The Great Lie

“It spells life with capital letters.
A woman without a child is like a man without an arm.
The right arm”

El melodrama es una de obra teatral dramática, en la que se resaltan los pasajes sentimentales mediante la incorporación de música instrumental; y en la segunda mitad del siglo XX, muchas fueron las películas dirigidas a un cierto público femenino; pues esas películas abarcaban una gran carga emocional o moral muy fuerte o emotiva, buscando así, ser lo más realistas posibles, dando un significado y connotación humana
El formato melodramático, permite de esa manera que el personaje supere sus dificultades o supere los problemas con resistencia resuelta, en actos de sacrificio y valentía constante; y aunque los críticos de cine a veces usan el término peyorativamente para connotar un poco realistas, patéticas, o cursis historia de romance o situaciones domésticas con personajes estereotipados, a menudo incluyendo un personaje femenino central; que apelar directamente al público femenino; el enfoque melodramático es más enfocado a los problemas familiares y los temas del deber y el amor; y así, enfatizan la unidad familiar, donde las mujeres generalmente se representan en un papel subordinado y tradicional, o enfrentando el sacrificio y la represión; mientras que los hombres se muestran solo en el entorno doméstico, estereotípicamente femenino, y como tal, para resolver los desafíos presentados por la historia.
Así, el hombre debe aprender a negociar ese espacio “femenino”; y dado que los hombres están aprendiendo a operar en el ámbito doméstico, parecen “menos masculinos... y más feminizados”, esto hace que los melodramas sean atractivos para las espectadoras; poniendo especial atención a un personaje víctima.
La mayoría de estos melodramas cinematográficos, tuvieron lugar en las décadas de 1930 y 1940, siendo conocidos como “weepies” o “tearjerkers”, que se traducen como “cine lacrimógeno”
“Just the sort of woman that should have them”
The Great Lie es un drama del año de 1941, dirigido por Edmund Goulding.
Protagonizado por Bette Davis, George Brent, Mary Astor, Lucile Watson, Hattie McDaniel, Grant Mitchell, Jerome Cowan, Charles Trowbridge, Thurston Hall, Russell Hicks, Virginia Brissac, J. Farrell MacDonald, Addison Richards, Sam McDaniel, entre otros.
El guión de Lenore J. Coffee, basada en la novela “January Heights” de Polan Banks, que describe un triángulo amoroso, un melodrama del tipo que caracterizaba las historias de Hollywood de los años 40, muy centrado en el argumento que disecciona un turbio secreto, y que poco a poco va afectando a cada uno de sus personajes...
Y como película, es casi una telenovela que se disfruta y se deja ver, porque tiene una gran historia y un buen desarrollo, y deja que el espectador forme parte de los vínculos emocionales que van generándose mientras transcurre el metraje.
Sin embargo, Bette Davis y Mary Astor pensaron que el guión original no era muy bueno; y ambas terminaron haciendo reescrituras masivas del guión, para darle otro brillo.
Como resultado, Mary Astor ganó El Premio de La Academia como Mejor Actriz de Reparto, siendo esta su única nominación al Oscar, y la única nominación al premio de esta película.
Se cuenta que en su discurso de aceptación del Oscar, Astor agradeció tanto a Davis como a Tchaikovsky.
Posteriormente, el célebre director, Lindsay Anderson, escribió sobre Astor en 1990:
“Cuando 2 o 3 que aman el cine se reúnen, siempre surge el nombre de Mary Astor, y todos coinciden en que era una actriz de especial atractivo, cuya intensidad y realismo siempre parecen iluminar los papeles que interpretó”
A pedido de Davis, la película se estrenó en Littleton, New Hampshire, el 5 de abril de 1941, el día de su 33° cumpleaños, como un beneficio para el hospital local; siendo un gran evento para la ciudad con música y fanfarria; tanto que la madre de Bette, Ruth, asistió.
