Mister Roberts

“There's no getting around the fact that you're a real likable guy”

Hay películas, aquellas películas de alguna era concreta que parecía poseer “una llave secreta” en las que “ser un hombre de honor” es algo semejante a ser un héroe.
En las producciones en que los valientes y honrados no cabalgan sobre gallardos corceles con espada y lanza, persiguiendo infieles, combatiendo en mil batallas y defendiendo la honra de doncellas en peligro...
Son hombres vestidos de paisano, o con el uniforme de su profesión, y que pelean en una guerra de guerrillas en la que las mayores amenazas proceden de la estupidez y la ceguera.
También pueden ser hombres que no tienen en absoluto pinta de valerosos, y que aún no han descubierto que la bravura no sólo se demuestra en grandes gestas; pues se demuestra en pequeños y discretos actos.
“Pulver, boy, there's women on that island!”
Mister Roberts es una comedia del año 1955, dirigida por John Ford, Mervyn LeRoy y Joshua Logan.
Protagonizada por Henry Fonda, James Cagney, Jack Lemmon, William Powell, Ward Bond, Betsy Palmer, Phil Carey, entre otros.
El guión es de Frank S. Nugent y Joshua Logan; basados primero en la novela homónima de 1946 escrita por Thomas Heggen; y luego de la obra de teatro, también homónima de 1948, escrita por Thomas Heggen y Joshua Logan.
Su título original, “The Iron-Bound Bucket” fue cambiado a “Mister Roberts” por el editor de Heggen, que basó su novela en sus experiencias a bordo de los buques de carga:
USS  Virgo (AKA-20) y USS  Rotanin (AK-108), en La Guerra del Pacífico Sudoccidental durante La Segunda Guerra Mundial.
Antes, Heggen había escrito una serie de cuentos, que reunió y fusionó en la novela; y luego recurrió al productor y director Joshua Logan , quien enfatizó los elementos absurdos del trabajo, mientras conservaba sus graves trasfondos, para crear la obra de teatro “Mister Roberts” que se estrenó en Broadway, en El Teatro Alvin, el 18 de febrero de 1948, siendo protagonizada por Henry Fonda, David Wayne, Robert Keith y Jocelyn Brando; esta última reemplazó a Eva Marie Saint antes de que se abriera el espectáculo.
Henry Fonda salió de un contrato de cine de Hollywood para protagonizar la obra de teatro y ganó el premio Tony al Mejor Actor.
La producción funcionó para 1.157 representaciones; y Fonda luego repitió su papel del Teniente Roberts en la película de 1955 del mismo nombre; siendo él el único actor que apareció tanto en Broadway como en la película.
Pero Thomas Heggen solo disfrutó del éxito inicial y las ganancias de su creación, ya que su vida terminó en 1949:
Desconcertado por la fama que había anhelado, y bajo la presión de lograr otro éxito de ventas, se encontró con un caso paralizante del bloqueo del escritor.
“No sé cómo escribí al Mister Roberts.
Era espíritu escribiendo”, dijo a un amigo; por ello se volvió insomne, y trató de curarlo con cantidades crecientes de alcohol y medicamentos recetados.
Pero el 19 de mayo de 1949, Heggen se ahogó en su bañera a los 30 años después de una sobredosis de pastillas para dormir.
Su muerte se consideró un suicidio probable, aunque no dejó ninguna nota, y las personas cercanas a él, insistieron en que fue un accidente.
Para esta producción, John Ford originalmente asignó a John Patrick como guionista, pero luego lo reemplazó con su yerno, Frank Nugent; mientras que Joshua Logan, quien dirigió y coescribió la producción de Broadway, fue contratado para redirigir algunas secuencias que los productores sintieron que el director original, John Ford, había capturado de manera ineficaz antes de que fuera retirado del proyecto.
Así, Logan fue acreditado como coguionista en lugar de codirector, porque se consideró que tener 3 nombres listados como director, se vería tonto en los créditos; y tanto Logan como Henry Fonda, sintieron que la versión cinematográfica no tenía nada que ver con la calidad de la producción teatral.
