Santa Fe Trail

“1854, The United States Military Academy, West Point When the gray cradle of the American Army was only a small garrison with few cadets, but under a brilliant Commandant, named Robert E. Lee it was already building for the defense of a newly-won nation in a new world”

Un error craso que se tiende a cometer comúnmente en el cine, es juzgar con el análisis actual los sucesos de la historia.
No digo que las limpiezas étnicas ni la esclavitud fueran buenas, ni pensarlo, tan sólo planteo que es necesario analizar, en qué contexto social, económico y político se daban esos eventos.
John Brown fue un famoso abolicionista estadounidense, que creía en la insurrección armada como el único camino para derrocar la esclavitud en Estados Unidos; y sus esfuerzos por terminar con el trabajo esclavo, incrementaron la tensión entre El Norte y El Sur durante el periodo previo a La Guerra Civil Estadounidense; siendo él, la primera persona condenada por traición, en la historia del país.
Durante el año 1856, a raíz de las tensiones que originó La Ley de Kansas-Nebraska desde 1854; y la consecuente quiebra del compromiso de Missouri en 1820; tuvo lugar lo que se conoció como “El Conflicto de Kansas”
Aquí, John Brown comandó a un grupo de hombres en La Batalla de Black Jack, con victoria para los abolicionistas; y en La Batalla de Osawatomie, con victoria para los pro-esclavistas; 2 enfrentamientos bélicos de una serie de choques violentos entre quienes defendían la condición de Estado Libre para el recién creado territorio de Kansas; y quienes en cambio querían introducir la esclavitud, aprovechando la vecindad con El Estado esclavista de Missouri, y la ambigüedad abierta por La Ley de Kansas-Nebraska.
Así, una corriente de violencia y polarización estremecía al país, tanto es así que durante el mismo mes de mayo de 1856, cuando ocurría La Masacre de Pottawatomie, donde los seguidores de Brown, en plena Batalla de Black Jack, causaron la baja de 5 esclavistas; mientras tanto, en El Senado, el representante de Carolina del Sur y pro-esclavista, Preston Brooks, arremetía a bastonazos contra el representante de Massachusetts, el abolicionista Charles Sumner, quien en su discurso “El Crimen contra Kansas”, hizo alusiones sexuales acerca de la relación de Brooks con sus esclavas...
En este contexto es donde John Brown comienza a tomar notoriedad como líder de pequeños grupos de voluntarios que se destacaron en el conflicto de Kansas; y a diferencia de otros norteños abolicionistas, quienes defendían la resistencia pacífica frente a las facciones pro-esclavistas, Brown creía que este método había resultado ser inefectivo, y que la única vía para defender el opresivo sistema de esclavitud, era a través de la insurrección violenta; además creía que él era el instrumento de “La Ira de Dios” para castigar al hombre por sus pecados por poseer esclavos.
Insatisfecho con el pacifismo que fomentaba la organización de un movimiento abolicionista, del cual decía “estos hombres están siempre hablando.
Cuando lo que nosotros necesitamos es acción.
¡Acción!”; el 16 de octubre de 1859, apoyado por abolicionistas del Norte, Brown planeó crear zonas liberadas en las colinas de la parte occidental de Virginia, y con 20 de sus seguidores, asaltó y tomó el arsenal federal de Harper’s Ferry, actual Virginia Occidental; y se hizo con el control de la ciudad.
Pero su grupo fue rodeado por una compañía del Ejército bajo el mando del Coronel Robert E. Lee; donde 10 hombres de Brown, entre ellos 2 de sus hijos, murieron en la batalla que se produjo a continuación, y él fue herido y obligado a rendirse.
Mientras tanto, al otro lado del océano, Victor Hugo, desde el exilio en Guernesey, trató de obtener el perdón de John Brown; y envió una carta abierta que fue publicada por la prensa a ambos lados del Atlántico.
Este texto, escrito en Hauteville-House el 2 de diciembre de 1859, advirtió de una posible Guerra Civil en EEUU, y decía:
“Políticamente hablando, el asesinato de John Brown sería un pecado incorregible.
Crearía en La Unión una fisura latente que a la larga la dislocaría.
La agonía de Brown, podría tal vez consolidar la esclavitud en Virginia, pero ciertamente sacudiría a toda la democracia estadounidense.
Guardas tu vergüenza, pero matas tu gloria.
Moralmente hablando, parece que una parte de la luz humana se apagaría, que la noción misma de justicia e injusticia se ocultaría en la oscuridad, en ese día donde uno vería el asesinato de La Emancipación por la propia Libertad.
Que EEUU sepa y reflexione sobre esto:
Hay algo más aterrador que Caín matando a Abel, y eso es Washington matando a Espartaco”
La carta se publicó inicialmente en London News, y se reimprimió ampliamente; y después de la ejecución de Brown, Hugo escribió varias cartas adicionales sobre Brown y la causa abolicionista.
Por su parte, los abolicionistas en los Estados Unidos vieron los escritos de Hugo como evidencia del apoyo internacional a la causa contra la esclavitud.
