Nineteen Eighty-Four

“Here comes a candle to light you to bed, here comes a chopper to chop off your head!”

Los herederos de la Revolución Francesa, inglesa y norteamericana habían creído parcialmente en sus frases sobre los derechos humanos, libertad de expresión, igualdad ante la ley y demás, e incluso se dejaron influir en su conducta por algunas de ellas.
Pero este paraíso terrenal quedó desacreditado precisamente cuando podía haber sido realizado, y en el segundo cuarto del siglo XX volvieron a ponerse en práctica procedimientos que ya no es usaban desde hacía siglos:
El encarcelamiento sin proceso, empleo de prisioneros de guerra como esclavos, ejecuciones públicas, torturas para extraer confesiones, uso de rehenes y deportación de población en masa, etc.
Todo esto se hizo habitual y fue defendido por individuos considerados inteligentes y avanzados.
1984 es una novela política de ficción distópica, escrita por George Orwell entre 1947 y 1948, y publicada el 8 de junio de 1949.
La novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante “Big Brother” o Hermano Mayor, de la notoria habitación 101, de la ubicua policía del Pensamiento y de la Neolengua, adaptación del inglés en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el siguiente principio:
“Lo que no está en la lengua, no puede ser pensado”
Muchos analistas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984, sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana.
El término orwelliano se ha convertido en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas en la novela.
La novela fue un éxito en términos de ventas y se ha convertido en uno de los más influyentes libros del siglo XX.
1984 describe un mundo que se constituye tras una quimérica Revolución Socialista en el mundo de habla inglesa, con propósitos muy distintos a los representados por el pensamiento de Marx y Engels.
El planeta tierra queda dividido en tres mega-Estados:
Oceanía: donde transcurre la historia, y abarca todo el Continente Americano, las Islas Británicas, Australia, algunas de las islas del Pacífico Sur y África del Sur.
Eurasia donde impera el neobolchebismo.
Y Asia Oriental donde impera la "Adoración de la Muerte" o "Desaparición del Yo"
Estos tres Estados siempre están en guerra, el lema del Partido que ejerce el control en Oceanía “El INGSOC” o Socialismo Inglés es:
La Guerra es la Paz:
Cuyo significado invertido sería Paz es Guerra, ya que la guerra produce el miedo en los ciudadanos haciendo mucho más difícil que se rebelen por temor a la invasión del país enemigo.
La Libertad es la Esclavitud:
Invertido sería esclavitud es libertad, pues el esclavo se siente libre al no conocer otra cosa.
La Ignorancia es la Fuerza:
Cuya inversión daría como resultado fuerza es ignorancia, debido a que la ignorancia del proletariado también evita su rebelión contra el partido.
Hay un hecho que es de total trascendencia en la trama y en la visión del devenir del mundo para el autor.
Oceanía está constituida por dos grupos sociales:
El proletariado que son los marginados de la sociedad, literalmente no pertenecen.
Y los partidarios del INGSOC, ellos solo se constituyen en conjunto y su afición es la obediencia, no existe la individualidad ni lo subjetivo.
No hay conflicto entre estos dos estratos de la población, ya que no se mezclan.
Los partidarios son esbirros y obedecen a un salvador/dictador que es el Big Brother, en todos lados hay tele pantallas que observan y emiten mensajes alienantes, pertenecer implica la obediencia total, el autocontrol total, incluso, el control del pensamiento.
Cualquier desliz de este estrecho mundo de posibilidades es alta traición a los ideales del partido y es condenado con la desaparición, lo cual supone la tortura y la muerte.
El proletariado está desplazado, viven en los márgenes de las ciudades, y son el desecho de una época que no sobrevivirá más que unas cuantas generaciones.
En este nuevo orden, resulta imprescindible la imposición de una variable que posibilite el autocontrol del pensamiento, esta variable, dice Orwell, será la modificación del lenguaje, con una eliminación progresiva del vocabulario y un cambio importante tanto en la gramática como en la conformación lingüística.
La incidencia de la eliminación de la escritura, por un tecnológico dispositivo llamado “hablaescribe”, tendrá una imperante consecuencia en los procesos cognitivos así como la falta de recursos semióticos resultará aquello que termine por debilitar a una humanidad pronta a perder su característica más importante:
La capacidad de construir e intercambiar significados.
“April the 4th, 1984.
To the past, or to the future.
To an age when thought is free.
From the Age of Big Brother, from the Age of the Thought Police, from a dead man...
Greetings”
Nineteen Eighty-Four es una película de ficción distópica británica de 1984, dirigida por Michael Radford y protagonizada por John Hurt, Richard Burton, Suzanna Hamilton, Cyril Cusack, Gregor Fisher, James Walker, Andrew Wilde, Shirley Stefox y Phyllis Logan.
