Bem Casados
“Você se sentir como uma cigarra, meu filho?”
¡Para ser feliz, hay que vivir solo!
Esto da a entender un gran número de revistas y programas de televisión; y visto el número de divorcios, llegamos a la conclusión de que la pareja no está en su mejor momento; pero cuidado, al igual que existen muchos solteros felices, hay otros que buscan con todas sus fuerzas conocer a alguien.
Siempre se comenta que hay personas, especialmente hombres, que le temen al matrimonio; sin embargo, hay otros individuos que, por el contrario, sufren con la idea de quedarse solteros, sentimiento que puede transformarse en una enfermedad denominada “Anuptafobia”, la cual puede generar angustia y frustración.
“Anuptafobia” es el nombre asignado al miedo a la soltería; y es que así como existe el miedo al matrimonio, también está presente el otro extremo, en el que muchas personas hacen de todo, con tal de tener una pareja.
Quien padece de “Anuptafobia” es una persona dependiente de la opinión social, tímida, o con dificultades para establecer relaciones de pareja, centrada más en otras tareas como el trabajo, para compensar aspectos no desarrollados de su personalidad.
El miedo a la soltería, es cada vez más frecuente, y se observa más en las mujeres que rebasan los 30; víctimas de la presión social y de las críticas de su familia y amigos, algunas personas desarrollan temor a la soledad, lo que las lleva a aceptar relaciones infelices, y a tomar decisiones precipitadas que afectan su vida, en lugar de mejorarla.
En muchas mujeres, el miedo a quedar sin pareja aumenta debido a la cuenta regresiva de su reloj biológico, que les avisa que el tiempo que les queda para ser madres, es cada vez menos.
Definitivamente, la soltería no es el problema en ninguno de los casos.
El problema radica, cuando la persona concibe a la soltería como un fracaso, sin pensar que el matrimonio sólo es uno de los diferentes caminos para ser feliz, no el único.
“Como você quer seu casamento?”
Bem Casados es una comedia brasileña del año 2015, dirigida por Aluízio Abranches.
Protagonizada por Alexandre Borges, Camila Morgado, Bianca Comparato, Fernando São Thiago, Luiza Mariani, Christine Fernandes, Rosi Campos, Letícia Lima, João Gabriel Vasconcellos, entre otros.
El guión es de Fernando São Thiago, y es una comedia romántica madura, tanto en la forma como en el contenido, en la medida en que tenemos un par de protagonistas en sus 40-50 años.
Bem Casados se filmó en Río de Janeiro, Brasil; y sigue a Heitor (Alexandre Borges), un soltero “bon vivant”, que desperdició toda la herencia con viajes, fiestas, mujeres, y ahora graba bodas de lujo para ganarse la vida, junto con su brazo derecho, Alice (Bianca Comparato), en una empresa modesta, pero eficiente y proactiva; pero ambos se meten en problemas, cuando conocen a Penelope (Camila Morgado), una mujer desesperada para detener la boda de su amante Jaquinho (João Gabriel Vasconcellos) con Bruninha (Luiza Mariani)
La idea saludable de la creación de una compleja red de personajes con personalidades, temperamentos e intereses, totalmente contrapuestos entre sí, en situaciones que parecen más como un barril de pólvora a punto de explotar; habla mucho de las mujeres que son capaces de cualquier cosa para conseguir lo que quieren, cuando están decididas a hacerlo.
Otro aspecto que se desarrolla, es la crisis de la mediana edad.
Y para unir las 2 cosas, tenemos Bem Casados.
“Digamos que você está feliz, mas se o seu casamento dure mais do que o seu vai cortar o seu pescoço”
Dirigida por Aluízio Abranches, Bem Casados es otra de esas comedias que se basan en agradar al público con una narrativa llena de altibajos, con buenas actuaciones, y un tono divertido sin caer en el absurdo.
Aquí, la risa se basa en situaciones propias, y no en chistes forzados, que aparecen siempre en el intento de conseguir una risa fuera de tiempo.
Afortunadamente, Bem Casados hace libertinaje narrativo, y no trata de ser agresivo, ni cansado.
Los actores principales:
Alexandre Borges y Camila Morgado, tienen una buena química y relación en el momento de la transmisión de los conflictos experimentados por sus personajes.