También se supo que El Estudio Warner contrató a Mervyn LeRoy para seguir el rodaje, y más tarde a Joshua Logan para terminarlo.
Ford se disgustó tanto por abandonar el proyecto, que lo tuvieron que ingresar en el hospital de Hawái, aquejado de coma etílico; y más tarde, ya en Hollywood, tuvo que ser operado de vesícula.
Aunque las fuentes modernas afirman que Mervyn LeRoy trató de dirigir la película de la forma en que pensó que John Ford hubiera querido; LeRoy afirmó que cambió el papel de “Doc”, de un alcohólico, como Ford lo hizo, de vuelta al personaje sobrio original en la obra; y temiendo una mala publicidad con respecto a su toma de posesión de las riendas de dirección, LeRoy dijo que contrató a su propio agente de prensa, Arthur P. Jacobs, quien más tarde produciría muchas películas.
Así pues, Joshua Logan dirigió partes de la película final, y dirigió la edición.
Sin embargo, en los créditos iniciales, solo Ford y LeRoy son facturados como director; y aunque Ford recibió la mejor facturación, el nombre de LeRoy, superpuesto sobre una foto del mar, es más brillante y parece brillar...
La película fue un éxito financiero, siendo la 3ª película más taquillera de 1955; y llegó al Oscar con 3 nominaciones:
Mejor Película, actor de reparto (Jack Lemmon) y sonido.
Cuando Jack Lemmon aceptó El Premio de La Academia al Mejor Actor de Reparto, Eva Marie Saint le otorgó el Oscar…
Como dato, 8 antes, como actriz desconocida, Saint había sido reemplazada en el último minuto en el elenco de Broadway de “Mister Roberts” por Jocelyn Brando; así que cuando le entregó el premio a Lemmon, Saint había recibido un Oscar por su actuación en “On The Waterfront” (1954) del año anterior... que también ganó un Oscar por el hermano menor de Jocelyn, Marlon Brando.
Parte de la película fue filmada en La Estación Aérea Naval Midway, que fue la última base aliada entre Pearl Harbor y Japón durante La Segunda Guerra Mundial, y en el escenario de una de las batallas aéreas más grandes de la historia.
Como dato, John Ford estaba familiarizado con el área, después de haber dirigido el documental “The Battle of Midway” (1942), además, Ford también había sido Oficial de La Marina, donde alcanzó el rango de Contralmirante.
Otro dato es que la película debió haber sido filmada originalmente en 3-D; sin embargo, la muerte de la tendencia en el momento, lo impidió.
La acción sigue al alférez Frank Thurlowe Pulver (Jack Lemmon), un tripulante de un buque mercante estadounidense que navega por las aguas del Océano Pacífico durante La Segunda Guerra Mundial.
Durante la travesía, él tiene que convivir con sus compañeros y con los oficiales del mando:
El Oficial Ejecutivo y Jefe de Carga, El Teniente grado junior, Douglas A. “Doug” Roberts (Henry Fonda), y El Teniente Comandante Morton (James Cagney) quienes, a su vez, están enfrentados entre ellos.
La película tiene mucho realismo; pues captura perfectamente la vida a bordo de barcos no combatientes, donde los soldados proporcionan un servicio vital, pero rara vez son reconocidos por ello; así como se demuestra qué es el liderazgo real; donde el deber principal de un oficial es proporcionar liderazgo y velar por el bienestar de sus tropas.
De esa manera, Doug Roberts es un brillante ejemplo de un gran oficial; pero la película también muestra que el enemigo no siempre está en el otro barco…
Ahí es donde entra el personaje de Cagney como fuerza contraria a Roberts, aunque cae casi en la caricatura caprichosa.
