones de “Cats” ayudan a la fluidez de la trama, porque muchas veces las canciones están insertadas a la fuerza, y cantarlas o no, resulta lo mismo.
El secreto de la trascendencia de “Cats” a través de los años, son las emociones que encierra, y tienen que ver con nuestros íntimos deseos de renovarnos, de tener una segunda oportunidad, de lograr el perdón, ser los elegidos para ser felices, y el poder del recuerdo, para volver a vivir nuestro espléndido ayer.
“Starlight Express” es un musical de rock, con música de Andrew Lloyd Webber y letras de Richard Stilgoe; basado en “The Railway Series” del Reverendo Wilbert Vere Awdry.
“Starlight Express” es uno de los musicales con más representaciones en el West End, donde ha sido visto por unos 13 millones y medio de personas.
La obra recibió 7 nominaciones a los premios Tony de 1987, ganando solamente, el de Mejor Vestuario.
La música, escrita por Sir Andrew Lloyd Webber, es una de las consideradas más rockeras del género; siendo uno de los espectáculos más longevos, además es el único espectáculo donde se ha construido un teatro especialmente para la obra.
Resulta que Andrew Lloyd Webber siempre sintió fascinación por los ferrocarriles, y estuvo encantado, cuando en 1975, le preguntaron si podría escribir música para una serie animada basada en las historias del Reverendo W. Awdry, sobre “Thomas and The Tank Engine and Friends”, pero El Reverendo, finalmente no le dio los derechos a Webber, porque estimó que el músico quería un control sobre la obra, mucho mayor del que él estaba dispuesto a ceder.
Fue entonces que la historia quedó aparcada, y sólo sobrevivió una canción llamada “Engine Of Love” escrita para Ashley The Smoking Car, que con letra de Peter Reeves, fue grabada por Earl and The Steam Love.
Es significativo que cuando Webber creó su compañía, la llamase “Really Useful Group”, nombre que su utiliza muy a menudo, en los libros del Reverendo Awdry.
No fue hasta que Webber, buscando un argumento en que centrarse tras “Cats”, volvió a pensar en los trenes, algo propio de todas las culturas y edades, y decidió escribir un musical para sus hijos, Imogen y Nicholas, con el título de “Trains” que luego cambió por “Starlight Express”, como la suite del mismo nombre, Op. 78 del compositor inglés, Edward Elgar.
Y es que Webber quería algo fresco y diferente de lo que el público espera normalmente cuando va al teatro.
Su primera condición fue que todos los intérpretes estarían toda la obra sobre patines, sin quitárselos para bailar, concepto totalmente innovador, que dio popularidad al espectáculo.
Así, tras el éxito de “Cats” se buscó algo original, en el que Webber diera rienda suelta a su vena más pop, y construyeron entre todos, un musical muy sencillo en cuanto al fondo de la historia, a la vez que espectacular en cuanto a la forma, pensando en el “Todos Los Públicos” que habían conquistado con las historias de gatos de T.S. Eliot.
Para el verano de 1982 se presentó un anticipo de la producción en Sydmonton, y a partir de aquí, ésta fue creciendo en magnitud.
El coste ascendió a 2 millones de libras, convirtiéndose en el musical más caro jamás producido en Londres, hasta entonces.
Ya era evidente que en 1984, Andrew Lloyd Webber estaba en su máximo momento; hacía 3 años que se había estrenado “Cats”, y sus óperas rock habían sido extraordinariamente acogidas en el gremio teatral, y aún le faltaban un par de años para estrenar, la que sería su obra maestra:
“The Phantom Of The Opera”
Ese año en Inglaterra se estrenó su musical, “Starlight Express”, con un visionario y moderno diseño de vestuario, iluminación, y escenografía, muy en la línea de la producción de “Cats”
Así las cosas, “Starlight Express” es un cuento futurista, sobre el amor y la esperanza, cuya particularidad es que todos los intérpretes actúan con patines, siendo el escenario una gran pista de patinaje; ya que los protagonistas de la historia son un grupo de trenes de juguetes, representados por actores con patines que adquieren vida en la mente de un niño.
“Starlight Express” se estrenó originalmente el 27 de marzo de 1984, en The Apollo Victoria Theatre de Londres, donde realizó un total de 7,406 funciones, hasta el 12 de enero de 2002.
El teatro tuvo que ser modificado, para incluir la pista de carreras, que se extendió incluso en parte del Lobby.
Se habilitaron 3 niveles en los que transcurría la acción, rodeando al público, y por los que discurrían las carreras; y fue un éxito total, colgando el cartel de “Sold Out” cada noche.
A Broadway, “Starlight Express” llegó el 15 de marzo de 1987, al Gershwin Theatre, donde realizó 761 funciones.
El coste del escenario, ascendió a $8 millones; el teatro no pudo ser dividido en alturas como en Londres, pero la pista se extendió hasta el público, y el efecto fue realmente espectacular.
Para esta versión de Broadway, ya se contaba con diferentes modificaciones respecto al original del West End.
En la versión original de Londres, estuvieron gente de la talla de:
Frances Ruffelle, P.P. Arnold, y Stefanie Lawrence.
Mientras que en Broadway, estuvieron:
Jane Krakowski, Andrea McArdle, y Sean McDermott, así como Reva Rice, que estrenó en Londres, New York, y Las Vegas, repitiendo siempre su personaje de Pearl.
También, “Starlight Express” tuvo una versión de 90 minutos en The Gran Hotel MGM, reconstruido de Las Vegas en 1994, e incluso tuvo su versión de patinaje sobre hielo, con el título de “Starlight On Ice”
Cabe señalar que “Starlight Express” ha sido revisado a lo largo de sus diferentes producciones, incluso la del West End sufrió una importante modificación en 1992, en la que se añadieron 5 canciones, y se eliminaron 12, así como el recorte de 2 personajes:
CB The Red Caboose/Caboose, y Belle The Sleeping Car.
Así como los números musicales:
“Crazy”, “He'll Whistle At Me”, “Make Up My Heart”, “Next Time You Fall In Love”, y “The Megamix” fueron agregados; mientras:
“La Obertura”, “Call Me Rusty, Hitching And Switching”, “There's Me, Belle The Sleeping Car”, “Heat Three”, “Wide Smile”, “High Style”, “No Comeback”, “Only He”, y “Only You”, fueron recortados.
Aunque CB The Red Caboose/Caboose, siguió participando, pero sólo conocido como “The Red Caboose”
Y es que el proyecto de hacer una historia sobre trenes se remonta a 1970, cuando Webber planeaba producir una adaptación de la serie de libros del Reverendo Awdry; y concibió la idea de una historia “Estilo Cenicienta” en donde Rusty fuera “La Cenicienta”; y Greaseball y Electra, como “Las Hermanastras”; con The Starlight Express, que sería como “El Hada Madrina”
Como ocurría en “Cats”, Andrew Lloyd Webber vuelve a utilizar actores, para que emulen a personajes que no son humanos, y lanzaba a personajes y público el mensaje de que:
“Puedes hacerlo todo, siempre que tengas fe en ti mismo”
Así, “Starlight Express” es el sueño de un niño de 9 años, en donde su tren de juguete cobra vida, e integra un grupo de trenes, que corren para convertirse en el más rápido del mundo, entre los motores a vapor, diésel, y eléctricos.
Rusty es entonces, una pequeña y joven locomotora de vapor, que tendrá que madurar, y aprender a creer en su fuerza interior, con ayuda de The Starlight Express.
Además, hay una banda de locomotoras de diésel, que junto con su líder Greaseball, y el moderno tren eléctrico, Electra, tratarán de ganar a Rusty la competencia.
Como es sabido, los actores se desplazan siempre en patines, cantan y bailan compitiendo en una carrera espectacular por todo Estados Unidos, y procedentes también de Francia, Italia, Rusia, Gran Bretaña, Alemania, y Japón.
Al final, el humilde Rusty, pequeño tren a vapor, es quien gana la carrera, y el corazón de Pearl.
Entre los números más destacados figuran:
“Starlight Express” interpretada por Rusty; “I Am The Starlight” interpretada por Rusty, Starlight Express, y Dustin; “Only He (Has The Power To Move Me)” interpretada por Pearl y Rusty; la cual ha sido suprimida en unas producciones.
“Light At The End Of The Tunnel” interpretada por toda La Compañía; “Crazy” interpretada por Rusty, Pearl, Ashley, Dinah y Buffy; generalmente agregada a unas producciones, etc.
Las reglas y los parámetros de las carreras, han variado de una producción a otra, incluyendo el número de corazones, y las carreras de cada quién.
En lo particular, en Bochum, Alemania, se creó un recinto especial para el musical “Starlight Express” al que se le llamó “Teatro Starlight Express”, aun en activo.
El teatro representa el éxito que “Starlight Express” ha tenido en ese país, y sigue siendo rentable, a más de 10 años de su estreno.
Estrenado en 1988, “Starlight Express” está a punto de cumplir sus “Bodas de Plata”, algo que no ha conseguido en ninguna otra parte del mundo.
Lamentablemente en los últimos 2 años, éxitos de Andrew Lloyd Webber, como “Cats” y “Starlight Express”, fueron retirados de cartel, tras más de 20 años.
Pero lo cierto es que “Starlight Express”, aun con la sencilla historia que presenta, está llena de valores y la firme creencia de que la fuerza está en el interior de cada uno de nosotros, aún conmueve.
“The Phantom Of The Opera”, es un musical con música de Andrew Lloyd Webber, y letras de Charles Hart y Richard Stilgoe, y libreto de los propios Andrew Lloyd Webber y Richard Stilgoe; basados en la novela francesa “Le Fantôme de L'Opéra” de Gastón Leroux.
La trama central se desarrolla en torno a Christine Daaé, una hermosa soprano de La Ópera de París, que se convierte en la obsesión de un misterioso compositor desfigurado…
“The Phantom Of The Opera” es un musical que mezcla sabiamente, espectacularidad y calidad, con una puesta en escena cuidadísima, en la que cada elemento está perfectamente justificado, y no es un golpe de efecto gratuito para epatar al espectador.
Tiene una partitura clásica de las que sales tarareando algún tema del musical, y la historia es un trampolín para cualquier actor o actriz que se precie.
Dirigido por Harold Prince, y coreografiado por Gillian Lynne, el espectáculo “The Phantom Of The Opera” debutó en 1986, en el West End, y 2 años después llegó a Broadway, obteniendo numerosos galardones, entre los que se incluyen:
2 premios Laurence Olivier en 1986, y 7 premios Tony en 1988, de 10 nominaciones, incluyendo:
Mejor Musical, Mejor Actor Principal en Un Musical (Michael Crawford), Mejor Actriz Principal en Un Musical (Judy Kaye), Mejor Director en Un Musical, Mejor Diseño Escénico, Mejor Diseño de Vestuario, y Mejor Diseño de Iluminación.
“The Phantom Of The Opera” está considerado como el musical más exitoso de todos los tiempos, y ocupa el primer puesto de la lista de espectáculos de mayor permanencia en cartel en la historia de Broadway, donde celebró su función número 10,000, el 11 de febrero de 2012, y es el tercero en la lista de permanencias del West End, por detrás de “The Mousetrap” y “Les Misérables”
Con una recaudación mundial de más de $5,600 millones, “The Phantom Of The Opera” es el espectáculo que más dinero ha recaudado en la historia del teatro, y ha sido visto por más de 130 millones de espectadores en 30 países a lo largo del mundo, y ha sido traducido a 13 idiomas.
Exceptuando las versiones de Hungría, Nueva Zelanda, Polonia, y el montaje del 25º Aniversario, todas las producciones internacionales han sido clones de la puesta en escena original.
Todo inició en 1984, cuando Andrew Lloyd Webber tenía en mente escribir una pieza romántica, así surgió adaptar la novela “Le Fantôme de L'Opéra” de Gastón Leroux; revisó las versiones cinematográficas protagonizadas por Lon Chaney en 1925, y de Claude Rains en 1943, pero en un principio no encontró la forma de dar el salto al escenario.
Más tarde, Webber adquirió en New York una copia de 2ª mano de la novela de Leroux, que llevaba mucho tiempo descatalogada, y ahí es donde por fin halló la inspiración necesaria para desarrollar el musical.
Andrew Lloyd Webber telefoneó a Cameron Mackintosh para comentarle su intención de producir una versión teatral, sobre la historia de amor de “Le Fantôme de L'Opéra”, que le había propuesto Ken Hill, intercalando piezas de Opera clásicas.
Mackintosh reconoció desde el primer instante las enormes posibilidades del proyecto; e insistió a Andrew, que esa historia sería un vehículo perfecto para la música original que compondría Webber mismo, en vez de acompañarla con arias de viejas operas ya conocidas.
Desde el principio, el papel de Christine Daaé estuvo asignado a Sarah Brightman, por aquel entonces, Sra. Webber, cuya música fue escrita especialmente para la voz de ella.
Webber tenía un especial interés con este musical, por ser la primera vez que escribía para una orquesta convencional, saliéndose totalmente del estilo que se había marcado en sus musicales anteriores.
En cierto modo la consideraba como un regalo para su mujer, escrito para que pudiera lucirse, pensando en su registro de voz, aunque como muchos dijeron, Webber siguió perfectamente los pasos de los grandes maestros del musical.
El papel de Fantasma finalmente recayó en Michael Crawford, que casualmente compartía profesor de canto con Sarah Brightman, y un día al cruzarse con Webber, éste le propuso reunirse, para ver la posibilidad de participar en el musical que estaba escribiendo.
Crawford pensó que le querría para el papel del joven Raoul, y no el del deforme y violento Fantasma, pero reconoció que fue el papel al que estará asociado de por vida.
Crawford hizo toda una creación del personaje, que se vio premiada con el premio Oliver y el Tony al Mejor Actor; siendo el rol, uno de los papeles más deseados por los cantantes de musical.
Richard Stilgoe, que ya había trabajado con Lloyd Webber en “Starlight Express”, fue quien finalmente escribió gran parte de las letras, pero más tarde, Charles Hart, un joven y entonces relativamente desconocido letrista, reescribió la mayoría del material, además de crear letras originales para “Think Of Me”
Charles Hart fue el encargado de escribir las letras de todas las canciones en un musical cargado con una curiosa mezcla de estilos, por un lado:
Clásico operístico, y por otro, el musical más moderno, cercano en algunos aspectos a la ópera rock.
Aun así, parte del trabajo de Stilgoe se mantiene en la versión definitiva del musical.
Insípida en parte por una versión musical anterior de Ken Hill, la partitura de Webber tiene a veces un estilo operístico, pero siempre manteniendo la forma y la estructura del musical.
Los pasajes operísticos están reservados principalmente para personajes secundarios como:
André, Firmin, Carlotta, o Piangi; y también se utilizan para recrear las óperas ficticias que se representan dentro del espectáculo:
“Hannibal”, “Il Muto” y la obra maestra del Fantasma “Don Juan Triumphant”
Estos fragmentos, fueron compuestos por Webber, al estilo de las grandes óperas de Meyerbeer, Mozart, e incluso Gilbert y Sullivan, y se presentan como números musicales interrumpidos por diálogos, dejando claro el formato de “representación dentro de una representación”
Los extractos musicales de la ópera “Don Juan Triumphant” que se escenifica al final del II Acto, suenan modernos para la época, sugiriendo que El Fantasma era un compositor adelantado a su tiempo.
Maria Björnson, diseñó la escenografía y más de 200 trajes, incluyendo los elaborados vestidos del número musical “Masquerade”
Sus escenarios, que contienen elementos tan inolvidables como:
La lámpara de araña, la góndola subterránea, y la gran escalinata, fueron un hito pocas veces igualado, y ganaron multitud de premios.
En 1985, un anticipo del primer acto se representó en Sydmonton, en la casa del propio Lloyd Webber.
La máscara original del Fantasma, cubría la cara entera, y el personaje la llevaba durante toda la obra, limitando la visión del actor, y tapando su voz.
Por este motivo, Björnson diseñó la icónica media mascara, y se añadió la escena del Fantasma con la cara descubierta.
“The Phantom Of The Opera” se estrenó en Her Majesty's Theatre del West End, el 9 de octubre de 1986, con funciones previas desde el 27 de septiembre.
Dirigida por Harold Prince, la producción contó con orquestaciones de David Cullen y el propio Webber.
Michael Crawford como El Fantasma, Sarah Brightman como Christine, Steve Barton como Raoul, Rosemary Ashe como Carlotta, Mary Millar como Madame Giry, Janet Devenish como Meg Giry, John Savident como Monsieur Firmin, David Firth como Monsieur André, y John Aron como Piangi.
En la actualidad, “The Phantom Of The Opera” continúa representándose en Her Majesty's Theatre, donde el 19 de marzo de 2013, celebró su función número 11,000.
En Broadway, “The Phantom Of The Opera” debutó el 26 de enero de 1988, en el Majestic Theatre, con funciones previas desde el 9 de enero.
Michael Crawford, Sarah Brightman y Steve Barton repitieron los papeles que habían estrenado en el West End.
La producción continúa representándose a día de hoy en el mismo teatro, donde el 11 de febrero de 2012, se convirtió en el primer musical de Broadway en superar las 10,000 funciones.
Como curiosidad, en Broadway, cuando Webber quiso imponer el trío protagonista, los sindicatos de actores de EEUU se opusieron en redondo, argumentando que Crawford era una estrella de cine, teatro, y televisión, pero Sarah Brightman no tenía más mérito que el de ser la esposa del compositor, así que para ponerla a ella, mejor cualquier cantante de EEUU.
Andrew Lloyd Webber fue tajante, y dijo que o era su señora la que estrenaba, o no había “The Phantom Of The Opera” en Broadway, y ahí quedó la cosa.
El nerviosismo crecía, y ninguna de las partes daba su brazo a torcer, pasaba el tiempo, y finalmente llegaron al acuerdo de que los sindicatos dejaban estrenar a Sarah Brightman, con la condición de que el próximo musical de Andrew en Londres, fuese estrenado por una actriz de EEUU, y así fue.
“The Phantom Of The Opera” está ambientada en París del siglo XIX; y cuenta la historia de un hombre deforme, que se esconde en los sótanos de La Ópera Garnier de París, y que tiene aterrorizados con sus crímenes, a los responsables del teatro.
El fantasma, encuentra en Christine Daaé, una joven corista integrante del cuerpo de baile, su musa; le enseña a cantar, le convierte en la protagonista de su ópera, y se enamora de ella, en lo que resulta un amor imposible por la presencia de Raoul, Vizconde de Chagny, un noble amigo de la infancia de Christine.
Ella está dividida, entre el amor del joven y encantador Vizconde Raoul, y su fascinación con la misteriosa y hermosa música del Fantasma.
Cuando ella se da cuenta de que su “ángel musical” es el mismo Fantasma, responsable de accidentes y asesinatos, ella y Raoul deciden casarse en secreto, y escapar de París, fuera del alcance del Fantasma; pero éste descubre su plan, y durante la interpretación de Christine, El Fantasma deja La Opera a oscuras, y la secuestra en pleno escenario…
Abajo, en el hogar del Fantasma, tiene lugar la última confrontación, entre El Fantasma, Christine y Raoul.
“The Phantom Of The Opera” es sin duda, un gran musical, de ahí su larga permanencia sobre los escenarios, y es difícil destacar una pieza sobre otra, entre ellas tenemos:
“Think Of Me”, “The Phantom Of The Opera”, “The Music Of The Night”, “All I Ask Of You”, “Masquerade”, “Wishing You Were Somehow Here Again” y “The Point Of No Return”
Uno de los méritos de la adaptación de esta historia como música, es la habilidad para conseguir que, aunque El Fantasma aparezca en escena en contadas ocasiones, está presente en todo momento, aunque sólo veamos una sombra, oigamos un portazo, o una carcajada, o simplemente su voz “en off”, dejando a la imaginación de cada espectador, la forma mágica o misteriosa, en que El Fantasma hace, o consigue las cosas.
El director teatral, Hal Prince, supo jugar con la “ausencia” del fantasma, ayudando a crear un ser misterioso, que nos tiene en vilo, porque nunca sabemos por donde podrá aparecer, ni cómo cumplirá las amenazas que lanza, y curiosamente nos hace empatizar con este personaje desgarrado, que provoca ternura y pánico a la vez, dentro de una poderosísima historia de amor, en la que el protagonista, rechazado por el mundo, es capaz de matar a quien se interponga en su camino hacia Christine.
La grabación del reparto original de Londres, editada por Polydor Records en 1987, se convirtió en el primer álbum en la historia del teatro musical británico, en entrar en las listas de ventas en el puesto #1, recibiendo múltiples Discos de Oro y Platino en diferentes países.
En total, el álbum del reparto original de Londres, ha vendido más de 40 millones de copias en todo el mundo.
Solo El Tema Principal homónimo de la obra, ha sido versionado por numerosos artistas y grupos de géneros, que abarcan desde el pop, hasta bandas de metal gótico y sinfónico.
Entre el 1 y el 2 de octubre de 2011, tuvieron lugar en The Royal Albert Hall de Londres, 3 representaciones para celebrar El 25º Aniversario de The Phantom Of The Opera, evento que fue proyectado en los cines de varios países.
Al final del espectáculo, aparecieron Andrew Lloyd Webber y Cameron Mackintosh, para dar un pequeño discurso previo a la actuación de Sarah Brightman, y los fantasmas:
Colm Wilkinson, John Owen-Jones, el australiano Anthony Warlow, y el sueco Peter Jöback, junto a miembros los elencos anteriores de la producción de Londres.
Ese mismo año, The Really Useful Group, propietario del “copyright”, liberó algunos derechos del espectáculo, para conmemorar su 25º Aniversario; esto implica que las organizaciones educativas, y sin ánimo de lucro, incluidas las escuelas y las agrupaciones de teatro “amateur” pueden representar el musical, si pagar por los derechos de autor.
