I, Tonya

“I'm America's best figure skater!”

El patinaje artístico sobre hielo, consiste en interpretar una pieza musical patinando sobre una pista de hielo, y realizando piruetas, giros, saltos y acrobacias; estos elementos son valorados por unos jueces, siguiendo un código de puntuación que tiene en cuenta, tanto el aspecto técnico y atlético de la actuación, como la interpretación artística.
Aunque el patinaje con fines recreativos se practica desde hace varios siglos, el patinaje artístico surgió en el siglo XIX, y experimentó varios desarrollos técnicos y estilísticos hasta alcanzar su forma actual.
La Unión Internacional de Patinaje sobre Hielo gobierna el deporte, y organiza competiciones internacionales en las modalidades de patinaje artístico individual, de parejas, danza sobre hielo, y patinaje sincronizado.
El patinaje artístico sobre hielo, es un deporte de invierno, aunque se suele practicar durante todo el año; y el patinaje de competición, requiere una buena preparación física y un entrenamiento intensivo.
Las puntuaciones son otorgadas por un panel de hasta 9 jueces; y las calificaciones están comprendidas en una escala del 0 al 6.
Se otorgan 2 puntuaciones:
Técnica y de componentes.
La nota técnica depende de la dificultad de los elementos ejecutados en el programa y la calidad o grado de ejecución.
La segunda nota engloba puntuaciones por 5 componentes diferenciados: l
La técnica básica del patinador, los movimientos de enlace entre los elementos, la ejecución del programa en general, la coreografía y la interpretación.
A medida que la cobertura televisiva de los eventos de patinaje se hizo más importante, también lo hizo el patinaje libre.
La televisión que muestra a los patinadores en el área de “beso y llanto” después de competir, contribuyó a la popularidad del deporte.
El escándalo de Tonya Harding contra Nancy Kerrigan en 1994, aumentó el interés en el patinaje artístico.
Tonya era la chica humilde y menos agraciada que había llegado a la elite; mientras que Nancy era “La Sonrisa de EEUU” y lo tuvo todo de cara en su infancia para ser una estrella del patinaje.
La primera noche de la competencia femenina de patinaje artístico en Los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994, alcanzó por ello una mayor calificación de TV Nielsen que el Super Bowl de ese año, y fue el programa de televisión deportivo más visto de todos los tiempos, hasta esa fecha.
Tonya Maxene Harding, nacida en Portland, Oregon, Estados Unidos, el 12 de noviembre de 1970; es una patinadora retirada de patinaje artístico sobre hielo; 2 veces campeona olímpica, y 2 veces campeona en el Skate America; siendo la segunda mujer, y la primera mujer estadounidense en completar un salto triple axel, con una combinación de “loop” doble en competición; el cual es un salto con un giro de 3 revoluciones y media, 1260º, considerado el más difícil; lo que hace a  Tonya, una de las 6 patinadoras en toda la historia que lo ha conseguido.
Harding, también llevó a cabo una breve carrera en el boxeo profesional.
Tonya era hija de LaVona Golden, y Al Harding; y para el momento de su nacimiento, su madre ya tenía otros 3 hijos, el 4º murió en la infancia; de matrimonios anteriores, siendo Al Harding su 5º marido.
Harding comenzó a patinar a la edad de 3 años, bajo la dirección de la fallecida Sylvia Harpolscheimer; y durante su juventud, Harding también cazaba, realizaba carreras automovilísticas, y aprendió mecánica automotriz de su padre.
Su madre, quien luchaba para ayudar a mantener a la familia mientras trabajaba como camarera, realizaba toda la ropa de Harding, lo que provocaba que otros niños se burlaran de ella.
LaVona, también cosió a mano los trajes de patinaje de Harding para sus competiciones.
Tonya logró realizar su primer “triple lutz” a la edad de 12 años; pero tuvo una infancia problemática, afirmando que cuando tenía 7 años, su madre abusó mental y físicamente de ella.