Y es que John Brown fue detenido y acusado de traición; y asesinado, siendo ejecutado el 2 de diciembre de 1859, en Charles Town, Virginia Occidental, entonces Virginia; convirtiéndose así en un mártir de la causa abolicionista para algunos, y un extremista para otros.
Tenía 59 años; y según se cuenta, en la mañana del 2 de diciembre de 1859, Brown escribió:
“Yo, John Brown, ahora estoy bastante seguro de que los crímenes de esta tierra culpable nunca serán eliminados sino con sangre.
Como ahora pienso, me había adulado en vano que sin mucho derramamiento de sangre podría hacerse”
De dijo que leyó su Biblia, y escribió una carta final a su esposa, que incluía su testamento.
A las 11:00am lo escoltaron de la cárcel del condado a través de una multitud de 2,000 soldados a unas pocas cuadras de distancia, a un pequeño campo donde se encontraba la horca.
Entre los soldados de la multitud, estaban el futuro General Confederado Stonewall Jackson y John Wilkes Booth, este último tomó prestado un uniforme de milicia para ingresar a la ejecución… y el poeta Walt Whitman, en “Year of Meteors”, describió haber visto la ejecución.
Brown, estuvo acompañado por el sheriff y sus ayudantes, pero ningún ministro, ya que había rechazado sistemáticamente los servicios del clero pro esclavista; y dado que la región estaba en manos de la histeria virtual, la mayoría de los norteños, incluidos los periodistas, se habían ido de la ciudad, y es poco probable que algún clérigo antiesclavista hubiera estado a salvo, incluso si uno hubiera intentado visitar a Brown.
Así que él eligió no recibir servicios religiosos en la cárcel o en el andamio; siendo ahorcado a las 11:15am, y declarado muerto a las 11:50am
El cuerpo de Brown fue colocado en un ataúd de madera con la soga todavía alrededor de su cuello; y su ataúd fue puesto en un tren para llevarlo de Virginia a su casa de familia en New York para su entierro.
Se suponía que su cuerpo debía ser embalsamado en Filadelfia, a través del cual pasaría el tren; sin embargo, debido a las manifestaciones esperadas por ambos lados, había muchos estudiantes de medicina pro esclavitud del sur en Filadelfia.
El Alcalde, Alexander Henry, hizo un ataúd falso, cubierto de flores y banderas que fue cuidadosamente retirado del tren, y acelerado hacia su destino...
En realidad, el tren que transportaba el cuerpo de Brown, nunca se detuvo en Filadelfia, y así la violencia fue evitada por un “ataúd simulado”
Como resultado directo, en El Norte se llevaron a cabo grandes reuniones conmemorativas, sonaron las campanas de las iglesias, se dispararon diminutos cañones; y escritores famosos como Emerson Thoreau, se unió a muchos norteños que alabaron a Brown; que lo vieron como un mártir, sacrificado por los pecados de La Nación.
“They carved a path through the wilderness... then paved it with bullets and lives!”
Santa Fe Trail es un western de año 1940, dirigido por Michael Curtiz.
Protagonizado por Errol Flynn, Olivia de Havilland, Raymond Massey, Ronald Reagan, Alan Hale, Van Heflin, Ward Bond, William Lundigan, Guinn Williams, entre otros.
El guión es de Robert Buckner, que trata sobre el abolicionista John Brown y su campaña contra la esclavitud antes de La Guerra Civil de EEUU; y en un argumento secundario, nos habla de otros 2 personajes históricos contemporáneos a Brown:
Jeb Stuart y George Armstrong Custer, que compiten por la mano de una mujer.
En realidad, el contenido temático/histórico tiene poca relevancia…
La película se rueda el año previo a la entrada de EEUU en La Segunda Guerra Mundial, en 1940, retrasado por una recurrencia de la malaria de Errol Flynn; donde las escenas al aire libre se filmaron en Lasky Movie Ranch, en el área de Lasky Mesa en Simi Hills, en el oeste del Valle de San Fernando, en California.
Santa Fe Trail fue una de las películas más taquilleras del año, que hizo su estreno mundial precisamente en Santa Fe, Nuevo México; durante un festival de 3 días, con una gran cantidad de celebridades, entre ellas:
Flynn, de Havilland, Rudy Vallee y Wayne Morris... Rita Hayworth realizó “un baile de bienvenida” donde hubo 250 invitados y 2 trenes especiales:
Uno de Hollywood y otro del Este, por un costo total de $50,000, compartido entre Warner Bros., y el Ferrocarril de Santa Fe.
Según parece, Olivia de Havilland sufrió apendicitis durante el viaje, y tuvo que ser trasladada a su casa.
El filme narra los comienzos del conflicto entre El Norte y El Sur de los Estados Unidos, a causa del sistema esclavista de este último, con el pulso firme, la acción trepidante, el romanticismo y el sentido del humor que caracterizan todas las obras del cuarteto Flynn-de Havilland-Curtiz-Warner Bros; aunque capciosa a la hora de presentar la fundamental cuestión de la esclavitud, el entretenimiento está asegurado; donde destacan la brillante dirección de Curtiz, con su habitual claridad narrativa, su gran poder de síntesis, y una cámara en constante movimiento.