Está basada en la novela homónima de George Orwell.
Poco antes de morir, lo cual ocurrió en 1980, la viuda de George Orwell accedió a que la novela de su marido fuera llevado al cine.
La condición era muy clara:
Que no se utilizara ningún tipo de efecto especial futurista en su producción.
Algunas escenas fueron grabadas en el mismo día y lugar mencionados por Orwell en la novela, de acuerdo al diario del protagonista.
Para interpretar a O'Brien se escogió a Richard Burton, quien murió poco antes del estreno de Nineteen Eighty-Four y a quien fue dedicado el film.
El director y el fotógrafo Roger Deakins querían, originalmente, filmar Nineteen Eighty-Four en blanco y negro, pero los financiadores de la producción, Virgin Films, se opusieron a tal idea.
Deakins utilizaría en su lugar una técnica llamada "tratamiento de blanqueo por circunvalación", que le daría un distintivo aspecto visual.
Nineteen Eighty-Four es una desgarradora y estremecedora visión de la obra del mismo título de George Orwell sobre un hipotético mundo futuro en un estado llamado Oceanía, el cual estaría gobernado por un gobierno embustero y manipulador que somete al pueblo haciendo uso de la propaganda de su partido, la tortura y el terror a través de los medios de que dispone para seguir aferrado al poder, todo por el supuesto Big Brother al que están obligados sus habitantes a obedecer y a adorar, mediante la más absoluta ignorancia, como si de un dios se tratase.
Así sucede el Año 1984.
Winston Smith (John Hurt) vive en Oceanía, en una zona regida por un gobierno totalitario liderado por el Big Brother.
Winston Smith es un chiste histórico, ya que Winston, al escribirse la novela, era una alusión a Winston Churchill, y Smith es el más común de los apellidos anglosajones.
Smith, es un trabajador del Ministerio de la Verdad, se encarga de revisar las noticias y modificarlas para que sean publicadas.
Su vida transcurre como la de cualquier otro ciudadano, salvo por una vocación por la reflexión, lo cual no les está permitido.
Todos son vigilados constantemente a la vez que reciben mensajes sobre el desarrollo de la guerra en la que se ve inmersa Oceanía, mensajes de rebeldes que se arrepienten y claman ser ejecutados, así como mensajes del Big Brother, es famoso el lema:
“La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”
Un día Smith recibe un mensaje de una chica, Julia (Suzanna Hamilton)
Se encuentran y entablan una relación amorosa, dentro de lo que les es posible.
El régimen tiene prohibido ese tipo de relaciones entre miembros del Partido Interior, es decir entre los ciudadanos de Oceanía.
Winston durante ese período es llamado por un dirigente del Partido, el que le proporciona "secretamente" material subversivo para su lectura.
Winston siente factible la existencia de la resistencia y confía en que lo único que no podrán arrebatarle, de ser arrestado, son sus sentimientos.
En un encuentro con Julia, ambos son arrestados.
Winston es torturado, y tendrá que hacer frente a sus peores temores.
Durante el proceso tendrá que ponerse en cuestión tanto sus ideas acerca de la realidad como sus sentimientos hacia Julia.
Nineteen Eighty-Four es una inquietante representación de una civilización totalmente corrompida por un Partido que ostenta el poder absoluto y omnipotente.
Cabezas pensantes y poderosas que atisban hasta el más íntimo pensamiento ajeno, convirtiendo a las colectividades en masas adoctrinadas hasta el estremecimiento.
Su mayor gesta es conseguir que todas las personas parezcan hechas en serie.
Que sus mentes estén sometidas hasta el punto de amar el pie que las pisotea.
Es decir:
Amar al Big Brother.
John Hurt está bien escogido para interpretar al protagonista de esta terrible historia, con ese aspecto de decrepitud y apariencia de vejez que tiene.
Además de ese físico delgado y débil que representa muy bien al personaje ideado por Orwell, como un hombre que se pudre en vida en una sociedad enferma e imposible.
Richard Burton es el miembro del partido encargado de torturar y convencer a Hurt para que ame al Big Brother y elimine sus peligrosas ideas de sedición.
Suzanna Hamilton es Julia, la joven con la que Smith entabla relación y de la que se enamora.
El Big Brother por tanto, es una copia, hasta en los detalles físicos del personaje, del culto a la personalidad de Joseph Stalin.
De carácter omnipresente, Big Brother es junto con Emmanuel Goldstein el fundador del Partido, que todo lo controla.
Su existencia es enigmática, pues nunca llega a aparecer en persona ni a decirse su nombre real, pudiéndose tratar simplemente de una invención por parte del Partido para ser utilizada como arma propagandística e infundir a la población confianza a la vez que temor y respeto.