La madre llamaba a su hija “fea, gorda y fracasada”, mientras que su entrenadora hacía la vista gorda porque “para Tonya, el patinaje era su billete para huir del fango; y si la hubieran mandado a otra familia, habría perdido el patinaje”
Su madre ha admitido que en una ocasión golpeó a su hija en una pista de hielo…
Harding dejó de asistir a la Escuela Secundaria de Milwaukie, cerca de Portland durante su segundo año, y más adelante obtuvo un Examen de Desarrollo de Educación General (GED); y comenzó su escalada en el patinaje de competición a mediados de los 80.
Se posicionó en el 6º lugar en El Campeonato de Estados Unidos de 1986; 5ª en 1987 y 1988; y 3ª en 1989.
Después de ganar el Skate America en 1989, fue considerada una contendiente fuerte en el Campeonato de Estados Unidos de 1990, pero desempeñó un pobre programa libre, como consecuencia de padecer gripe y asma.
Harding cayó desde el 2º lugar al 7º en la general; y aunque era una buena patinadora en el programa libre, normalmente sus puntuaciones en las figuras obligatorias era inferiores.
Harding patinaba con las agallas de una atleta, no con la delicadeza que se presupone a “las princesas del hielo”
Sus facciones curtidas, su flequillo despeinado, y sus trajes confeccionados por ella misma, impidieron que consiguiera acuerdos publicitarios.
El año decisivo de Harding fue 1991, al lograr su primer triple axel en el Campeonato de Estados Unidos; que le permitió ganar el título con una puntuación de 6.0, hito jamás logrado por un patinador femenino en méritos técnicos.
En el Campeonato Mundial de 1991, volvió a completar el triple axel, convirtiéndose en la primera mujer de EEUU en llevarlo a cabo en un evento internacional; pero en la general terminó en 2º puesto por detrás de Kristi Yamaguchi.
A pesar de batir récords, Harding nunca fue capaz de realizar con éxito otro triple axel en una competencia posterior a 1991, y sus resultados competitivos comenzaron a declinar.
En 1992, ocupó el 3° lugar en el Campeonato de Estados Unidos, después de torcerse el tobillo en la práctica; y terminó 4ª en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1992, mientras que en el Campeonato Mundial de 1992 quedaría 6ª
En la temporada de 1993, patinó mal en el Campeonato de Estados Unidos, y no calificó para el equipo del Campeonato Mundial.
El 6 de enero de 1994, estuvo envuelta en el escándalo desatado al descubrirse que su ex-marido, Jeff Gillooly, había conspirado con Shawn Eckhardt y Shane Stant, para atacar a su principal rival en el Campeonato estadounidense de patinaje artístico sobre hielo, la competidora era Nancy Kerrigan, y así evitar que compitiera en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994 en Lillehammer.
Stant la golpeó en el muslo, unas pulgadas por encima de la rodilla, con un ASP del bastón de un telescópico.
Su pierna no fue rota, sino que solo quedó magullada, pero la lesión la obligó a retirarse del campeonato nacional.
El incidente se hizo conocido como “El golpe escuchado alrededor del mundo”
La retransmisión del programa corto de los Juegos Olímpicos, sigue siendo una de las transmisiones más vistas en la historia de Estados Unidos, debido al incidente.
Nancy Kerrigan era grácil y esbelta, donde Harding tenía furia y nervio.
Vestía maillots de Vera Wang, y era imagen de corporaciones tan estadounidenses como Revlon, sopas Campbell o Reebok.
La rivalidad entre ambas era demasiado perfecta para ser real:
La dama y el vagabundo, la mujer uberfemenina y la mujer masculina, el cisne y el patito feo, Carolina de Mónaco y Estefanía de Mónaco.
O, como la propia Harding describió en 2014:
“Nancy era una princesa, y yo era un montón de mierda”
La consecuencia inmediata del ataque, fue grabada en una cámara de televisión y transmitida por todo el mundo.
Las imágenes iniciales muestran a los asistentes que ayudaban a Kerrigan mientras ella agarraba su rodilla lamentándose:
“¿Por qué, por qué, por qué?”; y Kerrigan también es vista llevada por su padre Daniel.
El “¿Por qué?”, en realidad, estaba claro.
La pregunta que obsesionaría a millones de personas sería:
“¿Quién?”
