Jamie Marks Is Dead
“How far would you go to be remembered?”
El cine, y más concretamente, el género fantástico, es desde hace mucho, una herramienta perfecta para posibilitar “la comunicación con el más allá”
Este contacto con el otro que ha conocido, además, todas las variantes y formatos posibles; desde los terroríficos encuentros con el mundo de los muertos, pasando por la comedia pura, hasta llegar a historias de amor, más allá de la vida.
La utilización del género fantástico y de terror, como alegoría de cuestiones existenciales, o crítica política y social, es uno de los recursos más habituales que siempre han tenido lugar, tanto en la literatura como en el cine.
El paso de la adolescencia a la edad adulta, como una transición que puede ser traumática…
En la literatura, “la novela de formación” o “novela de aprendizaje”, es un género que retrata la transición de la niñez a la vida adulta.
El término alemán original, “Bildungsroman”, significa literalmente, “novela de formación” o “novela de educación”; y fue acuñado por el filólogo Johann Carl Simon Morgenstern, en 1819.
La temática de esta novela, es la evolución y el desarrollo físico, moral, psicológico y social de un personaje, generalmente desde su infancia, hasta la madurez.
En esta evolución, se suelen diferenciar 3 etapas:
La primera es el aprendizaje de juventud o “Jugendlehre”
La segunda son los años de peregrinación o “Wanderjahre”
Y por último, el perfeccionamiento o “Läuterung”
A pesar de que existen rasgos de la novela de aprendizaje en obras clásicas o medievales, en las obras moralizantes, por ejemplo, es plausible situar en El Renacimiento, el embrión de este tipo de novela, especialmente en el género picaresco.
A pesar de que la novela de aprendizaje, parece haber perdido peso desde la segunda mitad del siglo XX, muchos de sus elementos, aún perviven en novelas como “One for Sorrow” (2007)
“Murder”
Jamie Marks Is Dead es una película de fantasía, del año 2014, escrita y dirigida por Carter Smith.
Protagonizada por Cameron Monaghan, Morgan Saylor, Liv Tyler, Judy Greer, Madisen Beaty, Erin Wilhelmi, Noah Silver, Ronen Rubinstein, entre otros.
El director Carter Smith, adapta la novela “One for Sorrow” (2007) de Christopher Barzak; un novelista estadounidense, que hasta la fecha lleva publicadas 2 novelas y varios relatos cortos.
“One for Sorrow”, traducida como “De Camino Al Final” la cual ganó en 2007, el premio Crawford a la mejor novela debut; relata el maravilloso paso de la adolescencia a la madurez; con algunos pasajes metafóricos y pseudosurrealistas que se mezclan con otros de una belleza mundana heladora; donde destaca el reflejo de “La América Profunda”, que escritores como Salinger o Capote, tan bien reflejaron en sus relatos.
Así pues, el libro está lleno de reflexiones, a veces simpáticas, a veces irónicas, otras absurdas; pero nos hace reflexionar y pensar, en todo caso.
Pero no sólo es una reflexión sobre la vida y la muerte, también lo es sobre la dificultad de los padres para educar y entender a sus hijos, de cómo muchas veces, pasamos a ignorarnos mutuamente, intentando tener un bienestar en el que nadie es feliz, conviviendo en nuestro hogar, con personas a las que realmente no conocemos.
Hay que decir, que hay tramos de la lectura que resultan muy surrealistas, como si se mezclaran sueños con la realidad, como si no supiéramos si el protagonista de verdad está viviendo lo que narra, o si está alucinando.
Por su parte, el cineasta Carter Smith, recurre a una historia de terror gótico, y el enfoque más paranormal referido al sentido de la vida, la muerte, y la vida después de la muerte, como alegoría del camino hacia la edad adulta.
Jamie Marks Is Dead es un drama existencialista, valiente, genuino y hermoso.
Mucho más adulto de lo que parece a simple vista, y más desconcertante de lo que quizás debería; pero sin perder por ello, ni pizca de interés y emotividad en su visionado.
Una propuesta visual oscura, y muy original, que envuelve una magnífica historia, en la que los personajes herméticos y marginales, son los absolutos protagonistas.
La acción inicia en una pequeña ciudad invernal, en la cual vive Adam McCormick (Cameron Monaghan), un adolescente que acaba de cumplir 15 años, siendo estrella de su equipo de “cross-country”
Sin embargo, su vida va a cambiar de la forma más inesperada…
Un día de principios de otoño, se encuentra el cuerpo sin vida de Jamie Marks (Noah Silver), un chico con el que nadie realmente sabía nada…
Jamie, es un chico igual que Adam, y de la misma edad, pero en vida, nadie le prestaba demasiada atención.
Gracie Highsmith (Morgan Saylor), fue la que le encontró al lado de un río, semidesnudo, por lo que Adam comienza a interesarse por lo que se esconde detrás de la muerte de Jamie, hasta que se dan cuenta de que ambos pueden verlo, y hablar con él.
Esto será el principio de una gran amistad entre Jamie y Adam.
Adam piensa que Jamie necesita un amigo más que nunca; y él decide ser ese amigo.
Aunque lo hace con buena voluntad, el hecho de estar tan apegado con el fantasma del chico muerto, hace que la unión de Adam con la vida, también se debilite, y que empiece a olvidarse de lo que significa estar vivo.
Así, Adam comienza a sentirse más unido a un mundo al que no pertenece…
Poco a poco, se establece una estrecha relación entre ellos, y un triángulo de amor del que Gracie quiere distanciarse.
La presencia de Jamie, actúa como un ente vampírico sobre Adam, al que quiere guiar hacia un lugar desconocido.
El amor, como el sentimiento invencible que perdura más allá de la muerte, en este caso, el que Jamie siente por su amigo Adam, es el pivote de toda la trama.
