Deep Blue Sea

“What does an eight thousand pound mako shark with a brain the size of a flat head V8 engine and no natural predators think about?”

Resulta que el tiburón mako, marrajo común, o de aleta corta, “Isurus oxyrinchus” es una especie de elasmobranquio lamniforme, de la familia Lamnidae.
Tiene una distribución muy amplia; pues se encuentra en El Océano Pacífico, Atlántico, Índico, Mar Mediterráneo, y Mar Rojo.
El marrajo común, es un gran tiburón, con el cuerpo fusiforme, robusto, macizo, y muy hidrodinámico.
Su hocico es cónico y puntiagudo, y la boca es grande y estrecha, en forma de “U”, con amplios diastemas separando las hemimandíbulas.
Los ojos son redondos, negros, y de tamaño mediano.
Posee aletas escapulares medianas, de extremo ligeramente redondeado:
La primera dorsal mediana, y de extremo ligeramente redondeado, con su origen justo por detrás de las escapulares; y la segunda dorsal y anal diminutas, ambas enfrentadas.
Aleta caudal grande, de lóbulos anchos, y en forma de media luna, con el lóbulo superior, ligeramente más grande que el inferior.
Hendiduras branquiales grandes, 5 pares en total.
Pedúnculo caudal deprimido, y ensanchado por grandes quillas laterales muy largas.
Los dientes son grandes, de cúspide ancha en los adultos; y flexionada, con los bordes lisos, el tercer diente superior es diminuto, e inclinado, seguido de diastema.
Es de color azul oscuro en el dorso, más claro en los costados, y blanco puro en el vientre.
Son tiburones de gran tamaño, existe una cita, de una hembra capturada de 4,5 metros.
El tamaño más normal de los mayores ejemplares, suele estar entre 3,5 y 4 metros de longitud, con pesos de hasta 700, o 750 kg.
Se sabe, que ha atacado a personas y embarcaciones, sin provocación previa, por lo que es considerado peligroso; y es muy buscado por los aficionados a la pesca deportiva, ya que es muy combativo y potente.
Al igual que el resto de tiburones pertenecientes a la familia Lamnidae, los marrajos mantienen una temperatura corporal superior a la del medio, son homeotermos; lo que les permite realizar una digestión más rápida, triplicar su fuerza muscular, o actuar más rápidamente.
Es un tiburón pelágico, de hábitos oceánicos, aunque en ocasiones, se acerca a las costas en busca de alimento, llegando a penetrar en playas y puertos.
El marrajo es un tiburón ovoviviparo, con camadas de entre 4 y 8 fetos, máxima conocida de 16.
Estos pequeños tiburones, miden al nacer, unos 70 centímetros, y crecerán según su sexo, hasta madurar a 1,9 metros los machos y 2,6-2,8 metros en las hembras.
Cuando un marrajo tiene crías en su vientre, los embriones más desarrollados, o las crías más desarrolladas, se comen a sus hermanos, y a los huevos, esta actividad de canibalismo se llama “oofagia”
El marrajo es un tiburón muy activo, de fuerza descomunal, y gran velocidad.
Según pruebas recientes, el marrajo puede llegar a alcanzar velocidades punta, de más de 124 km/h, lo que le otorga el puesto de animal más rápido del océano, puesto que anteriormente se atribuía al pez vela, con sus 110 km/h.
El secreto de tal potencia y velocidad, es su perfecta hidrodinámica, su potente masa muscular, su aleta caudal en forma de media luna, y el hecho de ser homeotermo, lo cual triplica su potencia muscular, permitiéndole además, realizar arranques bruscos.
Dicha combinación de fuerza y velocidad, les confiere a estos animales, la capacidad de saltar muy alto, fuera del agua, al igual que lo hace el tiburón blanco, dichos saltos, suele realizarlos cuando está prendido en un anzuelo de pesca, durante los cuales, puede alcanzar entre 6 y 8 metros de altura.
“Yea, though I walk through the valley of the shadow of death, I shall fear no evil.
For thou art with me.
Thy rod and thy staff, they comfort me.