La trama, además, enfrentaba a “Las 2 Américas”:
La obrera y la próspera, la que vivía en una caravana y la que rodeaba su jardín con una valla blanca; y tenía hasta tintes de comedia de enredo:
La razón por la que Eckhardt fue detenido, es que iba por ahí alardeando de haber agredido a Kerrigan, y se denominaba líder de una pandilla llamada “The Hit Team”
Este “equipo del golpe”, se registró en hoteles con sus nombres reales, y pagaron todo con tarjetas de crédito.
La policía tardó 2 días en detenerles.
Todos, incluido su marido, Jeff Gillooly, acusaron a Tonya Harding como el verdadero cerebro de la operación.
Durante aquellas 4 semanas, no se hablaría de otra cosa; mientras Kerrigan entrenaba en privado y honraba su rol de víctima abnegada con declaraciones como “nunca llegaré a comprender por qué me hicieron esto, porque no soy capaz de pensar de forma tan retorcida”; Harding practicaba en pistas de hielo gratuitas de centros comerciales, a pesar de ser la número 1, seguía sin conseguir patrocinios; atestados de curiosos y suplicaba a sus fans que creyeran en ella.
El ataque a Kerrigan, y la noticia de la supuesta participación de Harding, condujeron a un frenesí mediático:
Kerrigan apareció en portadas de revistas célebres, como Time y Newsweek en enero de 1994; mientras reporteros y equipos de noticias asistieron a las prácticas de Harding en Portland, y acamparon frente a la casa de Kerrigan; de hecho, los reporteros le pincharon los teléfonos, llamaban a la grúa para que se llevase su coche, obligándola así a salir de casa; y tocaban el timbre mientras ella dormía.
CBS, asignó a la periodista Connie Chung, para seguir cada uno de sus movimientos en Lillehammer, con 400 miembros de la prensa en la pista de prácticas de Lillehammer.
El patinador Scott Hamilton, se quejó de que “la prensa mundial estaba convirtiendo los Juegos Olímpicos en otro evento sensacionalista”
Aunque la lesión de Kerrigan la obligó a retirarse del Campeonato de los Estados Unidos, sus compañeras patinadoras coincidieron en que ella merecía uno de los 2 puntos en el equipo olímpico.
La USFSA, optó por nombrarla al equipo olímpico en lugar de la 2ª finalista Michelle Kwan, quien fue enviada a Lillehammer como suplente, en caso de que Harding fuera eliminada del equipo.
A pesar de las acusaciones y, bajo la presión de una demanda por parte de Harding, se le permitió seguir siendo miembro del equipo de patinaje de EEUU, en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994 en Lillehammer, Noruega.
Cuando llegó el turno de Tonya Harding, no se presentó en la pista...
La megafonía repitió su nombre, recordando que si no aparecía en 30 segundos sería descalificada.
La tensión rayó hasta el final, pero Harding apareció en el último segundo, comenzó su ejercicio, y se puso a llorar.
Aún sofocada, se acercó a los jueces para explicarles que tenía una bota rota…
El público abucheaba…
Los jueces le permitieron arreglar el imprevisto, y finalmente Harding ejecutó su actuación sin impresionar a nadie.
Minutos después le tocó a Nancy Kerrigan, quien brilló en un ejercicio casi perfecto, que quedó coronado por una ovación eufórica del público.
Los EEUU acusaron a los jueces de tongo, y difundieron rumores de que el comité quiso castigar con esa medalla de plata, el bochornoso espectáculo mediático mal gestionado por la delegación estadounidense.
Harding terminó en el 8º lugar, muy por detrás de Oksana Bayul que ganó el oro; y Kerrigan la medalla plata.
En junio de 1994, los miembros de la Asociación Estadounidense de Patinaje Artístico, votaron para despojar a Harding de su título olímpico ganado ese año.
Sin embargo, los resultados de la competencia no fueron cambiados, y el título se dejó vacío en lugar de mover a todos los demás competidores una posición arriba.
El 1 de febrero de 1994, Gillooly aceptó declarar su culpabilidad a cambio de una rebaja de su condena, además de testificar contra Harding.
