Laberinto de Pasiones

“Hola, Paco, soy Sexi...
Estoy sentada aquí con una amiga.
Tiene algunos problemas porque su padre toma un afrodisíaco cada 2 días y la viola”

Ver en retrospectiva la filmografía de Pedro Almodóvar, nos descubre su gran pasión por hacer cine a cualquier precio; y está clarísimo que su afán durante el tiempo de la llamada “Movida Madrileña” era romper con toda una España carcamal, que había alcanzado la libertad democrática, pero que todavía se veía ligada a un pasado castrante y muy difícil de superar, porque en los incipientes tiempos de esa libertad, un montón de fuerzas, religiosas, políticas, militares, etc., no estaban dispuestas a soltar amarras.
Por ello Almodóvar se arriesga y las ataca con todas sus fuerzas en sus películas y sus canciones; y no las considero provocadoras, sino reivindicativas.
También es cierto que la revisión de la filmografía “almodovariana” nos irá descubriendo a un director que aprende al mismo tiempo que realiza:
Aprende a dirigir cámaras, técnicos de imagen e iluminación, sonido y sobre todo, a dirigir actores.
“Sin dinero nena, no coche, no vicio, no tate, no rímel...
¡Estoy histérica!”
Laberinto de Pasiones es una comedia española del año 1982, escrita y dirigida por Pedro Almodóvar.
Protagonizada por Cecilia Roth, Imanol Arias, Helga Liné, Marta Fernández-Muro, Ángel Alcázar, Antonio Banderas, Fabio McNamara, Agustín Almodóvar, Santiago Auserón, Fernando Vivanco, Ofelia Angélica, Concha Grégori, Cristina Sánchez Pascual, Luis Ciges, Eva Siva, Pedro Almodóvar, entre otros.
Laberinto de Pasiones sobresale sobre todo por ser la primera película de Antonio Banderas, y la 2ª película de Almodóvar, después de “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” (1980)
Ahora, Almodóvar tuvo más presupuesto, de modo que creó una película de mayor complejidad y con mejor producción, aunque realizada de forma independiente y con un presupuesto reducido, permitió mejores valores de producción que su película anterior, y emplear una narrativa más compleja.
Almodóvar dice que Billy Wilder fue una influencia de la película porque la película es “una comedia salvaje con muchos personajes”; pero también refiere a “Hard Day's Night” de Richard Lester y a los melodramas románticos de los años de 1950.
Sin embargo las críticas no fueron benévolas con Laberinto de Pasiones, pero tuvo un poco de éxito y ahora es una película culto; sobre todo porque tiene un enfoque ridículo por el amor y el sexo, emplazada en Madrid durante La Movida, que era un periodo de despertar sexual después de Franco, y el comienzo del problema del SIDA.
Con todo, Laberinto de Pasiones tiene como interés a gente relacionada precisamente con esa época de principios de los 80, es decir:
Músicos, drogadictos, diseñadores, prostitutas, travestís, artistas varios y toda una serie de personas entre las que el director vivió este movimiento cultural que se produjo en la capital; reflejando una juventud liberada, desenfadada y harta de códigos morales y sociales.
Y es que Almodóvar no trataba de realizar una obra comprometida socialmente, sino que plasma el espíritu de libertad total que algunos trataban por todos los medios de convertir en su filosofía de vida.
La trama de Laberinto de Pasiones sigue a una estrella pop ninfómana que se enamora de un príncipe gay del Medio Oriente; por lo que su destino poco probable es encontrarse, superar sus preferencias sexuales, y vivir felices para siempre en una isla tropical...
Según los estándares estadounidenses, Laberinto de Pasiones puede considerarse “pornografía de núcleo blando”, pues hay una buena cantidad de desnudos, y sin duda fue arriesgado en su día, tanto que algunos aún podrían considerarlo así… pero desde lo meramente de producción, se eriza positivamente con colores vibrantes y una energía sexual tremendamente cómica, ya que la historia no es más que una serie de episodios, sumariamente vinculados, una trama extraña con subtramas paralelas que entran y salen de ella más o menos al azar.
