From The Manger to The Cross

“For God so loved the world that he gave his one and only Son, that whoever believes in him shall not perish but have eternal life”

La historia de Jesús de Nazaret, y principalmente “La Pasión” se ha retratado innumerables veces en el arte, aunque se va actualizando de acuerdo a los tiempos... y si la representación de iconos católicos por medios audiovisuales tiende a ser considerada “herética” por los sectores más conservadores, entonces el cine debe haber sido concebido en el mismísimo Infierno.
Con cientos y cientos de “Reyes de Reyes”, Pasiones, Crucifixiones y Resurrecciones plasmadas a lo largo de ya más de 100 años, hay registro de unos primeros Cristos de celuloide que datan de, previsiblemente, fines del siglo XIX, y que eran en muchos casos unos “asuntos” de no más de un cuarto de hora de duración.
Compiten en pionerismo, títulos tales como “The Horitz Passion Play” (1897), o “La Passion du Christ”, e infinidad de cortos intertitulados en diversas lenguas.
Ya en los primeros años del 1900, se amontonan numerosas producciones francesas, italianas, como el “Christus” (1915), que recorría en múltiples actos infancia, prédica, muerte y resurrección; e inglesas; donde el recurso al relato de La Pasión como alegoría de los males del mundo moderno, ocupaba el centro de no pocas de estas producciones
Ya en el cine mudo hay muchas versiones:
“La Vie et La Passion de Jésus-Christ” (1903), “La Vie du Christ” (1906) y “From The Manger to The Cross” (1912) por nombrar sólo algunas.
Luego El Séptimo Arte acabaría por popularizar a un Cristo occidentalizado, transformación iconográfica que ya se había realizado en las pinturas creadas en siglos anteriores; donde también habrá fantasías en torno a su figura e imagen y, por supuesto, parodias y rarezas.
A partir de ese momento, y con la llegada del cine sonoro, los efectos visuales, el 3D y más allá, la cantidad de cintas acerca de la vida de Cristo se multiplicó, a tal punto de que aún hoy filmes polémicos que han generado interés en el público; y otros olvidados que hasta causan indignación.
Y es natural; hasta la fecha, las demás artes, como la pintura, escultura y teatro, habían sido acaparadas por La Iglesia desde La Edad Media para su labor “pedagógica” y evangelizadora; y el enorme potencial del cine no podía escapárseles, y no tardaron en utilizarlo como vehículo ideal para lograr enfervorizar a las huestes cristianas, algo que no han dejado de hacer, por cierto, y hasta de politizarlo a conveniencia, vamos, las cosas a como son, sino véase las ultracatólicas versiones de Franco Zeffirelli y Mel Gibson, sin ir más lejos.
¿Pero qué pasó en los albores de los filmes “cristianos”?
“I am the good shepherd.
I lay down my life for my sheep.
No one takes my life from me, but I lay it down of my own accord.
I have power to lay it down and the power to take it up again.
This command is from my Father”
From The Manger to The Cross es un drama del año 1912, dirigido por Sidney Olcott.
Protagonizado por Robert Henderson-Bland, Percy Dyer, Gene Gauntier, Alice Hollister, Sidney Olcott, Samuel Morgan, James D. Ainsley, Robert G. Vignola, George Kellog, J.P. McGowan, entre otros.
El guión es de Gen Gauntier, basándose en lo que dicen Las Escrituras sobre la vida de Jesús.
Gautier fue una guionista y actriz estadounidense, pionera de la industria del cine.
Siendo escritora, directora y actriz en películas de mediados de 1906 a 1920, escribió guiones para al menos 42 películas; actuó en 87 películas, y está acreditada como la directora de “The Grandmother” (1909); siendo una de las muchas estrellas del cine mudo que iniciaron sus propias compañías independientes durante este período.
En junio de 1906, Gauntier fue literalmente propuesta para su primera asignación en pantalla cuando fue contratada para una maniobra temeraria, siendo filmada como “una damisela arrojada a un río” para el filme de The Biograph Company, “The Paymaster”
Este fue un “reeler”, donde conoció a su viejo amigo, el director Sidney Olcott, y al productor Frank Marion.
En 1907, Gauntier se involucró más en la incipiente industria del cine, trabajando para Kalem Studios, una de las primeras compañías en hacer películas en el extranjero, y en establecer instalaciones de producción de invierno, primero en Florida, y luego en California.