Lo mejor de la historia, es que llega al espectador, y se siente de manera completamente natural; pues la sociedad actual, no está diseñada ni preparada para que los jóvenes fallezcan; y cuando lo hacen, el principal mecanismo de defensa, es el olvido.
El problema es que a veces se olvida demasiado rápido, y más cuando nadie hizo nada por evitar dicha muerte.
Este tipo de reflexiones, son las que hacen ganadora a Jamie Marks Is Dead, y la empujan a ir más allá de una sencilla fantasía erótica, o una película “teen”, con fantasmas, sin ningún fundamento o profundidad.
“Sorrow”
Jamie Marks Is Dead es el tercer trabajo de Carter Smith, que parte de una historia de fantasmas, para terminar hablando sobre los problemas de la adolescencia; la cual se sitúa en un lugar entre los vivos y los muertos, entre lo sobrenatural, y el retrato íntimo de la siempre conflictiva adolescencia.
Es un drama existencialista de tintes fantásticos, que toca el tema de los fantasmas desde un perspectiva diferente y personal, ofreciendo, más allá de su apariencia “teen”, un producto de extrema sobriedad, y plagado de connotaciones sobre las relaciones humanas y sus entresijos, muchas veces, mucho más complejos de descifrar, que todo ese abismo desconocido que habita en el otro lado.
Si bien la novela explica más que la película, voy a tocar ciertos datos que la primera esboza, de acuerdo a lo investigado, pues no la he leído:
La historia comienza tras otra de las incontables broncas entre los padres de Adam, y que acaba con su madre conduciendo para ir a un bar a emborracharse, y quizás ligar algo…
Otra mujer que volvía del mismo bar, por la misma razón, se cambia de carril, choca con ella, y la deja paralítica.
Y lo que es peor, a ojos de Adam, hace que la borracha que ha chocado con su madre, se vuelva gran amiga de ella, y poco a poco entre a formar parte de la casa, ya que siempre está allí, hasta el punto que abandona a su marido, y se traslada a vivir a casa de Adam, convirtiendo en la relación de esta mujer con la familia de Adam, en algo vampírica, algo que poco a poco hace que Adam se encuentra cada vez más aislado.
Por otra parte, un amigo de Adam, casi su único amigo, desaparece, y tras 15 días de búsquedas por los bosques que rodean el pueblo, aparece asesinado en las vías del tren…
Y días después, la gente del instituto empieza a ver su fantasma, apareciéndose en la casa de la chica que le encontró, que lo encuentra en el mismo instante en que la madre de Adam tiene el accidente…
Adam, quiere ver al fantasma, por lo que se hace amigo de la chica, y al final lo encuentra… y el fantasma, Jamie, se pega a Adam.
Al principio, solo está en la habitación de Adam, pero poco a poco, la relación entre ambos cambia, y se empieza a ver algo de una relación necesaria, vampírica del fantasma para con Adam.
Y a partir de aquí, Adam empieza a ver otros fantasmas, tiene dislocaciones, como cuando sales de tu cuerpo, y flotas sobre el mundo; se entera que hay un puente que los fantasmas deben decidir cruzar para ir a otro lugar, algo sobre lo que sienten un miedo atroz.
Por ello, se aferran tenazmente a este mundo, quemando recuerdos, o robando palabras a los vivos para mantenerse corpóreos.
Para Jamie, Adam es una especie de anclaje al mundo, y quizás también para saborear la profundidad de una amistad que en la vida nunca ocurrió, pues hay algo de homosexualidad en la relación.
Y es que Jamie quiere a Adam para sí solo, y le tienta a huir de su casa, llevándole primero a una casa en ruinas, donde habita el fantasma de una niña que asesinó a sus padres, y que repite ese asesinato todos los días.
Huye de allí, y se refugia en casa de la chica que encontró el cadáver de Jamie.
Entre Adam y esta chica, empieza una relación, sexual incluida; e intentan huir juntos; pero les pillan, y regresan de vuelta, aunque él se queda en el bosque cercano a su casa.
Durante este periodo, la chica es el anclaje de Adam con el mundo, ya que este cada vez se está convirtiendo más en un fantasma viviente, pero cuando los padres de ella descubren lo que está haciendo, le traiciona, y avisa a la policía.
Adam, vuelve con sus padres, pero ya no hay nada que le ate a la realidad, ya que incluso, se ha quedado sin habitación, que ha ocupado la que chocó con su madre; y cuando regresa Jamie, Adam vuelve a huir con él.
A partir de aquí, hay un trozo extraño, casi alucinógeno, en el que ambos se esconden en una iglesia en ruinas, en la que pasan el invierno…
Adam, se vuelve cada vez más fantasmagórico, pasa semanas sin comer, empieza a perder los sentidos, y cada vez se acerca más a la muerte.
Al final, Jamie se da cuenta que tiene que cruzar el puente, y Adam vuelve a la realidad, con un final de la novela, demasiado feliz para lo que ha sido hasta ahora la historia.
Esto ocurre casi al final del libro, cuando Adam quiere seguir siendo lo más parecido a un fantasma, y Jamie quiere que siga como está, para poder usarlo como su “sustento de/anclaje a la realidad”
La trama principal de Jamie Marks Is Dead, gira en torno a la relación casi amorosa que se establece en el trío Gracie-Adam-Jamie, pero nunca adentrándose directamente en el mundo de Jamie, sino tan solo bordeándolo, y dejando en el aire, ese homoerotismo tan sugerente que propone Carter Smith; el cual sugiere mucho de lo que se oculta tras la muerte de Jamie Marks, asumiendo y jugando, en todo momento, con una ambigüedad evidente; pero dando a su vez, muchas pistas sobre lo ocurrido, mediante planos y secuencias realmente valientes, y valiéndose de artimañas como la del armario, o la continua desnudez para dejar patentes todos los entresijos, y la complejidad moral de la historia.