En febrero de 2012, La Celebración del 25º Aniversario fue editada en CD, DVD, y Blu-Ray, y en marzo de ese mismo año, comenzó a emitirse en el programa de televisión “Great Performances” de la cadena estadounidense PBS.
En 2004, “The Phantom Of The Opera” fue adaptado a la gran pantalla, bajo la dirección de Joel Schumacher, y protagonizado por Gerard Butler como El Fantasma, Emmy Rossum como Christine, Patrick Wilson como Raoul, Minnie Driver como Carlotta, Miranda Richardson como Madame Giry, Jennifer Ellison como Meg Giry, Ciarán Hinds como Monsieur Firmin, Simon Callow como Monsieur André, y Victor McGuire como Piangi.
La única condición que puso Webber a Schumacher, fue que los actores pudieran cantar la partitura, sin ser doblados, y así se sacrificó la brillantez de la partitura, por un aspecto más atractivo de los intérpretes, sin embargo, aún no he entendido, cómo aceptaron en el papel de la soprano Carlotta a la actriz Minnie Driver, a la que se permitió que fuese doblada, cuando su elección para el papel, no justificaba para nada su elección, y menos para ese papel…
En fin, otro misterio más...
Debido al gran número de canciones que tiene la película, “The Phantom Of The Opera” se decidió que en España, Alemania, Francia, e Italia, la película fuese estrenada con las canciones y los diálogos doblados al idioma de cada país.
En lo particular, las letras fueron adaptadas al castellano por María Ovelar, en una versión diferente a la realizada por Eduardo Galán para la producción de Madrid.
Una selección de “Highlights” de la banda sonora en español, fue editada por el sello Sony Music.
Y es que cualquier interesado en los musicales que conozca la película “The Phantom Of The Opera” o no, da igual, se llevará una buena sorpresa, si tiene ocasión de verla en directo en teatro, en la versión musical original, ya que consigue hacerte sentir parte de la acción, puesto que se desarrolla en un teatro en el que tú estás dentro, siendo a la vez, espectador y partícipe de la trama.
Actualmente hay 8 producciones de “The Phantom Of The Opera” que se están representando en todo el mundo.
La secuela de “The Phantom Of The Opera”, con libreto de Andrew Lloyd Webber, Ben Elton, y Glenn Slater, se titula “Love Never Dies” y es una adaptación libre de la novela de 1999, “The Phantom Of Manhattan”, escrita por Frederick Forsyth en colaboración con el propio Webber.
Así, “The Phantom Of The Opera” es una parte muy importante de la influencia británica sobre el musical de los años 80; en otras palabras, es implacable.
Es un verdadero clásico, que dentro de 20 años, va a seguir cautivando al público, como lo viene haciendo en las últimas décadas; y que desde entonces ha seguido produciéndose en las principales ciudades de todo el mundo.
Ahora, cuando La Obertura inicia, y la lámpara de araña de casi 500 kilos adquiere vida, La Leyenda de “The Phantom Of The Opera” vuelve a nacer en lo que esperamos que se disfrute como una buena obra romántica musical, a la antigua; sinónimo de hasta dónde puede llegar la imaginación y la creatividad del ser humano.
“Sunset Boulevard” es un musical compuesto por la música de Andrew Lloyd Webber, y letras de Don Black y Christopher Hampton; basados en la película “Sunset Boulevard” dirigida por Billy Wilder en 1950, y que fue protagonizada por la estrella del cine mudo, Gloria Swanson, y por William Holden.
“Sunset Boulevard” es probablemente el último gran éxito de Andrew Lloyd Webber, y el musical que cierra la época de las óperas-pop de los 80s y 90s.
Un año después del estreno de este musical, aparecería “Rent” un musical compuesto por Jonathan Larson, basado en la ópera “La Bohème” de Giacomo Puccini, y cambiaría para siempre el rumbo de los espectáculos en Broadway.
No obstante, un éxito como “Sunset Boulevard” se vio lastrado por sus pérdidas comerciales, ya que la puesta en escena era extremadamente cara.
Eso no impidió que fuera ganadora de 7 Premios Tony en 1995, como:
Mejor Musical, Mejor Música (Lloyd Webber), Mejor Libreto (Christopher Hampton y Don Black), Mejor Actriz (Glenn Close), Mejor Escenografía, Mejor Actor de Reparto (George Hearn), y Mejor Iluminación.
Todo comenzó cuando Andrew Lloyd Webber vio por primera vez la obra maestra de Billy Wilder en los años 70, y desde un primer momento quiso llevarla a los escenarios en forma de musical.
Sin embargo, en ese tiempo, el joven compositor no tenía suficiente capacidad económica para adquirir los derechos del film, por lo que el proyecto quedó aparcado…
Y es que la película “Sunset Boulevard” de Billy Wilder, tuvo varios intentos de convertirla en musical:
El primero en 1956, por parte de la propia Gloria Swanson, que quiso como hiciera Gertrud Lawrence, interpretando a Anna Leonowens en “King and I” en teatro y luego en el musical, hacer ella lo mismo con su gran papel en el cine.
El título en este caso sería, simplemente “Boulevard”, y ella sería Norma Desmond, pero pidió que se cambiase el final, y que no disparara a Joe Gillis, porque ellos estaban enamorados, y el musical debería tener un final feliz.
Cuando ya estaba todo listo, incluso los temas musicales grabados, y ella había incluso aparecido en televisión, cantando alguna de las canciones, Paramount Pictures, que tenía los derechos, y en principio no le puso pegas para hacerlo, le negó el permiso para representarla.
Cuando Stephen Frears, encargó a Lloyd Webber que compusiera la música para su película “Gumshoe” (1971), una historia con reminiscencias de cine negro, centrada en un singular detective que emula a Humphrey Bogart; y piensa que puede encajar un tema que Webber había escrito para un eventual “Sunset Boulevard”, y lo guardó en un cajón, porque la época y el aire de la historia, podrían servir y decide incluirlo en la banda sonora.
Por su parte, Hal Prince, que en 1975 había comprado los derechos sobre la obra, cuando empezó a trabajar con Andrew Lloyd Webber en “Evita”, le comentó sobre las posibilidades escénicas del momento en que Norma Desmond vuelve al estudio.
Webber vio de nuevo la película “Sunset Boulevard”, incluso la comentó con Christopher Hampton, que en alguna ocasión había manifestado interés en adaptar “Sunset Boulevard” al teatro, pero los proyectos en los que estaban ambos implicados les hicieron desistir de la idea, nuevamente.
Como curiosidad, cabe mencionar que otro gran compositor de teatro musical del siglo XX, Stephen Sondheim, mostró interés a principios de la década de 1960, por realizar una adaptación musical de la película de Billy Wilder, con Angela Lansbury como Norma Desmond; sin embargo, a pesar de haber efectuado algunos esbozos de la primera escena de la obra, abandonó el proyecto ante la opinión contraria del propio Wilder, quien le comentó, que era imposible escribir un musical de “Sunset Boulevard”; ya que Wilder consideraba, en todo caso, que debería ser una ópera, pues, después de todo, el argumento gira alrededor de una “Reina Destronada”
Harold Prince, también recurrió a sus otros compositores:
John Kander & Fred Ebb, pero tampoco llegó a buen puerto.
En los siguientes 12 años, Webber mantuvo conversaciones intermitentes con diversas personalidades como, Hal Prince o Christopher Hampton, sobre la posibilidad de realizar la adaptación musical de “Sunset Boulevard”, pero sin llegar nunca a concretarse nada.
Por fin, tras “Aspects Of Love” (1989), Webber sintió que su siguiente proyecto, tenía que ser sin lugar a dudas, “Sunset Boulevard”
Así que, tras negociar con la productora del film, Paramount Pictures, Webber adquirió los derechos, contactó una vez más con Christopher Hampton, y con Don Black para que trabajaran en el libreto y letras de la obra, y se puso a componer la música.
Comenzaron a trabajar con el guión, y una primera versión se estrenó en Agosto de 1991, en Sydmonton, con Patti LuPone y Kevin Anderson, en los principales papeles, que también representaron en su estreno en Londres.
La readaptación del Adelphi Theatre para poder presentar la obra, con el escenario gigante que subía, dejando ver otro escenario debajo, costó 1,500.000 libras, y el estreno sufrió bastantes retrasos, hasta que detectaron que los problemas en el escenario controlado eléctricamente por válvulas hidráulicas, se debían a las interferencias de los teléfonos móviles, y transmisiones de radio frecuencias de los vehículos que transitaban por el exterior…
Una vez solucionados los problemas, “Sunset Boulevard” se estrenó el 12 de Julio de 1993, con un público de lujo, incluyendo un invitado de honor, Billy Wilder, que a sus 87 años, acudió al estreno, manifestando que le había gustado mucho:
“Han hecho un gran trabajo, con total respeto a mi obra”, dijo.
Así las cosas, ambientado en la ciudad de Los Angeles entre 1949 y 1950; Norma Desmond es una antigua estrella del cine mudo de Hollywood, que vive en su mansión olvidada por todos, alejada de la realidad, y con la única compañía de su fiel criado, Max.
Joe Gillis, un joven guionista en paro, llegará por casualidad a su mansión, y poco a poco caerá bajo la influencia manipuladora de Desmond, lo que precipitará los acontecimientos, hacia un final trágico.
A destacar los números:
“Every Movie's A Circus”, “With One Look”, “The Perfect Year”, “Sunset Boulevard”, y “As If We Never Said Goodbye”, por citar unos.
Era el año 1989; y el musical se estrenó en el Adelphi Theatre del West End en 1993, y en 1994, llegaba a Broadway tras una “premiare” que tuvo lugar, como no podía ser de otro modo, en Los Angeles, en The Shubert Theatre.
Como dato, para su estreno en Estados Unidos, Andrew Lloyd Webber realizó algunos cambios en el libreto, y en la partitura del musical.
Tras el estreno en Londres con Patti LuPone, el musical se exportó a EEUU, pero no a Broadway, sino a Los Angeles, porque como dijo Andrew:
“Es una historia que se desarrolla en Los Angeles”
Se consiguió para el papel de Norma, a Glenn Close, Alan Campbell como Joe Gillis, George Hearn como Max, y Judy Khun como Betty.
Andrew reescribió gran parte del material, incluso una nueva canción “Every Movie’s A Circus” y se hicieron otros cambios, que le daban un tono más sombrío al musical, que se estrenó el 9 de Diciembre de 1993, con un éxito arrollador.
La producción de Los Angeles, ganó 5 Premios de la Asociación de La Crítica, 9 Premios Drama League, y 4 Premios Ovation.
Originalmente, se había prometido a Patti LuPone, que sería la protagonista de la versión en EEUU, pero el trabajo le fue finalmente entregado a Glenn Close.
Y es que Webber había quedado fascinado por la pareja protagonista, formada por Glenn Close y Alan Campbell, y quiso llevarlos a Broadway, con Alice Ripley como Betty, y Alan Oppenheimer como Cecil B. DeMille.
Para ello buscó a toda prisa una sustituta para Glenn Close en Los Angeles, donde el show funcionaba muy bien, y contrató a Faye Dunaway, pero tras varios ensayos, decidió que no tenía el registro vocal que precisaba el papel, y la despidió, con las correspondientes pataletas y pleitos por parte de La Diva de Hollywood, “a lo Norma”, diciendo que se sentía humillada ante sus admiradores.
Por tanto, Faye Dunaway y Patty LuPone, presentaron sendas querellas contra Webber, por incumplimiento de contrato, y se barajaron cifras astronómicas, que encarecieron más aún, el coste del espectáculo.
Como anécdota, con el dinero de esta demanda, LuPone puso en su casa una alberca que llama, “The Andrew Lloyd Webber Memorial Pool”
Ante las dificultades generadas, Webber optó por cerrar en junio el show en Los Angeles, y llevar prácticamente el mismo espectáculo y “cast” a Broadway.
El estreno se produjo en Noviembre de 1994, con una venta anticipada de $38 millones, la mayor en la historia de Broadway, y arrasó en los Premios Tony, consiguiendo 7 estatuillas.
A pesar de permanecer más de 2 años en cartel, y vender en Broadway más de un millón de entradas, el musical “Sunset Boulevard” nunca recuperó el 80% de los costes, a lo que contribuyeron las enormes cantidades que hubo que pagar, tanto a LuPone como a Dunaway, aparte de los costes judiciales de los pleitos, y el musical “Sunset Boulevard” cerró en Londres, en Abril de 1997, tras más de 1,500 representaciones, y en Broadway, tras cerca de 1,000 funciones.
En total, “Sunset Boulevard” nunca recuperó los $10 millones que se invirtieron en su producción; y a eso se le llama un “flop-it” o “fracaso”
Existe, eso sí, el CD “Sunset Boulevard - World Premiere Recording” con Patty LuPone, y el CD “Sunset Boulevard - American Premier Recording” con Glenn Close, siendo este último, el más cercano a la versión definitiva del musical.
El DVD de la película “Sunset Boulevard” (1950) es de visión obligada para cualquier amante del cine; y es porque “Sunset Boulevard” es la obra de un cínico empedernido, un sátiro que, pese a tener en el guionista Charles Brackett, su contrapunto responsable y equilibrado, tuvo las agallas suficientes para escribir y dirigir la radiografía más envenenada y corrosiva de la industria del cine, cuando Hollywood todavía no había aprendido a reírse de sí mismo.
El genial Billy Wilder, el cínico en cuestión, tuvo su castigo:
Pese a haber recibido los principales Globos de Oro, los miembros más conservadores de La Academia, no consintieron que “Sunset Boulevard” triunfara en los Oscar, cediendo los laureles, a la otra gran favorita, la poderosa “All About Eve” de 11 nominaciones, y “Sunset Boulevard” se tuvo que consolar con las estatuillas a:
Mejor Dirección Artística, Mejor Música, y Mejor Guión Original, el último que firmarían juntos, Wilder y Brackett.
Y entre los muchos ofendidos, es célebre el comentario del magnate Louis B. Mayer, jefe de la Metro Goldwyn Mayer, a Wilder tras un pase de la película:
“¡Eres un cabrón!
Has desprestigiado a la industria del cine.
Has mordido la mano que te convirtió en alguien, y que además, te dio de comer.
Deberían alquitranarte, emplumarte, y arrojarte del país”
Y es que no hay en “Sunset Boulevard” detalle o pieza del guión que no desprenda mordacidad.
La protagonista, Norma Desmond, interpretada en el cine por Gloria Swanson; es una estrella del cine mudo ahora olvidada, que vive en Sunset Boulevard, “El Bulevar del Ocaso”, o “El Bulevar de La Decadencia”
El director de cine que la hizo famosa, y que fue su marido, Max von Mayerling (Erich von Stroheim) es ahora su sirviente.
En un momento glorioso, la película que Norma visiona en su vieja mansión, es “Queen Kelly”, filme mudo que Stroheim escribió y dirigió en la vida real, para lucimiento de Swanson, y que no pudo terminar, siendo el epitafio de su carrera como cineasta, como prácticamente también el de Swanson.
Como dato, la historia de “Sunset Boulevard” es contada por un cadáver, el de Joe Gillis (William Holden), un joven guionista sin escrúpulos, que acepta el encargo de reescribirle a Norma un guión, el de “Salomé”, con el que ella espera recuperar su antiguo esplendor…
De hecho, los amigos con los que Norma juega al bridge, también son viejas glorias olvidadas de la pantalla:
Buster Keaton, Anna Q. Nilsson, Hedda Hopper y H.B. Warner.
Y cuando la Paramount Pictures telefonea insistentemente a Norma, no es porque Cecil B. DeMille, que también se interpreta a sí mismo, mientras rueda “Samson and Delilah” haya accedido a dirigirla en “Salomé”, sino porque el estudio quiere alquilarle su viejo coche de época, para otro rodaje.
Son tales las dosis de crueldad y negrura en “Sunset Boulevard” que por momentos la película se desliga de su asombroso cruce de géneros:
Parece “cine negro”, pero su naturaleza es la de un melodrama repleto de sarcasmo, para colindar con las fronteras del terror, no sólo la historia la cuenta un muerto, de hecho, la película comenzaba en un depósito de cadáveres en el montaje inicial, sino que la decrépita mansión de Norma, parece una vieja casa encantada…
No en vano, todos los personajes de “Sunset Boulevard” ya están prácticamente muertos durante la película:
Norma no sólo está desaparecida del mundo del cine, sino que vive aislada de la civilización, rodeada de recuerdos, como si no existiera.
Su ex marido, acepta una muerte en vida, al humillarse como criado, y desvivirse para que Norma siga feliz, en su nebulosa de ilusiones.
Y de Gillis, a quien la muerte le acecha en forma de acreedores, sólo queda por saber la manera en que morirá, desde que su cadáver aparece flotando en la piscina de la mansión, al comienzo del filme, introduciendo un “flashback falso”
Muchos son los escalofriantes momentos para recordar “Sunset Boulevard”:
Desde la primera aparición de Norma Desmond, después de haber confundido a su intruso, con el enterrador al que había llamado para proporcionar un ataúd digno a su mono; las sesiones cinematográficas en las que obliga a su forzado novio y guionista, a presenciar sus propias películas mudas; hasta su última aparición, con la impresionante bajada por las escaleras, totalmente arrebatada en un delirio que le ha sacado, permanentemente de la realidad, con un final en el que apela directamente al espectador sentado en su butaca, y cuyo recuerdo me hace emocionarme mientras escribo estas líneas.
Por otro lado, numerosas intérpretes han representado a Norma Desmond, porque como “Evita” es uno de los papeles más codiciados por las actrices y cantantes, y aparte de las ya citadas, estuvieron:
Elaine Paige, Petula Clark, Linda Balgord, Diahann Carroll, Helen Schneider, Simone Kleinsma, Pia Dowes, Rita Moreno, Deborah Byrne, por citar algunas.
También se han realizado producciones de “Sunset Boulevard” en diversos países del mundo, como:
Canadá, Alemania, Australia, donde Debra Byrne interpretó a Norma Desmond, y Hugh Jackman a Joe Gillis, Holanda, o Suecia.
La última producción vista, tuvo lugar en Londres y fue en el 2008, con Kathryn Evans como Norma Desmond, y Dave Willets como Max, en la que todos los actores eran los músicos que interpretaban la música en vivo, y tuvo muy buenas críticas, siendo nominado a varios premios Olivier.
Ahora, han circulado rumores de que se va a filmar la película del musical “Sunset Boulevard” y se han barajado nombres como:
Meryl Streep, Glenn Close, o Barbra Streisand, así como de Ewan McGregor y Hugh Jackman, aunque son sólo rumores, y no hay nada definitivo, o sea que de momento, mientras no se confirme oficialmente, y se sepa que han firmado los actores, o va a empezarse la filmación, olvidémonos del tema, que estos suelen ser los casos de que “suena el río, pero no lleva agua”
En 2011, el compositor Andrew Lloyd Webber, que persigue desde hace años la idea de llevarlo al cine, ha expresado el deseo de que sea finalmente, la cantante y actriz, Reina del Pop, Madonna, quien tenga el papel protagonista en la gran pantalla.
De hecho, Webber aseguró en el programa de la CNN “Piers Morgan Tonight” que Madonna está en la edad perfecta para hacer el rol de Norma Desmond, una retirada diva del cine mudo, que es tentada por un joven guionista para relanzar su carrera.
De llegar a buen puerto los deseos del compositor, Madonna volvería a colaborar en la adaptación al cine, de un musical de Lloyd Webber, después de que en 1996, se pusiera en la piel de “Evita”
Más recientemente, en una entrevista con Elaine Paige en la BBC Radio show, el 6 de octubre de 2013, a Webber se le preguntó:
“¿Qué pasa con la película “Sunset Boulevard?”
Y él respondió:
“Me encantaría hacer una película de “Sunset Boulevard”, pero por desgracia, los derechos son propiedad de Paramount Pictures, que posee la película original, y hasta ahora las conversaciones con ellos nunca han llevado a nada”
Él continuó diciendo que:
“Es triste para mí, porque creo que en muchos aspectos, “Sunset Boulevard” es el musical más completo que he escrito, en el sentido de que el libreto y la música, todo se une de una manera que, tal vez algunos de los otros no lo han hecho”
Terminó diciendo:
“Esa es mi tristeza por el momento, y tal vez, un día todo cambiará.
Estoy haciendo algo más con Paramount Pictures, porque después de lo que he hecho con Stephen Ward, estoy produciendo “School Of Rock” en el escenario, y eso es una señal de que Paramount, tal vez si les gusta lo que hago, y me dejen hacer “Sunset Boulevard” dijo el compositor, antes de que llegue a su ocaso.
“Whistle Down The Wind” es un musical compuesto por la música de Andrew Lloyd Webber, y con letras de Jim Steinman.
La obra es una historia fantástica para un dramaturgo musical como Webber, que regresa a sus raíces de rock; en una historia acerca de la salvación y el perdón, con el que todo el mundo puede relacionarse.
Webber repitió la fórmula de adaptar una película, esta vez “Whistle Down The Wind” (1962); y se involucró en la elaboración del guión, junto a Patricia Knop y Gale Edwards.
“Whistle Down The Wind” está basado en la novela homónima, escrita por Mary Hayley Bell, y en la película producida por Richard Attenborough en 1962.
Para la ocasión, Webber trasladó la acción de la historia original, de la Inglaterra rural hasta “La América Profunda” de la década de los 50, en Louisiana.
Contó para escribir las letras del musical con Jim Steinman, popular letrista estadounidense, conocido por su trabajo con cantantes como:
Meat Loaf, o Bonnie Tyler.
La década de 1950, fue la época en el corazón de “El Sueño Americano”
El cine y la publicidad, buscaban representar el feroz sentido de orgullo estadounidense, que nace de la necesidad de adormecer los años oscuros de La Depresión y la guerra; en comunidades asentadas en nuevas áreas, con sincero optimismo, sólo para descubrir que la realidad estaba muy lejos de sus expectativas.
