Bohemian Rhapsody
“The only thing more extraordinary than their music is his story”
Si la cultura popular musical nos dice que El Rey del Rock es Elvis Presley, sin lugar a dudas QUEEN solo hay una:
¡Freddie Mercury!
Y si hablamos de vocalistas, Mercury tiene el récord mundial indiscutible de ser el mejor en todos los aspectos que conlleva ser un “frontman” en una banda rock.
¿Existirá en la historia estética y comunicacional de este género, algún ser humano que se meta al bolsillo a 80.000 personas en sólo 10 segundos con simplemente levantar su puño en el inicio de un concierto?
Si fueron más de 700 conciertos los que ofreció Queen con Freddie Mercury a la cabeza, siendo Mercury uno de los primeros en enaltecer estos espectáculos, en teatralizarlos, ya que usaba humo, luces psicodélicas, hacía participar al público, lo hechizaba, etc., bueno, eso es Freddie Mercury, la punta más brillante de un diamante perfecto llamado Queen, que Record Guinness ha llamado “la banda con mayores ganancias en la historia”; y según revistas especializadas del rock, es la banda que continuó el legado de The Beatles, en acuñar el rock con la música culto-formal.
¿Entonces qué hace a Freddie Mercury superior a los demás “colegas”?
No podemos hablar de magnitudes, pero sí de factores que lo escalan más arriba; y cada vez que expongamos a la luz a un ícono del rock, 3 serán sus brillos, veamos:
La voz:
Nadie puede objetar la capacidad vocal de Mercury; una voz única, irrepetible e incansable; o creen que lo de la tercera cuerda vocal es un mito…
Traten de encontrar algún momento, uno sólo… donde Freddie Mercury muestre signos de cansancio en sus interpretaciones…
¡Difícil tarea!
Pese a que la voz de Mercury al hablar recaía en el rango de barítono, usualmente cantaba en el registro de tenor; y se dice que en la escala de algunos compases va de un gruñido tipo rock gutural a tierno y vibrante tenor, y luego a un tono de alta coloratura, perfecta, pura y cristalina en la parte alta.
La célebre soprano española, recientemente fallida, Montserrat Caballé, que conoció al cantante en El Hotel Ritz de Barcelona, y con quien Mercury grabó un álbum, expresó su opinión diciendo:
“La diferencia entre Freddie Mercury y la mayoría de las estrellas de rock, es que él vendía la voz"
A medida que la carrera de Queen iba progresando, Mercury reemplazaba las notas más agudas de las canciones que interpretaba en directo, cantándolas en otras octavas más graves; padecía de nódulos vocales, y dijo no haber tomado clases de canto nunca, como explicó en una entrevista en 1986:
“Odio hacer lo mismo todo el tiempo; me gusta ver lo que está sucediendo en este momento en la música, el cine y el teatro, e incorporarlo”
Y comparado con otros artistas, Mercury ha compuesto también obras muy complejas; por ejemplo:
“Bohemian Rhapsody”
Obra Maestra mayúscula del rock, que tiene una estructura poco común, pues contiene docenas de coros simulando un coro operístico.
La pieza de 6 minutos, fue escrita por Freddie Mercury para su álbum de 1975, “A Night at The Opera”; y presenta una estructura inusual, más similar a una rapsodia clásica, que a la música popular; por ejemplo:
La canción no posee estribillo, y consiste en 6 secciones bien diferenciadas y muy bien complementadas, casi a la perfección:
Una introducción “a capela”, una balada, un solo de guitarra, un segmento operístico, una sección de rock, y una coda que retoma el tempo y la tonalidad de la balada introductoria.
El solo de guitarra de esta canción, ha sido considerado el vigésimo mejor de todos los tiempos en El Reino Unido; y cuando se puso a la venta como sencillo, “Bohemian Rhapsody” se convirtió en un éxito comercial que permaneció en la cima de las listas británicas durante 9 semanas.
No era para más… y alcanzó allí el puesto #1 otra vez en 1991, tras la muerte de Freddie Mercury.
En total, alcanzó 2,176.000 ventas, y sigue aumentando con el paso de los años, siendo el 3° sencillo más vendido de todos los tiempos.
Se cuenta que Freddie Mercury escribió la mayor parte de “Bohemian Rhapsody” en su casa de Holland Road, Kensington, al norte de Londres.
El productor de la canción, Roy Thomas Baker, relató, cómo Mercury tocó la balada introductoria para él:
“Interpretó el comienzo en el piano; luego se detuvo y dijo:
“¡Y aquí es donde empieza la sección de ópera!”
Luego nos fuimos a cenar”
El guitarrista de la banda, Brian May, dijo que el esbozo de Mercury para la canción era “intrigante y original, y digno de trabajarse”
Mucho del material de Queen se escribía en el estudio, según May, pero esta canción “estaba toda en la mente de Freddie” antes de que se sacara a la luz.
La musicóloga, Sheila Witeley, sugirió que “el título se basa fuertemente en la ideología del rock contemporáneo, el individualismo del mundo de los artistas bohemios, con lo de “rapsodia”, afirmando los románticos ideales del rock como arte”
Sobre lo de “bohemio”, Daniel Michea dijo que “Mercury intentó que esta canción fuera una suerte de ópera, algo fuera de las normas de las canciones de rock, porque sigue la lógica operística:
Coros de muchas voces alternados con solos similares a arias, las emociones son excesivas, y la trama, confusa”
Según los miembros de la banda, Mercury compuso mentalmente la canción, y los dirigió él mismo; usó un piano de cola para conciertos marca Bechstein, que aparece en el video promocional y en las giras por el Reino Unido.
E definitiva, esa grabación es una de las más elaboradas y mejor producidas jamás en toda la historia del rock.
Por su parte, May, Mercury y Taylor, cantaron continuamente de 10 a 12 horas por día, obteniendo 180 grabaciones separadas; y como los estudios de aquella época solo disponían de cintas analógicas de 24 pistas, fue necesario que los 3 se sobre-grabaran numerosas veces y reiteraran estas grabaciones en sucesivas submezclas.
Al final, terminaron usando cintas de octava generación.
De esa manera, la canción consta de un formato con cambios abruptos de estilo, tonalidad y tempo, muy inusuales.
El New York Times comentó que “la característica más destacada de la canción es su letra fatalista”; pero Mercury se negó a explicar su composición, diciendo sólo que trataba sobre relaciones...
Pese a todo, Queen no reveló nunca el verdadero significado de la canción.
May, por su parte, supone que la canción contiene referencias veladas a los problemas personales del pianista; y sostiene que “Freddie era una persona muy compleja:
Frívolo y gracioso en la superficie, pero a la vez ocultaba inseguridades y problemas de su niñez.
Nunca ha explicado la letra, pero creo que puso mucho de sí mismo en aquella canción”
May ha dicho que el núcleo de la letra era un secreto exclusivo del compositor; y sin embargo, cuando la banda lanzó un disco recopilatorio con sus grandes éxitos en Irán, se incluyó un folleto en persa, que contenía las traducciones de las letras a este idioma y sus explicaciones.
En el caso de “Bohemian Rhapsody”, se aclaraba que trata sobre un hombre que mató a alguien y, como el Fausto, vendió su alma al demonio.
La noche antes de su ejecución, llama a Dios en árabe, diciendo “Bismillah”, y con la ayuda de sus ángeles puede recuperar su alma, que estaba en manos de Satán.
A pesar de esto, los críticos siempre han especulado sobre el significado de la letra; y algunos creen que describe un asesino suicida atrapado por demonios, o sólo sucesos antes de una ejecución…
Esta última explicación, remite a la novela de Albert Camus “L'Étranger” (1942) en la cual, un joven confiesa un asesinato llevado a cabo por un impulso, y tiene una visión antes de serle aplicada La Pena Capital, que pudo servir a Mercury como posible inspiración.
Otros piensan que la letra sólo fue compuesta para acompañar la música, y no tiene significado... y se ha citado a Mercury, afirmando que aquella letra “era un conjunto aleatorio de rimas sin sentido”
Sin embargo se sugiere que Mercury había llegado a un punto de inflexión en su vida personal en 1975:
Había estado viviendo con Mary Austin durante 7 años, pero en aquel año había tenido su primera pareja homosexual...
La interpretación de estos hechos es que la canción refleja el estado emocional del artista en ese tiempo:
Recordar que estaba viviendo con Mary… “Mama”, “madre” como se llama a La Virgen María, y quería dejarla, de ahí:
“Mama Mia let me go”
El productor, Roy Thomas Baker, dijo que “cada vez que Freddie cantaba un “Galileo”, yo tenía que añadir otro pedazo de cinta al rollo”
Y sobre la dificultad de Mercury para expresar su sexualidad, se destaca el rol de las voces graves, que se relacionan con lo masculino, y las agudas, asociadas con lo femenino.
Así, estas voces cumplen un papel importante en la expresión de su necesidad de liberación…
Por otro lado, está el carisma de Freddie:
Magnético, atractivo e imponente; Freddie Mercury tenía la capacidad de ganarse al público con solo entrar a escena, y con eso se nace.
Claramente, sus rasgos casi de divinidad mezclados con gestos venidos de su homosexualidad, hacían de él un actor perfecto.
y finalmente su estilo o elegancia:
Si hay algo que destacar de Queen, y sobre todo de Freddie Mercury, es la elegancia; nada fuera de orden, nada loco ni soez, con músicos al servicio de la música.
Todo ello como una expresión perfecta de matices y poder canalizados a través de una interpretación que cada vez rozaba la perfección.
Porque Freddie Mercury podría haber sido un egomaníaco sin control; pero Queen es lo que es en la historia del rock, gracias a la química perfecta entre sus integrantes.
Su ego se controlaba por sí solo, mostrando solo lo necesario; y su conexión con Brian May, John Deacon y Roger Taylor, es difícil verla en otro “power cuarteto”
Del resto de la banda, vale decir lo indispensable:
Brian Harold May, hoy de 71 años, es un músico y astrofísico graduado, conocido mundialmente por ser el guitarrista, compositor, vocalista y en ocasiones teclista de la exitosa banda británica Queen; compuso muchos de los grandes éxitos de Queen, y utiliza una guitarra eléctrica hecha por él mismo, llamada “Red Special”
May es considerado uno de los guitarristas más grandes y originales de la historia; tanto que en 2003, la revista Rolling Stone lo nombró #26 de su lista “los guitarristas más grandes de todos los tiempos”; y en 2005, fue nombrado Comendador de La Orden del Imperio Británico “por sus servicios a la industria de la música”
John Richard Deacon, hoy de 67 años, es un músico y compositor, famoso por haber sido el bajista de la banda de rock Queen.
En varios discos también desempeñó el papel de guitarrista, y más ocasionalmente de teclista; y es el autor de algunos de los grandes éxitos de la banda, tales como:
“Another One Bites the Dust”, “I Want to Break Free”, “Spread Your Wings” y “You're My Best Friend”; lo que demuestra su importante aporte al grupo en materia creativa; y está considerado uno de los bajistas más versátiles de la historia del rock, tanto que la revista Rolling Stone lo colocó #32 en su lista “los 100 mejores bajistas de la historia”
Pero Deacon se retiró de la banda desde 1997, pues dijo que tras la muerte de Mercury, no habrá más Queen...
Finalmente, Roger Meddows Taylor, hoy de 69 años, es un músico, compositor y productor cinematográfico; reconocido por ser el baterista y corista del grupo Queen; y en algunas canciones es el solista, guitarrista y vocalista.
Ha escrito canciones famosas de Queen como:
“Sheer Heart Attack”, “I'm In Love With My Car”, “Radio Ga Ga” o “A Kind of Magic”; y también escribió otras como:
“Breakthru” o “Innuendo” junto a Freddie Mercury.
La revista Rolling Stone lo ubicó #14 de su lista “los mejores 100 bateristas de la historia”, y según la revista, es el #11 “mejor baterista vivo”, ya que 3 de los bateristas que están entre los primeros 13 fallecieron:
1° John Bonham, 6° Keith Moon, y 11° Cozy Powell.
Además ocupa el 8° puesto de “los 30 bateristas más ricos del mundo”, con $105 millones.
De hecho, Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, ha afirmado que Roger es uno de los bateristas más influyentes en la historia de la música.
Pero hoy, solo Roger y Brian están en activo.
Y claro está, Freddie… para que hablar de su experticia en el piano, que sólo se veía en vivo; pero lo que muchos no saben, es que Mercury tenía un oído perfecto, y muchas facilidades para diversos instrumentos; como compositor musical, escribió muchos éxitos, tales como:
“Bohemian Rhapsody”, “Killer Queen”, “Somebody To Love”, “We Are The Champions”, “Bicycle Race”, “Don't Stop Me Now”, “Crazy Little Thing Called Love” y “Play The Game”, entre otros; y se estima que Queen llegó a vender 300 millones de álbumes en todo el mundo, con Freddie Mercury como líder.
Además de su trabajo con Queen, Mercury tuvo una carrera como solista, y ocasionalmente fue productor musical, participando en eventos como músico invitado para otros artistas.
En lo personal, Mercury era parsi, y fue criado en La India, y hoy está considerado “la primera estrella de rock asiática en Gran Bretaña”
Pese a haber cultivado una personalidad muy extravagante, Mercury era una persona tímida y reservada, especialmente con los que no conocía bien; además solía dar pocas entrevistas, tanto que una vez dijo de sí mismo:
“Cuando estoy en el escenario soy muy extrovertido, pero por dentro soy completamente diferente”
El Concierto Live Aid en 1985, está considerado como la mejor actuación en directo de la historia del rock; además, la banda fue el primer grupo británico en tocar en estadios de Latinoamérica, rompiendo el récord mundial en mayor cantidad de público en El Estadio Morumbi en São Paulo, Brasil, en 1981.
En retrospectiva, Farrokh Bomi Bulsara nació en el Shangani Govt; hospital de la isla de Zanzíbar, entonces un protectorado británico, y actualmente parte de Tanzania.
Sus padres, Bomi y Jer Bulsara, eran parsis de la región de Gujarat, parte de la Presidencia de Bombay en la India Británica.
El apellido de la familia se deriva de la ciudad de Bulsar, conocida también como Valsad, en el sur de Gujarat, India.
Siendo parsis, Mercury y su familia practicaban la religión zoroástrica, y estaban orgullosos de su ascendencia persa.
En 1954, a la edad de 8 años, fue enviado a La India a estudiar al St. Peter's School, un internado para varones en Pachgani, cerca de Bombay.
En el colegio formó parte de una banda llamada “The Hectics”, donde tocaba el piano.
Un amigo suyo de aquella época, decía que el cantante tenía “una increíble habilidad para escuchar la radio y reproducir las melodías en el piano”
Fue también en St. Peter's donde empezó a ser más conocido como “Freddie”, sobrenombre que también adoptó su familia.
A los 17 años, Mercury y su familia huyeron de Zanzíbar por razones de seguridad debido a La Revolución; y se mudaron a una pequeña casa en Feltham, en Middlesex, Inglaterra.
Mercury se inscribió en la universidad de West Thames, donde estudió arte, y recibió allí un diploma en Diseño Gráfico; y más adelante usaría su habilidad para crear el logotipo de Queen.
La imagen del logo, presentaba los 4 signos del zodíaco de los miembros de la banda:
2 leones por Roger y John, los 2 leo del grupo; el cangrejo por el signo cáncer de Brian May; y las ninfas que identificaban el signo virgo de Freddie; alrededor de una gigantesca “Q” y, sobre todo ello, El Ave Fénix, que saludaba el nacimiento del grupo de las cenizas de otras formaciones.
También, desde el primer momento, fue Freddie el impulsor de la imagen visual de la formación, con su personalísima puesta en escena y su inconfundible vestuario.
Así fue cómo en abril de 1970, Mercury conoció al guitarrista Brian May, y al batería, Roger Taylor, quienes previamente habían estado en una banda llamada “Smile”; y pese a las reservas de los otros miembros, Mercury eligió el nombre “Queen” para la nueva banda… luego diría sobre esto:
“Era consciente de las connotaciones gay, pero eso es sólo una faceta del nombre”
En aquel tiempo, también cambió su apellido a “Mercury”, debido a que según sus propias palabras, en la canción “My Fairy King”, en el verso:
“Mother Mercury, Look What They've Done To Me”, cantaba sobre su propia madre; y consideraba que el nombre “Freddie Mercury” tenía “poder”
Por otro lado, algunos críticos sugieren que Mercury ocultó al público su orientación sexual, y otras fuentes se refieren a él como “abiertamente gay”
Freddie Mercury se refirió a sí mismo como “gay” en una entrevista de 1974, pero hay claras evidencias de que era bisexual.
la fatalidad sobrevino el 24 de noviembre de 1991, cuando Mercury murió a la edad de 45 años, de una bronconeumonía complicada por El SIDA, sólo 1 día después de comunicar oficialmente que padecía la enfermedad.
Pese a que no era una persona religiosa, su funeral fue dirigido por un sacerdote zoroástrico; siendo incinerado, y sus cenizas reposan en algún lugar aún desconocido…
Se rumorea que fueron esparcidas por Mary Austin, su única amiga de verdad, a lo largo del Lago Lemán en Suiza, donde Mercury vivió sus últimos años, y donde se halla su monumento conmemorativo, concretamente en la ciudad de Montreux.
También se dice que reposan a los pies del enorme roble que corona el jardín de lo que fue su residencia Garden Lodge, en Kensington; así como también repartida entre varios teatros londinenses…
Ninguna de estas afirmaciones ha podido ser comprobadas hasta el día de hoy.
En su testamento, Freddie Mercury legó la mayoría de sus bienes, incluyendo su casa y los derechos de autor sobre sus canciones, a Mary Austin, y al resto a sus parientes y a su hermana Kashmira.
En total, fueron 14 álbumes los que Freddie Mercury grabó con Queen; el último de ellos salió a la venta en 1995, 4 años después de la muerte de Freddie.
Hasta ahora se han vendido más de 300 millones de discos mundialmente; y esta cifra ubica al grupo en la lista de los 5 artistas más exitosos del mundo; pues en este selecto apartado encontramos a:
Madonna con 300 millones, ABBA con 370 millones, Michael Jackson con 750 millones, a Elvis Presley con 1.000 millones, y a los Beatles con más de 1.000 millones.
Por otra parte, la muerte de Freddie Mercury representó un momento importante en la historia del SIDA; ya que en abril de 1992, el resto de los miembros de Queen, fundaron “The Mercury Phoenix Trust”, y organizaron el concierto en homenaje a Freddie Mercury, que tuvo lugar en el emblemático Estadio de Wembley, que incluyó actuaciones en directo de grandes artistas como:
Robert Plant, Roger Daltrey, Extreme, Elton John, Metallica, Seal, David Bowie, Annie Lennox, Tony Iommi, Guns N' Roses, Elizabeth Taylor, George Michael, Lisa Stansfield, Def Leppard y Liza Minnelli, entre otros.
Este concierto fue transmitido en directo a 76 países, y la audiencia estimada de la retransmisión del concierto, fue de 500 millones de personas, y la recaudación de 20 millones de Libras.
El objetivo del evento, aparte de homenajear a Freddie Mercury, era concienciar a la gente sobre la existencia del SIDA, y recaudar fondos para “The Mercury Phoenix Trust”
Mary Austin continúa viviendo en la casa de Mercury, llamada Garden Lodge, en Kensington con su familia; mientras su pareja de toda la vida, Jim Hutton, descubrió en 1990 que era portador del virus VIH, se mudó a Irlanda en 1995, donde murió el 1 de enero de 2010.