En La Academia Militar de West Point, en 1854, El Cadete Carl Rader (Van Heflin), es un agente de John Brown (Raymond Massey), y es deshonestamente despedido por distribuir panfletos contra la esclavitud.
Sus compañeros de clase:
James Ewell Brown “Jeb” Stuart (Errol Flynn) y George Armstrong Custer (Ronald Reagan), se convierten en Tenientes Secundarios, y son enviados a Fort Leavenworth, Territorio de Kansas, el lugar más peligroso del ejército, en una tarea que “disfrutarán”
En el camino a Kansas, Custer y Stuart se encuentran con Cyrus K. Holliday (Henry O'Neill), a cargo de la construcción del ferrocarril a Santa Fe, Nuevo México; y con su hija, Kit Carson Holliday (Olivia de Havilland) de quien ambos oficiales se enamoran…
Pero El Territorio de Kansas está manchado de sangre y desgarrado por la guerra, víctima de la implacable cruzada contra la esclavitud de John Brown; y mientras tanto, Rader se alistó como mercenario en el ejército de Brown, que ha estado aterrorizando el campo.
Durante el ataque de Brown a un vagón de carga bajo la protección del Ejército de los EEUU, Stuart y Custer capturan al hijo lesionado de Brown, Jason (Gene Reynolds) y el chico preocupado, les informa sobre el escondite de su padre en el rancho de Shubel Morgan en Palmyra.
Disfrazado, Stuart cabalga hacia allá, el centro del ferrocarril subterráneo; pero los hombres de Brown ven la marca del ejército de su caballo... por lo que Stuart es capturado y llevado a Brown a punta de pistola.
Intentando escapar, Stuart es atrapado en un granero en llamas, pero se salva cuando Custer lleva a La Caballería al rescate, lo que lleva a Brown a la reclusión.
Posteriormente, 3 años después, en 1859, creyendo que se había roto la fuerza de Brown, Stuart y Custer son enviados de regreso a Washington, DC, donde Stuart le propone matrimonio a Kit.
Sin embargo, Brown está planeando volver a encender la guerra, al atacar el arsenal de Harper's Ferry, en Virginia; y cuando Brown se niega a pagarle a Rader por sus servicios, Rader viaja a Washington para alertar a los planes a Stuart; y las tropas llegan justo a tiempo para aplastar la rebelión.
De esa manera, Brown es juzgado por traición por el estado de Virginia y ahorcado.
No obstante, hay un final feliz:
Todo termina con el matrimonio de Stuart y Kit…
El argumento, como en otras películas, tiene un trasfondo real, que es la historia del visionario y “fanático” abolicionista John Brown, partidario de la lucha violenta contra la esclavitud, y factor añadido para el estallido de La Guerra Civil de EEUU; y frente a él y sus torvas intenciones, se alinea el tándem formado por Errol Flynn y Ronald Reagan, quienes encarnan a 2 Oficiales de Caballería recién graduados en West Point, quienes luego se harían célebres en la contienda civil que les enfrentaría…
A la vez, estos hermanos de armas, se disputan el amor de Kit C. Holliday, con exquisita caballerosidad no exenta de picardía.
Pero la desenfadada historia amorosa, así como algunas situaciones hilarantes debidas a 2 secundarios de lujo, como Alan Hale y William Lundigan, contribuyen a relajar al espectador, y suponen un respiro entre balazos.
El romanticismo de época, como siempre, deja un regusto muy almibarado, más aceptable en la década de los 40 que hoy; además, reconozco que antes de ver este film, no tenía ni idea de quién era John Brown, pero durante toda la película me estaba entrando una gran ansiedad, esperando la gran escena en donde el personaje de Flynn, se diese cuenta de su actitud racista, recapacitase, y se diese cuenta que la causa abolicionista es la que hay que defender, que comprendiese el gran error, y se pusiese del lado de la causa justa...
Pero no, sorprendentemente la película avanza y avanza, y no llega esa escena, y avanza, y de repente, se acaba del todo.
Eso me ha dejado perplejo, ya que en ningún momento, ningún personaje toma conciencia de que la esclavitud es una gran aberración; es más, hasta los negros acaban siendo más partidarios de ella que de la abolición:
¿Cómo es esto posible?
Si se toma el film como un puro divertimento, no pasa nada; pero si se toma en serio, y se analiza profundamente, estamos ante una de las películas más racistas, xenófobas y deplorables, ideológicamente hablando, de la historia del cine; y es que ni siquiera hay moraleja en los títulos de créditos finales.
Unos simples títulos explicando lo aborrecible de esa caduca ideología, habría bastado, pero no, la película acaba asépticamente con el beso entre la pareja protagonista; donde el único punto a favor, además del técnico, es que el film está concebido tan ingenua y puerilmente con el objetivo puro, y muy noble, de solo entretener, por tanto, no creo que su mensaje racista arraigue en ningún espectador, porque solo cuando la analizas en profundidad, te das cuenta de la ideología que desprende, y hasta da la sensación que ni los actores ni el director se dieron cuenta del gol que les coló el guionista en este aspecto.
