Jane Fonda in Five Acts

“I was always in search of somebody who was real in there, in me”

De las familias de actores en activo más famosos del cine, podemos encontrar a Los Redgrave, Los Huston y Los Fonda, por citar algunos; sobre esta última familia, el patriarca era Henry, y fue uno de esos mitos del cine que se fueron forjando a base de talento puro y trabajo.
Sus grandes e inquisidores ojos azules, su atractivo y elegante rostro, y sus aires de hombre duro pero íntegro, convirtieron a este periodista sin vocación, en uno de los actores Clásicos del Hollywood Dorado, considerado 6ª estrella cinematográfica de todos los tiempos según el American Film Institute.
La economía de gestos, la intensidad de su mera presencia, glosaron un estilo interpretativo que destilaba especial autenticidad; y pocos como Henry Fonda dotaron de tanta profundidad emocional a un personaje; nunca reparó en las dificultades de expresar los recovecos del alma humana, más al contrario, fluyeron, diáfanos y sin estridencias, en la fuerza de su mirada, donde la naturalidad fue siempre su mayor virtud.
No obstante, Sir Alfred Hitchcock le definió como:
“El perfecto hombre de la calle”
Así, el flechazo entre la cámara y el rostro de Fonda, su apariencia de ciudadano honrado al que lo único que parece importarle es no perder la dignidad, fue inmediato.
Este aspecto de su mirada, lo definió mejor que nadie Peter Bogdanovich:
“Cuando Henry Fonda dice algo, lo crees...
Ésta es una cualidad de las verdaderas estrellas, y nadie la tiene más que Fonda”
De 1935 a 1981, Fonda desarrolló una de las carreras más prolíficas con 113 películas protagonizadas y exitosas de la historia del cine.
Los directores se lo rifaban para que trabajase a sus órdenes, y Henry Fonda lo hacía con la mayor naturalidad, como si actuar fuese un sexto sentido; tanto que se le empezó a conocer con el apodo de “One-Take Fonda”, puesto que conseguía al instante bordar su papel, sin necesitar repetir decenas de veces la toma.
La década de los 40, fue su consagración absoluta, gracias entre otras al film “The Grapes Of Wrath” (1940), a las órdenes de John Ford, y por la que recibió su primera nominación al Oscar; y la segunda nominación la consiguió por “12 Angry Men” de Sidney Lumet en 1957.
A lo largo de sus casi 50 años de carrera, Fonda saltó airosamente de retratos de idealistas y héroes en películas de acción, sociales, románticas y comedias de alta sociedad, a hacer sólidas encarnaciones de políticos, generales y presidentes en la madurez; y una de sus virtudes, fue hilar fino al elegir sus papeles, pues los convencionalismos nunca fueron de su agrado.
De su vida privada destaca su extraña vida matrimonial:
Se casó 5 veces, y 2 de sus esposas se suicidaron, y por la distante relación con sus hijos, los también actores, Jane y Peter que no llegó a buen puerto hasta muchos años después; en sus últimos años, Henry Fonda los dedicó a la televisión; y en 1980, se le concedió un Oscar Honorífico por toda su carrera y, 1 año después, recibió la estatuilla como Mejor Actor por “On Golden Pond” de Mark Rydell, en la que actuó junto a Katharine Hepburn y su hija Jane Fonda.
Al poco tiempo, el 12 de agosto de 1982, el gran Henry Fonda, el que dio vida al recio agricultor Tom Road, al legendario sheriff Wyatt Earp, al estoico músico Manny Balestrero y a tantos memorables personajes, moría a los 77 años a causa de un fallo cardiaco.
Él mismo dijo una vez:
“Fui condenadamente afortunado por convertirme en actor.
Actuar para mí es ponerme una máscara.
La peor tortura que puede sucederme, es no tener una máscara tras la que ocultarme”; y el cineasta John Ford, cuando en una entrevista se le preguntó qué era el cine para él, contestó:
“¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda?
Pues eso es el cine”
De sus hijos, Jane y Peter estuvieron marcados por su carácter, hosco e introvertido, a veces de una aparente insensibilidad casi inhumana; esa huella se muestra en el comportamiento de ellos:
En la desorientación de Peter; en la turbulencia y deseos de agradar de Jane.
Pero mientras el primero fue vencido por el apellido, la segunda pudo alcanzar un universo vital autónomo.
Así, Los Fonda como cualquier familia, tuvieron sus tensiones, escándalos, complejos sentimientos, que pudieron pasar desapercibidos si no fuera porque son una buena parte de la historia del Séptimo Arte.
“I wanted someone to mold me.
I wanted him to help me become a woman”
Jane Fonda in Five Acts es un documental del año 2018, dirigido por Susan Lacy.
Protagonizado por Jane Fonda, Tom Hayden, Robert Redford, Lily Tomlin, Ted Turner, Troy Garity, Paula Weinstein, Dick Cavett, Nathalie Vadim, Mary “Lulu” Williams, entre otros.
A saber, de la familia Fonda, Jane fue odiada por casi todo un país en plena Guerra de Vietnam siendo llamada “Hanoi Jane”, pero había sido codiciada en el cine, y presentada como líder del movimiento feminista.
Este documental, va al corazón de quién es ella en realidad, una mezcla de vulnerabilidad profunda, magnetismo y valentía para mostrar lo que ha alimentado su vida inspiradora, notable y en ocasiones exasperante; como fruto de 21 horas de entrevistas, ella habla franca y honestamente sobre su vida y sus errores; que también incluye entrevistas con la familia y los amigos de Fonda, como Tom Hayden, Ted Turner, Robert Redford y Lily Tomlin, así como imágenes exclusivas de su vida actual, a los 80 años.
La producción se divide en 5 actos, que son los momentos más importantes que marcaron su vida:
Empezando por la niñez, que fue eclipsada por la fama de su padre, Henry Fonda, que ocasionó que su madre tuviera desórdenes mentales, dejándola a ella y a su hermano solos.
La inseguridad y la baja autoestima la siguieron en su adolescencia.