En 2006, la revista Time Asia, nombró a Freddie Mercury como uno de los héroes asiáticos más influyentes de los últimos 60 años, y continúa siendo votado por la gente como “uno de los mejores cantantes en la historia de la música popular”
También, Freddie Mercury ha sido nombrado “el mejor cantante masculino de todos los tiempos” y lo han colocado en #1 entre ¡los mejores cantantes de rock de todos los tiempos”; y en 2008, la revista Rolling Stone lo ubicó #18 en su lista de “los mejores vocalistas de todos los tiempos”, reflejando la opinión de la editorial de la revista, así como “uno de los líderes más carismáticos y dinámicos en la historia del rock”
Una encuesta hecha por The Sun, que pretendía encontrar al “máximo dios del rock”, situó a Freddie Mercury en el puesto #1
Además de ser “la mejor voz en la historia de la música”, la importancia de Freddie Mercury radica en su capacidad para fusionar a través de la composición musical, géneros hasta ese momento completamente antagónico como la ópera/ballet y el rock pesado; a eso hay que sumarle su infinita e inigualable capacidad y energía para llevar adelante un show, nada menos que ante miles de personas en un estadio, algo que nadie ha podido alcanzar hasta hoy día.
Mientras que muchos se destacan por ser buenos “showman”, y hacer agua en la composición musical y viceversa, Freddie Mercury fue el mejor en ambos aspectos, y contagiaba al público por su música y por su energía.
De ahí su importancia en la historia de la música moderna.
La icónica introducción de “We Will Rock You”, el galopante coro de “We are the Champions”, o la hipnótica operística de “Bohemian Rhapsody” hablan por sí mismas.
¿Quién no se anima al escuchar canciones tan vibrantes y famosas, a qué cuerpo humano no le resulta inevitable comenzar a moverse de alguna manera?
Es importante señalar, que la historia de los hits de la banda después del fallecimiento del cantante, es sencillamente una travesía en el desierto.
Después de la muerte de Freddie, el resto de Queen no tuvo un sólo hit, ni uno solo.
No cuesta entender que el mundo del cine se haya interesado en su historia.
“Ready, Freddie?”
Bohemian Rhapsody es un musical del año 2018, dirigido por Brian Singer y Dexter Fletcher.
Protagonizado por Rami Malek, Joseph Mazzello, Ben Hardy, Gwilym Lee, Lucy Boynton, Aidan Gillen, Tom Hollander, Mike Myers, Allen Leech, Aaron McCusker, Jess Radomska, Max Bennett, Michelle Duncan, Ace Bhatti, Charlotte Sharland, Ian Jareth Williamson, Dickie Beau, Jesús Gallo, Jessie Vinning, entre otros.
El guión es de Anthony McCarten, basado en la historia de Anthony McCarten y Peter Morgan.
Como producción, la película es una empresa conjunta británica-estadounidense, producida por 20th Century Fox, Regency, GK Films y Queen Films, con Fox como distribuidor.
Producido por Graham King, y el ex gerente de Queen, Jim Beach, los miembros de Queen, Brian May y Roger Taylor, sirvieron como asesores creativos, y se desempeñan también como productores musicales de la película.
Recordar que John Deacon se retiró en 1997, y desde ese año hasta la actualidad, él se encuentra absolutamente retirado del ámbito musical; y esto seguramente tiene relación con que John siempre dijo que “no había Queen sin Mercury”
También produce el filme, el actor Robert De Niro.
Todo inició cuando Bohemian Rhapsody se anunció en 2010; y en noviembre de 2015, el guionista Anthony McCarten se unió al proyecto, que ahora tenía el título de trabajo de “Bohemian Rhapsody” por la canción de la banda.
Desarrollando una nueva versión de la historia de sus entrevistas con la banda, May y Taylor, presentaron su primer borrador en febrero de 2016; y 1 año después, el director Bryan Singer estaba en conversaciones para hacerse cargo de la dirección; aunque Dexter Fletcher asumió el cargo de director las últimas semanas de rodaje, tras el despido de Singer por ausencias en el set; Singer sí retuvo el crédito como director, de acuerdo a las normas del Sindicato de Directores de Estados Unidos, que solo permiten que una persona ostente el cargo de director; por lo que Fletcher recibió el crédito de productor ejecutivo.
Pero sobre todo, las preocupaciones de la banda se centraron en evitar cualquier daño al legado de Mercury; tanto que el 16 de enero de 2018, Brian May cargó una foto en su cuenta de Instagram en el set de la película, y dijo:
“Hoy, bajo los auspicios de nuestro nuevo piloto supremo, Dexter Fletcher, tengo mi propia silla de director.
Me emocioné mucho.
Así que este es mi primer día en el set de “Bohemian Rhapsody” durante más de 6 semanas, y el ambiente es enormemente cálido y alegre.
Todo el equipo ha pasado por tormentas que habrían hundido a muchos barcos, pero todavía están a bordo, llenos de optimismo, y con un espíritu de equipo más fuerte que nunca.
Hay una gran sensación de orgullo en esta película.
¡Ojalá pudiera mostrarte fotos!
Pero por ahora es bueno proteger las sorpresas.
¡El barco “Bohemian Rhapsody” está en curso!
Con pleno vapor”
La película se ha rodado en varias localizaciones de Inglaterra, entre ellas:
Londres y Surrey; el rodaje empezó el 8 de septiembre de 2017, en la recreación del escenario del Concierto Live Aid, ubicado en el antiguo aeródromo de La Real Fuerza Aérea Británica en Bovingdon, cerca de Hemel Hempstead; y según declaró Brian May, en Instagram, el Live Aid es uno de los pilares de la estructura del film.
Con $55 millones de presupuesto, Bohemian Rhapsody se estrenó en El Reino Unido el 24 de octubre de 2018 en IMAX; y en los Estados Unidos el estreno fue precisamente hoy, 2 de noviembre de 2018, El Día de Los Santos Difuntos.
Internacionalmente, la película estaba programada para ser estrenada el 25 de diciembre de 2018; pero su estreno mundial tuvo lugar en Londres, en el SSE Arena en Wembley, el 23 de octubre de 2018.
Porque Bohemian Rhapsody es una celebración de Queen:
Brian May (Gwilym Lee), Roger Taylor (Ben Hardy), John Deacon (Joseph Mazzello), y Freddie Mercury (Rami Malek), de su música y de su extraordinario cantante, Freddie Mercury, que desafió estereotipos, e hizo añicos tradiciones para convertirse en uno de los “showman” más queridos del mundo.
Por tanto se rodó esta película biográfica, sobre Queen pero centrándose en Freddie Mercury desde el inicio de la agrupación hasta llegar al “parteaguas” de la banda que da nombre al filme:
La realización de “Bohemian Rhapsody”, y de todo los detalles que rodeó al álbum publicado en 1975, “A Night at The Opera” y cómo su sencillo, “Bohemian Rhapsody”, con una duración de 6 minutos, les lanzó a la fama, entre críticas encontradas, pues se salía de todo lo que hasta entonces se había escuchado en una banda de rock; hasta llegar a tocar el cielo, en la participación del gran concierto Live Aid en 1985.
Como si se tratara de un “flashback” a partir del Live Aid, el filme nos mostrará la inspiración, el proceso de creación de Grandes Obras Maestras de la música, así como al ascenso-caída-ascenso tanto de la banda como de Mercury.
También el filme muestra la maquinaria de la publicidad, la gerencia de producción y los conciertos, bárbaros todo el montaje; repito, como no podía ser de otra manera.
El filme, al centrarse en Mercury, vemos sus genialidad al poner toda su fuerza creadora en acción, de cómo mantuvo la unión del grupo, y su vida personal… para nada al margen.
Se explora su bisexualidad de manera abierta, convincente y respetuosa para los involucrados, no hay grandes giros dramáticos, pero sí muchos momentos llenos de fuerza y emoción que traspasa la pantalla, donde la concepción de los temas emblemáticos, se conjuga brillantemente.
Es a través de sus icónicas canciones y su revolucionario sonido, su crisis cuando el estilo de vida de Mercury estuvo fuera de control, evitando la separación del grupo en busca de una carrera en solitario, como habiendo sufrido enormemente sin la colaboración de Queen, Freddie logra reunirse con sus compañeros de banda, justo a tiempo para Live Aid; mientras enfrenta con valentía un reciente diagnóstico de SIDA, Freddie lidera la banda en una de las mejores actuaciones en la historia de la música rock.
También veremos cómo se cimentó el legado de una banda que siempre se pareció más a una familia, y que continúa inspirando a propios y extraños, soñadores y amantes de la música hasta nuestros días.
Lo mejor del filme son sus casi 134 minutos, donde no encontré ningún “pero”… tal vez fue que se hizo muy corta, porque uno queda con ganas de ver más de Queen.
En definitiva, Singer demuestra que también puede ser un director de gran talento, como esa cámara en la escena final en Wembley, desde el cielo… insuperable a pesar de ser CGI, donde la emoción es lo que cuenta, y uno llega a sentirse entre esa multitud que canta, grita y se vuelve loca por la agrupación.
Y su intérprete, Rami Malek, sin desmerecer a Ben Hardy que hace un gran papel junto a Gwilym Lee, que no solo imitan a sus personajes, sino que se convierten en ellos; es Rami con Singer, quienes tienen asegurada la nominación al Oscar como Mejor Actor y Mejor Director; y me enfurecería demasiado no ver a Bohemian Rhapsody como Mejor Película, porque lo es.
Generaciones por venir sabrán que hubo genios en la música, como Mozart y Freddie Mercury.
No se diga más:
¡A vivir la experiencia de pie, cantando a todo pulmón, y dejándose llevar por las emociones!
Porque el filme trata de eso, de celebrar la vida sin mostrar la muerte.
Es una celebración de Queen, su música y su extraordinario cantante; una historia que me arranca sonrisas y lágrimas por igual, mientras empuja a hacer palmas durante “Radio Ga Ga”, casi sin poder evitarlo, es un modo “default” el que nos propone, y nosotros, sus seguidores, asistimos complacientes.
“Roger, there's only room in this band for one hysterical queen”
No cabe duda que la producción de esta película fue problemática; porque pocas películas en los últimos tiempos se han visto inundadas por la polémica desde tan diversos frentes; y eso es, entre otras muchas cosas, lo que le ocurre a Bohemian Rhapsody, una película dominada por el férreo control y el punto de vista de una banda que ha querido convertir su historia en producto “mainstream” para todos los públicos, sin importar que para ello, en el fondo hayan perdido por el camino su propia identidad; porque diciéndolo todo, en la película se percibe indefinición desde los primeros acordes:
¿Es un biopic de Queen, o uno de Freddie Mercury?
Pero pasa con todas las bandas del rock, que cuando el cantante/líder o vocalista principal fallece, el resto del grupo pasa a un segundo plano, y es eclipsado por la estrella del mito; y cuando les dan la oportunidad de contar su relato, al final no deja de ser un panfleto de lo buenos que eran unos, y los no tan buen músicos que eran los otros.
Ha pasado con Queen, y pasó también con The Doors, éstos últimos guardan un resentimiento enfermero hacia el pobre “The Lizard King” que los hizo brillar en el firmamento del rock, pero aun así no están conformes...
Probablemente ni los responsables lo tengan todavía claro, pero lo cierto es que, a pesar de los intentos por simplificar la ambigüedad del cantante, todos los caminos siguen llevando a Freddie, como si fuera un imán que magnetiza todo lo que tiene a su alrededor.
Y la música parece rellenar así los huecos más superficiales por los que atraviesa de puntillas la historia, y quizás por esa razón se le da tanta importancia al proceso de elaboración de cada uno de los temas.
Así, Bohemian Rhapsody se convierte en una sucesión de Grandes Éxitos empaquetados para que sigan creciendo en el imaginario colectivo sin otra reflexión detrás, más allá de que “el show debe continuar”; y la verdad es que no nos gusta que se metan con nuestros ídolos y, aunque siempre buscamos una representación lo más fiel posible, también cruzamos los dedos para que la pantalla nos devuelva esa imagen más “legendaria” que construimos en nuestras mentes.
Bryan Singer entendió esta disyuntiva, y se enfocó en el mito musical que siempre rodeó a la figura de Farrokh Bulsara, ese chico de voz prodigiosa que quiso escaparle a sus orígenes, y llevarse el mundo por delante como si se tratara de una Reina…
Pero para la producción, tras su contrato como director, se supo que Bryan Singer fue despedido por 20th Century Fox el 5 de diciembre de 2017, quedando aproximadamente 2 semanas de rodaje, por estar presuntamente en desacuerdo con su estrella, Rami Malek.
Cuentan que Singer le lanzó un objeto al actor, cuando Malek se quejó ante el estudio por las ausencias del director...
Cuando Fox se mostró ansioso por la posición de Bryan Singer como director de la película, se acercaron a Ridley Scott como un posible reemplazo… y el 6 de diciembre de 2017, Dexter Fletcher fue anunciado como reemplazo de Singer.
El 15 de diciembre de 2017, la película había reanudado el rodaje en Londres y sus alrededores, después de reemplazar a Singer con Fletcher.
De Fletcher, acotar que es icónica su imagen como el joven Caravaggio en la película “Caravaggio” (1986) de Derek Jarman; y Fletcher estimó que 2/3 de la fotografía principal se habían completado cuando se unió a la producción, diciendo:
“Llegué a las últimas semanas de la fotografía principal...
Estaba mirando 2 actos completos en una buena película, y tuve que no defraudarla”
Pero según La BBC, la producción cinematográfica fue ruda:
Los productores de la película y la estrella principal, Rami Malek, se habían cansado de la conducta errática del director Bryan Singer, que lo vio rutinariamente llegando tarde a la escena, o desapareciendo por completo.
El colmo fue después de las vacaciones de Acción de Gracias, cuando Singer desapareció de la filmación durante 3 días seguidos, momento en el que el director de fotografía, Newton Thomas Sigel, tuvo que intervenir y dirigir durante la no presentación de Singer…
Los informes afirmaron que Singer se fue debido a un asunto de familia.
Un par de días después de este informe, 20th Century Fox despidió a Singer de la película, “debido a su comportamiento errático dentro y fuera del escenario, que chocaba con el personal de producción”
Las cosas empeorarían mucho más para Singer, ya que al día siguiente, 20th Century Fox terminó su contrato de producción de Bad Hat Harry con el estudio.
Y Fox comenzó a pedirle a un nuevo director que termine la producción con 2 semanas de filmación aún por terminar, todas de postproducción, y con posibles grabaciones.
Fue así como el nuevo director, Dexter Fletcher, comenzó la producción después del Año Nuevo de 2018.
Como dato, tanto Malek como Fletcher, protagonizaron 2 miniseries de HBO separadas sobre La Segunda Guerra Mundial:
Fletcher estuvo en “Band of Brothers” (2001) y Malek estuvo en “The Pacific” (2010)
Por su parte, el director Bryan Singer sostuvo que la razón de sus repentinas ausencias cerca del final de la filmación, era atender a uno de sus padres que estaba enfermo.
Aunque Fletcher dirigió 16 días de filmación y supervisó la postproducción, el Director's Guild of America (DGA), consideró que el único crédito de director de la película, era Singer.
De esa manera, en el relato, el punto de inflexión que eligen los realizadores, sumemos al guionista Anthony McCarten; es el multitudinario concierto Live Aid en 1985, una aparición postergada de la banda que llevaba un tiempo separada, y ese reencuentro con el público que renovó un cariño que jamás se desvaneció, incluso más allá de la muerte de Freddie; donde vemos los momentos previos del show, como el punto de partida de esta historia, narrada a partir de ahí como un “flashback”, como un precalentamiento para Mercury y para el espectador que, de inmediato, nos lleva hasta finales de la década del 60, cuando Farrokh era un simple empleado del aeropuerto de Heathrow, persiguiendo esa oportunidad de brillar.
Imposible contar décadas de historia en apenas un par de horas de metraje, de ahí que el relato vaya salteando etapas y simplificando un poco, bastante las cosas; pero no cabe duda que el filme es una crónica del meteórico ascenso al Olimpo de la música de esta banda, a través de sus icónicas canciones y su revolucionario sonido, desde que Mercury se uniera a Brian May y Roger Taylor, y luego John Deacon; hasta el macro concierto Live Aid de 1985 en El Estadio de Wembley, 6 años antes de que Mercury muriera de forma prematura.
Es una celebración rotunda y sonora de Queen, y de su extraordinario e inclasificable cantante.
El filme inicia con el logo de 20th Century Fox acompañado de su característica fanfarria, que para esta ocasión cuenta con la guitarra eléctrica de Brian May y la batería de Roger Taylor; y nos emplaza en el año 1970.
Farrokh Bulsara, un estudiante universitario británico de Parsi, y manejador de equipaje en el aeropuerto de Heathrow, va a un club nocturno para ver una banda local llamada “Smile”
Después del espectáculo, se encuentra con el guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor, y ofrece ser el nuevo vocalista de la banda, luego de que el bajista / vocalista, Tim Staffell (Jack Roth) se retire.
Con la incorporación del bajista John Deacon, la banda llega con todo a la década de los 70, La Era del Disco…
La banda se llamó Queen, y al respecto, Mercury dijo:
“Era consciente de las connotaciones gay, pero eso es sólo una faceta del nombre”; y tocan en conciertos locales en Inglaterra hasta que venden su camioneta para producir su álbum debut.
Su estilo musical les otorga un contrato con EMI Records; y al mismo tiempo, Farrokh cambia su nombre a Freddie Mercury; desarrollando una relación con Mary Austin (Lucy Boynton); pero durante la gira de la banda en los Estados Unidos, Freddie comienza a cuestionar su sexualidad…
En 1975, Queen graba su próximo álbum:
“A Night at The Opera”, pero dejan al ejecutivo de EMI, Ray Foster (Mike Myers), cuando se niega a lanzar la canción de 6 minutos, la emblemática pieza que da nombre a la película:
“Bohemian Rhapsody”, como el primer single del álbum.
También vemos que Freddie llega a Capital Radio, y con DJ, Kenny Everett (Dickie Beau) estrena la canción en las ondas; y a pesar de críticas mixtas, “Bohemian Rhapsody” se convierte en un éxito masivo.
Ese 31 de octubre de 1975, salió a la venta la canción considerada “una de las mejores de todos los tiempos”, una que no tenía estribillo, e incluía una introducción “a capela”, una balada, un solo de guitarra, un segmento operístico, y otro de rock.
Y con esa novedad, revolucionaria, fue #1 en El Reino Unido, y estuvo 18 meses en lista.
De esa manera, la banda decidió hacer un videoclip, que fue el primero en usar efectos especiales; que tras el éxito de “Bohemian Rhapsody”, el producir videoclips para promocionar los sencillos se convirtió en una práctica regular y rentable para las discográficas.
En lo personal, centrándose en Mercury, poco después de darle a Mary un anillo de compromiso, se separan cuando él le revela que es bisexual...
También se relaciona con Paul Prenter (Allen Leech), el 2º manager de la banda.
A pesar de los altibajos, el éxito de la banda continúa a lo largo de la década de 1980, pero surgen tensiones entre los miembros de la banda sobre la dirección de su música.
Después de una fiesta en la casa de Freddie, Mercury se enamora de Jim Hutton (Aaron McCusker), uno de los camareros de la fiesta; pero poco después se separan, con Jim diciéndole a Freddie que lo busque cuando encuentre su yo interior...