La pobreza y la profunda insatisfacción con la vida, se convirtió en un catalizador de las tensiones sociales y raciales, y es la fuente del deseo, en el corazón de todos los personajes principales.
La puesta en escena se inspiró en estas cosas, y por un viaje que hizo Peter Davison, por el campo de Louisiana, un paisaje rural arruinado en el período posterior a la guerra, por la llegada de las refinerías de petróleo, y las autopistas de concreto, y a través de ella, de una metrópolis a otra, convirtiendo las ciudades pequeñas, en remansos olvidados.
La autopista se convirtió en la metáfora para el diseño, una ruta de escape que cuelga tentadoramente sobre las cabezas de los personajes que les daba señales para seguir en marcha.
También es una imagen de gran alcance para el viaje espiritual, a lo largo de un camino ambiguo, que flota entre El Cielo y La Tierra.
Así las cosas, “Whistle Down The Wind” tiene lugar en una pequeña ciudad justo antes de La Navidad de 1959.
Swallow, es una joven de 16 años de Louisiana, que encuentra un extraño en su granero, en realidad, es un criminal que escapa de la justicia.
Pero Swallow y sus hermanos, junto con el resto de niños del pueblo, lo esconden y lo mantienen el secreto, convencidos de que se trata de Jesucristo; mientras los habitantes del pueblo están decididos a atrapar al fugitivo.
Sobre los personajes, veremos los sueños de Swallow, por regresar con su madre en la comodidad emocional y la seguridad que contaba.
Candy, ha inventado un mito de sí misma, que El Paraíso se encuentra al final de la autopista.
Amos quiere escapar del destino de su padre, de irse a trabajar en la refinería de petróleo.
Boone, sueña con una vida mejor para sus hijos.
El deseo de cambio, es superior en todas sus mentes, sin embargo, todos están “atrapados” por las circunstancias, o por sus propias personalidades, en una inercia impotente.
“The Man” que aparece de la nada en el granero de Swallow, que finalmente desaparece tan dramática y enigmáticamente; al llegar, es a la vez real, y una especie de figura mitológica, que se convierte en el catalizador para el cambio en toda la comunidad.
Sólo Swallow y los niños locales, realmente se ven con él, cara a cara, sin embargo, se convierte en una fuerza poderosa para la transformación de todo el mundo a su alrededor.
Transformación de Swallow, de niña a mujer, que deja sus emociones fuera de control, mientras lucha con sus percepciones de deseo y amor.
Su fe inicial, inocente, y cegadora, poco a poco da paso a una especie más adulta de amor, basada en el conocimiento y el perdón.
Y es que “Whistle Down The Wind”, gira en torno a la hora y el lugar donde se inventó la palabra “adolescente”
Swallow es una adolescente que crece en los años 50, que descubre a un misterioso hombre escondido en su granero.
Cuando ella le pregunta quién es, la primera palabra que pronuncia es:
“Jesucristo”
Es como si todas sus oraciones hayan sido contestadas.
Swallow y los otros niños del pueblo, se comprometen a proteger al extranjero, del mundo que le espera fuera:
La gente del pueblo que está decidida a capturar al fugitivo, y los niños deciden esconderlo, guardando el secreto entre ellos.
Como la fantasía y la realidad se confunden, Swallow se debate entre los 2 ambientes, y comienza a descubrir quién es, y hacia dónde va; así como la mujer que se despertó en Swallow, que a su vez, despierta la bondad en el oscuro corazón del condenado irredimible.
Ellos tienen el poder de salvar a los demás, pero la inocencia de uno, y la culpabilidad del otro, es demasiado para poder resolverlo todo sin dolor.
Como en todo buen “Cuento de Hadas”, les acechan verdades oscuras y peligrosas; rayando la superficialidad, que revelan un mundo lleno de problemas, de secretos y negación.
La crueldad y la ternura, conviven en vez de agotar los conflictos.
El profundo vacío entre el mundo adulto, y el mundo de los niños, es una de las principales tensiones temáticas en “Whistle Down The Wind” que plantea interrogantes sobre la inocencia perdida, la tiranía y el miedo.
Webber y Steinman, han vuelto a contar una historia para un público moderno, sin ser patético para una familia musical, en el sentido más estricto, del mundo con los mismos valores, sin ser moralista.
La música de Andrew Lloyd Webber, combina inquietantemente hermosas canciones de amor, y música explosiva rock, con letras de rock del compositor Jim Steinman.
La música contrasta con la influencia implacable del mundo moderno, con los valores tradicionales de los viejos tiempos, algo que la comunidad, en el corazón del pueblo, anhela volver.
El director del musical fue otro “peso pesado” en Broadway, Harold Prince; pero ni su trabajo como director, ni la colaboración musical de la estrella de Meat Loaf, Jim Steinman, quien colaboró como letrista con Webber, lograron levantar “Whistle Down The Wind” en Estados Unidos.
El musical tuvo su “premiare” mundial en Washington D.C., el 12 de noviembre de 1996, con David Gaines e Irene Molloy, interpretando los papeles protagonistas, donde se representó durante 9 semanas.
Aunque la producción tuvo un gran éxito de público, no cosechó críticas demasiado buenas, lo que provocó que se cancelara el estreno de la obra en Broadway, inicialmente previsto, para el 17 de abril de 1997.
Tras su estreno en el West End, en 1998, “Whistle Down The Wind” pudo verse en Estados Unidos, entre 2007 y 2008; como en Inglaterra, entre 2001 y 2004, en una tournée.
La producción inglesa de la gira, se representó de nuevo en Londres, en el 2006, durante un breve periodo de tiempo, a petición del propio Webber.
Sin embargo, la producción tenía un tono mucho más oscuro, que la que se representó en Washington D.C., con la intención de estrenarse en Broadway.
Gale Edwards, fue el encargado de realizar la revisión del musical.
De hecho, Edwards ya había colaborado anteriormente con Webber, en una producción de “Jesus Christ Superstar”
Como dato, conocida entonces como Jessica Cornish, hoy famosa cantante británica Jessie J, comenzó su carrera en el mundo del espectáculo, a la edad de 11 años, actuando en “Whistle Down The Wind”
Se conoce de un álbum conceptual, lanzado en 1998, con 12 de las canciones de “Whistle Down The Wind” por artistas como:
Tom Jones, Boy George, Tina Arena, Donny Osmond, The Everly Brothers, Boyzone, Meat Loaf, y Bonnie Tyler.
Además de esta lista de artistas populares, y el coro góspel, “Sounds Of Blackness”, participaron las estrellas del West End:
Elaine Paige y Michael Ball, hasta la cantante y actriz Lottie Mayor, protagonizando a Swallow, en la versión reelaborada del Teatro londinense, aparecieron en el álbum; siendo Steinman y Webber, los productores ejecutivos.
Posteriormente, fue editado un álbum doble de “Whistle Down The Wind”, producida por Webber y Nigel Wright, lanzada al mercado el mismo año, con el elenco original de la producción del West End.
Así, la sensacional música viaja a través de la obertura del evangelio entusiasta de “The Vaults Of Heaven”, a través de las canciones de rock pulsantes como “Tire Tracks and Broken Hearts”, y de la melodía cadenciosa de la canción titular, “Whistle Down The Wind”, y el hit #1 de Boyzone “No Matter What”
En lo personal, las canciones notables de “Whistle Down The Wind” son:
“Whistle Down The Wind”, “Cold”, “No Matter What”, “A Kiss Is A Terrible Thing To Waste”, y “When Children Rule The World”
En lo particular, el tema “No Matter What” fue lanzado como un single del grupo Boyzone, y tuvo un éxito sin precedentes, siendo Disco de Platino, elegido Disco del Año en El Reino Unido en 1998, llegando al puesto #1 en 18 países, convirtiéndose en el sencillo más exitoso, producido a partir de un musical en historia.
Como dato, en La Ceremonia Inaugural de Los Juegos Olímpicos de Invierno de Nagano, en 1998, una versión japonesa de la canción “When Children Rule The World” fue realizada por la cantante japonesa, Ryoko Moriyama, junto con 150 “yukinkos” o “muñecos de nieve”
“Whistle Down The Wind” es una historia sobre el amor verdadero, entre personas comunes y corriente, pero con los problemas y las resonancias de siempre, que dan sentido épico y universal; y no simplemente, nacional o trivial.
“Whistle Down The Wind” explora algunos de los temas que se plantean en varios momentos de la vida, a través de cuentos clásicos y arquetípicos.
“Abran sus corazones, y dejen que los vientos de cambio, los lleven hacia lo desconocido”
Por último, hablar del “Requiem” de Andrew Lloyd Webber, una misa de difuntos de La Religión Católica, para ser cantada por:
Soprano, Tenor, Treble (Soprano de Alta Voz), Orquesta y Coro.
La Misa de Réquiem fue creada por el compositor Andrew Lloyd Webber, apoyándose en el texto latino tradicional que se sigue en las ceremonias de entierro, conmemoración, o de recuerdo, y que fue inspirada en un artículo sobre los niños que se quedaban huérfanos por la guerra.
También, “Requiem” fue dedicado a su padre, William Lloyd Webber, y fue a beneficio de La Fundación “The Holy Apostles Soup Kitchen”
Muchos pensaron que un giro sorprendente para un compositor tan populista como Lloyd Webber, producir una pieza de “música seria”
La música presenta una mezcla melódica típica de Andrew Lloyd Webber, al estilo pop, orientado en sus formas incluso austeras, más complejas, y sofisticadas a veces.
Como es sabido, “Requiem” del latín “Descanso” o “Misa de Réquiem” conocido también en latín con el nombre de “Missa Pro Defunctis” o “Missa Defunctorum” es un servicio litúrgico de La Iglesia Católica.
Esta misa es un ruego por las almas de los difuntos, y tiene lugar justo antes del entierro, o en las ceremonias de conmemoración, o de recuerdo.
Este servicio es a menudo observado por otras iglesias cristianas, como La Iglesia Anglicana y La Iglesia Ortodoxa.
Su nombre proviene de las primeras palabras del “Introito”:
“Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis” o “Concédeles el descanso eterno, Señor, y que brille para ellos la luz perpetua”
Ciertos arreglos contienen textos adicionales, como el motete “Pie Jesu” y “Libera me” proveniente de la “Absolución”; y el “In Paradisum” proveniente del enterramiento que, en el caso de los funerales, sigue a la misa; y son los que terminan ciertas composiciones, como “Requiem” de Andrew Lloyd Webber.
Por otra parte, El Réquiem Musical, es decir, el texto de La Misa de Réquiem puesto en música, con fines específicos de conmemoración, tiene su origen en una de las instancias más antiguas de La Liturgia Católica:
“La Missa Pro Defunctis”, el oficio religioso por los muertos.
Este oficio, suele ser cantado tradicionalmente, El Día de Todos Los Santos, en memoria de los fieles difuntos, en servicios funerarios, y en aniversarios luctuosos.
Así las cosas, el “Requiem” de Andrew Lloyd Webber, vio la luz por primera vez el 24 de febrero de 1985, ante miles de invitados, en La Iglesia de Saint Thomas Episcopal, en New York, y después en Londres.
La “première” fue dirigida por el célebre director Lorin Maazel, junto a los solistas:
Sarah Brightman como Soprano, Plácido Domingo como Tenor, Paul Miles-Kingston como Treble, y Thomas Drew como segundo Treble; James Lancelot como organista, y acompañados por The Saint Thomas Choir y Winchester Cathedral Choir, así como los de la English Chamber Orchestra, y The Orchestra Of St. Luke's.
El espectáculo fue filmado tanto por La BBC, para su programa “Universal”, como por PBS en América, para más tarde ser transmitido en su gran serie televisiva.
El “Requiem” fue publicado en LP, casete, y VHS; y después fue remasterizado en CD, con los siguientes movimientos que la componen:
1. Requiem & Kyrie.
2. Dies Irae... Rex Tremendae.
3. Recordare.
4. Ingemisco... Lacrymosa.
5. Offertorium.
6. Hosanna.
7. Pie Jesu.
8. Lux Aeterna & Libera Me.
Sin embargo, el movimiento más popular del “Requiem” de Andrew Lloyd Webber, ha sido siempre “Pie Jesu” o “Jesús Piadoso”, por lo que ha sido objeto de interpretación de numerosos cantantes, entre los que se encuentran:
Sarah Brightman & Paul Miles-Kingston; Sarah Brightman en solitario, Anna Netrebko, Charlotte Church, Hayley Westenra, Barbara Bonney, y Barbara Hendricks, por nombrar algunos.
Como parte de La Misa, el single comercial “Pie Jesu” fue lanzado con extractos del Requiem, en beneficio de La Fundación “Save The Children”
Y con grandes resultados, el “Pie Jesu” se puso en cabeza en las carteleras, al vender durante el primer día, 25,000 copias, un gran éxito, al tratarse de una canción que está en latín, perteneciente a una obra litúrgica/musical.
El “Requiem” también ganó el premio Grammy de 1985, como Mejor Composición Contemporánea, y el álbum del “Requiem” alcanzó el #1 en la lista de ventas de Estados Unidos.
Por su parte, la cantante y bailarina Sarah Brightman, fue nominada al Grammy como Mejor Artista Clásico Actual en 1986, por su colaboración en el “Requiem”
A manera de comentario; es una lástima que la infausta demolición litúrgica vaticano segundista, exterminara La Misa de Requiem y todo El Officium Defunctorum, viéndose ahora la paradoja, de que se compongan Misas de Réquiem como mero género musical, cuando La Misa de Requiem Tradicional, la que inspiró a los antiguos maestros, y sirvió desde siglos como sufragio por los fieles difuntos, fuera suprimida y sustituida por un pobre remedo minimalista:
“El Rito Exequial Novus Ordo”
Ya que para empezar, el “Ordo Exequiarum” o “Ritual de Los Funerales de La Liturgia Romana” propone 3 tipos de celebración de las exequias, correspondientes a 3 lugares de su desarrollo:
La casa, la iglesia, y el cementerio; y según la importancia que les presten la familia, las costumbres locales, la cultura, y la piedad popular.
Por otra parte, este desarrollo es común a todas las tradiciones litúrgicas, y comprende 4 momentos principales:
La acogida de la comunidad; La Liturgia de La Palabra; El Sacrificio Eucarístico; y El Adiós o “A Dios”
La puntilla al Rito Exequial, y me refiero al nuevo, se la han dado los tanatorios, o establecimientos funerarios habilitados para el velatorio de difuntos, con la correspondiente aprobación de los obispos, que han autorizado las empresariales “Capillas de Tanatorio” para lucrar del dolor...
Pero no perdamos la esperanza:
“Merced Al Motu Proprio Summorum Pontificum” o “Si la reticente displicencia de los impíos Prelados no lo impide” La Misa de Réquiem podría recuperarse, para deleite de los presentes, sufragio por los difuntos, y glorificación del Divino Juez de vivos y muertos.
A ver si cunde el buen ejemplo, y estas escenas dejan de ser exclusivas de salas de conciertos, y vuelven a nuestras iglesias, que es su sitio.
Así llegamos al concierto de conmemoración de los 50 años del compositor de estas obras maestras; con la participación de grandes actores/cantantes como:
Antonio Banderas, que proyectó bien sus ojos llenos de amargura y culpa; e hizo un buen trabajo cantando.
Elaine Paige estuvo maravillosa...
La obertura de “The Phantom Of The Opera” fue ingeniosa, pero la actuación de Antonio Banderas, aunque fantástica, hizo falta mostrar la máscara...
¿Cómo puedes ser El Fantasma, si al menos no la usas?
Admito que decepcionó que Michael Crawford no estuviera allí…
Y con todo, se nota el peso que ha tenido en Webber, alguien como Sarah Brightman.
“I don't know why I'm frightened, but I am”
La carrera de Andrew Lloyd Webber ha sido una contradicción:
Su obra ha sido la más exitosa en lo comercial de la historia de Broadway y, al mismo tiempo se ha considerado “pasada de moda”
El compositor londinense, cubierto de gloria y de millones por obras, ha vivido contra la corriente musical desde los años 60.
La melodía, el cimiento de su creación, se quedó de lado en la música contemporánea culta, como lo figurativo en las artes visuales.
Una vez le pidió a un amigo, director de orquesta, que le explicase de qué iba el minimalismo.
Después de varios intentos, el director se rindió y le dijo:
“No tiene sentido que te lo explique, Andrew.
Tú eres un maximalista”
Y tanto que lo es, y no solo en la música, como se lee en “Unmasked”, una referencia poco sutil a “The Phantom Of The Opera”, el libro de memorias que acaba de presentar, en el que deja clara su personalidad difícil y exuberante, dentro y fuera de la composición musical.
La autobiografía es el plato fuerte de las celebraciones de los 70 años de vida de Lloyd Webber, que cumplió el pasado día 22 de marzo de 2018.
Pero hay mucho más, como una nueva recopilación de sus grandes éxitos en una colección con el mismo nombre que las memorias; y en ella participan primeras voces del musical:
Barbra Streisand, Patti LuPone, Donny Osmond, Nicole Scherzinger o Gregory Porter; divos de la ópera que han interpretado sus temas:
Anna Netrebko o José Carreras; y grandes estrellas de la música popular:
Elvis Presley, Madonna, Tom Jones, Lana del Rey; e incluso la versión de “Learn To Be Lonely” de “The Phantom Of The Opera” que Beyoncé cantó en los Oscar de 2005, con Lloyd Webber al piano.
De momento, la legión de seguidores de Lloyd Webber tienen material para entretenerse en las 500 páginas de la autobiografía, que apenas cubre la mitad de su carrera, ya que acaba tras el estreno de “The Phantom Of The Opera”, el musical que ha batido el récord de longevidad en Broadway, con más de 3 décadas sin echar el telón de forma definitiva.
Seguro que llegará un segundo volumen, pero es difícil que tenga el mismo interés que el primero, que abarca su infancia y la época dorada de sus musicales, cuando alumbró sus mejores éxitos…
Y es que Lloyd Webber se describe como el fruto de una infancia traumática, con padres neuróticos, exigentes y distantes al mismo tiempo.
El compositor se recrea en recordar su genio musical desde niño, pero también las penurias de los abusos de sus compañeros.
Buena parte del libro, es la recreación de la montaña rusa que supone poner en marcha un musical en Broadway, un proceso que parece en sus memorias como casi milagroso, tocado por una varita mágica para que lo imposible se haga realidad.
Al tiempo que Lloyd Webber trufa el relato de miles de anécdotas, muchas de ellas con sucesos que hubieran cambiado la suerte de sus musicales:
Bette Midler estuvo a punto de protagonizar “Jesus Christ Superstar”, pero la descubrió demasiado tarde; Judi Dench iba a ser la Grizabella de “Cats”, pero se rompió el talón de Aquiles; Alan Jay Lerner iba a escribir la letra de “The Phantom Of The Opera”, pero se le cruzó un cáncer devastador…
Lloyd Webber se recrea con detalles de lo que ganó y perdió con sus proyectos, no es casualidad que sea el compositor más taquillero de la historia del musical, y también con las críticas devastadoras que se llevaron algunos de sus musicales:
Son el contraste perfecto para el éxito de taquilla y los Tony que se llevaron después.
Pero también el libro no obvia sus amoríos, las convulsiones de sus 2 matrimonios, sus ataques de cólera, sus peleas con colaboradores íntimos, como con su letrista Tim Rice, con quien escribió “Joseph and The Amazing Technicolor Dreamcoat”, su debut en el musical; “Jesus Christ Superstar” y “Evita”
Ese carácter fue por lo que el cineasta Milos Forman quiso tenerlo para protagonizar “Amadeus” (1984); del que Lloyd Webber dijo que era un “actor incompetente”, pero Forman lo vio de otra manera:
“Me dicen que tienes mal temperamento… y eres un perfeccionista cabezota que puede ser extremadamente desagradable.
Quiero que te interpretes a ti mismo”
A pesar de ello, Lloyd Webber no aceptó el papel.
Medio en broma, el compositor aseguró en una entrevista a “Variety”, antes de su cumpleaños que escribir el libro es “lo más aburrido que he hecho en mi vida”
El problema, según él, es que “aunque estoy a punto de cumplir 70 años, lo que de verdad me gusta es componer nuevas obras”
Sin duda, gracias Sir Andrew Lloyd Webber, porque su legado musical ha calado hondo en mi sensibilidad.
¡Feliz, ahora 70 Cumpleaños, Maestro!
“Love Changes Everything”
Andrew Lloyd Webber, Barón de Sydmonton del Condado de Hampshire, es un célebre compositor, escritor, autor, productor, director y realizador de numerosas obras de teatro de finales del siglo XX; y ha producido 16 musicales, 2 bandas sonoras y una Misa de Réquiem en latín; y entre sus premios se destacan:
3 Tony, 3 Grammy, 1 Oscar, 1 Emmy, 7 Olivier y 1 Globo de Oro.
Su compañía, Really Useful Group, es una de las más importantes de Londres; y algunas de las canciones de sus obras del teatro han tenido éxito en Europa y América, fuera de las representaciones teatrales, y han sido cantadas por muchos artistas.
Entre sus obras de teatro más representativas están:
“Joseph and The Amazing Technicolor Dreamcoat” (1968), “Jesus Christ Superstar” (1970), “Evita” (1976), “Tell Me On A Sunday” (1979), “Cats” (1981), “Song and Dance” (1982), “Starlight Express” (1984), “The Phantom Of The Opera” (1986), “Aspects Of Love” (1989), “Sunset Boulevard” (1993), “Whistle Down The Wind” (1996) entre otros; y por si esos títulos no lo dijeran todo, Sir Andrew Lloyd Webber es uno de los compositores teatrales más renombrados, con obras que se han mantenido con gran éxito tanto en Broadway como en el West End londinense.
