Premium Rush

“I like to ride.
Fixed gear.
No brakes.
Can't stop.
Don't want to, either”

Hay todo tipo de mensajeros, los hay también mensajeros en bicicleta, que son personas que trabajan para las empresas de mensajería, que transportan y entregan artículos en bicicleta.
Estos mensajeros, encuentran con mayor frecuencia, en los distritos comerciales centrales de las áreas metropolitanas.
Las empresas de mensajería, utilizan mensajeros en bicicleta, debido a los viajes en bicicleta, es menos sujeto a atracos inesperados con el tráfico de la ciudad, y no es disuadido por las limitaciones de aparcamiento, tasas o multas en el desarrollo de alta densidad que puede dificultar, o impedir la entrega de los vehículos de motor, lo que ofrece un tiempo de entrega predecible.
Los “bicimensajeros” nacieron coincidiendo con la aparición de las bicicletas.
Sin embargo, fue con la popularización de éstas, en la segunda mitad del siglo XIX, cuando infinidad de repartidores, carteros, y mensajeros, salieron a la calle.
En 1870, La Bolsa de París, por ejemplo, utilizaba regularmente este servicio.
Al otro lado del Atlántico, Western Union creó en 1890, una división de “bicimensajeros” que repartían pedidos en muchas grandes ciudades de EEUU.
Ya después de La Segunda Guerra Mundial, las empresas de “bicimensajería” se multiplicaron en todas las grandes ciudades del planeta.
Veloces, limpios e intrépidos; los “bicimensajeros” se multiplican como una alternativa al reparto en vehículos a motor.
Así viven y circulan.
Así se ganan la vida.
La pieza más esencial del equipo de un mensajero en bicicleta, es obviamente una bicicleta; pero se necesita ser de un tipo especial, súper ligeras, de una sola velocidad, y sin frenos, ciclistas diestros, así como locos suicidas, que corren el riesgo de convertirse en una mancha en el pavimento, cada vez que van entre el tráfico.
La mayoría de los mensajeros, utilizan un bolso para llevar las entregas y efectos personales.
Bolsas con una sola correa, que se envuelve en diagonal sobre el pecho, popularmente conocida como, bolsa de mensajero; las cuales son populares, porque pueden hacer pivotar alrededor del cuerpo del mensajero, para permitir el acceso, sin quitarse la bolsa.
Muchos mensajeros en bicicleta, deben usar casco, luces, y defensas en sus bicicletas.
Debido a que los robos de bicicletas son frecuentes en muchas ciudades, un candado para asegurar la bicicleta durante los repartos, es esencial.
Se utilizan a menudo, una cadena simple, y candados, con la cadena de bloqueo alrededor de la cintura, como un cinturón mientras se conduce; los “U-locks” también son populares.
Los mensajeros además, suelen llevar herramientas básicas, ropa resistente a la intemperie, y un mapa de calles.
Todos los mensajeros se comunican, y se envían las asignaciones, a través de dispositivos de comunicación portátiles, incluyendo radios de 2 vías, teléfonos celulares, y asistentes digitales personales.
Muchos de los servicios de mensajería más grandes, equipan a sus “jinetes” con dispositivos de localización GPS, para facilitar su ubicación.
La influencia de los mensajeros en bicicleta, se puede ver en la moda urbana, más notablemente, la popularidad de las bolsas de mensajero de una sola correa, que son un accesorio común entre las personas que no viajan en una bicicleta con regularidad.
El aumento de la popularidad de las bicicletas de piñón fijo, a mediados de la década de 2000, con afectaciones tales como tarjetas de radios, obtenida del “alley cats” por lo general, se atribuye a los mensajeros en bicicleta.
Un “alley cat” es el nombre que recibe una carrera informal de bicicleta.
En la mayoría de los casos, se desarrollan en las ciudades, y son organizadas por mensajeros en bicicleta.
A día de hoy, aseguran que “no hay entrega imposible” para ellos.
Eso sí, siempre teniendo en cuenta “los propios límites de cada uno”, que nunca hay que rebasar, y ex¬tremando las precauciones.
El secreto es, permanecer alerta:
“Siempre tienes que estar atento a lo que pasa a tu alrededor:
El coche de al lado o delante, los peatones…
Acabas fijándote en todo, sin darte cuenta.
Acaba forman¬do parte imprescindible de circular en bici por ciudad” dijo un experto “bicimensajero”
“Took me two years.
I work three jobs”
Premium Rush es una película de acción, del año 2012, dirigida por David Koepp.
Protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, Jamie Chung, Michael Shannon, Aasif Mandvi, Dania Ramírez, Aaron Tveit, entre otros.
El guión es de David Koepp y John Kamps; sobre un “bicimensajero” de New York, que es perseguido por toda la ciudad, por un policía corrupto, y éste, intenta llegar con su bicicleta, a La Universidad de Columbia, para entregar un misterioso paquete.