Una rueda de prensa de la banda para promocionar su álbum “Hot Space” de 1982, se sale de control al bombardear a Freddie con preguntas sobre su vida personal y sexualidad; al tiempo que la relación de Freddie con sus compañeros de banda es muy tensa, cuando anuncia que firmó un contrato de $4 millones con CBS Records para ir en solitario.
De esa manera se muda a Múnich en 1984, para trabajar en su primer álbum en solitario “Mr. Bad Guy”; y participar en orgías gay sin parar con Prenter…
Una noche, una embarazada Mary lo visita, y lo alienta a regresar a la banda, ya que se les ofreció un lugar en el concierto benéfico de Bob Geldof (Dermot Murphy), Live Aid, en El Estadio de Wembley.
Y al descubrir que Prenter le ocultó información sobre Live Aid, Freddie rompe con él; y en respuesta, Prenter hace públicas las escapadas sexuales de Freddie…
Con el brote del SIDA que se está propagando por todo el mundo, Freddie se revisa en secreto, y descubre que está infectado… por lo que regresa a Londres para pedir perdón a sus compañeros de banda, y al actual gerente, Jim Beach (Tom Hollander); todos se reconcilian y reciben un espacio de última hora en Live Aid.
Durante un ensayo, Freddie revela a sus compañeros de banda que tiene SIDA; y en el día del Live Aid, se reúne con Hutton, y luego se vuelve a conectar con su familia, con la máxima de Zoroastro de su padre:
“Buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras”
El rendimiento de Queen en Live Aid es un éxito, ya que ayuda a aumentar la tasa de donaciones durante el evento.
Allí termina el film, que anuncia que tras la muerte de Freddie a causa del SIDA en 1991, Beach y los miembros restantes de Queen crean “Mercury Phoenix Trust” para ayudar a combatir la propagación del SIDA en todo el mundo.
Técnicamente, Bohemian Rhapsody es asombrosa:
El filme está montado como un viaje al pasado, a partir de “la iluminación de ensueño” con un excelente vestuario y montaje, donde las canciones más emblemáticas llenan de fuerza el relato, en especial:
“Killer Queen” con el uso del estrafalario vestuario; “Bohemian Rhapsody” en la innovación vocal y musical; “Love Of My Life” tremendo con la explicación del Estadio… “Another Ones Bites The Dust” y su inspiración… “We Will Rock You” como anécdota; y la terrible “Who Wants To Live Forever”, entre otras, todas llenan de mucha fuerza por las letras, y les da una razón abrumadora, así como hay guiños para los seguidores sobre algunas inspiraciones para otras canciones como:
“You’re My Best Friend” en el “granero” lujoso; o el concepto de “Breakthru” en la afueras; ni hablar de las facetas por las que pasó el grupo, desde el “Glam Rock” hasta el “Underground”
Todo está allí, en una labor TITÁNICA para que todo fluyera de manera coherente, conmovedora e impactantemente natural para el fanático más fiel, y sorprendente para el iniciado.
El archivista de Queen, Greg Brooks, fue fundamental para ayudar a recrear cada escena, para que sea lo más fiel posible a lo real; y trabajó diariamente con Fox durante meses desde el principio, proporcionando respuestas a las preguntas.
Pero es el final, la cereza del pastel, en ese escenario del concierto de Live Aid, que es el más grande que Bryan Singer haya construido para una película suya; porque es una réplica exacta del escenario de Live Aid de 1985, en El Estadio de Wembley, creada y llevada a cabo en Bovingdon Airfield, cerca de Hemel Hempstead, donde se preparó para los ensayos el 7 de septiembre de 2017, con extras en el set.
Y es que se ciñen tanto a la realidad, al nivel que los vasos de Pepsi y cerveza encima del piano en Live Aid, están igualmente colocados que en la película.
La recreación del segmento/hito del Live Aid, se filmó el primer día de la producción; donde las torres gemelas del Wembley original, fueron demolidas en 2003 cuando el sitio estaba siendo remodelado.
De tal forma, que el desenlace es electrizante, potente y, sobre todo, emocionante.
Del reparto, el “casting” no pudo está mejor, con Malek que se roba todo el show, siguiendo Hardy como el temperamental, Lee el equilibrado y Mazzello como el más callado, no hay otra manera de cambiarlo porque, aparentemente así eran Mercury, Taylor, May y Deacon.
Notar sin embargo que May es tan condescendiente y plomizo que cuesta creer que sea tan dócil como el que presentan en la película:
Recordar el eterno rencor de que su canción “39” no fuera elegida como “single” se lo guardó siempre contra Freddie.
Por otra parte, los problemas de producción, no solo envolvieron a Singer, sino a la búsqueda del Mercury en ficción:
Sacha Baron Cohen fue la elección original para interpretar a Freddie Mercury; y abandonó el proyecto debido a diferencias creativas con el guitarrista de la banda Brian May, y con el baterista Roger Taylor.
El acuerdo con Baron Cohen se derrumbó después de que May expresara su disgusto después de descubrir que el proyecto solo sería un “biopic” de Freddie Mercury, y no del resto de Queen.
May sintió que debería centrarse en los otros miembros y en las consecuencias de la muerte de Mercury; también expresó su opinión negativa sobre la elección de Baron Cohen, a quien consideraba que era un actor cómico que no haría justicia a Mercury en el drama.
De esa manera, tras proponer otros actores, Rami Malek consiguió el papel principal, porque a los productores les gusta mucho en “Mr. Robot” (2015), y porque su línea de la mandíbula les recordó a Mercury...
Sin duda, un rasgo de Freddie Mercury que le identificaba era su sonrisa; el cantante padecía dentición supernumeraria, un desorden dental causado por 4 dientes extra; pero Mercury nunca quiso operarse, ya que no quería modificar su registro vocal.
Y para su papel de Freddie Mercury, a Rami Malek se le colocaron dientes protésicos especiales, para que se parecieran más a la sobreexcitación de Freddie; y después de que la película concluyera, Rami pudo conservar los dientes como un recuerdo especial de su experiencia en el rodaje.
Cuando se publicó la primera imagen de Rami Malek, caracterizado como Freddie Mercury, muchas personas comentaron su asombro por el gran parecido que mantenían; incluso el propio intérprete estaba sorprendido, pues llegó a afirmar:
“Cuando eres capaz de abrir tus ojos y ver a una persona diferente mirándote en el espejo, es un momento muy positivo”
A pesar de tocar realmente sus instrumentos, la música que se escucha en la película es una pista de acompañamiento, con la excepción de “Another One Bites The Dust”, con el elenco tocando y colaborando como una banda real.
Mientras Malek cantó algunas partes en la película, los productores insertaron partes vocales de las canciones de Queen, y completaron partes con Marc Martel, ganador de las audiciones del Queen Extravaganza Live Tour.
De esa manera, el cantante canadiense, Marc Martel, presta su voz a la película biográfica como Freddie; y usan una mezcla de su voz y la de Freddie juntas, encima de la de Malek.
En una entrevista, Malek dijo que su canto se mezclaba perfectamente con Freddie y Martel.
Por su parte, el entrenador de movimiento de Rami Malek para la parte, le hizo estudiar a Liza Minnelli en “Cabaret” (1972), así como las actuaciones de, todos ya fallecidos:
Jimi Hendrix, David Bowie y Aretha Franklin.
Supuestamente, estas fueron las inspiraciones clave para el estilo de actuación de Freddie Mercury.
Mientras la coreógrafa y entrenadora de movimientos británica, Polly Bennett, trabajó minuciosamente con Rami Malek para perfeccionar cada matiz de los gestos de Freddie:
Todas las miradas, los giros de todo el cuerpo, cada puntada arrogante en el escenario y cada movimiento del micrófono, tenían que ser correctos.
Una anécdota cuenta que cuando Rami Malek se reunió por primera vez con Queen en Abbey Road Studios, llegaba tarde...
Él estaba corriendo por las escaleras, y en el camino, se encontró con una foto autografiada de Queen.
Sintió como si la cara de Freddie Mercury lo estuviera mirando, diciéndole:
“No hagas esto”
En última instancia, Malek dijo:
“Realmente me sentí inspirado”
Y es que Malek se sometió a un reporte de 50 horas de accesorios de vestuario con el diseñador Julian Day, que involucró todo, desde zapatos con suela de plataforma de 4 pulgadas, una variedad de pantalones de satén ceñidos y trajes completos de lycra, etc.
Malek dijo al final:
“Tuve que recrear las cosas que hizo sobre la marcha, en el escenario.
Hubo muchos días en que me dije:
“Esto es una causa perdida”
Después de terminar la película, Malek dijo que se convirtió en un súper fan de Queen, diciendo:
“Veo a Freddie como el mejor intérprete de todos los tiempos...
Nunca dejé de asombrarme por este hombre.
El magnetismo de Freddie Mercury es indiscutible.
Sobre el escenario, con el micrófono en la mano o sentado al piano, se siente capaz de todo.
Su magia consistía en el intercambio con el público, en la capacidad de crear un espacio en el que a todos se les permitía sentir lo mismo”
Y según ha explicado el actor, uno de los momentos más emocionantes del rodaje fue la visita de la familia de Freddie Mercury, especialmente el encuentro con la hermana del cantante:
“Al verme con el maquillaje y la ropa, lo primero que ella hizo fue reírse, pero luego se emocionó”
Por su parte, Brian May y Roger Taylor se han mostrado contentos con la elección de Rami Malek como protagonista, y han afirmado:
“Tiene una gran presencia, y está completamente dedicado al proyecto, ya se ha metido en la piel de Freddie, lo cual es genial”
Y después de ver el filme, el guitarrista de la banda, Brian May, aseguró que, de estar vivo Freddie Mercury la hubiese aprobado; de hecho Malek ha revelado que May le escribió un email para hacerle saber que la película lo había hecho llorar, y que Mercury estaría muy orgulloso del proyecto.
Por ello, el Freddie Mercury de Malek abarca toda la compleja amalgama de sentimientos que sólo alguien con la sensibilidad artística del cantante de Queen podía tener.
Un ser privilegiado, no sólo por tener una de las más grandes y reconocibles voces del rock, sino por ser un ídolo de masas, capaz de mover a cualquier audiencia con sólo un gesto.
Un carisma que sólo unos pocos poseen.
Sin olvidar al resto del gran reparto, que bien podría decirse, se queda un poco a medio gas.
Aquí no quiero dar a entender que los actores lo hagan mal, pero sí que les falta más presencia para ser más que simples complementos:
Lucy Boynton como Mary Austin, la pareja de Mercury, ese “amor de su vida” y musa inspiradora que se convirtió en amante y compañera de aventuras hasta que la realidad desintegró la pareja.
Ella no se siente tan “influencer” como se dice hoy en redes sociales.
Mientras que Aidan Gillen como John Reid, segundo mánager de Queen, y Tom Hollander como Jim Beach, tercer mánager hacen un papel de acuerdo a sus títulos, y ya no más; o Allen Leech como Paul Prenter, mánager personal de Mercury tiene un papel mucho más importante, aunque sea el más basureado…
Por su parte, Mike Myers como Ray Foster, ejecutivo de EMI está algo desaprovechado porque él fue un gran promotor de Queen.
Lástima que Aaron McCusker como Jim Hutton, pareja de Mercury tiene poco metraje, de entradas y salidas casi como para mover el drama.
Llama la atención Dermot Murphy como Bob Geldof, así como Meneka Das como Jer Bulsara, madre de Mercury y Ace Bhatti como Bomi Bulsara, padre de Mercury como una familia unida, revolucionaria por su aceptación de un hijo homosexual, algo que seguro llegará muy bien en estos tiempos.
Llama la atención ver por ahí a Matthew Houston como Larry Mullen Jr., batería de U2, y no olvidar a Max Bennett como David, nuevo novio de Mary Austin, que también no tiene peso en la trama.
Se puede decir que el filme presta mucha más atención a la mujer que jugó un gran papel en su vida, y con la que inicialmente tuvo una relación romántica que a sus aventuras homosexuales, y al hombre con el que encontró la estabilidad.
Sí, la homosexualidad no se esconde, pero se opta más por dar a entender que ha sucedido algo, o simplemente volver a caer en lo que mencionaba antes, de ser “un simple complemento dramático”; y puede ser que Bohemian Rhapsody ponga más empeño en esta relación que en la de Mercury con Jim Hutton, su compañero hasta el final, pero la película decide abarcar estos primeros años de esplendor, la grabación de “A Night at The Opera” y, más precisamente, la creación de su tema más famoso, en vez de incursionar en el estilo de vida del artista y su sexualidad.
Aunque todo está implícito, y nadie es tan tonto como para confundir las “excentricidades” de Freddie, aunque él se esfuerce en desmentirlo y en mentirse a cada rato; pero como ya dijimos, Singer y McCarten se concentran en el mito y en esta familia musical que, a pesar de los malos tiempos y las desavenencias, nunca se da la espalda, y siempre se apoyan, sin grandes giros ni divismos.
Porque Mercury es el personaje central aquí, El Rey Sol alrededor del cual giran los demás planetas, y Malek sabe cómo ganarse a su público con el mismo carisma e hipnotismo que Freddie, pero también con todo el respeto que se merece.
Y no es el único:
Lee, Hardy y Mazzello, sólo son secundarios en los papeles, porque en la práctica logran ese sentimiento de unidad y de conjunto que tanto exudaba la banda, tanto arriba como fuera del escenario.
Por lo que esta es la celebración del talento de una banda, la celebración de sus integrantes, y cómo se conjugaban para crear hermosas piezas de arte, y la celebración de sus seguidores que recibieron la amena invitación para apropiarse de cada uno de sus temas.
El resto, resulta un tanto anecdótico, aunque acá el éxito de Queen, siempre va en paralelo con ese sentimiento de soledad e inseguridad que no deja de perseguir a Freddie; de ahí que Bohemian Rhapsody es un drama biográfico musical, no un documental que busca 100% la objetividad; y Singer se asegura de que notemos la diferencia recreando con pasión, y una maestría narrativa pocas veces vista en su filmografía, grabaciones, conciertos y giras por el mundo, convirtiendo su película en un extenso y contagioso videoclip que no podemos dejar de mirar y sentir; y es que hay una conexión especial con cada una de estas canciones, y ahí reside el gancho y el gran atractivo del film, no en el morbo o la necesidad de ver a un personaje caer hasta lo más bajo.
Primero, Malek le aporta toda el alma y, curiosamente, conmueve mucho más con cada interpretación sobre el escenario, que con sus momentos más sentimentales; y es extraño darse cuenta que a uno se le caen las lágrimas cuando ve al público hermanado y tarareando, en vez de ante la revelación de su VIH positivo.
Pero ahí es donde funciona la magia de Queen y del filme, dejando que la música se haga cargo de las emociones.
Pero ll filme “peca” no hay otra manera de hacerlo, en seguir el formato “biopic” que bien recuerda a las Obras Maestras como “Purple Rain” (1984) y “Amadeus” (1985), y curiosamente algo de “The Doors” pero sin LSD.
Se criticó su dirección, el guión y las imprecisiones históricas, de ahí algunos anacronismos:
John Deacon nunca fue miembro de “Smile”; y él tocó el bajo en el primer concierto de Queen en 1970, pero en realidad fue el 4° bajista que probaron, y no entró en la película hasta 1971.
Lo muestran tocando “Keep Yourself Alive”, en el primer show, que fue de hecho una melodía original muy temprana en su repertorio.
La canción “Fat Bottomed Girls” se está presentando en una gira por Estados Unidos antes de 1975; pero esta canción no se lanzó hasta 1978, en el álbum de Jazz, mucho después del lanzamiento y grabación de la canción “Bohemian Rhapsody”
También se muestra a la banda grabando y estrenando “We Will Rock You” en una escena ambientada en 1980; pero esta canción fue grabada y estrenada en el LP “News Of The World” en 1977, 3 años antes de lo que se muestra.
De hecho, el tema tuvo un lugar destacado en su gira de los Estados Unidos en 1978, y Freddie tenía su cabello largo en esa etapa, pero en la película el cabello es corto para este “primer ensayo” de la canción.
En una escena de una fiesta en la casa de Freddie con el subtítulo, “London 1980”, la melodía “Superfreak” de Rick James, no confundirla con la versión de MC Hammer, estaba sonando de fondo… esa pieza no fue estrenada hasta 1 año más tarde, en 1981.
Por otra parte, la película muestra un concierto de Rio en 77; cuando Queen tocó por primera vez en Río en 1981; y el audio que se reproduce en esa escena es de Rock in Rio 85.
Queen nunca realizó una gira por Sudamérica hasta los 80.
Y la anécdota de “Love Of My Life”, cuando Freddie dice que no sabía si la gente entendía la letra, y la gente empieza a cantar el tema, es de la gira en Buenos Aires, en 1981, no en Río.
Es en ese recital cuando sucede eso, Bryan no podía entender lo que pasaba, y Freddie dice:
“Ohh my god, it's to much”; y agradeciendo eso, sacan en el disco siguiente el tema “Palabras de Amor”
En un momento de la década de los 80, se afirma que los miembros de Queen “no han grabado juntos en años”
Esto no es cierto, pues en los años que cubre la película, la banda sacó 2 álbumes en 1980, uno en 82, y uno en 84.
No habrían estado separados más de un año en un momento dado.
Finalmente, en la película, antes de tocar en Live Aid, Roger Taylor dice que han pasado años desde la última vez que la banda tocó junta...
De hecho, el último concierto de Queen antes de Live Aid, el 13 de julio de 1985; fue el 15 de mayo de 1985, al final de “The Works Tour”, menos de 2 meses antes del concierto benéfico; y cuando Freddie se reconcilia con el resto de Queen antes de Live Aid en 1985, Brian afirma que a partir de ese momento, todos los créditos de composición futuros, irán a la banda colectivamente en lugar de a un solo miembro.
En realidad, el álbum de 1986 de la banda, “A Kind of Magic”, todavía tenía créditos de composición de canciones individuales, y fue solo en 1989 en “The Miracle” y en 1991 con “Innuendo”, que todas las canciones fueron acreditadas a la banda en su totalidad.
También se demuestra que Freddie fue a una clínica donde le diagnosticaron SIDA semanas antes de Live Aid en 1985, lo que le da un incentivo adicional para realizar el desempeño extraordinario que tuvo…
En verdad, nunca fue diagnosticado oficialmente hasta 1987; es decir, Freddie no supo que era VIH positivo antes de Live Aid.
Pero durante los ensayos para Live Aid en la película, Freddie le revela a la banda que es seropositivo, pero que quiere mantener las noticias completamente privadas, y concentrar toda su atención en la música.
El momento exacto en que Mercury se enteró de que tenía la enfermedad sigue estando en discusión, pero casi todos consideran que ocurrió entre 1986 y 1987.
Y es casi seguro que no tenía idea de cuándo el grupo estaba ensayando para Live Aid.
Como dato, importantísimo, antes de su famosa actuación en Live Aid en julio de 1985, la fortuna de Queen se había hundido enormemente en los Estados Unidos durante varios años antes; a pesar de que todavía eran muy populares y vendían muchos discos regularmente en Reino Unido,, Europa Occidental y Australia, en 1985 se los consideraba una fuerza agotada en los Estados Unidos con bajas ventas de álbumes; y es posible que la banda en sí misma no haya ayudado a los asuntos que aparecieron en el arrastre de Queen:
“I Want to Break Free” (1984), fue un video que muchas redes de transmisión conservadoras en los Estados Unidos consideraron ofensivo, incluido MTV, que boicoteó y se negó a mostrarlo.