La acción tiene lugar en New York, donde el playboy Peter “Pete” Van Allen (George Brent) se casa con la famosa pianista Sandra Kovak (Mary Astor) después de una fiesta…
Un par de días después, su abogado Jock Thompson (Jerome Cowan) le dice que su matrimonio no es válido, ya que el divorcio de Sandra del esposo anterior, no ha concluido.
Pete es un piloto distinguido, y vuela a Maryland para encontrarse con su ex prometida, Maggie Patterson (Bette Davis) en su granja; y ella dice que su tío ha ofrecido un puesto de piloto para trabajar para el gobierno.
Pete regresa a New York, y le dice a Sandra que deben casarse nuevamente la próxima semana; sin embargo, ella tiene un concierto en Filadelfia, y le dice que no puede casarse con él en esa fecha…
Así, Pete viaja a Maryland, y le dice a Maggie que es libre de casarse con ella.
Ambos se casan, y pronto Maggie se entera de que Sandra está embarazada...
Sin embargo, Pete no se encuentra en el país, anda por Brasil, y tiene un accidente…
El grupo de búsqueda no lo encuentra; por lo que Maggie busca a Sandra, y le propone adoptar a su bebé; a cambio, ella le daría una cantidad generosa de dinero.
Sin embargo, cuando se encuentra a Pete en Manaus, Sandra visita a Maggie y Pete, y chantajea a Maggie, esperando que le regrese el niño y a Pete.
Para el público moderno, el gran drama de The Great Lie, probablemente se parece más a la comedia… pero tienes que ponerte en la mentalidad correcta para apreciar completamente el diálogo forzado y la emoción de mano dura que se muestra en esta “primera película de chicas”, pues la intensidad de las situaciones llegan directamente al corazón de la emoción humana al presentar primero nuestros sentimientos en sus formas más puras de celos y amor, y luego aumentarlos al tamaño de una valla publicitaria.
Así, la única excusa que se puede encontrar para este cuento completamente telenovelesco es que le da a Davis, una oportunidad de mostrar su excelente talento para la angustia, ser maternal y noble...
Y en ese papel no hay duda de que se comporta generosamente; pero es Mary Astor quien proporciona un hermoso contraste de frialdad y envenenado engreimiento, tanto que Astor se come a Davis en cada fotograma en que aparecen juntas, siendo así, uno de los pocos filmes donde una actriz logra eclipsar a la gran Bette.
En resumen, la actuación es impresionante, la dirección de Edmund Goulding es de primera clase, pero la historia es algo insignificante que apenas parece que valga la pena.
Sin embargo, a las mujeres probablemente les encantará, ya que las mentiras son tan provocativas, con grandes dosis de supuestos problemas reales, como por ejemplo, la maternidad, la identidad de los padres, etc.
“I'm not one of you anemic creatures who can get nourishment from a lettuce leaf, I'm a musician, I'm an artist!
I have zest and appetite, and I like food!”
Edmund Goulding dirigió The Great Lie y otros 2 vehículos para Bette Davis y George Brent como “Dark Victory” y “The Old Maid”, junto con un poco de otras películas, incluyendo la increíble y completamente diferente “Nightmare Alley” y “The Razor's Edge”; pero este es un melodrama discreto, con personajes comprensivos que actúan como seres humanos normales e imperfectos; donde encontramos algunos momentos nobles, pero en general, la historia, escrita por Lenore Coffee de la novela de Polan Banks, es realista.
Claro, todos son ricos y nadie tiene que ir al baño, pero es una película... y también se ve y suena genial gracias a los vestidos de Orry-Kelly y la música de Max Steiner.
El filme fue uno hecho para tantas mujeres que pronto verían el trasfondo hecho realidad, cuando EEUU entrara a La Segunda Guerra Mundial tras el ataque a Pearl Harbor.