Sin embargo, decidió ir por el camino de su padre, y ser actriz, catapultándose a la fama internacional desde los 20 años, cuando conoció a su primer esposo:
El director francés, Roger Vadim, con quien procreó a su primera hija, Vanessa.
Pero vinieron Las Guerras de Vietnam y El Golfo Pérsico, que fueron su catarsis, que en un momento de valentía optó por el activismo, dejando la actuación en un segundo plano, y poniéndola en el ojo del huracán, a tal extremo que su vida llegó a correr peligro; es durante esa etapa que conoce a su segundo esposo:
Tom Hayden, con quien tuvo a su segundo hijo, Troy.
Así se verá la transformación y la madurez de la actriz, cuya vida se tambalea tras su divorcio de Hayden, y la falta de llamados del cine, y en un momento de reflexión, trata de que su vida vuelva a tener sentido.
Otro matrimonio y el resurgimiento de la carrera de Jane Fonda como actriz, marcará la última etapa de esta cinta biográfica, en la que reflexiona sobre los demonios que la acechaban durante su vida, lo que hará que perdone a sus padres, y busque el perdón de sus hijos.
Es un documental que relata de manera muy entretenida, interesante e íntima, la vida, el trabajo, el activismo y las controversias como actriz, a través de esos 5 actos, divididos con el nombre de las personas que más influenciaron su entorno:
Su padre Henry; sus 3 maridos:
El cineasta francés Roger Vadim, el activista político Tom Hayden, y el magnate de los medios Ted Turner; y finalmente ella misma.
Todos hablan a la cámara, así como personas involucradas en el cine y su familia, como su hijo Troy y amigos cercanos como Lily Tomlin.
Y resulta bastante convincente el hecho que ella misma haya decidido enfrentar su pasado, desde su familia, su relación con su madre es de lo más interesante, así como la extraña relación con su padre, sus problemas de desorden alimenticio, sus pasiones como el cine, que llegó sin quererlo; el activismo político desde muchos frentes; así como su programa de ejercicios, su cirugía… y su confrontación más valiente, con ella misma; por lo que nos brinda la oportunidad de ver de cerca, la vida de una de las familias más famosas de EEUU, desde adentro, que tenían muchos problemas emocionales, como todo humano en este planeta, pero que los “flashes” nos cegaban para ver de cerca lo que pasaba...
Llama la atención el activismo y la confrontación con su padre, la influencia de los hombres en su vida, no es casual que todos los capítulos tengan subtítulos masculinos, o bien, el “resurgir” que tuvo ya como una mujer que conoció, e hizo las paces con su pasado.
Todo ese proceso comenzó hace más de una década, cuando ella empezó a escribir sus memorias, el cual dedicó a su madre, Frances Ford Seymour, a quien no conoció mucho porque sufría de bipolaridad, y se suicidó cuando la actriz tenía 12 años.
Pero eso lo descubre la década pasado los hechos, pues hasta entonces, ella pensaba que su madre había muerto de un ataque al corazón...
Eso le había dicho su padre, Henry Fonda.
Y luego es tan vulnerable como cuando habla sobre la experiencia femenina en todo el mundo, en niveles más profundos, el documental es como un estudio de las etapas de la feminidad y autodescubrimiento; y su mensaje es tan universal y tan claramente entregado, que convierte a Jane Fonda in Five Acts, en una película de gran belleza y profundidad.
Pero el documental no deja claro la relación con su hija… y su hermano Peter está ausente del todo, o de su pareja Richard Perry, que estuvieron juntos del 2009 a 2017; eso podría ser un problema para no valorarlo como una “biografía” completa.
Sin embargo, la película está bien investigada, y la actriz es abierta y honesta con sus hechos y opiniones:
“Crecí en las sombras de un monumento nacional...
¡Mi papá!”, como dice al inicio; pero a veces, algunas escenas parecen manipuladoras, y están preparadas para un efecto empático; y partes de la película son un “mea culpa” directo a su hija descuidada, Vanessa; y una petición de perdón por algunas, no todas, de sus declaraciones y comportamiento durante La Guerra de Vietnam, cuando muchos estadounidenses la consideraron una traidora y la apodaron “Hanoi Jane”
Pero lo que vemos en la pantalla, es un perfil más grande que la vida de una mujer que está realizando el viaje de su vida... esperando que comience El Acto 6.
Eso hace del documental, una película perspicaz, digna de tu tiempo; un filme que vale la pena ver, sobre una mujer contra todo pronóstico, que nunca estuvo a la sombra, y que siempre dio la lucha por hacerse un lugar con sólo su nombre:
¡Jane!
Y lo logró.
De esa manera, es también una catarsis para el aquel espectador que tiene problemas con sus padres; con un trastorno alimentario; para encontrar un significado en tu vida; o problemas con las parejas que intentan moldear y limitar el crecimiento personal, esta película da mucho poder.
Jane Fonda in Five Acts es un retrato sincero de una mujer contradictoria, imperfecta y honesta, con una vida fascinante.
“There was something about taking control of my body in that way that got me over the addition.
It changed my perception of myself.
It was a revolution for me.
Though completely unintentional”
La actriz estadunidense Jane Fonda vivía en “El Sueño Americano” y tenía la familia perfecta, aunque eso sólo fue lo que se mostraba en público para tapar las difíciles situaciones que enfrentó durante su vida; y es difícil mantener distancia con una leyenda como ella, más cuando participa activamente en un documental sobre su figura; pero la directora Susan Lacy, logra encarar un retrato con forma de pentágono casi perfecto, de una mujer que provino de un clan tan poderoso en Hollywood como Los Fonda.
Desde la propia inserción de ella en la industria, donde hace una contundente reflexión de su propia imagen dentro del cine, ya lo sabemos, que puede ser una industria sumamente machista, para tomar conciencia, paso a paso, proceso a proceso, de la identidad como valor propio, y no de cómo nos ven los demás…
Asumiendo, por ejemplo, cirugías plásticas innecesarias, o abriendo su historia a sus distintos momentos, como cuando fue una dura activista contra La Guerra de Vietnam, por lo que Jane Fonda in Five Acts es una notable historia de película.