La canción, por tanto, solo alcanzó el #46 en las listas de éxitos de EEUU; pero alcanzó el Top Ten en la mayoría de los países europeos, siendo #3 en Reino Unido donde La BBC no tuvo ningún problema en mostrar el video completo a una audiencia joven en su buque insignia “Top Of The Pops”, programa de televisión que se emitió los jueves por la noche temprano.
Las “controversias” como esta, y las demostraciones cada vez más extravagantes de Freddie, dañaron seriamente su imagen en los EEUU; por lo que no se puede subestimar la importancia de su rendimiento de Live Aid para recuperar una nueva generación de fanáticos, y consolidar su posición como una de las mejores bandas de rock.
En lo personal, destacar que en la película, Freddie hace “un pase descuidado” al camarero llamado Jim Hutton, después de una fiesta “especialmente pervertida”
Hutton lo rechaza, pero hablan mucho en la noche, y años más tarde, Mercury lo busca en la guía telefónica y comienzan a salir.
En la vida real, Hutton era un peluquero que trabajaba en el Savoy Hotel; y se conocieron en un club nocturno.
El cantante, que era 3 años mayor, le ofreció comprarle una bebida; Hutton, quien no reconoció a la superestrella, rechazó la oferta; y no se conectaron hasta un año y medio después.
Hutton dijo en una entrevista en 1994, que cuando se vieron, una vez más, en un club nocturno, Mercury le ofreció comprarle una bebida nuevamente.
Esta vez, Hutton aceptó; y comenzaron a salir y fue menos de un año después.
Como dato curioso, Mike Myers que interpreta a Ray Foster en la película, quien se queja de que “Bohemian Rhapsody no es la música a la que los adolescentes pueden agitar la cabeza…” esto es claramente un guiño a “Wayne's World” (1992), donde Mike Myers, quien interpreta a Wayne, agita su cabeza con la música de “Bohemian Rhapsody” en el auto; al tiempo que se reveló que Myers también es un gran fan de Queen.
Por otro lado, el DJ de la radio que “estrenó” “Bohemian Rhapsody” por primera vez en su programa de radio es Kenny Everett, interpretado por Dickie Beau en la película; y se dijo que al tocarlo sin el consentimiento de la emisora de radio, instantáneamente creyó que se convertiría en un gran éxito, y comenzó a promocionarlo incesantemente, y a ponerlo en una fuerte rotación en su programa, desempeñando así un papel importante en la popularización de la canción; lo que no se consideraba “radio amigable” en ese momento.
Everett se convirtió en uno de los amigos más cercanos de Freddie Mercury, tanto que pasaba el tiempo disfrutando la vida nocturna de Londres, y compartiendo drogas con él durante los años 70s.
En 1985, tuvieron problemas con el uso compartido de drogas y otros problemas personales, pero se reconciliaron más tarde en 1989, cuando su salud comenzó a deteriorarse debido al SIDA, pues Everett dio positivo al VIH en 1987; y murió en 1995 por complicaciones relacionadas con El SIDA.
En la película, Freddie Mercury grabará 2 álbumes solistas consecutivos, pero la película solo muestra la creación del primero, “Mr. Bad Guy”
Su segundo álbum en solitario, grabado después de la conclusión de los eventos de esta película, fue “Barcelona”, un álbum de ópera en colaboración con la cantante de ópera, Montserrat Caballé; que murió el 6 de octubre de 2018, apenas unas semanas antes del estreno de la película.
También es extraño que ella no sale en el film.
Lógicamente, los fans más acérrimos echarán en falta muchos episodios que, o no son vistos o se pasan por encima; pero sin duda, Bohemian Rhapsody hace hincapié en trabajar los hilos argumentales y emocionales, así como los personajes que los protagonizan.
Hubiera sido sencillo y oportunista hacer un compendio de fiestas, desfases y desvaríos sexuales, o sermonear sobre las consecuencias de la promiscuidad y el uso desmedido de las drogas ilegales.
Y algo de eso hay en la película, pero ésta se centra más en el desarrollo de los personajes y de la música, auténtica protagonista, con muchas piezas en estudio y directo originales, siempre oiremos la voz real de Freddie; lo cual es el enfoque idóneo.
Sin embargo, hay otros momentos algo más rebuscados, y que se antojan como más adaptados al ritmo de la película para agilizar ésta, como algunos de los aspectos de la relación del vocalista con Paul Prenter, quien trabajó como mánager personal de Mercury durante varios años, traicionándolo al final de su relación, contando sus escarceos sexuales a la prensa amarilla, y a quien aquí pintan como “el Yoko Ono de Queen”, así como la manera en cómo conoció al que fue su novio hasta el final de sus días, Jim Hutton; y se huye de mostrar imágenes escabrosas, dejando todo más a la imaginación del espectador.
¿Es homosexual?
Sí.
¿Le daba a las drogas?
También, pero no fue necesario verle esnifar o tener sexo, y eso se agradece.
También el filme incurre en una narrativa discutible, según la cual, los excesos narcóticos y sexuales del cantante sólo son redimidos una vez escucha la voz de la razón “heteronormativa” de sus compañeros; por lo que no entiendo porque mucha gente critica el hecho de que no se hable más de la parte negativa de la vida de Fredy Mercury, cuando simplemente no hace falta; todo el mundo que tenga un mínimo conocimiento de él sabe perfectamente de que murió, y como fue todo, y en la película se centran en la música, que es realmente con lo que nos debemos quedar, porque Queen era un grande, y es realmente lo que importa, y no vamos a juzgar a Fredy toda la vida por sus errores.
No obstante, no se trata de buscar elementos escabrosos, pero se pasan por alto asuntos como su relación de amor odio con David Bowie, o cuando se coló disfrazado en un pub con Lady Di, a la que previamente había travestido para la ocasión, o su controvertida etapa en Múnich, la cual se menciona muy brevemente, sin entrar en detalles tales como el periodo de convivencia con la actriz porno, Barbara Valentin, que aparecía en el video “It’s a Hard Life”, y de la que se dice, eran amantes ocasionales.
Historias todas con un potencial muy cinematográfico, que no necesitan entrar en lo oscuro o retorcido, para intensificar el poder del film, y que brillan por su ausencia en favor del puro espectáculo, y eso también se agradece.
Por poner un pero, no entiendo porque no subtitulan las canciones… que contiene letras tan poderosas que conectan muchísimo con la trama, de lo que está pasando, y eso es una pena; pero se agradece la generosidad de los responsables de la película a la hora de adjudicar el reconocimiento de la creación de grandes canciones de la banda, a miembros del grupo que no son Freddie, demostrando que los otros integrantes también tuvieron mucho que ver en el éxito del grupo.
En definitiva, la pérdida de un artista como Freddie, a tan temprana edad y por la razón que todos conocemos, es motivo más que suficiente para conmover a cualquier fan, de modo que no se requiere siquiera la interpretación de un actor cuando ya tenemos su música para ello.
Los primeros acordes de “Who Wants To Live Forever” son más que suficientes para emocionarnos y hacer brotar nuestras lágrimas, por su significado y por lo que implican; más aún cuando se acompaña de imágenes o testimonios; por ello el subtitulaje de las canciones es imprescindible, y la lágrima es inevitable.
Por último, John Ottman, un colaborador frecuente del director Brian Singer, compuso la partitura de la película.
Hollywood Records en CD, casete y un álbum oficial de la banda sonora, que contiene varios éxitos de Queen y 11 grabaciones inéditas, incluidas 5 pistas de su actuación de Live Aid de 21 minutos en julio de 1985, que nunca antes se habían lanzado en audio fueron lanzadas en formatos digitales el 19 de octubre de 2018, con un lanzamiento en vinilo en febrero o marzo de 2019.
“I wanna give the audience something that they can perform”
Una leyenda como la de Freddie Mercury, con un repertorio como el del grupo británico Queen, es una sombra tan amenazante como lo puede ser la de cualquier supervillano para el superhéroe de turno; porque es difícil estar a la altura de Queen y de su legado, como también es difícil que Queen y su legado no te aúpe al menos, a ojo, unos 3 metros por encima del suelo.
Y el tributo más grande que un GRANDE pudo tener, ocurrió hoy, hace 26 años, el 20 de abril de 1992, en El Estadio Wembley de Londres, cuando se realiza El Tributo a Freddie Mercury para La Prevención del SIDA, en el que participaron los restantes integrantes de Queen, y artistas invitados como:
Metallica, Guns N' Roses, Extreme, David Bowie, Elton John, Def Leppard, Ian Hunter, Mick Ronson, Seal, George Michael, Roger Daltrey, Robert Plant, Bob Geldof, Tony Iommi, Zucchero Fornaciari, Lisa Stansfield, Liza Minnelli, Annie Lennox, Spinal Tap, Paul Young y Chris Thompson, entre otros.
La emotividad en el estadio, se manifestó a través de los artistas que ocupaban el lugar del desaparecido cantante, pero también, a través de los miles de brazos que ondulaban al ritmo de cada hit, y las miles de gargantas que acompañaban cada melodía.
El mar conformado por la multitud aquel día, erizaba la piel.
Freddie Mercury, de 45 años, murió de SIDA, a causa de una afección pulmonar relacionada con esta dolencia, por la época una enfermedad poco conocida, el 24 de noviembre de 1991; por lo que Brian May, John Deacon y Roger Taylor, los miembros con vida de Queen, decidieron organizar un concierto para rendirle homenaje, a su compañero y amigo.
La idea de este Tributo, se decidió la noche en que Freddie murió, ya que Brian, Roger y John, sentían que debían darle una despedida en el estilo verdadero, al cual Freddie estaba acostumbrado; y el 12 de febrero de 1992, cuando la British Phonograph Industry, otorgó a Queen un Brit Award como “Mejor Single Británico” de 1991, por el tema “These Are The Days Of Our Lives”, Brian y Roger recogieron el premio; siendo allí, cuando Roger anunció públicamente, la realización de un concierto en homenaje a Freddie, y que contaría con otros músicos amigos, señalando como fecha elegida, el 20 de abril, e indicando que sería una celebración de la vida de Freddie, y el cumplimiento de su deseo de difundir este mensaje:
“El SIDA nos afecta a todos”
Los tickets, que costaron £25, se pusieron a la venta el día 13 de febrero, y se agotaron a las 3 horas, incluso antes de conocerse la nómina de artistas participantes.
Los artistas, fueron escogidos por Brian, Roger y John; y todos ofrecieron sus servicios, sin cobrar absolutamente nada; pero fueron tantos, que se tuvo que descartar a algunos; y ninguno que fue solicitado para actuar, se negó a tomar parte del concierto.
Básicamente se eligió a quienes tuvieron un sentimiento especial hacia Freddie, o alguna conexión o vínculo con él.
Los ensayos, comenzaron 5 semanas antes del evento, en un estudio cerca de Shepperd Bush, lugar donde los miembros de Queen entraron y salieron, chequeando detalles para el concierto.
Imperó allí, un ambiente de gran camaradería, sin egos ni divismos, en donde todos estuvieron amigables, y se divirtieron en los ensayos.
Tanto para Brian, Roger y John, el evento era una forma de decirle adiós a Freddie, y quienes más ayudaron fueron Elton John y Axel Rose.
El concierto llamado “The Freddie Mercury Tribute Concert for AIDS Awareness”, fue organizado y financiado por Queen Productions en 10 semanas; y 98 artistas participaron en este evento; 100,000 insignias y 40,000 bufandas rojas con el emblema de “AIDS Awareness” fueron repartidas entre los concurrentes, además, casi 300 hombres de seguridad fueron contratados, y casi 100 mil “t-shirts” se vendieron; y alrededor de mil personas aproximadamente, se involucraron en la producción; siendo lo más interesante, que todos pagaron la entrada, ya que no hubo un solo ticket de cortesía.
El evento, tuvo lugar 5 meses después de la muerte de Freddie Mercury, y reunió a más de 72.000 espectadores, siendo retransmitido por radio y por televisión para 76 países.
La audiencia estimada de la retransmisión del concierto, fue de 1 billón de personas, y la recaudación de ₤20 millones.
El objetivo del evento, aparte de homenajear al artista, era concientizar a la gente sobre la existencia del SIDA, y recaudar fondos para la “Mercury Phoenix Trust”, la fundación que crearon el resto de los integrantes de Queen, tras la muerte de Mercury.
Y tecnológicamente, The Freddie Mercury Tribute Concert for AIDS Awareness fue el evento musical más avanzado jamás puesto en escena.
Nunca antes en la historia de la música, hubo tantos países conectados a través del satélite con un show en vivo.
El programa y la puesta en escena, eran una sorpresa para el público, y nadie tenía idea de lo que sucedería en las siguientes 4 horas; siendo el concierto, uno de los más espectaculares que pueden recordarse.
El escenario se alzaba sobre una estructura de 50.000 kilos de tubo de acero, y estaba iluminado por 5.000 luces; el sonido y la organización, fueron irreprochables; y es que desde 1986, no se celebraba un festival comparable en El Estadio de Wembley; además que el estadio significaba el recuerdo de una de las actuaciones más brillantes de Queen; por lo que sus compañeros, Brian May, Roger Taylor y John Deacon, quisieron que el homenaje a Mercury, se celebrara en Wembley, por el simbolismo que encerraba este estadio.
Así pues, en lo más alto se colocó una figura de un Fénix gigante, el cual es el símbolo distintivo de La Fundación Mercury Contra El SIDA, y fue presidido por Mary Austin, compañera sentimental en vida de Freddie Mercury.
Los derechos de transmisión de televisión, radio; y lo reunido con la venta de los boletos, fue destinado a esta causa.
Como dato, la denominación con “Queen +”, se refiere a la actuación de los 3 miembros restantes de la agrupación, agregándose “+” por el artista invitado a cantar con ello.
En resumidas cuentas, el concierto dio inicio con bandas que fueron influenciadas por Queen, como es el caso de Metallica, Extreme, Def Leppard, y Guns N' Roses.
Durante la primera parte del concierto, se mostraron vídeos explicando la vida de Freddie, y su grupo; mientras tanto, se cambiaba un poco el escenario para las siguientes interpretaciones.
El cantante italiano Zucchero, fue el único intérprete no anglosajón, con la canción “Las Palabras de Amor”
Bob Geldof, que organizó el macrofestival contra El Sida de 1986, tocó una melodía gaélica; y a partir de ese momento, casi todos los temas pertenecieron al repertorio clásico de Queen y Freddie Mercury.
La segunda parte del concierto, consistió en la participación de los 3 miembros restantes de Queen, John Deacon, Brian May y Roger Taylor; junto con varios artistas, como:
Elton John, Roger Daltrey, Tony Iommi, David Bowie, Mick Ronson, James Hetfield, George Michael, Seal, Paul Young, Annie Lennox, Lisa Stansfield, Robert Plant, Joe Elliott, Phil Collen, Axel Rose, Slash, Liza Minnelli, entre otros.
Indudablemente, hubieron momentos muy especiales, como:
El mensaje de Dame Elizabeth Rosemond Taylor Hilton Wilding Todd Fisher Burton Burton Warner Fortensky, quien vino desde EEUU para la ocasión; las actuaciones de David Bowie y Annie Lennox, cantando “Under Pressure”, y un momentazo, cuando Bowie se arrodilló después en el escenario, y rezó un “Padre Nuestro” por todas las víctimas del SIDA, puesto que fue el último cantante que participó en vida junto a Freddie Mercury.
La brillante “performance” de George Michael, para muchos, lo mejor de la noche con “Somebody to Love”, y el cierre ideal, con quien fuera el ídolo máximo de Freddie:
Liza Minnelli, que entonó “We Are The Champions”, uno de los más conocidos temas de Queen, hasta el punto de que El Partido Laborista, lo usó como himno en la campaña electoral en 1987.
El resto de los participantes, se unió a Minnelli en el escenario, para despedir El Tributo a Freddie Mercury.
Y al final del show, bajo los acordes de “God Save The Queen”, “se vio” a Freddie en las pantallas gigantes, en ese mismo escenario de Wembley, y con su capa y su corona, como si se estuviera despidiendo.
Eso sí, faltaron 3 grandes figuras, cuya participación, en vivo o vía satélite, se había anunciado:
Michael Jackson, Madonna, y la soprano española, y gran amiga de Freddie, Montserrat Caballé.
Pero lo más destacable, extra musicalmente fue la intervención de Liz Taylor, que se había unido a todas las iniciativas contra El SIDA desde la muerte de su amigo Rock Hudson, se personó en Wembley para lanzar un emocionado mensaje a la juventud:
“Cuando practique el sexo, usa un condón.
Esta noche hay 72.000 personas aquí.
Una multitud equivalente, será infectada por el virus del SIDA en las próximas 2 semanas.
No seas una de ellas.
Frenemos el avance.
Que no suceda nunca más”
Pero pocos saben, que hubo una actuación más...
Transmitido vía satélite desde Sacramento California; la encargada de presentar al grupo, fue Cindy Crawford, ese grupo era U2, interpretando “Until The End Of The World”
Esta presentación, tampoco aparece en los videos que salieron a la venta del The Freddie Mercury Tribute Concert for AIDS Awareness, pero se puede ver desde Youtube.
El concierto fue dado a conocer en VHS, en 2 casetes; y en Laserdisc en Estados Unidos y en Japón en 1993, y en Gran Bretaña en 1997, pero debido a las limitaciones de tiempo, las 2 últimas canciones interpretadas por Extreme, las primeras 2 de Def Leppard, y la aparición de Spinal Tap, fueron eliminadas de la versión en VHS, junto con la interpretación de Robert Plant de “Innuendo”, a petición del mismo Plant, que consideró que su actuación fue muy pobre, debido a que se le olvidó gran parte de la letra…
La versión de Estados Unidos, también omitió la actuación de Bob Geldof de “Too Late God”, y de Zucchero con “Las Palabras de Amor”
En abril del año 2002, en el 10º aniversario de la “Mercury Phoenix Trust”, el concierto fue lanzado en DVD, y entró en las listas de popularidad del Reino Unido en el lugar #1; pero fue duramente criticada, debido a que toda la primera parte del concierto no fue incluida, además de que la canción “Innuendo”, tampoco fue incluida en el DVD, respetando la petición de Robert Plant.
Por otra parte, el concierto que originalmente estaba en formato 4:3, fue editado a “widescreen”, perdiendo un poco de la calidad original.
Eso sí, lo recaudado por las ventas de este DVD, fue donado a la misma “Mercury Phoenix Trust”
Pero como de costumbre, Freddie fue “quien se robó el show…”
Durante todo el concierto, videos con declaraciones suyas, fueron insertados, y cada vez que las pantallas de video mostraban imágenes de él, la multitud respondía a su llamado.
Cuando Freddie cantaba, el público lo acompañaba; y cuando él hablaba, todos callaban; y pese a la lista de mega estrellas que le rindieron Tributo esa noche, fueron finalmente los fans, quienes le dieron El Mejor Tributo.
Ellos escucharon, uno por uno, a todos los artistas interpretar los clásicos temas de Queen, y al terminar cada “performance” y antes de empezar la siguiente, la conclusión a la que llegaban, siempre era la misma:
“Estuvo bien... pero no era Freddie”
Si algo se comprobó en este espectacular Tributo, es que Freddie Mercury fue único, y que nadie podrá ocupar jamás su lugar.
No es casual que el lema de su legado sea “real”:
“GOD SAVE THE QUEEN”
Porque Queen consolida un legado que continúa inspirando a forasteros, soñadores y amantes de la música hasta hoy… y para siempre.
