The Paper Chase

“You have to choose between the girl you love and the diploma you've worked for all your life.
You have 30 seconds”

El llamado “Método Socrático” es una forma de diálogo cooperativo argumentativo entre individuos, basado en hacer y responder preguntas para estimular el pensamiento crítico, y extraer ideas y presuposiciones subyacentes.
Por tanto, el debate es un método de dialéctica o demostración lógica para la indagación o búsqueda de nuevas ideas, conceptos o prismas subyacentes en la información; y fue aplicado ampliamente para los escritos orales de los conceptos morales clave; siendo descrito por Platón en los diálogos Socráticos; por ello, este método se le acredita a Sócrates, quien empezó a enzarzarse en dichos debates con sus compañeros atenienses después de una visita al oráculo de Delfos; y de esa manera, él es habitualmente reconocido como “El Padre de La Ética Occidental” o “Filosofía Moral”; por lo que es una forma de búsqueda de verdad filosofal que normalmente concierne a 2 interlocutores en cada turno, con uno liderando la discusión, y el otro asintiendo o concordando a ciertas conjeturas que se le muestran para su aceptación o rechazo.
También El Método Socrático es uno de eliminación de hipótesis, en el sentido de que se encuentran mejores hipótesis identificando y eliminando constantemente aquellas que conducen a contradicciones.
Aquí algunas preguntas de estilo socrático:
¿Qué quieres decir realmente con...?; ¿Cómo llegas a esa conclusión?; ¿Qué es lo que realmente se está diciendo?
Supón que te equivocas:
¿Qué consecuencias tendría eso?; ¿Cómo podría saber que lo que dices es verdad? o ¿Por qué es esto importante?
El Método busca verdades generales y comunes que dan forma a las creencias y las examina para determinar su coherencia con otras creencias.
La forma básica, es una serie de preguntas formuladas como pruebas de lógica y de hechos, destinadas a ayudar a una persona o grupo a descubrir sus creencias sobre algún tema; explorando definiciones y buscando caracterizar características generales compartidas por varias instancias particulares.
El Método Socrático es uno ampliamente usado por profesores para la enseñanza del Derecho en muchas universidades para la formación de profesionales.
“Speak louder, Mr. Hart!
Fill the room with your intelligence!”
The Paper Chase es un drama del año 1973, escrito y dirigido por James Bridges.
Protagonizado por Timothy Bottoms, Lindsay Wagner, John Houseman, Graham Beckel, James Naughton, Edward Herrmann, Craig Richard Nelson, entre otros.
El guión se basa en la novela de 1971, escrita por John Jay Osborn, Jr., y cuenta la historia de un estudiante de derecho de Harvard, y sus experiencias con el severo profesor y con la hija de éste, de quien se enamora; pero además, dramatiza el uso del Método Socrático en las clases de derecho.
El autor, John Jay Osborn, Jr., escribió la novela mientras estudiaba derecho en La Facultad de La Universidad de Harvard; por lo que se basa en sus experiencias.
La novela se divide en 3 secciones:
Otoño (capítulos 1–15), Invierno (capítulos 16–33) y Primavera (capítulos 34–58)
Los capítulos 1, 3, 13, 27 y 35, comienzan con citas que establecen el tono de esos capítulos; quien “la voz cantante” la tiene Charles W. Kingsfield Jr., un profesor de contratos imperioso, muy respetado y temido en La Facultad de Derecho de Harvard, conocido por su implacable uso del Método Socrático en sus estudiantes.
En la vida real, durante un evento en La Facultad de Derecho de Harvard, para conmemorar el 40° aniversario de la publicación del libro, el autor dijo que el personaje era un compuesto de varios de sus profesores en La Facultad de Derecho de Harvard, y dijo:
“No fue difícil encontrar un papel modelo”
De hecho, muchos graduados de Derecho de Harvard, creen que el personaje es un compuesto del profesor de Contratos Clark Byse, y el profesor de Derecho de Propiedad,  A.J. Casner, usuarios intimidantes y legendarios del Método Socrático.
