Prayers For Bobby

“Before you echo "amen" in your home and place of worship, think.
Think and remember, a child is listening”

La mente abierta o pensamiento crítico, es una gran fortaleza psicológica que nos permite enfrentarnos a situaciones novedosas de manera efectiva, vivir con plenitud y aprender continuamente de lo que nos rodea.
Definamos en primer lugar esta fortaleza psicológica.
La mente abierta consiste en afrontar una nueva situación de manera flexible, evaluar por igual todos los puntos de vista, sobre todo aquellos puntos de vista distintos al nuestro, y reconocer nuestros propios límites al analizar la situación:
Distorsiones ideológicas, autoengaños, sesgos naturales o conocimiento limitado de la situación.
Una mente abierta nos permite probar y enfrentarnos a nuevas experiencias, aprender de nuestros errores y puntos débiles, y trabajar de manera productiva con aquellos diferentes a nosotros.
Una fortaleza que nos vuelve más eficientes en nuestras decisiones; está comprobado que aquellas personas de mente abierta toman mejores decisiones porque evitan conclusiones precipitadas y están dispuestos a cambiar sus mentes una vez asumida la evidencia, y que nos permite crecer como personas.
Dos piezas básicas en una buena interacción, es la paciencia y la tolerancia.
La paciencia se compone de fortalezas como la persistencia, el autocontrol y la mente abierta, mientras que la tolerancia se compone de mente abierta y justicia.
¿Cómo se podía construir una relación equilibrada si ya desde el principio faltaba una pieza fundamental?
En el transcurso de la vida, los seres humanos siempre nos vamos a encontrar con nuevas experiencias y situaciones conflictivas, y tan solo podremos hacerles frente descubriendo deficiencias en nuestros planteamientos, analizando nuevos puntos de vista y trabajando de manera productiva con aquellos que puedan pensar de manera diferente.
Por eso la mente abierta es esencial para vivir una vida plena y por eso también la psicología positiva propone la mente abierta como fortaleza psicológica, porque nos permite vivir nuestra vida de la manera más efectiva y plena, creciendo constantemente como personas y dentro de un equilibrio emocional, ocurra lo que nos ocurra y seamos quien seamos.
¿Por qué odian a una persona por su condición sexual?
¿Eso influye de alguna manera en la bondad o maldad de alguien?
¿Dios no dice amar a todos por igual?
¿Dios no dice que debemos amar al prójimo?
Las personas homosexuales tienen derecho a ser felices, a sentirse orgullosos de ellos, a caminar de la mano en la calle sin que nadie se de vuelta a mirarlos, a besarse en la calle sin tener miradas y susurros por todos lados, a vivir, a rezar, a amar, tienen derecho a protestar por ellos y sus derechos, a reclamar igualdad.
Investigadores han hallado que el suicidio entre jóvenes lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y aquellos que no están seguros de su sexualidad (LGBTQ) es comparativamente más alto que entre la población general, principalmente debido a la cultura heterocéntrica y la homofobia institucionalizada, incluyendo el uso de la población LGBT como una cuña política en el esfuerzo por paralizar la legalización del matrimonio homosexual.
La depresión y el uso de drogas entre la población LGBT se han visto aumentar significativamente tras la aprobación de leyes que discriminan a homosexuales.
La homofobia institucionalizada e internalizada también puede llevar a los jóvenes LGBT a no aceptarse y tener conflictos internos profundos sobre su orientación sexual.
Los jóvenes LGBT también son expulsados del seno familiar con relativa frecuencia a una edad temprana, tras salir del armario.
De hecho, la homofobia, independientemente de cómo se haya llegado a ella, puede ser el origen del acoso escolar.
El acoso no tiene porqué ser físico, sino que puede ser emocional, viral, sexual o racial.
El acoso físico suele consistir en patadas o puñetazos, mientras que el “acoso emocional” consiste en insultos, creación de rumores y otros tipos de abuso verbal.
El “abuso viral” o “ciberacoso” incluye el envío de textos o mensajes del tipo anterior en las redes sociales como Facebook, Twitter u otras de comunicación.