Y es que ninguna figura de teatro en los pasados 30 años ha contado de manera constante del respaldo popular como Andrew Lloyd Webber, no solo por el gusto americano o el británico, sino por todos, y esto es a nivel mundial; porque él ha establecido un molde para el musical, y ha traído dramas épicos y emociones operísticas a la etapa musical, ayudando con ellos a probar que no hay tema fuera de sus límites.
En lo personal, su primera esposa fue Sarah Hugill, con quien contrajo matrimonio en 1972, y de la que se divorció en 1981.
La pareja tuvo 2 hijos:
Imogen y Nicholas; y en 1982 se casó con la cantante y bailarina Sarah Brightman, pero el matrimonio concluyó en 1990.
Andrew Lloyd Webber contrajo de nuevo matrimonio en 1991 con Madeleine Gurdon, con la que ha tenido 3 hijos:
Alastair, William e Isabella.
De sus obras, de especial importancia está “Cats”, que se convirtió en la obra musical que más tiempo ha estado en cartel, más de 20 años; y algunos de sus musicales se han llevado a la gran pantalla:
“Jesus Christ Superstar” en 1973, dirigido por Norman Jewison; “Evita” en 1996, dirigida por Alan Parker con Madonna como protagonista, y “The Phantom Of The Opera” (2004), dirigida por Joel Schumacher.
Mientras que otras como “Cats”, “Joseph and The Amazing Technicolor Dreamcoat”, “Jesus Christ Superstar” y “By Jeeves” se han adaptado a películas hechas para televisión, que se han lanzado en DVD y VHS y, a menudo, en La BBC.
Pero Lloyd Weber no solo es destacado sobre las tablas, siendo el encargado de componer una pieza para Los Juegos Olímpicos de 1992 de Barcelona, la canción “Amigos Para Siempre”, que grabaron Sarah Brightman y Josep Carreras.
Y es que siempre existirá un antes y un después de escuchar las canciones más hermosas escritas nunca, y será difícil poder componer la mente con coherencia al escucharlas, son todas, en solitario, de una inspiración melódica poco común, como:
“I Don't Know How To Love Him”, “Don't Cry For Me Argentina”, “Memory”, “Unexpected Song”, “Starlight Express”, “Pie Jesu”, “Wishing Somehow You Were Here Again”, “All I Ask Of You”, “Music Of The Night”, “Love Changes Everything”, “The First Man You Remember”, “As If We Never Said Goodbye”, “With One Look”, “Whistle Down The Wind”, “Take That Look Off Your Face”, “Tell Me On A Sunday”, “Chanson D'Enfance”… son un placer para el oyente y un “pastel” para quien las cante, que han sido muchos… porque Andrew Lloyd Webber le dio fama a grandes cantantes y actores de actualidad tales como:
La misma Sarah Brightman, Elaine Paige, Glenn Close, Minnie Driver, Patti LuPone, Barbra Streisand, Madonna, Paloma San Basilio, Michael Crawford, El Debarge, Michael Ball, Ted Neeley, Alan Campbell, Antonio Banderas, entre muchos otros…
Y también se ha dedicado a componer:
El filme “The Odessa File” (1974) tiene una partitura suya; “Variations” (1978) es un conjunto de variaciones musicales sobre “El Capricho de Niccolò Paganini en do menor” que Lloyd Webber compuso para su hermano, el violonchelista Julian.
Este álbum contó con 15 músicos de rock, entre ellos el guitarrista Gary Moore y el pianista Rod Argent, y alcanzó el puesto #2 en la lista de álbumes del Reino Unido al momento de su lanzamiento.
Más tarde se combinó con “Tell Me on a Sunday” para formar un espectáculo, “Song and Dance”
Lloyd Webber también usó la “Variation V”, como base para “Unexpected Song” en “Song and Dance”; de hecho, el tema principal se utiliza como tema musical de “The South Bank Show”
Y claro está, el “Requiem” (1985), una obra coral clásica compuesta en honor de su padre, William; y “Watership Down” (1999) en conjunto con Mike Batt, un compositor de la banda sonora principal de la adaptación de la serie animada de la novela de Richard Adams del mismo nombre, compusieron la canción “Fields of Sun”; aunque la canción real nunca se usó en el show, ni estaba disponible en la banda sonora del CD que se lanzó en ese momento; sin embargo, todavía se le atribuye la canción no utilizada en los títulos iniciales del programa.
¿Acaso hay que decir más…?
¡Ah sí, cuando el compositor cumplió 50 años lo hizo en grande!
“Enjoy the magic of this night of a thousand stars”
Andrew Lloyd Webber: The Royal Albert Hall Celebration es un musical del año 1998, dirigido por David Mallet.
Protagonizado por Tina Arena, Michael Ball, Antonio Banderas, Boyzone, Sarah Brightman, Glenn Close, Julian Lloyd Webber, Marcus Lovett, Lottie Mayor, Dennis O'Neill, Donny Osmond, Elaine Paige, Ray Shell, Kiri Te Kanawa, Bonnie Tyler, entre otros.
El concierto fue grabado en vivo en el Royal Albert Hall de Londres, el 7 de abril de 1998, con un metraje de 2 horas y 6 minutos aproximadamente; la gala fue dirigida por el veterano del video musical, David Mallet, quien dirigió la versión en video del musical “Cats”; y es un homenaje al compositor por su 50 cumpleaños; por lo que presenta selecciones de sus obras más populares.
La Gala tuvo un interés benéfico, siendo producida por la propia compañía teatral de Lloyd Webber, Really Useful Group; con una aparición especial de su hermano, el famoso violonchelista Julian, que interpreta la pieza compuesta por Lloyd Webber; así como interpretaciones de las estrellas más taquilleras de sus producciones teatrales y cinematográficas.
Y no hay suficientes superlativos para describir este evento de entretenimiento:
Antonio Banderas brilla sobre “Evita” y “The Phantom Of The Opera”, con Sarah Brightman, nada menos…
Glenn Glose irradia en canciones de “Sunset Boulevard”; Elaine Paige asombra musicalmente; y un nuevo grupo llamado Boyzone, mostrando al cantante líder, fallecido en 2009, Stephen Gately.
También veremos al eterno Donny Osmond que canta las espectaculares piezas de “Joseph and The Amazing Technicolor Dreamcoat”
Y “la cereza de pastel”, nunca mejor dicho:
Dame Kiri Te Kanawa, al igual que Michael Ball, quien se animó a cantar “Love Changes Everything”
Sin olvidar a Bonnie Tyler que sorprende con su motociclista rockero; y claro está, las musas:
Elaine Page y Sarah Brightman, como siempre, están más allá de toda descripción.
En lo “clásico”; además de Dame Kiri, Julian Lloyd Webber aportó maestría técnica y entonación de tono perfecto a la pieza “Variations for Cello and Orchestra”
Como producción escénica, algo minimalista pero funcional, estuvo realizada en una cinta gigante de lo que parecían líneas de pentagrama de partituras, todo en blanco y negro; y el elenco de artistas en sí, estaba compuesto por cantantes y bailarines que iban desde 8 integrantes en adelante, haciendo que toda la puesta en escena fuera visualmente impresionante.
Hubo “set pieces” para coros, como:
“Hosanna”, a del “Requiem”, conmovedor y hermosos.
Impresiona también la participación de Marcus Lovett, que se abrió paso a través de “Jesus Christ Superstar” con unos ajustados jeans negros, un largo cabello suelto y una camisa que reveló su cuerpo musculoso, con gran vigor y energía.
Casi hacia el final, el propio Sir Andrew Lloyd Webber salió y presentó personalmente a la audiencia a Dame Kiri Te Kanawa, que momentos después cantó el estreno mundial de su nueva canción:
“The Heart is Slow to Learn”, destinada a la secuela de su obra maestra, “The Phantom Of The Opera”
Bueno, fue en una palabra, impresionante, La Te Kanawa cantó apasionadamente, y con la sinceridad que un famoso intérprete clásico traería a Wagner o Puccini, siendo absolutamente impresionante.
Y luego, todo el elenco salió a cantar “Feliz Cumpleaños” a Sir Andrew; con Kiri Te Kanawa y Sarah Brightman volando vocalmente por encima de toda la orquesta y el coro.
¡No había ojo seco en la audiencia!
Finalmente, una joven estrella, Lottie Mayor, realizó “Whistle Down the Wind” de la manera más atractiva con el mismo Sir Andrew en el piano.
No cabe duda que más allá de celebrar al compositor, fue celebrar sus OBRAS MAESTRAS, así en mayúscula y dicho de pie, pues hay que ver el rendimiento de este concierto para darse cuenta que lo vale, y lo mejor, hecho en vida, para demostrar el respeto y comprobar el legado artístico de tan ilustre compositor.
“Oh What A Circus, Oh What A Show!”
La fiesta de cumpleaños #50 de Andrew Lloyd Webber fue ciertamente algo para contemplar…
En 1998, un concierto en el Royal Albert Hall celebró su medio siglo de vida, y contó con más de 2 horas de éxitos de un cuerpo de trabajo que abarcó casi 3 décadas, con una brillante puesta en escena y dirigida por David Mallet; en conjunto fue una increíble noche con una variedad de voces que solo pueden describirse como celestiales...
¡No hay nada mejor que esto!
Un recuerdo de una noche memorable, que estrella tras estrella avanzó hacia un inmenso set para revisar momentos dorados en su larga asociación con el compositor de musicales más exitoso de Gran Bretaña.
El espectáculo presentó a:
Ensambles de bailarines, coros de niños y adultos, motociclistas Harley Davidson, a las chicas “soul”:
Veronica Hart, Louise Marshall y Femi Taylor; así como a muchos solistas famosos y taquilleros en lo musical como cinematográfico.
El programa fue el siguiente:
“Whistle Down The Wind” con Tina Arena.
“Any Dream Will Do” y “Close Every Door” con Donny Osmond y coro de niños.
“Variations XXI” y “Variations XXII” con Julian Lloyd Webber.
“Requiem For Evita” con coros.
“Oh! What A Circus/Buenos Aires” y “High Flying Adored” con Antonio Banderas.
“Don't Cry For Me Argentina” con Elaine Paige.
“Light At The End Of The Tunnel” y “Hosanna” con coros.
“Pie Jesu” con Sarah Brightman.
“Superstar” con Marcus Lovett y las chicas “Soul”
“Gethsemane” con Michael Ball.
“Phantom” con la orquesta.
“The Phantom Of The Opera” con Sarah Brightman y Antonio Banderas.
“All I Ask Of You” con Sarah Brightman y Michael Ball.
“The Music Of The Night” con Sarah Brightman.
“Tyre Tracks And Broken Hearts” con Bonnie Tyler.
“No Matter What” con Boyzone.
“Vaults Of Love” con Michael Ball.
“Car Chase/Sunset Boulevard” con la orquesta.
“With One Look” y “As If We Never Said Goodbye” con Glenn Close.
“Love Changes Everything” con Michael Ball y todo el elenco.
“Memory” con Elaine Paige.
Palabras de Andrew Lloyd Webber, que luego presentó “The Heart Is Slow To Learn” con Kiri Te Kanawa; y todo el elenco cantó “Happy Birthday To Webber”; y se finalizó con “Whistle Down The Wind” con Lottie Mayor con el compositor al Piano.
Como un “encore” la orquesta interpretó “Jellicle Ball” de “Cats”
Destacar la presencia de Elaine Paige en grandes vestidos, y una voz aún más grande que ofreció “Don't Cry for Me Argentina” y “Memory” con su poder vocal habitual; a Michael Ball y Donny Osmond que se extienden en los últimos vestigios de su encanto juvenil hasta los límites, pero aun así sus voces suenan bien y la presencia escénica se mantiene; y Boyzone consigue el voto juvenil.
Luego están Kiri Te Kanawa, Bonnie Tyler, Tina Arena y, por supuesto, otro “encore” para el hermano del compositor, Julian Lloyd Webber y esas variaciones en el cello.
Pero las estrellas son la ex esposa de Sir Andrew, Sarah Brightman en una destacada selección de “The Phantom Of The Opera”, probablemente su mejor trabajo; Antonio Banderas que realmente puede cantar, y actuar sobre un escenario en vivo; y la irrepetible Glenn Close, estupenda, que conmueve como Norma Desmond en canciones de Sunset Boulevard.
En definitiva, una merecida celebración para alguien que ha brindado a tantas personas un gran placer; y un placer para los fanáticos de los musicales de todas las edades.
Pero qué hay de sus obras en conjunto… es difícil celebrar a alguien por su trabajo, y desconocer el alcance del mismo.
Aquí una selección:
“Jesus Christ Superstar” es una ópera rock, con música de Andrew Lloyd Webber, y letras de Tim Rice, que primero surgió como álbum conceptual en 1970, y 1 año después dio el salto a los escenarios de Broadway; siendo considerada como “la primera ópera rock”, porque todos sus parlamentos son cantados.
Se estrenó en 1971, y planteó un paralelo entre Los Apóstoles de Jesucristo y el movimiento hippie, factor que la ha convertido en un ícono de los 70s.
La trama narra los últimos días de Jesús en La Tierra, presentando un Cristo más real y humano, en los momentos más significativos de su vida adulta, las cuales se resumen en canciones, algunas consideradas hoy verdaderos himnos dentro del género del musical, cuyas letras contienen temas de la vida moderna, y no reflejan la historia narrada en La Biblia.
“Jesus Christ Superstar” fue adaptada libremente de Los Evangelios, cuyo argumento se centra en los últimos 7 días de la vida de Jesús de Nazaret, comenzando con los preparativos de su llegada a Jerusalén, y finalizando con La Crucifixión; aunque ésta no está incluida de manera intencionada, para evitar cualquier referencia a la divinidad del protagonista; siendo todo narrado en la psicología de Jesús y el resto de personajes, desde el punto de vista de su discípulo, Judas Iscariote, que es retratado como una figura trágica, descontenta con la dirección que ha tomado la doctrina de su Maestro, lo cual deriva en un enfrentamiento político y personal entre los 2 hombres, que no está reflejado en La Biblia.
Durante el desarrollo de la trama, se presentan numerosos anacronismos intencionados, como actitudes y sensibilidades contemporáneas, argot en las letras de las canciones, y alusiones irónicas a la vida moderna.
Antes de su estreno en Broadway y el West End, “Jesus Christ Superstar” fue grabado en forma de álbum conceptual por Ian Gillan, vocalista de Deep Purple y Black Sabbath, como Jesus Christ; Murray Head como Judas; e Yvonne Elliman como Mary Magdalene.
En el disco, también tomaron parte:
Mike d'Abo, líder de Manfred Mann como King Herod; y el cantante de “glam rock”, Gary Glitter, como uno de los sacerdotes, además de una orquesta sinfónica de 56 piezas, y 6 músicos rock.
La grabación salió a la venta en 1970, y consiguió llegar al primer puesto del Billboard en 2 ocasiones.
Las canciones “Superstar” interpretada por Murray Heady y The Trinidad Singers; “I Don't Know How To Love Him” interpretada por Yvonne Elliman; y “Gethsemane/I Only Want To Say” interpretada por Ian Gillan, fueron publicadas como singles, y se convirtieron en éxitos, más allá del musical.
El álbum conceptual tiene un estilo rock muy diferente a los posteriores trabajos de Lloyd Webber; y debido a que el álbum conceptual había funcionado mejor en Estados Unidos que en Reino Unido, se decidió que la premiare mundial, tuviese lugar en Broadway, donde se estrenó el 12 de octubre de 1971, en el Mark Hellinger Theatre.
El espectáculo fue un éxito, y se mantuvo en cartel hasta el 1 de julio de 1973, realizando 711 funciones regulares, y 13 previas.
Aunque la acogida inicial del álbum conceptual en Reino Unido, había sido más bien tibia, el triunfo en Broadway, allanó el terreno para su debut en el West End, que se produjo el 9 de agosto de 1972, en The Palace Theatre, con una producción diferente, y algo más pequeña, ya que a Andrew Lloyd Webber, nunca llegó a estar satisfecho del todo, con el montaje neoyorquino, pero que tuvo un éxito aún mayor, alcanzando las 3,358 funciones, durante los 8 años que se prolongaron las representaciones.
A pesar de que posteriormente su récord ha sido batido por otros títulos, el 3 de octubre de 1978, “Jesus Christ Superstar”, se convirtió en el musical de mayor permanencia en cartel en la historia de Londres, al superar a “Oliver!”
En un inicio francamente rompedor, aun a día de hoy, el espectador ve a los actores y bailarines de “Jesus Christ Superstar”, muy hippies todos ellos, llegando en bus al desierto de Israel, que servirá de marco para la acción, y ataviándose para la ocasión.
Acto seguido, ya con los instrumentos afinados tras esa algarabía previa, boom:
Judas, afroamericano y vestido de rojo chillón, con pantalón “campana”, el cual desgarra su garganta con la primera canción, haciéndose con el protagonismo del show, al convertirse en conductor y prisma, desde el que se seguirá toda la acción.
A partir del debut, “Jesus Christ Superstar” se ha representado en más de 40 países, en los 5 continentes, convirtiéndose en un fenómeno cultural.
En total, ha recaudado más de 120 millones de libras esterlinas en todo el mundo.
Sin embargo, la producción recibió críticas divididas y, al igual que otras versiones posteriores, fue condenada por algunos grupos religiosos, que organizaron protestas en las puertas de los teatros donde se presentó.
Tim Rice declaró, que “Jesus Christ Superstar no mostraba a Cristo como un Dios, sino como un simple hombre, que estuvo en el lugar adecuado, en el momento oportuno”; y algunos cristianos, tomaron sus palabras como una blasfemia.
La postura de Judas y sus críticas hacia Jesús, tampoco gustaron, y fueron consideradas ofensivas.
Al mismo tiempo, la comunidad judía denunció, que el musical trasmitía un mensaje antisemita, al culpabilizar al pueblo hebreo de la muerte de Jesús, y presentar a 3 personajes judíos:
Caiaphas, Annas y King Herod, como villanos principales de la función.
¿Acaso es mentira?
Entonces:
¿Quién es el Jesús de “Jesus Christ Superstar”?
Desde luego, no el Jesús histórico; ya que su conciencia de deidad es borrada, su humanidad distorsionada, su sacrificio redentor ignorado, y la resurrección silenciada.
Los símbolos religiosos actúan como una pantalla de humo, para ocultar el relato evangélico, con ciertas frases e imágenes cristianas.
Así, el Jesús de “Jesus Christ Superstar”, se dirige a La Cruz sin saber por qué...
Es alguien inseguro y lleno de dudas…
La Magdalena sufre enamorada, y Judas se convierte en un nuevo antihéroe.
“¿Qué es la verdad?”, pregunta Pilate en algún momento.
Lo que falta en esta “ópera rock”, es la afirmación central del cristianismo; ya que no hay un Dios triunfante y victorioso sobre la muerte, que resucita al tercer día, sino alguien que solamente puede compartir nuestras debilidades.
Es por ello, que en “Jesus Christ Superstar”, hallamos a un pequeño dios, que no sólo compartió nuestras tentaciones, sino también nuestra tendencia a sucumbir bajo ellas, lo que le aleja de la victoria que Jesús obtuvo para quienes en Él creen.
El Jesús de “Jesus Christ Superstar” no es alguien que viene a entregar su vida, sino que la pierde.
No es El Cordero que dice:
“Hágase Tu voluntad”, si no la víctima que se rebela ante su suerte.
El Evangelio, sin embargo, nos llama a no dudar acerca del triunfo final sobre la debilidad y el mal.
Él ha vencido la batalla por medio de Cristo, en esa Cruz, que está ahora vacía.
En Él tenemos la seguridad de la victoria.
Es por eso que “sólo la verdad de Jesús nos hará libres”, dice Juan 8:32
Sin duda, lo más sobresaliente de “Jesus Christ Superstar”, es la contundente postura de Judas.
Fundamentalmente es una figura que cuestiona la doctrina, y el discurso de Jesús, dividido entre el rechazo y la profunda admiración hacia este.
Y no es casualidad que Judas sea negro, y sea quien precisamente acuse a Jesús de propagar pura y estéril retórica.
Judas se lamenta del desperdicio de Jesús como figura altamente mercadeable, nacida en tiempos de modestia mediática.
Sus discrepancias y su actitud, reflejan claramente las necesidades de una clase que demanda pragmatismo y eficiencia en épocas de turbulencia.
Así fue, primero como disco, luego como obra de teatro, y más tarde película, “Jesus Christ Superstar” es parte activa del repertorio anual de películas de Semana Santa.
Para los no cristianos, que de todo hay en la vida, señalaré que, a La Iglesia, no le hizo ninguna gracia el asunto de que Jesucristo no resucitara al final de la obra, por no hablar de que Carl Anderson (Judas), es el único discípulo negro de Jesucristo, pese a que no se hizo intencionadamente.
También señalar que la puesta en escena, tanto del musical como de la película, es descacharrante:
Los romanos van vestidos al estilo nazi, o de militar, con ametralladoras; Pilate vive como un Playboy, y se utilizan cientos de anacronismos que aumentan el impacto visual de la representación, y revolucionaron la forma de puesta en escena, de cualquier cosa de ahí en adelante.
Tras décadas de controversia, “Jesus Christ Superstar” fue oficialmente aprobado por El Vaticano en el año 2000, al incluir una recital con canciones de la obra, como parte de las celebraciones del Jubileo.
Y es que “Jesus Christ Superstar” se hizo con formas muy liberales, y con interpretación libre de los textos, lugares, y situaciones, pero pasó a ser la obra religiosa más agradable para multitud de cristianos.
Así las cosas, “Jesus Christ Superstar” debe entenderse dentro de un sentido político y social, donde se moderniza la vida de Cristo, so pretexto de exponer dilemas como el racismo, la responsabilidad del liderazgo de masas, o la incongruencia de los discursos de igualdad, que abundan en boca de los activistas más admirados.
