Excalibur

“Forged by a god.
Foretold by a wizard.
Found by a King”

El Rey Arthur de Bretaña es un destacado personaje de la literatura europea, especialmente inglesa y francesa, en la cual se lo representa como “el monarca ideal tanto en la guerra como en la paz”; y según algunos textos medievales tardíos, él fue un caudillo britano-romano que dirigió la defensa de Gran Bretaña contra los invasores sajones a comienzos del siglo VI; por lo que su historia pertenece principalmente al folclore y a la literatura, pero se ha planteado que pudo haber sido una persona real o, al menos un personaje legendario basado en una persona real.
Un hecho en especial, le ocurrió cuando a los 24 años, Arthur va con Sir Ector y Kay a Londres, donde los caballeros de toda Inglaterra intentan sacar una espada de su prisión en un yunque, que a la vez se encontraba prisionera de un trozo de mármol colocada por El Rey Uther; y se decía que quien la liberase sería El Rey de Inglaterra, y el encargado de unificar todos los reinos de la isla; pues Uther había muerto unos años antes.
Infructuosamente, todos los caballeros intentaron extraer la espada, pero es Arthur, sin ser caballero aún, quien logra liberarla, y le es revelada su verdadera identidad.
Con la resistencia de todos los presentes, en especial su cuñado Lot, esposo de Morgause, es proclamado Rey; sin embargo, poco a poco todos lo aceptan, y Arthur jura impartir justicia a todos los hombres de Inglaterra, sin tener en cuenta su posición social.
Pero poco después, Arthur pierde su espada durante una batalla... y el mago Merlín lo acompaña a un lago en cuyo fondo había un castillo en el cual vivía una hechicera llamada Nimue, La Dama del Lago; que guardaba una espada maravillosa, Excalibur.
Arthur le pidió la espada, y Nimue se la regaló.
Merlín observó la espada mágica de Excalibur, diciéndole:
“Guardad bien esta espada, puesto que mientras la llevéis, no perderéis nada de sangre, pero un día llegará una mujer en la que confiáis y os la robará”
Existen varias teorías respecto al origen del nombre “Excalibur”; y una de las más aceptadas, es la que proviene del latín “Ex Calce Liberatus”, lo que podría traducirse como “Liberada de La Piedra”
En cuanto a la desaparición de Excalibur; la historia más aceptada es aquella en que Arthur, moribundo, ordena a uno de sus caballeros que arroje su espada al estanque en el que habita Nimue, La Dama del Lago; y este caballero, que primero desobedece y luego acepta la orden de muy mala gana, es llamado Griflet, Bedivere, Lanzarote o Perceval, de acuerdo al relato.
Y cuando el caballero lanza la espada al estanque, una mano vestida de seda blanca, Nimue, surge de la superficie del agua, toma la espada, y luego desaparece en las profundidades.
Este relato sobre el retorno de Excalibur al lago, podría estar basado en las costumbres de algunos pueblos celtas de lanzar a los lagos algunas pertenencias de los grandes guerreros que acababan de morir como ofrenda a sus dioses; y se dice también que la espada descansa junto con El Rey en Avalon, aguardando el día de su regreso…
De esa manera, como mito, El Rey Arthur ha pasado a la iconografía popular como sinónimo de inteligencia, honor y lealtad; y su espada Excalibur, como un símbolo del poder legítimo; mientras Camelot ha sido un lugar idílico de igualdad, justicia y paz.
Así, las historias del Rey Arthur y Los Caballeros de La Mesa Redonda son ampliamente conocidas en el mundo, en gran medida gracias a los trabajos de los románticos ingleses del siglo XIX, y a la obra musical de Richard Wagner.
Estos trabajos están basados en las obras escritas que surgieron en Europa entre los siglos XII y XVI; los cuales a su vez se inspiraron en las historias que oralmente formaban parte del folclore medieval; y de esa manera, las leyendas artúricas han aparecido en el cine numerosas veces.
“Behold!
The Sword of Power!
Excalibur!
Forged when the world was young, and bird and beast and flower were one with man, and death was but a dream!”
Excalibur es una película de fantasía, del año 1981, dirigida por John Boorman.