Jane es una actriz, escritora, editora de libros y videos de aerobic; y activista política estadounidense, en activo, que saltó a la fama en la década de 1960, al protagonizar películas como “Barbarella” y “Cat Ballou”; y por sus logros actorales, Jane Fonda ha ganado 2 premios Oscar por “Klute” (1971) y “Coming Home” (1978), y ha sido nominada en 5 ocasiones más, ganando 4 Globos de Oro, 2 premios BAFTA y un premio Emmy.
Y aunque en 1991 había anunciado su retiro del cine, regresó a la interpretación 14 años más tarde, con la película “Monster In Law” (2005)
Pero también ha producido, y publicado varios videos de ejercicios físicos, entre los años 1982 y 1985, que fueron muy famosos; y ha sido partidaria de varias causas civiles y políticas, siendo descrita a sí misma, como “una persona liberal, en el sentido estadounidense del término, diferente del europeo, y feminista”
En 2005, publicó su autobiografía, la cual se convierte en un éxito de ventas y crítica; y en lo personal, Jane Fonda ha estado casada 3 veces con hombres muy famosos, pero completamente opuestos.
Primero con el director francés, Roger Vadim, desde 1965 hasta 1973, y con el que tuvo una hija llamada Vanessa.
Poco después, Jane Fonda se casó con Tom Hayden, autor y político; este matrimonio duró desde 1973 hasta 1990, y tuvieron un hijo llamado Troy Garity, nacido en 1973, quien también es actor.
Y su tercer matrimonio fue con Ted Turner, un magnate de la televisión por cable, y fundador de CNN, pero el matrimonio duró desde 1991 hasta 2001.
Para este documental sobre toda esa vida, Fonda le habla directamente a la cámara, y hace prueba de un sano sentido del humor; admite su necesidad de gustar antes de darse cuenta de que “intentar ser perfecta es un viaje peligroso”
De esa manera inician los actos de su vida:
Acto 1: Henry
Jane dice:
“Cualquier país sano, como cualquier individuo sano, debe estar en revolución perpetua, cambio perpetuo; tienes que tener el coraje de hablar sobre los cambios que se necesitan; y eso incluye desafiar, en la raíz, el poder corporativo que se ha apoderado de la economía de este país.
Parecíamos “El Sueño Americano”:
Rico, hermoso… pero mucho de eso era simplemente un mito.
Muchas otras personas me estaban definiendo, todos ellos hombres.
Nunca me sentí real; y pensé, solo tengo que salir de debajo de la sombra de mi padre.
Tal vez si voy a Francia y me uno a La Nueva Ola, descubriré que realmente lo soy.
Siempre estaba buscando a alguien que fuera real allí, dentro de mí”
Su nombre completo es Jane Seymour, y es hija del actor Henry Fonda, y de Frances Ford Seymour; ambos pertenecían a una familia aristocrática.
Jane era la segunda esposa de su padre, quién ya tenía una hija, y soñaba en este matrimonio con tener el varón deseado.
Su presagio no se cumplió, y enseguida nació la pequeña Jane, y 2 años más tarde su hermano, Peter.
Este hecho le hacía sentir que su padre no le daba el afecto que necesitaba, y que la rechazaba continuamente.
Jane Fonda tiene ancestros Holandeses, aunque eran originarios de Italia, mientras su madre era canadiense con ancestros ingleses; y aparentemente, el nombre de Jane, está inspirado por Lady Jane Seymour, tercera esposa de Henry VIII de Inglaterra, quien es una pariente lejana, por parte de su madre.
La relación de muchos años entre Henry y Jane fue muy conflictiva en gran parte de su vida; quizás, esta pequeña buscaba tener una relación mejor con su padre, y es por eso que le gustaban tanto las actividades que a él lo hacían feliz.
Por eso, de niña, Jane Fonda se dedicaba a ayudar a cuidar su huerta, y le gustaba mucho andar a caballo.
Su hermano, Peter Fonda, y su sobrina Bridget Fonda, nacida en 1964, también son actores.
Jane Fonda tiene una hermanastra mayor, Frances Brokaw, así como una hermana adoptada, Amy, quien nació en 1953.
A Henry, el padre, le gustaban demasiado las mujeres, y poco a poco fue decayendo su matrimonio, hasta que inevitablemente llegaron los problemas conyugales, que afectaron la salud psicológica de su madre.
El suicidio era lo que se acercaba, y tristemente llego de la forma más cruel, cuando decidió cortarse el cuello con una cuchilla de afeitar.
El padre, en vez de contarles la realidad tal cual fue, decidió mentirles, diciendo que su madre falleció de un ataque al corazón…
Esta mentira terminó de destruir a los hermanos Fonda; y más tarde, al enterarse la verdad, a través de las revistas, Peter intenta suicidarse de un tiro en el vientre, y Jane comienza a enfermar de bulimia, con dependencia compulsiva; tanto que su vida dependía de diuréticos y anfetaminas para no comer y no engordar.
Jane fue presa de esta enfermedad, por más de 20 años.
por otra parte, Jane estudió pintura en París, y se formó como actriz en EEUU, en el Actor's Studio, de la mano de Lee Strasberg, Marlon Brando y Paul Newman.
Ahí, Jane Fonda comienza a dar sus primeros pasos como modelo, para ganar su primer dinero, y pronto fue portada de Vogue y otras revistas.
De esta etapa ella llegó a decir:
“Crecí a la sombra de un monumento nacional”
Así se refiere Jane a su padre, la cara de la integridad y los valores estadounidenses en el cine.
Y sin embargo, era una persona discapacitada emocionalmente, fría y distante con sus hijos, mujeriego e infiel; y aquí Jane explica que siempre se desvivió por llamar la atención de su padre con nulo éxito.
Los comentarios de su padre sobre su físico, le llevaron a la bulimia en el internado:
“Vi que los romanos lo hacían después de sus grandes banquetes, y empecé a hacerlo con una amiga.
No sabía que muchas más personas lo hacían”
En un momento del documental, se muestra un alegre picnic familiar, que captan los fotógrafos que promocionaban a las estrellas de los grandes estudios.
A Fonda le repugna ver esta exhibición, y cuenta la cara B:
“Veo la ansiedad en el rostro de mi madre.