No obstante, es hija de su tiempo, y hay que verla desde ese punto de vista.
“Where the railroad and civilization ended, the Santa Fe Trail began!”
Michael Curtiz fue un director de familia rica, que demostró que se amoldaba a lo que los estudios le pedían, tanto que llegó a dirigir en Moscú en 1943, una película de encargo; aunque tiene varias obras maestras, también es cierto que no le importaba hacer películas para el lucimiento de las estrellas, y rodar guiones sin discutir sobre el contenido… porque Curtiz era un director de encargo, de calidad y pericia; y aquí aborda de manera arriesgada, la perspectiva que desde El Sur esclavista estadounidense, se tenía del abolicionista, John Brown.
Por ello estamos ante una de las películas más sorprendentes de la historia del cine, por su alegato al racismo.
Todo inicia cuando el productor, Hal B. Wallis, deja manos libres al guionista Robert Buckner para que escriba lo que le venga en gana, siempre y cuando las estrellas Flynn-Havilland destaquen en sobremanera.
El resultado, es un guión donde aparecen esclavos negros que dicen frases como:
“Yo no quiero la libertad”; y la manipulación histórica llega a paroxismos difíciles de igualar.
Aunque Santa Fe Trail es un muy competente espectáculo de acción, realizado en el mejor momento de su director, un Michael Curtiz en plena forma, ante todo se trata de una película muy interesante desde el punto de vista histórico:
Adscrita formalmente al “western”, se mueve con soltura en sus límites, pues los episodios que narra, pertenecen más bien a La Pre-Guerra Civil:
Esos virajes hacia el conflicto armado “Norte-Sur” que comenzaron a producirse a mediados de la década de 1850, cuando las 2 posturas ante el espinoso problema de la esclavitud, se radicalizaron en una escalada de tensión que inexorablemente conduciría al estallido de la contienda fratricida, en la primavera de 1861.
Quien no la conozca, y atendiendo únicamente a su título; podría creer que nos encontramos frente a otro film más sobre esforzados pioneros, la epopeya de una caravana de carretas de lona que cruzan un país vasto y hostil en busca de “La Tierra Prometida”, o la crónica de la apertura de una nueva vía de comunicación, por ejemplo el ferrocarril…
Pero la verdad es que dicho “Camino de Santa Fe”, tan sólo aparece muy tangencialmente en la película, con su cabecera en “El Fuerte Leavenworth”, y más tarde, con algunos planos de la construcción del ferrocarril que uniría Kansas con Nuevo México.
Se trata, por tanto, al margen de sus cuotas  de comedia romántica, con 2 apuestos oficiales rivalizando por la mano de una gentil y bella damisela, con el clásico triángulo convencional de tantas y tantas películas, siempre decantado finalmente a favor del protagonista, y en detrimento de su simpático camarada, que encaja la derrota con encomiable deportividad; de un film que tiene más de histórico que de “western”
En realidad, el eje de la película lo ocupa John Brown, una figura ambigua y ambivalente donde las haya, y sumamente controvertida, héroe para unos, villano para otros; un mártir que sacrificó su vida en el altar de una noble causa, o un fanático homicida que regó el país con la sangre de quienes no pensaban como él.
Por consiguiente, Santa Fe Trail aborda un momento crucial de la historia de EEUU, como son los violentos prolegómenos de La Guerra Civil, con la cuestión de la esclavitud como detonante.
Pero los guionistas fuerzan un poco la situación, y se toman algunas licencias, pues reúnen en un momento dado, a un ramillete de Generales que se distinguirán en ambos bandos durante la inminente contienda, como son:
Sheridan, Longstreet, Picket y Hood; junto a Stuart y Custer, aunque este último no pudo tomar parte realmente en los hechos, porque no se graduó en West Point hasta 1861, justo en vísperas de la guerra, y por tanto, ni fue compañero de promoción ni de aventuras de Stuart.
Pero también emergen figuras como:
El futuro Presidente Confederado, Jefferson Davis (Erville Alderson) y Robert E. Lee (Moroni Olsen), uno de los más prestigiosos y laureados jefes militares del campo sureño.
Todo inicia con los recién graduados de La Academia Militar de West Point, en 1854, los jóvenes Jeb Stuart y George Custer, cuando son destinados al puesto más peligroso del ejército:
La 2ª Unidad de Caballería; donde se destacará Stuart, como Comandante de Caballería, conocido por su maestría en el reconocimiento y el uso de La Caballería en operaciones ofensivas; pero que con su porte sureño y su imagen de Caballero, le dieron fama de rebelde, una imagen arrogante, con capa gris forrada en rojo, faja amarilla, sombrero inclinado hacia un lado con una pluma de avestruz, flor roja en su solapa, y a menudo con colonia deportiva… y su trabajo serio, lo convirtió en los ojos y oídos de confianza de Robert E. Lee; e inspiró la moral del Sur.