Todos los involucrados:
Gillooly, Stant, Eckhardt, y el conductor del coche en el cual se dieron a la fuga, Derrick Smith, cumplieron condena en prisión por el ataque.
Eckhardt fue condenado a 18 meses de prisión por extorsión, pero fue liberado 4 meses antes, en septiembre de 1995.
El 16 de marzo, Harding evadió más repercusiones y una posible sentencia al declararse culpable de conspirar para obstaculizar el enjuiciamiento de los atacantes; y recibió 3 años de libertad condicional, 500 horas de servicio comunitario, y una multa de $160.000.
Como parte de las negociaciones, también se vio obligada a retirarse del Campeonato Mundial de 1994, y a renunciar a la Asociación de Patinaje Artístico de los Estados Unidos.
El 30 de junio de 1994, después de realizar su propia investigación del ataque, la asociación le quitó su título del Campeonato de EEUU de 1994, y fue vetada de por vida, de participar en eventos administrados por la asociación, ya sea como patinadora o entrenadora.
La USFSA, concluyó que Harding sabía del ataque antes de que ocurriera, y mostró “una clara indiferencia por la justicia, el buen espíritu deportivo y el comportamiento ético”
A pesar de que la USFSA no tiene control sobre los eventos de patinaje profesional no competitivos, Harding también fue clasificada como persona “non grata” en el circuito profesional, porque pocos patinadores y promotores trabajarían con ella.
En consecuencia, Harding no obtuvo ningún beneficio del “boom” mediático que siguió después del escándalo; mientras que a Nancy la hizo millonaria.
En 2002, Tonya participa en el programa de la cadena de televisión FOX, Celebrity Boxing, donde lucha con Paula Jones, resultando ganadora.
Pero su carrera en el boxeo fue bastante corta, una brevedad que Harding atribuye al asma; con un récord global de 4-3-0.
En su vida privada, Harding contrajo matrimonio con Jeff Gillooly en abril de 1990, cuando tenía apenas 19 años de edad.
Su turbulento matrimonio terminó en divorcio en 1993, cuando tenía 22 años.
Se divorció de su segundo esposo, Michael Smith, en 1995; y se casó por tercera vez a los 39 años de edad con Joseph Jens Price de 42, el 23 de junio de 2010.
El 11 de febrero de 2011, Harding anunció que estaba embarazada de su primer hijo; y dio a luz a un niño, Gordon, el 19 de febrero 2011.
Hoy tiene 47 años.
“I mean, come on!
What kind of friggin' person bashes in their friend's knee?
Who would do that to a friend?”
I, Tonya es un drama del año 2017, dirigido por Craig Gillespie.
Protagonizado por Margot Robbie, Sebastian Stan, Allison Janney, Bobby Cannavale, Caitlin Carver, Julianne Nicholson, Bojana Novakovic, Mckenna Grace, Paul Walter Hauser, Renah Gallagher, Amy Fox, Ricky Russert, Jeffery Arseneau, Bobby Akers, Suehyla El-Attar, Kaleigh Brooke Clark, Catherine Dyer, Joshua Mikel, Jason Davis, entre otros.
El guión es de Steven Rogers.
Además de protagonizar el filme, la actriz Margot Robbie es productora de la película; su flamante nueva compañía, Clubhouse Pictures, es una de las ha sacado la película adelante.
Con ella al frente del proyecto desde el comienzo, se enamoró del guión al conocerlo; y compró el guión de la película junto con sus socios, antes incluso de saliera publicado en la Black List de Hollywood, es decir, la lista de los mejores guiones de cine que no llegaron a rodarse.
Y es que, cuando lo leyeron, se enamoraron, y en 48 horas lo tenían.
Con un presupuesto estimado por debajo de los $10 millones, la película comenzó a rodarse, convirtiéndose en un drama deportivo que sigue la carrera de la patinadora Tonya Harding, que dominó el hielo con un estilo de patinaje totalmente único; pero también dominó los titulares por algo completamente diferente… que hace al filme un absurdo, trágico e hilarante retrato de la mujer en el centro del mayor escándalo en la historia del deporte; a modo de una crónica de su vida familiar, como patinadora profesional, su personalidad, y su relación sentimental.