No sé por qué, pero sentía aversión por mi madre.
Era muy débil; y eso me pone muy triste”
En el documental, Jane va al cementerio nevado, donde está enterrada, a llevarle rosas; y después de años, logró comprenderla, y de alguna manera perdonarla; mientras el perdón a su padre llegó a través del cine:
Ella financió “On Golden Pond” para que él le dijese “te quiero” a través de un guión; como recuerda su hermano, Peter:
“Sin guión, mi padre no puede expresarse.
Necesita la máscara para mostrar sus sentimientos”
Así pues, Henry Fonda pudo al fin mostrar sus sentimientos a su hija a través de la ficción; y él ganó un Oscar, pero murió poco tiempo después; y ella ganó, por fin, el cariño de su padre.
Acto 2: Vadim
El director francés, Roger Vadim, enfatizó el cuerpo de Jane Fonda para convencerla de que actuara en películas sin sentido, de diosas como “Barbarella”
Pero su giro político hacia la izquierda, y su propio crecimiento, se produjo durante los turbulentos años de Vietnam en los años 60.
“Aunque combativa, me encantó esa época.
Infundió su vida, y mi propia vida con significado cerebral.
Aquí estaba yo, tratando de no ser definida por los hombres, y terminé con un hombre que era el máximo definidor de la feminidad.
Ahí es donde estaba yo en ese momento.
Quería que alguien me moldeara, quería que me ayudara a ser mujer.
Sentí que era una mala madre, y estaba aterrorizada; y me sorprendió este sentimiento de miedo.
Más tarde, cuando miré hacia atrás, lo entiendo.
Siempre vi a mi madre como una víctima.
Mujer=víctima.
Soy una mujer, estoy dañado, y voy a ser aplastada.
Mi madre era una mujer muy complicada.
Una mujer muy dañada…
Escuché a mi padre decir cosas sobre mi cuerpo que han retorcido mi vida desde entonces.
“¿Dónde estás?
¿Por qué no te presentas?” eran las palabras que ella imaginó que su hija pequeña le hablaba a través de sus ojos...
Necesitaba desesperadamente la estructura, necesitaba desesperadamente orientación, y uh, siempre he recurrido a los hombres para eso”
En esa etapa, Fonda debuta en el cine, en el año 1960 con la película “Tall Story”, bajo la dirección de Joshua Logan; y durante esa década, Jane se dedicó al activismo político en apoyo al movimiento por los derechos civiles, y a la oposición a La guerra del Vietnam.
Apoyó la ocupación de La Isla de Alcatraz, lo que fue visto como un intento de llamar la atención, por los temas de los nativos americanos; y durante muchos años, Jane Fonda también ha sido partidaria de las causas feministas, pero del mismo modo, fue uno de los primeros íconos estadounidenses en promover el cuidado del cuerpo mediante la práctica de ejercicio en casa.
Fonda difundió el aeróbic, editando videos sobre rutinas de ejercicios, y todavía, actualmente, promociona productos de belleza para la mujer mayor.
En 1968, Fonda desempeña al papel principal de la película de ciencia ficción “Barbarella”, la cual la convierte en un símbolo sexual a nivel internacional, de la mano de su esposo, Roger Vadim; y en el mismo año protagoniza el drama “They Shoot Horses, Don't They?”; por esa interpretación recibe una gran acogida por parte de la crítica de cine, y posteriormente recibe su primera nominación al premio Oscar por mejor actriz; y a finales de esa década, recibe la oferta de protagonizar los largometrajes:
“Rosemary's Baby” y “Bonnie & Clyde” pero rechaza ambas propuestas.
Cuando Fonda conoció al cineasta galo, Roger Vadim, éste ya había sido amante de Brigitte Bardot, y había tenido una hija con Catherine Deneuve.
“Entró en la habitación y me sentí amenazada.
Era agresivo pero encantador.
Tan sexy...”, dijo Fonda, y se prometió que no haría una película con él y acabó marchándose con él a su hotel; incluso se casaron, porque aquellos “eran otros tiempos.
Él no hablaba muy bien inglés, si lo hubiera hecho, quizás no me hubiera casado”, dice con ironía.
Y es que Fonda eligió no ver sus problemas, la ludopatía y el alcoholismo; y tuvo una hija con él, y dejó que la moldease, que la convirtiera en una mujer... bueno, en lo que él creía que era una mujer:
Un icono sexual; así Vadim rodó “Barbarella”, un delirante filme cósmico-erótico que arrancaba con striptease en traje de astronauta, simulando flotar en el espacio:
“Tuve que tomar mucho vodka para rodar la escena” pero al día siguiente se dieron cuenta de que la toma no había valido la pena; así que la actriz la volvió a hacer con resaca... y seguía siendo la mujer con más encanto de La Galaxia.
Aquí, la actriz se queja de que cuando Vadim se enfadaba con ella, la llamaba “burguesa”, pues no sabía lo que estaba por llegar… pero no habla de los “ménage à trois” que hizo para complacerle, y que sí narraba en su anterior biografía.
“Conseguí convencerme a mí misma de que era algo normal, incluso algo que quería, a pesar de que me estaba rompiendo el corazón”, escribió Jane en “My Life so Far” (2005)
Acto 3: Tom
Durante esta etapa, Jane dijo:
“Había sufrido de un trastorno alimentario durante mucho tiempo; nadie lo sabía.
Lo que pasa con la bulimia, es que es una enfermedad de negación.
Se necesita mucho subterfugio; estas muy cansada, estas muy enojada, y te estas odiando mucho; y me di cuenta, que me dirijo a un lugar muy oscuro.
O bien me voy a dirigir hacia la luz, o voy a sucumbir a la oscuridad.
Y es una cosa de vida o muerte…
Fue realmente muy difícil, había algo en tomar el control de mi cuerpo de esa manera, que me ayudó a superar la adición; y cambió la percepción de mí misma.
Fue una revolución para mí, aunque completamente involuntario.
Y Tom Hayden pensó que yo era superficial…
Que no era lo suficientemente inteligente, pero yo estaba produciendo mis propias películas, el tipo de películas que dicen lo que creo que necesitaba decir.
