Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón

“¡Guarra, te va la marcha!”

Después de la restauración de la democracia en España a fines de la década de 1970, los cambios en la vida cotidiana fueron tan radicales como la transformación política.
Estos cambios fueron aún más sorprendentes cuando se compararon con los valores y las prácticas sociales que habían prevalecido en la sociedad española durante El Régimen Franquista, especialmente durante la década de 1940 y principios de la década de 1950.
En esencia, los valores y actitudes sociales españolas, se modernizaron al mismo ritmo, y en el mismo grado que la estructura de clases, las instituciones económicas y el marco político del país.
Y es que bajo el gobierno de Francisco Franco, los valores sociales españoles dominantes eran fuertemente conservadores; tanto las leyes públicas como la iglesia; y las regulaciones imponían un conjunto de estructuras sociales destinadas a preservar el papel tradicional de la familia, las relaciones distantes y formales entre los sexos, y los controles sobre la expresión en la prensa, el cine y los medios de comunicación, así como sobre muchas otras instituciones sociales importantes.
Sin embargo, en la década de 1960, los valores sociales estaban cambiando más rápido que la ley, creando inevitablemente tensión entre los códigos legales y la realidad; incluso la iglesia había comenzado a alejarse de sus posiciones más conservadoras en la última parte de la década; y el gobierno respondió vacilante a estos cambios con restricciones algo más suaves en los medios.
Aun así, debajo de estos cambios superficiales, la sociedad española estaba experimentando cambios desgarradores a medida que su gente entraba cada vez más en contacto con el mundo exterior; y hasta cierto punto, estos cambios se debieron al éxodo rural que había desarraigado a cientos de miles de españoles y los había llevado a nuevos entornos sociales urbanos.
Ya en los años 60 y principios de los 70, otros 2 contactos también fueron importantes:
El flujo de turistas europeos a “la España soleada” y la migración de los trabajadores españoles a empleos en Francia, Suiza y Alemania Occidental.
Así nació “La Movida Madrileña” que fue un movimiento contracultural que tuvo lugar principalmente en Madrid durante esa etapa de transición después de la muerte de Francisco Franco en 1975.
El movimiento coincidió con el crecimiento económico en España y el surgimiento de una nueva identidad española; y se notó más en los grupos musicales, como el punk; y coincidió con la despenalización de la homosexualidad, la venta de anticonceptivos, el resurgimiento del feminismo y el laicismo en la sociedad.
También se ha glosado la importancia de las drogas que, siguiendo la pauta de los círculos musicales de Occidente, llegarían también aquí a provocar la muerte de distinguidos miembros más o menos famosos en los círculos de la música, el cine y el teatro afectos a La Movida.
En el cine, Pedro Almodóvar fue el máximo exponente que se convirtió en el ejemplo más conocido internacionalmente después de su posterior éxito como director; pues reflejó “cómicamente” el desorden de la libertad de esos años, especialmente en sus primeras películas.
Así, la temática de este cine se esfuerza en mostrar todo aquello que el cine franquista ocultaba, como la homosexualidad, la droga, la prostitución, las salidas nocturnas, la transexualidad, las pasiones desenfrenadas o la sexualidad explícita; era un cine urbano, cuyos protagonistas son personajes del mundo “underground” y la contracultura; y aunque el cine español siempre había tratado especialmente las historias de personajes humildes y media o baja condición económica, el cine de La Movida Madrileña los transforma en seres estrafalarios, los radicaliza, mostrando un gusto por lo anecdótico y por lo fuera de lo común; personajes que procuran descolocar al espectador más que identificarse con ellos.
Esta imagen de una “España moderna”, o cuanto menos abierta a la modernidad, sería utilizada internacionalmente para combatir la imagen negativa que el país había adquirido a lo largo de 4 décadas de dictadura.
“Creí que al casarme con un policía me iba a tratar como una perra, pero hija, me trata como a su madre”
Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón es una comedia de 1980, escrita y dirigida por Pedro Almodóvar.
Protagonizada por Carmen Maura, Alaska Olvido Gara, Eva Siva, Kiti Manver, Cecilia Roth, Julieta Serrano, Félix Rotaeta, Ricardo Franco, Concha Grégori, Pedro Almodóvar, entre otros.
Aquí estamos en presencia de un trabajo sorprendente y hasta ahora único; el primer largometraje profesional del director, y al hacerlo, socava los tabúes más respetados de la tonta y adormecida sociedad.