La acción inicia cuando la pianista de concierto Sandra Kovak y su esposo aviador, Peter Van Allen, descubren que su matrimonio impulsivo no es válido porque su divorcio no se había finalizado antes de casarse.
Así que él la abandona y se casa con su vieja llama Maggie Patterson; pero Peter viaja a Brasil por negocios y, cuando su avión desaparece, se presume que se estrelló en la selva, y fue asesinado...
Luego, Sandra descubre que está embarazada de Peter, y Maggie le propone que se le permita criar al bebé como suyo, a cambio de cuidar económicamente a Sandra.
De esa manera, las 2 mujeres se van a Arizona a esperar el nacimiento, donde Sandra da a luz a un niño, que lleva el nombre de Pete, su padre.
Luego, Sandra se embarca en una gira mundial, durante la cual, Peter, que sobrevivió al accidente, regresa a casa, y Maggie lo lleva a creer que el niño es suyo…
Sandra, queriendo padre e hijo para sí misma, se burla de Maggie, de que Peter se ha quedado con ella solo por el niño, y le exige que confiese que lo engañó; dando así el tema que da título a la obra.
Cuando Maggie explica la verdadera situación, Peter se sorprende por el comportamiento de Sandra, y anuncia que puede llevarse al bebé, pero él se quedará con Maggie.
Sandra, aceptando que Peter realmente ama a Maggie, y sabiendo que Maggie será una madre mucho mejor para el niño, se sienta al piano y anuncia que dejará al niño con su madre, mientras toca “El Concierto para Piano No. 1” de Tchaikovsky.
The Great Lie es primero y lo peor de todo, una telenovela:
Predecible e inverosímil, cliché, llena de pseudo-drama y odio a los personajes; y a diferencia de la mayoría de las telenovelas de la televisión actual, la actuación es, si no excepcional, aceptable, más que sobresaliente en el caso de Mary Astor, quien roba todo sus fotogramas de manera magistral; siendo todo un golpe bajo para Bette Davis, considerando que ella es su coprotagonista.
A destacar, obviamente a sus intérpretes femeninas, encabezada por una Bette Davis grandiosa, cuya presencia ya es suficiente para darle un nivel de superioridad a cualquier película, y su personaje, Maggie Van Allen, es una mujer con una amplia gamma emocional, porque debe sostenerse en su propio juego sin perder la naturalidad e inocencia que expresa en la primera parte de la película.
Al lado de ella, una impresionante Mary Astor, que es la contraposición de Maggie:
Una mujer dura, fría, calculadora, extravagante y cínica, entregada a su profesión.
Sin olvidarme de Hattie McDaniel, que vuelve a hacer otra versión de su personaje en “Gone With The Wind” (1939), lo que puede significar un punto negativo para la película, pero hace un gran papel como la nana atrevida, exótica, graciosa, mandona y divertida. 
Aunque ella, como casi siempre lo hizo, roba algunas escenas, sigue siendo una de las vergüenzas más profundas de Hollywood que a esta talentosa actriz nunca se le dieron personajes más desarrollados para interpretar, muy lejos de ser la “mammy”
Y George Brent está bastante plano y nada destacable, de hecho, su personaje se pierde en gran parte del desarrollo; haciendo que este elenco sea de dominio femenino total.
Se cuenta que después de completar “The Letter”, Bette Davis se fue de vacaciones a New Hampshire y, a su regreso a Hollywood, le ofrecieron el papel de Maggie Peterson en The Great Lie.
“No estaba muy entusiasmada con eso”, recordó más tarde, pero el correo de los fanáticos, instándola a hacer un buen papel para un cambio de registro, la llevó a aceptar.
“Maggie fue una de las pocas veces que interpreté a un personaje básicamente como yo fuera de la pantalla”, dijo.
La oportunidad de interpretar a un personaje comprensivo, fue atractiva, ya que el correo de los admiradores la había llamado universalmente a que fuera “agradable”
Mientras que el papel de Sandra Kovak resultó difícil de interpretar...