Y se enamoró de alguien… me enteré, tocó la base desde abajo porque nunca podría imaginar la vida sin Tom.
Si no estoy con Tom Hayden, entonces no soy nadie”
Para 1971, Fonda protagoniza la película “Klute”, donde interpreta el papel de una prostituta, y su actuación es bien recibida por la crítica; ganando el Oscar a La Mejor Actriz; y volvería a ganarlo por “Coming Home” (1978)
En 1980, la actriz y su padre, Henry Fonda, adquieren los derechos de la obra teatral “On Golden Pond” con el fin de llevarla al cine.
El tema de la misma, es la relación con problemas entre un padre y una hija que no logran entenderse; y como si estuviera preparado el destino, en el diálogo de este film, por primera vez se dicen “Te Quiero”
La película, que cuenta además con la actuación de Katharine Hepburn, y le proporciona al actor Henry Fonda, su único premio Oscar en la categoría de Mejor Actor; en la entrega de dichos galardones, es Jane quien lo recibe en nombre de su padre, ya que él no se encontraba en buenas condiciones de salud para asistir al evento; y muere 5 meses después.
Siguiendo su carrera en el cine, Jane Fonda desempeña el papel de la Dra. Martha Livingston, en el polémico largometraje “Agnes Of God” (1984); y en 1987, consigue una nueva nominación al premio Oscar como mejor actriz, por interpretar a una mujer alcohólica, en el “thriller” llamado “The Morning After” galardón que finalmente no gana.
Pero también ella será recordada por otros filmes anteriores, como:
“Cat Ballou” (1965), “Julia” (1977), “The China Syndrome” (1979) y “Old Gringo” (1989), entre otras.
Y con su segundo marido, una estrella de la nueva izquierda de EEUU, Jane Fonda cambio el glamour de La Costa Azul por el activismo:
La Guerra de Vietnam sacudió su vida:
“Me pregunté cómo había llegado a los 32 años siendo tan ignorante.
Tenía que convertirme en activista”, dijo.
No hubo causa en la que no se comprometiera.
Un día metía a los panteras negras en su casa, y su padre la amenazó con denunciarla si se enteraba de que era comunista; y otro se iba a convencer a los soldados de que no acudieran a la guerra...
Todo eso sin apenas comer por su anorexia y puesta de “speed”
“Iba a todas partes acelerada y muerta de hambre”, dice.
En el documental, aparece una grabación de Nixon en la que dice:
“No sé qué le pasa a Jane Fonda, pobre Henry...”
Y un momento clave de esta etapa, fue su viaje a Vietnam del Norte.
La actriz pudo ver, cómo los aviones de EEUU bombardeaban a la población civil.
Pretendían derribar una presa, que hubiera podido acabar con la vida de un millón de personas.
Todo ello mientras Nixon decía que estaban preparándose “para la paz”
Pero cuando Jane llegó a sentarse en una batería antiaérea de los vietnamitas mientras reía, la imagen dio la vuelta al mundo, y la apodaron “Hanoi Jane”, tanto que quisieron procesarla por traición y sedición.
“Me iré a la tumba arrepintiéndome de ello”, dice.
Con Hayden, Fonda tuvo a su segundo hijo:
Troy Garity.
“No éramos una familia normal.
Íbamos de vacaciones a zonas de conflicto.
Aprendí a usar el retrete en Vietnam”, dijo Troy.
El matrimonio llevaba una vida hippie, y comprometida; y si las personas pobres no se podían permitir una piscina, ellos tampoco tendrían ese lujo.
Compartían casa con otra familia y, según Troy, un día entró en casa y vio a un sin hogar probándose la ropa de sus padres.
Pero para ayudar a sus causas, Fonda comercializó sus vídeos de aeróbic, y vendió 17 millones de copias en VHS, una locura.
Además, utilizó su poder en la industria para hacer filmes comprometidos que hablaban del Holocausto nuclear; denunció junto a Dolly Parton y su íntima amiga Lily Tomlin, la brecha salarial entre hombres y mujeres, y el acoso sexual.
Todo este éxito hizo tambalear su matrimonio; y Tom Hayden era un intelectual que escribía brillantes ensayos, pero ella lograba convertirse en una “best seller”, escribiendo sobre su ejercicio físico.
Él acabó engañándola con otra… todo finalizó pero “en buenos términos”
Acto 4: Ted
Jane habla de esta experiencia:
“Aprendí mucho con todos los hombres de mi vida, pero aprendí más con Ted.
Su visión es macro, y yo soy micro, así que fuimos una gran asociación.
Tuvimos 10 años maravillosos, pero tuve que ocultar una parte de mí para complacerlo.
Ted no podía estar solo; así que toda mi vida fue sobre él, y a medida que avanzábamos en la década que pasamos juntos, me volví más feminista.
Y así, mi enfoque fue más en el empoderamiento de las mujeres.
Pero es difícil ser una completa feminista cuando estás en un matrimonio que no funciona del todo.
Ninguno de mis matrimonios era democrático, porque estaba demasiado preocupada por complacer.
Tenía que ser de cierta manera para que me amaran; y tuve que mirar de cierta manera, y me veía diferente para todos ellos.
Quería vivir en totalidad como Jane.
Una Jane completamente realizada.
Y cuando resides dentro de tu propia piel, puedes sentirlo.
Estás sosteniéndolos a todos:
Ira, amabilidad, juicio...
Todo lo que hace lo que eres; incluyendo el hecho de que puede ser más fuerte y valiente que el hombre con el que estás casada.
Y hubo una voz más suave que decía:
Si te quedas, nunca serás auténtica; nunca podrás estar completa”
Pero su matrimonio con Ted Turner fue una afirmación de su estatus privilegiado en nuestra sociedad.
Sí, ella se arriesgó para apoyar las causas que tenía muy queridas en su corazón; y de repente se casa con un multimillonario…
No sé qué hacer con ese hecho.
¿Por qué?
Es como si se hubiera dado la espalda a todos sus principios; como se dijo anteriormente, “ella es una persona compleja”
Y contra todo pronóstico, una activista de izquierdas acabó enamorada de un millonario conservador en su segunda cita.