Almodóvar escribió el guion en 1976, cuando trabajaba para Telefónica como empleado administrativo, reescribiéndolo cuando comenzó el rodaje, inspirado por la agresiva ideología punk, nos habla sobre 3 chicas que viven en Madrid durante la época inicial de La Movida Madrileña.
Filmado en 16mm y 35mm para su lanzamiento en cines; Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón tiene muchos elementos “almodovarianos” como el kitsch, el estilo “camp”, humor escandaloso y sexualidad abierta, y se convirtió en emblemática de un movimiento cultural de su tiempo, La Movida Madrileña, amasando un seguimiento de culto, y estableciendo a Almodóvar como un agente provocador. 
La película se estrenó el 19 de septiembre de 1980 en El Festival de San Sebastián en la sección dedicada a Nuevos Directores; más tarde recorrió los circuitos independientes y luego pasó 4 años en la presentación nocturna del Teatro Alphaville en Madrid.
Las críticas en España fueron en su mayoría negativas, objetando la frivolidad y el humor vulgar de la película; siendo estrenada en los Estados Unidos hasta 1992, solo después de que Almodóvar se convirtiera en un famoso director de cine.
La reacción allí  a la película fue, en general, hostil, siendo reprendida por su inconsistencia temática y formal; tanto que The Washington Post lo calificó como “un debut como director aficionado, un espectáculo sexual obsceno que se ve con mayor seguridad en un condón de cuerpo completo”
La trama sigue las aventuras salvajes de 3 amigas:
Pepi (Carmen Maura) es una mujer moderna e independiente, vive sola en un piso de Madrid y se dedica a cultivar cannabis en su terraza.
Esto es descubierto por un policía llamado Juan (Félix Rotaeta) que es su vecino.
Este entra a su casa y a cambio de su silencio, Pepi accede a tener relaciones sexuales, pero le pide que “mejor por detrás”…
Sin hacer caso, el policía la penetra por la vagina, arruinando el negocio que tenía pensado:
¡La venta de su virginidad!
Ante esto, Pepi decide vengarse, y cuenta con la ayuda de sus amigos quienes, disfrazados de chulapos, le pegan una paliza al policía.
Pero se equivocan y agreden a su hermano gemelo…
Pepi conoce a la mujer del policía, Luci (Eva Siva), una ama de casa ratonil y masoquista, natural de Murcia, descubriendo a esta que le gusta el dolor…
Así la convence para tomar clases de punto, y de paso pegarle un poco, a lo que Luci accede sin saber que se trata de una venganza.
En una de estas clases conoce a Bom (Alaska), una cantante lesbiana de punk rock de tendencias sádicas, quien le mea encima para gozo de la masoquista Luci, que deja a su marido por Bom, y junto a esta y Pepi irán a fiestas y conciertos en plena Movida Madrileña.
En el periplo juntas se cruzarán con personajes como:
La chica de pueblo que quiere ser modelo, y todos la toman por puta (Kiti Mánver); la actriz que está interpretando “La Dama de Las Camelias” y les deja a su hijo (Julieta Serrano); la actriz que hace los anuncios de las bragas Ponte (Cecilia Roth); Toni (Carlos Tristancho), el compañero de Bom en el grupo Bomitoni, etc.
En el concierto de los Bomitoni es cuando Bom le dedica a Luci el tema de la película “Murciana Marrana” y en la posterior fiesta tiene que hacerle una felación al ganador del concurso de tamaño del pene “Erecciones Generales”
Así, la vida ociosa y divertida que llevan, cambia cuando el marido de Luci le pega una paliza tan grave que acaba ingresada en el hospital.
Allí la visitan Pepi y Bom, pero ésta, conociendo a la fiera que tiene por marido, les dice que no va a volver con ellas, por lo que se quedan solas y acaban viviendo juntas y comiendo bacalao al pil pil…
La primera película de Almodóvar es una tarjeta de presentación de su estilo irreverente, retorcido, brillante, hortera, cutre, escandaloso, hilarante, “underground”… una especie de versión en español de John Waters, donde las mujeres, como siempre, tienen roles principales fuertes, y los colores están muy vivos como el vestuario es de lo más extraños posible; por lo que Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón contiene todos los temas que explorará; pero sobre todo es una película sobre la libertad, la nueva libertad adquirida por los españoles, pues Franco está muerto, y ahora pueden hacer lo que quieran, incluso bromas de mal gusto.