Lo malo es que a veces es incoherente, insípida y aburrida, con muchas insinuaciones, personas arrastradas y situaciones sexuales groseras, y sí, estos elementos pueden haber conmocionado al público en 1982, lo que era casi seguro la intención de Almodóvar; pero gran parte del valor del shock probablemente se ha erosionado con los años, dejando una historia floja.
Más allá de eso, toda la película parecía muy caótica, ninguno de los personajes era particularmente comprensivo, y para una comedia incluso oscura, simplemente no cumple; lo que sí cumple es mostrar más bien una colección de “gags” y bocetos que tienen como objetivo escandalizar y elevar por la pared a todas esas personas de derecha.
No es causal que Almodóvar utilice temas como el incesto, el poder gay, el terrorismo islámico, el abuso de drogas...
Básicamente, actitud 100% punk; y aunque España es mucho más liberal hoy en día, algunos de los pasajes de las primeras películas de Almodóvar no podían ser aceptados por la sociedad.
Entonces, Laberinto de Pasiones es probablemente una película importante para liberar a España de algunos límites en su mentalidad cultural, pero eso no la convierte en una buena película:
Actuaciones mediocres, una trama destartalada y el ambiente de una película porno sorprende que esto sea un indicio de la grandeza de este director.
De todos modos, estas películas deben entenderse en el contexto correcto.
Si no lo tienes en cuenta, será mejor que veas cualquier otra cosa.
“Fui a una orgía después del concierto, pero solo podía pensar en ti”
Hecho solo 6 años después de la muerte de Franco, cuando España comenzaba a redescubrir su libertad artística, Laberinto de la Pasiones se realizó durante La Edad de Oro de La Movida Madrileña, entre 1977 y 1983, y casi todas las figuras clave del movimiento, pintores, músicos, forman parte del gran elenco, representando el hedonismo de los locales de música “underground” y los lugares de cruce gay, el atrevido guión muestra el abrazo entusiasta de Almodóvar de la recién descubierta libertad de expresión de España.
Por este motivo, la película conserva un poder emblemático en España; tanto que funcionó durante 10 años a medianoche en el cine Alphaville de Madrid, pero fue lanzado en los Estados Unidos, Inglaterra, Francia e Italia solo después del éxito de “Mujeres al borde de un ataque de nervios” (1988)
La idea de escribir el guión para Almodóvar era presentar a Madrid como la ciudad más importante del mundo, una ciudad a la que todos venían y donde podía pasar cualquier cosa…
Un borrador del guión, hizo que Dalí y El Papa se reunieran y se enamoraran apasionadamente…
Esa historia finalmente se cortó, pero resumió la idea general.
Además, Almodóvar ha mencionado a Billy Wilder como una influencia, y ha descrito la película como “una comedia salvaje, con mucha acción y muchos personajes... pero sin la mordida de Billy Wilder, porque esta es una película muy pop”
En el contexto del pop, también se ha referido al trabajo de Richard Lester, de la fama de “A Hard Day's Night” diciendo:
“Las películas ambientadas en la ciudad donde todo es muy banal:
Las niñas y los niños se enamoran mucho, sufren mucho, mucho, pero su sufrimiento nunca implica dolor real”
Y en tercer lugar, fue influenciado por los melodramas románticos de la década de 1950, de los cuales la serie de películas llamada “Sissi, The Empress” fue un excelente ejemplo.
No obstante, Laberinto de Pasiones fue particularmente inspirado por El Shah de Irán, que en ese momento todavía vivía; por lo que Almodóvar imaginó al hijo del Shah viniendo a Madrid, y usó otra figura clave en las columnas de chismes, La Princesa Soraya, quien se convirtió en Toraya en la película.
El director ha explicado:
“Quería contar la historia de una pareja que tiene dificultades para desarrollar su relación.