Sin embargo, no se trata de eso:
La trama se cierra rápidamente con el matrimonio en cuestión, y pasa a centrarse en la relación entre la pareja de Heitor y Penelope.
Aunque el cambio es positivo para resaltar mejor los protagonistas, especialmente Morgado, este corte en la mitad de la trama es confuso, y poco desdeñoso con toda la producción de material de “marketing”, que insiste en el enfoque en la ceremonia y de la pareja que se va a casar, que al final, es abandonada por el guión.
A partir de este cambio, Penelope es el personaje que realmente se destaca en la pantalla.
A pesar de mostrar actitud, su carácter es inseguro, y en última instancia, ella es la que sueña con tener una relación estable.
Dicha personalidad, se adapta muy bien con Heitor, que siempre está buscando una novia, pero no puede permanecer mucho tiempo con nadie…
El personaje de Alexandre Borges, es un tipo que pasó la mayor parte de su vida como un “bon vivant”, que se gastó la fortuna familiar en viajes, fiestas y mujeres... y hoy, a los 45 años, es dueño de una empresa de producción de filmar fiestas de boda, pero nunca renunció a la idea de casarse; mientras vive la crisis de la mediana edad, que lucha contra el tiempo para encontrar su alma gemela.
Por su parte, Penelope es una mujer sensual y misteriosa, detrás de un discurso de espíritu libre, que esconde muchas inseguridades y mucha paranoia; inteligente, pies lo utiliza para conseguir lo que quiere, pues ella está decidida a poner fin a la ceremonia de matrimonio de su ex novio.
La actriz, por cierto, es la mayor virtud de Bem Casado:
Con un estilo entre Audrey Hepburn en “Breakfast at Tiffany's” (1961) y Jennifer Lawrence en “Silver Linings Playbook” (2012), Morgado crea empatía con el público para llevar los matices de una mujer nerviosa, de actitudes poco convencionales.
Especialmente en la escena en la que ella empieza a discutir con una niña durante la fiesta de boda que quieren sabotear…
Además de ellos, son parte activa otras mujeres, como Bianca Comparato, Luiza Mariani y Christine Fernandes; mientras los hombres están muy relegados en los hombros de Alexandre Borges; pues no se indaga mucho en la vida y sentimientos de Fernando São Thiago, que en un momento da la impresión de alguna bisexualidad, y mucho menos en João Gabriel Vasconcellos, quien es el “macguffin”, el cual nunca se entera de la cercanía de Penelope, ni de su relación con ella, ni nada… queda en cero.
Incluso con algunas cualidades, por desgracia, Bem Casados tropieza en puntos importantes.
Además de tener varios clichés, la historia se desliza en caracteres sobrantes.
La sensación es que todos los implicados en la trama, incluso con pequeñas subtramas, necesitan robar el show en algún momento.
Además de adoptar un lenguaje más adecuado para el formato de cine, que es muy poco, y relegado a ciertas tomas, como en la hermosa escena en la que Heitor enseña Penelope como filmar un rodaje, sobre todo con una hermosa luz de fondo… el tipo de humor de Bem Casados no es la comedia física sin sentido.
La risa se basa en situaciones, y no en chistes, pero estos son a modos de viñetas, que se presentan inclusive algo forzados para impulsar la trama hacia adelante.
Una pena que este tipo de personajes carismáticos, pierdan espacio en la pantalla para las subtramas que no terminan en nada, como el mismo matrimonio de recién casados, por ejemplo.
No obstante, Bem Casados posee además, elementos de la vida cotidiana actualizada a la medida, como es la necesidad de una “nueva pareja”, en tiempos del yoga, los pilates, el psicoanálisis, “Instagram” y todo esto; y sólo entonces, preocuparse de sí habrá una pareja a su lado, para disfrutar de las imágenes en internet.
Curioso es que a pesar de deslizamiento en defensa del feminismo, cuando Penelope le dice al personaje de Bianca Comparato, que ella “necesita un hombre”, se queda ahí y no da más juego para el asunto, que se prestaba y mucho.