Al magnate le llama su “ex marido favorito” y en el documental enternece ver su reencuentro en un rancho de Montana.
Él ya es anciano, con la barba blanca, y ella, que sigue anclada en el tiempo, le acaricia como si fuera un niño.
Y es que, pese a sus millones, la actriz ve así a su ex:
“Era muy dependiente”
Después pasan al jardín, y ella señala un árbol:
“Está precioso.
Te sientas ahí con tus novias?”
Y él le dice:
“No, ése es tu árbol”
El amor debe ser algo muy parecido a lo que aún tienen; pero Jane Fonda necesitaba volar, y ahí comienza el último acto de su vida...
Acto 5: Jane
Ella cierra diciendo:
“Probablemente fue el punto de inflexión más profundo de toda mi vida.
Dejé a este hombre, y una parte de mí estaba muy triste.
Y la otra parte de mí dijo:
“Voy a estar bien.
No necesito a un hombre para que me ponga bien”
Eso fue todo, y nunca he mirado atrás.
Desearía ser más valiente, pero soy lo que soy.
Tu edad es menos cronológica y más espiritual y actitudinal.
Yo era tan vieja a los 20 años, a nivel del alma... no vi futuro.
Estaba muy oscuro; era una persona muy triste, sin alegría; y realmente no sabía quién era yo.
Me tomó mucho tiempo encontrar mi narrativa.
Este es el comienzo de mi último acto.
Para saber cómo seguir adelante, tenía que saber dónde había estado”
Su incapacidad para amar no era porque no eras digno de amar; fue porque ellos también habían sido heridos; y entonces puedes perdonar.
“Va de una generación a otra, y alguien tiene que romper el ciclo.
Me siento tan triste cuando pienso en lo que no era para mi hija, que necesitaba.
Es difícil asimilarlo, porque es muy doloroso; pero nunca es demasiado tarde.
Ahora estoy teniendo relaciones que son mucho más democráticas, pero soy más yo misma cuando estoy con mis amigas.
Es difícil ser realmente feliz si tu vida no tiene sentido.
La gente recurre a la religión porque les da sentido; pero soy activista.
Pasé gran parte de mi vida sintiendo que si no soy perfecta, nadie podría amar.
Entonces me di cuenta que tratar de ser perfecto es un viaje tóxico.
No somos perfectos.
Tenemos que amar a nuestra sombra.
Tenemos que abrazar y aceptar nuestras sombras; y a veces lo suficientemente bueno, es bueno suficientemente”
Ha sido un largo camino de aprendizaje y autoconocimiento, pero al final de Jane Fonda in Five Acts, la actriz declara:
“No necesito un hombre que me haga sentir bien”
Después de haberse retirado del cine para acompañar a Ted Turner, regresó en 2005 a la gran pantalla con una comedia para el lucimiento de Jennifer López en la que le robó todas las escenas.
Desde entonces, Jane se siente feliz con su trabajo en el “showbusinness”, junto a Lily Tomlin protagoniza la serie “Grace & Frankie”, que le permite hablar de temas que realmente le importan, como la homosexualidad, la política o la vida sexual de las mujeres maduras.
Además, ha vuelto a rodar con Robert Redford, su partenaire favorito desde la encantadora “Barefoot in The Park”, y ha colaborado con nuevos directores de culto, como Paolo Sorrentino.
Pero su mundo no termina en el cine:
Jane Fonda continúa apoyando tantas causas humanitarias como puede.
Un día desfila contra el horripilante Donald Trump, y otro intenta salvar el medioambiente... y sigue siendo imagen de L'Oreal, aunque con sorna cuenta que ya tiene edad para anunciar “aceites para embalsamar”; y admite que se ha hecho la cirugía estética, no todo iba a ser aeróbic; y de alguna forma, se arrepiente de ello:
“Me encantan las caras viejas, con historia.
Por ejemplo, admiro la de Vanessa Redgrave.
Ojalá yo fuera más valiente”
Su primera hija se llama Vanessa, precisamente por su coprotagonista en “Julia”, y a ella, en cierta manera, está dedicada la última parte de este filme.
Igual que Fonda, necesitó reconciliarse con su madre, espera el perdón de su primera hija, a la que no dio el mismo calor que a Troy.
Su separación de Roger Vadim, hizo que se alejase de ella…
Son heridas que han tardado en cicatrizarse, pero la actriz parece haber encontrado la paz; tal y como declara:
“No quiero llegar al final de mi vida mintiéndome”
Como documental, contrariamente a lo que podría pasar por una elección rancia, uno de los méritos de la directora Susan Lacy, es vincular esos trapitos al sol con la visibilización de los reclamos femeninos, la lucha contra el patriarcado, e incluso las mismas contrariedades de lo que significa “ser mujer”
¿Ejemplos?
Cuando la actriz habla sin tapujos sobre la importancia que le da a su estética; o en su relación con el director de “Barbarella”, mentor de su ciclo como epítome de la liberación sexual de los 60.
Por ello, la directora dijo que tomó la decisión de dividir su existencia en actos al leer la biografía de Fonda, donde trata de entender su presente desde el pasado.
Siguiendo ese lema, más allá del orden cronológico, el documental emprende idas y vueltas por la biografía de la actriz.
Por otro lado, la cineasta expresó su interés en profundizar en las vulnerabilidades de la retratada:
“Su hijo y sus amigos dicen que todavía batalla contra las inseguridades.
Es una persona que te conmueve, un continuo “work in progress”
A lo que Jane dice:
“Si bien yo escribí el libro que sirvió de base para el documental, me sorprendió bastante ver lo controversial que fueron algunos pasajes de mi vida.
El único pedido que hice a Susan Lacy, fue que no haga una película sobre “una estrella de cine”
Creo que cumplió; y fue muy divertido hacerlo porque toca muchos temas universales, que espero que emocionen e inspiren”
Y es que esta es una película documental biográfica para nuestro tiempo, ya que la división social que se produjo a fines de los años 60, entre la izquierda y la derecha, se ha agravado en esta era tóxica de Trump.