Porque la soledad, hace extraños compañeros de viaje, y es a partir de esta soledad, sobre la que se construye el personal amorío a 3 bandas entre los 3 viajantes, relación plagada de ambigüedades y resortes eróticos con los que el director juega constantemente, para sumergir al espectador de manera progresiva, en el hipnótico universo de la historia.
Adam, Gracie y Jamie, están solos; atención a los nombres:
El primero, un chico reservado en el seno de una familia carente de figura paternal, donde comparte techo con una madre a la que quiere, pero no entiende, quien acaba de comenzar una relación afectiva con otra mujer, y con un hermano con el que guarda poca afinidad por utilizar un eufemismo.
Adam, como el primer hombre del Paraíso…
Gracie, una chica dura en apariencia, pero solitaria como pocas, como bien se explica a modo de metáfora, a partir de su afición por coleccionar rocas por un lado, y por el hecho de que jamás se nos enseñe a su familia por el otro.
La Gracia en todo su apogeo, la ayuda, la fortaleza salvadora de Adam.
Y por supuesto, Jamie.
Apenas un eco cuando vivía, e intentando aprender a vivir tras su muerte…
Jamie es ambigüedad, tanto por su nombre como por sus intenciones para con Adam…
Y el resto de los personajes:
Linda (Liv Tyler), como la madre de Adam, la cual por un accidente, la deja sin sexualidad…
Lucy (Judy Greer) como la mujer que causó el accidente, que conducía un camión, de intenciones oscuras, hasta lésbico/vampíricas, es acaso una alusión a la Lucy Westenra de la novela “Dracula” de Bram Stoker…
En general, Jamie Marks Is Dead tiene un punto triste y melancólico importante, pero esa es una de sus maravillas; con la excusa del fantasmeo, recrea tan acertadamente la soledad adolescente de sentirse raro, homosexual, único en el mundo; y llega en un momento, en el que las películas “coming of age” de temática gay, no son tan inusuales, e incluso, dado el número de películas que ya se enfocan así, quizás sea más interesante encontrar nuevas vías de expresión, algo que intenta Carter Smith, aunque para ello deba camuflar su relato bajo el reclamo del “bullying”, en teoría, el Jamie Marks del título, que se suicida por ser una víctima del acoso escolar.
Si bien es una irregular trama, que mezcla el mundo de los vivos con el de los muertos, junto con un guión acerca de la homosexualidad y los dramas familiares asociados:
¿Por qué la escasa presencia dentro del fantástico y del terror de la presencia de lo homosexual?
Produce sorpresa, en cuanto es un terreno fértil para construir poderosos sistemas simbólicos en torno a la construcción de la identidad.
Nunca se han obviado las connotaciones sexuales, pero tradicionalmente se han construido desde la heterosexualidad.
Poco a poco, las cosas van cambiando, y Jamie Marks Is Dead es el último ejemplo; pues busca hallar esa fuerza redentora del amor en la propia muerte.
Porque más allá de una sugerida historia de amor homosexual, las apariciones de Jaime tienen en el armario, su puerta de entrada a los 2 mundos.
Smith habla de unos sentimientos, no solo por encima de la vida y la muerte, sino también más allá de las barreras del propio género.
El contacto con el ser sobrenatural, es una vía de conocimiento, de construcción del mundo interior, y también la existencia de éste, implica una muerte, la misma que el adolescente homosexual debe encontrar para aceptar su sexualidad.
Muerte como cambio de un orden, el educativo e interiorizado que debe ser destruido, “debe morir”, para forjar en su intimad una sintonía psicoafectiva con una nueva e impositiva dirección del deseo, ajena a la voluntad, y al control.
Y esa detección, cuando sucede, asusta como el fantasma.
Resulta obvio, que la posibilidad de viajar por puerta interdimensional, en compañía del ser del más allá, sea a través del armario.
También lo es, que la amiga de este “Harry Potter espectral”, sea una peligrosa y demoníaca aparición muy agresiva, en clara correspondencia con el proceso tortuoso de aceptación, cuando lo femenino se torna como algo psicótico, ya que la relación sexual con ella, no puede culminarse, exactamente en los mismos términos en los que el protagonista tampoco nunca completa el acto sexual con su novia, siempre abortado, e interrumpido.
El enfoque de la temática, aunque no es nuevo, sí que resulta sugerente, gracias a la utilización de algunos recursos de puesta en escena que tienen en el espejo, y el reflejo en este, de una identidad a la deriva; el elemento anticipatorio a una relación en la que restituir la necesidad de afecto.
Última meta para que estas almas perdidas, encuentren la luz al final de túnel...
Me parece también, que en el fondo, Jamie Marks Is Dead, es una historia sobre la culpa, y que su tema principal es el perdón.
Esto a través de la historia de un joven muerto, que tiene la habilidad de ser visto y escuchado por un par de personas vivas.
Ambas se sienten culpables, por no haber ayudado a Jamie, un marginado que, además, era gay.
Sin embargo, quedan muchísimas preguntas sin respuesta:
¿De dónde viene la conexión psíquica?
¿Por qué ninguno se espanta?
¿De dónde aparece la chica de la cabaña?
¿Quién es?
¿Dónde están los padres de Jamie?
¿Por qué a nadie del pueblo le importa un pimiento su muerte?
¿Por qué solo en una escena, alguien se da cuenta que Adam habla solo?
¿Por qué aparece un ciervo colgado de la canasta de baloncesto?
¿El hecho de la amistad entre muerto y vivo, coincide con el nacimiento del amor entre Adam y Gracie?
Parece ser entonces, que Jamie estaba enamorado de Adam, en vida, y Adam lo sabía pero para él era solo una etapa de su desarrollo, no tan concreta como en Jamie, que se aceptó a sí mismo como homosexual.