“Fearless Lives Forever”
Si la cultura popular musical nos dice que El Rey del Rock es Elvis Presley, sin lugar a dudas QUEEN solo hay una:
¡Freddie Mercury!
Y si hablamos de vocalistas, Mercury tiene el récord mundial indiscutible de ser el mejor en todos los aspectos que conlleva ser un “frontman” en una banda rock.
¿Existirá en la historia estética y comunicacional de este género, algún ser humano que se meta al bolsillo a 80.000 personas en sólo 10 segundos con simplemente levantar su puño en el inicio de un concierto?
Si fueron más de 700 conciertos los que ofreció Queen con Freddie Mercury a la cabeza, siendo Mercury uno de los primeros en enaltecer estos espectáculos, en teatralizarlos, ya que usaba humo, luces psicodélicas, hacía participar al público, lo hechizaba, etc., bueno, eso es Freddie Mercury, la punta más brillante de un diamante perfecto llamado Queen, que Record Guinness ha llamado “la banda con mayores ganancias en la historia”; y según revistas especializadas del rock, es la banda que continuó el legado de The Beatles, en acuñar el rock con la música culto-formal.
¿Entonces qué hace a Freddie Mercury superior a los demás “colegas”?
No podemos hablar de magnitudes, pero sí de factores que lo escalan más arriba; y cada vez que expongamos a la luz a un ícono del rock, 3 serán sus brillos, veamos:
La voz:
Nadie puede objetar la capacidad vocal de Mercury; una voz única, irrepetible e incansable; o creen que lo de la tercera cuerda vocal es un mito…
Traten de encontrar algún momento, uno sólo… donde Freddie Mercury muestre signos de cansancio en sus interpretaciones…
¡Difícil tarea!
Pese a que la voz de Mercury al hablar recaía en el rango de barítono, usualmente cantaba en el registro de tenor; y se dice que en la escala de algunos compases va de un gruñido tipo rock gutural a tierno y vibrante tenor, y luego a un tono de alta coloratura, perfecta, pura y cristalina en la parte alta.
La célebre soprano española, recientemente fallida, Montserrat Caballé, que conoció al cantante en El Hotel Ritz de Barcelona, y con quien Mercury grabó un álbum, expresó su opinión diciendo:
“La diferencia entre Freddie Mercury y la mayoría de las estrellas de rock, es que él vendía la voz"
A medida que la carrera de Queen iba progresando, Mercury reemplazaba las notas más agudas de las canciones que interpretaba en directo, cantándolas en otras octavas más graves; padecía de nódulos vocales, y dijo no haber tomado clases de canto nunca, como explicó en una entrevista en 1986:
“Odio hacer lo mismo todo el tiempo; me gusta ver lo que está sucediendo en este momento en la música, el cine y el teatro, e incorporarlo”
Y comparado con otros artistas, Mercury ha compuesto también obras muy complejas; por ejemplo:
“Bohemian Rhapsody”
Obra Maestra mayúscula del rock, que tiene una estructura poco común, pues contiene docenas de coros simulando un coro operístico.
La pieza de 6 minutos, fue escrita por Freddie Mercury para su álbum de 1975, “A Night at The Opera”; y presenta una estructura inusual, más similar a una rapsodia clásica, que a la música popular; por ejemplo:
La canción no posee estribillo, y consiste en 6 secciones bien diferenciadas y muy bien complementadas, casi a la perfección:
Una introducción “a capela”, una balada, un solo de guitarra, un segmento operístico, una sección de rock, y una coda que retoma el tempo y la tonalidad de la balada introductoria.
El solo de guitarra de esta canción, ha sido considerado el vigésimo mejor de todos los tiempos en El Reino Unido; y cuando se puso a la venta como sencillo, “Bohemian Rhapsody” se convirtió en un éxito comercial que permaneció en la cima de las listas británicas durante 9 semanas.
No era para más… y alcanzó allí el puesto #1 otra vez en 1991, tras la muerte de Freddie Mercury.
En total, alcanzó 2,176.000 ventas, y sigue aumentando con el paso de los años, siendo el 3° sencillo más vendido de todos los tiempos.
Se cuenta que Freddie Mercury escribió la mayor parte de “Bohemian Rhapsody” en su casa de Holland Road, Kensington, al norte de Londres.
El productor de la canción, Roy Thomas Baker, relató, cómo Mercury tocó la balada introductoria para él:
“Interpretó el comienzo en el piano; luego se detuvo y dijo:
“¡Y aquí es donde empieza la sección de ópera!”
Luego nos fuimos a cenar”
El guitarrista de la banda, Brian May, dijo que el esbozo de Mercury para la canción era “intrigante y original, y digno de trabajarse”
Mucho del material de Queen se escribía en el estudio, según May, pero esta canción “estaba toda en la mente de Freddie” antes de que se sacara a la luz.
La musicóloga, Sheila Witeley, sugirió que “el título se basa fuertemente en la ideología del rock contemporáneo, el individualismo del mundo de los artistas bohemios, con lo de “rapsodia”, afirmando los románticos ideales del rock como arte”
Sobre lo de “bohemio”, Daniel Michea dijo que “Mercury intentó que esta canción fuera una suerte de ópera, algo fuera de las normas de las canciones de rock, porque sigue la lógica operística:
Coros de muchas voces alternados con solos similares a arias, las emociones son excesivas, y la trama, confusa”
Según los miembros de la banda, Mercury compuso mentalmente la canción, y los dirigió él mismo; usó un piano de cola para conciertos marca Bechstein, que aparece en el video promocional y en las giras por el Reino Unido.
E definitiva, esa grabación es una de las más elaboradas y mejor producidas jamás en toda la historia del rock.
Por su parte, May, Mercury y Taylor, cantaron continuamente de 10 a 12 horas por día, obteniendo 180 grabaciones separadas; y como los estudios de aquella época solo disponían de cintas analógicas de 24 pistas, fue necesario que los 3 se sobre-grabaran numerosas veces y reiteraran estas grabaciones en sucesivas submezclas.
Al final, terminaron usando cintas de octava generación.
De esa manera, la canción consta de un formato con cambios abruptos de estilo, tonalidad y tempo, muy inusuales.
El New York Times comentó que “la característica más destacada de la canción es su letra fatalista”; pero Mercury se negó a explicar su composición, diciendo sólo que trataba sobre relaciones...
Pese a todo, Queen no reveló nunca el verdadero significado de la canción.
May, por su parte, supone que la canción contiene referencias veladas a los problemas personales del pianista; y sostiene que “Freddie era una persona muy compleja:
Frívolo y gracioso en la superficie, pero a la vez ocultaba inseguridades y problemas de su niñez.
Nunca ha explicado la letra, pero creo que puso mucho de sí mismo en aquella canción”
May ha dicho que el núcleo de la letra era un secreto exclusivo del compositor; y sin embargo, cuando la banda lanzó un disco recopilatorio con sus grandes éxitos en Irán, se incluyó un folleto en persa, que contenía las traducciones de las letras a este idioma y sus explicaciones.
En el caso de “Bohemian Rhapsody”, se aclaraba que trata sobre un hombre que mató a alguien y, como el Fausto, vendió su alma al demonio.
La noche antes de su ejecución, llama a Dios en árabe, diciendo “Bismillah”, y con la ayuda de sus ángeles puede recuperar su alma, que estaba en manos de Satán.
A pesar de esto, los críticos siempre han especulado sobre el significado de la letra; y algunos creen que describe un asesino suicida atrapado por demonios, o sólo sucesos antes de una ejecución…
Esta última explicación, remite a la novela de Albert Camus “L'Étranger” (1942) en la cual, un joven confiesa un asesinato llevado a cabo por un impulso, y tiene una visión antes de serle aplicada La Pena Capital, que pudo servir a Mercury como posible inspiración.
Otros piensan que la letra sólo fue compuesta para acompañar la música, y no tiene significado... y se ha citado a Mercury, afirmando que aquella letra “era un conjunto aleatorio de rimas sin sentido”
Sin embargo se sugiere que Mercury había llegado a un punto de inflexión en su vida personal en 1975:
Había estado viviendo con Mary Austin durante 7 años, pero en aquel año había tenido su primera pareja homosexual...
La interpretación de estos hechos es que la canción refleja el estado emocional del artista en ese tiempo:
Recordar que estaba viviendo con Mary… “Mama”, “madre” como se llama a La Virgen María, y quería dejarla, de ahí:
“Mama Mia let me go”
El productor, Roy Thomas Baker, dijo que “cada vez que Freddie cantaba un “Galileo”, yo tenía que añadir otro pedazo de cinta al rollo”
Y sobre la dificultad de Mercury para expresar su sexualidad, se destaca el rol de las voces graves, que se relacionan con lo masculino, y las agudas, asociadas con lo femenino.
Así, estas voces cumplen un papel importante en la expresión de su necesidad de liberación…
Por otro lado, está el carisma de Freddie:
Magnético, atractivo e imponente; Freddie Mercury tenía la capacidad de ganarse al público con solo entrar a escena, y con eso se nace.
Claramente, sus rasgos casi de divinidad mezclados con gestos venidos de su homosexualidad, hacían de él un actor perfecto.
y finalmente su estilo o elegancia:
Si hay algo que destacar de Queen, y sobre todo de Freddie Mercury, es la elegancia; nada fuera de orden, nada loco ni soez, con músicos al servicio de la música.
Todo ello como una expresión perfecta de matices y poder canalizados a través de una interpretación que cada vez rozaba la perfección.
Porque Freddie Mercury podría haber sido un egomaníaco sin control; pero Queen es lo que es en la historia del rock, gracias a la química perfecta entre sus integrantes.
Su ego se controlaba por sí solo, mostrando solo lo necesario; y su conexión con Brian May, John Deacon y Roger Taylor, es difícil verla en otro “power cuarteto”
Del resto de la banda, vale decir lo indispensable:
Brian Harold May, hoy de 71 años, es un músico y astrofísico graduado, conocido mundialmente por ser el guitarrista, compositor, vocalista y en ocasiones teclista de la exitosa banda británica Queen; compuso muchos de los grandes éxitos de Queen, y utiliza una guitarra eléctrica hecha por él mismo, llamada “Red Special”
May es considerado uno de los guitarristas más grandes y originales de la historia; tanto que en 2003, la revista Rolling Stone lo nombró #26 de su lista “los guitarristas más grandes de todos los tiempos”; y en 2005, fue nombrado Comendador de La Orden del Imperio Británico “por sus servicios a la industria de la música”
John Richard Deacon, hoy de 67 años, es un músico y compositor, famoso por haber sido el bajista de la banda de rock Queen.
En varios discos también desempeñó el papel de guitarrista, y más ocasionalmente de teclista; y es el autor de algunos de los grandes éxitos de la banda, tales como:
“Another One Bites the Dust”, “I Want to Break Free”, “Spread Your Wings” y “You're My Best Friend”; lo que demuestra su importante aporte al grupo en materia creativa; y está considerado uno de los bajistas más versátiles de la historia del rock, tanto que la revista Rolling Stone lo colocó #32 en su lista “los 100 mejores bajistas de la historia”
Pero Deacon se retiró de la banda desde 1997, pues dijo que tras la muerte de Mercury, no habrá más Queen...
Finalmente, Roger Meddows Taylor, hoy de 69 años, es un músico, compositor y productor cinematográfico; reconocido por ser el baterista y corista del grupo Queen; y en algunas canciones es el solista, guitarrista y vocalista.
Ha escrito canciones famosas de Queen como:
“Sheer Heart Attack”, “I'm In Love With My Car”, “Radio Ga Ga” o “A Kind of Magic”; y también escribió otras como:
“Breakthru” o “Innuendo” junto a Freddie Mercury.
La revista Rolling Stone lo ubicó #14 de su lista “los mejores 100 bateristas de la historia”, y según la revista, es el #11 “mejor baterista vivo”, ya que 3 de los bateristas que están entre los primeros 13 fallecieron:
1° John Bonham, 6° Keith Moon, y 11° Cozy Powell.
Además ocupa el 8° puesto de “los 30 bateristas más ricos del mundo”, con $105 millones.
De hecho, Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, ha afirmado que Roger es uno de los bateristas más influyentes en la historia de la música.
Pero hoy, solo Roger y Brian están en activo.
Y claro está, Freddie… para que hablar de su experticia en el piano, que sólo se veía en vivo; pero lo que muchos no saben, es que Mercury tenía un oído perfecto, y muchas facilidades para diversos instrumentos; como compositor musical, escribió muchos éxitos, tales como:
“Bohemian Rhapsody”, “Killer Queen”, “Somebody To Love”, “We Are The Champions”, “Bicycle Race”, “Don't Stop Me Now”, “Crazy Little Thing Called Love” y “Play The Game”, entre otros; y se estima que Queen llegó a vender 300 millones de álbumes en todo el mundo, con Freddie Mercury como líder.
Además de su trabajo con Queen, Mercury tuvo una carrera como solista, y ocasionalmente fue productor musical, participando en eventos como músico invitado para otros artistas.
En lo personal, Mercury era parsi, y fue criado en La India, y hoy está considerado “la primera estrella de rock asiática en Gran Bretaña”
Pese a haber cultivado una personalidad muy extravagante, Mercury era una persona tímida y reservada, especialmente con los que no conocía bien; además solía dar pocas entrevistas, tanto que una vez dijo de sí mismo:
“Cuando estoy en el escenario soy muy extrovertido, pero por dentro soy completamente diferente”
El Concierto Live Aid en 1985, está considerado como la mejor actuación en directo de la historia del rock; además, la banda fue el primer grupo británico en tocar en estadios de Latinoamérica, rompiendo el récord mundial en mayor cantidad de público en El Estadio Morumbi en São Paulo, Brasil, en 1981.
En retrospectiva, Farrokh Bomi Bulsara nació en el Shangani Govt; hospital de la isla de Zanzíbar, entonces un protectorado británico, y actualmente parte de Tanzania.
Sus padres, Bomi y Jer Bulsara, eran parsis de la región de Gujarat, parte de la Presidencia de Bombay en la India Británica.
El apellido de la familia se deriva de la ciudad de Bulsar, conocida también como Valsad, en el sur de Gujarat, India.
Siendo parsis, Mercury y su familia practicaban la religión zoroástrica, y estaban orgullosos de su ascendencia persa.
En 1954, a la edad de 8 años, fue enviado a La India a estudiar al St. Peter's School, un internado para varones en Pachgani, cerca de Bombay.
En el colegio formó parte de una banda llamada “The Hectics”, donde tocaba el piano.
Un amigo suyo de aquella época, decía que el cantante tenía “una increíble habilidad para escuchar la radio y reproducir las melodías en el piano”
Fue también en St. Peter's donde empezó a ser más conocido como “Freddie”, sobrenombre que también adoptó su familia.
A los 17 años, Mercury y su familia huyeron de Zanzíbar por razones de seguridad debido a La Revolución; y se mudaron a una pequeña casa en Feltham, en Middlesex, Inglaterra.
Mercury se inscribió en la universidad de West Thames, donde estudió arte, y recibió allí un diploma en Diseño Gráfico; y más adelante usaría su habilidad para crear el logotipo de Queen.
La imagen del logo, presentaba los 4 signos del zodíaco de los miembros de la banda:
2 leones por Roger y John, los 2 leo del grupo; el cangrejo por el signo cáncer de Brian May; y las ninfas que identificaban el signo virgo de Freddie; alrededor de una gigantesca “Q” y, sobre todo ello, El Ave Fénix, que saludaba el nacimiento del grupo de las cenizas de otras formaciones.
También, desde el primer momento, fue Freddie el impulsor de la imagen visual de la formación, con su personalísima puesta en escena y su inconfundible vestuario.
Así fue cómo en abril de 1970, Mercury conoció al guitarrista Brian May, y al batería, Roger Taylor, quienes previamente habían estado en una banda llamada “Smile”; y pese a las reservas de los otros miembros, Mercury eligió el nombre “Queen” para la nueva banda… luego diría sobre esto:
“Era consciente de las connotaciones gay, pero eso es sólo una faceta del nombre”
En aquel tiempo, también cambió su apellido a “Mercury”, debido a que según sus propias palabras, en la canción “My Fairy King”, en el verso:
“Mother Mercury, Look What They've Done To Me”, cantaba sobre su propia madre; y consideraba que el nombre “Freddie Mercury” tenía “poder”
Por otro lado, algunos críticos sugieren que Mercury ocultó al público su orientación sexual, y otras fuentes se refieren a él como “abiertamente gay”
Freddie Mercury se refirió a sí mismo como “gay” en una entrevista de 1974, pero hay claras evidencias de que era bisexual.
la fatalidad sobrevino el 24 de noviembre de 1991, cuando Mercury murió a la edad de 45 años, de una bronconeumonía complicada por El SIDA, sólo 1 día después de comunicar oficialmente que padecía la enfermedad.
Pese a que no era una persona religiosa, su funeral fue dirigido por un sacerdote zoroástrico; siendo incinerado, y sus cenizas reposan en algún lugar aún desconocido…
Se rumorea que fueron esparcidas por Mary Austin, su única amiga de verdad, a lo largo del Lago Lemán en Suiza, donde Mercury vivió sus últimos años, y donde se halla su monumento conmemorativo, concretamente en la ciudad de Montreux.
También se dice que reposan a los pies del enorme roble que corona el jardín de lo que fue su residencia Garden Lodge, en Kensington; así como también repartida entre varios teatros londinenses…
Ninguna de estas afirmaciones ha podido ser comprobadas hasta el día de hoy.
En su testamento, Freddie Mercury legó la mayoría de sus bienes, incluyendo su casa y los derechos de autor sobre sus canciones, a Mary Austin, y al resto a sus parientes y a su hermana Kashmira.
En total, fueron 14 álbumes los que Freddie Mercury grabó con Queen; el último de ellos salió a la venta en 1995, 4 años después de la muerte de Freddie.
Hasta ahora se han vendido más de 300 millones de discos mundialmente; y esta cifra ubica al grupo en la lista de los 5 artistas más exitosos del mundo; pues en este selecto apartado encontramos a:
Madonna con 300 millones, ABBA con 370 millones, Michael Jackson con 750 millones, a Elvis Presley con 1.000 millones, y a los Beatles con más de 1.000 millones.
Por otra parte, la muerte de Freddie Mercury representó un momento importante en la historia del SIDA; ya que en abril de 1992, el resto de los miembros de Queen, fundaron “The Mercury Phoenix Trust”, y organizaron el concierto en homenaje a Freddie Mercury, que tuvo lugar en el emblemático Estadio de Wembley, que incluyó actuaciones en directo de grandes artistas como:
Robert Plant, Roger Daltrey, Extreme, Elton John, Metallica, Seal, David Bowie, Annie Lennox, Tony Iommi, Guns N' Roses, Elizabeth Taylor, George Michael, Lisa Stansfield, Def Leppard y Liza Minnelli, entre otros.
Este concierto fue transmitido en directo a 76 países, y la audiencia estimada de la retransmisión del concierto, fue de 500 millones de personas, y la recaudación de 20 millones de Libras.
El objetivo del evento, aparte de homenajear a Freddie Mercury, era concienciar a la gente sobre la existencia del SIDA, y recaudar fondos para “The Mercury Phoenix Trust”
Mary Austin continúa viviendo en la casa de Mercury, llamada Garden Lodge, en Kensington con su familia; mientras su pareja de toda la vida, Jim Hutton, descubrió en 1990 que era portador del virus VIH, se mudó a Irlanda en 1995, donde murió el 1 de enero de 2010.