Protagonizada por Nicol Williamson, Nigel Terry, Cherie Lunghi, Nicholas Clay, Helen Mirren, Paul Geoffrey, Gabriel Byrne, Robert Addie, Liam Neeson, Patrick Stewart, Clive Swift, Niall O'Brien, Corin Redgrave, Keith Buckley, Charley Boorman, Ciarán Hinds, entre otros.
El guión es de Rospo Pallenberg y John Boorman, basándose en la obra de Sir Thomas Malory “Le Morte D’Arthur” (1485) que cuenta la leyenda del Rey Arthur y Los Caballeros de La Mesa Redonda, a su vez basado en varias leyendas inglesas y francesas.
No obstante, algunas partes del libro son material original de Malory, mientras que otras son las interpretaciones que Malory dio a historias anteriores; aunque no se trata de la obra más antigua sobre el género artúrico, si se cuenta entre las más conocidas; pues el mérito de Malory es que además de adaptar gran parte de lo anteriormente escrito, y escribir historias nuevas, le dio forma a todo para darle un tono más ágil, dinámico y realista, y concentrando el impacto dramático en los diálogos, haciéndolo mucho más sencillo y rápido de leer; por lo que muy probablemente, esta obra es el texto que más ha influido en la visión posterior de La Leyenda del Rey bretón; al tiempo que ha sido también una de las más influyentes en las adaptaciones cinematográficas.
La mayoría de los eventos en el libro, tienen lugar en Gran Bretaña y Francia en un momento no especificado, ya que los eventos históricos en los que se basa La Leyenda Artúrica tuvieron lugar a fines del siglo V, pero la historia contiene muchos anacronismos, y no hace ningún esfuerzo en la precisión histórica.
En algunas partes, la trama se aventura más lejos, a Roma y Sarras, y recuerda cuentos bíblicos del antiguo Cercano Oriente; por lo que Malory modernizó la leyenda al combinar La Gran Bretaña Celta con su reino contemporáneo de Inglaterra, por ejemplo, identificando a Logres como Inglaterra, Camelot como Winchester y Astolat como Guildford; y reemplazando a los sajones con los sarracenos como invasores extranjeros.
Además, aunque Malory se remonta a una época de caballería idealizada, como torneos de justas y grandes castillos para sugerir un mundo medieval, sus historias carecen de vida agrícola o comercio, lo que hace que la historia parezca una Era propia.
Así, los 8 libros principales de Malory, originalmente 9, comprenden:
1. El nacimiento y ascenso del Rey Arthur, desde el matrimonio del Rey Uther hasta el nacimiento del Rey Arthur, que reinó después de él, e hizo muchas batallas.
2. La guerra de Arthur contra los romanos, el cuento noble entre El Rey Arthur y Lucio, El Emperador de Roma.
3. Las aventuras de Sir Lancelot.
4. La historia de Sir Gareth de Orkney.
5. La leyenda de Tristan e Iseult.
6. La búsqueda del Grial.
7. El asunto de Sir Lancelot y La Reina Guenevere.
8. La ruptura de Los Caballeros de La Mesa Redonda y la última batalla de Arthur.
Todo el trabajo abarca 21 libros con 507 capítulos, que se dice “son considerablemente más cortos que las fuentes francesas originales”, a pesar de su gran tamaño.
Y es que Malory fue responsable de organizar estas diversas fuentes y consolidarlas en un todo coherente; por lo que la película se apoya en la adaptación que Rospo Pallenberg que hizo de la obra escrita por Sir Thomas Malory, y despoja a la obra de Malory de muchos detalles considerados de menor significación, para concentrarse en La Leyenda Artúrica como un mito que refleja el ciclo vital del nacimiento, vida y declive.
Asimismo, los elementos cristianos, presentes en la obra original, son omitidos en la película.
El resultado es un filme que se concentra en la mitología y simbolismo alrededor de la leyenda, donde Arthur es presentado como “El Rey Herido”, cuyo reino se convierte en un páramo que será rescatado gracias al Grial.
Curiosamente, El Grial no está inspirado en El Santo Grial cristiano, sino más bien en la simbología celta del caldero mágico; y Boorman justificó la simbología utilizada, aduciendo que la película no está basada en la verdad histórica, sino en la verdad mítica.