Surely goodness and mercy shall follow me all the days of my life.
Because I carry a big stick and I'm the meanest mother fucker in the valley!
Two sharks down, Lord!
One demon fish to go!
Can I get an Amen?”
Deep Blue Sea es una película de terror, dirigida por Renny Harlin, en el año 2000.
Protagonizada por Saffron Burrows, Thomas Jane, LL Cool J, Jacqueline McKenzie, Michael Rapaport, Stellan Skarsgård, Samuel L. Jackson, entre otros.
El guión es de Duncan Kennedy, Donna Powers, y Wayne Powers.
Deep Blue Sea, cuenta con efectos visuales especiales, y de animación, por la prestigiosa compañía Industrial Light & Magic, entre otras.
Además, contó con un equipo de cámaras Panavisión, lo que la convierte en una superproducción de alto presupuesto.
Así pues, utilizando tiburones Mako, una de las máquinas de matar más rápidas y perfectas de la naturaleza, La Doctora Susan McAlester (Saffron Burrows) espera encontrar la clave de la regeneración de los tejidos del cerebro humano.
Pero para alcanzar su meta, ha violado los códigos éticos, modificando el ADN de los tiburones, haciendo que sean más inteligentes, y más rápidos, convirtiéndolos en monstruos depredadores, que pondrán en peligro a todo el equipo de trabajo.
Si bien, cuando Steven Spielberg rompió la taquilla con su “JAWS” (1975) en la década de los 70, multitud de películas de terror acuático, surgieron de todas partes, repletas de animalejos varios, como:
Orcas, pirañas, y toda clase de escualiformes, incluidas las tintoreras mexicanas, hasta llegar a Deep Blue Sea, por ahora, último ejemplar del subgénero, que cuenta con claras resonancias, no sólo de la película del “Rey Midas” sino también de “Alien” (1979) y hasta del cataclismo de “TITANIC” (1997), film con el que comparte escenario marítimo.
La trama, no muy novedosa, pero interesante, detalla los esfuerzos de un grupo de “científicos” que intentan extraer una hormona, o proteína, del cerebro de los tiburones, los cuales, tienen sorprendente capacidad de repeler enfermedades, todo esto, en una remota plataforma marina, lejos de cualquier posible rescate, y lo suficientemente aislado del mundo, para establecer el clásico escenario de “la casa embrujada, con el monstruo suelto”
Entonces, para que haya más proteína, alteran genéticamente a los tiburones, para que tengan el cerebro más grande, sin considerar que eso, les daría mayor “inteligencia”
Sin embargo, dentro de Deep Blue Sea, “inteligencia” significa que los tiburones, pueden hacer cualquier cosa para garantizar sobresaltos, sin importar si es lógico, plausible, o físicamente posible...
El resultado final del producto, es un enérgico, claustrofóbico, y efectivo thriller de ciencia-ficción, y terror.
“You think water moves fast?”
La manipulación genética, ha sido desde siempre, un tema de controversia científica, ya sea en el campo de los alimentos transgénicos, ya sea respecto al imparable futuro de la clonación, y aquí, es de nuevo puesta de manifiesto, para sugerirnos una trama de acción, repleta de enormes escualos que, mediante una alteración en sus genes, han visto aumentada peligrosamente, su capacidad intelectual.
Modificar las características biológicas que la naturaleza nos ha donado, ciertamente puede suponer, un avance importante para nuevos y eficaces descubrimientos médicos y farmacéuticos, pero en esta ocasión, el experimento ha supuesto el detonante de una sangrienta catástrofe marina.
La ingeniería genética, puede ser vista como un difícil juego, el juego de crear, emular a un Dios que, por cierto, es referenciado a menudo en el desarrollo de la historia, especialmente en boca del rapero LL Cool J, que interpreta a un saleroso cocinero llamado Sherman “Preacher” Dudley.
Este torbellino, es narrado con muy buen pulso, por parte de Harlin, especialista en este tipo de productos, pero el desarrollo es, en gran medida previsible, y sólo deja al espectador, la incertidumbre de cuándo, y quién va a ser el siguiente en la lista de los temibles makos.