En 2006, la revista Time Asia, nombró a Freddie Mercury como uno de los héroes asiáticos más influyentes de los últimos 60 años, y continúa siendo votado por la gente como “uno de los mejores cantantes en la historia de la música popular”
También, Freddie Mercury ha sido nombrado “el mejor cantante masculino de todos los tiempos” y lo han colocado en #1 entre ¡los mejores cantantes de rock de todos los tiempos”; y en 2008, la revista Rolling Stone lo ubicó #18 en su lista de “los mejores vocalistas de todos los tiempos”, reflejando la opinión de la editorial de la revista, así como “uno de los líderes más carismáticos y dinámicos en la historia del rock”
Una encuesta hecha por The Sun, que pretendía encontrar al “máximo dios del rock”, situó a Freddie Mercury en el puesto #1
Además de ser “la mejor voz en la historia de la música”, la importancia de Freddie Mercury radica en su capacidad para fusionar a través de la composición musical, géneros hasta ese momento completamente antagónico como la ópera/ballet y el rock pesado; a eso hay que sumarle su infinita e inigualable capacidad y energía para llevar adelante un show, nada menos que ante miles de personas en un estadio, algo que nadie ha podido alcanzar hasta hoy día.
Mientras que muchos se destacan por ser buenos “showman”, y hacer agua en la composición musical y viceversa, Freddie Mercury fue el mejor en ambos aspectos, y contagiaba al público por su música y por su energía.
De ahí su importancia en la historia de la música moderna.
La icónica introducción de “We Will Rock You”, el galopante coro de “We are the Champions”, o la hipnótica operística de “Bohemian Rhapsody” hablan por sí mismas.
¿Quién no se anima al escuchar canciones tan vibrantes y famosas, a qué cuerpo humano no le resulta inevitable comenzar a moverse de alguna manera?
Es importante señalar, que la historia de los hits de la banda después del fallecimiento del cantante, es sencillamente una travesía en el desierto.
Después de la muerte de Freddie, el resto de Queen no tuvo un sólo hit, ni uno solo.
No cuesta entender que el mundo del cine se haya interesado en su historia.
“Ready, Freddie?”
Bohemian Rhapsody es un musical del año 2018, dirigido por Brian Singer y Dexter Fletcher.
Protagonizado por Rami Malek, Joseph Mazzello, Ben Hardy, Gwilym Lee, Lucy Boynton, Aidan Gillen, Tom Hollander, Mike Myers, Allen Leech, Aaron McCusker, Jess Radomska, Max Bennett, Michelle Duncan, Ace Bhatti, Charlotte Sharland, Ian Jareth Williamson, Dickie Beau, Jesús Gallo, Jessie Vinning, entre otros.
El guión es de Anthony McCarten, basado en la historia de Anthony McCarten y Peter Morgan.
Como producción, la película es una empresa conjunta británica-estadounidense, producida por 20th Century Fox, Regency, GK Films y Queen Films, con Fox como distribuidor.
Producido por Graham King, y el ex gerente de Queen, Jim Beach, los miembros de Queen, Brian May y Roger Taylor, sirvieron como asesores creativos, y se desempeñan también como productores musicales de la película.
Recordar que John Deacon se retiró en 1997, y desde ese año hasta la actualidad, él se encuentra absolutamente retirado del ámbito musical; y esto seguramente tiene relación con que John siempre dijo que “no había Queen sin Mercury”
También produce el filme, el actor Robert De Niro.
Todo inició cuando Bohemian Rhapsody se anunció en 2010; y en noviembre de 2015, el guionista Anthony McCarten se unió al proyecto, que ahora tenía el título de trabajo de “Bohemian Rhapsody” por la canción de la banda.
Desarrollando una nueva versión de la historia de sus entrevistas con la banda, May y Taylor, presentaron su primer borrador en febrero de 2016; y 1 año después, el director Bryan Singer estaba en conversaciones para hacerse cargo de la dirección; aunque Dexter Fletcher asumió el cargo de director las últimas semanas de rodaje, tras el despido de Singer por ausencias en el set; Singer sí retuvo el crédito como director, de acuerdo a las normas del Sindicato de Directores de Estados Unidos, que solo permiten que una persona ostente el cargo de director; por lo que Fletcher recibió el crédito de productor ejecutivo.
Pero sobre todo, las preocupaciones de la banda se centraron en evitar cualquier daño al legado de Mercury; tanto que el 16 de enero de 2018, Brian May cargó una foto en su cuenta de Instagram en el set de la película, y dijo:
“Hoy, bajo los auspicios de nuestro nuevo piloto supremo, Dexter Fletcher, tengo mi propia silla de director.
Me emocioné mucho.
Así que este es mi primer día en el set de “Bohemian Rhapsody” durante más de 6 semanas, y el ambiente es enormemente cálido y alegre.
Todo el equipo ha pasado por tormentas que habrían hundido a muchos barcos, pero todavía están a bordo, llenos de optimismo, y con un espíritu de equipo más fuerte que nunca.
Hay una gran sensación de orgullo en esta película.
¡Ojalá pudiera mostrarte fotos!
Pero por ahora es bueno proteger las sorpresas.
¡El barco “Bohemian Rhapsody” está en curso!
Con pleno vapor”
La película se ha rodado en varias localizaciones de Inglaterra, entre ellas:
Londres y Surrey; el rodaje empezó el 8 de septiembre de 2017, en la recreación del escenario del Concierto Live Aid, ubicado en el antiguo aeródromo de La Real Fuerza Aérea Británica en Bovingdon, cerca de Hemel Hempstead; y según declaró Brian May, en Instagram, el Live Aid es uno de los pilares de la estructura del film.
Con $55 millones de presupuesto, Bohemian Rhapsody se estrenó en El Reino Unido el 24 de octubre de 2018 en IMAX; y en los Estados Unidos el estreno fue precisamente hoy, 2 de noviembre de 2018, El Día de Los Santos Difuntos.
Internacionalmente, la película estaba programada para ser estrenada el 25 de diciembre de 2018; pero su estreno mundial tuvo lugar en Londres, en el SSE Arena en Wembley, el 23 de octubre de 2018.
Porque Bohemian Rhapsody es una celebración de Queen:
Brian May (Gwilym Lee), Roger Taylor (Ben Hardy), John Deacon (Joseph Mazzello), y Freddie Mercury (Rami Malek), de su música y de su extraordinario cantante, Freddie Mercury, que desafió estereotipos, e hizo añicos tradiciones para convertirse en uno de los “showman” más queridos del mundo.
Por tanto se rodó esta película biográfica, sobre Queen pero centrándose en Freddie Mercury desde el inicio de la agrupación hasta llegar al “parteaguas” de la banda que da nombre al filme:
La realización de “Bohemian Rhapsody”, y de todo los detalles que rodeó al álbum publicado en 1975, “A Night at The Opera” y cómo su sencillo, “Bohemian Rhapsody”, con una duración de 6 minutos, les lanzó a la fama, entre críticas encontradas, pues se salía de todo lo que hasta entonces se había escuchado en una banda de rock; hasta llegar a tocar el cielo, en la participación del gran concierto Live Aid en 1985.
Como si se tratara de un “flashback” a partir del Live Aid, el filme nos mostrará la inspiración, el proceso de creación de Grandes Obras Maestras de la música, así como al ascenso-caída-ascenso tanto de la banda como de Mercury.
También el filme muestra la maquinaria de la publicidad, la gerencia de producción y los conciertos, bárbaros todo el montaje; repito, como no podía ser de otra manera.
El filme, al centrarse en Mercury, vemos sus genialidad al poner toda su fuerza creadora en acción, de cómo mantuvo la unión del grupo, y su vida personal… para nada al margen.
Se explora su bisexualidad de manera abierta, convincente y respetuosa para los involucrados, no hay grandes giros dramáticos, pero sí muchos momentos llenos de fuerza y emoción que traspasa la pantalla, donde la concepción de los temas emblemáticos, se conjuga brillantemente.
Es a través de sus icónicas canciones y su revolucionario sonido, su crisis cuando el estilo de vida de Mercury estuvo fuera de control, evitando la separación del grupo en busca de una carrera en solitario, como habiendo sufrido enormemente sin la colaboración de Queen, Freddie logra reunirse con sus compañeros de banda, justo a tiempo para Live Aid; mientras enfrenta con valentía un reciente diagnóstico de SIDA, Freddie lidera la banda en una de las mejores actuaciones en la historia de la música rock.
También veremos cómo se cimentó el legado de una banda que siempre se pareció más a una familia, y que continúa inspirando a propios y extraños, soñadores y amantes de la música hasta nuestros días.
Lo mejor del filme son sus casi 134 minutos, donde no encontré ningún “pero”… tal vez fue que se hizo muy corta, porque uno queda con ganas de ver más de Queen.
En definitiva, Singer demuestra que también puede ser un director de gran talento, como esa cámara en la escena final en Wembley, desde el cielo… insuperable a pesar de ser CGI, donde la emoción es lo que cuenta, y uno llega a sentirse entre esa multitud que canta, grita y se vuelve loca por la agrupación.
Y su intérprete, Rami Malek, sin desmerecer a Ben Hardy que hace un gran papel junto a Gwilym Lee, que no solo imitan a sus personajes, sino que se convierten en ellos; es Rami con Singer, quienes tienen asegurada la nominación al Oscar como Mejor Actor y Mejor Director; y me enfurecería demasiado no ver a Bohemian Rhapsody como Mejor Película, porque lo es.
Generaciones por venir sabrán que hubo genios en la música, como Mozart y Freddie Mercury.
No se diga más:
¡A vivir la experiencia de pie, cantando a todo pulmón, y dejándose llevar por las emociones!
Porque el filme trata de eso, de celebrar la vida sin mostrar la muerte.
Es una celebración de Queen, su música y su extraordinario cantante; una historia que me arranca sonrisas y lágrimas por igual, mientras empuja a hacer palmas durante “Radio Ga Ga”, casi sin poder evitarlo, es un modo “default” el que nos propone, y nosotros, sus seguidores, asistimos complacientes.
“Roger, there's only room in this band for one hysterical queen”
No cabe duda que la producción de esta película fue problemática; porque pocas películas en los últimos tiempos se han visto inundadas por la polémica desde tan diversos frentes; y eso es, entre otras muchas cosas, lo que le ocurre a Bohemian Rhapsody, una película dominada por el férreo control y el punto de vista de una banda que ha querido convertir su historia en producto “mainstream” para todos los públicos, sin importar que para ello, en el fondo hayan perdido por el camino su propia identidad; porque diciéndolo todo, en la película se percibe indefinición desde los primeros acordes:
¿Es un biopic de Queen, o uno de Freddie Mercury?
Pero pasa con todas las bandas del rock, que cuando el cantante/líder o vocalista principal fallece, el resto del grupo pasa a un segundo plano, y es eclipsado por la estrella del mito; y cuando les dan la oportunidad de contar su relato, al final no deja de ser un panfleto de lo buenos que eran unos, y los no tan buen músicos que eran los otros.
Ha pasado con Queen, y pasó también con The Doors, éstos últimos guardan un resentimiento enfermero hacia el pobre “The Lizard King” que los hizo brillar en el firmamento del rock, pero aun así no están conformes...
Probablemente ni los responsables lo tengan todavía claro, pero lo cierto es que, a pesar de los intentos por simplificar la ambigüedad del cantante, todos los caminos siguen llevando a Freddie, como si fuera un imán que magnetiza todo lo que tiene a su alrededor.
Y la música parece rellenar así los huecos más superficiales por los que atraviesa de puntillas la historia, y quizás por esa razón se le da tanta importancia al proceso de elaboración de cada uno de los temas.
Así, Bohemian Rhapsody se convierte en una sucesión de Grandes Éxitos empaquetados para que sigan creciendo en el imaginario colectivo sin otra reflexión detrás, más allá de que “el show debe continuar”; y la verdad es que no nos gusta que se metan con nuestros ídolos y, aunque siempre buscamos una representación lo más fiel posible, también cruzamos los dedos para que la pantalla nos devuelva esa imagen más “legendaria” que construimos en nuestras mentes.
Bryan Singer entendió esta disyuntiva, y se enfocó en el mito musical que siempre rodeó a la figura de Farrokh Bulsara, ese chico de voz prodigiosa que quiso escaparle a sus orígenes, y llevarse el mundo por delante como si se tratara de una Reina…
Pero para la producción, tras su contrato como director, se supo que Bryan Singer fue despedido por 20th Century Fox el 5 de diciembre de 2017, quedando aproximadamente 2 semanas de rodaje, por estar presuntamente en desacuerdo con su estrella, Rami Malek.
Cuentan que Singer le lanzó un objeto al actor, cuando Malek se quejó ante el estudio por las ausencias del director...
Cuando Fox se mostró ansioso por la posición de Bryan Singer como director de la película, se acercaron a Ridley Scott como un posible reemplazo… y el 6 de diciembre de 2017, Dexter Fletcher fue anunciado como reemplazo de Singer.
El 15 de diciembre de 2017, la película había reanudado el rodaje en Londres y sus alrededores, después de reemplazar a Singer con Fletcher.
De Fletcher, acotar que es icónica su imagen como el joven Caravaggio en la película “Caravaggio” (1986) de Derek Jarman; y Fletcher estimó que 2/3 de la fotografía principal se habían completado cuando se unió a la producción, diciendo:
“Llegué a las últimas semanas de la fotografía principal...
Estaba mirando 2 actos completos en una buena película, y tuve que no defraudarla”
Pero según La BBC, la producción cinematográfica fue ruda:
Los productores de la película y la estrella principal, Rami Malek, se habían cansado de la conducta errática del director Bryan Singer, que lo vio rutinariamente llegando tarde a la escena, o desapareciendo por completo.
El colmo fue después de las vacaciones de Acción de Gracias, cuando Singer desapareció de la filmación durante 3 días seguidos, momento en el que el director de fotografía, Newton Thomas Sigel, tuvo que intervenir y dirigir durante la no presentación de Singer…
Los informes afirmaron que Singer se fue debido a un asunto de familia.
Un par de días después de este informe, 20th Century Fox despidió a Singer de la película, “debido a su comportamiento errático dentro y fuera del escenario, que chocaba con el personal de producción”
Las cosas empeorarían mucho más para Singer, ya que al día siguiente, 20th Century Fox terminó su contrato de producción de Bad Hat Harry con el estudio.
Y Fox comenzó a pedirle a un nuevo director que termine la producción con 2 semanas de filmación aún por terminar, todas de postproducción, y con posibles grabaciones.
Fue así como el nuevo director, Dexter Fletcher, comenzó la producción después del Año Nuevo de 2018.
Como dato, tanto Malek como Fletcher, protagonizaron 2 miniseries de HBO separadas sobre La Segunda Guerra Mundial:
Fletcher estuvo en “Band of Brothers” (2001) y Malek estuvo en “The Pacific” (2010)
Por su parte, el director Bryan Singer sostuvo que la razón de sus repentinas ausencias cerca del final de la filmación, era atender a uno de sus padres que estaba enfermo.
Aunque Fletcher dirigió 16 días de filmación y supervisó la postproducción, el Director's Guild of America (DGA), consideró que el único crédito de director de la película, era Singer.
De esa manera, en el relato, el punto de inflexión que eligen los realizadores, sumemos al guionista Anthony McCarten; es el multitudinario concierto Live Aid en 1985, una aparición postergada de la banda que llevaba un tiempo separada, y ese reencuentro con el público que renovó un cariño que jamás se desvaneció, incluso más allá de la muerte de Freddie; donde vemos los momentos previos del show, como el punto de partida de esta historia, narrada a partir de ahí como un “flashback”, como un precalentamiento para Mercury y para el espectador que, de inmediato, nos lleva hasta finales de la década del 60, cuando Farrokh era un simple empleado del aeropuerto de Heathrow, persiguiendo esa oportunidad de brillar.
Imposible contar décadas de historia en apenas un par de horas de metraje, de ahí que el relato vaya salteando etapas y simplificando un poco, bastante las cosas; pero no cabe duda que el filme es una crónica del meteórico ascenso al Olimpo de la música de esta banda, a través de sus icónicas canciones y su revolucionario sonido, desde que Mercury se uniera a Brian May y Roger Taylor, y luego John Deacon; hasta el macro concierto Live Aid de 1985 en El Estadio de Wembley, 6 años antes de que Mercury muriera de forma prematura.
Es una celebración rotunda y sonora de Queen, y de su extraordinario e inclasificable cantante.
El filme inicia con el logo de 20th Century Fox acompañado de su característica fanfarria, que para esta ocasión cuenta con la guitarra eléctrica de Brian May y la batería de Roger Taylor; y nos emplaza en el año 1970.
Farrokh Bulsara, un estudiante universitario británico de Parsi, y manejador de equipaje en el aeropuerto de Heathrow, va a un club nocturno para ver una banda local llamada “Smile”
Después del espectáculo, se encuentra con el guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor, y ofrece ser el nuevo vocalista de la banda, luego de que el bajista / vocalista, Tim Staffell (Jack Roth) se retire.
Con la incorporación del bajista John Deacon, la banda llega con todo a la década de los 70, La Era del Disco…
La banda se llamó Queen, y al respecto, Mercury dijo:
“Era consciente de las connotaciones gay, pero eso es sólo una faceta del nombre”; y tocan en conciertos locales en Inglaterra hasta que venden su camioneta para producir su álbum debut.
Su estilo musical les otorga un contrato con EMI Records; y al mismo tiempo, Farrokh cambia su nombre a Freddie Mercury; desarrollando una relación con Mary Austin (Lucy Boynton); pero durante la gira de la banda en los Estados Unidos, Freddie comienza a cuestionar su sexualidad…
En 1975, Queen graba su próximo álbum:
“A Night at The Opera”, pero dejan al ejecutivo de EMI, Ray Foster (Mike Myers), cuando se niega a lanzar la canción de 6 minutos, la emblemática pieza que da nombre a la película:
“Bohemian Rhapsody”, como el primer single del álbum.
También vemos que Freddie llega a Capital Radio, y con DJ, Kenny Everett (Dickie Beau) estrena la canción en las ondas; y a pesar de críticas mixtas, “Bohemian Rhapsody” se convierte en un éxito masivo.
Ese 31 de octubre de 1975, salió a la venta la canción considerada “una de las mejores de todos los tiempos”, una que no tenía estribillo, e incluía una introducción “a capela”, una balada, un solo de guitarra, un segmento operístico, y otro de rock.
Y con esa novedad, revolucionaria, fue #1 en El Reino Unido, y estuvo 18 meses en lista.
De esa manera, la banda decidió hacer un videoclip, que fue el primero en usar efectos especiales; que tras el éxito de “Bohemian Rhapsody”, el producir videoclips para promocionar los sencillos se convirtió en una práctica regular y rentable para las discográficas.
En lo personal, centrándose en Mercury, poco después de darle a Mary un anillo de compromiso, se separan cuando él le revela que es bisexual...
También se relaciona con Paul Prenter (Allen Leech), el 2º manager de la banda.
A pesar de los altibajos, el éxito de la banda continúa a lo largo de la década de 1980, pero surgen tensiones entre los miembros de la banda sobre la dirección de su música.
Después de una fiesta en la casa de Freddie, Mercury se enamora de Jim Hutton (Aaron McCusker), uno de los camareros de la fiesta; pero poco después se separan, con Jim diciéndole a Freddie que lo busque cuando encuentre su yo interior...