Por su parte, el actor que le da vida, John Houseman, dijo que basó su actuación, en parte, en las historias que le contaron los antiguos alumnos de Earl Henry Warren, profesor de La Facultad de Derecho de 1904 a 1945; pues Warren enseñó un curso de derecho de propiedad de primer año, siendo famoso en la escuela por sus comentarios sarcásticos durante las conferencias y sus maneras intimidantes.
Sin embargo, Houseman dijo que también se basó en su experiencia como profesor y director del departamento de drama del Juilliard School.
Por ello hay varias posibles inspiraciones para el personaje de Charles Kingsfield.
Por su gran trabajo interpretativo, John Houseman se ganó El Premio Oscar como Mejor Actor de Reparto, iniciando así su carrera como actor de cine.
“Mi primera reacción fue de incredulidad y vago placer, seguida de una sensación de vergüenza, al darme cuenta de que para la mayoría de los actores de mi edad, un Premio de La Academia o incluso una nominación llega como la culminación duramente ganada de una carrera larga y dedicada:
¡La mía fue la recompensa por 10 días agradables que pasé con un amigo en Toronto!”, dijo Houseman.
Por cierto, Houseman luego retomó el papel en una serie de televisión del mismo nombre, que duró 4 temporadas; además, la película estuvo nominada en las categorías de mejor guión adaptado y sonido.
Sobre el rodaje, La Universidad de Harvard solo permitió 3 días de filmación en su campus; pues la administración había estado muy insatisfecha con “Love Story” (1970), que había filmado allí; y como tal, la mayoría de las escenas del campus, fueron filmadas en La Universidad de Toronto.
Eso sí, las tomas exteriores de los edificios de La Facultad de Derecho de Harvard, se filmaron en el campus de La Facultad de Derecho de Harvard, y las tomas de la biblioteca se filmaron en la biblioteca Harvard Andover de La Escuela de Divinidad de Harvard; mientras todos los interiores fueron filmados en escenarios en Toronto.
La historia sigue a un estudiante serio y trabajador llamado James T. Hart (Timothy Bottoms), que va a Harvard donde se encuentra a un tiránico, sarcástico y dominante profesor:
Charles W. Kingsfield, Jr. (John Houseman), siendo una de las mentes más brillantes de Harvard, y cuya clase suele determinar el éxito o fracaso de sus estudiantes; todo porque utiliza El Método Socrático, desafiando a sus estudiantes con preguntas que exigen precisión y creatividad en sus respuestas y, a menudo, humilla a aquellos que no pueden responder.
A medida que avanza el año escolar, Hart enfrenta muchos desafíos, pero se hace amigo de Susan Fields (Lindsay Wagner), sin darse cuenta de que ella tiene una conexión que afecta su relación…
Y es que el profesor Charles W. Kingsfield, es un erudito y cotizado como el mejor y más caro abogado del país, y eso le da poder para que el hombre se dirige a sus alumnos desde su palco de “sabiduría”, y con su rigor, temple y rostro grave, hace temblar a más de uno… y hasta dicen las malas lenguas, que “ha vuelto locos a un montón de abogados desde que empezó a dar clases hace 40 años”
Por ello, Hart decide vengarse, convirtiéndose en el mejor alumno de la clase, pero su relación se vuelve aún más compleja, cuando descubre que Susan es la hija de Kingsfield, además de que ella le brinda su ayuda para ser el mejor.
Finalmente, Hart se acomoda a lo que se le presenta, aceptando un nuevo conjunto de prioridades en su vida.
The Paper Chasa es un muy interesante este filme sobre “David y Goliat”, donde la lucha férrea, perseverante y acuciosa, siempre da sus resultados.
Solo que vuelve a probarse que “es mejor el camino que la meta”, porque cuando ésta se alcanza, el interés desaparece por completo.