El “acoso sexual” también suele consistir en tocamientos, gestos y chistes obscenos; finalmente el “acoso racial” está relacionado con los estereotipos y la discriminación.
“Parents, Families, And Friends Of Lesbians And Gays” (PFLAG) es una organización de familiares y amigos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, (LGBT), fundada en 1972 en Nueva York.
De acuerdo con su carta fundacional los objetivos de PFLAG son:
“Promover la salud y el bienestar de las personas LGBT, sus familias y amigos por medio del apoyo, para enfrentarse a una sociedad adversa; la educación, al público desinformado; y la defensa, para acabar con la discriminación y asegurar la igualdad de derechos civiles”
“I will not have a gay son”
Prayers For Bobby es una desconocida y humilde producción que salió directamente para TV en el año 2009, dirigida por Russell Mulcahy.
Protagonizada por Sigourney Weaver, Ryan Kelley, Austin Nichols, Carly Schroeder, Henry Czerny, Scott Bailey, Rebecca Louise Miller, Susan Ruttan, Lee Garlington y Dan Butler.
El guión es de Katie Ford basada en la novela “Prayers For Bobby: A Mother's Coming To Terms With The Suicide Of Her Gay Son De Leroy” de "Roy" F. Aarons, que a su vez se basa en una historia real ocurrida en los años setenta.
Aarons (1933 – 2004) es el fundador de la Asociación Estadounidense de Periodistas Gays y Lesbianas (NLGJA) y fue conocido por haber cubierto los eventos más relevantes de los años 60s y 70s como los asesinatos de Martin Luther King Jr. y Robert F. Kennedy, así como disturbios urbanos y escándalos gubernamentales como “Watergate” y haber ayudado al Washington Post cumpliendo un papel importante dentro de este caso.
Bobby Griffith era un chico adolescente gay que se suicidó a causa de la intolerancia religiosa de su madre y de la comunidad.
Después del trágico evento su madre comprende la homosexualidad de su hijo y empieza a luchar por la causa.
Pocas películas pueden ayudar a los padres a entender los conflictos que sufren sus hijos adolescentes al afrontar su homosexualidad, y Prayers For Bobby cumple esa función.
Una historia real que para países occidentales donde la religión ha quedado apartada, pues puede resultar lejano, pero no la falta de entendimiento de los padres sobre un tema como éste consigue hacer el tema más universal.
Prayers For Bobby solo dejará frío a alguien que sea de piedra.
Cualquier ser humano mínimamente sensible no podrá distanciarse de la intensidad y profundidad del drama que nos presenta.
Prayers For Bobby tiene un equilibrio notable, incluso cuando se vuelve altamente emotiva.
Tal vez no alcanza a desarrollar con suficiente solidez el proceso que lleva al joven protagonista al límite donde llega, pero eso no impide que entendamos, al menos en lo esencial, el porqué de su clímax trágico.
Otro punto importante es, el de los sacerdotes, quienes tenían diferentes formas de interpretar La Biblia:
Unos cerrados en sus ideas como la madre, y otro que entendía el sufrimiento del prójimo.
Así las cosas, Prayers For Bobby gira en torno a Mary Griffith (Sigourney Weaver), ella es una cristiana devota, que cría a sus hijos con las enseñanzas conservadoras de la Iglesia Presbiteriana.
Sin embargo, cuando su hijo Bobby (Ryan Jonathan Kelley) le confiesa a su hermano mayor Edward "Ed" (Austin Nichols) que puede ser gay, la vida cambia para toda la familia después de que Mary se entera de su secreto.
Robert, el padre de Bobby, (Henry Czerny) su hermano y hermanas Joy (Carly Schroeder) y Nancy (Shannon Eagen) poco a poco empiezan a aceptar su homosexualidad, pero Mary cree que Dios puede "curarlo"
Ella lleva a Bobby a un psiquiatra y convence a Bobby a orar más y buscar consuelo en las actividades de la Iglesia en esperanza de que él pueda cambiar.
Desesperado para que su madre lo acepte, Bobby hace lo que se pide de él, pero a pesar de todo, la desaprobación de la Iglesia de la homosexualidad le hace crecer cada vez más retraído y deprimido.