Por lo demás, el croquis de los personajes, es más bien pobre, factor bastante usual en este tipo de proyectos.
En efecto, los tiburones son más agresivos, rápidos e inteligentes de lo acostumbrado, a veces parecen prácticamente humanos, pero todo ello, se encuentra perfectamente justificado, por el tipo de experimentos que ilegalmente ha ido desarrollando la doctora McAlester, y que han supuesto un aumento de masa cerebral, en estos peligrosos tiburones mako.
El equipo de rodaje, intentó transmitir la potencia de los tiburones, dándose cuenta de que los animales son muy tranquilos y aburridos; sólo en su ataque y mordedura, son potentes e imparables.
Por ello, la violencia de los tiburones, más allá de sus “dotes inteligentes”, es la protagonista.
Los protagonistas humanos, encerrados en una base acuática, una especie de Alcatraz, serán la presa que los tiburones se encargan de atrapar.
Y cuando entran en acción, sube la tensión, siendo casi, el único interés de Deep Blue Sea.
Eso sí, bien dosificadas sus apariciones, e intentando subrayar su permanente amenaza, en cada rincón, porque se mueven con agilidad inusitada, y en cada momento del enfrentamiento con sus rivales, unos humanos crueles, que los usaban de ratones de laboratorio.
A nivel interpretativo, nos encontramos con un film sin grandes nombres, pero con interpretaciones típico/tópicas:
Saffron Burrows, Thomas Jane, y LL Cool J, hacen “creíbles” sus papeles; sobre todo ella, y el famoso rapero, protagonista de algunas de las escenas más divertidas,  que mantiene durante todo el metraje, como la teoría de que los negros nunca sobreviven en este tipo de historias.
No podemos olvidar tampoco, la presencia de Samuel L. Jackson:
Breve pero intensa; sufre en sus carnes, el omnipresente humor negro de un guión, nada tópico en cuanto a sus giros y final.
Con todo, Deep Blue Sea tiene cosas malas y buenas:
Del lado malo, sobresale un guión inverosímil, que hace que con frecuencia, la historia produzca más risa que susto.
Basta dar un ejemplo, para ilustrar la fragilidad de la historia:
En una escena, un tiburón de 15 metros de largo, se oculta por completo bajo la superficie, en un lugar en el que el agua sólo alcanza un metro y medio de profundidad.
Se puede observar a simple vista, que en todas las partes de Deep Blue Sea, los tiburones cambian de tamaño; por ejemplo:
Cuando el tiburón ataca al cocinero, puede ir por esos angostos pasillos, pero cuando se traga a la chica al final, es gigante; y el otro error, es que el tiburón tigre, es como un mako, pero de otro color...
Lo mejor de Deep Blue Sea, es el giro argumental, en la que la protagonista obvia, deja de serlo, pues ser un actor con renombre, no implica que el personaje vaya a ser el protagonista durante todo el metraje.
Originalmente, Deep Blue Sea tenía otro final, en el que la científica sobrevivía, y era quien mataba al tiburón, pero en los pases previos, no acabo de gustar, porque su personaje tenía un perfil demasiado malvado, y decidieron darle una muerte, al más puro estilo:
“El monstruo mata al Doctor Frankenstein”
Por desgracia, no hay copias de este final.
“Nature is lethal but it doesn't hold a candle to man”
Deep Blue Sea es de esas películas, solo para fanáticos del cine de aventuras, o mejor dicho, de un grupo de personas que tienen que escapar de “algo” que las quiere matar, este “algo” pueden ser muchas cosas:
Víboras, cocodrilos, y en este caso tiburones adulterados genéticamente.
Resulta pues, que un compuesto que se encuentra en el escuálido, tiene el potencial de convertirse en una herramienta segura y poderosa, para combatir virus humanos, afirman científicos.
Un compuesto de colesterol, existente en el tejido del cazón de tiburón, se ha demostrado, es eficaz para combatir varios virus que son  difíciles de combatir en enfermedades humanas, tales como el dengue y la hepatitis, según un nuevo estudio.