Esquivar coches a toda velocidad, taxistas enloquecidos, y 8 millones de peatones malhumorados, forma parte del día a día de Wilee (Joseph Gordon-Levitt), el mejor de entre los ágiles, y agresivos mensajeros en bicicleta de New York.
Hay que ser de una raza especial, con una mezcla de pericia y chifladura, para conducir una “fixie –bicicleta súper ligera”, sin cambios ni frenos, arriesgándose a convertirse en una víctima del tráfico de la ciudad.
Pero un tipo que está acostumbrado a arriesgar su vida continuamente, está a punto de enfrentarse aún, a mayores peligros, cuando su última entrega del día, un servicio “Premium” rutinario, acaba convirtiéndose en una persecución a vida o muerte, a través de las calles de Manhattan.
La parte más interesante de Premium Rush, es que no se desarrolla de forma cronológica, de hecho, empieza por el final, mediante diversos “flashforward” y “flashback”, y un reloj superpuesto a la imagen, nos vamos enterando como ha sido el día de Wilee, y que tiene que ver cada personaje con el dichoso sobre, corrupción policial, prestamistas usureros, o el tráfico de personas, irán conformando el trasfondo de la trama.
Destacaría también, los tiros de cámara, está rodada en primera persona, lo que hace que las escenas por las calles de la ciudad, esquivando el tráfico, sean impresionantes, y estén cargadas de emoción.
Así pues, Premium Rush empieza, a las 6:33 PM, cuando vemos a Wilee, un bicimensajero, caer en cámara lenta, producto de un accidente de tránsito.
Inmediatamente, David Koepp nos retrocede hasta las 5:00 PM, para empezar a desarrollar lo sucedido antes del accidente.
Esta herramienta, es utilizada una y otra vez, hacia atrás y hacia delante, pero de manera muy prolija, y sin la intención de engañar/confundir al espectador.
Desde las 5:00 hasta las 5:47 ficcionales, se plantean los conflictos de Wilee, su posición frente al mundo, frente a la vida, su relación con Vanessa (Dania Ramírez) y su lema, “los frenos son la muerte”, lema también de un film que, hasta los 70 minutos, no para.
A las 5:47 PM, minuto 10 del metraje, sucede el primer punto de giro.
Koepp introduce el “macguffin”, el objeto motivador de la trama:
Nima (Jamie Chung) entrega un sobre a Wilee, que tiene que llegar a destino a las 7:00 PM, cuyo obstáculo principal será el antagonista, Bobby Monday (Michael Shannon), un policía corrupto de New York.
Mientras Premium Rush sigue llevándonos hacia atrás, para desarrollar los personajes de Bobby Monday y Nima; y hacia delante, y los puntos de vista cambian continuamente, la escritura se caracteriza por un montaje acelerado, por la sensación de velocidad, producto de combinar furiosos “travellings” con la cámara subjetiva, asemejándose a un video juego en primera persona.
Esta insistencia en los movimientos de cámara, es acompañada por la mezcla entre imágenes filmadas, e imágenes creadas digitalmente.
“I can't work in an office.
I don't like wearing suits”
David Koepp, más a menudo acreditado como guionista, que como director, pero no debutante en esta faceta; rueda Premium Rush como se tiene que hacer.
La sobrecarga de “macarradas”, tanto en la captación de la acción y de la velocidad trepidante, como en los caprichos de postproducción:
Los mapas en 3D, similares a los que está tratando de conseguir a duras penas “Apple Maps”, los recorridos alternativos, con las posibles consecuencias desastrosas, los relojes, y los “flashbacks” rápidos, y limitados a lo estrictamente necesario…
Por ello, Premium Rush se beneficia de un muy buen diseño de producción, y una gran edición de Derek Ambrosi y Jill Savitt, que dinamita su trama central, con sobreimpresiones de textos, recorridos vertiginosos de mapas a escala, “flashbacks” explicativos, anticipaciones premonitorias de rutas a seguir, y accidentes a esquivar, y un bombardeo de recursos visuales, que afortunadamente, no agotan por abusivos, más bien todo lo contrario:
Enmascaran lo que pretende Koepp, con un descaro soslayado, pero progresivamente evidente, que no es otra cosa que cantar a la independencia de la juventud, al filo de la adultez definitiva, en este mundo castigado desde arriba, por al abuso de poder.
Y del enfrentamiento alocado, entre el que clama, y el que ya se ha sometido, pagando esquizoides consecuencias, se encuentran muchas de las virtudes del conjunto.
El papel de Joseph Gordon-Levitt, es más trabajo físico que artístico, pero hay que reconocer, que ese carisma no lo tiene cualquier actor.
Gordon-Levitt, acá es un mensajero de New York, cuyo lema es “no frenar”
A puro pedal, nuestro protagonista es un fanático de la adrenalina, y siempre fiel a su propio “slogan”, se compromete, ciento por ciento, con sus encomiendas.