Como dijo Roberts:
“... sé que en tiempos de guerra raspan el fondo del barril...”, bueno, a veces raspan ese barril en tiempos de paz, y eso es lo que quiere señalar Mister Roberts; donde utiliza una gran mezcla de comedia y drama en todas partes; pero justo cuando te sientes bien, da un golpe al intestino.
Esta es la vida tal como es, no un mundo idealizado; y ya sólo por el atrevimiento de hacer una película sobre La Segunda Guerra Mundial sin centrarse en el conflicto bélico en mitad de la década de los 50, merece admiración; pues en prácticamente todas las películas bélicas, el punto de mira recae sobre el sufrimiento de unos soldados ante los horrores más visibles de la guerra.
Sin embargo, en cada conflicto bélico existen una serie de situaciones más o menos intensas, que son aprovechables para el desarrollo del Séptimo Arte, como la lejanía del hogar, el compañerismo, el aburrimiento, el dirigente impopular...
Así, el guión permite empatizar con todos los personajes, también con el vil Capitán; y retrata a la perfección muchas de las preocupaciones de la tripulación de un barco en aquella época.
Así nos hace sufrir y reírnos a partes iguales.
También destacar una perfecta ambientación y un deliciosamente sutil ritmo “in crescendo”; aunque la parte negativa tal vez la compongan algunas situaciones excesivamente rocambolescas, o la figura de Cagney.
El éxito de Mister Roberts fue seguido por una secuela llamada “Ensign Pulver” (1964) con gran parte del guión derivado del libro original de Heggen.
También, la película original fue la base de la serie de televisión, “Mister Roberts” (1965), que duró 1 temporada, y la película se re-hizo para televisión en 1984, como una transmisión en vivo, principalmente en forma de una obra de teatro.
“All right, who did it?
Who did it?
You are going to stand sweating at those battle stations until someone confesses!
It's an insult to the honor of this ship!
The symbol of our cargo record has been destroyed, and I'm going to find out who did if it takes all night!”
La amistad y la colaboración cinematográfica de John Ford y Henry Fonda, terminó de manera parecida a la de Michael Curtiz y Errol Flynn.
Cada uno sintiendo gran valoración por el artista que había en el otro, pero una debilidad llevada al extremo puede tirarlo todo por la borda.
El caso de Ford y Fonda, se cerró durante el rodaje de Mister Roberts, siendo la 7ª colaboración que tenían juntos, y que había ya dado frutos en muy buena películas que permanecerán para siempre en la memoria de los amantes del cine clásico; y no se sabe por qué clase de dificultades pasaba el notable director, pero lo cierto es que bebía mucho durante el rodaje, retrasaba los horarios, se peleaba con los actores, Fonda entre ellos, e incluso un día se fue de manos con éste… y entonces, por petición del actor, fue sacado del rodaje, jurando Fonda que jamás volvería a trabajar con él.
Y es que Ford había rodado casi todos los exteriores, y entonces se llamó a Mervyn LeRoy para que hiciera el resto y rodara los interiores; pero antes de comenzar el rodaje de la película, William Holden estuvo llamado para hacer el papel de Fonda, pero éste fue noble y objetivo, y a sabiendas de que Fonda había tenido cerca de 1700 representaciones de la obra en Broadway, dijo que ese papel no podía ser para otro.
Contra todo, el éxito que Joshua Logan y Thomas Heggen habían logrado con su obra en el teatro, volvió a repetirse en el cine, pues la historia alcanza altos niveles en su recreación de la amistad, en su rebeldía contra la prepotencia, y en su rechazo al aburrimiento… aunque hacer la guerra no es precisamente la manera más edificante de calmarlo, pero se comprende que, si a un hombre lo mandan a una cosa, es a esa cosa y no a hacer pereza a lo que se predispone a ir.
En los últimos días de La Segunda Guerra Mundial, el buque de carga de La Armada de los Estados Unidos, Reluctant, también llamado “The Bucket” y su tripulación, están estacionados en las zonas remotas del Océano Pacífico.