Todo ello se muestra de manera cruda, violenta y “sin pelos en la lengua” donde la crítica la destaca por haberse enfocado la historia, como una comedia sórdida en el que además su estética es sucia.
“Fuego sobre Hielo” a toda regla.
Tonya Harding (Margot Robbie), fue la primera mujer estadounidense en completar un salto de triple axel en competición en patinaje sobre hielo en 1991.
Pero el éxito no siempre estuvo acompañado de felicidad en su vida personal, al tiempo de haber sido protagonista de uno de los mayores escándalos en la historia del deporte estadounidense.
Y es que Tonya Harding era una de las patinadoras más prometedoras de Estados Unidos, pero su rivalidad con su compatriota, Nancy Kerrigan (Caitlin Carver) amenazaba sus posibilidades de cara a los Juegos Olímpicos de Lillehammer.
Así, poco antes del inicio de la competición, Kerrigan es agredida, y la sombra de la sospecha cae sobre el entorno de Tonya, desde su ex marido, Jeff Gillooly (Sebastian Stan) con quien mantuvo un turbulento matrimonio durante 3 años, desde los 19 a los 22 años; hasta su guardaespaldas, Shawn Eckhardt (Paul Walter Hauser)
Una historia así, podía acabar convertida en una buena película, o en un telefilme de segunda, pero el original y negrísimo enfoque del guion de Steven Rogers, convierten a I, Tonya en una de esas películas que dignifica y eleva el cine basado en hechos reales; una subversión chusma y desafiante del “Sueño Americano”:
Profano, oscuro, divertido, violento y trágico.
“Suck my dick!”
Estamos frente a una película de verdad, un biopic agudo, y para mentes duras sobre Tonya Harding; llena de energía maníaca, I, Tonya intenta reunir una variedad de perspectivas, incluida la de los cineastas, para crear un retrato de la evaluación histórica de la atleta que rompe récords de todo tipo…
La historia está narrada en forma de falso documental, en el que se entrevista a todos los implicados; de hecho, a veces, los protagonistas rompen la cuarta pared para hacer comentarios o preguntas a la audiencia; pero en el fondo se basa en entrevistas que narran varias versiones de la historia en retrospectiva:
Primero conocemos a los protagonistas, que cuentan su experiencia frente a una cámara que se ilustra en “flashbacks”, acompañados por una voz “en off”, denotando una salida fácil para su narrativa.
Estamos en la década de los años 90:
Tonya Harding es una prometedora patinadora artística estadounidense, pero debido a sus pobres orígenes, su elección de música y su comportamiento agresivo, era una espina en el costado de los miembros del jurado, y por tanto, siempre obtenía calificaciones más bajas que sus competidores.
Pero llega el momento en que ya no pueden ignorar sus logros, especialmente cuando ella es la primera estadounidense en hacer un triple axel.
Aun así, los éxitos de Tonya siempre vienen acompañados de muchos problemas personales:
Desde joven escapó de su estricta madre para casarse con Jeff Gillooly, quien realmente no la trataba mejor.
Un día, Tonya recibe cartas amenazantes, cuyo origen se cree ser de la competencia de ella, Nancy Kerrigan.
Es aquí cuando se toman decisiones que conducen a uno de los mayores escándalos del deporte de los 90.
En 1994, su principal rival para los Juegos Olímpicos de Lillehammer, era su compatriota Nancy Kerrigan; y poco antes del inicio de la competición, ella sufrió un infame ataque por un matón a sueldo, que intentó romperle la rodilla.
La sombra de la sospecha, recae entonces sobre el entorno de Tonya, desde su ex marido, Jeff Gillooly; hasta su guardaespaldas, Shawn Eckhardt.
El matrimonio se verá entonces envuelto en problemas legales, siendo así como comenzó la decadencia de la carrera de Harding.