En definitiva, sin grandes pretensiones, Bem Casados acaba de ser agradable gracias a las buenas actuaciones de los protagonistas, y trata de salir de la forma habitual de llevar una luz a una historia relajada sobe el paso de los años, la crisis de los 40, la soltería, la fidelidad y el amor.
“Hoje temos um dia especial para nós”
¿Casarse a los 40?
Difícil, pero no imposible…
Tanto los hombres como las mujeres tienen la ilusión de encontrar su media naranja; pero después de los 40 años, ellas son las más perjudicadas al momento de formalizar una relación, y soñar con llegar al altar.
¿Por qué?
¿Cómo revertir la tendencia?
Las mujeres maduras son muy activas, les gusta salir y viajar; pero nunca pierden la esperanza de tener un caballero con quien ir a cenar, tener una cita romántica y, por qué no, tener sexo.
¿Y qué pasa con los hombres?
Ellos desisten de tener una pareja, porque privilegian su tranquilidad personal, y ven a las mujeres como una amenaza que les puede quitar esa sensación de “paz interior”
Cuando son exitosos, como tienen sus temas domésticos muy bien organizados, no necesitan una mujer en casa, y sólo buscan a una cuando la requieren por algún tema puntual…
Por tanto, las mujeres adultas tienen menos posibilidades de concretar una vida en pareja porque:
Estadísticamente hablando, las mujeres son mayoría; y muchas veces están en una mejor posición económica en relación con los hombres.
Mientras ellos las quieren más jóvenes; los hombres son muy exigentes en relación a lo físico, lo que para la mujer no es un valor tan importante al momento de buscar una pareja.
Al ser ellas mismas pro-activas, necesitan hombres decididos; y ellos lo son cada vez menos.
Los hombres, están concentrados en sí mismos, y no registran al otro; mientras ellas se encuentran con hombres cada vez más narcisistas.
Ellos no quieren casarse:
Sólo quieren “estar bien”, disfrutar de a 2, tener salidas, y volver a su casa, donde pueden seguir haciendo sus cosas, sin tener que compartir nada y, menos aún, relegar algo de lo propio en bien de la pareja.
Entonces, cómo formar una pareja:
Según los especialistas, lo primero que hay que hacer, es desear la pareja, y estar preparados para eso.
El pensamiento positivo es fundamental; buscar sinceridad en el encuentro, plantear objetivos muy claramente, sin temor a que el otro huya.
Comunicarse, hablar e intentar conocer al otro con sinceridad.
Solucionar antes los problemas que tuviste con tu pareja anterior; antes de iniciar la nueva relación, conviene estar bien, armónico y centrado.
Por eso, no hace mal estar un tiempo solos.
Estar abiertos, atentos, despiertos al mundo que los rodea:
La pareja “óptima”, puede estar a la vuelta de la esquina, y no lo vas a encontrar cerrando puertas.
Todos tenemos muchas posibilidades:
Ir a agencias y consultoras matrimoniales, donde van las personas que desean establecer un vínculo duradero.
No sentirse mal por recurrir a un lugar de esas características; en última instancia, lo que todos desean allí, es encontrar una pareja auténtica.
Respecto a los bailes, “after office”, chat e internet, no pensar que, porque hay personas del sexo opuesto, tienen intenciones de formar una pareja estable…
También a través de la familia, amigos, en el trabajo, clubes, actividades, y redes sociales se puede conocer gente.
Ampliar el espectro dentro del perfil de búsqueda, y no cerrarse a conocer gente únicamente si están dentro de las características que “pensamos” que son apropiados para nosotros.
Pero tampoco entrar en relaciones en las cuales ya sabes de antemano, que no es la persona indicada, sólo porque tienes “hambre de piel”
Si es así, saber que no va a ser la persona con la cual vas a poder armar un proyecto y, por tanto, tampoco después tendría que haber lágrimas.
“El impacto” que sentís al conocer a alguien, no lo es todo, a veces te lleva a relaciones que no te satisfacen en otros planos.
Buscar el amor, que es mucho más que una muy buena relación sexual, implica el darse, entregarse, el compañerismo, la generosidad, la tolerancia, la ilusión, la comprensión, etc.
Con estas actitudes, estarás en mejores condiciones de vincularte, que si te acomodas simplemente al otro, porque en algún momento vas a querer ser vos mismo.