Estas dificultades se derivan del hecho de que el hombre y la mujer comparten el mismo comportamiento sexual”; y también ha sugerido que al hacer Laberinto de Pasiones experimentó “la dificultad de presentar una relación de una manera alegre cuando debajo de la superficie yace una cierta tristeza”
La acción sigue a Riza Niro (Imanol Arias), que es el hijo del derrocado Emperador de Tirán cuando llega a Madrid, la ciudad más divertida y salvaje del mundo; y en ella transcurre una historia de amor inusual entre él y una joven ninfómana llamada Sexi (Cecilia Roth)
Ella es miembro de un violento grupo musical, mientras que él está más preocupado por el fin del Régimen de Franco y la empieza por los cosméticos y los hombres que por otra cosa.
Por otro lado, la derecha tiraní y una inescrupulosa Condesa (Helga Liné), andan tras la pista del recién llegado Príncipe, unos para tomarlo prisionero, y la otra para seducirlo…
La trama comienza con ambos, Sexi y Riza Niro al acecho de hombres:
Sexi es una ninfómana que se está tratando con la sexualmente reprimida psicóloga Susana (Ofelia Angélica), que dice estar enamorada de su padre, El Doctor de La Peña (Fernando Vivanco), que ha desarrollado un nuevo método de fertilidad que ha resultado en un sexteto de periquitos y una niña probeta…
Mientras, Riza conoce a Fabio (Fabio McNamara), un gay punk que lo introducirá al glamour de la vida nocturna y de La Movida madrileña; es aquí donde Riza, bajo el seudónimo de Johnny, conocerá a los integrantes del grupo Ellos; y de camino al escenario, Eusebio (Ángel Alcázar), el cantante, tiene un accidente, y Johnny termina convirtiéndose en el nuevo solista.
Allí conocerá también a Sexi, que es la cantante del grupo Las Ex, compuesto por exnovias de los integrantes de Ellos.
El amor los flechará en ese mismo momento…
Tras intentos fracasados por satisfacción sexual con otros, es evidente que tanto Sexi como Riza no pueden huir de su destino, y deciden quedarse juntos. Riza confiesa a Sexi su identidad y su eventual regreso a La Isla Contadora  en Panamá, donde su padre, El Emperador Tiraní, vive exiliado.
El plan no será fácil de cumplir, pero Sexi encuentra una salida en Queti (Marta Fernández Muro), una superfanática de ella, que está dispuesta a dejar al padre, que la viola pensando que es la madre, y a tomar su lugar en el grupo y en la casa.
Por otro lado, Sadec (Antonio Banderas), con un desarrollado sentido del olfato, termina por darse cuenta de que el hombre con el que estuvo una noche, y de quien se ha enamorado, es precisamente Riza Niro, a quien sus compañeros compatriotas intentan capturar y llevar prisionero de vuelta a su patria.
Y La princesa Toraya, exesposa y ex Emperatriz de Tyrán, descubre que Riza está en Madrid, y lo busca hasta dar con él, hospedado precisamente en el mismo hotel que ella, El Hotel Barajas)
Sexi llega a ver a Riza, y se encuentra con ella, quien ha sido la primera mujer en la vida de Riza…
Destrozada por la traición de Riza, huye despavorida por las calles de la ciudad bajo El Sol ardiente, al que Sexi tiene un pánico irracional.
De regreso con Susana, Sexi es hipnotizada, y la terapia desenreda finalmente sus problemas:
Ella recuerda como siendo aún pequeña (Eva Carrero), estaba de pasadía con su padre en la misma playa que El Emperador de Tyrán, Toraya y Riza.
Ella jugaba con Riza cuando Toraya se lo llevó para tratar de seducirlo, y así quedar embarazada del heredero que nunca le pudo dar al Emperador.