Pero Kalem posteriormente fue vendido a los estudios Vitagraph en 1917.
Sin gran ambición en la expedición, Kalem realizó el rodaje de la primera película de 5 carretes titulada From The Manger to The Cross que contaba la historia de la vida de Jesús hasta su muerte.
La compañía de Florida, estaba formada por:
Sidney Olcott, director; George Hollister, camarógrafo; Allen Farnham, artista escénico; Arthur Clough, utilero; Gene Gauntier, guionista y actriz principal; Jack J. Clark , protagonista masculino; Robert Vignola, “el malo”; J.P. McGowan, otro actor principal; junto a Alice Hollister y Ethel Eastcourt.
Gene Gauntier se convirtió en la actriz estrella de Kalem, apodada por el estudio como “Kalem Girl”, y también se convirtió en su guionista más productiva en colaboración con el director Sidney Olcott en numerosos proyectos cinematográficos.
Aquí, en From The Manger to The Cross, se demostró el buen hacer de Sidney Olcott, pues para la producción usó las ilustraciones de James Tissot como la base de numerosas tomas en la película.
El jefe de Kalem, Frank J. Marion, presentó una copia a la compañía cuando partieron para Oriente Medio donde inició el rodaje.
Estamos, por tanto, ante una propuesta que supera 1 hora de duración y, además, lo hace con cierta holgura, pues el metraje cinematográfico de entonces, sobre todo en temas cristianos, donde las películas solían durar entre 5 y 12 minutos; y las más largas, entre 20 y 30 minutos; y si bien le separan pocos años de la película francesa “La Vie et La Passion de Jésus-Christ” (1903), se percibe una sensible inspiración y mejora en la calidad de la producción.
No obstante el concepto de la película fue al principio objeto de mucho escepticismo, pero cuando apareció en la pantalla, fue alabado por el público y los críticos.
La película costó $35.000 en producir, aproximadamente entre $1,600.000 y $3,300.000 ajustados a dólares de 2007; y otra fuente dice que Olcott gastó $100.000 de su propio dinero en el proyecto…
Aunque las ganancias de la película finalmente llegaron a casi $1 millón, aproximadamente $46 a $ 95 millones, los directores de Kalem se negaron a aumentar el salario básico de Olcott, y él renunció.
Pero la película recibió excelentes críticas en el momento de su estreno; aunque después de que Vitagraph Studios adquirió Kalem, la película se relanzó en febrero de 1919. 
La industria cinematográfica aclamó a su director y a From The Manger to The Cross en sí, en su momento, como “el mejor director y la película más influyente”, pues tomarían muchos para que apareciera grandes cineastas como D.W. Griffith y Cecil B. DeMille, expertos en la temática.
Con unos 5.000 pies de cinta, From The Manger to The Cross fue una de las películas más largas que se habían estrenado hasta la fecha, aunque el documental de Kinemacolor, “With Our King and Queen Through India” lanzado en febrero de 1912, llegó a 16,000 pies; y otra película religiosa, “The Miracle”, considerada la primera película “a todo color”, que se estrenó en Reino Unido en diciembre de 1912,  tenía 7.000 pies.
Pero From The Manger to The Cross obtuvo una considerable publicidad debido a una protesta en el Daily Mail que decía:
“¿No es nada sagrado para el cineasta?”
Esto indignó a los productores de cine estadounidenses, que vieron en el tema una fuente de beneficios inagotable; y parte de esta polémica tenía su origen en la sensibilidad protestante de algunos sectores, que rechazaban la representación de Jesucristo en el cine, aunque no fue un hecho generalizado.
Por cierto, se invitó al clero a que viera From The Manger to The Cross, y estos encontraron poco con lo que ofenderse, por lo que la controversia dio lugar a la creación voluntaria de La Junta Británica de Censores de Cine, que comenzó a funcionar el 1 de enero de 1913.