Además, como castigo por haber participado en una pelea, serán obligados a permanecer en El Fuerte Leavenworth, en Kansas, donde tendrán que vérselas con John Brown, un antiesclavista que utiliza métodos expeditivos para conseguir la liberación de los negros sureños.
La película se sitúa previo a La Guerra Civil entre El Norte y El Sur de los Estados Unidos; cuando La Academia de West Point estaba dirigida por El General Lee, quién posteriormente fue General de Los Estados Confederados, siendo un hábil estratega militar.
De lado de Los Estados Norteños, estaba Lincoln como Presidente, y del General Grant, quien años después sería Presidente de La Unión.
En la película se menciona, solo se menciona a Los Generales Sherman y Sheridan del Norte; y lo más resaltante, es que se cumplió el vaticinio de una india norteamericana quien profetiza la guerra.
La Guerra Civil comienza el año 1861, hasta 1865...
Cuando se estrenó Santa Fe Trail en 1940, tuvo un gran éxito de crítica; y aunque no es de ninguna manera un clásico como “Gone With The Wind”, su visión de la próxima Guerra Civil no es muy diferente de la película de David O. Selznick, que también tuvo a Olivia de Havilland como una de sus estrellas; era una opinión popular de la época, donde los abolicionistas eran bien intencionados, los agitadores de la agitación que provocaron La Guerra Civil y, como dice Errol Flynn, como Jeb Stuart, “el sur resolverá el problema de la esclavitud en su propio momento”
Es curioso que la película se realizara en la víspera de la entrada de los Estados Unidos en La Segunda Guerra Mundial; y su tono y subtexto político, expresan el deseo de reconciliar la disputa de La Nación sobre la esclavitud que provocó La Guerra Civil, y atraer a los espectadores en El Sur y en El Norte.
Por ello, La Guerra Civil y la abolición de la esclavitud, se presentan como una tragedia innecesaria, causada por un “loco anárquico”… donde los protagonistas heroicos como Jeb Stuart y Custer, que parecen incapaces de concebir, cómo el problema de la esclavitud podría ponerlos en desacuerdo en un futuro cercano, aunque en 1859, la hostilidad entre los estados pro/anti-esclavitud, había alcanzado un punto de ebullición…
El realizador, se aprovecha de este hecho conocido por todos, sobre todo por el público de EEUU; y establece un especie de mezcla entre el “western” y film de aventuras, sirviéndose de las tensiones entre sudistas y nordistas en un grupo de militares de West Point.
Con personajes históricos entre los secundarios, apellidos como Lee, Sheridan o Custer son bien reconocibles entre los espectadores; el foco se centra en la verdadera estrella del film:
Errol Flynn, que interpreta a uno de estos militares, Jeb Stuart, que son enviados a Fort Leavensworth a templar sus ánimos; y llegarán justo para enfrentarse al líder abolicionista y fanático:
John Brown.
Así, el film funciona gracias a la presencia de un pletórico y carismático Errol Flynn, en una trama de acción, en la que el romance con el personaje de Olivia de Havilland, se encaja de la forma más suave y natural posible, con un malo perverso y cercano a la locura, más el adecuado uso del tema del abolicionismo como fuente interna que separa a unos hombres que, pese a sus diferencias, deben acatar las órdenes y el sentido del deber que se les supone a los militares.
Y está claro que los guionistas de los años 40, sabían cómo contar historias interesantes, aunque fuera a costa de deformar los hechos históricos; y los directores como Michael Curtiz, plasmarla con buen pulso, manteniendo el sentido del espectáculo, sin perder de vista a la estrella del film.
Porque es evidente que el héroe de la función, y por ende dotado a nuestros ojos de una significación positiva; es el personaje que interpreta Errol Flynn, que pronto dejaría de vestir de azul, para ponerse el uniforme gris de La Confederación; es decir, teóricamente un esclavista, o al menos alguien partidario de mantener lo que en El Sur se denominaba “la peculiar institución”, hasta que los propios sureños tengan a bien el abolirla, mientras que el gran villano de esta historia parece ser John Brown, el hombre que se propuso liberar a millones de seres humanos de sus cadenas, y que aunque difería de Abraham Lincoln en los métodos, compartía a la postre sus mismos fines.
De modo que la película tiene que hacer verdadero encaje de bolillos para tratar de conciliar ambas posturas, y justificar que un futuro rebelde y teórico “pro esclavista”, alguien que nos debería caer mal, nos caiga por el contrario, bien, porque además, se trata nada menos que de Errol Flynn, un actor que había interpretado héroes simpáticos, y sin vuelta de hoja.
Su Stuart sostiene que los sureños afrontarán a su debido tiempo la cuestión de la esclavitud, y la resolverán entonces sin injerencias externas ni necesidad de recurrir a soluciones maximalistas como las que preconizan Brown y sus apoyos en El Norte, que pretenden organizar una sublevación general de esclavos que subvierta por completo el orden social, trayendo la anarquía y el caos.
Pero el discurso que realmente defiende la película, es el de la neutralidad del ejército, y su función constitucional como garante de las leyes, interponiéndose entre los elementos violentos y extremistas.