Sexi los descubre y, dolida con lo que entiende es el rechazo de Riza, acepta la oferta de un grupo de niños a jugar a “papá y mamá”, comenzando así su vida como ninfómana.
Riza se zafa de las manos de Toraya, y busca de nuevo a Sexi, pero al encontrarla con todos los niños, se siente rechazado y decide aceptar la oferta de uno de los chicos de irse con él, comenzando así su vida gay…
Liberada de sus traumas y dispuesta a ser feliz, Sexi decide darle otra oportunidad a Riza; pero la aparición de una foto de Riza en el periódico, lleva al vengativo Eusebio a desencadenar una crisis que amenaza con destruir la felicidad de los enamorados.
Eusebio, habiendo reconocido a Riza, llama a Sadec y sus compañeros árabes para decirles donde encontrar a Riza, a cambio del dinero que ofrecen estos.
Queti logra dar aviso a Sexi, quien pone sobre aviso a Riza.
Sabiéndose descubierto y en necesidad de huida, Riza ofrece a los demás integrantes de Ellos, irse con él y Sexi a La Isla Contadora, donde tiene dinero para todos.
Su huida al aeropuerto es seguida por los tiraníes, Eusebio y su novia (Cristina S. Pascual), las otras integrantes de Las Ex, y el promotor del grupo, La Princesa y un reportero.
Regresa Remedios, la esposa del tintorero, y Queti, haciéndose pasar por Sexi, termina en la cama con el padre de esta, muy a pesar de las quejas de Susana.
De camino al aeropuerto, Sexi le cuenta a Riza lo que sucedió de pequeños, terminando así también con los traumas de Riza.
Sexi y Riza, junto con Ellos, logran tomar el vuelo a Contadora en el último momento posible, pero los demás no logran darles alcance a tiempo.
Queriendo cobrar la recompensa, Eusebio termina con las manos vacías cuando es amenazado a punta de pistola por uno de los tiraníes, descubriendo que no había recompensa monetaria alguna por el paradero de Riza.
Por otro lado, los tiraníes, viendo a Riza escapar de sus manos, deciden llevarse a Toraya como “premio de consolación” y la secuestran.
Juntos, como era su destino, escuchamos a Sexi y Riza teniendo su primera relación sexual a bordo del avión en dirección hacia El Caribe…
Laberinto de Pasiones básicamente es un melodrama del tipo “film noir” con la historia de una “femme fatale” que tiene de todo, pero aún está atormentada por su delicada psicología; y en el proceso de recuperación de sus traumas, se encuentra con un hombre huyendo de su pasado e identidad, ambos se enamoran, pero aún tienen que atravesar los obstáculos impuestos por la sociedad, la familia y sus propios miedos.
Convenientemente, esta “femme fatale” es una “pop star” de una banda musical, y este ambiente permite la fácil introducción de canciones y espectáculos, transformando Laberinto de Pasiones en un melodrama musical; donde la mezcla de géneros crea el regocijo de esta película y la transforma en una película de culto.
Así es que Laberinto de Pasiones utiliza códigos cinematográficos distintos a los usuales de este género, transportando el significado melodramático a una parodia, y como producto de una subcultura que representa una Era de la pérdida de esperanza y la decepción de los últimos días de Franco, con la consiguiente explosión emocional; la época en la que en España, como dice la madre de Angustias:
“Nos falta de todo pero no queremos de nada”
Para Almodóvar:
“En los 70 y 80 las modas llevan el sello de la marginalidad y son indicativas de un nuevo cambio de rumbo, creando subculturas o modas culturales que mantienen signos o elementos comunes.
La música, la jerga, el incremento de las drogas o el vestuario, juegan un papel trascendental en su relación con la escenografía cinematográfica.
Además, cabría resaltar la amalgama referencial y estética que confluye en el Madrid de finales de los 70 y comienzos de la década venidera.
El punk inglés, el “glam rock” y el pop de EEUU tendrán un importante papel a la hora de dotar de una estética a mis primeras películas.