Allí, El Oficial Ejecutivo y Jefe de Carga, Teniente grado junior, Douglas A. “Doug” Roberts, trata de proteger a la tripulación desanimada del Capitán duro e impopular, El Teniente Comandante Morton.
Ansioso por unirse a la lucha, Roberts solicita repetidamente una transferencia; pero Morton se ve obligado por la regulación a enviar sus solicitudes, y se niega a respaldarlas, lo que significa que siempre son rechazadas.
Roberts comparte cuarto con el alférez Frank Thurlowe Pulver; que pasa la mayor parte de su tiempo inactivo en su litera, y evita al Capitán a toda costa, tanto que Morton inicialmente no se da cuenta de que Pulver es parte de la tripulación.
Una vez descubierto, Pulver se encoge ante Morton, a pesar de las audaces ideas de venganza expresadas a la tripulación.
Luego, Roberts solicita subrepticiamente, y se le concede la libertad de la tripulación de uno de los superiores de Morton; un Capitán de puerto que desea recompensar a la renuente tripulación por cumplir con un horario de reabastecimiento difícil.
Y se supone que la libertad está en su próxima parada de reabastecimiento, pero cuando el barco llega a una idílica isla del Pacífico Sur, Morton niega a la tripulación su muy necesaria licencia de desembarco.
En privado, Morton le dice a Roberts, que la tripulación no tendrá libertad mientras continúe solicitando una transferencia, y escribe cartas sobre la falta de armonía a bordo del barco, lo que pone en peligro las posibilidades de ascenso de Morton; pero llega a un acuerdo con Roberts:
A cambio de nunca solicitar otra transferencia, nunca romper las reglas de Morton, y nunca revelar lo que lo hizo cambiar de actitud; Morton otorgará libertad a la tripulación.
En tierra, la tripulación se suelta de riendas después de meses de frustración acumulada; y muchos son arrestados y transportados de vuelta al barco por la policía militar y la patrulla costera.
A la mañana siguiente, Morton es reprendido por el Capitán del puerto, y se le ordena abandonar el puerto de inmediato; así que él está casi sin palabras con rabia en la marca negra en su excelente registro.
Mientras tanto, los tripulantes están desconcertados por la nueva rigidez de Roberts; al tiempo que Morton los engaña haciéndoles creer que Roberts está tratando de obtener un ascenso.
Cuando un miembro de la tripulación le informa a Roberts de una nueva política de La Marina que podría ayudarlo a obtener una transferencia a pesar de la oposición del Capitán, Roberts se niega a aprovecharla.
La noticia de la victoria de Los Aliados en Europa, deprime aún más a Roberts, sabiendo que la guerra puede terminar pronto sin que él vea nunca un combate.
Inspirado por un discurso de radio patriótico que celebra El Día de La Victoria Europea, Roberts arroja la preciada palmera de Morton por la borda.
El Capitán exige la identidad del culpable, pero nadie da un paso adelante.
Eventualmente se da cuenta de que Roberts es la única persona a bordo con el descaro de hacerlo; y Morton lo convoca a su habitación, y lo acusa; pero un micrófono abierto revela los hechos a la tripulación.
Semanas después, Roberts recibe una transferencia inesperada.
“Doc” (William Powell), el médico del barco y amigo de Roberts, le confiesa que la tripulación se arriesgó a una Corte Marcial al presentar una solicitud de transferencia con la firma de aprobación falsificada de Morton.
Así que antes de irse, la tripulación le presenta a Roberts una medalla hecha a mano, “La Orden de La Palmera”, “por acción contra el enemigo”
Varias semanas después, Pulver, quien ha sido nombrado ahora Oficial de Carga, recibe un par de cartas:
El primero es de Roberts, quien habla con entusiasmo sobre su nueva asignación a bordo del destructor USS Livingston durante La Batalla de Okinawa; y continúa diciendo que preferiría tener “La Orden de La Palmera” que La Medalla de Honor; mientras que la segunda carta es de un compañero de clase de la universidad de Pulver, que también está asignado al Livingston, que revela que Roberts murió en un ataque kamikaze poco después de que se publicara la primera carta...