La historia es la típica de formación de un atleta para ser famoso en contra de sus anhelos, y cómo la presión hace mella en las actitudes y maneras del deportista, con un trasfondo lleno de abusos brutales desde todos los puntos de vista posibles, desde los psicológicos hasta los físicos, desde todos los frentes; pero es una película difícil de tomarse en serio, porque desde el primer momento estamos conscientes de lo que es:
Una comedia que busca explotar no solo los estrambóticos personajes, si no las situaciones en la que estos se ven envueltos; hasta las secuencias de violencia marital, resultan algo cómicas, como vergonzosas para reír; por lo que se le puede cobrar factura por la narrativa en tono de comedia, que no hace gracia en absoluto, aunque parezca ser la única forma posible de retratar personajes patéticos, “White Trash/Red Neck” como ellos mismos se definen, al tiempo que son caricaturas de sí mismos, por lo que el nivel actoral está siempre en la cuerda floja.
A pesar de los límites oscuros, I, Tonya abraza lo surrealista de la historia, y la interpreta de forma ganadora sobre todo para la comedia, con inmersiones en el drama, mientras que nunca se burla de los personajes principales, y la hace una visión fresca, divertida y extrañamente emotiva de una antigua historia sensacionalista, donde Gillespie dirige como si se inspirara en “Goodfellas” de Scorsese, pues su cámara nunca descansa, yendo de un lado para otro.
Técnicamente insuperable, con algún bajón de ritmo, predecible pasada la primera hora, es cuando Tonya está en la pista donde brilla, así como en los arranques de personalidad; a modo de entrevistas contadas en formato de falso documental, en el que la propia Tonya Harding explica cuál fue su historia, con la ayuda de su ex marido, el gañán de su ex guardaespaldas, y su abusiva madre, con la que siempre mantuvo una relación explosiva.
El juego no acaba ahí; en algunos momentos del relato, los protagonistas rompen la cuarta pared para hacer comentarios o preguntas a la audiencia.
El tono, a medio camino del biopic, la comedia negra, y el drama de una familia disfuncional, es el aspecto más meritorio, audaz y, en algunos casos, cuestionado del filme; pero confieso que no me gusta mucho que constantemente “se quiebre la cuarta pared”, en momentos en que se rompe la narración, pues llegan a ser muchos los momentos, como el abuso de la banda sonora, aunque es muy buena, para ambientar y llenar de psicología las escenas.
Pero ante todo, este es un filme de actores, donde Margot Robbie brilla, y no porque patine, sino por su humor de cambio constante, sus registros y “sinceridad/honestidad” en las reveladoras entrevistas, y se gana mi admiración en la escena casi final, cuando está frente al espejo… son escenas que bien recuerdan a “Black Swan” pero se entiende al ser un retrato de una persona real.
Es un personaje lleno de contradicciones, marcado por los abusos de su entorno y por su limitada preparación ante la vida:
“Me convertiste en una heroína durante un minuto.
Después fui la mala, y al final me quedé en un chiste”, lamenta en un momento de la historia.
Robbie está magnífica como la patinadora deshonrada, perdiéndose tanto en el personaje, que da un poco de miedo cada vez que mira a la pantalla, equiparándonos con el público que tan famosamente se volvió contra ella.
Sin embargo, Harding no es retratada como villana.
Ella definitivamente no es un ángel, pero el guionista Steven Rogers, que se especializa en romance, dibuja una imagen más matizada de una mujer que fue juzgada por La Corte y la multitud, con algo sobre lo que no tenía control.
El verdadero logro de I, Tonya, es humanizar a una mujer cuyo nombre se ha convertido en sinónimo de “trampa”; mientras Harding es representada por Robbie como ruda y sin arrepentimiento, la película deja claro de dónde proviene su rabia, destacando el prejuicio de clase en el corazón del mundo del patinaje, cuyas autoridades no querían que su deporte fuera representado por “basura blanca”
Como dato, aunque era miembro de una liga amateur de hockey sobre hielo, Margot Robbie no tenía mucha experiencia en patinaje antes de asumir el papel de Tonya Harding; de hecho Margot Robbie es casi 13 centímetros más alta que Harding; y aunque Robbie se entrenó para el papel, no podría hacer el triple axel de Tonya, ya que muy poca gente en el mundo puede hacerlo, y al menos 2 de ellos se estaban entrenando para los Juegos Olímpicos; por lo que la coreografía se realizó, y las escenas se completaron con la ayuda de efectos visuales y CGI.