Gracie lo sabe, pues las mujeres maduran más rápido que los hombres y se aparta de la relación, aunque no le quita el apoyo a Adam.
Al final, Adam madura su sexualidad, aparentemente se deja ver sutilmente que tiene relaciones con el fantasma, y acepta su heterosexualidad, y guía a Jamie a que entre a su plano astral, pues no hay nada más que Adam pueda ofrecerle…
Quedan muchas más interrogantes… y más allá de la gran empatía que transmite la historia y sus personajes, hay una gran baza que juega a su favor, y no es otra que su maravillosa puesta en escena, todo un portento estilístico que destaca tanto por su preciosista fotografía, excepcional conjunción entre frialdad y calidez, como por su sobrecogedora banda sonora.
“Whisper a word to me”
El hombre, al morir su cuerpo; su espíritu, su esencia, se aúna a otra frecuencia energética universal, diferente a la física atómica temporal.
Aunque hay algunos que se quedan perdidos o atrapados en la mencionada frecuencia.
El hombre, con los sentidos físicos de su cuerpo, solo percibe la energía emitida por la frecuencia atómica en sus diferentes subfrecuencias.
Es por eso que no puede percibir a los muertos, ellos no están en otro lugar como muchos creen; están en otra frecuencia, tampoco están muertos como la mayoría cree…
¿Los seres queridos que han fallecido, pueden comunicarse con nosotros?
Este es un tema del que habitualmente no se habla en forma abierta, quizás por un prejuicio de que si uno, por ejemplo, escucha voces, es un signo de trastorno psíquico, o si ve algo fuera de lo común, se considera que está alucinando…
Sin embargo, entre la gente que ha sufrido pérdidas, este tipo de experiencias son mucho más comunes de lo que uno puede creer.
Ahora nos podemos preguntar, si estas experiencias son producto de un deseo, de una imaginación de la persona que está sufriendo, de un estado alterado de “stress” y de debilidad o congoja… o si simplemente son comunicaciones reales de seres que han partido.
No es fácil dilucidarlo.
Una cosa interesante que apuntaría a la realidad de estos hechos, es que la persona fallecida, no siempre se comunica con el familiar más allegado.
Los casos más comúnmente reportados, consisten en la visita de la persona que acaba de fallecer a un familiar o amigo, que al desconocer que este ha fallecido, se sorprende mucho de verlo, y no entiende qué es lo que está sucediendo.
Muchas veces coincide el horario de la visita, con el momento de su muerte, independientemente de la distancia física y el lugar adonde se encuentre el familiar que tiene esta experiencia.
Y es que en sí, todos somos como una radio, recibiendo y emitiendo señales.
Depende hacia donde nos sintonizamos, hacia donde dirigimos nuestras antenas, nuestros pensamientos y sentimientos, es hacia donde nos magnetizamos, hacia qué frecuencia sumaremos, aunaremos nuestro espíritu, nuestra esencia al morir corporalmente.
Podemos aunarnos a frecuencias bajas, intermedias o altas, dependiendo a donde dirigimos nuestras antenas.
Al morir, los que están magnetizados, los que están conectados y sintonizados a la frecuencia Suprema Universal, son los únicos que van a trascender.
Los que están magnetizados a las frecuencias medias o bajas inferiores, serán absorbidos y tragados por ellas.
Porque trascender es mutar, es aunar el espíritu, la esencia a la frecuencia entérica, a la frecuencia Superior Universal.
La base para lograrlo, es desarrollar una mentalidad superior, una frecuencia pensante vibracional altísima; siendo la única oportunidad para entrar en ella, es pensar libre, abierta, positivamente, con mucho amor y sabiduría.
Al morir físicamente, quien sabe romper la ritmia atómica, es quien trasciende a la frecuencia Sublime Universal.
El sentido universal de la existencia física del hombre, es evolucionar al desarrollar la inteligencia y la conciencia, para luego abandonar el cuerpo y trascender.
Dependiendo de su forma de ser, de a que le da valor en su vida.
Dependiendo de si es gobernado por el egoísmo, la avaricia, los vicios, los instintos, el racismo, la vanidad, y otras formas de degeneración e ignorancia; o de si dirige su vida por el camino de la creatividad constructiva y la fraternidad humana, por el nivel de inteligencia y conciencia universal desarrollada, dependiendo de todo lo antedicho, serán sus pensamientos.
Dependiendo de los diferentes tipos de pensamientos que caracterizan a una persona, es a que frecuencia universal se sintoniza, se dirige y se aúna.
De esto depende si se aúna a frecuencias bajas, negativas e inferiores, o si se aúna a frecuencias intermedias, o si se aúna a las frecuencias positivas superiores universales.
Al morir el cuerpo, la esencia del ser, su espíritu abandona el cuerpo.
En muchas ocasiones queda perdido en esta frecuencia física, sin encontrar su camino.
Esto puede ser, por el tipo de muerte física que haya tenido, o por su forma de ser, por los pensamientos que guiaban su vida física.
Dependiendo de eso, es si al abandonar, al separarse del cuerpo físico, al fallecer, define adónde se va a aunar, a que frecuencia universal se va a integrar y pertenecer, si a frecuencias bajas, intermedias, o superiores universales.
Todas las frecuencias existen en un mismo lugar, es una gran equivocación creer, que las personas fallecidas van a otro lugar.
No se van a otro lugar, se integran a otras frecuencias que el hombre, con sus sentidos físicos no puede percibir, y en muchos casos, quizás la mayoría no quieren percibir, porque prefieren estar como el avestruz, con la cabeza escondida debajo de la tierra, para no ver y no saber; pero que todos tienen la capacidad, pues lo han sentido en algún momento de sus vidas.
