Intimacy

Terminando de ver “Intimacy” (2001) de Patrice Chéreau con Kerry Fox, Mark Rylance, Timothy Spall, Philippe Calvario, Alastair Galbraith, Marianne Faithfull, entre otros.
Película erótica basada en la novela del mismo nombre, escrita en 1998 por Hanif Kureishi, que ha sido asociada al “Nuevo Extremismo Francés”, filmes de carácter transgresor producidos por directores franceses a comienzos del siglo XXI, siendo descrito como “un cruce entre decadencia sexual, violencia brutal y psicosis desconcertante”, por lo que la curiosidad conduce a consecuencias imprevistas a un hombre que investiga a fondo la vida secreta de su amante.
Esta es la primera película de Patrice Chéreau en inglés, un filme audaz, lleno de riesgos artísticos y de coraje moral, una drama exclusivamente de personajes y de relaciones interpersonales complejas, donde encontramos escenas de sexo explícito, filmadas con un naturalismo puro que acoge a los 2 actores principales, en su atractivo de gente común y corriente que busca un escape a sus relaciones tormentosas, que el trabajo no puede curar, y solo el sexo casual puede reconfortar… pero todo cambia cuando nace el amor…
La pareja de actores, muy comprometidos con sus personajes y logran traspasar la pantalla en las miradas y silencios, Timothy Spall está desarrollado en lo justo, mientras la problemática del hermano es casi intrascendente, no así el amigo gay del bar, que me hubiera gustado saber ese “sentimiento platónico” hacia el protagonista, pero lo deja muy ambiguo.
El filme tiene grandes momentos que Chéreau ejecuta de manera soberbia, como la escena del billar donde se habla de intimidades en medio de la gente, de cómo el protagonista, que tiene una psicosis sexual no resuelta y patológica, descubre quien es su amante; inclusive las escenas de sexo sin diálogo en contraste con la escena de sexo final, donde el amor los obliga a sentir pudor pues ya su intimidad ha sido conocida, están hechas con un realismo formidable.
No obstante, el final es abierto…
Por ello el filme es bastante personal, dicen que la novela es autobiográfica, pero también es muy real, porque uno puede rememorar aquella aventura apasionada  y dolorosa, tal vez clandestina e intensa que provoca temor al daño que puede generar la revelación de ciertas intimidades.
Y si bien el sexo explícito ha sido injustamente lo más perdurable de la película, confieso que sin esas escenas la película no tiene razón de ser, pues subyace como una metáfora desgarradora de la soledad a que nos vemos sometidos muchos en estos tiempos de competitividad y egoísmo.
“Si me quieres, estoy aquí”
RECOMENDADA.



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