Heidi Munger y Anna Malkova, sirvieron como dobles de patinaje, y Sarah Kawahara brindó entrenamiento y coreografía; tanto que Kawahara hizo la coreografía de Nancy Kerrigan.
Por su parte, Sebastian Stan hace su mejor papel hasta el momento:
Drama, violencia, patetismo y caricatura; un esposo con cambios de ánimo también constantes, una fuerza que se siente tan aterradora como intrigante; mientras Allison Janney hace el papel más “cómico” y vulgar de todos, que sorprende que exista alguien así como “madre”
El escritor Steven Rogers, un viejo amigo de Allison Janney, escribió el papel de LaVona Golden con ella en mente:
“Había escrito varios papeles para Janney en el pasado, pero otras actrices terminaron por obtener esas partes”, dijo.
La actriz, regala al público una villana fascinante, que la ha colocado entre las favoritas al Oscar a la mejor actriz de reparto; y era cuestión de tiempo para Janney, una actriz superlativa que solo necesitaba un gran papel en una película para demostrar, por qué es una de las actrices más respetadas de la profesión.
La ganadora de 7 premios Emmy, y musa de Aaron Sorkin, siempre ha sido una robaescenas, pero aquí lo lleva hasta un nuevo nivel.
Ya sea en la falsa entrevista, en los “flashbacks” de la infancia de la deportista, o en su primer encuentro tras el escándalo, Janney aprovecha cada una de sus intervenciones, en una interpretación que ya es icónica, sobre todo por el uso del lenguaje.
Como dato, Janney se entrenó seriamente para convertirse en una patinadora artística durante toda su infancia y adolescencia; sin embargo, cuando tenía 17 años, accidentalmente entró por una puerta corrediza de vidrio, y se lastimó gravemente la pierna derecha.
En 2014, Janney dijo que “su pierna estaba a punto de ser amputada.
Perdí como ¾ partes de mi sangre.
Perdí una arteria, y me corté el tendón...
Estuve en el hospital por 8 semanas.
Me perdí el primer año de la universidad; eso, por supuesto, realmente no lo hice, no patiné durante mucho tiempo”
Y Paul Walter Hauser en un papel no tan pequeño, como el guardaespaldas que llega a representar el trasfondo social de todos los personajes.
Cuando la misma Tonya Harding vio por primera vez la película, le gustó especialmente la línea “¡Chúpame el pene!”; y le dijo a Margot Robbie que deseaba haber dicho eso en la vida real...
En definitiva, I, Tonya es una película que hay que ver para analizar la tortura infantil, la búsqueda de los sueños, las decepciones, las rivalidades, las consecuencias, el descontrol emocional, etc.
La discusión sobre la frivolidad de algunos pasajes de la historia, está abierta, pero lo que es indudable, es que el filme reivindica la humanidad de un personaje impulsivo, abusado y arrebatador como Harding, mientras responsabiliza a los medios y la sociedad de EEUU de su papel en la historia, y a las instituciones deportivas del clasista trato que se dio a la patinadora en su carrera.
Por último, la banda sonora tiene mucha música pop de finales de la década de 1970, mayormente 1977 y 1978, que como dije, llega a ser excesiva.
“Spilled milk, baby”
Como en cualquier actividad deportiva, la práctica del patinaje conlleva ciertos riesgos:
Los patinadores no suelen usar cascos u otra protección en las competiciones, y por tanto hay un cierto riesgo de golpearse la cabeza al caer, lo cual suele ser la causa de conmociones y lesiones graves; en la categoría de parejas, las caídas durante las elevaciones pueden ocasionar traumatismos con consecuencias a largo plazo.
Aunque con menos frecuencia, este tipo de accidente puede ocurrir también en danza y patinaje individual.
Los patinadores en pareja y danza, pueden sufrir cortes con la cuchilla del compañero o ser golpeados accidentalmente durante las piruetas o el descenso de las elevaciones; y tanto los patinadores en parejas como los individuales, pueden chocar con otros patinadores durante los entrenamientos.