En 1973, “Jesus Christ Superstar” fue adaptado a la gran pantalla por el director Norman Jewison, convirtiéndose en la 8ª cinta más taquillera del año, a pesar de las críticas de algunos sectores religiosos.
La película se rodó en Israel, y en otras localizaciones de Oriente Medio, y fue protagonizada por Ted Neeley como Jesús, Carl Anderson como Judas, e Yvonne Elliman como Mary Magdalene, siendo los 3, nominados al Globo de Oro por su actuación.
Para cuando escribieron “Jesus Christ Superstar”, Andrew Lloyd Webber tenía 22 años, Tim Rice 26, y sus nombres aún no decían demasiado; y gracias a la música de Webber, y a la versión fílmica de 1973, “Jesus Christ Superstar” se ha transformado en un favorito de los jóvenes en todas partes del mundo; y busca que el público especialmente juvenil, vuelva a identificarse con los personajes que transgredieron la historia teatral cuando fue estrenada, y sumando otros que no pasarán inadvertidos, además de la tecnología audiovisual, acorde a los tiempos, y puedan conocer el mensaje de creer en la vida, y en toda la enseñanza que dejó Jesucristo a sus seguidores, sobre todo, en momentos en que la iglesia se ha visto cuestionada, por acontecimientos que la ligan directamente.
No hay duda, que politizar el tema religioso, constituye una vía irrebatible para demostrar que Dios nunca será ajeno a los temas laicos.
Los chillones vestuarios, y las coreografías frenéticas de “Jesus Christ Superstar”, se han convertido en la característica más identificable de esta versión libre de Los Evangelios.
Hoy, la película “Jesus Christ Superstar”, es quizás venida a menos por un factor netamente estético, sesgado por el estereotipo de una época particular.
Sin embargo, detrás de todo eso, aún yace un discurso de vigencia impresionante, y no poco subversivo si a los asuntos de fe se atiene.
“Evita” es un musical, con música de Andrew Lloyd Webber, y letra de Tim Rice; inspirado en libro “Evita: The Woman With The Whip” de Mary Main, bajo el pseudónimo de María Flores; y basada en la vida y muerte de Eva Perón y su influencia en la historia argentina, a partir del ascenso al poder de su esposo, Juan Perón, como Presidente del país.
Enganchado con la historia de su vida, después de escuchar un programa de la BBC, llamado “Las Leyendas de Nuestro Tiempo”, Tim Rice convenció a Andrew Lloyd Webber, que una ópera musical sobre Evita, sería un proyecto interesante.
Lamentablemente, durante la documentación, una biografía de Evita, realizada por Marysa Navarro, todavía no había sido publicada.
Fue hasta 1974, 14 años después de la muerte de Evita, cuando Rice visitó la Argentina; contento de mantener un bajo perfil, no entrevistó a las personas que habían conocido a Evita, muchos de los cuales todavía vivían, ni realizó ninguna investigación objetiva y profunda.
Al contrario, cuando volvió a los Estados Unidos, Rice consultó a 2 mujeres, cuyos libros, ya agotados, eran esencialmente chismes anti-peronistas extendidos hasta el punto de convertirse en libros; esos eran:
“Bloody Precedent” de Fleur Cowles y “Evita: The Woman With The Whip”, los cuales dirigieron su veneno a Evita, porque formaba parte de un movimiento político, que ellas juzgaban moralmente como “repugnante”; y tras investigar durante años en la vida de Eva Perón, Rice y Webber lanzaron en 1976:
“Evita”, que se convirtió en un éxito mundial.
Evita, como se dijo, es un musical basado en la vida de Eva Perón, la 2ª esposa del Presidente de Argentina, Juan Perón.
Eva Duarte nació en 1919, en el seno de una familia pobre, pero buscó la manera de cambiar su suerte, mudándose a Buenos Aires, donde ejercía de actriz de 2ª línea; y que posteriormente se convirtió en la mujer más poderosa que su país, Primera Dama de Argentina a los 27 años, y tuvo gran influencia y popularidad entre las masas; cuya historia acaba con su muerte por cáncer, a los 33 años.
No obstante, la primera interpretación de “Evita”, se realizó por medio de un disco producido en 1975.
Los intérpretes eran:
Julie Covington como Evita; Colm Wilkinson como El Che; Paul Jones como Juan Perón; Barbara Dickson como la amante; y Tony Christie como Agustín Magaldi.
El debut teatral se produjo el 12 de junio de 1978, en un teatro del West End en Londres, donde el papel de Evita, fue interpretado por Elaine Paige; el de Che por David Essex; y el de Perón por Joss Ackland.
En 1980, “Evita” ganó 7 premios Tony, de 11 nominaciones; incluyendo:
Mejor Musical, Mejor Musical Original, Mejor Guión de Un Musical, Mejor Actriz Principal en Un Musical (Patti LuPone), Mejor Actor Destacado en Un Musical (Mandy Patinkin), Mejor Dirección en Un Musical, y Mejor Iluminación.
Cabe señalar enfáticamente, que la ópera de Rice y Webber, no fue creada para presentar una Evita histórica; en su ópera, la figura de Evita se convierte en una comodidad, una celebridad creada para entretener, ganar dinero, y vender mercadería; no es una persona real que cuenta una historia real.
El Ejército Argentino y La Oligarquía, sus opositores en la vida real, forman un coro estridente, mientras que en las primeras versiones, El Che hace el papel de narrador secundario.
Se sabe, eso sí, que Eva Perón utilizó su belleza y carisma para crecer meteóricamente, de los barrios bajos de Argentina, hacia La Mansión Presidencial como Primera Dama.
Adorada por su gente como “la campeona de los pobres”, se convirtió en una de las mujeres más poderosas del mundo, mientras su avaricia, gran ambición, y salud débil, también la convirtieran en una de las más trágicas.
“Evita” cuenta la apasionada e inolvidable historia de Eva Duarte de Perón, un musical que contiene las canciones más hermosas del género hasta entonces, incluyendo:
“Don't Cry For Me Argentina”, “Another Suitcase In Another Hall” y “High Flying, Adored”
Sin embargo, la canción más famosa del musical es “Don't Cry For Me Argentina”, cuando Evita la canta desde el balcón de La Casa Rosada, tras ganar Perón las elecciones presidenciales, y convertirse en Primera Dama de la Argentina.
Se cuenta que esta canción fue la que se compuso en primer lugar, aunque no es la primera del espectáculo, sino que ocupa una posición central en él, y sus autores tuvieron claro que sería la más recordada.
Eligiéndola a modo de “leitmotiv”, los autores reutilizaron la melodía en otros 2 temas de la obra:
“Oh What A Circus” cantado por el personaje de El Che; y “Evita Final Broadcast”, cuando Evita ya enferma, se despide del pueblo en una 2ª aparición en el balcón de La Casa Rosada.
El musical alcanzó un extraordinario éxito, pero recibió duras críticas por historiadores y partidarios peronistas.
Estos últimos la atacaron porque reflejaba una personalidad de Evita, más bien ambivalente o contradictoria, de mujer benefactora, pero al mismo tiempo, ambiciosa, en lugar de ensalzarla como un personaje sin defectos.
El libro, que se cree fue comisionado originariamente por El Departamento de Estado de EEUU, titulado “Evita: The Woman With The Whip” publicado primero en New York; es el mismo que ha sido usado como referencia desde entonces, como “una Biblia” de los grupos más antiperonistas, para desacreditar a Eva Perón, a pesar de que esta estaba ya bajo el peso del cáncer terminal...
Cuando la opera llegó a los teatros, y los críticos se quejaron del ablandamiento de la imagen de una mujer casada con un dictador fascista, Rice defendió el énfasis que había puesto en la celebridad de Evita:
“Si su sujeto es una de las mujeres más glamorosas que haya vivido, inevitablemente a usted, le van a acusar de hacerla glamorosa.
Los únicos mensajes políticos que nosotros esperamos comunicar al público, son que los extremistas son peligrosos, y las extremistas atractivas, aún más”
Los críticos de Londres, alertaron a Rice y Webber, que “para que el musical tuviera éxito en los Estados Unidos, ellos deberían alinear la imagen de la ópera, con la imagen creada por El Departamento del Estado, y los diarios de “primer rango” de los medios estadounidenses:
“Evita como una cruel Lady Macbeth de La América Latina”
Y las escritoras, Fleur Cowles y Mary Main, se mostraron ansiosas a colaborar; efectivamente, “parece que Rice escribió nuevas líneas, y modificó otras con Fleur Cowles, agarrada a su hombro”
“Evita” se convirtió entonces, en una anti heroína de rasgos angulosos, y Perón más amenazante.
Para quitar cualquier posibilidad de simpatizar con Evita o Perón, se agregaron nuevas canciones, y se adaptó los originales, por ejemplo:
La Evita de Londres cantó:
“Sólo quiero variedad en la sociedad” como justicia social.
La Evita de New York cantó:
“¡Sólo quiero variedad, notoriedad!”
No todos aceptaron las modificaciones hechas, para quitarle toda humanidad a Evita.
En cuanto a los errores históricos que se detectan en el argumento, el más repetido, es la supuesta presencia del Che Guevara, pero el personaje llamado “Che” en la obra, que no es realmente sino un modismo o trato de los argentinos, entre argentinos.
Pero en el musical, El Che, ácido, sarcástico, y antiperonista, como el líder guerrillero, es como la voz de la conciencia que acompaña de soslayo la historia.
Guevara, es sino una especie de narrador que los autores incluyeron.
De hecho, El Che Guevara no pudo tener ninguna relación con Eva Perón, porque no fue peronista, ni tampoco llegó a conocerla.
Tanto que, para 1952, año de la muerte de Eva, Guevara se encontraba ya en viaje hacia Cuba.
Sin embargo, al estrenarse el musical, y ponerse en escena la obra en diferentes partes del mundo, el personaje siempre fue representado como “El Che Guevara”, especialmente por su inconfundible indumentaria y su actitud.
Solo en la película “Evita” aparece como un civil común y corriente.
Luego del éxito mundial del musical, comenzó a analizarse la posibilidad de realizar una película.
Inicialmente se barajó que el papel de Evita lo interpretara Barbra Streisand, y el de Che, Barry Gibb, con dirección de Ken Russell.
Finalmente, en 1996 se realizó la película “Evita” con Madonna en el papel principal, Antonio Banderas como El Che, y Jonathan Pryce como Perón.
Exigencias del guión, llevaron a Webber a componer diversas partes adicionales, como la canción “You Must Love Me”, que concurrió a los premios Oscar, siendo nominada a Mejor Canción Original, resultando ganadora; de un total de 5 nominaciones.
Cuando salió la película de Alan Parker, con Madonna más conectada con la versión de Londres que con la de Broadway; Parker menciona que Perón aporta un sostén paternal, El Che hace comentarios graciosos, y Evita muere de tristeza:
“Siendo que lo único que realmente quería, era que la amaran”
Según Alan Parker, el musical “Evita” reencarna el mito de “Blancanieves”:
“Una pobre niña argentina, abandonada por su padre, quien devino en protegida de un militar, 25 años mayor que ella, y que se aprovechó para llegar hasta él, de una escalera de hombres, como antes los hombres habían abusado de ella, habría que agregar; y que llegó a ser Primera Dama de Argentina durante escasos años, antes de morir joven de cáncer”
Pero muy lejos de eso, “Evita” es un ícono sexual, junto por ejemplo, con otras mujeres con una vida signada por la tragedia, como:
Diana Spencer, Marilyn Monroe, Jackie Kennedy, Grace Kelly, o Maria Callas, entre otras, cada una en su tiempo; y como tal, es parte de la cultura popular que se nos impone en la vida cotidiana.
O sea, que es “Evita” quien se mete en los bolsillos de los consumidores del extendido mercado libre, a lo que vulgarmente se ha dado en llamar “globalización”
Un tipo de mercado que necesita metáforas de mujeres, que han sido muy poderosas en la vida real, pero están muertas, y a quienes se las representa, casi etéreas como hadas, víctimas de vidas quebradas por la tragedia; reinas del melodrama; como producto de una fusión, entre la realidad y la ficción.
Mujeres/ilusión en el sentido estricto, es decir, intocables, pero al mismo tiempo, accesibles a través de los lentes de lágrimas mórbidas, lo que facilita el proceso de identificación de las mujeres ordinarias, con aquellas diosas de la blancura, al tiempo que generan en los hombres heterosexuales, nuevos bríos masculinos, y baratos:
“Una mujer que pueden desear, tenerle pena, y finalmente, consumir en un acto de virtual posesión.
Esa mujer fuerte, inteligente y emprendedora, es Evita”
La que influenció muchas vidas, con la fuerza de los cambios favorables que ella impulsó, en la sociedad que las vio nacer, las latinoamericanas y las Argentinas sobretodo, e inspiro en muchas mujeres, un cambio en su feminidad.
Una de las tantas mujeres de un pueblo en Argentina, dispuestas a dar hasta sus vidas por un poco más de libertad, y una vida con dignidad.
Y no bastan pocas líneas para cubrir tantas páginas de hechos, tantas páginas de legado para resolver tantas incógnitas, o sencillamente para conocerla.
Por eso, a manera de conclusión, quien mejor, que la propia Evita para cerrar el cuento de su vida, una vida llena de fortaleza, de logros, lágrimas, y desdichas, amor y justicia:
“Confieso que tengo una ambición, una sola y gran ambición personal:
Quisiera que el nombre de Evita, figurase alguna vez en la historia de mi Patria.
Quisiera que de ella se diga, aunque no fuese más que en una pequeña nota, al pie del capítulo maravilloso que la historia, ciertamente dedicará a Perón, algo que fuese más o menos esto:
“Hubo al lado de Perón, una mujer que se dedicó a llevarle al Presidente, las esperanzas del pueblo, que luego Perón convertía en realidades”
Y me sentiría debidamente, sobradamente compensada, si la sección de esta nota terminase de esta manera:
“De aquella mujer sólo sabemos, que el pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita”
Eva Duarte de Perón fue un faro de gran importancia, no sólo para Argentina, sino para la historia del mundo.
“Cats”, es un musical compuesto por Andrew Lloyd Webber, basado en el libro “The Old Possum's Book Of Practical Cats” de Thomas Stearns Eliot.
“Cats” ocupa el 2º puesto en la lista de espectáculos de mayor permanencia en cartel, en la historia de Broadway, y el 6º en la del West End.
Se ha estrenado en numerosos países a lo largo de todo el mundo, y ha sido traducido a más de 20 idiomas.
El espectáculo cuenta la historia de la tribu de los gatos Jélicos, la noche en que toman “la elección jelical” y deciden cuál de ellos renacerá en una nueva existencia.
Para casi todos los aficionados al teatro, y para todo el mundo, estamos familiarizados con el musical “Cats”, como una de las ofertas más antiguas y famosas de Andrew Lloyd Weber, una legendaria producción de danza, música, y poesía, que no solo ha agradado a los espectadores durante décadas, y ha hecho historia en una serie de formas, se trata de un musical de orígenes únicos.
“Cats” está basado en el libro de T.S. Eliot, uno de los libros favoritos del propio Lloyd Webber durante su infancia; cuyas letras de las canciones, están tomadas directamente de los versos originales del libro, con algunas excepciones, como:
El tema “Memory”, que fue escrito por Trevor Nunn, a partir de otro poema de Eliot, titulado “Rhapsody On A Windy Night”; o “The Moments Of Happiness”, extraído del libro “Four Quartets”, también de Eliot.
En cada poema, se relata la historia de un gato, con una profesión humana que representa una característica felina, y el musical toma sus letras, como cité, directamente del libro.
Andrew Lloyd Webber empezó a escribir las canciones, a finales de 1977, y pudo estrenar sus composiciones en El Festival de Sydmonton, en 1980.
Valerie Eliot, la viuda de T.S. Eliot, asistió al concierto, y quedó encantada con la música que Lloyd Webber había creado, dando su consentimiento para que las canciones fuesen adaptadas en forma de musical.
Los ensayos empezaron a principios de 1981, y en los primeros días resultaron un tanto confusos para los actores, debido al uso de los poemas originales, sin un guión concreto.
“Cats” inicia a medianoche... es la noche del año en que la tribu de los Jellicle Cats se reúne en el basurero del barrio, a esperar la llegada de su líder, el Old Deuteronomy.
Este gato es el padre y abuelo de muchos de los gatos de la tribu Jellicle, y es quien cada año elige el felino que va a pasar a una nueva vida, en el paraíso de los gatos.
Mientras esperan la decisión de su líder, descubren que hay humanos observándoles con cara de sorpresa.
Aunque en un momento se muestran recelosos ante su público, después deciden presentarse, y explicar orgullosos quiénes son, cuáles son las habilidades y virtudes especiales de esta peculiar tribu.
Cada gato “audiciona” con una canción, o número diferente, y ocurren algunas complicaciones menores, involucrando el secuestro del patriarca Jellicle, Old Deuteronomy, antes de escoger a un gato.
Claves del éxito de “Cats”, reside en sus canciones pegajosas, sus buenas coreografías, y excelentes interpretaciones.
Hoy por hoy, “Cats” es el más famoso musical.
Dirigido para las tablas por Trevor Nunn, y coreografiado por Gillian Lynne, el musical debutó el 11 de mayo de 1981, en el West End de Londres; y un año después llegó a Broadway.
Durante su historia, “Cats” ha ganado numerosos premios, entre los que se incluyen:
El Laurence Olivier para la producción de Londres; y 7 Premios Tony para la producción de Broadway, en 1983, de 11 nominaciones, incluyendo:
Mejor Musical, Mejor Libreto de Un Musical, Mejor Música Original, Mejor Actriz de Reparto en Un Musical (Betty Buckley), Mejor Director en Un Musical, Mejor Diseño de Vestuario, y Mejor Diseño de Iluminación.
La producción original de Londres, se representó durante 21 años, y la de Broadway durante 18, estableciendo ambas, un nuevo récord en el mundo del teatro musical.
Como curiosidad, Judi Dench iba a interpretar en el estreno el papel de Grizabella, pero una lesionó en un tendón durante los ensayos, la apartó del proyecto, y tuvo que ser sustituida rápidamente, por Elaine Paige, quien sólo dispuso de 3 días para ensayar, antes de que comenzasen las funciones previas.
Con Paige en el rol de Grizabella, el personaje fue ampliado, y pasó a interpretar la canción “Memory”, que en un principio debía cantar la gata Bombalurina.
El resto del reparto principal, lo completaron:
Brian Blessed como Old Deuteronomy y Bustopher Jones; Jeff Shankley como Munkustrap; Wayne Sleep como Mr. Mistoffelees; Paul Nicholas como Rum Tum Tugger; Sharon Lee Hill como Demeter; Geraldine Gardner como Bombalurina; Myra Sands como Jennyanydots; Stephen Tate como Gus; Susan Jane Tanner como Jellylorum; Sarah Brightman como Jemima; Finola Hughes como Victoria; John Thornton como Mungojerrie; Bonnie Langford como Rumpleteazer; Kenn Wells como Skimbleshanks; y John Thornton como Macavity.
Las actrices, Elaine Paige y Betty Buckley, quienes originaron el personaje de Grizabella en Londres y Broadway respectivamente, están especialmente asociadas con este musical.
A señalar que “Cats” es un musical de II actos, poco común en cuanto a su construcción, con una obertura que incluye una fuga, y pasajes en los que la música acompaña a versos recitados.
El show está completamente narrado a través de la música, sin prácticamente diálogos hablados entre las canciones.
La danza es también un elemento clave en el espectáculo, especialmente durante la secuencia “The Jellicle Ball”, que dura 10 minutos.
La escenografía consiste en un gigantesco basurero, que está presente durante toda la obra.
El eclecticismo de Lloyd Webber se puede apreciar muy bien en “Cats”, que abarca géneros musicales que van del clásico al pop, pasando por el “music hall”, el jazz, el rock, y la música electroacústica, además de himnos como “The Ad-Dressing Of Cats”
Entre sus famosas canciones, destaca “Memory”, que se ha convertido en un estándar, siendo versionado por más de 180 artistas, desde Barbra Streisand hasta la versión en castellano de Paloma San Basilio.
Así como famosas son las piezas:
“Gus: The Theatre Cat” interpretada por Asparagus y Jellylorum; “Macavity: The Mystery Cat” interpretada por Demeter, Bombalurina; o “Mr. Mistoffelees” interpretada por Quaxo, también conocido como Mr. Mistoffelees, y Rum Tum Tugger.
La producción londinense de “Cats”, realizó un total de 8,949 funciones, bajando el telón por última vez, el 11 de mayo de 2002, el día de su 21º Aniversario.
La última representación fue retransmitida en una pantalla gigante, en El Covent Garden, para todos aquellos fans que no habían podido conseguir una entrada.
Si bien “Cats”, siempre mantuvo el primer puesto, en la lista de musicales de mayor permanencia en cartel, en la historia de Londres, fue hasta el 8 de octubre de 2006, fecha en que fue superado por “Les Misérables”
Y el 19 de junio de 1997, “Cats” se convirtió en el espectáculo de mayor permanencia en cartel, en la historia de Broadway, después de alcanzar las 6,138 representaciones.
La producción se despidió definitivamente de los escenarios, el 10 de septiembre de 2000, con un total de 7,485 funciones realizadas.
No obstante, “Cats” ha sido objeto de numerosos cambios desde su debut en el West End.
La versión actual, autorizada por The Rodgers and Hammerstein Organization, está basada en la producción en gira por Reino Unido, que siguió al cierre en Londres, e incluye cortes, transposiciones, añadidos, y reasignaciones de algunos versos, además de una orquesta reducida.
Eso no ha impedido que “Cats” se haya representado en más de 30 países, en 5 continentes, y haya sido traducido, a más de 20 idiomas diferentes, entre ellos:
Alemán, checo, coreano, español, finlandés, francés, holandés, húngaro, italiano, japonés, mandarín, noruego, polaco, portugués, ruso, y sueco.