También el kitsch, muy en sintonía con la tendencia narrativa del camp está presente, sobre todo en Laberinto De Pasiones; y se presenta al historiador como un interesante continente rico en cuanto a documentación histórica de los años de transición”
El comienzo de Laberinto de Pasiones es, en este sentido, toda una declaración de intenciones:
La secuencia se abre con un plano cenital que, paulatinamente va incorporándose en la escena; el espacio no es otro sino El Rastro de Madrid, espacio de encuentro por excelencia de los jóvenes músicos, artistas, dibujantes de cómic y editores de fanzines que realizan el tránsito entre la contracultura “underground” entre los años 1977 y 1979.
Los espacios más recurrentes serán, sin embargo, los locales de ensayo de incipientes grupos musicales.
De igual modo, las películas ejercen de auténtico catálogo de los clubes y bares de moda en aquellos años, destacando entre todos ellos el Rock-Ola; y será en Laberinto de Pasiones donde encontremos una secuencia en la que el propio Almodóvar, junto con McNamara, canta uno de sus temas.
Más interesante será el momento en que el grupo Ellos, compuesto por los integrantes de Radio Futura, se encuentra en el camerino.
Al fondo, un cuadro de Las Costus y, en las paredes, pósteres de Radio Futura resaltan esa interacción entre realidad y ficción que caracteriza a la película.
Dicha imbricación entre la exégesis fílmica y la realidad, también queda patenta en una secuencia rodada en el plató del estudio fotográfico de Pablo Pérez Mínguez, punto de encuentro habitual en aquellos años.
La escena recoge el momento en que ruedan una fotonovela con McNamara como protagonista, posteriormente, esas fotografías ilustrarían una historia de Patty Diphusa.
El estudio del fotógrafo, por su parte, queda recogido en varios testimonios de la época, poniendo de manifiesto la veracidad de la narración “almodovariana” en cuanto a la escenografía de sus películas.
De ese modo, revisar Laberinto de Pasiones también es revisar el período en que se hizo:
Laberinto de Pasiones se hizo en 1982.
A finales de los años 60 y 70, todo tipo de tabúes ya se habían roto por directores como Pasolini, Verhoeven, Peckinpah, por nombrar solo algunos…
En España la situación era diferente.
Hasta 1975 el país era una dictadura bajo El General Franco, un estricto católico romano; por lo que la censura era común, y España se perdió los cambios culturales que el resto de Europa occidental hizo por completo.
Entonces, cuando España se convirtió en una democracia después de la muerte de Franco, la nueva libertad de la que disfrutaba la gente, condujo a un período en la cultura donde se exploraron todos los límites.
De ahí que en Laberinto de Pasiones se muestran muchas cosas que no serían posibles bajo El Régimen de Franco, como la homosexualidad.
Y en esta 2ª película de Almodóvar, que no es precisamente la más celebrada, pero tiene bastantes atractivos; es la evolución lógica tras su primer largometraje, a pesar de que las limitaciones técnicas se hayan salvado aquí en cierta medida; donde el guión está más elaborado, aunque no por ello el resultado final resulte tan genial y atolondrado como en su ópera prima.
En todo caso, esta película ofrece momentos muy interesantes y es evidente que, de no haber existido posteriormente una evolución, no estaríamos hablando de su autor actualmente en los términos en los que lo hacemos.
Pero sí que la hubo, y, en este sentido, esta obra es una pieza más en un puzle tan enrevesado como apasionante.
Y puede que el espectador medio se pierda en el entramado de personajes y situaciones que esta película ofrece; pero tendríamos que destacar una historia principal entre la relación que se establece entre Riza Niro y Sexilia, aunque al principio dicha relación resulte materialmente imposible.
Todo esto queda adornado por la locura de la noche madrileña de principios de los 80, en donde no faltan los grupos de música y los bares de moda; donde colaboran nuevamente artistas del momento, como Guillermo Pérez Villalta, Ouka Lele o Iván Zulueta.