Debido a la práctica continua del deporte durante todo el año, existe el riesgo de desarrollar lesiones crónicas por sobreentrenamiento.
También se han dado casos de trastornos en la alimentación, como la anorexia o bulimia, o problemas de estrés.
Sin embargo, todo esto puede evitarse si se lleva un correcto entrenamiento, tanto físico como psicológico, sobre todo en etapa de competición; así como una alimentación adecuada para cada individuo.
Tras los Juegos Olímpicos, la carrera deportiva de Tonya Harding fue cuesta abajo, y empezó a ser noticia por temas extradeportivos:
Problemas familiares, un vídeo porno de su noche de bodas, denuncias por violencia doméstica, denunció que fue violada, fue detenida por conducir borracha, violó la libertad condicional...
En 2008, la maquiavélica trama que urdió Tonya Harding contra Nancy Kerrigan, se convirtió en el musical “Tonya & Nancy: The Rock Opera”, de hecho, Tonya acudió al estreno…
Lo que nunca se ha podido esclarecer, es hasta qué punto Tonya estuvo implicada en los planes de su esposo, incluso muchos hoy siguen creyendo que ella misma golpeó a Kerrigan en las rodillas...
Pero como en los mejores “thrillers”, el final quedó abierto para siempre.
Hoy, Harding mantiene su postura respecto a su inocencia, y la investigación está cerrada.
Años después, Shane Stan, otro miembro del “Hit Team” reconocería que mintió en su confesión, y que él jamás escuchó nada que incriminase directamente a Harding.
Ella explicaría en 2014 la razón por la que no le contó a la policía la implicación de su marido en el crimen:
“Jeff Gillooly me pegaba, pero también me pegaba mi madre, y ella me quería”
Harding, también contó que, tras acusar directamente a su marido, este la violó junto con 2 amigos más.
Un año después, Jeff Gillooly vendió a la revista Penthouse, una cinta de vídeo en la que mantenía relaciones sexuales con Tonya Harding durante su noche de bodas…
Pero no todos la juzgan por lo que le pasó a Kerrigan, y la consideran como una víctima de los medios y la sociedad estadounidense.
Quienes la defienden, hablan de los abusos que sufrió de niña por parte de su madre, y de los problemas que tuvo para poder llegar a competir, donde fue constantemente criticada por su manera de vestir y por su procedencia humilde.
Jeff Gillooly, que no fue condenado a la cárcel por su implicación, cambió su nombre por Jeff Stone, y fue detenido en 2 ocasiones por violencia doméstica.
Shawn Eckhardt, cumplió 18 meses de cárcel por la agresión, y luego se rebautizó Brian Griffith, pero falleció en 2007 por causas naturales.
Por su parte, Nancy Kerrigan, hoy de 47 años; se recuperó rápidamente de su lesión en la rodilla, y reanudó su entrenamiento intensivo.
Practicó haciendo completos “back-to-back” dobles corridas de sus programas, hasta que se sintió completamente confiada en su capacidad para competir bajo presión.
La fama que había adquirido por el ataque, la llevó a nuevas oportunidades; se informó que ya había firmado contratos de aprobación por $9,5 millones antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos; y el 9 de septiembre de 1995, el año después de retirarse de la competencia, Kerrigan se casó con su agente, Jerry Solomon; el matrimonio fue el primero de ella, y el tercero de él.
La pareja tiene 3 hijos juntos:
Matthew, Brian y Nicole.
Salomón, también tiene un hijo de su 2º matrimonio.
Kerrigan fue incorporada al Salón de La Fama del Patinaje Artístico de Estados Unidos en 2004; y también fue honrada en la gala benéfica anual del Teatro de Hielo de New York, en 2008; y ha contado que sigue sin recibir disculpa alguna por parte de Harding, pero que a estas alturas, le da igual; declarando reiteradamente que no vería la película I, Tonya; a pesar de no saber cuánto de ella se protagonizaría, y dijo:
“Ya lo superé”

“America.
They want someone to love, but they want someone to hate, and the haters always say.
“Tonya, tell the truth!”
There’s no such thing as truth.
I mean it’s bullshit!
Everyone has their own truth”



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