“Love”
El cine, y más concretamente, el género fantástico, es desde hace mucho, una herramienta perfecta para posibilitar “la comunicación con el más allá”
Este contacto con el otro que ha conocido, además, todas las variantes y formatos posibles; desde los terroríficos encuentros con el mundo de los muertos, pasando por la comedia pura, hasta llegar a historias de amor, más allá de la vida.
La utilización del género fantástico y de terror, como alegoría de cuestiones existenciales, o crítica política y social, es uno de los recursos más habituales que siempre han tenido lugar, tanto en la literatura como en el cine.
El paso de la adolescencia a la edad adulta, como una transición que puede ser traumática…
En la literatura, “la novela de formación” o “novela de aprendizaje”, es un género que retrata la transición de la niñez a la vida adulta.
El término alemán original, “Bildungsroman”, significa literalmente, “novela de formación” o “novela de educación”; y fue acuñado por el filólogo Johann Carl Simon Morgenstern, en 1819.
La temática de esta novela, es la evolución y el desarrollo físico, moral, psicológico y social de un personaje, generalmente desde su infancia, hasta la madurez.
En esta evolución, se suelen diferenciar 3 etapas:
La primera es el aprendizaje de juventud o “Jugendlehre”
La segunda son los años de peregrinación o “Wanderjahre”
Y por último, el perfeccionamiento o “Läuterung”
A pesar de que existen rasgos de la novela de aprendizaje en obras clásicas o medievales, en las obras moralizantes, por ejemplo, es plausible situar en El Renacimiento, el embrión de este tipo de novela, especialmente en el género picaresco.
A pesar de que la novela de aprendizaje, parece haber perdido peso desde la segunda mitad del siglo XX, muchos de sus elementos, aún perviven en novelas como “One for Sorrow” (2007)
“Murder”
Jamie Marks Is Dead es una película de fantasía, del año 2014, escrita y dirigida por Carter Smith.
Protagonizada por Cameron Monaghan, Morgan Saylor, Liv Tyler, Judy Greer, Madisen Beaty, Erin Wilhelmi, Noah Silver, Ronen Rubinstein, entre otros.
El director Carter Smith, adapta la novela “One for Sorrow” (2007) de Christopher Barzak; un novelista estadounidense, que hasta la fecha lleva publicadas 2 novelas y varios relatos cortos.
“One for Sorrow”, traducida como “De Camino Al Final” la cual ganó en 2007, el premio Crawford a la mejor novela debut; relata el maravilloso paso de la adolescencia a la madurez; con algunos pasajes metafóricos y pseudosurrealistas que se mezclan con otros de una belleza mundana heladora; donde destaca el reflejo de “La América Profunda”, que escritores como Salinger o Capote, tan bien reflejaron en sus relatos.
Así pues, el libro está lleno de reflexiones, a veces simpáticas, a veces irónicas, otras absurdas; pero nos hace reflexionar y pensar, en todo caso.
Pero no sólo es una reflexión sobre la vida y la muerte, también lo es sobre la dificultad de los padres para educar y entender a sus hijos, de cómo muchas veces, pasamos a ignorarnos mutuamente, intentando tener un bienestar en el que nadie es feliz, conviviendo en nuestro hogar, con personas a las que realmente no conocemos.
Hay que decir, que hay tramos de la lectura que resultan muy surrealistas, como si se mezclaran sueños con la realidad, como si no supiéramos si el protagonista de verdad está viviendo lo que narra, o si está alucinando.
Por su parte, el cineasta Carter Smith, recurre a una historia de terror gótico, y el enfoque más paranormal referido al sentido de la vida, la muerte, y la vida después de la muerte, como alegoría del camino hacia la edad adulta.
Jamie Marks Is Dead es un drama existencialista, valiente, genuino y hermoso.
Mucho más adulto de lo que parece a simple vista, y más desconcertante de lo que quizás debería; pero sin perder por ello, ni pizca de interés y emotividad en su visionado.
Una propuesta visual oscura, y muy original, que envuelve una magnífica historia, en la que los personajes herméticos y marginales, son los absolutos protagonistas.
La acción inicia en una pequeña ciudad invernal, en la cual vive Adam McCormick (Cameron Monaghan), un adolescente que acaba de cumplir 15 años, siendo estrella de su equipo de “cross-country”
Sin embargo, su vida va a cambiar de la forma más inesperada…
Un día de principios de otoño, se encuentra el cuerpo sin vida de Jamie Marks (Noah Silver), un chico con el que nadie realmente sabía nada…
Jamie, es un chico igual que Adam, y de la misma edad, pero en vida, nadie le prestaba demasiada atención.
Gracie Highsmith (Morgan Saylor), fue la que le encontró al lado de un río, semidesnudo, por lo que Adam comienza a interesarse por lo que se esconde detrás de la muerte de Jamie, hasta que se dan cuenta de que ambos pueden verlo, y hablar con él.
Esto será el principio de una gran amistad entre Jamie y Adam.
Adam piensa que Jamie necesita un amigo más que nunca; y él decide ser ese amigo.
Aunque lo hace con buena voluntad, el hecho de estar tan apegado con el fantasma del chico muerto, hace que la unión de Adam con la vida, también se debilite, y que empiece a olvidarse de lo que significa estar vivo.
Así, Adam comienza a sentirse más unido a un mundo al que no pertenece…
Poco a poco, se establece una estrecha relación entre ellos, y un triángulo de amor del que Gracie quiere distanciarse.
La presencia de Jamie, actúa como un ente vampírico sobre Adam, al que quiere guiar hacia un lugar desconocido.
El amor, como el sentimiento invencible que perdura más allá de la muerte, en este caso, el que Jamie siente por su amigo Adam, es el pivote de toda la trama.