Esa mala suerte esencial, que grita que la libertad es posible en la jungla de asfalto, inteligentemente presentada y diseminada a lo largo de los escasos y justos 90 minutos de proyección, salva las excesivas idealizaciones de esta ficción, que abraza el disparate superficial, con un acierto intachable; por lo que se destaca un modo ultra moderno de narrarnos la historia:
Se aplican en todo momento, recursos técnicos de gran calibre, como mostrarnos el mapa, y el recorrido a llevar a cabo, el reloj digital, retrocediendo unas horas, para enseñarnos lo que anteriormente había ocurrido, y una suerte de “sentido arácnido”, mezclado con vaticinio de los hechos, que posee Gordon-Levitt, cada vez que ve su paso algo atascado.
Esto es, las sendas que tomaría en cada ocasión, y cómo acabaría, emboscado por un taxi, chocando una persona, etcétera.
Las persecuciones y las escenas de acción por las calles de Manhattan, son tan espectaculares como inverosímiles, muchos ciclistas volando por los aires, y pocas consecuencias físicas a tanta caída…
Me resultó imposible, que el automóvil del antagonista se encontrara en todo momento con Wilee, no era mejor atropellarlo… y que el policía en bicicleta, demasiados golpes para salir entre escenas como si nada; ni hablar de Bobby Monday, que recibe tantos golpes, le sacan unos dientes, y no sale ni con un morado en la cara…
Como dato, las acrobacias de Premium Rush fueron reales, nadie uso cuerdas, simplemente colchones para las escenas en las que se caen; y como curiosidad, tras los créditos finales, hay una escena de rodaje, grabada con un móvil, en la que se ve como Joseph tuvo que ir directo al hospital, por rajarse el brazo al hacer una escena de riesgo, estampándose contra la ventana trasera de un coche.
Gordon-Levitt, se lesionó cuando iba en bicicleta, demasiado rápido, y golpeó la parte trasera de un taxi.
El impacto hizo volar al actor a la luneta trasera del taxi, por lo que uno de sus brazos, requirió 31 puntos de sutura.
Por último, David Sardy, es el compositor de la banda sonora.
Su uso es mínimo, y el autor, apoyado en guitarras electrónicas y sintetizador, es casi suplido por los numerosos temas vocales que suenan durante el metraje, teniendo como corte principal, el mítico “Baba O´Riley” de The Who.
“There are 1,500 bike messengers on the streets of New York City.
You can e-mail it, FedEx it, fax it, scan it, but when none of that shit works and this thing has to be at that place by this time, you need us”
Desde 1993, Los Campeonatos del Mensajero del Ciclo, han tenido lugar a nivel nacional, continental, y mundial.
Estos eventos, se llevan a cabo tanto para la diversión y la creación de redes de mensajería, que para la competición.
Los bicimensajeros, también participan en competiciones de ciclismo formales, en todos los niveles, y en todas las disciplinas.
Nelson Vails, por ejemplo, fue un medallista de plata, en el velódromo de Los Juegos Olímpicos de 1984, que inicialmente, trabajó como mensajero en bicicleta, en la ciudad de New York, a principios de 1980.
Ivonne Kraft, que compitió en la carrera de bicicleta de montaña a campo traviesa, en Los Olímpicos del 2004, es una ex campeona del mundo de ciclo múltiple, y trabajó como mensajera en bicicleta en Alemania, desde hace varios años.
En Latinoamérica, el pasado 28 de Mayo del 2014, arrancó El Campeonato Mundial de Bicimensajeros México 2014; conocido internacionalmente como:
“CycleMessenger World Championships Mexico City 2014, (CMWCMX)”
Este Campeonato Mundial de Bicimensajeros, es una fiesta de la familia de bicimensajeros.
Se hace todos los años desde el 93, que se celebró por primera vez en Berlín, y todos los años se hace en diferentes ciudades, siendo esta, la primera vez que se hace en México, y en realidad, en Latinoamérica, aunque se hizo en Guatemala en el año 2010, pero aquello fue una excepción, porque fue muy diferente...
No obstante, que para coronarse campeón del CMWC, hay que ser bicimensajero, con tiempo comprobable, desempeñándose como tal.
Las inscripciones, estuvieron abiertas a todos los ciclistas que querían competir, sin restricción alguna, así como también, todo tipo de bicis estuvieron permitidas para competir.
Y como curiosidad, cabe destacar el uso tan importante que se le hace a esa mensajería, que no suele fallar, de no ser por los accidentes, donde muchos llegan a morir, por el poco cuidado de los conductores y sus vehículos.
Un servicio efectivo, que nos muestra la cantidad de tráfico por las calles de New York, y la cantidad de ciclistas, donde la propia policía, tiene una línea en bicis.

“Brakes are death”



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