Aunque era ideal para el papel, Miriam Hopkins no fue considerada debido a los muchos problemas que había creado mientras coprotagonizaba con Davis en “The Old Maid”; y entre los que probaron el papel estaban:
Anna Sten, Sylvia Sidney, Muriel Angelus, Katherine Locke y Mary Astor, que era de hecho, una pianista consumada.
Davis, que disfrutaba trabajar con poderosas actrices capaces de desafiarla para superarlas en escenas en las que interactuaban, sintió que Astor era la mejor del grupo, e insistió en que el jefe de estudio, Jack L. Warner, la probara nuevamente, esta vez tocando el piano, cuando el productor Hal B. Wallis no parecía dispuesto a ofrecerle el papel...
La filmación comenzó con el papel de Sandra, aún sin estar consolidado, para gran angustia de Davis; por lo que ella y el director Edmund Goulding, entablaron tantas discusiones acaloradas que la actriz desarrolló laringitis, y la filmación se suspendió por 2 días.
Cuando Davis regresó al set, el 8 de noviembre de 1940, supo que Wallis y Warner habían aceptado su pedido de que Astor fuera elegida.
Davis y Astor, se unieron de inmediato, y entablaron una conversación que resultó ser histórica:
“¡Esta película va a apestar!
Es demasiado increíble en las palabras... así que depende de nosotras reescribir este pedazo de basura para hacerlo más interesante”, dijo Davis a su coprotagonista, y las 2 mujeres se dispusieron a eliminar muchos elementos de telenovela a partir de su diálogo, y crearon una gran cantidad de pulsos para sus personajes.
De esa manera nació una de las líneas de Mary Astor:
“Who brought me to this dump?” que 8 años después, Bette Davis la usaría como “What a dump!” en una de sus citas más conocidas para el filme “Beyond The Forest” (1949)
De hecho, ambos guiones originales fueron escritos por Lenore J. Coffee.
Aun así, hubo algunos problemas que las 2 actrices no pudieron anticipar ni evitar:
El bebé contratado para interpretar al bebé Pete, estuvo enfermo durante gran parte de la filmación, causando retrasos en el horario, y cuando una enfermera lo dejó, se lastimó tan gravemente que necesitaba ser reemplazado.
En consecuencia, sus padres presentaron una demanda contra el estudio…
Davis, Astor y George Brent también estuvieron enfermos en varias ocasiones, creando problemas con el horario.
Además, Astor se distrajo por problemas matrimoniales con Manuel del Campo, quien se negó a reunirse con ella en Victorville, California, después de que le dio permiso para que lo hiciera.
Al tiempo que Davis decidió que la filmación se completaría en Navidad, para que el elenco y el equipo pudieran disfrutar de las vacaciones, y ella pudiera planear su boda de Nochevieja con Arthur Farnsworth.
Como dato, aunque Astor era lo suficientemente capaz de tocar el piano durante las secuencias del concierto, se usó un doble de cuerpo mientras Max Rabinovitch tocaba el piano detrás de escena; así, tomando sus señales del director, la actriz emparejó las notas con el pianista hasta que se logró la sincronización perfecta.
Más tarde, José Iturbi le preguntó a Astor:
“¿Cómo no estarías tocando?
¡He tocado muchas veces en el concierto y estabas allí!”
A lo que Davis declaró:
“Estas escenas de los conciertos de Mary, fueron las escenas más creíbles jamás vistas en pantalla, porque ella realmente era una pianista por excelencia”
Y a sugerencia de Mary Astor, su cabello se cortó en la forma de moño que usa en la película, porque rodar y peinarlo tomaba demasiado tiempo; y luego lo usó igual en “The Maltese Falcon” (1941), causando una gran moda de estilo.
Curiosamente, George Brent era un piloto con licencia, e hizo sus propios aterrizajes en la película; no obstante, su personaje de Pete, cuando regresa de muchos meses en la jungla brasileña viviendo con los nativos... no ha perdido una libra.