Y gusta porque es el despertar de España, con todo el exceso posible, con todas sus cualidades y valores predeterminados, así Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón es una especie de estreno de España, que tiene derecho a hacer lo que quiera hacer, por tanto es el primer asador contra la pseudo-moralidad, contra el muro erigido por Franco en toda España, y cómo no, es una película muy punk, llena de defectos de lenguaje y de defectos formales; y cuando una película tiene más de 2 defectos, es una película defectuosa, pero cuando tiene tantos, esos defectos le dan estilo; y ese “estilo” sorprendió tanto que se convirtió en objeto de culto, es decir, en el carné de identidad de La Movida.
Y aunque el autor dice que “la película refleja lo que a su alrededor estaba ocurriendo entonces en Madrid”, la desenfadada caricatura de estas 3 “modernas” amigas del título se expresa con una curiosa mezcla de ternura comprensiva y de carcajadas crueles, donde las situaciones absurdas están vistas como lo más normal del mundo, provocando un contraste inesperado, entre afectuoso e hilarante.
Decía Almodóvar:
“Para mí la moraleja es que las chicas modernas se quedan solas.
Son personajes dotados de una enorme energía, pero personajes erráticos, que caminan sin rumbo fijo.
Libres pero solitarias; sólo puedo repetir lo que ya he dicho más de una vez:
Que es una comedia divertida, audaz, corrosiva, incorrecta, moderna, desigual, subversiva y amoral”, adjetivos que le vienen como anillo al dedo; porque en realidad Almodóvar no estaba tratando de complacer o apaciguar a nadie, solo dijo lo que quiso decir, y lo hizo de una manera muy original y provocativa.
Un poco anticuada ahora, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón sigue siendo una deconstrucción brillante de la cultura española con personajes extravagantes; y ese es el poder de la filmación:
Demostrar que la pasión por un arte puede superar las dificultades; que puede ser barato pero el valor redentor es la hilaridad, la originalidad de las ideas y la verdadera pasión de un verdadero artista.
“Por detrás, por favor, es que estoy más acostumbrada, por el virgo quiero sacar una pasta”
Sin duda alguna Pedro Almodóvar es uno de los directores españoles que más ha aparecido en los medios de comunicación desde que hace décadas, y saltó a la popularidad con su primer largometraje comercial, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), una obra fiel reflejo de la sociedad de su época, de cierta representatividad generacional, su personal narrativa, su estética pop y la temática que aborda, han hecho de él uno de los realizadores más originales e inteligente; sin embargo, su proyección internacional a varios niveles y los temas tratados, han hecho que críticos e intelectuales se interesen por su obra, provocando a veces algunas polémicas.
Y es que en el cine “almodovariano”, el amor, la amistad, la verdad, la libertad, la muerte, el placer y la lealtad, son temas de los que se está hablando desde el comienzo de su filmografía; por lo que Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón pone de manifiesto la preferencia del director por los personajes femeninos.
La génesis de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, fue una historia escrita por Almodóvar llamada “Erecciones Generales” publicada en 1978 en la revista El Víbora; siendo fue una parodia cómica de las elecciones generales de 1977 en España; donde la idea de tomar esa historia y convertirla en una película, nació de su colaboración con el grupo teatral Los Goliardos.
Actuando con ellos en un pequeño papel en Dirty Hands de Jean-Paul Sartre, Almodóvar conoció a Carmen Maura y Félix Rotaeta, quienes lo alentaron a hacerla.
Así, Almodóvar reescribió la historia y cambió el título a Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón; y contó con un presupuesto inicial de solo 500,000 pesetas que Carmen Maura y Félix Rotaeta ayudaron a recaudar.
En ese momento, Almodóvar trabajaba para Telefónica, la compañía telefónica nacional de España, como empleado administrativo, por tanto, el rodaje tuvo lugar los fines de semana con un grupo de voluntarios; y sin el respaldo de un estudio, Almodóvar se vio obligado a hacer un uso extensivo del rodaje.
Por ejemplo, la residencia de la vida real de los pintores del artista pop gay Costus, Juan Carrero y Enrique Naya, que también aparecen en la película, fue el lugar donde Luci y Bom instalaron su hogar.