Así, se trata de una película coral, en lo que nos sorprende quizás es un desenlace un tanto burgués, pese a que previamente hayamos visto todo tipo de situaciones, algunas de ellas rayando en el surrealismo.
No obstante, es imprescindible su visionado por constituir un documento único además de una obra menor de su autor, lo cual no dice que sea menor en absoluto...
Realizando una mejora técnica masiva en el primer largometraje de Almodóvar, Laberinto de Pasiones marcó el tono y el estilo de las películas que establecieron su nombre, con una galería de personajes coloridos que se involucran en una trama divertida y compleja, que concluye con una carrera en taxi hacia el aeropuerto, reelaborada en “Mujeres al borde de un ataque de nervios”
Sin olvidar a Antonio Banderas, quien protagonizó una serie de películas posteriores de Almodóvar; hizo aquí su debut cinematográfico como terrorista gay, dotado de un sentido del olfato híper que utiliza para rastrear a un Príncipe del que se enamoró…
La película es notable también por la aparición de Almodóvar en plena competencia como un competidor de discoteca; y un cameo en una breve escena en la que dirige a un joven travesti drogadicto al carnicero con un taladro para una tira de fotos titulada “Photo Porno Sexy Fever”
De hecho, Laberinto de Pasiones es una película que podría haber sido solo en 1982, y en España.
El joven director parece estar ebrio por la luz y los colores de un mundo que acaba de despertar después de varias décadas de dictadura, con sus personajes que viven en un Madrid, ciudad que se ha convertido en el paraíso de todo tipo de experimentos:
En la música, en el amor, en la forma en que vive la gente…
Y es que la película está hecha por un joven director cuya carrera comenzó con la liberación de España, y que celebra su libertad para hacer películas y experimentar con personajes y un medio social al margen; y si bien el guión está muy fragmentado en pequeños momentos, entremezclados sin una lógica razonable y algunos de ellos demasiado pasados de rosca, es divertido.
Por ello, toda la historia se cuenta con una especie de desapego que te hace sentir la sonrisa protectora del director al mirar a sus personajes y actores.
Del reparto, destaca Imanol Arias en su primer papel protagonista en España, que lo muestra en el histérico bullicio “funky” y neo-moderno.
Las secuencias que presentan muchas peripecias están adornadas por frescos y cuadros de pintores como Guillermo Pérez Villalta y Las Costus, y los personajes recorren locales como La Bobia, Tablada 25 y La Sala Carolina envueltos en vestuarios de puro pop local, entre los que destacan los diseñados por Carlos García Berlanga y Ouka Lele para Angustias, el personaje encarnado por Concha Grégori.
También la música del filme está extraída de los ámbitos generados por La Nueva Ola Madrileña de 1980, y el tema central de la banda sonora, es un peculiarísimo reggae con acentos islámicos titulado “Gran Ganga”, que han compuesto e interpretado miembros de los grupos Zombies y Alaska y los Pegamoides a partir de un texto del director de la película, que también hace la voz solista.
Así, El Príncipe Tiraní vive en este ambiente una apasionada aventura amorosa, que Imanol Arias describe como “lo más divertido que me ha ocurrido nunca, tanto, que si el propio Reza Ciro se hubiera enterado habría venido para interpretarse él mismo.
Por mi parte, en este papel no he podido aplicar las enseñanzas del Actor's Studio, sino algunas nociones de alta comedia aprendidas con David Perry y muy especialmente, la documentación reunida sobre el personaje.
Se puede decir que Jaime Peñafiel, de Hola, ha sido mi gran maestro para el papel”
La argentina Cecilia Roth es Sexilia, el amor madrileño de Riza Niro, y también se muestra regocijada y divertida con la película, en la que tampoco ha podido emplear el método Stanislavsky, para, por el contrario, actuar en función de las situaciones, y no de la llamada memoria sensorial.