Lo mejor de la historia, es que llega al espectador, y se siente de manera completamente natural; pues la sociedad actual, no está diseñada ni preparada para que los jóvenes fallezcan; y cuando lo hacen, el principal mecanismo de defensa, es el olvido.
El problema es que a veces se olvida demasiado rápido, y más cuando nadie hizo nada por evitar dicha muerte.
Este tipo de reflexiones, son las que hacen ganadora a Jamie Marks Is Dead, y la empujan a ir más allá de una sencilla fantasía erótica, o una película “teen”, con fantasmas, sin ningún fundamento o profundidad.
“Sorrow”
Jamie Marks Is Dead es el tercer trabajo de Carter Smith, que parte de una historia de fantasmas, para terminar hablando sobre los problemas de la adolescencia; la cual se sitúa en un lugar entre los vivos y los muertos, entre lo sobrenatural, y el retrato íntimo de la siempre conflictiva adolescencia.
Es un drama existencialista de tintes fantásticos, que toca el tema de los fantasmas desde un perspectiva diferente y personal, ofreciendo, más allá de su apariencia “teen”, un producto de extrema sobriedad, y plagado de connotaciones sobre las relaciones humanas y sus entresijos, muchas veces, mucho más complejos de descifrar, que todo ese abismo desconocido que habita en el otro lado.
Si bien la novela explica más que la película, voy a tocar ciertos datos que la primera esboza, de acuerdo a lo investigado, pues no la he leído:
La historia comienza tras otra de las incontables broncas entre los padres de Adam, y que acaba con su madre conduciendo para ir a un bar a emborracharse, y quizás ligar algo…
Otra mujer que volvía del mismo bar, por la misma razón, se cambia de carril, choca con ella, y la deja paralítica.
Y lo que es peor, a ojos de Adam, hace que la borracha que ha chocado con su madre, se vuelva gran amiga de ella, y poco a poco entre a formar parte de la casa, ya que siempre está allí, hasta el punto que abandona a su marido, y se traslada a vivir a casa de Adam, convirtiendo en la relación de esta mujer con la familia de Adam, en algo vampírica, algo que poco a poco hace que Adam se encuentra cada vez más aislado.
Por otra parte, un amigo de Adam, casi su único amigo, desaparece, y tras 15 días de búsquedas por los bosques que rodean el pueblo, aparece asesinado en las vías del tren…
Y días después, la gente del instituto empieza a ver su fantasma, apareciéndose en la casa de la chica que le encontró, que lo encuentra en el mismo instante en que la madre de Adam tiene el accidente…
Adam, quiere ver al fantasma, por lo que se hace amigo de la chica, y al final lo encuentra… y el fantasma, Jamie, se pega a Adam.
Al principio, solo está en la habitación de Adam, pero poco a poco, la relación entre ambos cambia, y se empieza a ver algo de una relación necesaria, vampírica del fantasma para con Adam.
Y a partir de aquí, Adam empieza a ver otros fantasmas, tiene dislocaciones, como cuando sales de tu cuerpo, y flotas sobre el mundo; se entera que hay un puente que los fantasmas deben decidir cruzar para ir a otro lugar, algo sobre lo que sienten un miedo atroz.
Por ello, se aferran tenazmente a este mundo, quemando recuerdos, o robando palabras a los vivos para mantenerse corpóreos.
Para Jamie, Adam es una especie de anclaje al mundo, y quizás también para saborear la profundidad de una amistad que en la vida nunca ocurrió, pues hay algo de homosexualidad en la relación.
Y es que Jamie quiere a Adam para sí solo, y le tienta a huir de su casa, llevándole primero a una casa en ruinas, donde habita el fantasma de una niña que asesinó a sus padres, y que repite ese asesinato todos los días.
Huye de allí, y se refugia en casa de la chica que encontró el cadáver de Jamie.
Entre Adam y esta chica, empieza una relación, sexual incluida; e intentan huir juntos; pero les pillan, y regresan de vuelta, aunque él se queda en el bosque cercano a su casa.
Durante este periodo, la chica es el anclaje de Adam con el mundo, ya que este cada vez se está convirtiendo más en un fantasma viviente, pero cuando los padres de ella descubren lo que está haciendo, le traiciona, y avisa a la policía.
Adam, vuelve con sus padres, pero ya no hay nada que le ate a la realidad, ya que incluso, se ha quedado sin habitación, que ha ocupado la que chocó con su madre; y cuando regresa Jamie, Adam vuelve a huir con él.
A partir de aquí, hay un trozo extraño, casi alucinógeno, en el que ambos se esconden en una iglesia en ruinas, en la que pasan el invierno…
Adam, se vuelve cada vez más fantasmagórico, pasa semanas sin comer, empieza a perder los sentidos, y cada vez se acerca más a la muerte.
Al final, Jamie se da cuenta que tiene que cruzar el puente, y Adam vuelve a la realidad, con un final de la novela, demasiado feliz para lo que ha sido hasta ahora la historia.
Esto ocurre casi al final del libro, cuando Adam quiere seguir siendo lo más parecido a un fantasma, y Jamie quiere que siga como está, para poder usarlo como su “sustento de/anclaje a la realidad”
La trama principal de Jamie Marks Is Dead, gira en torno a la relación casi amorosa que se establece en el trío Gracie-Adam-Jamie, pero nunca adentrándose directamente en el mundo de Jamie, sino tan solo bordeándolo, y dejando en el aire, ese homoerotismo tan sugerente que propone Carter Smith; el cual sugiere mucho de lo que se oculta tras la muerte de Jamie Marks, asumiendo y jugando, en todo momento, con una ambigüedad evidente; pero dando a su vez, muchas pistas sobre lo ocurrido, mediante planos y secuencias realmente valientes, y valiéndose de artimañas como la del armario, o la continua desnudez para dejar patentes todos los entresijos, y la complejidad moral de la historia.