Así, en esta otra manera de contar historias se entremezclan la cultura popular con el cómic, la fotonovela y el arte elevado, sirviendo éstos de marco a los comportamientos sexuales transgresores de sus protagonistas, donde los actores improvisados asumen un papel provocativo al máximo, agresivo y sentimental al mismo tiempo, en donde la ironía y el humor juegan asimismo un papel fundamental, tanto en sus acciones como en el lenguaje utilizado.
De esa manera, el arte, la cultura popular y el cine han sido partícipes de estas transformaciones, ayudando a configurar una nueva realidad social; y Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón es uno de los referentes, por ser un film pionero porque en él se reúnen amalgamados componentes transgresores desde los culturales, artísticos, musicales, hasta las provocadoras actitudes sexuales o el desafío de irreverentes relaciones de amistad, de pareja o conyugales.
La trama sigue a Pepi, una joven independiente que vive en Madrid, que está llenando su álbum de calcomanías de Superman, cuando recibe una visita inesperada de un policía vecino que ha visto sus plantas de marihuana mientras la espía con binoculares al otro lado de la calle.
Pepi intenta comprar su silencio con una oferta de sexo oral, pero el policía la viola...
Esto arruina sus esperanzas de vender su virginidad por una buena cantidad de dinero; y ahora, sedienta de venganza, Pepi hace arreglos para que su amiga Bom, una cantante punk adolescente y su banda Bomitoni (Bom y Toni y también un juego de palabras de Vomitoni-vomitona = gran vómito), golpeen al policía.
Vestida con trajes madrileños y cantando una zarzuela, los amigos de Pepi le dan al hombre una paliza despiadada una noche; sin embargo, al día siguiente, Pepi se da cuenta de que habían atacado al inocente hermano gemelo del policía por error…
Sin desanimarse, Pepi decide una forma más compleja de venganza:
Se hace amiga de la dócil esposa del policía, Luci, que es de Murcia, con la excusa de recibir lecciones de tejido.
La idea de Pepi es corromper a Luci y alejarla del policía que golpea a la esposa; y durante la primera clase de tejido, la amiga de Pepi, Bom, llega al departamento en dirección al baño para orinar...
Esto lleva a la sugerencia de que, dado que Luci siente calor, Bom debería pararse en una silla y orinar sobre la cara de Luci.
El comportamiento agresivo de Bom, satisface el masoquismo de Luci, y las 2 mujeres se convierten en amantes.
De vuelta a casa, Luci tiene una discusión con su esposo, en la que se queja de lo que le había hecho a Pepi; y cuando él amenaza con azotarla y echarla, con un renovado sentido de liberación, Luci deja a su esposo y su hogar.
Ahora, las 3 amigas, Pepi, Luci y Bom, están inmersas en la escena juvenil de Madrid, asistiendo a fiestas, clubes, conciertos y conociendo personajes escandalosos; y en uno de los conciertos, Bom canta con su banda, los Bomitoni, una canción llamada “Murciana marrana”, es decir, “la zorra de Murcia” a lo que Luci se convierte en una orgullosa “groupie”
Lo más destacado de uno de esos viajes, es un concurso de tamaño de pene llamado “Erecciones Generales”, una competencia que busca el pene más grande, más esbelto y más desordenado; donde el ganador recibe la oportunidad de hacer lo que quiera, cómo quiera, con quien quiera… y selecciona a Luci para darle sexo oral, lo que la convierte en la mujer más envidiada de la fiesta.
Finalmente, Pepi se ve obligada a encontrar trabajo cuando su padre decide detener sus ingresos; y se convierte en una escritora creativa para anuncios publicitarios que diseñan anuncios para sudar, muñecas menstruales y bragas multiusos que absorben la orina y pueden funcionar como un consolador.
Pepi también comienza a escribir un guión que será la historia de las amantes lesbianas Luci y Bom.
Pero el policía chovinista busca desesperadamente a su esposa…
Mientras tanto, se aprovecha de la ingenua vecina, Charito, que está enamorada de Juan, su hermano gemelo; y fingiendo ser Juan, el policía abofetea y luego ataca sexualmente a Charito…
Finalmente, el policía encuentra a Luci saliendo de una discoteca, la secuestra y le da una terrible paliza que la envía al hospital, donde Pepi y Bom la visitan.