“Não temos a mesma vida”
¡Para ser feliz, hay que vivir solo!
Esto da a entender un gran número de revistas y programas de televisión; y visto el número de divorcios, llegamos a la conclusión de que la pareja no está en su mejor momento; pero cuidado, al igual que existen muchos solteros felices, hay otros que buscan con todas sus fuerzas conocer a alguien.
Siempre se comenta que hay personas, especialmente hombres, que le temen al matrimonio; sin embargo, hay otros individuos que, por el contrario, sufren con la idea de quedarse solteros, sentimiento que puede transformarse en una enfermedad denominada “Anuptafobia”, la cual puede generar angustia y frustración.
“Anuptafobia” es el nombre asignado al miedo a la soltería; y es que así como existe el miedo al matrimonio, también está presente el otro extremo, en el que muchas personas hacen de todo, con tal de tener una pareja.
Quien padece de “Anuptafobia” es una persona dependiente de la opinión social, tímida, o con dificultades para establecer relaciones de pareja, centrada más en otras tareas como el trabajo, para compensar aspectos no desarrollados de su personalidad.
El miedo a la soltería, es cada vez más frecuente, y se observa más en las mujeres que rebasan los 30; víctimas de la presión social y de las críticas de su familia y amigos, algunas personas desarrollan temor a la soledad, lo que las lleva a aceptar relaciones infelices, y a tomar decisiones precipitadas que afectan su vida, en lugar de mejorarla.
En muchas mujeres, el miedo a quedar sin pareja aumenta debido a la cuenta regresiva de su reloj biológico, que les avisa que el tiempo que les queda para ser madres, es cada vez menos.
Definitivamente, la soltería no es el problema en ninguno de los casos.
El problema radica, cuando la persona concibe a la soltería como un fracaso, sin pensar que el matrimonio sólo es uno de los diferentes caminos para ser feliz, no el único.
“Como você quer seu casamento?”
Bem Casados es una comedia brasileña del año 2015, dirigida por Aluízio Abranches.
Protagonizada por Alexandre Borges, Camila Morgado, Bianca Comparato, Fernando São Thiago, Luiza Mariani, Christine Fernandes, Rosi Campos, Letícia Lima, João Gabriel Vasconcellos, entre otros.
El guión es de Fernando São Thiago, y es una comedia romántica madura, tanto en la forma como en el contenido, en la medida en que tenemos un par de protagonistas en sus 40-50 años.
Bem Casados se filmó en Río de Janeiro, Brasil; y sigue a Heitor (Alexandre Borges), un soltero “bon vivant”, que desperdició toda la herencia con viajes, fiestas, mujeres, y ahora graba bodas de lujo para ganarse la vida, junto con su brazo derecho, Alice (Bianca Comparato), en una empresa modesta, pero eficiente y proactiva; pero ambos se meten en problemas, cuando conocen a Penelope (Camila Morgado), una mujer desesperada para detener la boda de su amante Jaquinho (João Gabriel Vasconcellos) con Bruninha (Luiza Mariani)
La idea saludable de la creación de una compleja red de personajes con personalidades, temperamentos e intereses, totalmente contrapuestos entre sí, en situaciones que parecen más como un barril de pólvora a punto de explotar; habla mucho de las mujeres que son capaces de cualquier cosa para conseguir lo que quieren, cuando están decididas a hacerlo.
Otro aspecto que se desarrolla, es la crisis de la mediana edad.
Y para unir las 2 cosas, tenemos Bem Casados.
“Digamos que você está feliz, mas se o seu casamento dure mais do que o seu vai cortar o seu pescoço”
Dirigida por Aluízio Abranches, Bem Casados es otra de esas comedias que se basan en agradar al público con una narrativa llena de altibajos, con buenas actuaciones, y un tono divertido sin caer en el absurdo.
Aquí, la risa se basa en situaciones propias, y no en chistes forzados, que aparecen siempre en el intento de conseguir una risa fuera de tiempo.
Afortunadamente, Bem Casados hace libertinaje narrativo, y no trata de ser agresivo, ni cansado.
Los actores principales:
Alexandre Borges y Camila Morgado, tienen una buena química y relación en el momento de la transmisión de los conflictos experimentados por sus personajes.