Por otra parte, The Vitagraph Co. of America, lanzó una versión reeditada de 6 carretes de la película, después de que adquirió las propiedades de Kalem en 1919; y se tituló simplemente “Jesus Of Nazareth” y abordó el deslumbrante problema de “La Resurrección” al adjuntar imágenes extraídas del ya mencionado “Christus” (1915) que obviamente presentaba actores completamente diferentes… y la película desapareció de las pantallas de cine durante varios años, hasta que El Reverendo Brian Hession, Vicario de La Iglesia de La Santísima Trinidad en Walton, Aylesbury, Buckinghamshire, realizó una búsqueda en EEUU para encontrar una copia de la película para su reedición en Gran Bretaña.
Aunque inicialmente se sintió decepcionado, finalmente descubrió un conjunto de negativos, después de buscar en las bóvedas y bodegas de antiguos almacenes de películas.
Hession agregó una banda sonora musical, y un comentario hablado; y From The Manger to The Cross fue relanzado en 1938.
Kino International, luego lanzaría un video con derechos de autor por Film Preservation Associates en 1994; basado en la versión de 19 tambores de 1919 de Vitagraph, que contiene una nueva banda sonora de órgano compilado y realizado por Timothy Howard, y que dura 71 minutos.
El presentador de TCM, Robert Osborne, y La Fundación Nacional de Preservación Cinematográfica, consideraron que esta película “es la película muda más importante en tratar la vida de Cristo”
Y en 1998, La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la consideró como “cultural, histórica o estéticamente significativa”, y la seleccionó para su preservación en El Registro Nacional de Películas.
From The Manger to The Cross se filmó en Egipto, Palestina, Siria y en Tierra Santa, concretamente en Jerusalén y Belén.
Esta particularidad le da un especial valor a una obra, ya de por sí importante a nivel espiritual y cultural; asimismo hay que destacar la conseguida recreación de los acontecimientos escenificados, cuya narración es fiel a Los Evangelios, en líneas generales; siendo entonces una empresa enorme, por lo cual merece nuestro respeto.
Este es un relato de la vida de Jesucristo (Percy Dyer/Robert Henderson-Bland), basado en los libros del Nuevo Testamento:
Inicia después de que el nacimiento de Jesús se predice a sus padres:
María (Gene Gauntier) y José (Montague Sidney)
Él nace en Belén, y recibe la visita de pastores y sabios.
Después de una estancia en Egipto para evitar al Rey Herodes (George Kellog), su familia se establece en Nazaret; y después de años de preparación, Jesús reúne a un grupo de discípulos, y comienza a hablar públicamente y a realizar milagros, inspirando esperanza en muchos de sus oyentes, pero también provocando una oposición peligrosa…
Para su época, esta una muy buena versión de la historia de Jesucristo que se cuenta a menudo, donde el director Sidney Olcott y el fotógrafo George Hollister, lo hacen muy bien; con escenas de María, José y el joven Jesús en Egipto, son un hermoso ejemplo, un con los anacronismos; y es agradable ver las escenas con Jesús cuando era niño; fíjese cuando lleva una vara de madera que prefigura La Crucifixión, todo un simbolismo lleno de intenciones.
Si bien hoy en día parece estar algo exagerado, el trabajo de la cámara es limitado, ya que la cámara es simplemente un instrumento de grabación y no parte del patrón de la exposición de la historia en sí; su ritmo es lento según los estándares modernos; peor sin duda es un intento de obtener dignidad, y el desempeño de Robert Henderson-Bland, si bien es teatral y remoto, es un desempeño de poses dignas.
From The Manger to The Cross, todavía se muestra hoy a sociedades de cine y estudiantes que estudian técnicas tempranas de rodaje de películas; y por ahora y por todos los tiempos, debe ser reconocido no solo como el primer largometraje de Estados Unidos sobre la figura de Cristo, sino como un testimonio de lo que se puede lograr en nombre del arte y el amor, cuando todas las piezas se encuentran en el lugar correcto, en el momento adecuado.
Podemos mirar hacia atrás, 100 años después, y ver cómo hemos cambiado... no mucho, según parece... y la razón del “no mucho” se debe a películas como esta se han olvidado, pues son ellas las que realmente han cimentado las imágenes que hoy conocemos y tenemos grabadas en nuestra mente.
“Follow me, and I will make you fishers of men”
A comienzos del siglo XX, cuando la industria del cine todavía estaba en su infancia, el futuro productor Frank Marion trabajaba en Biograph Studios en la ciudad de New York como Gerente de Ventas, y también como guionista en colaboración con el escritor Wallace McCutcheon.