Es también, una sustancia que al parecer, ha servido bien para los tiburones durante cientos de millones de años, y posiblemente, explica el éxito de las criaturas en la evolución.
Una novedosa sustancia, hallada en los tiburones, ha controlado el crecimiento de tumores cerebrales en ratas experimentales, y prolongado su vida, informaron unos investigadores de La Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins University.
La sustancia, conocida como “escualamina”, ataca los tumores, al inhibir la formación de nuevos vasos sanguíneos, informó un equipo de investigación, encabezado por el Dr. Henry Brem, de La Universidad Johns Hopkins, en una reunión del American Association of Neurological Surgeons, celebrada en Minneapolis, Minnesota, EEUU.
Los hallazgos, son promisorios, pero se encuentran en una etapa muy preliminar, afirmó Brem, en una entrevista.
Es necesario completar los experimentos con animales, para que sea posible probar la “escualamina” en seres humanos, y es probable, que transcurra al menos un año, antes que la Food and Drug Administration de EEUU, permita el inicio de pruebas clínicas.
El propósito de estos experimentos, sería probar la seguridad de la “escualamina”, y su eficacia en seres humanos.
Los hallazgos, proporcionan “los primeros indicios de que la “escualamina” puede ser eficaz contra el cáncer cerebral” afirmó Brem, en un boletín de prensa.
El equipo, confía en que en algún momento, se pueda utilizar la “escualamina” junto con la quimioterapia normal, la radiación, y la cirugía, en el tratamiento de tumores cerebrales.
Pero muchas sustancias anti cáncer, que parecen promisorias en pruebas con animales, resultan inútiles, desde el punto de vista clínico.
En años recientes, ciertos empresarios han promovido extensamente la creencia, de que los tiburones, rara vez parecen tener cáncer, y han creado una gran industria, vendiendo cartílago de tiburón, como “agente anti cáncer”
Brem y otros grupos de investigación afirman, que tales aseveraciones, los enfurecen, porque hacen falta pruebas, de que el cartílago de tiburón comercial, funciona contra el cáncer.
Los experimentos con “escualamina”, que Brem obtuvo por medios sintéticos, y no de tiburones, se emprendieron por una razón muy diferente.
El Dr. Michael Zasloff, de Magainin Pharmaceuticals de Plymouth Meeting, encontró en el curso de su búsqueda de antibióticos naturales en el reino animal, que la “escualamina” es un componente del tejido gástrico, y de otros tejidos del tiburón; y se encontró el mayor contenido, en el hígado del tiburón.
Magainin comenzó a probar la “escualamina” y otras sustancias derivadas del tiburón, como fármacos contra infecciones; sin embargo, en virtud de la capacidad de esta sustancia de bloquear el crecimiento de vasos sanguíneos, Zasloff pidió a Brem, explorar su efecto contra el cáncer.
Si se prueba la “escualamina” en seres humanos, pasará a formar parte del grupo de fármacos experimentales, que bloquean la formación de nuevos vasos sanguíneos, que se están ensayando contra diversos padecimientos.
Casi todos los fármacos de este tipo, deben ser administrados por inyección.
Sin embargo, en función de investigaciones adicionales, es posible que la “escualamina” se pudiese administrar en forma de píldora.
El equipo de Brem, llevó a cabo varios tipos de experimentos, algunos todavía en curso, para demostrar que la “escualamina” inhibe la formación de nuevos vasos sanguíneos, inducida por un tipo de tumor cerebral, conocido como “glioma”
Asimismo, los investigadores de la Johns Hopkins, implantaron “gliomas” en los flancos de las ratas, para medir directamente, el tamaño de los tumores, antes y después del tratamiento, con diversos compuestos.
Otros científicos, han determinado que la “escualamina” funciona alterando la forma de la célula, al trastornar el intercambio de sodio e hidrógeno, en su superficie.

“That's the answer to the riddle.
Because that's what an 8000 pound mako thinks about.
About freedom.
About the deep blue sea”



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