También, esta película ha sido catalogada como la única película seria sobre la vida en la escuela de leyes.
Y por ello llega a ser melancólica e intensa, capturando perfectamente la dinámica entre profesor de derecho y estudiante.
“The study of law is something new and unfamiliar to most of you, unlike any other schooling you have ever known before...
You teach yourselves the law, but I train your minds.
You come in here with a skull full of mush; and if you survive, you leave thinking like a lawyer”
El cineasta James Bridges dirigió poco, y su filmografía tuvo altos y bajos a lo largo de dos décadas; por lo que aquí realiza su propio guión, basado en la calificada historia que, John Jay Osborn Jr. cuenta en su libro “The Paper Chase”; una novela clave sobre formación y aprendizaje, y cuya temática es la evolución y el desarrollo físico, moral, psicológico y social del personaje.
Sin embargo, Bridges parece ignorar por completo, que su ambicioso joven héroe, no el profesor, es el villano; pero logra transmitir con gran fuerza el sentir y los padecimientos que se tienen ante un profesor de cuello largo como Kingsfield, quien, haciendo honor a su apellido, traducible como “Campo de Reyes, se siente y actúa como si fuera un perfecto monarca… y para recordar que sigue siendo humano, de vez en cuando es capaz de un verdadero acto de benevolencia.
Así, la película exalta la autonomía de la persona, y nos presenta un examen final del que librarnos, ya sea aprobándolo o no; una figura de autoridad que subyuga; y un amor que solo puede edificarse siendo uno dueño de su libertad, esto es, consciente de las cargas y ataduras de la vida en pos de la felicidad. Por ello el filme funciona a varios niveles, lo que le ha permitido envejecer relativamente bien con el paso del tiempo, manteniéndose como una estimable película que de entrada, plantea a nivel narrativo e incluso temático, una mirada en torno a esa juventud de EEUU de inicios de los 70s, en un ámbito que iba teniendo su relativa fuerza, aunque justo es reconocer, no legara demasiados exponentes memorables.
Al menos, y eso resulta incontestable, en su conjunto, y más allá de sus puntuales cualidades, proponer el valor testimonial de un contexto convulso, en el que la contracultura, los movimientos sociales, o el malestar en torno a la intervención de EEUU en La Guerra de Vietnam, aparecían como elementos candentes en la mentalidad de las jóvenes generaciones.
Pero al mismo tiempo, la película tiene la astucia de plantearse a partir del enfrentamiento de 2 personajes, en cuyo choque se delimitará la fuerza dramática de su conjunto; lo mejor y más valioso de la película.
El creciente enfrentamiento entre Hart y Kingsfield, entendido el mismo a partir de una creciente admiración del primero por el otro, que nunca se recata en afirmar en que su función es la de modular sus mentes, para que a partir de ello, practiquen la reflexión.
Es un enfrentamiento que de alguna manera prolonga esa siempre presente presencia en Hollywood, de títulos en los que el enfrentamiento de un intérprete veterano con uno joven, servía de una parte al segundo como elemento de proyección artística, y al primero algún reconocimiento en modo de premio.
Así, James Hart comienza su primer año en La Facultad de Derecho de Harvard de una manera muy mala.
En su curso de derecho contractual con el profesor Charles W. Kingsfield Jr., supone que la primera clase será un resumen del curso.
Cuando Kingsfield inmediatamente profundiza en el material utilizando El Método Socrático, y le hace a Hart la primera pregunta, Hart no está preparado, y se siente tan humillado que, después de la clase, vomita en el baño.