El tercer personaje importante de la trama es La Princesa Toraya, a quien da vida la actriz Helga Liné.
También habría que destacar, por encima de los protagonistas, a 2 secundarios que desde mi punto de vista están brillantes en sus hilarantes papeles:
Ofelia Angélica como Susana la psicoanalista lacaniana y Marta Fernández-Muro, como Queti, la amiga y fan de Sexilia.
Por último cabe preguntarse:
¿A qué clase de pasiones se refiere el título?
Almodóvar nos dice:
“Las pasiones siempre han sido idénticas.
A mí lo que me hubiera gustado es que todas las pasiones de esta película terminaran bien; pero sólo ha sido posible el “happy end” entre los protagonistas, que son muy guapos y muy felices, para que el público pueda enamorarse de ellos.
En realidad, esto es “un cuento de hadas”, pero con personajes más morbosos, a la altura de nuestro tiempo.
Es la vieja historia del Príncipe que conquista a la plebeya; sólo que aquí los 2 son ninfómanos”
No es, Laberinto De Pasiones, una comedia amable sino “una alta comedia de ficción histórica, y si no es amable no es porque yo lo pretenda, sino porque las comedias no me salen así.
Por otra parte, se trata de una tergiversación de la realidad; me atrae que dentro de 20 años la gente se confunda creyendo que Madrid era así”, dijo el manchego.
“Los Melancólicos no puede estar contigo esta noche debido a problemas con las drogas, el tráfico de niños, la esclavitud blanca y algunas otras cosas.
Pero en cambio, tendremos un grupo que todos ustedes conocen y odian”
El mundo de Almodóvar expresado en Laberinto de Pasiones no es accidental:
Es un documento cultural más allá de una simple comedia homosexual.
España, o mejor dicho, Madrid de los años 80, es un laberinto de mensajes contradictorios y mitos en proceso de desintegración, donde la parodia de Almodóvar revisa esos mitos a través de formas hollywoodienses y los nuevos códigos culturales post-ideológicos, o sea, los códigos del capitalismo occidental y el postmodernismo temprano; donde las drogas y el sexo van a ser precisamente 2 de los temas de la película que, junto a su voluntad documental del Madrid de La Movida, distancien a Laberinto de Pasiones de la comedia canónica “chico-conoce-chica” de Hollywood.
Y pese a no ser tan explícito como sus idolatrados Warhol, Morrisey y Waters, Almodóvar demuestra en Laberinto de Pasiones su predilección por ciertas temáticas “underground” que eran consideradas tabú en el cine español anterior a la transición democrática:
La libertad sexual y la drogadicción.
Por tanto, aquí vemos otro gran ejemplo de que la calidad de una película no es directamente proporcional a la irreverencia emanada de sus imágenes, el inconformismo que despliegue su mensaje, la incorrección subyacente en su guión o la innovación aplicada en la puesta en escena.
Todas estas características podrán parecernos positivas o negativas en función de nuestra apreciación personal, pero lo que está claro es que no determinan por si mismas el resultado artístico final de la obra.
Almodóvar consiguió con sus primeras películas hacer un cine diferente, impactante y hasta atractivo a una parte del público, sin embargo, la calidad del mismo es más que cuestionable.
A todo esto hay que añadir algo que es lo más inicuo que le puede pasar a una película:
Que el tiempo haga que la frescura con la que inició su andadura ante el espectador, se convierta en un hálito rancio y apolillado; que pierda toda su vigencia.
Las vanguardias nunca fueron duraderas, es el precio que hay que pagar por salirse del canon, y al final el cine es, como la vida, un eterno retorno, y el canon se mantiene en cada una de esas rondas del Samsara fílmico, mientras que la vanguardia entra y sale de la rueda, a veces para no volver.

“Querida, tengo que colgar.
Un asesino sádico literalmente me está destrozando.
Si sobrevivo, te devolveré la llamada y te daré los detalles:
“Algo así, pero siempre posando para la cámara”



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