Por tanto, John Brown está mostrado no como un monstruo fanático, sediento de sangre, sino con cierto respeto, el debido a un hombre de firmes principios religiosos, que declara estar en constante comunicación con Dios, y defiende sus ideas hasta la muerte, y al que sus propios adversarios no pueden en cierto modo dejar de admirar, y así lo manifiestan expresamente tanto el personaje de Reagan, ese Custer norteño y por tanto más tibio; como el de Olivia de Havilland, que lo tiene por un hombre extraordinario, aunque errado en sus métodos; de hecho siguiendo la figura de Cristo y todo su Vía Crucis.
Por eso, el verdadero villano de la película, este ya sin ningún tipo de excusas, es Carl Rader, el personaje que incorpora Van Heflin, que ya nos es presentado con matices negativos desde el primer plano en el que aparece maltratando a su caballo, cuando todavía es un cadete de West Point; y luego haciendo proselitismo de las ideas abolicionistas entre sus compañeros; y es doblemente traidor:
Traidor a su juramento y a su patria, y también desleal con el propio John Brown, pues únicamente es un mercenario que está a su lado a cambio del dinero que espera recibir por sus servicios como asesor militar, y al negarse el iluminado y desinteresado cabecilla a pagarle, se apresura a su vez a traicionarlo.
Por eso, su muerte es la que merece una miserable rata; mientras que Brown es ejecutado en el cadalso, pero muere con dignidad, sin abjurar en absoluto de sus ideas, y profetiza la tempestad que va a venir…
Por otro lado, las personas negras son presentadas como pasivas y despistadas; los esclavos traídos por El Ferrocarril Subterráneo de John Brown al Norte, están simplemente siguiendo órdenes de los abolicionistas, sin ningún motivo para huir de la esclavitud; y reflexionan sobre los buenos viejos tiempos en que vivían felices en El Sur; ahora, atrapados en un cobertizo en llamas, necesitan ser rescatados por un hombre blanco.
En el pasado, incluso en un “western” como Santa Fe Trail, se tomó un uso liberal de los hechos que involucraban a personajes históricos; y éste es un ejemplo más de las manipulaciones históricas que se hacían en el cine estadounidense.
Tanto que si nos ponemos muy críticos en cuanto a rigor histórico, Santa Fe Trail es nula y absurda, pues es obvio que a John Brown se le quiere pintar como al mismísimo demonio; cuando él fue uno de los primeros principales defensores de la raza negra en EEUU, y no creo que utilizara esos métodos tan crueles; de hecho se hace un retrato totalmente caricaturesco de su figura, frente a la honesta figura de los soldados sureños, que más tarde se convertirían en los famosos oficiales Custer y Stuart.
Por cierto, Jeb Stuart y Robert E. Lee, pasaron a ser Confederados unos años más tarde, por eso me extraña que en el cine de los años 30, se rinda una especie de homenaje a estos hombres, porque Custer está muy a un segundo plano…
Como sea, esta película toma libertades sustanciales, con los hechos históricos, por ejemplo:
Santa Fe Trail se desarrolla rápido, y suelto con hechos históricos, especialmente en los otros Oficiales famosos que se supone que se graduaron de West Point con Jeb Stuart en 1854:
James Longstreet en 1842; George Pickett en 1846; Philip Sheridan en 1853; John Hood en 1853; y George Custer en 1861.
De hecho, Stuart y Custer no asistieron a West Point al mismo tiempo, y nunca se conocieron personalmente; por tanto, Custer no habría estado presente como Oficial durante la redada en Harper’s Ferry en 1859.
Mientras que Jason Brown no fue asesinado en Kansas; y uno de los otros hijos de Brown, Frederick, recibió un disparo del Reverendo White.
Stuart sirvió en El 1° Regimiento de Caballería; y Custer sirvió en El 2º y 5º Regimiento de Caballería; donde la primera asignación de Stuart después de graduarse de West Point, fue en los rifles montados en Texas, seguido por El 1° Regimiento de Caballería; no en El 2° de Caballería como se muestra en la película.
Custer, nunca estuvo en el territorio de Kansas; y la esposa de Stuart se llamaba Flora Cooke, no Kit Carson Holliday; que era la hija del Comandante del 2º Regimiento de Dragones de los Estados Unidos, El Teniente Coronel Philip St. George Cooke; y no como se describe en la película, Kit Carson Holliday, descrita como la hija de Cyrus Holliday, el fundador de Atchison & Topeka Railroad, que pronto se renombró como Atchison, Topeka & Santa Fe Railroad.
De hecho, Cyrus Holliday tuvo una hija, y se llamada Lillie.
Además, John Brown no llevaba barba en Kansas, sino años después; y Carl Rader no existió.
El ferrocarril que se está construyendo, se llama Santa Fe.
La compañía original, era Atchison y Topeka Railroad Company constituida en 1859.
Aunque era uno de los destinos originales del ferrocarril, el nombra Santa Fe no se agregó hasta 1863, mucho después de la puesta en escena de la película.