“Trump es un reflejo de nuestra nación rota, y es un hombre que capitaliza ese quebrantamiento”, dijo Jane, que desde muy joven se ha enfrentado a diversos políticos de peso, desde Richard Nixon a George W. Bush.
“Estoy muy involucrada en varias causas, y lo que más me interesa es el trabajo puerta a puerta.
A veces me toca hablar con gente que votó a Trump, y no digo nada malo sobre él, ni sobre Fox News, porque se encienden rápido.
Creo que debemos salir de nuestra burbuja, y hablar con gente que no esté de acuerdo con nosotros.
Vengamos de donde vengamos, estamos viviendo una crisis terrible.
Tenemos que estar unidos y creer que la democracia es posible”, sentenció la actriz.
Y quedan varios momentos con gran poder de pregnancia:
El comienzo es con una grabación de 1971, donde se oye la queja de Richard Nixon por su postura durante La Guerra de Vietnam, y que le valiera el mote de “Hanoi Jane”
Le siguen sus preparativos para ir a unos Globos de Oro, mientras Fonda le explica a su maquillador, que la gala es un calvario porque únicamente sirven vino y champagne, “y yo sólo bebo vodka”, al tiempo que ella decía que anteriormente ella misma se peinaba y maquillaba…
Que diga que creció a la “sombra de un monumento nacional”, refiriéndose a su padre, y se la vea en videos caseros disfrazada como una indiecita:
“Yo quería ser Toro”, que en ironía, se convertiría en activista de causas animalistas.
 Las charlas “backstage” con Lily Tomlin, su compañera y amiga, quien le expresa sus celos porque a Fonda siempre la convocan para las tapas de Vanity Fair...
La anécdota sobre la secuencia de apertura de “Barbarella” que debió ser rodada 2 veces, borracha en una ocasión, y con resaca en la siguiente para los créditos iniciales:
“Situaron la cámara en el techo, yo estaba tumbada sobre un cristal, y tenía que ir quitándome el vestuario...
Estaba totalmente bebida.
Bebí muchísimo vodka.
Estaba aterrorizada”, confiesa.
La sorpresa apareció al día siguiente, cuando se dieron cuenta de que el material no valía, porque se había colado un murciélago en el plano.
Tuvieron que repetirlo esa misma mañana.
“Así que en el plano definitivo, yo no sólo estaba borracha de nuevo, sino también con resaca”, ríe...
El momento que ella define como la “epifanía del pelo” y antecedió su rol activista.
Y según confiesa durante la promoción del documental, aceptó participar en el film para mostrar al público la importancia que tuvo para ella el activismo político; su compromiso en la lucha contra La Guerra de Vietnam le provocó muchas enemistades; pero fue en julio de 1972, cuando decididamente enfureció a sus detractores, ganándose el apodo de “Hanoi Jane”:
En abril, Fonda acababa de ganar un Oscar por su actuación en “Klute” de Alan Pakula, era la actriz del momento, y en esas circunstancias aceptó una invitación para visitar Vietnam del Norte.
Durante su mediática estancia, Fonda acusó a EEUU de estar bombardeando injustamente tierras de cultivo, lejos de objetivos militares; imploró por radio a los pilotos estadounidenses que detuvieran los atentados:
“Les pedí que consideraran lo que estaban haciendo.
No creo que lo sepan”, explica; y se reunió con un puñado de prisioneros de guerra estadounidenses; y lo que no le perdonan los veteranos de guerra, y parte de la opinión pública, es que se dejó fotografiar subida en un arma antiaérea vietnamita, que se utilizaba para derribar aviones estadounidenses.
La ganadora del Oscar del año, bromeó mirando por la mirilla de semejante armatoste, y después se tapó los oídos simulando una explosión…
Aquella foto dio la vuelta al mundo; y en El Congreso, algunos políticos pidieron que fuera procesada como traidora.
Desde entonces, su imagen pública se vio seriamente dañada:
“Fue mi error, he pagado y seguiré pagando por él”, explica Jane Fonda al hablar del capítulo más oscuro de su vida, del que se ha disculpado reiteradamente a lo largo de los años.
Lamentablemente, todavía hoy, en una firma de libros o en una manifestación, la actriz recibe desaires de quienes no olvidan ni perdonan aquella imagen.
Por último, la reconciliación “post mortem” con su madre, y el “mea culpa” por sus fallas en ese mismo rol con su hija; la revelación de que el dinero conseguido por sus videos de ejercicio físico iba a parar a su trabajo social, el viraje que implicó su relación con Ted Turner, y el dolor que manifiesta el magnate de medios por el fin de su matrimonio…
¿Quién hubiera pensado que la estrella de Hollywood que vendió 17 millones de vídeos VHS sobre aerobic, provocando el “boom” de la industria del vídeo doméstico, ocultaba un desorden alimentario para mantenerse delgada?
Pero más sorprendente aún es descubrir en el film, que Fonda se animó a hacer de la gimnasia un negocio para financiar La Campaña para una Democracia Económica, la organización sin ánimo de lucro de su entonces marido, el activista y pacifista Tom Hayden; pero la presión por ser una de las mujeres más bellas de Hollywood, no fue solo social por ser un icono de la belleza, además de profesional por la escasez de papeles para las mujeres maduras en Hollywood, sino también auto infligida.
La actriz llega a esa conclusión al analizar su agitada vida sentimental; pero cuando terminé de ver el documental, pensé mucho menos en Jane que antes de verlo:
Parece que Jane siempre tuvo que estar en el centro de atención, ya sea en la pantalla o en el escenario, o hablando en un mitin.
Debió haber ansiado ferozmente la atención y la adulación, sobre todo de su padre; y para lograrlo, dejó a 3 hombres atrás, así como a sus hijos, persiguiendo una vida de activismo sin sentido, discursos, conferencias, marchas, etc., que no hicieron nada para cambiar nada, sino que avivaron su ego…
Ella parece estar completamente desprovista de cualquier autoconciencia; y parecía no darse cuenta de la cantidad de paralelismos que existían entre la vida de su padre y la de ella:
Los matrimonios múltiples, ser una estrella de cine, dejar a la familia atrás para perseguir sus propias agendas, tratar de reconciliarse con sus hijas tarde en la vida, presentar una imagen falsa de la familia perfecta…
Me pareció extraño que en el documental, Jane no dijera ni una palabra de su hermanastra, la pintora Frances de Villers Brokaw, 6 años mayor que ella, que era hija de su madre por un matrimonio anterior, y estaba en varias de las fotografías familiares de la infancia de Jane, y quien murió en 2008.