De este modo, la trama de la película está intencionalmente separada de todo contexto histórico, por lo cual no es posible fijar con exactitud la época en que la trama se desarrolla.
Excalibur fue muy taquillera, recaudó $35 millones de un presupuesto de $11 millones, donde lo más destacable es el diseño de producción, la fotografía y el vestuario; de hecho, la película estuvo nominada al Oscar como mejor fotografía, y compitió por La Palme d’Or del Festival Internacional de Cine de Cannes .
La película fue rodada casi íntegramente en Irlanda, cerca del condado de Wicklow, donde Boorman tiene su casa.
Algunos de estos lugares son El Castillo de Cahir, uno de los mayores castillos de Irlanda; la cascada Powerscourt, donde Arthur se enfrenta a Lancelot; y El Parque Nacional Montañas de Wicklow, en el que se encuentra El Lago Tay, de donde surge la espada Excalibur.
El rodaje empezó en abril de 1980 y duró 26 semanas.
La acción inicia tras una larga y cruenta guerra, Uther Pendragon (Gabriel Byrne) le ruega al mago Merlín (Nicol Williamson) que le ayude a seducir a Igrayne (Katrine Boorman) la esposa de su nuevo aliado, El Duque de Cornwall (Corin Redgrave)
Merlín accede, pero a condición de que el fruto de esa unión le sea entregado…
Esa misma noche, es concebido Arthur (Nigel Terry); y 18 años después, los nobles de un reino cuyo trono está vacante, intentan apoderarse de Excalibur, la espada mágica que está incrustada en una piedra desde la muerte de Uther, por lo que el próximo hombre que pueda sacarla, será El Rey de Inglaterra.
Así, Arthur logra sacar a Excalibur y se convierte en Rey.
Guiado por Merlín, Arthur se casa con Guenevere (Cherie Lunghi), y reúne a Los Caballeros de La Mesa Redonda; pero la malvada media hermana de Arthur, Morgana (Helen Mirren), tiene un hijo con él, que puede ser su perdición…
De esa manera, Excalibur sirve como nexo de unión entre las diferentes partes de la película, y actúa como hilo conductor mediante el cual los personajes van desfilando y la trama se va desarrollando.
Así pues, Merlín cumple con su promesa, la espada es sustraída del lago, y la paz vuelve al reino.
Aunque es difícil concentrar toda la historia artúrica en 140 minutos, Excalibur lo consigue de manera muy solvente; pues trata el ascenso y caída en desgracia de Arthur y Camelot con maestría, y aunque importa más la historia, las interpretaciones de los actores sobresalen, aunque raro sería que no lo hicieran, con la cantidad de talento que hay entre ellos; la fotografía y el diseño de producción son también muy notables, y estoy seguro de que la mayoría pensamos en esas armaduras brillantes y esas nieblas impenetrables al oír hablar de esta película; pero la música, obra del compositor Trevor Jones, con adaptaciones del “Carmina Burana” de Orff y obras wagnerianas, es para mí lo más memorable de la película.
De hecho, Excalibur está considerada por la crítica como “la mejor adaptación de La Leyenda Artúrica” porque Excalibur es una película verdaderamente atmosférica, tiene la capacidad de llevarnos de regreso al tiempo que representa, sin usar sentimentalismo ni anteojos color rosa.
“Sword of power!
Sword of Kings!”
La literatura artúrica ha proporcionado al cine uno de los temas más recurrentes en sus recreaciones de La Edad Media; y por este motivo, las más de 125 películas sobre El Rey Arthur revelan buena parte de los procedimientos de reinvención a los que, en la época actual, se ha visto sometido dicho período histórico.
Este proceso de recodificación, acentuado por la adaptación de las obras literarias al lenguaje cinematográfico, favorece la utilización de La Edad Media como elemento distanciador a la hora de exponer las inquietudes y la ideología de la sociedad contemporánea, lo que convierte al cine en un campo privilegiado a la hora de estudiar el neomedievalismo de los últimos 100 años.
Y fue esta producción con la que El Séptimo Arte volvía a acercarse a los mitos y leyendas que rodean al Rey Arthur
Tuvo que llegar John Boorman para que las imágenes artúricas se filmaran de una vez con la desmesura y el exceso voluptuoso que encontramos en la gran narrativa medieval.