Afectado por la culpa, Bobby se muda temporalmente con su prima Jeanette (Rebecca Louise Miller), con la esperanza de que algún día, su madre lo acepte.
Se traslada a Oregón renunciando a sus esperanzas de derrotar a su homosexualidad.
Él encuentra un novio, David (Scott Bailey), en un bar gay.
Su depresión posterior y auto-odio se intensifica a medida que se culpa por no ser el hijo "perfecto" y toma un clímax luego de ver a su novio en compañía de otro chico.
En un momento de depresión salta de un puente de una autopista muriendo instantáneamente.
Frente a la tragedia, Mary comienza a cuestionarse a sí misma y la interpretación de su iglesia de La Biblia.
A través de su largo viaje emocional, Mary lentamente se dirige a la comunidad gay y descubre un apoyo inesperado de una fuente muy poco probable.
Ella conoce al reverendo Whitsell (Dan Butler), que la convence para asistir a una reunión de Padres, Familiares y Amigos de Lesbianas y Gays (PFLAG)
Es allí donde se da cuenta de que ella sabía que Bobby era diferente desde la concepción, y que Dios no lo sanó porque no había nada malo con él.
Mary se convierte en una defensora de los derechos de los homosexuales y, finalmente, da un discurso en una reunión del consistorio de la ciudad en apoyo de un día festivo local para celebrar a los homosexuales.
Mary incita a la gente a pensar antes de hablar y a rechazar la homofobia:
"Un niño está escuchando"
La medida es rechazada, pero junto a su familia viaja a San Francisco y con miembros de la PFLAG participan en un desfile del orgullo gay, durante el cual se ve a otro joven parecido que Bobby.
Mary se acerca y lo abraza, finalmente, acepta la muerte de su hijo y se compromete a trabajar arduamente por los derechos de gays y lesbianas.
Ese es un final excelente, es la mejor escena, cuando la madre cree ver a su hijo en el desfile, abrazando a un joven desconocido.
“I know now why God didn't heal Bobby.
He didn't heal him because there was nothing wrong with him”
¿Cómo siendo que “Dios es amor”, sin adjetivos según San Pablo, no se quiere a un homosexual?
Habrán sido muchos los que como Bobby se hayan quitado la vida ante el sufrimiento que representa ser rechazado por homosexual.
¡Y que la Iglesia Católica oficialmente siga rechazando a los homosexuales!
A lo sumo los considera enfermos dignos de compasión, pero no de amor.
Todos esos sentimientos los provoca la madre en Prayers For Bobby, creyente ella hasta la médula y conocedora al dedillo de La Biblia e interpretada de una forma magistral por Sigourney Weaver.
Bobby está interpretado por un actor joven pero dándole mucha sutileza al personaje, y de tal manera, que a mi si me hace creíble que llegue al suicidio porque en la interpretación de Ryan Kelley se trasluce el sufrimiento interior y la impotencia para enfrentarse a su madre.
Sin embargo el papelón dramático lo lleva Sigourney Weaver, que pedazo de actriz, una interpretación exquisita, sin errores y el reparto del reparto queda aplacado por la enorme actriz, la cual brinda todo un festival interpretativo, de esos que, aunque lo emotivo de la trama no te llegue, su actuación se encarga de ponerte los pelos como escarpias.
Sigourney Weaver encarna tan bien a Mary Griffith, que nos vemos totalmente afectados por la emocionalidad de su actuación, el papel es tan real y creíble, que es fácil sentir parte de sus dudas, de su dolor, de su incertidumbre.
Muchos nos sentimos como ella, muchos buscamos respuesta a las cosas que vemos y sentimos, cosas que nuestros conocimientos y creencias que sostenemos en ese momento, no pueden explicar, o no lo contemplan.
Están tan bien cuidados y pensados los procesos por los cuales pasan todos los personajes, nada parece abrupto, no hay nada de relleno, Prayers For Bobby es simplemente perfecta, muy didáctica.
“I think there's something wrong with me”
¿Por qué hay homosexuales?
Teóricamente, todos somos hechos a imagen y semejanza de Dios, entonces Dios no tiene problema con los homosexuales.