En 1907, Marion, junto con El Gerente de Producción de Biograph, Samuel Long, abandonaron la compañía para formar su propio negocio de producción cinematográfica.
Al necesitar capital, obtuvieron el respaldo financiero del rico empresario y distribuidor de películas de Chicago, George Kleine.
Usando sus iniciales de apellido KLM, llamaron a su nueva empresa, La Compañía Kalem.
Inmediatamente exitoso, Marion demostró ser un innovador y un hombre de negocios con conciencia social, cuando elevó los salarios de los actores a $5 por día, lo que obligó al resto de la industria a seguir su ejemplo; y La Compañía Kalem alcanzó el primer puesto en la industria cinematográfica cuando, ante la insistencia de Gene Gauntier, quien había logrado el éxito de la compañía con las películas en serie de “Girl Spy” que había protagonizado; Marion envió a Gauntier, al director Sidney Olcott y un equipo a Irlanda en 1910 para hacer el filme “A Lad From Old Ireland” que es considerada la primera película cinematográfica de Estados Unidos que se rodó en locaciones, fuera de los Estados Unidos.
Así, 2 años más tarde, Marion envió a la tripulación de Olcott a Palestina, donde filmaron el próximo proyecto:
From The Manger to The Cross.
Gene Gauntier más tarde afirmó que se estaba recuperando de una insolación en los lugares asados, cuando se le ocurrió la idea de la película… y aquí ella hizo un buen trabajo al cubrir una larga selección de eventos de la vida de Jesús; y se asume claramente una buena familiaridad con los escritos del Nuevo Testamento, ya que en varias escenas, el punto de la acción queda oculto, pero todo es ya conocido por el espectador promedio.
La película está grabada/rodada en el antiguo formato “tableau”, que minimiza, en particular, el impacto del rendimiento de Henderson-Bland; pero es casi seguro que la mayoría de las audiencias de su propia época consideraron que este es un retrato valioso y creíble de la vida de Cristo, e incluso ahora merece algún reconocimiento por sus cualidades positivas.
El director Sidney Olcott, no tuvo una carrera deslumbrante; pero en este esfuerzo que se hizo por encima de su cabeza, tal vez ni siquiera dándose cuenta, se convirtió en una película hermosa, rica en sustancia, y bien actuada.
La historia es bien conocida, y Olcott detalla todos los brillantes momentos bíblicos de Cristo en una serie de escenas que superan muchos de los reveses de principios de 1910.
De particular interés es la forma en que usa un elenco grande para transmitir las emociones presentes durante una escena en particular, como la admisión de Cristo a sus discípulos, de que sus días en La Tierra están contados…
El rodaje se hizo “in situ”, no era tarea fácil en su día, considerando que todo se hizo en Egipto y Palestina… y aunque no solo el guión está compuesto de citas directas, aunque sin fundamento, de Las Escrituras, los cineastas incluso llegaron a filmar “la realidad” en ubicaciones “Santas” y lo que sucedía allí en ese momento.
Así, en la entonces notable duración de 70 minutos, la película brilla virtualmente a través de Cristo y su permanencia en La Tierra, cuidando de presentar la mayoría de los puntos destacados y, naturalmente, dedicando gran parte del tiempo de ejecución, alrededor del 35%, de hecho, a su Pasión y Crucifixión, aunque curiosamente omitiendo completamente La Resurrección…
Con esto en mente, no hay una progresión real de la trama de la que hablar como una cita de uno de Los 4 Evangelios, que simplemente establece la escena actual; aun así, hay un par de errores sorprendentes en el camino, como que se nos dice que Cristo fue capaz de obrar milagros antes de presentar el que está registrado como “el primero”, en La Boda de Caná; y nuevamente, un episodio relacionado con una mujer que aplica un ungüento a los pies de Jesús, y se los limpia con el cabello, se muestra 2 veces, y la segunda representación es una escena extendida que también muestra la imagen de Judas…
Creciente desencanto con su Maestro, pero seguramente los 2 podrían haberse combinado; igualmente, el hecho de que Jesús resucite indiscriminadamente a un hombre de entre los muertos, antes de la famosa revivificación de su amigo Lázaro (William Smiley), disminuye el efecto deseado del último momento.