Inicialmente, se cuenta que Boorman había planeado una adaptación cinematográfica de La Leyenda de Merlín ya en 1969, pero cuando envió el guión de 3 horas escrito con Rospo Pallenberg a United Artists , lo rechazaron por considerarlo demasiado costoso, y le ofrecieron “The Lord of The Rings” de J.R.R. Tolkien.
Empecinado, Boorman finalmente pudo asegurar acuerdos que lo ayudarían a hacer Excalibur; y gran parte de las imágenes y las escenografías se crearon teniendo su visión original “The Lord Of The Rings” en mente.
Y es que Excalibur tiene una extraña mezcla entre magia y leyenda, mito y realidad que fundamenta su incuestionable atractivo en lo ocasionalmente alucinógeno de su planteamiento y puesta en escena, en lo hipnótico de sus elecciones musicales, en la impresionante fotografía y en un reparto plagado de nombres hoy de sobra conocidos.
La trama inicia cuando el hechicero Merlín recupera Excalibur de La Dama del Lago para Uther Pendragon, quien asegura una breve alianza con El Duque de Cornualles; pero Merlín acepta ayudar a Uther a seducir a la esposa de Cornwall, Igrayne, con la condición de que le dé a Merlín los resultados de su lujuria.
Así, Merlín transforma a Uther en la imagen de Cornualles con “El Encanto de hacer”… y la hija de Cornualles, Morgana, siente la herida mortal de su padre durante su asalto al campamento de Uther, y mientras Igrayne es engañada y Uther la impregna, Morgana lo ve y observa a Uther mientras Cornwall muere en la batalla.
De esa manera, 9 meses después, Merlín se lleva al hijo de Uther, Arthur.
Uther luego es asesinado por Los Caballeros de Cornwall, e incrusta a Excalibur en una piedra, gritando:
“Nadie empuñará a Excalibur, sino yo”; y Merlín proclama:
“El que saca la espada de la piedra, será El Rey”
Años más tarde, Sir Ector y sus hijos, Kay (Niall O’Brien) y Arthur asisten a un torneo de justas.
Sir Leondegrance (Patrick Stewart) gana la oportunidad de intentar sacar a Excalibur de la piedra, pero falla…
Entonces, la espada de Kay es robada más tarde, y Arthur saca a Excalibur de la piedra mientras intenta reemplazarla.
Así se corre la voz, y Merlín anuncia a la multitud que Arthur es el hijo de Uther, el gobernante legítimo.
Leondegrance, inmediatamente proclama su apoyo al nuevo Rey; y mientras los demás discuten, el abrumado Arthur cae en un largo sueño.
Cuando se despierta, Arthur va a ayudar a Leondegrance, cuyo castillo está asediado por los enemigos de Arthur, liderado por Sir Uryens (Keith Buckley); y durante la batalla, Arthur lo derrota y luego exige que Uryens lo ennoblezca, entregándole a Excalibur para que lo haga.
Uryens está tentado a matarlo, pero la fe de Arthur lo conmueve profundamente y lo hace caballero.
Uryens cae de rodillas para declarar su lealtad, lo que lleva a los demás a seguir su ejemplo.
Luego Arthur conoce a la hija de Leondegrance, Guenevere (Cherie Lunghi), y se enamora, pero Merlín prevé problemas…
Años después, el caballero invicto Lancelot bloquea un puente, y no se moverá hasta que sea derrotado en un combate individual, buscando un Rey digno de su espada…
Lancelot derrota a Arthur y sus caballeros, por lo que Arthur invoca la magia de Excalibur, y derrota a Lancelot, pero rompe a Excalibur en el proceso.
Arthur se avergüenza de abusar del poder de la espada para servir a su propia vanidad, y arroja los restos de la espada al lago; pero La Dama del Lago restaura Excalibur al Rey, Lancelot es revivido, y Arthur y sus caballeros unifican la tierra.
De esa manera Arthur crea La Mesa Redonda, construye Camelot y se casa con Guenevere; mientras que Lancelot confiesa que él también se ha enamorado de ella.