Indignado, Pulver arroja la palmera de reemplazo del Capitán por la borda; y luego marcha a la habitación de Morton, presumiendo abiertamente de ello, y exigiendo descaradamente saber por qué Morton canceló la proyección de una película esa noche…
Morton niega lentamente con la cabeza, dándose cuenta de que sus problemas no han desaparecido…
Mister Roberts tiene una trama de comedia que en el fondo es un drama, y como en sus mejores películas, a John Ford lo que le interesa son las pequeñas hazañas y no las grandes batallas.
Su cámara no recoge lo que ocurre en el interior de un acorazado o de un portaaviones, sino lo que sucede en un pequeño buque de carga que se encuentra a miles de millas del frente; donde Roberts ve pasar a la flota camino de la batalla, y sueña con embarcar en uno de esos buques de los que sólo divisa su silueta...
Pero la lucha de Roberts es otra bien distinta…
El oponente no es japonés, es su Comandante neurótico que utiliza el altavoz de órdenes generales como instrumento de represión, y le da igual que toda la tripulación oiga como amonesta a su segundo.
El símbolo de la tiranía, es la odiosa palmera colocada en el puente, por encima de todos, con un color verde intenso, que destaca sobre la plancha gris de la cubierta.
Y en 2 ocasiones es arrojada por la borda, primero por Roberts, y después Pulver, cuando ambos se enfrentan al Comandante.
Es curioso constatar, que un argumento que se desarrolla en el funesto marco de La Segunda Guerra Mundial ignore por completo los escenarios de las batallas dantescas contra los enemigos palpables, y en su lugar se centre en otros enemigos inmateriales pero igualmente dañinos:
El aburrimiento vital, la frustración, la vacuidad, la misma falta de acción y la sensación de estar perdiéndose “lo importante”; de hallarse encerrado y bramando contra 4 paredes, sabiendo que el verdadero ojo del huracán está ahí fuera… por lo que no se despliegan escenas sangrientas con fuego a discreción, bombardeos, tácticas militares y frenéticas batallas entre bandos cuyo objetivo es odiarse hasta la muerte; lo que se despliega es la batalla personal de un hombre enjaulado; que sin empuñar un arma, sin avanzar por campos devastados ni lanzándose a un ataque letal; porque su lucha es de otra índole.
La actitud de Morton y la de Pulver, es tan desatada que el director dejó que James Cagney y Jack Lemmon improvisaran cuanto quisieran.
Peor en realidad fue una concesión a La Marina de EEUU; pues los mandos dudaban si apoyar o no una producción que dejaba tan mal al Comandante de uno de sus barcos; y para conseguir la colaboración de La Armada, Ford le dio un tono más cómico al Comandante, amplió la presencia de Jack Lemmon en el guión, e incluyó algunas escenas cercanas al “slapstick”; tanto que a Jack Lemmon, la variación en su personaje le resultó providencial:
Su trabajo fue tan bueno, que le dieron El Oscar como Mejor Actor Secundario.
Lo de Henry Fonda fue más complicado:
Ford lo veía como a la mayoría de los héroes de sus películas, es decir, como una extensión de sí mismo:
Un oficial que ante todo desea participar en la batalla, que se distingue por la postura romántica y digna frente al opresor, Morton; y que asume el rol de protector de la tripulación a la que trata como si fuera su familia.
Para la tripulación del Reluctant, que Roberts consiga su soñado destino, es labor de todos, y si lo logra, es un éxito compartido.
Así pues, Ford tenía claro cómo se debía comportar Mr. Roberts, el problema fue que Fonda no estaba de acuerdo…
El actor se sabía el papel de memoria; lo había interpretado en el teatro 2 años seguidos; de hecho, su actuación fue tan buena que ganó El Premio Tony en 1948.
La obra era de Joshua Logan y Thomas Heggen, según la novela de este último, y Fonda quería seguir interpretando al personaje que ideó Heggen de la misma forma que lo hizo en Broadway.
