Coco

Terminando de ver “Coco” (2017) de Lee Unkrich con Anthony González, Marco Antonio Solís, Gael García Bernal, Renée Victor, Ofelia Medina, Sofía Espinosa, Ana Ofelia Murguia, Jaime Camil, Edward James Olmos, Alanna Ubach, Alfonso Arau, entre otros.
Película de animación generada por computadora, en 3D, distribuida por Walt Disney Pictures, y primer filme musical de Pixar, cuya trama está inspirada en la fiesta mexicana del “Día de Muertos”, siendo la película más vista en la historia cinematográfica de México, que toca temas sensibles como la muerte, el recuerdo de los seres queridos, el abandono familiar, el Alzheimer, etc. iniciando, nos pone en locación, donde podemos ver el logotipo de Disney con el cementerio de Santa Cecilia al fondo, y la conocida música del estudio suena con estilo mexicano de mariachis; ese detalle, aunque puede sonar mínimo, marcará todo el filme lleno de características y elementos propios de México, por lo que se requiere de mucho conocimiento para poder sacarle provecho.
La historia gira alrededor de un niño que pertenece a una familia de zapateros, en la que la música está prohibida, pues su bisabuelo abandonó a su mujer para seguir su sueño de ser músico.
Pero siguiendo su sueño de tocar la guitarra, e inspirado por su cantante favorito de todos los tiempos, en la mañana del Día de Muertos, el niño se verá envuelto en una fantástica aventura junto a su perro Dante, una referencia a Dante Alighieri, el poeta italiano y autor de “La Divina Comedia”, que describe el viaje de Dante a través del reino de los muertos; pero en México, Dante es un perro que pertenece a la raza Xoloitzcuintle, 100% mexicana, considerado un símbolo de la muerte, pues representa al dios del inframundo Xólotl; de hecho, estos canes no tienen pelo, y fueron declarados Patrimonio de La Ciudad de México en 2016.
Así, el niño y el perro, entrarán al Mundo de Los Muertos, donde conocerá a sus antepasados, además de a un espíritu amigo llamado Héctor…
Con la festividad del Día de Muertos como telón de fondo, Coco nos trasladará a este mundo colorido y musical, que es una celebración de la vida, de la familia, los recuerdos y la conexión a través de diversas generaciones.
Llama poderosamente la atención, que el protagonista no lleva el nombre titular del filme, sino la bisabuela, Mama Coco, que es un papel de reparto; como dato, en el folklore mexicano, “Coco” se refiere a un fantasma que proviene de la tierra de los muertos.
Otro dato interesante, es que esta es la primera película de Pixar en mostrar la muerte en pantalla, de un personaje importante, en este caso, cuando Ernesto muere aplastado por la campana que cae; ya que todas las demás muertes en las películas de Pixar, han estado un poco fuera de la pantalla.
También llama la atención que aquí como no hay interés amoroso, no hay “chica a la cual salvar”, y el villano de turno, no resulta amenazante.
Sin embargo, se atiborra de estereotipos, imposible, pues toma la idea del ser mexicano, un hecho que Disney/Pixar siempre ha catalogado sus filmes, culturalmente por países en todas sus producciones; y agrego que la historia no resulta tan original, pues recuerda mucho a “The Book Of Life” (2014) que trataba la misma tradición mexicana del Día de Muertos, pues en ella sus protagonistas también se ponían en contacto con sus antepasados, sino véase el aspectos de los muertos, y el mundo de los muertos, aunque ese detalle sea parte de la realidad cultural que se está reflejando, es algo ya visto,  de hecho, su argumento esté constituido por un amasijo de tramas anteriores y exitosas, con guiños a otros filmes de la factoría, como:
El camión de Pizza Planet y el dinosaurio de “Toy Story” como marcas registradas, y en piñatas vemos algunos personajes de Pixar, como:
Buzz Lightyear, Woody y Mike Wazowski, un póster de “Incredibles 2” (2018) entre otros, así también comparte elementos de filmes de Pixar como “Up” (2009) e “Inside Out” (2015), inclusive recuerda a “The Nightmare Before Christmas” (1993); y personajes icónicos mexicanos como:
Frida Kahlo, Cantinflas, Pedro Infante, Jorge Negrete, y el legendario luchador “El Santo”, y multitud de referencias a la cultura mexicana, como:
Las flores de cempasúchil, que se usan para decorar tumbas y altares para guiar a los difuntos; las icónicas calaveras mexicanas y a La Catrina; los alebrijes, que son esculturas pintadas con colores alegres y vibrantes, creadas por Pedro Linares López en 1936, que pueblan el Mundo de los muertos.
O el cementerio de Santa Cecilia, que lleva el nombre de la santa católica de los músicos; etc.
Un aspecto en contra, es la música, aunque aquí es un elemento esencial de la trama, que celebra el poder de las canciones como grandes contenedores de memoria; por lo que se hace imposible haberlo cortado, siguiendo el patrón de vender las bandas sonoras para Navidad, inclusive a los personajes mismos como regalo para los niños…
Otro dato es que la comedia es más cuidada, no resulta tan tontorrona, aun siguiendo a varios personajes que llenan este apartado, desde el perro “descerebrado” hasta algunos familiares “muertos”
Otro dato de interés, es que se ha demostrado que en “Land Of The Dead” se usa una gran cantidad de tecnología anticuada, como una computadora MacIntosh de los años 80, y radios walkie-talkie; lo que es apropiado, ya que esa tecnología es obsoleta y, en cierto sentido, “está muerta”
Lo maravilloso de la obra, viene de lo técnico, desde los personajes totalmente dimensionales, con toques inteligentes a la vez tiernos y divertidos, para nada macabros como deberían por el tema, y visualmente todo es vívido y bellamente texturizado; no obstante, originalmente está realizado y producido en inglés, donde debió ser hecho en español, con subtítulos en inglés.
Otro dato es que en Brasil, el título se cambió por “Viva”, ya que “Coco” o “Cocô” se traduce como “maldición”; mientras que en el cine, muchos se han quejado del corto que antecede la proyección, de 21 largos minutos, para aguantar además las casi 2 horas de duración del filme, que digámoslo todo, se hicieron largas…
Aquí no hay folklorismo, sino amor y respeto por la cultura popular mexicana, algo que merece mucha atención y guía del adulto para comunicar a los menores.
Por último, durante los créditos finales, hay una breve dedicación a las personas fallecidas que inspiraron a los cineastas, y se muestra un mosaico lleno de más de un centenar de pequeñas fotografías, donde en algún lugar en el medio, se ve una imagen de Walt Disney.



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