Sin embargo, no se trata de eso:
La trama se cierra rápidamente con el matrimonio en cuestión, y pasa a centrarse en la relación entre la pareja de Heitor y Penelope.
Aunque el cambio es positivo para resaltar mejor los protagonistas, especialmente Morgado, este corte en la mitad de la trama es confuso, y poco desdeñoso con toda la producción de material de “marketing”, que insiste en el enfoque en la ceremonia y de la pareja que se va a casar, que al final, es abandonada por el guión.
A partir de este cambio, Penelope es el personaje que realmente se destaca en la pantalla.
A pesar de mostrar actitud, su carácter es inseguro, y en última instancia, ella es la que sueña con tener una relación estable.
Dicha personalidad, se adapta muy bien con Heitor, que siempre está buscando una novia, pero no puede permanecer mucho tiempo con nadie…
El personaje de Alexandre Borges, es un tipo que pasó la mayor parte de su vida como un “bon vivant”, que se gastó la fortuna familiar en viajes, fiestas y mujeres... y hoy, a los 45 años, es dueño de una empresa de producción de filmar fiestas de boda, pero nunca renunció a la idea de casarse; mientras vive la crisis de la mediana edad, que lucha contra el tiempo para encontrar su alma gemela.
Por su parte, Penelope es una mujer sensual y misteriosa, detrás de un discurso de espíritu libre, que esconde muchas inseguridades y mucha paranoia; inteligente, pies lo utiliza para conseguir lo que quiere, pues ella está decidida a poner fin a la ceremonia de matrimonio de su ex novio.
La actriz, por cierto, es la mayor virtud de Bem Casado:
Con un estilo entre Audrey Hepburn en “Breakfast at Tiffany's” (1961) y Jennifer Lawrence en “Silver Linings Playbook” (2012), Morgado crea empatía con el público para llevar los matices de una mujer nerviosa, de actitudes poco convencionales.
Especialmente en la escena en la que ella empieza a discutir con una niña durante la fiesta de boda que quieren sabotear…
Además de ellos, son parte activa otras mujeres, como Bianca Comparato, Luiza Mariani y Christine Fernandes; mientras los hombres están muy relegados en los hombros de Alexandre Borges; pues no se indaga mucho en la vida y sentimientos de Fernando São Thiago, que en un momento da la impresión de alguna bisexualidad, y mucho menos en João Gabriel Vasconcellos, quien es el “macguffin”, el cual nunca se entera de la cercanía de Penelope, ni de su relación con ella, ni nada… queda en cero.
Incluso con algunas cualidades, por desgracia, Bem Casados tropieza en puntos importantes.
Además de tener varios clichés, la historia se desliza en caracteres sobrantes.
La sensación es que todos los implicados en la trama, incluso con pequeñas subtramas, necesitan robar el show en algún momento.
Además de adoptar un lenguaje más adecuado para el formato de cine, que es muy poco, y relegado a ciertas tomas, como en la hermosa escena en la que Heitor enseña Penelope como filmar un rodaje, sobre todo con una hermosa luz de fondo… el tipo de humor de Bem Casados no es la comedia física sin sentido.
La risa se basa en situaciones, y no en chistes, pero estos son a modos de viñetas, que se presentan inclusive algo forzados para impulsar la trama hacia adelante.
Una pena que este tipo de personajes carismáticos, pierdan espacio en la pantalla para las subtramas que no terminan en nada, como el mismo matrimonio de recién casados, por ejemplo.
No obstante, Bem Casados posee además, elementos de la vida cotidiana actualizada a la medida, como es la necesidad de una “nueva pareja”, en tiempos del yoga, los pilates, el psicoanálisis, “Instagram” y todo esto; y sólo entonces, preocuparse de sí habrá una pareja a su lado, para disfrutar de las imágenes en internet.
Curioso es que a pesar de deslizamiento en defensa del feminismo, cuando Penelope le dice al personaje de Bianca Comparato, que ella “necesita un hombre”, se queda ahí y no da más juego para el asunto, que se prestaba y mucho.
En definitiva, sin grandes pretensiones, Bem Casados acaba de ser agradable gracias a las buenas actuaciones de los protagonistas, y trata de salir de la forma habitual de llevar una luz a una historia relajada sobe el paso de los años, la crisis de los 40, la soltería, la fidelidad y el amor.