Como dije, el último tercio de la película involucra los episodios en la vida de Cristo que se conmemoran en esta época particular del año; incluso si, una vez más, se presentan de forma simplificada, por lo que carecen de perspectiva.
La violencia infligida a Jesús, se realiza de manera bastante realista, sin embargo, no hace falta decirlo, ni mucho menos el detalle casi explotador que se exhibe en aquel filme de Mel Gibson de 2004.
Incluso con estos detalles, la película pudo haber fracasado si no fuera por el retrato que de Jesús hace Robert Henderson-Bland.
Cuando los aspectos más cruciales de la personalidad del Mesías son las cosas que dijo:
¿Cómo puede una película muda tener éxito en mostrar su sustancia?
La respuesta es con las expresiones faciales y el lenguaje corporal.
Y Bland, sin ser el primero y aun inventando sus maneras, brilla al mostrar a Cristo como un hombre de sabiduría, gentileza y valor.
El Jesús de Bland, sigue siendo uno de los mejores en la historia de una pantalla, por ser los primeros, ya que nos estamos acercando a un siglo de películas que lo siguen.
Mientras que el Judas de Robert Vignola también merece una mención, donde no aparece tan físicamente estereotipado.
Técnicamente rodada como una serie de cuadros, al estilo de las películas de D.W. Griffith y otras de su línea, los intertítulos explican la imagen.
En los cuadros, las imágenes iluminan el texto de los títulos, como una edición ilustrada de una novela; y dada la familiaridad del estadounidense promedio con el tema de esta película, la vida y la muerte de Jesucristo, y el uso de citas del Nuevo Testamento como títulos, este es precisamente el efecto de From The Manger to The Cross, y es hasta emocionante para las personas que nunca llegaron a viajar más allá de EEUU en aquel entonces.
Para una audiencia moderna, sin embargo, parecerá estático, ya que este estilo de creación de películas se desactualizó aproximadamente en 1920.
Si bien, este esfuerzo pionero tiene algunas deficiencias que ahora serían fáciles de señalar, también tiene varias fortalezas que son bastante recomendables, dado que fue una de las primeras películas de larga duración que se produjeron, y más por la temática que tenía muchos aficionados.
En su mayoría, From The Manger to The Cross es una interpretación directa de la vida de Jesucristo, pero tiene una serie de efectos visuales que, aunque no son llamativos, son generalmente efectivos.
La decisión de filmarlo en, o cerca de las ubicaciones originales de la historia, mientras introduce algunos anacronismos ocasionales, funciona en general y le da una sensación más apropiada que la que tendría un estudio de fondo.
Aunque el trabajo de cámara estática hace que todo se parezca más a una sucesión de cuadros religiosos, que a una película, el encuadre es generalmente bastante abarrotado y, a veces incluso ofrece una profundidad admirable para su época, salvo alguna que otra leve panorámica, como en la llegada de Los Reyes Magos; aunque eso sí, dotando de mayor realismo las puestas en escena en cada cuadro.
La ausencia de primeros planos, “travellings” o cualquier otro recurso de narrativa cinematográfica, impide la creación de un espacio propiamente fílmico, tratándose de una sucesión de escenas algo más elaboradas que su antecesora cinta francesa, pero sin la gracia “kitsch” de aquella.
Algunos de los trucos de la cámara, son justamente famosos, como el joven Jesús y el madero que forma una cruz en el suelo, probablemente más que cualquier otro.
Y en segundo lugar están los anacronismos:
Las ciudades se muestran en sus formas modernas, y si Jesús nunca vio los muros de Nazaret levantados por los cruzados, tanto peor para el espectador.
Si la nariz de La Esfinge se batiera en algún momento entre el 700 y el 1,000 d.C., alguien que vea esta imagen nunca lo sabría, dado que se muestra a Jesús, José y María sentados frente a La Esfinge, y una pirámide para ilustrar el exilio egipcio.
Pero también hay unos elementos destacables, como los trajes, que se basaron en una exposición de acuarela de 1894 de James Joseph Jacques Tissot, titulada “Vie de Notre Seigneur, Jésus-Christ”
Del reparto, el director Sidney Olcott también apareció en la película, y se reservó el papel del ciego sanado por El Nazareno.
La actriz y guionista, Gene Gauntier, que escribió el guión, retrató a La Virgen María.
Gauntier y J.J. Clark que interpretó  a Juan “El Apóstol”, se casaron en Palestina durante el rodaje.