Allí, rápidamente se dan cuenta de que han perdido a Luci; pues ha decidido volver a la persona que la maltrata mejor, su marido sádico y tiránico, ya que su brutalidad es lo que Luci siempre quiso o se acostumbró…
Magullada y vendada en su cama de hospital, Luci le dice a Bom que regresará a él por una vida de abuso; por lo que Bom está perdida sin Luci, y lamenta que el pop también esté pasado de moda…
Pero Pepi tiene la solución a ambos problemas:
Bom debería mudarse con Pepi como su guardaespaldas, y comenzar a cantar boleros…
Comencemos diciendo que el rodaje de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón fue caótico:
Comenzó en 1978 y duró 1 año y medio, sobre todo debido a la falta de medios financieros, tomó 1 año entero producir una película de solo 50 minutos; y esto era insuficiente para la longitud de distribución comercial; por lo que se necesitaba más dinero; por lo que el respaldo de Pepón Coromina, un productor catalán, le permitió a Almodóvar agregar 30 minutos más de película, filmada durante los siguientes 6 meses de 1980.
Así, la película fue soplada del 16mm a 35mm, formato para permitir su estreno en salas; además, el equipo carecía de experiencia y el camarógrafo cortó algunas cabezas, particularmente durante la escena del concurso de erecciones generales.
Los disparos largos y caóticos, crearon problemas en la continuidad; y cuando comenzó la filmación, Alaska Olvido Gara tenía 15 años, y cuando terminó la filmación tenía 17; otro hecho curiosos fue la primera escena que se filmó, es cuando Pepi va a abrir la puerta al policía, que fue filmada en junio de 1979; cuando abrió la puerta y entró fue en diciembre de 1979, y cuando la violó se rodó en junio de 1980.
El tema central de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón es la resistencia femenina, la independencia y la solidaridad, temas que serían una constante a lo largo de la carrera de Almodóvar, aunque mejor representada en sus películas posteriores y más exitosas.
Al igual que los personajes femeninos “almodovarianos”, Pepi y Bom son autosuficientes, independientes, y su amistad se muestra como más importante que cualquier apego sexual o amoroso.
Por el contrario, los hombres son inexistentes o se presentan sin simpatía como el policía.
Y aunque Bom y Luci forman una pareja de lesbianas, su historia es en última instancia menos importante que la amistad de Pepi y Bom.
Si bien la amistad de estas 2sigue siendo fuerte, el asunto de Bom y Luci termina cuando esta regresa a una vida heterosexual de abuso con su esposo…
Así, 2 escenas ponen la cercanía de Pepi y Bom en primer plano, en contraste con la problemática casa de Luci, que se le presenta a Pepi cocinando el plato favorito de Bom:
“Bacalao al pil pil”
No es casual entonces que la película termina acertadamente con las 2 amigas mirando hacia una nueva vida compartida como compañeros de cuarto, ayudándose a apoyarse mutuamente.
Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón también aborda otros temas frecuentes en la filmografía de Almodóvar como la heterodoxia sexual, la drogadicción y el amor por la cultura pop, y vemos el inicio de sus constantes:
Las mirillas circulares de las puertas, los anuncios televisivos ridiculizados al máximo con el humor, las actuaciones de grupos musicales de La Movida, la técnica para explicar determinados “hechos” como la braga que cambia de color con el pis en el anuncio de “Ponte bragas”; los diálogos chistosos y llenos de imaginación.
Y es la película que toma más explícitamente la comedia como género.
Todos los demás filmes, con la posible excepción de “Los Amantes Pasajeros” incorporan elementos de melodrama; donde los personajes se muestran como arquetipos cómicos:
Aquí Pepi es la mujer moderna, ingeniosa e independiente; el desagradable policía radical; Bom se muestra como un adolescente rebelde perversa; y Luci como la ama de casa maltratada.
La presentación aficionada de la película y su humor crudo, también la distingue del resto de la filmografía de Almodóvar, donde los elementos cómicos no se presentan de manera tan contundente.
Otro detalle es el cómic de la película en su estructura suelta, su vulgaridad provocativa y los intertítulos realizados por el famoso ilustrador español, Carlos Sánchez Pérez (Ceespe), entonces un miembro desconocido de La Movida Madrileña.