Por otro lado, la media-hermana de Arthur, Morgana, una hechicera incipiente y todavía amargada por Arthur, se convierte en aprendiz de Merlín.
Al tiempo, Lancelot se mantiene alejado para evitar Guenevere; se conoce a Perceval (Paul Geoffrey), un niño campesino, y lo lleva a Camelot para convertirse en escudero.
Sir Gawain (Liam Neeson), bajo la influencia de Morgana, acusa a Guenevere de alejar a Lancelot, forzando un duelo con Gawain para defender su honor y el de Guenevere.
La noche anterior, Lancelot es atacado por él mismo en una pesadilla, y despierta para encontrarse herido por su propia espada.
Arthur cabalga apresuradamente a Perceval, cuando Lancelot llega tarde al duelo, pero Lancelot aparece justo a tiempo y derrota a Gawain.
Merlín lo cura, y él cabalga hacia el bosque para descansar.
Guenevere se da cuenta de sus sentimientos por Lancelot y tienen relaciones sexuales.
Mientras tanto, Merlín atrae a Morgana a su guarida para atraparla, sospechando que está conspirando contra Arthur…
Arthur encuentra a Guenevere y Lancelot durmiendo juntos; y con el corazón roto, empuja a Excalibur al suelo entre ellos.
El vínculo mágico de Merlín con la tierra, lo empala en la espada, y Morgana aprovecha la oportunidad para atraparlo en un cristal con “El Encanto de hacer”
Morgana toma la forma de Guenevere, y seduce a Arthur; pero antes de irse, se revela a Arthur y le dice que su hijo ilegítimo será el próximo Rey, para su horror.
Al despertar a la vista de Excalibur, Lancelot huye avergonzado, y Guenevere yace llorando.
Tiempo después, Morgana tiene un hijo, Mordred (Robert Addie), cuyo origen incestuoso azota la tierra con hambre y enfermedad; a lo que Arthur envía a sus caballeros en busca del Santo Grial con la esperanza de restaurar la tierra.
Muchos de sus caballeros mueren o son hechizados por Morgana; y una vez que Mordred llega a la edad adulta, Morgana tiene una armadura dorada hecha para él, y lanza un encantamiento para que ninguna arma hecha por el hombre pueda penetrarlo.
Así, Mordred va a exigir que Arthur le dé la corona; pero Arthur ofrece su amor en su lugar; a lo que Mordred lo rechaza, advirtiéndole a Arthur que volverá y tomará Camelot por la fuerza.
Mientras tanto, Perceval escapa de Morgana y se encuentra con un anciano feo, que predica que “el reino ha caído debido al pecado del orgullo”; y Perceval reconoce al hombre como Lancelot.
Perceval no logra convencer a Lancelot para que ayude a Arthur, y Perceval es arrojado a un río, donde tiene una visión del Grial, durante el cual se da cuenta de que Arthur y la tierra son uno.
Al responder al acertijo, gana El Grial y se lo lleva a Arthur, que bebe de él y se revitaliza, como es la tierra.
Finalmente, Arthur encuentra a Guenevere en un convento, y se reconcilian.
Ella le da Excalibur, que ha guardado; mientras que frustrado en preparación para la batalla contra los aliados de Morgana, Arthur llama a Merlín, sin saberlo, despertando al mago de su sueño encantado.
Merlín y Arthur tienen una última conversación antes de que Merlín desaparezca; y luego, el mago aparece ante Morgana como una sombra y la engaña para que pronuncie “El Encanto de hacer”, produciendo una niebla del aliento del dragón, y agotando sus propios poderes mágicos que la habían mantenido joven.
Ella envejece rápidamente y Mordred la mata, repelida por la vista de su madre una vez hermosa, ahora reducida a una vieja bruja decrépita.
Las fuerzas de Arthur y Mordred se encuentran en la batalla; donde Lancelot llega inesperadamente y cambia el rumbo de la batalla, luego se desploma de su herida auto-infligida no curada.
Arthur y Lancelot se reconcilian, y Lancelot muere.
Mordred apuñala a Arthur con una lanza, pero Arthur mata a Mordred con Excalibur.
Arthur le dice a Perceval que arroje Excalibur al lago, asegurándole que vendrá un nuevo Rey, y la espada regresará…
Así, Perceval lanza Excalibur y La Dama del Lago lo atrapa.