En total, “Cats” ha recaudado más de $1,000 millones en todo el mundo.
En 1998, Andrew Lloyd Webber produjo una película “Cats” exclusiva para vídeo, basada en la versión teatral, protagonizada por:
Elaine Paige, la Grizabella original de Londres; Ken Page, el Old Deuteronomy original de Broadway; Sir John Mills como Gus; Michael Gruber como Munkustrap; John Partridge como Rum Tum Tugger; Jo Gibb como Rumpelteazer; y varios bailarines y cantantes, procedentes de diferentes puestas en escena internacionales del show.
La dirección del video corrió a cargo de David Mallet, y la coreografía fue la original de Gillian Lynne.
“Cats” se rodó en The Adelphi Theatre de Londres, con una banda sonora, completamente regrabada para la ocasión, por una orquesta de 70 músicos.
Fue editada en VHS y DVD, además de ser emitida por la televisión.
El equipo creativo buscó transmitir al espectador, la sensación de estar viendo el show en directo, mostrando el escenario desde varios ángulos, y utilizando primeros planos.
Así las cosas, “Cats” es uno de los musicales con más tiempo en cartelera de la historia del teatro musical, un espectáculo que ha cambiado los musicales modernos.
Otro elemento de mucha importancia, es que las canciones de “Cats” ayudan a la fluidez de la trama, porque muchas veces las canciones están insertadas a la fuerza, y cantarlas o no, resulta lo mismo.
El secreto de la trascendencia de “Cats” a través de los años, son las emociones que encierra, y tienen que ver con nuestros íntimos deseos de renovarnos, de tener una segunda oportunidad, de lograr el perdón, ser los elegidos para ser felices, y el poder del recuerdo, para volver a vivir nuestro espléndido ayer.
“Starlight Express” es un musical de rock, con música de Andrew Lloyd Webber y letras de Richard Stilgoe; basado en “The Railway Series” del Reverendo Wilbert Vere Awdry.
“Starlight Express” es uno de los musicales con más representaciones en el West End, donde ha sido visto por unos 13 millones y medio de personas.
La obra recibió 7 nominaciones a los premios Tony de 1987, ganando solamente, el de Mejor Vestuario.
La música, escrita por Sir Andrew Lloyd Webber, es una de las consideradas más rockeras del género; siendo uno de los espectáculos más longevos, además es el único espectáculo donde se ha construido un teatro especialmente para la obra.
Resulta que Andrew Lloyd Webber siempre sintió fascinación por los ferrocarriles, y estuvo encantado, cuando en 1975, le preguntaron si podría escribir música para una serie animada basada en las historias del Reverendo W. Awdry, sobre “Thomas and The Tank Engine and Friends”, pero El Reverendo, finalmente no le dio los derechos a Webber, porque estimó que el músico quería un control sobre la obra, mucho mayor del que él estaba dispuesto a ceder.
Fue entonces que la historia quedó aparcada, y sólo sobrevivió una canción llamada “Engine Of Love” escrita para Ashley The Smoking Car, que con letra de Peter Reeves, fue grabada por Earl and The Steam Love.
Es significativo que cuando Webber creó su compañía, la llamase “Really Useful Group”, nombre que su utiliza muy a menudo, en los libros del Reverendo Awdry.
No fue hasta que Webber, buscando un argumento en que centrarse tras “Cats”, volvió a pensar en los trenes, algo propio de todas las culturas y edades, y decidió escribir un musical para sus hijos, Imogen y Nicholas, con el título de “Trains” que luego cambió por “Starlight Express”, como la suite del mismo nombre, Op. 78 del compositor inglés, Edward Elgar.
Y es que Webber quería algo fresco y diferente de lo que el público espera normalmente cuando va al teatro.
Su primera condición fue que todos los intérpretes estarían toda la obra sobre patines, sin quitárselos para bailar, concepto totalmente innovador, que dio popularidad al espectáculo.
Así, tras el éxito de “Cats” se buscó algo original, en el que Webber diera rienda suelta a su vena más pop, y construyeron entre todos, un musical muy sencillo en cuanto al fondo de la historia, a la vez que espectacular en cuanto a la forma, pensando en el “Todos Los Públicos” que habían conquistado con las historias de gatos de T.S. Eliot.
Para el verano de 1982 se presentó un anticipo de la producción en Sydmonton, y a partir de aquí, ésta fue creciendo en magnitud.
El coste ascendió a 2 millones de libras, convirtiéndose en el musical más caro jamás producido en Londres, hasta entonces.
Ya era evidente que en 1984, Andrew Lloyd Webber estaba en su máximo momento; hacía 3 años que se había estrenado “Cats”, y sus óperas rock habían sido extraordinariamente acogidas en el gremio teatral, y aún le faltaban un par de años para estrenar, la que sería su obra maestra:
“The Phantom Of The Opera”
Ese año en Inglaterra se estrenó su musical, “Starlight Express”, con un visionario y moderno diseño de vestuario, iluminación, y escenografía, muy en la línea de la producción de “Cats”
Así las cosas, “Starlight Express” es un cuento futurista, sobre el amor y la esperanza, cuya particularidad es que todos los intérpretes actúan con patines, siendo el escenario una gran pista de patinaje; ya que los protagonistas de la historia son un grupo de trenes de juguetes, representados por actores con patines que adquieren vida en la mente de un niño.
“Starlight Express” se estrenó originalmente el 27 de marzo de 1984, en The Apollo Victoria Theatre de Londres, donde realizó un total de 7,406 funciones, hasta el 12 de enero de 2002.
El teatro tuvo que ser modificado, para incluir la pista de carreras, que se extendió incluso en parte del Lobby.
Se habilitaron 3 niveles en los que transcurría la acción, rodeando al público, y por los que discurrían las carreras; y fue un éxito total, colgando el cartel de “Sold Out” cada noche.
A Broadway, “Starlight Express” llegó el 15 de marzo de 1987, al Gershwin Theatre, donde realizó 761 funciones.
El coste del escenario, ascendió a $8 millones; el teatro no pudo ser dividido en alturas como en Londres, pero la pista se extendió hasta el público, y el efecto fue realmente espectacular.
Para esta versión de Broadway, ya se contaba con diferentes modificaciones respecto al original del West End.
En la versión original de Londres, estuvieron gente de la talla de:
Frances Ruffelle, P.P. Arnold, y Stefanie Lawrence.
Mientras que en Broadway, estuvieron:
Jane Krakowski, Andrea McArdle, y Sean McDermott, así como Reva Rice, que estrenó en Londres, New York, y Las Vegas, repitiendo siempre su personaje de Pearl.
También, “Starlight Express” tuvo una versión de 90 minutos en The Gran Hotel MGM, reconstruido de Las Vegas en 1994, e incluso tuvo su versión de patinaje sobre hielo, con el título de “Starlight On Ice”
Cabe señalar que “Starlight Express” ha sido revisado a lo largo de sus diferentes producciones, incluso la del West End sufrió una importante modificación en 1992, en la que se añadieron 5 canciones, y se eliminaron 12, así como el recorte de 2 personajes:
CB The Red Caboose/Caboose, y Belle The Sleeping Car.
Así como los números musicales:
“Crazy”, “He'll Whistle At Me”, “Make Up My Heart”, “Next Time You Fall In Love”, y “The Megamix” fueron agregados; mientras:
“La Obertura”, “Call Me Rusty, Hitching And Switching”, “There's Me, Belle The Sleeping Car”, “Heat Three”, “Wide Smile”, “High Style”, “No Comeback”, “Only He”, y “Only You”, fueron recortados.
Aunque CB The Red Caboose/Caboose, siguió participando, pero sólo conocido como “The Red Caboose”
Y es que el proyecto de hacer una historia sobre trenes se remonta a 1970, cuando Webber planeaba producir una adaptación de la serie de libros del Reverendo Awdry; y concibió la idea de una historia “Estilo Cenicienta” en donde Rusty fuera “La Cenicienta”; y Greaseball y Electra, como “Las Hermanastras”; con The Starlight Express, que sería como “El Hada Madrina”
Como ocurría en “Cats”, Andrew Lloyd Webber vuelve a utilizar actores, para que emulen a personajes que no son humanos, y lanzaba a personajes y público el mensaje de que:
“Puedes hacerlo todo, siempre que tengas fe en ti mismo”
Así, “Starlight Express” es el sueño de un niño de 9 años, en donde su tren de juguete cobra vida, e integra un grupo de trenes, que corren para convertirse en el más rápido del mundo, entre los motores a vapor, diésel, y eléctricos.
Rusty es entonces, una pequeña y joven locomotora de vapor, que tendrá que madurar, y aprender a creer en su fuerza interior, con ayuda de The Starlight Express.
Además, hay una banda de locomotoras de diésel, que junto con su líder Greaseball, y el moderno tren eléctrico, Electra, tratarán de ganar a Rusty la competencia.
Como es sabido, los actores se desplazan siempre en patines, cantan y bailan compitiendo en una carrera espectacular por todo Estados Unidos, y procedentes también de Francia, Italia, Rusia, Gran Bretaña, Alemania, y Japón.
Al final, el humilde Rusty, pequeño tren a vapor, es quien gana la carrera, y el corazón de Pearl.
Entre los números más destacados figuran:
“Starlight Express” interpretada por Rusty; “I Am The Starlight” interpretada por Rusty, Starlight Express, y Dustin; “Only He (Has The Power To Move Me)” interpretada por Pearl y Rusty; la cual ha sido suprimida en unas producciones.
“Light At The End Of The Tunnel” interpretada por toda La Compañía; “Crazy” interpretada por Rusty, Pearl, Ashley, Dinah y Buffy; generalmente agregada a unas producciones, etc.
Las reglas y los parámetros de las carreras, han variado de una producción a otra, incluyendo el número de corazones, y las carreras de cada quién.
En lo particular, en Bochum, Alemania, se creó un recinto especial para el musical “Starlight Express” al que se le llamó “Teatro Starlight Express”, aun en activo.
El teatro representa el éxito que “Starlight Express” ha tenido en ese país, y sigue siendo rentable, a más de 10 años de su estreno.
Estrenado en 1988, “Starlight Express” está a punto de cumplir sus “Bodas de Plata”, algo que no ha conseguido en ninguna otra parte del mundo.
Lamentablemente en los últimos 2 años, éxitos de Andrew Lloyd Webber, como “Cats” y “Starlight Express”, fueron retirados de cartel, tras más de 20 años.
Pero lo cierto es que “Starlight Express”, aun con la sencilla historia que presenta, está llena de valores y la firme creencia de que la fuerza está en el interior de cada uno de nosotros, aún conmueve.
“The Phantom Of The Opera”, es un musical con música de Andrew Lloyd Webber, y letras de Charles Hart y Richard Stilgoe, y libreto de los propios Andrew Lloyd Webber y Richard Stilgoe; basados en la novela francesa “Le Fantôme de L'Opéra” de Gastón Leroux.
La trama central se desarrolla en torno a Christine Daaé, una hermosa soprano de La Ópera de París, que se convierte en la obsesión de un misterioso compositor desfigurado…
“The Phantom Of The Opera” es un musical que mezcla sabiamente, espectacularidad y calidad, con una puesta en escena cuidadísima, en la que cada elemento está perfectamente justificado, y no es un golpe de efecto gratuito para epatar al espectador.
Tiene una partitura clásica de las que sales tarareando algún tema del musical, y la historia es un trampolín para cualquier actor o actriz que se precie.
Dirigido por Harold Prince, y coreografiado por Gillian Lynne, el espectáculo “The Phantom Of The Opera” debutó en 1986, en el West End, y 2 años después llegó a Broadway, obteniendo numerosos galardones, entre los que se incluyen:
2 premios Laurence Olivier en 1986, y 7 premios Tony en 1988, de 10 nominaciones, incluyendo:
Mejor Musical, Mejor Actor Principal en Un Musical (Michael Crawford), Mejor Actriz Principal en Un Musical (Judy Kaye), Mejor Director en Un Musical, Mejor Diseño Escénico, Mejor Diseño de Vestuario, y Mejor Diseño de Iluminación.
“The Phantom Of The Opera” está considerado como el musical más exitoso de todos los tiempos, y ocupa el primer puesto de la lista de espectáculos de mayor permanencia en cartel en la historia de Broadway, donde celebró su función número 10,000, el 11 de febrero de 2012, y es el tercero en la lista de permanencias del West End, por detrás de “The Mousetrap” y “Les Misérables”
Con una recaudación mundial de más de $5,600 millones, “The Phantom Of The Opera” es el espectáculo que más dinero ha recaudado en la historia del teatro, y ha sido visto por más de 130 millones de espectadores en 30 países a lo largo del mundo, y ha sido traducido a 13 idiomas.
Exceptuando las versiones de Hungría, Nueva Zelanda, Polonia, y el montaje del 25º Aniversario, todas las producciones internacionales han sido clones de la puesta en escena original.
Todo inició en 1984, cuando Andrew Lloyd Webber tenía en mente escribir una pieza romántica, así surgió adaptar la novela “Le Fantôme de L'Opéra” de Gastón Leroux; revisó las versiones cinematográficas protagonizadas por Lon Chaney en 1925, y de Claude Rains en 1943, pero en un principio no encontró la forma de dar el salto al escenario.
Más tarde, Webber adquirió en New York una copia de 2ª mano de la novela de Leroux, que llevaba mucho tiempo descatalogada, y ahí es donde por fin halló la inspiración necesaria para desarrollar el musical.
Andrew Lloyd Webber telefoneó a Cameron Mackintosh para comentarle su intención de producir una versión teatral, sobre la historia de amor de “Le Fantôme de L'Opéra”, que le había propuesto Ken Hill, intercalando piezas de Opera clásicas.
Mackintosh reconoció desde el primer instante las enormes posibilidades del proyecto; e insistió a Andrew, que esa historia sería un vehículo perfecto para la música original que compondría Webber mismo, en vez de acompañarla con arias de viejas operas ya conocidas.
Desde el principio, el papel de Christine Daaé estuvo asignado a Sarah Brightman, por aquel entonces, Sra. Webber, cuya música fue escrita especialmente para la voz de ella.
Webber tenía un especial interés con este musical, por ser la primera vez que escribía para una orquesta convencional, saliéndose totalmente del estilo que se había marcado en sus musicales anteriores.
En cierto modo la consideraba como un regalo para su mujer, escrito para que pudiera lucirse, pensando en su registro de voz, aunque como muchos dijeron, Webber siguió perfectamente los pasos de los grandes maestros del musical.
El papel de Fantasma finalmente recayó en Michael Crawford, que casualmente compartía profesor de canto con Sarah Brightman, y un día al cruzarse con Webber, éste le propuso reunirse, para ver la posibilidad de participar en el musical que estaba escribiendo.
Crawford pensó que le querría para el papel del joven Raoul, y no el del deforme y violento Fantasma, pero reconoció que fue el papel al que estará asociado de por vida.
Crawford hizo toda una creación del personaje, que se vio premiada con el premio Oliver y el Tony al Mejor Actor; siendo el rol, uno de los papeles más deseados por los cantantes de musical.
Richard Stilgoe, que ya había trabajado con Lloyd Webber en “Starlight Express”, fue quien finalmente escribió gran parte de las letras, pero más tarde, Charles Hart, un joven y entonces relativamente desconocido letrista, reescribió la mayoría del material, además de crear letras originales para “Think Of Me”
Charles Hart fue el encargado de escribir las letras de todas las canciones en un musical cargado con una curiosa mezcla de estilos, por un lado:
Clásico operístico, y por otro, el musical más moderno, cercano en algunos aspectos a la ópera rock.
Aun así, parte del trabajo de Stilgoe se mantiene en la versión definitiva del musical.
Insípida en parte por una versión musical anterior de Ken Hill, la partitura de Webber tiene a veces un estilo operístico, pero siempre manteniendo la forma y la estructura del musical.
Los pasajes operísticos están reservados principalmente para personajes secundarios como:
André, Firmin, Carlotta, o Piangi; y también se utilizan para recrear las óperas ficticias que se representan dentro del espectáculo:
“Hannibal”, “Il Muto” y la obra maestra del Fantasma “Don Juan Triumphant”
Estos fragmentos, fueron compuestos por Webber, al estilo de las grandes óperas de Meyerbeer, Mozart, e incluso Gilbert y Sullivan, y se presentan como números musicales interrumpidos por diálogos, dejando claro el formato de “representación dentro de una representación”
Los extractos musicales de la ópera “Don Juan Triumphant” que se escenifica al final del II Acto, suenan modernos para la época, sugiriendo que El Fantasma era un compositor adelantado a su tiempo.
Maria Björnson, diseñó la escenografía y más de 200 trajes, incluyendo los elaborados vestidos del número musical “Masquerade”
Sus escenarios, que contienen elementos tan inolvidables como:
La lámpara de araña, la góndola subterránea, y la gran escalinata, fueron un hito pocas veces igualado, y ganaron multitud de premios.
En 1985, un anticipo del primer acto se representó en Sydmonton, en la casa del propio Lloyd Webber.
La máscara original del Fantasma, cubría la cara entera, y el personaje la llevaba durante toda la obra, limitando la visión del actor, y tapando su voz.
Por este motivo, Björnson diseñó la icónica media mascara, y se añadió la escena del Fantasma con la cara descubierta.
“The Phantom Of The Opera” se estrenó en Her Majesty's Theatre del West End, el 9 de octubre de 1986, con funciones previas desde el 27 de septiembre.
Dirigida por Harold Prince, la producción contó con orquestaciones de David Cullen y el propio Webber.
Michael Crawford como El Fantasma, Sarah Brightman como Christine, Steve Barton como Raoul, Rosemary Ashe como Carlotta, Mary Millar como Madame Giry, Janet Devenish como Meg Giry, John Savident como Monsieur Firmin, David Firth como Monsieur André, y John Aron como Piangi.
En la actualidad, “The Phantom Of The Opera” continúa representándose en Her Majesty's Theatre, donde el 19 de marzo de 2013, celebró su función número 11,000.
En Broadway, “The Phantom Of The Opera” debutó el 26 de enero de 1988, en el Majestic Theatre, con funciones previas desde el 9 de enero.
Michael Crawford, Sarah Brightman y Steve Barton repitieron los papeles que habían estrenado en el West End.
La producción continúa representándose a día de hoy en el mismo teatro, donde el 11 de febrero de 2012, se convirtió en el primer musical de Broadway en superar las 10,000 funciones.
Como curiosidad, en Broadway, cuando Webber quiso imponer el trío protagonista, los sindicatos de actores de EEUU se opusieron en redondo, argumentando que Crawford era una estrella de cine, teatro, y televisión, pero Sarah Brightman no tenía más mérito que el de ser la esposa del compositor, así que para ponerla a ella, mejor cualquier cantante de EEUU.
Andrew Lloyd Webber fue tajante, y dijo que o era su señora la que estrenaba, o no había “The Phantom Of The Opera” en Broadway, y ahí quedó la cosa.
El nerviosismo crecía, y ninguna de las partes daba su brazo a torcer, pasaba el tiempo, y finalmente llegaron al acuerdo de que los sindicatos dejaban estrenar a Sarah Brightman, con la condición de que el próximo musical de Andrew en Londres, fuese estrenado por una actriz de EEUU, y así fue.
“The Phantom Of The Opera” está ambientada en París del siglo XIX; y cuenta la historia de un hombre deforme, que se esconde en los sótanos de La Ópera Garnier de París, y que tiene aterrorizados con sus crímenes, a los responsables del teatro.
El fantasma, encuentra en Christine Daaé, una joven corista integrante del cuerpo de baile, su musa; le enseña a cantar, le convierte en la protagonista de su ópera, y se enamora de ella, en lo que resulta un amor imposible por la presencia de Raoul, Vizconde de Chagny, un noble amigo de la infancia de Christine.
Ella está dividida, entre el amor del joven y encantador Vizconde Raoul, y su fascinación con la misteriosa y hermosa música del Fantasma.
Cuando ella se da cuenta de que su “ángel musical” es el mismo Fantasma, responsable de accidentes y asesinatos, ella y Raoul deciden casarse en secreto, y escapar de París, fuera del alcance del Fantasma; pero éste descubre su plan, y durante la interpretación de Christine, El Fantasma deja La Opera a oscuras, y la secuestra en pleno escenario…
Abajo, en el hogar del Fantasma, tiene lugar la última confrontación, entre El Fantasma, Christine y Raoul.
“The Phantom Of The Opera” es sin duda, un gran musical, de ahí su larga permanencia sobre los escenarios, y es difícil destacar una pieza sobre otra, entre ellas tenemos:
“Think Of Me”, “The Phantom Of The Opera”, “The Music Of The Night”, “All I Ask Of You”, “Masquerade”, “Wishing You Were Somehow Here Again” y “The Point Of No Return”
Uno de los méritos de la adaptación de esta historia como música, es la habilidad para conseguir que, aunque El Fantasma aparezca en escena en contadas ocasiones, está presente en todo momento, aunque sólo veamos una sombra, oigamos un portazo, o una carcajada, o simplemente su voz “en off”, dejando a la imaginación de cada espectador, la forma mágica o misteriosa, en que El Fantasma hace, o consigue las cosas.
El director teatral, Hal Prince, supo jugar con la “ausencia” del fantasma, ayudando a crear un ser misterioso, que nos tiene en vilo, porque nunca sabemos por donde podrá aparecer, ni cómo cumplirá las amenazas que lanza, y curiosamente nos hace empatizar con este personaje desgarrado, que provoca ternura y pánico a la vez, dentro de una poderosísima historia de amor, en la que el protagonista, rechazado por el mundo, es capaz de matar a quien se interponga en su camino hacia Christine.