Y en comparación, estilísticamente, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón tiene una deuda con las primeras películas de Paul Morrissey y, sobre todo, con “Pink Flamingos” de John Waters; donde claramente Almodóvar enfrenta al espectador con situaciones escandalosas, inesperadas, incluida una escena lésbica de lluvia dorada en medio de una clase de tejido…
Donde hay defectos técnicos y de trama que son evidentes, particularmente cuando se comparan con los trabajos pulidos y complejos posteriores de Almodóvar; que sin embargo capturó el espíritu de su tiempo, La Movida Madrileña, presentando a Madrid como una ciudad emocionante donde todo vale; porque la película se centra en la cultura juvenil, mostrándola como salvaje, frívola, aventurera y libre de tabúes.
Y si hay un simbolismo político en la derecha, como las viejas actitudes machistas del policía, que representa a la sociedad franquista desaparecida y se presenta sin simpatía; Pepi y Bom representan a la mujer moderna de España, la nueva cara salvaje de una España democrática liberada.
Con Luci como ama de casa española que se sacrifica, atrapada entre la vieja y la nueva España, es una masoquista que anhela la brutalidad del pasado.
Y borrando los límites de la identidad sexual, los personajes transexuales aparecen en muchas películas de Almodóvar, de hecho aquí hay una “drag queen” llamada Roxy, interpretada por Fabio McNamara, el compañero cantante de Almodóvar en un dúo de parodia de “glam rock”; donde los elementos cómicos desafían el buen gusto y se presentan sin rodeos.
Otro detalle es que Almodóvar no se demora en la rareza de la relación sexual entre un ama de casa tradicional de unos 40 años y una adolescente rebelde punk, que se presenta sin juicio como algo fuera de lo común.
Es un hecho que como director primerizo, Almodóvar aprendió su oficio mientras lo hacía, y Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón fue una punta de lanza en la subversión de las representaciones tradicionales tanto de las mujeres como de las identidades “queer”
De esa manera, Almodóvar crea un mundo en el cual la alianza entre los personajes femeninos es el núcleo esencial en la construcción de las relaciones afectivas, excluyendo el rol de los hombres para hacer posible que existan sus identidades como mujeres.
Así queda confirmado en la secuencia final de la película, en la cual Pepi y Bom, aunque decepcionadas por la decisión de Luci, deciden irse a vivir juntas en una suerte de pacto de incondicionalidad entre las 2.
Además de dicho pacto entre mujeres, la construcción de la feminidad de los personajes está marcada por una actitud de no-juicio ante la vivencia libre de la sexualidad, en donde no existen títulos que encasillen la orientación sexual, el género o la preferencia para obtener placer de ninguno de los personajes.
Y se insiste en esto a través de sus imágenes:
Desde la postura de Pepi sobre la virginidad hasta la infidelidad y el masoquismo consciente de Luci; o la relación lesbiana entre ésta y Bom.
Sobre esto último, el mismo director dice:
“Los hombres merecen ser engañados por las mujeres.
Me encanta la idea de que una chica engaña a su esposo con una mujer; es una imagen que me resulta atractiva y que forma parte de la autonomía secreta de las mujeres”
Porque también Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón es una enloquecida distorsión de la realidad, cuyo atrevimiento posiblemente fuera imposible en el cine de nuestros días, propia de aquel momento cultural, que a la protagonista Carmen Maura tanto fascinó al decir:
“Era un grupo de gente que podía hacer lo que le diera la gana, nadie juzgaba nada, las cosas no se consideraban tonterías, todo el mundo hacía cosas extrañas que a nadie extrañaban.
Y eso me encantaba”
Y cuando alguien definió Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón como un cómic punk y grosero:
“Yo no creo que haya que darle demasiada importancia al asunto de la escatología”, aclaraba Almodóvar:
“Forma parte de la naturalidad, de la sinceridad de mis películas.
La comicidad de la escatología entronca directamente con una determinada tradición de la literatura española, pero yo no la subrayo, la utilizo como un elemento más”
En definitiva viene siendo eso:
Un divertimento ágil, corrosivo, cínico, procaz, provocativo, histérico y francamente divertido, que lucha contra el encasillamiento y la falta de imaginación.
Inconformista, tierno, amoral, contradictorio, fresco, con una desfachatez que raya los límites de lo permisible “vox populi” donde el film de Almodóvar es como una sana y bien intencionada patada en las narices.
Y lo que tiene de nuevo Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón es precisamente que las situaciones extrañas o transgresoras no son vistas como tal por quienes las crean, sino que se adoptan con total naturalidad.
Ni a Pepi ni a Bom les extraña el masoquismo de Luci, lo ven como algo natural.
En contra de lo que en aquella época podría ser la opinión social mayoritaria.