Posteriormente, Hart es invitado a unirse a un grupo de estudio con otros 5 estudiantes:
Franklin Ford (Graham Beckel) que es la 5ª generación de Ford en La Facultad de Derecho de Harvard; Kevin Brooks (James Naughton), un hombre casado con memoria fotográfica pero sin habilidades analíticas; Thomas Anderson (Edward Herrmann); Willis Bell (Craig Richard Nelson), un individuo abrasivo que se dedica al derecho de propiedad; y O'Connor (Robert Lydiard)
Mientras toma pizza, una mujer, Susan Fields, le pide a Hart que la acompañe a su casa, debido a que se siente incómoda con un hombre que la había estado siguiendo…
Así, Hart regresa a su casa poco después, y le pide una cita, luego de lo cual comienzan una relación.
Pero esa relación es compleja; ella resiente el tiempo que dedica a sus estudios, mientras que él espera que ella le brinde mucha atención, y quiere un compromiso firme.
Cuando Hart y sus compañeros de clase son invitados a un cóctel organizado por Kingsfield, se sorprende al descubrir que Susan está casada y es  la hija de Kingsfield.
Sin embargo, está separada de su esposo, del que finalmente se divorcia.
Ella y Hart se separan, y vuelven a estar juntos varias veces.
En la universidad, Hart divide la clase en 3 grupos:
Los que se han rendido; aquellos que lo intentan, pero temen ser llamados en clase para responder a las preguntas de Kingsfield; y “el escalón superior”
A medida que pasa el tiempo, pasa de la segunda clasificación a la tercera.
Y una noche, Hart y otro estudiante ingresaron a una habitación segura de la biblioteca, y leyeron notas personales que Kingsfield había tomado cuando era estudiante de derecho.
La presión creciente, a medida que el curso se acerca a su fin, llega a todos.
Y cuando Hart le da una respuesta impertinente a Kingsfield, el profesor le da un centavo, y le dice:
“Sr. Hart, aquí hay un centavo.
Llame a su madre.
Dígale que hay serias dudas acerca de que se convierta en abogado”
A lo que Hart llama a Kingsfield “un hijo de puta” y comienza a marcharse...
Sorprendentemente, Kingsfield está de acuerdo con su evaluación, y lo invita a sentarse, lo que hace.
Por otro lado, Brooks intenta suicidarse y abandona la escuela.
El grupo de estudio, está dividido por disputas personales; y con los exámenes finales por venir, Hart y Ford se preparan febrilmente en una habitación de hotel durante 3 días, hasta llegar pasar la clase con éxito.
The Paper Chase es una adaptación fiel de la novela, aunque agrega 2 elementos que no están en el libro:
El primer nombre de Hart, y la inicial del 2º nombre, es decir, James T.; y su calificación en derecho contractual, 93/A
Y tanto en la novela como en la película, Hart hace un avión de papel con la carta sin abrir que contiene sus notas, y lo envía navegando hacia el océano.
Esa es la metáfora que da nombre a la película; siendo posiblemente, la película por excelencia sobre la vida universitaria; porque todo se captura de una manera tan real y reveladora, que muy probablemente enviará al espectador de regreso a sus días universitarios; y a pesar de tener más de 40 años, no parece estar fechado, ya que toca muchos universales que cada generación atraviesa a esa edad.
En todo caso, sigue siendo bastante actual; y los pocos elementos anticuados, son realmente divertidos de ver, incluida la escena en los días previos al teléfono celular, donde los estudiantes se alineaban y esperaban su turno para hacer una llamada en el único teléfono público del dormitorio…
Los personajes de los estudiantes, tienen personalidades diversas, y parecen adultos jóvenes que uno conocería durante sus días de universidad, o incluso ver en un campus hoy; y es bueno tener una película universitaria donde los estudiantes realmente estudian.
De hecho, estas escenas son algunos de los mejores momentos de la película, incluidos los tratos de Hart con personas difíciles en su grupo de estudio.
Por ello, la cinta nos presenta los 3 planos en los que se desarrolla a un alumno brillante dentro de La Escuela de Leyes; y Bridges no desliga al alumno brillante, incisivo y esforzado del hombre, y lo entiende desde su edad e impericia en el competitivo mundo de una de las escuelas de leyes más importante de los Estados Unidos; y nos permite intuir también, que este cosmos sólo es un adelanto de lo que vendrá después.