La grabación del reparto original de Londres, editada por Polydor Records en 1987, se convirtió en el primer álbum en la historia del teatro musical británico, en entrar en las listas de ventas en el puesto #1, recibiendo múltiples Discos de Oro y Platino en diferentes países.
En total, el álbum del reparto original de Londres, ha vendido más de 40 millones de copias en todo el mundo.
Solo El Tema Principal homónimo de la obra, ha sido versionado por numerosos artistas y grupos de géneros, que abarcan desde el pop, hasta bandas de metal gótico y sinfónico.
Entre el 1 y el 2 de octubre de 2011, tuvieron lugar en The Royal Albert Hall de Londres, 3 representaciones para celebrar El 25º Aniversario de The Phantom Of The Opera, evento que fue proyectado en los cines de varios países.
Al final del espectáculo, aparecieron Andrew Lloyd Webber y Cameron Mackintosh, para dar un pequeño discurso previo a la actuación de Sarah Brightman, y los fantasmas:
Colm Wilkinson, John Owen-Jones, el australiano Anthony Warlow, y el sueco Peter Jöback, junto a miembros los elencos anteriores de la producción de Londres.
Ese mismo año, The Really Useful Group, propietario del “copyright”, liberó algunos derechos del espectáculo, para conmemorar su 25º Aniversario; esto implica que las organizaciones educativas, y sin ánimo de lucro, incluidas las escuelas y las agrupaciones de teatro “amateur” pueden representar el musical, si pagar por los derechos de autor.
En febrero de 2012, La Celebración del 25º Aniversario fue editada en CD, DVD, y Blu-Ray, y en marzo de ese mismo año, comenzó a emitirse en el programa de televisión “Great Performances” de la cadena estadounidense PBS.
En 2004, “The Phantom Of The Opera” fue adaptado a la gran pantalla, bajo la dirección de Joel Schumacher, y protagonizado por Gerard Butler como El Fantasma, Emmy Rossum como Christine, Patrick Wilson como Raoul, Minnie Driver como Carlotta, Miranda Richardson como Madame Giry, Jennifer Ellison como Meg Giry, Ciarán Hinds como Monsieur Firmin, Simon Callow como Monsieur André, y Victor McGuire como Piangi.
La única condición que puso Webber a Schumacher, fue que los actores pudieran cantar la partitura, sin ser doblados, y así se sacrificó la brillantez de la partitura, por un aspecto más atractivo de los intérpretes, sin embargo, aún no he entendido, cómo aceptaron en el papel de la soprano Carlotta a la actriz Minnie Driver, a la que se permitió que fuese doblada, cuando su elección para el papel, no justificaba para nada su elección, y menos para ese papel…
En fin, otro misterio más...
Debido al gran número de canciones que tiene la película, “The Phantom Of The Opera” se decidió que en España, Alemania, Francia, e Italia, la película fuese estrenada con las canciones y los diálogos doblados al idioma de cada país.
En lo particular, las letras fueron adaptadas al castellano por María Ovelar, en una versión diferente a la realizada por Eduardo Galán para la producción de Madrid.
Una selección de “Highlights” de la banda sonora en español, fue editada por el sello Sony Music.
Y es que cualquier interesado en los musicales que conozca la película “The Phantom Of The Opera” o no, da igual, se llevará una buena sorpresa, si tiene ocasión de verla en directo en teatro, en la versión musical original, ya que consigue hacerte sentir parte de la acción, puesto que se desarrolla en un teatro en el que tú estás dentro, siendo a la vez, espectador y partícipe de la trama.
Actualmente hay 8 producciones de “The Phantom Of The Opera” que se están representando en todo el mundo.
La secuela de “The Phantom Of The Opera”, con libreto de Andrew Lloyd Webber, Ben Elton, y Glenn Slater, se titula “Love Never Dies” y es una adaptación libre de la novela de 1999, “The Phantom Of Manhattan”, escrita por Frederick Forsyth en colaboración con el propio Webber.
Así, “The Phantom Of The Opera” es una parte muy importante de la influencia británica sobre el musical de los años 80; en otras palabras, es implacable.
Es un verdadero clásico, que dentro de 20 años, va a seguir cautivando al público, como lo viene haciendo en las últimas décadas; y que desde entonces ha seguido produciéndose en las principales ciudades de todo el mundo.
Ahora, cuando La Obertura inicia, y la lámpara de araña de casi 500 kilos adquiere vida, La Leyenda de “The Phantom Of The Opera” vuelve a nacer en lo que esperamos que se disfrute como una buena obra romántica musical, a la antigua; sinónimo de hasta dónde puede llegar la imaginación y la creatividad del ser humano.
“Sunset Boulevard” es un musical compuesto por la música de Andrew Lloyd Webber, y letras de Don Black y Christopher Hampton; basados en la película “Sunset Boulevard” dirigida por Billy Wilder en 1950, y que fue protagonizada por la estrella del cine mudo, Gloria Swanson, y por William Holden.
“Sunset Boulevard” es probablemente el último gran éxito de Andrew Lloyd Webber, y el musical que cierra la época de las óperas-pop de los 80s y 90s.
Un año después del estreno de este musical, aparecería “Rent” un musical compuesto por Jonathan Larson, basado en la ópera “La Bohème” de Giacomo Puccini, y cambiaría para siempre el rumbo de los espectáculos en Broadway.
No obstante, un éxito como “Sunset Boulevard” se vio lastrado por sus pérdidas comerciales, ya que la puesta en escena era extremadamente cara.
Eso no impidió que fuera ganadora de 7 Premios Tony en 1995, como:
Mejor Musical, Mejor Música (Lloyd Webber), Mejor Libreto (Christopher Hampton y Don Black), Mejor Actriz (Glenn Close), Mejor Escenografía, Mejor Actor de Reparto (George Hearn), y Mejor Iluminación.
Todo comenzó cuando Andrew Lloyd Webber vio por primera vez la obra maestra de Billy Wilder en los años 70, y desde un primer momento quiso llevarla a los escenarios en forma de musical.
Sin embargo, en ese tiempo, el joven compositor no tenía suficiente capacidad económica para adquirir los derechos del film, por lo que el proyecto quedó aparcado…
Y es que la película “Sunset Boulevard” de Billy Wilder, tuvo varios intentos de convertirla en musical:
El primero en 1956, por parte de la propia Gloria Swanson, que quiso como hiciera Gertrud Lawrence, interpretando a Anna Leonowens en “King and I” en teatro y luego en el musical, hacer ella lo mismo con su gran papel en el cine.
El título en este caso sería, simplemente “Boulevard”, y ella sería Norma Desmond, pero pidió que se cambiase el final, y que no disparara a Joe Gillis, porque ellos estaban enamorados, y el musical debería tener un final feliz.
Cuando ya estaba todo listo, incluso los temas musicales grabados, y ella había incluso aparecido en televisión, cantando alguna de las canciones, Paramount Pictures, que tenía los derechos, y en principio no le puso pegas para hacerlo, le negó el permiso para representarla.
Cuando Stephen Frears, encargó a Lloyd Webber que compusiera la música para su película “Gumshoe” (1971), una historia con reminiscencias de cine negro, centrada en un singular detective que emula a Humphrey Bogart; y piensa que puede encajar un tema que Webber había escrito para un eventual “Sunset Boulevard”, y lo guardó en un cajón, porque la época y el aire de la historia, podrían servir y decide incluirlo en la banda sonora.
Por su parte, Hal Prince, que en 1975 había comprado los derechos sobre la obra, cuando empezó a trabajar con Andrew Lloyd Webber en “Evita”, le comentó sobre las posibilidades escénicas del momento en que Norma Desmond vuelve al estudio.
Webber vio de nuevo la película “Sunset Boulevard”, incluso la comentó con Christopher Hampton, que en alguna ocasión había manifestado interés en adaptar “Sunset Boulevard” al teatro, pero los proyectos en los que estaban ambos implicados les hicieron desistir de la idea, nuevamente.
Como curiosidad, cabe mencionar que otro gran compositor de teatro musical del siglo XX, Stephen Sondheim, mostró interés a principios de la década de 1960, por realizar una adaptación musical de la película de Billy Wilder, con Angela Lansbury como Norma Desmond; sin embargo, a pesar de haber efectuado algunos esbozos de la primera escena de la obra, abandonó el proyecto ante la opinión contraria del propio Wilder, quien le comentó, que era imposible escribir un musical de “Sunset Boulevard”; ya que Wilder consideraba, en todo caso, que debería ser una ópera, pues, después de todo, el argumento gira alrededor de una “Reina Destronada”
Harold Prince, también recurrió a sus otros compositores:
John Kander & Fred Ebb, pero tampoco llegó a buen puerto.
En los siguientes 12 años, Webber mantuvo conversaciones intermitentes con diversas personalidades como, Hal Prince o Christopher Hampton, sobre la posibilidad de realizar la adaptación musical de “Sunset Boulevard”, pero sin llegar nunca a concretarse nada.
Por fin, tras “Aspects Of Love” (1989), Webber sintió que su siguiente proyecto, tenía que ser sin lugar a dudas, “Sunset Boulevard”
Así que, tras negociar con la productora del film, Paramount Pictures, Webber adquirió los derechos, contactó una vez más con Christopher Hampton, y con Don Black para que trabajaran en el libreto y letras de la obra, y se puso a componer la música.
Comenzaron a trabajar con el guión, y una primera versión se estrenó en Agosto de 1991, en Sydmonton, con Patti LuPone y Kevin Anderson, en los principales papeles, que también representaron en su estreno en Londres.
La readaptación del Adelphi Theatre para poder presentar la obra, con el escenario gigante que subía, dejando ver otro escenario debajo, costó 1,500.000 libras, y el estreno sufrió bastantes retrasos, hasta que detectaron que los problemas en el escenario controlado eléctricamente por válvulas hidráulicas, se debían a las interferencias de los teléfonos móviles, y transmisiones de radio frecuencias de los vehículos que transitaban por el exterior…
Una vez solucionados los problemas, “Sunset Boulevard” se estrenó el 12 de Julio de 1993, con un público de lujo, incluyendo un invitado de honor, Billy Wilder, que a sus 87 años, acudió al estreno, manifestando que le había gustado mucho:
“Han hecho un gran trabajo, con total respeto a mi obra”, dijo.
Así las cosas, ambientado en la ciudad de Los Angeles entre 1949 y 1950; Norma Desmond es una antigua estrella del cine mudo de Hollywood, que vive en su mansión olvidada por todos, alejada de la realidad, y con la única compañía de su fiel criado, Max.
Joe Gillis, un joven guionista en paro, llegará por casualidad a su mansión, y poco a poco caerá bajo la influencia manipuladora de Desmond, lo que precipitará los acontecimientos, hacia un final trágico.
A destacar los números:
“Every Movie's A Circus”, “With One Look”, “The Perfect Year”, “Sunset Boulevard”, y “As If We Never Said Goodbye”, por citar unos.
Era el año 1989; y el musical se estrenó en el Adelphi Theatre del West End en 1993, y en 1994, llegaba a Broadway tras una “premiare” que tuvo lugar, como no podía ser de otro modo, en Los Angeles, en The Shubert Theatre.
Como dato, para su estreno en Estados Unidos, Andrew Lloyd Webber realizó algunos cambios en el libreto, y en la partitura del musical.
Tras el estreno en Londres con Patti LuPone, el musical se exportó a EEUU, pero no a Broadway, sino a Los Angeles, porque como dijo Andrew:
“Es una historia que se desarrolla en Los Angeles”
Se consiguió para el papel de Norma, a Glenn Close, Alan Campbell como Joe Gillis, George Hearn como Max, y Judy Khun como Betty.
Andrew reescribió gran parte del material, incluso una nueva canción “Every Movie’s A Circus” y se hicieron otros cambios, que le daban un tono más sombrío al musical, que se estrenó el 9 de Diciembre de 1993, con un éxito arrollador.
La producción de Los Angeles, ganó 5 Premios de la Asociación de La Crítica, 9 Premios Drama League, y 4 Premios Ovation.
Originalmente, se había prometido a Patti LuPone, que sería la protagonista de la versión en EEUU, pero el trabajo le fue finalmente entregado a Glenn Close.
Y es que Webber había quedado fascinado por la pareja protagonista, formada por Glenn Close y Alan Campbell, y quiso llevarlos a Broadway, con Alice Ripley como Betty, y Alan Oppenheimer como Cecil B. DeMille.
Para ello buscó a toda prisa una sustituta para Glenn Close en Los Angeles, donde el show funcionaba muy bien, y contrató a Faye Dunaway, pero tras varios ensayos, decidió que no tenía el registro vocal que precisaba el papel, y la despidió, con las correspondientes pataletas y pleitos por parte de La Diva de Hollywood, “a lo Norma”, diciendo que se sentía humillada ante sus admiradores.
Por tanto, Faye Dunaway y Patty LuPone, presentaron sendas querellas contra Webber, por incumplimiento de contrato, y se barajaron cifras astronómicas, que encarecieron más aún, el coste del espectáculo.
Como anécdota, con el dinero de esta demanda, LuPone puso en su casa una alberca que llama, “The Andrew Lloyd Webber Memorial Pool”
Ante las dificultades generadas, Webber optó por cerrar en junio el show en Los Angeles, y llevar prácticamente el mismo espectáculo y “cast” a Broadway.
El estreno se produjo en Noviembre de 1994, con una venta anticipada de $38 millones, la mayor en la historia de Broadway, y arrasó en los Premios Tony, consiguiendo 7 estatuillas.
A pesar de permanecer más de 2 años en cartel, y vender en Broadway más de un millón de entradas, el musical “Sunset Boulevard” nunca recuperó el 80% de los costes, a lo que contribuyeron las enormes cantidades que hubo que pagar, tanto a LuPone como a Dunaway, aparte de los costes judiciales de los pleitos, y el musical “Sunset Boulevard” cerró en Londres, en Abril de 1997, tras más de 1,500 representaciones, y en Broadway, tras cerca de 1,000 funciones.
En total, “Sunset Boulevard” nunca recuperó los $10 millones que se invirtieron en su producción; y a eso se le llama un “flop-it” o “fracaso”
Existe, eso sí, el CD “Sunset Boulevard - World Premiere Recording” con Patty LuPone, y el CD “Sunset Boulevard - American Premier Recording” con Glenn Close, siendo este último, el más cercano a la versión definitiva del musical.
El DVD de la película “Sunset Boulevard” (1950) es de visión obligada para cualquier amante del cine; y es porque “Sunset Boulevard” es la obra de un cínico empedernido, un sátiro que, pese a tener en el guionista Charles Brackett, su contrapunto responsable y equilibrado, tuvo las agallas suficientes para escribir y dirigir la radiografía más envenenada y corrosiva de la industria del cine, cuando Hollywood todavía no había aprendido a reírse de sí mismo.
El genial Billy Wilder, el cínico en cuestión, tuvo su castigo:
Pese a haber recibido los principales Globos de Oro, los miembros más conservadores de La Academia, no consintieron que “Sunset Boulevard” triunfara en los Oscar, cediendo los laureles, a la otra gran favorita, la poderosa “All About Eve” de 11 nominaciones, y “Sunset Boulevard” se tuvo que consolar con las estatuillas a:
Mejor Dirección Artística, Mejor Música, y Mejor Guión Original, el último que firmarían juntos, Wilder y Brackett.
Y entre los muchos ofendidos, es célebre el comentario del magnate Louis B. Mayer, jefe de la Metro Goldwyn Mayer, a Wilder tras un pase de la película:
“¡Eres un cabrón!
Has desprestigiado a la industria del cine.
Has mordido la mano que te convirtió en alguien, y que además, te dio de comer.
Deberían alquitranarte, emplumarte, y arrojarte del país”
Y es que no hay en “Sunset Boulevard” detalle o pieza del guión que no desprenda mordacidad.
La protagonista, Norma Desmond, interpretada en el cine por Gloria Swanson; es una estrella del cine mudo ahora olvidada, que vive en Sunset Boulevard, “El Bulevar del Ocaso”, o “El Bulevar de La Decadencia”
El director de cine que la hizo famosa, y que fue su marido, Max von Mayerling (Erich von Stroheim) es ahora su sirviente.
En un momento glorioso, la película que Norma visiona en su vieja mansión, es “Queen Kelly”, filme mudo que Stroheim escribió y dirigió en la vida real, para lucimiento de Swanson, y que no pudo terminar, siendo el epitafio de su carrera como cineasta, como prácticamente también el de Swanson.
Como dato, la historia de “Sunset Boulevard” es contada por un cadáver, el de Joe Gillis (William Holden), un joven guionista sin escrúpulos, que acepta el encargo de reescribirle a Norma un guión, el de “Salomé”, con el que ella espera recuperar su antiguo esplendor…
De hecho, los amigos con los que Norma juega al bridge, también son viejas glorias olvidadas de la pantalla:
Buster Keaton, Anna Q. Nilsson, Hedda Hopper y H.B. Warner.
Y cuando la Paramount Pictures telefonea insistentemente a Norma, no es porque Cecil B. DeMille, que también se interpreta a sí mismo, mientras rueda “Samson and Delilah” haya accedido a dirigirla en “Salomé”, sino porque el estudio quiere alquilarle su viejo coche de época, para otro rodaje.
Son tales las dosis de crueldad y negrura en “Sunset Boulevard” que por momentos la película se desliga de su asombroso cruce de géneros:
Parece “cine negro”, pero su naturaleza es la de un melodrama repleto de sarcasmo, para colindar con las fronteras del terror, no sólo la historia la cuenta un muerto, de hecho, la película comenzaba en un depósito de cadáveres en el montaje inicial, sino que la decrépita mansión de Norma, parece una vieja casa encantada…
No en vano, todos los personajes de “Sunset Boulevard” ya están prácticamente muertos durante la película:
Norma no sólo está desaparecida del mundo del cine, sino que vive aislada de la civilización, rodeada de recuerdos, como si no existiera.
Su ex marido, acepta una muerte en vida, al humillarse como criado, y desvivirse para que Norma siga feliz, en su nebulosa de ilusiones.
Y de Gillis, a quien la muerte le acecha en forma de acreedores, sólo queda por saber la manera en que morirá, desde que su cadáver aparece flotando en la piscina de la mansión, al comienzo del filme, introduciendo un “flashback falso”
Muchos son los escalofriantes momentos para recordar “Sunset Boulevard”:
Desde la primera aparición de Norma Desmond, después de haber confundido a su intruso, con el enterrador al que había llamado para proporcionar un ataúd digno a su mono; las sesiones cinematográficas en las que obliga a su forzado novio y guionista, a presenciar sus propias películas mudas; hasta su última aparición, con la impresionante bajada por las escaleras, totalmente arrebatada en un delirio que le ha sacado, permanentemente de la realidad, con un final en el que apela directamente al espectador sentado en su butaca, y cuyo recuerdo me hace emocionarme mientras escribo estas líneas.
Por otro lado, numerosas intérpretes han representado a Norma Desmond, porque como “Evita” es uno de los papeles más codiciados por las actrices y cantantes, y aparte de las ya citadas, estuvieron:
Elaine Paige, Petula Clark, Linda Balgord, Diahann Carroll, Helen Schneider, Simone Kleinsma, Pia Dowes, Rita Moreno, Deborah Byrne, por citar algunas.
También se han realizado producciones de “Sunset Boulevard” en diversos países del mundo, como:
Canadá, Alemania, Australia, donde Debra Byrne interpretó a Norma Desmond, y Hugh Jackman a Joe Gillis, Holanda, o Suecia.
La última producción vista, tuvo lugar en Londres y fue en el 2008, con Kathryn Evans como Norma Desmond, y Dave Willets como Max, en la que todos los actores eran los músicos que interpretaban la música en vivo, y tuvo muy buenas críticas, siendo nominado a varios premios Olivier.
Ahora, han circulado rumores de que se va a filmar la película del musical “Sunset Boulevard” y se han barajado nombres como:
Meryl Streep, Glenn Close, o Barbra Streisand, así como de Ewan McGregor y Hugh Jackman, aunque son sólo rumores, y no hay nada definitivo, o sea que de momento, mientras no se confirme oficialmente, y se sepa que han firmado los actores, o va a empezarse la filmación, olvidémonos del tema, que estos suelen ser los casos de que “suena el río, pero no lleva agua”
En 2011, el compositor Andrew Lloyd Webber, que persigue desde hace años la idea de llevarlo al cine, ha expresado el deseo de que sea finalmente, la cantante y actriz, Reina del Pop, Madonna, quien tenga el papel protagonista en la gran pantalla.
De hecho, Webber aseguró en el programa de la CNN “Piers Morgan Tonight” que Madonna está en la edad perfecta para hacer el rol de Norma Desmond, una retirada diva del cine mudo, que es tentada por un joven guionista para relanzar su carrera.
De llegar a buen puerto los deseos del compositor, Madonna volvería a colaborar en la adaptación al cine, de un musical de Lloyd Webber, después de que en 1996, se pusiera en la piel de “Evita”
Más recientemente, en una entrevista con Elaine Paige en la BBC Radio show, el 6 de octubre de 2013, a Webber se le preguntó:
“¿Qué pasa con la película “Sunset Boulevard?”
Y él respondió:
“Me encantaría hacer una película de “Sunset Boulevard”, pero por desgracia, los derechos son propiedad de Paramount Pictures, que posee la película original, y hasta ahora las conversaciones con ellos nunca han llevado a nada”
Él continuó diciendo que:
“Es triste para mí, porque creo que en muchos aspectos, “Sunset Boulevard” es el musical más completo que he escrito, en el sentido de que el libreto y la música, todo se une de una manera que, tal vez algunos de los otros no lo han hecho”
Terminó diciendo:
“Esa es mi tristeza por el momento, y tal vez, un día todo cambiará.
Estoy haciendo algo más con Paramount Pictures, porque después de lo que he hecho con Stephen Ward, estoy produciendo “School Of Rock” en el escenario, y eso es una señal de que Paramount, tal vez si les gusta lo que hago, y me dejen hacer “Sunset Boulevard” dijo el compositor, antes de que llegue a su ocaso.