Aunque digamos que en esto no te puedes fiar demasiado, las encuestas se dan de puertas para afuera, y lo que hay dentro de casa se mantiene en secreto…
Por otro lado, La Movida Madrileña está en el trasfondo de la historia para divertirnos con fiestas como la de Erecciones Generales, llevarnos a conciertos donde se toca “Murciana Marrana” o a pisos donde se mezclan pintores con travestis que quieren violar al cartero que llama a la puerta…
Del reparto, Carmen Maura asumió el papel principal de Pepi y Félix Rotaeta interpretó al policía abusivo.
Ambos fueron fundamentales para hacer la película.
Maura ya era una actriz establecida, y se convirtió en la actriz de referencia de Almodóvar en la primera mitad de su carrera.
Bom es interpretado por Olvido Gara, entonces un cantante punk adolescente, que inspiró el personaje que interpreta.
Gara pasó a tomar el nombre artístico de Alaska; que ahora ha disfrutado de una exitosa carrera artística como cantante, primero en Alaska y Dinarama y luego con Fangoria.
Muchos actores que aparecen en papeles menores, pasaron también a interpretar papeles más importantes en las siguientes películas de Almodóvar, por ejemplo:
Kiti Manver interpreta a una cantante de rock andaluz de mal genio; Julieta Serrano y Cecilia Roth son modelos de comercial; Fabio McNamara cantante y pintor, interpreta a una travesti Avon; Cristina Sánchez Pascual aparece como una mujer barbuda de tono alto, frustrada en un matrimonio con un homosexual, en una parodia de “Cat On a Hot Tin Roof” de Tennessee Williams, así como escuchamos parte de la banda sonora de Bernard Herrmann usada en “Psycho” (1960) de Alfred Hitchcock.
También vemos a Assumpta Serna que tiene un cameo que no habla, mientras que el propio Almodóvar, como Hitchcock, aparece como el anfitrión en el concurso de Erecciones Generales.
Por último, la banda sonora incluye el famoso tema “Murciana marrana” interpretado por Alaska y escrita por Fabio McNamara, que es una combinación de otros 2:
“La Tentación” de Kaka de Luxe y “Bote de Colón” de Alaska y Los Pegamoides, siguiendo el estribillo los acordes de la segunda.
Aunque la película comienza con la canción “Do the Swim” de Little Nell, coprotagonista de la película de culto de Jim Sharman “The Rocky Horror Picture Show” (1975); y la película se cierra con una canción latinoamericana “Estaba Escrito” de la cantante chilena Monna Bell.
“Hagas lo que hagas, Ponte Bragas”
Aún en 2020, la ópera prima de Pedro Almodóvar, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón es una película que derrocha irreverencia y provocación prácticamente en cada una de sus secuencias; y pese a estar marcada por una limitación innegable en cuanto a la técnica, donde la edición de sonido es insufrible, por ejemplo; el director utiliza su rudimentario lenguaje para expresar con osadía un refrescante desprecio por las normas de la sociedad patriarcal, heterosexual y católica (¿pleonasmo?) en la que creció.
Y al analizar la representación de los géneros en las películas de Almodóvar, lo primero que se nota es el predominio de los personajes femeninos.
Sólo en Matador (1986), La ley del deseo (1987), ¡Átame! (1990), Carne trémula (1997) y Hable con ella (2002), los personajes masculinos realmente compiten por la atención del espectador; y en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, se representa la preferencia del director por los personajes femeninos, utilizando un lenguaje absolutamente coloquial, retratando el espíritu de la película con chicas modernas y originales.
Así, Almodóvar se revela como un profundo conocedor del alma femenina; y cuando muchas actrices se quejaban de la carencia de papeles femeninos, Almodóvar los mima, los recrea y revindica el papel de las mujeres en la sociedad.
En vez de describir los hombres machistas y las mujeres pasivas del pasado reaccionario, Almodóvar siempre pone en el centro de la imagen a mujeres fuertes, y deshace brutalmente a los personajes masculinos débiles.
Quizás el cambio más significativo en los valores sociales españoles, sin embargo, fue el papel de la mujer en la sociedad, que a su vez estaba relacionado con la naturaleza de la familia.
La sociedad española, durante siglos, había abrazado un código de valores morales que establecía normas estrictas de conducta sexual para las mujeres, pero no para los hombres; y restringió las oportunidades de carreras profesionales para las mujeres, pero honró su papel como esposas y madres, lo más importante; y prohibió el divorcio, la anticoncepción y el aborto, pero permitió la prostitución.