De esta forma vemos en primer lugar, la relación de Hart con el profesor del curso de Contratos, Charles W. Kingsfield Jr., el verdadero imán del guión.
Por otro lado, lo vemos interactuar dentro del heterogéneo grupo de estudio formado, además de por el propio Hart, por Franklin Ford, Kevin Brooks, Thomas Craig Anderson, O’Connor y Willis Bell.
Y finalmente se narra la relación de Hart con la propia hija del profesor Kingsfield, la magnífica Susan.
Pero la figura más interesante es sin duda la del profesor de Contratos, caracterizado por un enorme John Houseman, en lo que fue su primera aparición en el cine.
El viejo y severo Kingsfield es, a pesar de sus años, una leyenda viviente de La Facultad, y como en una saga escandinava en los pasillos, cafetería y biblioteca, se suelen escuchar historias acerca de la forma de cómo humilló a tal o cual alumno en clase.
El propio Hart comprobará en sus carnes, la certeza de esta leyenda.
Porque Kingsfield imparte sus conocimientos a partir de lo que él denomina El Método Socrático; y manteniéndose alejado de la figura del catedrático tradicional donde se sermonea a los alumnos que recogen pasivamente las enseñanzas impartidas por la cátedra; el profesor Kingsfield entra en calor pronto, y advierte claramente a sus pupilos al inicio del ejercicio, que para ellos, “el estudio del Derecho es algo nuevo y desconocido … a diferencia de sus métodos de enseñanza en el pasado, aquí usamos El Método Socrático.
Yo les llamo, les hago una pregunta, y ustedes contestan.
A partir de mis preguntas aprenderán a enseñarse a sí mismos.
A veces creerán que encontraron la respuesta correcta, les aseguro que es una idea delirante de su parte, jamás encontrarán la respuesta correcta, absoluta y final.
El objetivo declarado, es entrenar las mentes, pues llegan con un cráneo lleno de papilla, y se marchan pensando como abogados”
Pero Kingsfield no exige a sus alumnos un esfuerzo insustancial, intrascendente, como memorizar los materiales de clase; además, pedirá una profunda y completa capacidad de análisis, de allí que menosprecie el esfuerzo de aquellos que sólo se limiten a repetir los hechos de los casos estudiados como si fueran una fotocopiadora, “una memoria fotográfica no sirve absolutamente de nada, sin la habilidad de analizar la gran cantidad de información que se tiene entre las orejas”
Por ello Bridges no escatima en mostrarnos, cómo es que aun cuando todos los alumnos parten con las mismas herramientas, el éxito universitario sólo está reservado para unos pocos, aquellos que internalizan el esfuerzo diario con una innegable capacidad.
Y es curiosa la interpretación que hace Hart de los 3 partidos en que se suelen dividir los salones de clase:
Una facción, son los estudiantes que se sientan atrás del todo renunciando a preparar los casos.
El segundo grupo, son los que no levantan la mano, pero lo intentan si los llaman; viviendo en un estado de miedo constante.
El nivel más alto, los voluntarios, levantan la mano en clase, salen a la palestra.
No creo que sean más inteligentes que los demás, pero son valientes y serán reconocidos al final.
Los profesores sabrán sus nombres, y obtendrán mejores notas.
Los que hemos pasado por una escuela de leyes, yo fracasé en no seguir… sabemos que los profesores severos y exigentes como el profesor Kingsfield, siempre dividen a la clase en 2:
Los que lo odian, como Kevin; y quienes lo admiran como Hart.
Todo dependerá del nivel de responsabilidad con que cada uno enfrente el dictado de la clase.