Las 2 posturas chocaron enseguida, y las disputas entre Ford y Fonda fueron diarias; tanto que en una reunión que se celebró para limar asperezas, John Ford, de improviso, le arreó un puñetazo a Henry Fonda y acto seguido dimitió.
Así, a medio camino entre la comedia y el drama, la película se crece por las magníficas interpretaciones, sobre todo de sus secundarios.
James Cagney está soberbio, hace subir 2 niveles la producción, y Lemmon pone el lado cómico; acompañan William Powell y un clásico de Ford, Ward Bond, que aquí sólo aparece en 2 escenas.
En el rol protagonista, Henry Fonda hace un papel sobrio y efectivo para los sentimientos que intenta trasmitir; y está a un leve escalón por debajo de sus compañeros.
Pero dada la ambientación bélica del film, echo de menos un poco de reflexión colectiva de los marineros, sobre el papel que pueda jugar un simple buque de transporte en la guerra, alguien se tiene que ocupar de las tareas secundarias, no todos pueden luchar; más allá del dilema del protagonista.
Y sobre todo, se plantea una pregunta:
¿Es Roberts un buen oficial?
Está claro que para su tripulación si lo es, e intuimos que hace bien su trabajo; pero lo cumplir con la cadena de mando, respetar a sus superiores, lidiar con los problemas y ser consciente de que su, en principio simple papel, es igual de importante que cualquier otro, se ve que no es lo suyo...
Y tener un superior tiránico, tampoco no puede ser excusa para todo…
En un principio, Fonda no era el elegido para el personaje de Mister Roberts; de hecho, Warner Bros., consideró anteriormente a William Holden o a Marlon Brando para este papel; pero el estudio pensó que como Fonda había estado en el escenario y fuera de la pantalla tanto tiempo, unos 8 años; ya no era atractivo ni taquillero.
Y es que Mister Roberts fue la primera película de larga duración de Henry Fonda después de “Fort Apache” (1948); además, cuando comenzó la filmación tenía 49 años, mucho más que El Teniente promedio de tercer año; y solo fue contratado después de que el director John Ford insistiera en ello; y como los productores necesitaban al director con 6 Premios de La Academia para dirigir la película, se rindieron.
Irónicamente, una vez que comenzó la filmación, Ford y Fonda no vieron casi nada…
Pero Ford tenía otras ideas para su personaje, y en su set “se ven las cosas a su manera o te vas”
Como resultado, John Ford y Joshua Logan prácticamente renegaron la película, y Henry Fonda más tarde afirmó “despreciarla”
Y mientras dirigía la película, Ford tuvo conflictos de personalidad también con James Cagney.
Si con Fonda terminó su amistad personal de 16 años y su relación profesional de 8 películas, a pesar de que Ford se disculpó con Fonda después; Fonda solo apareció en una película más de Ford, “How The West Was Won”, y fue en un segmento no dirigido por Ford; por lo que cuando Ford se encontró con Cagney en el aeropuerto, el director advirtió que “enredarían los traseros”, lo que sorprendió a Cagney; que dijo más tarde:
“Le habría pateado el cerebro.
Era tan malo con todos.
Era realmente un viejo desagradable”
Al día siguiente, Cagney llegó un poco tarde al set, y Ford se enfureció.
Cagney interrumpió la inminente diatriba y dijo:
“Cuando comencé esta película, dijiste que enredaríamos los traseros antes de que esto terminara.
Estoy listo ahora, ¿y tú?”
Ford retrocedió y se alejó, y él y Cagney no tuvieron más conflictos en el set.
Por otra parte, Lemmon comenzó una amistad a largo plazo con Cagney, que continuó hasta la muerte de Cagney en 1986.
Además, esta fue la última película de William Powell, aunque murió años más tarde en 1984; y la última película de Cagney para Warner Bros., el estudio que lo había impulsado al estrellato 25 años antes, y en el que había pasado la mayor parte de su carrera bajo contrato.