Porque la soledad, hace extraños compañeros de viaje, y es a partir de esta soledad, sobre la que se construye el personal amorío a 3 bandas entre los 3 viajantes, relación plagada de ambigüedades y resortes eróticos con los que el director juega constantemente, para sumergir al espectador de manera progresiva, en el hipnótico universo de la historia.
Adam, Gracie y Jamie, están solos; atención a los nombres:
El primero, un chico reservado en el seno de una familia carente de figura paternal, donde comparte techo con una madre a la que quiere, pero no entiende, quien acaba de comenzar una relación afectiva con otra mujer, y con un hermano con el que guarda poca afinidad por utilizar un eufemismo.
Adam, como el primer hombre del Paraíso…
Gracie, una chica dura en apariencia, pero solitaria como pocas, como bien se explica a modo de metáfora, a partir de su afición por coleccionar rocas por un lado, y por el hecho de que jamás se nos enseñe a su familia por el otro.
La Gracia en todo su apogeo, la ayuda, la fortaleza salvadora de Adam.
Y por supuesto, Jamie.
Apenas un eco cuando vivía, e intentando aprender a vivir tras su muerte…
Jamie es ambigüedad, tanto por su nombre como por sus intenciones para con Adam…
Y el resto de los personajes:
Linda (Liv Tyler), como la madre de Adam, la cual por un accidente, la deja sin sexualidad…
Lucy (Judy Greer) como la mujer que causó el accidente, que conducía un camión, de intenciones oscuras, hasta lésbico/vampíricas, es acaso una alusión a la Lucy Westenra de la novela “Dracula” de Bram Stoker…
En general, Jamie Marks Is Dead tiene un punto triste y melancólico importante, pero esa es una de sus maravillas; con la excusa del fantasmeo, recrea tan acertadamente la soledad adolescente de sentirse raro, homosexual, único en el mundo; y llega en un momento, en el que las películas “coming of age” de temática gay, no son tan inusuales, e incluso, dado el número de películas que ya se enfocan así, quizás sea más interesante encontrar nuevas vías de expresión, algo que intenta Carter Smith, aunque para ello deba camuflar su relato bajo el reclamo del “bullying”, en teoría, el Jamie Marks del título, que se suicida por ser una víctima del acoso escolar.
Si bien es una irregular trama, que mezcla el mundo de los vivos con el de los muertos, junto con un guión acerca de la homosexualidad y los dramas familiares asociados:
¿Por qué la escasa presencia dentro del fantástico y del terror de la presencia de lo homosexual?
Produce sorpresa, en cuanto es un terreno fértil para construir poderosos sistemas simbólicos en torno a la construcción de la identidad.
Nunca se han obviado las connotaciones sexuales, pero tradicionalmente se han construido desde la heterosexualidad.
Poco a poco, las cosas van cambiando, y Jamie Marks Is Dead es el último ejemplo; pues busca hallar esa fuerza redentora del amor en la propia muerte.
Porque más allá de una sugerida historia de amor homosexual, las apariciones de Jaime tienen en el armario, su puerta de entrada a los 2 mundos.
Smith habla de unos sentimientos, no solo por encima de la vida y la muerte, sino también más allá de las barreras del propio género.
El contacto con el ser sobrenatural, es una vía de conocimiento, de construcción del mundo interior, y también la existencia de éste, implica una muerte, la misma que el adolescente homosexual debe encontrar para aceptar su sexualidad.
Muerte como cambio de un orden, el educativo e interiorizado que debe ser destruido, “debe morir”, para forjar en su intimad una sintonía psicoafectiva con una nueva e impositiva dirección del deseo, ajena a la voluntad, y al control.
Y esa detección, cuando sucede, asusta como el fantasma.
Resulta obvio, que la posibilidad de viajar por puerta interdimensional, en compañía del ser del más allá, sea a través del armario.
También lo es, que la amiga de este “Harry Potter espectral”, sea una peligrosa y demoníaca aparición muy agresiva, en clara correspondencia con el proceso tortuoso de aceptación, cuando lo femenino se torna como algo psicótico, ya que la relación sexual con ella, no puede culminarse, exactamente en los mismos términos en los que el protagonista tampoco nunca completa el acto sexual con su novia, siempre abortado, e interrumpido.
El enfoque de la temática, aunque no es nuevo, sí que resulta sugerente, gracias a la utilización de algunos recursos de puesta en escena que tienen en el espejo, y el reflejo en este, de una identidad a la deriva; el elemento anticipatorio a una relación en la que restituir la necesidad de afecto.
Última meta para que estas almas perdidas, encuentren la luz al final de túnel...
Me parece también, que en el fondo, Jamie Marks Is Dead, es una historia sobre la culpa, y que su tema principal es el perdón.
Esto a través de la historia de un joven muerto, que tiene la habilidad de ser visto y escuchado por un par de personas vivas.
Ambas se sienten culpables, por no haber ayudado a Jamie, un marginado que, además, era gay.
Sin embargo, quedan muchísimas preguntas sin respuesta:
¿De dónde viene la conexión psíquica?
¿Por qué ninguno se espanta?
¿De dónde aparece la chica de la cabaña?
¿Quién es?
¿Dónde están los padres de Jamie?
¿Por qué a nadie del pueblo le importa un pimiento su muerte?
¿Por qué solo en una escena, alguien se da cuenta que Adam habla solo?
¿Por qué aparece un ciervo colgado de la canasta de baloncesto?
¿El hecho de la amistad entre muerto y vivo, coincide con el nacimiento del amor entre Adam y Gracie?
Parece ser entonces, que Jamie estaba enamorado de Adam, en vida, y Adam lo sabía pero para él era solo una etapa de su desarrollo, no tan concreta como en Jamie, que se aceptó a sí mismo como homosexual.