El omnipresente Big Brother, cuya existencia es innegable y al mismo tiempo incomprobable, la policía de la mente, la neolengua o creación-imposición de un lenguaje fuera del cual nada puede ser pensado, el temido crimen mental o crimental, la existencia de cuatro ministerios: el del amor, el de la paz, el de la abundancia y el de la verdad, son los mecanismos que permiten el control sobre los sujetos, quienes no conocen la intimidad ni el libre pensamiento y tienen prohibido el placer sexual.
Así las cosas, Winston Smith forma parte de un grupo que se opone a dicho estado de cosas, pero será Big Brother quien resulte finalmente triunfador.
Uno de los lugares destacados lo cumple el citado Ministerio de la Verdad, en el que Smith trabaja, y que se encarga de reescribir la historia, utilizando para ello los medios de comunicación.
Esto último cumple un papel fundamental, ya que, como se sostiene en la novela:
“Quien controla el pasado controla el futuro; quien controla el presente controla el pasado”
Mediante su magma de significaciones, la sociedad intenta plasmar modos de representar, de sentir, hay afectos que son patognomónicos de determinada sociedad o agrupamiento, como la fe cristiana o la pasión revolucionaria, de actuar y también de reprimir.
Nineteen Eighty-Four no es tan sólo una película con tintes políticos que se inspira con tendencias claras a las ideologías extremistas de lo que fueron el nazismo y el comunismo durante el Siglo XX, también es la dramática historia de un hombre que lucha y sobrevive día a día a la sombra del poder de los que depende por su individualidad en un mundo devastado, y a riesgo de que algún día pueda ser descubierto y condenado por su insignificante delito.
A pesar de que Nineteen Eighty-Four es bastante fiel, hay cosas que se saltan:
No hablan de la mujer de Winston.
No explican que Goldstein es el líder que quiere derrocar al Big Brother.
No introducen bien la figura de O´Brien.
El "libro" no se lo da O´Brien a Winston sino un desconocido por la calle, diciendo: “Perdón, se le ha caído la cartera”, y dando a Winston otra cartera con el "libro" y ni mucho menos está "escondido" bajo un diccionario de neolengua.
¿Qué es la neolengua?
No lo explican ni te dicen que con ella se proponen quitar el lenguaje tradicional.
No explican que las sesiones que parecen de cine, no son de cine, sino los 2 minutos de odio.
No te explican que el mundo está dividido en Oceanía, Eurasia y Asia Oriental.
Se saltan la conversación que tiene Winston con el viejo proletario.
No te explican cómo está dividida la sociedad:
Partido Interior, Partido Exterior, Ejército y Proletarios.
Si no te has leído el libro, no sabes dónde y en qué trabaja Winston, en el Ministerio de la Abundancia, y su labor es cambiar las noticias que puedan alterar el orden público.
Tampoco te dicen dónde trabaja Julia.
No te explican quién es un “crimental”, quién es la Policía del Pensamiento...
No te sitúan en la estructura laboral de la sociedad, ni te nombran los ministerios por los que está compuesta:
Ministerio de la Abundancia, Ministerio del Amor...
Se saltan toda la estancia que Winston tiene en la celda.
No te dan a entender la admiración que Winston tiene hacia O´Brien.
Winston firma muchas hojas que lo acusan de:
Ladrón, violador, y un largo etcétera... eso, no sale.
La escena repetida de la habitación 101 que se abre hacia un claro bosque, ni sale en el libro ni se da a conocer qué significado tiene en Nineteen Eighty-Four...
A duras penas, Nineteen Eighty-Four presenta un final mal interpretado:
En el libro, Winston acaba amando al Big Brother pero también acaba asesinado por el partido interior, en Nineteen Eighty-Four, sólo lo acaba amando.
No obstante, estamos pues ante una obra de importante trascendencia literaria, todo un clásico del género dramático y de ciencia-ficción, pero más que ciencia se podría definir como política-ficción en base a la referencia al hipotético futuro que se nos cuenta.
Por derecho, esta adaptación debe pasar con honores a la historia del séptimo arte como una de las grandes películas del género fantástico.
Los actuales medios masivos de comunicación, y sobre todo, los televisivos y las múltiples pantallas que nos rodean, forman parte de los objetos que nuestra sociedad ha creado para la sublimación del mundo pulsional, y también son transmisores de modelos identificatorios.
Las significaciones imaginarias sociales, que dictan lo que la realidad es, han hallado un modo sumamente eficaz de propagación mediante las imágenes visuales.

“If you want a vision of the future, Winston, imagine a boot stamping on a human face forever”


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