Una rueda de prensa de la banda para promocionar su álbum “Hot Space” de 1982, se sale de control al bombardear a Freddie con preguntas sobre su vida personal y sexualidad; al tiempo que la relación de Freddie con sus compañeros de banda es muy tensa, cuando anuncia que firmó un contrato de $4 millones con CBS Records para ir en solitario.
De esa manera se muda a Múnich en 1984, para trabajar en su primer álbum en solitario “Mr. Bad Guy”; y participar en orgías gay sin parar con Prenter…
Una noche, una embarazada Mary lo visita, y lo alienta a regresar a la banda, ya que se les ofreció un lugar en el concierto benéfico de Bob Geldof (Dermot Murphy), Live Aid, en El Estadio de Wembley.
Y al descubrir que Prenter le ocultó información sobre Live Aid, Freddie rompe con él; y en respuesta, Prenter hace públicas las escapadas sexuales de Freddie…
Con el brote del SIDA que se está propagando por todo el mundo, Freddie se revisa en secreto, y descubre que está infectado… por lo que regresa a Londres para pedir perdón a sus compañeros de banda, y al actual gerente, Jim Beach (Tom Hollander); todos se reconcilian y reciben un espacio de última hora en Live Aid.
Durante un ensayo, Freddie revela a sus compañeros de banda que tiene SIDA; y en el día del Live Aid, se reúne con Hutton, y luego se vuelve a conectar con su familia, con la máxima de Zoroastro de su padre:
“Buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras”
El rendimiento de Queen en Live Aid es un éxito, ya que ayuda a aumentar la tasa de donaciones durante el evento.
Allí termina el film, que anuncia que tras la muerte de Freddie a causa del SIDA en 1991, Beach y los miembros restantes de Queen crean “Mercury Phoenix Trust” para ayudar a combatir la propagación del SIDA en todo el mundo.
Técnicamente, Bohemian Rhapsody es asombrosa:
El filme está montado como un viaje al pasado, a partir de “la iluminación de ensueño” con un excelente vestuario y montaje, donde las canciones más emblemáticas llenan de fuerza el relato, en especial:
“Killer Queen” con el uso del estrafalario vestuario; “Bohemian Rhapsody” en la innovación vocal y musical; “Love Of My Life” tremendo con la explicación del Estadio… “Another Ones Bites The Dust” y su inspiración… “We Will Rock You” como anécdota; y la terrible “Who Wants To Live Forever”, entre otras, todas llenan de mucha fuerza por las letras, y les da una razón abrumadora, así como hay guiños para los seguidores sobre algunas inspiraciones para otras canciones como:
“You’re My Best Friend” en el “granero” lujoso; o el concepto de “Breakthru” en la afueras; ni hablar de las facetas por las que pasó el grupo, desde el “Glam Rock” hasta el “Underground”
Todo está allí, en una labor TITÁNICA para que todo fluyera de manera coherente, conmovedora e impactantemente natural para el fanático más fiel, y sorprendente para el iniciado.
El archivista de Queen, Greg Brooks, fue fundamental para ayudar a recrear cada escena, para que sea lo más fiel posible a lo real; y trabajó diariamente con Fox durante meses desde el principio, proporcionando respuestas a las preguntas.
Pero es el final, la cereza del pastel, en ese escenario del concierto de Live Aid, que es el más grande que Bryan Singer haya construido para una película suya; porque es una réplica exacta del escenario de Live Aid de 1985, en El Estadio de Wembley, creada y llevada a cabo en Bovingdon Airfield, cerca de Hemel Hempstead, donde se preparó para los ensayos el 7 de septiembre de 2017, con extras en el set.
Y es que se ciñen tanto a la realidad, al nivel que los vasos de Pepsi y cerveza encima del piano en Live Aid, están igualmente colocados que en la película.
La recreación del segmento/hito del Live Aid, se filmó el primer día de la producción; donde las torres gemelas del Wembley original, fueron demolidas en 2003 cuando el sitio estaba siendo remodelado.
De tal forma, que el desenlace es electrizante, potente y, sobre todo, emocionante.
Del reparto, el “casting” no pudo está mejor, con Malek que se roba todo el show, siguiendo Hardy como el temperamental, Lee el equilibrado y Mazzello como el más callado, no hay otra manera de cambiarlo porque, aparentemente así eran Mercury, Taylor, May y Deacon.
Notar sin embargo que May es tan condescendiente y plomizo que cuesta creer que sea tan dócil como el que presentan en la película:
Recordar el eterno rencor de que su canción “39” no fuera elegida como “single” se lo guardó siempre contra Freddie.
Por otra parte, los problemas de producción, no solo envolvieron a Singer, sino a la búsqueda del Mercury en ficción:
Sacha Baron Cohen fue la elección original para interpretar a Freddie Mercury; y abandonó el proyecto debido a diferencias creativas con el guitarrista de la banda Brian May, y con el baterista Roger Taylor.
El acuerdo con Baron Cohen se derrumbó después de que May expresara su disgusto después de descubrir que el proyecto solo sería un “biopic” de Freddie Mercury, y no del resto de Queen.
May sintió que debería centrarse en los otros miembros y en las consecuencias de la muerte de Mercury; también expresó su opinión negativa sobre la elección de Baron Cohen, a quien consideraba que era un actor cómico que no haría justicia a Mercury en el drama.
De esa manera, tras proponer otros actores, Rami Malek consiguió el papel principal, porque a los productores les gusta mucho en “Mr. Robot” (2015), y porque su línea de la mandíbula les recordó a Mercury...
Sin duda, un rasgo de Freddie Mercury que le identificaba era su sonrisa; el cantante padecía dentición supernumeraria, un desorden dental causado por 4 dientes extra; pero Mercury nunca quiso operarse, ya que no quería modificar su registro vocal.
Y para su papel de Freddie Mercury, a Rami Malek se le colocaron dientes protésicos especiales, para que se parecieran más a la sobreexcitación de Freddie; y después de que la película concluyera, Rami pudo conservar los dientes como un recuerdo especial de su experiencia en el rodaje.
Cuando se publicó la primera imagen de Rami Malek, caracterizado como Freddie Mercury, muchas personas comentaron su asombro por el gran parecido que mantenían; incluso el propio intérprete estaba sorprendido, pues llegó a afirmar:
“Cuando eres capaz de abrir tus ojos y ver a una persona diferente mirándote en el espejo, es un momento muy positivo”
A pesar de tocar realmente sus instrumentos, la música que se escucha en la película es una pista de acompañamiento, con la excepción de “Another One Bites The Dust”, con el elenco tocando y colaborando como una banda real.
Mientras Malek cantó algunas partes en la película, los productores insertaron partes vocales de las canciones de Queen, y completaron partes con Marc Martel, ganador de las audiciones del Queen Extravaganza Live Tour.
De esa manera, el cantante canadiense, Marc Martel, presta su voz a la película biográfica como Freddie; y usan una mezcla de su voz y la de Freddie juntas, encima de la de Malek.
En una entrevista, Malek dijo que su canto se mezclaba perfectamente con Freddie y Martel.
Por su parte, el entrenador de movimiento de Rami Malek para la parte, le hizo estudiar a Liza Minnelli en “Cabaret” (1972), así como las actuaciones de, todos ya fallecidos:
Jimi Hendrix, David Bowie y Aretha Franklin.
Supuestamente, estas fueron las inspiraciones clave para el estilo de actuación de Freddie Mercury.
Mientras la coreógrafa y entrenadora de movimientos británica, Polly Bennett, trabajó minuciosamente con Rami Malek para perfeccionar cada matiz de los gestos de Freddie:
Todas las miradas, los giros de todo el cuerpo, cada puntada arrogante en el escenario y cada movimiento del micrófono, tenían que ser correctos.
Una anécdota cuenta que cuando Rami Malek se reunió por primera vez con Queen en Abbey Road Studios, llegaba tarde...
Él estaba corriendo por las escaleras, y en el camino, se encontró con una foto autografiada de Queen.
Sintió como si la cara de Freddie Mercury lo estuviera mirando, diciéndole:
“No hagas esto”
En última instancia, Malek dijo:
“Realmente me sentí inspirado”
Y es que Malek se sometió a un reporte de 50 horas de accesorios de vestuario con el diseñador Julian Day, que involucró todo, desde zapatos con suela de plataforma de 4 pulgadas, una variedad de pantalones de satén ceñidos y trajes completos de lycra, etc.
Malek dijo al final:
“Tuve que recrear las cosas que hizo sobre la marcha, en el escenario.
Hubo muchos días en que me dije:
“Esto es una causa perdida”
Después de terminar la película, Malek dijo que se convirtió en un súper fan de Queen, diciendo:
“Veo a Freddie como el mejor intérprete de todos los tiempos...
Nunca dejé de asombrarme por este hombre.
El magnetismo de Freddie Mercury es indiscutible.
Sobre el escenario, con el micrófono en la mano o sentado al piano, se siente capaz de todo.
Su magia consistía en el intercambio con el público, en la capacidad de crear un espacio en el que a todos se les permitía sentir lo mismo”
Y según ha explicado el actor, uno de los momentos más emocionantes del rodaje fue la visita de la familia de Freddie Mercury, especialmente el encuentro con la hermana del cantante:
“Al verme con el maquillaje y la ropa, lo primero que ella hizo fue reírse, pero luego se emocionó”
Por su parte, Brian May y Roger Taylor se han mostrado contentos con la elección de Rami Malek como protagonista, y han afirmado:
“Tiene una gran presencia, y está completamente dedicado al proyecto, ya se ha metido en la piel de Freddie, lo cual es genial”
Y después de ver el filme, el guitarrista de la banda, Brian May, aseguró que, de estar vivo Freddie Mercury la hubiese aprobado; de hecho Malek ha revelado que May le escribió un email para hacerle saber que la película lo había hecho llorar, y que Mercury estaría muy orgulloso del proyecto.
Por ello, el Freddie Mercury de Malek abarca toda la compleja amalgama de sentimientos que sólo alguien con la sensibilidad artística del cantante de Queen podía tener.
Un ser privilegiado, no sólo por tener una de las más grandes y reconocibles voces del rock, sino por ser un ídolo de masas, capaz de mover a cualquier audiencia con sólo un gesto.
Un carisma que sólo unos pocos poseen.
Sin olvidar al resto del gran reparto, que bien podría decirse, se queda un poco a medio gas.
Aquí no quiero dar a entender que los actores lo hagan mal, pero sí que les falta más presencia para ser más que simples complementos:
Lucy Boynton como Mary Austin, la pareja de Mercury, ese “amor de su vida” y musa inspiradora que se convirtió en amante y compañera de aventuras hasta que la realidad desintegró la pareja.
Ella no se siente tan “influencer” como se dice hoy en redes sociales.
Mientras que Aidan Gillen como John Reid, segundo mánager de Queen, y Tom Hollander como Jim Beach, tercer mánager hacen un papel de acuerdo a sus títulos, y ya no más; o Allen Leech como Paul Prenter, mánager personal de Mercury tiene un papel mucho más importante, aunque sea el más basureado…
Por su parte, Mike Myers como Ray Foster, ejecutivo de EMI está algo desaprovechado porque él fue un gran promotor de Queen.
Lástima que Aaron McCusker como Jim Hutton, pareja de Mercury tiene poco metraje, de entradas y salidas casi como para mover el drama.
Llama la atención Dermot Murphy como Bob Geldof, así como Meneka Das como Jer Bulsara, madre de Mercury y Ace Bhatti como Bomi Bulsara, padre de Mercury como una familia unida, revolucionaria por su aceptación de un hijo homosexual, algo que seguro llegará muy bien en estos tiempos.
Llama la atención ver por ahí a Matthew Houston como Larry Mullen Jr., batería de U2, y no olvidar a Max Bennett como David, nuevo novio de Mary Austin, que también no tiene peso en la trama.
Se puede decir que el filme presta mucha más atención a la mujer que jugó un gran papel en su vida, y con la que inicialmente tuvo una relación romántica que a sus aventuras homosexuales, y al hombre con el que encontró la estabilidad.
Sí, la homosexualidad no se esconde, pero se opta más por dar a entender que ha sucedido algo, o simplemente volver a caer en lo que mencionaba antes, de ser “un simple complemento dramático”; y puede ser que Bohemian Rhapsody ponga más empeño en esta relación que en la de Mercury con Jim Hutton, su compañero hasta el final, pero la película decide abarcar estos primeros años de esplendor, la grabación de “A Night at The Opera” y, más precisamente, la creación de su tema más famoso, en vez de incursionar en el estilo de vida del artista y su sexualidad.
Aunque todo está implícito, y nadie es tan tonto como para confundir las “excentricidades” de Freddie, aunque él se esfuerce en desmentirlo y en mentirse a cada rato; pero como ya dijimos, Singer y McCarten se concentran en el mito y en esta familia musical que, a pesar de los malos tiempos y las desavenencias, nunca se da la espalda, y siempre se apoyan, sin grandes giros ni divismos.
Porque Mercury es el personaje central aquí, El Rey Sol alrededor del cual giran los demás planetas, y Malek sabe cómo ganarse a su público con el mismo carisma e hipnotismo que Freddie, pero también con todo el respeto que se merece.
Y no es el único:
Lee, Hardy y Mazzello, sólo son secundarios en los papeles, porque en la práctica logran ese sentimiento de unidad y de conjunto que tanto exudaba la banda, tanto arriba como fuera del escenario.
Por lo que esta es la celebración del talento de una banda, la celebración de sus integrantes, y cómo se conjugaban para crear hermosas piezas de arte, y la celebración de sus seguidores que recibieron la amena invitación para apropiarse de cada uno de sus temas.
El resto, resulta un tanto anecdótico, aunque acá el éxito de Queen, siempre va en paralelo con ese sentimiento de soledad e inseguridad que no deja de perseguir a Freddie; de ahí que Bohemian Rhapsody es un drama biográfico musical, no un documental que busca 100% la objetividad; y Singer se asegura de que notemos la diferencia recreando con pasión, y una maestría narrativa pocas veces vista en su filmografía, grabaciones, conciertos y giras por el mundo, convirtiendo su película en un extenso y contagioso videoclip que no podemos dejar de mirar y sentir; y es que hay una conexión especial con cada una de estas canciones, y ahí reside el gancho y el gran atractivo del film, no en el morbo o la necesidad de ver a un personaje caer hasta lo más bajo.
Primero, Malek le aporta toda el alma y, curiosamente, conmueve mucho más con cada interpretación sobre el escenario, que con sus momentos más sentimentales; y es extraño darse cuenta que a uno se le caen las lágrimas cuando ve al público hermanado y tarareando, en vez de ante la revelación de su VIH positivo.
Pero ahí es donde funciona la magia de Queen y del filme, dejando que la música se haga cargo de las emociones.
Pero ll filme “peca” no hay otra manera de hacerlo, en seguir el formato “biopic” que bien recuerda a las Obras Maestras como “Purple Rain” (1984) y “Amadeus” (1985), y curiosamente algo de “The Doors” pero sin LSD.
Se criticó su dirección, el guión y las imprecisiones históricas, de ahí algunos anacronismos:
John Deacon nunca fue miembro de “Smile”; y él tocó el bajo en el primer concierto de Queen en 1970, pero en realidad fue el 4° bajista que probaron, y no entró en la película hasta 1971.
Lo muestran tocando “Keep Yourself Alive”, en el primer show, que fue de hecho una melodía original muy temprana en su repertorio.
La canción “Fat Bottomed Girls” se está presentando en una gira por Estados Unidos antes de 1975; pero esta canción no se lanzó hasta 1978, en el álbum de Jazz, mucho después del lanzamiento y grabación de la canción “Bohemian Rhapsody”
También se muestra a la banda grabando y estrenando “We Will Rock You” en una escena ambientada en 1980; pero esta canción fue grabada y estrenada en el LP “News Of The World” en 1977, 3 años antes de lo que se muestra.
De hecho, el tema tuvo un lugar destacado en su gira de los Estados Unidos en 1978, y Freddie tenía su cabello largo en esa etapa, pero en la película el cabello es corto para este “primer ensayo” de la canción.
En una escena de una fiesta en la casa de Freddie con el subtítulo, “London 1980”, la melodía “Superfreak” de Rick James, no confundirla con la versión de MC Hammer, estaba sonando de fondo… esa pieza no fue estrenada hasta 1 año más tarde, en 1981.
Por otra parte, la película muestra un concierto de Rio en 77; cuando Queen tocó por primera vez en Río en 1981; y el audio que se reproduce en esa escena es de Rock in Rio 85.
Queen nunca realizó una gira por Sudamérica hasta los 80.
Y la anécdota de “Love Of My Life”, cuando Freddie dice que no sabía si la gente entendía la letra, y la gente empieza a cantar el tema, es de la gira en Buenos Aires, en 1981, no en Río.
Es en ese recital cuando sucede eso, Bryan no podía entender lo que pasaba, y Freddie dice:
“Ohh my god, it's to much”; y agradeciendo eso, sacan en el disco siguiente el tema “Palabras de Amor”
En un momento de la década de los 80, se afirma que los miembros de Queen “no han grabado juntos en años”
Esto no es cierto, pues en los años que cubre la película, la banda sacó 2 álbumes en 1980, uno en 82, y uno en 84.
No habrían estado separados más de un año en un momento dado.
Finalmente, en la película, antes de tocar en Live Aid, Roger Taylor dice que han pasado años desde la última vez que la banda tocó junta...
De hecho, el último concierto de Queen antes de Live Aid, el 13 de julio de 1985; fue el 15 de mayo de 1985, al final de “The Works Tour”, menos de 2 meses antes del concierto benéfico; y cuando Freddie se reconcilia con el resto de Queen antes de Live Aid en 1985, Brian afirma que a partir de ese momento, todos los créditos de composición futuros, irán a la banda colectivamente en lugar de a un solo miembro.
En realidad, el álbum de 1986 de la banda, “A Kind of Magic”, todavía tenía créditos de composición de canciones individuales, y fue solo en 1989 en “The Miracle” y en 1991 con “Innuendo”, que todas las canciones fueron acreditadas a la banda en su totalidad.
También se demuestra que Freddie fue a una clínica donde le diagnosticaron SIDA semanas antes de Live Aid en 1985, lo que le da un incentivo adicional para realizar el desempeño extraordinario que tuvo…
En verdad, nunca fue diagnosticado oficialmente hasta 1987; es decir, Freddie no supo que era VIH positivo antes de Live Aid.
Pero durante los ensayos para Live Aid en la película, Freddie le revela a la banda que es seropositivo, pero que quiere mantener las noticias completamente privadas, y concentrar toda su atención en la música.
El momento exacto en que Mercury se enteró de que tenía la enfermedad sigue estando en discusión, pero casi todos consideran que ocurrió entre 1986 y 1987.
Y es casi seguro que no tenía idea de cuándo el grupo estaba ensayando para Live Aid.
Como dato, importantísimo, antes de su famosa actuación en Live Aid en julio de 1985, la fortuna de Queen se había hundido enormemente en los Estados Unidos durante varios años antes; a pesar de que todavía eran muy populares y vendían muchos discos regularmente en Reino Unido,, Europa Occidental y Australia, en 1985 se los consideraba una fuerza agotada en los Estados Unidos con bajas ventas de álbumes; y es posible que la banda en sí misma no haya ayudado a los asuntos que aparecieron en el arrastre de Queen:
“I Want to Break Free” (1984), fue un video que muchas redes de transmisión conservadoras en los Estados Unidos consideraron ofensivo, incluido MTV, que boicoteó y se negó a mostrarlo.