Sobre Powell, había tenido dificultades para retener sus líneas, algo que no le había sucedido en películas anteriores, y esta fue una de las razones por las que esta fue su última aparición en la película.
La salud frágil, incluidos los episodios de cáncer, además de escenas difíciles en Hawái, lo llevó a la decisión de retirarse.
Como dato, tanto Henry Fonda como Jack Lemmon sirvieron en La Marina de los EEUU durante La Segunda Guerra Mundial; y ocuparon los rangos de Teniente grado junior y alférez respectivamente cuando fueron dados de alta.
Y para hacer que Henry Fonda luzca más joven, muchos papeles del reparto fueron elegidos entre actores mayores.
De los personajes:
Mister Roberts se basó en Donald House; que contrariamente a la historia del libro, no fue asesinado en acción, sino que continuó como oficial naval de carrera hasta la jubilación, y vivió hasta principios de 1998.
Inicialmente, el alférez Ralph, cambiado a Frank en el libro, amenazó con demandar a Heggen por usar su nombre real.
Pulver era en realidad, un oficial que se tomó muy en serio su carrera naval; y todavía era un oficial en servicio activo en el momento en que se publicó el libro, por lo que le preocupaba tener su nombre en el libro y en la obra que pudiera ser perjudicial para su carrera.
El Capitán del barco interpretado por James Cagney , y las consiguientes travesuras de la palmera, se basó en El Capitán del USS Virgo (AKA-20), El Teniente Comandante Herbert Ezra Randall Sr., USNR; que continuó como oficial naval de carrera hasta la jubilación, y vivió en el sur de California hasta el 21 de noviembre de 1991, cuando murió, y en su tumba se colocó su famosa palmera.
Al principio, La Marina de los EEUU no estaba contenta de que la película se hiciera en absoluto:
Primero porque El Capitán Morton no era el tipo de oficial que La Marina quería que el público viera, e iba a negar toda cooperación con el cineasta John Ford.
Sin embargo, John Ford, un ex Capitán de La Armada, llamó a algunos de sus amigos en la sede de La Armada en Washington para asegurar la cooperación de La Marina; y logró usar sus conexiones para encontrar uno de los viejos buques de carga para usar en el escenario y como el barco de la historia.
Así, el buque de La Armada que desempeñó el papel de USS Reluctant (AK-601), también conocido como “The Bucket” en las tomas exteriores de la película, era un antiguo buque de carga y pasajeros/carga y suministro (FP/FS) del ejército de los EEUU en La Armada después de La Segunda Guerra Mundial.
El USS  Hewell (AG-145) está acreditado por La Marina como el barco asignado a la filmación.
La historia oficial de La Armada para el barco, señala lo siguiente:
“A fines de agosto de 1954, Hewell partió de Hawái hacia La Isla Midway, amarrando en La Base Naval allí, el 28 de agosto para ayudar a filmar la película de Warner Brothers, “Mister Roberts”
La película, protagonizada por Henry Fonda, James Cagney, William Powell y Jack Lemmon, fue parcialmente filmada a bordo de Hewell, con filmaciones en curso filmadas en Midway Harbor entre el 1 y el 16 de septiembre.
El barco de carga liviano regresó a Hawái entre el 24 y el 29 de septiembre, y se filmó una película adicional en la bahía de Kaneohe entre el 30 de septiembre y el 7 de octubre”
Pero un artículo de 1994, que apareció en el boletín del Keyport, Washington Naval Undersea Warfare Center, afirmando que IX-308, otra embarcación FS del Ejército convertida en un AKL de La Marina y asignada tareas de recuperación de torpedos en Keyport se usó en la filmación de “Mister Roberts” y no Hewell, por lo que se creó una controversia…
Ese barco había sido nombrado USNS New Bedford por su servicio desde ese puerto que sirve a Las Torres de Texas de La USAF.