Perceval regresa para ver a Arthur acostado en un barco, al que asisten 3 damas vestidas de blanco, que se alejan.
La película pivota sobre la idea de que los más nobles sueños pueden convertirse en una terrible pesadilla.
Los hombres, incluidos Los Reyes, no son perfectos y se equivocan continuamente, originando odios y conflictos por doquier.
Aquí, los personajes se guían por la avaricia, el odio y la envidia.
El odio entre hermanos o padres e hijos, llegará a cotas propias de las tragedias griegas o de los dramas de Shakespeare; incluso el noble propósito de encontrar El Santo Grial, se tornará una trágica epopeya.
Por supuesto, veremos a La Reina Guenevere, Lancelot y a la pérfida Morgana, personajes de sobra conocidos pero nunca retratados de una forma tan humana.
Por su parte, Arthur es inicialmente un joven atolondrado que acabará seducido por el poder y devorado por sus propios sueños de grandeza.
Excalibur no era la típica película sobre La Edad Media rodada en los años 50, limpia y aseada, es una película muy realista, con toques de magia y fantasía, pero llena de barro, suciedad y sangre; donde los actores sudaban y resoplaban dentro de sus pesadas armaduras, viéndose torpes debido al peso de las mismas, donde el solo bajar de un caballo era una ardua tarea.
Por otro lado, los héroes no eran héroes puros, eran mortales que sienten y padecen como cualquiera, dudan y se equivocan.
Sólo el personaje de Merlín parece saber en casi todo momento qué debe hacerse, convirtiéndose más en un consejero o un manipulador, que en un simple mago.
Visualmente el film es impresionante, casi un sueño, combinando mundanidad y magia de forma magistral; no es casual que toda la fotografía tenga un halo mágico sobrenatural; donde las armaduras reflejan una luz totalmente artificial que contribuye a darle un aire irreal a las oníricas escenas, como la misma espada Excalibur emergiendo de las aguas, son de una belleza inusitada.
De hecho, dicha espada parece ser el hilo conductor de toda la película, siendo quizás ella la verdadera protagonista del film, el objeto de deseo y la verdadera llave al trono.
Más allá de esta cuestión, Excalibur presentó un relato muy interesante donde se exponía claramente el final de la tradición de los druidas y la vieja mitología celta, representada en la figura de Merlín, a raíz de la expansión del cristianismo; donde la magia desaparece en el mundo para ser absorbida por la religión organizada.
Así, Rospo Pallenberg y John Boorman escribieron el guión, que es principalmente una adaptación de “Morte d’Arthur” de Malory, que reformula Las Leyendas Artúricas como una alegoría del ciclo de nacimiento, vida, decadencia y restauración, despojando al texto de detalles decorativos o insignificantes; donde la película resultante es una reminiscencia de mitográficas obras como “The Golden Bough: A Study in Comparative Religion” de Sir James Frazer y “From Ritual to Romance” de Jessie Weston; donde el simbolismo cristiano gira en torno al Grial, quizás más fuertemente en la imagen bautismal de Perceval.
De eso se trata Excalibur, de la llegada del hombre cristiano y la desaparición de las antiguas religiones representadas por Merlín; donde las fuerzas de la superstición y la magia son absorbidas por el inconsciente.
Y de acuerdo con este enfoque, Excalibur intencionalmente cumple con ser anacrónica, por ejemplo, los títulos iniciales establecen que la configuración es La Edad Media, a pesar de que los caballeros usan armadura completa, una tecnología del siglo XV.
Los Caballeros, La Caballería y El Código de Caballería tampoco existieron durante el período; así como  Gran Bretaña nunca se menciona por su nombre, solo como “la tierra”
Además de Malory, los escritores incorporaron elementos de otras historias artúricas, a veces modificándolos; por ejemplo, la espada entre los cuerpos de los amantes dormidos, proviene de los cuentos de Tristán e Iseult; el caballero que devuelve Excalibur al agua cambia de Bedivere a Perceval; y Morgause y Morgan Le Fay se fusionan en un solo personaje.
La espada Excalibur y la espada en la piedra, se presentan como la misma cosa; donde en algunas versiones de las leyendas, están separadas, siendo espadas distintas.