Ella habló sobre el trauma de la muerte de su madre por suicidio, pero ni siquiera mencionó a su media hermana, que debió sentirse igualmente traumatizada.
Del mismo modo, no se le dio tiempo real a su compañero de 8 años, Richard Perry, con quien ella rompió en 2017.
Jane fue la madrastra de la hija de Roger Vadim durante 8 años, pero aparentemente, cuando dejó a Vadim, cortó todas las relaciones con su hija, con la que había estado tan cerca...
Jane era una persona totalmente diferente con cada uno de los hombres importantes en su vida:
Una ingenua para su papá, una estrella de cine internacional y “sexpot” para Vadim; una activista que vive una vida de clase media baja empobrecida con Tom Hayden; y la celebridad esposa de un multimillonario para Turner.
Por lo que pude ver, ella descartó a las personas que habían estado cerca de ella con cada una de sus transformaciones.
Al tiempo, recordar que Jane Fonda también participó en enfrentamientos raciales, e incitación a disturbios durante mucho tiempo que causaron una destrucción sin sentido y la pérdida de vidas.
Tom Hayden era un tipo realmente malo… fue el radical de los 60 que nunca creció, y también era un golpeador serial, a expensas de Fonda.
Ni una palabra de esto en el documental...
Y podría hasta decirse que las cintas de ejercicio fueron hechas para chicas blancas delgadas, y sé bien por experiencia personal, que fueron la razón principal por la que muchas mujeres empezaron a sentirse inadecuadas con respecto a sus cuerpos…
Los trastornos de la alimentación explotaron a principios de los años 80; y ahora sabemos que Jane estaba engañando, vomitaba sus comidas es lo que la hizo adelgazar… y el acto de Ted Turner, realmente demostró su gran hipocresía:
Después de la austeridad autoimpuesta durante su vida con Hayden, la convirtió en una extrema opulencia y elitismo del mundo de Ted Turner.
La gran belleza de sus extensos ranchos, nunca fue para que la gente común la disfrutara, sino que fue un patio exclusivo para los ricos amigos de Turner.
Este documental salió como una pieza de vanidad, para Jane, pero para mí, ella salió como un camaleón egocéntrico, motivado, confundido y autoengañado.
Y sin embargo, es maravilloso de ver.
“There was a softer voice saying:
If you stay, you will never be authentic.
You will never be able to be whole”
A sus 80 años, Jane Fonda ha sobrevivido a una infancia en Hollywood, algo que muchos hijos de estrellas de cine no pueden decir; contra el suicidio de su madre, a ejercicios físicos que tumbarían a un “ironman”, a la bulimia, a la anorexia, a un cáncer de pecho, a 3 mediáticos divorcios, a ser declarada “enemiga pública por la ultraderecha de EEUU”, al machismo de la industria del cine, experta en triturar iconos sexuales cuando envejecen...
Y encima, conserva una cintura de avispa que ya quisieran muchas veinteañeras; y sigue manteniendo un gran aspecto físico, algo que atribuye a:
30% los genes, otro 30% al buen sexo, y otro al deporte y al ejercicio físico.
“El 10% restante se lo tengo que agradecer a mi cirujano plástico”, dijo.
Pero asienta:
“Detesto la idea de haber tenido que retocarme para sentirme bien.
Me gustaría ser más valiente, pero soy lo que soy.
Hace poco di un discurso para 1500 personas acerca de cómo envejecer exitosamente; y tiene que ver con todas las cosas que realmente importan:
Amor, sexo, familia, niños…
Más allá de eso, hoy me siento feliz ayudando a las mujeres; y también a los hombres, porque aunque suene extraño, creo que es más difícil ser hombre hoy.
Al menos en Estados Unidos, donde desde muy pequeños les dicen que no lloren, que no demuestren emociones, que no pidan ayuda…
Lentamente les separan el corazón de la mente.
No es que las mujeres seamos mejores, sencillamente no tenemos que probar nuestra “masculinidad” a cada paso.
Es más fácil para nosotras ser un todo.
Esa es una gran ventaja”
Pero Fonda es una persona amable con el público, humilde y muy educada, y deja en su pasado la multiplicidad de personalidades en una.
Jugaba continuamente con su público, a ser un poco de todo; un poco sex-symbol, otras veces a activista pacifista, como a la de actriz notable, y hasta la reina de la salud y de la actitud, sin olvidar su papel de ser esposa siempre.
Todos estos roles a la vista, y actuados 2 o 3 a la vez, hacen que el público se desconcierte absolutamente; por eso es complicado cerrar parte su historia... porque hubo muchos matices en su escenario, y quizás perdió demasiado tiempo, en no haber elegido su verdadero color, por la avaricia de ser toda en una, y no ser simplemente Jane.
Ahora, desea “llegar al final sin mentirse”, siendo una persona genuina, un alma más grande que la vida; porque una parte de nuestra civilización a través de nuestro pasado amargo y cruel de la época más oscura, y que continúa hasta hoy en el entorno político ridículo; sus luchas por un país mejor y más humano parecieron ser tan inútiles que solo encendieron una pequeña luz de vela en su proceso de vida.
Su veracidad como ser humano, es algo así como los estadounidenses de hoy en día, que deberían mirarse más de cerca a sí mismos y, quienes deberían preguntarse, cómo es que han perdido la decencia entre sí, y con todas las demás personas en el mundo.
¿Cómo es que los estadounidenses se han vuelto tan detestables y arrogantes, tan ingenuos y al mismo tiempo tan malvados?
Jane Fonda ha pasado toda su vida tratando de ser sincera con sí misma y con los demás, ese debe ser el principio más importante de nuestra vida.

“I’m gonna be okay.
I don’ t need a man to make me okay”



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