Esta división, también tiene un correlato en el grupo cerrado de estudio donde participa Hart.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en clase donde estas diferencias importan poco, en el grupo generarán una serie de tensiones con un resultado, al menos en este caso, cruento; pues casi al final del curso, 2 de los miembros, O’Connor y Bell, deciden abandonarlo por discrepancias con los demás miembros, y otro deja incluso la universidad, al no soportar el rigor de los estudios.
El enfrentamiento entre los compañeros es común en un ambiente en donde precisamente se intenta desarrollar la competitividad, y donde no es raro que los alumnos con mayores capacidades, desprecien intelectualmente a sus compañeros con menores habilidades.
Así, en el primer año de estudios, todos nos amábamos porque estudiábamos leyes, y la ley es algo noble; pero ya en el tercer año, uno tenía suerte si no lo asesinaban mientras dormía, esa es la naturaleza de la profesión.
Pero la tirantez no se limita únicamente a las sociedades entre los compañeros de clase, también la relación con un profesor exigente que tensa constantemente a sus alumnos no está libre de asperezas.
“Es usted un hijo de puta” le gritaré Hart a Kingsfield en medio de una clase atónita, algo que la mayoría de sus compañeros hubiera hecho de buen grado si se hubieran atrevido.
“Es lo más inteligente que ha dicho el día de hoy, tome asiento”, le responderá, sin que se le mueva un músculo.
Hay algunos límites que sólo pueden cruzar los iniciados; pero sobre todo hay una discusión sobre la ley real en la película:
La película se desarrolla en La Clase de Contratos de primer año de Harvard, después de todo; y el método de enseñanza de Kingsfield es el socrático, lo que significa que hace preguntas, en lugar de conferencias.
Se revisa El Caso de 1891 de Carbolic Smoke Ball, al igual que los conceptos de subastador como agente, la frustración del contrato, y la diferencia entre una condición y una condición en una promesa.
El Estatuto de Los Fraudes se menciona brevemente, “El Asesinato de Felonía”, un concepto para hacer la muerte de alguien más grave en la ley, si se comete durante la comisión de un delito; incluso si la muerte es accidental… y hay una conducta ilegal en la película:
Ocurre cuando Hart y un compañero de clase entran a la biblioteca para echar un vistazo a las notas archivadas de Kingsfield.
El interés de Hart, es revisar las notas contractuales de La Ley del Primer Año de Kingsfield.
Pero como narrativa, la película también hace un uso excelente de los momentos de silencio, ya que hay muy poca música, en contraste con muchas películas universitarias que se concentran en la fiesta ruidosa y estridente, pero también hay mucho tiempo de silencio, especialmente el primer día de clase en un gran auditorio preguntándose, cómo será el instructor…
La secuencia de apertura realizada debajo de los créditos que muestran un aula vacía que se llena silenciosamente con estudiantes, no solo fue novedosa, sino brillante; donde Bridges capta mejor la tensión peculiar del aula, el terror frío que puede infundir un académico experto en la guerra psicológica; no es raro que Kingsfield sea interpretado por el veterano productor de teatro y cine, John Houseman, en una actuación imponente y soberbia, que capta no solo la frialdad de un hombre así, sino la corteza patricia que oculta un profundo y furioso desprecio.
Como dato, la mayoría de los extras para las escenas de La Escuela de Derecho de Harvard, eran estudiantes reales de Derecho de Harvard, a los que Twenty Century Fox les pagó $25 por día.
El director de fotografía, Gordon Willis, filmó The Paper Chase en formato anamórfico debido al “salón de clases y los gráficos de la película”
También comentó sobre la cinematografía, señalando que la composición de las escenas con Houseman y Bottoms “se relacionaba con quién tenía el control de la situación.