En “Le Morte d’Arthur”, Sir Galahad, el hijo ilegítimo de Lancelot y Elaine de Carbonek, es en realidad El Caballero que es digno del Santo Grial.
Con todo, Boorman sigue la versión anterior de la historia contada por Chrétien de Troyes, haciendo de Perceval el ganador del Grial; por lo que se agregaron algunos elementos nuevos, como Uther empuñando Excalibur antes de Arthur; “El Encantamiento” de Merlín, escrito en irlandés antiguo, y el concepto del mundo como “el dragón”, probablemente inspirado en el presagio del dragón visto en el relato de Geoffrey de Monmouth sobre la vida de Merlín…
Una anacronía es que la armadura de metal de placa completa no se inventó hasta aproximadamente el año 1350, y no se usó en Europa hasta mucho más tarde.
Total, numerosos anacronismos como el uso de estribos pueden ser excusados por ser fieles al libro de Sir Thomas Malory, que siguió las convenciones del siglo XV de hacer que los personajes históricos se comporten de una manera contemporánea.
Otro dato de interés, es que esta es la única versión de Las Leyendas Artúricas donde Mordred es el hijo de Morgana; y donde Mordred mata a Morgan, llamada Morgana en esta versión.
En cualquier caso, si en algo destaca la propuesta de Boorman es por plasmar una producción de alto coste económico, intentando conjugar el respeto a la historia narrada, combinando su entorno aventurero fundamentalmente con el uso de ambientaciones realistas y escenarios naturales, magníficamente elegidos y utilizados.
Ese difícil equilibrio entre lo telúrico, el fluir de la narración y la apertura a lo mágico, o la más que adecuada ambientación de personajes que otorgan credibilidad a lo narrado, permiten el acierto de un film todo lo desigual que se quiera, pero en los que el conjunto resulta sin duda atractivo, máxime encontrándonos en un periodo como el inicio de la que se considera “la peor década del cine”
Existe también una “leyenda prácticamente artúrica” con respecto a la fotografía de Excalibur, puesto que siendo en su totalidad obra del firmante Alex Thomson, sin embargo él fue un recambio de ultimísima hora de otro operador que tuvo que dejar, o fue invitado a dejar la producción…
El caso es que el primer operador contratado por Boorman tuvo problemas con el rodaje de la escena de apertura de la película, una batalla nocturna, lo que hizo que tuviera que ser rodada 2 veces.
Pero ni por esas el material era aceptable, de modo que Thomson, que había rodado algunas pruebas, se hizo cargo del grueso del film.
Muy a pesar de su apariencia de gran producción, con diseños de Anthony Pratt, vestuario de Bob Ringwood y efectos visuales a cargo de Wally Veevers, lo cierto es que el presupuesto de Excalibur no era tan alto, y ello hizo que Boorman, ya antes de la llegada de Thomson, renunciara a la utilización del formato anamórfico.
Ello quizás se debiera a que planeaba rodar en Irlanda, con muchas secuencias entre los bosques, en los que bajo cielos encapotados, la intensidad de la luz natural sería muy escasa… y como por arte de magia, llovió todos los días del rodaje, lo que provocó que la mayor parte de la película se filmara con poca luz; y la lluvia constante se sumó a la exuberancia del follaje.
Esa particular textura difusa de Excalibur fue fruto de utilizar, además de una media detrás de la lente en muchas ocasiones, filtros Black Dot de Harrison & Harrison, una especie de versión antigua de los Classic Soft Black, que contenían partículas negras para difuminar la imagen.
Para potenciar sus efectos, Thomson utilizó potentes aparatos de luz sobre las armaduras que aparecen en pantalla, para crear “hot spots” sobre las mismas y que la sobreexposición brutal de esos puntos formase esos halos tan llamativos que caracterizan a esta obra.
El otro elemento clave de la fotografía, quizás sea el empleo de luz verde, sin justificación alguna en el sentido naturalista/realista, en los momentos más fantásticos de la película, como por ejemplo, aquéllos en los que la espada que le da título va a hacer uso de su tremendo poder.
Esto es por ejemplo muy evidente en la escena en que Arthur consigue sacarla de la roca, o en las escenas con el mago Merlín, o Morgana.