Todos menos uno de los AKL de La Armada se construyeron como buques de carga tipo FP/FS del Ejército de EEUU transferidos a La Armada.
Tal como estaba, un AKL llevaba una tripulación mucho más pequeña que el USS Virgo (AKA-20) y el USS Rotanin (AK-108), ambos de los cuales, Thomas Heggen sirvió durante la guerra.
Así, en la película, Roberts le dice a “Doc” que hay “62 hombres” a bordo que habrían sido demasiados para un AKL.
Total, se hicieron varias modificaciones a la apariencia exterior de AKL para la película; y la famosa palmera estaba ubicada en una cubierta construida para la película, al extender la pequeña caseta del AKL y construir escaleras hasta el puente y la cubierta principal; y de esa manera se muestra que la tripulación, cuando desciende a su compartimento de atraque, desciende a la bodega de carga.
No obstante, si podemos achacarle algo a Mister Roberts, es precisamente su parte humorística, que es lamentable por lo caricaturesca, que le resta el realismo pretendido.
En la escena en la que los hombres descubren que pueden ver las habitaciones de las enfermeras en la isla, deciden que uno de los hombres debería vigilar con los prismáticos en caso de que uno vuelva a bañarse.
Comienzan su deber raspando óxido.
Cuando El Capitán aparece para inspeccionar su trabajo, se ocupan de mantenerse fuera de problemas; y cuando el personaje de Cagney dirige su atención al desprevenido “voyeur”, comienzan a golpear frenéticamente sus herramientas, enviando el mensaje:
“Dot, Dot, Dot-Dash, Dash, Dash-Dot, Dot, Dot” que es el “Morse Code” para SOS.
O la secuencia en que la marinería vuelve de la fiesta borracha…
La gracia no se ve por ningún sitio; se comenta que maltratan a las mujeres y ahí se queda hierático Henry Fonda oyendo eso… y particularmente la interpretación que hace Cagney al frente de un grupo de marineros, debería figurar en una antología de los despropósitos interpretativos del cine de los años 50.
“Then I looked down from our bridge and saw our captain's palm tree.
Our trophy for superior achievement!
The Admiral John J. Finchley award for delivering more toothpaste and toilet paper than any other Navy cargo ship in the safe area of the Pacific”
No cabe la menor dudar que el honor es una cualidad que el grupo social le reconoce a un individuo cuya conducta es perfectamente consistente con su palabra:
Una cualidad esencial en aquellas comunidades cuyas instituciones formales no son creíbles, por no ser consistentes o ser ineficaces.
Así, por ejemplo, en las sociedades modernas, con instituciones adecuadas y eficaces, el honor personal es una cualidad que poco a poco va perdiendo su valor social.
Sin embargo, el honor es una de esas “antiguallas” que da pena ver cómo se van perdiendo en el mundo actual.
Por ello, siempre tendremos a Mister Roberts, un héroe que no fue a la guerra, pero libró y ganó muchas batallas fuera del campo de la acción, en el honor.

“I've been aboard this destroyer for two weeks now, and we've already been through four air attacks.
I'm in the war at last, Doc!
I've caught up with that task force that passed me by.
I'm glad to be here.
I had to be here, I guess.
But I'm thinking now of you, Doc, and you, Frank, and Dolan, and Dowdy, and Insigna, and everyone else on that bucket.
All the guys everywhere who sail from tedium to apathy and back again, with an occasional side trip to monotony.
This is a tough crew on here, and they have a wonderful battle record.
But I've discovered, Doc, that the unseen enemy of this war is the boredom that eventually becomes a faith and, therefore, a terrible sort of suicide.
And I know now that the ones who refused to surrender to it are the strongest of all.
Right now, I'm looking at something that's hanging over my desk.
A preposterous hunk of brass attached to the most bilious piece of ribbon I've ever seen.
I'd rather have it than The Congressional Medal of Honor.
It tells me what I'll always be proudest of:
That at a time in the world when courage counted most, I lived among 62 brave men”



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