La canción, por tanto, solo alcanzó el #46 en las listas de éxitos de EEUU; pero alcanzó el Top Ten en la mayoría de los países europeos, siendo #3 en Reino Unido donde La BBC no tuvo ningún problema en mostrar el video completo a una audiencia joven en su buque insignia “Top Of The Pops”, programa de televisión que se emitió los jueves por la noche temprano.
Las “controversias” como esta, y las demostraciones cada vez más extravagantes de Freddie, dañaron seriamente su imagen en los EEUU; por lo que no se puede subestimar la importancia de su rendimiento de Live Aid para recuperar una nueva generación de fanáticos, y consolidar su posición como una de las mejores bandas de rock.
En lo personal, destacar que en la película, Freddie hace “un pase descuidado” al camarero llamado Jim Hutton, después de una fiesta “especialmente pervertida”
Hutton lo rechaza, pero hablan mucho en la noche, y años más tarde, Mercury lo busca en la guía telefónica y comienzan a salir.
En la vida real, Hutton era un peluquero que trabajaba en el Savoy Hotel; y se conocieron en un club nocturno.
El cantante, que era 3 años mayor, le ofreció comprarle una bebida; Hutton, quien no reconoció a la superestrella, rechazó la oferta; y no se conectaron hasta un año y medio después.
Hutton dijo en una entrevista en 1994, que cuando se vieron, una vez más, en un club nocturno, Mercury le ofreció comprarle una bebida nuevamente.
Esta vez, Hutton aceptó; y comenzaron a salir y fue menos de un año después.
Como dato curioso, Mike Myers que interpreta a Ray Foster en la película, quien se queja de que “Bohemian Rhapsody no es la música a la que los adolescentes pueden agitar la cabeza…” esto es claramente un guiño a “Wayne's World” (1992), donde Mike Myers, quien interpreta a Wayne, agita su cabeza con la música de “Bohemian Rhapsody” en el auto; al tiempo que se reveló que Myers también es un gran fan de Queen.
Por otro lado, el DJ de la radio que “estrenó” “Bohemian Rhapsody” por primera vez en su programa de radio es Kenny Everett, interpretado por Dickie Beau en la película; y se dijo que al tocarlo sin el consentimiento de la emisora de radio, instantáneamente creyó que se convertiría en un gran éxito, y comenzó a promocionarlo incesantemente, y a ponerlo en una fuerte rotación en su programa, desempeñando así un papel importante en la popularización de la canción; lo que no se consideraba “radio amigable” en ese momento.
Everett se convirtió en uno de los amigos más cercanos de Freddie Mercury, tanto que pasaba el tiempo disfrutando la vida nocturna de Londres, y compartiendo drogas con él durante los años 70s.
En 1985, tuvieron problemas con el uso compartido de drogas y otros problemas personales, pero se reconciliaron más tarde en 1989, cuando su salud comenzó a deteriorarse debido al SIDA, pues Everett dio positivo al VIH en 1987; y murió en 1995 por complicaciones relacionadas con El SIDA.
En la película, Freddie Mercury grabará 2 álbumes solistas consecutivos, pero la película solo muestra la creación del primero, “Mr. Bad Guy”
Su segundo álbum en solitario, grabado después de la conclusión de los eventos de esta película, fue “Barcelona”, un álbum de ópera en colaboración con la cantante de ópera, Montserrat Caballé; que murió el 6 de octubre de 2018, apenas unas semanas antes del estreno de la película.
También es extraño que ella no sale en el film.
Lógicamente, los fans más acérrimos echarán en falta muchos episodios que, o no son vistos o se pasan por encima; pero sin duda, Bohemian Rhapsody hace hincapié en trabajar los hilos argumentales y emocionales, así como los personajes que los protagonizan.
Hubiera sido sencillo y oportunista hacer un compendio de fiestas, desfases y desvaríos sexuales, o sermonear sobre las consecuencias de la promiscuidad y el uso desmedido de las drogas ilegales.
Y algo de eso hay en la película, pero ésta se centra más en el desarrollo de los personajes y de la música, auténtica protagonista, con muchas piezas en estudio y directo originales, siempre oiremos la voz real de Freddie; lo cual es el enfoque idóneo.
Sin embargo, hay otros momentos algo más rebuscados, y que se antojan como más adaptados al ritmo de la película para agilizar ésta, como algunos de los aspectos de la relación del vocalista con Paul Prenter, quien trabajó como mánager personal de Mercury durante varios años, traicionándolo al final de su relación, contando sus escarceos sexuales a la prensa amarilla, y a quien aquí pintan como “el Yoko Ono de Queen”, así como la manera en cómo conoció al que fue su novio hasta el final de sus días, Jim Hutton; y se huye de mostrar imágenes escabrosas, dejando todo más a la imaginación del espectador.
¿Es homosexual?
Sí.
¿Le daba a las drogas?
También, pero no fue necesario verle esnifar o tener sexo, y eso se agradece.
También el filme incurre en una narrativa discutible, según la cual, los excesos narcóticos y sexuales del cantante sólo son redimidos una vez escucha la voz de la razón “heteronormativa” de sus compañeros; por lo que no entiendo porque mucha gente critica el hecho de que no se hable más de la parte negativa de la vida de Fredy Mercury, cuando simplemente no hace falta; todo el mundo que tenga un mínimo conocimiento de él sabe perfectamente de que murió, y como fue todo, y en la película se centran en la música, que es realmente con lo que nos debemos quedar, porque Queen era un grande, y es realmente lo que importa, y no vamos a juzgar a Fredy toda la vida por sus errores.
No obstante, no se trata de buscar elementos escabrosos, pero se pasan por alto asuntos como su relación de amor odio con David Bowie, o cuando se coló disfrazado en un pub con Lady Di, a la que previamente había travestido para la ocasión, o su controvertida etapa en Múnich, la cual se menciona muy brevemente, sin entrar en detalles tales como el periodo de convivencia con la actriz porno, Barbara Valentin, que aparecía en el video “It’s a Hard Life”, y de la que se dice, eran amantes ocasionales.
Historias todas con un potencial muy cinematográfico, que no necesitan entrar en lo oscuro o retorcido, para intensificar el poder del film, y que brillan por su ausencia en favor del puro espectáculo, y eso también se agradece.
Por poner un pero, no entiendo porque no subtitulan las canciones… que contiene letras tan poderosas que conectan muchísimo con la trama, de lo que está pasando, y eso es una pena; pero se agradece la generosidad de los responsables de la película a la hora de adjudicar el reconocimiento de la creación de grandes canciones de la banda, a miembros del grupo que no son Freddie, demostrando que los otros integrantes también tuvieron mucho que ver en el éxito del grupo.
En definitiva, la pérdida de un artista como Freddie, a tan temprana edad y por la razón que todos conocemos, es motivo más que suficiente para conmover a cualquier fan, de modo que no se requiere siquiera la interpretación de un actor cuando ya tenemos su música para ello.
Los primeros acordes de “Who Wants To Live Forever” son más que suficientes para emocionarnos y hacer brotar nuestras lágrimas, por su significado y por lo que implican; más aún cuando se acompaña de imágenes o testimonios; por ello el subtitulaje de las canciones es imprescindible, y la lágrima es inevitable.
Por último, John Ottman, un colaborador frecuente del director Brian Singer, compuso la partitura de la película.
Hollywood Records en CD, casete y un álbum oficial de la banda sonora, que contiene varios éxitos de Queen y 11 grabaciones inéditas, incluidas 5 pistas de su actuación de Live Aid de 21 minutos en julio de 1985, que nunca antes se habían lanzado en audio fueron lanzadas en formatos digitales el 19 de octubre de 2018, con un lanzamiento en vinilo en febrero o marzo de 2019.
“I wanna give the audience something that they can perform”
Una leyenda como la de Freddie Mercury, con un repertorio como el del grupo británico Queen, es una sombra tan amenazante como lo puede ser la de cualquier supervillano para el superhéroe de turno; porque es difícil estar a la altura de Queen y de su legado, como también es difícil que Queen y su legado no te aúpe al menos, a ojo, unos 3 metros por encima del suelo.
Y el tributo más grande que un GRANDE pudo tener, ocurrió hoy, hace 26 años, el 20 de abril de 1992, en El Estadio Wembley de Londres, cuando se realiza El Tributo a Freddie Mercury para La Prevención del SIDA, en el que participaron los restantes integrantes de Queen, y artistas invitados como:
Metallica, Guns N' Roses, Extreme, David Bowie, Elton John, Def Leppard, Ian Hunter, Mick Ronson, Seal, George Michael, Roger Daltrey, Robert Plant, Bob Geldof, Tony Iommi, Zucchero Fornaciari, Lisa Stansfield, Liza Minnelli, Annie Lennox, Spinal Tap, Paul Young y Chris Thompson, entre otros.
La emotividad en el estadio, se manifestó a través de los artistas que ocupaban el lugar del desaparecido cantante, pero también, a través de los miles de brazos que ondulaban al ritmo de cada hit, y las miles de gargantas que acompañaban cada melodía.
El mar conformado por la multitud aquel día, erizaba la piel.
Freddie Mercury, de 45 años, murió de SIDA, a causa de una afección pulmonar relacionada con esta dolencia, por la época una enfermedad poco conocida, el 24 de noviembre de 1991; por lo que Brian May, John Deacon y Roger Taylor, los miembros con vida de Queen, decidieron organizar un concierto para rendirle homenaje, a su compañero y amigo.
La idea de este Tributo, se decidió la noche en que Freddie murió, ya que Brian, Roger y John, sentían que debían darle una despedida en el estilo verdadero, al cual Freddie estaba acostumbrado; y el 12 de febrero de 1992, cuando la British Phonograph Industry, otorgó a Queen un Brit Award como “Mejor Single Británico” de 1991, por el tema “These Are The Days Of Our Lives”, Brian y Roger recogieron el premio; siendo allí, cuando Roger anunció públicamente, la realización de un concierto en homenaje a Freddie, y que contaría con otros músicos amigos, señalando como fecha elegida, el 20 de abril, e indicando que sería una celebración de la vida de Freddie, y el cumplimiento de su deseo de difundir este mensaje:
“El SIDA nos afecta a todos”
Los tickets, que costaron £25, se pusieron a la venta el día 13 de febrero, y se agotaron a las 3 horas, incluso antes de conocerse la nómina de artistas participantes.
Los artistas, fueron escogidos por Brian, Roger y John; y todos ofrecieron sus servicios, sin cobrar absolutamente nada; pero fueron tantos, que se tuvo que descartar a algunos; y ninguno que fue solicitado para actuar, se negó a tomar parte del concierto.
Básicamente se eligió a quienes tuvieron un sentimiento especial hacia Freddie, o alguna conexión o vínculo con él.
Los ensayos, comenzaron 5 semanas antes del evento, en un estudio cerca de Shepperd Bush, lugar donde los miembros de Queen entraron y salieron, chequeando detalles para el concierto.
Imperó allí, un ambiente de gran camaradería, sin egos ni divismos, en donde todos estuvieron amigables, y se divirtieron en los ensayos.
Tanto para Brian, Roger y John, el evento era una forma de decirle adiós a Freddie, y quienes más ayudaron fueron Elton John y Axel Rose.
El concierto llamado “The Freddie Mercury Tribute Concert for AIDS Awareness”, fue organizado y financiado por Queen Productions en 10 semanas; y 98 artistas participaron en este evento; 100,000 insignias y 40,000 bufandas rojas con el emblema de “AIDS Awareness” fueron repartidas entre los concurrentes, además, casi 300 hombres de seguridad fueron contratados, y casi 100 mil “t-shirts” se vendieron; y alrededor de mil personas aproximadamente, se involucraron en la producción; siendo lo más interesante, que todos pagaron la entrada, ya que no hubo un solo ticket de cortesía.
El evento, tuvo lugar 5 meses después de la muerte de Freddie Mercury, y reunió a más de 72.000 espectadores, siendo retransmitido por radio y por televisión para 76 países.
La audiencia estimada de la retransmisión del concierto, fue de 1 billón de personas, y la recaudación de ₤20 millones.
El objetivo del evento, aparte de homenajear al artista, era concientizar a la gente sobre la existencia del SIDA, y recaudar fondos para la “Mercury Phoenix Trust”, la fundación que crearon el resto de los integrantes de Queen, tras la muerte de Mercury.
Y tecnológicamente, The Freddie Mercury Tribute Concert for AIDS Awareness fue el evento musical más avanzado jamás puesto en escena.
Nunca antes en la historia de la música, hubo tantos países conectados a través del satélite con un show en vivo.
El programa y la puesta en escena, eran una sorpresa para el público, y nadie tenía idea de lo que sucedería en las siguientes 4 horas; siendo el concierto, uno de los más espectaculares que pueden recordarse.
El escenario se alzaba sobre una estructura de 50.000 kilos de tubo de acero, y estaba iluminado por 5.000 luces; el sonido y la organización, fueron irreprochables; y es que desde 1986, no se celebraba un festival comparable en El Estadio de Wembley; además que el estadio significaba el recuerdo de una de las actuaciones más brillantes de Queen; por lo que sus compañeros, Brian May, Roger Taylor y John Deacon, quisieron que el homenaje a Mercury, se celebrara en Wembley, por el simbolismo que encerraba este estadio.
Así pues, en lo más alto se colocó una figura de un Fénix gigante, el cual es el símbolo distintivo de La Fundación Mercury Contra El SIDA, y fue presidido por Mary Austin, compañera sentimental en vida de Freddie Mercury.
Los derechos de transmisión de televisión, radio; y lo reunido con la venta de los boletos, fue destinado a esta causa.
Como dato, la denominación con “Queen +”, se refiere a la actuación de los 3 miembros restantes de la agrupación, agregándose “+” por el artista invitado a cantar con ello.
En resumidas cuentas, el concierto dio inicio con bandas que fueron influenciadas por Queen, como es el caso de Metallica, Extreme, Def Leppard, y Guns N' Roses.
Durante la primera parte del concierto, se mostraron vídeos explicando la vida de Freddie, y su grupo; mientras tanto, se cambiaba un poco el escenario para las siguientes interpretaciones.
El cantante italiano Zucchero, fue el único intérprete no anglosajón, con la canción “Las Palabras de Amor”
Bob Geldof, que organizó el macrofestival contra El Sida de 1986, tocó una melodía gaélica; y a partir de ese momento, casi todos los temas pertenecieron al repertorio clásico de Queen y Freddie Mercury.
La segunda parte del concierto, consistió en la participación de los 3 miembros restantes de Queen, John Deacon, Brian May y Roger Taylor; junto con varios artistas, como:
Elton John, Roger Daltrey, Tony Iommi, David Bowie, Mick Ronson, James Hetfield, George Michael, Seal, Paul Young, Annie Lennox, Lisa Stansfield, Robert Plant, Joe Elliott, Phil Collen, Axel Rose, Slash, Liza Minnelli, entre otros.
Indudablemente, hubieron momentos muy especiales, como:
El mensaje de Dame Elizabeth Rosemond Taylor Hilton Wilding Todd Fisher Burton Burton Warner Fortensky, quien vino desde EEUU para la ocasión; las actuaciones de David Bowie y Annie Lennox, cantando “Under Pressure”, y un momentazo, cuando Bowie se arrodilló después en el escenario, y rezó un “Padre Nuestro” por todas las víctimas del SIDA, puesto que fue el último cantante que participó en vida junto a Freddie Mercury.
La brillante “performance” de George Michael, para muchos, lo mejor de la noche con “Somebody to Love”, y el cierre ideal, con quien fuera el ídolo máximo de Freddie:
Liza Minnelli, que entonó “We Are The Champions”, uno de los más conocidos temas de Queen, hasta el punto de que El Partido Laborista, lo usó como himno en la campaña electoral en 1987.
El resto de los participantes, se unió a Minnelli en el escenario, para despedir El Tributo a Freddie Mercury.
Y al final del show, bajo los acordes de “God Save The Queen”, “se vio” a Freddie en las pantallas gigantes, en ese mismo escenario de Wembley, y con su capa y su corona, como si se estuviera despidiendo.
Eso sí, faltaron 3 grandes figuras, cuya participación, en vivo o vía satélite, se había anunciado:
Michael Jackson, Madonna, y la soprano española, y gran amiga de Freddie, Montserrat Caballé.
Pero lo más destacable, extra musicalmente fue la intervención de Liz Taylor, que se había unido a todas las iniciativas contra El SIDA desde la muerte de su amigo Rock Hudson, se personó en Wembley para lanzar un emocionado mensaje a la juventud:
“Cuando practique el sexo, usa un condón.
Esta noche hay 72.000 personas aquí.
Una multitud equivalente, será infectada por el virus del SIDA en las próximas 2 semanas.
No seas una de ellas.
Frenemos el avance.
Que no suceda nunca más”
Pero pocos saben, que hubo una actuación más...
Transmitido vía satélite desde Sacramento California; la encargada de presentar al grupo, fue Cindy Crawford, ese grupo era U2, interpretando “Until The End Of The World”
Esta presentación, tampoco aparece en los videos que salieron a la venta del The Freddie Mercury Tribute Concert for AIDS Awareness, pero se puede ver desde Youtube.
El concierto fue dado a conocer en VHS, en 2 casetes; y en Laserdisc en Estados Unidos y en Japón en 1993, y en Gran Bretaña en 1997, pero debido a las limitaciones de tiempo, las 2 últimas canciones interpretadas por Extreme, las primeras 2 de Def Leppard, y la aparición de Spinal Tap, fueron eliminadas de la versión en VHS, junto con la interpretación de Robert Plant de “Innuendo”, a petición del mismo Plant, que consideró que su actuación fue muy pobre, debido a que se le olvidó gran parte de la letra…
La versión de Estados Unidos, también omitió la actuación de Bob Geldof de “Too Late God”, y de Zucchero con “Las Palabras de Amor”
En abril del año 2002, en el 10º aniversario de la “Mercury Phoenix Trust”, el concierto fue lanzado en DVD, y entró en las listas de popularidad del Reino Unido en el lugar #1; pero fue duramente criticada, debido a que toda la primera parte del concierto no fue incluida, además de que la canción “Innuendo”, tampoco fue incluida en el DVD, respetando la petición de Robert Plant.
Por otra parte, el concierto que originalmente estaba en formato 4:3, fue editado a “widescreen”, perdiendo un poco de la calidad original.
Eso sí, lo recaudado por las ventas de este DVD, fue donado a la misma “Mercury Phoenix Trust”
Pero como de costumbre, Freddie fue “quien se robó el show…”
Durante todo el concierto, videos con declaraciones suyas, fueron insertados, y cada vez que las pantallas de video mostraban imágenes de él, la multitud respondía a su llamado.
Cuando Freddie cantaba, el público lo acompañaba; y cuando él hablaba, todos callaban; y pese a la lista de mega estrellas que le rindieron Tributo esa noche, fueron finalmente los fans, quienes le dieron El Mejor Tributo.
Ellos escucharon, uno por uno, a todos los artistas interpretar los clásicos temas de Queen, y al terminar cada “performance” y antes de empezar la siguiente, la conclusión a la que llegaban, siempre era la misma:
“Estuvo bien... pero no era Freddie”
Si algo se comprobó en este espectacular Tributo, es que Freddie Mercury fue único, y que nadie podrá ocupar jamás su lugar.
No es casual que el lema de su legado sea “real”:
“GOD SAVE THE QUEEN”
Porque Queen consolida un legado que continúa inspirando a forasteros, soñadores y amantes de la música hasta hoy… y para siempre.
“Fearless Lives Forever”
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