Con ello, Thomson consigue crear una atmósfera o aureola de fantasía, onírica, que acompaña muy bien a estas secuencias.
Seguramente a fin de que la película tenga un aspecto unitario, además de por el extendido uso de la difusión y del humo, Thomson también emplea algunos toques de verde en sus interiores, que generalmente hacen uso de fuertes luces y haces a veces estratégicamente ubicadas, a contraluz, para crear efectos.
Esta es la parte que podríamos decir que mejor funciona de su fotografía, ya que desgraciadamente, muchos de los exteriores sufren por el hecho de estar rodados bajo el mal clima irlandés, no ya en el segmento concreto de la búsqueda del Grial y decadencia de Camelot, en el que los mismos funcionan bien, sino durante gran parte de la película, lo que hace que, unido a la difusión y a los “zooms” antiguos, el aspecto sea en demasiadas ocasiones plano y no demasiado vistoso…
Del reparto, la película presentó a muchos actores al principio de sus carreras que luego se hicieron muy conocidos, incluidos:
Helen Mirren, Patrick Stewart, Liam Neeson, Gabriel Byrne y Ciarán Hinds; y como la película fue rodada en Irlanda, varios de los empleados y de los actores son originarios de dicho país, como por ejemplo:
Patrick Stewart que hizo el papel del Rey Leodegrance, Gabriel Byrne que hizo el papel de Uther Pendragon, Liam Neeson que hizo el papel de Sir Gawain, Neil Jordan y Ciarán Hinds.
También, varios integrantes de la familia Boorman tuvieron papeles menores, lo cual provocó que a menudo se llamara a Excalibur como “el proyecto familiar de los Boorman” donde los hijos de Boorman, Katrine y Charley, actuaron como Igraine y Sir Mordred, respectivamente.
Como dato, según el lingüista Michael Everson, “El Encanto de hacer” que Merlín habla para invocar al dragón, es un invento, ya que no hay una fuente certificada para el encanto.
Everson reconstruye el texto como irlandés antiguo; donde la transcripción fonética del encanto tal como, se habla en según la pronunciación celta y dice así:
“Anál nathrach, orth 'bháis's bethad, do chél dénmha” que se puede traducir como:
“Aliento de serpiente, encanto de muerte y vida, tu presagio de hacer”
Por último, la música es del compositor Trevor Jones, quien además toma algunos pasajes de la obra “Carmina Burana” de Carl Orff; y de obras wagnerianas como “Der Ring des Nibelungen”, “Tristan und Isolde”, “Parsifal” y de “Götterdämmerung”, “La Marcha Fúnebre de Siegfrid”
“No one shall have the sword!
No one shall wield Excalibur... but me!”
Por lo que se refiere al cine, la crisis de la cultura occidental que tiene lugar durante los años 1970 se refleja, por ejemplo, en la aparición de héroes problemáticos o anti-héroes.
Al menos en este aspecto Excalibur sería exponente tardío de esa década.
No obstante, la obra de Boorman puede ponerse asimismo en relación con un cambio en la percepción del pasado medieval, pues no en vano, un año después, en 1982, John Millius estrena “Conan The Barbarían”
Más aún, de 1978 es la adaptación de Ralph Bakshi sobre la trilogía “The Lord Of The Rings” de J.R.R. Tolkien, en formato de dibujos animados ante las dificultades técnicas del cine de la época para llevar a la pantalla la complejidad del mundo de La Tierra Media.
Quiere esto decir que la propuesta de Boorman coincide, desde el punto de vista cronológico, con el paso al cine de La Edad Media, no irreal, sino ilusoria, que encarnaba el género de la épica fantástica, la épica fingida de la postmodernidad que tanto predicamento habría de tener en años sucesivos.
Así, El Rey Arthur fue en el siglo XIX portador privilegiado de los valores de la cultura victoriana:
Estabilidad, justicia paternalista y ensoñación nostálgica de las costumbres caballeresca.
Mientras que en el XX se ha conseguido asumir los principios del discurso oficial estadounidense:
Democracia parlamentaria, igualitarismo y libertad, dando un giro más acorde a los tiempos.

“I need the sword to be King!”



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