Además, al contrario de lo que se muestra, la colocación inicial de pistas, no comenzó hasta 1868.
Mientras discuten, cómo las armas se metieron en cajas marcadas como biblias...
El propietario de la compañía de transporte, dice que una vez encontraron 3 toneladas de semillas de pólvora marcadas con pólvora... 3 toneladas de semillas de aves habrían sido muy sospechosas en la década de 1850; pues la alpiste es para mascotas, como los canarios.
Había muy pocas aves de compañía en lo que era la frontera en esos días, este fue el error de un escritor, que debería haber dicho “alimento para pollos”
Cuando los cadetes van a ver a Robert E. Lee, el letrero en la puerta dice “Comandante”, pero él era El Superintendente de West Point, no El Comandante…
Robert S. Garnett y William H.T. Walker, eran Los Comandantes durante el mandato de Lee como Superintendente.
La Caballería de los Estados Unidos, no asaltó la casa del motor de Harper's Ferry que estaba ocupada por John Brown; fue tomada por infantes de marina estadounidenses, que incurrieron en 2 bajas:
Una muerte y un herido.
La mayor parte del asalto de Harper’s Ferry, es inexacto; en particular, mientras que las fuerzas del gobierno estaban dirigidas por El Teniente Coronel Robert E. Lee, las tropas eran marines, no militares; y las piezas de artillería en La Batalla de Harper's Ferry, se muestran siendo arrastradas por equipos de 4 caballos…
Antes de La Guerra Civil, todas las piezas de artillería de campo, excepto la pistola M1841 de 12 libras, usaban equipos de 6 caballos, la pistola de 12 libras requería 8 caballos.
La escasez de caballos durante La Guerra Civil, provocó que los equipos de artillería de campo se redujeran a 4; un cambio que continuó después de La Guerra.
En La Batalla de Harper's Ferry, se muestra a las tropas portando el modelo 1873, Trapdoor Carabina, un arma de carga de culata, que es el arma estándar de Hollywood para toda la caballería estadounidense en el siglo XIX.
El arma correcta habría sido la M1854 Rifled Carbine, un arma de carga de boca.
También se puede observar, que La Caballería no estuvo presente en la toma del Harper's Ferry Arsenal por John Brown...
La Batalla Final, tiene lugar en un edificio llamado “El Arsenal”
La Armería Federal en Harper’s Ferry, era en realidad un complejo de fabricación, almacenamiento y edificios de oficinas.
Durante los combates, la fuerza de John Brown finalmente se refugió en Fire House, uno de los edificios más pequeños en los terrenos de La Armería.
La Casa del Fuego, fue construida de ladrillo, pero tenía 3 grandes puertas de madera a través de las cuales se podía mover el equipo de extinción de incendios.
Por otro lado, justo después de que ahorquen a John Brown, un Oficial del Ejército, al lado de la horca dice:
“Así perecen todos los enemigos de La Unión”
Lo que dijo El Oficial Coronel J.T.L. Preston del Instituto Militar de Virginia, fue:
“Así perecen todos los enemigos de Virginia, todos los enemigos de La Unión, todos los enemigos de la raza humana”
En la vida real, John Brown no dijo nada desde la horca; sin embargo, le entregó una nota a uno de sus guardias en su camino hacia su ejecución que decía:
“Yo, John Brown, ahora estoy bastante seguro de que los crímenes de esta tierra culpable nunca serán eliminados sino con sangre”
Aunque nunca fue un relato histórico, y no se ha usado bien en su interpretación, a los fanáticos del “western” les seguirá gustando Santa Fe Trail; pues con todo, el guión aborda el tema de la esclavitud en El Sur desde una perspectiva que hoy podría considerarse como “políticamente incorrecta”, incluyendo el papel de los negros que aparecen en la película, quienes llegan a considerar la esclavitud preferible a la libertad.
Y es que la película da la impresión de que no se oponía a la esclavitud, incluso hasta el punto de que un personaje de “mami” negra dijera, después de una batalla especialmente feroz:
“El Sr. Brown nos prometió libertad, pero... si esto es libertad, no quiero formar parte de ello”
Desde lo técnico, en Santa Fe Trail se muestra un nuevo proceso de audio llamado “Vitasound”; a menudo llamado incorrectamente “proceso estereofónico” que en realidad combinó una banda sonora monofónica de ancho variable y estándar, con una segunda pista de control de ancho variable, ubicada entre la banda sonora y los orificios de la rueda dentada, que aumentaba la sonoridad de ciertas escenas al encender amplificadores y altavoces adicionales.
Y Santa Fe Trail fue una de las 2 únicas películas que se mostraron en el proceso “Vitasound”; la otra fue “Four Wives” (1939)
Del reparto, este fue el 7º de 9 películas hechas juntos por la pareja romántica de Warner Bros., Olivia de Havilland y Errol Flynn; aunque creo que esta es su peor colaboración, porque aquí no hay tanta chispa, en una historia de amor que está un tanto metida a calzador, donde ella resulta un personaje un tanto intrascendente en el film.