Después del regreso de la democracia, el cambio en la condición de la mujer fue dramático.
Ya durante los años de Franco, la ley española discriminaba fuertemente a las mujeres casadas; pues sin la aprobación de su esposo, conocido como “el permiso marital”, a una esposa se le prohibió realizar casi todas las actividades económicas, incluido el empleo, la propiedad de bienes o incluso viajar fuera de casa.
La ley también preveía definiciones menos estrictas de delitos como el adulterio y la deserción para los esposos que para las esposas.
Así se iniciaron reformas significativas de este sistema poco antes de la muerte de Franco; de hecho, durante los años de Franco, los matrimonios tenían que ser canónicos, es decir, llevados a cabo bajo las leyes y regulaciones católicas romanas, si incluso uno de los novios era católico, lo que significaba que todos los matrimonios en España tenían que ser sancionados por la iglesia.
Dado que la iglesia prohibió el divorcio, un matrimonio solo podría disolverse mediante el arduo procedimiento de anulación, que estaba disponible solo después de una larga serie de pasos administrativos y, por tanto era accesible solo para los relativamente ricos, y solo era aplicable si el matrimonio no era válido para empezar.
A pesar de estos importantes avances, los observadores esperaban que la obtención de la igualdad de derechos para las mujeres fuera una lucha prolongada, que se libraba en muchos frentes diferentes.
No fue hasta que decidió un caso de 1987, por ejemplo, que La Corte Suprema de España sostuvo que una víctima de violación no necesita probar que había luchado para defenderse para verificar la verdad de su acusación.
Hasta ese importante caso judicial, en general se aceptaba que una víctima de violación, a diferencia de las víctimas de otros delitos, tenía que demostrar que había presentado una “resistencia heroica” para demostrar que no había atraído al violador, ni lo había alentado de otra manera para atacarla…
Esto todavía continúa, desgraciadamente con la llamada “Manada” de Los Sanfermines…
Pero a modo general, en los últimos años, el papel de la mujer ha aumentado en gran medida en España, especialmente en política, pero también en el mercado laboral y otras áreas públicas.
Las nuevas leyes han eliminado oficialmente todo tipo de discriminación, e incluso algunos son percibidos como discriminación positiva, pero una parte conservadora de la sociedad todavía está arraigada en la cultura machista.
De todos modos, las mujeres españolas se están acercando rápidamente a sus contrapartes europeas, y las generaciones más jóvenes perciben el machismo como anticuado.
No es casual que Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón se una película digna hija de su tiempo, una película feminista porque trata de mujeres totalmente dueñas de sus destinos, que conecta con una época e intenta al menos comprender lo que se ha ganado y lo que ha quedado en una simple anécdota ocurrente.
Asimismo, valdría meditar sobre las fatales consecuencias hacia las que derivaron determinadas prácticas como el consumo de droga o la libertad sexual sin ninguna prevención…
Estas y otras cuestiones son fruto hoy de amplios estudios y debates sobre nuevos comportamientos sexuales, sentimentales y matrimoniales que el mismo Almodóvar ha venido analizando en sus filmes, pero manteniendo en gran medida la cultura kitsch, el arte, el lenguaje, la música, los comportamientos sexuales y las diversiones.
Incluso así, irrespetuoso y desenfrenado, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón contribuyó por su popularidad a la inauguración de la demanda de una mayor libertad sexual; y abrió la posibilidad de otras relaciones amorosas, sin complejos y con humor; entre tópicos exagerados, bromas y mucho kitsch, la importancia de estas imágenes y música fue tal porque tuvo una enorme incidencia en toda una generación.

“Te quiero porque eres sucia, guarra, puta y lisonjera; la más obscena de Murcia y a mi disposición entera.
Sólo pienso en ti, murciana, porque eres una marrana.
Te meto el dedo en la raja, te arreo un par de sopapos, para postre te obligo a hacerme una paja.
Soy más violenta que el GRAPO.
Sólo pienso en ti, murciana porque eres una marrana.
Te voy como anillo al dedo, conmigo tienes orgasmos.
Si en la boca te echo un pedo, me aplaudes con entusiasmo.
Me perteneces, murciana, porque a mí me da la gana”



Comentarios

Entradas populares