Usamos enormes primeros planos de John, y tomas degradantes de Timothy; luego, como la película continúa y Timothy comienza a ponerse por encima, notarás que los tamaños de los disparos comienzan a disminuir en John, y comienzan a hacerse un poco más grandes en Timothy, hasta que finalmente son compañeros iguales disparando de un lado a otro”
Sorprendentemente, esta fue la primera película de John Houseman, quien tenía 71 años; sin embargo era un actor y maestro dramático muy conocido en ese momento; y fue abordado por los productores mientras él estaba en La Escuela de Bellas Artes de Julliard para obtener una lista de estudiantes buenos pero desconocidos que podrían audicionar para algunos de los papeles para The Paper Chase.
Aunque Houseman se negó a liberar a ningún estudiante durante el semestre, el productor de 21 años, Roderick Paul, recomendó que El Maestro, quienquiera que fuera, fuera Houseman, y podía interpretar a Kingsfield.
Además, James Bridges, el director, eligió a John Houseman en el papel del profesor Kingsfield porque él había sido el mentor y maestro antes de hacer esta película; tanto que Bridges dijo una vez sobre él:
“Casi todos los grandes teatros de Estados Unidos están dirigidos por un protegido de Houseman.
Antes de que existiera el profesor Kingsfield, estaba John Houseman.
Él era el Kingsfield para muchos de los actores, productores y directores del escenario estadounidense de hoy”
Como dato, Houseman no fue el primero en mente para interpretarlo:
Los actores James Mason, Gregory Peck, Melvyn Douglas, Sir John Gielgud, Paul Scofield y Edward G. Robinson fueron considerados.
Y aunque John Houseman “debutó” con este filme, ya había aparecido en un papel pequeño pero importante en la película “Seven Days in May” (1964), y anteriormente había sido conocido principalmente como productor de radio para la famosa “The War Of The Worlds” (1938) del Mercury Theatre Of The Air de Orson Welles, y para la película “Julius Caesar” (1953)
Curiosamente, John Houseman pasó de ser un actor principiante, a un actor veterano como resultado de esta única aparición, y trabajó regularmente como actor durante aproximadamente 15 años después de esta película, siendo percibido como “un veterano en funciones” a pesar de haber sido solo su 2ª película teatral, especialmente cuando se unió a los grandes veteranos de Hollywood, como Fred Astaire, Melvyn Douglas y Douglas Fairbanks Jr. en “Ghost Story” (1981)
Por ello, aunque no pareciera, John Houseman domina el filme con su altiva presencia física, y su perfecta y calculadora elocuencia, y convierte al derecho en un reto tan complicado como el de aquellos gladiadores que veíamos en los coliseos romanos… y de hecho, su aula es bien semejante a un espacio como aquellos.
Por otra parte, Timothy Bottoms y Lindsay Wagner eran actores en gran parte desconocidos cuando fueron elegidos; y varios de los estudiantes en el grupo de estudio, serán conocidos por los observadores de películas que desarrollaron en gran medida sus respectivas carreras después de The Paper Chase.
El personaje de Hart es atractivo, evidentemente es un dios griego, y fácil de identificar, es multifacético y muestra elementos de su propia época, incluido su peinado contracultural y los pantalones; y es evidente que la química establecida con Houseman, admirable en su refinada contención, echa chispas en el conjunto del metraje.
Y es ese contraste, ese enfrentamiento el que a fin de cuentas propone el alma de esta película sencilla, estimable, y honda en sus mejores momentos, que gana muchos enteros en aquellos instantes donde se deja dominar por el intimismo, y en la mirada sincera en torno a sus personajes.
La conversación “a 2” entre Hart y Kevin, uno de sus compañeros, casado e incapaz de sobrellevar unos estudios, que solo ha mantenido, para alcanzar un título que pueda complacer a su suegro, y obtener con él un trabajo de superior entidad, o la dolorosa secuencia en la que este ha estado a punto de suicidarse, marca la medida de las posibilidades de una película, que en su deseo de adaptarse a públicos genéricos, no alcanza esa hondura que se atisba en sus instantes más intensos.