“Dios no acepta a las lesbianas y gays” me dicen, pero a mí siempre me enseñaron que a los ojos de Dios, somos todos iguales…
Existen otros ignorantes que afirman que la homosexualidad se elige.
¿En serio piensan que un chico va a elegir su condición sexual, sabiendo el hostigamiento que reciben día a día los gays?
¿En serio piensan que ellos elegirían ser algo que la sociedad rechaza y odia profundamente?
¿Creen que Bobby decidió ser gay a pesar de que su familia los odiara y pensara que debían ser asesinados?
Abran sus mentes un poco…
Después de ver Prayers For Bobby es imposible ser la misma persona...
Prayers For Bobby apunta al corazón, te hace sonreír, te hace angustiar te hace dudar, te da respuestas y te da preguntas.
Esto es todo lo que una película debería transmitirnos.
Prayers For Bobby destaca especialmente la idea de producir intenso dolor mediante el amor que sentimos por seres queridos y cómo, con esa misma energía, enfocada de modos distintos, se pueden lograr resultados sorprendentes, alcanzar límites personales inimaginables e incluso, atravesar puntos de no retorno.
Personalmente, me resultan inquietantes las escenas en como unos meros “post-its” llevan al traste con la estabilidad y el equilibrio personal propios del protagonista.
Prayers For Bobby, o cuando dioses y monstruos comparten hogar, aseo, desayuno…
A mi juicio, independientemente de lo identificado o no que se sienta cada uno con lo que aquí se nos cuenta, bien en cuanto a identidad sexual, bien en cuanto a sentimientos de soledad, incomprensión, o cualquier otro tipo de alineamiento, estamos ante un emotivo y duro alegato contra la intolerancia y sus posibles consecuencias.
Prayers For Bobby no se centra mucho en relaciones amorosas entre parejas gay, más bien es un análisis profundo sobre una familia católica y conservadora, donde uno de sus integrantes acepta su homosexualidad.
Ya desde el comienzo, Prayers For Bobby nos plantea que no va a hacer algo fácil de procesar.
Todas las técnicas cinematográficas para sensibilizarte son utilizadas en una historia que nos da a entender que hay momentos en los que tenemos que bajar nuestro ego e ignorancia y escuchar a los demás.
Prayers For Bobby toca temas polémicos como el fanatismo en la religión y como repercute con la aceptación a la homosexualidad.
La propia identidad en lucha contra lo que a nosotros nos parece correcto.
¿Qué más movilizador que todos estos puntos?
Todos las personas tenemos que comprendernos, tanto a nosotros mismos como a los demás, pues esa comprensión y el respetarnos unos a otros nos hace más humanos, dignos y mejores.
Siempre tenemos que ponernos en el lugar de los demás y no dejar que nuestro orgullo o nuestro miedo nos cieguen, y no nos permitan ver que somos iguales y que tenemos el mismo derecho a vivir nuestra propia vida y a ser libres y felices.
Estamos aquí para realizarnos como personas, y alcanzar nuestras propias metas y todos tenemos derecho a ello, seamos de la raza que seamos, hablemos el idioma que hablemos, o nos atraigan personas de un sexo o de otro.
Así es como deberían ser las cosas, pero en la sociedad en que vivimos, y aún más antes, si alguna persona se sale de lo que se considera "normal" solo porque él o ella es así, otras personas puede que lo rechacen y lo tachen de raro sólo porque es distinto a ellos, algo que es aún más común cuando se trata de cuestiones como la homosexualidad y está la religión por medio.
Y yo me pregunto:
¿No podemos todos ser queridos y querer a una persona indiferentemente de que uno sea homosexual o heterosexual?
Porque el amor siempre es igual, significa los mismos sentimientos y las mismas emociones tanto si se es de una manera o de otra.

“To all the Bobbys and Janes out there, I say these words to you as I would my own precious children:
Please don't give up hope on life, or yourselves.
You're very special to me, and I'm working very hard to make this life a better and safer place for you to live in.
Promise me you'll keep trying.
Bobby gave up on love; I hope you won't.
You are always in my thoughts”



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