Olivia de Havilland recordó que la antigua llama, Errol Flynn, se comportó mal durante su inicio, pues ella estaba saliendo con James Stewart, y creía que Flynn estaba celoso… pero tengo que decir que ella mostró un poco más de garra que el rango normal de mujeres líderes en ese momento en Warner Bros.
Mientras que Ronald Reagan obtuvo la parte de George Armstrong Custer, por la fuerza de su éxito como George Gipp en “Knute Rockne All American” (1940)
Reagan, antes de dejar el cine y meterse a dirigir El Sindicato de Actores y ayudar al Senador McCarthy en la célebre “Caza de Brujas”, interpreta al General Custer, un ultraderechista que le viene al pelo.
Como dato, un año más tarde, Errol Flynn interpretaría a Custer en “They Died with Their Boots On” (1941); mientras que Raymond Massey interpretó a John Brown nuevamente en “Seven Angry Men” (1955), cuya historia principal es también el juicio y el ahorcamiento del abolicionista; también fue Abraham Lincoln en 4 películas, u obras de teatro.
Un hecho interesante que nadie menciona en esta película, es que Cyrus K. Holliday, sobrevivió considerablemente a casi todos los retratados en la película.
Además, es de importancia crítica en la historia de Kansas, ya que construyó el ferrocarril de Santa Fe; y sus hijos no fueron a West Point como William Lundigan, se graduaron con todos estos héroes de La Guerra Civil, ni su hija terminó casándose con uno…
Como curiosidad, cabe señalar que el retrato cinematográfico de John Brown parece inspirarse en el mural más o menos coetáneo de J. Stewart Curry, llamado “Tragic Prelude”, el cual sería la portada del primer disco del grupo Kansas en 1974.
En él, Brown se alza con los brazos abiertos, sosteniendo un rifle con la mano derecha, y una biblia con la izquierda, sobre los bandos enfrentados de soldados del Norte y El Sur.
Sus ojos, el gesto de la boca y las barbas al viento, reflejan voluntad y determinación, rasgos que Massey encarna aquí con soberbia perfección, hasta el momento mismo de su ejecución, que preludia el final de la historia.
La banda sonora corre a cargo de Max Steiner, donde la canción “Benny Havens, Oh!”, cantada por los soldados en la fiesta de despedida en Fort Leavenworth; es una canción de West Point.
Benny Havens, tenía una casa cerca de La Academia Militar de West Point; y la escritura de la canción, se debe a un Teniente llamado O'Brien, que conmemora en un mural en La Sala de Benny Havens, el desastre del ejército de West Point.
“Everybody in America is trying to decide”
Sobre la realidad de los hechos, los historiadores están de acuerdo en que la redada de Harper’s Ferry, y el juicio de Brown, ambos cubiertos extensamente por la prensa de EEUU, aumentaron las tensiones que llevaron a La Secesión del Sur 1 año después, y a La Guerra Civil de EEUU.
Y es que la redada de Brown atrajo la atención de la nación:
Los sureños temían que fuera solo el primero de muchos planes del Norte en causar una rebelión de esclavos que pudiera poner en peligro sus vidas; mientras que los republicanos descartaron la idea, y afirmaron que no interferirían con la esclavitud en El Sur.
Al estallar La Guerra Civil en 1861, los partidarios de La Unión marchaban a la guerra cantando la “John Brown's Song” o “John Brown's Body”, que relacionaba el martirio de Brown con la venida de Jesucristo, y el fin del mundo…
Fue luego de la muerte de Brown, que Henry David Thoreau escribió en 1859, una serie de artículos exculpando y defendiendo la postura del abolicionista.
Las acciones de Brown, como abolicionista, y las tácticas que utilizó, todavía lo convierten en una figura controvertida en la actualidad; y es recordado como un mártir heroico y visionario, vilipendiado como un loco y un terrorista.
El historiador James Loewen, examinó los libros de texto de historia de Estados Unidos, y observó que los historiadores consideraban que Brown estaba perfectamente cuerdo, hasta alrededor de 1890, pero en general, lo describieron como demente desde alrededor de 1890 hasta 1970, cuando las nuevas interpretaciones comenzaron a ganar terreno.
Además, existen similitudes entre el intento de insurrección de John Brown y La Revolución Haitiana, en ambos métodos, motivaciones y determinación, todavía se consideran hoy en día, como la avenida principal en la capital de Haití, Puerto Príncipe, que todavía se llama “Brown” como un signo de solidaridad; sin olvidar que Malcolm X dijo que “los blancos no podían unirse a su Organización Nacionalista Afroamericana de Unidad Afroamericana, pero si John Brown aún estuviera vivo, podríamos aceptarlo”
De esa manera, cuanto más nos alejamos de la emoción de 1859, más estamos dispuestos a considerar a John Brown, como un hombre extraordinario víctima de delirios mentales.

“I, John Brown, am now quite certain that the crimes of this guilty land can never be purged away but with blood.
Aye, let them hang me.
I forgive them, and may God forgive them for they know not what they do!”



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