De hecho, aparte de un poco de canas, su apariencia no ha cambiado.
Tal experiencia debería haberlo llevado a una dramática pérdida de peso…
También, acotar que la casa que se usa en esta película, era la misma casa usada en la película de Bette Davis “Jezebel” (1938), y esa escalera también recuerda a “The Little Foxes” (1941); de hecho, George Brent también estuvo en la película “Jezabel”
Quizás, el problema de The Great Lie radica en la carencia de dramatismo pesado, o dicho de otro modo, “de chicha argumental” y falta de impacto emocional en sus escenas que hubieran podido ser más atrevidas, y además, el trabajo de dirección se siente muy impersonal. 
¿Acaso no les recuerda esto a “Mr. and Mrs. Smith” de Alfred Hitchcock?
¿Quién copió a quién, si ambas películas se estrenaron el mismo año 1941?
Es fácil deducirlo…
Finalmente, la banda sonora es buena.
¿Cómo no iba a serlo, si la firma ese diamante que compone y adapta maravillosamente, y que se llama Max Steiner?
La partitura es del compositor favorito de Davis, quien aquí está subordinado a la música clásica de origen; cuyo título principal se retoma con la apertura del “Concierto para Piano Nº 1 en si bemol menor” de Tchaikovsky, con esos 3 acordes estrepitosos; y en la mayoría de las oportunidades, Steiner interpola al Tchaikovsky en la partitura de fondo, aunque no en la medida en que lo haría con “As Time Goes By” de Herman Hupfeld en “Casablanca” (1942); mientras que en el “backstage” se escucha el final de “Tristan und Isolde” de Wagner; y Peter escucha una grabación fonográfica del último lanzamiento de Sandra, “El Concierto para Piano Nº 4 en re menor” de Anton Rubinstein.
Como dato, este extracto del primer movimiento del Concierto de Anton Rubinstein es una gran rareza, y ciertamente no fue registrado por nadie más en 1941.
Posiblemente fue elegido por Max Steiner, porque ya no estaba en derechos de autor, pero cualquiera sea la razón, fue una elección muy inusual y sofisticada.
“If I didn't think you meant so well, I'd feel like slapping your face”
El concepto “cine de mujeres”, en sus orígenes aludía a un cine mayormente protagonizado por mujeres, y dirigido a una audiencia femenina.
Un cine que si bien aglutinaba una disparidad de géneros como la comedia, la aventura romántica, el cine gótico o de terror o el musical, parecía guardar una estrecha correlación con el melodrama; un género multidimensional, de origen teatral, que nos retrotrae a una narrativa decimonónica basada en el modelo burgués de familia patriarcal, concebido como espacio virtualmente opresivo para la mujer.
La herencia teatral del melodrama cinematográfico, también se manifiesta en la visible importancia que se concede a la puesta en escena, como vehículo para canalizar el “pathos” melodramático.
Así, el exceso o desbordamiento de una emoción incontenible característica de un género tradicionalmente muy del gusto de mujeres y hombres de orientación homosexual, a menudo asociado a impulsos edípicos y/o homoeróticos, que la narrativa trata de reprimir por su incompatibilidad con las demandas de la ideología patriarcal dominante; es lo que inunda este tipo de propuestas.
De esa manera, es común que el melodrama esté sujeto, en este sentido, a una suerte de conversión histérica del texto, en la medida en que ese exceso de emoción que la narrativa trata de reprimir, termina por desviarse y aflorar, a modo de síntoma neurótico, en la propia “mise en scène”; y de ahí su potencial de transgresión.
El deseo de una mujer de tener descendencia, y “el alquiler” de un vientre de la ex del esposo; el ocultamiento de dicho bebé fue “la gran mentira” que se desarrolló en este melodrama.

“Sometimes there's a terrible penalty for telling the truth”



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