“Hoje temos um dia especial para nós”
¿Casarse a los 40?
Difícil, pero no imposible…
Tanto los hombres como las mujeres tienen la ilusión de encontrar su media naranja; pero después de los 40 años, ellas son las más perjudicadas al momento de formalizar una relación, y soñar con llegar al altar.
¿Por qué?
¿Cómo revertir la tendencia?
Las mujeres maduras son muy activas, les gusta salir y viajar; pero nunca pierden la esperanza de tener un caballero con quien ir a cenar, tener una cita romántica y, por qué no, tener sexo.
¿Y qué pasa con los hombres?
Ellos desisten de tener una pareja, porque privilegian su tranquilidad personal, y ven a las mujeres como una amenaza que les puede quitar esa sensación de “paz interior”
Cuando son exitosos, como tienen sus temas domésticos muy bien organizados, no necesitan una mujer en casa, y sólo buscan a una cuando la requieren por algún tema puntual…
Por tanto, las mujeres adultas tienen menos posibilidades de concretar una vida en pareja porque:
Estadísticamente hablando, las mujeres son mayoría; y muchas veces están en una mejor posición económica en relación con los hombres.
Mientras ellos las quieren más jóvenes; los hombres son muy exigentes en relación a lo físico, lo que para la mujer no es un valor tan importante al momento de buscar una pareja.
Al ser ellas mismas pro-activas, necesitan hombres decididos; y ellos lo son cada vez menos.
Los hombres, están concentrados en sí mismos, y no registran al otro; mientras ellas se encuentran con hombres cada vez más narcisistas.
Ellos no quieren casarse:
Sólo quieren “estar bien”, disfrutar de a 2, tener salidas, y volver a su casa, donde pueden seguir haciendo sus cosas, sin tener que compartir nada y, menos aún, relegar algo de lo propio en bien de la pareja.
Entonces, cómo formar una pareja:
Según los especialistas, lo primero que hay que hacer, es desear la pareja, y estar preparados para eso.
El pensamiento positivo es fundamental; buscar sinceridad en el encuentro, plantear objetivos muy claramente, sin temor a que el otro huya.
Comunicarse, hablar e intentar conocer al otro con sinceridad.
Solucionar antes los problemas que tuviste con tu pareja anterior; antes de iniciar la nueva relación, conviene estar bien, armónico y centrado.
Por eso, no hace mal estar un tiempo solos.
Estar abiertos, atentos, despiertos al mundo que los rodea:
La pareja “óptima”, puede estar a la vuelta de la esquina, y no lo vas a encontrar cerrando puertas.
Todos tenemos muchas posibilidades:
Ir a agencias y consultoras matrimoniales, donde van las personas que desean establecer un vínculo duradero.
No sentirse mal por recurrir a un lugar de esas características; en última instancia, lo que todos desean allí, es encontrar una pareja auténtica.
Respecto a los bailes, “after office”, chat e internet, no pensar que, porque hay personas del sexo opuesto, tienen intenciones de formar una pareja estable…
También a través de la familia, amigos, en el trabajo, clubes, actividades, y redes sociales se puede conocer gente.
Ampliar el espectro dentro del perfil de búsqueda, y no cerrarse a conocer gente únicamente si están dentro de las características que “pensamos” que son apropiados para nosotros.
Pero tampoco entrar en relaciones en las cuales ya sabes de antemano, que no es la persona indicada, sólo porque tienes “hambre de piel”
Si es así, saber que no va a ser la persona con la cual vas a poder armar un proyecto y, por tanto, tampoco después tendría que haber lágrimas.
“El impacto” que sentís al conocer a alguien, no lo es todo, a veces te lleva a relaciones que no te satisfacen en otros planos.
Buscar el amor, que es mucho más que una muy buena relación sexual, implica el darse, entregarse, el compañerismo, la generosidad, la tolerancia, la ilusión, la comprensión, etc.
Con estas actitudes, estarás en mejores condiciones de vincularte, que si te acomodas simplemente al otro, porque en algún momento vas a querer ser vos mismo.
“Não temos a mesma vida”
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