Dirty Dancing

“Have The Time Of Your Life!”

El sentimiento del amor es quizá el más común en el mundo del cine.
Es más, casi todas las películas de cualquier género, de una manera u otra, tocan el complicado tema del amor entre parejas.
Este género es el que nos hace soñar, nos introduce en un sueño, o en el peor de los casos una pesadilla.
Miles de directores han tratado de diversas maneras este tema.
El cine romántico lo forman todas aquellas películas en las que el argumento principal o trama gira en torno a las relaciones románticas o amorosas entre los distintos personajes de la historia, principalmente los protagonistas.
Normalmente los personajes toman sus decisiones en base a sus sentimientos más que a su razón, produciéndose algunas veces un conflicto interno.
“Dancing to the beat of their hearts”
Dirty Dancing es una película de género romántico con números de baile estrenada en 1987.
Dirigida por Emile Ardolino y protagonizada por Patrick Swayze, Jennifer Grey, Jerry Orbach, Cynthia Rhodes, Jack Weston, Jane Bruckner, entre otros.
Fue escrita en conjunto por Eleanor Bergstein y el director.
Dirty Dancing obtuvo un resonante éxito comercial y es considerada como un clásico de la década de 1980.
La historia está basada en la vida real de su guionista, así que Dirty Dancing es una especie de biopic, en donde un famoso profesor de baile y una adolescente se abrazan al ritmo de la música venciendo las dificultades familiares.
La exitosa banda sonora incluyó la canción “(I've Had) The Time Of My Life” el clásico interpretado por Bill Medley y Jennifer Warnesque fue galardonada con el Oscar como Mejor Canción del Año.
Para rematar la faena, la banda sonora de Dirty Dancing fue tan o más exitosa que la propia película e incluso sirvió para que Patrick Swayze se estrenará como cantante con su canción “She’s Like The Wind”, que todavía hoy derrite el corazón de las mujeres de medio mundo con ese ritmo de balada romanticona de factura perfecta.
Dirty Dancing se centra en los principios de la década de los 60, resalta las diferencias entre la clase trabajadora y la media-alta norteamericana, el comienzo de la ruptura de las «normas sociales» y el despertar de la libertad sexual auspiciada por una música más cálida e inspiradora.
La lucha de la protagonista por lo que es justo, que le causa varias dificultades, encarna la inocencia americana del momento, inocencia que termina cuando descubre que no siempre quien se precia de ser justo lo es.
Así las cosas Dirty Dancing gira en torno a Johnny Castle (Patrick Swayze), que es un experto profesor de baile y un amante consumado.
Frances “Baby” Houseman (Jennifer Grey) es una idealista e inocente adolescente.
Ambos coinciden en un hotel de montaña durante las vacaciones de verano:
Ella como huésped, él cómo profesor y bailarín del centro.
Cuando la joven ve al bailarín, queda prendada de él a pesar de las diferencias sociales entre ambos y se forma entre los dos una atmósfera cómplice a través del baile.
Cuando una situación comprometida le aleja de su padre, Baby y Johnny inician un camino juntos, en el que ella descubre el sexo y él el amor y la confianza.
El final de Dirty Dancing es apoteósico, cuando él la recoge de la mesa de sus padres y la saca a bailar iniciando un baile en común para todo el resto de sus vidas.
Es curioso, pero por una parte Baby, la protagonista femenina de la historia, es una revolución en los personajes femeninos de la época.
Valiente y libre de prejuicios.
Va a por lo que quiere y no tiene ningún problema en tomar la iniciativa.
Cuando le separan de su Patrick, ella le despide con una amplia sonrisa en los labios y sin perder la entereza por un solo momento.
Curiosamente ambos protagonistas no se llevaron bien durante el rodaje y eso no impidió que se viera una excelente química en la pantalla.
No obstante, señalo que Grey es una chica realmente fea, nada atractiva, y ese detalle incide en acercar, la trama de Dirty Dancing, más cerca de la realidad.
La escena final de Dirty Dancing ubica al baile como un proceso colectivo dentro del cual las diferencias individuales desaparecen.
El rock and roll como los cantos religiosos, parece que atan a la gente, uniendo a los jóvenes y a los viejos, los bailarines y su público, los blancos y los negros, los gobernantes y los gobernados, en una manifestación de celebración del “Sueño Americano” en el cual la relación entre el poder social y la desigualdad desaparecen.
También me resulta interesante ver cómo han cambiado las cosas en el ámbito de la seducción.
En Dirty Dancing los personajes se conocen, después se enamoran y finalmente consuman.
En las películas de ahora, y en la vida real, el orden de los factores ha cambiado.
Pienso que Dirty Dancing refleja la mentalidad sana de la adolescencia del año 1960, y el pudor con que se trataba los temas de pareja, su ingenuidad llevaba a los chicos y chicas a cometer imprudencias, por la poca información de los medios y dentro de la familia.
Curioso que el musical, ambientado en la América de los años 50, también se juega con diversos estilos de música, incluyendo temas de los 50, 60... y hasta de los ochenta, pasando del más puro rock and roll a todos los bailes de salón, incluyendo los latinos.
En Dirty Dancing el baile evoca la fantasía, porque pone en movimiento una relación dual, que proyecta tanto internamente hacia uno mismo, como externamente hacia el “otro”
Es decir, que el baile en su carácter de actividad de tiempo libre enlaza los deseos de uno mismo con los deseos de alguien más.
Articula la niñez y la adolescencia de la mujer con la feminidad y sexualidad adulta, y esto se logra por y a través del cuerpo.
Lo anterior es especialmente importante porque es un espacio placentero donde la mujer tiene algún control y se da cuenta de lo que está sucediendo en relación con su sensualidad física y en su propio cuerpo, al ser constantemente bombardeado con imágenes y con información de cómo debe sentir y debe ser el baile se le ofrece un escape y una expresividad sexual positiva, y vibrante.
Lo peor de Dirty Dancing es sin duda el personaje del hijo del dueño del Hotel; y lo mejor es su banda sonora.
Dirty Dancing es una historia redonda y guarda entre líneas una fuerte crítica a una sociedad hipócrita y acomodada, a los prejuicios y al derecho al aborto.
Hay que ser justo y reconocer que Dirty Dancing se convirtió en todo un icono, arrastrando a las masas y consiguiendo que Patrick Swayze se convirtiera en un sex-symbol mundial y estuviera en las carpetas de las adolescentes de todo el mundo.
Dirty Dancing cambió radicalmente las vidas de los protagonistas, pero increíblemente su éxito fue como una especie de maldición.
El recientemente fallecido Patrick Swayze apenas gozó los éxitos, pero la mayoría de sus trabajos posteriores fueron fracasos.
Quedó encasillado en el personaje, y las parodias hacia él se sumaban continuamente.
Jennifer Grey decidió cambiar su apariencia sometiéndose a una rinoplastia, pero se volvió tan irreconocible que desapareció de la faz de la tierra hollywoodense.
La productora de Dirty Dancing se declaró en bancarrota en 1990, ya que a pesar de las ganancias que le había generado sucumbió ante una serie de fracasos que la llevaron a desaparecer.
Y por último, el director, confeso gay, falleció de sida un par de años después, sin poder hacer despegar su carrera.

“She’s like the wind”



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