Evidentemente, estos tienen su especial inflexión, en los encuentros y enfrentamientos de Hart con Kingsfield, como el encuentro en el ascensor; la frustración del estudiante al no haber podido cumplir con la propuesta del epígrafe que este le ha solicitado; el enfrentamiento que ambos mantendrán en una de las clases, y que dará la medida de la complicidad entre un profesor que, en el fondo, sabe que se encuentra con su alumno más aventajado.
Sin embargo, la película concluirá obviando cualquier tentación triunfalista, describiendo la rutina de la evaluación del profesor, estupendo apunte, y nos lega una secuencia admirable, portentosa, en la que Bridges no duda en optar por un lenguaje casi “fantastique”
Se trata de la búsqueda nocturna en la biblioteca junto a su compañero por parte de Hart, de las cajas donde se encuentran archivados los apuntes de carrera de su admirado y temido profesor, que raya casi el mito y la leyenda.
Sin olvidarme de Lindsay Wagner, actriz competente, pero la forma en que se encuentran aquí parecía demasiado forzada y aleatoria.
También está superando las probabilidades extremas de que Hart, por casualidad, tenga una relación con la hija de un hombre que es el centro completo de su universo, y el hecho de que resulta ser moderna, sexy y hermosa, a pesar de estar relacionada con un hombre que es cualquier cosa… también era exagerado.
Hubiera sido interesante si hubiera habido algunas escenas y diálogos entre Kingsfield y Susan, pero nunca se muestra.
Además, cuando Hart recibe las calificaciones por correo, no se molesta en abrir la carta, sino que la convierte en un avión de papel y la flota en el océano.
No entendí la motivación de esto, porque durante la película, Hart pasa una enorme cantidad de tiempo preparándose para la prueba, por lo que creo que cualquiera que haya pasado por eso, querría ver lo que obtuvieron…
La escena se interpreta en el sentido de que Hart estaba más interesado en aprender el tema para su propio disfrute, y no le preocupaba lo que obtuvo de él, pero si ese es el caso, la película no logra sacar eso antes, y en su lugar, parece mostrar exactamente lo contrario.
Con todo, The Paper Chase desarrolla un relato que más se parece a una carrera contra el tiempo, contra el cansancio y el tedio de leer y leer documentos, libros y papeles que no admiten conjeturas o verdades a medias.
No olvidar que la banda sonora corre a cargo de nada más y nada menos que de John Williams.
“Mister Hart, here is a dime.
Take it, call your mother, and tell her there is serious doubt about you ever becoming a lawyer”
A raíz de esta película, se criticó que El Método Socrático es una buena herramienta que se utiliza para involucrar a un gran grupo de estudiantes en una discusión, mientras usan preguntas de sondeo para llegar al meollo del tema; y que no se usa para intimidar, ni para derribar a los nuevos estudiantes de derecho, sino por la razón por la que Sócrates lo desarrolló:
Desarrollar habilidades de pensamiento crítico en los estudiantes, y permitirles acercarse a la ley como intelectuales.
Y creo que centrarse en el llamado aspecto deshumanizante de la facultad de derecho, pierde el sentido.
La mayoría de los estudiantes tienen una narrativa de su vida, y ven a la facultad de derecho como un obstáculo que hay que superar antes de poder ascender a una profesión ilustre, y demostrar que son miembros de la sociedad, dignos de respeto.
Como podría decir Joseph Campbell, “la facultad de derecho es parte de su viaje de héroe”
Y es posible que estos estudiantes nunca antes hayan sido empujados intelectualmente, ni hayan enfrentado ninguna adversidad real en términos de estrés o competencia por trabajos.
Si la escuela de derecho no les presenta ningún desafío real, entonces su narrativa personal pierde su significado.
Así, la educación jurídica es más rica y significativa, sino solo participamos en ella, sino que también la valoramos críticamente.

“Mr. Hart!
That is the most intelligent thing you've said all day.
You may take your seat”



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