“Whistle Down The Wind” es un musical compuesto por la música de Andrew Lloyd Webber, y con letras de Jim Steinman.
La obra es una historia fantástica para un dramaturgo musical como Webber, que regresa a sus raíces de rock; en una historia acerca de la salvación y el perdón, con el que todo el mundo puede relacionarse.
Webber repitió la fórmula de adaptar una película, esta vez “Whistle Down The Wind” (1962); y se involucró en la elaboración del guión, junto a Patricia Knop y Gale Edwards.
“Whistle Down The Wind” está basado en la novela homónima, escrita por Mary Hayley Bell, y en la película producida por Richard Attenborough en 1962.
Para la ocasión, Webber trasladó la acción de la historia original, de la Inglaterra rural hasta “La América Profunda” de la década de los 50, en Louisiana.
Contó para escribir las letras del musical con Jim Steinman, popular letrista estadounidense, conocido por su trabajo con cantantes como:
Meat Loaf, o Bonnie Tyler.
La década de 1950, fue la época en el corazón de “El Sueño Americano”
El cine y la publicidad, buscaban representar el feroz sentido de orgullo estadounidense, que nace de la necesidad de adormecer los años oscuros de La Depresión y la guerra; en comunidades asentadas en nuevas áreas, con sincero optimismo, sólo para descubrir que la realidad estaba muy lejos de sus expectativas.
La pobreza y la profunda insatisfacción con la vida, se convirtió en un catalizador de las tensiones sociales y raciales, y es la fuente del deseo, en el corazón de todos los personajes principales.
La puesta en escena se inspiró en estas cosas, y por un viaje que hizo Peter Davison, por el campo de Louisiana, un paisaje rural arruinado en el período posterior a la guerra, por la llegada de las refinerías de petróleo, y las autopistas de concreto, y a través de ella, de una metrópolis a otra, convirtiendo las ciudades pequeñas, en remansos olvidados.
La autopista se convirtió en la metáfora para el diseño, una ruta de escape que cuelga tentadoramente sobre las cabezas de los personajes que les daba señales para seguir en marcha.
También es una imagen de gran alcance para el viaje espiritual, a lo largo de un camino ambiguo, que flota entre El Cielo y La Tierra.
Así las cosas, “Whistle Down The Wind” tiene lugar en una pequeña ciudad justo antes de La Navidad de 1959.
Swallow, es una joven de 16 años de Louisiana, que encuentra un extraño en su granero, en realidad, es un criminal que escapa de la justicia.
Pero Swallow y sus hermanos, junto con el resto de niños del pueblo, lo esconden y lo mantienen el secreto, convencidos de que se trata de Jesucristo; mientras los habitantes del pueblo están decididos a atrapar al fugitivo.
Sobre los personajes, veremos los sueños de Swallow, por regresar con su madre en la comodidad emocional y la seguridad que contaba.
Candy, ha inventado un mito de sí misma, que El Paraíso se encuentra al final de la autopista.
Amos quiere escapar del destino de su padre, de irse a trabajar en la refinería de petróleo.
Boone, sueña con una vida mejor para sus hijos.
El deseo de cambio, es superior en todas sus mentes, sin embargo, todos están “atrapados” por las circunstancias, o por sus propias personalidades, en una inercia impotente.
“The Man” que aparece de la nada en el granero de Swallow, que finalmente desaparece tan dramática y enigmáticamente; al llegar, es a la vez real, y una especie de figura mitológica, que se convierte en el catalizador para el cambio en toda la comunidad.
Sólo Swallow y los niños locales, realmente se ven con él, cara a cara, sin embargo, se convierte en una fuerza poderosa para la transformación de todo el mundo a su alrededor.
Transformación de Swallow, de niña a mujer, que deja sus emociones fuera de control, mientras lucha con sus percepciones de deseo y amor.
Su fe inicial, inocente, y cegadora, poco a poco da paso a una especie más adulta de amor, basada en el conocimiento y el perdón.
Y es que “Whistle Down The Wind”, gira en torno a la hora y el lugar donde se inventó la palabra “adolescente”
Swallow es una adolescente que crece en los años 50, que descubre a un misterioso hombre escondido en su granero.
Cuando ella le pregunta quién es, la primera palabra que pronuncia es:
“Jesucristo”
Es como si todas sus oraciones hayan sido contestadas.
Swallow y los otros niños del pueblo, se comprometen a proteger al extranjero, del mundo que le espera fuera:
La gente del pueblo que está decidida a capturar al fugitivo, y los niños deciden esconderlo, guardando el secreto entre ellos.
Como la fantasía y la realidad se confunden, Swallow se debate entre los 2 ambientes, y comienza a descubrir quién es, y hacia dónde va; así como la mujer que se despertó en Swallow, que a su vez, despierta la bondad en el oscuro corazón del condenado irredimible.
Ellos tienen el poder de salvar a los demás, pero la inocencia de uno, y la culpabilidad del otro, es demasiado para poder resolverlo todo sin dolor.
Como en todo buen “Cuento de Hadas”, les acechan verdades oscuras y peligrosas; rayando la superficialidad, que revelan un mundo lleno de problemas, de secretos y negación.
La crueldad y la ternura, conviven en vez de agotar los conflictos.
El profundo vacío entre el mundo adulto, y el mundo de los niños, es una de las principales tensiones temáticas en “Whistle Down The Wind” que plantea interrogantes sobre la inocencia perdida, la tiranía y el miedo.
Webber y Steinman, han vuelto a contar una historia para un público moderno, sin ser patético para una familia musical, en el sentido más estricto, del mundo con los mismos valores, sin ser moralista.
La música de Andrew Lloyd Webber, combina inquietantemente hermosas canciones de amor, y música explosiva rock, con letras de rock del compositor Jim Steinman.
La música contrasta con la influencia implacable del mundo moderno, con los valores tradicionales de los viejos tiempos, algo que la comunidad, en el corazón del pueblo, anhela volver.
El director del musical fue otro “peso pesado” en Broadway, Harold Prince; pero ni su trabajo como director, ni la colaboración musical de la estrella de Meat Loaf, Jim Steinman, quien colaboró como letrista con Webber, lograron levantar “Whistle Down The Wind” en Estados Unidos.
El musical tuvo su “premiare” mundial en Washington D.C., el 12 de noviembre de 1996, con David Gaines e Irene Molloy, interpretando los papeles protagonistas, donde se representó durante 9 semanas.
Aunque la producción tuvo un gran éxito de público, no cosechó críticas demasiado buenas, lo que provocó que se cancelara el estreno de la obra en Broadway, inicialmente previsto, para el 17 de abril de 1997.
Tras su estreno en el West End, en 1998, “Whistle Down The Wind” pudo verse en Estados Unidos, entre 2007 y 2008; como en Inglaterra, entre 2001 y 2004, en una tournée.
La producción inglesa de la gira, se representó de nuevo en Londres, en el 2006, durante un breve periodo de tiempo, a petición del propio Webber.
Sin embargo, la producción tenía un tono mucho más oscuro, que la que se representó en Washington D.C., con la intención de estrenarse en Broadway.
Gale Edwards, fue el encargado de realizar la revisión del musical.
De hecho, Edwards ya había colaborado anteriormente con Webber, en una producción de “Jesus Christ Superstar”
Como dato, conocida entonces como Jessica Cornish, hoy famosa cantante británica Jessie J, comenzó su carrera en el mundo del espectáculo, a la edad de 11 años, actuando en “Whistle Down The Wind”
Se conoce de un álbum conceptual, lanzado en 1998, con 12 de las canciones de “Whistle Down The Wind” por artistas como:
Tom Jones, Boy George, Tina Arena, Donny Osmond, The Everly Brothers, Boyzone, Meat Loaf, y Bonnie Tyler.
Además de esta lista de artistas populares, y el coro góspel, “Sounds Of Blackness”, participaron las estrellas del West End:
Elaine Paige y Michael Ball, hasta la cantante y actriz Lottie Mayor, protagonizando a Swallow, en la versión reelaborada del Teatro londinense, aparecieron en el álbum; siendo Steinman y Webber, los productores ejecutivos.
Posteriormente, fue editado un álbum doble de “Whistle Down The Wind”, producida por Webber y Nigel Wright, lanzada al mercado el mismo año, con el elenco original de la producción del West End.
Así, la sensacional música viaja a través de la obertura del evangelio entusiasta de “The Vaults Of Heaven”, a través de las canciones de rock pulsantes como “Tire Tracks and Broken Hearts”, y de la melodía cadenciosa de la canción titular, “Whistle Down The Wind”, y el hit #1 de Boyzone “No Matter What”
En lo personal, las canciones notables de “Whistle Down The Wind” son:
“Whistle Down The Wind”, “Cold”, “No Matter What”, “A Kiss Is A Terrible Thing To Waste”, y “When Children Rule The World”
En lo particular, el tema “No Matter What” fue lanzado como un single del grupo Boyzone, y tuvo un éxito sin precedentes, siendo Disco de Platino, elegido Disco del Año en El Reino Unido en 1998, llegando al puesto #1 en 18 países, convirtiéndose en el sencillo más exitoso, producido a partir de un musical en historia.
Como dato, en La Ceremonia Inaugural de Los Juegos Olímpicos de Invierno de Nagano, en 1998, una versión japonesa de la canción “When Children Rule The World” fue realizada por la cantante japonesa, Ryoko Moriyama, junto con 150 “yukinkos” o “muñecos de nieve”
“Whistle Down The Wind” es una historia sobre el amor verdadero, entre personas comunes y corriente, pero con los problemas y las resonancias de siempre, que dan sentido épico y universal; y no simplemente, nacional o trivial.
“Whistle Down The Wind” explora algunos de los temas que se plantean en varios momentos de la vida, a través de cuentos clásicos y arquetípicos.
“Abran sus corazones, y dejen que los vientos de cambio, los lleven hacia lo desconocido”
Por último, hablar del “Requiem” de Andrew Lloyd Webber, una misa de difuntos de La Religión Católica, para ser cantada por:
Soprano, Tenor, Treble (Soprano de Alta Voz), Orquesta y Coro.
La Misa de Réquiem fue creada por el compositor Andrew Lloyd Webber, apoyándose en el texto latino tradicional que se sigue en las ceremonias de entierro, conmemoración, o de recuerdo, y que fue inspirada en un artículo sobre los niños que se quedaban huérfanos por la guerra.
También, “Requiem” fue dedicado a su padre, William Lloyd Webber, y fue a beneficio de La Fundación “The Holy Apostles Soup Kitchen”
Muchos pensaron que un giro sorprendente para un compositor tan populista como Lloyd Webber, producir una pieza de “música seria”
La música presenta una mezcla melódica típica de Andrew Lloyd Webber, al estilo pop, orientado en sus formas incluso austeras, más complejas, y sofisticadas a veces.
Como es sabido, “Requiem” del latín “Descanso” o “Misa de Réquiem” conocido también en latín con el nombre de “Missa Pro Defunctis” o “Missa Defunctorum” es un servicio litúrgico de La Iglesia Católica.
Esta misa es un ruego por las almas de los difuntos, y tiene lugar justo antes del entierro, o en las ceremonias de conmemoración, o de recuerdo.
Este servicio es a menudo observado por otras iglesias cristianas, como La Iglesia Anglicana y La Iglesia Ortodoxa.
Su nombre proviene de las primeras palabras del “Introito”:
“Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis” o “Concédeles el descanso eterno, Señor, y que brille para ellos la luz perpetua”
Ciertos arreglos contienen textos adicionales, como el motete “Pie Jesu” y “Libera me” proveniente de la “Absolución”; y el “In Paradisum” proveniente del enterramiento que, en el caso de los funerales, sigue a la misa; y son los que terminan ciertas composiciones, como “Requiem” de Andrew Lloyd Webber.
Por otra parte, El Réquiem Musical, es decir, el texto de La Misa de Réquiem puesto en música, con fines específicos de conmemoración, tiene su origen en una de las instancias más antiguas de La Liturgia Católica:
“La Missa Pro Defunctis”, el oficio religioso por los muertos.
Este oficio, suele ser cantado tradicionalmente, El Día de Todos Los Santos, en memoria de los fieles difuntos, en servicios funerarios, y en aniversarios luctuosos.
Así las cosas, el “Requiem” de Andrew Lloyd Webber, vio la luz por primera vez el 24 de febrero de 1985, ante miles de invitados, en La Iglesia de Saint Thomas Episcopal, en New York, y después en Londres.
La “première” fue dirigida por el célebre director Lorin Maazel, junto a los solistas:
Sarah Brightman como Soprano, Plácido Domingo como Tenor, Paul Miles-Kingston como Treble, y Thomas Drew como segundo Treble; James Lancelot como organista, y acompañados por The Saint Thomas Choir y Winchester Cathedral Choir, así como los de la English Chamber Orchestra, y The Orchestra Of St. Luke's.
El espectáculo fue filmado tanto por La BBC, para su programa “Universal”, como por PBS en América, para más tarde ser transmitido en su gran serie televisiva.
El “Requiem” fue publicado en LP, casete, y VHS; y después fue remasterizado en CD, con los siguientes movimientos que la componen:
1. Requiem & Kyrie.
2. Dies Irae... Rex Tremendae.
3. Recordare.
4. Ingemisco... Lacrymosa.
5. Offertorium.
6. Hosanna.
7. Pie Jesu.
8. Lux Aeterna & Libera Me.
Sin embargo, el movimiento más popular del “Requiem” de Andrew Lloyd Webber, ha sido siempre “Pie Jesu” o “Jesús Piadoso”, por lo que ha sido objeto de interpretación de numerosos cantantes, entre los que se encuentran:
Sarah Brightman & Paul Miles-Kingston; Sarah Brightman en solitario, Anna Netrebko, Charlotte Church, Hayley Westenra, Barbara Bonney, y Barbara Hendricks, por nombrar algunos.
Como parte de La Misa, el single comercial “Pie Jesu” fue lanzado con extractos del Requiem, en beneficio de La Fundación “Save The Children”
Y con grandes resultados, el “Pie Jesu” se puso en cabeza en las carteleras, al vender durante el primer día, 25,000 copias, un gran éxito, al tratarse de una canción que está en latín, perteneciente a una obra litúrgica/musical.
El “Requiem” también ganó el premio Grammy de 1985, como Mejor Composición Contemporánea, y el álbum del “Requiem” alcanzó el #1 en la lista de ventas de Estados Unidos.
Por su parte, la cantante y bailarina Sarah Brightman, fue nominada al Grammy como Mejor Artista Clásico Actual en 1986, por su colaboración en el “Requiem”
A manera de comentario; es una lástima que la infausta demolición litúrgica vaticano segundista, exterminara La Misa de Requiem y todo El Officium Defunctorum, viéndose ahora la paradoja, de que se compongan Misas de Réquiem como mero género musical, cuando La Misa de Requiem Tradicional, la que inspiró a los antiguos maestros, y sirvió desde siglos como sufragio por los fieles difuntos, fuera suprimida y sustituida por un pobre remedo minimalista:
“El Rito Exequial Novus Ordo”
Ya que para empezar, el “Ordo Exequiarum” o “Ritual de Los Funerales de La Liturgia Romana” propone 3 tipos de celebración de las exequias, correspondientes a 3 lugares de su desarrollo:
La casa, la iglesia, y el cementerio; y según la importancia que les presten la familia, las costumbres locales, la cultura, y la piedad popular.
Por otra parte, este desarrollo es común a todas las tradiciones litúrgicas, y comprende 4 momentos principales:
La acogida de la comunidad; La Liturgia de La Palabra; El Sacrificio Eucarístico; y El Adiós o “A Dios”
La puntilla al Rito Exequial, y me refiero al nuevo, se la han dado los tanatorios, o establecimientos funerarios habilitados para el velatorio de difuntos, con la correspondiente aprobación de los obispos, que han autorizado las empresariales “Capillas de Tanatorio” para lucrar del dolor...
Pero no perdamos la esperanza:
“Merced Al Motu Proprio Summorum Pontificum” o “Si la reticente displicencia de los impíos Prelados no lo impide” La Misa de Réquiem podría recuperarse, para deleite de los presentes, sufragio por los difuntos, y glorificación del Divino Juez de vivos y muertos.
A ver si cunde el buen ejemplo, y estas escenas dejan de ser exclusivas de salas de conciertos, y vuelven a nuestras iglesias, que es su sitio.
Así llegamos al concierto de conmemoración de los 50 años del compositor de estas obras maestras; con la participación de grandes actores/cantantes como:
Antonio Banderas, que proyectó bien sus ojos llenos de amargura y culpa; e hizo un buen trabajo cantando.
Elaine Paige estuvo maravillosa...
La obertura de “The Phantom Of The Opera” fue ingeniosa, pero la actuación de Antonio Banderas, aunque fantástica, hizo falta mostrar la máscara...
¿Cómo puedes ser El Fantasma, si al menos no la usas?
Admito que decepcionó que Michael Crawford no estuviera allí…
Y con todo, se nota el peso que ha tenido en Webber, alguien como Sarah Brightman.
“I don't know why I'm frightened, but I am”
La carrera de Andrew Lloyd Webber ha sido una contradicción:
Su obra ha sido la más exitosa en lo comercial de la historia de Broadway y, al mismo tiempo se ha considerado “pasada de moda”
El compositor londinense, cubierto de gloria y de millones por obras, ha vivido contra la corriente musical desde los años 60.
La melodía, el cimiento de su creación, se quedó de lado en la música contemporánea culta, como lo figurativo en las artes visuales.
Una vez le pidió a un amigo, director de orquesta, que le explicase de qué iba el minimalismo.
Después de varios intentos, el director se rindió y le dijo:
“No tiene sentido que te lo explique, Andrew.
Tú eres un maximalista”
Y tanto que lo es, y no solo en la música, como se lee en “Unmasked”, una referencia poco sutil a “The Phantom Of The Opera”, el libro de memorias que acaba de presentar, en el que deja clara su personalidad difícil y exuberante, dentro y fuera de la composición musical.
La autobiografía es el plato fuerte de las celebraciones de los 70 años de vida de Lloyd Webber, que cumplió el pasado día 22 de marzo de 2018.
Pero hay mucho más, como una nueva recopilación de sus grandes éxitos en una colección con el mismo nombre que las memorias; y en ella participan primeras voces del musical:
Barbra Streisand, Patti LuPone, Donny Osmond, Nicole Scherzinger o Gregory Porter; divos de la ópera que han interpretado sus temas:
Anna Netrebko o José Carreras; y grandes estrellas de la música popular:
Elvis Presley, Madonna, Tom Jones, Lana del Rey; e incluso la versión de “Learn To Be Lonely” de “The Phantom Of The Opera” que Beyoncé cantó en los Oscar de 2005, con Lloyd Webber al piano.
De momento, la legión de seguidores de Lloyd Webber tienen material para entretenerse en las 500 páginas de la autobiografía, que apenas cubre la mitad de su carrera, ya que acaba tras el estreno de “The Phantom Of The Opera”, el musical que ha batido el récord de longevidad en Broadway, con más de 3 décadas sin echar el telón de forma definitiva.
Seguro que llegará un segundo volumen, pero es difícil que tenga el mismo interés que el primero, que abarca su infancia y la época dorada de sus musicales, cuando alumbró sus mejores éxitos…
Y es que Lloyd Webber se describe como el fruto de una infancia traumática, con padres neuróticos, exigentes y distantes al mismo tiempo.
El compositor se recrea en recordar su genio musical desde niño, pero también las penurias de los abusos de sus compañeros.
Buena parte del libro, es la recreación de la montaña rusa que supone poner en marcha un musical en Broadway, un proceso que parece en sus memorias como casi milagroso, tocado por una varita mágica para que lo imposible se haga realidad.
Al tiempo que Lloyd Webber trufa el relato de miles de anécdotas, muchas de ellas con sucesos que hubieran cambiado la suerte de sus musicales:
Bette Midler estuvo a punto de protagonizar “Jesus Christ Superstar”, pero la descubrió demasiado tarde; Judi Dench iba a ser la Grizabella de “Cats”, pero se rompió el talón de Aquiles; Alan Jay Lerner iba a escribir la letra de “The Phantom Of The Opera”, pero se le cruzó un cáncer devastador…
Lloyd Webber se recrea con detalles de lo que ganó y perdió con sus proyectos, no es casualidad que sea el compositor más taquillero de la historia del musical, y también con las críticas devastadoras que se llevaron algunos de sus musicales:
Son el contraste perfecto para el éxito de taquilla y los Tony que se llevaron después.
Pero también el libro no obvia sus amoríos, las convulsiones de sus 2 matrimonios, sus ataques de cólera, sus peleas con colaboradores íntimos, como con su letrista Tim Rice, con quien escribió “Joseph and The Amazing Technicolor Dreamcoat”, su debut en el musical; “Jesus Christ Superstar” y “Evita”
Ese carácter fue por lo que el cineasta Milos Forman quiso tenerlo para protagonizar “Amadeus” (1984); del que Lloyd Webber dijo que era un “actor incompetente”, pero Forman lo vio de otra manera:
“Me dicen que tienes mal temperamento… y eres un perfeccionista cabezota que puede ser extremadamente desagradable.
Quiero que te interpretes a ti mismo”
A pesar de ello, Lloyd Webber no aceptó el papel.
Medio en broma, el compositor aseguró en una entrevista a “Variety”, antes de su cumpleaños que escribir el libro es “lo más aburrido que he hecho en mi vida”
El problema, según él, es que “aunque estoy a punto de cumplir 70 años, lo que de verdad me gusta es componer nuevas obras”
Sin duda, gracias Sir Andrew Lloyd Webber, porque su legado musical ha calado hondo en mi sensibilidad.
¡Feliz, ahora 70 Cumpleaños, Maestro!
“Love Changes Everything”
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