Irónicamente, Robert Henderson-Bland, fue seleccionado para el papel de Jesús en una película muda porque a la estrella/director Sidney Olcott, “le gustó la forma en que sonaba su voz en el teléfono”
Aun así, sin embargo, la interpretación discreta de Jesús de Robert Henderson-Bland, generalmente comunica una imagen general de gentileza y sabiduría, que en muchos casos es más importante que las enseñanzas específicas.
Quizás lo que más sorprende, es que la cinta no muestre La Resurrección, terminando con La Crucifixión, como el mismo título revela.
Y como colofón, aparece un rótulo con las palabras que El Maestro le dijo a Nicodemo, recogidas en El Evangelio de Juan, 3,16 que dice:
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”
Como es un filme mudo, originalmente carece de banda sonora.
“Judas, you betray the Son of Man with a kiss?”
Varias son las cintas que se han transformado en “imperdibles” durante Semana Santa, que recuerdan La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, marcando “la reflexión”; y ha sido siempre una oportunidad perfecta para revivir algunos clásicos, aunque no del todo “clásicos”, los cuales abarcan temáticas religiosas o simplemente históricas; que aquellos con creencias religiosas profundizan en su fe, y recuerdan pasajes importantes de La Biblia.
Según la fe cristiana, Cristo murió y resucitó en el domingo de Pascua, por lo que son días importantes para la religión.
Además de ser un momento para estar con familia y amigos, en La Semana Santa nos soplamos un montón de películas en la TV sobre la vida y La Pasión de Jesucristo, sin entender ni un carajo, solo que nació entre una vaca y una mula, los visitaron Los Reyes Magos, reapareció de adulto con Juan “El Bautista”, juntó a 12 apóstoles, hizo milagros, lo traicionó Judas, le pusieron una tranquiza, lo crucificaron, resucitó, y a partir de su muerte, se contabilizaron los siglos.
Todo esto porque El Cristianismo y La Iglesia Católica no aclaran que Jesús fue un rabino que vivió en una época de grandes conflictos internos dentro del judaísmo…
¿Qué ganan con ignorar las bases hebreas del cristianismo?
¿Temen que el rebaño se trasquile el prepucio?
Pese a que hay numerosos relatos destinados a mostrar únicamente el sacrificio y el amor al prójimo, también hay quienes van más allá y, así como Eva mordió la manzana, hay películas que “pecaron” al humanizar a Jesús, o tomar libremente Los Evangelios y pasaron a ser controversiales con temas delicados, y en esta materia es muy fácil para un director, productor o escritor de cine enfurecer a miles de personas por haber tocado el tema de la religión de una manera que la mayoría considere “prohibida”
Y muchas veces, la controversia se genera porque los cineastas buscan la forma de racionalizar los acontecimientos bíblicos; tratan de encontrarle la lógica a muchas de estas narraciones, pero la posición del realizador y la de La Iglesia pocas veces logra una conciliación, y de ahí viene la razón por la que este tipo de películas no goza, ni gozarán de gran aceptación; y qué decir de contar con un final feliz, tanto para la industria como para el público en general.
Recordar que el cine religioso es manipulador hasta la médula y genera mucho dinero, sin importar si el fondo es “políticamente correcto”; porque la instauración del Reino fue más una lucha política que religiosa, entre el año 6s y 66 d.C., diversos grupos judíos promulgaron 24 Mesías, asesinados por macabeos, saduceos, y posteriormente por romanos… vamos, una belleza todo aquello de matar o morir por la religión…
Al final, el legado de Jesús no solo consistió en La Crucifixión, pagando con su sangre la fianza de la banda; sino su importancia como Profeta, resultado de una síntesis de escuelas hebreas, de las que destaca la simplificación, sencillez y poética en la prédica; la dialéctica como base de la reflexión, y la ética por encima de la jurisprudencia.
Nada de eso dice al menos una película sobre la vida de Jesús, por ello rescato a From The Manger to The Cross como una de las primeras que inició esta ola de estereotipos que ha hecho las arcas de La Meca del Cine hasta hoy, algo muy contrario a lo que dice precisamente la obra original, Las Sagradas Escrituras.

“Forgive them, Father.
They know not what they do”



Comentarios

Entradas populares