Gracie lo sabe, pues las mujeres maduran más rápido que los hombres y se aparta de la relación, aunque no le quita el apoyo a Adam.
Al final, Adam madura su sexualidad, aparentemente se deja ver sutilmente que tiene relaciones con el fantasma, y acepta su heterosexualidad, y guía a Jamie a que entre a su plano astral, pues no hay nada más que Adam pueda ofrecerle…
Quedan muchas más interrogantes… y más allá de la gran empatía que transmite la historia y sus personajes, hay una gran baza que juega a su favor, y no es otra que su maravillosa puesta en escena, todo un portento estilístico que destaca tanto por su preciosista fotografía, excepcional conjunción entre frialdad y calidez, como por su sobrecogedora banda sonora.
“Whisper a word to me”
El hombre, al morir su cuerpo; su espíritu, su esencia, se aúna a otra frecuencia energética universal, diferente a la física atómica temporal.
Aunque hay algunos que se quedan perdidos o atrapados en la mencionada frecuencia.
El hombre, con los sentidos físicos de su cuerpo, solo percibe la energía emitida por la frecuencia atómica en sus diferentes subfrecuencias.
Es por eso que no puede percibir a los muertos, ellos no están en otro lugar como muchos creen; están en otra frecuencia, tampoco están muertos como la mayoría cree…
¿Los seres queridos que han fallecido, pueden comunicarse con nosotros?
Este es un tema del que habitualmente no se habla en forma abierta, quizás por un prejuicio de que si uno, por ejemplo, escucha voces, es un signo de trastorno psíquico, o si ve algo fuera de lo común, se considera que está alucinando…
Sin embargo, entre la gente que ha sufrido pérdidas, este tipo de experiencias son mucho más comunes de lo que uno puede creer.
Ahora nos podemos preguntar, si estas experiencias son producto de un deseo, de una imaginación de la persona que está sufriendo, de un estado alterado de “stress” y de debilidad o congoja… o si simplemente son comunicaciones reales de seres que han partido.
No es fácil dilucidarlo.
Una cosa interesante que apuntaría a la realidad de estos hechos, es que la persona fallecida, no siempre se comunica con el familiar más allegado.
Los casos más comúnmente reportados, consisten en la visita de la persona que acaba de fallecer a un familiar o amigo, que al desconocer que este ha fallecido, se sorprende mucho de verlo, y no entiende qué es lo que está sucediendo.
Muchas veces coincide el horario de la visita, con el momento de su muerte, independientemente de la distancia física y el lugar adonde se encuentre el familiar que tiene esta experiencia.
Y es que en sí, todos somos como una radio, recibiendo y emitiendo señales.
Depende hacia donde nos sintonizamos, hacia donde dirigimos nuestras antenas, nuestros pensamientos y sentimientos, es hacia donde nos magnetizamos, hacia qué frecuencia sumaremos, aunaremos nuestro espíritu, nuestra esencia al morir corporalmente.
Podemos aunarnos a frecuencias bajas, intermedias o altas, dependiendo a donde dirigimos nuestras antenas.
Al morir, los que están magnetizados, los que están conectados y sintonizados a la frecuencia Suprema Universal, son los únicos que van a trascender.
Los que están magnetizados a las frecuencias medias o bajas inferiores, serán absorbidos y tragados por ellas.
Porque trascender es mutar, es aunar el espíritu, la esencia a la frecuencia entérica, a la frecuencia Superior Universal.
La base para lograrlo, es desarrollar una mentalidad superior, una frecuencia pensante vibracional altísima; siendo la única oportunidad para entrar en ella, es pensar libre, abierta, positivamente, con mucho amor y sabiduría.
Al morir físicamente, quien sabe romper la ritmia atómica, es quien trasciende a la frecuencia Sublime Universal.
El sentido universal de la existencia física del hombre, es evolucionar al desarrollar la inteligencia y la conciencia, para luego abandonar el cuerpo y trascender.
Dependiendo de su forma de ser, de a que le da valor en su vida.
Dependiendo de si es gobernado por el egoísmo, la avaricia, los vicios, los instintos, el racismo, la vanidad, y otras formas de degeneración e ignorancia; o de si dirige su vida por el camino de la creatividad constructiva y la fraternidad humana, por el nivel de inteligencia y conciencia universal desarrollada, dependiendo de todo lo antedicho, serán sus pensamientos.
Dependiendo de los diferentes tipos de pensamientos que caracterizan a una persona, es a que frecuencia universal se sintoniza, se dirige y se aúna.
De esto depende si se aúna a frecuencias bajas, negativas e inferiores, o si se aúna a frecuencias intermedias, o si se aúna a las frecuencias positivas superiores universales.
Al morir el cuerpo, la esencia del ser, su espíritu abandona el cuerpo.
En muchas ocasiones queda perdido en esta frecuencia física, sin encontrar su camino.
Esto puede ser, por el tipo de muerte física que haya tenido, o por su forma de ser, por los pensamientos que guiaban su vida física.
Dependiendo de eso, es si al abandonar, al separarse del cuerpo físico, al fallecer, define adónde se va a aunar, a que frecuencia universal se va a integrar y pertenecer, si a frecuencias bajas, intermedias, o superiores universales.
Todas las frecuencias existen en un mismo lugar, es una gran equivocación creer, que las personas fallecidas van a otro lugar.
No se van a otro lugar, se integran a otras frecuencias que el hombre, con sus sentidos físicos no puede percibir, y en muchos casos, quizás la mayoría no quieren percibir, porque prefieren estar como el avestruz, con la cabeza escondida debajo de la tierra, para no ver y no saber; pero que todos tienen la capacidad, pues lo han sentido en algún momento de sus vidas.
“Love”
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